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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.50 San Salvador de Jujuy dez. 2016

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Organización de espacios domésticos en unidades residenciales en Alamito (Campo de Pucará, Catamarca)

The organization in domestic space in residential units alamito (Campo De Pucará, Catamarca)

María Soledad Gianfrancisco*

* CONICET – INTERDEA (Instituto Interdisciplinario de Estudios Andinos) / Facultad de Ciencias Naturales e IML – Universidad Nacional de Tucumán - Miguel Lillo 205 – CP 4000 - San Miguel de Tucumán - Tucumán - Argentina. Correo Electrónico: solegianfrancisco@yahoo.com.ar

RESUMEN

            Este trabajo está centrado en el análisis de espacios domésticos que forman parte del yacimiento arqueológico “El Alamito”, correspondiente al Período Formativo. Nuestros objetivos están orientados a caracterizar la organización y uso del espacio doméstico y determinar las prácticas cotidianas que se desarrollaron en el interior de los sitios que definimos como “Recintos con Estructuras Anexas”. Se analizaron, integral y contextualmente, los rasgos arquitectónicos, las características morfológicas, tecnológicas y funcionales del conjunto cerámico, lítico y óseo; los resultados de los análisis sedimentológicos de muestras de suelos y las dataciones radiocarbónicas.
            Las evidencias recuperadas nos permiten proponer nuevas interpretaciones acerca de las formas de participación de los individuos en el espacio de Alamito, identificando distintas relaciones establecidas con los objetos y las formas espaciales (paisajes y arquitectura).

Palabras Clave: Alamito, Espacios Domésticos; Noroeste Argentino; Período Formativo.

ABSTRACT

            This work is focused on the analysis of domestic spaces that are part of the archaeological site “The Alamito”, corresponding to the Formative Period. Our objectives are oriented to characterize the organization and use of the domestic space and determine the daily practices that were developed in the interior of the sites that we define as “Enclosures with attached structures”. Were analyzed, integral and contextually, the architectural features, the morphological characteristics, technological and functional of the ceramic assemblage, lithics and bone; the results of the analysis sedimentological of samples of soil and radiocarbónicas datings.
            The evidence recovered allow us to propose new interpretations about the forms of participation of individuals in the space of Alamito, identifying different relations established with the objects and the spatial forms (landscapes and architecture).

Key Words: Alamito; Formative Period; Household Spaces; Northwestern Argentina.

INTRODUCCIÓN

            Florín (2001) considera que el espacio doméstico constituye una unidad espacial en la cual un grupo social desarrolla su vida cotidiana. Ésta última puede definirse como la sumatoria de actividades que el conjunto de personas realiza durante el día (Rappaport, 1990). En este contexto, la estructura del espacio doméstico y sus variaciones ofrecen una vía de aproximación privilegiada para el estudio arqueológico de las sociedades del pasado (Nielsen, 2001).
            Los estudios arqueológicos de los grupos domésticos y la utilización de espacios habitacionales han incorporado, especialmente alrededor de las últimas tres décadas, enfoques teóricos que han tratado de aproximarse a la manera en que estos grupos se estructuran, se organizan y llevan a cabo las actividades fundamentales para la existencia cotidiana (teoría de la práctica, la teoría de la estructuración, la antropología de género y el papel de la agencia y su relación con los procesos sociales). De este modo, como concepto antropológico y dado su flexibilidad, es aplicable a todas las sociedades del mundo; en arqueología, ha sido empleado con éxito porque es insoslayable y permite su contrastación con los materiales que suelen recuperarse en el campo (Blanton, 1994; Allison, 1999; Kent, 1990; Rapoport, 1990, entre otros)
            En este sentido, partimos de la premisa de considerar que el grupo doméstico constituye la unidad fundamental de toda estructura social y su definición se encuentra, vinculada espacialmente a las áreas o lugares de habitación, aunque su forma pueda ser muy variable (Ashmore y Wilk, 1988; Wilk y Netting, 1984). La información etnográfica ha demostrado que éstos presentan, en la práctica, importantes variaciones a lo largo de su ciclo de vida y de los ciclos propios de cada sistema sociocultural (Goody, 1972). Es por ello que, si bien suele usarse simultáneamente conceptos como grupo doméstico, grupo corresidencial y familia, numerosos investigadores han llegado a la conclusión de que un grupo doméstico es, en principio, un grupo de actividad, cuya cohesión depende tanto de las prácticas sociales y sus ritmos, como de los sistemas de parentesco y otros tipos de instituciones sociales (Ashmore y Wilk, 1988; Wilk y Netting, 1984) la definición del mismo comprende las acciones compartidas por sus miembros y los vínculos que los cohesionan.
            Abordaremos el estudio de las tareas cotidianas en términos de “uso del espacio” (Kent, 1987) en tanto da lugar a concebir una relación abierta y dinámica entre las acciones de las personas y los espacios domésticos, asumiendo la posibilidad de identificar diversos “usos” asociados a un mismo espacio en diferentes momentos.
            Sobre la base de los conceptos teóricos explicados anteriormente, nos proponemos analizar cómo se articuló el espacio doméstico al interior de los sitios Alamito y la manera en que se estructuraban, tratando de identificar, a través de los restos culturales, las actividades que se pudieron haber desarrollado a partir de los restos de los pisos de ocupación y los objetos que se utilizaron en la vida cotidiana.
            Para ello, nuestro trabajo se estructuró en distintas escalas de análisis. En primer lugar, de manera general, describimos el emplazamiento y morfologías de los recintos que integran el yacimiento arqueológico “El Alamito” (Núñez Regueiro, 1970; 1998). Luego, a una escala de sitios, nos centraremos en los Recintos con Estructuras Anexas con el objetivo de intentar comprender la organización y uso del espacio. Para ello, examinamos la configuración interna del espacio, la arquitectura de los sitios; integrando el análisis pedológico y cronológico, junto a la distribución espacial de la cultura material.

LOS SITIOS ALAMITO

            El yacimiento arqueológico “Alamito” se encuentra ubicado en el sector NE de Campo de Pucará, Provincia de Catamarca. Geográficamente, el Campo de Pucará, es el paso de transición entre los valles y bolsones semiáridos occidentales, y la llanura de Tucumán.
            Los primeros registros de poblaciones se registran para el Período Formativo, corresponden a lo que Núñez Regueiro definiera como cultura Alamito (Núñez Regueiro, 1970), considerada hoy como una manifestación particular de Condorhuasi, llamada “Condorhuasi-Alamito” (Tartusi y Núñez Regueiro, 1993). Hasta ese momento, los autores (Tartusi y Núñez Regueiro, 1993) estimaban que dicha ocupación se inició cerca del 240 d.C. estando relacionada a lo que se conocen como sitios “Patrón Alamito”. Sin embargo, nuevos datos aportados por fechados radiocarbónicos efectuados en uno de los Recintos con Estructuras Anexas que trabajamos nosotros mismos (Recinto 31-0), ha arrojado un fechado de 1930 ± 60 AP (LP-2224) que convertido a años calendáricos da un rango de fechas del 1 a.C. a 134 d.C (68.5% de probabilidad) y de 50 a.C a 233d.C (95.4% de probabilidad) (OxCal v4.1.6 Bronk Ramsey et al, 2010) (Gianfrancisco, 2011) Si bien, contamos con un solo fechado, resulta significativo ya que estaría dando cuenta de una ocupación más temprana del área.
            Los sitios que componen el yacimiento se distribuyen en tres zonas, situadas en las cotas de 1700, 1800 y 1900 msnm al SE de la población de La Alumbrera (Figura 1). Quisiéramos aclarar que utilizamos el término “Yacimiento” para referirnos a todo el asentamiento arqueológico identificado en las tres mesetas nombradas. En concepto de “sitio” hace referencia solamente a los “sitios Patrón Alamito” ya que constituyen una unidad por si misma integrada por diversos recintos y estructuras monticulares. Para el resto de construcciones arquitectónicas identificadas en el paisaje que se presentan de manera individual utilizamos el término “Recinto”.


Figura 1. Yacimiento arqueológico “El Alamito”. Distribución de sitios y recintos en mesadas de 1700, 1800 y 1900 msnm.

            Las prospecciones efectuadas permitieron identificar 136 sitios y recintos menores, de los cuales 76 se ubican en la meseta de 1700 msnm, 42 a la meseta de 1800 msnm y 18 en la meseta de 1900 msnm. Salvo dos estructuras rectangulares correspondientes al período incaico, los restantes corresponden al Período Formativo (Bustos Thames, 1994; Núñez Regueiro, 1998; Gianfrancisco, 2011).
            Teniendo en cuenta la morfología de los sitios y recintos definimos tres tipos en conjuntos definidos como: (a) Sitios Grandes: que corresponden a los sitios “Patrón Alamito” (n: 51); (b) Sitios Medianos: corresponden a los Recintos con Estructura Anexa (n: 29), Rectangulares (n: 15), Circulares (n: 7) y Montículos (n: 13); (c) Sitios Pequeños: corresponden a Estructuras Circulares (n: 4) y (d) Estructuras agrícolas: andenes y canchones de cultivo (Gianfrancisco y Fernández, 2015).
            Las características formales de los sitios dan cuenta de una importante variabilidad en el diseño de planta, tamaño y características estructurales. A pesar de ello, se registran ciertos rasgos compartidos entre algunos sitios “Patrón Alamito” y los demás Recintos, como técnicas de construcción en paredes de piedra y tierra. El análisis espacial efectuado (Gianfrancisco 2011; Gianfrancisco y Fernández, 2015) demuestra que no existe una selección en el emplazamiento de los Sitios y Recintos que les otorgase una posición privilegiada a nivel espacial con respecto a otros. Todo lo contrario, comparten una distribución similar en casi todos los casos, lo que nos lleva a considerar la ausencia de una relación jerárquica, por lo menos a nivel espacial. Sin embargo, esta igualdad registrada a nivel espacial no se refleja en la materialidad y uso del espacio interior.

MATERIALES Y MÉTODOS

            La información necesaria sobre la cual se fundamentó nuestra investigación se obtuvo a través de dos etapas de trabajo, una de campo (prospecciones y excavaciones) y otra de laboratorio.
            En primera instancia, se llevó a cabo el relevamiento y mapeo planimétrico de todos los Recintos con Estructuras Anexas (en adelante REA) presentes en las meseta de 1700 msnm y 1800 msnm, con el fin de visualizar en forma clara, rápida y directa la/s morfología/s que presentan este tipo de recintos. De los 28 REA registrados, seleccionamos el Recinto 31-0 (en adelante R31-0). Para enriquecer las interpretaciones finales hemos incorporado los datos de las excavaciones parciales efectuados en otros recintos de la misma categoría (Gianfrancisco, 2002).
            Con el objetivo de contar con un panorama completo de la configuración que adquiría el espacio interno del R31-0, se plantearon excavaciones que abarcaron toda la superficie del mismo. Para esto se dividió el Recinto Mayor en cuatro sectores (Sector 1, 2, 3 y 4) y a su vez, cada uno de éstos fue subdividió en cuatro cuadrículas de 1,5m de lado. En el caso de la Estructura Anexa se efectuó una sola cuadrícula ya que sus dimensiones son muy reducidas. Los espacios exteriores no fueron excavados debido a falta de tiempo y presupuesto.
            Para comprender algunos aspectos de la construcción social del espacio e inferir las características del grupo doméstico se estudió la arquitectura habitacional. En virtud de ello, se analizaron aspectos constructivos, distribución del espacio interior, divisiones internas, acceso, dimensión y orientación de los sitios.
            Para la clasificación del material cerámico se consideraron las características de su pasta, acabado de superficie; técnica y motivo de decoración siguiendo los criterios de Núñez Regueiro (1998). También se observó el estado de conservación de su superficie, alteraciones y fractura (Gianfrancisco, 2011).
            El material lítico fue analizado tecno-tipológicamente siguiendo la propuesta de Aschero (1983) y Aschero y Hocsman (2004). En el caso del material óseo se llevó a cabo un análisis anatómico y taxonómico, de acuerdo a las variables utilizadas por Mengoni Goñalons (1988).
            Para determinar si las propiedades edáficas variaban como consecuencia del uso antrópico del suelo, se llevó a cabo la identificación, descripción y muestreo de los perfiles representativos de suelos intrasitio y extrasitio haciendo uso de los rasgos morfológicos de acuerdo a las Normas de Reconocimiento de Suelos (Etchevehere, 1976). Además, se tomaron muestras de distintos sectores del piso de ocupación del sitio y se realizaron análisis de pH, materia orgánica, fósforo total y carbonato.

LOS ESPACIOS DOMÉSTICOS. LOS RECINTOS CON ESTRUCTURA ANEXA

            Dichos espacios poseen un patrón de construcción circular o rectangular. Todos se componen de un recinto mayor y uno de menores dimensiones adosado a uno de sus lados. Los que poseen forma circular se presentan sólo en forma individual, mientras que los rectangulares son de mayores dimensiones y pueden presentarse de a pares compartiendo uno de sus lados.

EXCAVACIONES PARCIALES DE LOS RECINTOS 3-0, 23-0, 24-0, 32-0 y 39-0

            La información aportada por las excavaciones parciales de los Recintos con Estructura Anexa 3-0, 23-0, 24-0, 32-0 y 39-0 -ubicados en la meseta de 1700 msnm- han dado cuenta de la existencia de evidencias vinculadas a la alimentación, en sus etapas de preparación, consumo y descarte de alimentos. El contexto es similar al recuperado en el Recinto 31-0, y está integrado por fogones con lentes de cenizas de gran potencia y tierra rubefaccionada. La recurrencia en el hallazgo de piezas cerámica quemadas y huesos de animales nos remite a la existencia de la cocción de alimentos en el interior de estos recintos. Relaciondo con ello, hemos identificado que el utillaje lítico se asocia a actividades de corte y/o raspado (recintos 24-0 y 31-0). Por otro lado, el 50% de los fragmentos cerámicos poseen restos de hollín en la cara externa y residuos orgánicos en su cara interna (Gianfrancisco, 2002).
            El material óseo posee una amplia variedad taxonómica, corresponde a placas de quirquincho, llama, roedores y mamíferos indeterminados, lo que nos permite pensar que el consumo de animales fue una de las actividades desarrolladas en estos espacios.
            En la mayor parte de los recintos trabajados (3-0, 39-0, 24-0), se han recuperado evidencias referentes a actividades de manufactura y formatización de artefactos líticos. El repertorio material está conformado, en su mayoría, por desechos de talla de cuarzo, cuarcita y/o esquisto, de tamaño pequeño (Gianfrancisco, 2002). Además, se han recuperado artefactos vinculados a actividades de percusión, como martillos (24-0) y percutores (23-0 y 24-0), aunque no necesaria o exclusivamente fueron utilizados en la producción lítica, sino que pudieron participar en otro tipo de actividades. Otro tipo de instrumentos, como alisadores, nos sugieren que posiblemente hayan sido utilizados para el trabajo de acabado de piezas cerámicas o de piezas óseas. Sin embargo la ausencia tanto de materias primas relacionadas a la confección de piezas cerámica como de astillas óseas no nos permite evaluar mayores conclusiones al respecto.
            No hemos identificado evidencias directas de que pudieran haber estado techados.

El Recinto 31-0
Se encuentra situado en la meseta de 1700 msnm, en el sector superior de una colina con superficie ligeramente aplanada (Figura 1). Se divide en dos unidades, un Recinto Mayor (en adelante RM) que posee una forma circular con un diámetro de 7m en dirección E-O y un muro doble de piedras en casi todo su perímetro, a excepción del sector EO que era simple. La Estructura Anexa (en adelante EA) separada del anterior por este muro perimetral, posee forma ligeramente elipsoidal y 1,20 m en su eje mayor (Figura 2).


Figura 2. Planta del Recinto 31-0.

El patrón de muros en ambas estructuras revela ciertas diferencias, ya que en el RM se utilizaron esquistos de gran tamaño que se disponen de manera vertical clavadas sobre el terreno, cuya altura varía desde 40 a 70 cm de longitud. Entre dos de ellas suele colocarse una columna de piedras de menor tamaño y sobre estas hileras de piedras cuyo eje mayor se dispone en forma horizontal (Figura 3). Para unir las rocas se utilizó mortero de barro, o pequeñas piedras chatas utilizadas a modo de cuñas. El acceso se producía por una abertura que posee un ancho de 63 cm.


Figura 3. Muro Sector Oeste R31-0.

La EA posee una longitud de 1,20 m en dirección NO-SE y 1 m en dirección NE-SO. El muro está formado por hileras horizontales de piedras de diverso tamaño, un lienzo uniforme y mortero de barro (Figura 4). La conexión entre el RM y EA se da a través de una entrada demarcada por jambas verticales.
La altura de los muros es de 55 a 70 cm en el sector Oeste del RM y de 40 cm en el sector Este. En el caso de la EA, el muro poseía 50 cm de altura; pero teniendo en cuenta el grado de derrumbe de los mismos creemos que su altura pudo ser mucho mayor. No se ha registrado evidencias de techado en la vivienda, el que probablemente estuviera confeccionado con materiales perecederos.


Figura 4. Vista Estructura Anexa.

MATRIZ SEDIMENTARIA

            Se identificaron cuatro horizontes de sedimentación natural, denominados con números del 1, 2 y 4 desde el más superficial hasta el más profundo y un nivel de ocupación cultural designado como Nivel 3.
- Horizonte 1: sedimento homogéneo, fino y color beige claro, y una potencia de 10 cm, identificado pedológicamente como horizonte A. No se registró material cultural.
- Horizonte 2: sedimento de color más oscuro y una potencia de 15 a 20cm, dependiendo del sector. Aparecen piedras de derrumbe de las paredes y material cerámico y lítico.
- Horizonte 3: presenta gran homogeneidad a excepción de un cambio a nivel de compactación y de presencia de material cultural. A los fines de tener un mayor control a nivel de indicadores pedológicos, lo subdividimos en dos niveles.
.Nivel 3a: sedimento de coloración marrón clara y tiene una potencia de 30 a 35 cm. De manera irregular presenta una capa endurecida de sedimento blanco que abarca gran parte de la superficie. Se registró material cultural tanto óseo, lítico y cerámico en escasa proporción, y una cantidad importante de piedras producto del derrumbe de los muros. Por sus características este nivel deposicional fue interpretado como correspondiente al derrumbe y relleno, conteniendo material de ambos eventos.
.Nivel 3b: pertenece al nivel de ocupación de la vivienda y posee una potencia de 6 a 8 cm. Contiene partículas de carbón, lentes de ceniza, restos óseos, material cerámico y lítico.
- Horizonte 4: corresponde al nivel estéril detectado bajo el nivel de ocupación.

EL REGISTRO MATERIAL

            El piso de ocupación se registró a 70-75 cm de profundidad en el sector NO y SO del RM, y a 60 cm de profundidad en el sector SE sobre un sedimento de textura Franco-Arcillo-Arenoso muy compacto. Esto nos permitió constatar que el piso del RM se encontraba nivelado, ya que la pendiente general del terreno posee un orientación N/NO – S/SE.

ESTRUCTURA DE COMBUSTIÓN

            Corresponde a un área de rubefacción y núcleo de fogón que abarca un área subcircular de 2 m2 aproximadamente. Se encuentra circunscripta por un pequeño muro interno de piedras de 40 cm de altura. Próximo a ella se registró una capa de cenizas en el perfil de suelo de 7 cm de espesor y 45 cm de longitud. En la EA no se registraron estructuras de combustión o de concentración de ceniza.

ESTRUCTURA DE ACUMULACIÓN DE PIEDRAS

            En el Sector 1 se registró la presencia de una acumulación de cuatro rocas metamórficas, tres en posición horizontal y una en posición vertical que correspondía a una mano de moler. Debajo de ésta se escondían dos láminas de mica y una lámina de esquisto de 2 cm. de ancho -que presentaba residuos en su superficie- junto a un fragmento cerámico y carbón. Ambas láminas pudieron funcionar en conjunto como un espejo (Núñez Regueiro, com. pers.).

MATERIAL LÍTICO

            En el RM se recuperaron 218 desechos de talla y seis artefactos cuyas características técnico-morfológicas se exhiben en la Tabla I. En cuanto a los desechos de talla recuperados, sólo cuatro corresponden a la EA. De ellos, el 8,71% pertenece a lascas enteras (ENT), el 31,19% a lascas fracturadas con talón (FCT) y el 60% a lascas fracturadas sin talón (FST). La materia prima utilizada en mayor proporción es el cuarzo (80,27%), siguiendo en abundancia la cuarcita (11%), esquisto y basalto (6%).


Tabla 1. Características litométricas y litológicas de artefactos.

            Registramos una pequeña área de concentración de desechos de talla en la sección central y perimetral del sector 2 (Figura 5). Corresponden a un fragmento de mano de moler, un artefacto de formatización sumaria, un fragmento de artefacto pulido, todos manufacturados en esquisto, y sólo un percutor elaborado en cuarzo. Estos están asociados un núcleo de cuarzo y a un artefacto con filos naturales con rastros complementarios (FNRC) de basalto. Los artefactos y FNRC recuperados presentan funciones de corte y raspado, molienda y sólo uno a actividades de percusión Funes, comunicación personal).


Figura 5. Mapa de concentración por tipo de material, Recinto 31-0.

Por sus características, pudieron estar vinculados a tareas de procesamiento de alimentos. Próximo al área de fogón se registró un fragmento mano de moler elaborado en esquisto y un artefacto de formatización sumaria elaborado en cuarzo cuya función primaria inferida es la de corte (Funes, comunicación personal), y podrían vincularse con el procesamiento de alimentos.

            Ahora bien, tratando de integrar las características de los desechos de talla y los artefactos vemos que los primeros se presentan en su mayoría fracturados (con y sin talón), y que las características de tamaño, la forma, ancho y espesor de los talones nos permiten asociarlos con estadios avanzados de formatización de artefactos, como la regularización y reactivación de filos.
            Sin embargo, no existe una clara relación entre las características de los desechos de talla (tipo y tamaño) y las características que presentan los artefactos, ya que registramos sólo dos de ellos elaborados en cuarzo, un FNRC y un percutor. Los demás son en esquisto, pero sólo hemos registrado un 6% de desechos de talla en dicha materia prima, y corresponden en su mayoría (75%) a microlascas. Por último, en cuarcita no se han recuperado artefactos siendo la segunda materia prima en importancia registrada dentro de la muestra.
            Creemos que esta falta de vinculación, entre desechos de talla y artefactos, los primeros constituyen desechos de tipo secundario (sensu Schiffer, 1987) cuyos artefactos simplemente no fueron descartados en este recinto. A su vez, es posible que los artefactos de esquisto y basalto ingresaran al recinto ya confeccionados para ser utilizados directamente en una función específica (Funes, comunicación personal). Debemos aclarar que no se recuperaron restos arqueobotánicos.

MATERIAL CERÁMICO

            Está compuesto por 241 ítems con un alto grado de fragmentación y tamaños promedio de 3 cm de longitud sin ninguna posibilidad de remontaje. La cerámica ordinaria domina el conjunto con un 94,3% de representatividad, prevaleciendo los tipos Caspicuchuna (30,4%) y Alumbrera (29,4%) por sobre el Aconquija (21%) y Ojo de Agua (9%). Dentro de esta categoría, los tipos Ciénaga Gris Liso y Ciénaga Anaranjado Liso poseen 2,4 y 2% respectivamente.
            El material decorado está representado escasamente por los tipos Condorhuasi Gris Inciso (0,4%), Condorhuasi Monocromo Rojo (1,2%), Ciénaga Gris Inciso (0,4%), Ciénaga Rojo/Ante (1%), Alumbrera Pintado (1%) y Alumbrera Monocromo Rojo (1%).
            Presentan un patrón disperso de distribución, cuya disposición coincide en parte con la del material lítico y óseo en el sector 1 y 2. Interpretamos que los fragmentos de tamaño pequeño sin posibilidad de remontaje, corresponden a piezas fracturadas y descartadas fuera del recinto, que luego de su ruptura quedaron en el lugar para luego ser atrapados en la matriz sedimentaria.
            Cinco fragmentos cerámicos presentan tizne y mancha de hollín en su cara externa y restos orgánicos en su cara interna, todos dispuestos en la estructura de combustión. Los fragmentos corresponden al tipo Caspicuchuna de 5 a 6 cm de longitud. Por las características tecnológicas de la pasta y los residuos identificados en ambas superficies consideramos que los fragmentos originalmente formaban parte de piezas, o incluso de una misma pieza utilizada en la cocción de alimentos.

MATERIAL ÓSEO

            La muestra está compuesta por 262 ítems. De ellos, el 43% corresponde roedores, y el 12% placas de Dasipodio (armadillo). El cálculo de MAU% (68%) indica que la parte anatómica más abundante corresponde a placas móviles.
            El 35% restante corresponde a mamíferos de tamaño grande, y de ellos un 10% a la familia Camelidae (género Lama glama), el resto no pudo ser identificado. El cálculo de MAU% (64%) indica que la parte anatómica más representada son las láminas de costillas y costillas completas.
            La mayor parte de los restos óseos de mamíferos, que pudieron ser identificados anatómicamente, corresponden a diáfisis o fragmentos de diáfisis. Posiblemente esto sea el resultado de una etapa inicial de trozamiento en el exterior del recinto, al cual ingresaron listos para ser consumidos.
            La mayor cantidad de restos óseos con evidencias de alteración térmica corresponden a placas móviles de quirquincho. Esto nos permite pensar que posiblemente este mamífero haya formado parte de la dieta de los antiguos moradores del recinto.
            La única concentración de material óseo se registró en el en sector 3, correspondientes a restos óseos quemados y calcinados asociados a la estructura de combustión; los que se superponían espacialmente a los patrones de distribución de los fragmentos cerámicos con adherencias de hollín y restos orgánicos. Próximo a la estructura de fogón, pero del otro lado del murito interno, se registró una acumulación de huesos de mamíferos quemados y calcinados.
            Por último, identificamos una pequeña concentración de restos óseos en el centro del recinto. Estos corresponden a un conjunto de cinco costillas de llama (Lama glama) con evidencias de haber sido hervidas. Esto fue inferido debido a la coloración y brillo que presenta el hueso (Norma Nasif, com. pers.). Cabe destacar que utilizamos tres costillas de este conjunto para efectuar la datación radiocarbónica.
            La distribución del material óseo es coincidente, en parte, con la del material cerámico (Figura 5). Debido al elevado estado de fragmentación que presentan, reducido tamaño y proximidad a la estructura de fogón, a la cuál parecen vincularse, consideramos que podrían ser el resultado de procesos de descarte de comida vinculados a uno o más eventos de consumo.
            En la EA se recuperaron 11 ítems de pequeño tamaño correspondientes a mamíferos, sin señales de alteración térmica.

ANÁLISIS FÍSICO-QUÍMICOS

            Se efectuaron en los perfiles de la Cuadrícula 1-Sector 1, Cuadrícula 1-Sector 4, en dos muestras del nivel de ocupación (sector 1 y otra del sector 3) y, en muestras del sondeo externo situado la altura de la cuadrícula 1-Sector 4.
            Con respecto al (pH), sus valores se mantienen constantes en todo el perfil, presentando un aumento en el nivel de ocupación con valores muy fuertemente alcalinos, evidenciando un escaso lavado y disolución de sales y un contenido superior en materia orgánica. En el sondeo externo no registramos esta misma situación, manteniéndose los valores constantes en todo el perfil.
            Los valores de carbono y materia orgánica son muy bajos, típicos de estas condiciones ambientales dado presentan texturas muy gruesas y elevada permeabilidad esto produciéndose un lavado de los mismos, siendo la cubierta vegetal escasa. Esto conlleva un proceso de degradación de la materia orgánica que la simplifica impidiendo su humificación, por lo que se mineraliza.
            El Peso Específico Aparente (PEA), posee valores son algo más altos en superficie, debido a una compactación natural de la zona, como consecuencia de la falta de materia orgánica que estructure el suelo. Luego se observa una disminución en el horizonte central, con materiales más blandos y más sueltos. En el nivel de ocupación efectiva aumenta considerablemente.
            En el sondeo externo los valores son similares, pero en la misma profundidad que el nivel de ocupación del recinto no se registra un aumento del mismo.
            Los valores de Fósforo Total, descienden en profundidad. En el interior del recinto el perfil posee valores similares a la zona exterior, registrándose valores más elevados en el piso de ocupación, lo estaría confirmando el uso antrópico de la misma.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

            En función de lo que hemos podido identificar e interpretar hasta ahora, todos parecen exhibir una misma forma de construir y habitar, compuestos por dos espacios arquitectónicos: una estructura pequeña (Estructura Anexa) que se presenta como adosada a un espacio mayor (Recinto Mayor), que en conjunto habrían funcionado como una vivienda.
            Si bien, los espacios con mayor densidad de materiales constituyen sectores de depositación secundaria, son importantes en tanto constituyen una excelente fuente de información sobre las estrategias de organización espacial de dichos recintos.
            El análisis efectuado nos ha permitido verificar que gran parte del material cultural recuperado - se encuentra muy fragmentado, limitando la posibilidad de: remontaje en el caso del material cerámico o de identificación taxonómica del material óseo. Con respecto al material lítico, resulta complejo establecer una relación clara entre los desechos y artefactos líticos recuperados. En este sentido, resulta probable que el uso intensivo del espacio haya llevado a que sus ocupantes implementaran tareas regulares de mantenimiento y limpieza que involucraron el traslado de los materiales de mayor tamaño y desechos de comida a localizaciones exteriores o áreas de basurero.
            Asumimos que por las características del registro arqueológico, el depósito asociado al piso de ocupación constituiría un agregado de evidencias acumuladas a lo largo de la ocupación y de los diferentes usos, y no una muestra de lo ocurrido en el último momento de ocupación.
            La mejor estrategia para conocer y completar otros aspectos de la vida cotidiana sería buscar esos espacios de descarte en sectores extramuros, siendo esta nuestra próxima actividad de campo.
            Teniendo en cuenta las asociaciones de materiales recuperados y la distribución que presentan, consideramos que no existe una segmentación espacial de las actividades, en sectores o áreas específicas, sino una marcada superposición, sobre todo si tenemos en cuenta que serían el resultado de procesos de limpieza y barrido. La excepción la constituye el sector del área de fogón, circunscrito en el ángulo NO (Sector 4) entre el perímetro del muro del RM y el murito interno, que sí parece haber desempeñado funcionalmente un sector de fogón.
            Las características particulares que presenta el registro arqueológico nos han permitido identificar sólo algunas de las potenciales actividades efectuadas en el interior de la vivienda, las que interpretamos están vinculadas, principalmente a:
            (a)El consumo de alimentos, sustentado por la presencia de: (a) un fogón, que se vincularía con actividades preparación, cocción y consumo de alimentos. Además de otras propiedades vinculadas a su uso como fuente lumínica y de calor; (b) restos óseos quemados y calcinados correspondientes a mamíferos, placas de dasipodio e incluso roedores, próximos al área de fogón y tierra rubefaccionada, que reflejarían actividades vinculadas a su consumo; y (c) artefactos se formatización sumaria podrían estar asociados a actividades de corte y raspado vinculadas al procesamiento y consumo de animales. Las manos de moler estarían relacionadas a actividades de molienda como función primaria
            Los análisis químicos (pH, Fósforo total, Carbonato y MO) efectuados, en los sectores analizados dan cuenta de elevados niveles de fósforo, carbonato de calcio y carbono orgánico, que vendrían a confirmar la hipótesis de un uso antrópico de este espacio.
            Con respecto a las actividades de formatización y mantenimiento de artefactos líticos, hemos registrado que no existe una relación clara entre la materia prima y las características litométricas de desechos de talla y los artefactos recuperados. En este sentido, hemos identificado que: (a) los desechos de talla se vinculan con estadios avanzados de formatización de artefactos, relacionados a actividades de mayor precisión como la regularización y reactivación de filos de artefactos en mayor medida; corresponden a artefactos de cuarzo que simplemente no fueron descartados en el interior del recinto; (b) las tareas de extracción de formas base o reducción de núcleos se encuentran escasamente representadas. Solo se ha recuperado un núcleo, él que no se encuentra agotado; y (c) si bien son artefactos que se suelen ser habituales en espacios domésticos, dada sus características pueden convertirse en artefactos multifuncionales, no necesariamente vinculados solamente a actividades culinarias.
            Creemos que las características del registro arqueológico, están dando cuenta de acciones de mantenimiento y limpieza del espacio interior del recinto, lo que habría involucrado la extracción de las piezas de mayor tamaño quedando los fragmentos pequeños, que pudieron ser incorporados a la matriz arenosa del suelo mediante pisoteo. Si bien, este material cultural acumulado y conservado representa sólo una parte del total que originalmente se encontraba en la vivienda, pensamos que esa porción es significativa, desde el punto de vista de la información que ofrece respecto a las actividades ejecutadas. Posiblemente, al abandonar el recinto sus moradores se llevaron consigo sólo aquellos artefactos que todavía podrían ser utilizados en otras actividades.
            Con respecto a las características arquitectónicas del R31-0, consideramos que el mismo pudo brindar condiciones óptimas para mitigar la acción de factores ambientales externos como viento, temperatura, precipitaciones y resguardo físico. Si bien no hemos registrado evidencias de techumbre, esto puede deberse a dos factores, por un lado a las condiciones ambientales y pedológicas que no favorecieron su preservación o, a conductas humanas que involucraron su apropiación para ser reutilizada con otro fin.
            Con respecto a la EA, interpretamos que representa un espacio de uso esporádico, posiblemente destinado al descanso o almacenaje de bienes y objetos.
            Por último, hemos registrado un hecho que comparten todos los REA entre sí, y es la ausencia de entierros en el interior de la estructuras, característica que contrasta notablemente con lo que ocurre en los Sitios “Patrón Alamito”.
            Los datos aportados por el fechado radiocarbónico del R31-0 nos llevan hoy a considerar la posibilidad de ampliar la secuencia cronológica de Campo de Pucará, aunque somos precavidos ya que contamos, hasta ahora, con una sola datación. Posiblemente los REA, e incluso tal vez otros sitios similares (Recintos Circulares y/o Rectangulares) representan un modo de vida temprano, caracterizado por espacios que poseen la misma lógica espacial, posesiones y recursos, sumado al hecho de que comparten actividades de sustento básicas similares, como las de alimento y protección (Gianfrancisco, 2011).
            Ahora bien, teniendo en cuenta el hecho de que forman parte del mismo paisaje que los sitios “Patrón Alamito”, hemos advertido que existen notables diferencias en términos de configuración espacial, materialidades y prácticas (para más detalle consultar Gianfrancisco 2014). No obstante, estos escenarios diferenciados poseen elementos que los vinculan de manera significativa a través de recursos o bienes materiales específicos que estuvieron asociados a ambas (artefactos, estilos cerámicos, técnicas de construcción, etc.), pero que participarán en nuevos contextos materiales de existencia totalmente inéditos.
            En este contexto, consideramos posible que algunos de los REA constituyan ocupaciones tempranas del área por parte de grupos “formativos” que en el tiempo experimentaron cambios locales profundos que llevaron a una re-estructuración de la sociedad en diversos aspectos. De este modo, en una misma espacialidad, coexisten diferentes combinaciones de cultura material y significados conformando paisajes superpuestos (sensu Acuto,1999).
            Sin embargo, esto es sólo una primera hipótesis, los trabajos que estamos llevando a cabo nos confirmarán, o no, en el futuro estas primeras presunciones sobre la vida social de los antiguos pobladores de Campo de Pucará.

AGRADECIMIENTOS

            Quisiera agradecer mis compañeros de campo; a mi querido Dr. Víctor Núñez Regueiro y Marta Tartusi por abrirme las puertas para trabajar en Alamito, y a mi director Dr. Andrés Laguens por guiarme y apoyarme en estos últimos años de investigación.

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