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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

On-line version ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.13 San Salvador de Jujuy Nov. 2000

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Los ordenadores simbólicos de la concepción espacio-temporal en el NOA

The symbolic orders in the spatial temporal conception in the NOA

María Luisa Rubinelli *

* Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Jujuy

RESUMEN

En el artículo se propone un análisis de las implicancias simbólicas del ordenamiento del espacio en la Quebrada de Humahuaca, considerando tres dimensiones del mismo: la de la casa, la del poblado y la de la Quebrada. Las concepciones analizadas aparecen expresadas en dibujos y gráficos realizados por jóvenes de la ciudad de Humahuaca, así como en las relaciones que se establecen entre el ciclo anual, el clima, la producción y el ritual. Desde una lectura hermenéutica, se destacan la concepción dinámica del espacio, la importancia del tiempo-espacio compartidos con los demás mediante la comunicación oral y grupal, la complejidad presente en estas cosmovisiones, que requieren -para su interpretación- considerar la permanente interrelación entre diversos niveles de la realidad.

ABSTRACT

In this article an analysis about symbolical implications of space ordering in the Quebrada de Humahuaca is proposed, taking into account three dimensions with regard to ordering aforementioned: of the house, of the town an even on quebrada. The conceptions analyzed are showed by means of drawings and graphics performed by Humahuaca city young, as so in the relations established between annual cycle, climate, production and the ritual. From an hermeneutic view is possible to throw into relief: the importance of the time-space shared with others by communication group and oral, the complexity present in these cosmoviews, requires (for an interpretation) consider the permanent interrelations between various reality levels.

PLANTEO PRELIMINAR

Para contar con material necesario para la interpretación de la concepción temporo - espacial vigente, elaboramos un instrumento de registro consistente en trabajos de simbolización gráfica de dos dimensiones espaciales(Nota 1).

1. El espacio de la vivienda
2. El espacio ocupado por la Quebrada de Humahuaca

Para explorar otro nivel de organización espacial, también analizamos la distribución del poblado de Humahuaca, quedando así abarcadas las percepciones de:

1. Espacio familiar
2. Tendido urbano
3. Quebrada de Humahuaca

Sin embargo, también era necesario considerar la existencia de espacios sumamentes acotados (como lo postulo en Rubinelli, 1992), concentran densas significaciones (Geertz, 1987), relevantes lugares de emergencia de lo sobrehumano.
En este punto se diferencia también entre: lugares domésticos u ordenados y lugares que se encuentran cerros o en pasajes de tránsito (Bouysse Cassagne y Harris, 1987).
En el universo simbólico andino no es posible pensar el espacio sin tiempo ni viceversa. Estas dimensiones además formarían una unidad con la idea de universo (“pacha”) (Montes Ruiz,1986). Profundizamos el análisis de los niveles diversos de la realidad, superpuestos e interrelacionados, y de calendarios vigentes en la zona (agrícola - ganadero y ritual (Merlindo y Rabey, 1978), y de festividades católicas).
Retomamos la propuesta de análisis de la realidad organizada en tres niveles simultáneos e interrelacionados (Kusch, 1971); Van den Berg, 1991 Van Kessel, 1992; Montes Ruiz, 1986 y otros).
Abordamos algunas líneas interpretativas acerca de la gravitación del nivel subterráneo, para concluir con algunas consideraciones acerca del sujeto de esta cosmovisión.

EL ESPACIO DE LA CASA. LA DIMENSIÓN FAMILIAR

Empezaré por consignar algunos aspectos observados en los trabajos obtenidos. Estos fueron 79, realizados por jóvenes de entre 13 y 21 años, varones y mujeres.
El patio se nos muestra (en el 86% de los dibujos - recogidos) como lugar central de la vivienda, dado que las habitaciones confluyen hacia él, mientras que en la mayor parte de los casos no tienen comunicación entre ellas. Únicamente es posible acceder a la habitación contigua saliendo al patio, y para llegar a la cocina o al baño, es necesario cruzar parte del patio. Es hacia él, entonces, hacia donde confluye la circulación interna, además también allí se encuentra la pileta de lavar y el hornito de barro.
Por otra parte, las entradas a las casas se comunican mediante una zaguán o simplemente un pasillo - con el patio principal - No se entra a un ambiente cerrado, sino directamente al patio central. En casas edificadas en pueblos más pequeños o en lugares no céntricos de Humahuaca, el patio se continúa en los corrales.
Se observa una percepción distinta del espacio (cerrado y cubierto) de la casa, por parte de quienes han vivido en departamentos en grandes ciudades, como Buenos Aires. En estos casos, el espacio está mucho más rígidamente delimitado y cerrado. Sin embargo, aparecen indicadores de una percepción que tampoco responde a los cánones propiamente urbanos. En uno de los trabajos encontramos dibujadas la planta de un departamento de la Capital Federal, en el cual la autora vivió durante siete años. El espacio vacío que se alza sobre el patio de plantas bajas es percibido como “precipicio del edificio”.
Es de destacar también la simetría que la mayoría de los dibujos recogidos muestran en las construcciones, con igual o semejante cantidad de habitaciones distribuidas a derecha e izquierda de la entrada y rodeando el patio central.
Hay por tanto, un eje ordenador claro, que se encuentra manifiesto en el patio, donde - además - está generalmente el mojón de la Pachamama (PM), orientado hacia el E.
El lavado de la ropa y la cocción del pan (en el horno de barro) son tareas en el que participa la familia o un grupo de personas que no sólo comparten el trabajo, sino informaciones sobre temas diversos mientras realizan la tarea.
El patio abierto es espacio abierto hacia arriba y hacia abajo, ya que en él se da la comunicación con la PM y con las fuerzas subterráneas que ella encierra y que se exteriorizan durante el desborde del carnaval. Es lugar de encuentros, de reunión, de fiesta. No así el “precipicio del edificio” que encierra - como todo abismo - la posibilidad de encuentros de fuerzas peligrosas que se deben evitar (duendes, aparecidos, diablos) pero no comunicación con las demás personas.

EL ESPACIO DEL PUEBLO

Encontramos en él orientaciones bien establecidas y preciosas. Desplazarse por sus calles hacia el N es verbalizado como “ir hacia arriba” y al contrario, caminar por las calles hacia el S equivale a “ir hacia abajo”.
El ordenador “arriba-abajo” se emplea en sentido N-S, siguiendo este eje a lo largo del poblado (y también en el campo). No hay un punto espacial a partir del que el N comience a ser denominado “arriba” y el S “abajo”, sino que se indica diferenciándose del otro por oposición complementaria. El eje N-S se ubica en forma casi paralela al recorrido del río Grande, que fluye por toda la Quebrada del NO a SE.
Por otra parte, quienes habitan la margen O del río Grande (entre la Ruta Nº 9 y aquél), denominan a la zona que se extiende al E del río “la Banda”. De la misma manera, los pobladores de estos barrios, designan “la Banda” a la margen O (donde se encuentra asentado el pueblo propiamente dicho). Mitades simétricamente denominadas, aunque asimétricamente pobladas, ya que la margen E tiene mucho menor densidad poblacional y en la margen O se registra el asentamiento de la mayor parte de las instituciones, en especial de gobierno municipal, banco, correo, etc.
Siendo el río el eje sobre el que se produce este juego de espejamiento de una parte del pueblo sobre la otra, se nos muestra especialmente significativo como ordenador del espacio y de las relaciones humanas. Pienso que la importancia simbólica del río en todos estos poblados excede la función de organizador del espacio habitable, ya que hay referencias a su presencia en el cielo, vía Láctea (Cipolletti, 1987) en el mundo subterráneo, en las vetas.
Además, el río no sólo es importante para los vivos, sino muy especialmente para las “almas” de los difuntos, que deben cruzarlo para poder descansar en paz e integrarse al cielo cósmico anual (Rubinelli, 1992). Retomaremos luego la imagen del río, que se constituye en símbolo de extraordinaria riqueza.
Si agregamos ahora otros factores que actúan como ordenadores del espacio pueblerino, debemos mencionar: la Ruta N 9, las vías del Ferrocarril Belgrano (Retiro-La Quiaca) y los cerros (al O. Pero sobre todo al E.) La transferencia de ordenadores espaciales detectados en el momento del análisis de la concepción del espacio implícita en las graficaciones de la Quebrada (que veremos luego) al asentamiento urbano nos permitió visualizar la organización espacial de la ciudad, expresada en la Figura 1.

Figura 1 - Patio de vivienda

Figura 2 - Tendido urbano

En la misma se ubican algunos barrios de la actual Humahuaca. Algunos de ellos son bastante recientes (el último en organizarse fue el Santa Rita, en 1993) y otros muy antiguos, como el Centro, donde se encuentran emplazados, frente a frente, la Iglesia y la Municipalidad, y se extiende hacia el N abarcando el Barrio Sarmiento.
Los barrios cercanos a la Ruta Nº 9 son los más elevados en tanto los más deprimidos son: sector E del Santa Rosa, San José y Sagrada Familia. Hacia el E (cruzando el río el terreno comienza a elevarse nuevamente. El barrio Santa Bárbara es uno de los más elevados (sobre todo en su extremo O). Esta Santa es patrona de pueblos mineros y debe ubicarse en zonas muy altas.
El cuadro siguiente (Cuadro 1) está organizado entrecruzando las dimensiones espacio-temporales, e incluyendo las expresiones rituales de la Iglesia Católica y del calendario agrícola-ganadero andino. También se indica los tipos de desplazamiento y/o concentraciones que se producen en el espacio del pueblo durante las prácticas rituales. Se inicia en Agosto, mes que señala el comienzo del año andino (Montes Ruiz), 1986; Albo, 1972, Urbano, 1974)

Cuadro 1 - Cuadro integrador

Aunque esta esquematización no es exhaustiva (resta aún explorar muchos sentidos de los complejos universos culturales andinos), nos interesa destacar algunos aspectos, que se han convertido para nosotros en líneas de trabajo de gran fecundidad.
1. La interrelación entre los aspectos organizativos abordados: clima, producción, rituales. Podríamos explorar la ampliación de la gama de items, incluyendo por ejemplo: comunicaciones entre diversos niveles ecológicos (Izko, 1992), ferias e intercambios comerciales, asentamientos de familias extensas (que suelen tener propiedades en distintos lugares: campo, Humahuaca, San Salvador de Jujuy. Ello permitiría cotejar con el análisis hasta ahora elaborado. Por otra parte, podemos ampliar y profundizar el tratamiento del aspecto ritual. En esta dirección nos encaminamos intentando abarcar lo referente a la oposición: salud - enfermedad.
2. La gran vigencia de los rituales, que:
2.1. Significan el ciclo anual (Rubinelli, 1992).
2.2. Significan personajes del culto católico, adaptándolo a las necesidades vivenciadas desde otro universo cultural, lo que indica “trasmutación de valores” (Roig, 1992), según lo analizado en oportunidades anteriores (Rubinelli, 1991).
2.3. Integración de las coordenadas espacio - temporal, tema que se abordará a continuación.
2.4. La presencia de rituales que son de gran importancia también en otras regiones andinas como lo son Quillacas y la Virgen de Copacabana, en Bolivia.
2.5. La relación directa entre el ritmo productivo y las celebraciones de Santos a los que se asignan roles protectores del mismo.
2.6. El espacio del pueblo aparece permanentemente protegido por personajes divinos y recorrido por sus habitantes, que reaseguran con las reuniones, las visitas y las procesiones, la vigencia de la comunicación entre ellos y lo trascendente.

Esta dinámica esta presente muy especialmente en el mes de Agosto (inicio del ciclo)(Nota 2). La combinación de reuniones y circuitos domiciliarios con los barriales se intensifica hasta culminar con las procesiones comunitarias que recorren el pueblo en enero y febrero (meses de gran producción) y terminan en marzo - abril, para semana Santa, cuando se cierra el ciclo(Nota 3). Coincidentemente, las celebraciones a la PM (o al diablo) en las minas) en agosto y en Febrero - Marzo con el carnaval, indican principio y fin del ciclo anual(Nota 4).

2.7. Es interesante advertir la presencia de:
2.7.1. Los Santos protectores de la actividad productiva desde los meses anteriores al inicio del ciclo productivo: mayo - junio - julio, meses riesgosos por las bajísimas temperaturas y por la ausencia de producción.
2.7.2. Los tres niveles de la realidad (mundo arriba, de aquí y subterráneo) claramente indicados en Agosto y en Noviembre, según se vio en otros trabajos (Rubinelli, 1994).
2.7.3. La confluencia en noviembre de “Todos los Santos”, en que las “almitas”, ligadas a las lluvias y a la oposición complementaria “muerte - renacimiento de la vida” (Bouyesse - Cassagne y Harris, 1987), recorren los diferentes niveles de la realidad (Rubinelli, 1994) y de la Virgen de la Peña, ligada al agua, la fertilidad y la vida (Van den Berg, 1991).
2.7.4. La ininterrumpida presencia de la Virgen, figura femenina ligada a la procreación y estrechamente vinculada a la PM (Montes Ruiz, 1986), de agosto a abril.
2.7.5. La importancia que se asigna al nacimiento del niño Jesús: presencia de la pareja y el niño, fruto de la fecunda unión.
2.7.6. La relevancia otorgada a la muerte de Cristo cuando el ciclo culmina, apareciendo en las ceremonias de semana Santa (visita a los calvarios) los mismos presentes que ofrendan los diablos a la PM al enterrar el carnaval (producto de las cosechas) (Nota 5)
2.7.7. La celebración de la cruz, que simboliza encuentro de opuestos, según lo expuesto en un estudio anterior (Cirlot, 1992) y según Albo (1988) a la persona humana, cuando inicia la época de no producción y en que se consume lo ya cosechado.

EL ESPACIO DE LA QUEBRADA

Hemos recorrido a otros trabajos de simbolización gráfica. Ciento cincuenta y un jóvenes de entre 16 y 20 años fueron convocados a graficar libremente el espacio de la Quebrada.
En el 83 % de los trabajos aparecen tres elementos como muy significativos: el ferrocarril Belgrano, la Ruta Nº 9 y el Río Grande. Este último tiene que ver - obviamente - con la agricultura y la ganadería de la zona. Su importancia para la vida humana se patentiza en las implicancias simbólicas ya mencionadas.
El 60 % de los trabajos son mapas con abundantes ilustraciones y el 12 % de ellos muestra una ubicación espacial planteada a través del dibujo del paisaje.
El 40 % restante está constituido por mapas convencionales.
En el 73 % de los trabajos se han empleado colores sin respetar (en la mayoría de los casos) las convenciones cartográficas. El empleo del color es libre y más bien relacionado con los que en lo cotidiano aparecen vinculados a la percepción de los elementos por ellos simbolizados en el mapa dibujado.
Un cuarto elemento significativo que - junto a los tres mencionados - confiere continuidad al espacio graficado está constituido por los cerros, que aparecen en el 69 % de los mapas, también simbolizados en formas no convencionales.
Al señalar los poblados, aparecen como más importantes los siguientes en orden decreciente.

· Humahuaca
· Tres cruces
· Tilcara - San Salvador de Jujuy
· Volcán
· Maimará
· Yala
· Huacalera
· Tumbaya
· León - Azul Pampa
· Iturbe - Uquía - Purmamarca
· Lozano
· Barcena - Reyes
· Colonia San José

Los criterios de priorización no son los habituales en la cartografía. No responden a: densidad de población, relevancia de actividad económica, concentración de actividades administrativas ni de gobierno.
Así como antes enfatizó la continuidad indicada por los cuatro elementos ordenadores antes mencionados, que organizan el espacio abstracto del mapa, ahora creo que cobra importancia el conocimiento vivencial de la zona por habitarla, en el sentido propuesto por Kuch (1977). Esto incluye especialmente en las expectativas de trabajo y en las posibilidades de encontrarlo.
Pero, ¿qué ocurre con Azul Pampa?. No es el pueblito (pequeñísimo caserío) lo que se señala, sino la cuesta, muy elevada y sinuosa. El criterio de asignarle importancia por su peligrosidad se extiende a Barcena (camino de cornisa), paraje donde siempre en el verano (por la creciente del río Grande y el desmoronamiento) el paso suele ser dificultoso y arriesgado.

Figura 3 - La Quebrada de Humahuaca

Figura 4 - La Quebrada de Humahuaca

Sintéticamente podríamos explicar la priorización presentada en relación con:
· Expectativas de trabajo y progreso económico: turismo, minería, comercio, empleo público;
· Significatividad ritual que, en el caso de Humahuaca, está relacionada con el carnaval, y en los de Tilcara, Maimará y Tumbaya, con peregrinaciones y ceremonias que tienen su centro en las altas montañas (abras)(Nota 6).
· Peligrosidad de los cerros más altos: cuesta de Azul Pampa y por extensión - en este caso combinado con el riesgo de la creciente del río - la cuesta de Barcena.

Además en los mapas se señalan: pueblos pequeños detalles de quebradas secundarias, afluentes temporarios el río Grande, campamentos, salinas, lagunas y otros, especialmente en la zona N. Desde Barcena hacia el Sur se producen confusión: se altera el orden de los poblados en sentido N-S o en relación con las márgenes de la ruta. Allí la atención está concentrada en la Capital.
Si retomáramos aquí el entrecruzamiento que realizamos en el Cuadro Nº 1 obtendríamos resultados similares y toda la Quebrada aparecía bajo las advocaciones sucesivas y simultáneas de los Santos Patronos.

ESPACIO-TIEMPOS PELIGROSOS

Por lo visto hasta aquí, podemos reafirmar que el espacio se nos muestra - en esta cosmovisión - como continuo pero no como homogéneo.
Necesitamos tener presente nuevamente la organización de la realidad en los tres niveles antes recordados: Mundo arriba, de aquí, y subterráneo.
En la vida cotidiana hay remisiones a lo alto y a lo subterráneo; en el mojón del patio de la casa, en el centro de su tacho, en las esquinas de las habitaciones (Arnold, 1992), en las de los corrales, en sus mojones y en las de los rastrojos, en los ojos de agua (Urbano, 1981); en los cementerios, en los lugares donde se ha producido un “despacho” (Rubinelli, 1992).
Pero además de estos lugares de irrupción de poderes sobrehumanos dentro del espacio ya domesticado, ordenado y habitable; existen otros lugares más peligrosos porque las fuerzas que en ellos se manifiestan no pueden ser controlados por el hombre. Ante ellos es preciso tomar más precauciones:
· Las apachetas, que remiten al peligro de los paisajes no conocidos y de los precipicios, poblados por diablos y duendes que pueden ocasionar la muerte repentina (sin sacramento), lo que implicaba "enterramiento rápido y fuera de la Iglesia durante los siglos XVIII y XIX (Archivo de la Prelatura de Humahuaca). Recordemos la denominación dada al hueco del patio del edificio, "precipicio del edificio", que cobra ahora nueva significación.
· Lugares "marcados" por la muerte a lo largo de los caminos, donde debe ser restaurado cíclicamente el equilibrio (Rubinelli, 1992).
· Manantiales, lagunas, ojos de agua, donde "los diablos andan por abajo", pueden producir daños. Están relacionados con la vida que fluye de ellos (Bouysse - Cassagne y Harris, 1987), pero en su interior puede ocultar también peligros, como metales preciosos, fuerzas poderosas y caóticas capaces de producir vuelcos (Leyenda de la laguna de Leandro).
· Hormigueros: cavidades profundas que también conectan con lo que puede producir el mal: fuerzas subterráneas. Recordemos la significación de las hormigas negras, que son presagio de muerte pero a la vez de vida (lluvia).
· Lugares donde se encuentran árboles muy grandes (altos y viejos), que atraen al rayo (cuyo dueño es San Santiago) porque en ellos moran reptiles y serpientes. Estos símbolos son especialmente ricos y requieren ser analizados e interpretados hermeneuticamente. Emprenderemos esta tarea luego de integrar otras dimensiones contextuales. Antes, volvamos a la organización temporal.

Además de los momentos especialmente señalados de los ciclos anuales, el tiempo se encuentra organizado en lapsos significativos más breves.
En el transcurso de cada semana hay días peligrosos: martes y viernes, en que rigen prohibiciones: no se puede matar ganado. En las minas se hace challaco con el diablo. En esos días también deben hacerse sahumadas. Parecen ser días en que las fuerzas subterráneas cobran especial influencia sobre la vida.
Entre las horas del día también hay algunas que son de temer. Las 12 del día y de la noche son momentos de “pasaje” en que es posible la circulación entre los diferentes niveles. Las horas de la siesta y las primeras de la madrugada (hasta las tres o cuatro) encierran la posibilidad de encuentros con espíritus, diablos o condenados. También al atardecer requiere cuidado, es momento de poca luz y gran confusión (Bouysse Cassagne y Harris, 1987).

EL ESPACIO SUBTERRÁNEO

Las divinidades andinas del nivel de arriba, del mundo de aquí y del subterráneo reúnen características benignas y malignas (Rubinelli, 1992).
Esta ambivalencia es extensiva, mediante su resignificación, también a los personajes sagrados del culto católico.
Nos interesa ahora concentrarnos en el nivel subterráneo, que tiene relación con la fuerza católica, no dominable, que encierra la energía vital: semillas, muertos, espíritus de los antepasados (Bouysse Casagne y Harris, 1987; Montes Ruiz, 1986; Urbano, 1981) un acceso a este nivel se nos abre a través de las bocas de las minas.
Con las minas está vinculada la PM porque entrar a ellas es como penetrar en las Santa Madre Tierra (PM). Sin embargo, en su interior se rinde culto al Tío (diablo). Todos los días “antes de entrar el minero se persigna y en el interior va al lugar donde descansa, allí coquea compartiendo con el diablo. Este esta representado por una imagen con cuernos, que le brindan el “challaco”, con cigarrillos, coca, alcohol y coa. Ofrenda similar se brinda a la PM en otras ocasiones. El momento del challaco con el diablo es descripto en forma coincidente por uno de nuestros entrevistados (Humahuaca, 1993), por Montes Ruiz (1986) y por Albo (1992) como el instante de mayor confraternidad entre los mineros, en que se unen en el deseo de prosperar en la búsqueda del mineral, y “para que anden bien y saquen pesitos”. El minero - en muchos casos - trabaja por acuerdo con contratistas (contrato): recibe la paga según el mineral que extrae. Esta relación contractual también la establece con el Tío, quién es dueño del mineral. Entonces, como en la relación con las otras divinidades, se da para recibir a cambio: protección contra derrumbes y otras catástrofes; ser guiado hacia el mineral de buena calidad. Así el Tío (interpretado por X. Albo como el pariente mayor refunfuña pero ayuda), también ampara no solo haciendo productivo el trabajo con la obtención del mineral, sino también participando del momento del descanso en el interior de la mina, cuando los trabajadores se reúnen y comparten entre ellos y con el Tío sus preocupaciones, necesidades, inquietudes, cuando se establece el equilibrio a través de la solidaridad, al amparo del Tío (diablo) quien exige reciprocidad mediante el “contrato”. Por ello es creencia de quién no hace y asume ese compromiso, está condenado al fracaso e - incluso - a la muerte.
"Si no hace el contrato, no se halla la veta". "Si no se hace el contrato, se puede encontrar sí, pero no lo más bueno". Los dueños de las grandes empresas mineras también deberán hacerlo (por ello se "cumple" con animales y hasta con vidas humanas). También tiene vigencia esta creencia en relación con la acumulación de riquezas mediante el comercio, para lograr más éxito, hay que hacer "contrato".

El diablo aparece así vinculado al mineral o al dinero, y es simbolizado en las minas con distintas imágenes:
· La del Ukako, con cuernos y un miembro viril prominente y fecundante. Opuesto y complementario de PM, produce con ella la vida y también la riqueza. Creemos que así es posible entender la prohibición de entrada al socavón de la mujer, ya que ello estaría contradiciendo el principio de complementariedad de opuesto se implicaría transgresión sexual. Tampoco es permitida la entrada de sacerdotes. En este caso el criterio de "reforzamiento" de la eficacia (Rubinelli, 1992) del poder mediante la complementación de los poseídos, por ej. Por personajes del mundo de arriba (figura del sacerdote) en el mundo subterráneo puede producir el enojo de su dueño y el perjuicio del minero, por cuanto se ocultaría la veta, su trabajo se haría más penoso de su dueño y el prejuicio del minero, por cuanto se ocultaría la veta, su trabajo se haría más penoso, peligroso y sería inútil su esfuerzo, lo que es comprensible teniendo en cuenta que "el diablo siempre es más poderoso".
· La de la serpiente (que forma parte de la estatuilla de Ukako). Pero en especial "la gran serpiente" - que a veces es descripta con cabeza de gallo (que indica permanente estado de alerta. Cirlot, 1992) y que en la mitología andina está asociada al terremoto (Montes Ruiz, 1986) a la PM y a catástrofes subterráneas: hundimiento, desmoronamientos. A estos acontecimientos el imaginario social de las poblaciones mineras los menciona como "el Tío se los ha comido", a aquellos que hayan desaparecido sepultados.

CONSTRUCCIÓN DE SENTIDOS

En este punto suspendemos provisoriamente (para ir cerrando el presente trabajo) la tarea descriptiva y comienzo a tratar de explicitar la hermenéutica. Elegimos precisamente este punto para iniciar el segundo momento de nuestra tarea porque emplearé como punto de partida las imágenes de la serpiente y del agua.
Ambas están presentes en los tres niveles de la realidad.

EL ÁRBOL ES CAMINO

Ya mencioné que los árboles altos y viejos señalan espacios peligrosos porque reciben al rayo (San Santiago), atraído por la presencia - en el interior del tronco - de serpientes y reptiles (entrevistado en Humahuaca, 1993 y 1994).
Esto nos lleva a ocuparnos del simbolismo del árbol que - en relación con lo hasta aquí desarrollado - podríamos graficar así:

Claramente el árbol es lugar de encuentro de opuestos: rayo (mundo de arriba) y serpiente (mundo subterráneo)(Nota 8), momento de equilibrio transitorio (“taypi”). Sin embargo, también es camino de circulación entre los diferentes niveles de la realidad (Mircea Eliade, 1974) ya que el rayo celeste es como un reflejo invertido del terremoto subterráneo, y ambos refieren también a los minerales (al pie de la imagen de San Santiago antes se depositaban monedas de oro a modo de ofrenda. Entrevistado, Humahuaca, 1991. Y en La Paz, 1992).
Es el imaginario del minero, las vetas se conciben como las ramas de un árbol que crece dentro de la tierra, por lo que este último sería el espejamiento del árbol de la superficie, y mientras este desarrolla su copa hacia lo alto, su imagen subterránea extiende la suya a lo largo de los túneles de los socavones(Nota 9).
Algo más de este riquísimo y complejo simbolismo. El rayo produce (al caer) la “piedra del rayo” (que se identifica por sus características) y que reviste propiedades curativas si se la sabe consagrar y emplear. A su vez, siempre la piedra remite a los subterráneos (Montes Ruiz, 1986), a lo eterno (Mircea Eliade, 1974) y a la tierra (PM). También la persona que resista el impacto del rayo en soledad y respete luego los rituales iniciáticos, desarrolla poderes curativos. Y el árbol mismo, al estar en contacto con el mundo de arriba (y tal vez también por su penetración en el mundo subterráneo) se transforma en camino de salud (“Se lleva las malas energías porque recibe el rayo”. Entrevista, Humahuaca. 1994).
El mundo de arriba es fuente de poder, que es conferido como “don” a algunas personas que - al quedar comprometidas por el mismo - se convertirán en promesantes que renuevan cada año la promesa (el trato) y también el don.
El mundo subterráneo y también es fuente de poder, que los humanos adquieren mediante otro tipo de trato (de signo contrario al anterior), cuyas condiciones deben estar bien estipulados y tiene vigencia de por vida. Según las informaciones de que hasta ahora disponemos, los contratos con el Mundo subterráneo parecen condicionar más a quienes los hacen, al tiempo que confieren mayores poderes. Es muy posible entonces que el intenso entrecruzamiento de los recorridos rituales del territorio poblado responda a la necesidad de garantizar el equilibrio entre las fuerzas del mundo de arriba y el subterráneo en el Mundo de aquí, teniendo en cuenta que el segundo guarda una relación de poder asimétrica con el primero (recordemos lo ya afirmado al respecto).

CONCLUYENDO

De las sucesivas y progresivas aproximaciones hermenéuticas que venimos realizando al universo simbólico estudiado, nos parece importante retomar - como consideraciones finales - las siguientes:
· Idea de simetría, que encontramos en la distribución del espacio de la vivienda, en la ubicación de las aberturas, etc. En la organización espacial urbana de Humahuaca, donde el río aparece como lugar de encuentro y diferenciación espejada de las dos mitades del pueblo, coincidiendo con el eje N - S la depresión de la zona céntrica del poblado, desde la cual se eleva sobre el n.m. tanto hacia el O como hacia el E; en el trazado de los mapas de la Quebrada, en la relación del Mundo de aquí con el de arriba y el subterráneo.
La asimetría, tan fuertemente presente, nos conduce a las nociones de “yana” y “taypi”, trabajadas (entre otros autores) por T. Platt (1987) y J.C. Godenzzi (1991).
· El espacio concebido como dinámico, en tanto permanentemente transitado: el del Mundo de aquí, no sólo en relación con las actividades demandadas por el trabajo productivo, sino en especial por los recorridos y reuniones rituales. Podríamos denominar a este proceso cíclicamente ejecutando "domesticación simbólica del espacio vivido".
El mundo de arriba y del mundo subterráneo: equilibrándose en el del Mundo de aquí, asociándose para complementarse momentáneamente en situaciones en que se refuerza la eficacia equilibradora al sumarse: poder del Mundo de arriba + el del Mundo subterráneo, ej. Virgen de Socavón (en superficie), el Tío (en el interior de mina).
Del mundo de arriba + el del Mundo de aquí: ej. Virgen-PM.
Del Mundo subterráneo + el Mundo de aquí: ej. Tío-PM.
No se excluye ningún nivel de la realidad porque no sólo son opuestos complementarios, sino todos necesarios.
La tarea humana - semejante a la del demiurgo en el logro del equilibrio - es ininterrumpida, incluyendo en ella la propia dimensión humana hacia el interior de sí misma, en consonancia con el universo. (Van den Berg, 1991)(Nota 10).

· La permanente construcción de redes simbólicas que conforman el imaginario social que posibilita la inserción del hombre en una realidad multidimensionada, flexible e integrada con coherencia.
· La posibilidad de inclusión de diferentes códigos de comunicación sin priorizar uno con exclusión de otros: imágenes visuales, oralidad, música, escritura.
· La realimentación del proceso sobre todo a través de la comunicación oral y grupal.
· La importancia del tiempo espacio compartidos con los demás.
· La imposibilidad del hombre de pensarse como individuo solipsista (ya que aún cuando fuera asumida por alguien una definición así, sería pensada como transgresión).

Así como la persona - en esta cosmovisión - no es el sujeto moderno, la razón moderna instrumental en busca de conocimientos como instrumento de progreso, tampoco es la suya. El tiempo transcurre a un ritmo no “agendario” sino biosocial basado y significado por un fuerte fundamento mítico - religioso(Nota 11) y, a pesar de las múltiples transformaciones introducidas por las relaciones con las sociedades más complejas contemporáneas, la vigencia de esos fundamentos juega en los procesos de construcción de nuevos significados.
Aún siendo cada vez mayores las manifestaciones de las múltiples incidencias de los procesos actuales de las transformaciones producidas a nivel mundial, nuevos símbolos generados por las mismas, son incluidos ritualmente en la vida cotidiana. De este modo se podría proponer que - de manera similar a lo mencionado en relación al espacio - se los domestica y otorga sentido, sometiéndolos al orden simbólico.

NOTAS

1) Las consignas relativas al trabajo de simbolización gráfica de las dimensiones espaciales fueron planteadas en colaboración con el Lic. Daniel González.
2) En oportunidades anteriores (1992) analicé la concentración de celebraciones en honor a los Santos protectores en Agosto, mes en que - además - aparecen en el calendario cívico dos festividades importantes, una de ellas el éxodo, especialmente vinculada a la producción.
3) Cabe aclarar que los recorridos con las imágenes, que realizan “visitas” domiciliarias en que se reúnen los vecinos para rezar, comienzan aproximadamente un mes antes de la fecha de la fiesta, en cada barrio y, en el caso de la Virgen de la Candelaria, en todo el pueblo. De este modo, prácticamente no queda casa sin visitar ni espacio sin ser transitado por las imágenes y los vecinos.
4) Antes se dijo que el último barrio que se constituyó como tal fue el Santa Rita. Hasta entonces no existía un Santo protector celebrado por un barrio de Humahuaca durante el mes de mayo. Ellos nos lleva a pensar que no casualmente fue elegida este Santo.
5) Es común, en caso de precipitaciones prolongadas que se abran sepulcros y se saquen calaveras o portes de esqueletos para exponerlos al aire libre y por sequedad de los mismos... combatir las lluvias. (Van den Berg cita a Blandelier, 1991). Las ceremonias de Semana Santa coinciden con este momento del ciclo anual: fin de época de lluvias.
6) Los santuarios hacia los que se peregrina anualmente se encuentran ubicados en las abras y para llegar a ellos se atraviesan pasajes considerados peligrosos. La concentración de los promesantes en las cumbres - lugares de más fácil acceso al Mundo de arriba y donde tuvo lugar una hierofanía - quienes no cesan en sus plegarias y cantos en honor a la Virgen o al señor parece conjurar el peligro de las fuerzas opuestas de los abismos.
7) Santiago mismo es una figura que integra en sí los tres niveles mencionados, en tanto ubicado en el mundo de arriba, relacionado con la luz y el orden impuesto por los ejércitos, dueño del gran poder que se manifiesta tanto en el fuego que cae desde el cielo en el rayo, como en la fuerza de los terremotos en el mundo subterráneo, en el mundo de aquí puede imponer la destrucción o proteger y restablecer la salud. Santiago tiene significativa presencia en distintas regiones del mundo: España y Francia (el camino de Santiago, transitado desde la Edad Media, en que los peregrinos se orientaban por su conocimiento de la Vía Láctea),Chile, a cuya capital protege de los terremotos (al igual que a Mendoza), Cuba (en las culturas congo-yoruba), Puerto Rico, Haití, México, y en varias provincias de Argentina. En la actualidad -en la región estudiada - es patrón de los curanderos, durante el Renacimiento lo fue de los alquimistas.
8) También los antepasados (de alguna etnia andina) han salido a la luz luego de circular por el Mundo Subterráneo, a través de los troncos de los árboles. (Montes Ruiz, 1986).
9) Encontramos referencias a ello en Salazar Solar, C. 1992.
10) El mundo Subterráneo aparece como análogo al interior oscuro y profundo de nosotros mismos (Montes Ruiz, 1986), con lo que el equilibrio de su influencia sería también la clave de la salud.
11) Por otra parte indicios encontrados en concepciones como la del árbol invertido, en la relación del alma con uno de los cuatro elementos que conforman el universo (en teoría orientales y griegas presocráticas) nos han llevado a explorar en estas fuentes la relación del hombre con su universo.

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