SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16Geografía y género: aportes para un debate. El caso del NOAMadre no hay una sola: Experiencias de maternidad en la Argentina índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


La aljaba

versión On-line ISSN 1669-5704

Aljaba vol.16  Luján dic. 2012

 

RESEÑAS

Narradoras Mexicanas y Argentinas (siglos XX-XXI). Antología crítica1

 

Oliva Solís Hernández

(FCPyS-UAQ, México)

 

El libro que comentamos es el resultado de las investigaciones presentadas en el 53° Congreso Internacional de Americanistas. Algunos de los trabajos presentados en la mesa "Cambios y continuidades en la narrativa de escritoras mexicanas y argentinas" fueron luego seleccionados para integrar este volumen, constituido por 17 ensayos y una introducción. Los ensayos fueron elaborados por investigadoras mexicanas, norteamericanas, argentinas, peruanas y francesas. Los textos que integran el libro abordan obras de Guadalupe Dueñas, Amparo Dávila, Silvana Ocampo, Angélica Gorodischer, Victoria Ocampo, Gabriela Mistral, Elena Garro, Luisa Valenzuela, Natalia Toledo, Claudia Piñeiro, Verónica Murguía, Miriam Laurini y Silvia Molina, entre otras.

En estos comentarios presento algunos puntos de encuentro en la escritura de narradoras mexicanas y argentinas del siglo XX y XXI.

Una de las primeras cosas que salta a la vista es el tiempo desde donde escriben las mujeres. Podemos distinguir dos grandes grupos: las escritoras pioneras (de principios del siglo XX) y las escritoras nóveles (a partir de la década de los setenta). Las pioneras, como su nombre lo dice, comienzan a incursionar en un área que prácticamente les estaba vedada. Los temas que aparecen en sus narraciones están vinculados con el pasado, ya sea nacional o personal/familiar y la forma en que lo abordan ubica a las protagonistas en una situación de sumisión y dominación por todo un sistema patriarcal que se manifiesta de muchas formas, incluyendo el lenguaje. Las escritoras jóvenes, dadas las circunstancias históricas que les toca vivir (la globalización, la emergencia de las nuevas tecnologías, el multiculturalismo), presentan personajes femeninos conscientes de su tiempo, sujetos de su propia historia y con una visión del mundo diferente.

En todos los casos, podemos ver un hilo que atraviesa las generaciones de escritoras. Ese hilo está tejido por otros hilos: la escritura, el lenguaje, las mujeres, las relaciones, la sociedad, la ficción, el cuerpo, el poder, la identidad. En cada una de las escritoras analizadas encontramos una preocupación por el papel que juega la escritura como vehículo de autoconocimiento y liberación. En algunos casos, la escritura es presentada como una estructura que hay que desarticular. ¿Cómo? A partir de la dotación de nuevos significados. Escribir es un proceso de gestación y alumbramiento, es hilvanar, anudar, amarrar, interpretar. La escritura, dice Gorodischer, nos sitúa frente a la muerte. La escritura y la muerte son el anverso y el reverso de la vida misma. La escritura es un medio y un fin, un origen y un destino. Un constante fluir. Un camino que al recorrerlo nos permite ir mirándonos por dentro y por fuera. Recorrer este camino posibilita luego la comprensión. Así, siguiendo a Gorodischer, se escribe para comprender mi yo, mi mundo, mi historia.

En todas las escritoras encontramos un mundo presentado de forma dicotómica: adentro-afuera, interior-exterior, prohibido-permitido, femenino-masculino, hombre-mujer, público-privado, real-ficticio, racionalidad-locura, dominado-dominante, rico-pobre, norte-sur, civilización-barbarie, América-Europa, entre otras. Estas dicotomías intentan ser superadas y mostrar que muchas veces la ficción, por ejemplo, puede dar respuestas a lo que la "realidad" no. Las escritoras nos muestran cómo la sociedad ha utilizado estas dicotomías para ubicar a los individuos en determinados lugares, los cuales luego son asumidos como lo que "les corresponde". Siguiendo este razonamiento, las escritoras intentan subvertir este orden, minarlo, trastocarlo, y para ello recurren a una serie de estrategias narrativas que las llevan a cuestionarse a sí mismas como mujeres pero también a la sociedad, a las instituciones y a la Historia.

El trastocamiento del orden del mundo puede hacerse develando las claves de la dominación, en donde el lenguaje juega un papel fundamental. Proponen pues comenzar a darle un nuevo significado al lenguaje pues éste es patriarcal. Así, habría que trastocar el canon para comenzar a escribir de nuevas maneras. Esto implica que los géneros literarios ya no aparezcan como límites, sino al contrario, como posibilidades para dar cuenta del mundo.

Al recurrir a nuevas estrategias narrativas y a nuevos géneros que se presentan como híbridos, las mujeres escritoras le dan voz a los que antes no la tenían. En este sentido, las escritoras que aquí presentamos tienen objetivos comunes con algunas de las nuevas propuestas teóricas de la Historia, como las que intentan rescatar a los marginados, a los que no tenían voz, o a los que se les intenta devolver su pasado, su identidad, a través de la decolonización. Las escritoras además escriben desde los márgenes en un intento por dar cuenta de los excluidos, de los que no aparecen en la Historia oficial. Así, desde la microhistoria, la biografía, las historias de vida, recuperan la oralidad como una alternativa a la escritura oficial. Sitúan lo individual frente a lo público, el recuerdo personal frente a la memoria colectiva. De esta forma comienzan a aparecer las culturas periféricas y a replantearse la Historia.

La Historia es un elemento central en el discurso de las autoras analizadas. Ya sea la Historia personal, familiar o nacional, las escritoras están preocupadas por entrar en ella. La Historia está llena de olvidos, de silencios, de juicios. ¿Qué hay en esos olvidos, en esos silencios? Ahí están los marginados, los olvidados, los sin voz. La Historia oficial ha construido un pasado unívoco. Las escritoras intentan construir una historia polifónica. La Historia que nos están proponiendo es una historia alimentada del recuerdo, de la memoria que no quiere olvidar. Intentan completar y aún corregir pues la forma en que nos la han presentado ha privilegiado una visión: la masculina. A consecuencia de ello, las mujeres aparecen en la historia como las traidoras, las causas de todos los males. Sin embargo, si damos una vuelta de tuerca a la Historia, si miramos los hechos con otros ojos, podremos ver que la Historia puede ser contada de diversas maneras. Una de ellas es la mirada femenina.

En todas las escritoras está presente la intención de cuestionar no sólo el canon literario, sino la tradición occidental misma, por ello, muchas de las jóvenes escritoras están comenzando a abrir su mundo. Su espacio ya no es sólo México o Argentina, su espacio es el mundo y, sobre todo, el mundo oriental. Oriente da nuevas posibilidades para ver y pensar el mundo. Las nuevas escritoras están optando por lo global, lo tecnológico, lo multicultural y también por nuevos tipos de mujeres, más libres, independientes, dueñas de su cuerpo y de su voz.

El cuerpo de las mujeres es otra de las categorías que aparece en todas las narradoras. Un cuerpo atravesado por el sistema patriarcal, un cuerpo ubicado en espacios específicos (privados/hogar) pero que intentan salir a lo público, al exterior pues lo privado/hogar no necesariamente es un espacio de seguridad o de protección para las mujeres, sino todo lo contrario, es un espacio donde se concreta la dominación, el silencio, la anulación. El cuerpo que nos proponen las escritoras está dotado de nueva vitalidad, es un cuerpo que siente, que reclama, es un cuerpo sexuado y erotizado.

Todas las escritoras que nos presentan las investigadoras pueden ser consideradas como transgresoras (en muchos sentidos). Trasgreden el canon, trasgreden los géneros literarios. Son mujeres atrevidas que intentan con su pluma cambiar el orden del mundo. No para sobreponer a las mujeres sobre los hombres, eso sería volver al mismo tipo de Historia, sino para establecer nuevas formas de relaciones. En todas, el lenguaje es la clave. El diálogo puede ser el camino. Un diálogo, al modo fenomenológico, en el que hombres y mujeres se acerquen a sí mismos para acercarse al otro. Un diálogo que explore nuevas posibilidades, que incorpore nuevos sentidos, nuevos actores y que esté dispuesto a incorporar todas las voces. Sólo de esta manera se podrá empezar a pensar en que las mujeres tengamos un mundo más equitativo y democrático. La clave es recuperar la memoria, que es la Historia, porque sin Historia se puede perpetuar la dominación.

1 Narradoras mexicanas y argentinas (Siglos XX-XXI). Antología crítica, (2011), Francia, Mare&Martin, Colección Llama, Coordinado por Maricruz Castro Ricalde y Marie-Agnés Palaisi-Robert.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons