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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versión On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.46 San Salvador de Jujuy dic. 2014

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Tradiciones que se fragmentan. Pasado y presente de la conmemoración del día del arrabio en Palpalá

(Traditions that to break. Past and present of the conmemoration to the pig iron`s day on Palpalá)

Ariel Carlos René Benavidez*

*  Becario CONICET/Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales – UNJu. Otero 262 - CP 4600 - Jujuy - Argentina. Correo Electrónico: ariel.carlos.benavidez@gmail.com

RESUMEN

            La ciudad de Palpalá tuvo una estrecha relación con el ex - complejo industrial estatal Altos Hornos Zapla (AHZ). Anualmente, cada 11 de octubre, se conmemoraba la primera colada de arrabio; cuando se inició la producción de hierro en 1945 en aquella fábrica siderúrgica. Este acontecimiento se tradujo en una celebración tradicional conocida como la “Fiesta Nacional del Arrabio”, la cual perduró hasta el momento en que fue privatizada la empresa. Entre los eventos comunes estaba: el acto protocolar de los directivos de la empresa, la elección de la reina del arrabio, la cena y baile del arrabio. Actualmente no se practica esta festividad; sin embargo se continuó conmemorando el día del arrabio, pero mediante actos por parte de grupos diferenciados. En la investigación se apeló a fuentes periodísticas y trabajo de campo para una caracterización aproximada y comparativa de los distintos momentos históricos de esta fiesta. Se destacó, como primera diferencia el contenido simbólico y social homogéneo de la Fiesta del Arrabio de antaño. En contraposición, los actos presentes revisten contenidos divergentes y connotaciones diversas, que varían desde la conmemoración enfatizada en lo evocativo, nostálgico y anecdótico. Y en los otros casos la conmemoración fue tornándose en un mitin reivindicativo y denunciante de los perjuicios causados y la falta de transparencia de la privatización. Así mismo se identificaron otros eventos rituales contemporáneos, con diversos contenidos y diferentes grados de participación social y especificidad que se corresponderían con la fragmentación producida por la privatización de AHZ.

Palabras Clave: Día del arrabio; Rituales; Fragmentación; Palpalá.

ABSTRACT

            Palpalá City had a close relationship with the former -  industrial complex state Altos Hornos Zapla (AHZ). Annually, every October 11, marks the first casting of pig iron, when it began production of iron in 1945 at the steel mill. This event resulted in a traditional celebration known as the “National Day of Pig Iron”, which lasted until the company was privatized. Among the common events were: the protocol act of the directors of the company, the choice of cast iron queen, dinner and dancing pig. Today this holiday is not practiced, but continued to commemorate the day of pig iron, but by acts by different groups. In the research, called on news sources and field work for a approximate characterization and comparison of different historical moments of the festival. It was noted as the first difference the symbolic content and social homogeneity of the Pig Party of yesteryear. In contrast, these acts are of differing content and different connotations, ranging from the commemoration emphasized in the evocative, nostalgic and anecdotal, and in other cases, the commemoration was turning into a protest rally and complaining of the damage caused and the lack of transparency of privatization. It also identified other contemporary ritual event, with different contents and different degrees of social participation and specificity that correspond to the fragmentation caused by the privatization of AHZ.

Key Words: Palpalá; Pig iron’s day; Rituals; To break.

INTRODUCCIÓN

            La ciudad de Palpalá está ineludiblemente vinculada en su historia con el complejo industrial siderúrgico Altos Hornos Zapla (AHZ). El crecimiento, y expansión urbana de esta ciudad estuvo asociado con la creciente demanda de mano de obra de la empresa durante 40 años (Ferreiro et al., 1992). Tendencia que tuvo su freno a partir de 1985, año en el cual alcanzó su auge de ocupación con poco más de 5000 trabajadores (Benavidez, 2011).
            La conmemoración del Día del Arrabio en Palpalá en cada 11 de octubre anual, fue una tradición que a lo largo de 64 de años fue mostrando las vicisitudes de la historia local y nacional. Esta celebración recordaba el inicio de la producción de hierro industrializado en Zapla en 1945, lo cual fue considerado un hito histórico al ser la siderurgia una actividad cuasi inexistente en la Argentina (1). Esta fecha, devino en la Fiesta Nacional del Arrabio desde 1947 hasta 1991, año preparatorio para la privatización de Altos Hornos Zapla.
            Se entendió que su valor, a los fines investigativos, residió en las prácticas y contenidos simbólicos específicos que daban cuenta sobre las circunstancias en las que se producían los acontecimientos sociales y culturales en Palpalá, y además expresaban las coyunturas de la historia política nacional. Atendiendo a trabajos previos sobre eventos similares (Belli y Slavutsky, 1994) se consideró que este tipo de ritualidades respondieron a procesos culturales reproductivos de la estructuración social. Por ello era interesante abordar esta tradicional conmemoración para analizar la dinámica social en diferentes épocas de la historia palpaleña y su proyección hacia el presente.
            Con el creciente desarrollo que experimentaba Palpalá, dependiente del crecimiento de AHZ, la vida cotidiana fue organizándose en torno a los ritmos de producción. El tiempo y el espacio estaban ordenados en función de los turnos de trabajo y la marcada jerarquización de los trabajadores respectivamente (Marcoleri de Olguin et al., 2004; Ferreiro et al., 1992). Igualmente, fueron configurándose las simbolizaciones en la ciudad, colocando como principal significante a la empresa estatal, sus fundadores provenientes de la oficialidad del Ejército Argentino y el proyecto político ideológico que encarnaba, ancladas en el keynesianismo de posguerra y el Estado de Bienestar. Nombres de calles, plazas, imágenes escultóricas, presentaban una clara connotación sobre la creación de este complejo industrial, proclamando a figuras militares como los Generales Savio, Martijena o Benitez, en tanto gestores de un proyecto en el que se establecía como fin “la grandeza de la Patria”.
            En una interpretación a priori, ello se asociaba a una apropiación por parte de la institución militar del relato de la historia nacional; asumiéndose el Ejército Argentino para si mismo el papel fundacional de la nacionalidad argentina; carácter superpuesto a la instauración de la estatalidad sobre el territorio nacional mediante el uso de las armas y otros medios de coacción física sobre diversas poblaciones, principalmente indígenas. Esta cuestión resultó complementaria en el ejercicio de entender su sentido en el caso de Palpalá.
            Se trató de aproximar a las prácticas ritualizadas de antaño en Palpalá, con contenidos simbólicos definidos y a la vez abarcativos de toda una sociedad. Se consideró que, pasados los abruptos cambios producidos en el marco de la privatización de Zapla, la crisis social generada tuvo su correlato en la ritualidad actual. Es decir una fragmentación vivida por una sociedad, otrora integrada bajo un mismo sistema organizativo en el que cada sujeto era miembro de un determinado espacio y tiempo social concreto.
            Se tomaron tres momentos de la historia de esta festividad. El primero se situó a finales de la década del 40, cuando se organizó por primera vez la Fiesta del Arrabio, representando un evento basado en las lógicas de la camaradería profesional militar, pero cuyos iniciadores pretendieron promoverla como una festividad nacional. El segundo momento tomado fueron los inicios de la década de 1980, marcada por el último gobierno militar; en este escenario Zapla se ubicaba en su mayor desarrollo productivo y tecnológico. Entre el año 1980 hasta 1983, la fiesta del Arrabio no se libraba de los turbulentos cambios políticos en la Argentina y que una muy corta extensión de tiempo se vivió el pasaje de un clima de triunfalismo político de las fuerzas armadas en el poder del Estado, al silencio del desprestigio generalizado.
            Y por último, el tercer momento comprendió la conmemoración actual del Día del Arrabio, que se manifestó mediante múltiples actos. Estos se diferencian en entre sí respecto a las valoraciones sobre la desparecida Altos Hornos Zapla.
            Para las tres instancias históricas, se recurrió periódicos de cada época, publicaciones editadas por AHZ y material autobiográfico del Ing. Miguel Ángel Nicodemo (2004). Para el tercer momento se trabajó con información de campo, asistiendo al más reciente acto conmemorativo en la ciudad de Palpalá y otros actos públicos detallados en los apartados subsiguientes. El desarrollo de esta actividad incluyó la observación directa de los eventos; el contacto y conversación con los asistentes. La finalidad de todo esto fue identificar lugares, espacialidades, presencias y ausencias, y registrar los discursos y actitudes desplegados.
            Finalmente se finaliza con una descripción sintética de aquellas celebraciones y festividades que se han producido recientemente en Palpalá. Ello sirvió para ponderar la diversificación de sentidos, y discursos, que, en una primera apreciación, fueron inéditos en las décadas anteriores.

LA CELEBRACIÓN DEL “DÍA DEL ARRABIO” Y LOS ALBORES DE SU FIESTA

“Núcleo fundamental de la proeza metalúrgica, se erigen altivos al cielo, victoriosos de los caprichos del mineral de hierro. Vierten su fruto anaranjado sobre las esperanzas del futuro en jornada interminable con su acción hecha conciencia… Arrabio… semilla del progreso”.

            Así rezaba un libro en homenaje a Altos Hornos Zapla, editado para el Día del Arrabio de 1967. Mostrando un acentuado espíritu optimista en relación al futuro. En todo caso se interpreta que ese tren hacia el futuro era la propia AHZ.
            El 11 de octubre de 1945 se inició la producción de hierro industrializado (arrabio). Según lo relatado en las memorias de Nicodemo, este acontecimiento se produjo en condiciones precarias y con un importante grado de improvisación en la infraestructura, debido a las limitaciones que imponía la Segunda Guerra Mundial para acceder a la tecnología siderúrgica de vanguardia. En aquellos años Palpalá concentraba una población de apenas 2500 personas y la única zona urbanizada correspondía a las recientes edificaciones de la empresa estatal y la estación del ferrocarril. En este marco, Nicodemo recuerda que las condiciones improvisadas en las que funcionaba la fábrica demandaba una gran cantidad de horas de trabajo. En consecuencia el tiempo para el descanso era escaso y en el pueblo de Palpalá no existían lugares que satisficieran la necesidad de esparcimiento.
            Pero, 1947 fue el año en el que integrantes de la novel empresa decidieron fundar una institución dedicada exclusivamente al esparcimiento: el 7 de enero de ese mismo año, se creó la Asociación Cultural y Deportiva Altos Hornos Zapla. Esta entidad fue conocida hasta la actualidad por su equipo de futbol, popularmente conocido como “Zapla” o los “merengues”. En el mes de junio se anunciaba el interés por parte de la entidad de organizar un evento festivo al que denominaron “Fiesta del Arrabio”. De acuerdo a diarios de la época, la festividad mantuvo el estilo de las Fiestas de la Vendimia, en Mendoza, o de la Fiesta de la Zafra, en Tucumán. Esto significaba que el evento central era el certamen de belleza conocido como “Elección de la Reina”. Nicodemo, recordaba que en su organización participaron varios integrantes de la empresa, bajo compromiso ante los directivos de preservar el orden y la disciplina dentro del establecimiento. No obstante este evento no comprometía la continuidad de la producción de la fábrica.
            La centralidad que se le dio a la festividad fue tal que Nicodemo recordaba los siguientes detalles protocolares:

“Eran invitadas todas las autoridades del Gobierno de Jujuy, las militares, las de Palpalá, y toda persona notable de la zona, inclusive se invitaba a las de provincias vecinas. Se daba cita a los jefes de los otros centros y sus familias, a los empleados y operarios. No había distinción personal, con frecuencia llegaban delegaciones de Salta, Tucumán y otros lugares, Asimismo llegaban delegados Dirección General de Fabricaciones Militares quienes participaban de estas reuniones y se llevaban un grato recuerdo.”

            Una vez finalizado el certamen con el nombramiento de la “Reina del Arrabio”, se hacía el baile que se extendía hasta las primeras horas del día siguiente.
            La primera Reina del Arrabio fue Hilda Nelly Aguado, y su “reinado” se extendió hasta 1951, cuando se realizó una nueva elección. La primera edición se hizo en la propia fábrica, donde se construyó el escenario al aire libre frente al alto horno. Se destacaba el despliegue de la escena del evento en conjunción con las actividades fabriles. Nicodemo relataba que el escenario fue montado en proximidades del Alto Horno, el cual funcionaba normalmente las 24 hs. Llegado el momento de la coronación de la reina, la escena se completaba de la siguiente manera:

“Simultáneamente se encendían fuegos de artificios que iluminaban la noche de la siderurgia y las sirenas de la planta ponían su nota especial de alegría. La soberana era colmada de felicitaciones y regalos (…) el alto horno, se adhería a los festejos marchando sin problemas, y a veces, el acto de consagración de la Reina se hacía coincidir con alguna colada, que iluminaba esta noche tan especial”

            De este modo se entrelazaban circunstancias particulares de la ceremonia festiva con una instancia rutinaria, pero a la vez fundamental, de la fábrica; en la conjunción de aquellas dos, en la primera se proyectaban los valores de una ideología de la época y lugar, dándole significación extraordinaria a la segunda. Producir arrabio era “construir la Patria, conquistar la Independencia y caminar en el Progreso”.
            Una vez transcurrido el certamen, los concurrentes participaban en el “Baile del Arrabio” que se prolongaba hasta las primeras horas del día siguiente. Un diario del año 1980 hizo una descripción comparativa de este acontecimiento; a través de ella hubo una aproximación a ciertos detalles:

“En sus comienzos, el baile del arrabio, fue signado por el tradicionalismo traducido en la gala y la etiqueta, y fue la ocasión para el debut “en sociedad” de las jóvenes palpaleñas. Hoy, al compás del tiempo moderno, eso se ha modificado en cierta medida y los jeans y las camperas sport, no dejan de estar ausentes en la celebración…” (El Tribuno, 10/10/80).

            Aquí se traslucía la forma en que se concebía a la mujer y sus roles, cuestiones fundamentales que se desprendieron del análisis de este acontecimiento. La actividad productiva de la empresa representaba el espacio de la masculinidad, entendido como el “sexo fuerte”. En relación a ello, lo femenino se mostraba, además de la figura de “sexo débil”, como figura dependiente de lo masculino. Se consideró esta noción a partir del registro documental, en un relato testimonial que decía:

“Cada vez que había un baile en el Casino “A”, los padres de las chicas del barrio Edeco le preguntaban a Azucena si su hijo iba a asistir. Si la respuesta era afirmativa, autorizaban a sus hijas a concurrir. El “Negro” siempre fue muy caballero, tal vez porque nunca toleró que le faltaran el respeto a su hermana. Recuerda la madre que: Él iba con su hermana. ¡Ojo con que la miren mal a su hermana! Su hermana era sagrada. Ni una cosa pesada ni nada por el estilo porque su hermana era su hermana. Iba en su motoneta y llevaba a su hermana y, después del baile, acarreaba a todas las chicas. Por turnos las acarreaba a todas la chicas” (Castro, 2004).

            Este fragmento textual muestra como la actitud de confianza de los miembros de la comunidad barrial dependía de la presencia de un varón para permitir que las señoritas pudieran participar de un evento social. Un indicador indirecto importante en el fragmento sobre la posición social de las personas involucradas fue la mención del lugar del evento: “el Casino A”, un espacio reservado exclusivamente para los integrantes de la alta jerarquía de AHZ; es decir que la forma dominante de concebir a la mujer estaba asociada a posiciones sociales dominantes dentro de la sociedad de Palpalá. Por otro lado en una publicación especial del Día del Arrabio del año 1979, en la sección de humor se registró el siguiente chiste:

“Un operario de ACERÍA a un compañero: “Mi mujer me tiene loco… a la mañana antes de ir al trabajo, me pide dinero… al mediodía también… a la tarde cuando regreso, sigue pidiéndome la “mosca”… y a la noche vuelve a insistir…” El compañero, entonces, le pregunta “Y… que hace tu señora con tanto dinero…? La contestación no se hace esperar: “No se… porque nunca le doy nada…”. (Revista del Arrabio, 1979)

            Estas expresiones humorísticas publicadas en el principal medio de difusión social de la empresa daban cuenta de la imagen naturalizada del varón en su papel de sostén económico dominante del ámbito doméstico. Estos indicadores textuales mostraron que roles y concepciones sobre los géneros y posiciones sociales se hacían claramente visibles en las distintas instancias de la “Fiesta del Arrabio” y por ende operaban simbólicamente en la reproducción de tales relaciones.

PRINCIPIOS DE LA DÉCADA DEL 80, DEL ESPLENDOR AL SILENCIO

            En 1980, AHZ atravesaba su mayor esplendor en la expansión de sus capacidades productivas, incorporando nuevos procesos de fabricación del acero potenciados con nuevas tecnologías. Así mismo la cobertura social que le daba a toda la planta de trabajadores crecía con más beneficios con la optimización del nuevo Policlínico. El Ejército Argentino junto a las demás fuerzas armadas, ejercía el poder del Estado desde 1976. El propagandismo de su gobierno se expresaba en términos positivos, ubicándose a si mismo como el agente generador de desarrollo social. Zapla era el ejemplo que usaron para demostrar esto; y en los días previos a la Fiesta del Arrabio, en el diario local se escribía la siguiente nota periodística que decía:

“En un recorrido general (…) de Altos Hornos Zapla, observando todos los aspectos que integran a esa comunidad, uno se pregunta asombrado, cómo es posible que (…) los resultados de cada área sea sobresaliente (…) la criteriosa forma de encarar la vida comunitaria en sus aspectos habitacionales, asistenciales y sociales hablan de que en la Argentina, con orden y sistematización de las tareas y actitudes (…) se puede obtener logros acordes con los avances técnicos que las naciones modernas requieren. Es más creemos que, a nivel del gobierno nacional, terminada la que fue una etapa de ordenamiento básica del país, si el nuevo gobierno de las Fuerzas Armadas encara el progreso de la Argentina, en la forma que en Altos Hornos Zapla lo hace con su evolución fabril, dentro de cuatro años viviremos en un país desarrollado, con todo el beneficio que eso implicaría para todos los sectores de la población” (El Tribuno, 11/10/80) (el subrayado es nuestro)

            Las ediciones de la Fiesta del Arrabio de 1980 y 1981 hicieron gala de ese optimismo, anunciándose para cada 11 de octubre la inauguración de nuevos sectores de la fábrica, que posicionaban a la empresa a la vanguardia tecnológica; en la faz social, se prepararon eventos deportivos como la Maratón del Arrabio, los torneos de golf y campeonatos internos de futbol. Las festividades alcanzaban la consumación con la Elección de la Reina, y posteriormente con un baile suntuoso, en el que se contrataban artistas musicales de moda de nivel nacional.
            En este período las notas periodísticas informaban de la participación de los actos protocolares de importantes jefes de la institución militar. En 1981 estuvieron presentes el Teniente General Leopoldo Fortunato Galtieri y el General de División Cristino Nicolaides, en aquella época Comandante en Jefe del Ejército y Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército respectivamente. Con ellos también estuvo el Director de Fabricaciones Militares, General de División Eduardo Alberto Crespi, acompañado por los directores de las diez fábricas militares restantes distribuidas a lo largo del país. En los actos, se destinaba un momento particular para la entrega de medallas de honor a aquellos trabajadores y empleados que cumplían 25 años de servicio en la empresa. Cabe mencionar que entre una nómina de más de 100 personas, solamente entre una y tres personas condecoradas, dependiendo del año, eran mujeres. (El Tribuno, 11/10/80 y 81)
            Para esta edición, la elección fue realizada en el Centro Cívico, espacio público construido a fines de los 60, en donde se concentraban la sala de cine teatro (una de las más grandes del NOA), las bibliotecas, el policlínico y las dependencias del Club Altos Hornos Zapla. Las candidatas a reinas fueron señoritas adolescentes, algunas provenientes de Jujuy y otras oriundas del propio Palpalá; varias de ellas reinas de colegios de la Fiesta Nacional de los Estudiantes. La mayoría de las candidatas representaban a sectores de la fábrica siderúrgica y solamente una lo hacía por los centros mineros y forestales. Los sectores de fábrica representados correspondían desde las plantas de arrabio y acería, hasta los departamentos técnicos, administrativos y directivos. En 1980, la reina electa fue Alejandra Hallberg, hermana de la Reina Nacional de los Estudiantes, en representación del sector de Control de Gestión; en tanto que las princesas fueron María Eugenia Babnik, representando a Gerencia de Proyectos y María Alejandra Silva, quien fuera Reina Provincial de los Estudiantes en el año 1979, en representación del departamento de Finanzas. En el año 1981 el título le correspondió a Tatiana González Fascio, nuevamente en representación de Control de Gestión. En un aviso publicitario que anunciaba el baile, se advirtió el agotamiento de las entradas y mencionaba la adhesión de numerosas empresas, entre ellas Ledesma y Celulosa, y diversas firmas comerciales.
            Una nota periodística, explicaba al lector cual era el sentido de la Fiesta del Arrabio; esto es, que la festividad señalaba cual era el papel de la juventud:

“Desde 1947 hasta el momento (1981), 24 hermosas jóvenes han sido coronadas reinas del Arrabio, en un acto que simboliza, de cierto modo, la esperanza y fe en el glorioso futuro , que esta dado por la participación de la juventud en todo esto que representa la grandeza de nuestra patria. (…) Tatiana González Fascio, en estos momentos, representa a Altos Hornos Zapla y simboliza al mismo tiempo la capacidad, responsabilidad, esperanza y fe del establecimiento” (El Tribuno, 11/10/81)

            Como se conoce en la historia general de la Argentina, Galtieri asumió como presidente de facto en sustitución del General Viola, luego de una fuerte disputa interna dentro del Ejército. En el año 1982, cuando la impopularidad de la dictadura militar era desbordante, se produjo el conflicto bélico en las Islas Malvinas, con la consiguiente derrota militar ante las fuerzas británicas. En este marco, se observó en los registros periodísticos del mes de octubre de ese año la llamativa ausencia de la Fiesta del Arrabio (2). No sucedió lo mismo con los actos protocolares de conmemoración de la Primera Colada de Arrabio. La publicación del programa de actos de ese año indicaba que la elección de la reina y el Baile del Arrabio no figuraban entre las actividades a realizarse. También, en los actos oficiales, se mencionaba la participación de miembros de segunda línea del directorio de Fabricaciones Militares. El orador principal fue el director de la empresa, el Coronel Ángel Alberto Gabetta. En una entrevista periodística previa manifestaba:

“… en estos momentos tan difíciles que hemos pasado los argentinos, no nos olvidemos que Zapla es una obra del Ejército nuestro y se encuentran fortalecidos para tratar de que la restitución de algo tan querido como son las Malvinas, se pueda lograr en el menor tiempo posible, y nuestra contribución está de alguna expresada en una frase del Gral. Savio (…) dice que las grandes obras son producto del tesón, de trabajo y no de improvisaciones; de sacrificio y eso es lo que nosotros queremos plasmar en Zapla: trabajo, sacrificio y honestidad (…) y sin perder de vista, que de esa manera se pueden lograr en el menor tiempo posible los objetivos nacionales, algunos de ellos hace poco, regados con sangre argentina, que debe servir, para que no nos olvidemos nunca de que el sacrificio es el que permite siempre obtener las cosas más queridas.” (El Tribuno, 11/10/82)

            Sin embargo su mensaje más significativo fue su discurso enunciado en el acto:

 “Hoy festejamos el `Día del Arrabio´, que nos da grandeza presente, y mañana, 12 de octubre el `Día de la Raza´, el día de uno de los pueblos latinos, el hispano, que festejamos con más retemplanza que nunca. Mas aún, cuando otros festejarán también en ese día el triunfo pasajero de la negación de uno de los principios de Occidente, el colonialismo (…) los resultados y obras realizadas nos permiten decirles a todos, especialmente a los jóvenes (…) que lo alcanzado, lo es por fe de nuestro destino y por la razón de nuestro ser, y que ello es así porque somos una nación latina, somos el verdadero Occidente del cual otros pueblos soberbios se creen sus únicos herederos y pretenden enseñarles a los demás sus principios sin darse cuenta de que sólo los aplican cuando no van en contra de su beneficio material” (El Tribuno, 12/10/82).

            De este modo, los actos del Día del Arrabio acusaban el impacto de la guerra en Malvinas, y se reclamaba la pertenencia al occidentalismo para la cúpula militar en sí. Este tipo de afirmaciones también fueron vertidas por el Gral. Videla cuatro años antes, paradójicamente en el diario británico The Times cuando decía:

“… un terrorista – según Videla – no es sólo alguien con un arma de fuego o una bomba, sino una persona que disemina ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana” (The Times, 1978, citado por Castro, 2004).

            Civilización occidental y cristiana; dos términos que en el período del gobierno militar, en Zapla, se entremezclaba con las reiterativas alusiones a expresiones como “sacrificio”, “esperanza” y “fe”. Derivado de ello surgieron nuevas preguntas ¿cuál era el sentido del sacrificio, la esperanza o la fe, constantemente reiterado en las alocuciones alusivas del Día del Arrabio? ¿Por qué el proyecto de Zapla demandaba esos valores, si es que se los quiere definir de ese modo, en sus trabajadores, empleados y familias involucradas? Sin embargo en 1982, el sacrificio se equiparaba con el silencio de una fuerza militar derrotada, un gobierno rechazado masivamente y una economía nacional al borde de la quiebra.
            En 1983, con la espera de las elecciones presidenciales la centralidad estaba puesta en la discusión de los candidatos, mientras que en Palpalá el acto del Día del Arrabio se limitaba a lo protocolar. En estas circunstancias se avizoraban atisbos del reclamo social, cuando vecinos del barrio Santa Bárbara hicieron pública su demanda del servicio de agua potable ante las autoridades municipales de la ciudad. Mientras que dos años atrás, en el mismo diario se expresaba asombro por la capacidad de gestión de las fuerzas armadas en todos los aspectos productivos y sociales, en muy poco tiempo empezaban a visibilizarse los problemas locales. A la vez que en el plano nacional la economía atravesaba una nueva crisis, cuyo eje de debate era la probable cesación de pagos de la deuda externa. Se anunciaba que los propios bienes de la Dirección General de Fabricaciones Militares eran susceptibles de ser embargados por la banca internacional, conforme a contratos renegociados por representantes del gobierno militar (El Tribuno, 08/10/83)

EL DÍA DEL ARRABIO HOY. SENTIDOS DIVERGENTES: NOSTALGIA, MEMORIA Y REIVINDICACIÓN

            Como es de conocimiento general, AHZ fue privatizada en 1992 y con ello se desmanteló la empresa, el estilo de vida, y la seguridad social. Aun cuando hubo movilizaciones en defensa de las fuentes de trabajo y en reclamo de las indemnizaciones adeudadas por el Estado, las consecuencias fueron sentidas por los palpaleños profundamente (Benavidez, 2011). La desocupación, el empobrecimiento de la gente y la desprotección social y los problemas ambientales por la contaminación (Pérez, 2007) se potenciaron en magnitud importante (PNUD, 2008).
            El Día del Arrabio continuó conmemorándose, pero la Fiesta quedó en el pasado, cuando en 1991, en los prolegómenos de la privatización fue cancelada por los directivos militares ante el clima de tensión que se experimentaba en esos tiempos (Benavidez, 2011). La responsable principal de su organización, la Asociación Cultural y Deportiva Altos Hornos Zapla, ya no dependía de la empresa. Se convirtió en una institución social independiente que se sostenía con el aporte de las cuotas societarias. La privatización desmembró la empresa, y solamente la fábrica siderúrgica fue vendida a un consorcio de empresas extranjeras y nacionales denominado Aceros Zapla S.A.
            Entre los pliegos de licitación, estaba contemplado que el 10% de las acciones de la empresa (indistintamente de quien fuere el nuevo propietario) le pertenecería a los trabajadores (Marcoleri de Olguín et al., 2004). Esta condición no fue cumplida hasta el presente, y ante ello los ex trabajadores se organizaron para exigir el porcentaje que les corresponde. Crearon una comisión de ex – trabajadores cuyos representantes demandaron durante 19 años el cumplimiento del programa de propiedad participada ante el propietario de Aceros Zapla S. A. y el gobierno nacional.
            Sin la existencia de AHZ, sumándose los problemas sociales generados y la nueva empresa privada que distaba mucho de desarrollarse a un volumen comparable con su antecesora, el Día del Arrabio se vaciaba de aquel sentido que tradicionalmente tuvo; su resignificación terminó por fragmentarse en diversos sentidos, aunque no perdían su anclaje en la antigua AHZ.
            En el trabajo de campo en Palpalá, el 11 de octubre de 2011 se observaron los actos conmemorativos en el 65 aniversario. Se supo de la ocurrencia de múltiples eventos, casi simultáneos dedicados al aniversario. Consistieron en tres actos en distintas localizaciones de Palpalá. El primero de ellos en el barrio Martijena, adyacente a la fábrica siderúrgica. Este acto estuvo organizado por ex – trabajadores y cuyo contenido fue recordatorio. El segundo acto, también protagonizado por ex trabajadores se hizo en la puerta de la fábrica, donde se levantó una placa alusiva al bicentenario de la Revolución de Mayo. En ambos actos la concurrencia fue pequeña, pero las diferencias fueron interesantes, ya que en el segundo adquirió el sentido de un mitin político, en el que se reivindicaba los derechos de los ex trabajadores sobre el programa de propiedad participada y denunciaba las irregularidades en la privatización de la empresa. Algunos oradores plantearon como meta el promover la reestatización de la empresa a fin de recuperar su potencial productivo. Los participantes de ambos actos, fueron recurrentes en sus discursos públicos en el uso de la noción de “Zapla como un establecimiento estratégico” para la Argentina. Esta definición también fue recurrente en varias entrevistas. Lo cual generó un nuevo planteo: ¿cómo fue que se construyó esta noción después de 19 años de desaparición de la empresa estatal?
            El tercer acto, organizado por el municipio se realizó en la plaza “Altos Hornos Zapla”, denominado por algunos como “la plaza central de Palpalá” (3). La concurrencia fue mayor a la de los otros actos, pero sin ser masiva. El evento fue encabezado por el intendente de la ciudad, en su condición de ex trabajador de AHZ. El sentido estuvo puesto en “lo nostálgico” entre los participantes y asistentes. Varios de los oradores en sus alocuciones recordaron a sus compañeros, apelando a los apodos, anécdotas y descripciones, entre ellas la Fiesta del Arrabio. Así mismo otros oradores recitaban poemas dedicados a AHZ, en el que desataban sus emociones mediante lágrimas. Estado de ánimo que se transmitía al resto de los asistentes. Esto fue todavía más exacerbado cuando al final se proyectó un video documental realizado a mediados de la década del 70. Las escenas que transitaban en las imágenes mostraban la mina 9 de octubre, el cable carril con el que se transportaba el mineral a la fábrica, algunos fragmentos de los partidos de futbol del Club AHZ, la elección de la Reina y el Baile del Arrabio. Mientras se desarrollaba este video, el público comentaba lo que veía, reconociendo los sitios, los espacios, a algunos de sus ex compañeros. Una escena que elevó el murmullo de la gente (y muy mencionada en diversas entrevistas y conversaciones) fue la que mostraba a decenas de obreros montados en bicicletas saliendo de la fábrica.
            Si bien este material audiovisual fue muy comentado, revisando información periodística, se constató que desde el 2005 que se proyecta en los actos organizados por el municipio. Curiosamente en ese año se realizó de forma extraordinaria una elección de la Reina del Arrabio, organizado por el municipio, pero bajo un contexto muy diferente. El sitio no fue las instalaciones del Club AHZ, ni mucho menos la fábrica, sino a los pies de la imagen de San Cayetano. La misma es de dimensiones monumentales, rodeada de una plaza de amplio espacio. En esta elección, las candidatas no eran representantes de ningún sector de la empresa Aceros Zapla. Tampoco hubo un posterior Baile del Arrabio, sin embargo los organizadores contrataron grupos musicales cuya fama se remontan a la década de 1970.
            Resulta significativo el contraste de esta celebración con aquella que le dio origen. Mientras que la elección reina de antaño celebraba el optimismo de un proyecto en marcha en el corazón de la fábrica misma; su contraparte actual se afirmaba en la añoranza, ante la imagen de un santo de la creencia católica que representa el trabajo, entendido esto último como algo deseable.
            Si hubo algo común en estos tres actos fueron las lágrimas. La emoción de numerosos ex trabajadores por aquello que ya no está, de la misma manera que suelen experimentar los familiares de un difunto. Pero este difunto era un gigante del acero, el hermano mayor, quizás o el “gran hermano” del cual ellos eran parte. Al concluir el acto se conversó con uno de los asistentes, quien decía enérgicamente: “¡Zapla no desapareció! ¡todo esto es Zapla! ¡Palpalá es Zapla! ¡vea a su alrededor y entenderá que todo lo que aquí existe es por Zapla!”

Y NUEVOS RITUALES SE PRODUCEN EN PALPALÁ

            En el Palpalá actual se registraron otros eventos, algunos de ellos nuevos y otros de larga tradición; con mayor alcance sobre la población, otros con mayor especificidad de acuerdo al grupo que lo realiza.
            De los primeros se puede mencionar el desfile cívico del 23 de agosto, realizado anualmente en la avenida Belgrano del barrio homónimo. La concurrencia de gente fue masiva, tanto de los que desfilaron como de los espectadores. Animado por la banda de música municipal, se observó la participación de la totalidad de las instituciones estatales (administrativas, educativas, policiales), diversas organizaciones de la Sociedad Civil, integrantes del Club Zapla, instituciones deportivas y artísticas (artes marciales, Boy Scouts, escuelas de danza, deportes alternativos) y la cooperativa de transporte General Savio. Todo el evento fue presenciado por las autoridades municipales en el palco sobreelevado, y a su lateral se ubicaba la imagen de la Virgen de Río Blanco y Paypaya. Se interpreta que los desfiles representan montajes significativos sobre el orden social idealmente pretendido, en el que predomina la armonía social, la ausencia de conflicto y las relaciones de poder son mostradas como no – influyentes sobre el resto del público, cuestión última soslayada pese a su evidencia en la figura del palco, en el que un grupo pequeño está posicionado por encima del resto de los concurrentes. Cada miembro de la sociedad fue mostrado como integrante de una institución, y cada institución como una parte diferenciada pero articulada al resto de manera armoniosa. Un orden ideal que se asemeja a la concepción funcionalista de la sociedad.
            El 7 de agosto, tradicionalmente, ha sido el día del santo católico San Cayetano, conocido como el “Patrono del trabajo”. Por ello el santo hasta el presente ha sido el “Patrono de Palpalá”. En esa fecha se ha celebrado anualmente una misa a los pies de su monumental imagen, ubicada a la vera de una avenida en el barrio homónimo al santo. La concurrencia de la gente fue masiva, presenciando la misa oficiada por el párroco local, y participando de la procesión con la imagen de San Cayetano por la ciudad. Al igual que en el desfile del 23 de agosto, las autoridades municipales también estuvieron presentes. Por su parte el municipio organizó exposiciones de los centros de capacitación que posee y realizó la “Cantata a San Cayetano” con fuerte énfasis en la música y danzas folklóricas. Aquí no se presentaron diversidad de sectores o instituciones articulándose en una puesta en escena. Por el contrario, en estas celebraciones el énfasis estaba puesto en un conjunto homogéneo nominado “pueblo de Palpalá”, cuya representación institucional ante la figura religiosa (el Patrono) estaba a cargo de las autoridades municipales; en este caso los funcionarios estaban ubicados en la cabecera de la multitud y no encima de ella como en los desfiles.
            En el caso de aquellos eventos que eran específicos a determinados grupos o temáticas, se hallaron actos relacionados con las problemáticas indígenas, que tienen su lugar en el monumento denominado “A nuestros orígenes”. Este sitio fue usado como escenario por agrupaciones que han reivindicado los derechos de los pueblos indígenas. Allí hicieron celebraciones como el Kapaj Raymi en diciembre y el Inti Raymi en junio. Los principales temas enunciados refirieron al reconocimiento de la identidad indígena y el rechazo a la dominación occidental. Pero esto no se articuló con consignas o demandas específicas, tales como el reclamo de la devolución de tierras y el reconocimiento de sus territorios preexistentes a la colonización española (4). A través de la exhibición de danzas andinas y canciones y unos pocos discursos el énfasis estuvo orientado hacia la diferenciación cultural. Los asistentes y participantes eran personas de diferentes edades, aunque los oradores eran varones adultos, y en repetidas alocuciones mencionaban la puesta en valor de los “ancianos” en tanto portadores de conocimientos, experiencia y “sabiduría”.
            En el ámbito vecinal, se tomó conocimiento de las “Quillaqueadas”, alusivas a los festejos religiosos del “Señor de Quillacas”, tradición de origen boliviano que se habría incorporado intensamente entre la población local. Sin embargo, al momento de producirse esta comunicación no se pudo aun presenciar estas “Quillaqueadas” en Palpalá, a la espera de su fecha de realización en el mes de setiembre.
            Finalmente se entiende que estos casos diferentes de prácticas rituales, en la actualidad, han concentrado una dedicación importante de parte de las personas que los protagonizan. Y en contraposición con aquellos tiempos en los que AHZ era el epicentro de la vida social, las tradiciones articuladas y abarcativas de la “Fiesta del Arrabio” han sido resignificadas y relegadas a unos cuantos sectores específicos de Palpalá.

CONCLUSIONES

            La cuestión principal fue dar cuenta de las rupturas sociales que resultaron de la privatización de AHZ, y que cobraron visibilidad en la fragmentación de una tradición que existió por casi 64 años. En sus tiempos de esplendor, entre mediados de la década de 1950 hasta comienzos de la década de 1980, la gran mayoría de la población de Palpalá estaba integrada en el orden social e institucional creado por AHZ; y la creación de un evento tradicional como la “Fiesta del Arrabio” permitió visibilizar y representar esa integración social, con su lugares, roles y concepciones sobre los diversos agentes involucrados.
            Al producirse la privatización, también se rompieron los anclajes sociales de la “Fiesta del Arrabio”. En una primera instancia esto devino en un vaciamiento de sentido abrupto y repentino para gran parte de la población afectada; pero posteriormente se halló una reconstitución en variados actos rituales. Por un lado, múltiples resignificaciones de la práctica tradicional de conmemoración del “Día del Arrabio”, quedando marginada la nominación de “Fiesta del Arrabio”. Y quienes protagonizaron este giro fueron grupos diferenciados de ex – trabajadores de AHZ y sus familias. Como se muestra en apartados anteriores cada grupo le otorgó un sentido diferente, como consecuencia de la fragmentación social sufrida. Esta diversidad de actos rituales de la conmemoración del “Día del Arrabio”, así como el conjunto de prácticas involucradas, se la considera como parte de una nueva diversidad de prácticas sociales y culturales que fue desplegándose ante el desmantelamiento de la omnipresente AHZ. Por otro lado se halló una visibilización y particularización de actos rituales con otros contenidos y significados, y que han ganado prolongación en el tiempo en Palpalá.
            Lo significativo de este proceso fue que un acto ritual de gran alcance y cohesión social se transformó en un conjunto de eventos particulares representativos de algunos sectores sociales muy específicos de Palpalá. Y con ello su inclusión en un abanico más amplio y diverso de actos rituales; es decir el predominio de las particularidades sociales, con mayor o menor grado de autonomía entre si, por sobre la otrora homogeneidad social y cultural.

NOTAS

1) Azpiazu y Basualdo (1995) explican que ya en la década del 1930 (s.XX) existían pequeños emprendimientos privados en la fundición de hierro, pero su peso dentro de la economía nacional era insignificante debido a la ausencia de grandes capitales que invirtieran en su desarrollo, los atrasos tecnológicos y la baja calificación de la mano de obra empleada.
2) Esta llamativa ausencia fue chequeada en los dos diarios locales de la época, y constatamos que en efecto no hubo ninguna mención a la Fiesta del Arrabio, incluyendo todos los eventos involucrados.
3) Debido a la disposición histórica de los barrios palpaleños en torno a la fábrica, Palpalá nunca tuvo una “plaza central” como suele ocurrir en la disposición tradicional de las ciudades, conforme a los cánones de urbanización de la época de la colonia española.
4) Cuando asistimos a uno de los actos públicos de una agrupación indigenista de Palpalá simultáneamente se produjo una masiva movilización de comunidades indígenas de la Puna y Quebrada de Humahuaca en la localidad de Purmamarca para exigir al gobierno de la Provincia de Jujuy la devolución de sus tierras. Sin embargo en al acto de Palpalá no hubo ninguna mención sobre la protesta en Purmamarca o manifestación de solidaridad.

BIBLIOGRAFÍA

1 AZPIAZU, D y BASUALDO, EM (1995) La siderurgia argentina en el contexto del ajuste, las privatizaciones y el MERCOSUR. IDEP, Nº 33. ATE. Bs. As.         [ Links ]

2 BELLI, E y SLAVUTSKY, R (1994) Flores, reinas y carrozas. Reflexiones sobre la identidad en San Salvador de Jujuy. En: KARASIK, Gabriela Alejandra (Ed.): Cultura e identidad en el Noroeste argentino (1.ed., pp.120-145). Buenos Aires. Centro Editor de América Latina.         [ Links ]

3 BENAVIDEZ, ACR (2011) La acción colectiva de los trabajadores y otros actores sociales en la privatización de Altos Hornos Zapla. Nuestro NOA, 2 (2), 27-44.         [ Links ]

4 FERREIRO, JP, ARGÜELLO, S; GONZÁLEZ, D (1992) Y al principio fue la fábrica. Una aproximación a la problemática de la identidad socio-cultural en Palpalá. Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales – UNJu, 4, 145 – 152.

5 MARCOLERI de OLGUÍN, ME; BERGESIO, L y GOLOVANEVSKY, L (2004) Pálpala: historia y diagnóstico de una ciudad que fue siderúrgica. Recuperado el 17 de abril de 2014, de http://www.naya.org.ar/congreso2004/ponencias/marcoleri_de_olguin.htm        [ Links ]

6 PÉREZ, JR (2007) Problemática ambiental en Palpalá. Cuadernos de la Facultad de Ingeniería e Informática, 2, 68-83.         [ Links ]

7 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (2008). Informe sobre las Auditoria Ciudadana en Palpalá. PNUD        [ Links ]

Fuentes:

8 NICODEMO, MA (2004).Mis primeros cincuenta años en la siderurgia del país. Su nacimiento y desarrollo: Etapa Altos Hornos Zapla Palpalá, Jujuy. Universidad Nacional de Jujuy. Jujuy.         [ Links ]

8 Diario El Tribuno de Jujuy.         [ Links ]

9 Revista “Primera Colada de Arrabio Argentino. 34 Aniversario – 1945 11 Oct 1979 –

10 CASTRO, R (2004). Con vida se los llevaron. Memorias de madres y familiares de detenidos desaparecidos de San Salvador de Jujuy. La Rosa Blindada. Bs. As.         [ Links ]

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