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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versión On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  n.17 San Salvador de Jujuy nov. 2001

 

Desaparecidos, pasiones e identidades discursivas en la prensa argentina (1976-1983)

Missing, passions and discourse identities in the argentine press

Lucrecia Escudero Chauvel *

* Universidad de Lille 3 "" Laboratorio HCC

RESUMEN

El tratamiento que la prensa argentina durante la dictadura militar (1976/1983) realizo del tema de los desaparecidos es sumamente complejo. La irrupcion del tema de los desaparecidos en la agenda social y sus condiciones de verdad enfrentaron por una parte la construccion ficcional de la sociedad que hizo el relato militar y la convivencia del sistema de exposicion de los periodicos -¿se los podía nombrar? ¿bajo qué forma de identidad discursiva podían aparecer?- con el lector común, el ciudadano, que tenía una experiencia directa y no mediatizada del hecho. Esta lucha por la definicion y el contenido de una palabra, por la identidad de un actor social inédito en la historia nacional, puso en crisis en forma violenta las formas de enunciacion, la modelizacion del discurso de la informacion. En síntesis, el caso de los desaparecidos se configura como un verdadero "dispositivo discursivo" porque está estrechamente vinculado al poder militar, con el poder de los medios como operadores de visibilidad y con el poder de los familiares para rechazar, negar y finalmente transformar el régimen de enunciacion imperante.

ABSTRACT

The treatment Argentine press gave the "missing" topic during the military dictatorships was extremely complex. The appearance of the missing topic in the social agenda and their truth conditions confronted the fictional construction of society that the military discourse did as well. Could military men be mentioned, what discourse identity could the press use when mentioning them? Considering the ordinary reader, the citizen, who had a direct experience, not influenced by the medice about the situation.
This struggle for the definition and content of a word, for the identity of the unprecedented social actor in the national history, generated a crisis violently utterance forms were in violent crisis, and also the pattern of the information discourse.
Summing up, the missing case can be considered as a true "discourse devise" because it is closely linked to military power, as the media bewer acting as visibility operators and with relatives power to reject aleny and finally change the current utterance.

a mi padre
disparaître, "ne plus être perceptible à la vue, à l'ouïe, l'odorat. Etre caché. Cesser de s'y
trouver de manière inexplicable. Abscence. Supprimer quelque chose, quelqu'un. Fait
de ne plus exister. Mort."
identité, "caractère permanent et fondamental de quelqu'un, qui fait son individualité, qui
le differencie des autres et permet qu'il se reconnaisse comme tel. Prouver l'identité de
quelqu'un". (Nota 1)

Es extremadamente difícil abordar el problema de los desaparecidos desde una perspectiva de análisis del comportamiento de los periodicos argentinos durante el periodo de gobierno de la Junta Militar (1976-83). No solamente por el respeto natural que impone un tema tan doloroso en nuestra reciente historia política, sino porque la tematizacion de los desaparecidos resulto ser el resultado de una estrategia discursiva compleja y conflictiva.
Por una parte fue el producto de una intricada serie de operaciones de expulsion y de negacion de sus identidades por parte del discurso hegemonico sostenido por los militares que Isidoro Cheresky ha llamado acertadamente "la desaparicion de los desaparecidos". Pero también fue el resultado de una serie de acciones, por parte de los familiares primero, de las organizaciones de derechos humanos argentinas e internacionales después y finalmente por parte de la Comision Nacional sobre la Desaparicion de Personas (CONADEP) creada en 1983 bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, para hacerlos emerger en la escena pública nacional, contribuyendo a construir el colectivo de identificacion "desaparecidos" (Nota 2).
En la hipotesis de Oscar Landi el gobierno militar tematizo el problema en clave de relato de guerra y la crisis post-Malvinas debilito las apoyaturas culturales y psicologicas de su version de los hechos. El estudio que Silvia Sigal dedica al discurso militar argentino entre 1976 y 1978 sostiene que su principal receptor no fue la sociedad argentina en su conjunto sino sus propios pares, una suerte de discurso pedagogico para explicarse a ellos mismos los fines y los alcances de la lucha contra la subversion, aunque afirma que el poder de este discurso "fue nulo" pues no genero un efecto "credogeno".
Los juicios a las Juntas Militares de 1985 fueron el punto culminante de reconocimiento de la identidad de un sector socio-cultural de argentinos, que atravesaba todas las categorías sociales y todas las edades y al mismo tiempo, de la voluntad por parte del gobierno de establecer un estado de derecho. Por consiguiente coloco simultáneamente en la escena social la cuestion sobre la identidad de los responsables y el de la identificacion de las víctimas. Los problemas que se le presentaron a los analistas sociales y la importante produccion teorica que la acompaña es prueba que el tema de los derechos humanos y de los componentes autoritarios de la sociedad argentina que hicieron posible estas violaciones, reviste una importancia crucial para el desarrollo de las formas de convivencia cívica y de circulacion de los discursos sociales (
Nota 3). Curiosamente un estudio de todo el periodo que tome como objeto la produccion, circulacion y recepcion de los discursos militares en la sociedad y en los medios de comunicacion argentinos está todavía por hacerse.
Luego del golpe de Estado de 1976 la Junta Militar organizo una extendida y brutal represion, implementada en forma clandestina y extra-legal con el resultado de una disciplinarizacion del cuerpo social, eliminando la oposicion, censurando, interviniendo y hasta clausurando a los medios de comunicacion y finalmente ocultando y negando informacion sobre la extension y severidad de la misma.
La CONADEP la llamo 'écnica de la desaparicion" para señalar que la violacion a los derechos humanos se hizo en forma orgánica y sistemática, con idéntica metodología en todo el país. Categoría 'étrica y fantasmal" la de los desaparecidos: "" después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detencion y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia y la más salvaje" (CONADEP 1984:7)

COMUNICACIÓN Y FUNCIONAMIENTO SOCIAL

Creo que es posible establecer sintéticamente tres posiciones que hacen hincapié en las causas de estas violaciones, porque permiten inferir una serie de hipotesis sobre el funcionamiento discursivo de la sociedad del periodo:
(a) la tesis endogena que sostiene que hay que buscar estas causas en la cultura política argentina: el régimen autoritario es en alguna medida, funcional a la sociedad y expreso la crisis que la atravesaba. La pregunta de Corradi acerca de la complicidad, anuencia o silencio de la poblacion frente a las violaciones sistemáticas es pertinente, ¿qué hay en la sociedad civil que la torna vulnerable a estas intrusiones del estado de derecho? ¿cuál es el impacto que las tradiciones autoritarias y democráticas tienen sobre la sociedad? (Corradi,1985:175 y 184).
Se podría afirmar que el funcionamiento "normal" de la sociedad argentina durante el periodo ha sido el de su integracion por medio de la fuerza, negándosele un espacio público para el debate porque los discursos sociales hegemonicos se presentaban como "ordenes" impidiendo por su mismo formato, la posibilidad de una reinterpretacion y donde el sentido y la inteligibilidad social no fue el resultado de una negociacion entre pares, lo opuesto a una sociedad que tiene una percepcion dinámica del disenso y dialogica en su práctica política, con una teoría democrática de la circulacion de la palabra.
(b) la tesis no- conflictual sostiene que los militares hicieron el 'rabajo sucio" de limpieza de la escena social, en vistas a una normalizacion economica neo-liberal, con la anuencia de grandes sectores de la sociedad argentina. La Junta Militar alcanzo un nivel de consenso "" explícito o tácito "" respecto de las formas de la lucha contra la guerrilla urbana y la oposicion política. Es la perspectiva de Cheresky cuando afirma que "la guerra antisubversiva emprendida por los militares bajo el régimen constitucional, y que prosiguieron como tarea prioritaria después de tomar el poder, incluía objetivos compartidos por el conjunto de las fuerzas políticas" (Cheresky,1985:23).
A la pregunta del periodista "¿Cuáles son los límites del disenso?", el brigadier Graffigna responde: "La doctrina del Proceso de Reorganizacion Nacional es clara, en las Actas (") los límites del disenso son absolutamente claros y definitivos" (
Nota 4). Una sociedad centrada en la imposicion de un consenso obligatorio a nivel de sus clases dirigentes, teniendo como imaginario una suerte de unanimidad, que se traduce en el sueño militar de la "union argentina" y del "fin del disenso". Esta tesis no conflictual por parte de los productores del discurso del poder, incluye al silencio como operacion distintiva mayor "" y su correlato, el secreto "" y obviamente una circulacion de la palabra fuertemente disciplinaria. Implica a su vez una posicion de los sujetos de la interaccion comunicativa como básicamente complementaria, calcada del modelo jerárquico de la propia estructura militar.
(c) la tesis a-jurídica del comportamiento social que sostiene que hay constantes en la cultura política argentina, como la anomia social, tendencia hacia la ilegalidad y el incumplimiento de las normas sociales, que permiten las violaciones masivas de derechos humanos. (Nino,1997:80/88). Esto trae como corolario un sentimiento difuso de responsabilidad que se tradujo en la opinion publica en el uso de las frases "por algo será" o "en algo habrá estado", verdaderos lugares comunes de la cultura de la época para justificar veladamente la causa de la desaparicion.
En su testimonio como desaparecida, Patricia Calveiro afirma que no puede haber campos de concentracion en cualquier sociedad o en cualquier momento de una sociedad ya que "la existencia de los campos, a su vez cambia, remodela, reformatea a la sociedad misma (") la sociedad argentina tenía una larga historia de autoritarismo previa al golpe de Estado de 1976, que había calado muy hondo en amplios sectores de la sociedad (") buena parte de esta opto por no saber, no querer ver, apartarse de los sucesos, desapareciéndolos en un acto de voluntad" (
Nota 5)
Hacia fines de 1982, durante el gobierno del general Emilio Bignone, último presidente de la Junta Militar, participé en un equipo de investigacion cualitativa sobre los comportamientos, creencias y actitudes políticas de los argentinos frente a la reciente apertura democrática provocada por la crisis de la guerra y la caída de la Junta Militar (
Nota 6). Los tres hechos políticos más relevantes eran el problema de los desaparecidos, el final de la guerra de las Malvinas y la situacion economica. De las respuestas surge que el problema de los desaparecidos y el de la guerra con Gran Bretaña tenían en común el sentimiento generalizado en los entrevistados de que "les habían ocultado la verdad". Una de las apreciaciones a las que llego la investigacion fue que los años de la dictadura habían internalizado en la sociedad una práctica calcada del propio sistema de comunicacion interno militar: la arenga, el comunicado que, por definicion, excluyen la posibilidad de la respuesta. En el ritual de la interaccion militar es indispensable que los soldados "" y la sociedad militarizada en su conjunto "" respondan con una única performance linguística posible: el juramento de fidelidad y la obediencia.
El efecto que este dispositivo comunicativo produjo a gran escala, combinado con la falta de credibilidad que arraso los medios de comunicacion luego de la crisis de Malvinas, fue la transformacion de los sujetos sociales en "objetos" de un saber anterior que los atravesaba sin considerarlos como protagonistas. Una sociedad profundamente militarizada en sus respuestas, con poco poder de revision de sus contenidos axiologicos: siempre eran "los otros" los que hablaban. Tal vez la síntesis de esta imposibilidad de hacerse cargo de la historia que vivían, estuvo expresada en la frase de uno de los entrevistados: "Somos unos títeres mal manejados".
Y sin embargo nunca se discutio con tanta pasion en la historia reciente argentina. La irrupcion del tema de los desaparecidos en la agenda social y sus condiciones de verdad enfrentarían por una parte la construccion ficcional de la sociedad del relato militar y la convivencia del sistema de exposicion de los periodicos - ¿se los podía nombrar? ¿no se los podía nombrar? ¿bajo qué forma de identidad discursiva podían aparecer? ¿como y donde se los adscribía? - con el lector común, el ciudadano, que tenía un pariente, un amigo, que un día desaparecio, que tenían una experiencia directa y no mediatizada del hecho y que salio a la calle, primero prudentemente, luego sistemáticamente, para reclamar "aparicion con vida" (
Nota 7).
Esta lucha por la definicion y el contenido de una palabra, por la identidad de un actor social inédito en la historia nacional, puso en crisis en forma violenta y cotidiana las formas de enunciacion, la modelizacion del discurso de la informacion, obligando al discurso militar a defenderse, primero negando, luego dando explicaciones, finalmente intentando proponer instrucciones de lectura para que la ciudadanía entendiera que "no desaparecieron personas sino subversivos"(
Nota 8). En síntesis, el caso de los desaparecidos se configura como un verdadero dispositivo discursivo porque está estrechamente vinculado al poder militar como aparato, que decidía qué podía y qué no podía ser nombrado, con el poder del discurso de los medios como operadores de visibilidad de la palabra pública y simultáneamente con un régimen de apropiacion, negacion y transformacion de la palabra por parte de los familiares.
La naturaleza profundamente polémica y no consensual de este dispositivo enfrento dos tipos de regímenes de produccion de verdad: el del secreto "" lo que sabían y no querían decir los responsables "", que consideraba las declaraciones de los familiares como una palabra básicamente privada que no debía acceder a la superficie social y sobre todo no debía circular, con el régimen de la certeza, la conviccion del cuerpo vivido, privado, que puede hacerse público porque se vuelve colectivo: "Nuestros hijos no desaparecieron en un campo de batalla durante el fragor del combate. Fueron arrebatados inermes de sus hogares y detenidos en la calle, en sus domicilios o en sus lugares de trabajo por las fuerzas de seguridad" decía una de las solicitadas de las Madres de Plaza de Mayo. (
Nota 9)
¿Como se presenta este dispositivo? Creo que debemos enfrentar al menos tres tipos de problemas de naturaleza diferente. Reconocer una dimension enunciativa de los objetos que aparecen en el discurso, para fijar la identidad de los actores y las relaciones que se establecen entre ellos en el interior de los medios. Una suerte de puesta en presencia compleja puesto que por definicion, la enunciacion es la actualizacion de un yo - aquí - ahora del discurso, es una dimension de los vivos y solo los muertos escapan a ella (
Nota 10). Reconocer una dimension modal, para ver como se califican, como se legitiman, quién habla en nombre de quién, en qué régimen de verdad se adscriben. A su vez la dimension pasional sugiere el problema de las formas de recepcion de estos discursos. La circulacion de los discursos sociales genera por el hecho mismo de circular un contexto extra""discursivo e intra""discursivo y E. Veron ha señalado la importancia fundamental de estudiar la recepcion como elemento constitutivo de la semiosis social (Veron, 1978,1987).
Identificar una dimension pasional, el efecto de sufrir una accion, autoriza a interrogarnos acerca del campo de consecuencias que produce la irrupcion de los desaparecidos en la escena argentina, qué tipo de pasiones aparecen en el discurso de los militares, de las organizaciones de derechos humanos, de los familiares, en la misma prensa, y qué tipo de pasiones pueden proyectar o inducir. Mi hipotesis es que los discursos sociales pueden no generar necesariamente un campo de efectos discursivos a nivel cognitivo "" se los cree, se duda - pero producir una serie de efectos patémicos "" se adhiere, se los rechaza. Y es precisamente a partir del disenso sobre la naturaleza de las identidades de los actores que se revela aquí la dimension pasional que atraviesa los discursos sociales.

DESDE EL PODER: LA PRÁCTICA DE LA DESAPARICIÓN

Muchos autores concuerdan "" y los propios participantes lo afirman - que la metodología empleada para la desaparicion fue ensayada desde antes de asumir el gobierno militar en el "Operativo Independencia" en la provincia de Tucumán en setiembre de 1975, cuando el gobierno constitucional de Isabel Peron "" viuda y heredera del líder "" autorizara por decreto a las Fuerzas Armadas a "aniquilar la subversion". Estas primeras desapariciones "" así como las muertes provocadas por la violencia de los grupos armados como ERP o Montoneros "" se integraban en una suerte de macabro diálogo entre la derecha y la izquierda del movimiento peronista que tenía como escenario la sociedad en su conjunto.
La CONADEP en su informe es sumamente clara en la descripcion de la configuracion de la práctica de desaparicion después del golpe militar. "La muerte a consecuencia de la tortura, del shock eléctrico, de la inmersion, de la sofocacion, la muerte masiva, colectiva o individual, premeditada, por lanzamiento al mar, por fusilamiento (") Hubo miles de muertos. Ninguno de los casos fatales tuvo su definicion por vía judicial ordinaria o castrense. Técnicamente expresado, son homicidios calificados"(
Nota 11)
El caso argentino se distingue de los métodos empleados en otras dictaduras por la total clandestinidad en que se obraba, lo prolongado de la práctica y la extension del dispositivo que abarcaba todo el país y no se limitaba a los grandes centros urbanos. Entre 1976 y 1982 funcionaron en la Argentina 340 centros de detencion clandestina distribuidos en 11 de las 23 provincias argentinas. Los operativos de secuestro manifestaban una precisa organizacion, a veces en los lugares de trabajo de los señalados (7%), otras en plena calle (24.6%), o en el domicilio de la víctima (62%), en pleno día (38%) o preferentemente de noche (62%) mediante procedimientos ostensibles de las fuerzas de seguridad que ordenaban "zona libre" a las comisarías correspondientes. En la Escuela de Mecánica de la Armada, funciono un organizado sistema de archivo de los secuestrados y familiares, de las personas vinculadas a las víctimas, reforzado con un cuidadoso registro fotográfico de cada detenido. Los prisioneros eran numerados y hasta marzo de 1978 la cantidad de personas que pasaron por este centro superaba la cifra de 4.700.
"Desde entonces, el eje de la actividad represiva dejo de girar alrededor de las cárceles para pasar a estructurarse en torno al sistema de desaparicion de personas, que se monto desde y dentro de las Fuerzas Armadas" afirma Calveiro en su citado testimonio, para quien la desaparicion no constituye un eufemismo sino una alusion literal:" Cuando llegaba al centro de detencion el prisionero perdía su nombre, su más elemental pertenencia y se le asignaba un número al que debía responder. Comenzaba el proceso de desaparicion de la identidad, cuyo punto final serían los NN" (
Nota 12) Sin duda el efecto más preponderante de este dispositivo fue la construccion del miedo, presente en la tesis de Corradi. El miedo puede ser visto en una perspectiva de la cultura de una sociedad, básicamente como "la interrelacion entre la organizacion social y la percepcion de peligro en un ambiente de violencia política", en el caso argentino se advirtieron los rasgos específicos de un archipiélago clandestino de terror.(Nota 13)
Dispositivo porque implica una práctica disciplinatoria hacia la sociedad que apunta a un cambio del comportamiento social. En las palabras del Almirante Lambruschini "necesitamos nuevos hábitos de comportamiento colectivo"(
Nota 14) y el general Videla lo recuerda al despedirse de la sociedad argentina al dejar su cargo de presidente en marzo de 1981 "depende decisivamente de la voluntad que todos y cada uno de nosotros ponga en obtener una modificacion sustancial de nuestro comportamiento social"(Nota 15)
Sigal ha señalado, trabajando el periodo desde del golpe de 1976 a 1978, que los mecanismos de autolegitimacion de los militares tienen características comunes: son discursos públicos pero no presentan una voluntad credogena y son a su vez fuertemente ceremoniales y exigen en recepcion una operacion de desciframiento. Los presupuestos ideologicos, punto de partida del imaginario militar del periodo, es la consustanciacion de las FFAA con la Patria, pero "" y de allí la operacion de desciframiento - lo implícito de estos discursos es la afirmacion de que "la Patria posee una organizacion social (") está socialmente unificada" y el "orden se impone así como un atributo de la Patria, superior a todo valor que pudiera emanar de la Sociedad". Si la Patria es una construccion imaginaria más allá de lo social, Sigal concluye que los efectos de este discurso fueron nulos, "los efectos, el poder de un discurso no es otra cosa que el proceso por el cual un sistema de asignaciones produce creencia". (
Nota 16)
Este doble discurso, hacia adentro de la institucion y hacia afuera de la sociedad lo encontramos en los dos discursos de despedida del general Videla a la presidencia de la nacion en 1981, dirigidos a sus colaboradores y luego por television al pueblo argentino. En el ritual de apertura del primero utiliza un plural inclusivo que tiene como referente las Fuerzas Armadas y donde se subraya esta vocacion pedagogica interna: "Dijimos muchas veces y no es ocioso repetirlo que en marzo de 1976 las opciones eran claras: la república agonizaba, sus enemigos habían asentado sus apetencias en nuestro territorio y habían hallado voceros, ideologos, financistas, complices y encubridores(")". Luego de la tarea fundacional de las Fuerzas Armadas para edificar una sociedad de "unidad nacional", el discurso se abre a un plural más abarcativo que incluye un consenso obligatorio: "(") así lo quisimos todos los que adscribimos a sus postulados y porque de ese modo lo quisieron las Fuerzas Armadas(")"
Las instrucciones para el futuro se centran en incorporar a la sociedad al ideal de la corporacion militar "" como quien se "incorpora" a un cuerpo "" "No buscamos subordinaciones, simplemente pretendemos incorporaciones" (
Nota 17) y para este ejercicio persuasivo sus colaboradores deberán "formar opinion", "sumar consenso" y "aglutinar voluntades" en torno a los objetivos del Proceso de Reorganizacion Nacional. No se hace ninguna referencia a los derechos humanos. Si los ideologos y encubridores estaban fuera de las Fuerzas Armadas, ¿donde se sitúan exactamente? Es recién en el segundo discurso, dirigido a la ciudadanía, que aparece el tema de la subversion.
"Argentinos: fui como todos los argentinos, espectador y parte de esa infausta concurrencia de hechos que puso en peligro de destruccion a nuestra Argentina (") la agresion subversiva trato de imponer su pretendida revolucion (") pero el pueblo de la nacion comprendio (")". Esta serie de operaciones de embrague, que lo incluyen en el discurso como parte de la sociedad y de desembrague enunciativos, que lo autorizan a ver la realidad desde afuera, le permiten articular las condiciones de adhesion:" Nadie puede discutir hoy que se evidencia una mayor disciplina (...) nadie puede dudar lo mucho que se ha avanzado (") nadie puede dejar de advertir (") (
Nota 18)". Si nadie está exento, ¿quiénes quedan fuera de este discurso?
Si los militares tenían una teoría "ideal" de la comunicacion es porque tenían una hipotesis del funcionamiento social sin fisuras y sobre todo sin polémicas, fusionado con las Fuerzas Armadas. De allí que el uso recurrente de metáforas sobre la enfermedad del cuerpo social, enfermo por la violencia, por la infiltracion de ideas disolventes, presentan a la intervencion militar como una verdadera operacion de ortopedia enunciativa para alcanzar la normalidad, es decir, la ausencia de disensos. En este paraíso de un Codigo común a todos los actores, el elemento de riesgo es el de la decodificacion aberrante, la interpretacion equivocada y el olvido. Este riesgo está implícitamente representado por un actor social que se coloque fuera de la relacion fusional Emisor/Receptor, que hable otra lengua, que tenga otros proyectos y otras hipotesis sobre lo social. Ese actor social imposible no puede ser definido sino por su ausencia de lugar en el circuito enunciativo.

DESDE EL PODER: LA POSIBILIDAD DE NOMBRAR

Las reiterativas declaraciones del poder militar no reconocen la figura del desaparecido sino muy tardíamente, luego de la crisis de las Malvinas. Inicialmente aparecen como una inferencia semántica del contenido del discurso militar, ocupado en delinear el "adentro" y el "afuera" del campo social donde inscribir a la subversion y al terrorismo y su sistema de causalidades: "No es un fenomeno de desencuentro entre argentinos (") el gobierno y el pueblo tuvieron que enfrentar acciones reales de guerra contra un enemigo que aplicaba procedimientos insidiosos y contaba con el apoyo internacional" (Nota 19) afirmaba el ministro del interior general Albano Harguindeguy; "Los muertos y desaparecidos son el saldo natural de la guerra que nos fue impuesta y que el pueblo argentino, ha aceptado pagar para recuperar su paz, libertad y seguridad" explicaba el general Videla (Nota 20). Pero ya en ese mismo periodo la prensa publica la inquietud de Francia por la desaparicion de dos monjas de esa nacionalidad y la Asamblea Permanente de Derechos Humanos había denunciado la desaparicion de aproximadamente 500 personas solo entre los meses de mayo a agosto de 1978.
Desde el campo político esta identidad inicial es confusa: "En 1978 el gobierno promete entregar una lista de 3.608 detenidos(") Algunos sobrevivientes han relatado la existencia de campos de concentracion donde se practica la tortura y las ejecuciones en masa. Los familiares han denunciado la aparicion en diciembre, en varias playas atlánticas, de decenas de cadáveres con signos evidentes de haber sido ultimados a balazos y tirados al mar desde aviones y barcos. (")" (
Nota 21). Cheresky ha señalado como en esta primera etapa la interpelacion al poder era también ambigua y fue iniciada por los familiares directamente afectados en una búsqueda inicial de respuestas que se prolongo durante años.
Estrechamente ligado al problema de la fluctuacion de la identificacion "" ¿subversivos? ¿militantes? ¿familiares? - aparece el de su estatuto jurídico. Analizando el proceso militar, el presidente Videla respondio, ante una pregunta del periodista sobre el problema de la desaparicion de personas "Cuando una persona ha desaparecido no puede tener un tratamiento especial, porque no tiene entidad, no está muerta ni viva, frente a esto no podemos hacer nada" (
Nota 22). Dos documentos del Episcopado hacen hincapié en el problema de la identidad, colocándolos simultáneamente en las dos posiciones e incluyendo una nueva categoría: la del desaparecido-escondido: "Subsiste el problema de personas desaparecidas sea por la subversion, por la represion o por propia determinacion" (Nota 23). Es para fijar esta fluctuacion semántica que los familiares empiezan a designar al dispositivo como "desaparicion forzada de personas"
La naturaleza conflictual de la identificacion discursiva aparece claramente durante el año 1979 y 1980 cuando visitan el país organismos internacionales de derechos humanos y se hace público el informe de la Comision Interamericana de Derechos Humanos de la O.E.A. Los principales diarios publican el capítulo dedicado a las violaciones a los derechos humanos en la Argentina: "Las fuerzas de seguridad se lanzaron a partir de 1976 a una contracampaña general de violencia dirigida a los terroristas, así como a elementos de la sociedad que ellas consideraban subversivos; muchos terroristas conocidos o sospechosos de serlo, así como muchas personas sin antecedentes desaparecieron, muchos otros fueron detenidos por el poder Ejecutivo sin acusacion específica"(") Hay pruebas sustanciales de que la mayoría de esas personas fueron secuestradas por las fuerzas de seguridad e interrogadas bajo tortura; como la mayoría no ha aparecido muchos observadores creen que fueron ejecutadas sumariamente (") algunas de esas personas desaparecidas fueron vistas con vida en centros de detencion" (
Nota 24)
El embajador argentino en Naciones Unidas Enrique Ros las califico de "fantasiosas y falsas" reforzando la clave de lectura ficcional que el gobierno intento imponer a la sociedad argentina e internacional: 'erminar con el problema de los desaparecidos implica terminar con el del terrorismo. La pertenencia a una organizacion terrorista puede ser causa determinante de la desaparicion de una persona. Se conocen casos de integrantes de esas agrupaciones que para facilitar su impunidad han desaparecido de su medio familiar y social, ocultando su verdadera identidad"(
Nota 25). Sin embargo las listas de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos consigna 6.500 casos entre 1976 y 1979, los abogados de Nueva York que visitan la Argentina en 1979 reportan 10.000 casos de denuncias y Amnesty Internacional indica una cifra aproximada a los 20.000 desaparecidos. El gobierno argentino rechazo el documento de la OEA aludiendo injerencia en asuntos internos y el diario La Nacion advierte en su editorial a los Estados Unidos que no se "confunda" de campo, pues la Argentina viene de librar una "guerra contra la subversion marxista-leninista" (Nota 26).
También el Poder Judicial intervino activamente en la lucha por definir la naturaleza de la situacion y la identidad de los actores. Al dictar sobreseimiento provisional respecto de una colaboradora de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, en el sumario que se le siguio por investigacion al falso testimonio, el juez cuestiona las acciones de la Liga referentes a la "presunta" violacion de los derechos humanos, "descalificables por lo infortunadas y calificables como infundios". Dice el extenso sobreseimiento: "Debido a la presentacion reiterada y sistemática de esos recursos (de habeas corpus) en cantidad sorprendente, la Justicia Federal debio soportar durante años, con resignacion e impotencia, esta suerte de desafío a cargo de quienes fueron utilizados como "idiotas útiles" al servicio de intereses subalternos"(
Nota 27)
A pesar de las cifras que circulaban en la prensa internacional y nacional y en su respuesta oficial al documento de la CIDH, el discurso militar refuerza el dispositivo de identificacion instaurando una nueva categoría, el del desaparecido en actividad: "Hay miembros de grupos terroristas que han sido asesinados por sus propias organizaciones subversivas (") hay gente enterrada en lugares desconocidos (") hay desertores de las organizaciones que permanecen ocultos por temor ("); hay casos de jovenes que figuran en las listas de presuntos desaparecidos y que, espontáneamente o aconsejados por sus familiares, se han presentado a las autoridades para confesar su pertenencia a bandas terroristas ("); otros pasaron a la clandestinidad (") la labor más difícil es el hallazgo de personas que no han dejado huellas y que no quieren ser encontradas" (
Nota 28).
Este guion permanecerá inalterable durante tres años, persistirá luego de la derrota de Malvinas, continuará invariable frente a las acusaciones de la Union Europea, se repetirá frente a los periodistas extranjeros, sostenido por todas las declaraciones de los militares, en todas las entrevistas con la prensa, con un espíritu de cuerpo que permite pensar en los equipos de representacion de los que hablaba Goffman, para designar a todo grupo de personas cooperando para la puesta en escena de una rutina especial. Sin embargo, este trabajo en equipo no es inocente y tiene sus consecuencias comunicativas inmediatas pues permite instaurar "un troisième niveau de réalité" y tiene como efecto que "l'impression de rélité qu'il donne est la seule et unique réalité" (
Nota 29). Lo que están discutiendo las Fuerzas Armadas es la definicion del marco de la situacion y también por esto el caso de los desaparecidos es un dispositivo, porque fija una única interpretacion posible a los hechos. Simultáneamente Francia propone en NU la creacion de una comision de expertos ante la gravedad de las desapariciones, que se reunirá en mayo de 1980 bajo la forma de un grupo de trabajo.(Nota 30)
En el Documento Final sobre la lucha antisubversiva dado a conocer en mayo de 1983, a solo cinco meses de las elecciones presidenciales, la Junta Militar persiste y firma en la impunidad de la negacion pero por primera vez enuncia la posibilidad de un cambio de estado: los desaparecidos están muertos. La Junta Militar "declara" que no existen lugares secretos de detencion ni detenidos clandestinos y que "quienes figuren en nominas de desaparecidos y no estén exiliados o en la clandestinidad, se consideran muertos a los efectos jurídicos y administrativos" (
Nota 31) cerrando el ciclo abierto por el general Videla sobre su estatuto legal. Esta había sido también la lectura del jefe del partido radical, Ricardo Balbín, quien a la salida de una entrevista con el ministro del interior, en el marco del diálogo político instaurado por el gobierno, había declarado en el mes de marzo "en el país no hay desaparecidos sino muertos (") creo que no se puede andar con simulaciones"(Nota 32), perdiendo con esta desgraciada identificacion, su última posibilidad de ganar las elecciones del mes de octubre, frente a su rival en la interna partidaria Raúl Alfonsín.
En el caso del discurso sobre los desaparecidos, este pudo construirse exclusivamente como colectivo, continuamente re-presentado en una suerte de semiosis social acumulativa, junto con otros discursos, re-enviándose mutuamente. No hubo discurso militar de la época que no hiciera referencia a la subversion que no haya simultáneamente expulsado al desaparecido del relato oficial y simultáneamente que no haya autorizado su inferencia por su adscripcion implícita al colectivo 'errorista". Como puede observarse, una comunicacion perversa en el sentido bartesiano del término, generadora de un permanente "double bind" con la sociedad.

DESDE LA RECEPCIÓN: LA LUCHA POR LAS IDENTIDADES

El 26 de agosto de 1977 aparece por primera vez en The Herald Tribune, periodico en lengua inglesa y de circulacion nacional la noticia de "unas 11 personas (que) fueron arrestadas en la Plaza de Mayo". La nota se refiere a las manifestantes como the mad women de la Plaza de Mayo, apodo que las acompañaría desde entonces(Nota 33)
Las Madres publicaron su primera solicitada el miércoles 5 de octubre de 1977 en el diario La Prensa bajo el título "No pedimos más que la verdad" firmado por 237 parientes y el 14 de octubre se dieron cita en el Congreso para entregar un petitorio avalado por 24 mil firmas, reclamando por 571 desaparecidos y 61 detenidos a disposicion del Poder Ejecutivo, la libertad de las personas detenidas ilegalmente y el traslado inmediato de los procesados a tribunales ordinarios. Cubren el acto la CBS, France Press, United Press y Associated Press pero ningún periodista argentino. (
Nota 34)
Inicialmente el grupo estaba integrado por unas 14 mujeres de entre 40 y 60 años que se conocen en el incesante trajinar en busca de sus hijos y deciden manifestar su dolor y exigir la aparicion con vida de sus familiares. Cada jueves, las madres, con sus pañuelos blancos en la cabeza para poder identificarse entre ellas y que eran inicialmente los pañales de sus hijos, marchaban silenciosamente alrededor de la pirámide de Mayo, en la plaza central de la ciudad de Buenos Aires, frente a la casa de gobierno, exigiendo que sus hijos fueran devueltos vivos. En el relato que hacen las Madres de su propia práctica, cuentan que las marchas empezaron el 30 de abril de 1976, prácticamente inmediatamente después del golpe militar: "En la Plaza éramos todas iguales (") a todas nosotras nos habían llevado hijos, a todos nos pasaba lo mismo (") Por eso es que la Plaza agrupo, por eso es que la Plaza consolido".
Hacia julio de 1977 son más de 150 las madres que se reúnen todos los jueves. En el mes de agosto de 1979 se constituyen como asociacion y 20 mujeres firman ante escribano público el acta fundacional del Movimiento Madres de Plaza de Mayo y en una nueva manifestacion de 2.500 personas piden "la aparicion con vida de miles de secuestrados".
Recién en 1980, con la llegada de organismos internacionales de derechos humanos al país, intentarán que sus compatriotas se unan a las protestas que llegan del exterior. En agosto logran publicar una solicitada en el diario Clarín en la que algunas personalidades de la vida nacional apoyan las demandas de los familiares y la consigna no negociable de las Madres va siendo retomada por otros organismos de derechos humanos. (
Nota 35)
Durante 1980, el periodo que concentra más declaraciones por parte del gobierno militar sobre el accionar subversivo y las negativas más recalcitrantes a dar explicaciones sobre la condicion de desaparecido, las Madres presentan un nuevo petitorio en la lucha por la identificacion de las víctimas, reclamando que se publique la lista de detenidos, el lugar en que se encuentran y las razones de su detencion. Finalmente adscriben "" en un intento para construir otra inteligibilidad "" la autoría de estos crímenes a las acciones militares y repudian "(") la exigencia por parte del gobierno de que el pueblo "" incluidos los propios familiares de los desaparecidos "" acepte como un hecho legítimo la existencia de detenidos "" desaparecidos y hasta su presunta muerte" (
Nota 36)
En 1981, en plena disputa por la definicion del marco de identificacion de los desaparecidos y mientras el discurso militar trata de construir un "nosotros" que los excluía, fueron reprimidas duramente en distintas marchas de los jueves y sistemáticamente arrestadas. Es interesante la forma en que la noticia se estructura en los medios porque por primera vez aparece el reclamo como formando parte del conjunto de la sociedad: "El denominado grupo de "Madres de Plaza de Mayo' realizo la acostumbrada manifestacion de los jueves en Plaza de Mayo para reclamar por familiares desaparecidos. La policía impidio la concentracion y detuvo a 68 personas. El premio Nobel de la Paz Pérez Esquivel declaro "Sabemos que "" estos hechos "" son parte de una escalada de medidas represivas contra el conjunto de la sociedad" (
Nota 37)
Durante todo el año 1983 y a un mes de las elecciones presidenciales, realizan tres gigantescas Marchas de la Resistencia, con pancartas con las fotos de los desaparecidos, siluetas y manos bajo la consigna "Dele una mano a los desaparecidos". En el discurso inaugural en la Asamblea Legislativa, el presidente Alfonsín abogo en favor de una investigacion y la primera ley votada en el Congreso fue la que anulo la ley de autoamnistía que había sancionado el gobierno militar para impedir el esclarecimiento de los procedimientos actuados durante la llamada "guerra sucia".
Si analizamos esta apretada síntesis como las respuestas en recepcion de un sector de la sociedad argentina a los discursos y a la interpretacion militar de la historia, podríamos afirmar que no hubo respuesta de los familiares que no intentara desesperadamente destruir el colectivo de identificacion "desaparecidos" construido por el discurso militar a través de una accion tendiente a individualizar e identificar, luchando por definir las identidades sociales pero simultáneamente el encuadre de la situacion: ¿se trataba de una guerra o se trataban de violaciones a los derechos humanos? La consigna que acompaño todo este accionar "Aparicion con vida", y durante la guerra con Gran Bretaña "Las Malvinas son argentinas, los desaparecidos también" tratan de penetrar el dispositivo discursivo militar, para construir otra identidad social, no marcada..
Si la produccion del discurso militar expulsa al desaparecido tratando de sustraerlo a la actualizacion del dispositivo de la enunciacion, construyendo una suerte de enunciados imposibles porque negaban la nocion de identificacion, desde el punto de vista de los familiares la operacion es directamente la opuesta: es la e-vocacion sistemática, la in-vocacion de la presencia, el afirmar que no morirán, el con-vocar a los ausentes en el espacio-tiempo de la enunciacion y designar en detalle y por medio de fotografías, la identidad de estos. Bruno Latour ha llamado a este particular régimen enunciativo "un régimen de religion" porque el dispositivo de la enunciacion se llena con la presencia efectiva de las palabras vacías "yo", 'ú","aquí" y "ahora", que se repiten como si fuera la primera vez (
Nota 38).
Umberto Eco afirma que para que exista una semiotica de las pasiones hace falta que el texto tenga características de poder "patogeno", que sea posible reconocer una accion del texto sobre el destinatario.(
Nota 39) Sugiero que la dimension pasional es constitutiva de los procesos de mediatizacion, atraviesa la semiosis social y es del orden de la recepcion de los discursos. Esta afirmacion implica colocar al analista en situacion de señalar al menos dos ordenes de problemas de naturaleza diferente. Por una parte, un nivel inter-subjetivo de los discursos, la construccion de una suerte de lector modelo, al que el discurso militar sin duda apunta con una normativa de lectura muy precisa sobre como debe ser entendido y recibido su discurso. Este nivel es de naturaleza persuasiva porque apunta a dilucidar qué quieren hacer los enunciatarios con sus discursos, qué tipo de relacion quieren establecer con sus lectores, qué tipo de pasiones quieren suscitar. Por otra parte, un nivel extra-discursivo que permita colocar ciertas hipotesis sobre lo que hacen efectivamente los receptores con los discursos, no solo qué es lo que interpretan. Esta distincion entre uso e interpretacion de los textos ya la había señalado Eco explicando la diferente naturaleza de las estrategias intencionales de un autor y las estrategias de decodificacion por parte de sus lectores. (Nota 40) Sin embargo subsiste una pregunta: ¿cuál es el lugar del analista? ¿el análisis de la recepcion de los discursos es extra o inter discursiva? ¿está ya predeterminada e inscrita en la produccion de los discursos mismos?
Me parece importante señalar que la primera accion que el discurso militar argentino sobre los desaparecidos ejercio - y de allí el interés del estudio - fueron acciones concretas de rechazo y recuerdo, marchas, pañuelos blancos en la cabeza, pancartas con fotografías de los familiares muertos. En otra sede he analizado como, llevado a sus últimas consecuencias, las manifestaciones espontáneas en la Plaza de Mayo que siguieron al anuncio por parte de la Junta Militar de la rendicion argentina ante Gran Bretaña en junio de 1982 podían ser leídas en la dimension pasional como la expresion de un sector de lectores desilusionados porque habían seguido todas las operaciones enunciativas y modales del discurso militar y se habían constituido como lectores modelo de este discurso (Escudero,1996). Un lector sumiso, crédulo, confiado, que se transforma en refractario, no cooperador, negador del pacto comunicativo y de las identidades propuestas en las estrategias discursivas militares. Y este doble lector, que todo discurso genera potencialmente, introduce otro orden de problemas, de naturaleza compleja, como es el de la creencia y la adhesion a los discursos.
Problema también de naturaleza pasional, también del campo de los efectos, el régimen de la creencia es paradojal porque no es exclusivamente del orden del enunciado, sino de la legitimidad de la fuente enunciativa, del pacto de confianza previo establecido por lectores y espectadores con los actores sociales y con los medios de informacion. Y esta afirmacion hace entrar en escena la necesaria mediacion de estos últimos y la puesta en marcha de un mecanismo narrativo que los atraviesa y que permite una articulacion de sujetos, acciones y pasiones.

DESDE LOS MEDIOS: LA DISONANCIA SOCIAL

El género informativo tiene como uno de sus componentes de base el "contarnos la verdad de los hechos", narrarnos un mundo que está afuera y del que nosotros, lectores o espectadores, solo tenemos una experiencia mediatizada, es decir, no directa. De allí que otorguemos confianza a tal o cual periodico o a tal o cual noticiero, porque el relato que nos cuenta concuerda con nuestro sistema de expectativas. La creencia en este relato es sin duda el resultado de estrategias de persuasion, pero también está sin duda inscrita en la naturaleza misma de la mediacion, en una suerte de contrato mediático entre lectores y espectadores que delegan confianza para evitar colapsos comunicativos. El componente narrativo de los medios no es neutro: suscita siempre adhesiones o rechazos, curiosidad o indiferencia, odio o amor, en síntesis, todo un espectro pasional inscrito sin duda en el discurso pero que lo trasciende en esa particular relacion de delegacion que instaura el discurso de los medios(Nota 41).
Pero lo sorprendente cuando se analiza el discurso sobre los desaparecidos es precisamente la ausencia de narracion. Mientras que en el relato de la guerra o inclusive en el relato de la guerra contra la subversion, el hecho mismo de narrar, es decir, de poner en relacion actores con acciones y transformaciones de estado, implica establecer una causalidad temporal, una suerte de historicidad, con los desaparecidos no hay narracion, no hay actores, no hay individuos, no hay transformaciones modales, porque no se pueden contar las causas, ni justificar las acciones ni contar la historia, porque no se puede nombrar al ausente de la enunciacion. Es por definicion un anti-relato.
De allí que la supresion de rastros y documentos, de cadáveres y lugares, los enterramientos NN, el hecho mismo de la imposibilidad de los secuestrados de reconocer a sus captores, es la operacion de hacer desaparecer toda traza de relato, toda posibilidad de establecer una relacion de los hechos. Si el componente narrativo de la informacion tiene como uno de sus efectos preponderantes el de generar un campo de creencias y de pasiones "" se cree, no se cree, se duda, se adhiere, se rechaza -, y también de lealtades y legitimidades "" le creo a tal periodista, sigo tal emision "" los desaparecidos tienen otro estatuto: es un verdadero dispositivo discursivo estratégico porque lo que se juega con ellos es la adscripcion a un régimen de poder: quién tiene el poder para nombrar o hacer desaparecer de los discursos sociales y cuáles son las condiciones para resistir a este poder.
En rarísimas ocasiones, que podríamos llamar de colapso comunicativo porque muestran la ruptura, la verdadera naturaleza conflictual de la comunicacion, el sistema de visibilidad del medio de informacion se vuelve un espacio de lucha: palabra por palabra, columna a columna, cuerpo a cuerpo entre titulares, discursos, afirmaciones y editoriales, identificaciones y aclaraciones, espías y desmentidos y donde el despliegue de las pasiones no están solo inscritas en el discurso, sino en los actos de respuesta a esos discursos y publicados a su vez en los medios. Hubo un momento extraño en el funcionamiento de los medios argentinos de la época donde el efecto de los discursos militares en los periodicos fueron otros discursos pero de naturaleza anomala. Sus enunciadores no estaban privados del uso de la palabra, simplemente lo que decían no podía acceder a la superficie de los medios como relato, sino como rumor, desmentida, protesta, accion. La larga y sostenida fascinacion que los medios de informacion ejercen sobre los semiologos reside, a mi manera de ver, en la intrínseca complejidad y heterogeneidad de su produccion y de su recepcion, atravesados por múltiples regímenes discursivos, suscitando múltiples pasiones, corriendo siempre el riesgo de la ruptura del contrato mediático. Una suerte de gran caja de asonancias y disonancias de la semiosis social. El gobierno militar perdio en la lucha por imponer al conjunto de la sociedad argentina una teoría de la comunicacion basada en un Codigo común y transparente. El sueño del discurso autoritario es sin duda el de la produccion de una suerte de texto cerrado con un solo tipo de lector modelo: el lector cautivo.

NOTAS

1) Grand Larousse Universel. 1983 Paris. Larousse.
2) Sobre la construccion de estas "entidades imaginarias" y su articulacion a las instancias de la enunciacion cfr. Veron, E. 1989. "Semiotica y teoría de la democracia". Revista de Occidente n° 92. p.139
3) Cfr. O'Donnell,G. 1977;Cheresky,I.- Chonchon,J. (comp.) 1985; AAVV 1995; Jelin,E. - Hershberg,E. (comp.) 1996
4) La Nacion 31/12/79.
5) Cfr.Calveiro,P.1998. Poder y Desaparicion. Buenos Aires. Colihue. P.148/151
6) Cfr. Escudero Chauvel, 1996. Malvinas: el gran relato. Buenos Aires. Gedisa. p.54. La investigacion, dirigida por Edgardo Catterberg, "Opiniones y creencias de los argentinos frente a las elecciones presidenciales de octubre de 1983" fue una de las primeras investigaciones de marketing político de la campaña del candidato del partido radical Dr. Raúl Alfonsín. Los segmentos sociales considerados fueron la clase media, pequeños y medios comerciantes, profesionales liberales, clase obrera estructurada y sectores no estructurados de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, hombres y mujeres entre 18 y 59 años. La frecuencia de las reuniones fue trimestral, en grupos de 15 personas, con sesiones de tres horas hasta las elecciones de octubre de 1983.
7) Dice Nora Cortinas, madre fundadora del movimiento MPM "La consigna "Aparicion con vida' no es solo una consigna, sino un deseo y al mismo tiempo una acusacion. No es una locura. Las madres sabemos perfectamente, aunque sea doloroso decirlo, que la mayoría de los desaparecidos fueron asesinados. Pero creemos que para todo el pueblo argentino pedir "Aparicion con vida' es lo más justo que podemos hacer todos, porque si no están con vida hay muchos responsables, y entonces ahí es donde la justicia tiene que actuar". Cfr.Sondereguer, M. 1989:183; Jelin,1995:116.
8) Declaraciones del general Camps, jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, Revista Pueblo 27/1/83.
9) La Prensa 10/4/1980.
10) Cfr.Latour,B.1999 "Piccola filosofía dell'enunciazione". En Basso, P. - Corrain. L. 1999. Eloquio del senso.Milano.Costa&Nolan.
11) Cfr. Conadep.1984. Informe Nunca Más. Buenos Aires, Eudeba. P.17 y 22. Sigo este informe para las cifras y fechas claves del proceso represivo.
12) Cfr. Calveiro,P. op.cit.p.47
13) Cfr. Corradi,J. 1985. "La cultura del miedo en la sociedad civil: reflexiones y propuestas".En Cheresky.I (comp) 1985:175/177.
14) La Nacion 23/11/79.
15) La Nacion 27/3/81 "Despidiose Videla de la ciudadanía"
16) Sigal.S- Santi,I. 1985 "El discurso del régimen autoritario. Un estudio comparativo". En Cheresky, I.(comp)1985:147,154,151,167/168.
17) La Nacion 21/3/81 "El mensaje de Videla a sus colaboradores"
18) La Nacion 21/3/81 "Despidiose Videla de la ciudadanía"
19) La Nacion 23/11/79 "De los derechos humanos hablo Harguindeguy"
20) La Nacion 10/11/80 "El presidente hablo acerca de los desaparecidos"
21) Política Obrera, 15/3/79. La confirmacion de estas noticias aparece a lo largo de todo el relato del capitán Scilingo que cuenta como la Marina arrojaba a los detenidos al mar desde aviones en pleno vuelo. Cfr. Verbitsky,H.1985.El Vuelo. Buenos Aires. Planeta
22) La Nacion 17/12/79 "Videla efectuo un análisis del proceso"
23) La Nacion 18/11/78 y 17/12/79. Para las complejas relaciones entre la Iglesia y el régimen militar cfr. Mignone, E. (1986) Iglesia y dictadura. Buenos Aires. Ediciones del Pensamiento Nacional
24) La Nacion 8/2/80 "Informe de la CIDH"
25) La Nacion 23/2/80 "Posicion de nuestro país ante Ginebra. Desmintiose una publicacion de Amnesty"
26) Editoriales de La Nacion 11/2/80 "Protesta argentina ante Washington". Editorial "Los principios y los intereses" 11/2/80. Editorial 2/2/81 "La defensa de nuestra civilizacion". Editorial 17/12/80 "Los derechos humanos" Todas concuerdan en el apoyo a las Fuerzas Armadas en la lucha contra la subversion.
27) La Nacion 26/5/80 "Cuestionase una accion por derechos humanos"
28) La Nacion 2/5/80 "La Argentina acusa a la CIDH por el informe sobre los desaparecidos"
29) Goffman, E 1973 La mise en scène de la vie quotidienne. Paris, Minuit. p.81/82
30) La Nacion 3/3/80 "Un proyecto de Francia"
31) La Nacion 2/5/83 "La Junta dio a conocer el Documento Final sobre la lucha antisubversiva"
32) La Nacion 7/3/83 "Balbín prometio aportar soluciones"
33) Cfr. Goni.1996 El infiltrado. La verdadera historia de Alfredo Astiz. Buenos Aires. Sudamericana. p.48
34) Cfr. Goni.1996:54/55; Feijoo-Gogna 1989:48/49
35) Cfr. Madres de Plaza de Mayo. 1996:6,7,11; Feijoo-Gogna.1989:50/51; Nino.1997:101 
36) La Nacion.18/8/80 "Por detenidos y desaparecidos reclamose"
37) La Nacion 13/3/81 "Concentracion y 68 detenidos"
38) Cfr.Latour,B. op.cit.p.89 y ss.
39) Cfr. Eco, U. "Spartacus". En Basso,P.-Corrain,L. op.cit..p.156
40) Cfr. Eco, U.1987 "Notes sur la semiotique de la réception". Actes Semiotiques IX 81. Paris CNRS; 1979 Lector in Fabula. Milano. Bompiani.
41) Cfr.Escudero,L.1997 'he Media contract". En Noth,W.(ed)(1997) Semiotics of the Media. New York-Berlin.De Gruyter.

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