SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número13Hacia la descolonización del discurso femenino: textos «escritos» por mujeres en el Tucumán colonial (siglos XVII y XVIII)Infamación, violencia y locura: Salta a fines del siglo XIX índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versión On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  n.13 San Salvador de Jujuy nov. 2000

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Las mujeres atamisqueñas: las teleras

The woman atamisqueñas: the weaver

J. Togo - J. Mussi - C. Rossi - L. Zárate - R. Ledesma - M. Palferro

Facultad de Humanidades Ciencias Sociales y de la Salud - Universidad Nacional de Santiago del Estero.

RESUMEN

El presente trabajo se integra en el corpus del conocimiento logrado con la investigación: “Estudio de los procesos históricos a través de la memoria colectiva de Villa Atamisqui” 1993-1996, dirigida por el Lic. José Togo, que pertenece al Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas (CICyT), de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE).
Un estudio realizado desde una perspectiva cualitativa, recurriendo a la técnica de la “Historia Oral” con entrevistas en profundidad y semiestructuradas. Se analizan los datos en tres dimensiones: 1. la construcción de su identidad, 2. su relación con la comunidad local y 3. su relación con el sistema económico.
El aprendizaje de la actividad de telera se caracteriza como parte del proceso social, que implica las reuniones entre madres, hijas y parientes para hilar, teñir y tejer, en estas reuniones existe una circulación de conocimientos referidos a las técnicas y procedimientos para lograr determinado tipo de tramado y de dibujo en la manta, lo que le imprime a cada una de ellas un rasgo particular y único.
De mantenerse la tendencia migratoria de las hijas de las Teleras, se detendría la “circulación” de los conocimientos, se dejaría de transmitir el oficio, del mismo modo por la imposibilidad de colocar su producción en el mercado, las induciría a buscar nuevas formas de ingresos alternativos y al carecer de estímulos económicos, sociales, culturales esta actividad se extinguiría en el corto plazo.

ABSTRACT

The present work consists of the “corpus” of knowledge achieved through the research: “The study of historical processes within living memory from Villa Atamisqui” 1993-1996, directed by Licenciate José Togo, who belongs to the council of Technical and Scientific Research (CICYT) from National University of Santiago del Estero (UNSE).
A study performed from a qualitative perspective, resorting to the technique of “Oral Story” with in-depth and semistructural interviews, these data are analysed in three dimensions: 1.the construction (interpretation) of its identity, 2.its relationship with the local community and, 3. its relationship with the economic system.
The learning of the weaver´s activity is characterized as part of the social process that implies meetings among mothers, daughters and relatives in order to spin, dye and weave and where there is a transmission of knowledge related to the techniques and procedures so as to attain a stated kind of weft and pattern in the blankets which gives each of them a particular and unique feature.
If the migratory trend of the weavers´ daughters keeps on, it may stop the “transmission” of knowledge as well as the craft. In the same way the impossibility of setting the production on the market would persuade them to look for new methods of alternative incomes and thus lacking cultural, social and economic encouragement this craft would be exctint in the short run.

REFERENCIAS INICIALES

El trabajo que presentamos en esta oportunidad forma parte del Proyecto Titulado: Estudio de los Procesos Históricos a través de la Memoria Colectiva de Villa Atamisqui, cuyo objetivo general es: “El determinar los contenidos significativos de la Memoria Colectiva, en la dinámica y la estructura social de esa comunidad histórica de la Provincia de Santiago del Estero”, y consideramos directamente el rol de las mujeres atamisqueñas en su actividad central de teleras, en la presente comunicación.
El trabajo de campo fue realizado por el equipo interdisciplinario de investigación del Laboratorio de Antropología de la Facultad de Humanidades, de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, teniendo en cuenta el Marco Teórico “Histórico Estructural”, la corriente cualitativa como metodología de trabajo y en ella la técnica de “historia Oral”, ya que consideramos como los más apropiados para el análisis del tema, dentro de ese campo las entrevistas semi-estructuradas y abiertas han permitido la recolección de los datos que hoy proponemos a consideración de la comunidad.
Partiendo de una visión holística de la estructura socio-cultural de las teleras, se seleccionaron dimensiones analíticas en base a los datos de las entrevistas. El resultado intenta conformar una aproximación sobre la realidad social de este grupo la que estará sujeta a una posterior difusión y debate.

INTRODUCCIÓN

Atamisqui es una población santiagueña, cabecera del Departamento del mismo nombre, cuya dimensión relativamente reducida significa el 1,7% del espacio geográfico provincial. Según el Censo de 1991 cuenta con 9.251 habitantes y se encuentra a 125 Km. de la ciudad Capital de Santiago del Estero, la densidad poblacional es de 4.1 personas por Km2.
Atamisqui, representativo del Santiago tradicional, es una de las poblaciones más antiguas y conserva los rasgos arquetípicos por la pervivencia de elementos culturales indígenas y mestizos en la conformación de su ethos cultural. Con la técnica de la “Historia Oral” se pudo constatar que se destaca como sujeto importante dentro de la comunidad, la mujer telera como productora y reproductora socio-cultural. Considerando que es un hecho significativo la pervivencia de este actor social, el estudio en cuestión intenta interpretar su rol, razón por la cuál nuestro esfuerzo no es la reconstrucción histórica, sino la actividad que a ella les cabe.
El equipo entiende que dada la importancia del rol que desempeña la mujer dentro de la comunidad, cualquier modificación en las pautas de comportamiento necesariamente repercutiría en la misma. A partir de las entrevistas realizadas y del análisis de los elementos recolectados pudimos distinguir las siguientes dimensiones para el estudio de la mujer telera, productora y reproductora de cultura:

-la construcción de su identidad
-su relación con la comunidad local y
-su relación con el sistema económico.

DESARROLLO

1. La construcción de su identidad: En los integrantes de la comunidad de Villa Atamisqui, los roles y la división del trabajo por sexo están muy bien definidos, los correspondientes a cada uno de ellos, de acuerdo a las pautas culturales establecidas históricamente. A pesar de que la estructura familiar se basas en el patriarcado, las mujeres han desempeñado y desempeñan papeles relevantes, tanto en las actividades laborales, como transmisora de conocimientos.
El tejido y las labores complementarias históricamente han sido una tarea femenina en Santiago del Estero, esto esta demostrado por los numerosos documentos existentes desde las primeros asentamientos españoles dónde los indígenas lugareños en los “obrajes” estaban obligados a hilar, teñir y tejer las diversas prendas que luego se comercializaban en le Alto Perú o destinados al intercambio regional.
A partir de entonces el tejido forma parte de las tareas femeninas y en torno a él se aglutina la labor doméstica artesanal y al uso del tiempo libre que en principio estaba destinado a la producción de autoconsumo y a la subsistencia mediante el sistema de trueques.

Manuela: “...mi madre también tejía, ella nos crió así, tejiendo, después hemos sido capaces nosotros, empezamos así a tejer, ella nos enseñaba, nos decía como teníamos que hacer. Y bueno, yo he sido para tejer...”

Ramona: “ ...antes una se paraba en el telar, se bajaba del telar para comer y después ibas al telar otra vez, a la tarde y terminabas de levantar tu tela ya para bañarse y eso era todo. Antes se tenía mucho respeto a la mujer y la valoraban más porque una trabajaba más y estaba pendiente de sus trabajos.”

Juana: “...porque tejíamos, hacíamos algunas escapadas, tomábamos mate, por ahí era hora de la cocinada, un día nos tocaba a una, otro día a otra y estábamos así, estabamos bien normalmente”.

Actualmente las mujeres estiman como positivo su inserción laboral en el sistema educativo, por lo que ven como una meta el que ellas o algunas de su grupo próximo logre una inserción en el, también consideran como válido el lograr una instancia de trabajo intermedia que les posibilite el logro de la meta al obtener un trabajo en el servicio doméstico de manera transitoria, aunque en la mayoría de los casos esto significa el alejamiento del grupo familiar en forma definitiva y un sin retorno a su lugar natal.

Ramona: “...mi hermano salía a trabajar a Buenos Aires y nosotras, yo y mi hermana mayor nos dedicábamos al telar, mis otras hermanas ya estudiaban, ellas son maestras y nosotras no hemos estudiado porque no nos alcanzaba (el dinero), digamos mis padres, para darnos un estudio. De las menores que han estudiado una está en Buenos Aires y ha hecho hasta 5to. año y después no quería seguir y la otra si está trabajando como docente” ... “ para mi darles educación, hacerlos estudiar hasta donde ellos quieran llegar, aquí tienen una escuela secundaria, el profesorado y después si quieren seguir estudiando hacer lo posible para que ellas lleguen a ser algo...”.

Manuela: “... y bueno, antes, francamente voy a decir, pasábamos hambre porque los hombres no salían a trabajar. Así es que con el trabajo de la mujer no mas uno pasaba hambre, ahora hay mucho trabajo para la mujer también, lavando hacen monedas, por la limpieza ya hacen las monedas...”

Si consideramos que la identidad es el conjunto de características sociales que asume y asimila el ser, podríamos decir que la identidad histórica de la telera atamisqueña, partía de la actividad junto al telar en una comunión social. A posteriori de la modificación inducida por el cambio de actividad es que configuran su nueva identidad al asimilarse en el sistema laboral-educativo valorándolo positivamente, el servicio doméstico no es traumático desde el punto de vista de un cambio de rol sino más bien responde a una urgencia o respuesta coyuntural válida para el sustento como alternativa a la actividad de telera.

2. Su relación con la comunidad: las mujeres atamisquieñas desplegaron una vinculación con la sociedad caracterizada por el grado de aproximación formal o de hecho que poseen con el hombre. Este es un hecho reiterativo en el discurso y al anunciarse como sujetos no individuales sino en relación a un “otro de viaje”, distante o ausente, se otorgan y adquiere un status diferenciado según el tipo de relación que se mantiene. Ejemplo: casada, unida, viuda, madre soltera, soltera. Estos tres últimos casos aluden a un “otro” interviniente hijo-hija, padres, familiares de segundo grado. Podría decirse que en este esquema el status está en relación al hombre, o el “otro”, aunque la correlación directa que subyace es el aporte económico que perciben de el, a pesar de existir un matriarcado velado; la vinculación nominativa con el hombre, el “otro” es un modo usual de presentarse y de asumir un lugar en la sociedad, que a su vez la reconoce y le asigna un rol propio.

Manuela: “...hasta manejábamos el hacha, la pala y todo trabajo hacíamos nosotros, a los 21 años me fui a la casa de mi marido y de ahí el, después se fue a buenos Aires y me llevó, vivíamos en Buenos Aires como 5 años, por ahí...”

Juana: “... y bueno, después me he casado, en el ´85 mas o menos, he estado un año con ellos hasta que he hecho mi casa y después me he trasladado para aquí, en la Villa la gente vive con los padres o suegros hasta hace su casita y uno se va a vivir...”

La comunidad reconoce en la labor de las teleras, que el nombre de la Villa haya trascendido y hoy en día sea reconocido en gran parte del país como el lugar donde se producen artesanías que expresan una tradición en la provincia, la excelencia de las telas tanto en calidad del tejido, del bordado, del teñido y del diseño es por lo que se distinguen de sus pares en otros lugares de la provincia o fuera de ella. Existieron experiencias positivas de invitaciones desde otras provincias a estas mujeres para que expongan el fruto de su trabajo, lo que demuestra su renombre y la trascendencia; sin embargo a nivel de la comunidad no se ha logrado un aceptación explícita a esta labor ni se ha estructurado la posibilidad de contar con una organización, ni una sede propia en la Villa que le otorgaría un reconocimiento local y directo sobre ellas. Si bien se valora la actividad de ellas, no se ha cristalizado sobre terreno acciones concretas que permitan el desarrollo de dicha actividad y su permanencia en el tiempo.

3. Relación con el sistema económico: Respecto del rol que les cabe a las teleras en el sistema económico de la Villa, las mujeres solo reconocen como trabajo las actividades que son rentadas, el tener hijos, su crianza, y el cuidado de la casa no son vistos como un trabajo en sí, sino como una actividad inherente su condición de mujer, los hombre de la Villa en su mayoría migran anualmente a otras regiones del país como mano de obra estacional, de esta manera, la reproducción social de la Villa aporta o provee al sistema capitalista un flujo permanente de asalariados en cantidad y calidad, la partida de los hombres y los jóvenes a otros lugares fuera de la villa no es visto de manera negativa ya que los consideran como un hecho necesario, para la supervivencia del grupo.
Tradicionalmente, la actividad de las teleras permitían un autosostenimiento de la reproducción social, como labor económica central, mientras que la tarea de los hombres se reducía al trabajo en los cercos y al cuidado del ganado menor y mayor.
El proceso de expansión agrícola de la Pampa Húmeda gradualmente absorbió parte de esta mano de obra masculina, que reemplazó el ingreso principal del telar doméstico femenino, con la migración anual para la desflorada del maíz, la recolección de la papa y la zafra, etc.; se acentuó hasta conformar una actividad extrapredial con una periodicidad anual entre los meses de abril y noviembre.

Manuela: “...antes la plata nos alcanzaba con el telar, hacíamos ponchos y colchas, con la plata de la venta del poncho comprábamos el hilo y una parte de mercaderías y con la plata de la colcha ya nos quedaba para vestirnos y comprar otras cosas...”. “ ...no hay trabajo para la mujer, o sea que el trabajo que nosotras hacemos no vale, no tiene valor, trabajamos por trabajar.”

Las mujeres hasta hace 15 o 20 años atrás desarrollaban una actividad económica sostenida desde las épocas precolombinas con el hilado del algodón y de la lana de la llama y oveja, confeccionaban mantas y ponchos de manera artesanal, este trabajo se modifica gradualmente conforme a la evolución del sistema capitalista y de ser antes una labor que les permitía el trueque y la comercialización, pasó a ser un sistema de auto-explotación.
Estas mujeres reconocen abiertamente que su anterior condición de teleras en actividad plena les permitía un nivel de vida por encima del de subsistencia, actualmente ante la contracción de la demanda de sus artículos por el alto costo de producción más el deterioro de los términos de intercambio con la proveduría del pueblo, es que la actividad de telera deja de ser honerosa y les resta tiempo para otras tareas a partir de las cuales podrían obtener un ingreso extra.
Es de destacar que en los grupos de mujeres jóvenes el trabajo del servicio doméstico se inserta como un recurso laboral válido para incrementar el ingreso familiar, en algunos casos se trata de una ocupación transitoria, con un retorno periódico a los hogares, en otros se asume como una actividad permanente. en las ciudades desde dónde aportan mediante giros o encomiendas al sostén familiar.

¿... y ahora en que trabajan las chicas? Teresa: “...y fuera vamos a decir, porque ahora pocas chicas quedan, van a trabajar a Buenos Aires...”

Actualmente son pocas las mujeres que se dedican al telar, algunas no lo realizan con fines comerciales, sino como un pasatiempo y vinculada a las relaciones sociales de intergrupo, permanece una reminiscencia de la tarea que vieron a sus mayores realizar, en algunos casos se confeccionaban mantas y se las guardan esperando la presencia de un comprador que valore el precio de la manta y del trabajo impreso en ella.
Para tener una aproximación sobre el costo de estos productos, diremos que actualmente una manta de dos plazas que insume aproximadamente un mes de labor se la comercializa a $100.-, una colcha de idénticas dimensiones que cumpliría con al misma función cuesta aproximadamente entre $30.- y $40.-. Actualmente ante el interés de un potencial comprador, algunas teleras solicitan el pago anticipado del 50% del precio, lo que les permite iniciar la labor y recibir el pago final contra la entrega del producto.

CONCLUSIÓN

Podemos decir, luego de analizar los condicionantes de la actividad y su futuro en el tiempo, que existirían dos hipótesis alternativas y excluyentes al respecto, por un lado se podría pensar que el trabajo en el telar ha de extinguirse, en el corto plazo, ante la falta de estímulos y la ausencia de un sujeto que vea en el telar un trabajo que le permita sus subsistencia, este hecho no sería el único caso de la desaparición de una actividad artesanal en el desarrollo del sistema capitalista. Por otro lado se podría interpretar que “esta labor ha de subsistir junto al modo de producción campesina, oponiendo resistencia a su extinción y formando parte de las características inherentes al del ´pequeño campesino´ que a pesar de los vaticinios de su desaparición aún pervivirá como parte de la subsistencia campesina dentro del sistema económico vigente”(Nota 1) .
Por último es de destacar por un lado la ausencia del rol del Estado como interesado en actividades de relevancia históricas y artesanales que constituyen la identidad de un pueblo y la perdurabilidad de una profesión dónde se aglutina y se difunde la reproducción social comunitaria, por otro lado la existencia omnipresente de un mercado que induce cambios en los modos de vida y de producción y que repercute tanto sobre la coyuntura laboral de una comunidad como sobre su destino en la historia.

NOTA

1) Hipótesis alternativa de Reinaldo Ledesma, 1993.

BIBLIOGRAFÍA

1. ASTORI, D (1981) Controversias sobre el Agro Latinoamericano, CLACSO, Buenos Aires.        [ Links ]

2. COLOMBRES, AM (1990) Manual del Promotor Cultural Bases Teóricas de la Acción. Humanitas, Buenos Aires.        [ Links ]

3. ENTREVISTAS REALIZADAS A TELERAS. Informes de Avance del Proyecto "Estudio de los Procesos Históricos a través de la Memoria Colectiva de Villa Atamismqui", CICYT-UNSE, 1993-1996        [ Links ]

4. QUIROGA, A (1980) Crítica de la vida cotidiana. La Vida Cotidiana. Ediciones Cinco. Buenos Aires.        [ Links ]

5. LUMMIS, T (1991) La Memoria, en La Historia Oral. Centro de Editor de América Latina. Méjico.        [ Links ]

6. SITTON, T y MEHAFFY, G (1983) Historia Oral. Fondo de Cultura Económica. Méjico.        [ Links ]

7. SUNKEL, O y PAZ, P (1970) La Teoría del Desarrollo y El Subdesarrollo en América Latina, Siglo XXI.        [ Links ]

8. TAYLOR, SJ y BOGDAN, R (1992) Introducción a los Métodos Cualitativos de Investigación, Paidos.        [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons