SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.40 número1Espacios de comercialización en franco crecimiento: La Agricultura Familiar aporta una parte importante de los alimentos que se consumen en el mundo. Frente a la escasez de canales directos de venta, las ferias se establecen como un espacio de trabajo organizado en conjunto que genera oportunidades sociales y laborales para el sectorLas políticas públicas la fortalecieron: Así lo aseguró Edith Scheinkerman de Obschatko, especialista en Políticas Agropecuarias del IICA en la Argentina, en una entrevista exclusiva para la Revista RIA índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


RIA. Revista de investigaciones agropecuarias

versión On-line ISSN 1669-2314

RIA. Rev. investig. agropecu. vol.40 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires abr. 2014

 

NOTAS

Una práctica sustentable en paisajes desérticos
Las tierras secas que abastecen a la mitad del ganado mundial son expuestas a presiones climáticas y a actividades humanas que pueden provocar su desertificación. En el siglo XXI, ese territorio conserva una de las prácticas ganaderas más antiguas que podría reducir esa tendencia: la trashumancia

 

Por Florencia Castilla

Como vestigios de épocas pasadas, las vegas y cañadas que transitaron durante siglos los pastores de comunidades originarias con sus rebaños, hoy no dejan de ser utilizadas. En Sudamérica los pastores trashumantes que continúan con esa tradición son capaces de sostener su producción ganadera y minimizar el impacto negativo en los pastizales naturales y el suelo árido de la región.
En los territorios áridos y semiáridos que ocupan el 75 por ciento de la extensión del país, las probabilidades de sucumbir en un proceso de desertificación son mayores por efecto de las condiciones climáticas adversas y, principalmente, por la acción desmesurada del hombre. Allí, las posibilidades de producción se reducen y se ponen en juego las estrategias de adaptación de los agricultores familiares y su capacidad de utilizar en forma sostenible los recursos naturales.
En esa línea, estudios realizados en diferentes asentamientos de la Puna y en valles áridos y semiáridos del NOA rescatan una práctica histórica como la trashumancia que, mediante la movilidad periódica de los animales, permite la regeneración de los pastizales que permanecerán durante los ciclos de adversidad extrema.
"Hay que mirar con respeto ésta práctica que históricamente realizan las familias de pastores porque su fin principal es conservar los pastizales para convertirlos en alimentos", expresa la investigadora del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar Región NOA (IPAF), Mariana Quiroga Mendiola.
La autora y coordinadora del área de investigación de ese Instituto destaca el rol del productor trashumante y su relación con los recursos naturales que maneja, ya que eso determinará su toma de decisión respecto a la carga animal. "Realizan una especie de `pastoreo rotativo diferido´ pero de una manera flexible, perceptiva y sin potreros. Con la rotación entre sitios de pastoreo, se aprovechan las pasturas verdes en el período estival, mientras que para la época del bache forrajero, entre agosto y noviembre, se utilizan los pastos secos en pie que, si bien pierden cierto grado de valor nutritivo, constituyen una reserva de alimento", explica Quiroga Mendiola. De acuerdo con el director del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar Región NOA (IPAF), Damián Alcoba, el valor de esta investigación radica en que "al comprender las lógicas que movilizan y dan sentido al manejo que desarrollan los pueblos pastores del NOA, los investigadores podrán utilizarlos como base para desarrollar nuevas prácticas que fortalezcan la principal actividad económica de comunidades rurales altoandinas en un marco de sustentabilidad".
Definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la trashumancia es el principio pastoril en el cual "los pastores guían al ganado entre dos o más áreas de pastoreo estacionales, algunas veces muy distantes, que varían en función de la época particular del año, el valor forrajero de las pasturas disponibles y las condiciones de acceso a los recursos".

Una práctica antigua pero no obsoleta
La desertificación avanza en el planeta y la Argentina no es la excepción. La degradación de los suelos y sus recursos hídricos, producto de ese proceso, suele ser atribuida al sobrepastoreo provocado cuando una cantidad excesiva de ganado permanece por largos períodos sobre un terreno y,  como consecuencia, destruye el estrato vegetal protector del suelo, elimina los nutrientes, erosiona y saliniza sus fértiles horizontes superiores.

Los productores que habitan esos territorios conviven bajo la idea generalizada de que el desarrollo de sus sistemas pastoriles y el manejo del ganado es una amenaza considerada extractiva y depredadora de esas tierras frágiles. Si se tiene en cuenta que éstas concentran a la totalidad de los caprinos y camélidos del país, la importancia de los efectos de esa actividad es un tema de investigación y objeto de discusión recurrente.
De acuerdo con el investigador del INTA Bariloche, Donaldo Bran, sucede por múltiples motivos y ocurre de manera habitual que "exista un desbalance entre la disponibilidad de tierras de veranada e invernada, que tiende a sobrecargar aquellas que están en menor proporción y en éstas situaciones se excede la capacidad de carga de esa pastura". Asimismo, considera que en los casos en los que se concentra el pastoreo en las nacientes de los cursos de agua (vegas de altura) se pueden perder las funciones hidrológicas que intervienen en la regulación de los flujos hídricos y el mantenimiento de la calidad del agua que es utilizada aguas abajo en los valles de regadío.
En la investigación, Quiroga Mendiola, muestra que los sistemas trashumantes estudiados evidencian un equilibrio en la cobertura, riqueza y diversidad vegetal en los territorios de pastoreo como resultado del manejo de descansos periódicos y variables que son evaluados en forma constante por los pastores.
Asimismo, asegura que no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la cobertura, altura, riqueza o diversidad de los grupos funcionales de plantas de los muestreos realizados en sitios con distintas cargas, descansos, estación de uso y especies animales de la tropa.
Desde su experiencia, la productora salteña de cerro Negro, Elba Colque, confirma la visión estratégica de la movilidad de los rebaños, "antes del 96, cuando no se había declarado Parque Nacional Los Cardones, había otras libertades. Teníamos tres puestos: en primavera-verano estábamos en casa, invierno en un lugar y otoño en otro para que no se perjudique la tierra".
En esta línea, otra productora de ese Parque asegura que no obtuvieron buenos resultados al sedentarizar su práctica pastoril, ya que "antes podíamos dejar descansar las plantas, ahora apenas están naciendo porque enseguida van los animales y las comen. Al final está desapareciendo el pasto".
Según explica Quiroga Mendiola, hay otras investigaciones que demuestran que las propuestas para reducir el impacto y el stock ganadero (basadas en la introducción de especies forrajeras exóticas, la sedentarización de los pastores y el apotreramiento de los rebaños) muchas veces no brindaron los resultados esperados.
Ecólogos de gran parte del mundo adhieren a la idea de que el sobrepastoreo productivo por animales domésticos es perjudicial. No obstante, Quiroga Mendiola destaca el trabajo de otro grupo de teóricos que plantean una suerte de adaptación de pastizales naturales a la sequía y al pastoreo, a la cual se podría denominar "coestructuración".
"Los pastizales que tienen larga historia de pastoreo terminan siendo ‘coestructurados’, las plantas afrontan la presión de pastoreo con estructuras de reproducción bajo tierra o al ras del suelo para escapar a la sequía y al pastoreo, con lo cual se genera un equilibrio fluctuante entre el animal, la vegetación y el clima. En mi trabajo no pongo en duda que la vegetación actual ha sido modificada por la larga historia de pastoreo, pero he observado que el sistema puede mantenerse en equilibrio sustentable si ofrecemos la aplicación de mejoras previo estudio y aprendizaje de los mecanismos de cuidado de la vegetación por parte de los pastores", explica la investigadora. Al respecto, Bran señala que "la trashumancia reproduce el comportamiento natural de muchos herbívoros que hacen migraciones estacionales", y asegura que su buen uso aseguraría un mejor aprovechamiento de los recursos en los campos de verano (que no pueden ser usados todo el año) y en los de invierno porque brindaría a éstos la posibilidad de recuperarse mientras los animales están en los campos estivales.
Un escenario similar se presenta en la zona cordillerana patagónica en el Noroeste de la provincia de Neuquén. Allí, alrededor de 1.500 familias, que dependen únicamente de la ganadería, realizan un pastoreo estacional de los caprinos para aprovechar las mejores pasturas y condiciones climáticas, en cada época del año. Así, el jefe de la agencia del INTA en Chos Malal (Neuquén), Carlos Reising, sostiene que "son economías de subsistencia que hacen un esfuerzo por producir y mantener gran parte de la biodiversidad y de la cultura tradicional que existe". De acuerdo al ciclo natural de los animales silvestres, las comunidades migran de campos altos a bajos en lo que puede reconocerse como "una lógica del uso del recurso ambiental en el cual se basa, se replica y utiliza la trashumancia" (ver infografía pág. 25) .

Rescate de las zonas secas
Según la FAO, a escala mundial las tierras áridas, semiáridas y subhúmedas son habitadas por más de dos mil millones de personas, lo que corresponde a cerca del 40 por ciento de la población. Si se tiene en cuenta que esas zonas presentan mayores riesgos de iniciar procesos de desertificación, las comunidades que habitan esas regiones tendrían mayores dificultades para garantizar su seguridad alimentaria.
Para el investigador del INTA Catamarca, Emiliano Quiroga, la presencia de suelos poco fértiles y pastizales poco productivos en las regiones Puna y Altoandina de Catamarca "se debe más a las características ambientales propias de la región que al deterioro producido por el sobrepastoreo".
"No se niega que pueda existir impacto negativo por prácticas ganaderas irracionales, pero el clima (poca lluvia, temperaturas extremas, alta radiación solar, fuertes vientos) es el principal factor que ha dado forma a estos ambientes", destaca.
Los suelos son un gran reservorio de carbono y su fertilidad tiene que ver con el carbono orgánico que contienen. Estudios realizados por el organismo internacional, calcula que las tierras de pastoreo almacenan el 30 por ciento del carbono del suelo a nivel mundial y son muy sensibles a la degradación.
En este sentido, las tareas dedicadas a incrementar la cantidad de carbono retenida en esos pastizales (por ejemplo, con cultivos de cobertura, fertilización e irrigación para incrementar la biomasa vegetal y animal), mejoraría la capacidad de retención del agua del suelo y, con ello, su capacidad para resistir las sequías.
Al mismo tiempo, entre las opciones para un manejo sustentable de esos pastizales, Bran asegura que "el INTA estaría en condiciones de determinar la disponibilidad forrajera y su variabilidad interanual, como así también de identificar los puntos críticos del sistema productivo". Durante años de sequía, sucede que los animales salen de las invernadas en malas condiciones y se registran importante perdidas en el arreo a las veranadas, por lo que una posible solución sería "suplementar los animales antes y garantizar una buena reserva en los sitios de acampe", señala el especialista, al tiempo que llama la atención sobre la importancia de realizar un abordaje sistémico de estas situaciones por las complejidades que cada una de ellas presenta.
Desde el organismo se desarrollan metodologías para conocer cuál es la carga óptima que garantice una mejor producción sin comprometer los recursos naturales. A su vez, se implementan programas de monitoreo de sequías y desertificación que contemplan capacitar, sensibilizar y educar a la población para lograr el manejo sustentable en esas zonas y su consiguiente desarrollo económico, en base a las particularidades de cada región.
En este sentido, Alcoba asegura que "el INTA trabaja en la región andina de las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca con la meta de comprender un modo de producir que mostraría importantes contribuciones para la preservación de los recursos naturales en estos paisajes desérticos".
Mientras la amenaza y el riesgo de desertificación sea una realidad para los agricultores familiares de esas regiones, su adaptación mediante la trashumancia se presentaría como la mejor opción, ya sea como práctica sustentable o como práctica milenaria que asienta a la población en el medio rural, mantiene las tradiciones y propicia un desarrollo económico importante.

Más información:

Mariana Quiroga Mendiola
quiroga.mendiola@inta.gob.ar

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons