SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.12Ana Carmen Macri, mi biografía políticaEl género del multiculturalismo author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

  • Have no cited articlesCited by SciELO

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


La aljaba

On-line version ISSN 1669-5704

Aljaba vol.12  Luján Jan./Dec. 2008

 

Doña María Epul de Cañuqueo. Machi y Camaruquera del Cerro Negro. Testimonio e historias para reconstruir la vida de una curandera popular, Trelew, Biblioteca Popular "Agustín Álvarez", 2ª ed., pp. 124.
ÑANCO, Antonia, (2006)

Escrita en lenguaje sencillo, sin marcos teóricos y metodológicos explícitos, con la ausencia de historiadores profesionales, "Dona María…" deslumbra por su sencillez.
Es un libro singular por varios motivos. En primer lugar, porque se trata de una obra colectiva que si bien es promovida por Antonia Ñanco, nieta de doña María, incluye diferentes voces y relatos de historiadores, comunicadores sociales y de quienes fueron sus familiares, parientes, amigas y amigos.
En segundo lugar, porque posee una clara intencionalidad: hacer conocer y defender la cultura mapuche en su complejidad y desde ese sentido, se transforma también en la obra de una comunidad, en la que colaboran vialidad provincial, las radios locales de la zona y funcionarios de diferentes organizaciones, con el propósito de rescatar el saber popular y el rol de una mujer, la machi-camaruquera.
En sus páginas se reconstruye un viaje al corazón de la meseta chubutense iniciado en 1999, a las escasas casitas que pomposamente se titulan "localidad de Cerro Negro". Es un viaje de rescate en busca de quienes conocieron a María Epul y, en un plano superpuesto, el relato de su nieta Antonia, quien regresa a Cerro Negro luego de 35 años de ausencia. Allí recupera su apodo, "Tuca", y se reencuentra con su nieta y su familia. Todos juntos comienzan a recordar a María, sus palabras, sus gestos, sus movimientos, sus camarucos y el esplender que Cerro Negro adquirió por entonces, junto a ella.
La intención de rescatar del olvido la vida de su abuela, se confunde en Antonia con la reconstrucción de una historia propia, mapuche, arraigada a la tierra. Un grupo de hombres la acompañan en su viaje, entre ellos un camarógrafo, que registró el reencuentro con los escasos familiares que persisten en el lugar.
María Epul vivió en Cerro Negro hasta su muerte, en 1960. Tanto la fecha como el lugar de su nacimiento está en discusión: para algunos nació en Collón Curá (Neuquén) en 1867, otros testimonios la hacen chilena y nacida en 1881.
Según decenas de testimonios, el accionar de la curandera María transformó el espacio social de Cerro Negro. Su fama traspasó los límites territorianos y convocó a cientos de "huincas" que la visitaban -provenientes de diferentes puntos del país y de Chile- en busca de cura a sus enfermedades. Verdaderas caravanas de autos, camiones y caballos llegaban a diario, junto a líneas de colectivos que iban especialmente hasta allí. A ello se le sumaba un aeródromo que permitía el aterrizaje de un pequeño avión que trasladaba personajes ilustres, entre los que se menciona a la madre de Juan Domingo Perón, Juana, paisana de origen, a quien María curó en varias oportunidades.
La obra también permite vislumbrar el conocimiento mapuche sobre hierbas curativas y también de la complejidad de su cultura, las rogativas y las maneras de relacionarse entre hombres y mujeres de la comunidad y visitantes.
También narra una historia de resistencia, evidente cuando Gendarmería Nacional detiene a María por ejercicio ilegal de la medicina y la comunidad regional se organiza para pedir su liberación. La mediación de Perón en el asunto -en el turbulento 1954- permitió a la curandera, ya ciega por entonces, volver a curar en lengua mapuche auxiliada por su hijo.
El movimiento humano que hubo en la región se evidencia en las 150 tumbas que actualmente componen el cementerio abandonado. De ser un centro cultural, Cerro Negro es hoy una localidad que alberga sólo a cinco familias bajo condiciones de aislamiento social y con cada vez menores posibilidades de supervivencia. La vida de una mujer y su capacidad de curación, tuvo mucho que ver en esta transformación.
Este libro es un buen ejemplo de cómo, mujeres olvidadas por la historiografía tradicional, dieron la impronta al lugar en el que vivieron y trascendieron sus roles de madres y esposas, para erigirse como referentes culturales que mantuvieron vivas las tradiciones de su comunidad y las esperanzas, en este caso, de quienes vieron en los ojos ciegos de doña María, la posibilidad de la sanación.

Laura Marcela Méndez

Centro Regional Universitario Bariloche
Universidad Nacional del Comahue

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License