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La aljaba

versão On-line ISSN 1669-5704

Aljaba vol.17  Luján out. 2013

 

ARTÍCULOS

La historia de vida de una militante social1

Marta L. Carrario
Centro Interdisciplinario de Estudios de Género
Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional del Comahue

 


Resumen: La historia de las mujeres ha permitido a lo largo de los últimos años sacar a la luz las actividades desarrolladas por las mismas en el espacio público. La importancia otorgada a los nuevos sujetos de la historia junto al desarrollo de los estudios de género abrió la posibilidad de recurrir y valorizar diversas técnicas de cuño cualitativo como son las historias de vida para recuperar las experiencias individuales y grupales de mujeres que han desempeñado funciones relevantes tanto en lo referido a la actividad sindical como política.
El objetivo de este trabajo es dar cuenta de las estrategias y experiencias que el colectivo de mujeres elabora para empoderarse e incidir en el espacio sindical y socio-político neuquino a partir de la historia de vida de una mujer trabajadora y dirigenta docente. De la misma se desprende la elaboración de dispositivos de resistencia, de prácticas diferenciales, unido a compromisos epocales, que apuntan a la superación de la marginalidad y promueven estrategias de lucha por la dignidad de trabajadoras/es.

Palabras clave: Historia de vida; Empoderamiento; Mujer; Feminismo.

The life history of a social activist

Abstract: Women's history has allowed, in recent years, to expose the activities carried out by them in the public space. The importance given to the new subjects of history, along with the development of gender studies, opened the possibility to appeal and value various techniques of qualitative stamp, such as life history, to retrieve the individual and collective experiences of women who have played important roles as regards union activity and politics.
The objective of this work is to expose the strategies and experiences that womanhood developed to empower themselves and to influence in Neuquén´s socio-political and union activity area, through the eyes of a working and teacher-leader woman and her history of life. Along with it, it appears the development of resistance devices, of differential practices, together with epochal commitments, that aims to the overcoming of marginalization and promote strategies to struggle throughout the dignity of workers.

Keywords: History life; Empowerment; Women; Feminism.

Sumario: 1. Introducción. 2. El cruce entre memoria, subjetividad y marcas de género: opciones metodológicas. 3. Voces distintas, miradas distintas: la clase y el género. 4. Los entramados epocales, las influencias del feminismo y las luchas políticas. 5. Consideraciones Finales.


 

- 1-
Introducción

Si bien el tema de mi investigación refiere a la inclusión de las mujeres en el ámbito dirigencial del sindicalismo neuquino, a partir del clivaje que se produce con la promulgación de una de las medidas de acción positiva implementada en el país -como es la Ley de Cupo Sindical Femenino (Ley N° 25.674)-, la recopilación de fuentes para esta investigación abrió las puertas para centrar este artículo en la trayectoria de vida de una mujer trabajadora y dirigenta, que dedicó toda su vida a la lucha por las reivindicaciones sociales de su gremio. Al mismo tiempo expresa en su memoria, que su lucha, con fuerte contenido político, se centró en las necesidades de elaborar estrategias de resistencia, unido a compromisos epocales para empoderarse y empoderar a las mujeres en un campo esencialmente masculino.
El recorrido de sus experiencias de vida atraviesa los distintos momentos políticos iniciados a fines de los sesenta y setenta, denominado por algunos intelectuales como una "época de calentura histórica" (Gilman:2003) con una fuerte valorización de la política e impregnado de expectativas revolucionarias. Con continuidades y cambios se llega a la actualidad en donde las perspectivas de superación y la expresión de los reclamos operan desde distintos movimientos sociales, cuyas estrategias discursivas y de acción están atravesadas por el discurso emancipatorio de los movimientos feministas.

- 2 -
El cruce entre memoria, subjetividad y marcas de género: opciones metodológicas

A menudo los historiadores navegan entre la ausencia absoluta de huellas y la seguridad de encontrar recuerdos en cada uno de nosotros y en los archivos. Para analizar los acontecimientos del pasado y del presente, no alcanza con el mero dato, o fuente tal como lo concebimos las historiadoras. Hoy también se señala la importancia de la textualidad, es decir, la forma en que se presentan y estructuran los argumentos.
Este giro socava algunas ideas que fueron consideradas por años como "leyes" inmutables. Una de ellas fue la pretendida neutralidad que debíamos tener en el oficio de historiadoras. Otra, la inclusión en el análisis de aquellos sujetos marginados, no considerados importantes en la historiografía decimonónica y de gran parte del siglo pasado. Esto evidencia por un lado el rol particularista del conocimiento histórico y por el otro el papel activo de quienes producimos el conocimiento.
Desde el método tradicional de la historia, también se derrumba aquel que sólo recurría a textos para el estudio de la historia. Para muchas historiadoras sociales, de cuño positivista o neopositivista, los archivos continúan siendo los lugares sacrosantos donde seleccionamos los documentos que dan cuenta de "los hechos" del pasado de una sociedad.
Sin embargo, las revisiones historiográficas sobre las fuentes han modificado esta percepción. Por un lado, el descubrimiento de nuevas fuentes puede arrojar una luz inédita sobre hechos que se creían perfectamente conocidos. Por el otro, desde un enfoque interpretativo diferente se puede indagar sobre fuentes antes ignoradas, como es el testimonio de las experiencias vividas, sobre todo cuando, en este caso, se trata de constituir a las mujeres en sujetos históricos, o dicho de otra manera cuando restituimos a las mujeres en la historia.
En las recientes investigaciones historiográficas la historia oral, la historia de vida, los relatos de vida, el método biográfico constituye un cruce que aspira a recuperar las voces escondidas de la historia, sobre todo las que pertenecen a las mujeres.
En ese sentido, lo expresaba un investigador en relación a que la historia oral tiene el singular poder de acceder a las experiencias de aquellas personas cuyas vidas están al margen del poder y cuyas voces permanecen ocultas, "estas voces escondidas pertenecen sobre todo a las mujeres y por eso la historia oral ha sido tan fundamental en la historia de género..." (Thompson 2003-04: 19)
A partir de lo mencionado, tomar como fuente al testimonio oral, en nuestro caso de una mujer, se convierte no sólo en el intento de corregir o suplir el registro incompleto del pasado, sino que apuesta a una forma de comprensión crítica de la manera en que opera la historia como espacio de producción de conocimiento sobre el género.
El abordaje investigativo a través de la historia de vida, adquiere una relevancia significativa cuando nuestra disciplina se pone en contacto e interactúa con el resto de las ciencias sociales, apropiándose de un conjunto de conceptos, métodos, instrumentos y técnicas específicas. Entre otras disciplinas podemos mencionar la antropología, la psicología, la sociología, la lingüística, el folclore y los estudios literarios. La confluencia e interacción de éstas ha sido un factor central para el crecimiento y el fortalecimiento de esta práctica de investigación sociohistórica.
La importancia de la llamada "historia de vida" se revela a la hora de intentar acceder a la interpretación que los sujetos/as crean y reflejan del mundo que los rodea. Tal como se plantea "la historia de vida contiene una descripción de los acontecimientos y experiencias importantes de la vida de una persona o alguna parte principal de ella en las propias palabras del protagonista en la construcción de la historia de vida..." (Taylor-Bogdan, 2000: 174).
También resulta importante reconocer que "...las historias de vida son construcciones culturalmente determinadas, inferidas de un discurso público, estructurado por clases, códigos, convenciones y géneros..." (James, 1992:10)
Algunos historiadores (Paul Thompson; Alessandro Portelli) han planteado el desafío de tratar la subjetividad otorgada por el testimonio oral más allá de los obstáculos de la objetividad histórica y del rigor empírico que se exigía en anteriores generaciones de académicos. Entonces, analizar una historia de vida con la inherente individualidad que ello significa, no supone la imposibilidad de la generalización. Y tampoco deja de ser un documento vital en la construcción del conocimiento. Más aún si de lo que se trata es de dar voz a los sin voz.
Por eso, aunar este método con la perspectiva de género ofrece una mirada alternativa al androcentrismo de la historiografía general. Permite visibilizar a los sujetos/as ignorados de la historia, y en nuestro caso a las mujeres, ya que el tejido de la historia estaba impregnado de acciones y narrativas masculinas. Visibilizar en definitiva las diversas subjetividades que suponen un cuerpo, un uso del lenguaje, una inscripción social y un campo de conflictividades que hasta no hace mucho tiempo eran consideradas irreductibles a una unidad inmutable y preexistente.
Entonces, el relato de vida de mujeres constituye una vía de conocimiento que permite saber cómo utilizan los recursos sociales disponibles, cómo actúan individual y colectivamente, cuál es el grado de conciencia que tienen acerca de sí mismas y de sus propias prácticas. En definitiva recupera otra mirada frente al enfoque prioritariamente centrado en lo masculino.

- 3 -
Voces distintas, miradas distintas: la clase y el género

¿Qué significado tienen los testimonios de mujeres? ¿Qué encierran en sus mensajes? ¿Cuál es la carga de subjetividad, de representaciones del mundo, que vuelcan en sus testimonios?
El testimonio de Elisa2 es un relato de múltiples vetas, a menudo apasionado, que mayoritariamente son expresados en términos de clase, alrededor de su papel como activista, dirigenta y secretaria general del gremio docente en Neuquén.
El género, otra variable presente en su discurso, lo utiliza para dar cuenta del universo masculino de poder que predomina en los últimos tiempos en su gremio, aunque la presencia de mujeres sea mayoritaria. Justamente por el canon patriarcal que aún abunda en la sociedad, que marca por un lado las opciones profesionales que pueden tener las mujeres en el ámbito público y que, por otro lado, reaparece una y otra vez cuando se trata de elegir a las autoridades máximas.
En su niñez, la imagen que da de sí misma es el carácter descomedido y siempre dispuesta a la rebeldía en relación con sus padres y con el resto de la sociedad. Sobre todo en temas del sufrimiento de los que menos tienen y las injusticias que fue observando en su infancia a través de los distintos lugares en que vivió. Sus dichos repiten una y otra vez la indignación que le produce la pobreza, la hipocresía de quienes más tienen, al tiempo que insiste en su discurso, la intolerancia a la "doble moral" tal como la llama para referirse a quienes predican una cosa y practican otra.
El énfasis puesto en lo anterior, despierta la atención acerca de las dos visiones morales "el razonamiento que cuida" y el "razonamiento justiciero", que planteara Carol Gilligan (citado por Stack, C. 1999: 145) y la posibilidad de que hombres y mujeres visualicen los problemas morales de manera distinta o que comprendan de manera diferente los conflictos humanos. Estas dos formas pueden resultar eficaces a la hora de analizar la historia de vida de Elisa. Y más aún si atendiendo a las investigaciones posteriores de Gilligan se afirma que estas perspectivas morales se van conformando en las relaciones de la infancia, se cristalizan en la adolescencia y vuelven a aparecer cuando se deben resolver conflictos morales en el curso de la vida adulta.
Si asociamos esta idea de "razonamiento que cuida", referido a la respuesta hacia aquellos que necesitan ayuda, con la construcción de género y clase que se observan en Elisa, podemos ver cómo se va construyendo la conciencia moral de la protagonista.
El "razonamiento que cuida" o también llamado "la ética del cuidado" es lo que se desprende de las afirmaciones que realiza la protagonista cuando relata sus años de infancia, su relación con sus hermanas, con su madre y su padre, con sus abuelas.
En la narración de su infancia recuerda quiénes marcaron su vida de niña y luego de adulta: sus dos abuelas. Una por la fuerza, tesón, valentía para criar a sus seis hijos en una zona alejada e inhóspita del Chubut. Otra, por su adhesión al socialismo en una época en que las mujeres sólo calificaban para ser esposas, madres y amas de casa. Esta última, casada muy joven se separó de su marido, trabajó para mantener su hijo y le inculcó el gusto por la lectura que marcaría la formación profesional de Elisa y su posterior adhesión al comunismo3.
En una familia de cuatro mujeres y su padre, Elisa refuerza esas imágenes que modelan su vida y contribuyen a su empoderamiento sobre todo por designios familiares ya que debió asumir responsabilidades tempranas en el sentido de tener que asumir un liderazgo dado por ser la mayor de las hermanas y con su madre con ciertas dificultades de salud.
Tal como relata, lo que aprendió desde muy chica fue a luchar, a solucionar sola los problemas, a ser arriesgada y audaz. Tal vez por la impronta que dejaron en ella sus dos abuelas que connota como mujeres con mucha fuerza y muy decididas a tomar las riendas de sus propias vidas.
Como marxista, en sus críticas al sistema capitalista, incorpora la división entre lo público y lo privado con las mujeres limitadas a la esfera privada/ doméstica separadas de la esfera pública que está controlada y habitada por hombres.
Como mujer, sus críticas se orientan a la sobre-valoración de la maternidad, que estimulada por la Iglesia se conforma como construcción de la noción de femineidad. Esta estructura cultural supone que las mujeres se ocupen de forma exclusiva de la crianza de las/os niñas/os. Todo lo que no coincida con esta imagen idealizada, es catalogada de anormal y hacer sentir culpable a las mujeres. Elisa plantea que con los hijos hay que "estar en calidad y no en cantidad". No obstante, afirma que a las mujeres las atraviesa una impronta cultural como es la "culpa" acerca del cuidado de los hijos4.
Así, el recuerdo de Elisa en su vida cotidiana y en su militancia se piensa y relata con las experiencias de su niñez, con la libertad, con su maternidad y con el trabajo del cuidado al tiempo que reflexiona sobre patrones ancestrales que modelan actitudes y prácticas.

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Los entramados epocales, las influencias del feminismo y las luchas políticas

En el relato de Elisa el lugar central lo ocupan las luchas tanto en el ámbito universitario como dentro del sindicato, o en las calles, para reclamar por cuestiones que están asociadas fundamentalmente a la libertad, la justicia, las condiciones laborales. Un rol activo en innumerables acciones que en cierta manera son usados para dar forma a su historia de vida.
Los años '70 encuentran a Elisa formando una familia, con dos hijos, uno de ellos con problemas de salud, trabajando en la docencia y desarrollando su militancia política en el gremio docente y en la Universidad.
Estos años coinciden con momentos históricos calientes caracterizados por la politización de la sociedad en Argentina, influenciados por la revolución cubana, la descolonización africana, la guerra de Vietnam y los diversos brotes de rebeldía juvenil lo que ofrecía una desmentida a quienes habían pronosticado el fin de las ideologías revolucionarias (Gilman, 2003). También coincide esta época con los movimientos de mujeres y con el feminismo como movimiento social, que a nivel internacional luchan por el reconocimiento social de su situación subordinada y la legitimación de sus demandas.
En este contexto histórico Elisa inicia su militancia en la universidad, justamente tratando de lograr la nacionalización de la única Universidad de la región.5. Paralelo a ello, y ya trabajando en la docencia forma parte de la lista que ganaría las elecciones en la Asociación Neuquina de Docentes, gremio preexistente a ATEN (Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén) que se conformaría años después.
La caracterización que hace de sí misma se relaciona con el perfil combativo, de confrontación, con tendencias agitativas en las reuniones universitarias y que eran trasladadas al gremio docente donde ocupaba un cargo. Plantea que como marxista los objetivos que se fijaban eran los máximos.
Los años de la dictadura fueron años de ausencia de trabajo en la docencia, a Elisa la declaran prescindible y entonces articula el trabajo doméstico con el trabajo asalariado en su propia casa. Esta doble presencia que algunas teóricas denominan "doble presencia/ausencia" para Elisa no fue dificultosa. Tal como expresa, la militancia revolucionaria es de veinticuatro horas, es una concepción de vida.
Su militancia gremial continuó hasta que en 1982 se constituye el gremio que actualmente existe (ATEN) integrando la lista triunfante como Secretaria de Prensa, luego como Secretaria General por la ciudad capital del Neuquén en 1994, y en el ciclo 1998-2000 como Secretaria General Provincial. Durante su período como Secretaria General por la capital neuquina se desarrollará lo que ella denomina "la gran huelga" llevada adelante para lograr la derogación de la Ley Federal de Educación.
En aquella huelga, dos mujeres -la secretaria general del sindicato por Neuquén Capital y la Secretaria General Provincial- eran quienes encabezaban las multitudinarias marchas que inauguraron los cortes de ruta de trabajadores/as, ya que los anteriores cortes fueron realizados por desocupados6, movilizaciones que se mantuvieron hasta que se logró la suspensión de la aplicación de la Ley Federal de Educación en la Provincia del Neuquén7.
Aunque soslaya en su discurso la influencia que los movimientos feministas han tenido en cuanto a la acción de las mujeres en la esfera pública, reconoce a éstos, especialmente el que existe en su gremio (Multisectorial de la Mujer), como espacios donde se debaten e implementan acciones sobre todo en lo referido a la violencia hacia las mismas. Sin embargo orienta sus críticas hacia la ausencia, en esos debates, de una articulación entre el género y la clase.
Ahora bien, la creación de comisiones, secretarías o áreas especiales (como el caso de la Multisectorial) para tratar los temas de las mujeres en el sindicato, constituyen lugares ocupados exclusivamente por mujeres para tratar y resolver situaciones especificas de mujeres, es decir, se incorporan para acciones más tangibles que hacen a nuestros roles predeterminados por pautas culturales, pero no logran superar ese "techo de cristal" que podría colocarlas en la dirección máxima del gremio. En un sindicato donde el número de mujeres trabajadoras superan ampliamente a los hombres, sólo han tenido tres mujeres8 conduciendo el mismo en los 31 años de existencia de ATEN.
Esto nos lleva a la discusión acerca del cupo sindical femenino (Ley 25.674)9 y lo necesario de esta medida así como el grado de efectividad que persigue. El planteo de la entrevistada es el desacuerdo hacia la normativa por entender que los cargos hay que ganarlos, sea mujer u hombre. Se percibe aquí que defiende el discurso de la igualdad existente entre hombres y mujeres. Sin embargo deberíamos tener en cuenta las afirmaciones que realizan feministas "de la igualdad" en torno a este tema (entre otras Amorós, C, Astelarra, J.; Díaz, C). Porque, si con el paradigma ilustrado se crean las condiciones para la libertad e igualdad individual en la sociedad, las mujeres quedaban excluidas de estos ideales por la visión de un mundo dual que definía el lugar del poder y la autoridad, el acceso a los derechos -propia de todo ciudadano- y al poder para los hombres, quedando para las mujeres la subordinación y la sumisión.
De manera que esta suerte de diferenciación en cuanto a roles, funciones, empoderamiento, jerarquías, dio por tierra con aquella vieja premisa de igualdad formal ante la ley, aquella "perfecta igualdad que no admitiera poder ni privilegio para unos ni incapacidad para otros en palabras de John Stuart Mill..." (citado por García-Berrio Hernández, 2007: 197).
Elisa no percibe la desigualdad entre los sexos en el gremio docente, aunque en un tramo de la conversación alude a la multiplicidad de tareas que deben desarrollar las mujeres en cuanto al cuidado de los hijos y aún de los nietos que deben compatibilizar con el trabajo asalariado y el activismo sindical.
El otro argumento que utiliza para oponerse al cupo sindical femenino es el de la libertad que cada sujeto/a tiene para incidir en el campo sindical. Libertad que se ve restringida porque el trabajo femenino articula el ámbito doméstico, con el trabajo extradoméstico, o dicho de otra manera con su participación en la vida pública-laboral, política, intelectual, sindical, etc.
En el caso de las mujeres no existe escisión entre ambos trabajos de manera que debemos tener en cuenta una característica de la condición estructural de las mujeres, consecuencia de la división sexual del trabajo: la "doble jornada" o "doble trabajo", que connota una dimensión del trabajo femenino cual es la necesidad de asegurar la presencia simultánea en ambas esferas y que, por lo tanto, dicha condición enmarcará a la gran mayoría de las mujeres durante períodos cada vez más largos de su vida. (Borderías y otras, 1994).
En otro tramo de la entrevista, Elisa se define como "feminista de clase" de cuño marxista. En este sentido, resultan sugerentes los trabajos de feministas socialistas y los debates en torno a la teoría marxista y su relación con el género. Una de ellas, Heidi Hartmann (1987) en sus escritos plantea la ceguera del marxismo tradicional ante el género, afirmando que es la estructura patriarcal y no el capitalismo el causante de la opresión de la sociedad. En respuesta Young (1992) sugiere que no se puede visualizar al patriarcado como un fenómeno psicológico o cultural, sino como un sistema que se sustenta en las relaciones sociales existentes Por lo tanto no alcanza con cuestionar al patriarcado en el intento de analizar la opresión específica de las mujeres, sino que la marginalización de la mujer es una característica fundamental y esencial del capitalismo.
Esta sería la posición a la cual adhiere Elisa y los argumentos que esgrime, cuando explica que en la representatividad de las mujeres en su gremio hay un retroceso, porque las mujeres han perdido conquistas tales como guarderías o jardines maternales para dejar a sus hijos, posibilidades salariales para tener un lugar donde vivir junto a sus hijos, aún cuando se desmembre la familia y que el causante de estos impedimentos es el sistema capitalista, porque se les recortan "los derechos de clase", en palabras de la entrevistada10.
Esta posición la podemos asociar con las aspiraciones de empoderamiento de las mujeres. En ese plano, están presentes en su discurso la teoría marxista y las lecturas de feministas como Virginia Wolf. El énfasis está puesto en las posibilidades de tomar el mando de sus propias vidas en cuanto a decisiones y problemáticas que determinan su vida. También en cuanto al acceso a los recursos en términos de equidad e igualdad.
Más específicamente, sugiere que empoderar a las mujeres es un trabajo individual y colectivo que permite a éstas potencializarse para el control sobre bienes materiales, recursos intelectuales o ideológicos que les permitan realizar su misión como individuas y como colectivo. Ya lo expresaba Elisa cuando habla de elevar la conciencia de las mujeres, desde su posición marxista-leninista, pero también cuando parafraseando a Wolf menciona las condiciones económicas de las mujeres que no les permite ejercer con libertad sus decisiones. En definitiva, plantea un empoderamiento que propone alcanzar el poder que las excluye por el principio de sujeción que las ata a su marido.
Tal como lo señala Marcela Lagarde (1996) la modernidad como utopía tiene la convivencia igualitaria, empoderada, en libertad, que no excluye. Pero no puede existir una libertad que no esté reconocida en el estado, ya que éste constituye a todos los individuos e individuas Y la lucha política es la construcción social de esta libertad por individuos e individuas que tienen nombre y discurso para construir en el Estado su propia autorepresentación.
Si bien Lagarde alude a la modernidad, nuestra entrevistada, en cambio, pone el acento de esa falta de empoderamiento en el sistema capitalista con sus desigualdades, y enfatiza que las estrategias de libertad y ejercicio del poder se despliegan de distintas maneras, según la clase a la cual pertenezca el colectivo de mujeres. Así pone de ejemplo las diferencias entre su propia vida, con herramientas intelectuales y una posición económica que le permite el ejercicio de su libertad, que los extiende a los sectores sociales con mayores recursos, y las mujeres de los sectores más desposeídos, privadas de elementos materiales y simbólicos para ese ejercicio de empoderamiento y libertad.
Sin embargo, a lo largo del relato las contradicciones respecto de la libertad e igualdad aparecen cuando analiza la violencia hacia las mujeres en distintos ámbitos o cuando explica sus dificultades y las de compañeras mujeres en las asambleas gremiales.
Por un lado, alude a la violencia de género que sufren compañeras de su gremio en sus hogares. Estas situaciones se ocultan y como dice Elisa "de eso no se habla"; posición que se contrapone con el lema, no agotado aún, de -lo personal es político- postulado por el feminismo de los años '60 y '70, para aludir al análisis de lo privado, la familia y la sexualidad como ámbitos de poder y dominación de las mujeres y que si bien está en la preocupación de nuestra entrevistada no encuentra mecanismos para su superación, más que la propuesta de denunciarlos o separarlos de sus cargos.
Por el otro, la misma violencia llevada a cabo en el ámbito gremial por sus propios compañeros cuando no alcanzan los argumentos para superar los reclamos o las posiciones diferentes de las mujeres. El grito, la voz fuerte, alta, el empujón, dan cuenta de la violencia como forma de demostrar que se ostenta el poder. La violencia pretende ser un mecanismo de control social de la mujer que sirve para reproducir y mantener el statu quo de la dominación masculina, o sea el patriarcado.
Esta violencia la expone pero vuelve a enfatizar la dominación de clase para explicar esto, y no a la subordinación patriarcal sobre las mujeres.

- 5 -
Consideraciones finales

Junto con James (1992) nos preguntamos ¿en qué forma podemos enfocar el problema de usar las historias de vida para mejorar la comprensión de la temática de los géneros? Las historias de vida constituyen una manera de ir construyendo una historia no oficial que dé voz a quienes no han sido protagonistas habituales en la historiografía, y a la vez da cuenta de la subordinación de las mujeres en las distintas esferas y la lucha por ocupar otros espacios sociales.
Muestra asimismo los itinerarios de difícil transito con avances y retrocesos por los que se va construyendo la identidad femenina con multiplicidad de variables: la clase, la edad, la profesión, y los estilos de vida que van constituyendo los ejes esenciales de la misma, por eso decimos Identidad múltiple, donde se cruzan estas variables.
A su vez la adquisición de la subjetividad es un proceso de prácticas materiales y simbólicas cuyo objetivo es dar lugar a prácticas de empoderamiento, como buscar un lugar en el espacio público, aunque también constituya un sitio de limitaciones y disciplinas.
En el caso particular de Elisa, aún con sus silencios, olvidos y temas conflictivos su testimonio no rebela contradicciones en cuanto a la lucha sindical. La sólida formación intelectual dentro del campo marxista impulsa sus acciones y propuestas.
Tal vez sí exista, en las relaciones de género que se rebelan en su propio accionar sindical cuando reconoce que tampoco esta tradición histórica junto a su aplicación empírica en algunos territorios da respuesta a la posición de las mujeres en el campo laboral y de toma de decisiones.
Así, oscila entre el pensar que un lugar central para las mujeres existe y está allí para que sea tomado sin reparos y, en otros momentos, reconocer que no siempre es posible acceder a los mismos, justamente por la existencia de una cultura masculina que aún sigue primando en los sindicatos.
Escribir estas historias de vida nos lleva a pensar que para obtener el relato de las experiencias de las mujeres, llegamos a las entrevistadas como mujeres más que como investigadoras, así se pudo hurgar el mundo de las emociones, los sentimientos, la vida cotidiana que se mezcla con la vida pública. De allí que el relato de Elisa fluctúa entre su pasado familiar a su militancia social, de su rol de madre a la de dirigente sindical.

Notas

1 Este artículo forma parte de mi tesis doctoral, en elaboración, en el marco del Programa de doctorado Estudios de las Mujeres y de Género, Universidad de Granada, España.

2 Elisa nació el Rosario (Prov. De Santa Fe) y luego de algunos años viviendo en diversas provincias su familia se instala en Neuquén. Su padre era militar y su madre ama de casa. Es la mayor de tres hermanas. Es trabajadora de la educación.

3 Su abuela materna era de origen galés. Quedó viuda muy joven y la recuerda con sus faldas amplias, largas, con un sombrero con alas y en sus manos una escopeta recortada para defenderse de aquellos que se querían apoderar de su aserradero. Era la abuela que articulaba las labores domésticas con su trabajo en el campo. Mientras que su abuela paterna quien residía en Rosario (Prov. De Santa Fe) era la abuela con posiciones políticas definidas, la abuela de la lectura, que había logrado terminar el colegio secundario, que optó por la independencia económica trabajando en diversas actividades tales como costura o como ayudante quirúrgica en un hospital. Ambas habían nacido en la primera década del siglo XX.

4 La teoría feminista ha avanzado en la distinción entre maternidad, entendida como un derecho de libre opción de las mujeres, y maternalismo como una construcción de género, como una sobre valoración de la maternidad establecido desde la división sexual, con un contenido de poder, opuesto al poder del padre que las ha limitado, definiéndolas y reconociéndolas por su capacidad de reproducción por encima de otra función social (Luna, Lola, 2003).

5 En el año 1965 se crea la Universidad de Neuquén. En julio de 1971, el poder Ejecutivo Nacional sancionó y promulgó, la ley 19.117 por la cuál se crea la Universidad Nacional del Comahue.

6 Estamos haciendo referencia a las movilizaciones "piqueteras" y puebladas de Cutral-Có ante la privatización de la empresa estatal YPF.

7 La Ley Federal de Educación generó cambios estructurales en la educación. Por ejemplo, los referidos a que la educación sería responsabilidad efectiva y directa de los estados provinciales, pero sin los fondos suficientes para sostenerlas, mientras que el Estado Nacional definiría las políticas educativas, controlando su implementación y evaluando resultados. Algunas posturas dan cuenta de dos lógicas para su implementación. Por un lado financiera y por otro política. La lógica financiera era para que Argentina garantizara el pago de la deuda externa. La firma del Plan Brady con el FMI en el año 91, exigía la reducción de gastos mediante la transferencia de servicios educativos y de salud a las provincias. Desde la segunda, se pretendía desarticular las luchas docentes de la década anterior en nuestro país que habían puesto en evidencia la inconveniencia para el mantenimiento de la gobernabilidad, de sostener la centralidad nacional de los sistemas educativos. La creación del EGB y el Polimodal como nueva estructura educativa, fue el punto más conflictivo.

8 Además de Elisa, las otras dos mujeres que han conducido el gremio son Martha Maffei y María Eugenia Figueroa.

9 La Ley 25.674 promulgada en el año 2002, constituye una medida de acción positiva que tiene como objetivo una mayor presencia femenina en los espacios orgánicos del poder sindical. Se implementa en tanto la disputa por ocupar posiciones en las conducciones, se entabla con códigos difíciles para las mujeres y es una medida compensatoria que persigue reparar un perjuicio causado (la escasa presencia de mujeres en cargos expectables dentro del sindicalismo).

10 Durante su gestión como Secretaria General por ATEN Capital tenían cuidadoras para que las mujeres pudieran asistir con sus hijos a las asambleas gremiales. Los denominaban "Jardín de la Asamblea".

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Recibido: 25 de marzo de 2013.
Aceptado: 15 de abril de 2013.