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vol.43 número2Los desafíos de la AgriculturaAgricultura sostenible: claves para la arquitectura productiva del futuro: Especialistas del INTA, junto con investigadores, productores y entidades del sector, recomiendan el diseño de sistemas agrícolas con buenas prácticas para promover el desarrollo sustentable de las principales regiones de la Argentina. El reto se vuelve estratégico en un escenario que proyecta, a poco más de 30 años, incertidumbre climática, deterioro ambiental y mayor demanda de alimentos y energía índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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RIA. Revista de investigaciones agropecuarias

versión On-line ISSN 1669-2314

RIA. Rev. investig. agropecu. vol.43 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ago. 2017

 

VINCULACIÓN

Socios para la Investigación

 

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) tienen una larga trayectoria de trabajo conjunto. Fueron creados en 1956 y 1958, respectivamente, y desde entonces han tenido una historia de trabajo conjunto y colaboración que se ha mantenido a lo largo de los años.
“Hoy en día el INTA es el socio más importante que tiene el CONICET en materia de investigación agropecuaria, y además de los múltiples proyectos de trabajo conjunto y casi 500 investigadores, técnicos y becarios del Consejo que se desempeñan en el INTA, en 2016 los dos organismos suscribieron un convenio para el otorgamiento de Becas Internas Doctorales Cofinanciadas entre ambos”, comenta Miguel Ángel Laborde, vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del CONICET.
El objetivo de este convenio, explica, es no sólo de promover proyectos de producción e investigación, sino además fomentar la inserción en el sistema productivo, a través de INTA, de profesionales formados en el CONICET. “El CONICET y el INTA son dos de los más grandes organismos del sistema científico, cómo no vamos a tener oportunidad de cooperar si estamos presentes en todos los territorios”, dijo Alejandro Ceccatto, presidente del CONICET en la firma del documento.
Hay muchos ejemplos de investigaciones y desarrollos conjuntos cuyo objetivo es contribuir al desarrollo de soluciones innovadoras para los productores.
Un caso es la Red de Seguridad Alimentaria (RSA), creada por el CONICET y que apunta a desarrollar y analizar información, con base científica tecnológica, de la situación actual en materia de seguridad alimentaria y que sirva como base para la adopción de políticas públicas, además de brindar asistencia técnica para evaluar y fundamentar los temas prioritarios para el país en materia de seguridad alimentaria.
En octubre de 2016 se sumó el INTA y, así, “las dos principales instituciones de ciencia del país están trabajando en forma mancomunada y coordinada para realizar evaluaciones de riesgo en el ámbito de la seguridad alimentaria, generar conocimientos científicos que sirvan como base para definir políticas de gestión en nuestro país y realizar recomendaciones científicas independientes sobre riesgos existentes y emergentes”.
Además de la RSA, entre las múltiples líneas de trabajo conjuntas entre las dos instituciones se puede mencionar el trabajo en cultivos hortícolas como por ejemplo tomate y papa para su mejoramiento genético, la obtención de cultivares de ajo y cebolla diferenciados por sus características cualitativas y funcionales para mercado interno y exportación, y el mejoramiento de especies forrajeras por su resistencia a estrés salino y sequía.
En el área forestal, el CONICET y el INTA trabajan en la iniciativa conjunta de la Red Argentina de Ciencia y Tecnología Forestal (REDFOR.ar) junto con las universidades nacionales de Santiago de Estero, Misiones, Formosa, la Patagonia San Juan Bosco, Comahue y La Plata, y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
REDFOR.ar se propone contribuir a las políticas de formación profesional, investigación y transferencia en temas relacionados con la conservación y el manejo sostenible de los bosques y las tierras forestales, así como promover el bienestar de las poblaciones que dependen de ellos y alcanzar otros objetivos de desarrollo sostenible.
Más allá del marco de REDFOR.ar, INTA y CONICET trabajan en otras líneas como la conservación de bosques nativos; mejoramiento genético en bosques cultivados; mejoramiento y tolerancia a estrés salino y ambiental de diferentes especies y la determinación de su respuesta productiva, entre otras.
INTA y CONICET participan además de la iniciativa internacional sobre trigo conocida como Wheat Initiative. Este consorcio internacional surgió en junio de 2011, en un encuentro de países miembro del G-20, donde los Ministros de Agricultura de los países miembros impulsaron una iniciativa para el mejoramiento del trigo a nivel global. El objetivo de este consorcio es coordinar y promover la investigación mundial de este cultivo para que, a través de los esfuerzos internacionales, se incremente la producción de trigo, su calidad y sustentabilidad para contribuir así a la seguridad alimentaria global frente a un escenario de estancamiento de la producción actual.

Ciencias sociales

Pero más allá de estas líneas de investigación, CONICET e INTA han asumido un compromiso de colaboración, por ejemplo, en materia de Derechos Humanos. Cecilia Gárgano, por entonces becaria post doctoral del CONICET y actual investigadora, estudió documentos relativos a la intervención militar en el INTA. Esos documentos fueron entregados a autoridades del Archivo General de la Memoria (ex ESMA) en octubre de 2015.

Actualmente en el INTA se desempeñan 187 investigadores, 5 técnicos y personal de apoyo y 262 becarios doctorales y pos-doctorales del CONICET.

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