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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

On-line version ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.15 San Salvador de Jujuy July/Dec. 2000

 

ARTICULO ORIGINAL

Los niños y los jóvenes ante la obra documental

Children and youths faced with documentary works

María Ester Ríos - Rafael F. Gutiérrez

* Museo Histórico del Norte - Salta.

Porque la vida camina y camina crea "el pasado",
es preciso que haya quien se preocupe de recoger esa
creación magnífica de la humanidad que es su propia historia.
J. Folch I Torres, 1993

RESUMEN

El trabajo da cuenta de lo realizado en la primera etapa del programa denominado "Los niños y los jóvenes frente a la obra documental" puesto en marcha desde fines de agosto de 1996 en el Museo Histórico del Norte de Salta, destinado a niños y jóvenes entre los 8 y 16 años. El propósito fundamental es la formación de divulgadores del patrimonio que el museo se encarga de conservar, difundir e investigar.
La experiencia se lleva a cabo en un complejo museológico constituido por tres museos históricos, a su vez Monumentos Históricos Nacionales, conformados por el Museo Histórico del Norte, Museo Presidente José Evaristo Uriburu y Museo Posta de Yatasto; con distintos patrimonios, situados en diferentes lugares -inclusive uno de ellos en el interior de la provincia- y con diferentes perspectivas de abordaje interpretativas. En uno de ellos funcional una biblioteca especializada en temas históricos, referidos a la región, y con un rico acervo cultural, el cuál es aprovechado para dar soporte a la información histórica - museológica que contextualiza a los objetos y a investigaciones de especialistas y docentes del medio.
No obstante, la preocupación de que la puesta en valor del patrimonio existente en estos museos sea comprensible a niños y jóvenes y reconociendo la dificultad que implica acceder a una bibliografía y documentación tan específica es que se inició esta experiencia; entendiendo a la Obra Documental - entre los que se hallan los museos, las bibliotecas y la vida misma de una comunidad - como un medio que permite a los sujetos construir respuestas significativas a sus interrogantes.
Se parte de reconocer la dificultad de niños y jóvenes de razonar sobre contenidos históricos y comprenderlos, de analizar e interpretar diferentes tipos de fuentes; considerando que tales contenidos son cambiantes y por tanto exigen el conocimiento del contexto en el que surgen. A esto se agregan otras dificultades como: la construcción de categorías temporo-espaciales; la complejidad y variedad de los conceptos históricos, los cuales no son cerrados; la polisemia de textos que se genera por el desfasaje entre el momento y lugar de producción y los de reconocimiento; el lenguaje en que muchos de ellos están escritos, que no es el que diariamente usan, incluso del usado en los libros destinados a su grupo de edad.
Afrontar esta tarea requiere de una labor conjunta en la que confluyen el saber sobre las disciplinas histórica, textual y didáctica, pues formar divulgadores de la obra documental no sólo implica facilitar información y acompañar el proceso de aprendizaje de contenidos significativos sino también alentarlos y orientarlos en la producción de mensajes relevantes y accesibles a un público de intereses diversos, con formación y conocimientos distintos sobre el patrimonio con el que se quiere comprometer a toda al comunidad. A los niños y jóvenes trabajar con la obra documental les brinda nuevos caminos de investigación, nuevas relaciones con el patrimonio histórico-cultural y con los sujetos que lo manipulan, lo crean y lo re-crean.

ABSTRACT

This paper gives an account of what has been done during the first stage of the programme entitled "Children and youths faced with Documentary works", carried out since august, 1996, at Museo Histórico del Norte in Salta, Argentina. The main objective of this programme, aimed at children and youths aged 8 - 16, is to train them as divulgers of patrimony the museum is in charge of preserving, making known and researching on.
The experience takes place at a complex of three museums which are National Historical Monuments, namely: Museo Histórico del Norte, Museo Presidente José Evaristo Uriburu and Museo Posta de Yatasto. These museums differ in patrimony, location -one of them being situated in the interior of the province- and approach. In one of them is a library specialized in historical issues, mainly those related to the region. Those books, together with a rich documentary patrimony, serve to contextualize the objects and research done by specialists and teachers in this area.
What moved us to start this experience was our concern that in making the museum patrimony meaningful to children and youths, we are faced with difficulties implied by handling very specific bibliography and documentation. This concern is closely related to our belief that documentary works- which include museums, bibliography and community life itself - are means by which subjects should de able to find meaningful answers to their questionings.
We started by acknowledging the difficulties children and youths find in understanding historical contents, and in analyzing and interpreting different kinds of sources, taking into account that such contents are dynamic and, consequently, grasping their context is essential. There are further difficulties such as: constructing time-space categories; the complexity and variety of historical concepts, which are not closed; the polisemy of texts, due to the shift between their time-space of production and their time-space of recognition; and the language of those texts, which differs greatly from colloquial of the age group, or even from the language usually found in books written for them.
The project demands a joint labour in which historical, textual and didactic knowledge converge, since training divulgers of documentary works implies not only making information accessible and helping in the process of learning meaningful contents, but also encouraging and guiding the production of relevant messages and making them accessible to a public quite heterogeneous in interests and cultural background. Surmounting these difficulties will enable us to achieve our goal of involving the whole community with a historical patrimony. In this case, children and youths working with documentary works can find new research trends and new way of relating to the historical-cultural patrimony and to the subjects which are continuously creating and re-creating it.

INTRODUCCIÓN

Esta ponencia da cuenta de lo realizado hasta fines del año 1997 en el programa de trabajo iniciado en agosto de 1996 en el MUSEO HISTÓRICO DEL NORTE bajo el nombre de "Club de lectores de la obra documental".
El programa tiene previsto cubrir, en un plazo de aproximadamente tres años, la formación de niños y jóvenes divulgadores del patrimonio cultural que el museo se encarga de investigar, conservar y difundir.
Para su realización se ha previsto dos etapas, cada una abarcaría un año, la primera se cumplió al finalizar el año 1997. En ésta se trabajó sobre la formación de lectores y se prevé para el período siguiente la instancia de capacitación en la producción de textos y su inserción en los medios.
Como supuesto debemos asumir que toda cultura puede ser interpretada como una memoria colectiva que, como tal, trata de perpetuarse a sí misma. Para hacerlo ha creado diversos mecanismos -como la recitaciones orales de las comunidades ágrafas, la danza, la música o la escritura- o instituciones como las escuelas, los museos, las bibliotecas.
Entre ellos se destaca la escritura como una compleja construcción cultural que permite a los sujetos almacenar grandes cantidades de información liberando a la mente del esfuerzo de la memorización y potenciándola -de ese modo- para otros descubrimientos y creaciones. Junto con la escritura surgieron las bibliotecas como grandes depósitos de información listos a ser empleados por quienes manejaran sus códigos.
El espacio en el que se desarrolla la propuesta es un complejo compuesto por tres museos: el Museo Histórico del Norte, el Museo Presidente José Evaristo Uriburu y el Museo Posta de Yatasto, cada uno con distinto patrimonio y situado en diferentes lugares -inlcusive uno de ellos en el interior de la provincia - y con diferentes perspectivas de abordaje. En uno de ellos funciona una biblioteca especializada en temas históricos y alberga libros y documentos de gran relevancia, en especial de/para la historia de la región. Habitualmente es visitada por lectores/investigadores argentinos y extranjeros, llegando también a consultarla jóvenes y niños, quienes generalmente se acercan por un interés escolar que les permita cumplir con los requerimientos de tareas solicitadas por sus docentes.
Así es como muchas veces se inicia el encuentro "persona-museo-biblioteca", el cuál, en la mayoría de los casos, deja una huella significativa en nuestro visitante.
Luego de mucho observar, preguntarnos y discutir, concluimos que en el caso del visitante historiador/investigador su fin es específico, pero que en el caso de los niños y jóvenes el espectro se complejiza; miran con curiosidad intensa y sus ojos nos dicen que el encuentro no es circunstancial sino que los moviliza internamente; percibimos su pudoroso deseo de curiosear, de descubrir, de iniciar la aventura de conocer. Pero hay demasiadas cosas(Nota 1) y objetos(Nota 2) en el ámbito en cuestión que van desde el edificio, pasan por las variadas representaciones de la cultura material(Nota 3) que se exhiben, hasta los libros, expresión escrita de la memoria de hombres que, aunque desaparecidos, nos dicen "a voces" de su presencia cultural.
Y fue de observar e interrogarnos que nos planteamos la tarea de crear un espacio dentro del museo que permitiese acercar a esos jóvenes visitantes a descubrir y conocer la obra documental.
Lo primero, entonces, es especificar qué entendemos por obra documental. Es un medio que permite a los sujetos construir respuestas significativas a sus interrogantes; así, las bibliotecas, los libros, los documentos, la videoteca, los museos, las personas, los monumentos, la vida misma son obra documental.
Ahora bien, sabiendo que sería imposible abarcar todo y asumiendo el desafío de acompañar a esos niños y jóvenes a buscar las respuestas a sus interrogantes, a sus intereses y entendiendo que interesarse significa a nivel filosófico inter-esse -intención de penetrar en la esencia de las cosas- es que optamos, como tarea inicial, considerar sólo a los libros de temática histórica, en especial a los existentes en nuestra biblioteca, como obra documental.
El fin era trabajar conjuntamente desde una propuesta no formal ni escolarizada en la lectura, la comprensión crítica y la producción de obra documental. Pero para qué, por qué y cómo hacerlo.
Respecto al para qué, para brindar oportunidades a jóvenes y a niños de descubrir la identidad y reconocer algunos de los problemas de la disciplina histórica y para que a través de libros y documentos históricos puedan, como dice José Luis Romero, tener "la comprensión del presente vivo y no del pasado muerto", convirtiendo al museo en la posibilidad de re-vivir la historia, para curiosear y conocer lo típico, lo diferente, lo significativo por ser común y lo especial por ser único.
Respecto al porqué, porque muchas veces escuchamos a nuestros niños y jóvenes decir de la historia que "no la entienden", que "ya pasó", que "para qué estudiarla", que "les aburre"... y sabemos que esto ocurre porque hay dificultades reales en el acceso comprensivo al texto histórico, y que éstas son de tal envergadura y complejidad que producen en nuestros jóvenes una sensación de impotencia que, muchas veces, ahoga su interés. Porque entendemos -parafraseando a Alicia Camilioni- que el museo, y en este caso también su biblioteca, es un ámbito de recolección, colección y lección.
Respecto al cómo, advirtiendo que toda actividad propuesta debía partir del principio -según Piaget- de la dificultad en niños y jóvenes de razonar sobre contenidos históricos y comprenderlos; considerando que tales contenidos son cambiantes y, por tanto, exigen el conocimiento del contexto en el que surgen. Esto conlleva otros problemas, tales como: la dificultad que tienen los menores para la construcción de categorías temporo-espaciales; la complejidad y variedad de conceptos históricos, los cuales están lejos de ser categorías cerradas; la polisemia de los textos que se genera por el desfasaje entre el momento y el lugar de producción y los de reconocimiento, en el que se implican distintas causas como la perspectiva historiográfica, las influencias ideológicas y políticas; a pesar de que los conocimientos históricos tienen mucho de narración, pueden ser contados de manera muy diferente pero igualmente válidas y que todo ello afecta al lenguaje que dista mucho de ser el empleado cotidianamente, incluso del usado en los libros destinados para su grupo de edad. Abordar estos supuestos y trabajar con ellos, por cierto, fue y es todo un desafío, pues entendemos que comprender conceptos históricos, si bien puede ser una condición necesaria, no es suficiente para aprender y gustar de la historia, para comprometer desde esa comprensión a nuestros niños y jóvenes en el cuidado de su acervo cultural.
Afrontar tal desafío requiere, no sólo de buena voluntad y predisposición de quienes guiarán al grupo, sino de una tarea conjunta en la que confluyan el saber sobre la disciplina histórica, el saber sobre la disciplina textual y la pedagogía para que el trabajo produzca lecturas enriquecedoras para los textos y para quienes se acercan a ellos; en una suerte de retroalimentación obra documental-lector-obra documental que permita recuperar la memoria colectiva y reinterpretarla para que dé respuestas al presente.

LO ACTUADO

La conformación del club de lectores presenta una serie de tareas para la organización de un grupo de educación no escolarizada con una continuidad prevista en un marco temporal de dos años.
Por tratarse de una instancia de educación no formalizada, se hizo una convocatoria masiva a través de los medios de prensa y otra de modo personalizado, a través de charlas en algunas escuelas y colegios en los que se aclaró que la participación en el club no tenía relación directa con la actividad escolar, tratando de dejar en claro que la escuela sólo facilitaba la concentración de niños de un mismo grupo de edad.
Las tareas previstas tanto para la organización como para la formación de lectores fueron planeadas con el objetivo de que permitieran trabajar de un modo coordinado las categorías que se pretendían desarrollar a nivel conceptual.
A partir de la reunión inaugural realizada el 24 de agosto de 1996 se inició el trabajo de formación de lectores. A partir de la selección de viñetas sin texto que componían una breve secuencia narrativa, se propuso el completamiento de las mismas con textos elaborados por ellos. El resultado fue variado, sin embargo la mayoría mostraba una buena comprensión de la narratividad presentada por los gráficos y como podían reforzarse con lo lingüístico.
Para aproximarse al libro en cuanto objeto se partió de la lectura "Los tapados" en referencia a la búsqueda de tesoros ocultos durante la fiesta de San Bartolomé y seguidamente se realizó la "búsqueda del tesoro", de lo cual los niños infirieron el valor(Nota 4) de los textos como objetos y como símbolos.
Cómo un modo de acercarse al libro como contenedor de información se procedió a realizar tareas de fichaje, que permitió a los integrantes del club descubrir la conformación de un libro y las indicaciones que él mismo da para su lectura y mejor aprovechamiento.
Las tareas de organización interna del club también permitieron trabajar algunas categorías desde la práctica misma. Por ejemplo la elección de autoridades requirió la postulación de candidatos, la delimitación de funciones y el enfrentamiento de propuestas, acercándolos al problema del reconocimiento del otro, a la delegación de poder y a la distribución del trabajo. La tarea de seleccionar las fotos sobre sus actividades y dar cuenta de ellas les permitió conocer la práctica de discriminar entre lo que se va a informar y lo que se va a desechar y a componer un relato a partir de las imágenes, formando secuencias narrativas de acontecimientos de los que ellos fueron protagonistas en un pasado del que podían dar cuenta desde su experiencia y por testimonios exhibibles.
El sujeto dentro de la historia se trabajó a partir de la lectura de biografías y de la selección de la información indispensable para construir un sujeto y la aplicaron a la delimitación de sí mismos en el tiempo. Realizaron pequeños relatos imaginarios con ellos como protagonistas. De allí se desprendió la necesidad de insertar al sujeto en las categorías del tiempo y del espacio.
La historia como instancia inherente al sujeto cultural se fue conformando a partir de la confrontación de diversos relatos literarios, históricos y ficcionales, a través de la lectura de textos lingüísticos y audiovisuales.
La historia como práctica discursiva comenzó a tratarse a partir de la tarea de rescate de la memoria oral a través de la re-producción escrita. Para ello se trabajó con sus propios registros grabados en cassettes de audio y con la entrevista a la escritora Julia Zigarán -luego de la lectura de sus libros, construidos en base a los relatos de la cultura Chané que recogiera en trabajos de campo-.
La multivocidad de la historia fue trabajada a través del problema de la relación conflictiva entre América y Europa iniciada en el siglo XV . Para ello se hizo lectura de textos audiovisuales como "Taki Ongoy" y "La Ruta del Quetzal", confrontando ambas versiones como dos lecturas distintas desde dos momentos y dos lugares distintos de una misma realidad.
La relación entre texto y referente fue tratada a través del análisis de los paneles explicativos de las exposiciones permanentes. Los niños intentaron desambiguar por el contexto los problemas léxicos y sintácticos que les presentaban los textos. Cuando no pudieron hacerlo recurrieron a la ayuda de los coordinadores quienes operaron por preguntas para orientarlos a través de los conocimientos que ya manejaban para llegar a la comprensión de los paneles.
Luego, los niños seleccionaron objetos y los introdujeron como parte de un relato. Esto permitió a los coordinadores reconocer el grado de comprensión que los niños habían logrado con respecto a los objetos y su funcionalidad dentro de una época determinada.
Finalmente, los niños se separaron en grupos para que unos hicieran de guías a los otros. Lo que permitió a los coordinadores revisar la capacidad de recuperación de información y de explicitación de la misma.
La comprensión de los objetos se manifestó en los relatos, mientras que la comprensión de la secuencia expositiva del museo se manifestó en las explicaciones que ellos dieron a sus compañeros.
En algunos casos se nota que hay detalles que les llamaron poderosamente la atención, mientras que otros datos -que un adulto podría juzgar de mayor relevancia- pasaron desapercibidos o fueron minimizados.
En general se nota que los niños logran la comprensión y para llegar a la exposición apelan a paráfrasis que emplean los conocimientos cotidianos que les son comunes (lecturas compartidas y programas de televisión).
La aparente pérdida de interés por las tareas realizadas las atribuimos al cansancio de los jóvenes lectores ante trabajos que les implican un gran esfuerzo cognitivo para aprehender información nueva, acomodarla a sus modelos de comprensión y luego recuperarla para retransmitirla.

DIFICULTADES

Formar divulgadores del patrimonio cultural implica en primer lugar relacionar a los sujetos con lo que denominamos obra documental, lograr que la comprendan, y luego orientarlos en la producción de mensajes adecuados y accesibles a un público de intereses diversos y con formaciones y conocimientos -en el mayor de los casos desconocimiento- distintos del patrimonio con el que se quiere comprometer a la comunidad.
Es por ello que en la primera parte del programa se trabaja con la instancia de la lectura.
La lectura, en sentido amplio, es la tarea de asignar significado a una serie de signos externos que afectan al lector por alguno de sus sentidos, creando por este modo algún tipo de representación o "mundo posible".
Para esta primera instancia se seleccionaron diversos tipos de textos:
- textos lingüísticos: libros (literatura e historia), revistas y diarios;
- textos audiovisuales: videos de ficción y documentales;
- textos icónicos: exposiciones de los museos y la conformación urbana;
- textos coreográficos: exhibiciones de artes marciales y danzas.
La variedad de tipos de textos está destinada a ampliar, en primer lugar, el concepto de lectura, y, en segundo lugar, los modos de lectura, puesto que los integrantes del club proceden de una cultura urbana en la que muchos de los objetos que se le ofrecen ya se hallan significados por una cotidianeidad condicionada por los mass-media.
Muchas veces, se ha pretendido que lo próximo al niño es lo que facilita su comprensión, sin embargo se comprueba que lo próximo en el espacio no es siempre lo más conocido, pues en un mundo mediatizado por los medios audiovisuales las distancias adquieren otra dimensión, por lo que el mundo invade el hogar a través de las pantallas y los receptores.
Por esta razón la espacialidad no resuelve el problema de la temporalidad, ya que ambos constructos se conforman en la interacción de la psiquis del sujeto con el medio en el que se inscribe.
El medio en el que se formaron los integrantes del club para la construcción de sus categorías históricas son la familia y la escuela. La familia, a su vez, es heredera de una formación escolar y familiar que priorizó determinados conocimientos como válidos y descartó otros. Por otra parte, la escuela desarrolla contenidos temáticos condicionados por políticas educativas y por el material de consulta existente. Es por ello que para el niño puede ser más conocido el pasado de un pueblo lejano como lo es el Antiguo Egipto y no el pasado aborigen de su provincia, ya que el primero es presentado en forma constante a través de diversos medios mientras que el segundo es apenas conocido a través de escasas publicaciones.
Con este marco para la lectura del texto icónico, cuando el niño/lector llega al museo y se encuentra ante un riquísimo patrimonio material, tiene grandes dificultades para insertarlos en un marco de comprensión o mundo posible coherente con los objetos expuestos.
La lectura del texto histórico presenta dificultades tales como el empleo de categorías abiertas que tienen una funcionalidad específica dentro del discurso teórico en el que aparecen y en el momento histórico en el que lo hacen y con significados distintos a los que se utilizan cotidianamente. Por ejemplo las categorías témporo-espaciales son de aparición tardía en la psiquis infantil y términos tales como sujeto, duración, continuidad y ruptura difieren de lo que en el discurso cotidiano se entiende por ellos.

RESULTADOS PARCIALES

De lo abordado hasta ahora con este grupo humano de entre seis y trece años, se desprende que entre ellos está bien desarrollada la capacidad narrativa para la comprensión y para la producción de textos, no así la capacidad expositiva y argumentativa, ya que los textos de estos tipos, tanto escritos como audiovisuales, son los que más difíciles se han mostrado para su comprensión.
Tanto los cuentos como las historietas y las películas no han presentado el problema de recuperación y devolución que han presentado los videos documentales y los artículos con esquemas expositivos.
Si bien hasta el momento no se han utilizado documentos propiamente dichos, en esta etapa se pretendía capacitar a los lectores en el abordaje de distintos tipos de textos y en las categorías propias de la disciplina histórica, para luego poder acceder a los archivos que el museo custodia.
Al finalizar la primera etapa del trabajo se reconoce que a los problemas que se presentaron para abordar los textos tratados hasta ahora se sumarán otros al enfrentarnos a documentos de siglos anteriores. Esos problemas atenderán tanto al aspecto gráfico -caligrafía, ortografía y puntuación-, al aspecto gramatical - morfología y sintaxis propias de la lengua en otro estadio de desarrollo- y al orden textual y discursivo -distancia o ausencia de los referentes y destinatarios, información presupuesta y sobreentendida de difícil recuperación y otros-.
Para la siguiente etapa se priorizará el trabajo, en ese sentido, con el soporte narrativo para la transmisión de información, por lo que se prevé la utilización de otros apoyos para el desarrollo de las secuencias narrativas. Como la elaboración de breves relatos, historietas y títeres, utilizando como base las muestras del museo -que por su secuencia temporal y espacial constituyen protorrelatos- tradiciones históricas (Bernardo Frías, Ernesto Aráoz y Juana Manuela Gorriti) y textos de historia adaptados para los niños (Colección de libros del Quirquincho, de Ed. Lumen y de Ed. Colihue).
Más allá de todo lo descripto como actividades cumplidas nos orientan y alientan en la continuidad de este proyecto, la convicción de creer que los niños y los jóvenes se benefician con el conocimiento de la obra documental, pues le brinda estímulos que los asombran, que los acercan a objetos, ideas, valores que les proponen caminos de investigación y juego sentando las bases de una nueva relación con el patrimonio cultural, con los sujetos que lo manipulan, lo crean y re- crean cotidianamente.

NOTAS

1) Cosa, según el Diccionario de la Lengua Española es todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta.( Ballart, J., 1997 pp. 21.)
2) Objeto es cualquier cosa material que se nos aparece como presencia sensible a los sentidos, tiene tres dimensiones y puede arrastrar una dimensión cultural. (Op. Cit. pp. 21)
3) Cultura material se utiliza para designar el conjunto de cosas u objetos que el ser humano ha producido a lo largo de la historia... y que fueron creados por una determinada cultura con el fin de satisfacer necesidades y deseos derivados de su interrelación con el medio (Op. Cit. pp. 27)
4) Valor en el sentido de valía, es decir, de percepción de cualidades estimables... en el sentido de aprecio hacia determinados objetos por el mérito que atesoran. (Op. Cit. pp. 61)

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