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Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy

versão On-line ISSN 1668-8104

Cuad. Fac. Humanid. Cienc. Soc., Univ. Nac. Jujuy  no.51 San Salvador de Jujuy jun. 2017

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Representar, comunicar en y desde fronteras. Apropiaciones tecnológicas de comunidades Kolla y Wichi

(Thinking, representing, communicating on and from borders. Technological appropriations of Kolla and Wichi communities)

Alejandra Cebrelli*

* Facultad de Humanidades - Universidad Nacional de Salta - Av. Bolivia 5150 – CP 4400 – Salta - Argentina. Correo Electrónico: alecebrelli@gmail.com

RESUMEN

               Este trabajo reflexiona sobre las disputas de poder en el espacio público, entendiendo que para ello se requiere de saberes comunicacionales cada vez más complejos, del desarrollo de tácticas de apropiación para los pueblos originarios que están en situación de frontera cultural, espacio de conflictivo contacto entre un pensamiento “indígena” y otro “occidental”. Para ello, necesitan apropiarse de tecnologías y lenguajes propios de la modernidad tardía que postula nuevas narrativas, estéticas y valores lo que implica la elaboración de estrategias propias del pensamiento seminal.

               Se abordará el problema desde una perspectiva semiótica en diálogo con los estudios en comunicación, antropología y sociología. Se trata, además, de situar la reflexión desde perspectivas decoloniales y localizadas. Para ello se revisa la obra Rodolfo Kusch, producida en gran parte en y sobre el noroeste argentino, lugar de pertenencia de las comunidades originarias cuyos sitios web se analizan. Se trata del blog de la Comunidad Kolla Tinkunaku y de la página de Facebook de uno de sus ayllus, Río Blanquito, en contraste con la de la Comunidad Wichi Lhayis de Rivadavia Banda Sur, ambas de la provincia de Salta.

Palabras Clave: Frontera; Tretas; Pensamiento Seminal, Disputas por la representación.

ABSTRACT

            This work reflects on the disputes of power in the public space, understanding that this requires more and more complex communication skills, the development of appropriation tactics for the indigenous people who are in a cultural border situation, a space of conflicting contact between “indigenous” and “western” thought. To achieve this, they need to dominate technologies and languages of late modernity that postulate new narratives, aesthetics and values which involves the development of strategies of seminal thinking.

            The problem will be approached from a semiotic perspective in dialogue with communication, anthropology and sociology studies. It is also a question of situating the reflection from decolonial and localized perspectives. For this we review the work of Rodolfo Kusch, produced largely in and over the Argentinean northwest, place of belonging of the original communities whose websites are analyzed. It is the blog of the Community Kolla Tinkunaku and the Facebook page of one of its ayllus, Rio Blanquito, in contrast to the Wichi Lhayis Community of Rivadavia Banda Sur, both from the province of Salta.

Key Words: Border; Trick; Seminal Thinking; Disputes over representation.

 

                A fin de cuentas estamos en América, o sea en una zona liminal de Occidente, en un punto en el cual confluye el antiguo pensar al modo indígena y un pensar occidental sumamente resquebrajado.

Rodolfo Kush

            Esta intervención pretende reflexionar sobre las disputas de poder en el espacio público (Reguillo, 2007), entendiendo que para ello se requiere de saberes comunicacionales cada vez más complejos en el marco de esta segunda modernidad (Bauman, 1999). Se trata de saberes que se construyen sobre mapas geopolíticos que colocan a los actores acá considerados, pueblos originarios del norte de Salta, en una situación de frontera cultural (Lotman, 1996; Camblog, 2015; Cebrelli, 2011), esa zona liminal o “límite” (Kusch, 2007, 287-306) donde confluye un pensamiento “indígena” y otro “occidental sumamente resquebrajado(Kusch, 2007, 265)(1).

            Para ello se abordará el problema desde una perspectiva semiótica (Lotman, 1996; Camblong, 2015; Cebrelli y Arancibia, 2005 y 2011) en diálogo con los estudios en comunicación (Reguillo, 2007), la antropología (Grimson, 2000), la sociología (Bauman, 1999). Se trata, además, de situar la reflexión desde perspectivas decoloniales, es decir, capaces de colaborar en la producción de un pensamiento libertario (Escobar, 2005; García Linera, 2015). De allí la importancia de revisar la producción de Rodolfo Kusch para buscar allí categorías explicativas de las problemáticas microlocales que acá se plantean, muy afines a las que desarrolló el filósofo en su obra, producida en gran parte en y sobre el noroeste argentino, lugar de pertenencia de las comunidades originarias que interesan en este trabajo.

            Hoy por hoy, la disputa en el espacio público resulta extremadamente desigual porque la puja distributiva no sólo alude al ámbito económico sino que incluye la tecnología y la ecología. El modelo neoliberal-global genera problemas de distribución cultural que llega a negar la diferencia pues impone una visión del mundo, el modelo local occidental que se universaliza por efecto de la hegemonía (Escobar, 2005: 100-101). En relación a ello, se produce un conflicto simbólico en la que se disputan significaciones con la finalidad de que la distribución tienda a la equidad de acceso por parte de los diferentes grupos. Dicha equidad depende, entre otras cuestiones, del manejo de tecnologías y lenguajes propios de la modernidad tardía que postula nuevas narrativas, estéticas y valores como si fueran universales pero cuya apropiación implica, para las comunidades más vulnerables y alterizadas como las que acá se analizan, elaborar tretas que implican procesos de “corrupción” y “deformación” propios de todo pensamiento seminal (Kusch: 2, 2007, 473).

            Estas disputas determinan, entre otras cuestiones, variaciones de los campos de interlocución instituidos (Grimson: 2000, 40-47), de las formas de representación y autorrepresentación, de las condiciones de toma de la palabra y la imagen (Cebrelli: 2015), capaces de visibilizar y relocalizar ciertas comunidades en los mapas provincial, nacional y global. Se trata de las tácticas de pueblos originarios históricamente invisibilizados y, con frecuencia, sin voz ni imagen propia en los medios masivos tradicionales, tretas orientadas a la apropiación de las tecnologías de la comunicación trasmediáticas para tomar el espacio público por asalto (De Certau: 1995)

LOS CASOS

            Existen muchas comunidades de campesinos y de pueblos originarios en Salta ubicadas en fronteras geopolíticas y culturales, casi desconocidas en el espacio público salvo por algunas noticias aisladas en medios de referencia local y por sus propios sitios web. Cabe aclarar que la calidad de la vida de sus habitantes está marcada por la posesión comunitaria de la tierra, lo que determina el grado de autonomía alimentaria y económica como así también las posibilidades de establecer una relación más simétrica con los estados provincial y nacional. Ello se relaciona con la posibilidad de exigir los derechos de ciudadanía en equidad con el de las poblaciones blancas o criollas, generalmente urbanas o periurbanas y, por lo mismo, más occidentalizadas.

            La Comunidad Kolla de Río Blanquito (Tinkunaku, departamento de Orán) da cuenta de un ‘vivir bien’ (García Linera: 2015)(i) sostenido en el reconocimiento del derecho a su territorio por parte del estado nacional lo que les posibilita la conservación del hábitat y del medioambiente como así también la implementación de una economía relativamente autónoma y sustentable. En contraste, la Comunidad Wichi Lhayis (Banda Sur, departamento de Rivadavia) vive en una situación de pobreza extrema, resultado del avance del modelo neoliberal extractivista que significó la deforestación del bosque nativo en el que sostenía sus formas de vida en tanto se trata de pueblos tradicionalmente cazadores y recolectores.

            En el primer caso, la apropiación más temprana de los lenguajes informáticos fue acompañada de una presencia mayor del estado nacional, provincial y municipal que posibilitó a estos actores un diálogo productivo, en más de un sentido, si bien enraizado en sus saberes seminales y en prácticas agroproductivas tradicionales.

            En el segundo caso, la comunidad enfrenta el avance de los agronegocios que ha cambiado su paisaje y su geografía, desmontando el bosque en forma indiscriminada, amenazando no sólo la cultura ancestral sino la posibilidad misma de la vida, situación compartida con otras comunidades wichi. Habitualmente estos pueblos sólo aparecen en las noticias de medios masivos cuando protagonizan casos con ribetes amarillistas (muertes por desnutrición o desatención sanitaria, asesinatos, violaciones, desalojos masivos, entre otras (2)). El tratamiento periodístico suele negarles la voz y hasta la propia imagen (utilizando fotos de archivo o espectacularizando los cuerpos castigados por la pobreza), todo ello en concordancia con la ausencia casi total del acceso a derechos básicos de ciudadanía: territorio propio, vivienda digna, educación, cuidado de la salud e, inclusive, agua potable o alimentación (Cebrelli: 2015). De allí que el uso de Internet para hacer llegar sus peticiones y reclamos fuera de su grupo resulte de capital importancia para una supervivencia que, de otro modo, se sostiene en formas de resistencia que no han resultado suficientes para asegurarles, por ejemplo, la disminución de los casos de muerte por desnutrición entre los niños de la comunidad o una asistencia sanitaria eficiente.

SOBRE FRONTERAS Y OTRAS YERBAS

            En tanto este trabajo se centra en las formas de intervención en el espacio público de dos comunidades originarias ubicadas en espacios liminares de los mapas geopolíticos, se trabajará con la noción de frontera proveniente de la antropología y de semiótica. El abordaje resulta apropiado porque acá los campos de interlocución se alteran ya que constituyen un clivaje donde la interpelación del estado prácticamente desaparece, donde no alcanzan a funcionar sus estrategias de unificación, dejando a sus interlocutores en una alteridad casi absoluta (Grimson, 2000) (3). Se trata de fronteras culturales (Lotman, 1996), es decir, de espacios donde se producen conflictivos encuentros de lenguas, saberes, formas de mirar, entender y habitar el territorio (Cebrelli y Arancibia, 2011). Desde el punto de vista del sentido, funcionan como umbrales semióticos (Camblong, 2015, 21-31) pues en estas interacciones la diferencia e, incluso, la extrañeza es la norma al punto que se requieren traducciones, siempre incompletas. Los contactos, por lo tanto, se vuelven encuentros-desencontrados, vivencias de pasajes (de signos, de tránsito, movimiento) o de choque; en síntesis, se trata de una experiencia cabal de la otredad.

            Para Rodolfo Kusch, es posible pensar en cada comunidad como una unidad geocultural, es decir, un contexto firmemente estructurado mediante la intersección de lo geográfico con lo cultural, al punto que –para estudiar esos territorios- es indispensable considerar el “pensamiento grupal” (Kusch, Tomo 2, 2007, 253-254). Desde acá, entonces, se puede afirmar que, mientras mayor sea la diferencia entre el pensamiento seminal de estas comunidades con el pensamiento nacional (hegemónico y eurocentrado), mayor será el grado de incomunicabilidad y el esfuerzo para realizar la traducción entre una y otra unidad.

            La propuesta de estas reflexiones es la de identificar las astucias de estas comunidades que implican saberes aptos para tomar la propia palabra e instalar en el espacio público sus reclamos desde la propia perspectiva seminal, lo que implica pasar de la invisibilidad y del silenciamiento a la (auto) representación en el espacio público y, a la vez, una semiosis de frontera. Estos pueblos realizan esfuerzos importantes para superar el desigual acceso a la tecnología y para construir la competencia y enciclopedia que su uso implica- lo que supone el despliegue de destrezas arraigadas en la memoria colectiva (Kusch, Tomo 3, 2007, 486).

ASTUCIAS LIBERTARIAS O LAS FORMAS DE VISIBILIDAD DE UNA FRONTERA INTERNA

            El trabajo se enmarca en reflexiones anteriores sobre el diseño y administración de blogs de poblaciones casi inexistentes para la mirada global pero cuyas historias y memorias locales se hunden en la historia profunda de esta parte del continente. Sus administradores son jóvenes que habitan y transitan un espacio de frontera entre culturas diferentes pues remiten a ritmos y a temporalidades heterogéneas, a nuevos y viejos consumos marcados por contactos complejos con la tecnología (Cebrelli: 2012 y 2013).

            Ahora interesa aludir al blog de la Comunidad Kolla Tinkunaku que incluye los ayllus de San Andrés, Los Naranjos, Río Blanquito y El Angosto y se sitúa en el Departamento de Orán, Salta. Se trata de 19.000 hectáreas restituidas por el Gobierno Nacional en 2009. Muchos de sus habitantes trabajan en el Ingenio San Martín del Tabacal o se dedican al pastoreo y a la agricultura de subsistencia. Viven en la zona de yungas de altura donde mantienen vivas prácticas andinas milenarias. La comunidad ha desarrollado varias líneas de trabajo y cooperación con el estado nacional hasta 2015 y con organismos internacionales con la finalidad de administrar el territorio e implementar tecnologías modernas para el ‘vivir bien’ (García Linera: 2015) de los ayllus. En este marco, se desarrolló un blog, creado y administrado por Héctor Nieba, un joven kolla, técnico en sistemas de información geográfica. Nació en 2009 por mandato del Consejo del Pueblo con la finalidad de comunicar las novedades de la comunidad y se mantuvo activo por un año (4). El modo de enunciación, un nosotros inclusivo, tenía como destinatario no sólo a los habitantes de los ayllus que la componen sino también a cualquier ‘hermano’ que, víctima de la diáspora laboral o educativa, vivía en provincias lejanas. Así, facilitaba procesos de adscripción identitaria entre los descendientes kollas que no habían nacido ni vivido en Tinkunaku pero reconocían en el sitio web la cultura de sus ancestros y sus raíces étnicas (Cebrelli: 2012 y 2013).

            Al recorrerlo, se aprecian fotografías de un paisaje paradisíaco con sus casas de construcción tradicional y sus habitantes vestidos con dignidad, dedicados a actividades agrícolas y, sobre todo, ganaderas. Las capturas dan cuenta de una mirada enamorada de su propio hábitat. Resulta evidente el privilegio de la imagen sobre la palabra escrita, en clara alusión al universo preponderantemente oral que refieren y a un contacto todavía muy reciente con la tecnología. La única entrada a un archivo de textos escritos y escaneados contiene las leyes que amparan sus reclamos (Cebrelli: 2013). Los registros, tanto de la vida cotidiana como de la lucha de esta comunidad en defensa de sus derechos, se mantuvo en la página de Facebook inaugurada en enero 2015 por el ayllu de Río Blanquito y con actividad hasta fines de 2016 (5).

            En la red social, llama la atención reiterados posteos con fotos y comentarios sobre el pésimo estado de los caminos durante la época de lluvia, la falta de agua potable; en general, se trata de denuncias sobre la pasividad del estado para solucionar problemas endémicos de la zona. El Facebook recolecta también notas de diarios sobre eventos deportivos y culturales de Río Blanquito, registros de la vida cotidiana, de las festividades, los encuentros comunales y los talleres destinados productores agrícolas y artesanales, éstos últimos centrados en tejidos en telar y la elaboración de dulces (el pueblo tiene su propia marca). Por ello, varios posteos funcionan a modo de fomento, estímulo y publicidad de la producción económica local y de su incipiente comercialización.

            A la vez, dan cuenta de actividades organizadas para recolectar fondos lo que permite identificar los enunciatarios de la página: amigos “feisbukeros” del municipio e, inclusive, de diferentes ciudades del país. La eficacia del uso de esta página comunitaria, siempre apoyada por la asistencia de asociaciones internacionales, es innegable. En mayo de 2015, una red de mujeres solidarias provenientes de Buenos Aires, Rosario y Santa Fe, hicieron llegar a la comunidad camiones con provisiones para superar una inundación que la había dejado aislada y sin alimentos ni agua potable.

            El uso de la red social, construye un campo de interlocución que desplaza al estado (municipal, provincial y nacional) de su lugar de jerarquía ya que, rara vez, resulta el destinatario de los posteos. El nosotros colectivo que enuncia se vuelve paulatinamente inclusivo de ciudadanos y ciudadanas que viven en un ‘más allá’ o ‘más acá’ de los límites del ayllu, unificados en un valor compartido: el interés por el bienestar de la comunidad. La destinación aparece incluida en el nosotros que enuncia: vecinos del municipio, maestros y funcionarios que visitan el lugar para diversas actividades o festividades, las redes de mujeres solidarias interprovinciales, la asociación de Luxemburgo que colabora con los Kolla de Tinkunaku desde hace una treintena de años, van mapeando círculos concéntricos cada vez más inclusivos que colocan a la comunidad enunciadora y a sus ‘amigos’ en una situación de equidad que transgrede las jerarquías instituidas y recuerda la circulación de la palabra durante los consejos tradicionales.

            En síntesis, y más allá de sus dificultades y reclamos, estos sitios web construyen una representación del ‘bien vivir’ de los kollas del Tinkunaku, posibilitando un dialogo, al modo de Kusch, abierto al intercambio de un pensamiento y unas prácticas situadas en su propia unidad geocultural con otras diferentes en relativa equidad. Tanto el blog como el Facebook muestran las astucias de un pensamiento seminal que se apropia del occidental dominante, deformándolo en el proceso, al transformar una red social pensada para el intercambio amical entre estudiantes adinerados en un sitio comunitario desde donde se hace llegar una voz y una imagen desconocidas para el resto de los habitantes de la provincia y de la nación por una parte y por otra, para ponerla al servicio de la comunicación inter y extracomunitaria que transgrede el campo de interlocución instituido por el estado. El pasaje de lo individual a lo colectivo, de una geocultura marcada por el neoliberalismo tecnocrático a otra indígena, popular, comunitaria y agrícola es la huella de una fagocitación liberadora.

LA FRONTERA COMO LÍMITE. CUANDO LA VISIBILIDAD ES ARGUCIA PARA LA SUPERVIVIENCIA (6)

            Con la misma intención y deformación, algunas comunidades wichis del norte de la provincia de Salta han creado también sus propias páginas web. Mucho más precarias, también dan cuenta de la resistencia de sujetos anclados a un pensamiento seminal que se resiste a desaparecer a pesar de que el avance del desmonte ha cambiado su geografía y. su hábitat. El resultado de la expansión de los agronegocios extractivistas agrava una situación endémica de pobreza ya que sus saberes tradicionales tienen que ver con la pesca, la caza y la recolección de frutos de un bosque que ya no existe, de un territorio que ahora es ajeno y está alambrado o que, en muchos casos, se ha transformado en un desierto.

            Como consecuencia, muchas comunidades wichi vieron impedido su derecho básico a transitar, cazar, recolectar miel, pescar y obtener los elementos para sus artesanías. Las más perjudicadas fueron El Chañaral, La Esperanza, El Cocal, Brealito, San Felipe y Fiscal 30, La Misión, en conjunto suman más de 300 familias. Buscando una visibilidad que los medios le niegan, estas comunidades abrieron en 2015 una cuenta de Facebook (Wichi Lhayis Rivadavia Banda Sur) donde detallan la situación que padecen (7).

             Su foto de portada muestra unas consignas pintadas con aerosol sobre un puente de cemento que dicen: “X estas tierras muchas sangre indigena se derramó”, “A muerte defenderemos”, “De la caza, de pesca, la recolecta vivimos por muchos siglos y los seguiremos practicando. Wichis”. La escritura da cuenta de la desigual lucha que establecen estas comunidades wichis con el estado nacional y provincial por una parte y con los terratenientes, por la otra, por sus derechos básicos y territoriales. La baja calidad de la imagen y el uso del graffiti contrasta con las fotografías en alta calidad o las etiquetas de los dulces cuidadosamente impresas que se ven en el Facebook de Río Blanquito. La imagen muestra un riacho turbio, casi estancado, registro de la falta de acceso al agua potable, entre otras carencias básicas.

            En la “Información” se lee: “En esta página difundiremos noticias y actividades de la Asociación Civil “Amtena Cacique” que agrupa a las Comunidades Wichi de Rivadavia Banda Sur, Salta”, alterando la lógica de Facebook que exige el perfil de un individuo claramente identificado. La enunciación colectiva da cuenta de otro proceso de fagocitación de una red social pensada para sectores urbanos y globales, transgredida como un ardid para hacer llegar a los medios sus reclamos, lo que ocurrió en pocas ocasiones; sin embargo, el 26 julio de 2015, un portal local, Salta entre líneas, cita la página como fuente periodística:

SE NOS SIGUEN MURIENDO LOS NIÑOS EN RIVADAVIA BANDA SUR

En el día de ayer, la cuenta en facebook Wichí Lhayis Rivadavia Banda Sur dio a conocer la situación crítica que están viviendo con la desnutrición, 4 niños muertos y denunciaron la falta de atención médica (8).

            Si bien la información sobre la situación de estas comunidades llega a medios de referencia nacional, es porque los hechos responden a criterios noticiables de corte amarillista; es frecuente que allí se cuele la voz de algún líder, como Vernardino Pizarra denunciando la situación de exclusión en la que viven: “Los políticos nos mienten y los jueces nos dicen que ‘no molestemos’, pero tenemos derechos y no sabemos cómo vivir sin territorio” (9). La palabra autorial, la voz individual que recogen los medios contrasta con la estrategia enunciativa de un nosotros colectivo que los wichis eligen para expresarse en su página.

            La cita pone en evidencia lo que registra la mayoría de las fotos que están colgadas en Facebook: la destrucción del hábitat de esta unidad geocultural que ha puesto a sus habitantes al borde de la extinción, dejándolos en un espacio más allá de los límites, contradiciendo el mapa político que incluye a estas comunidades como ‘parte’ de la población salteña.

            En la nota antes citada, otro vocero Wichi pone en evidencia la imposibilidad de la traducción, propia de la situación extrema de frontera: “Acá hay casos graves de desnutrición, tuberculosis, chagas /…/ y te atienden como si tuvieses una fiebre pasajera, no hay controles ni atención permanente, discriminan al aborigen, muchas mujeres no entienden por el idioma” De este modo, la incomunicación es ley pues la comunidad funciona como una frontera externa en relación al estado nacional.

            La red social se transforma, por lo tanto, en un mecanismo traductor capaz de acercar mediante fotografías y breves posteos información sobre la vida cotidiana de la comunidad pues, al mostrar a niños frente a una pizarra o jugando como cualquier otro, se reduce la diferencia cultural y lingüística. A la vez, permite organizar colectas de dinero, ropa, colchones, útiles escolares y utensilios indispensables para la supervivencia de las familias que la componen.

            De hecho, recientemente, y con ayuda de algunos periodistas comprometidos, se ha vendido un Bono Contribución; el posteo del 4 de julio registra el sorteo del Bono Contribución destinado a ayudar a las familias que lucha por la posesión de la tierra comunal. Se fotografiaron las boletas ganadoras, una de los cuales es de Buenos Aires. Este dato pone en evidencia que la página de Facebook permite hacer oír la propia voz e imagen más allá de los límites provinciales, aunque el estado siga haciendo oídos sordos a estos reclamos más que justificados. Como bien resume en uno de los comentarios a un posteo:

 

Nidia Buttori: Muy bueno, me parece genial que se usen las redes sociales para estas cosas, aunque sería mejor no tener que usarlas”

Me gusta  Responder (22 de mayo a las 18:30)

            Todo ello pone en evidencia que el uso del Facebook es otra manera de apropiarse de la tecnología, deformándola en ese proceso pero sin quitarle eficacia; es una apropiación que tiene la humilde finalidad de sobrevivir, defendiendo un pensar seminal amenazado por una geocultura expoliante, violentamente colonizadora y genocida.

A MODO DE CONCLUSIÓN

            Más allá del tipo de frontera en que se sitúa y de la situación socioeconómica de cada comunidad originaria, la lógica de uso y apropiación de la tecnología y la deformación resultante son casi idénticas. Se trata de sitios webs híbridos en más de un sentido (en muchos casos hay comentarios en lengua wichi, por ejemplo), dan cuenta de formas de registro y de comunicación ‘otras’, de sujetos cuyas prácticas no sólo han sido hasta ahora ajenas a los ‘adelantos’ propios de la modernidad (viven y transitan lugares donde la luz eléctrica es reciente o inexistente, por ejemplo) sino que, además, se han sostenido y se sostienen preponderantemente en intercambios orales.

            Habitantes de los bordes de un mundo en explosión y cambio permanentes que amenaza con borrar toda huella geocultural, ellos se apropian de ese lugar liminar, lo transforman en un territorio gracias a la tecnología, para transgredir los campos de interlocución estatales que los silencian y los alteriza, para defender identidades cuyas raíces se hunden en el tiempo o simplemente para sobrevivir mientras ‘se registran’, ‘se dicen’, ‘se narran’ y ‘se visibilizan’ con los lenguajes multimediales de este nuevo milenio. De este modo, estas comunidades apuestan a la reconstrucción de colectivos que van incluyendo a parte de la ciudadanía criolla, quebrando la representación de otredad, desde un pensamiento seminal, instalando su voz y su imagen en circuitos comunicacionales cada vez más abiertos y complejos, imponiendo sus problemáticas a la agenda mediática, gracias al uso fagocitador de las nuevas tecnologías.

            Desde una mirada global, estos sitios web resultan ‘deformantes’ en tanto dan cuenta de saberes seminales, de las redes de solidaridad múltiples y de la memoria de experiencias compartidas por las comunidades que las producen. Acá la percepción y la información individual son convocadas por saberes colectivos anclados en tradiciones centenarias. La acción resultante es la reconstrucción de un ‘lugar’ –en más de un sentido, un sitio de registro, (re)producción e interacción de la comunidad pero también un campo de interlocución diferente en el que voces poco o nada escuchadas ingresan al ciberespacio proponiendo agendas mediáticas y políticas ‘otras’ cuya eficiencia para traducirse en políticas públicas afines a sus intereses y modos de pensamiento es todavía incipiente; sin embargo, resulta innegable que las apropiaciones tecnológicas protagonizadas por estas comunidades originarias, construyen novedosos escenarios donde la puja distributiva del tejido social muestra ribetes habitualmente invisibilizados. Habrá que esperar para ver si estas astucias comunicacionales pueden hacer audibles los reclamos al estado e intervenir en la implementación de políticas públicas que posibiliten una ampliación de sus derechos de ciudadanía a estos pueblos milenarios.

NOTAS

1) Kusch opone lo que el mismo denomina pensamiento causal (occidental) al pensamiento seminal. El término seminal proviene del latín semen (semilla), y hace referencia al origen, al germen, a la fuente, a aquello que se ve crecer y no se sabe por qué. Es un pensar que, para este autor, manifiesta una forma pasiva de enfrentar el mundo, un pensar que se da en un plano menos consciente. El pensar seminal es un pensar por entrancias, que personaliza al mundo y destaca la globalidad de éste, porque enfrenta el desgarramiento original entre lo favorable y lo desfavorable y requiere obsesivamente la unidad” (Kusch: 2007, 473).

2) La filosofía del vivir bien es el rescate del intercambio metabólico, vivificante entre el ser humano y la naturaleza, una manera de enraizar el futuro en raíces propias y la única solución real a la catástrofe ambiental que amenaza la vida del planeta y es este socialismo democrático, comunitario, del vivir bien la única esperanza real para una regeneración de los pueblos y de la naturaleza (García Linera: 2015; 71-72). Se diferencia del buen vivir en tanto apunta a la calidad de vida y de convivencia.  (Schavelzon: 2015, 181). Ambas nociones están definidas en las Constituciones nacionales de Bolivia y Ecuador actualmente vigentes y derivan de sumaj qamaña (aymara) y sumak kawsay (quechua). Las diferencias de interpretación derivan de las posibilidades de traducción de cada una.

3) En 2016, el caso de Juana, la niña Wichi de la comunidad Alto La Sierra (Rivadavia Banda Sur) violada en banda y a la que se le negó hasta último momento el derecho al aborto no punible se mantuvo en agenda periodística en medios y portales locales y nacionales desde la denuncia del caso y sus repercusiones (https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10633-2016-06-11.html) al escándalo suscitado porque sus violadores comían asado con los policías que los debían tener en prisión preventiva (http://www.eltribuno.info/salta/nota/2017-6-22-18-57-0-aseguran-que-los-detenidos-por-el-caso-de-la-nina-whichi-violada-gozan-de-impunidad) . Recientemente, en julio de 2017, la muerte de una joven Wichi embarazada y su bebé porque no llegó la ambulancia a tiempo, perteneciente de la comunidad de Pozo El Bravo (Santa Victoria Este, Rivadavia), salió en algunos medios locales y nacionales porque, además, echaron del medio en el que trabajaba al periodista que dio a conocer el caso, Brian Salazar (Nuevo Diario de Salta, 6 de julio de 2007, http://www.nuevodiariodesalta.com.ar/noticias/provinciales-2/sumarios-internos-por-la-muerte-de-mujer-wichi-embarazada-10494. Todos los links se han recuperado el 7 de julio de 2017.

4) Estoy resignificando la noción de campo de interlocución que toma Alejandro Grimson de Rita Segato, y que define como uno de los conceptos centrales para explicar el funcionamiento estatal junto con las de ‘caja de herramientas identitarias y de sentidos instituidos. Para Grimson, cada campo de interlocución es un marco dentro del cual ciertos modos de identificación y de toma de la palabra son posibles y están jerarquizados, mientras otros son excluidos (Grimson, 2000, 40-41).

5) El blog nació el 21 de marzo de 2009 con el apoyo de la Asociación Solidaresh Heffef Reiserbann de Luxemburgo y el último posteo es del 3 de abril de 2010. Recuperado el 9 de julio de 2017 en https://comunidadtinkunaku.wordpress.com

6) Esta parte del artículo se apoya en un análisis más detallado titulado “Apropiar(se) del espacio público o de cómo visibilizar(se) desde y en unidades geoculturales fronterizas” presentado en la ´V Jornadas del Pensamiento de Rodolfo Kusch, Maimará (Jujuy), organizado por la Universidad Tres de Febrero, el 10 al 22 de octubre de 2016 (inédito).

7) La página se abrió en 2015 y tiene posteos permanentes a la fecha. Durante ese período la comunidad logró crear y construir un precario salón de biblioteca con donaciones, muchas obtenidas por medio de esta red social. También da cuenta de la permanente lucha por los derechos sobre el territorio y las peticiones a las autoridades de agua potable y otros derechos básicos. Recuperado el 9 de julio de 2017 en https://www.facebook.com/pg/wichilhayisrivadaviabandasur/about/

8) Recuperado el 9 de julio de 2017 en http://www.saltaentrelineas.com/se-nos-siguen-muriendo-los-ninos-en-rivadavia-banda-sur/ . La negrita es mía.

9) La nota se titula, “Comunidades wichi de Salta denuncian desalojos a manos de guardias armados. Las bandas armadas del agronegocio”, Darío Aranda, Página 12, 16 de mayo de 2016. Recuperado el 9 de julio de 2017 en https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-299424-2016-05-16.htm

BIBLIOGRAFÍA

1 BAUMAN, Z (1999) Modernidad líquida, (1ª ed.), Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

2 CAMBLONG, AM (2015) Habitar las fronteras, (1ª ed.), Posadas, EDUNAM.         [ Links ]

3 CEBRELLI, A (2012) Los nuevos curadores de la memoria. Jóvenes, tecnologías y territorialidad glocal. Silabario. Revista de Estudios y Ensayos Geoculturales, (14: pp. 15-23), Córdoba UNC; (2013) Redes y lugares otros. Jóvenes, nuevos medios y reconfiguraciones colectivas. En PALAZZO, G. y GÓMEZ P. (Ed.) Sujetos, miradas, prácticas y discursos, (1ª ed., pp. 23-21), Tucumán, UNT/INSIL; (2015) Derechos humanos y colonialidades en situación de frontera cultural. Entre la exclusión y la ciudadanía. La Plata: F P y C –en prensa; (2016) Apropiar(se) del espacio público o de cómo visibilizar(se) desde y en unidades geoculturales fronterizas –inédito.

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