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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

On-line version ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.32 San Salvador de Jujuy Jan./July 2007

 

Revisando antiguas cuestiones: Nuevas evidencias acerca de la cronología y organización del espacio en el sitio Tres Cruces (Quebrada del Toro, Salta)

Reviewing old questions: New evidences about chronology and space organization in the Tres Cruces site, Quebrada del Toro Salta

María Eugenia De Feo *

* CONICET - Museo de La Plata - Paseo del Bosque s/n - CP 1900 - La Plata - Buenos Aires - Argentina.
Correo Electrónico: eugeniadefeo@yahoo.com.ar

RESUMEN

El objetivo de este trabajo es dar a conocer los resultados parciales de las investigaciones arqueológicas que actualmente estamos desarrollando en el sitio Tres Cruces (Quebrada del Toro, Salta). En este sentido, se discute brevemente la problemática del sitio y se detallan los trabajos de campo llevados a cabo hasta el momento. Estos últimos incluyeron la realización de prospecciones del área, el levantamiento de un mapa del sitio y el registro de las características arquitectónicas de las estructuras observables en superficie. Además se excavaron sistemáticamente dos de estas estructuras. Se brinda una caracterización preliminar del sitio y los materiales recuperados. Los resultados obtenidos hasta el momento sugieren una complejidad mayor, tanto en la organización espacial del sitio como en su historia cultural, que la planteada por investigaciones anteriores.

Palabras Clave: Cronología; Formativo; Organización del espacio; Quebrada del Toro; Tres Cruces.

ABSTRACT

In this paper we present the first results obtained from the archaeological research done at Tres Cruces (Quebrada del Toro, Salta). Previous information related to site characteristics as chronology and others aspects will be discussed. The field methodology done at the site will be presented. Work field have included fieldwalking, site mapping and architectural features recording. Two of these architectural structures were excavated. The first results obtained from these preliminary excavations, suggest the existence of a greater complexity, related to its settlement history as well as its space organization, different to those indicated from previous investigations.

Key Word: Cchronology; Formative; Space organization; Quebrada del Toro; Tres Cruces.

INTRODUCCIÓN: VARIOS ANTECEDENTES Y OTROS TANTOS INTERROGANTES

Una mirada comparativa de la bibliografía arqueológica existente para la Quebrada del Toro (Salta, Argentina), señala un tratamiento desigual para los diferentes momentos de su desarrollo cultural. Siendo el lapso comprendido entre los 400 y 900-1000 d.C., el que quizás menos atención ha recibido por parte de los arqueólogos.
En los años 60 y 70 se realizaron en el área una serie de investigaciones que permitieron, entre otros aportes, la localización de varios sitios arqueológicos y la definición de un esquema de desarrollo para la región, en el cual se planteó un Período Formativo el cual fue subdividido en dos subperíodos: uno Inferior (600 a.C. a 400 d.C.) y otro Superior (400 a 900-1.000 d.C.) (sensu Raffino, 1977).
En relación al Formativo Inferior se identificaron varios sitios, de los cuales tres han sido estudiados sistemáticamente: Las Cuevas, Cerro El Dique y Potrero Grande. Todos ellos poseen elementos comunes tales como, estar emplazados en fondo de quebrada, cercanos a cursos de agua permanente, con arquitectura en piedra y estructuras semisubterráneas de planta circular (Cigliano, 1970; Cigliano et al., 1976; Raffino, 1977; Raffino y Togo, 1970). Estos rasgos han permitidos incluirlos dentro del patrón definido como "Trazado disperso tipo Cerro El Dique-Tafí" (Raffino, 1988). Dichos sitios comparten además, ciertos atributos morfológicos y decorativos del material cerámico (Cigliano, et al., 1972).
Para el subperíodo definido como Formativo Superior, se trabajaron únicamente los sitios de Cerro La Aguada y Tres Cruces, ambos ubicados en el área septentrional del Toro. Sus características distintivas estarían dadas por la aparición de un patrón de asentamiento semiconglomerado, con mayor porcentaje de estructuras cuadrangulares. Se observa además, en el primero de los casos, la separación de áreas funcionalmente diferenciadas y el desarrollo de una arquitectura agrícola sofisticada. Este tipo de trazado ha sido definido por Raffino (1988) como "Cerro La Aguada-Buey Muerto" y según este autor, estaría marcando la transición hacia los trazados concentrados del Período de Desarrollos Regionales.
Sobre la base de un fechado radiocarbónico del 680 d.C. obtenido para Cerro La Aguada, el cual se asocia a cerámica Gris o Roja Grabada similar a la alfarería de la fase III de Candelaria, también datada por Menguin y Laguzzi (1967) para el sitio Ampascachi (Salta) en el 580± 120 d.C., es que se ubicó a los sitios del Toro en un Período Formativo Superior (Cigiano y Raffino, 1973; Raffino, 1972). Con posterioridad Raffino (1977) obtiene un fechado de 310 ± 70 d.C para el sitio Tres Cruces.
Cerámica similar a la registrada para Cerro La Aguada y Tres Cruces se halló en la porción meridional de la Quebrada del Toro, en el sitio al que Boman (1992) denominó El Gólgota. Éste consiste en una serie de entierros directos acompañados de escaso ajuar funerario, compuesto principalmente de escudillas de cerámica negra pulida, piezas metálicas de oro y cobre y cuentas de turquesa. Los fragmentos cerámicos decorados son escasos y muestran motivos inciso geométrico en su cara externa o interna, semejantes a los encontrados en los sitios de la porción septentrional de la Quebrada del Toro. El autor menciona que en las cercanías del sitio se localizaron varios pircados de formas rectangulares, sin embargo dice "no encontré ruinas de un poblado prehispánico tan importante como para explicar la presencia de este gran cementerio" (Boman, 1992).
También en la porción meridional, Fernández (1978) da a conocer el sitio de Pascha, ubicado en la Quebrada de Incamayo, subsidiaria de la del Toro. La autora menciona la presencia de estructuras de forma subrectangular y paredes de piedra doble, junto a cerámica negra, gris y rojo grabada, tricolor, rojo sobre crema y corrugado, entre otros tipos.
Más allá de esta información, ninguno de los sitios mencionados ha sido objeto de excavaciones y estudios intensivos. En lo relacionado concretamente con el sitio Tres Cruces los trabajos se remitieron a un sondeo de un basural, cuyos materiales recuperados permitieron obtener el fechado más arriba mencionado. A pesar de la fecha relativamente temprana que este arrojó, ciertas similitudes cerámicas, arquitectónicas y de emplazamiento con el sitio Cerro La Aguada, llevaron a ubicar a Tres Cruces en un período Formativo más tardío o Formativo Superior (Cigliano y Raffino, 1973; Raffino, 1988). A esta situación respecto de la posición cronológica del sitio, se suma una falta de conocimiento profundo acerca de los contextos culturales y organización espacial interna del sitio, así como también de sus relaciones con los restantes sitios formativos conocidos para el área.
Esto último nos llevó a plantearnos la necesidad de realizar trabajos sistemáticos en el área, los cuales permitieran responder a las cuestiones arriba mencionadas.
En el presente artículo se dan a conocer los resultados preliminares de las investigaciones arqueológicas que actualmente nos encontramos desarrollando en las porciones media y septentrional de la Quebrada del Toro, más específicamente aquellas realizadas en el sitio Tres Cruces (Dto. Rosario de Lerma, Pcia. Salta) (
Nota 1).
Nuestras investigaciones se enmarcan dentro de un proyecto más amplio, que busca analizar las formas de organización y uso del espacio durante el período Formativo (600 a.C. a 900-1.000 d.C.) en dicha área (Nota 2). Hasta el momento, hemos podido establecer ciertas regularidades en la forma en que las poblaciones humanas han ocupado y hecho uso del espacio durante momentos Formativos. Por otra parte, las actividades de prospección intensiva nos han llevado a localizar varios sitios correspondientes a diferentes momentos cronológicos. Los resultados obtenidos se han dado a conocer parcialmente en diferentes trabajos (De Feo, 2003; De Feo, et al., 2005), razón por la cual sólo ahondaremos en aquellas cuestiones relevantes a la problemática del sitio Tres Cruces.

EL SITIO EN SU MEDIO

El sitio Tres Cruces se localiza en el Departamento de Rosario de Lerma, al occidente de la Provincia de Salta, en una estrecha quebrada tributaria de la del Toro (24º 8' 49" lat S; 65º 51' 56" long O- 3430 m.s.n.m.) (Figura 1).


Figura 1. Ubicación del sitio Tres Cruces (Quebrada del Toro, Salta).

Es paisaje del Toro es el característico del ámbito de "Prepuna", dominado por quebradas angostas e importantes picos montañosos, entre los que se destacan la Sierra de Chañi y el Acay, ubicados respectivamente hacia el noreste y sudoeste del sitio. Los cordones montañosos menores, conforman un sistema orográfico de sustrato metamórfico-granitoide de alineación N-S. Este sistema de cumbres define varias cuencas, las cuales configuran importantes rutas naturales de desplazamiento y en cuyos fondos se asientan las poblaciones actuales.
El clima de la región, de tipo continental árido-semiárido, se caracteriza por una fuerte radiación solar, gran amplitud térmica diurna-nocturna, un elevado índice de heladas y precipitaciones de régimen estival no superiores a los 100 mm anuales. La vegetación natural predominante es de tipo estepa arbustiva xerófila. En las zonas de mayor humedad, cercanas a los cursos de agua, abundan las gramíneas (Stipa sp.) y la cortadera (Cortadeira sp), mientras que en el resto del paisaje se presenta el cardonal (Trichocereus sp y Cereus sp), la tola (Lepidophillum) y la yareta (Azorella yareta) junto con otras especies típicas de zonas de puna y borde de puna.
Los suelos de fondo de valle cercanos a los cursos de agua, formados por sedimentos cuaternarios arenoso-limosos, se muestran como los más aptos para la explotación agrícola-ganadera. La actividad agrícola se centra actualmente en el cultivo de tubérculos, alfalfa y en menor medida, maíz y leguminosas. Los cursos de agua de régimen permanente o estacional, dan origen a vegas con abundantes pasturas naturales, que se suman a los campos de alfalfa creados artificialmente. La ganadería, basada principalmente en la cría de ganado ovino y caprino, se desarrolla en las vegas, suelos cultivados del fondo de valle y el piedemonte bajo, para trasladarse durante la temporada invernal a las zonas de pastura de altura.

NUESTROS TRABAJOS DE CAMPO

Partiendo de los interrogantes arriba mencionados, es que hacia el año 2004 iniciamos trabajos de campo en el sitio Tres Cruces. Estos se orientaron básicamente hacia la caracterización de: 1) las condiciones de emplazamiento del sitio; 2) su organización espacio interna; 3) y los contextos culturales.
La metodología implementada consistió primeramente en prospecciones del área, tanto terrestres como mediante el uso de sensores remotos (fotografías aéreas e imágenes satelitales). Para el relevamiento del entorno del yacimiento se implementaron transectas con orientación y distancias preestablecidas. Todos los puntos con información relevante se registraron con GPS y altímetro barométrico.
El levantamiento del plano del sitio se realizó con plancheta (Figura 2). Además se llevó a cabo un registro de datos arquitectónicos como, técnica constructiva, materiales, conservación, articulación entre conjuntos arquitectónicos, etc. El registro incluyó también la documentación fotográfica del emplazamiento y las estructuras observables en superficie.


Figura 2. Plano del sitio Tres Cruces.

Finalmente, se seleccionaron dos de ellas para su excavación. Con respecto a esto, se buscó que las estructuras escogidas tuviesen características distintas en cuanto a su forma y tamaño, lo que nos permitiera ir avanzando en el esclarecimiento de cuestiones cronológicas y y/o funcionales. La primera (TC.C1) consiste en una estructura circular de aproximadamente 1 metro de diámetro, mientras que la segunda es de forma cuadrangular de unos 35 x 20 m (TC.C2). En ambos casos se excavó por niveles artificiales de 10 cm, hasta el nivel estéril de ripio. En el caso de TCC1 este se ubicó al 1,30 m y en TCC2 al 1,40m de profundidad. La segunda cuadrícula sufrió dos ampliaciones con la finalidad de definir más claramente la estructura que observábamos a medida que avanzaba la excavación.

EL SITIO

Tres Cruces ocupa una superficie aproximada de 350 m2 y está asentado sobre un cono de deyección surcado por varias torrenteras de régimen transitorio, que lo dividen en dos sectores, uno Norte y otro Sur (Figura 2). Estas torrenteras han destruido parte del sitio, así como también lo ha hecho, la utilización de las zonas bajas del valle para actividades agrícolo-ganaderas y el asentamiento humano.
El sector Norte del sitio se emplaza sobre una zona de mayor pendiente. Se observan en él, estructuras de morfología cuadrangular o sucuadrangular, las cuales se han dispuesto acondicionando el relieve, de manera transversal al sentido de la pendiente.
En los sectores más altos del piedemonte, las paredes de las estructuras forman un escalonado que puede alcanzar más de un metro de altura y el cual define amplias superficies llanas a su interior. Por otro lado, en los sectores de pendientes menos inclinadas, o inmersas entre las estructuras cuadrangulares, se localizan otras de tipo circular, de entre 5 y 10 m de diámetro y otras menores, de 1 m, ubicadas en el interior de las más grandes. Se observan además, calzadas sobreelevadas asociadas principalmente con las estructuras cuadrangulares
(Figura 3).


Figura 3. Detalle de calzada sobreelevada, Sector Norte.

El sector Sur se ubica sobre una ladera de menor pendiente y se destaca en él, una prolongada calzada de sentido E-O. Ésta a su vez, subdivide el sector en dos porciones. Una alta, ubicada en el área de mayor pendiente y donde predominan grandes estructuras cuadrangulares, aunque también existen aquellas de tipo circulares, y una porción baja, compuesta principalmente por las de este último tipo.
En total se contabilizaron alrededor de 180 estructuras aunque debe tenerse en cuenta que una amplia superficie del sitio, que se corresponde al sector sur y este, no ha sido incluida en nuestro plano debido a su gran deterioro, consecuencia de la reutilización de las piedras para la construcción de estructuras modernas y la reocupación del área para fines agrícolas y ganaderos.
Los datos obtenidos son escasos para adjudicar una funcionalidad cierta a las diferentes estructuras relevadas. Momentáneamente hemos realizado una clasificación basada en la morfología y datos provenientes de las estructuras excavadas, que deberá ser confirmada o no, con futuros trabajos. En ella discriminamos:
1) estructuras circulares, de alrededor de 1m de diámetro. Excavaciones en estructuras similares halladas en el sitio Cerro La Aguada confirmaron su utilización como silos de almacenaje. En Tres Cruces, parecerían cumplir la misma función, incluso en algunos casos aparecen las lajas de cierre semejantes a las registradas para Cerro La Aguada.
2) estructuras circulares de entre 5 y 10 m de diámetro que podrían corresponder al los recintos de habitación o patios.
3) estructuras cuadrangulares y subcuadrangulares que pensamos pudieron tratarse de patios, recintos de cultivo o corrales.
Con relación a la técnica constructiva, en ambos sectores predomina la pirca doble, con relleno de barro y ripio para las estructuras cuadrangulares y circulares mayores, mientras que en las circulares pequeñas, la pared está constituida por una única hilera de piedras. Además, en los sectores más altos del piedemonte se han utilizado grandes bloques de piedra preexistentes como parte de las paredes de las estructuras.
También se observa en ambos sectores, la existencia de pasillos que articulan varias estructuras y vanos de acceso delimitados en algunos casos por jambas.
En ninguna de las estructuras excavadas, así como tampoco en las que se observan superficialmente, se vieron piedras canteadas para la construcción de sus paredes. Aunque en un gran número de casos, sí se verifica la utilización de piedras seleccionadas, de tamaño y formas regulares.
En las dos estructuras excavadas por nosotros, las paredes están conformadas por bloques de piedra sin ningún tipo de argamasa. En TC.C2 la parte superior de la pared está compuesta por varias hileras de piedras de menor tamaño y formas redondeadas, mientras que la inferior posee una única serie de bloques de mayor dimensión y morfología rectangular.
La cuadrícula TC.C1 se inició con la excavación de un recinto circular de aproximadamente 1 m de diámetro. Por debajo de este se hallaron diferentes niveles sedimentológicos ricos en materiales arqueológicos, hasta el 1,30 m, donde comienza el ripio estéril en restos culturales.
Por otra parte, en TC.C2 se excavó parte de una estructura de forma cuadrangular de unos 35 x 20 m. Al interior de la misma, por debajo de los 25 cm de profundidad se identificó el ángulo de una estructura de forma subcuadrangular, la cual fue excavada en su parte interna y externa (Figura 4). Ésta presenta hacia su interior un relleno compuesto básicamente de tierra fina, cenizas, espículas de carbón y materiales cerámicos, óseos y líticos. También hacia su parte interna y a una profundidad de 60 cm, por encima del nivel de base de la pared, se registró un piso de ocupación. Por debajo de éste nivel de base, en la pared Norte, se halló un conjunto de vasijas en posición primaria, las que se han colocado excavando el sedimento. Dicho conjunto incluye al menos tres piezas cerámicas, una de ellas completa, que además se apoya sobre una piedra chata de forma cuadrangular (Figura 5).


Figura 4. Detalle de cuadrícula TC.C2. Profundidad 1,00 m.


Figura 5. Perfil N de cuadrícula TC.C2.

Con respecto a la existencia de obras de control hidráulico como las mencionadas para Cerro La Aguada (Raffino, 1972), es altamente probable que en Tres Cruces, entre los sectores Norte y Sur debiera existir en el pasado, algún sistema de encauzamiento de las corrientes de agua que descienden por los faldeos, el cual impidiera la destrucción de las estructuras del sitio tal como ocurre en la actu alidad. Si bien existe hoy en día un complejo sistema de canales en la parte baja del sitio, no hay evidencias por el momento, que permitan afirmar su contemporaneidad con el sitio.
En lo referente a sus condiciones de emplazamiento, Tres Cruces se localiza sobre la porción más baja del piedemonte, lo que le confiere un acceso directo tanto a las zonas fértiles de fondo de valle, aptas para el cultivo extensivo y el pastoreo del ganado como las áreas bajas y medias del piedemonte, también ricas en pasturas.
Su ubicación en un cono de deyección flanqueado por altos cerro, le brinda reparo de los vientos. Por su lado, desde éstas partes altas es posible el control visual de toda la quebrada y sus pasos y rutas de circulación.
En relación a esto último, el sitio está asociado espacialmente a dos importantes vías naturales de tránsito, que vinculan las áreas fértiles y cenagosas del Toro con el ámbito puneño.
Una de ellas está dada por la cuenca del río Tres Cruces y la otra por un paso o abra ubicado al oeste del sitio. Ambas comunican directamente al sitio Tres Cruces con sitios formativos conocidos, como lo son Cerro El Dique y Potrero Grande y un yacimiento recientemente localizado por nosotros, al que hemos denominado Corral del Dique.
Éste último se localiza a unos 500 m de Cerro El Dique. Su cerámica y la morfología de las estructuras lo ubican cronológicamente en los Desarrollos Regionales (Rojo Tosca Pulido, Rojo Pulido) y momentos incaicos (Inca Imperial e Inca Pacajes, RPC).
A una escala mayor, las rutas mencionadas vinculan la Quebrada de Humahuaca y Puna salto jujeña hacia el norte, con el Valle de Lerma hacia el sur. En este sentido, la Quebrada del Toro constituye un ecotono que permite vincular diferentes ámbitos, con diversidad de recursos.

SUS MATERIALES

Como hemos enunciado anteriormente, los trabajos realizados con anterioridad a los nuestros consistieron en la realización de un sondeo en un basural, del cual se exhumaron restos de camélidos y alfarería negra pulida con labio evertido y base chata -entre otros tipos-, y una muestras de carbón sobre la cual se realizó el fechado (Raffino, 1977).
A partir de nuestros trabajos en el sitio se recuperó abundante material arqueológico, consistente en fragmentos cerámicos, restos faunísticos y materiales líticos. Éstos están siendo actualmente analizados, razón por la cual en este trabajo, analizaremos de manera conjunta los materiales obtenidos de ambas cuadrículas excavadas, brindando una descripción de carácter muy general.
Con respecto a la cerámica se recuperaron en excavación un total de 1040 fragmentos, los que fueron separados en dos conjuntos sobre la base de la pasta y el tratamiento de la superficie. El primero corresponde al 73 % de la muestra y está representado por fragmentos de mayor espesor, superficies alisadas o no y antiplástico grueso (conjunto ordinario). Dentro de este grupo pueden distinguirse dos subgrupos, uno con mayor espesor, superior a los 15 mm y otro más delgado, de alrededor de 5 mm. Corresponden a grande ollas, de superficie rojiza o gris oscura, de formas globulares o subglobulares, cuello evertido y asas verticales. También se encontraron formas abiertas, las cuales se distinguen de las primeras por su interior de coloración negra y superficie muy pulida.
El 27 % restante corresponde al conjunto de cerámica fina, compuesto por fragmentos decorados o no, de menor espesor y antiplástico fino. El tratamiento de la superficie incluye técnicas como el pulido, pulido muy fino, el grabado, la incisión, la pintura y los baños, que en algunos casos se combinan en una misma pieza. En cuanto a la forma, observamos algunos vasos cilíndricos y pucos hemisféricos.
El conjunto de cerámica fina muestra gran variabilidad en su interior, pudiéndose distinguir varios subgrupos. El primero de ellos y el más representado, está compuesto por fragmentos sin decoración, de superficies pulidas rojizas, grises y negras. Entre éstas últimas algunas de ellas presentan un pulido muy fino. En un solo fragmento se halló pintura postcocción color roja aplicada sobre la superficie negra pulida.
Otro subconjunto semejante al anterior en lo que respecta a la pasta, presenta decoración de tipo incisa o grabada. Esta se compone de diseños geométricos realizados preferentemente en las proximidades del borde. Los motivos incluyen círculos excisos, triángulos o espacios cuadrangulares rellenos de líneas oblicuas o punteado (Figura 6). En ocasiones las incisiones son trazadas de manera más precisa y en otras irregularmente. Solamente en dos casos las incisiones asemejan muescas paralelas de aproximadamente 2 mm de ancho. Son muy escasos los fragmentos que poseen conjuntamente técnica de incisión, pintura roja y pulido por sectores (Figura 7).


Figura 6. Material de excavación. Fragmentos negros o gris grabados.


Figura 7. Material de excavación. Fragmentos que presentan incisión, pintura roja y pulido por sectores.

El tercer subconjunto incluye fragmentos con técnica bicolor, tricolor o monocroma (Figura 8).


Figura 8. Material de excavación. Fragmentos pintados.

En nuestras recolecciones superficiales obtuvimos algunos tipos no presentes en las excavaciones como son los fragmentos con pintura roja y técnica de grabado. Los motivos decorativos son semejantes a los presentes en los grupos negro, gris y ante, excepto por varios fragmentos de coloración grisácea e interior ahumado, cuyos diseños se componen de líneas ondulantes en el área del borde y rombos concéntricos (Figura 9).

Figura 9. Material de superficie.

Finalmente, se hallaron en superficie escasos fragmentos de cerámica tosca roja o anaranjada que guardan semejanza con los observados para sitios tardíos como Santa Rosa de Tastil.
También se ha recuperado en excavación un total de 66 piezas líticas, incluyendo instrumentos formatizados, núcleos, pulidores y desechos de talla. Las materias primas utilizadas son obsidiana negra y transparente, calcedonia, sílices, basaltos cuarzo, cuarcita y caliza. Rocas graníticas y volcánicas se usaron en morteros y manos de moler.
En superficie y en excavación se registró un abundante número de puntas de proyectil de tamaño pequeño, entre los 10 y 25 mm. La materia prima dominante es la obsidiana negra y en menor medida la transparente. En cuanto a su morfología predominan las de limbo triangular corto o alargado, tipo isósceles y pedúnculo diferenciado. Son menos comunes las triangulares apedunculadas de base escotada. En términos generales, las formas observadas son semejantes a las registradas para otros sitios formativos del NOA (Escola 1991) (Figura 10).


Figura 10. Puntas de proyectil.

Por otro lado, son abundantes en superficie los útiles relacionados con prácticas agrícolas y recolectoras, como son las manos y morteros para moler. Estos últimos presentan una morfología muy variada que incluye morteros planos o de perfil cóncavo, preferentemente realizados en rocas graníticas. También se halló, un mortero pequeño, sobre roca volcánica, de contorno circular y unos 10 cm de diámetro.
Finalmente, es significativa la presencia de restos faunísticos en ambas cuadrículas excavadas. Su análisis recién se está iniciando por lo cual solo podemos adelantar la alta frecuencia de restos de camélidos, sin poder especificar de que especie se trata. Estos datos acuerdan con los publicados por Raffino, Tonni y Cione (1977) para el mismo sitio.

ALGUNAS CONSIDERACIONES

Partiendo de estas evidencias y teniendo en consideración el estado inicial de los trabajos, nuestro interés aquí es dejar planteados ciertos interrogantes o líneas de investigación a seguir. Como mencionamos más arriba, si bien el sitio de Tres Cruces ya se conocía, incluso sus contextos habían sido considerados junto a otras evidencias para la definición de un período Formativo Superior, pensamos que se desconocía la verdadera magnitud y complejidad del asentamiento. Como es observable en el plano levantado, el sitio posee una densidad de ocupación claramente superior a la mencionada para Cerro La Aguada, la que estaría dada no solo por la cantidad de estructuras, alrededor de 180 en Tres Cruces y 40 para Cerro La Aguada (Raffino, 1972), sino también por su mayor concentración. Recordemos también, que el patrón de instalación de Cerro La Aguada se compone de una serie de estructuras de formas cuadrangulares y rectangulares, separadas río mediante, de otras circulares y semicirculares, dispuestas aisladamente o formando unidades compuestas. Se ha sugerido que el primer sector representaría las áreas de explotación agrícola, mientras que el segundo correspondería al núcleo habitacional del sitio (Raffino, 1972, 1988) y por analogía, esto sirvió para establecer la funcionalidad de las estructuras de Tres Cruces. Sin embrago existen algunas diferencias entre ambos sitio con relación a la organización interna del sitio. Por ejemplo, en Tres Cruces prácticamente no existen espacios libres de construcción, así como tampoco se observan diferencias morfológicas marcadas entre los sectores Norte y Sur que puedan estar indicando diferencias funcionales, tal como ocurre en Cerro La Aguada. Aunque si existe un predominio de estructuras de tipo circular o semicircular en el sector de menor pendiente, ubicado en la parte central del sitio.
En vinculación con esto último, nosotros hemos esbozados ciertas hipótesis que requerirán de trabajos de excavación los cuales permitan determinar la funcionalidad de cada tipo de estructura, así como también, si existió separación espacial entre áreas destinadas para el desarrollo de diferentes actividades.
La situación se muestra aún más compleja si a lo anterior se suma el factor temporal. Es probable que las diferencias en el tamaño y morfología de las estructuras que conforman Tres Cruces, estén reflejando cuestiones cronológicas además de funcionales.
Al respecto, el análisis de los materiales superficiales no nos ha permitido establecer tendencias diferenciales en la distribución de los distintos grupos cerámicos que sirvan para definir distinciones funcionales o cronológicas. Tanto en los sectores bajos del sitio como en los altos, en las estructuras cuadrangulares como circulares, se recolectó material cerámico de tipo inciso junto a fragmentos tardíos. Situación que también ocurre en Cerro La Aguada. Para este sitio, Raffino (1972) menciona escasos fragmentos atribuibles al Tardío, lo que fue confirmado por nuestras recolecciones superficiales.
La presencia en los niveles superiores de Tres Cruces de algunos fragmentos pintados Negro sobre rojo, más algunos fragmentos de tipo tosco, de superficie roja o anaranjada, similares a los encontrados en sitios de Desarrollos Regionales de la región, está señalando una ocupación del sitio, al menos parcial, para momentos más tardíos.
Con respecto a la dinámica de poblamiento del sitio y del área en general, los datos radiocarbónicos con que contamos actualmente, nos indican que Tres Cruces estuvo habitado alrededor del 310 d.C, es decir, un tanto más tardíamente que los sitios formativos tempranos del área, como Cerro el Dique y Potrero Grande, datados alrededor del 250 d.C., no existiendo al momento, indicadores que sugieran una ocupación más temprana (Nota 3). Por otro lado, tampoco poseemos evidencias de ocupación durante el Formativo Tardío en esto sitios tempranos, lo que estaría indicando que hacia dicho momento estos habrían sido abandonados, para luego ser reocupados, al menos parcialmente durante los Desarrollos Regionales, como lo sugiere la cerámica hallada superficialmente. Este hecho, sumado a las densidades de ocupación significativamente, superiores de Tres Cruces, podría estar indicando ciertos procesos de concentración de población ocurridos durante el Formativo Superior.
Al respecto, existen algunos aspectos que marcan cierta continuidad entre los sitios del Formativo Inferior y aquellos del Superior:
- la cerámica negra con pulido fino, la pintura postcocción roja y tipos cerámicos de antiplástico mediano y superficie negruzca muy alisada o levemente pulida.
- en lo que respecta al patrón de asentamiento se siguen manteniendo las estructuras de forma circular o semicircular y paredes de pirca doble, aunque con proporciones semejantes a las de los recintos cuadrangulares, anteriormente poco representados. La técnica constructiva y los materiales utilizados también son semejantes a los característicos de Formativo temprano.
- también existe cierta continuidad en el emplazamiento de los sitios. Tanto los asentamientos del Formativo temprano, como Tres Cruces, se localizan en partes bajas del piedemonte, cercanos a cursos de agua y vinculados a zonas susceptibles de ser explotadas mediante prácticas extensivas (fondos fértiles de quebrada aptos para la agricultura a temporal o vegas y piedemontes con pasturas propicias para la ganadería). Aunque en Tres Cruces el asentamiento incluye también zonas más altas del piedemonte.
- otro aspecto importante que también marca cierta continuidad, es la persistencia de vínculos con otras áreas, dentro y fuera de la Quebrada del Toro, como lo demuestra la presencia de determinados tipos cerámicos.
Por ejemplo, en los cuatro sitios mencionados para el Toro -Cerro La Aguada, Tres Cruces, Pascha y El Gólgota- están presentes los tipos negro y rojo inciso-grabado, negros muy pulidos y la cerámica tricolor. Ya fuera de nuestra área, ciertos vínculos con las Selvas Occidentales, Valle de Lerma y San Pedro de Atacama, que fueran enunciados para el Formativo temprano (Cigliano et al., 1972, 1976; Raffino, 1972, 1977) parecen subsistir durante el Superior.
Tarragó (1984) ha definido para momentos tempranos del Formativo, un eje de interacción, del cual el Toro formaría parte y que vincularía la región norte de Chile con las Selvas Occidentales.
Dichas interacciones parecerían mantenerse en momentos más tardíos del Formativo.
Fragmentos incisos recuperados en Tres Cruces guardan relación con formas y elementos decorativos de la cerámica San Francisco y Candelaria III de las Selvas Occidentales (Dougerthy, 1974, 1975; Heredia, 1970). La que también se encuentra en Valle de Lerma (Calandra, com pers.; Menghin y Laguzzi, 1967; Serrano, 1963), Valle Calchaquí y Pampa Grande, asociada a cerámica de tipo tricolor o Vaquerías (Tarragó y Scattolin, 1999).
Cerámica incisa o grabada, con motivos decorativos similares a la de los sitios del Toro, también ha sido hallada en el área de San Pedro de Atacama. Fragmentos negros y rojos, incisos o grabados, hallados en nuestra área, son semejantes a los denominados por Munizaga como San Pedro Inciso para el sitio de Coyo (Munizaga, 1963) o San Pedro Rojo Grabado de Tarragó. Es significativo que estos aparecen en el Toro acompañados de otros fragmentos negros muy pulidos (San Pedro Pulido) también característicos de la puna chilena.
Sin embargo ocurren algunas transformaciones en dichas interacciones, particularmente con el área de las Selvas Occidentales, que no debemos pasar por alto. Mientras que para el Formativo Inferior las interacciones entre el Toro y ésta área se evidenciaban a partir de la presencia de cerámica San Francisco (Raffino, 1977), característica del sector septentrional de las Selvas Occidentales (Dougherty, 1975), durante el Superior éstas se manifestarían principalmente a través de fragmentos con diseños estilísticos semejantes a los de la cerámica Candelaria, propia del sector meridional de las Selvas Occidentales (Nota 4).
Un dato que puede ser de relevancia a esta cuestión es que para el mismo momento se ha registrado en sitios sanfranciscanos, como Puesto Viejo y PA-II la aparición de cerámica Candelaria que se suma a los tipos locales preexistentes (Dougherty, 1974; Flores Montalbetti, 1990 citado por Ortiz, 2003).
En lo referente a la presencia Candelaria en la Quebrada del Toro y aledañas, en la actualidad son más los interrogantes que nos surgen que las respuestas obtenidas. En relación con esto, Tarragó y Scattolin (1999), han mencionado acertadamente el hecho de que la presencia de Candelaria en los valles semiáridos de oeste y puna no ha sido aún valorada. Para que podamos llegar a comprender su presencia, así como los procesos sociales que esto implica, es previamente necesaria la definición de contextos cerámicos y secuencias locales.
Como complemento de lo anterior, el análisis de procedencia de materias primas líticas, fundamentalmente la obsidiana, también puede arrojar información relevante acerca de circuitos de interacción. Se ha establecido que la obsidiana utilizada para las puntas de proyectil de los sitios Formativos de Las Cuevas proviene de las fuentes de Ona-Las Cuevas, Zapalieri y Tocomar, mientras que las de Potrero Grande lo hacen de las dos últimas (Escola, 2004). Un estudio similar sobre materiales recuperados en sitios Formativos más tardíos se plantea así, de gran interés para el establecimiento de redes de circulación y consumo de bienes, así como de sus posibles modificaciones a través del tiempo.
Hasta aquí hemos podido esbozar ciertas tendencias, sin embargo, creemos que aún no han sido analizadas y comprendidas con profundidad las continuidades y rupturas entre lo que se ha definido como Período Formativo Inferior y el Superior. Nos resta aún explicar, ya no solo caracterizar, los procesos de cambio ocurridos dentro de esta unidad temporal y cultural que se ha definido como Formativo. Las cuestiones hasta aquí planteadas requerirán para su resolución la realización de intensivos y sistemáticos trabajos de campo en el sitio, los cuales se enmarquen dentro de una perspectiva regional.

AGRADECIMIENTOS

Quisiera agradecer en primera instancia, a los pobladores de Tres Cruces por su invaluable hospitalidad y apoyo durante los trabajos de campo. A. Fernández por la información y materiales inéditos del sitio Pascha, así como también por sus enriquecedores comentarios. A M. Leipus por su colaboración en el análisis de materiales líticos. A D. Gobbo por el diseño de las láminas. Finalmente, a los evaluadores de este trabajo por sus valiosas sugerencias No obstante, todo lo aquí expuesto es de mi absoluta responsabilidad.

NOTAS

1) Concretamente, el área donde estamos realizando nuestras investigaciones se corresponde a las porciones media y septentrional de la Quebrada del Toro y tributarias. El límite N está determinado por la ladera Sur de la Cuesta de Muñano; como límite S se ha considerado la localidad de Puerta de Tastil; los límites E y O están dados respectivamente, por la ladera occidental de la Sierra de Chañi y el cordón montañoso del Nevado de Acay.
2) Dichas investigaciones se enmarcan dentro del proyecto "Organización y uso del espacio durante el Período Formativo en la Quebrada del Toro (Pcia. Salta)" actualmente desarrollado por la autora como tema de tesis doctoral.
3) Potrero Grande y Cerro El Dique han sido datados en 240± d.C. y 260±50 d.C., respectivamente.
4) Esto no implica negar la presencia de cerámica San Francisco durante momentos tardíos del Formativo del área del Toro; pero si señalar su baja representatividad en dicho contexto, en contraste con lo que ocurre en momentos más tempranos en sitios como Cerro El Dique, Potrero Grande o Las Cuevas.

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