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La aljaba

versión On-line ISSN 1669-5704

Aljaba vol.22 no.2 Luján dic. 2018

 

RESEÑAS

María Dolores RAMOS PALOMO (coord.) Tejedoras de ciudadanía. Culturas políticas, feminismos y luchas democráticas en España, Málaga, Universidad de Málaga, Colección Atenea-Estudios sobre la Mujer, 2014, 374 páginas.

 

Tejedoras de ciudadanía. Hilvanar, Tejer, zurcir, remendar una prenda -una tarea tradicional anclada en la historia de la vida cotidiana de muchas familias de las clases populares a y por mandato cultural sujeta al sexo femenino. Tejer el ovillo conlleva tiempo, sacrificio, dureza y horas en el interior del hogar en una época donde no se tejía para crear sino por necesidad, para reparar lo que se había roto y volver a utilizarlo, de eso se encargaban las mujeres. Ellas, a lo largo de la historia, se juntaban para realizar esta tarea, hacer redes, unirse vecinalmente y afrontar carencias forjando una identidad colectiva que a veces devenía feminista.  Las mujeres aprendían a tejer mirando a sus abuelas y aprendían a destejer deshilvanando el ovillo familiar, es decir, rechazando los mandatos impuestos. Este juego de palabras bipolar, relacionado con el pasado y el futuro alude a procesos de rupturas y continuidades en el interior de las genealogías feministas.

La obra colectiva coordinada por María Dolores Ramos Palomo, profesora de la Universidad de Málaga,  pretende convertirse en un  significativo retazo que muestra a las mujeres como tejedoras de ciudadanía o derechos femeninos frente a la hegemonía patriarcal dominante, poniendo énfasis en el carácter dinámico de estos derechos no otorgados sino conquistados en un arduo proceso  histórico de "tejer-destejer", fiel exponente de una relación compleja de conquista, negociación, pérdida y reconocimiento de estas "prendas tejidas", portadoras de sentido, y que reflejan parte de la memoria de la historia contemporánea de España. Un objetivo ambicioso y amplio, temporal y espacialmente, ya que pretende ir cosiendo de forma integral los retazos dispersos y parches que la historiografía con perspectiva patriarcal ha dejado en torno al estudio de la construcción teórica-simbólica de las identidades femeninas, dejando atrás la idea de que los estudios de género son añadidos abruptos de los grandes temas históricos y los planteamientos generalistas.  Desde esta perspectiva, las autoras y autores que participan en el libro rechazan la idea de presentar a las mujeres como un "otro" historiográfico sin identidad propia, antes bien, insisten en presentarlas como sujetos activos con capacidad para incidir en la construcción del cambio social del que forman parte, mediante sus discursos y experiencias, tanto en las rupturas como en las continuidades, en la difusas fronteras entre lo público y lo privado, en el pasado y el presente, en el orden material, social y simbólico.

La historia de género sigue siendo un campo de enorme desarrollo en el siglo XXI, como se refleja en los dieciséis capítulos de "Tejedoras de ciudadanía", que han sido redactados por quince investigadoras/es de diferentes ámbitos académicos españoles. La obra se divide en seis partes o secciones que atienden períodos cronológicos más o menos consensuados por la historiografía clásica (restauración, primera república, dictadura  franquista y transición democrática etc.) y recorre las culturas políticas, desde la izquierda revolucionaria a la reformista, pasando por el liberalismo, los republicanismos, el anarquismo libertario y el franquismo, que son analizadas con perspectivas de género y como parte de un proceso histórico que ha pretendido pero no siempre logrado, en relación con las mujeres, o su inclusión política hegemónica o su expulsión cívica,  mientras ellas participaban, a veces a contracorriente, en acciones individuales y colectivas que han contribuido históricamente a la conformación de diversas formas de conciencia: política, de clase, femenina y feminista, organizaban acciones colectivas o se incardinaban en movimientos sociales no homogéneos ni monolíticos que contribuyeron a impulsar nuevos compromisos y situaciones de frontera y tensión. En el recorrido temporal surge, pues, una gran heterogeneidad de acciones, voces, discursos, movilizaciones, estrategias y alineamientos femeninos, producto de la experiencia subjetiva y objetiva afín al contexto político cultural en el que se construyen las identidades.

El texto se divide en seis partes. En la primera, Mujeres y liberalismo. Una construcción recíproca, María Dolores Ramos y Gloria Espigado muestran, en sus respectivos capítulos, la situación sociopolítica de los sexos bajo el liberalismo y la radicalización paulatina de los planteamientos ideológicos femeninos en el denominado Sexenio Democrático. Analizan los modelos normativos de feminidad y masculinidad como fruto de un constructo socio-cultural y político en tensión, con patrones sexuales de raigambre patriarcal, y presentan las diferencias surgidas en el marco de las culturas políticas fourieristas, republicanas e internacionalistas, cuyas militantes y líderes lograron importantes cuotas de autonomía y participaron en numerosas acciones reivindicativas. En la segunda, Mujeres a la izquierda. Culturas políticas y acción colectiva de la Restauración a la Guerra Civil se incluyen las aportaciones de Sergio Sánchez Collantes, Laura Vicente, Marta del Moral y Pilar Salomón, quienes plantean la necesidad de un cambio radical y social por la vía revolucionaria y no reformista. Las tres autoras citadas revisan en sus capítulos las identidades de género en relación con la conciencia de clase y las ideologías y organizaciones políticas de izquierdas. Sánchez Collantes señala en su aportación que el reformismo republicano, a pesar de sus limitaciones, contribuyó a introducir mejoras muy significativas en torno a la laicización y racionalización del movimiento de mujeres, la educación y el trabajo, elementos básicos para transformar una sociedad aún arcaica en muchos sentidos y con fuertes asimetrías de género.  Siguiendo este hilo conductor, en la tercera parte del libro: Tiempos de cambio. Perfiles de la nueva mujer, María Dolores Ramos y Helena Andrés Granel vienen a plantear la modernización de numerosos colectivos femeninos durante los años veinte y treinta del siglo XX. La relación entre la "nueva mujer", representada por la periodista republicana Magda Donato en el capítulo de Ramos, y la lucha por el sufragio planteada en España en la primera posguerra mundial, dará paso a la consecución del voto femenino y otros derechos sociales en la Segunda República.. Por su parte, Helena Andrés analiza la organización feminista y libertaria Mujeres Libres, planteó una triple lucha, plenamente visible durante la Guerra Civil, contra el sistema capitalista, el Estado y el patriarcado

En el siguiente apartado -el cuarto-, denominado El giro totalitario y las mujeres falangistas, tres especialistas contribuyen a proporcionar, en sus respectivos capítulos, nuevas interpretaciones sobre la historia de las mujeres en el primer franquismo. Utilizando fuentes novedosas como el cine, Francisco Javier Pereira analiza los arquetipos femeninos y masculinos de la película Rojo y Negro, uno de los mejores exponentes de la filmografía falangista. También Rosa Ballesteros se aproxima, en este caso a partir de fuentes gráficas, a la construcción de los estereotipos femeninos, sacando a relucir los mecanismos de inclusión/exclusión puestos en práctica por el poder y la prensa. Por su parte, Sofía Rodríguez analiza, de manera no monolítica, acerca del rol de las mujeres de Falange, poniendo en jaque las interpretaciones que conciben globalmente sus discursos y experiencias como manifestaciones de meras funcionarias del Estado. Antes bien, aunque subraya su subordinación en las estructuras jerarquizadas de la política nacional, señala también que desde su status subalterno irían reivindicando otras formas de acción y presencia pública para las mujeres.

En el penúltimo apartado del libro: Lucha antifascista, Feminismos y Transición a la democracia, Mercedes Yusta, Mónica Moreno, Vicenta Verdugo y María Ángeles Larumbe muestran en sus aportaciones  los mecanismos de organización y acción política antifascista de las militantes socialistas y comunistas  represaliadas y/o exiliadas tras el final de la contienda militar en España.  Mercedes Yusta plantea el exilio como un canal de participación ciudadana y de construcción de una identidad política colectiva. Desde el exilio, las mujeres se movilizaron a favor de la paz, el antifranquismo y la denuncia al imperialismo, impregnando así las organizaciones femeninas y sus agendas de trabajo. Por otro lado, Mónica Moreno estudia el papel de las mujeres comunistas y su papel opositor en la Dictadura, visibilizando sus actividades, más allá de la alargada influencia de Dolores Ibárruri, y las huellas de las nuevas generaciones. Vicenta Verdugo estudia el movimiento asociativo de mujeres en Valencia, su impronta feminista, sus vínculos con el Partido Comunista, y sus prácticas sociales ligadas al movimiento vecinal y los problemas de la vida cotidiana, En fín, María Ángeles Larumbe analiza los orígenes del Parido Feminista de España, una entidad pionera liderada por Lidia Falcón, las dificultades de su legalización y sus significados para abrir camino y modernizar las pautas de conducta.

Finalmente, la sexta y última parte del libro, Un debate multidisciplinar para el siglo que comienza,  presenta un debate novedoso y controvertido acerca de la ética del cuidado de Carol Gilligan, su incidencia en la teoría feminista y sus  interpretaciones en clave ciudadana. Marta Postigo indaga en los modelos alternativos de masculinidad, los que se muestran sensibles a las demandas de cuidado, y establece una relación entre los derechos de los hombres y los derechos de las mujeres, abogando por la corresponsabilidad de tareas en el ámbito privado-familiar.

En definitiva, cada una de las seis secciones del libro se convierten en un instrumento de análisis para esclarecer cómo se construye/deconstruye la ciudadanía en el contexto de los discursos y las prácticas sociales en diferentes periodos de la historia contemporánea, y de qué forma los movimientos de liberación feminista han contribuido a acortar la brecha de la desigualdad sexual (y de otras desigualdades). De este modo el libro que aquí se presenta muestra, como ya se ha señalado, que la ciudadanía se teje y desteje en diferentes contextos históricos. Por ello, las luchas de las mujeres han oscilado, oscilan, en función de los intereses de los diferentes actores sociales, entre la igualdad formal y la diferencia, presentándose, ante los obstáculos que surgen, como un impulso de acción y lucha, y suministrando nuevas bases teóricas, programáticas y políticas a la democracia y a nuestra praxis individual y colectiva.       

Por esta riqueza de planteamientos recomiendo la lectura de la obra. No en vano la construcción de la ciudadanía femenina se presenta en sus páginas como herencia sujeta a continuas reconstrucciones. Un todo de carácter holístico, con múltiples antecedentes y factores a tener en cuenta a la hora de entregar el legado a otras generaciones de mujeres, y de plantear futuras investigaciones.

Lic. María Remedios García Muñoz

Universidad de Málaga

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