SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número50Los barrios construidos durante el primer peronismo en Mendoza, Argentina. Instituciones y estrategias índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.50 San Salvador de Jujuy dez. 2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Transformaciones y continuidades de la política popular en Santiago del Estero: las formas de organización territorial del partido justicialista juarista y de las organizaciones kirchneristas

(Transformation and continuities of the popular politics in Santiago del Estero: the ways of territorial organization of the justicialist party juarista and kirchnerist organizations)

Hernán Campos* - Celeste Schnyder*

* CONICET / INDES / Universidad Nacional de Santiago del Estero Correo Electrónico: campos_hernan@hotmail.com / celesteschnyder@gmail.com

RESUMEN

            En este artículo analizamos el proceso de conformación en la provincia de las organizaciones políticas kirchneristas teniendo en cuenta el entorno caracterizado por la fuerte capilaridad de las redes partidarias del otrora dominante PJ-Juarista. Anclamos el análisis en las prácticas políticas de quienes, por un lado, formaron parte de las redes territoriales del PJ y, por otro lado, de quienes fueron integrantes de algunas organizaciones kirchneristas como el Movimiento Evita y La Cámpora. En este sentido interesó conocer aspectos vinculados a su conformación y a las trayectorias de sus principales dirigentes, las modalidades que asume su organización territorial y las características que adoptó la articulación política entre organizaciones, partidos y gobiernos. Es decir, se focalizó en el análisis en el procesamiento político de lo nacional y lo provincial, y de la experiencia juarista con la reciente experiencia del kirchnerismo.
            Para el trabajo de campo, se realizaron registros de observación y entrevistas a dirigentes, referentes territoriales y militantes del PJ juarista, de organizaciones Kirchneristas y de otros partidos y organizaciones. A estos medios de interrogación, se sumó el trabajo de archivo y el análisis de documentos y de diarios de la provincia.

Palabras Clave: Procesamiento político; Organización territorial; Articulación política; Organizaciones kirchneristas; Redes partidarias PJ juarista.

ABSTRACT

            In this article, we analyze the process of conformation of political kirchnerist organizations in the province, considering the context, characterized by strong capillary of the once dominant party networks, called PJ-Juarista. The analysis is anchored in the political practices of those that, on one hand, took part of the PJ’s territorial networks and, on the other hand, of those who, nowadays, were were part of some kirchnerist organizations like the “Movimiento Evita” and “La Cámpora”. In this sense, we were interested in knowing some aspects related to their conformation and the trajectories of their principal leaders, the modalities assumed by its territorial organization and the characteristics adopted by the political articulation between organizations, parties and governments. The focus was on the analysis of the provincial and national political processing, and Juarista experience with recent experience of Kirchnerism.
            For field work, observation records and interviews were done to leaders, territorial referents and militants of JP-Juarista, kirchnerist organizations and others parties and organizations. Archival work and analysis of documents and diaries of the province were added.

Key Words: JP Juarist party networks; Kirchnerist organizations; Territorial organization; Political articulation; Political processing.

INTRODUCCIÓN

            Una de las principales innovaciones que trajo la coalición de gobierno kirchnerista fue la inclusión de organizaciones territoriales a su proyecto político, especialmente a la gestión o implementación de políticas sociales (Moscovich, 2009). Hasta entonces las organizaciones territoriales surgidas a lo largo de la década del 90 como movimientos barriales de desocupados mantuvieron una relación confrontativa con un Estado que promovía políticas económicas y sociales regresivas (Pereyra, 2008). Organizaciones como las piqueteras no solo expresaban las nuevas formas de politicidad emergentes entre los sectores populares (Merklen, 2005), sino también una demanda de apertura al sistema político (Maneiro, 2012). Demanda que alcanzó un punto de inflexión en las jornadas de diciembre de 2001 cuando la crítica a los espacios tradicionales de representación se tradujo en el imperativo “Que se vayan todos”. El protagonismo que tuvieron las movilizaciones y protestas de las organizaciones territoriales durante el periodo posterior a la renuncia del presidente De La Rúa trajo cierta apertura del sistema político. Así durante la presidencia de Eduardo Duhalde (2002-2003) algunas organizaciones fueron incorporadas a la ejecución de algunas políticas sociales como el Plan Jefes y Jefas de Hogar (Gómez, 2006). Con el kirchnerismo las organizaciones fueron convocadas a tomar parte de la coalición de gobierno. Esta articulación entre el Estado nacional y las organizaciones políticas de base territorial fue ampliamente investigado por las ciencias sociales (Gómez, 2007; 2010; Pereyra, 2008; Natalucci, 2011; Natalucci y Schuttemberg, 2010), pero ha recibido menor atención a nivel provincial.
            Los estudios subnacionales se centraron en la relación del Estado nacional con las provincias desde el punto de vista de la desnacionalización de la competencia partidaria, en especial del impacto de los sistemas de partidos provinciales en la arena política nacional (Gibson y Calvo, 2000; Gibson y Suarez Cao, 2010; Suarez Cao, 2011), las coaliciones legislativas (Calvo y Leiras, 2010), el impacto político del federalismo fiscal (Gervasoni, 2010; 2011; 2012).
            El artículo exploró la relaciones entre organizaciones identificadas con el kirchnerismo y el gobierno provincial por fuera de estas variables centradas en las negociaciones y tensiones entre el Poder Ejecutivo nacional con los provinciales, para focalizar el análisis en el procesamiento político de lo nacional y lo provincial, y de la experiencia juarista con la reciente experiencia del kirchnerismo.
            A través del caso de Santiago del Estero analizamos el proceso de conformación de dos organizaciones territoriales identificadas con el kirchnerismo: el Movimiento Evita y La Cámpora. En este sentido, partimos del supuesto de la porosidad de las fronteras entre los partidos políticos y su entorno social definido como un conjunto de relaciones estables e históricamente constituidas entre sectores sociales que pertenecen a espacios de sociabilidad más o menos formales –por ejemplo asociaciones, sindicatos, cooperativas, mutuales, etc- que contribuyen con sus actividades a la construcción partidaria (Sawicki, 2011). Por ello, entablamos un vínculo histórico político de las experiencias PJ juaristas y las emergentes organizaciones kirchneristas.
            Analizamos las organizaciones territoriales en relación a las trayectorias de sus principales dirigentes y sus “recursos de poder(1); su organización territorial; y sus estrategias de articulación política a partir de las experiencias del Frente Compromiso Social y de Unidos y Organizados en donde las dos organizaciones kirchneristas fueron protagonistas. Para ello realizamos entre los años 2010 y 2013 observación participante y entrevistas en profundidad con dirigentes, referentes territoriales y militantes del Movimiento Evita y La Cámpora y entrevistas a referentes de otras organizaciones. Asimismo para poder caracterizar el entorno político en el que se inscribió el trabajo de las organizaciones estudiadas realizamos entrevistas con dirigentes de primera línea del PJ-Juarista. Seleccionamos ex dirigentes de la Rama Femenina y la Juventud Peronista en tanto fueron los espacios con mayor concentración de unidades básicas y mayor presencia territorial.
            Por último, entendemos que una mirada diacrónica a la política popular aportará algunas elementos para el debate en torno a las formas de participación de los sectores populares en organizaciones o partidos, antes y durante el kirchnerismo.

LA EXPERIENCIA QUE ANTECEDE AL KIRCHNERISMO EN LA PROVINCIA: LA POLÍTICA POPULAR JUARISTA

            El Frente Cívico (FC) (2) es uno de los gobiernos provinciales que adhirió al proyecto de la transversalidad lanzado en 2003 y se mantuvo como un aliado a lo largo de los 12 años del kirchnerismo en el gobierno. Surgido de las elecciones normalizadoras realizadas luego de la Intervención Federal (2004-2005) que puso fin al juarismo, el FC reúne a la UCR y al peronismo juarista y no juarista. Durante el periodo de intervención y a través de los tres mandatos ejercidos por el FC (2005-2009; 2009-2013 y 2013 hasta la actualidad) fueron emergiendo una diversidad de organizaciones que desarrollaron a través del trabajo en el territorio una base política para el gobierno nacional. Este tipo de organización era poco frecuente en un sistema político que tradicionalmente había funcionado en base al trabajo de las redes partidarias.
            En efecto el peronismo provincial, especialmente el juarismo, se caracterizó por construir su base de electores por medio de la estrategia tradicional de formar Unidades Básicas (UB); contener dentro de su estructura al sector gremial compuesto en su mayoría por representantes de los empleados públicos reunidos en la Central General de Trabajadores (CGT) y desvincular el calendario de las elecciones provinciales de las nacionales. Surgido a fines de la década del cuarenta del siglo pasado, el juarismo fue la fuerza electa en las aperturas democráticas de 1973 y 1983 y durante el periodo neoliberal ejerció tres mandatos (1995-1999, 1999-2002, 2002-2004). Su fuerte implantación territorial fue producto más que del liderazgo de Carlos Juárez, del desarrollo de un conjunto de redes de interdependencia tanto barrial como local (Vommaro, 2009a) desarrolladas principalmente por el trabajo de la Rama Femenina y la Juventud Peronista. Dentro de estas fue formándose una forma de politicidad basada en una noción particular sobre el “trabajo político” (Schnyder, 2013). Politicidad que dejó su impronta en el entorno en el cual se articularán, ya en la década pos-neoliberal, las organizaciones territoriales identificadas con el kirchnerismo.
            El concepto de politicidadalude no solo a la identidad y la cultura política de un colectivo o individuo, sino también la totalidad de las prácticas a través de las cuales es adquirida (Merklen, 2005).
            El peronismo santiagueño es portador de una tradición política forjada, reactualizada y transmitida a través de sus redes de UB. Además de redes de intercambio, las UB fueron espacios de sociabilidad donde se fue moldeando la politicidad entre los sectores populares. La noción de trabajo político no es exclusiva al peronismo santiagueño. Por el contrario, forma parte de las prácticas del peronismo al punto que todos sus actores -desde el líder, pasando por la dirigencia, hasta los militantes de base- realizan actividades para el partido de forma organizada (Gaztañaga, 2008) (3).
            De las entrevistas con ex dirigentes de primera línea del PJ juarista surge que el trabajo político designa una ocupación habitual y sostenida que no se reducía a los tiempos de campaña electoral. Las actividades para el partido podían ser desarrolladas después de la jornada laboral o, en el caso de quienes aún no tenían un empleo pero aspiraban a conseguirlo a través de su trabajo para el partido, podía ser una ocupación de tiempo completo.
            Todos los actores de la jerarquía partidaria -militantes de base, los referentes barriales y dirigentes de “primera línea”- debían desarrollar trabajo político, pero las tareas y responsabilidades estaban diferenciadas. Los militantes de base se ocupaban de “hacer presencia” en los actos, concentraciones, movilizaciones convocadas por el partido. Las mujeres en particular estaban a cargo del trabajo social: atender los comedores y merenderos; clases de apoyo escolar; la organización de la celebración de fechas especiales; la venta de comida para recaudar fondos para las actividades de las UB por ejemplo. En general las UB funcionaban en los domicilios de los referentes, quienes estaban a cargo de la gestión de recursos necesarios no solo para sostener las actividades permanentes que tenían lugar dentro de ellas, sino también para “dar respuesta” a las necesidades que tenían los vecinos de su comunidad barrial. Así es que los referentes debían transitar los circuitos de la administración pública para conseguir subsidios, bolsines de alimentos, medicamentos, colchones, por ejemplo. El acceso a estos recursos era fundamental para la organización de movilizaciones de los militantes de base que formaban parte de sus redes. Siendo los dirigentes los que gestionaban y administraban la distribución de los recursos y quienes concentraban y coordinaban el trabajo de los referentes barriales. Cada actor partidario y su trabajo políticodotaban a las UB de una vida organizacional dinámica e intensa, a la que se añadían actividades proselitistas en tiempos de campaña electoral.
            En base a su productividad un trabajador político además podía ascender dentro de la jerarquía partidaria. De este modo un militante de base podía transformarse en un referente barrial y un referente podía ascender a un rango dirigencial. Es decir a “más trabajo político ibas escalando políticamente”.(4)
            Así el trabajo político se trataba, más que de un intercambio de favores por votos, de una forma de regulación de la distribución de recursos entre los militantes y de las jerarquías intra-partidarias. “Lo importante era quien llevaba más gente, cuanto más gente llevabas, más posibilidades tenías en el momento de una lista para una elección o cargo directivo, que te lo den a vos que aquel que nunca ha demostrado llevar mucha gente” (5).
            En suma, el trabajo político era un modo de ganar y acumular un capital simbólico valorado dentro del mundo partidario como la militancia y la lealtad (Schnyder, 2013). Forma de politicidad que los construye, antes que como clientes (6), como trabajadores políticos. En esta forma de politicidad (Merklen, 2005) en la que fueron socializados los dirigentes les imprimió una sensibilidad política particular que se moviliza en la relación con los sectores populares y sus demandas.
            ¿Cómo sería la instalación de estas organizaciones Kirchneristas, que se proponían como espacios de construcción política alternativos al PJ, dentro de una politicidad cuyas prácticas fueron configuradas, en buena medida, bajo el proceso político juarista?

LA FORMACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES KIRCHNERISTAS EN SANTIAGO

            El Movimiento Evita emergió a nivel nacional como movimiento de trabajadores desocupados en épocas del menemismo para luego, en un proceso de fusión con otros movimientos piqueteros, constituirse en una de las organizaciones de bases populares con mayor capacidad de movilización y de inserción territorial del kirchnerismo (Natalucci, 2012). Durante los gobierno kirchneristas tuvo presencia en veintitrés de las veinticuatro provincias argentinas. Emergió en Santiago del Estero entre el año 2003-2004, con trabajo territorial principalmente en las ciudades Capital y La Banda, el Movimiento Evita fue una de las primeras organizaciones kirchneristas en tener presencia en la provincia. Hasta el 2013, su conducción estuvo a cargo de una Mesa Ejecutiva Nacional, integrada por doce representantes que se reunían semanalmente en Buenos Aires, y una Mesa Federal que se reunía una vez al mes con representantes del movimiento de cada provincia. Su organización interna, señala su referente Raúl Lorenzo, sigue la “estructura de un movimiento, no de un partido” conformada por frentes: de la juventud, el sindical, de la mujer, y el agrario (7). Esta forma de división reconoce similitudes con las ramas que estructuraban al PJ juarista (juventud, rama femenina, rama gremial, generación intermedia y rama política). Desde fines del año 2007 el Movimiento Evita desarrolló un brazo electoral a partir de la conformación del partido provincial “Compromiso Social” (Campos, 2014). Este tema se desarrollará más adelante.
            La Cámpora –que se define a sí misma como “el principal espacio político que expresa la lealtad al kirchnerismo”(Vázquez y Vommaro, 2012: 155)- se constituyó en la provincia hacia el año 2009. En el período de trabajo de campo, la organización estaba dividida en tres líneas internas de conducción alrededor de las cuales se nuclean distintas secretarías: Universidad, Organización, Formación, Cultura, Profesionales, Derechos Humanos, Diversia.
            A diferencia de las típicas UB que predominaron durante el juarismo, estas organizaciones territoriales formaron parte de una estructura orgánica nacional y pudieron sostener su presencia territorial en base a los recursos gestionados a través de sus relaciones directas con distintas carteras del gabinete nacional kirchnerista. Sin embargo estos elementos no fueron suficientes para que estas organizaciones pudieran desarrollar sus actividades en la provincia.
            Un rasgo de la inserción provincial del Movimiento Evita y La Cámpora fue su presencia y actividad en el conglomerado Santiago-La Banda, en contraste con el interior de la provincia que fue un territorio de difícil acceso a organizaciones por un doble motivo. Por un lado porque no pertenecer al oficialismo provincial ha supuesto un menor acceso a recursos necesarios para el trabajo territorial. Aunque el FC estuvo alineado al gobierno nacional, a nivel provincial gozó de autonomía relativa respecto a la articulación con las organizaciones kirchneristas, otorgando mayores recursos de poder a las organizaciones, movimientos y partidos que integran la coalición de gobierno provincial. Y por el otro lado por la fuerte presencia de dirigentes, intendentes y comisionadas municipales en las localidades del interior que dificultaron el funcionamiento de la “orgánica” y las toma de decisión de las organizaciones en la política local. A su vez, el acceso y permanencia en el territorio se encontró fuertemente condicionada por estos actores políticos locales. La descripción de las trayectorias de los referentes del Movimiento Evita y La Cámpora permite graficar parte de la complejidad de ese proceso.
            Raúl Lorenzo, referente del Movimiento Evita, en su juventud fue militante de Montoneros. Tras el retorno a la democracia militó en distintas facciones peronistas, como por ejemplo la Corriente Renovadora que disputó la conducción del partido a Carlos Juárez. Durante la última Intervención Federal (2004) fue designado Subsecretario de Turismo de la Provincia, lugar desde donde construyó su vínculo con dirigentes políticos nacionales que posibilitaron su posicionamiento dentro del kirchnerismo provincial. De modo similar a Lorenzo los otros integrantes de la mesa de conducción general provienen en su mayoría de la militancia en corrientes peronistas de izquierda como la Juventud Peronista y Montoneros. Bajo la percepción de que “la gente sigue amarrada a que se suman a la organización para resolver problemas existenciales(8), el Movimiento decidió incorporar a referentes con experiencia en el trabajo barrial. Fue así que se incorporaron dirigentes territoriales, mayoritariamente mujeres, que se habían adquirido este “saber hacer” dentro de lo que fue el típico espacio de socialización política en la provincia: las UB del peronismo juarista.
            En el caso de La Cámpora la organización estuvo dividida en tres líneas internas de conducción. Sus referentes -Cesar Bendezú, Javier Roitman y Daniel Jaimes- fueron dirigentes de trayectoria dentro del peronismo local, incluido el propio juarismo, y del radicalismo. De modo similar al Movimiento Evita los referentes de La Cámpora provienen de espacios políticos dispares e incluso que fueron antagónicos. Cesar Bendezú procede del trabajo político dentro del Movimiento Independiente de Bases, opositor al juarismo, en barrios populares de Santiago del Estero; Javier Roitman viene del radicalismo, fue candidato a intendente de la ciudad de Fernández (Departamento Robles) en 2010; Daniel Jaimes proviene del peronismo con actividad política en la ciudad capital, de relaciones fluidas con Dirigentes del FC, en su mayoría dirigentes que provienen del PJ juarista.
            Los referentes barriales de la organización también son herederos de la tradición organizativa del PJ, reflejándose esto en la práctica de fundar UB que responden directamente a cada uno de los tres referentes provinciales.
            La organización territorial de estas organizaciones ha supuesto entonces la reactivación de redes de relaciones, los espacios de sociabilidad y las formas de politicidad existentes en el entorno. Queda abierto el interrogante sobre los alcances del proceso de renovación política iniciado por las organizaciones que aquí estudiamos bajo los parámetros de la politicidad forjada por los partidos tradicionales.

LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL MOVIMIENTO EVITA Y LA CÁMPORA

            La organización territorial supone un conjunto de prácticas sostenidas de las organizaciones políticas dentro de un barrio, una comunidad, una localidad en donde desarrollan construcción de apoyo político. Ellas comprenden tareas concretas y funciones específicas distribuidas según la posición que ocupan los distintos miembros dentro de la jerarquía de la orgánica. Estas tareas y funciones se inscriben dentro de la tradición organizativa en la que fueron socializados los dirigentes de la organización, la que les imprimió una determinada sensibilidad política que se moviliza en la relación con los sectores populares y sus demandas. El peronismo y en particular el juarismo ha sido la tradición política más influyente en la configuración de una forma de politicidad territorial como es el trabajo político.
            Pudimos observar dos instancias de organización política. Por un lado, las reuniones de la mesa de conducción conformada por el secretario general provincial y los responsables de cada uno de los frentes y secretarías del Movimiento en donde se discuten estrategias para la acumulación de capital político que van desde acuerdos con distintos dirigentes, partidos y organizaciones hasta las posibilidades de obtener recursos económicos en pos de mantener la estructura de la organización. Y por el otro, en las reuniones semanales de territorio, en donde los referentes de los distintos frentes y secretarías del Movimiento transmiten decisiones, actividades e iniciativas; preparativos para movilizaciones de apoyo al gobierno nacional o de protesta; implementaciones de distintas políticas sociales, la distribución de mercadería para los comedores y discusiones sobre coyuntura política. Por otro lado, las reuniones también sirven para “estar al tanto” del estado de situación del trabajo político que tienen los referentes.
            Las movilizaciones son acciones políticas fundamentales. Éstas invierten energía y recursos para llevar adelante las movilizaciones propuestas. Según los entrevistados, las movilizaciones ayudan a saber “quién realmente labura políticamente” para conseguir mayores bases de apoyo. Ergo, es el momento junto con los procesos electorales en donde se materializa el proceso de construcción de organización territorial.
            Cada referente barrial del Movimiento Evita constituye un Centro de Gestión Popular (CGP) en su barrio, generalmente se lo instala en su vivienda, en donde gestionan y resuelven los problemas de “sus vecinos”. Las actividades que se desarrollan dentro de los CGP son frecuentes reuniones entre los vecinos del barrio, organizan celebraciones de fiestas populares, llevan adelante gestiones de pensiones, de subsidios, de materiales de construcción como chapas, block y cemento, gestionan Programa de Empleo Comunitario (PEC) para sus vecinos, instalan centros de alfabetización en el marco del programa nacional de alfabetización del Ministerio de Educación de la Nación, entre otras actividades que realizan los miembros de la organización.
            El Movimiento Evita contaba con 25 CGP en el conglomerado Santiago-Banda. Cada CGP reúne entre 30 a 50 vecinos que participan con diferentes grados de responsabilidad en la organización. Advertimos que en procesos electorales se amplían los CGP con el sentido de acumular mayores apoyos electorales.
            En una “locreada” del 20 de junio de 2012 en un barrio popular de la ciudad capital de Santiago del Estero, Germán, ex secretario de organización del Movimiento, dio un discurso señalando la función que debe cumplir los CGP:

A partir de nuestra orgánica vamos a tomar los problemas y las inquietudes que tienen los vecinos de los barrios y gestionar las soluciones concretas. Si necesitan una cancha de futbol, si necesitan una silla de rueda vamos a gestionarlos. Todas las problemáticas van a ser atendidas y gestionadas. Queremos que el Movimiento Evita esté enraizado en este barrio como una herramienta transformadora vamos a seguir profundizando y el modo de hacerlo es concreto y no es venirle a decir que bolsines trajimos sino es resolver problemas de los vecinos”.

            El discurso de Germán deja ver la tensión que se hace presente en las mayorías de las organizaciones kirchneristas: la solución de problemas como estrategia de acercamiento a los vecinos de los barrios, con las dificultades para comprometerlos en la agenda política más amplia de las organizaciones. Esa tensión queda evidenciada en la división del trabajo organizativo. Mientras los referentes barriales se dedican a resolver los problemas de los vecinos, la conducción traza las líneas de acción política tendientes al fortalecimiento de las bases de sustentación que, según los actores de la organización, servirán “para construir un proyecto de país”.
            En el caso de La Cámpora, la organización política estuvo sostenida en las figuras de sus tres referentes provinciales.
Los referentes barriales de la organización, fieles a la tradición organizativa del PJ, conforman UB que responden directamente a cada uno de los tres referentes provinciales. A las UB se le suman las “casas compañeras” que son una forma menos estable de organización territorial que tiene La Cámpora:

Es complicado explicar la inserción territorial de La Cámpora sin entender algunos conceptos. “Casas compañeras” es básicamente las casas que estaban disponibles para el trabajo político con limitaciones temporales. Por lo que si bien servían, no llegaban a ser una plataforma completa para el despliegue territorial. Igual, nuestros principales problemas provenían de la cultura política santiagueña. Por lo que las UB y las casas variaban constantemente…Antes de la PASO de Agosto teníamos muchas más, podemos hablar quizás de 15 UB operativas(9)

            Así como las referentes barriales del Movimiento Evita eran mayoritariamente mujeres que provenían del Juarismo, en el caso de La Cámpora se observó un proceso similar. La mayoría de las referentes barriales son mujeres que adquirieron experiencia de gestión, organización e implementación de la ayuda social a través de la rama femenina del PJ juarista, marcando una impronta a la acción política de La Cámpora.
            Una diferencia con el Movimiento Evita es que en La Cámpora las reuniones se desarrollaron en su mayoría en cada una de las UB de los barrios populares y no en el local de la organización.
            Las reuniones que se desarrollaron en los barrios, entre referentes barriales y adherentes de La Cámpora, cumplen una triple función: son organizativas, de legitimación y de regulación. Organizativas porque pueden definir y coordinar acciones o tareas necesarias de la organización dentro del barrio como el comedor, el merendero, o el reparto de mercadería, de planes sociales, entre otros. Mientras las reuniones sean numerosas o con fuerte presencia y participación de sus integrantes, la inscripción política de La Cámpora en el barrio adquiere legitimidad. A su vez, la asistencia a las reuniones sirve como un indicador preciso del “compromiso” de sus adherentes, fundamental para estar en la consideración sobre a quién asignar “un plan” o una determinada ayuda social.
            Julián es abogado y comenzó a trabajar en un Centro de Acceso a la Justicia (CAJ) en un barrio popular de la ciudad capital de Santiago del Estero a través del trabajo político desarrollado en La Cámpora. La experiencia de Julián es un síntoma de lo que Marcelo Gómez (2010) llamó “la politización militante de la gestión pública”:

La organización confió en mí para contribuir desde mi trabajo en una institución pública, al proyecto nacional y popular. Antes que un empleado público, soy un militante político

            Politización militante de la gestión pública en tanto organizaciones políticas que incorporan en las burocracias sus integrantes para “movilizar” el Estado. Sobre lo anterior, es interesante volver con el aporte de Perelmiter (2010) que exploró a nivel nacional sobre el modo concreto en que los integrantes de organizaciones políticas se incorporan en ámbitos estatales específicos, las disputas en las que participan, y el entramado relacional en el que construyen el valor de sus prácticas cuando éstas se invisten de autoridad estatal. La experiencia de los integrantes de La Cámpora que trabajan dentro de la administración pública viven su experiencia como la posibilidad de territorializar el Estado y de cómo los recursos de las políticas sociales se transforman en herramientas para el trabajo políticoen territorio.
            Juana, joven militante de la Cámpora, advertía sobre la responsabilidad de las organizaciones kirchneristas para incorporar integrantes de las “orgas” a las esferas de la administración pública con el objeto de potenciar la capacidad política de sus miembros. El crecimiento de las organizaciones dependería de que se disponga o no de recursos del Estado. Con lo que habría que darse dos condiciones: 1) las organizaciones deben tener acceso a la distribución de los cargos públicos, y 2) que el Estado participe a las organizaciones en la implementación de las herramientas de las políticas de ayuda social que le permitan ampliar sus bases de apoyo.
            Estas condiciones señaladas suponen que los oficialismos, que en la provincia han monopolizado el acceso y la distribución de los recursos del Estado, acepten relegar parte de sus recursos de poder a las organizaciones de acuerdo al nuevo esquema de articulación entre provincia-nación. Este proceso no se desarrolla de forma armoniosa, más bien lo contrario, se manifiestan conflictos y complejas correlaciones de fuerzas, tal como queda de manifiesto en el testimonio de Juana:

los gorilas de Libres del Sur tienen puestos en el Centro de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y nosotros, que nos matamos militando por el proyecto nacional y popular, no tenemos laburo. Nosotros necesitamos laburo para poder militar

            En lo recorrido hasta aquí, vemos en el período como un proceso común el desplazamiento de militantes desde las redes partidarias tradicionales hacia ambas organizaciones, posibilitando un crecimiento organizacional en el territorio. Este proceso trajo consigo la reactualización de las formas de políticidad previas al espacio de las organizaciones kirchneristas. La experiencia juarista de los dirigentes de las organizaciones kirchneristas imprimió un procesamiento de lo nacional y de lo provincial en el territorio constituyendo una organización territorial sui generis.
            Otro elemento común es la estrategia de acumulación de recursos organizativos a través de la politización de la gestión pública. Esta se basa en la designación de trabajadores políticos en cargos de las burocracias nacionales y provinciales. Las posibilidades se concretan, en la mayoría de los casos, luego de tener un tiempo razonable (tanto para la organización como para sus miembros) dentro de la “orga” mostrando el “compromiso y la responsabilidad”. En procesos electorales estos mecanismos se activan con mayor intensidad, pero no sólo se agotan en las elecciones.
            Concluyendo este eje el entorno marca las condiciones de posibilidad para el desarrollo de las organizaciones kirchneristas y sus formas de organización territorial aquí estudiadas, en donde la politicidad de los sectores populares de Santiago del Estero procesaron la política de orden nacional -la experiencia Kirchnerista- y la provincial -las redes partidarias del PJ juarista-, estableciendo particulares redes partidarias de sociabilidad e intercambio que se alejan de la experiencia juarista en tanto que reafirman su carácter nacional de lo político y sin una centralización de las relaciones verticales como fue la experiencia juarista. Esto último, se advierte en la existencia de una cantidad variada de organizaciones con distintas referencias provinciales y nacionales, que hace necesario de una cierta potencialidad articulatoria para la disputa de recursos de poder o de momentos de correlación de fuerza.

LA ARTICULACIÓN POLÍTICA DE LAS ORGANIZACIONES K: LAS EXPERIENCIAS DE COMPROMISO SOCIAL Y DE UNIDOS Y ORGANIZADOS

            La alianza del FC con el Kirchnerismo no significó la ausencia de tensiones –y negociaciones- entre las organizaciones kirchneristas con el oficialismo provincial. Las organizaciones operaron dentro de un esquema relacional que se jugó, por un lado en la relación Nación – provincia, y por otro lado en las negociaciones y tensiones con las redes partidarias del oficialismo provincial con cuyas UB compite por la representación de los sectores populares. En ese contexto la articulación política resulta fundamental para las posibilidades de construcción política del kirchnerismo en territorios regulados por las redes partidarias de los oficialismos locales.
            Por articulación política referiremos a prácticas que establecen relaciones entre elementos, por ejemplo entre las organizaciones con los diferentes niveles de gobierno, de tal manera que éstos mismos se modifican como resultado de la práctica articulatoria. En nuestro caso la articulación de las organizaciones kirchneristas con el gobierno provincial, nacional y entre las mismas organizaciones no presenta una única faceta.
            Las organizaciones kirchneristas en la provincia están constantemente entablando relaciones con el gobierno nacional como con el provincial y con otras organizaciones. En consecuencia el abordaje de las formas de articulación del Movimiento Evita y de La Cámpora tuvo en cuenta esos tres niveles de articulación. Para ello hemos estudiado su proceso de constitución en partidos, como el caso de Compromiso Social, o de espacios políticos como es Unidos y Organizados, en tanto allí se puede observar los acuerdos y negociaciones en el nivel nacional y provincial. En el caso del Movimiento Evita, ese proceso se observó en la conformación del partido y frente electoral Compromiso Social; en el caso de La Cámpora dicho proceso se observó en la constitución de Unidos y Organizados.
            En el marco de la creación de un Centro de Gestión Popular del Movimiento Evita en un barrio a mediados del 2012, Lorenzo señaló:

nos tenemos que organizar de abajo hacia arriba. Tenemos que discutir y hacer crecer al Movimiento Evita y a todas las organizaciones del campo popular. Tenemos que ser solidarios con todas las organizaciones que están en los barrios. Nuestros enemigos están en otros lados. Tenemos que ser solidarios con las organizaciones que defienden el Kirchnerismo. Solidario es una palabra mágica y fantástica. Es la base y la esencia del peronismo y del Movimiento Evita”.

            Uno de los desafíos que tuvieron las organizaciones fue caracterizar el proceso político provincial. A modo de un trazado general, hay que resaltar 1) la experiencia del Movimiento Evita dentro de Compromiso Social; 2) la experiencia de Unidos y Organizados que tuvo a La Cámpora como un actor central.

EL CASO DE COMPROMISO SOCIAL

            En las elecciones del 30 de Noviembre de 2008 fue reelecto como gobernador Gerardo Zamora del FC con el 85,05% de los votos válidamente emitidos. El mismo día se renovaron 40 bancas de Diputados Provinciales, de las cuales el FC obtuvo 27 bancas. Además de la inédita concentración política lograda por el FC, otro dato llamativo de la jornada fue que un espacio político de escasa trayectoria, el Frente Compromiso Social, obtuvo el 10,60% (33.875 votos) posicionándose como segunda fuerza y logrando 4 bancas de diputados.
            La lista 9 de Frente Compromiso Social no presentó candidatos a Gobernador y Vice pero fue como colectora de la lista 10 del FC. Integrado por el Partido Provincial Compromiso Social, el Partido Memoria y Movilización, el Partido Comunista, el Partido Nacionalista Constitucional, el Partido Patria y Pueblo y el Partido Frente Grande, también se suman organizaciones políticas territoriales urbanas como el Movimiento Evita y la CNP25, las organizaciones campesinas de la OCCAP y MOCASE Institucional y de Derechos Humanos como la APDH.
            El caso de Compromiso Social despierta interés en cuanto a cómo organizaciones políticas territoriales urbanas y rurales se constituyeron en una nueva fuerza política electoral en un formato alternativo a los partidos tradicionales a partir de su capacidad articulatoria con el gobierno provincial (Campos, 2014).
            Desde 2005, Jefatura de Gabinete provincial con Elías Suarez como ministro, continuó con el proceso iniciado bajo la última Intervención Federal de institucionalización de sectores sociopolíticos que fueron excluidos históricamente por el Juarismo: movimientos territoriales urbanos, rurales y de DDHH. En ese contexto, el Movimiento Evita que había apoyado a José Figueroa, el competidor de Zamora durante la campaña de las elecciones normalizadoras de febrero de 2005 que coronaron al FC, llegó a un acuerdo con el nuevo oficialismo por el cual el Movimiento Evita no sólo conformó un partido político sino que también integró el frente electoral para las elecciones de 2008. El Movimiento Evita y el gobierno provincial fueron los actores que forjaron el acuerdo para la conformación de Compromiso Social. Las demás organizaciones y partidos políticos no tardaron en caracterizarlo como de “oportunidad política” para acumular capital político electoral.
            Sobre la organización territorial de las organizaciones que confluyeron en la construcción de una alternativa política electoral, hay que sumarle una legitimación externa que proviene del orden del Gobierno Nacional y Provincial.
            El Secretario General del Movimiento Evita Emilio Pérsico, la ex Diputada Nacional Patricia Vaca Narvaja, el ex Subsecretario General de la Presidencia de la Nación y Diputado Nacional Carlos Kunkel, el ex Diputado Nacional y actual Ministro de Defensa Agustín Rossi jugaron su capital político para la conformación de Compromiso Social y para que el frente electoral vaya como colectora del FC en las elecciones de 2008.
            La capacidad de toma de decisión del Jefe de Gabinete en el armado es clave y aquí asienta la ausencia de liderazgos excluyentes en el partido como en el frente. Hay facciones con mayor capacidad de influencia que otros. Principalmente las facciones del Movimiento Evita, de los técnicos de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar (en un primer momento, Programa Social Agropecuario), la facción de orientación radical que se identifica como “Compromiso Vecinal”, de la CNP25 y de las organizaciones campesinas y de DDHH.
            Las condiciones de posibilidad para la conformación de Compromiso Social yacieron sobre tres factores: a) el contexto nacional con la emergencia del kirchnerismo y el nuevo esquema de articulación del Estado con las organizaciones políticas; b) Las particularidades del régimen político santiagueño y la oportunidad política que significó la Intervención Federal y el pos juarismo; c) la potencial capacidad articulatoria de los grupos políticos con el Gobierno Provincial para la conformación del partido y el frente a finales del año 2007 y a comienzos del 2008.

UNIDOS Y ORGANIZADOS

            El territorio provincial moldea un espacio político con sus propios actores, recursos de poder, y correlaciones de fuerza, pero bajo ninguna circunstancia se pueden considerar como totalmente autónoma de aquella unidad territorial más amplia que las contiene, la nacional (10). Por ello, ante cambios en la política federal de alianzas se generan condiciones de posibilidad para cambios razonables en la política provincial. En este sentido, el 27 de Abril de 2012 en el estadio de Vélez Sarfield, Cristina Fernández de Kirchner convocó a todas las organizaciones políticas referenciadas con el proyecto nacional a construir un espacio político para la unidad y la organización en cada uno de los territorios del país. A partir de allí, la síntesis de la acumulación de fuerza en pos de representar a los sectores populares fue Unidos y Organizados. Sin lugar a dudas, el desafío del kirchnerismo, que todavía sigue presente, es construir una estructura orgánica y dinámica que atraviese las coaliciones gobernantes provinciales aliadas. Desde mayo del mismo año, en Santiago del Estero se conformó Unidos y Organizados integrado por Kolina, FTV-Miles, La Cámpora, La Corriente Peronista Descamisados, la CNP25, Movimiento Evita, Nuevo Encuentro, La Güemes, Frente Transversal, Peronismo Militante, Corriente Nacional Martín Fierro.
            Antes de ésta experiencia, hay antecedentes de construcción de espacios políticos articulatorios entre distintas organizaciones que se identificaron con el proyecto de gobierno Kirchnerista. Vale mencionar la experiencia a nivel nacional de la Corriente Nacional de la Militancia y de las Agrupaciones Kirchneristas Santiagueñas que tuvo vitalidad provincial entre 2010 y 2011. En relación a los posicionamientos de las Agrupaciones Kirchneristas Santiagueñas (11), es de resaltar la propuesta de construcción de bases de apoyos por fuera del oficialismo provincial, aunque pereció prontamente en el intento de una construcción alternativa con apoyo nacional. Antes de las elecciones presidenciales de 2011, la mayoría de las organizaciones que integraban el espacio, articularon con el oficialismo provincial.
            Regresando a Unidos y Organizados, el propósito de su conformación fue la de construir un andamiaje político que permita la discusión y la fijación de metas para construir política propia y superadora al proyecto de la coalición dominante en la provincia. Aquí, lo electoral era un eje de discusión y debate fundamental dentro del mismo.
            La acción política de Unidos y Organizados, como momento de articulación entre las organizaciones, se basó por un lado en trabajar políticamente en barrios de Santiago y La Banda en donde las organizaciones tenían inserción y desarrollo territorial: se llevaron adelante campañas solidarias de refacción de instituciones escolares y de plazas públicas, campañas de salud o de gestiones para el ANSES entre diversas acciones políticas realizadas. Por el otro, disputar el espacio público con la visibilidad y la unidad de las organizaciones kirchneristas expresándose así como potenciales articuladores políticos: talleres, conferencias o actos por temas coyunturales como por ejemplo la nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) u otras medidas impulsadas por el ejecutivo nacional.
            Con el proceso electoral del año 2013 Unidos y Organizados pretendía en primer lugar posicionar la organización dentro del Frente para la Victoria (FPV) con candidatos propios en lugares importantes dentro de las listas para los cargos de senadores y diputados nacionales. Por ejemplo el Movimiento Evita buscaba obtener una banca de Senador Nacional y La Cámpora proyectaba obtener una banca de Diputado Nacional.
            Todas las organizaciones consideraban al FPV como el espacio propio para la construcción política del kirchnerismo, aunque las diferencias se sucedieron con la caracterización de la compleja conformación local compuesta por el PJ conducido en ese momento por el dirigente de vieja trayectoria dentro del peronismo, Marcelo Nazar y el Movimiento Viable liderado por Chabay Ruiz. Luego se advirtió la incorporación del partido provincial Corriente Renovadora al FPV. El principal dirigente de los renovadores, Eusebio Iturre (h), fue el candidato a gobernador en las elecciones del 1 de Diciembre.
            Como ya señalamos las organizaciones kirchneristas se constituyeron en diferentes momentos políticos, a partir de diversas trayectorias y con diferentes recursos de poder. Por esto hay organizaciones con mayor capacidad de influencia que otras, pero ninguna en sí misma goza de un liderazgo excluyente.
            El Movimiento Evita y la CNP25 provienen, como hicimos mención anteriormente, de la experiencia del partido y del Frente Compromiso Social con una relación articulatoria con la Jefatura de Gabinete que posibilitó el acceso a cargos legislativos provinciales y recursos, posicionándolas junto con La Cámpora, Kolina, FTV-Miles y Nuevo Encuentro como las organizaciones más consolidadas de Unidos y Organizados a nivel local. Las otras organizaciones, como La Güemes, Frente Transversal, Peronismo Militante, Corriente Nacional Martín Fierro tuvieron una organización política endeble con dificultades para trabajar en territorio.
            El fracaso de Unidos y Organizados de constituirse como una alternativa se explica a partir de la autonomía relativa de los gobiernos subnacionales y de la internalizada “forma de hacer y pensar” la politicidad de los sectores populares. El caso de La Cámpora en la coyuntura electoral del 2013 pinta a cuerpo entero lo que aquí expresamos.
            La Cámpora que durante las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de Agosto y las Generales del 27 de Octubre integraba el FPV. Esto los llevó a jugar electoralmente dentro del FC en las elecciones a Gobernador y Vice del 1 de Diciembre de 2013.
            El FPV fue la cuarta fuerza en las elecciones para renovar las tres bancas de senadores nacionales y la tercera fuerza en los comicios de Diputados Nacionales, obteniendo 4 bancas. Para Senadores el FC obtuvo 225.828 votos (48%) mientras que el FPV cosechó 21.576 votos (4,59%). Para Diputados Nacionales el FC consiguió 357.792 votos (77%) y el FPV obtuvo 20.823 votos (4,48%).
            Un dirigente que responde a la conducción de Bendezú sostuvo que la salida de la organización del FPV “vino de una bajada de línea de Buenos Aires que teníamos que trabajar para las elecciones de diciembre dentro del Frente Cívico”. La condición predominante del FC como opción política electoral y la paupérrima elección del FPV en las elecciones de Agosto y Octubre, llevó a la conducción nacional de La Cámpora a dejar de lado su objetivo de máxima, esto es la construcción territorial, para priorizar su permanencia y desarrollo organizativo a través de una articulación precaria con el oficialismo provincial. El reposicionamiento de La Cámpora en la coyuntura provincial da cuenta del estrecho margen de maniobra que tiene una organización nacional o una alianza entre organizaciones nacionales, como es el caso de Unidos y Organizados, para trascender por sí mismas las inercias del entorno partidario y del régimen político provincial.

CONCLUSIÓN

            La valorización de los estudios provinciales en estos años ha sido notable en el ámbito de las ciencias sociales en general. Al cuestionar el sesgo nacional de los trabajos sobre lo político, ha emergido el interés por las características de los partidos políticos, los procesos electorales, la justicia, el sistema de salud, el sistema de seguridad y los medios de comunicación, entre algunos de los rasgos de lo político en las provincias en Argentina y en Santiago del Estero en particular.
            La escala provincial puede ser planteada como categoría analítica, que supone la construcción de problemas y objetos de estudio diferentes al nivel nacional, permitiendo mostrar cómo los actores sociales de territorios provinciales acumulan poder de un modo situado, produciendo un poder político situado.
            También consideramos que una mirada diacrónica a la política popular aporta elementos para la reflexividad en torno a las formas de participación de los sectores populares en organizaciones o partidos, antes y durante la experiencia del kirchnerismo. Ergo, el artículo exploró la relaciones entre organizaciones identificadas con el kirchnerismo y el gobierno provincial por fuera de las variables centradas en las negociaciones y tensiones entre el Poder Ejecutivo nacional con los provinciales, para focalizar el análisis en el procesamiento político de lo nacional y lo provincial, y de la experiencia juarista con la reciente experiencia del kirchnerismo.
            A lo largo de estas páginas buscamos poner el foco en una dimensión que suele ser relegada a la hora de problematizar cuales son los alcances de una fuerza nacional, como el kirchnerismo, en un territorio político provincial donde el juego político tiende a constreñirse de las influencias nacionales. Esto es, el entorno y las formas históricas y específicas que asume la politicidad popular que circulan entre los sectores populares y que estructuran las prácticas de los partidos y organizaciones que aspiran a incidir en el juego político. En este sentido el dispositivo que otrora modulaba las jerarquías y la vida organizacional del peronismo juarista, el trabajo político, forma parte de la politicidad popular que se impone como herramienta ineludible a las organizaciones que buscan construir su propia base de sustentación. Fortaleciendo lo antes dicho, las organizaciones kirchneristas se insertaron en la provincia procesando las experiencias nacionales y provinciales del “hacer política”. En este sentido, las organizaciones abordadas contienen formas de organización que retoman la tradición peronista, relacionándose con los sectores populares a través de sedimentadas redes de sociabilidad e intercambio que se caracterizan por distribuir bienes materiales y simbólicos. En este sentido, las formas de relaciones con el gobierno provincial, imprimió determinadas lógicas de articulación que se presentaron en las posibilidades e imposibilidades de las experiencias de Compromiso social y Unidos y Organizados.
            En base a las experiencias del PJ Juarista, el Movimiento Evita y La Cámpora, el artículo dio cuenta que la organización territorial es un conjunto de prácticas sostenidas en el tiempo dentro de una comunidad. Estas prácticas, comprenden tareas específicas distribuidas según la posición que ocupan los integrantes dentro de las organizaciones. Estas tareas se inscriben dentro de la sociabilidad política que tienen la conducción de las organizaciones, los referentes territoriales y los militantes, brotando una especificidad política que, por un lado, es razonable, y por otro, es posible.

NOTAS

1) “Son todas aquellas propiedades o rasgos de las identidades, pensadas desde su capacidad para producir fluencias entre identidades; en el interior del sistema, en el que ellas participan y conforman. En este sentido, el recurso es cualquier rasgo de una identidad, en tanto que ésta lo incluya en una relación produciendo alguna fluencia (cuya único resultado no necesariamente es, como veremos luego, el dominio o la subordinación, tal como normalmente se piensa). De allí que, referirnos a dichos recursos, permite, al mismo tiempo: 1) la caracterización de las identidades y 2) la caracterización de las posibles fluencias (influencias o confluencias) que se producen o pueden producirse entre ellas” (Saltalamacchia, 2005: 158).
2) “Se ha planteado que la configuración de los partidos santiagueños responde, en cierto modo, al modelo del “partido-cartel” (Katz y Mair (1997) en virtud de la identificación de su estructura organizativa con los cargos ocupados en el Estado –tanto electivos como no electivos. Sin embargo, a diferencia de lo que supone el modelo del partido-cartel, la imbricación del partido con las posiciones ocupadas en el Estado no supone su “desencastramiento” socio-territorial. Los partidos, incluso si son de gobierno, continúan siendo representantes de colectivos sociales y territoriales. La actividad de sus miembros consiste, principalmente, en oficiar como mediadores entre el Estado y la sociedad provincial” (Ortiz de Rozas, 2014: 309).
3) Julieta Gaztañaga también ha trabajado las acepciones de la noción de trabajo político entre los militantes del justicialismo entrerriano. Desde su perspectiva, dicha noción “aparece asociada al trabajo militante, es decir, al quehacer proselitista cuyo objetivo último es conseguir el voto a favor de un partido o fracción partidaria en el caso de una elección interna” (2008: 136).
4) Entrevista a ex Dirigente de la Rama Femenina Juarista.
5) Entrevista con ex dirigente de la Juventud Peronista.
6) El problema del concepto “clientelismo político” (Auyero, 1997, 2001; Svampa y Pereyra, 2003) se sustenta en la imposibilidad para pensar la productividad política de los sectores populares (y del peronismo) y sus distintas formas de organización que han ido construyendo para efectivizar demandas democráticas a lo largo de la historia política. Para construir una visión crítica fue de gran utilidad la lectura de Gabriel Vommaro (2009b), Julieta Quirós (2006) y Gómez y Massetti (2009).
7) Raúl Lorenzo en mesa debate organizada por el Equipo Política y Ciudadanía en Abril de 2013.
8) Entrevista a Germán, ex integrante del Movimiento Evita. Noviembre de 2012.
9) Entrevista a dirigente de La Cámpora en marzo de 2014.
10) Aquí nos alejamos de la postura de Gervasoni (2012) cuando señala que el gobierno nacional en tiempos del kirchnerismo centralizó las tomas de decisión de la política provincial.
11) Se encontraban agrupaciones como La Cooke, La Discépolo, Corriente Peronista Descamisados, Kolina, Nuevo Encuentro, entre otras.

ANEXO

FUENTES

Archivo de la Biblioteca provincial 9 de Julio.

Archivo Diario El Liberal, Diario Nuevo Diario, web Diario Digital Panorama.

Discurso de Gerardo Zamora en la Cámara de Diputados del 27 de abril de 2007

Entrevistas a dirigentes e integrantes del PJ Juarista y de las organizaciones kirchneristas.

Informe de Relevamiento de Programas y planes sociales (2005). Elaborado por Fundación Utopía. Centro para la promoción humana y el desarrollo social.

Observación participante de actividades, reuniones y movilizaciones políticas Proyecto Política y Ciudadanía en Santiago del Estero (2012) “Militancia, articulación con el Estado y perspectiva electorales de las organizaciones políticas en Santiago del Estero”. Documento en base al panel y debate abierto realizado en Abril de 2012.

Proyecto Política y Ciudadanía en Santiago del Estero (2013) “Balance de las PASO y estrategias de los frentes políticos santiagueños para las elecciones generales de octubre”, en el marco del ciclo de debates “Elecciones 2103”. Documento en base al panel realizado en Septiembre de 2013.

Registro Filmográfico del Cierre de Campaña del PJ para elecciones de Febrero de 2005.

Registro Filmográfico del Congreso NOA de la Militancia “Mario Giribaldi-Cecilio Kamenetzky” realizado por Compromiso Social. 09/10/2010.

Tribunal Electoral de la Provincia de Santiago del Estero.

BIBLIOGRAFÍA

1 AUYERO, J (1997) Estudios sobre clientelismo político contemporáneo en AUYERO (comp.), ¿Favores por votos? Estudios sobre clientelismo político contemporáneo, Buenos Aires, Losada.         [ Links ]

2 AUYERO, J (2001) La política de los pobres. Las prácticas clientelistas del peronismo, Buenos Aires, Manantial.         [ Links ]

3 CALVO, E y LEIRAS, M (2010) Compañero, Correligionario y Comprovinciano: Initial Notes on the Nationalization of Legislative Collaboration, presentado en la Reunión Anual de la American Political Science Association, Washington D.C.         [ Links ]

4 CAMPOS, H (2014) La constitución del partido y del frente electoral Compromiso Social dentro de las condiciones de posibilidad del régimen político de Santiago del Estero. Revista Trabajo y Sociedad- Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas (Caicyt-Conicet). Nº 23, Argentina. Pp. 287-306.         [ Links ]

5 GAZTAÑAGA, J (2008) ¿Qué es el trabajo político? Notas etnográficas acerca de militantes y profesionales de la política. Cuadernos de Antropología social N°27, pp. 133-153. Buenos Aires. Facultad de filosofía y letras. Instituto de Ciencias Antropológicas.         [ Links ]

6 GERVASONI, C (2012) La política provincial es política nacional: cambios y continuidades subnacionales del menemismo al kirchnerismo, en MALAMUD y DE LUCA (coord.) (2012), La política en tiempos de los Kirchner, Bs As, Eudeba.         [ Links ]

7 GERVASONI, C (2010) A Rentier Theory of Subnational Regimes: Fiscal Federalism, Democracy, and Authoritarianism in the Argentine Provinces, en World Politics, Vol. 62, N° 2        [ Links ]

8 GERVASONI, C (2011) Democracia, Autoritarismo e Hibridez en Las Provincias Argentinas: La Medición y Causas De Los Regímenes Subnacionales. I Journal of Democracy en Español. www.journalofdemocracyenespanol.cl/pdf/05_Gervasoni.pdf        [ Links ]

9 GIBSON, E y SUÁREZ CAO, J (2010) Federalized Party Systems and Subnational Party Competition: Theory and Empirical Application to Argentina, en Comparative Politics, Vol. 43, Nº 1.         [ Links ]

10 GIBSON, E y CALVO, E (2000) Federalism and Low-Maintenance Constituencies: Territorial Dimensions of Economic Reforms in Argentina, en Studies in Comparative International Development, Vol. 35, Nº 3.         [ Links ]

11 GÓMEZ, M (2006) Crisis y recomposición de la respuesta estatal a la acción colectiva desafiante en la Argentina (1989-2004), Argentina: Revista Argentina de Sociología. Año 4 N° 6 ISSN 1667-9261. pág. 88-128.         [ Links ]

12 GÓMEZ, M (2010) Acerca del protagonismo político y la participación estatal de los movimientos sociales populares: juicio al paradigma normal de análisis, en Massetti A., Villanueva E., Gómez M. (Comp.) Movilizaciones, protestas e identidades políticas en la Argentina del Bicentenario, Buenos Aires, Ed. Nueva Trilce.         [ Links ]

13 GÓMEZ, M (2007) Origen y desarrollo de los patrones de acción y organización colectiva desafiante de los movimientos de desocupados en la Argentina, en Massetti A., Villanueva E., (Comp.), Movimientos sociales y acción colectiva en la Argentina de hoy, Buenos Aires, Ed. Prometeo.         [ Links ]

14 GÓMEZ, M y MASSETTI, A (2009) Los movimientos sociales dicen. Conversaciones con dirigentes piqueteros. Nueva Trilce. Buenos Aires.         [ Links ]

15 MANEIRO, M (2012) De encuentros y desencuentros: Estado, gobiernos y movimientos de trabajadores desocupados, Buenos Aires, Biblos.         [ Links ]

16 MERKLEN, D (2005) Pobres ciudadanos. Las clases populares en la era democrática (Argentina, 1983-2003). Buenos Aires, Ed. Gorla.         [ Links ]

17 MOSCOVICH, L (2009) Gobernadores vs organizaciones: Política social y federalismo durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Congreso de la IPSA, Santiago de Chile, Julio de 2009.         [ Links ]

18 NATALUCCI, A (2012) Los movimentistas. Expectativas y desafíos del Movimiento Evita en el espacio Kirchnerista (2003-2010), en PÉREZ Y NATALUCCI (eds.) (2012), Vamos las bandas: Organizaciones y militancia kirchneristas, Buenos Aires, Nueva Trilce.         [ Links ]

19 NATALUCCI, A (2011) Entre la movilización y la institucionalización. Los dilemas de los movimientos sociales (2001-2010), Revista Polis, Nº 28. Universidad Bolivariana.         [ Links ]

20 NATALUCCI, A y SCHUTTENBERG, M (2010) La construcción de las Ciencias Sociales en torno a la dinámica post 2003. Un estado del arte de los estudios sobre movimientismo e indentidades nacionales populares. II Jornadas Internacionales de Problemas latinoamericanos: “Movimientos sociales, procesos políticos y conflicto social: escenarios de disputa”. UNC, 18 al 20 de noviembre de 2010.

21 ORTIZ DE ROZAS, V (2014) Dirigentes representativos y capital territorial. Los partidos provinciales a través del estudio de los capitales políticos de los líderes intermedios. Santiago del Estero (1999-2013), Tesis Doctoral. Universidad de Buenos Aires.         [ Links ]

22 PERELMITER, L (2010) Militar el Estado. La incorporación de movimientos sociales de desocupados en la gestión de políticas sociales. Argentina (2003-2008), en MASSETTI, VILLANUEVA Y GÓMEZ (Comp.) ob. cit.         [ Links ]

23 PEREYRA, S (2008) ¿La lucha es una sola?: la movilización social entre la democratización y el neoliberalismo. UNGS; Biblioteca Nacional. Buenos Aires.         [ Links ]

24 QUIRÓS, J (2006) Cruzando la Sarmiento. Una etnografía sobre piqueteros en la trama social del sur del Gran Buenos Aires. Buenos Aires: Antropofagia.         [ Links ]

25 SALTALAMACCHIA, H (2005) Del proyecto al análisis: aporte a una investigación cualitativa socialmente útil, Buenos Aires, El autor.         [ Links ]

26 SAWICKI, F (2011) Para una sociología de los entornos y de las redes partidistas, Revista de Sociología N°25/2011, Pág. 37-53. Universidad Nacional. Chile.         [ Links ]

27 SCHNYDER, C (2013) Política y Violencia. Santiago del Estero 1995-2004, Sgo del Estero, EDUNSE.         [ Links ]

28 SUAREZ CAO, J (2011) ¿Federal en teoría pero unitaria en la práctica? Una discusión sobre el federalismo y la provincialización de la política en Argentina, Número 2, Noviembre 2011, pp305-321.         [ Links ]

29 SVAMPA, M y PEREYRA, S (2003) Entre la ruta y el barrio. La experiencia de las organizaciones piqueteras, Bs. As. Biblos.         [ Links ]

30 VÁZQUEZ, M y VOMMARO, P (2012) La fuerza de los jóvenes: aproximaciones a la militancia kirchnerista desde La Cámpora, en Pérez y Natalucci (eds.) (2012) Ob. cit.         [ Links ]

31 VOMMARO, G (2009a) Redes políticas y redes territoriales en la construcción del posjuarismo, En Silveti (Compiladora) (2009) “El protector ilustre y su régimen: redes políticas y protesta en el ocaso del juarismo”, Ed. INDES. Santiago del Estero.

32 VOMMARO, G (2009b) Diez años de ¿Favores por votos? El clientelismo como concepto y como etiqueta moral. En Eduardo Rinesi, Gabriel Vommaro y Matías Muraca (comps.), ““Si este no es el pueblo…”. Hegemonía, populismo y democracia en Argentina”, Buenos Aires, UNGS/UNMDP, pp. 141-158.

33 VOMMARO, G y QUIRÓS, J (2011) “Usted vino por su propia decisión”: repensar el clientelismo en clave etnográfica, Desacatos, núm.36, mayo-agosto 2011, pp. 65-84.

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons