SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número15Una forma de profundizar la relación universidad - sociedadLos procesos de innovación y mejora de la calidad docente en la universidad de málaga índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  n.15 San Salvador de Jujuy jul./dez. 2000

 

ARTICULO ORIGINAL

Lineamientos para una historia de la universidad latinoamericana

Celina Lértora Mendoza *

* CONICET - Buenos Aires.

Los trabajos investigativos que actualmente poseemos sobre Universidad Latinoamericana constituyen en su conjunto un material suficientemente abundante como para encarar desde ahora la tarea, por cierto nada fácil, de configurar una historia general de la Universidad Latinoamericana. No sorprende su ausencia si pensamos que otras materias, cuya bibliografía sectorial es igualmente rica, tampoco lo han logrado. Por ej. carecemos de una historia de la ciencia latinoamericana -e incluso de una rama de ella-, o de nuestra filosofía, de nuestra medicina o tecnología, salvo panoramas esquemáticos o ensayos preliminares (ejs. Insúa Rodríguez, 1945, Kempff Mercado, 1958, Larroyo y Escobar, 1968, López Piñero, 1982, Zea, 1965, ).
Sin embargo, como es necesario avanzar y un camino de diez mil millas comienza con el primer paso, como decía Mahatma Gandhi, voy a proponer a continuación algunas ideas, por cierto nada más que preliminares, para impulsar esta tarea.

LINEAS DE CONVERGENCIA Y DIVERGENCIA

Una historia global de la universidad latinoamericana debe dar razón del fenómeno en su conjunto pero a la vez de las particularidades de todo tipo (epocales, regionales, etc.) que se presentan. Debe ser una historia que en su universalidad salve la diferencia. Pero el resultado no ha de ser un mosaico o una simple suma de las historias locales, sectoriales o parciales, ni puede ser un panorama construido sobre un marco apriorísticamente fijado. Y ello porque en cualquiera de estos casos no se obtendría el resultado deseable: la comprensión de una dinámica regional cuyos límites (cronlógicos, físicos, sociales y culturales) son también dinámicos (cf. Abellán, 1972, Dussel, 1970, Gaos, 1944, Zea, 1957).
Por tanto, este estudio debe considerar líneas de convergencia y de divergencia.
Son líneas de convergencia aquellos aspectos en que podemos hallar notorias analogías, semejanzas, coincidencias o aproximaciones, que nos permitan elaborar un perfil común, al menos en sus trazos esenciales.
Yo señalaría al menos cuatro líneas de convergencia que podemos explorar a lo largo de nuestra historia:

1) Un modelo originario común, tanto en su estructura legal (pues provienen de los mismos poderes metropolitanos) como en su estructura académica. Y aquí admitiría con mi colega Agueda Rodríguez Cruz (1977), que podemos mencionar a Salamanca como modelo de las universidades americanas, con esta restricción: no sólo, no siempre y no tanto...
2) Otra línea de convergencia es la participación de agentes de cierta homogeneidad, cuyas conductas son comparables de acuerdo a un patrón de explicación histórica común. En orden de aparición diría que los más importantes son: el clero regular, los criollos ilustrados, los profesionales de la burguesía emergente y los científicos internacionalistas (Cf. Abad, 1992, Dussel, 1970, Prien, 1985).
3) En tercer lugar tenemos una serie de procesos socio políticos análogos que constituyen su entorno inmediato: las tensiones de la naciente sociedad criolla en los ss. XVI y XVII, los idearios revolucionarios a fines del XVIII y principios del XIX, la anarquía y las luchas civiles y la organización republicana sobre modelos foráneos a mediados del siglo pasado, los problemas de ajuste y los procesos de modernización a principios de este siglo y finalmente el surgimiento de movimientos de liberación en pugna con las tendencias centralizadoras de poderes de alcance mundial en la época de la «guerra fría» (cf. Maravall, 1972, Ots de Capdequí, 1934, Bernal, 1972). Todo ello configura un entorno bastante comparable, con resultados que pueden ser significativos.
4) Finalmente, y ya en la actualidad, todos nuestros países enfrentan problemas comunes de la sociedad planetaria y los modelos globales sociales políticos y económicos que plantean nuevos desafíos a la universidad.

LINEAS DE DIVERGENCIA

Son líneas de divergencia las que permiten diferenciar los elementos particulares. Esta diferenciación tiene grados, y me permitiría indicar que una historia general debe dar cuenta de perfiles de diversa densidad en la diferenciación: regional, local e individual, para cada centro.
Pero estas diferenciaciones, así como las convergencias, no pueden ser pensadas a priori, sino que deben surgir del trabajo historiográfico.
Pondré dos ejemplos que conozco más de cerca por haber trabajado en ellos:
a. el análisis de los comportamientos de los claustros en la Facultad de Artes durante fines del XVII a fines del XVIII, para franciscanos y jesuitas, muestra que en algunos casos no siguen las pautas de comportamiento general esperable y eso debe explicarse como una desviación de motivación y causa específica y local (Lértora Mendoza, 1979 y 1995).
b. el análisis del comportamiento de las universidades con respecto a los programas de investigación de excelencia, sobre todo la investigación nuclear (casos de Argentina y Brasil) muestra divergencias no esperables teniendo en cuenta significativas analogías de las políticas nucleares y el desarrollo nuclear de ambos países, por lo que la diferencia debe buscarse en la visión y la tradición académica inmediata de cada centro.

MARCO METODOLOGICO, IDEAS BASICAS

Una historia general de la universidad latinoamericana debe elaborar un triple marco metodológico común: periodización, tipología académica y modelos histórico críticos para evaluar el proceso universitario.

1. PERIODIZACIÓN

Este punto me parece bastante fácil de acordar, pues está claro que nuestras universidades transitaron por casi las mismas fechas las siguiente etapas:
- colonial, con sus sub-etapas:
- escolástica
- ecléctica (o preilustrada)
- ilustrada
- independiente (principios del XIX)
con sus sub-etapas:
- revolucionaria
- organizativa y positivista
- reforma y modernización (c. 1910-1930) con los caracteres comunes de profesionalización, democratización, desarrollismo, normalización de la ciencia nacional, transferencia de tecnología y, socialización del conocimiento.
- época actual, con los problemas de la globalización

2. TIPOLOGIAS ACADEMICAS

Las tipologías en primer lugar tienen correspondencia con los períodos, ya que resulta difícil que todas las tipologías históricas transiten sin ambigüedad los cuatro siglos de la universidad latinoamericana, lo que naturalmente no impide el intento de unificarlas, pero en la conciencia de que dichas tipologías generales serán pocas. En lo que sigue me atengo a las tipologías detectables en los grandes períodos, señalando aquellas que pueden aplicarse homogéneamente a toda la región sin generar problemas interpretativos.
Durante el período colonial, la tipología universitaria se centra en las tres facultades, sus agentes y funciones, y sus perfiles se relacionan con las ideologías de los centros de poder intelectual, sean las órdenes religiosas o el gobierno central (cf. Diffie, 1967, Maravall, 1982, Puy Muñoz, 1966, Silva, 1992, , Tank, 1977.
En la época revolucionaria podemos apreciar que hay bastante analogía en las adopciones pragmáticas de ideas foráneas como la ideología, el benthamismo y el romanticismo en las primeras décadas independientes, y luego el positivismo, que coincide con la época de organización o reorganización de nuestras universidades (casi todas después de 1860), y con la expansión de la burguesía académica y profesional europea, que nos proveyó modelos de profesores y de profesionales, sobre todo en países de fuerte inmigración, pero no sólo en ellos (cf. Arrom, 1963, Zrea, 1971). En esta etapa debemos introducir otra tipología, relativa a los influjos intrarregionales que se acentuarán a principios de siglo (por ej. los profesores de física y medicina venezolanos y peruanos que estudiaron en Argentina).
La tipología para la época de la modernización tiene también muchos puntos comunes: se comparte la ideología progresista y cientificista, aparece una relación muy fuerte entre universidad, profesionalismo, política y economía; las profesiones emergentes tienen incidencia política en su esfuerzo por ganar espacios sociales. Es el caso de la ingeniería que pasa a competir en política con los espacios que antes tenían medicina y derecho, y esto es un proceso que se da de modo muy similar en México, Argentina, Colombia y Venezuela, y que a su vez y por lo mismo determinó una marcha retrasada en las investigaciones de ciencias puras (como lo afirman Clara Sánchez y Víctor Albis para la matemática en Colombia y yo para la física en Argentina, 1994, 1996). Al mismo tiempo, estos esfuerzos de nueva profesionalización y búsqueda de espacios, sufrieron similares embates de las líneas conservadoras, sea con críticas directas o con discursos alternativos científicos, sociales o religiosos. La resistencia de la antigua elite atrincherada en los partidos conservadores y en los círculos cerrados de algunas instituciones religiosas, marcan un proceder bastante semejante a lo largo de todo el continente. Por igual causa, cuando estas fuerzas conservadoras lograron detener avances progresistas, determinaron en contrapeso diversos movimientos liberalizadores, de los cuales forman parte los de estudiantes, y que también presentan rasgos comunes que permiten asimilarlos al modelo historiográfico denominado alternativa sociohistórica de un proceso estancado. Desde ese punto de vista, la reforma universitaria latinoamericana de principios de siglo puede ser vista como el paso de una universidad de elite a una universidad de masas, y como el desplazamiento de los centros de poder socio político, que buscan con la democratización social la socialización del saber y que a la vez, paradojalmente, dan inicios al especialismo y a otra elite académica vinculada a los nuevos modelos de excelencia, todo ello con la bandera de la modernización.
Las últimas décadas también presentan tipologías análogas porque asistimos a un proceso que podríamos denominar de normalización de la actividad científica, con la aceptación y asunción de los cánones de rendimiento propios de los países avanzados, lo cual ha producido un conjunto de problemas que en la década del 60 nos llevaron, en bloque y como si hubiera habido un consenso previo, a una serie de minicrisis de adecuación, y a la búsqueda de identidad y de perfiles regionales y locales. Esta claro que el regionalismo científico que en ese momento propiciaron los movimientos políticos y sociales llamados «de liberación» no prosperó, y también éste es un tema a tener en cuenta. La universidad latinoamericana que se soñó, se propuso, se intentó y en parte se logró en los sesenta ya no existe, pero quizá no por las mismas razones por las cuales la universidad francesa ya no produce otro Mayo del 68.
Sin embargo, el globalismo debe ser tenido en cuenta como un marco tipológico tanto para situar nuestras universidades en el proceso, como para entender en qué medida nos influyó o no. Está claro, por ej. que acontecimientos alejados de nuestras regiones, como el Mayo francés o la guerra de Vietnam y más recientemente las guerras periféricas de Africa y Medio Oriente, han producido ecos que se reflejan en nuevos temas de investigación social, o temas técnico científicos como los desastres atómicos y ecológicos sucedidos en otras regiones proporcionan motivaciones para investigaciones interdisciplinares que convocan una amplia gama de especialistas, desde físicos nucleares a éticos y politicólogos.

