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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  n.20 San Salvador de Jujuy mar. 2003

 

El Cucho de Ocloyas. Control e interacción en los Valles Orientales de Jujuy

(Cucho de Ocloyas. Control and interaction in the Eastern Valleys of Jujuy)

Mercedes Garay de Fumagalli*

*Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales – Universidad Nacional de Jujuy - Otero 262 - CP 4600 - San Salvador de Jujuy - Argentina. Correo Electrónico: fuma@imagine.com.ar

RESUMEN

   El Cucho de Ocloyas se encuentra ubicado en los valles orientales de Jujuy, dominando una posible vía de entrada a través del río Catres desde las llanuras chaqueñas. Muestra los rasgos propios de una guarnición de frontera inkaica, que según nuestra hipótesis, estaría destinada a resguardar y a informar de los movimientos en la frontera a la zona de producción de Tiraxi-Tesorero y al propio Pukara de Volcán. Los conjuntos alfareros recuperados, con presencia de cerámica diagnóstica (fragmento de aríbalo, platos pato), indicaría que el asentamiento es coetáneo con el período de dominación estatal en la región. Sin embargo otros rasgos, tanto estructurales como alfareros, sugieren que el asentamiento no es incaico puro, indicando que en el sitio se desarrollaron otros procesos, ya sea culturales, sociales o económicos, que originan la idiosincracia del registro arqueológico y que pueden ser explicados mediante hipótesis alternativas.
   Este trabajo discute las siguientes: 1- que tales particularidades se generen en intensos procesos de interacción producidos en la frontera, con grupos provenientes del Chaco; 2- que las mismas obedezcan a desarrollos locales, originados en la pervivencia de antiguas tradiciones regionales y 3- que se originen en la presencia de mitimaes trasladados por el Inkario desde otras localizaciones, para ser utilizados como especialistas en la defensa de la frontera sud-oriental.

Palabras Clave: Frontera Oriental – Inca – control – guarnición - interacción.

ABSTRACT

   Cucho de Ocloyas is located in the Eastern Valleys of Jujuy, dominating a possible entrance road from the Chaco plains across Catres River. It shows the typical features of an inkaican frontier garrison, that according to our hypothesis, it would be destined to protect and to inform to the production area of Tiraxi-Tesorero and to the Pukara of Volcán itself about the movements in the border area. The pieces of pottery that have been recovered, including diagnostic ceramics (aríbalo shards, duck plates), would indicate that the settlement is coeval with the period of state domination in the region. Nevertheless, some structural characteristics as well as pottery features suggest that the settlement is not inkaican pure, and show that other processes were developed in the place, either cultural, social or economic. These processes originate the idiosyncrasy of the archeological register and may be explained through alternative hypothesis.
   This paper discusses the following ones: 1- that such peculiarities are generated by intense interaction processes on the border with groups from the Chaco; 2- that they obey to local developments caused by the survival of ancient regional traditions, and 3- that they are caused by the presence of mitimaes transferred by the Inkario from other locations, to be used as specialists in the defense of the south-western frontier.

Key Words: Eastern frontier – Inca Control – Garrison interaction

PRESENTACIÓN

   La región de los valles sudorientales de Jujuy es una zona rica en recursos de Yunga, ubicada a corta distancia de la quebrada de Humahuaca y su ámbito prepuneño. Las evidencias arqueológicas obtenidas hasta el momento indican que fueron densamente habitados durante el período de Desarrollos Regionales e Inkaico (Garay de Fumagalli 1999). En el año 1999 prospectamos el sitio Cucho de Ocloyas, ubicado 20 kilómetros al este de los sistios pertenecientes a las cuencas de los ríos Tiraxi-Tesorero, que hemos investigado y publicado oportunamente (Garay de Fumagalli 1997). Las excavaciones realizadas en el mismo, nos permitieron integrar los datos obtenidos con los de la cuenca anteriormente aludida y diseñar un panorama del sistema de asentamiento de los valles sudorientales de Jujuy, durante el período de dominación inkaico.
   Consideramos que los sitios de la cuenca superior del río Corral de Piedra (integrada por los ríos Tiraxi- Tesorero), pertenecen a un sistema de asentamiento producto de la instalación de población proveniente de la Quebrada de Humahuaca, más específicamente del Pukara de Volcán. El mismo habría estado controlado por el inkario y tendría como fin el desarrollo de tareas productivas o extractivas relacionadas con los recursos existentes en la región. Tales recursos estarían destinados a sostener las demandas de bienes propios de las Yungasque requería el Tawantinsuyu y que serían tributados fundamentalmente en energía. Postulamos que el Cucho de Ocloyas es una guarnición de frontera también controlada por los Inka. Nuestra hipótesis es que la misma estuvo destinada a absorber los procesos de interacción con grupos provenientes del Chaco y a avistar, custodiar e informar el ingreso de los mismos a la región desde el río San Francisco y las tierras bajas propias de los bosques chaqueños. Finalmente consideramos la relación de estos núcleos con el sitio mayor de Volcán, ubicado a la misma latitud, sobre la Quebrada de Humahuaca.

DESCRIPCIÓN ECOLÓGICA DE LA REGIÓN

   En trabajos anteriores hemos profundizado el análisis de los aspectos ecológicos, que han sido publicados, por lo que ahora haremos una referencia muy sucinta a los mismos.
   La región delimitada comprende la cuenca superior del río Ocloyas, constituída por los ríos tributarios Tiraxi-Tesorero y Corral de Piedra. Está ubicada al oriente de la cadena de Volcán que la separa de la Quebrada de Humahuaca. Presenta una gran diversidad medioambiental, producto de las variaciones en el gradiente altitudinal que se originan en una serie de escalones que descienden de oeste a este, dando origen a distintos tipos de formaciones fitogeográficas. Por arriba de los 2200 msnm se extienden las Praderas de Altura, aptas para el pastoreo animal, a medida que se desciende hacia el oriente aparecen densas formaciones de Bosque Montano y por debajo de los mismos, la Selva Montana y la Selva de Transición al Chaco (Cabrera 1958; Brown y Ramadori 1989).
   Por sus características geomorfológicas y ecológicas, el sector se distingue como una zona privilegiada dado que a cortas distancias se obtienen abundantes recursos de Yungas: pieles vistosas, maderas duras, miel, tintes vegetales, plantas medicinales, plumas multicolores, nueces, recursos de caza y Anadenanthera macrocarpa (cebil de especie alucinógena). Asimismo, en los espacios abiertos de la formación de Bosque Montano, se obtiene buena producción de papa semilla y maíz que pueden sembrarse a temporal y en forma anticipada respecto a la Quebrada, lo cual permite la producción de un doble ciclo de siembra (michka).
   Este sector de los valles orientales presenta características que lo distinguen de la porción central y norte de los mismos:

1-En el sector sur de la quebrada de Humahuaca, las unidades geomorfológicas y medioambientales: puna, quebrada y valles se disponen más cercanas entre sí, por lo tanto los recursos de Yunga son muy accesibles desde la Quebrada.
2-La precordillera Salto-Jujeña pierde altura y los valles se tornan más amplios y aplanados permitiendo la penetración de los vientos que provienen del sudeste, lo cual genera un clima mucho más húmedo y templado que el de la cercana Quebrada.
3-Las formaciones fitogeográficas se disponen en mosaico, lo que favorece la instalación humana porque permite el acceso a gran variedad de recursos y porque la presencia de superficies planas facilita la producción agrícola a temporal. Esta, como ya dijimos, en ciclos anticipados a los de la Quebrada.

   Un factor a destacar, desde el punto de vista de la ocupación humana del espacio en el período prehispánico, es que toda esta zona se encuentra a la misma latitud que el importante núcleo habitacional "Pukara de Volcán", el cual se encuentra ubicado sobre un cono volcado transversal a la quebrada de Humahuaca, a escasos 300 metros del valle del río Grande. Dicho núcleo habitacional, de gran envergadura, dista de la región estudiada como máximo una jornada de marcha (la zona más próxima está a solo seis horas de marcha).

ANÁLISIS DEL REGISTRO

   En la región hemos detectado 24 sitios Tardíos e Inkaicos y 3 sitios Formativos. Ninguno de ellos tiene la envergadura de Volcán. Son núcleos semi-conglomerados de no más de 40 recintos, de distinto tamaño, que muestran que la población de los valles orientales no llegó a constituir núcleos densos de población indicativos de algún grado de centralidad política. Sin embargo debemos destacar que la ocupación del espacio de los valles fue densa en época prehispánica, tal como indican el número de yacimientos arqueológicos consignados. Esta situación es más significativa si tenemos en cuenta que en el sector sur de la quebrada de Humahuaca, la relación es inversa y el número de instalaciones prehispánicas sobre el valle del río Grande, es mucho menor que en el sector central y norte de la misma (Garay de Fumagalli 1995). (Figura 1)

   Hemos publicado ya las características de los sitios correspondientes al Formativo y los propios de Desarrollos Regionales (Garay de Fumagalli op.cit.), en esta oportunidad nos referiremos especialmente a los relacionados con la presencia inkaica en la región, no sin antes volver a destacar la importancia que estos valles tuvieron en todo momento, dada la continuidad de ocupación de los mismos.

Sitios con rasgos de morfología inkaica:
La mayoría de ellos corresponden a lo que consideramos el Sistema de Asentamiento Tiraxi que comprende los siguientes sitios: AP I, AP II, Lagunita (todos ellos en la cuenca del río Tiraxi Grande), La Bolsa, Piedra Parada, Media Loma y Puesto Mendez (sobre arroyo del Sauzal, cuenca del río Ocloyas). También es inkaico el Cucho de Ocloyas, sobre el río homónimo. El Pukara de Volcán (al cual incluimos por su evidente relación con los anteriormente nombrados) presenta un momento de ocupación que muestra rasgos de influencia inkaica, aunque no consideramos que sea un sitio construido por los Inka (Garay de Fumagalli 1998).

Cuenca del río Tiraxi Grande:
El piso ecológico corresponde al Bosque Montano en las cotas de 1800 a 1900 msnm. El patrón de instalación muestra núcleos semiconglomerados, con recintos rectangulares de ángulo recto, pirca doble, bloques canteados y jambas bien marcadas. Si bien esta característica es común a todos estos sitios, es clara la diferencia constructiva que se establece con relación al denominado AP I, sobre el arroyo Escalera, afluente del río Tiraxi. Este, aunque también es un núcleo semiconglomerado, es más grande y su patrón más organizado que los anteriores, presentando clara planificación en la distribución de los recintos. Los mismos son muy regulares, construidos con una técnica depurada, están hechos con bloques canteados, pircas dobles y presentan todos las jambas orientadas hacia el N-O Se distribuyen alrededor de un recinto central de mayores dimensiones que se encuentra aterrazado mediante una pirca de contención. En el extremo N-O del mismo se ubica un recinto oval de pequeñas dimensiones que puede haber sido un silo. Uno de los recintos excavados en su totalidad (R.2), muestra su superficie ocupada en casi el 75% del total por un enorme fogón y es importante destacar que en el resto de los recintos excavados, cinco en total, no hemos detectado la presencia de fogones. (Figura 2)

El sitio AP II se encuentra ubicado a la misma latitud que el anterior, en una cota 100 metros superior. Aparece asociado espacialmente en forma directa a AP I y si bien no tenemos control cronométrico de su antigüedad, todos los rasgos formales son semejantes al anterior. Está construido sobre la misma ladera, muy cerca de la cima de la elevación denominada «Alto del Bañadero». Desde esta, que alcanza una altura de 2500 msnm, se distingue claramente el cauce del río Tesorero y Corral de Piedra. Consideramos que la función de este sitio está relacionada con su emplazamiento cercano al «Alto» que favorece el control visual de los cauces citados, pero en una posición protegida de las inclemencias climáticas que azotan la cima.
Por lo descripto anteriormente se encuentra muy deteriorado, pero se distinguen pircas dobles, semejantes a las de AP I y en el pozo de sondeo realizado se obtuvo una gran lasca de obsidiana y material cerámico similar al estudiado en dicho enclave. En la ladera donde están emplazados AP I y AP II, en el espacio comprendido entre ambos sitios, detectamos dos morteros individuales muy similares entre sí, tallados sobre grandes bloques aislados, con una concavidad de forma sub-cónica de 40 cm de profundidad y un diámetro de 35 cm en la boca. Estos morteros distan 300 m uno de otro y se hallan enclavados en superficies aterrazadas naturalmente y despejadas de vegetación arbórea, por lo que se tornan muy aptas para la agricultura.
El sitio denominado Lagunita está ubicado sobre una suave elevación, a 1800 msnm, se orienta en sentido O-E adaptándose a la geoforma sobre la que está enclavado.
Se detectaron unos 30 recintos, algunos muy deteriorados, formalmente similares a los de AP I (con seguridad en el momento de ocupación hubo algunos recintos más). Este sitio está ubicado estratégicamente para realizar el control de la circulación que se realiza por el valle del río Tiraxi Grande, sobre el que está emplazado y que es la vía natural de acceso por el Sur (quebrada de Jaire y abra de Hacienda Ruana), hacia los valles orientales desde la Quebrada de Humahuaca.
En el valle del arroyo Pericota a 1800 msnm, en la finca Storni, hemos detectado estructuras de pircas dobles, que están situadas sobre una barranca y por lo tanto han sufrido erosión, el dueño de la finca nos ha relatado que antes podían observarse varios recintos rectangulares completos. El estado de deterioro en que se encuentra el sitio impide hacer más precisiones, solo indicar que la técnica constructiva coincide con los anteriormente descriptos y que el medio ambiente corresponde al piso del Bosque Montano.
Se dataron muestras de carbón vegetal, obteniéndose los siguientes fechados:

AP I:
Proc. 36.1-R.1(piso): 530±50 AP Cal. AD 1430

1Cal. AD 1409 (1430) 1446

2Cal AD 1397 (1430) 1479

LATYR -LP-308

Proc. 37.1-R.1(Piso): 580±60 AP

Cal. AD 1410

 

1Cal. AD 1327 (1410) 1436

 

2 Cal. AD 1302 (1410) 1455

LATYR -LP-320

 

Proc. 63.6-R.2 (Piso): 590±50 AP

Cal. A.D. 1410

 

1Cal AD 1326 (1410) 1413

 

2Cal AD 1304 (1410) 1444

LATYR- LP-315

 

Cuenca del arroyo Sauzal:
Corresponde ambientalmente a la base del piso del Bosque Montano, donde a las especies propias del mismo se suman las mirtáceas, representa la transición hacia la Selva Montana, en la cota de los 1700 msnm La vegetación es mucho más densa que en las cotas superiores, prácticamente desaparecen los «campitos» herbáceos y las especies arbóreas son de mayor envergadura. Se han detectado cuatro sitios: Puesto Méndez, La Bolsa, Piedra Parada y Media Loma, ubicados todos ellos alrededor de la cota indicada anteriormente. En todos los yacimientos se reconocen pircas dobles que delimitan recintos rectangulares, asociados en un patrón de instalación semiconglomerado, contando cada uno con unos 15 a 20 recintos. Es destacable que este conjunto de asentamientos está muy cercano entre sí, ningún sitio dista más de 1 hora de marcha a pie de los otros por sendas actuales. Puesto Méndez y La Bolsa están instalados uno frente al otro, en las terrazas del arroyo del Sauzal y se visualizan mutuamente. El fechado radiocarbónico dió los siguientes resultados:

La Bolsa

Proc. 83 -Piso 530±70 AP

Cal. A.D. 1430

 

1Cal AD 1404 (1430) 1454

 

2Cal AD 1309 (1430) 1621 BETA INC. Beta 65489

La alfarería analizada por Cremonte (Fumagalli y Cremonte 1997) en AP I y La Bolsa muestra presencia de estilos inkaicos locales representados por la decoración de línea fina en espiralados, banderines, bandas reticuladas horizontales o en espiral; superficies pulidas y presencia de fragmento de plato pato N/R línea fina. También se recuperaron fragmentos Yavi o Chicha (Portillo Polícromo y Portillo Morado), abundantes tiestos de ACHI de pasta 13 B y corrugados y alfarería propia de la Quebrada N/R.
Consideramos que los sitios descriptos anteriormente integran un Sistema de Asentamiento con núcleo en AP I, dadas las similitudes ergológicas estudiadas, la asociación espacial que los vincula, el control cronométrico realizado y la relación funcional que hemos detallado. La razón fundamental de su instalación y control por parte de los Inka se relacionaría con la obtención de recursos de Yunga,tanto de recolección como de siembra, dadas las características medioambientales que han sido descriptas; el carácter complementario, desde el punto de vista económico, de sus bienes con relación a los propios del ámbito prepuneño y la proximidad geográfica de los mismos respecto a la Quebrada.

El Cucho de Ocloyas:
El Cucho de Ocloyas está ubicado 5 km al norte del actual pueblo homónimo, a 1490 msnm. Se eleva 150 m cercano al encuentro del río Ocloyas con el Paihuaico y Trigo Pampa, que tras su unión forman el río Catres. Este se dirige al oriente, formando el río Caulario- Candelaria que con el nombre de Ledesma desemboca en el río San Francisco. Este valle fluvial constituye una vía de circulación natural entre el último de los ríos nombrados y la región bajo estudio. La ubicación del sitio en altura permite el control visual de esta entrada que conecta con las planicies boscosas chaqueñas.
El emplazamiento mide unos 100 m de largo por 70 a 80 m de ancho, está rodeado por un muro perimetral de gran envergadura que contiene cementante de barro batido; presenta muros de contención escalonados, en la ladera oeste, que es la más afectada por procesos de erosión. Se accede por una entrada controlada por un recinto, luego hay un espacio sin construcciones y tras éste 27 recintos de distintas dimensiones, en general rectagulares y sub-rectangulares (cuatro de dimensiones más pequeñas están asociados directamente al muro perimetral), hay otros pequeños circulares que consideramos qolqas. Dos de los recintos centrales están conectados por una circulación delimitada por grandes bloques de perfil triangular, esta circulación a su vez desemboca en una plataforma sobreelevada mediante relleno artificial, también delimitada por bloques similares, pero de mayor tamaño. Esta plataforma mide 5 m de ancho por 20 m de largo y está orientada directamente hacia el poniente. Caído al lado de la misma se encuentra un gran bloque rectangular, con sus cuatro caras canteadas, de 0,60 m de ancho cada una, la altura es de 1,20 m. El dueño de las tierras relata que el sitio está muy destruido actualmente por la acción del ganado, pero que cuando esto no sucedía se podían distinguir dos pequeñas torres circulares, asociadas al muro perimetral que da al este y a las que él se trepaba, logrando gran control visual sobre el cauce del río Catres. Hemos identificado las bases de las mismas, que consideramos deben haber sido ser torreones. (Figura 3)

Figura 3

Se excavaron 4 recintos, dos completos. hasta piso de ocupación, un tercer recinto en sus tres cuartas partes debido a que la presencia de un árbol alteró un sector del mismo y se sondeó un cuarto recinto. Los pisos aparecen a los 0,40-0,45 m sumamente alterados por procesos tafonómicos. Los recintos son sub-rectangulares, de aproximadamente 5 m por 3,50 m. Los muros son dobles, se han empleado en algunos casos bloques canteados, dichos bloques han sido, en gran parte, trasladados desde el cauce de los ríos que rodean al sitio. Llama la atención en la construcción la falta de correspondencia entre el tipo de muro, los bloques que han sido canteados, la energía puesta en trasladar dichos bloques desde el fondo de valle y la escasa habililidad técnica de la construcción. Si bien la forma general de los recintos es rectangular, los muros presentan quiebres e irregularidades.

Descripción de los conjuntos cerámicos
Sobre 720 fragmentos, Cremonte (a quien agradecemos su colaboración) distingue por análisis de pastas 5 tipos:

-Grupo1- 14 frag. Pastas finas y compactas
Corresponden a un conjunto de pastas castañas muy pulidas, rosadas alisadas de paredes delgadas con pintura rojo claro fugitiva, castaño-rosados, ante pulidos, todas de paredes delgadas. Las pastas son finas y compactas, salvo los fragmentos rosados alisados, que muestran litoclastos marrones sedimentarios, de granulometría media a gruesa, los demás presentan inclusiones no plásticas muy pequeñas, incluidas en la arcilla. Pueden no ser locales, y no se parecen a las de API y Volcán.

-Grupo 2- Pastas 13 C- Variedad ACHI
Estas pastas no oxidadas con abundante cuarzo, areniscas/cuarcitas de granulometría variable, están asociadas en muchos casos a decoración ACHI, con puntos arrastrados y subtriangulares. Aparecen mucho en Volcán y AP I y son comunes al sector meridional de la Quebrada.

-Grupo3- Pastas N/R
En borde de aríbalo (Inka local) y otros fragmentos N/R se presentan pastas similares a las de API y Volcán, típicas de la Quebrada. Aparecen con baja representatividad en Ocloyas.

-Grupo4- Corrugados e impronta cestería
Presentan diferencias entre sí. Son gruesas, oxidadas o parcialmente oxidadas, con abundantes litoclastos. Algunas presentan tiesto molido, son las más compactas y oxidadas. Otras mal cocidas tienen menos inclusiones. Algunos corrugados semejan los de AP I y Volcán, pero otros se diferencian de los mismos.

-Grupo5- Amarillentos y castaños alisados o poco pulidos
Son pastas poco compactas, castaño-amarillentas que presentan litoclastos grandes o muy grandes, están parcialmente oxidadas. Son similares a los ordinarios y amarillentos de Volcán y AP I.

No se rescataron otros materiales, fuera de la alfarería y lítico, dado que la humedad es muy elevada y los procesos de destrucción de la materia orgánica muy activos. El material lítico es escaso y se relaciona principalmente con instrumentos destinados a la molienda, se encontró un fragmento de mortero y manos de moler, de forma redondeada u ovoidal. También se encontraron 8 puntas de proyectil de obsidiana de 0,2 a 0,3 m de largo, todas con aletas y sin pedúnculo, de muy buena factura. Debemos destacar, con relación al material lítico la presencia de 3 amontonamientos de guijarros pequeños, todos de similar tamaño, que forman promontorios ubicados cerca del muro perimetral que mira al este y que interpretamos estaban destinados a ser usados como proyectiles.

El pukara de Volcán:
El sitio mayor de Volcán queda, como ya dijimos a la misma latitud y a menos de una jornada de marcha. Excavamos en el mismo tres basureros para reconstruir la historia ocupacional, levantamos el plano del sitio y sondeos seriados a ambos lados del camino. Tanto en el análisis del asentamiento, como en los materiales recuperados y en los fechados radiocarbónicos obtenidos, Volcán muestra indicios de presencia inkaica (Garay de Fumagalli 1998).
El sitio es bipartito, está dividido en dos mitades por un camino axial que lo atraviesa de este a oeste. Presenta un montículo artificial de gran tamaño, una kancha asociada, y otras nueve de distinto tamaño a las que, en todos los casos se enfrentan y comunican grandes recintos rectangulares. El gran montículo artificial está segregado entre muros, ubicado en el extremo oeste del emplazamiento donde finaliza el área residencial, luego del mismo se extiende un área de enterratorios. En el basurero asociado, que es el de menor potencia y muy homogéneo en su composición, fechado en 1533 A.D. (calibrado, 2º sigma), se encuentra el material estudiado más claramente inkaico. El mismo está representado por bordes de aríbalo local; fragmentos con decoración inkaica N/R, cerámica yavi o chicha Portillo Polícromo y Portillo Morado, pucos Poma en N/R y Borravino sobre Naranja. Todas las vasijas N/R tienen mejor tratamiento y acabado, están pulidas y la decoración realizada con líneas finas. En superficie se encontró cerámica Inka Pakajes y más bordes de aríbalo. No se ha encontrado manifestación de estilos Inka Cuzqueño.

Interpretación de la variabilidad cerámica
Si comparamos los conjuntos alfareros recuperados en el Pukara de Volcán, la cuenca del río Tiraxi Grande y el Cucho de Ocloyas, encontramos similitudes y diferencias. Los elementos comunes corresponden a lo que denominamos el "componente meridional" (Cremonte, Fumagalli 1995), que se manifiesta fundamentalmente en las cerámicas ordinarias, las pastas amarillentas o pardo amarillentas y marrón alisado, el standard 13 C en las pastas pertenecientes al estilo Angosto Chico Inciso (ACHI) y corrugados y los acabados de superficie realizados mediante "peinado" o "marleado".
Las diferencias se establecen sobre todo con los conjuntos propios del Cucho de Ocloyas, respecto a los otros enumerados. Lo más notorio es la fuerte disminución del estilo N/R en los conjuntos de Ocloyas, como así también la clara incidencia de la alfarería decorada por desplazamiento de pasta y sobre todo la variedad de corrugados presentes en dicho yacimiento. Es en los corrugados donde se establecen las diferencias más claras, dado que los incisos, predominantemente Angosto Chico Inciso, presentan similitudes respecto a los contextos de Tiraxi y Volcán. Otro elemento a destacar dentro de estas alfarerías decoradas por desplazamiento de pasta es la presencia, en Ocloyas, de las que muestran impresión de cordelería, las mismas pueden estar pintadas o no y no aparecen en las otras zonas. Asimismo se destacan las cerámicas muy finas y compactas que podrían ser exógenas y que no están en AP I y Volcán.

Comparación del patrón constructivo:
Con relación al patrón constructivo observamos diferencias llamativas en el mismo. Volcán muestra un patrón muy característico que está representado por los cuatro ángulos redondeados en recintos de forma general rectangular. AP I de Tiraxi y los relacionados presentan mejor técnica constructiva y los ángulos rectos. En Ocloyas hay elementos que coinciden con los de Tiraxi, pero parece haber sido construido con muy inferior destreza técnica, lo que provoca quiebres e irregularidades en los muros. Por otra parte en el Cucho de Ocloyas se destaca claramente el muro defensivo perimetral que rodea integramente al sitio y el emplazamiento aislado, en altura y en un espacio restringido, lo que indica una funcionalidad diferente.

Relación espacial del Cucho de Ocloyas con Tiraxi y Volcán
El Cucho de Ocloyas está instalado 20 km al este de la zona de Tiraxi, entre el mismo y los asentamientos de Tiraxi-Tesorero se extiende una franja vacía de sitios coetáneos. Todos los yacimientos de los Desarrollos Regionales o con presencia inkaica que hemos relevado pertenecen como dijimos a las cuencas de los ríos Tiraxi-Tesorero y están en el piso del Bosque Montano. Desde el punto de vista medioambiental el Cucho está en una zona más baja, húmeda y selvática, en un límite ecológico con las llanuras boscosas chaqueñas y dominando claramente una de las posibles entradas desde las mismas. Por otra parte se encuentra ubicado sobre una de las principales vías de acceso a la quebrada de Humahuaca desde el Chaco en el sector sur de los valles orientales. Esta es la que, pasando por San Bernardo y San Javier, desemboca en la misma por la quebrada Huajra. A su vez, desde dicha desembocadura al Pukara de Volcán hay 5 km. En total la distancia entre el Cucho de Ocloyas y Volcán es de 40 km.

COMPARACIÓN CON LOS SITIOS DE CONTROL DE FRONTERA INKAICOS DEL SECTOR CENTRAL Y NORTE

   Los sitios inkaicos que se han estudiado en el sector central y septentrional de los valles orientales, sobre todo los instalados hacia el este, donde las estribaciones montañosas orientales pierden altura o se "abren" a las llanuras chaqueñas, tienen en general funcionalidad específica, relacionada con vías de circulación, santuarios de altura, pequeños tambos y sitios de defensa (Nielsen 1989). Escaparía a esta consideración el enclave de Titiconte, en la región de Iruya, que por sus rasgos arquitectónicos parece haber sido además un asentamiento dedicado a la produccción agrícola y residencia permanente (los sitios de Arcayo y Zapallar, consistentes fundamentalmente en qolqascirculares, parecen haber estado asociados al anterior, Raffino 1993). Coincidiría en cambio con lo planteado por estos autores el santuario de altura de Cerro Morado de Colanzullí (Debenedetti.y Casanova 1933).
   Las investigaciones realizadas en la región de Zenta y Calilegua afirmarían lo expresado por Nielsen, los sitios que se han localizado cumplirían las funciones antedichas, Cerro Amarillo, a 4100 msnm y Cerro Chasquillas a 5000 msnm, son santuarios de altura y el pequeño tambo de Chasquillas, asociado espacialmente al anterior, controlaría el paso entre las quebradas de Yala de Monte Carmelo y Caspalá.
   Los otros asentamientos corresponden a pequeñas guarniciones de frontera como Pueblito Calilegua, próximo a la cumbre de la Sierra de Calilegua a 3750 msnm y Puerta de Zenta, a 3200 msnm, entre Cianzo y Palca de Aparzo. Estos enclaves incaicos poseen similitudes y diferencias respecto a Ocloyas, se asemejan en que todos son enclaves pequeños (albergarían alrededor de 50 hombres), ubicados en sitios estratégicos, con accesos difíciles, sobre vías de comunicación entre la Quebrada de Humahuaca y las tierras bajas, en el límite ecológico de las estribaciones montañosas andinas y los bosques chaqueños, alineados todos aproximadamente a la altura del meridiano de 65 º Long. O. Presentan una organización espacial intramuros similar en cuanto disposición de las unidades y tipo de construcciones, presencia de muralla perimetral, algunos pocos recintos­habitación, qolqas, y torreones. Por sus características estructurales parecen más destinados a controlar la frontera y canalizar información que a sostener conflictos prolongados.
   Sin embargo también hay diferencias, en los sitios mencionados los rasgos inkaicos con relación a la arquitectura son más claros, por ejemplo presencia de RPC y plazas intramuros delimitadas perimetralmente, rasgos que no se observan en el Cucho de Ocloyas. En cuanto a las técnicas constructivas existen asimismo diferencias. Ya hemos destacado que si bien en Ocloyas los muros son dobles, de gran porte, con presencia de bloques canteados que fueron transportados desde el cauce del río (con la dificultad que esto implica por la altura y pendiente de las laderas), las hiladas de muro presentan quiebres y los ángulos no son totalmente rectos, en tanto en las guarniciones aludidas, la técnica constructiva revela mayor habilidad y pericia.
   No obstante, es necesario destacar que los sitios mencionados en el sector central y norte de los valles también presentan cierta heterogeneidad morfológica entre sí, la resolución formal de Puerta de Zenta difiere de la de pueblito Calilegua, este último es el que presenta rasgos más claramente inkaicos, en tanto Zenta tiene muralla perimetral con balcones y paredes de tapia. Asimismo, otro sitio actualmente en revisión, El Durazno (Madrazo 1966), instalado en la q'eshwa, en la serranía El Alisal, a 2900 msnm, controlando una de las vías naturales de comunicación entre Tilcara (Quebrada de Humahuaca) y Valle Grande, muestra asociación de rasgos de morfología inkaica con otros propios de la Quebrada de Humahuaca y puneños (Raffino op. cit.). Esta diversidad se explicaría por la movilidad que caracteriza a la política imperial incaica. La presencia de mitimaes y de ejércitos de composición multiétnica pudieron generar diferencias culturales, aún en sitios ubicados en una misma región, cercanos entre sí y con una misma funcionalidad (Nielsen 1989).

DISCUSIÓN

   En el sector meridional de la Quebrada y sus bordes encontramos: 1-un núcleo socio-político principal, el Pukara de Volcán; 2- el Sistema de Asentamiento AP I de Tiraxi, evidentemente relacionado con el anterior, ubicado en los valles orientales y 3- el Cucho de Ocloyas instalado 20 km al este de Tiraxi, que presenta similitudes y diferencias con los otros asentamientos mencionados.
Volcán presenta indicadores de haber estado sometido al Tawantinsuyu, pero no de ser una cabecera principal en el mismo. Existía como nucleamiento habitacional importante desde el siglo XII de la era, representaba un gran centro de población local y controlaba los valles orientales desde los primeros siglos del milenio.
   Los valles sudorientales fueron ocupados en distintos momentos, en forma densa y contínua, dado que se detectan sitios de los Desarrollos Regionales y Formativos. El sistema AP I de Tiraxi parece obedecer a una reorganización del sistema local por imperio del Estado Inka, que controlaría esta zona con el fin de obtener tributo, probablemente en energía, para producir maíz y papa semilla y extraer recursos de Yunga, principalmente cebil y plumas multicolores. La población parece seguir siendo la local y seguramente tributaban a los señores étnicos, quienes articularían las relaciones con el Tawantinsuyu.
   Los bienes de consumo extraídos del borde oriental, entre los que pudieron tener importancia el maíz y las maderas duras, habrían estado destinados a sostener el sistema Inka a nivel local, fundamentalmente con relación a:- mantener al personal administrativo, militar y a los mitayostrasladados por el sistema estatal; -generar reservas para casos de catástrofe; - solventar la subsistencia de las poblaciones locales (Williams 1991; Mulvany 1997).
   En cambio otros bienes, valiosos o de prestigio, como por ejemplo el cebil, las plantas medicinales, las pieles y las plumas vistosas, pudieron servir para mantener el sistema de dones y contradones con jerarquías cuzqueñas. En el Pukara de Volcán aparece Pectenpurpuratus, proveniente del pacífico, que pudo formar parte de estos sistemas de circulación de bienes, destinados a sostener las redes conectivas entre las élites locales y las del Tawantinsuyo (Madrazo 1987; Rex Gonzalez 1980).
   Por su parte, el Cucho de Ocloyas presenta todos los indicadores que permiten calificarlo como guarnición inkaica de frontera (a nivel frontera centro-sur del Kollasuyu). Está ubicado sobre (o quizá dentro) de la frontera, en una zona vacía de otros asentamientos coetáneos, a 20 km de las zonas de "producción"; emplazado en altura; tiene un difícil acceso; muestra dominio visual de las entradas naturales desde las Tierras Bajas del este; está ubicado sobre uno de los corredores naturales entre la Quebrada de Humahuaca y las llanuras chaqueñas; presenta una muralla perimetral de gran porte y probablemente incluía torreones de avistamiento y estructuras de almacenaje (Dillehay y Netherly, 1988; D'Altroy, 1999).
   La presencia de esta pequeña guarnición de frontera puede interpretarse de diversas maneras, pero en todos los casos indica que en la zona se desarrollaron intensos mecanismos de interacción con poblaciones provenientes del Chaco, lo cual ha sido ya observado en los conjuntos cerámicos propios del sector meridional de la Quebrada y sus bordes (Cremonte y Fumagalli 1996; Fumagalli y Cremonte 1997). Las características propias de los contextos alfareros y de las técnicas constructivas que distinguen al Cucho de Ocloyas podrían obedecer a que los Inka, que controlarían toda la cuenca superior del río Corral de Piedra con el fin de extraer y explotar los recursos de la Yunga, habrían instalado una guarnición fronteriza destinada a vigilar e informar los movimientos en la frontera y al mismo tiempo absorber los procesos de interacción con los indios de Chaco. Los ocupantes de esta pequeña guarnición pudieron ser grupos locales que habrían interactuado desde mucho tiempo antes, quizá desde el Formativo, con los pueblos del este, lo cual habría dado origen a que en estos conjuntos cerámicos aparezcan atributos que los diferencian respecto a los de Tiraxi-Tesorero, en tanto la alfarería alóctona habría llegado al lugar por el control periódico ejercido por los Inka.
   La construcción del sitio parece haberse realizado con mano de obra local; el emplazamiento, el lugar elegido y otros elementos, pudieron pertenecer a la planificación inkaica. Este sitio sería similar y desarrollaría las mismas funciones que las pequeñas fortificaciones que Schjelerup (1998) estudió en los Andes Orientales centrales (Perú) ubicadas entre los 1200-1300 msnm. Las mismas no eran solo defensivas, sino que servían para informar y ordenar el trueque con las poblaciones provenientes del este.
   El Cucho de Ocloyas no presenta indicadores claros que nos permitan detectar la presencia de mitimaes que hubieran sido trasladados como especialistas en defensa de frontera. Los contextos, que muestran una incidencia alta de alfarerías propias de la región, no permiten inferir su presencia, sin embargo no descartamos la posibilidad que estos mecanismos puedan haber existido.
   Las diferencias que detectamos entre el Cucho de Ocloyas y Tiraxi referidas al patrón de asentamiento y a la alfarería corresponderían, no ha poblaciones de distinto origen, sino a los procesos de interacción propios de la frontera, activados en el caso del Cucho de Ocloyas por los mecanismos impuestos por los Inka. Como explicita Schjelerup (op. cit), la frontera otorga una especial forma de vida a sus habitantes, tanto en lo socio-político como en lo económico y genera relaciones simbióticas entre sus componentes, creando una conciencia regional, una identidad especial que los distingue de sus grupos de origen y los asemeja y al mismo tiempo diferencia entre sí, esto crea un sentido de regionalidad que antes probablemente no existía y que nosotros creemos pudo verse reflejado en los patrones estilísticos propios de sus conjuntos alfareros.
   Finalmente, Volcán no parece haber sido una cabecera regional dentro de los territorios dominados por el Tawantinsuyu, pero sí importante fuente de mano de obra local. Todo este «sistema de producción» pudo depender de otros núcleos políticos más importantes donde residieran los «centros administrativos» (La Lone y La Lone 1987). Estas cabeceras políticas en la región, para el momento incaico, pudieron estar en Potrero de Payogasta- Cortaderas- Incahuasi (Rex Gonzalez, op.cit).

AGRADECIMIENTOS

Nuestro agradecimiento a la familia Tarifa, dueña de las tierras en las que está emplazado en Cucho de Ocloyas, que amablemente nos guió al sitio.
Gracias a la comunidad de Ocloyas por el apoyo brindado, así como a las autoridades y personal de la Escuela, que nos alojó en sus dependencias.

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