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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.41 San Salvador de Jujuy jun. 2012

 

ARTÍCULO ORIGINAL

El ajuste estructura y su impacto desigual en Catamarca y Tucumán entre 1990 y 2002

(Structural adjustment and its unequal impact on Catamarca and Tucumán between 1990 and 2002)

Ariel Osatinsky **

* Instituto Superior de Estudios Sociales (CONICET/UNT), San Lorenzo Nº 429 – CP 4000 – San Miguel de Tucumán - Argentina
Correo Electrónico: aosatinsky@yahoo.com.ar

RESUMEN

            A comienzos del siglo XXI Catamarca, cuya estructura económica se caracterizó históricamente por ser tradicional y reducida, era la provincia del norte argentino que tenía los menores niveles de pobreza. Por su parte, Tucumán, que poseía la economía más dinámica de la región, mostraba mayores niveles de privación. Considerando que la pobreza se encuentra relacionada con las transformaciones que experimenta una estructura productiva a través de los problemas de empleo que estas últimas generan, el objeto de este artículo es examinar las relaciones que hubo entre las transformaciones económicas y los problemas de empleo que sufrieron las poblaciones activas de Catamarca y Tucumán en el período 1990-2002, años en los que las transformaciones neoliberales se consolidaron en la Argentina.
            En materia económica, se consideraron indicadores que reflejan la dinámica que tuvieron las actividades agropecuarias, la industria manufacturera, y el sector terciario de ambas economías. En el plano laboral, se examinaron las tasas de desocupación y subocupación, así como ciertas características de la población activa de cada provincia.
            En los años bajo estudio Tucumán tuvo un mayor deterioro laboral, puesto que su economía fue afectada de manera más profunda por los cambios económicos de fines del siglo XX. Por su parte la economía catamarqueña, atravesando etapas incipientes de desarrollo económico, fue menos perjudicada por las transformaciones económicas neoliberales. El Estado mantuvo allí una presencia más importante, actuando como atenuante de las dificultades económicas en el mercado de trabajo catamarqueño.

Palabras Clave: Catamarca; Deterioro Laboral; Transformaciones Económicas; Tucumán.

ABSTRACT

            At the beginning of the 21st century, Catamarca, with an economic structure historically characterized for being traditional and reduced, was the northwestern province of Argentina with the lowest levels of poverty. On the other hand, Tucumán, with the most dynamic economy in the region, showed even higher levels of privation. Considering that poverty is related to the transformations that a productive structure experiences by means of the employment problems that the latter create, the goal of this article is to examine the relations between economic transformations and employment problems suffered by the active populations of Catamarca and Tucumán in the 1990-2002 period , the years of consolidation of neoliberal transformations in Argentina.
            Regarding economic indicators, it was considered parameters that reflect the dynamic of agricultural activities, the manufacturing industry and the third sector in both economies. Regarding employment, unemployment and underemployment rates were examined, and certain features of the active population of each province as well.
            In the years under study, Tucumán suffered a higher deterioration in its labor market due to the fact that its economy was more deeply affected by the economic changes that characterized the end of the 20thCentury. On the other hand, the economy of Catamarca, going through incipient periods of economic development, was less harmed by the neoliberal economic transformations. The State kept there a more important presence, acting as mitigating factor for the problems in the local labor market.

Key Words: Catamarca; Labor Deterioration; Economic Transformations; Tucumán.

INTRODUCCIÓN

            A comienzos del siglo XXI, en el norte de la Argentina, la provincia de Catamarca se distinguía de las restantes por sus menores niveles de pobreza (Bolsi y Paolasso, 2009),
            ¿Qué procesos y qué articulación de factores a lo largo del tiempo posibilitaron que esta provincia, caracterizada por tener una estructura productiva muy reducida y tradicional alcanzara esta condición? A partir de esta pregunta, surgió la idea de comparar esos procesos y esas articulaciones con la provincia más pujante del Norte, Tucumán, la cual a pesar de poseer la economía más dinámica de la región, tenía mayores niveles de pobreza.
            Considerando que la pobreza se encuentra relacionada con las transformaciones que sufre una estructura productiva a través de las dificultades laborales que estas últimas generan, el objeto de este artículo es examinar la relación que hubo entre las transformaciones económicas y los problemas de empleo que sufrieron las poblaciones activas de Catamarca y Tucumán en el período 1990-2002, con el objeto de encontrar posibles explicaciones a los siguientes interrogantes:

.- ¿Qué características tuvo el deterioro laboral en Catamarca y Tucumán entre 1990 y 2002?
.- ¿Qué relaciones hubo entre los problemas de empleo de ambas provincias y las transformaciones productivas que experimentaron Catamarca y Tucumán en el período bajo estudio?

            Catamarca y Tucumán poseen características disímiles. La primera de ellas, con una superficie de 102.602 km², tenía en 2001 una población de tan sólo 333.661 habitantes. Por el contrario Tucumán, en una superficie de 22.524 km², poseía en aquel año 1.336.664 habitantes, siendo la provincia con mayor densidad de la región (1). A su vez, Catamarca posee un porcentaje más elevado de población rural
            Históricamente, en estas provincias se desarrollaron complejos productivos diferentes: mientras que Tucumán experimentó una penetración más profunda de las formas de producción capitalistas con el desarrollo de la actividad azucarera y otras producciones, como la citrícola, Catamarca conservó una estructura más tradicional en su economía, desarrollando recién en las últimas décadas el cultivo de olivo, nogal, vid, tabaco, así como la actividad minera, actividades tradicionales desarrolladas a pequeña escala en etapas anteriores (Osatinsky, 2009).
            La elección del período bajo estudio se vincula con el hecho de que en la década de 1990 se consolidaron las transformaciones estructurales de la economía argentina, y el deterioro laboral alcanzó niveles de una magnitud no conocida en los cincuenta años previos.

TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y PROBLEMAS DE EMPLEO

            La actividad económica se compone de una gran cantidad de actividades que pueden ser agrupadas en tres grandes sectores: primario, secundario, y terciario.
            En la esfera de la producción, la perspectiva liberal o neoliberal, de importante influencia a fines del siglo XX, reserva al mercado el rol de "asignador eficiente de los recursos". Estas corrientes, proponen como solución a la pobreza y los problemas de empleo, dejar actuar con libertad al mercado y, con el tiempo, el aprovechamiento eficiente de los recursos generará un crecimiento que irá paulatinamente generando oportunidades de empleo y mejorando las condiciones de vida del conjunto de la población a través de un efecto derrame.
            Desde una mirada crítica, en esta investigación sostenemos que si una economía experimenta un crecimiento, este puede no traducirse en un mayor bienestar o mejores condiciones de vida, si es que en ese proceso de incremento de la actividad un sector importante de la población ha sido excluido (Méndez, 1997). Es que la actividad económica, a la vez que genera los bienes y servicios que posee una determinada sociedad, es la fuente generadora de los ingresos con los que ella cuenta. En ese sentido, "...la forma de distribuir y el destino dado a la riqueza generada no conforman un acto posterior a la producción: son una parte intrínseca de la actividad económica. Por lo tanto, es ésta una parte central de la explicación de la pobreza, la ocupación y la desocupación" (Lindenboim, 2005: 14).
            Se comprende, entonces, la importancia de evaluar las transformaciones que tienen lugar en la composición (actividades) de una estructura productiva, puesto que estos implican modificaciones en la distribución de lo producido, siendo a su vez factores ligados directa o indirectamente a los procesos causales del deterioro laboral.
            Dentro del conjunto de situaciones que abarcan los problemas de empleo, importa destacar las de aquellos integrantes de la población económicamente activa (PEA) (2) que se encuentran desocupados o subocupados. El primer caso comprende a toda persona que, sin tener una ocupación, la está buscando activamente. Asimismo, subocupado es aquel que trabaja menos de 35 horas a la semana por causas involuntarias (Lindenboim, 2005; Neffa, 2005).
            También importar mencionar el empleo informal o "en negro", el cual agrupa al conjunto de trabajadores que no se encuentran registrados. Éstos no perciben aportes a la seguridad social, no poseen protección frente a los accidentes de trabajo ni obra social, no cobran asignación familiar, y en caso de despido no tienen derecho al cobro de una indemnización. En cuanto a las relaciones laborales precarias, casos de "...empleados de medio tiempo, temporarios, personal con contratos de tiempo establecido, subcontratados y aprendices públicamente subsidiados, con menos seguridad laboral" (Harvey, 1998 [1990]: 174) son algunos ejemplos de estas modalidades de empleo que afectan sobre todo a aquellos empleados de manera informal, aunque también fueron adquiriendo más espacios en el mercado de trabajo formal.
            La presente investigación se sitúa en el campo de los estudios que poseen una mirada crítica de la economía de mercado, y que consideran al deterioro laboral como un proceso ligado a la dinámica del actual orden económico, el cual tiene a la desocupación entre sus características más negativas.
            En las últimas décadas del siglo XX, las transformaciones económicas regresivas tuvieron su impacto en el mercado de trabajo, agravando los problemas de empleo (3). "La mayor concentración de la tierra en zonas rurales y del capital en las industrias produjo la desaparición de gran cantidad de pequeños y medianos productores y empresas. En el sector servicios también tuvo lugar una mayor concentración en las distintas actividades que abarca el mismo. A esto se suma la permanente búsqueda de mayores ganancias que genera un incremento en la productividad del trabajo mediante la aplicación de modernas tecnologías que permiten reducir los costos en la producción de bienes y servicios. Ese aumento de la productividad ocasiona una reducción de la demanda laboral con la cual se excluye del proceso productivo a un número importante de trabajadores" (Osatinsky, 2009: 191). Todos estos fenómenos económicos incrementaron la población con problemas de empleo. La desocupación y la subocupación, la precariedad laboral y el empleo "en negro", se incrementaron en la mayoría de los países del mundo (Bauman, 2005 [1998]. Harvey, 1998 [1990]).
            La economía argentina en aquellos años fue afectada por profundas reformas estructurales, entre las cuales cabe mencionar a la apertura económica, la desregulación de los mercados, y la reducción de la participación estatal en la economía a través de las privatizaciones (Rapoport, 2000). Estos cambios perjudicaron diversas actividades económicas. La quiebra de numerosos pequeños y medianos establecimientos industriales ocasionó una marcada desindustrialización, a la vez que numerosas actividades agropecuarias que destinaban su producción al mercado interno, fueron afectadas por crisis profundas, lo que se tradujo en la desaparición de una gran cantidad de pequeños y medianos productores. Por su parte, los distintos períodos recesivos que tuvieron lugar en los años bajo estudio afectaron actividades que demandaban tradicionalmente gran cantidad de trabajadores o empleados como es el caso del comercio.
            Fruto de las transformaciones económicas, la población argentina sufrió un agravamiento de los problemas de empleo. A medida que se profundizaba en el país la orientación económica neoliberal, el deterioro laboral se fue expandiendo, reflejado ello en el crecimiento de la desocupación y la subocupación, de la precariedad laboral y el empleo informal (Becaria, 2005; Lindenboim, 2007, 2008).
            Catamarca y Tucumán no estuvieron ajenas a estos procesos económicos y laborales. Sin embargo en sus economías las transformaciones productivas tuvieron características diferentes, mientras que el deterioro laboral que afectó a sus respectivas poblaciones no tuvo el mismo ritmo ni fue similar, como se observará en los apartados siguientes.

EL REGISTRO DE LOS CAMBIOS ECONÓMICOS Y LABORALES

            En referencia a los indicadores laborales, se consideró las tasas de desocupación y de subocupación. La primera resulta del cociente entre la población desocupada y la PEA, mientras que la segunda es el cociente entre la población subocupada y la PEA. Complementariamente, se tuvo en cuenta la tasa de empleo, que surge del cociente entre la población ocupada y la población total, y ciertas características de la población ocupada de cada provincia, como ser el porcentaje de empleados "en negro", el rol del sector público como demandante de mano de obra, y la distribución de la población ocupada según categorías ocupacionales, y según actividades económicas.
            En el plano económico, se consideraron ciertos indicadores que reflejan la dinámica que tuvieron en aquellos años las actividades agropecuarias, la industria manufacturera, y el sector terciario de ambas economías. En ese sentido, las características de la tenencia de la tierra y los cultivos que predominan en cada región, la cantidad de establecimientos y personal ocupado en los sectores industrial, comercial y de servicios, permiten conocer las características principales de las economías de Catamarca y Tucumán, y de qué manera fueron afectadas por las transformaciones estructurales que tuvieron lugar en aquellos años.
            La información utilizada en la investigación se obtuvo de diversas fuentes. En referencia al mercado de trabajo, se trabajó con los datos de las tasas de desocupación y de subocupación que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) recopiló para los aglomerados Gran Tucumán–Tafi Viejo y Gran Catamarca entre los años 1980 y 2002. La información sobre la desocupación y las características de la población ocupada a nivel provincial, fue provista por los Censos Nacionales de Población y Viviendas de 1991 y 2001. Debido a que estos censos no se realizaron con un criterio homogéneo, y que hay diferencias entre ellos en cuanto al cuestionario censal elaborado, la información de los mismos no puede ser utilizada para describir una evolución en el tiempo. Pese a ello, considerar estos datos censales es de utilidad ya que contribuyen a la comprensión de las distintas realidades laborales que poseían Catamarca y Tucumán en cada uno de los años mencionados.
            Cabe aclarar que además de las diferencias metodológicas que existieron entre la EPH y los censos de 1991 y de 2001, la información referida a la desocupación de estas fuentes no coincide debido al hecho de que la EPH toma como referencia el aglomerado más importante de la provincia mientras que el Censo Nacional de Población y Viviendas se realiza en toda la provincia. (4)
            Los datos acerca de la evolución de diferentes aspectos de la estructura productiva de cada provincia fueron tomados por un lado, de los Censos Nacionales Agropecuarios (1988 y 2002). Éstos no serían estrictamente comparables puesto que el Censo Nacional Agropecuario de 2002 tuvo inconvenientes en el proceso de recolección de datos, por lo que hay que tener en cuenta esta salvedad en el análisis de las comparaciones realizadas entre ambos momentos. A su vez, se tuvo también en cuenta la información de los Censos Económicos Nacionales (1985, 1994, y 2004), los que tuvieron modificaciones en sus criterios básicos de medición (Lindenboim, 2008). Si bien las diferencias existentes no son tan grandes, hay que tener en cuenta esta salvedad en las comparaciones entre los valores de dichas fuentes.

LA POBLACIÓN OCUPADA EN LA ESTRUCTURA PRODUCTIVA DE TUCUMÁN Y CATAMARCA

            Las transformaciones económicas que acontecieron en la Argentina en el período 1990-2002 no impactaron de igual manera en todas las actividades productivas, y a su vez, no todas ellas tuvieron la misma dinámica en aquellos años en las provincias bajo estudio. De allí la importancia de analizar la distribución de la población ocupada en las distintas actividades que componen el PBG de Tucumán y Catamarca, así como en las diferentes categorías ocupacionales.
            Tucumán tuvo un desarrollo mayor (y anterior) del empleo ligado al sector privado, es decir, a actividades con fuertes vínculos con el mercado. Por el contrario, en Catamarca el Estado tuvo una presencia considerable y más importante en el mercado de trabajo. Por ello en el período que aquí se analiza esta última provincia tuvo un mayor porcentaje de ocupados en los sectores construcción, y servicios comunales y personales, mientras que Tucumán mostró un porcentaje más elevado de empleo en el comercio y en los servicios del sector privado (Tabla 1).


Tabla 1. Distribución de la población ocupada según actividad económica. Catamarca y Tucumán. 1991 y 2001.

Fuente: Censos Nacionales de Población 1991 y 2001.

            A diferencia de lo que ocurría en 1980 (5), la población ocupada en la industria manufacturera tenía un peso relativo aproximadamente igual en ambas provincias, lo que también sucedía en las actividades agropecuarias. Asimismo, en el año 2001 tanto en Catamarca como en Tucumán los ocupados en estos sectores tenían una participación reducida en la estructura de la población ocupada (menos del 20% entre los dos sectores en ambas provincias), estando la mayor parte de la población empleada en las actividades terciarias en ambos casos.
            En cuanto a la distribución de la PEA en las distintas categorías ocupacionales, a pesar de la importante presencia de actividades agropecuarias o agroindustriales de mediana y gran envergadura que había en Tucumán, era Catamarca la que tenía en 1991 un porcentaje mayor de empleados u obreros (6). Asimismo, era esta provincia la que poseía también un porcentaje superior de familiares sin remuneración, mientras que Tucumán poseía un mayor peso del cuentapropismo, como lo refleja el Gráfico 1.


Gráfico 1. Población ocupada según categoría ocupacional. Catamarca y Tucumán. 1991 y 2001.

Fuente: Censos Nacionales de Población 1991 y 2001.

            De los cambios y características descriptas, importa señalar en particular el peso que tenía el sector público en la población ocupada de cada provincia, puesto que el Estado en reiteradas oportunidades, actúa como atenuante ante las dificultades laborales que generan las crisis y transformaciones productivas del sector privado.

EL EMPLEO EN EL SECTOR PÚBLICO

            A comienzos de los ´80 el 31% de los empleados de Tucumán y el 51% de los de Catamarca se encontraban ocupados en el sector público (7). En aquella década, si bien Catamarca tenía la mitad de empleados estatales que Tucumán (Tabla 2), su población era cuatro veces menor a la existente en la vecina provincia. Por eso, en 1983 Catamarca tenía aproximadamente 81 agentes en la administración pública cada 1000 habitantes, mientras que en Tucumán esa cifra era de 35, y para 1991 esos valores fueron de 85 y 36, respectivamente.(8)


Tabla 2. Empleados estatales. Catamarca y Tucumán. 1983-1993

Fuente: Datos del Ministerio del Interior, Secretaría para la Reforma Económica Provincial (Panaia, 2000),

salvo (*): La Nación 24/10/1987, citado por Manzanal y Rofman, 1989: 54.

            En el período 1983-1989 ambas provincias tuvieron un crecimiento en la cantidad de empleados públicos. A partir de 1989 y hasta 1992 el número de empleados estatales se redujo en Tucumán, aumentando levemente en 1993, mientras que Catamarca mantuvo aproximadamente la misma cantidad de empleados públicos en aquellos años. Probablemente estas disparidades estén relacionadas con el mayor peso que tenía el empleo dependiente de la Nación en Tucumán (9), siendo que en aquellos primeros años del gobierno de Menem, una cantidad importante de empleos públicos desapareció como producto de la supresión de ciertos organismos reguladores, limitación de servicios (ferrocarriles) (Oszlak, 2003: 522), y privatización de empresas estatales. Catamarca también tuvo recortes en el empleo público aunque estos fueron de menor magnitud en comparación con Tucumán. En dicha provincia, la Intervención Federal llevó adelante en 1991 "medidas de racionalización de empleo público [...] tales como no renovación de contratos, retiros voluntarios, jubilaciones anticipadas..." (Rosales, 1996: 32). Sin embargo, si bien a partir de 1992 el nuevo gobierno provincial dio continuidad a algunas medidas de racionalización, también realizó reincorporaciones y contrató nuevo personal (Rosales, 1996: 34 y 38).
            En la década de 1990 el Estado tucumano aumentó nuevamente el empleo público (10). Sin embargo, dicho incremento no fue de una magnitud tal que permitiese contrarrestar las dificultades laborales que ocasionarían la desregulación, liberalización y apertura económica en numerosas actividades productivas de la provincia, como se describe más adelante.
            En los años de la última recesión económica del país, el empleo público creció nuevamente, siendo dicho crecimiento mayor en Catamarca (5%, frente al 2% de Tucumán) (Tabla 3). Estos incrementos eran muy reducidos si se tiene presente la profunda recesión que afectó la actividad económica en dichos años, no pudiendo el empleo estatal atenuar la expansión que tendrían las dificultades laborales en ambas provincias. Pese a ello, cabe destacar que en Catamarca, que tenía una población mucho más reducida que la de Tucumán, el empleo público había tenido nuevamente un mayor crecimiento.


Tabla 3. Empleados estatales. Catamarca y Tucumán. 1999-2002.

Fuente: Anuario Estadístico 2001-2002 de Catamarca;

Anuario Estadístico 2004-2005 de Tucumán.

            Si se considera la distribución de los empleados u obreros en los sectores público y privado de la economía, el empleo público tanto a comienzos de los ´90 como en 2001 era superior en Catamarca. En 1991 esta provincia tenía un porcentaje de empleados en el sector público superior al de Tucumán por más de 20 puntos. En 2001, esa diferencia todavía era casi de 20 puntos. (11)
            Podemos afirmar entonces que Catamarca y Tucumán forman parte de aquellos "estados provinciales (que) operan como un sistema no formalizado de seguridad social, generando ocupación para aquellos brazos que la actividad privada no puede absorber" (Pucci, 1994: 104). Asimismo, ante la crisis que sufrieron numerosas actividades económicas en las décadas de 1980 y 1990, el Estado catamarqueño mantuvo un rol importante como demandante de empleo y mayor que el de Tucumán.

EL DETERIORO LABORAL DE TUCUMÁN Y CATAMARCA

            En el período bajo estudio las poblaciones de Tucumán y Catamarca fueron afectadas de manera severa por el deterioro laboral, aunque la expansión de la población con problemas de empleo no se produjo al mismo tiempo ni del mismo modo en ambas provincias. En ese sentido, el Gráfico 2 muestra la evolución que tuvo la desocupación en el aglomerado más importante de Tucumán y Catamarca en el período 1990-2002.


Gráfico 2. Tasa de desocupación.

Gran Catamarca y Gran Tucumán-Tafi Viejo. 1980-2002 (mediciones de abril/mayo).

Fuente: Encuesta Permanente de Hogares.

            La desocupación creció en ambos aglomerados, siendo el ritmo de crecimiento mayor en los períodos recesivos de 1995/96 y de 1998/2002. A su vez, si bien su tasa fue mayor en el Gran Tucumán-Tafí Viejo en toda la década, el desempleo tuvo valores más cercanos en los dos aglomerados a partir de 1997, creciendo de manera más pronunciada en el Gran Catamarca durante la última recesión económica. De esa forma, este aglomerado tuvo un porcentaje más elevado de desocupación que el Gran Tucumán-Tafi Viejo en los años 2001 y 2002 (Osatinsky, 2007).
            El Gráfico 3 muestra la evolución de la subocupación en el Gran Catamarca y el Gran Tucumán-Tafi Viejo entre los años 1990 y 2002.


Gráfico 3. Tasa de subocupación.

Gran Catamarca y Gran Tucumán-Tafi Viejo (1980-2002).

Fuente: Encuesta Permanente de Hogares.

            Durante el período 1990/2002 la subocupación se duplicó en ambos aglomerados. La misma tuvo valores cercanos en ambos casos hasta la última recesión económica, donde hubo un distanciamiento con mayores niveles de subempleo en el Gran Tucumán-Tafí Viejo (Osatinsky, 2007).
            Es decir que hubo un incremento notable en el porcentaje de población activa con problemas de empleo. Asimismo, el Gran Tucumán-Tafí Viejo tuvo mayores niveles en prácticamente todo el período considerado. En el año 2002 más del 40% de la PEA de ambos aglomerados se encontraba afectada por la desocupación y la subocupación, siendo por entonces dicho porcentaje mayor en el aglomerado catamarqueño.
            Para conocer la desocupación a nivel provincial en ambas provincias, se consideraron los datos recogidos en los censos de 1991 y 2001.
            La Figura 1 expone la distribución espacial de las tasas de desocupación que poseían Catamarca y Tucumán en 1991. En aquel año, la desocupación de Tucumán casi duplicaba a la de Catamarca (9% y 5% respectivamente) (12). Asimismo, si consideramos las tasas de desocupación de los 16 departamentos catamarqueños y de los 17 tucumanos, y dividimos dichos valores en cuartiles, las diferencias entre ambas provincias son notorias. Tucumán poseía solamente el 1,3% de la población provincial (13) en el cuartil de menores valores(14), mientras que tenía el 78,9% de la población situada en el cuartil con mayores niveles de desocupación (15). Por el contrario, en Catamarca el 24,2% de la población se encontraban en el cuartil de menores niveles (16), mientras que no había personas en el cuartil correspondiente a las tasas de desocupación más elevadas. A su vez, en el segundo cuartil Catamarca concentraba el 31% de sus habitantes mientras que Tucumán poseía solamente el 3,6% del total de población en dicho nivel (17). En el tercer cuartil, se encontraba el 16,2% de la población tucumana, mientras que Catamarca agrupaba en dicho nivel al 44,8% de su población. (18)


Figura 1. Distribución espacial de las tasas de desocupación según departamentos en Catamarca y Tucumán. 1991.

            En el año 2001 seguía habiendo diferencias notorias en cuanto a la desocupación de ambas provincias (Figura 2). Nuevamente si consideramos los cuartiles, se observa que Tucumán no tenía población situada en el cuartil con menores niveles de desocupación, y solamente el 4,7% de sus habitantes (19) se encontraba en el segundo cuartil (20), ubicándose el 60,9% de la población en el tercer y el 34,4% restante en el cuarto cuartil (21). Por el contrario, Catamarca no tenía población ubicada en los cuartiles con mayores niveles de desocupación, concentrando el 32,1% de sus habitantes en el nivel menos crítico de desocupación, y al 67,9% restantes en el segundo cuartil. (22)

            En cuanto a la tasa de empleo, en 1991 se encontraba por debajo del 50% de la población en la mayoría de los departamentos de Tucumán, mientras que en Catamarca se ubicaba por encima del 50% (23). En 2001, Catamarca todavía poseía un mayor porcentaje de su población ocupada.(24)
            Tucumán también fue más afectada en los años bajo estudio por el empleo informal o "en negro". Si tenemos en cuenta "...como indicador de precariedad del puesto laboral la falta de descuentos –o aportes- jubilatorios" (Golovanevsky y Paz, 2007: 3), Tucumán tenía tanto en 1991 como en 2001 un porcentaje más elevado de empleados u obreros trabajando de manera precaria (Osatinsky, 2007), como se refleja en la Tabla 4.


Tabla 4. Porcentaje de empleados u obreros con aportes o descuentos jubilatorios.
Catamarca y Tucumán. 1991 y 2001.
Fuente: Censos Nacionales de Población 1991 y 2001.

            A esto se agregaba el mayor nivel de empleo por cuenta propia que tuvo Tucumán en 1991 y 2001, como se describió antes, lo que también era un reflejo de la mayor informalidad en las relaciones de trabajo.
            Puede verse entonces, que Tucumán tuvo un mayor porcentaje de PEA afectada por problemas de empleo, tanto a nivel de los dos aglomerados más importantes como también a nivel de los departamentos provinciales; que su población activa sufrió más la precariedad laboral que la PEA de Catamarca; y que hubo una mayor demanda de trabajo en esta última tanto a comienzos de los ´90 como en 2001. Las disparidades que existían en referencia a los problemas de empleo entre ambas provincias se fueron reduciendo, aunque sin desaparecer, en los últimos años del período bajo estudio, como consecuencia del importante incremento que hubo en Catamarca del desempleo y las relaciones informales de trabajo.
            El hecho de que los problemas de empleo en Catamarca y Tucumán alcanzaran diferentes grados y tuviesen distintos ritmos se vincula con las transformaciones que tuvieron lugar en aquellos años en las actividades económicas de cada economía. En ese sentido, se considera a continuación lo sucedido con la distribución de la tierra, los cultivos implantados, la industria manufacturera, el comercio y los servicios en ambas provincias. Siendo estos sectores los que agrupan la mayor parte de la población ocupada, su análisis cobra relevancia en la comprensión de los problemas de empleo que hubo en las provincias bajo estudio.

DINÁMICAS DISÍMILES EN LOS SECTORES AGROPECUARIOS DE CATAMARCA Y TUCUMÁN

            Las actividades agropecuarias de ambas provincias experimentaron transformaciones importantes en el período bajo estudio. Entre 1988 y 2002 Catamarca y Tucumán tuvieron reducciones del número de explotaciones agropecuarias (EAPs) y de la superficie ocupada por ellas, siendo estas de mayor alcance en Tucumán. De hecho, en esta provincia el número de EAPs se redujo más que la superficie, mientras que en Catamarca sucedió lo contrario (Osatinsky, 2009) (Tabla 5).


Tabla 5. Variación de la cantidad y superfi cie de EAPs con límites defi nidos según tamaño. Catamarca y Tucumán. 1988-2002.

Fuente: Censos Nacionales Agropecuarios 1988 y 2002

            En Tucumán las pequeñas y medianas EAPs fueron las más perjudicadas, desapareciendo un porcentaje elevado de estas entre 1988 y 2002, mientras que en el caso de las explotaciones de más de 2.500 hectáreas la reducción fue menor. En Catamarca, por el contrario, las pequeñas y medianas EAPs tuvieron un retroceso más atenuado. A su vez, las explotaciones de más de 2.500 hectáreas son las que más redujeron la superficie ocupada.
            De esta manera, Tucumán experimentó en el período 1988-2002 un avance en la concentración de la tierra, mientras que en Catamarca esta tuvo una leve disminución.
            En cuanto a los cultivos, en el período 1988-2002 las producciones orientadas al mercado externo tuvieron una notable expansión (oleaginosas, cereales, frutales), mientras que producciones tradicionales, cuyo destino era el mercado interno, sufrieron retrocesos importantes (cultivos industriales, hortalizas) (Osatinsky, 2009) (Tabla 6).


Tabla 6. Superfi cie implantada según grupo de cultivos.

Catamarca y Tucumán. (1988-2002).

Fuente: Censos Nacionales Agropecuarios 1988 y 2002 .

            La expansión de los cultivos ligados al mercado externo fue mayor en el caso de Catamarca. A su vez, en el caso de los cultivos ligados al mercado interno, esta provincia experimentó la disminución de dos grupos, mientras que en Tucumán a la reducción de las hortalizas y cultivos industriales, que eran cultivos tradicionales y de importante significación en el área rural, se agregaba la de las legumbres y forrajeras. La caída de la producción hortícola fue mucho mayor en Tucumán, y si bien en los cultivos industriales la reducción fue superior en Catamarca, la caída que tuvieron en Tucumán fue de mayor gravedad debido al peso que estos tuvieron tradicionalmente en la estructura agraria de la provincia, mientras que la importancia que tenían en Catamarca era muy reducida.
            Las forrajeras incrementaron notablemente su ya destacado peso en la superficie total implantada en Catamarca, cubriendo en 2002 casi el 45% de ésta. Dicho desarrollo estuvo ligado al importante crecimiento que tuvo la actividad ganadera en aquellos años en la provincia (25). Por el contrario, Tucumán tuvo en el mismo período una disminución en su actividad ganadera, lo que explica a su vez la reducción de las forrajeras (26), aunque dicha reducción pierde relevancia al producirse en una actividad que no tenía gran importancia en la estructura agropecuaria de la provincia.
            En función de la dinámica señalada, se entiende que la superficie implantada tuviese un mayor incremento en Catamarca, aunque la enorme diferencia entre ambas evoluciones se debe a que a superficie ocupada por cultivos en Catamarca en 1988 era muy escasa en relación a la que había en Tucumán por entonces.(27)
            Las transformaciones regresivas que se produjeron en el campo tucumano y el mayor dinamismo que adquirieron diversas producciones agrícolas en Catamarca, explican la mayor desaparición de pequeños y medianos productores que hubo en el agro tucumano. Así, mientras que en 1988 Tucumán y Catamarca tenían 43.405 y 4.847 personas que trabajaban en forma permanente (28) en las explotaciones, en 2002 dicho valores eran 15.395 y 11.911, respectivamente (29). Es decir que los ocupados permanentes tuvieron un retroceso de 65% en Tucumán y un incremento de casi 150% en Catamarca.
            En síntesis, entre fines de los años 80 y 2002 Tucumán experimentó una mayor desigualdad en la distribución de la tierra y transformaciones más regresivas en cuanto a la superficie implantada por cultivos.

TRANSFORMACIONES EN LOS SECTORES INDUSTRIAL Y TERCIARIO, Y SU IMPACTO LABORAL DESIGUAL

            En 1985-1993 la industria de Catamarca tuvo un crecimiento en la cantidad de establecimientos (8,4%), y en el personal ocupado (62,5%), mientras que la de Tucumán experimentó un notable retroceso (reducción del 41% en establecimientos y 37% en personal ocupado) (Gráfico 4).


Gráfico 4. Variación Relativa en la cantidad de establecimientos y personal ocupado en industria, comercio y servicios.

Catamarca y Tucumán (1985-1993).

Fuente: Censos Nacionales Económicos 1985, 1994 y 2004/2005.

            En Catamarca la promoción industrial que se implementó desde mediados de los ´70 y comienzos de los ´80 (30) otorgó importantes beneficios sobre todo a medianos y grandes establecimientos. En los 90, la promoción industrial fomentada desde el Estado Nacional se suspendió, aunque en el plano local, el gobierno dio continuidad a distintas exenciones impositivas y concesiones a grupos industriales. Por su parte, hubo también diversos establecimientos, sobre todo pequeños, que, ante la coyuntura económica desfavorable de los años 80 y el ajuste estructural de los ´90, quebraron quedando al margen de la actividad (Osatinsky, 2011). (31)
            En Tucumán, el estancamiento económico de la década de 1980, y la apertura comercial, liberalización y desregulación de la década de 1990, ocasionaron la desaparición de un número importante de pequeños y medianos establecimientos industriales que, ante la nueva coyuntura económica, no pudieron sostenerse en el mercado (32), perdiendo peso en la industria provincial. A ello hay que agregar las dificultades que atravesó la actividad azucarera, crecientes a partir de la desregulación de 1991 (decreto 2284/91), la que acentuó la competencia entre los distintos factores partícipes, favoreciendo a los sectores más concentrados. A su vez, los ingenios iniciaron un proceso de modernización mediante la implementación de nuevas tecnologías que se tradujeron en la reducción del personal que ocupaban. Según datos del Centro Azucarero Regional, entre 1988 y 1999 el personal ocupado de manera directa en la industria azucarera se redujo en 12.828 personas (un 53%) (Medwid, 2008: 518).
            El sector servicios tuvo en el período 1985-1993 un ciclo de expansión considerable en ambas provincias, mientras que la actividad comercial se redujo tanto en Catamarca como en Tucumán. Sin embargo, en Catamarca hubo un menor retroceso en el número de establecimientos y el personal vinculados al comercio (33). En cuanto a los servicios, también en el caso catamarqueño se destaca la mayor expansión, sobre todo en el personal ocupado en los mismos (Gráfico 4). (34)


Gráfico 4. Variación Relativa en la cantidad de establecimientos y personal ocupado en industria, comercio y servicios.

Catamarca y Tucumán (1985-1993).

Fuente: Censos Nacionales Económicos 1985, 1994 y 2004/2005.

            En el período que transcurre desde 1994 a 2002 el país atravesó un período recesivo durante 1995 y los primeros meses de 1996, y luego entre 1998 y el 2002, una profunda recesión económica. Estos procesos probablemente hayan impactado negativamente tanto en la industria, como en la actividad comercial y los servicios de Tucumán y Catamarca. Sin embargo, el nuevo censo económico recién se realizó con posterioridad a 2002, cuando ya había cambiado la coyuntura económica, por lo que no es posible conocer con certeza cuál fue la evolución de dichos sectores en ese período. Pese a ello, el Censo Económico de 2004/2005 posee datos del año 2003 referidos a estos rubros, los que permiten señalar una serie de conjeturas que contribuyen al análisis comparado de ambas economías.
            El Gráfico 5 muestra la variación relativa que hubo en los establecimientos y personal ocupado de los sectores industria, comercio y servicios de ambas provincias entre 1993 y 2003.


Gráfico 5. Variación Relativa en la cantidad de establecimientos y personal ocupado en industria, comercio y servicios.

Catamarca y Tucumán (1993-2003).

Fuente: Censos Nacionales Económicos 1994 y 2004/2005.

            Los valores que ambas provincias tenían en 2003 no estaban muy alejados de los que poseían en 1993 (Véase tablas 2, 3 y 4 del Anexo Estadístico). En dicha observación, hay que tener presente que a la recesión de 1998-2002 le siguió un nuevo ciclo de crecimiento iniciado en la segunda mitad de ese último año. El otro elemento que sobresale es que, si bien Catamarca continuó teniendo tasas mayores a las existentes en Tucumán, la brecha que había entre las realidades de ambas provincias en dichos sectores no era tan grande como la que existió entre 1985 y 1993, sobre todo en lo que respecta al personal ocupado.
            Tanto en Tucumán como en Catamarca las tasas de crecimiento de la actividad comercial estaban vinculadas a la nueva coyuntura económica que se inicia en 2003. Asimismo, el crecimiento que tuvieron los servicios fue mucho más moderado del que experimentaron entre 1985 y 1993.

CONCLUSIONES

            En el período 1990-2002 las poblaciones de Catamarca y Tucumán fueron afectadas de manera creciente por problemas de empleo, siendo más significativo el deterioro laboral experimentado por los habitantes de Tucumán. Tanto la desocupación como las relaciones de trabajo informales alcanzaron mayores niveles en esa provincia, teniendo la misma en comparación con Catamarca, un porcentaje mayor de empleados "en negro" y de trabajadores por cuenta propia. Estas diferencias estuvieron vinculadas al impacto desigual que tuvieron las transformaciones productivas en los dos mercados de trabajo, y a las particularidades que tenían estos en cada provincia.
            Tucumán, con una economía con producciones de envergadura destinadas mayoritariamente al mercado interno y con una mayor presencia del sector privado, fue afectada de manera más profunda por los cambios económicos de fines del siglo XX (35). Esta provincia atravesó un pronunciado proceso de desindustrialización y de crisis de actividades agrícolas tradicionales. La consolidación de la apertura comercial, la desregulación y liberalización económica de los años 90, afectaron profundamente importantes actividades, provocando crisis en diversas producciones agrícolas orientadas al mercado interno. A su vez, la desindustrialización impactó negativamente en el comercio. Aquellas producciones orientadas al mercado externo que lograron expandirse, junto a los servicios privados, no alcanzaron a compensar el deterioro laboral causado por las transformaciones económicas regresivas.
            Por el contrario, Catamarca, sin estar exenta de dificultades económicas, fue beneficiada con la promoción industrial que produjo cierta expansión de su manufactura, a la vez que diversas actividades agrícolas mostraban una evolución más favorable que la de Tucumán. A ello se sumaba el mayor peso que tenía el sector público en la estructura ocupacional en Catamarca, lo que actuaba como atenuante ante las crecientes dificultades laborales del sector privado.
            A partir de 1995 la desocupación tuvo un ritmo de crecimiento mayor en Catamarca. "La pérdida de parte del parque industrial incorporado y la ausencia de nuevas inversiones de significación" (Rofman y Romero, 1997: 318) provocaron una pérdida de importancia del sector manufacturero en la ocupación provincial, sin poder este generar la demanda de mano de obra que había tenido hasta 1994. Asimismo, los servicios se expandieron a un menor ritmo y sectores como el comercio y la construcción, que adquirieron un mayor peso en el total de ocupados de Catamarca, fueron afectados por las recesiones que tuvieron lugar a mediados de los ´90 y en el período 1998-2002. Por su parte el sector público ya no se expandió al ritmo que lo había hecho en la década de 1980 (Osatinsky, 2011).
            Es decir que las diferentes dinámicas económicas que existían entre ambas provincias se mantuvieron, aunque la distancias entre las dos situaciones tendió a reducirse. Fue en aquellos últimos años del período cuando Catamarca experimentó un agravamiento de sus problemas de empleo. Por entonces, el importante crecimiento de ciertas producciones como la olivícola o la del emprendimiento minero Bajo La Alumbrera, reflejaban la mayor presencia que empezaba a tener el mercado externo en la economía catamarqueña, tendencia que se afianzaría a partir de la devaluación de 2002.

(*) Trabajo realizado en el marco de los Proyectos de Investigación "La Argentina fragmentada: territorios y sociedades en la primera década del siglo XXI" perteneciente al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, y "Estructura Agraria y Ruralidad en los núcleos Duros de Pobreza del Norte Grande Argentino" perteneciente al Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Tucumán.
Agradezco los comentarios y sugerencias de los evaluadores anónimos y del Editor de la Revista CUADERNOS FHyCS-UNJu.
1) Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2001.
2) La PEA está conformada por el "... conjunto de personas que [...] tiene una ocupación o que sin tenerla (por ser desocupado) está en condiciones de trabajar y la busca activamente" (Neffa, 2005: 73).
3) En referencia a estos procesos, Lindenboim afirma: "...con los extraordinarios aumentos de productividad generados por las modernas tecnologías y medios de transportes y comunicación, se trata también de que la nueva instalación no destruya lo previamente existente. ¿De qué sirve a la larga a la sociedad un supermercado ultramoderno, por ejemplo, si a cambio de la creación de unos cientos de puestos de trabajo se destruyen otros miles, a causa del cierre de centenares de pequeños y medianos comercios y de parte de la industria que los abastecía" (Lindenboim, 2006: 5).
4) Entre los datos de desocupación recopilados por la EPH de mayo 1991 y los del censo de 1991 no existieron diferencias importantes de valores, mientras que si las hubo entre los de la EPH de octubre/noviembre de 2001 y los del censo de aquel año.
En ese sentido, importa señalar que a diferencia del Censo de 1991, el de 2001 registró como desocupados a algunos ocupados en empleos "poco visibles" (trabajaban hasta 20 horas semanales) y a algunos inactivos (Giusti et. al., 2003), obteniéndose así una tasa muy superior a la informada por la EPH de entonces. Además, este último censo tuvo demasiadas dificultades durante su realización. "...las tareas de preparación se vieron perturbadas por la negativa del gremio docente a continuar apoyándolas lo que se extendió hasta el relevamiento propiamente tal, razón por la cual fue necesario apelar a empleados y funcionarios estatales y otras personas sin entrenamiento alguno" (Lindenboim, 2007: 320).
5) En 1980 mientras que la industria manufacturera concentraba el 16% de la población ocupada en Tucumán, ese valor para Catamarca era 9% (Censo Nacional de Población y Viviendas, 1980).
6) Probablemente los mayores problemas económicos que afrontó la población tucumana en 1980 expliquen la pérdida de importancia de los obreros o empleados en el total de ocupados de esta provincia, siendo el cuentapropismo un refugio para un sector de estos que había quedado desempleado en su ocupación anterior. Esta última categoría adquirió mayor presencia entre los ocupados en las actividades agropecuarias e industriales de la provincia entre 1980 y 1991 (Osatinsky, 2011).
7) Datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 1980.
8) Para el año 1983 se tuvo en cuenta la población que había en ambas provincias en 1980 según el censo de población de aquel año. En el caso de 1991, se consideró el total de población que había registrado el censo de Población de ese año.
9) Según el Censo Nacional de Funcionarios realizado en 1977, "Tucumán tenía un volumen de empleo nacional en Territorio provincial superior a su dotación propia (mientras que) Catamarca mostraba una proporción de empleo nacional superior a la mitad del empleo nacional" (Oszlak, 2003: 522). Esto indica el mayor peso que tenían por entonces en Tucumán los empleados públicos dependientes de la Nación.
10) En 1999 había 4.000 empleados provinciales más que en 1993 en Tucumán.
11) Catamarca tenía un 56% y 53% de los empleados en el sector público en los años 1991 y 2001 respectivamente, mientras que en Tucumán dichos valores fueron 34% y 35% (Censo Nacionales de Población 1991 y 2001).
12) Datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 1991.
13) Todos los datos demográficos fueron elaborados sobre la base de la información del Censo nacional de Población y Vivienda 1991.
14) Se trata de la población de La Cocha.
15) Se trata de los habitantes de Cruz Alta, Famaillá, Leales, Lules, Monteros, Río Chico, Tafí Viejo y San Miguel de Tucumán.
16) Se refiere a la población de Ambato, Ancasti, Antofagasta de la Sierra, Belén, El Alto, Pomán, Santa María, y Santa Rosa.
17) En Catamarca se trataba de los habitantes de Andalgalá, Capayán, La Paz, Paclín, Tinogasta, y Valle Viejo, mientras que en el caso de Tucumán se hace referencia a las poblaciones de Trancas y Burruyacú.
18) En dicho nivel estaban las poblaciones tucumanas de Chicligasta, Juan B. Alberdi, Graneros, Simoca, Tafí del Valle, y Yerba Buena, mientras que en Catamarca se trataba de los habitantes de San Fernando del Valle de Catamarca y Fray Mamerto Esquiú.
19) Los porcentajes de población se calcularon sobre la base de la información del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001.
20) Se trata de la población de Yerba Buena.
21) En el tercer nivel se encontraban las poblaciones de Burruyacú, Trancas, Tafí del Valle, Tafí Viejo, San Miguel de Tucumán, Lules, Chicligasta, y La Cocha. Por su parte, en el nivel de desocupación más crítico estaban los habitantes de Cruz Alta, Leales, Graneros, Simoca, Río Chico, Alberdi, Monteros y Famaillá.
22) Las poblaciones del nivel más bajo de desocupación eran las de Antofagasta de la Sierra, Belén, Capayán, Pomán, Ambato, Paclín, Valle Viejo, El Alto y La Paz. Por su parte, aquellas situadas en el segundo nivel corresponden a los departamentos San Fernando del Valle de Catamarca, Fray Mamerto Esquiú, Santa Rosa, Ancasti, Andalgalá, Santa María, y Tinogasta.
23) En aquel año la tasa de empleo de Catamarca era 52,8%, mientras que dicho valor para Tucumán era 47% (Censo Nacional de Población y Vivienda 1991).
24) En 2001 mientras que Tucumán tenía una tasa de empleo igual a 35%, la misma para Catamarca alcanzaba el valor de 41,3% (Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2001).
25) En Catamarca las 10.214 explotaciones ganaderas y las 260.904 cabezas de ganado existentes en 1988, ascendieron a 15.108 EAPs con 593.723 cabezas de ganado en 2002 (Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002).
26) En Tucumán las explotaciones ganaderas disminuyeron de 17.627 a 7.822 entre 1988 y 2002, mientras que las cabezas de ganado disminuyeron de 255.510 a 168.079 en el mismo período (Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002).
27) En 2002, esa diferencia seguía siendo importante, lo cual se explica en parte por el porcentaje mayor de tierras destinadas en Catamarca a la actividad ganadera. En efecto, del total de superficie que ocupaban las EAPs en ambas provincias en aquel año (1.137.117 hectáreas en Tucumán y 1.588.805 hectáreas en Catamarca), la ganadería ocupaba el 76% en Catamarca mientras que en Tucumán ese valor disminuía al 44% (Datos del Censo Nacional Agropecuario 2002).
28) El grupo de los que trabajan en forma permanente en las EAPs está compuesto por los productores, los familiares del productor que trabajan, y trabajadores no familiares que son empleados.
29) Datos de los Censos Nacionales Agropecuarios 1988 y 2002.
30) En 1974 mediante el Acta de Reparación Histórica, se buscó beneficiar con inversiones a las provincias de San Luis, La Rioja y Catamarca, lo que luego se materializó en las leyes 22.021 y 22.702 (Poliche, 2004: 65). A ello, se agrega en el caso de Catamarca la Ley de promoción Industrial Nº 20.560 de 1982 (Reyes, s/f). Así, la industria aumentó su participación en la estructura económica provincial, de 3,7% en 1970 a más del 10% a fines de esta (Datos del Consejo Federal de Inversiones).
Entre los beneficios otorgados cabe mencionar las exenciones impositivas, la entrega de créditos subsidiados por la banca oficial provincial, mejoras en infraestructura, etc. (Kostzer y Nicolini, 1993: 6).
31) Los establecimientos de hasta 10 ocupados redujeron su peso en la estructura industrial provincial de 84% a 79% del total entre 1985 y 1993 (Censos Nacionales Económicos de 1985 y 1994).
32) En el período 1985/93 la reducción en la cantidad de unidades y personal ocupado fue mayor en las empresas que tenían hasta 10 ocupados, y entre 11 y 50 ocupados (Osatinsky, 2011).
33) Mientras que el número de establecimientos comerciales y el personal ocupado en Catamarca disminuyó un 5,9% y un 10,8% respectivamente en el período 1985-1993, esas reducciones fueron de 19,4% y 21% para el caso tucumano (Censos Nacionales Económicos de 1985 y 1994).
34) El número de establecimientos y el personal ocupado en el sector servicios de Catamarca aumentó un 65,19% y un 233% respectivamente entre 1985 y 1993. En Tucumán esos incrementos fueron del 32,23% y del 63,49% respectivamente (Censos Nacionales Económicos de 1985 y 1994).
35) Tucumán formó parte de las provincias en las que la "...debilidad de los mercados internos, (la) competencia externa sustitutiva o dificultades de colocación de los productos en mercados internacionales [...] incidieron en debilitar las respectivas mercados de trabajo. La desregulación estatal, que afectó los sistemas de comercialización de varios productos característicos [...] y colocó fuera del mercado a productores de bajo poder negociador, acentuó la emigración rural y ensanchó los respectivos mercados de trabajo urbanos" (Rofman y Romero, 1997: 317).

ANEXO ESTADÍSTICO


Tabla 1. Desocupación, y subocupación en Gran Catamarca y Gran Tucumán-Tafí Viejo. 1990-2002.

Fuente: Encuesta Permanente de Hogares


Tabla 2. Establecimientos y personal ocupado en el sector industrial. Catamarca y Tucumán. 1985, 1993, y 2003.

Fuente: Censos Económicos Nacionales 1985, 1994 y 2004.


Tabla 3. Establecimientos y personal ocupado en el sector Comercio. Catamarca y Tucumán. 1985, 1993, y 2003.

Fuente: Censos Económicos Nacionales 1985, 1994 y 2004.


Tabla 4. Establecimientos y personal ocupado en el sector Comercio. Catamarca y Tucumán. 1985, 1993, y 2003.

Fuente: Censos Económicos Nacionales 1985, 1994 y 2004.

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