3. LOS MODELOS HISTORICO CRITICOS EVALUADORES DE LOS PROCESOS ACADEMICOS

Una historia común debe tener también ciertas pautas o modelos histórico críticos que por un parte den razón de los datos y por otra, a la vez, orienten nuestras búsquedas. Yo no creo en la inocuidad de los abordajes histórico críticos, todos nos dan una respuesta adecuada a su modo de preguntar. Por eso no abogo por un imposible y no deseable consenso sobre un determinado tipo de abordaje, pero sí me parece importante señalar cuáles son las características y las limitaciones de los que usemos. Ejemplificativamente menciono cuatro que de hecho se han usado en investigaciones puntuales y cuya extensión a toda la región y todas las épocas podria dar resultados distorsionados si no se revisan:

1. El modelo difusivo, visualiza nuestra historia como un traspaso de modelos (legales, académicos, teóricos) de un centro hacia su periferia, en nuestro caso de la metrópoli a la colonia (Basalla, 1967). Es el modelo que usa Rodríguez Cruz (1973, 1992) al hablar de Salamanca y su «irradiación» en América, o Furlong al historiar la fundación de universidades en la colonia (1951). Las insuficiencia de este modelo ya ha sido señalada (Arboleda, 1989, Lafuente y Sala Catalá, 1989), pero quizá no sea del todo erróneo comenzar por esa hipótesis.
2. El modelo del «apóstol» enunciado por Lewis Pyenson (19185) sobre todo para analizar la influencia de los científicos europeos en la ciencia y las universidades latinoamericanas a partir de mediados del XIX.
3. El modelo de la «cadena teórica» de Chambers.
4. El modelo de «red» interactiva con sus «nudos» de diferente densidad y peso académico que ha sido adoptado por varios historiadores de nuestras región (L. C. Arboleda, Y. Freites, P. Aceves y yo misma).

Estos modelos no pueden ser aplicados ingenuamente y cada uno debe controlarse con los otros y todos ellos con un muestrario histórico del conjunto. Esta tarea requiere un adecuado nivel de consenso de los investigadores acerca de la necesidad de explicitar los patrones metodológicos y una disposición efectiva y sincera a contrastar los resultados y a discutir los supuestos.

ENFOQUES COMPARATIVOS Y TAREAS CONJUNTAS

Una historia global no puede ser un proyecto que ignore la necesidad de previos estudios comparativos parciales. Quisiera indicar ciertos temas que hoy requieren urgentemente enfoques comparativos porque hay suficiente investigación puntual, soporte de bibliografía y disposición de fuentes (entre otros, señalamos especialmente por su importancia y /o su rigor metodológico: Gaos, 1945, Medina, 1958-1962, Montoro y Altamira, 1927- 1932, Soto Arango, 1988):
1. Actas y Estatutos de las universidades coloniales
2. Curricula por carrera o disciplina, para toda la historia americana de esas ramas cognitivas
3. Comportamiento de sectores multipresentes (por ej. los jesuitas, los franciscanos en la colonia, las multinacionales o las agencias de financiamiento externo en la actualidad (por ej. las investigaciones de Marcos Cueto sobre la Fundación Rockefeller)
4. Los movimientos estudiantiles
5. La incorporación de la mujer y de minorías étnicas, religiosas, etc.

Además creo que es importante iniciar ya programas conjuntos sobre algunos aspectos instrumentales a fin de potenciar los resultados particulares y facilitar el acceso de todos los historiadores de la región a cualquiera de los tópicos de nuestra historia universitaria:

1. Fuentes y archivos: me parece muy importante contar con catálogos latinoamericanos, incluso si son elementales o incompletos. Creo interesante continuar con una iniciativa que tuvo lugar entre los historiadores de la ciencia latinoamericana, de elencar en cada ciudad las fuentes pertinentes y si no todas ellas (en muchos casos es tarea enorme o aún no realizada en los archivos) al menos sí el tipo de documento o de información que proporcionan. Este proyecto no ha continuado, lamentablemente, y me parece que la historia de nuestras universidades merece un emprendimiento similar. Del mismo modo considero necesario un directorio de archivos latinoamericanos o europeos donde se halle información relativa a las universidades, con indicación del tipo de fuentes y condiciones de consulta. Esto simplificaría la tarea de investigadores foráneos y permitiría una mayor difusión de los fondos.
2. Bibliografía general sobre el tema. En este sentido me parece importante recoger la idea de incluir amplias bibliografías en los trabajos de equipo (como la propuesta de D. Soto, L. C. Arboleda y M. A. Puig Samper (1995) para la historia de la ilustración americana o la de G. Marquinez Argote y M. Beuchot (1996) para la historia de la filosofía colonial) pero además debe encararse la confección de una bibliografía seleccionada y crítica, en lo posible con resumen o indicación del contenido, con índices y tesauro.
3. Finalmente creo que debemos propiciar el intercambio de investigadores, pero no solamente para que en las reuniones cada uno exponga lo que ha investigado de su propio país, sino para que se interese temáticamente en la historia de otros, o de diversos centros, de modo que los estudios comparativos sean más ricos. Esto también permitiría generar de modo normal nuevos centros o polos de «atracción» y «derivación» de investigadores. Mi propia experiencia en la investigación de fuentes en Colombia y México me persuade de la importancia de esta estrategia. Me parece que coadyuva eficientemente a nuestro mutuo conocimiento y compromiso, porque no podemos desconocer la importancia de relaciones directas, no «mediadas» por otros centros, entre todos nosotros. Eso nos ayuda también a construir nuestra cosmovisión americana y nuestros proyectos comunes de cara al futuro inmediato.

BIBLIOGRAFIA

1. ABAD, A. (1992) Los franciscanos en América, Madri, MAPFRE.         [ Links ]

2. ABELLAN, J.L. (1972) La idea de América, origen y evolución, Madrid, Itsmo.         [ Links ]

3. ARBOLEDA, L.C. (1989) Acerca del problema de la difusión científica en la Periferia: el caso de la física newtoniana en la Nueva Granada (1740- 1820). Ideas y Valores, n. 79, 1989: 3-26.         [ Links ]

4. ARROM, J.J. (1963) Esquema generacional de las letras hispanoamericanas. Ensayo de un método, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo.         [ Links ]

5. BASALLA, G (1967) The Spread of Western Science, Science, n. 156, 1967: 611-622.         [ Links ]

6. BERNAL, J.D.(1972) La ciencia en la historia, México, UNAM, trad. de Eli de Gortari.         [ Links ]

7. DIFFIE, B.W. (1967) Latin- American civilization: colonial period, New York, Octogon Books.         [ Links ]

8. DUSSELL, E.D. (1970) América Latina y conciencia cristiana, Quito, IPLA.         [ Links ]

9. FURLONG, G. (1951) «Las universidades de la América Hispana con anterioridad a 1819, en Estudios de la Academia Literaria del Plata, T. 84,1951(4 entregas)        [ Links ]

10. GAOS, J. (1945) Antología del pensamiento de lengua española en la edad contemporánea, México, Ed. Séneca.         [ Links ]

11. GAOS, J. (1944) El pensamiento hispanoamericano, México, El Colegio de México.         [ Links ]

12. INSUA RODRIGUEZ, R. (1945) Historia de la Filosofía en Hispanoamérica, Guayaquil, Impr. Univ. Ecuador.         [ Links ]

13. KEMPFF MERCADO, M. (1958) Historia de la filosofía en Latinoamérica, Santiago de Chile, Ed. Zig-Zag.         [ Links ]

14. LAFUENTE, A. y J. SALA CATALÁ (1989) «Ciencia colonial y roles profesionales en la América Española del s. XVIII», Quipu 6, n. 3, 1989: 387- 395.         [ Links ]

15. LARROYO, F. y E. ESCOBAR (1968) Historia de las doctrinas filosóficas en Latinoamérica, México, Porrúa.         [ Links ]

16. LERTORA MENDIOZA, C.A. (1994) Ciencias exactas y ciencias útiles: la ingeniería argentina a fin de siglo, Studia. Publicación de la Cátedra de Historia del Pensamiento y la Cultura Argentinos, n. 4, 1994: 93- 116.         [ Links ]

17. LERTORA MENDOZA, C.A. (1979) La enseñanza de la filosofía en tiempos de la colonia. Análisis de cursos manuscritos, Buenos Aires, FECIC.         [ Links ]

18. LERTORA MENDOZA, C.A. (1995) Fuentes para el estudio de las ciencias exactas en Colombia, Bogotá, Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y natuales.         [ Links ]

19. LERTORA MENDOZA, C.A. (1996) Química aplicada y desarrollo tecnológico en la Argentina finisecular. En: Patricia Aceves Pastrana (ed.) Farmacia,historia natural y química intercontinentales, México, UAM, 1996: 257- 300.         [ Links ]

20. LOPEZ PIÑERO, J.M. (1982) La ciencia en la historia hispánica, Barcelona, Salvat.         [ Links ]

21. MARAVALL, J.A. (1972) Estado moderno y mentalidad social, Siglos XV a XVII, Madrid.         [ Links ]

22. MARAVALL, J.A. (1982) Utopía y reformismo en la España de los Austrias, Madrid.         [ Links ]

23. MARQUINEZ ARGOTE, G. y M. BEUCHOT (directores) (1996) La filosofía en la América Colonial, Bogotá, El Buho.         [ Links ]

24. MEDINA, J.T. (1958) Biblioteca hispanoamericana, 1493- 1810, Santiago de Chile, Fondo Histórico y Bibliográfico de J. T. Medina, 1958- 1962, 7 vv.         [ Links ]

25. MONTORO, S. y R. ALTAMIRA (1932) Colección de documentos inéditos para la historia de Iberoamérica, Madrid, 1927- 1932, 14 vv.         [ Links ]

26. OTS DE CAPDEQUI, J.M. (1934) Instituciones sociales de la América Española en el período colonial, La Plata.         [ Links ]

27. PRIEN, Hans Jürgen (1985) La historia del cristianismo en América Latina, Salamanca, Sígueme.         [ Links ]

28. PUY MUÑOZ, F. (1966) El pensamiento tradicional en la España del siglo XVIII (1700- 1760), Madrid.         [ Links ]

29. PYENSON, L. (1985) Functionaries and Seekers in latin America: Missionary Diffusion of the Exact Sciences, 1850- 1930, Quipu 2, n. 3, 1985: 387- 420.         [ Links ]

30. RODRIGUEZ CRUZ, A. (1973) Historia de las universidades hispanoamericanas. Período hispánico, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1973, 2 vv.         [ Links ]

31. RODRIGUEZ CRUZ, A. (1977) Salmatica docet. La proyección de la universidad de Salamanca en Hispanoamérica, Salamanca.         [ Links ]

32. RODRIGUEZ CRUZ, A. (1992) La Universidad en la América hispánica, Madrid, MAPFRE.         [ Links ]

33. SILVA, R. (1992) Universidad y sociedasd en el Nuevo Reino de Granada. Contribución a un análisis histórico de la formación intelectual de la sociedad colombiana, Bogotá, Banco de la República.         [ Links ]

34. SOTO ARANGO, D. (1988) Los estudios superiores en el virreinato de la Nueva Granada ilustrada. Bibliografía y fuentes primarias, Bogotá, Univ. Pedagógica Nacional.         [ Links ]

35. SOTO ARANGO, D. (1995) Miguel Angel PUIG SAMPER y Luis Carlos ARBOLEDA (editores), La Ilustración en América Colonial, Madrid, Doce Calles,CSIC, Colciencias.         [ Links ]

36. TANK DE ESTRADA, D. (1977) La educación ilustrada, 1786- 1836, México, El Colegio de México.         [ Links ]

37. ZEA, L. (1957) América en la historia, México, FCE.         [ Links ]

38. ZEA, L. (1971) Latinoamérica: emancipación y neocolonialismo. Ensayos. Caracas, Ed. Tiempo Nuevo.         [ Links ]

39. ZEA, L. (1965) El pensamiento latinoamericano, México, Ed. Pormaca, 1965, 2 vv.         [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons