SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número27Celebraciones en honor a la Virgen de Río Blanco: Rito y espectáculoReligiosidad andina y religiosidad cristiana: un diálogo inconcluso. Los milagros de la Virgen en Nueva coronica y buen gobierno índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  n.27 San Salvador de Jujuy maio 2005

 

El ukumar: lo monstruoso en el discurso evangelizador de la conquista

The Ukumar: the monstruous in the Church discourse in the conquest

Florencia Raquel Angulo Villán *

* Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales - Universidad Nacional de Jujuy - Otero 262 - CP 4600 - San Salvador de Jujuy - Jujuy - Argentina. Correo Electrónico: florenciaraquela@hotmail.com

RESUMEN

   Muchas comunidades de la provincia de Jujuy conservan todavía una nutrida tradición oral que tiene sus orígenes en épocas prehispánicas. Estos discursos orales han sufrido reelaboraciones permanentes a partir de la intersección conflictiva con el universo cultural colonial.
   Por mandato real, sacerdotes y funcionarios coloniales iniciaron una manipulación de estos textos que conferían identidad al sujeto prehispánico y con los cuales pretendían instaurar los nuevos paradigmas socio-culturales en América. Basándose en las doctrinas aristotélicas fue demostrada la incapacidad racional del indio, y de este modo, afirmada la política del dominio de lo más perfecto sobre lo más imperfecto.
   Los misioneros fueron los encargados de la manipulación del imaginario de las comunidades aborígenes. Adiestrados en la palabra, se adueñaron de los discursos indígenas. Los vaciaron de los contenidos que le daban sentido y que habían regido el mundo prehispánico. Los cargaron de nuevos sentidos, muchas veces opuestos y contradictorios a la visión de los naturales americanos.
   Mi trabajo pretende observar cómo en los relatos del Ukumar se pueden reactivar las potencialidades del discurso evangelizador a partir de la actualización de la imagen de lo monstruoso como imagen de la degeneración racial.
   Abordar la lectura de las diferentes versiones sobre el Ukumar es un intento de reactivación de fragmentos del discurso de la evangelización que es convocado en estos textos a través de lo monstruoso y potenciado por la descripción de lo satánico.

Palabras Clave: Discursos orales; Identidad; Discurso evangelizador; Lo monstruoso.

ABSTRACT

   Many communities of Jujuy province still conserve an enormous oral tradition that has its origins in prehispanic ages. These oral discourses have undergone permanent versions from the conflicting intersection with the colonial cultural universe.
   By Royal order, colonial priests and civil employees iniciated a manipulation of these texts that gave identity to the prehispanic subject and with which it was wranted to restore the new sociocultural paradigms in America. Being based on Aristoteles' doctrines, it was demonstrated the Indian rational incapacity and was affirmed the politic of the most perfect over the most imperfect dominion.
   The missionaries were the ones incharge of the manipulation of the Indian communities imaginary. Trained in speech, they appropriated the Indians discourses. They drained them of the contents that gave sense them and had governed the prehispanic world. They were loaded of new senses, opposite and often contradictory to the narive Americans vision.
Thes work tries to observe how in the Ukumar storis, the potentialities of the Church discourse from the monstrous image update like image of racial degeneration can be reactivated.
To approach the reading of different versions on the Ukumar is an attempt of fragments reactivation of the Church discourse that is summoned in these texts across the monstrous and harnessed by the description of the satanic.

Key Words: Oral discourses; Identity; Church discourse; The monstrous image.

   Muchas comunidades de la provincia de Jujuy conservan todavía una nutrida tradición oral que tiene sus orígenes en épocas prehispánicas. Estos discursos orales han sufrido reelaboraciones permanentes a partir de la intersección conflictiva con el universo cultural colonial. Por mandato real, sacerdotes y funcionarios coloniales iniciaron una manipulación de estos textos que conferían identidad al sujeto prehispánico y con los cuales pretendían instaurar los nuevos paradigmas socio-culturales en América.
   Nuestro trabajo pretende observar cómo en los relatos del Ukumar se pueden reactivar las potencialidades del discurso evangelizador a partir de la actualización de la imagen de lo monstruoso como imagen de la degeneración racial.
   Basándose en las doctrinas aristotélicas fue demostrada la incapacidad racional del indio, y de este modo, se afirma la política de sometimiento organizada sobre esquemas jerárquicamente dispuestos. Esa posición, surgida de los mismos principios filosóficos, disponía el dominio de lo más perfecto sobre lo más imperfecto.
   Esta idea permitió el accionar de dos ámbitos sumamente importantes en el proceso colonizador: la gobernación civil y el sistema misional. Los misioneros fueron los encargados de la manipulación del imaginario de las comunidades aborígenes. Adiestrados en la palabra, se adueñaron de los discursos indígenas. Los vaciaron de los contenidos que le daban sentido y que habían regido el mundo prehispánico. Los cargaron de nuevos sentidos, muchas veces opuestos y contradictorios a la visión de los naturales americanos.
   Para los europeos, el indio, degenerado por costumbres paganas, poseía una naturaleza ruda que era necesario revertir. Mientras este proceso no culminara debería ser guiado en su aprendizaje por personas más civilizadas, más racionales, más cristianas. Mientras tanto, era imagen viva de la idolatría y una representación natural de lo pagano.
   Abordar la lectura de las diferentes versiones sobre el Ukumar permitió la reactivación de fragmentos del discurso de la evangelización que es convocado en estos textos a través de lo monstruoso y potenciado por la descripción de lo satánico.
   Ahora bien, ¿cómo reconocemos la voz evangelizadora en nuestros relatos? En primer lugar, al escuchar estas historias, lo que más nos sorprende es la deformidad y la desproporción que posee esta criatura.
   Los narradores lo describen de este modo:

"que tiene un cuerpo horrible [...] Era enorme, era, gruñona [...] Ella estaba en una posición en que no hablaba, no podía nada."(Relato 1)

"Es así... un chiquito que han abandonado cuando era chiquito y se ha criado solito, comiendo basura,[...] y se la creció tánto las uñas... no podía hablar, por supuesto" (Relato 2)

"y que tenía los pies al revés para que no lo sigan, para que no lo sigan, los pies al revés[...] él ya se había vuelto como su papá, se había vuelto malo [...] (Relato 3)

   Según una tipología de lo monstruoso trabajada por Raúl Dorra, se observaba, a finales de la Edad Media que los desórdenes podían ser: a) físicos ( Ej: los que tienen el rostro en el vientre, los que tienen una sola pierna pero con el pie tan enorme que acostumbraban a usarlo para hacerse sombra a la hora del reposo, los que tienen un solo ojo, los que tienen pechos de mujer y genitales masculinos, etc); b) morales ( Ej: la excesiva maldad, la excesiva lujuria, la carencia de todo sentimiento humano); c) estéticos ( Ej: la fealdad extrema y también la turbadora belleza de efectos demoníacos). (Dorra: 2000, 41 –56)
   La monstruosidad que caracteriza al Ukumar ingresa, sin duda en los tres tipos de desórdenes.
   Todos estos rasgos contribuyen a generar el discurso de lo satánico que se sustenta en la noción de lo desemejante. Para los sacerdotes cristianos como Sepúlveda, los "bárbaros" solamente presentan "vestigios de humanidad", restos de una humanidad que los ubica en un estrato inferior. Coincide, esto es lo interesante, con la subordinación de la esposa al marido, el niño con respecto al adulto, el hijo frente al padre.
   Los relatos del Ukumar, permiten reactivar las potencialidades de la voz evangelizadora a partir de la actualización de la imagen de lo monstruoso. El indio es un ser pervertido (léase monstruoso, léase degenerado racialmente) caracterizado por la irracionalidad y la ineptitud por su relación con lo infantil y lo femenino. Lo infantil es representación de lo inmaduro, lo que todavía no se ha formado como ser completo. Mientras que lo femenino, para la cosmovisión medieval servía con frecuencia para expresar lo culturalmente deficiente, como también la violencia y la inhumanidad.
   Tanto el indio como el monstruo comparten las mismas características y se entrecruzan con lo femenino en una misma red de sentidos. De este modo, lo demoníaco convocado en los relatos del Ukumar se acentúa por la presencia femenina. Para Aristóteles, la mujer era una criatura imperfecta y una desviación de la naturaleza.
   La imagen de la bruja aparece potenciada en los relatos y se relaciona con la figura del Ukumar. Las brujas representan por excelencia a la Mujer Fornicadora. Es creencia que transformadas en jóvenes esposas, satisfacen la lubricidad del Señor de las Tinieblas (Colombres; 2000: 48). En el caso del Ukumar, la avidez sexual provoca el temor de los relatores —especialmente femeninos—.

"... ellos por supuesto contaron del Ukumar varón, ellos decían que [...] era horrible y que venía y que lo... y que nadie podía... este .... detenerlo... entonces nosotras estábamos en peligro porque... ya venía el Ukumar y nos iba a llevar a una de nosotras [...] nos iba a meter en una cueva y que en esa cueva nos iba a tapar con una... con piedras, con algo que nosotras no podamos mover y ellos por supuesto... te van a hacer comer raíces, vas a tener hijos y nunca vas a poder salir de ahí..." (Relato 8)

   Sin embargo, este exceso no es propiedad de los Ukumares machos. Enfatizando la lascivia femenina, las hembras aparecen descriptas con mayor fiereza:

"Entra a la choza, pelea y la viola. Antes de violarla le daba frutas y carne humana. Ese día cambió, era más mala, escapó de la choza, se fue a las cuevas y cazaba.
Como ella ya había probado el amor y la carne ya no podía vivir sin eso.
Por eso vuelve, rapta a ese violador y le hace elegir entre las nupcias y la muerte y éste escoge el amor y llevaban una actividad sexual..." (Relato 1)

   El Ukumar hombre o mujer encarna en sus propios actos la lascivia. En los ritos de algunas comunidades peruanas (no sucede así en Argentina), el Ukumar o "Ukuko" es un oso bailarín, es el indígena o mestizo que sufre una transformación producto del alcohol o de la misma máscara que porta. Acompaña a los miembros de las danzas más ceremoniosas, ridiculizando los movimientos de los bailarines. Corteja a las mujeres con ademanes lúbricos, a veces, introduciendo el bastón de su látigo debajo de las faldas (Morote Best; 1988: 214).
   Por otra parte, sus instintos lascivos tienen una explicación reproductiva que recuerda la concepción que en la Edad Media se tenía sobre el diablo: Éste, debía encontrar a una mujer para poder engendrar criaturas deformes. Cuando tomaba la forma de un hombre, recibía el nombre de íncubo, cuando era la figura femenina la adoptada, se lo denominaba súcubo.
   Además, este monstruo es caníbal. Pero su apetito cruel no lo ejerce únicamente con los seres humanos, sino también con los propios Ukumares. Una vez que han sido padres o madres, es decir, una vez que han logrado el fin que los había llevado a arrastrar a un hombre o una mujer hacia la cueva, sucede lo siguiente:

Y...siempre tenía hembra lo que yo sabía era eso, siempre tenía hembra, siempre tenía hembra y que cada cierto tiempo después de tener moría, y los hijos se comían a ella y depué ca'cier' tiempo, buscaba otro hombre, tenían hijos y se lo comía al hombre y después se comía a la ma.... los hijos se comían a la madre. Eso es lo que yo sabía.... (Relato 4)

   La antropofagia que constituye un rasgo paradigmático dentro del relato, se potencia al reconocer que la mujer también la practica. Por otra parte, a los ojos de los cronistas del siglo XVI el indio americano, luego de una guerra, comía el cuerpo del enemigo, hecho que manifiesta la maldad de los naturales americanos. En una de las versiones que trabajamos, una Ukumara, toma venganza sobre el hombre que la poseyó de la siguiente forma:

"Entonces comienza a tener los dolores de parto y él se escapa, pero ella saca fuerzas y lo alcanza, le saca la cabeza y arrastra a su único amor a la cueva en donde en llantos y convulsiones se lo come [...]" (Relato 1)

   La imagen del hijo que mata y come a sus progenitores está presente en las versiones recogidas. Como las otras manifestaciones de la maldad de este ser, la muerte del padre no necesita tanto de una interpretación psicoanalítica (Morote Best; 1988: 223), sino más bien de un análisis de las estrategias discursivas que emplearon los evangelizadores en ese proceso de traspaso de los esquemas culturales prehispánicos a nuevos modelos interpretativos.
   De esta manera, una norma tan arraigada en las comunidades andinas, como el respeto a los padres es subvertida, por la acción demoníaca, con la intención de demostrar la maldad que impera en los que no aceptan ser evangelizados.
   Estos desarreglos morales se conjugan con otro exceso: la gula como una marca de destrucción, inclusive contra el propio hombre. En otros relatos, el Ukumar es un personaje nocivo para los agricultores, va en pos del alimento que ha sido sembrado.

"Y cuando hay pescados o no hay pescados, que yuscas son las que pescan mayormente, dice que él se sacó todo a la noche, el vino a la noche y se las llevó a todas y por eso están las huellas de barro... las pisadas grandes... la parte de los sembrados todos caídos... [...] (Relato 11)

   De este modo, los pecados que obsesionan a la cultura europea en tiempos de la conquista, se trasladan eficazmente, según este proceso de transformación discursiva, e ingresan en la conformación del mundo de los pueblos aborígenes. Corroe y disturba sus modelos de representación con nuevas interpretaciones y encarnaciones de lo satánico. La lujuria, la gula, la corrupción de valores y normas occidentales, confrontan en el nuevo espacio colonizado.
   Otros motivos que van construyendo el paradigma de lo demoníaco están representados por la cueva y la noche. La cueva es un elemento recurrente en la mayoría de las versiones recogidas. Representa lo oculto, lo que no se puede distinguir. Para la visión europea es el lugar en que se oculta el demonio, es el acceso original hacia el mundo subterráneo. La cueva, debido a su relación con lo satánico, está presente en otros relatos de la zona. En unos es el espacio donde se realizan las fiestas diabólicas, y en otros, el sitio donde se oculta el Familiar, encarnación de lo maligno.
   También debemos hacer notar las oposiciones que se presentan entre el "día"(Nota 1), donde lo demoníaco no tiene efectividad, y la "noche", tiempo en el que aparece el monstruo. En el caso de las determinaciones espaciales, el "pueblo" es el lugar de la salvación, en el pueblo no ingresa lo satánico, es un lugar preservado por la religión, mientras que "el monte" o "el cerro" es el espacio donde lo diabólico se hace presente.
   Sobre el mismo eje paradigmático se presentan las categorías de belleza y fealdad. Estos modelos convocan la imagen de la mujer joven y bella en oposición a la fealdad del monstruo. La belleza y la bondad son características indisociables. En cambio se teme a la fealdad desde su primera manifestación puesto que es signo de maldad. Si bien lo demoníaco puede presentarse de formas sutiles y engañosas, esto no impide que la asociación más directa sea la fealdad como correlato de la maldad. Las mujeres que son raptadas por el Ukumar se presentan siempre jóvenes y mozas. A veces impúberes, lo que agrava la monstruosidad.
   Si organizamos esta información en un esquema sintético, se observará que el Bien y las prácticas religiosas se ubican en un mismo eje. En éste se incluyen los sacerdotes y lo indios que han adoptado la fe católica. El día, el pueblo, la juventud y la belleza pertenecen a la construcción cultural que se hace de lo divino. Mientras que el mal se relaciona con lo profano y con la rebeldía de los indios que no quieren ser sometidos. Por otra parte, la noche, el monte, el monstruo, son lugares y representaciones de lo satánico. De este modo, se liga la imagen del indio no bautizado a la sanción y al temor como consecuencia planificada por las prácticas sociales y discursivas de la conquista.
   Estas configuraciones plantean por otra parte la cuestión de las fronteras culturales. El límite entre lo aceptado y lo desconocido se presenta en los relatos a través de referencias espaciales. Ya hemos observado que tienen como eje el pueblo, lugar del Bien y el monte u otros sitios alejados, donde el Mal se presenta sin reservas.
   El Ukumar baja de los cerros o del monte para ingresar en el pueblo y provocar una gran destrucción. Otras veces el enfrentamiento se produce "lejos", en lugares que no están poblados. En algunos casos, las personas lo sienten "fuera" de las casas:

"[...] se escucha los pasos... que... no, no puede salir de noche, que no puede salir de noche la chica... ni hombres ni mujeres porque hay Ukumaras también que lo agarran a los hombres [...] (Relato 3)

   Estas referencias además de localizar un espacio concreto de acción, convocan el límite entre un espacio cultural colonial y el lugar de la no cultura (Lotman; 1996). De este modo se separa lo que es propio, respecto de lo ajeno, de lo desconocido. Esta distinción no es solamente espacial sino que ingresa dentro de las normas sociales de lo permitido y lo prohibido. En este caso, el espacio de lo prohibido esta dado por la no-evangelización. Al lugar de lo permitido se puede ingresar únicamente una vez que el sujeto ha sido despojado de sus propias costumbres a través del bautismo.
   Lo satánico queda relegado al espacio externo y su ingreso dentro de la esfera cultural siempre se liga a la destrucción. Del mismo modo que el Ukumar, al ingresar a la sociedad finaliza su existencia y muere, puesto que lo monstruoso siempre se realiza en una zona desconocida.
   El proceso de reestructuración de los relatos de transmisión oral y su reorientación hacia los nuevos paradigmas coloniales, se localizan discursivamente a través de imágenes que dentro del universo cultural andino representaron algún poder natural o sobrenatural. En este mundo hay una serie de animales que ingresan en el imaginario de las comunidades prehispánicas y que son representación de distintos valores socio-culturales, algunos de estos animales también poseen una significación mítica. En nuestros relatos, junto a la imagen del Ukumar aparece en relación la figura del tigre:

" Sí... así dice mi tío que todas las noches que lo escucha... que sigue existiendo... escucha co' los rugidos que aparece como tigre..." (Rel. 3)

   Pues bien ¿qué relación existe entre la imagen del Ukumar y la imagen del tigre? En primer lugar, se relacionan por su coexistencia mítica en el imaginario andino ya que felinos, osos y culebras se hallaron pintados en sectores específicos de edificaciones prehispánicas. Aparentemente representación de seres malignos. Aunque desconocemos su función específica, estos animales desempeñaban un rol en la religión de algunas zonas andinas.(Nota 2) En segundo lugar, ambos son seres feroces y despiadados. Pero sobre todo, podemos afirmar que el "tigre" cumplió una función sumamente importante en las prácticas evangelizadoras de la conquista.
   El "tigre" era la misma imagen del miedo. Su papel era conminatorio en las comunidades de indios que todavía no habían sido bautizados. La intimidación se generaba ante la posibilidad cierta, según la creencia, de que el tigre llegaría y despedazaría a quienes todavía no hubiesen cumplido con aquel sacramento. Así, los "tigres", explica Morote Best aparecen como pintorescos aliados de los catequizadores católicos.
   Como se observa, la descripción de seres terribles en los relatos, introducen componentes que sirven para desestabilizar la visión de mundo andina y revestir de angustia y miedo las creencias prehispánicas. El terror se apodera de los indios no evangelizados ante la imagen del tigre.
   El hecho de que el tigre esté presente en los relatos del Ukumar, convoca la imagen terrorífica de la muerte cruel, como sanción para quienes se oponían a ser evangelizados. Se instala así la imagen del miedo, estrategia eficaz entre los indios cuya construcción del mundo se organiza sobre la base de creencias en seres sobrenaturales.
   En este marco, las condiciones sociales a las que se debió someter el sujeto colonizado fueron extremadamente complejas. El colonizador aplicó una política destructiva sobre las bases socio-culturales de las comunidades indias. El sujeto colonizado ve pervertida las relaciones consigo mismo, con los otros, con el mundo, con sus creencias, etc.( Cornejo Polar; 1993). De este modo, se ve despojado tanto de su propia imagen individual como colectiva. Los nexos sociales que le permitían la identificación consigo mismo y con los otros, se pierden bajo la imposición de nuevos paradigmas. Estos nuevos modelos instauran la aniquilación de su propia identidad.
   Las fuerzas violentas desarticulan el mundo en el que habita y las respuestas que les da a las cosas. El otro, el europeo, se inmiscuye en la intimidad, en los deseos y los sueños, haciendo complejas las relaciones con el mundo. El sujeto y la realidad que construye este sujeto, se hacen oscilantes, y muchas veces contradictorias. Como señala Cornejo Polar, es ésta una realidad hecha de fisuras y superposiciones (Cornejo Polar;1993: 9).
   El relato del Ukumar es simplemente un hilo más en nuestra urdimbre cultural. Es posible encontrar en otros relatos, zonas latentes que nos remiten a la conformación del sujeto americano. Aún las historias orales que no pertenecen a la zona andina, convocan viejas matrices generadas en el choque entre colonizador y colonizado, muestran huellas de la memoria prehispánica, siempre confusas y poco identificables.
   Así, el análisis propuesto supera el relato y se expande hacia otros textos. Permite observar el modo en que el sujeto se construye a sí mismo como un reflejo de lo que otros ven y dicen de él. Permite potenciar lo monstruoso de ser distinto, de ser en la heterogeneidad.

NOTAS

1) Momento en el que es infrecuente el encuentro con lo demoníaco. Aunque cuando sucede es porque se encuentra en zonas alejadas del pueblo.
2) Este dato es citado por M. S. Cipolletti quien además agrega que No hay que olvidar que el oso fue objeto de caza entre los Incas e identificado, en la misma función, por Larco Hoyle en la cerámica mochica. (Cipolletti, M. S.;1983: 156)

ANEXO

Relatos incluidos en el análisis

Relato 1

Dice que es un ser que tiene un cuerpo horrible que no tiene alma es, o sea, tan feo que no puede entrar en los sentimientos. Es de pelo largo duro, está cubierto de esos pelos. Nació así... su padre no la quería pero su mamá sí. Tenía los ojos negros, profundos y era mujer. Cuando nace, su padre lo quiere ahogar porque es feo, como un monstruo y su madre se la lleva, lo cría y le tenía más amor que a sus otros cinco hijos. De tanta pena ella se muere y cuando estaba agonizando la abrazaba. Cuando llega la familia la separan de ella y la llevan a un rincón y emite ruidos como si estuviera llorando, estuvo hasta que la enterraron y la familia vuelve a su casa y lo dejan con vida y lo encierran en esa choza y ahí estuvo por mucho tiempo y las familias que circulaban por ahí se encargaban de darle de comer pero de lejos por el aspecto que tenía el bebé. Entonces descubren a qué sexo pertenece porque todas las lunas se le manchaban las piernas con algo rojo y ellos interpretaron que era hembra y la llamaron Ukumara. Era enorme, fea, gruñona pero temerosa. Ella estaba en una posición en que no hablaba, no pedía nada. En una festividad de un río, uno de los hombres del pueblo fue a espiarla y así lo hacía a diario, entonces en esta festividad se fue a la choza porque no había nadie. Entra a la choza, pelea y la viola. Antes de violarla le daba frutas y carne humana. Ese día cambió, era más mala, escapó de la choza, se fue a las cuevas y cazaba. como ella ya había probado el amor y la carne ya no podía vivir sin eso. Por eso vuelve, rapta a ese violador y le hace elegir entre las nupcias y la muerte y éste escoge el amor y llevaban una actividad sexual y se le iba hinchando el abdomen. Entonces comienza a tener los dolores de parto y él se escapa, pero ella saca fuerzas y lo alcanza, le saca la cabeza y arrastra a su único amor a la cueva en donde en llantos y convulsiones se lo come y nace su hijo. Ukumara la amamanta y cuando es más grande comienza a enseñarle a cazar carne roja. Cuando cazaba por mano propia su madre muere. Esta historia es de origen peruano pero muy difundida en la provincia de Jujuy, se lo ubica generalmente en San Pedro y Ledesma.

Florencia Soledad del Valle Bais, 19 años. San Salvador de Jujuy. Octubre de 2000. El relato fue narrado durante una entrevista realizada por una vecina.
La informante cursa su primer año de abogacía.

Relato 2

Es así... un chiquito que han abandonado cuando era chiquito y se ha criado solito, comiendo basura, comiendo todo y se la creció tánto las uñas... no podía hablar por supuesto ehhh.... cuando veía a las personas se escondía ehhh... Eso es casi mayormente. Era una persona descalza, alta, de pelo largo, de... casi mono porque se le ha creció tanto la barba, era bien velludo... ¡uh! de hace año me acuerdo... Como mis suegros son bien de acá, bien rústicos de acá, ellos vienen de abuelo en abuelo que vienen le cuentan... una vez por un roce me contó un poquito mi suegra. Entonces yo de ahí me acuerdo algo... Se hace grande, sí, y después parece que le querían cazar, le querían agarrar las gentes de acá se han enterado que parece que hacía asustar a la gente y los querían agarrar... mirá la parte final no le sabía decir porque no sé en que ha terminado, no sé si se lo han llevado, qué le han hecho... Sabe que les asustaba en la noche... yo me acuerdo que a mí me dijo mi suegra que dice que en las noches, en las partes más oscuras... donde había yuyo... así le salía. Y dice que mayormente le salía a las mujeres, a las mujeres les asustaba y dice mi suegra que sólo le salía a las mujeres lindas, a las mujeres que eran mozas. Ella dice así, así que por ahí siempre les achistaba a mis cuñadas porque tengo cuñadas jovencitas, dice: ¡Dónde están yendo el Ukumar les va a agarrar, va a salir y... yo esa vez me dio curiosidad y me contó un poco pero por supuesto que no me ha terminado de contar porque parece que le buscaba otra persona y... pero yo sé que ella sabe bastante.

Norma Mariscal, 28 años. Bajo Moreno. San Salvador de Jujuy. 2001
Desde los doce años vive en la ciudad de Jujuy con una tía. Nació en Juella. Su esposo y sus suegros son de esa misma localidad norteña. La historia se la contó su suegra que aún vive en Juella.

Relato 3

Dice mi mamá que... hace mucho donde ella vivía... había una familia de señores mayores y la señora tenía... bah, la señora siempre tenía un chacral, o algo así y que siempre iban a sacar los choclos de... bueno, no sé como se llama ese lugar. Todas las noches iba a... a buscar... a sacar la... lechuga, a regar todo el chacral y dice que después, ella fue una noche y que después... alguien la agarró de atrás y... se la llevó. Y dice que... esa señora, que su marido la buscaba intensamente por... y no la encontró, nunca la encontró. Pero una vez dice... la señora quedó embarazada del Ukumar. Ellos son muy buenos, ellos lo alimentan a la señora con...con nueces, con nueces y no sé con qué más lo alimentan. Eh... la... tuvo el bebé, bah, nació el Ukumarcito y dice que la señora después quería... no lo quería dejar al bebé, se lo quería llevar con ella, ni por más que sea un Ukumar y entonces ella trataba de escapar Y dice que el chiquito... eh... El Ukumar, su papá, le enseñaba al chiquito como hacer... como pelear o como agarrar a las chicas o algo así. Dice mi mamá, que no lo vio, pero que su hermana sí lo vio que era grande, tenía la cara medio... parecía persona pero que tenía mucho pelo y que tenía, tenía ¡qué se yo! Como fuera un mono, o algo así, pero la cara parecía de humano, pero la cara parecía humana pero con mucho pelo y que tenía los pies al revés para que no lo sigan, para que no lo sigan, los pies al revés. Entonces dice que una vez, eh... se lo quiso llevar y el... papá la agarró a la señora y la ató y no la dejó ir porque decía que lo tenía que alimentar. El chico creció, el hijito creció y se quería hacer como su padre ¿viste? (le habla a la compañera que tiene al lado) El ya... su papá le había enseñado a pelear... a treparse en los árboles... creo que se trepaba a los árboles y le saltaban a la persona de arriba. Sí, detrás... saltaban a la persona de arriba de arriba de los árbole, dice. Y entonces dice que después...y dice que bueno, la señora cuando se lo quería llevar ya era demasiado tarde, cuando estaba apunto de sacárselo pero... era demasiado tarde porque... el ya se había vuelto como su papá, se había vuelto malo y la señora nunca volvió con el señor. Y el señor no se enteró todavía. Muchos lo saben porque todos los de ese pueblo, una comunidad diríamos, un pueblito chiquito, todo eso comentan no má de eso.... (se le pregunta en qué pueblo) Era en Tesorero... e un campo... muy pero muy alejado de todo ¿lo conoce? (se responde que no) Eh... Ocloya... está Ocloya, Lagunita y Tesorero. Tesorero está en medio de dos cerros y que por ahí hay una cueva del Ukumar... (le dirige la palabra a una compañera) Sí... así dice mi tío que todas las noches que lo escucha... que sigue existiendo... escucha co' los rugidos que aparece como tigre... algo así, se escucha los pasos... que... no, no puede salir de noche, que no puede salir de noche la chica... ni hombres ni mujeres porque hay Ukumaras también que lo agarran a los hombres (otra compañera pregunta —¿ a lo hombre?, y... ¿qué le hace a lo hombre? ) Debe ser que es para reproducirse porque es para reproducirse porque quieren reproducirse más y más de hace mucho se había perdido eso... pero ahora volvieron, sí.
Graciela Mercado, 15 años. Barrio Chijra. San Salvador de Jujuy. Marzo de 2001.
El relato fue contado en la escuela a la que asiste en una ronda con sus compañeras de curso. Sus tíos y abuelos viven en la zona de Ocloyas y la narradora frecuenta esos lugares desde chica. El relato fue contado con reticencia puesto que uno de sus tíos le había prohibido que lo hiciera.

Relato 4

No recuerdo bien cómo era.... Lo que me acuerdo era eso... de que era mono.... De que lo encuentra y que lo encarcelan pero era hembra. Entonces.... estaba en una jaula y un día se van todos, creo, de la... de la ciudad.... La cosa es que se queda solo el animal en la jaula.... Va y lo buscan, un hombre queda, lo busca, lo encuentra, se lo lleva a una cueva y ahí tiene relaciones. Buéh... y el animal este.... después lo mata. Lo mata al hombre y queda y queda con... preñada (murmura palabras incomprensibles) por tener.... Y...siempre tenía hembra lo que yo sabía era eso, siempre tenía hembra, siempre tenía hembra y que cada cierto tiempo después de tener moría, y los hijos se comían a ella y depué ca'cier' tiempo, buscaba otro hombre, tenían hijos y se lo comía al hombre y después se comía a la ma.... los hijos se comían a la madre. Eso el lo que yo sabía....

Cristian Cazón, 17 años. Palpalá. Mayo de 2001
Estudiante, nivel secundario.
El relato fue escuchado durante una charla familiar.

Relato 5

Eso está...lo escuché en Humahuaca... mi mamá dice que el Ukumar que ella conocía es un oso... como un oso que está envuelto en pelusa.... como que es un ovillo y... que lo veían sólo de noche, que se robaba los cultivos en realidad, las cabras, las ovejas y carne para comer y que se lo podía ver... o... en realidad es como una sombra , un oso que parece un mono, un animal grandote, de fuerza grandota que aparece entre los cabritos... robando gallinas...pero nunca ha sabido de casos que se hayan robado niños.
Me habían contado, en mi casa me contaban que era el mono le decían ellos, que era el mono y era como que le tiraban un hilo y se... por eso lo mataban ellos... Le tiraban el hilo que era el que formaba el disfraz del mono y lo podían matar así. Entonces para escaparse rápido era que tenían que hacer que se enriede con ese... hilacha que le colgaría al mono en el disfraz, se tenía que enredar y entonces cuando se enredaba eso ya el mono se iba...se escapaba porque no podía seguir, se enganchaba en el churqui, en las espinas, se enganchaba en eso y no podía correr para atrapar a los niños o a las mujeres.

Noelia Farfán Zamboni, Humahuaca. Mayo de 2001.
La informante reside temporalmente en San Salvador de Jujuy pues está cursando el tercer año del profesorado y licenciatura en Letras (UNJu) Nació en Humahuaca y vive allí con toda su familia. Le ha gustado escuchar historias desde que era pequeña. El relato fue narrado durante una entrevista otorgada por la informante. La cita se había hecho con varios días de anterioridad al momento de la entrevista.

Relato 6

En Humahuaca lo conocen como el mono que aparece en los cerros entre los cabritos. Es como un mono peludo que atrapa a los perros... a animales (se pregunta si a las mujeres no atrapa) Sí...a las mujeres se las lleva. Dice que para... la gente cuenta que es para dar... para...que haya mas Ukumares, no Ukumares, hijos del mono. Por ahí cuando decían... había una leyenda que había chicos que habían nacido con... con cola de mono y eran hijos del Ukumar, esos eran considerados hijos del Ukumar... pero no se los llama Ukumar sino hijos del mono. Eso es lo que yo escuché y varia gente me habló de los hijos del mono, allá se lo denomina mono, hijos del mono o del peludiento, por las pelusas que forman la ropa... eso... del mono y eso sí. (se vuelve a preguntar qué hace con las mujeres) Se las lleva a las mujeres para que tengan hijos y después se las come, nada más, nunca más... me dijeron más que eso. Se lleva sí los animales... por ahí encuentran los cueros, como si estuviesen chupados así... como que nada más.

Noelia Farfán Zamboni, Humahuaca. Mayo de 2001.
La informante reside temporalmente en San Salvador de Jujuy pues está cursando el tercer año del profesorado y licenciatura en Letras (UNJu) Nació en Humahuaca y vive allí con toda su familia. Le ha gustado escuchar historias desde que era pequeña. El relato fue narrado durante una entrevista otorgada por la informante. La cita se había hecho con varios días de anterioridad al momento de la entrevista.

Relato 7

Una vez, no sé si sería la misma historia pero una señora me dijo que... a... le habían robado una nieta... nos contaba sí que le habían robado la nieta y que dejaba un solo zapatito, como que si le hubiesen arrancado, la chica estaba pastando las ovejas... dejaba un solo zapatito, una zapatilla y se encontraba la lana de la oveja, como lana de oveja en las espinas del churqui y los vestiditos de la... la nena, de la ropita, de ese rebozo que usan, bueno y se la encontraban entre las espinas pero no, no había nada más y no se sabía nada más, y ellos creían que era el mono que se había llevado la nenita... pero era el mono... y nunca más supieron. Y ella me contaba, la señora, y decía: porque mi nena, mi nena, mi china eh... se la llevó el mono (imita la voz )... Para engañarlo hay que atarlo, con el hilito que le cuelga hay que atarlo y dejarlo así, entonces ya no sigue a nadie o hacerlo dar vueltas y no sé cuantas vueltas es que se cae o no puede seguir... y entonces comenzás a correr.

Noelia Farfán Zamboni, Humahuaca. Mayo de 2001.
La informante reside temporalmente en San Salvador de Jujuy pues está cursando el tercer año del profesorado y licenciatura en Letras (UNJu) Nació en Humahuaca y vive allí con toda su familia. Le ha gustado escuchar historias desde que era pequeña. El relato fue narrado durante una entrevista otorgada por la informante. La cita se había hecho con varios días de anterioridad al momento de la entrevista.

Relato 8

Éramos compañeros de... tercer año creo. Diez chicos, cinco chicas y cinco varones... este... llevamos una carpa bien grande y nos juntamos al lado del arroyito de Los Nogales y al anochecer... imaginate una oscuridad terrible y comenzaron a cantar los animale, habían sonidos de distintas formas y los chicos comenzaron a contar lo del Ukumar y entonces ellos decían que el Ukumar venía y que... ellos por supuesto contaron del Ukumar varón, ellos decían que el Ukumar era un mono grande que tenía muchísima fuerza, que era peludo que era horrible y que venía y que lo... y que nadie podía... este... detenerlo... entonces que nosotras estábamos en peligro porque... ya venía el Ukumar y nos iba a llevar a una de nosotras y nosotras por supuesto comenzamos a temblar y a agarrarnos de ellos porque teníamos un miedo terrible y cuando ellos estaban contando eso, yo me acuerdo porque fue lo que más me hizo asustar, se produjo un sonido porque ellos decían: —así grita y empezaban a gritar como un mono auuuuu..... y en ese momento se escuchó un sonido de la misma forma del lado del arroyo, en medio de las plantas y de la oscuridad y nosotras volamos a la carpa porque teníamos miedo y en ese momento es como... creo que existía el Ukumar. Ellos decían que el Ukumar iba a venir y nos iba a llevar a nosotros, nos iba a meter en una cueva y que en esa cueva nos iba a tapar con una... con piedras, con algo que nosotras no podamos mover y ellos por supuesto... te van a hacer comer raíces, vas a tener hijos y nunca vas a poder salir de ahí y nos contaban también que sí, que ellos habían escuchado otras versiones que decían que los hijos son los que ayudan a escapar a la madre en este caso, por haber sido Ukumares macho, que la madre logra escapar...

Ángela Noemí Vargas, 30 años, Palpalá. Mayo de 2001.
Vivió desde su niñez hasta su juventud en el campo. En un lugar cercano a Perico. Ángela y Noelia estaban juntas durante la entrevista. Ángela no había sido avisada sobre el tema del que íbamos a conversar pero, motivada por las narraciones de su compañera quiso participar.

Relato 9

Ahora que estoy contando me acuerdo que una señora me contó sobre el Ukumar... ella decía que... Tenía una vecina que... se llamaba Elsa... esto es cuando yo era muy chica por eso es que... por eso me cuesta un poco recordar. Ella me contaba muchos cuentos, ese del Ukumar, del zorro, del sapo, de todo eso... Bueno, del Ukumar ahora que estaba pensando, ella me contaba que...el Ukumar venía y se llevaba a la mujer o al hombre y que lo encerraba en una cueva y que... pero ella esto me contó como si fuese algo real... que vino el Ukumar, se llevó a una mujer, la encerró en una cueva y dice que tuvo un hijo varón... ese hijo varón este... nació con características de mono y de humano... dice que era muy peludo... tenía la cara muy, muy peluda... desde que era chiquitito, dice que fue creciendo, creciendo, creciendo y ya cuando se hizo grande pudo él correr la piedra con la que tapaba la cueva y la pudo sacar a la madre. Entonces la madre regresa al pueblo de donde ella... de donde había sido ella. Regresa al pueblo y... bueno, pero el chiquito no era aceptado por la gente y ella hizo mucho esfuerzo por mandarle a la escuela, a la escuela secundaria... pero como tenía mucha fuerza era torpe y todos los chicos se burlaban por la forma... porque tenía forma de mono, tenía mucho pelo, dice en la cara, era muy peludo que tenía toda la cara llena de pelo y todos se burlaban. Entonces ella este... no podía adaptarlo al chico a la...desde chico no se pudo adaptar a la sociedad, se murió, dice que murió.

Ángela Noemí Vargas, 30 años, Palpalá. Mayo de 2001.
Vivió desde su niñez hasta su juventud en el campo. En un lugar cercano a Perico. Ángela y Noelia estaban juntas durante la entrevista. Ángela no había sido avisada sobre el tema del que íbamos a conversar pero, motivada por las narraciones de su compañera quiso participar.

Relato 10

Algo así pasó también en Humahuaca, sabía que en el pueblo habían nacido tres chiquitos con cola de mono y que nadie conocía quién era el padre. Porque como las mujeres salen a pastar las ovejas en el cerro, que se yó, por ahí alguien se había... decían que era un avivazo de alguno que haya ido por ahí. Pero el problema era que esos chicos, pasó hace mucho ¿no?, tenían colita de mono y que tenían mucha fuerza, como dice Ángela y eran así, con características con mucho pelo. Es raro que el norte que un to..., tengamos mucho pelo, pero ellos sí, tenían mucho, pero mucho pelo y abundante. Su pielcita era bien peludo, eran bien peludo y... no le gustaba andar con ropa tampoco y con la colita de mono y que había ido la iglesia, los cura a bautizarlos, que por ahí era el demonio y que algo le había entrado y no... tenían los nenes una colita de mono, pero no viven mucho... al menos estos nenes no habían vivido mucho... me contaba la abuela que dice que... no, no... que la madre salía así con las ovejas o salía a buscar comida y los chicos no, no salían de la casa, se colgaban e' los churqui y salían ahí nomás, en esa parte y se volvían a la casa y no les gustaba andar con ropa, no hablaban tampoco y que eran así brutos, no jugaban como los niños normales, tiraban piedras... esas cosas y que si eran bien peludos, bien peludos....

Noelia Farfán Zamboni, Humahuaca. Mayo de 2001.
La informante reside temporalmente en San Salvador de Jujuy pues está cursando el tercer año del profesorado y licenciatura en Letras (UNJu) Nació en Humahuaca y vive allí con toda su familia. Le ha gustado escuchar historias desde que era pequeña. El relato fue narrado durante una entrevista otorgada por la informante. La cita se había hecho con varios días de anterioridad al momento de la entrevista.

Relato 11

Una amiga me contaba... que viene el mono y que vo' tené que tener cuidado porque te puede lleva a vo', me dice, y después te llevan a vo' y vo' está ahí, mirando para todo lado, como no hay luz, es la luz del fuego y el terror que no había luz en esa época. Entonces me dice... pero vos tenés que... ella lo que siempre me dice: tenés que rezar. Te lleva el mono... y a ellos le gusta el olor de los claveles.... yo miraba los claveles que estaban ahí y decia hay hay hay clavel...., decia. Dice, el olor de los claveles les fascina las flores, ese olor. Por eso algunas veces viene por acá. Sí, nosotros sentimos ¿no? Y comienza a aullar, dice, como el perro, eh como el pérro, como el perro y los perros van y se le enfrentan y vienen como no sé, como cansados, como si hubiesen luchado mucho y se acuestan y duermen... —¿Y no sentís más... —No, dice, el techo, como son de barro que no tiran... no no dañan así a las casas... supongo. Que decía que aullaba por eso te dabas cuenta que venía el mono y que dejan pelusas por todos lados... por donde anda hay pelo, si ves que hay mucho pelo porque el anduvo... y es una huella grande, me dice, como de un zapato grande... —Y ¿pero zapato? ¿cómo es? le decía... —E... en el verano te va a robar... todo lo sembrado... te va a sacar choclos, habas, arvejas... eso se llama cebollín... cebolla y le gusta la flor del clavel, me dice, no sé si porque tenía claveles o por darme miedo pero decía que le gustaba esa flor, después... en invierno, los chivos... le sacan... por ahí decían que le seca la... la ubre a... hasta las cabras porque el es el que va a querer sacarle... y como es tan... no sé... bruto...que dice que les tira tanto que las deja lastimadas y esas no se las lleva, se lleva a las que están sanitas y después cuando nacen chivitos chiquititos también se los lleva... a las ovejitas... todo eso... Y vacas hay pocas, pero las que hay se mueren y están secas porque las tocó seguro el mono... Eso sí... me contaban mucho que se llevaba... diferenciaba la época... y esa es la que me contaba que como hay que defenderse...que hay que decirle... como hay que escapar... Cuando te aparece el mono, primero tenés que persignar, para ella era sí o sí persignarse y decir: —Ay... que yo no soy... que yo no soy...que yo no soy... que yo no soy la que buscás, que yo no soy la que buscás y salir corriendo. Y si no, girar alrededor de él, porque como es tan grande no puede girar tan rápido, entonces se va a caer seguro, me decía y... —Sí, porque mi papá lo vio, como el lo vio, miró tanto que el perro fue a ladrar y él salió corriendo, dice. Nadie cuenta que sí se enfrentó en realidad, pero si me decía que él lo vio y cuando lo vio no sabía que hacer (la informante va cambiando el tono de voz para diferenciarse de la voz de su amiga), entonces el comenzó a correr mi papá... —que se llamaba Jesús— y comenzó a correr, correr, correr y yo no sé, decíamos papá pero... y porque había venido tan mojado y porque la Banda, San Roque se divide... la Banda y otra zona, el río y la otra parte de San Roque. De la otra parte baja el mono...y te lleva a la mujer y... cuando hay mujeres embarazadas el bebé nace mal. Si hay en una casa mujeres embarazadas el bebé nace con problemas porque le ha soplado el mono y... o el mono anduvo por ahí de noche.... Lo mismo que dice que la tormenta, cuando llueve mucho y ese... esa tormenta que arrasa con todo... es porque el mono está enfadao y ha tirado cosas, tirado piedras, tirado algo y el mono es el que ha hecho eso...Para ella es eso. Y cuando hay pescados o no hay pescados, que yuscas son las que pescan mayormente, dice que el se sacó todo a la noche, el vino a la noche y se las llevó a todas y por eso están las huellas de barro... las pisadas grandes... la parte de los sembrados caídos... Esa es otra forma de darse cuenta en Humahuaca o en otra zona de que ha pasado el mono...porque es como los rastros grandes pisados y que ha dejado el sembrado mal, todas las partes de las habas por ahí quedan mal, todas agachadas para un lado o todas para el otro lado, entonces para el lado que están agachadas se ha ido el mono y esa va a ser la próxima casa a la que va a ir a ver... por los sembrados... pero ella me decía que el mono aúlla como...aúlla, no sé, no me decía como hacía, pero era un sonido diferente...y... e (baja el tono de la voz, susurra) —Tené cuidado, me dice, (levanta el tono) y ya sabés ¿no? Dá vuelta alrededor y comenzá a' y no te des vuelta cuando corrá, vo seguí corriendo, corré, corré y corré y siempre andá con un perro ( se ríe), por eso mi caschi está acá, me decía...

Noelia Farfán Zamboni, Humahuaca. Mayo de 2001.
La informante reside temporalmente en San Salvador de Jujuy pues está cursando el tercer año del profesorado y licenciatura en Letras (UNJu) Nació en Humahuaca y vive allí con toda su familia. Le ha gustado escuchar historias desde que era pequeña. El relato fue narrado durante una entrevista otorgada por la informante. La cita se había hecho con varios días de anterioridad al momento de la entrevista.

Relato 12

En Calilegua se hablaba mucho del Ukumar naranjero, como se sabe, en Calilegua hay muchas plantaciones de citrus y hasta hace unas décadas atrás la recolección se hacía... las hacían los chaguancos. Lo que voy a contar a mí me lo contó una anciana chaguanca que vivía cerca de mi casa. Ella se murió al poco tiempo de trasladarme yo a Libertador.
En la época de la cosecha de frutas todos sus hijos salían a trabajar a las plantaciones a recolectar naranjas y limones. Los más chicos siempre tenían que estar acompañados por los más grandes quienes sabían que ante cualquier ruido extraño o algún suceso anormal debían hacer sonar las latas que estaban atadas a una rama que decían que servía para ahuyentar al hombre peludo. Los chaguancos lo llamaban Ucu. Entre tantas anécdotas la viejita me contó que a uno de sus hijos, en una de esas siestas de mucho calor, en la soledad de los surcos, se quedó acomodando y seleccionando la fruta recolectada ese día. De pronto, cuando estaba concentrado en lo que hacía escuchó un ruido fuerte, que algo pasó al lado suyo. Vio como una bola peluda. Al minuto escuchó otro ruido y esa cosa peluda pasó frente a él. Sintió tanto miedo que el muchacho no podía moverse. Estaba paralizado. Sabía que iba a ser devorado por esa cosa. En la mano tenía las naranjas y estirando los brazos con miedo se las ofreció. El Ucu devoró todas las que pudo y desapareció. Desde ese día, nadie regresa de la cosecha sin naranjas en la canasta porque desde que el Ukumar comió las naranjas la gente dejó de desaparecer.
Pero lo mismo quedó la desconfianza, porque muchos que entraron a cortar naranjas para comer en el silencio de la siesta, no han regresado.

Graciela Ponce, 43 años, nació en la provincia de Salta, y hace 22 años vive en Calilegua. La historia la escuchó de gente perteneciente a una comunidad aborigen. Este relato fue proporcionado por la señora Ana Tschambler, residente en la localidad de Libertador General San Martín, departamento de Ledesma. Mayo de 2001.

BIBLIOGRAFÍA

1. ADORNO, R. La discusión sobre la naturaleza del indio, Hispamérica, EE.UU.        [ Links ]

2. ADORNO, R. (1988) El sujeto colonial y la construcción cultural de la alteridad. En Revista de Crítica Literaria, Lima Ano XVI, Nº 28.        [ Links ]

3. ALTAMIRANO, C. y SARLO, B. (1980) Conceptos de Sociología Literaria, Buenos Aires, CEAL.        [ Links ]

4. BOSSI, E. (1995) Seres Mágicos, Jujuy, Dirección de Cultura de San Salvador de Jujuy.        [ Links ]

5. CIPOLLETTI, M.S. (1983) En torno a un Relato Andino: El Ukumari. En Allpanchis, Perú, Nº 22, Año XIII, Vol XIX.        [ Links ]

6. COLOMBRES, A. (2000) Seres mitológicos argentinos, Buenos Aires, Emecé.        [ Links ]

7. CORNEJO POLAR, A. (1993) Ensayo sobre el sujeto y la representación en la literatura latinoamericana: algunas hipótesis, sin datos bibliográficos.        [ Links ]

8. CORNEJO POLAR, A. (1994) Escribir en el aire, Lima, Editorial Horizonte.        [ Links ]

9. DORRA, R. (2000) ¿Para qué los monstruos? En Monstruos, San Salvador de Jujuy, Argentina, Secretaría de Estado de Cultura de la Provincia de Jujuy y Universidad Nacional de Jujuy.        [ Links ]

10. LIENHARD, M. (1992) La voz y su huella, Lima, Editorial Horizonte.        [ Links ]

11. LOTMAN, J. (1979) Semiótica de la cultura, Madrid, Ediciones Cátedra.        [ Links ]

12. LOTMAN, J. (1996) La semiosfera I, Frónesis Madrid, Cátedra.        [ Links ]

13. MOROTE BEST, E. (1988) Aldeas Sumergidas: cultura popular y sociedad en los Andes, Cuzco, Perú, Centro de estudios rurales andinos "Bartolomé de las Casas".        [ Links ]

14. ONG, W. (1987) Oralidad y Escritura, México, Fondo de Cultura Económica.        [ Links ]

15. RAMA, Á. (1985) Transculturación narrativa en América Latina, Buenos Aires, Siglo XXI.        [ Links ]

16. VIDAL de BATTINI, B. (1984) Cuentos y Leyendas populares de la Argentina. Tomo VIII, Buenos Aires, Secretaría de Cultura Ministerio de Educación y Justicia.        [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons