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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  n.17 San Salvador de Jujuy nov. 2001

 

Semiótica y literatura. Deslindes y aproximaciones

Semiotics and literature, separations and approaches

Francisco Vicente Gomez *

* Universidad de Murcia (España)

RESUMEN

El trabajo se propone trazar puentes entre la semiotica de Charles S. Peirce y la literatura en general. Y en particular transita por algunas de las categorías de este semiotico norteamericano como las feneroscopicas de Primeridad, Segundidad y Terceridad; la de signo, y sus distintos tipos y clasificaciones; las también categorías de interpretante y semiosis ilimitada, e indaga su capacidad explicativo-descriptiva del texto literario como una unidad de sentido compleja y estratificada, en la que todos sus elementos desde una vocacion interpretante alcanzan cierta articulacion.

ABSTRACT

This paper attempts to build bridges between Charles S. Peirce´s Semiotics and Literature in General, and it particularly moves along these categories of this American Semiotist such as the feneroscopic ones of Primarity, Secondity and Terciarity; that of sign, and its different types and classifications; as well as categories of interpreter and unlimited semiosis, and it searches its explicative-descriptive capacity of the literary text as a unity of complex sense and stratified text, in which all its elements reach certain articulation from an interpretative vocation.

INTRODUCCIÓN

El proposito del trabajo es trazar algunos puentes entre la teoría semiotica de Charles Sanders Peirce (1839-1914) y el estudio de la literatura. El sesgo cognitivo de la teoría de este pensador norteamericano (Nota 1), así como su carácter realista (su pragmatismo es de corte fenomenologico) (Nota 2) , que acaban por convertirla en una teoría sobre el mundo y el sujeto que vive en él y quiere conocerlo, la hacen particularmente interesante para indagar la explicacion que se puede obtener de un fenomeno como la literatura.
La arquitectura del sistema semiotico de Charles S. Peirce reúne unas características que hacen de ella un horizonte epistemologico - y también metodologico- muy apropiado para referir a él la globalidad del acto critico literario, la necesaria articulacion de los estudios literarios que hoy - signo de nuestra modernidad se reclama si se pretende dar cuenta de la experiencia artística literaria en toda su complejidad. Y evitar así el riesgo de formular de nuevo, superada la crisis formalista, un objeto inalcanzable por estar en constante fuga en los múltiples aspectos que su estudio implica (Nota 3).

LA EXPLICACIÓN DEL MUNDO: LOS FENÓMENOS Y LOS SIGNOS

El universo de la experiencia es continuo; el universo del conocimiento, dadas las limitaciones del entendimiento humano, es inevitablemente discontinuo. Al primero corresponde el mundo de los 'realia', de los fenomenos; al segundo el mundo de los objetos reconstruidos, sometidos a análisis y explicacion. La distincion entre objeto real y objeto de conocimiento resulta imprescindible para la racionalizacion de cualquier hecho, incluido el literario. (Nota 4)
Con el objeto real estamos frente al mundo de los fenomenos que se disuelven en una relacion directa objeto-sujeto, que adopta la forma de la experiencia o de la percepcion; con el objeto de conocimiento nos situamos en el espacio de los objetos reales sometidos a observacion, ordenacion, explicacion y generalizacion. Su relacion adopta la forma de la mediacion.

LA REALIDAD FENOMENOLÓGICA Y LA FANOROSCOPIA

De la descripcion de los fenomenos se ocupa en términos de Ch. S. Peirce la Faneroscopia:

"La phanéroscopie est la description du phaneron; par phaneron, j'entends la totalité collective de tout ce qui, de quelque manière et en quelque sens que ce soit, est présent à  l'esprit, sans considérer aucunement si cela correspond à  quelque chose de réel ou non... La science de la phanéroscopie telle que je l'ai développée jusqu'ici s'ocupe des éléments formels du phaneron..." (Nota 5).

La Faneroscopia, así como su objeto, el ´phaneron´, los fenomenos, resultan imprescindibles para el desarrollo de cualquier ciencia que se ocupe de éstos en tanto objeto de conocimiento, y su cometido consiste en que "observa os fenà´menos e, a través da análise, postula as formas ou propriedades universais desses fenà´menos. Devem nascer daí as categorias universais de toda e qualquer experiencia e pensamento" (Nota 6).
Tres son las facultades que se necesitan para obervar correctamente los fenomenos: la observacion, la discriminacion y la generalizacion:

"Les facultés que nous devons exercer pour accomplir ce travail sont au nombre de trois. La première et la plus important est cette faculté rare, la faculté de voir bien en face ce qui se présente, précisément comme il se présente lui-meme, sans le remplacer par aucune interprétation, san l'adultérer pour tenir compte de telle ou telle circonstance prétendà»ment modificatrice... La seconde faculté dont nous devons nous efforcer de nous armer, c'est une discrimination résolue qui s'attache comme un bouledogue à  la chose particulière que nous sommes occupés à  étudier, la pursuit partout o๠elle peut se terrer et la détecte sous tous ses déguisements. La troisième faculté dont nous aurons besoin est le pouvoir généralisateur du mathématicien qui produit la véritable formule abstraite livrant la véritable essence de la chose examinée, purifiée de tout mélange d'accompagnements extérieurs et sans pertinence" (Nota 7).

A la vez, estas tres facultades son en el sistema semiotico peirceano los modos que los fenomenos tienen de darse a la experiencia o pensamiento humanos (o la experiencia y el pensamiento humanos de llegar a los fenomenos). Y que en virtud del grado de intervencion de la mediacion sígnica Ch. Peirce llama Primeridad, Segundidad y Terceridad. Son sus tres categorías faneroscopicas:

"Primeridad es el modo de ser de aquello que es tal como es, positivamente y sin referencia a ninguna otra cosa.
Segundidad es el modo de ser de aquello que es tal como es, con respecto a una segunda cosa, pero con exclusion de toda tercera cosa.
Terceridad es el modo de ser de aquello que es tal como es, al relacionar una segunda y una tercera entre sí" (Nota 8)

La Primeridad es la cualidad del sentimiento, de la intuicion, y por esto mismo es la primera aprehension que tenemos de las cosas y de los hechos, formando ya una finísima película de mediacion entre nosotros y los fenomenos. Es el modo más inmediato, pero más imperceptiblemente mediatizado de nuestro estar en el mundo. El sentimiento es un cuasi-signo del mundo, nuestra forma más rudimentaria de predicacion acerca de las cosas (Nota 9):

"La idea de lo absolutamente primero debe estar separada por completo de toda concepcion o referencia a cualquier otra persona, pues lo que implica un segundo es en sí mismo para ese segundo. Por consiguiente, lo primero debe estar presente y ser inmediato... Debe ser fresco y nuevo... ser iniciador, original, espontáneo, libre; de otro modo, es segundo para una causa que lo determina... Precede toda síntesis y toda diferenciacion..." (Nota 10)

La Segundidad es la categoria de la existencia; posee el rasgo de la individualidad contingente; tiene que ver con nuestro propio modo de existir, de sentir la accion de los hechos externos resistiéndose a nuestra voluntad y de tener consciencia de lo que nos rodea por medio de nuestra propia accion sobre los objetos y los hechos. "Existir -explica Santaella-Braga- é estar numa relacao, tomar um lugar na infinita miríade das determinacàµes do universo, resistir e reagir, ocupar um tempo e espaco particulares, confrontar-se com outros corpos... A factualidade do existir (secundidade) está nessa corporificacao material" (Nota 11). Con los siguientes términos la argumenta Ch. S. Peirce:

"L'existence est ce mode d'etre qui reside dans l'opposition à  un autre. Dire qu'une table existe, c'est dire qu'elle est dure, lourde, opaque, sonore, autrement dit qu'elle produit des effets purement physiques, attire la terre (autrement dit, qu'elle est lourde), réagit dynamiquemente contre d'autres choses (autrement dit, qu'elle a une force d'inertie), résiste à  la pression (autrement dit, qu'elle est flexible), a une capacité thermique donnée, etc...Une chose qui ne s'oppose pas à  d'autres choses, ipso facto, n'existe pas" (Nota 12).

La Terceridad es el hábito; es la categoría, por excelencia, de la mediacion; del pensamiento en signos, por medio del cual representamos e interpretamos el mundo. Es, pues, la categoría del pensamiento, del lenguaje, de la cultura. Es una categoría de lo general, pero en lugar de lo general posible, que se corresponde con la Primeridad, lo es de lo general hecho hábito, regla, capaz de proporcionar predicciones:

"En su forma genuina, la Terceridad es la relacion triádica existente entre un signo, su objeto y el pensamiento interpretante, que es en sí mismo un signo, considerada dicha relacion triádica como el modo de ser de un signo. Un Tercero es algo que pone a un Primero en relacion con un Segundo. Un signo es una especie de Tercero... Me parece que la funcion esencial de un signo consiste en volver eficientes las relaciones ineficientes: no ponerlas en accion, sino establecer un hábito o una regla general según los cuales actuarán cuando llegue la ocasion" (Nota 13).

LA REALIDAD REPRESENTADA: LOS SIGNOS

Entre el sujeto y el objeto median los signos. Es un rasgo inherente a su propia definicion:

"Utilizo la palabra signo en el más amplio sentido de medio para la comunicacion de una forma (o figura); siendo medio, es determinado por alguna cosa, llamada su objeto, y determina alguna cosa, llamada su interpretante" (Nota 14)

La funcion mediadora del signo es uno de los pilares sobre el que se asienta la semiotica peirceana. Para Ch. S. Peirce "les éléments de tout concept entrent dans la pensée logique par la porte de la perception et sortent par la porte de l'action prémeditée" (Nota 15). El carácter activo que toma esa mediacion la subraya Ch. S. Peirce en la definicion que da de 'signo':

"Un signo representa la idea que produce o modifica. Es un vehículo que transmite a la mente algo desde afuera. Aquello que representa se llama su objeto; aquello que transmite, su significado, y la idea que origina, su interpretante. El objeto de la representacion solo puede ser una representacion de la cual el interpretante es la primera representacion." (Nota 16).

La siguiente figura, tomada de la profesora Lucia Santaella Braga proporciona una imagen gráfica del signo peirceano (Nota 17):

Los signos pueden ser iconicos, indiciales o simbolicos, según establezcan una relacion de similitud con el objeto, de contiguidad o de ley respectivamente:

"Un Ícono -afirma Peirce- es un signo que remite al Objeto que él denota, meramente por virtud de caracteres propios y que posee por igual tanto si tal objeto existe o no...
Un Índice es un signo que se refiere al objeto que denota en virtud de que es realmente afectado por ese Objeto...
Un Símbolo es un signo que se refiere al Objeto que él denota, por medio de una ley, por lo común una asociacion de ideas generales que hace que el Símbolo sea interpretado como referido a ese Objeto" (Nota 18).

Los signos vierten la experiencia inmediata de los fenomenos en comunicable (lo inefable en escritura) por medio de la intercesion interpretante de operaciones logicas o semioticas. Salen convertidos en Rhema, en un Signo Dicente o en un Argumento:

"Un Rhema es un Signo que, para su Interpretante, es un Signo de Posibilidad cualitaiva, es decir, se lo comprende como representacion de tal o cual clase de Objeto posible...
Un Signo Dicente (o Dicisigno) es un Signo que, para su Interpretante, es un Signo de existencia real...
Un Argumento es un Signo que, para su Interpretante, es un Signo de ley. O podemos decir que un Rhema es un signo que es comprendido como representacion de su obejto solo en sus caracteres, que un Dicisigno es un signo que es comprendido como representacion de su objeto respecto de su existencia real, y que un Argumento es un Sgino que es comprendido como representacion de su Objeto en su carácter de Signo..." (Nota 19).

LA REPRESENTACIÓN DEL MUNDO: SEMIÓTICA Y SEMIOSIS LITERARIA

De los objetos de conocimiento se ocupa la ciencia. La ciencia, o las diversas ciencias en que ésta se despliega y que Ch. S. Peirce califica de 'ciencias normativas', tienen por funcion ordenar el flujo continuo de las experiencias o sucesos y extraer leyes con validez explicativa general; de ahí ese calificativo de 'normativas'. Muy particularmente se ocupa de esos objetos la Logica o Semiotica. El siguiente esquema ilustra la clasificacion de las ciencias que hizo Ch. S. Peirce (Nota 20).
Como ciencia, la Logica o Semiotica formal tiene la funcion de fijar dominios de objetos (clasificar signos), explicar su funcionamiento, valiéndose del método hipotético-deductivo. Charles S. Peirce hace objeto de la Logica o Semiotica formal todo 'trabajo de la razon humana', la explicacion sistemática y formalizada de cualquier experiencia:

"La logica, en un sentido general, es solo otro nombre de la semiotica, la doctrina cuasi necesaria o formal de los signos. Al describir la doctrina como 'cuasi necesaria' o formal, notamos los caracteres de estos signos como los conocemos, y desde allí, por un sistema que llamaré, sin objecion, Abstraccion, estamos llevados a afirmaciones falibles y no del todo necesarias, en referencia a lo que deben ser los caracteres de todos los signos usados por una inteligencia 'científica'; dicho de otra manera, por una inteligencia capaz de aprender por experiencia. En cuanto al sistema de abstraccion es en sí mismo un modo de observacion... Este proceso es, en el fondo, muy parecido al razonamiento matemático, con él llegamos a las conclusiones acerca de qué sería la verdad de los signos en todos los casos, en tanto que la inteligencia que los usa es científica... El proceso de desarrollo en la comunidad de los estudiosos de aquellas formulaciones con observacion abstractiva y el razonamiento de las verdades a las que deben aplicarse todos los signos usados por una inteligencia científica es una ciencia de observacion, como toda ciencia positiva, a pesar de estar en más fuerte contraste con todas las ciencias especiales que surgen de la aspiracion de descubrir lo que debe ser y no tan solo lo que es en el mundo actual" (Nota 21)

Gracias a la mediacion formalizadora de la razon el fenomeno, la literatura, que existe como Primeridad, es decir como sentimiento de artisticidad, y posteriormente como Segundidad, en una experiencia estética concreta, como hecho literario se ve convertido en un objeto de conocimiento, en objeto de un discurso logico o semiotico, la literariedad (Nota 22) o expresividad (Nota 23). Es la Terceridad peirceana, que se corresponde con la Logica o semiotica formal.
Del inicial sentimiento artístico, general, a la individual experiencia literaria, y de ésta al general conocimiento de la 'expresividad' o 'literariedad' (Nota 24), al texto literario, en definitiva, existe una distancia y se produce un recorrido (Nota 25) que viene indicado por la voluntad de elevar a explicacion lo sentido y lo experimentado en la inmediatez del fenomeno literario.

LA DINÁMICA REPRESENTANTE: EL 'INTERPRETANTE'

El texto literario es el acabamiento verbal de un fenomeno, la transformacion creadora de un cualisigno - el sentimiento de artisticidad que precede la experiencia literaria concreta-, que pertenece al mundo de los fenomenos y constituye una Primeridad, en un Sinsigno -la experiencia literaria individual que se concreta en el hecho literario que produce un 'texto ético'-, cuyo modo de ser es la Segundidad; y, por último, en un Legisigno -el texto artístico literario como texto émico-, que representa una generalidad hecha ley, y es una Terceridad:

"Un Cualisigno -explica Peirce- es una cualidad que es un Signo. No puede actuar como signo hasta que no está encarnada, pero este encarnarse no tiene nada que hacer con su carácter de signo.
Un Sinsigno... es una cosa o acontecimiento realmente existente, que es un signo. Solo puede ser tal mediante sus cualidades; de manera que implica un cualisigno o, más bien, varios cualisignos. Pero estos cualisignos son de una clase peculiar, y solo forman un signo por estar realmente encarnados.
Un Legisigno es una ley que es un Signo. Esta ley es generalmente instituida por los hombres. Todo signo convencional es un legisigno [pero no inversamente]. No es un objeto único, sino un tipo general que, por un acuerdo, tiene que ser significante..." (Nota 26).

El texto literario como signo, sea en su calidad de texto ético o de texto émico, es el resultado de la accion mediadora de la persona humana. Esta accion mediadora encuentra su razon de ser en la nocion de Semiosis de Ch. S. Peirce; nocion que lleva su fundamento hasta el concepto de signo:

"...Mais par 'semiosis', j'entends, au contraire, une action ou influence qui est ou implique la coopération de trois sujets, tels qu'un signe, son objet et son interprétant, cette influence tri-relative n'étant en aucune facon réductible à  des actions entre paires..." (Nota 27).

La accion mediadora de la Semiosis es por definicion 'interpretante'. La aprehension de un hecho del 'continuum' de la realidad fenomenologica solo es posible si la comprension humana hace de ella una representacion. Esta representacion tiene un carácter dinámico, dota de nueva conclusividad subjetiva y socio-historica al fenomeno, de ahí su sesgo 'interpretante':

"... toda comparacion requiere, además de la cosa relacionada, el fundamento y el correlato, también una representacion mediadora que representa el relato como una representacion del mismo correlato que esta misma representacion mediadora representa. Se puede denominar tal representacion mediadora con un interpretante, pues cumple la funcion de un intérprete..." (Nota 28)

La conclusividad que proporciona el signo es posible gracias a que lo es solo repecto de algunos aspectos del objeto, pero no de la totalidad posible de ellos: no puede haber una relacion absolutamente transparente entre el signo y su objeto, sino aproximada, hipotética:

"Un signo o representamen es algo que representa algo para alguien en algún aspecto o carácter. Se dirige a alguien, es decir, crea en la mente de esa persona un signo equivalente o, quizás aún, más desarrollado. A este signo creado, yo lo llamo el Interpretante del primer signo. El signo está en lugar de algo, su Objeto. Representa este Objeto no en todos sus aspectos, sino con referencia a una idea que he llamado a veces el Fundamento del representamen..." (Nota 29).

Entre el signo y el objeto no hay una relacion de identidad, sino de representacion: los aspectos a los que la conclusividad ha dado forma (objeto inmediato) son solo algunos (el ground) de los que es capaz de desencadenar el objeto (objeto dinámico ):

"... Pero falta señalar que comúnmente hay dos Objetos, y más de dos Interpretantes. A saber: tenemos que distinguir entre el Objeto Inmediato, que es el Objeto tal cual el signo mismo lo representa y cuyo Ser depende por ello de la Representacion de él en el Signo, y el Objeto Dinámico, que es la realidad que de alguna manera contribuye a determinar el Signo para su Representacion..." (Nota 30).

Todos estos rasgos llevan al signo ( y el objeto a través de él) a recorrer un camino interpretante que desata una 'semiosis ilimitada':

"[El signo es] cualquier cosa que determina alguna otra (su interpretante) para que se refiera a un objeto al cual él mismo se refiere (su objeto); de la misma manera el interpretante se convierte a su vez en un signo, y así ad infinitum" (Nota 31).
"Pero se puede pensar que una serie interminable de representaciones, cada una de las cuales representa la anterior, requiere un objeto absoluto como su límite. El significado de una representacion puede ser tan solo una representacion. De hecho, no es más que la propia representacion,... Por último, el interpretante es tan solo otra representacion a la cual se entrega la antorcha de la verdad, y en calidad de representacion tiene a su vez su interpretante. He aquí otra serie infinita." (Nota 32)

La siguiente figura da una idea gráfica de dicha 'semiosis ilimitada' (Nota 33):

La serie infinita de Interpretantes por necesidad logica no reconoce otros límites a los textos que aquellos que vienen sugeridos por las pautas de coherencia que la inscripcion de su 'logos' en una historia y en una cultura les obliga (Nota 34).
En relacion con los tres modos de ser de los fenomenos respecto de la experiencia humana (a saber, la Primeridad, la Segundidad y la Terceridad), Charles S. Peirce describe el recorrido interpretativo del signo por medio de las tres clases de Interpretante que distingue. El rasgo esencial y punto de partida es la 'semiosis ilimitada': 'todo signo es interpretante de otro signo' (Nota 35). Estos tres tipos de Interpretante son el Interpretante Inmediato, el Interpretante Dinámico y el Interpretante Logico o Final. Cada uno de ellos es el tipo de 'representacion' que los objetos o hechos despliegan según se presenten a la inteligencia humana en su también triple contingencia: como Primeridad, como Segundidad y como Terceridad:

"...En lo referente al Interpretante tenemos igualmente que distinguir, en primer lugar, el Interpretante Inmediato, que es el interpretante tal cual se revela en la correcta comprension del Signo mismo [Signo] y que ordinariamente se llama significado [meaning] del signo, pero, en segundo lugar, tenemos que tomar nota del Interpretante Dinámico, que es el efecto concreto que el Signo, en cuanto Signo [Representamen], realmente determina. Por último, está el Interpretante Final, que se refiere a la manera como el Signo tiende a representar que él está relacionado con su Objeto..." (Nota 36).

El Interpretante Inmediato (también Interpretante Emocional) es el primer efecto motivado por el signo; es el reconocimiento de la primera impresion del signo. Es un 'feeling' que es interpretado como prueba suficiente de que hemos comprendido el sentido del signo. Es la comprension del contenido linguístico o intension del texto, que emana de la linealidad y disposicion morfosintáctica de sus signos verbales (Nota 37).
El Interpretante Dinámico (también Interpretante Energético) es aquel que desencadena la intencion del texto; es el conjunto de seres, cosas, estados y procesos de cuya interaccion resulta la 'verdad', el mundo imaginado que colma de sentido la literalidad y la disposicion de todos los significantes linguísticos de una obra literaria. Por este motivo es el 'efecto realmente producido por el signo en la mente', puede ser descrito como todo aquello que sucede entre un Primero y un Tercero (Nota 38).
El Interpretante Logico o Final (también llamado Natural) representa el momento de consolidacion del flujo interpretativo abierto por el Interpretante Dinámico en el Interpretante Inmediato y que se traduce en un hábito, que se forma por reiteraciones en la accion recíproca que libran el mundo interno y el mundo externo.
El Interpretante Final es el reconocimiento de la capacidad hipercodificadora del significado (el significado como disposicion a actuar) para crear hábitos (signo mental y socio-cultural) que se proyectan en formas de expresion, 'superestructuras' (Nota 39) que pasan a tener un carácter típico dentro de una cultura:

"...en determinadas condiciones, el intérprete habrá adquirido el hábito de actuar de cierta manera cada vez que desee obtener cierto tipo de resultado. La conclusion logica real y viviente es ese hábito: la formulacion verbal no hace más que expresarlo. No niego que un concepto, una proposicion o un razonamiento puedan ser interpretantes logicos, pero insisto en que ninguno de ellos puede ser el interpretante logico final: porque son signos que requieren, a su vez, un interpretante logico. Aunque el hábito puede ser signo en un sentido, no lo es en el sentido en que lo es el signo con respecto al cual desempeña el papel de interpretante logico. La accion es el interpretante energético del hábito, junto con el motivo y las condiciones; pero la accion no puede ser un interpretante logico porque carece de generalidad" (Nota 40)

Giampaolo Proni representa del siguiente modo la articulacion de los distintos Interpretantes en el signo peirceano (Nota 41):

La triple distincion peirceana del Interpretante procura un marco epistemologico general a la explicacion de la cooperacion interpretativa que se da en los textos que permite integrar en una misma perspectiva los distintos estratos o niveles que interactúan en el texto literario y que definen la 'literariedad' en su compleja realidad, así como correlatar la accion de sus distintos elementos, tal y como ha propuesto J. Culler (Nota 42).
Respecto de los niveles nos referimos al nivel de la sintaxis semiotica , a la que incumbe la definicion, el análisis y la clasificacion de los signos, y al estudio de como se relacionan entre sí los signos, tanto dentro de un nivel como entre niveles diversos -de la que se encargaría la gramática especulativa -; de la semántica semiotica, a la que corresponde la relacion de los signos con sus objetos, con las condiciones de 'verdad' de las representaciones - de la que se ocuparía la logica exacta -; y, finalmente, el nivel de la pragmática semiotica, que se ocupa de las 'leyes formales de la fuerza ilocutiva de los signos' -del que se encargaría la retorica pura (Nota 43).

LA DINÁMICA 'INTERPRETANTE' DEL TEXTO LITERARIO: MICROESTRUCTURA, MACROESTRUCTURA, ESTRUCTURA DE CONJUNTO REFERENCIAL Y SUPERESTRUCTURA

La misma definicion de texto literario a partir de su doble naturaleza semiotica y verbal confirma este hecho: poder ser expresada en los términos de la cadena interpretativa propuesta por Ch. S. Peirce.
Los conceptos de coherencia y estructura renuevan su poder explicativo. La coherencia se vincula estrechamente a la definicion misma de 'interpretante', y la nocion de 'estructura' al hecho de la estratificacion que Ch. S. Peirce hace del modo de ser de los fenomenos en relacion a la experiencia humana y estética en Primeridad, Segundidad y Terceridad, y que tienen como consecuencia ese triple interpretante peirceano.
Desde el punto de vista semiotico, el texto para ser tal ha de poseer las propiedades de la expresividad (el texto es actuacion de un determinado sistemas de signos), de la estructuralidad (la 'dispositio' que lo dota de una consistencia global), y de la delimitacion (el texto delimitado tipologicamente en la cadena de la cultura y la historia) (Nota 44).
Desde el punto de vista linguístico el texto es un conjunto ordenado de oraciones que cumple las condiciones de coherencia, sentido y completez, capaz de representar estados complejos de cosas (Nota 45). Se manifiesta como "uma unidade semà¢ntica dotada de uma determinada intencionalidade pragmatica que se realiza numa concreta situacà¢o comunicativa mediante um enunciado ou... mediante uma sequencia finita e ordenada de enunciados" (Nota 46).
La definicion de texto literario apela a dos características fundamentales de éste. Una es la presencia en el texto de muy diversos elementos, verbales y literarios, que muy apreciablemente entran en una interaccion múltiple y simultánea. En virtud de su materialidad linguística esta interaccion es describible a través de sus diversas estructuraciones, que concebimos inicialmente como configuraciones relativamente estables de interacciones entre elementos (Nota 47).
La otra característica es que todos esos elementos mediante su interaccion, que es un modo dinámico de la solidaridad textual, tienen como punto de llegada la propia unidad de sentido del texto literario, la conclusividad del fenomeno representado. Rasgos que atrae hacia sí la nocion de coherencia, pues para "le texte pour former une unité doit etre cohérent", afirma T. van Dijk (Nota 48).
La coherencia se convierte así en la 'condicion constitutiva de la textualidad', porque "significa la connessione delle parti di un tutto, la coesione semantica e/o pragmatica, l'integrarsi un testo di piú enunciati e/o di piú enunciazioni" (Nota 49). La coherencia es la unidad semántico-pragmática de un texto que ha de encontrar necesariamente su correlato en la disposicion textual tanto en la microestructura o estructura de superficie como en la macroestructura sintáctica y logico-semántica.
Las diversas estructuras que son observables en los textos literarios pueden ser consideradas a la luz de lo dicho como una estratificacion jerárquica de la coherencia, por lo que la "coherencia del texto es considerada dentro de una progresion en la que la fase posterior asimila a la anterior" (Nota 50). La coherencia no se agota en el texto, se extiende - en un movimiento recíproco- al contexto literario que delimitan los ámbitos de la macrotextualidad (Nota 51) y, sobre todo, de la architextualidad (Nota 52), y también al contexto social, cultural y psicologico-imaginario.
Los elementos que integran el texto literario se organizan en estructuras con el fin de ir construyendo la unidad significativa o coherencia del texto. Estas estructuras que constituyen el texto literario poseen sesgo interpretante y adquieren su funcionalidad significativa en la totalidad estructurada del texto (Nota 53).
De la definicion de texto literario se desprende que el texto es un 'tejido' (<'textus') sintáctico, semántico y pragmático. Considerado en su más pura materialidad verbal como 'sucesion fija de significantes gráficos el texto revela su trascendencia en el momento de la fruicion, pues se entiende que todas las emociones que el texto, durante siglos y milenios, es capaz de despertar en los lectores deben estar 'odas contenidas en la literalidad de los significados gráficos" (Nota 54).
La literalidad o linealidad de la cadena sintagmática de los significados gráficos proporciona una consistencia microestructural; es la primera y más aparente solidaridad que los distintos elementos del texto mantienen, y cristaliza en la disposicion específica de unos contenidos o macroestructura, o, en términos retoricos, en la disposicion sintáctica de una inventio en una elocutio (Nota 55). Es la efectiva representacion semántica global o 'intensionalizacion' de un referente o 'extension' (Nota 56).
La coherencia 'a parte obiecti' de los textos ('cohesion textual' o 'conectividad textual') como "caratteristica struturale che costitutivamente inerisce at ogni testo in quanto testo" (Nota 57), emana en gran medida de esta consistencia microestructural y macroestructural que configura el espacio semiotico sintáctico.
La estructura verbal, elocutiva, de una obra literaria o microestructura, y la estructura composicional, tanto en su disposicion aparente (ordo artificialis; estructura macrosintáctica de transformacion), como en su disposicion logica (ordo naturalis; estructura macrosintáctica de base; fábula intensional), o macroestructura, y que constituyen el ámbito de la sintáxis semiotica (Nota 58), se revelan como los Interpretantes Inmediatos de Ch. S. Peirce, los cuales 'tejen' la significacion inmediata, el contenido linguístico, construyen el tejido verbal del texto literario que se origina desde la Estructura de Conjunto Referencial.
El Universo Simbolico y el Contexto Literario son los dos elementos que ordenan en torno a sí los diversos factores que intervienen en la definicion del texto literario desde la consideracion del hecho literario. El primero, el Universo Simbolico o Estructura de Conjunto Referencial (inventio; fábula extensional) al verbalizarse en el texto -intensionalizacion- procura un armazon, el del mundo representado o imaginado, a toda la red de significaciones que el tejido linguístico es capaz de desplegar en todos sus estratos. El potencial de significaciones que el mundo imaginario sugiere en la inteligencia del lector en el momento mismo -individual- de su interpretacion nunca es agotado por la verbalizacion que del referente hace el texto.
La accion dinamizadora que este 'interpretante', el ficcional, ejerce sobre todos los componentes verbales inmediatos de la obra literaria es, pues, clara. Hasta el punto de que la consistencia del mundo imaginario reside en el hecho de su representacion verbal (Nota 59). La intensionalizacion de la Estructura de Conjunto Referencial es percibida como una posibilidad abierta desde el referente. Constituye el ámbito de la Semántica Semiotica, y concuerda con la descripcion que del Interpretante Dinámico da CH. S. Peirce.
Como tejido sintáctico y semántico, el texto literario no es un objeto plenamente existente en sí mismo, como lo evidencia el hecho de que algunos autores reclamen una coherencia 'a parte subiecti', o lo que es lo mismo "la coerenza come principio-guida dell'interpretazione. La coerenza (...) in quanto principio regolativo dell'interpretazione" (Nota 60).
El texto literario, como resultado de un acto de enunciacion y de un acto de recepcion, se realiza en el "quadro de um processo comunicativo, implica determinadas 'situacà´es pressupositivas complexas', que conglobam factores psicologicos, culturais, sociais, etc., costituise segundo determinadas 'estrategias comunicativas' do emissor e do receptor, manifiesta um certo potencial ilocutivo e comporta un certo potencial perlocutivo que se reportan a os dominios dos universos simbolicos, dos sistemas de crencas e conviccoes e da interaccà¢o social" (Nota 61).
La interaccion del contexto literario con el tejido verbal de la obra literaria tiende a poner ciertos límites a la produccion de sentido motivada por el mundo imaginado (Nota 62), sobre todo de carácter historico y cultural. La tradicion literaria, textual y normativa, como contexto desarrolla una accion hipercodificadora en tanto que hábitos relevante semioticamentes sobre los autores, proporcionándoles modelos de escritura, y sobre los lectores, suministrándoles hipotesis interpretativas (Nota 63).
El sentimiento de pertenencia o inscripcion de un texto literario a una clase historica y cultural de textos o architexto, hace de éste, del architexto, y de las estructuras textuales que es capaz de generar, o 'superestructuras', formas intersubjetivas de conclusividad característicamente asociada al objeto representado, como es el caso de los estilos y, sobre todo, de los géneros literarios (Nota 64). La proyeccion hipercodificadora -general colectivo- que tiene sobre la experiencia individual pemite localizar aquí el espacio semiotico pragmático, aunque éste acapare más de lo aquí especificado. Esta manera de entender el contexto literario se aviene muy bien con la descripcion que Ch. S. Peirce daba del Interpretante Logico o Final: el hábito o costumbre que detiene la cadena interpretante de un signo hasta que una cultura y un tiempo distintos activen un nuevo proceso interpretativo.
A partir del esquema de Tomás Albaladejo Mayordomo se puede representar lo dicho en este apartado del modo que sigue (Nota 65):

FORMA, ESTRATIFICACIÓN E INTERPRETANTES EN EL TEXTO LITERARIO

La interaccion que tiene lugar entre los tres constituyentes esenciales que intervienen en la constitucion de cualquier experiencia artístico literaria, el material verbal, el contenido y la forma, señalados por Mijail M, Bajtin, y que culmina en el concepto de 'forma' literaria, presupone un proceso dialéctico de esclarecimiento de naturaleza interpretante hasta llegar a la idea de 'conclusividad', inherente a la definicion que de 'forma artística' da el pensador ruso:

"La forma significativa -afirma Bajtin-, desde el punto de vista estético, es expresion de una actitud esencial ante el mundo del conocimiento y del hecho, pero no tiene carácter cognitivo, ni tampoco ético (...) La forma estética, al concluir y unificar intuitivamente, se aplica desde el exterior al contenido (...) trasladándolo a un plano valorativamente nuevo, al plano de la existencia aislada y acabada, autorrealizada desde el punto de vista valorativo: al plano de lo bello. La forma, abarcando el contenido desde fuera, le proporciona apariencia exterior, es decir, lo realiza; de esa manera, la terminología clásica tradicional permanece, en lo esencial, justa" (Nota 66).

Las estructuras categorizan la contingencia linguístico-verbal del 'continuum' del texto literario a partir de sus momentos semioticos más relevantes. Estos momentos han sido ampliamente identificados como estratos o niveles. En los estratos diferenciados por Roman Ingarden se puede percibir una cadena interpretativa muy cercana a la descrita por Ch. S. Peirce (no debemos olvidar que Ch. S. Peirce declara que su pragmatismo es absolutamente fenomenologico) (Nota 67). Para R. Ingarden la estructura de la obra literaria de acuerdo con su esencia consiste globalmente en lo siguiente:

"...une construction (Gebilde) étagée à  plusieurs niveaux et constituée de plusieurs couches hétérogènes. Ces couches se distinguent les unes des autres 1º par leur materiel caracteristique..., 2º par le rà´le que joue chaque couche tant en relation aux autres que par rapport à  la constitution d'ensemble de l'oeuvre. Malgré la diversité du materiel des différenes couches, l'oeuvre littéraire ne constitue pas un faisceau lIache d'éléments rassembles au hasard, mais in tout organique dont l'unité s'enracine précisément dans ce que chaque couche a de spécifique. Car il existe une couche prééminente: celle de l'unité de sens, qui constitue l'armature structurelle de l'ensemble de l'oeuvre en ce qu'elle exige toutes les autres couches selon leur nature, et en ce que, de soi, elle détermine certains d'entre elle... En tant qu'éléments de l'oeuvre littéraire, elles sont ainsi inséparables d'une couche centrale" (Nota 68).

Los cuatro 'estratos' diferenciados por R. Ingarden son los siguientes: 1) el estrato de las palabras y de las formaciones fonicas (monemas y morfemas); 2) el estrato de las unidades de significacion lexicales y frásticas e interfrásticas -entendidas como figuraciones intencionales-; y 4) el estrato de la representacion de esos objetos figurados o 'aspectos esquematizados' (Nota 69). De acuerdo con lo expuesto hasta aquí se desprende que de los cuatro estratos diferenciados por R. Ingarden los dos primeros poseen el rasgo de la inmediatez, el tercero se acomoda a los rasgos del interpretante inmediato, y los 'aspectos esquematizados' por su capacidad de prediccion a aquellos otros del interpretante final.
El proceso interpretativo descrito por Ch. S. Peirce abre un fructífero camino de colaboracion entre semiotica y hermenéutica, particularmente en lo que se refiere a la constitucion del sentido de la palabra literaria (Nota 70). Observado el significado (meaning) como una relacion triádica, es posible incluso articular en torno a ella las disciplinas artístico -literarias. De este modo cuando el significado es signo de la posibilidad (Sign of Possibility) -Primeridad- nos encontramos ante el Arte; cuando es signo del hecho (Sign of Fact) -Segundidad- es la actividad Crítica ante la que estamos; y cuando el significado es signo de la razon (Sign of Reason) -Terceridad- es la Teoría la disciplina que corresponde (Nota 71).

INTERPRETANTES Y DEFINICIÓN DE LITERATURA

La concrecion que del objeto de los estudios literarios ofrecio Roman Jakobson por medio del término 'literariedad' sigue, como hemos tenido ocasion de ver, vigente; no así su respuesta inicial. Las estructuras linguísticas recurrentes han de seguir el camino de una integracion en estructuras cada vez mayores, capaces de incrustar su dinamismo expresivo en estructuras más globales (Nota 72)
La definicion de la compleja realidad de la literatura ha de procurar tres niveles de integracion progresiva de aquellas estructuras verbales iniciales, que a su vez se convierten en otros tantos niveles de descripcion de dicha realidad. El primero, es el de la integracion de todo el conjunto de estructuras linguísticas y literarias y las relaciones que originan que se dan cita en el texto literario (fonologicas, morfologicas, métricas, sintácticas y semántico-intensionales); el segundo, viene indicado por la consideracion de todas esas estructuras y relaciones en funcion de la totalidad de la obra de arte, totalidad que no puede ser otra que el mundo representado; y, finalmente, el tercer nivel de integracion lo constituye la observacion de la obra de arte literario entera en relacion al contexto cultural literario que le pertenece (convenciones, géneros literarios, estilos, etc. (Nota 73)
Los tres interpretantes diferenciados por Ch. S. Peirce en el proceso semiosico, que llevan la raiz de su fundamento hasta esas tres categorías faneroscopicas que describe (Primeridad, Segundidad y Terceridad), ofrece un marco metodologico y epistemologico, pero sobre todo epistemologico muy adecuado para remitir a él propuestas de definicion articulada de lo que sea la literatura.

NOTAS

1) Massimo Achile Bonfantini, "Le tre tendenze semiotiche del novecento" (1982), en Semiotica ai media, Bari, Adriatica, 1984, pp.27-57, pp.28-32.
2) Antonio Tordera, Hacia una semiotica pragmática. El signo en Ch. S. Peirce, Valencia, Fernando Torres editor, 1978, pp.43-44.
3) Wayne Shumaker, Elementos de teoría crítica, Madrid, Cátedra, 1974, pp.29-31; Antony Easthope, Literary into cultural studies, London, Routledge, 1991, pp.22-41. La miscelánea editada por Ralph Cohen, The Future of Literary Theory, London, Routledge, 1989, es un buen testimonio de este hecho.
4) Douwe Fokkema, "Questions épistémologiques", en Marc Angenot et alii, Théorie littéraire, Paris, Presses Universitaires de France, 1989, pp. 325-351, pp.327-329; Dolf Sorensen, Theory Formation and the Study of Literature, Amsterdam, Rodopi, 1987, p.120.
5) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 1.284. En Charles S. Peirce, écrits sur le signe, op. cit., p.67.
6) Lucia Santaella Braga, O que é semiotica, op. cit., p.38.
7) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 5.42. Recogido de Nicole Everaert-Desmedt, Le processus interprétatif. Introduction à  la sémiotique de Ch. S. Peirce, Bruxelles, Pierre Mardaga, 1990, p. 32.
8) Charles Sanders Peirce, Cartas a Victoria Lady Welby (Semiotics and Significs), Bloomington, Indiana University Press, 1977. En Charles P. Peirce, Obra Logica, Madrid, Taurus, 1987, pp.107-156, pp.110-111.
9) Lucia Santaella Braga, O que é semiotica, Sao Paulo, Brasiliense, 1983, p.62.
10) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 1.357. En Charles P. Peirce, Obra Logica, Madrid, Taurus, 1987, p.173.
11) Lucia Santaella Braga, O que é semiotica,Op. cit., p.63.
12) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 1.457. En Charles S. Peirce, écrits sur le signe, op. cit., p.209.
13) Charles Sanders Peirce, Cartas a Victoria Lady Welby (Semiotics and Significs), Bloomington, Indiana University Press, 1977. En Charles P. Peirce, Obra Logica, Madrid, Taurus, 1987, pp.107-156, p.116.
14) Charles Sanders Peirce, Carta a Lady Welby de 9 de marzo de 1906. En Robert Marty, "Semiotica del texto: niveles y pasarelas", Signa , 1992, pp.107-131, p.112.
15) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 5.212. En Charles S. Peirce, écrits sur le signe, rassemblés, traduits et comentés par Gérard Deledalle, Paris, Seuil, 1978, p.214.
16) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 1.339. En Charles P. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.167.
17) Lucia Santaella Braga, O que é semiotica, Sao Paulo, Brasiliense, 1983, p.80. Vid también la representacion hecha por Juan Ángel Magariños de Morentin, El signo. Las fuentes teoricas de la semiología: Saussure, Peirce, Morris. Buenos Aires, Hachette, 1983, p.86.
18) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, 8 vols., ed. by Charles Harshorne, Paul Weiss and Arthur Burks, Cambridge, Ma.: Harvard University Press, 1931-1958 (Vol.2, parágrafos 247, 248, 249), 2.247-249. En Charles P. Peirce, Obra Logica, Madrid, Taurus, 1987, p.250. Las distintas clasificaciones que Ch. S. Peirce hace de los signos se pueden resumir en el siguiente cuadro:

(Giampaolo Proni, Introduzione a Peirce, Milano, Bompiani, 1990, p.241. Cf. Juan Ángel Magariños de Morentin, El signo. Las fuentes teoricas de la semiología: Saussure, Peirce, Morris, op. cit. pp.91.110).
19) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 2.251-252. En Charles P. Peirce, Obra Logica, Madrid, Taurus, 1987, p.251.
20) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit.,1.203-283;7.279;7.362-387. Cf. Lucia Maria Santaella Braga, O que é semiotica, op. cit. p.36, y Giampaolo Proni, Introduzione a Peirce, op. cit., p.221.
21) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 2.227. En Charles P. Peirce, Obra Logica, Madrid, Taurus, 1987, p.244. Cf. Juan Ángel Magariños de Morentin, Los fundamentos logicos de la semiotica y su práctica. Buenos Aires, Edical, 1996, pp.30 y ss.
22) Roman Jakobson, "la nouvelle poésie ruse" (1921), en Questions de poétique, Paris, Seuil, 1972, p.15 y ss.
23) Antonio García Berrio, Teoría de la literatura, Madrid, Cátedra, 1989, pp.101-103.
24) "Ainsi -afirma Jakobson-, l'objet de la science de la littérature n'est pas la littérature mais la littérarité, c'est-à  dire ce qui fait d'une oeuvre donnée une oeuvre littéraire... les historiens de la litérature se servaient de tour: vie personnelle, psychologie, politique, philosophie. Au lieu dúne science de la littérature, on créait un conglomerát de recherches artisanales, comme si l'on oubliait que ces objets reviennent aux sciences correspondantes: l'hitoire de la philosophie, l'histoire de la culture, la psychologie, etc., et que ces dernières peuvent parfaitemente utiliser les monuments littéraires comme des documents défectueux, de deuxième ordre. Si les études littéraires veulent devenir science, elles doivent reconnaitre le procédé comme leur 'personnage' unique. Ensuite la question fondamentales est celle de l'application, de la justificaciton du procédé". Roman Jakobson, "La nouvelle poésie ruse" (1921), en Questions de poétique, op. cit., p.15
25) Obviando en este momento sus propios avatares historicos. Cf. Boris Eichenbaum, "La teoría del método formal" (1925), en Tzvetan Todorov (ed.), Teoría de la literatura de los formalistas rusos (1965), Buenos Aires, Siglo XXI 1970, pp. 21-54, pp.24-25; Roman Ingarden, Loeuvre d'art poétique (1931), Lausanne, L'Age d'Homme, 1983, pp.38-39; Jan Mukarovsky, "El arte como hecho semiologico" (1931), en Escritos de Estética y semiotica del Arte, Barcelona, Gustavo Gili, 1977, p.35; Tzvetan Todorov, Poética, Buenos Aires, Losada, 1973; Jens Ihwe, Linguistica e critica letteraria. Per lo sviluppo di una moderna teoria della scienza della letteratura (1972), Bologna, Il Mulino, 1980, p.30; Yuri M. Lotman, Estructura del texto artístico (1970), Madrid, Itsmo, 1978, p.69; Lubomir Dolezel, Poetica occidentale. Tradizione e progresso, Torino, Einaudi, 1990, p.22; Miguel Angel Garrido Gallardo (ed.), La crisis de la literariedad, Madrid, Taurus, 1987; José María Pozuelo Yvancos, Teoría del lenguaje literario. Madrid, Cátedra, 1988; Elrud Ibsch et D. W. Fokkema, "La théorie littéraire au XXe siècle", en Aaron Kibédi Varga (ed.), Théorie de la littérature, Paris, Picard, 1981, pp.29-31, también pp.53-55; Siegfried J. Schmidt, Teoría del texto (1976), Madrid, Cátedra, 1977, p.147.
26) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 2.244-246. En Charles P. Peirce, Obra Logica, Madrid, Taurus, 1987, p.249.
27) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 5.484. En Charles S. Peirce, écrits sur le signe, op. cit., p.133.
28) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 2.228. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.245. Cf. también 1.404, p.196.
29) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 1.339. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.167.
30) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 4.536. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.381. Cf. U. Eco. Lector in fabula, op. cit. pp.44 y ss.
31) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 2.303. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.274.
32) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 1.339. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.167.
33) Giampaolo Proni, Introduzione a Peirce, op. cit., p.235.
34) Umberto Eco, Tratado de semiotica general (1976), Barcelona, Lumen, 1977, pp.135-137; Lector in fábula. La cooperacion interpretativa en el texto narrativo (1979), Barcelona, Lumen, 1981, pp.44-52; I limiti dell'interpretazione, Milano, Bompaiani, 1990, pp.216-222.
35) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 4.132. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.338.
36) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 4.536. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.381.
37) Cf. Jorgen Dines Johansen, "Prolegomena to a Semiotic Theory of Text Interpretation", Semiotica, 57-3/4(1985), 225-288, pp. 246-251; Giampaolo Proni, Introduzione a Peirce, op. cit. pp,273-274.
38) Cf.Jorgen Dines Johansen, "Prolegomena to a Semiotic Theory of Text Interpretation", art. cit., pp.248-251; Giampaolo Proni, Introduzione a Peirce, op. cit., p.274.
39) Teun A. van Dijk, Estructuras y funciones del discurso (1980), México, Siglo XXI, 1983, pp.53-57.
40) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 5.483. En Umberto Eco, Lector in fábula. La cooperacion interpretativa en el texto narrativo (1979), Barcelona, Lumen, 1981, pp.66-67. Cf. Giampaolo Proni, Introduzione a Peirce, op. cit., pp.274-276; Jorgen Dines Johansen, art. cit., pp.246-251.
41) Giampaolo Proni, Introduzione a Peirce, op. cit., p266.
42) Jonathan Culler, "La littérarité", en Marc Angenot et alii, Théorie littéraire, op. cit. pp.31-43, p.37 y ss.
43) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 2.229. En Charles S. Peirce, Obra Logica, op. cit., p.245.
44) Yuri M. Lotman, Estructura del texto artístico, op. cit., pp.71-73.
45) Tomás Albaladejo Mayordomo-Antonio García Berrio, "La linguística del texto", en Francisco Abad y Antonio García Berrio (eds.), Introduccion a la linguística, Madrid, Alhambra, 1982, pp.217-260, pp.222-223.
46) Vitor Manuel Aguiar e Silva, Teoria da Literatura, Coimbra, Almedina, 1984, p.565.
47) Yuri M. Lotman, "Sobre la delimitacion linguística y literaria de la nocion de estructura" (1964), en Roland Barthes et alii, Estructuralismo y literatura, Buenos Aires, Nueva Vision, 1972, p.123.
48) Teun Adrianus van Dijk, "Le texte: structures et fonctions", en Aaron Kibédi Varga (ed.), Théorie de la littérature,Paris, Picard, 1981, pp.63-93, p.67.
49) Maria-Elisabeth Conte, "Coerenza testuale" (1980), en Condizioni di coerenza, op. cit., pp.29-44, p.29.
50) Cesare Segre, Principios de análisis del texto literario, op. cit., p.49.
51) Cesare Segre, Principios de análisis del texto literario, op. cit., pp.47-49; María Corti, Principi della comunicazione letteraria, Milano, Biompiani, 1976, p.146.
52) Gérard Genette, Introduction á l'architexte, Paris, Euil, 1979, pp.6-12; Palimpsestos. La literatura en segundo grado (1982), Madrid, Taurus, 1989, pp.13-17.
53) María del Carmen Bobes Naves, "La crítica literaria semiologica", en María del Carmen Bobes Naves et alii, Critica semiologica, Santiago de Compostela, Universidad, 1974, pp. 9-24, pp.12 y 23-24; La semiología, Madrid, Síntesis, 1989, pp. 117-121.
54) Cesare Segre, Principios de análisis del texto literario, Barcelona, Crítica, 1985, p.35.
55) Tomás Albaldejo Mayordomo, Retorica, Madrid, Síntesis, 1989, pp.44-47.
56) Tomás Albaladejo Mayordomo, Teoría de los mundos posibles y macroestructura narrativa, Alicante, Universidad de Alicante, 1986, pp.45-46 y 51-57.
57) Maria-Elisabeth Conte, "Coerenza, interpretazione, reinterpretazione" (1986), en Condizioni di coerenza. Ricerche di linguistica testuale, Firenze, La Nuova Italia, 1988, pp.79-92, p.79.
58) María del Carmen Bobes Naves, La semiotica como teoría linguística, Madrid, Gredos, 1973, pp.98-100; Tomás Albaladejo Mayordomo, Teoría de los mundos posibles y macroestructura narrativa, op. cit., pp.16-21; Semántica de la ficcion: la ficcion realista, Madrid, Taurus, 1992, pp.36-41.
59) Félix Martínez Bonati, La estructura de la obra literaria (1960), Barcelona, Seix Barral, 1972, pp.70-71 y 130-131; La ficcion narrativa (Su logica y ontología), Murcia, Universidad de Murcia, 1992, pp.61-65 y 92-94.
60) Maria-Elisabeth Conte, "Coerenza, interpretazione, reinterpretazione" (1986), en Condizioni di coerenza, op. cit., p.79.
61) Vitor Manuel Aguiar e Silva, Teoría de la literatura, op. cit., p.567.
62) Jenaro Talens, "Práctica artística y produccion significante", en AA.VV., Elementos para una semiotica del texto artístico, Madrid, Cátedra, 1978.
63) Claudio Guillén "On the Uses of Literary Genre", en Literature as System, Princeton, Princeton University Press, 1971, pp.107-134, pp.109-111; Antonio García Berrio, "Linguística y tipología lírica (La tradicion textual como contexto), en J. S. Petofi y A. García Berrio, Linguística del texto y crítica literaria, Madrid, Alberto corazon, 1979, pp.309-366, pp.309-314; Jean-Marie Schaeffer, Qu'est-ce qu'un genre littéraire, Paris, Seuil, 1989, p.154.
64) Francisco Vicente Gomez, "La rilevanza del contesto del genere come contesto pragmatico.L'esempio di Niebla di Miguel de Unamuno", Strumenti Critici, a. VII, n.2, maggio 1992 9nº69), pp.165-194, pp.175-182.
65) Tomás Albaldejo Mayordomo, Semántica de la ficcion: la ficcion realista, op. cit., p.39.
66) Mijail M. Bajtin, "El problema del contenido, el material y la forma" (1924), en Teoría y estética de la novela (1975), Madrid, Taurus, 1989, p.38; cf. Francisco Vicente Gomez, "Poética del proceso discursivo: Mijail M. Bajtin", en Epos, 3, pp.350-352, pp. 347-356. Cf. Aristoteles, Poética . Edic. trilingue de Valentín García Yebra, Madrid, Gredos, 1977, pp.126-127; Lubomir Dolozel, Poetica occidentale. Tradizione e progresso, Torino, Einaudi, 1990.
67) Charles Sanders Peirce, Collected Papers of Charles Sanders Peirce, op. cit., 8.187. Cf. Jorgen Dines Johansen, "Prolegomena to a Semiotic Theory of Text Interpretation", art. cit., pp.232-233.
68) Roman Ingarden, L'oeuvre d'art littéraire , op. cit., p.43.
69) Roman Ingarden, L'oeuvre d'art littéraire , op. cit. pp.44-45, 47-48, 163-164, 187-188 y 232.
70) Jorgen Dines Johansen, "Prolegomena to a Semiotic Theory of Text Interpretation", art. cit.; "Hypothesis, Reconstruction, Analogy: On Hermeneutics and the Interpretation of Literature", en Semiotica 74-3/4 (1989), pp.235-252; 'he Place of Semiotics in the Study of Litera-ture", en Jonathan D. Evans and André Helbo (eds.), Semiotics and International Scholarship: Towards a Language of Theory, Dordrecht, Martinus Nijhoff Publishers, 1986, pp.101-126.
71) K. Sheriff, The Fate of Meaning. Charles Peirce, Structuralismo, and Literature, Princeton (New Jersey), Princeton University Press, 1989, pp. 73 y ss.
72) Jonathan Culler, "La littérarité", en Marc Angenot et alii, Théorie littéraire, op. cit. p.34.
73) Jonathan Culler, "La littérarité", en Marc Angenot et alii, Théorie littéraire, op. cit. pp.37-39.

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