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Enfoques

On-line version ISSN 1669-2721

Enfoques vol.31 no.1 Libertador San Martín June 2019

 

ARTÍCULOS

Victimización y agresión en adolescentes de escuelas públicas y privadas de cuatro ciudades de la Argentina

Victimization and Aggression in Adolescents in Public and Private Schools in Four Cities in Argentina

Vitimização e agressão em adolescentes de escolas públicas e privadas de quatro cidades da Argentina

 

Santiago Resset

Investigador CONICET
Universidad Argentina de la Empresa
santiago_resett@hotmail.com


Resumen

Se evaluaron 2.192 adolescentes de escuelas medias de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, Parana, Rawson y Viedma. Un 11 % era victima; un 7 %, agresor; y un 4 %, ambos. Mas varones eran agresores y agresores-victimas; los alumnos de menor edad eran mas victimizados y habia mas acoso en escuelas privadas; las formas mas comunes de hacer bullying eran las verbales. La mayoria era acosada por un alumno o por un grupo de dos o tres varones, de su mismo curso, en el patio o el aula, en promedio desde hacia un mes, y mas de la mitad no comentaba con nadie que era acosado.

Palabras claves: Bullying; Victimizacion; Agresion; Adolescentes; Argentina.

Abstract

2.192 teenagers evaluated from secondary schools in Autonomous City of Buenos Aires, Parana City, Rawson City and Viedma City. An 11 % were victim; 7 %, aggressor and 4 %, both. More males were aggressors and victim-aggressors. Younger students were more victimized and there was more harassment in private schools. Most common ways of bullying were verbal ones. Most victims were harassed by a student or a group of two or three males from their own class, in the playground or in the classroom, for a month in average and most of them would not tell anybody that they were being harassed.

Keywords: Bullying; Victimization; Aggression; Adolescents; Argentina.

Resumo

Foram avaliados um total de 2.192 adolescentes de escolas de ensino fundamental das cidades de Parana, Rawson, Viedma y Cidade Autonoma de Buenos Aires. Um 11 % foi vitima, 7 %, agressor e 4 %, ambos. Mais meninos eram agressores e agressores- vitimas; os estudantes mais jovens foram mais vitimados e houve mais assedio nas escolas privadas; as formas mais comuns de bullying foram verbais. A maioria foi assediada por um estudante ou por um grupo de dois ou tres meninos, do mesmo curso, no patio ou na sala de aula, em media por um mes e mais da metade nao comentou com ninguem que era assediado.

Palavras-chave: Bullying; Vitimizacao; Agressao; Adolescentes; Argentina.


 

Introducción

El bullying o acoso escolar es un importante factor de riesgo para la salud mental de ninos y adolescentes.1 Olweus trato de dar una definicion precisa sobre que es el acoso escolar. Segun este autor, existe bullying cuando un individuo (o grupo de individuos) es expuesto repetidamente a acciones negativas por parte de un sujeto o por parte de un grupo y —generalmente— el sujeto acosado tiene menos fuerza, es mas debil que el agresor.2 “Accion negativa” se refiere a que el sujeto que agrede tiene la intencion o el proposito de lastimar o incomodar a otro alumno; no se considera como bullying si un sujeto lastima a otro sin intencion de hacerle dano. “Repetidamente” implica que el sujeto ha sido expuesto al bullying frecuentemente, en muchas ocasiones. Finalmente, debe observarse una relacion asimetrica, un desnivel en la fuerza fisica y mental entre ambas, la victima y el agresor, ya que el acoso es una forma de conducta agresiva basada en una posicion de poder.3
Para conceptualizar el acoso escolar hay que distinguirlo, en primer lugar, de la violencia y la agresion, lo cual muchas veces es algo dificil. Las conductas agresivas son actos que buscan lastimar o molestar fisica o emocionalmente a otras personas. Son actos menos extremos que las conductas violentas (homicidio, robo, violacion, etcetera) y no se limitan solamente a manifestaciones fisicas. Por lo tanto, para los investigadores del primer mundo, el bullying es un subtipo de conducta agresiva —llamada instrumental— dirigida a dominar y someter a otra persona.4
En lo relativo a los correlatos psicologicos del bullying, se sabe que las victimas sufren de mayores problemas emocionales, tales como depresion, ansiedad y baja autoestima. Tambien se caracterizan por su inhibicion, sensibilidad y una actitud negativa hacia la agresion.5 Quienes agreden, en cambio, presentan un patron de problemas de conducta, como conducta antisocial, agresividad y consumo de sustancias toxicas.6 A diferencia de lo que se creia, no poseen baja autoestima; al contrario: son dominantes, con poca empatia y con una actitud positiva hacia la agresion.7 La literatura tambien identifico a un grupo de alumnos que cumplia ambos roles: victimas y agresores, a quienes Olweus8 denomino victimas provocativas. Este grupo presenta el peor ajuste psicosocial, ya que a diferencia de las victimas tipicas, presentan altos niveles de impulsividad, conductas disruptivas y —en ocasiones— tratan de evitar sufrir del acoso mediante actos agresivos.9 Si bien el acoso puede ser notablemente negativo en cualquier edad, en la etapa adolescente puede ser mas grave debido a la mayor conciencia de si mismo, a la notable relevancia que cobra el grupo de pares y a que —a diferencia de los ninos— los adolescentes pasan mayor tiempo sin supervision adulta.10 Si el acoso se basa en la desigualdad de fuerzas o poder, algunos investigadores afirman que el aumento de este en los primeros anos de la escolaridad secundaria responde a un intento de establecer dominancia en un escenario completamente nuevo y en donde en grupo de pares se vuelve social y emocionalmente mas relevante.11
Los primeros estudios de la problematica se enfocaron en el bullying directo. Luego, las investigaciones de Bjorkqvist, Lagerspetz y Kaukiainen12 introdujeron el bullying indirecto. Entre las formas de acoso, la mas comun es la verbal:13 apodos, insultos, entre otras. La mayor parte del acoso es llevado a cabo verbal y fisicamente,14 ya que ambos tipos tienden a coocurrir en las victimas. En la actualidad, el avance de la tecnologia y los medios de comunicacion dio lugar al acoso mediante el uso de las nuevas tecnologias de la comunicacion y la informacion.15 Este tipo se denomina como cyberbullying, bullying electronico o acoso electronico.16 Numerosos estudios demostraron que esta problematica era mas frecuente en la escuela media en comparacion con la escuela elemental o primaria.17 Muchas veces, el paso de la escuela primaria a la secundaria implica el tener que separarse de los antiguos companeros, una mayor importancia del grupo de pares, menor supervision adulta, relacion menos personalizada entre docentes y alumnos, y el encontrarse con alumnos de edades mayores. Algunos investigadores afirman que este aumento de los porcentajes de acoso en los primeros anos de la escolaridad media responde a un intento de establecer dominancia en un escenario nuevo.18
Con respecto a las diferencias segun sexo, es mas probable que los varones sean victimas, agresores y pertenezcan a los grupos que son —simultaneamente— tanto victimas como agresores.19 Por otra parte, tambien se presenta una gran variabilidad segun el sexo en el modo en que se perpetra el bullying.20 En general, las mujeres practican mas el acoso indirecto,21 mientras que los varones tienden mas al acoso tanto fisico como verbal.22 En lo referente a la percepcion de los alumnos ante los casos de bullying, la mayoria de los adolescentes cree que este es algo desagradable, pero que generalmente los alumnos no tratan de detenerlo por temor, verguenza o por creer que es algo en lo que no hay que involucrar a los pares.23 Una investigacion que uso nominaciones de pares encontro que solo un 16 % era identificado como defensor de las victimas, mientras que un 26 % era clasificado como alentador o seguidor de los agresores.24 Otro estudio tambien encontro que, al margen de cierta empatia que los alumnos sentian por las victimas, la mayoria de los estudiantes senalaba que no actuaria para apoyarlas; solamente un 43 % lo haria con seguridad.25
Aunque en Latinoamerica la literatura es menos voluminosa, lentamente la tematica comenzo a gestar un interes en dicha region.26 Un estudio reciente en 16 paises de Latinoamerica con alumnos de sexto grado de educacion primaria hallo que mas del 50 % de los alumnos sufria de algun tipo de acoso.27 A pesar del interes que existe en la tematica en la Argentina, mucho falta por investigar.28 Entre los pocos estudios empiricos en nuestro medio, el Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas29 hallo una incidencia de 15 % de bullying verbal en adolescentes. A diferencia de los estudios preliminares que emplearon dicho instrumento,30 el presente trabajo presenta la ventaja de haber evaluado una gran muestra de adolescentes de diferentes ciudades de la Argentina, de escuelas publicas y privadas; de brindar una caracterizacion del acoso; y de explorar la percepcion de como se actua ante los hechos de acoso y si la misma difiere segun los roles de los alumnos en el bullying.

Objetivos

1. Describir las proporciones de victimas, agresores, ambos y grupos no involucrados de adolescentes de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, Parana, Viedma y Rawson.
2. Observar si dichos roles difieren segun el sexo, la edad y la asistencia a una escuela publica o una privada.
3. Explorar las distintas formas de sufrir bullying y llevarlo a cabo y si diferian, segun las variables antes mencionadas.
4. Caracterizar el acoso escolar: donde ocurre, desde hace cuanto tiempo sucede, de que sexo son y a que cursos asisten los agresores.
5. Describir la percepcion de los alumnos de como actua la comunidad educativa ante el bullying y si la percepcion difiere segun el rol de victima, agresor, ambos y grupos no involucrados.

Metodología

Diseño. La investigacion era descriptivo-correlacional y transversal segun el tiempo.
Participantes. Se constituyo una muestra intencional no probabilistica de N = 2.192 alumnos que cursaban estudios de nivel medio en cuatro escuelas publicas de Parana, Entre Rios, en tres escuelas privadas de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, en una escuela publica de Viedma, Rio Negro, y en una de Rawson, Chubut. Los porcentajes de alumnos para cada una de las ciudades eran los siguientes: 52, 40, 4 y 4, respectivamente. El 25 % de los alumnos cursaban primer ano; el 25 %, segundo; el 20 %, tercero; el 11 %, cuarto; el 14 %, quinto; y el 5 %, sexto. En lo referente a las caracteristicas sociodemograficas de la muestra, 41 % eran varones. Los porcentajes de varones eran, para las escuelas de Parana, 44; para la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, 47; para Rio Negro, 42 y para Rawson, 43. El promedio de edad era de 14,6 anos (SD = 1,9) y las edades iban de 12 a 18 anos. La media de edad para las escuelas de Parana era 15,45 (SD = 0,49); para la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, 15,97 (SD =70,34); para Rio Negro, 15,50 (SD = 1,33) y para Rawson, 14,78 (SD = 1,28). El 65% vivia con su madre y su padre; el 28 % con la madre; el 3 % con el padre y el resto con abuelos o tios.

Instrumentos

Para recabar datos sociodemograficos (sexo y edad, entre otros) se utilizo un cuestionario estructurado. Para evaluar el bullying se utilizo el Cuestionario Revisado de Agresores/ Victimas de Olweus31 para adolescentes. El cuestionario esta compuesto, entre otras preguntas, por una pregunta global sobre si sufrio bullying y otra sobre si lo llevo a cabo; diez preguntas sobre la frecuencia de las distintas formas de padecerlo y otras diez sobre realizarlo: golpear, sacar o romper cosas, poner sobrenombres, burlas sobre el aspecto fisico, burlas sexuales, amenazas, excluir, decir mentiras, agredir con SMS o a traves de Internet, y otra forma de ser acosado y acosar no contemplada en los items anteriores, y preguntas para caracterizarlo (el sexo y el grado de los alumnos que acosan, entre otras) y la percepcion de que se hace ante el bullying. La ventaja de este instrumento es que da una definición a los alumnos sobre que se va a entender por bullying, ya que este es un fenomeno complejo y puede ser confundido por los alumnos con otros tipos de conflicto.
El Cuestionario de Olweus para medir la frecuencia del acoso escolar emplea las siguientes alternativas de respuesta: Nunca, Una o dos veces, Dos o tres veces al mes, Más o menos una vez por semana y Varias veces por semana. Las respuestas son puntuadas de 0 (Nunca) a 4 (Varias veces por semana). Olweus senala que para que un sujeto considere que sufrio bullying o lo realizo debe responder Dos o tres veces al mes.32
Fue empleado en numerosos estudios de distintos paises y su validez esta comprobada, como informa Olweus.33 En Argentina, fue adaptado en estudios anteriores y demostro alfas de Cronbach adecuadas, como lo eran 0,90 y 0,81 para la escala de ser acosado y acosar, respectivamente, como encontro Resett.34 En este trabajo, las alfas fueron 0,93 y 0,85, respectivamente.

Procedimientos

En primer lugar, se contacto a los directores de las escuelas con el fin de solicitar la autorizacion y explicar los fines de la investigacion. Una vez lograda la autorizacion de los directivos, se mando una nota en el cuaderno de comunicaciones de los alumnos con el fin de pedir la autorizacion parental. Se aseguro a los alumnos la confidencialidad y el anonimato.

Análisis estadístico

Los datos se analizaron en el Programa Estadistico para las Ciencias Sociales (SPSS) version 20 y se extrajeron estadisticos descriptivos e inferenciales.

Resultados

En la tabla 1.1 se presentan los porcentajes de alumnos no involucrados, victimas, agresores y agresor/victimas (ambos), segun la ciudad de pertenencia. Se hallo un 78 % de alumnos no involucrados, un 11 % de victimas, un 7 % de agresores y 4 % de ambos, segun el criterio de Olweus de al menos Dos o tres veces al mes.

Tabla 1.1. Porcentajes de alumnos no involucrados, víctimas, agresores y agresor/víctimas según ciudad de pertenencia

Como se ve en la tabla 1.1, los porcentajes mas altos de ser victima estaban en Parana, luego Rawson, Ciudad Autonoma de Buenos Aires y Viedma. En lo relativo a ser agresor, los porcentajes mas elevados se hallaban en Rawson, luego Ciudad Autonoma de Buenos Aires y Viedma, y luego Parana. En lo relativo al grupo de agresor/victima, los porcentajes mas altos eran para Rawson, Parana, Ciudad autonoma y Viedma. En la tabla 1.2 se presentan los porcentajes de alumnos no involucrados, victimas, agresores y agresor/victimas segun sexo.

Tabla 1.2. Porcentajes de alumnos no involucrados, víctimas, agresores y agresor/víctimas según sexo

Como se ve en la tabla 2, emergian diferencias de sexo χ² = 19,64, p < 0,001. Al analizar los residuales, se detecto que mas varones que mujeres eran agresores y agresor-victimas.
Al realizar un analisis univariado de la varianza (ANOVA) con las edades como variable dependiente y la pertenencia a los grupos como factor entre sujetos (no involucrados, victimas, agresores y ambos), se hallaron diferencias significativas F = 6,15, p < 0,04 debido a que los grupos victimizados tenian una edad menor que los otros. Las victimas tenian 14 anos y 1 mes, en promedio, de edad, mientras que los grupos no involucrados tenian 14 anos y 6 meses, los agresores 14 anos y 8 meses, y los grupos de ambos, 14 anos y 9 meses. Pruebas post hoc con Scheffe determinaron que las victimas diferian en la edad en comparacion con los grupos restantes.
Como se ve en la tabla 1.3, emergian diferencias segun asistieran a escuelas privadas o publicas, ya que mas alumnos de escuelas privadas eran en mayor medida victimas como agresores, aunque dichas diferencias eran marginales χ² = 5,99 p < 0,09. En lo referente a las formas mas comunes de ser acosado y acosar, en la tabla 1.4 se presentan los porcentajes de las distintas formas. Como se ve en la tabla, la forma mas comun de sufrir el bullying era mediante los sobrenombres, luego seguian las burlas sobre el aspecto fisico y las mentiras. El cyberbullying, los golpes y las amenazas presentaban los niveles mas bajos. Con respecto a llevar a cabo el bullying, tambien los sobrenombres eran lo mas frecuente y las burlas sobre el aspecto fisico; el acoso electronico, las amenazas y la agresion fisica nuevamente eran las formas menos comunes.

Tabla 1.3. Porcentajes de alumnos no involucrados, víctimas, agresores y agresor/víctimas según escuelas privadas o públicas

Tabla 1.4. Porcentajes de las distintas formas del bullying

En lo relativo a las diferencias de sexo, mas varones que mujeres eran acosados mediante golpes y burlas de contenido sexual (4 % versus 1 %, y 6 % versus 2 %) χ² = 5,76, p < 0,02 y χ² = 4,82, p < 0,03. En lo referente a las formas de llevarlo a cabo, se hallaban diferencias en sobrenombres, golpes y burlas sobre el fisico (14 % versus 6 %, 6 % versus 0 % y 6 % versus 2 %) χ² = 11,54 p < 0,001; χ² = 16,24 p < 0,001 y χ² = 5,04 p < 0,03, respectivamente. Cuando se sumaron las formas de ser acosado, la media era 2,55 (SD = 4,29) y para acosar era 1,79 (SD = 3,54). La correlacion entre ambas era r = 0,42 p < 0,001. Al llevar a cabo una asociacion entre la edad y los puntajes de ser acosado y acosar, se hallo una asociacion negativa con ser acosado, pero no con acosar: r = 0,11 p < 0,004 y r = 0,01 p < 0,672, respectivamente. Para explorar en que preguntas se observaban las diferencias de edad, se dicotomizo la edad en la mediana —14 anos y 2 meses— y se detecto que los alumnos del grupo de menor edad sufrian en mayor medida de sobrenombres, golpes/empujones y sacar/romper cosas χ² = 5,28 p < 0,02; χ² = 14,67 p < 0,001 y χ² = 9,34, p < 0,003, respectivamente, en comparacion con los mayores. No emergian diferencias en las formas segun la asistencia a escuelas publicas o privadas. En lo referente a la caracterizacion del acoso desde las respuestas de quienes lo sufrian, en lo referente a la cantidad de agresores, lo mas frecuente era ser acosado por uno (43 %) o dos/tres alumnos (45 %); lo mas frecuente era ser acosado por un alumno del mismo curso (80 %); varon (28 %) o en grupo de varones y mujeres (31 %); en el patio de la escuela (45 %) y desde hace un mes (29 %). Un 57 % le contaba a alguien de este hecho, mayormente a un amigo (38 %) o a sus padres (23 %).
En lo relativo a la percepcion que tenian los alumnos de como actuaba la comunidad educativa, un 41 % decia que los docentes no trataban de parar el bullying; 32 %, que de vez en cuando o a veces lo hacian; y el resto (27 %), que muchas veces lo hacian o siempre. En lo referente a cuantas veces los alumnos trataron de evitar que acosaran, los porcentajes eran estos: 55 %, 32 % y 13 %, respectivamente. Un 37 % senalaba que la escuela hacia poco o nada para detener el acoso; un 17 %, muy poco; un 20 %, algo; un 16 %, bastante; y un 9 %, nada. Con respecto a las actitudes de los alumnos ante el acoso escolar, el 16 % sostenia que pensaba que la victima se lo merecia; el 25 % no sentia nada; el 29 % se sentia triste; y el resto (30 %), muy triste. El 30 % afirmaba que se pondria de acuerdo para acosar; el 29 % no sabia o no creia que lo haria; el 25 % decia que “no”; y el resto (16 %), que “de ningun modo”. El 27% no se enteraba de los hechos de bullying; el 3 % participaba de los mismos; el 5 % creia que las victimas se lo merecian; el 24 % miraba; el 20 % senalaba que la victima deberia ser ayudada y el resto trataba de ayudar (21 %).
La pertenencia a los grupos no involucrados, victimas, agresores y ambos introducia diferencias en la pregunta .que pensaste cuando viste que le hacian bullying a un alumno? y en el item .te pondrias de acuerdo para realizarlo?, como indicaba una prueba Kruskal-Wallis χ² = 21,63, p < 0,001 y χ² = 38,55, p < 0,001, respectivamente. En el primer caso, se observaba que los alumnos acosados consideraban el acoso como algo muy triste, seguidos por los no involucrados, mientras que los alumnos agresores y los agresores/victimas eran los que menos se compadecian. Para la pregunta .te pondrias de acuerdo?, se detecto lo mismo, pero los no involucrados —en este caso— eran los que menos consideraban que se pondrian de acuerdo, seguidos por las victimas.

Discusión

En lo referente al primer objetivo del trabajo, se detecto que un 11 % de los alumnos era acosado y que un 7 % llevaba a cabo el bullying, mientras un 4 % era victima y agresor. Los niveles de bullying eran algo mas altos que los informados en algunos paises del primer mundo, los cuales aplicaron tambien dicho cuestionario a muestras adolescentes. Por ejemplo, en Suecia, los estudios de Olweus35 arrojaban porcentajes de 9, 7 y 2, respectivamente. En lo referente a los escasos estudios disponibles en nuestro pais con dicho cuestionario, un estudio detecto valores similares, con un 16 % de victimas, 4 % de agresores y 6 % de ambas condiciones.36
Se encontro un 7 % de agresores en este estudio, como se senalo. En cuanto a los agresores-victimas, los porcentajes eran tambien bastante pequenos (4 %) y similares a los encontrados por Nansel y otros.37 Ambos grupos constituyen generalmente un alumno de cada diez. Que 78 % de los alumnos no esten involucrados en ser acosado ni en acosar implica que la gran mayoria de los alumnos de esta muestra no presenta dichos problemas en las relaciones con sus pares. Sin embargo, que un 22 % este involucrado en estos hechos no es un dato menor. Acerca de si existian diferencias segun el sexo, se observo que no existian diferencias respecto a ser acosado, pero si en ser agresor y ser agresor-victima, debido a que mas varones —casi el doble— que mujeres senalaban perpetrarlo (9 % versus 5 % y 6 % versus 2 %, respectivamente). Este hallazgo llamativamente no concuerda con un solido cuerpo de investigacion extranjera sobre el hecho de que los varones son agresores, pero tambien mas acosados que las mujeres.38 Sin embargo, algunos estudios no hallaron diferencias a este respecto en cuanto a sufrir bullying.39
Asimismo, otras investigaciones nacionales detectaron lo mismo:40 del Barrio y otros41 sugieren que las principales diferencias entre varones y mujeres emergen en relacion con quien acosa y no con quien es acosado. Los alumnos acosados tenian una menor edad, en comparacion con los grupos restantes. Esto no es llamativo, ya que esta bien documentado que los alumnos de menor edad presentan un mayor riesgo de ser acosados, ya que el acoso se basa en una desigualdad de fuerza o poder fisico y/o mental. Segun algunos autores, el bullying es un intento de establecer dominancia en un escenario completamente nuevo, como lo son los primeros anos de la escolaridad secundaria,42 por lo cual es muy probable que los agresores escojan victimas de menor edad. Se observo que en las escuelas privadas habia un mayor porcentaje de victimas y, tambien, de agresores. En el presente estudio, los alumnos de dichas escuelas pertenecian a la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, por lo cual no se puede determinar si dichas diferencias de deben al hecho de asistir a escuelas privadas o a radicar en dicha ciudad. Olweus43 senala que el bullying existe en ciudades grandes o pequenas, en instituciones educativas con mayor o menor cantidad de alumnos; pero tambien indica que las escuelas en las cuales se enfatiza en mayor medida la competencia o la desigualdad presentan un mayor riesgo de bullying. Asi, el mayor acoso en dichas escuelas podria no ser un hecho de tipo escolar, sino de las caracteristicas sociales, culturales y economicas de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires. Por lo tanto, mayor investigacion es necesaria a este respecto.
En cuanto al tercer objetivo de observar las formas ser acosado y llevarlo a cabo, las mas frecuentes en el presente estudio eran las verbales (sobrenombres, burlas sobre el aspecto fisico), mientras que las mas graves, como la fisica (golpes o romper cosas) y las amenazas, eran las menos frecuentes. Esto coincide con muchas investigaciones del primer mundo.44 Se encontraron diferencias en ser acosado mediante golpes y burlas sexuales segun fuera el sexo, ya que mas varones que mujeres eran acosados de esta manera. Por otra parte, mas varones hacian bullying con sobrenombres, golpes y burlas fisicas, lo cual concuerda con una vasta investigacion extranjera, por ejemplo, Peterson y Rigby.45 Se sabe que las relaciones entre los varones son mas agresivas. Por ejemplo, ellos realizan ataques fisicos en mayor medida.46 En lo que respecta a la edad, se encontro que a menor edad, mayor acoso fisico (golpes, sacar/romper cosas) y burlarse poniendo sobrenombres. Como ya se senalara, los agresores tienden a centrarse en sujetos mas debiles fisica y/o psicologicamente.
En lo concerniente al cuarto objetivo de caracterizar el acoso, en el presente trabajo se hallo que la vasta mayoria era acosada por un alumno, o dos o tres alumnos; en su mayoria (mas de dos tercios) por alguien del mismo curso y frecuentemente por varones —solos o acompanados de mujeres—; en el patio como lugar mas usual (casi un 45 %) y desde hacia alrededor de un mes, aunque un porcentaje similar decia ser victimizado desde hacia un ano. Del Barrio y otros,47 y Smith y Shu48 hallaron que casi la mitad de los individuos era acosada por 2 o 3 alumnos, aunque algunos estudios han detectado que el bullying era cometido muchas veces por un solo individuo.49 Olweus y Solberg50 encontraron que muchas veces el acoso era llevado a cabo por 2 o 3 sujetos con un alumno como lider. No obstante, entre un 25 % a 35 % era acosado principalmente por uno solo. Resultados similares hallaron Smith y Shu.51 Coincidiendo tambien con numerosas investigaciones extranjeras, por ejemplo Morita, Soeda, Soeda y Taki,52 aqui tambien los perpetradores del bullying pertenecian al mismo curso que las victimas. A diferencia de lo que senalan otros autores,53 pocos eran acosados por alumnos de cursos mas grandes. Al igual que otros trabajos,54 los alumnos varones eran generalmente los agresores. Aqui tambien se observo que el patio de la escuela y el aula eran lugares de gran riesgo de acoso.55
Un gran porcentaje (47 %) no comentaba que era acosado, como senalan otras investigaciones internacionales.56 El no informar esta situacion se explica por el hecho de que quienes son objeto del acoso tienen miedo de hacerlo, sienten verguenza o tienen temor.
Siguiendo con el cuarto objetivo, lo mas frecuente (41 %) era considerar que los profesores casi nunca trataban de detenerlo. Del mismo modo, mas de la mitad senalaba que los pares casi nunca la detenian. Aunque mas de la mitad manifesto que ser testigo del acoso hacia otro alumno era algo triste o muy triste, solo un 22 % trataba de ayudar al acosado y solo un 41 % de los alumnos senalaba que no se pondria de acuerdo con alguien para acosar. Estas actitudes contradictorias tambien fueron halladas en el Canada.57 Estas contradicciones pueden explicarse por la deseabilidad social: se espera socialmente que uno ayude a la victima, pero en las situaciones de bullying solo una minoria realmente interviene para detenerlo. Esto se explica por el temor a ser acosado si uno actua para detenerlo, aunque tambien por el hecho de que muchos alumnos creen que la victima lo merece o que esta justificado acosar, e incluso, muchas victimas se culpabilizan por el acoso.58 Que las victimas y los grupos no involucrados consideren en mayor medida que el bullying era algo triste y creyeran que se pondrian menos de acuerdo para acosar —en comparacion con los agresores y grupos de ambos— puede explicarse debido a que estos dos ultimos grupos son menos empaticos, dominantes y tienen una actitud positiva ante la agresion. Por otra parte, esta bien comprobado que las victimas son sujetos sensibles y con una vision negativa de la agresion. Tambien es posible que las victimas, al sufrir el acoso y sus consecuencias, tales como depresion y ansiedad, lo perciban en mayor medida como una conducta claramente negativa e injustificable.
Este estudio tiene una serie de limitaciones. Primero, el haber sido llevado a cabo con una muestra intencional, lo cual limita su generalizacion. Si bien hubiese sido deseable evaluar una muestra aleatoria, es altamente sabido que muchas escuelas no permiten el acceso por diversas razones, aun cuando se explican los propositos cientificos del estudio. Segundo, el diseno transversal y correlacional permite solamente establecer asociaciones entre las variables. Tercero, haber usado solo el autoinforme, el cual tiene reconocidas limitaciones, como deseabilidad social o falta de honestidad en las respuestas, principalmente en un tema como el acoso. Futuros estudios deberian examinar esta problematica en muestras aleatorias y de otras regiones de la Argentina.

Notas

1 Noel Card y Ernest Hodges, “Peer victimization among school children: correlations, causes, consequences, and considerations in assessment and intervention”, School Psychology Quarterly 23 (diciembre 2008): 451–461; Noel Card, Jenny Isaacs y Ernest Hodges, “Correlates of school victimization: Recommendations for prevention and intervention”, en Bullying, victimization, and peer harassment: A handbook of prevention and intervention, ed. Joseph Zins, Maurice Elias y Charles Maher (Nueva York: Haworth Press, 2007), 339-366; Tonja Nansel, Wendy Craig, Mary Overpeck, Gitanjali Saluja, et al., “Cross-national consistency in the relationship between bullying behaviours and psychosocial adjustment”, Pediatric and Adolescent Medicine 158, n.. 8 (agosto 2004): 730-736; Anthony Pellegrini y Jeffrey Long, “A longitudinal study of bullying, dominance, and victimization during the transition from primary school through secondary school”, British Journal of Developmental Psychology 20, n.. 2 (junio 2002): 259–280.

2 Dan Olweus, “School bullying: Development and some important challenges”, Annual Review of Clinical Psychology 9 (marzo 2013): 751-780.

3 Wendy Craig, Debra Pepler y Lulie Blais, “Responding to bullying what works?”, School Psychology International 28, n.. 4 (agosto 2007): 465-477.

4 Ibid.

5 Rebecca Griffin y Alan Gross, “Childhood bullying: current empirical findings and future directions for research”, Aggression and Violent Behavior 9 (julio 2004): 379-400; Robert Young y Helen Sweeting, “Adolescent bullying, relationships, psychological well-being, and gender- atypical behavior: A gender diagnosticity approach”, Sex Roles 50 (abril 2004): 525-537.

6 Kris Bosworth, Dorothy Espelage, y Thomas Simon, “Factors associated with bullying behavior in middle school students”, Journal of Early Adolescence 19 (agosto 1999): 341-362; Jaana Juvonen, Sandra Graham y Mark Schuster, “Bullying among young adolescents: The strong, the weak, and the troubled”, Pediatrics 112, n.. 6 (diciembre 2003): 1231-1237; Tonja Nansel, Mary Overpeck, Ramani Pilla, June Ruan, et al., “Bullying behavior among U.S. youth: prevalence and association with psychosocial adjustment”, Journal of the American Medical Association 285, n.. 16 (diciembre 2001): 2094-2100; Anthony Pellegrini, Maria Bartini y Fred Brooks, “School bullies, victims, and aggressive victims: Factors relating to group affiliation and victimization in early adolescence”, Journal of Educational Psychology 91, n.. 2 (junio 1999): 216-224.

7 Pellegrini, Bartini y Brooks, “School bullies”, 216-224.

8 Dan Olweus, Bullying at school: What we know and what we can do (Cambridge, MA: Blackwell, 1993).         [ Links ]

9 Nancy Cunningham, “Level of bonding to school and perception of the school environment by bullies, victims, and bully victims”, Journal of Early Adolescence 27, n.. 4 (noviembre 2007): 457-478.

10 Jennifer Paul y Antonius Cillessen, “Dynamics of peer victimization in early adolescence. Results from a four-year longitudinal study”, Journal of Applied School Psychology 19, n.. 2 (octubre 2003): 25-43.

11 Anthony Pellegrini y Maria Bartini, “A longitudinal study of bullying, victimization, and peer affiliation during the transition from primary school to middle school”, American Educational Research Journal 37, n.. 3 (enero 2000): 699-725.

12 Kaj Bjorkqvist, Eemil Lagerspetz y Ari Kaukiainen, “Do girls manipulate and boys fight”, Aggressive Behavior 18 (enero 1992): 117-127.

13 Cristina del Barrio, Elena Martin, Ignacio Montero, Hector Gutierrez, et al., “Bullying and social exclusion in Spanish secondary schools: National trends from 1999 to 2006”, International Journal of Clinical and Health Psychology 8, n.. 3 (septiembre 2008): 657-677.

14 Dan Olweus, “Peer harassment: A critical analysis and some important issues”, en Peer harassment in school: The plight of the vulnerable and victimized, ed. Jaana Juvonen y Sandra Gram. (Nueva York: Guilford Press, 2001), 3-20.

15 Kimberly Mason, “Cyberbullying: A preliminary assessment for school personnel”, Psychology in the School 45, n.. 4 (abril 2008): 323-348; Michael Ybarra y Kimberley Mitchell, “Youth engaging in online harassment: Associations with caregiver-child relationships, Internet use, and personal characteristics”, Journal of Adolescence 2, n.. 3 (marzo 2004): 319-336.

16 Dan Olweus, “Invited expert discussion paper: Cyberbullying: An overrated phenomenon?”, European Journal of Developmental Psychology 9, n.. 5 (mayo 2012): 520- 538.

17 Mary Nolin, Elizabeth Davis y Kathryn Chandler, “Student victimization at school”, Journal of School Health 66, n.. 6 (mayo 1996): 216-226; Mona Solberg, Dan Olweus e Inger Endresen, “Bullies and victims at school: are they the same pupils?”, British Journal of Educational Psychology 77 (junio 2007): 441-464.

18 Anthony Pellegrini, “Bullying, victimization, and sexual harassment during the transition to middle school”, Educational Psychologist 37, n.. 3 (junio 2002): 151–163; Anthony Pellegrini y Maria Bartini, “A longitudinal study of bullying, victimization, and peer affiliation during the transition from primary school to middle school”, American Educational Research Journal 37, n.. 3 (enero 2002): 699-725; Peter Smith, Shu Shu y Kirsten Madsen, “Characteristics of victims of school bullying: Developmental changes in coping strategies and skills”, en Juvonen y Graham, Peer harassment in school, 332-352.

19 Smith, Shu y Madsen, “Characteristics of victims of school bullying”, Juvonen y Graham, Peer Harassment, 332-352.

20 Jeffrey Parker, Kenneth Rubin, Stephen Erath, Julie Wojslawowicz, et al., “Peer relationships, child development, and adjustment: A developmental psychopathology perspective”, en Developmental Psychopathology: Risk, Disorder, and Adaptation, ed. Dante Cicchetti y Donald Cohen (Nueva Jersey: Wiley, 2006), 419-493.

21 Ibid.

22 Linda Peterson y Ken Rigby, “Countering bullying at an Australian secondary school with students as helpers”, Journal of Adolescence 22, n.. 4 (agosto 1999): 481-492.

23 Ibid.

24 Christina Salmivalli, Arja Huttunen y Kirsti Lagerspetz, “Peer networks and bullying in schools”, Scandinavian Journal of Psychology 38 (diciembre 1997): 305–331.

25 Ken Rigby y Bruce Johnson, “Expressed readiness of Australian schoolchildren to act as bystanders in support of children who are being bullied”, Educational Psychology 26, n.. 3 (enero 2006): 425–440.

26 Ibid.

27 Marcela Roman y Javier Murillo, “America Latina: violencia entre estudiantes y desempeno escolar”, Revista CEPAL 104 (agosto 2011): 37-54.

28 Daniel Filmus, “Enfrentando la violencia en las escuelas: un informe de la Argentina”, en Violencia na escola: America Latina e Caribe, ed. UNESCO (Brasilia: UNESCO, 2003); Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF), Clima, conflictos y violencia en la escuela (Buenos Aires, AR: Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas, 2011).         [ Links ]

29 Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, Violencia en las escuelas: un relevamiento desde la mirada de los alumnos (Buenos Aires, AR: Ministerio de Educacion, 2008).         [ Links ]

30 Santiago Resett, “Aplicacion del cuestionario de agresores/victimas de Olweus a una muestra de adolescentes argentinos”, Revista de Psicología de la Universidad Católica Argentina 13, n.. 7 (agosto 2011): 27-44; Santiago Resett, “Una caracterizacion del acoso escolar en la adolescencia: quienes, como y donde se agrede”, Perspectivas en Psicología 13, n.. 1 (junio 2016):11-20.

31 Dan Olweus, The Revised Olweus Bully/Victim Questionnaire (Bergen, NO: HEMIL Universidad de Bergen, 1996).         [ Links ]

32 Ibid; Mona Solberg y Dan Olweus, “Prevalence estimation of school bullying with the Olweus Bully/Victim Questionnaire”, Aggressive Behavior 29 (abril 2003): 239-268.

33 Solberg y Olweus, “Prevalence estimation of school bullying”, 239-268.

34 Ibid; Santiago Resett, “Bullying: victimas, agresores, agresor-victimas y correlatos psicologicos”, Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina 60, n.. 3 (septiembre 2014): 171-183.

35 Resset, “Bullying”, 171-183.

36 Ibid.

37 Ibid.

38 Michael Boulton y Kerry Underwood, “Bully/Victim problems among middle school children”, British Journal of Educational Psychology 62 (febrero 1992): 73–87.

39 Minne Fekkes, Frans Pijpers y Pauline Verloove-Vanhorick, “Bullying:Who does what, when and where? Involvement of children, teachers and parents in bullying behavior”, Health Education Research 20 (febrero 2005): 81–91; Maria Sapouna, “Bullying in Greek Primary and Secondary Schools”, School Psychology International 29, n.. 2 (mayo 2008): 199–213; Peter Smith y Shu Shu, “What good schools can do about bullying: Findings from a survey in English schools after a decade of research and Action”, Childhood 7, n.. 2 (junio 2000): 193–212.

40 Smith y Shu, “What good schools can do about bullying”, 193-212.

41 Ibid.

42 Ibid.

43 Ibid.

44 Ibid; Ken Rigby y Phillip Slee, “Australia”, en The nature of school bullying: A cross-national perspective, ed. Peter Smith, Yohji Morita, Josine Junger-Tas, Dan Olweus Olweus, et al. (Londres y Nueva York: Routledge, 1999), 324-339.

45 Rigby y Slee, “Australia”, Smith, Morita, Junger-Tas, Olweus, et al., Nature of school bullying, 324-339.

46 Debra Pepler, Peter Smith y Ken Rigby, “Looking back and looking forward: implications for making interventions work effectively”, en Bullying in schools: How successful can interventions be?, ed. Peter Smith, Debra Pepler y Ken Rigby (Cambridge: Cambridge University Press, 2004), 307-324.

47 Ibid.

48 Ibid.

49 Rigby y Slee, “Australia”, Smith, Morita, Junger-Tas, Olweus, et al., Nature of school bullying, 324-339.

50 Dan Olweus y Mona Solberg, Cross-cultural study of bully/victim problems in school: final report for Norway to Japanese Ministry of Education (Tokio, JP: Ministerio de Educacion del Japon, 1998).         [ Links ]

51 Ibid.

52 Yohji Morita, Harou Soeda, Kumiko Soeda y Mitsuru Taki, “Japan”, en Nature of school bullying, Smith, Morita, Junger-Tas, Olweus, et al., 311-323.

53 Ibid.

54 Ibid.

55 Anna Baldry y David Farrington, “Types of bullying among Italian school children”, Journal of Adolescence 22 (junio 1999): 423–426; Panayiotis Kalliotis, “Bullying as a special case of aggression: Procedures for cross-cultural assessment”, School Psychology International 21, n.. 1 (febrero 2000): 47–64.

56 Kalliotis, “Bullying as a special case or aggression”, 47-64; Peter Smith, “England and Wales”, en Nature of school bullying, Smith, Morita, Junger-Tas, Olweus, et al., 68-90.

57 Paul O’Connell, Debra Pepler y Wendy Craig, “Peer involvement in bullying”, Journal of Adolescence 22, n.. 4 (agosto 1999): 437-452.

58 Sandra Graham y Jaana Juvonen, “An attributional approach to peer victimization”, en Peer harassment in school, Juvonen y Graham, 44-72.

Recibido: 7/11/2016
Aceptado: 9/10/2017

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