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Revista Escuela de Historia

versión On-line ISSN 1669-9041

Rev. Esc. Hist. vol.8 no.1 Salta ene./jun. 2009

 

RESEÑA

Neoliberalismo y experiencia urbana.
Notas de lectura sobre Construcción social de la ciudad. San Salvador de Jujuy desde el barrio Alto Comedero, Jujuy, EDIUNJu, 2009.

 

Por Alejandra García Vargas
FHyCS, UNJU

 

"Construcción social de la ciudad. San Salvador de Jujuy desde el barrio Alto Comedero" presenta resultados del proyecto de investigación "La situación social en el conurbano jujeño en los albores del siglo XXI. El caso de Alto Comedero y Palpalá", cofinanciado por Secretaría de Ciencia, Técnica y Estudios Regionales de la Universidad Nacional Jujuy y la Universidad Católica de Santiago del Estero.

El libro es producto de la confluencia de miradas disciplinares que le proveen sus autoras. Liliana Bergesio es antropóloga, Laura Golovanevsky es economista y María Elena Marcoleri es estadística.

Alto Comedero, por su parte, es un barrio de San Salvador de Jujuy (capital de la provincia de Jujuy, Argentina) que nace a partir de un plan de viviendas de 1986 y que en la actualidad cuenta con 60.000 habitantes (un 21% del total de la población de la ciudad).

Desde la conformación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Jujuy se ha constituido un considerable cuerpo de trabajos provenientes de la antropología urbana (entre otros, García Moritán, 1997; Rabey y Jerez, 2000; Jerez, 1999) que atienden principalmente a la producción sustentable de ciudades desde sectores populares. Este libro se inscribe parcialmente en esa tradición, ya que la renueva en dos sentidos. En primer lugar, a partir de la mirada interdisciplinaria, logra abrir nuevos puntos de indagación y proponer nuevas estrategias de abordaje para el estudio de ciudades en Jujuy. En segundo término, toma como punto central la idea de construcción social de la ciudad, por lo que amplía el horizonte de la etnografía barrial.

Las autoras proponen ordenar su obra a partir de tres hilos argumentales: el rol central que juega el Estado, el eje de la homogeneidad/heterogeneidad, y la consideración del espacio como una vía para tratar de comprender la dinámica más amplia de los hechos sociales.

Por su parte, en el prólogo, Marta Panaia destaca una lectura alternativa a la planteada por las propias autoras, y efectivamente aplicable al material que el libro nos acerca: dice Panaia que es posible leer en el texto tres lógicas que producen ciudad: la lógica del Estado, la lógica del mercado y la lógica de la necesidad.

Como lectora, el libro se abre ante mí como un mosaico. Mi percepción se justifica parcialmente en la ausencia de números para los capítulos, que invita a lecturas alternativas a la linealidad. Pero quizá, y sobre todo, mi impresión remite a que las diferentes piezas que lo conforman son completas en sí mismas y se vinculan con las demás conservando cierta independencia. Esa autonomía relativa de cada sección tiene como principal ventaja dar especificidad a cada una de las aristas del complejo panorama que se detalla. Por otra parte, conlleva cierta dificultad para seguir efectivamente, y a través de todo el texto, los hilos argumentales que se proponen, ya que el acento y la lógica expositiva de cada uno es diferente.

Se destaca, por su solidez y originalidad, el capítulo sobre "Alto Comedero 2004: Aspectos socio-económicos", fruto de la importante encuesta que las autoras diseñaron y pusieron en práctica como una de las piezas clave de su abordaje. La riqueza de este capítulo no es sólo esa estrategia metodológica sino sobre todo la interpretación que se ofrece de las condiciones de vida de los habitantes de Alto Comedero.

La presentación de resultados de la encuesta de hogares se sistematizó como sigue: urbanización; infraestructura urbana y servicios; entorno ambiental; disponibilidad de transporte público y comunicaciones; educación, seguridad y salud; características de las viviendas; fuente de financiamiento para la vivienda; combustible para cocinar; propiedad (vivienda/terreno); tamaño de los hogares; equipamiento del hogar; ingresos; cobertura médica; lugar de nacimiento y desplazamientos; empleo; situación actual y ocupación del padre y la madre.

El capítulo incluye además un apartado que recupera las notas de campo de los encuestadores y encuestadoras. Como conclusión, se sostiene que en Alto Comedero conviven múltiples realidades, entre las cuales se destacan dos situaciones bien diferenciadas: las de quienes accedieron a un plan de viviendas estatal y la de quienes se han instalado por su cuenta, en general vía asentamientos, y han autoconstruido viviendas de alta vulnerabilidad.

El primer grupo está conformado principalmente por empleados públicos de ingresos medios y el segundo, por personas de inserciones laborales precarias en hogares en los que la segunda fuente de recursos son los planes sociales.

Las trayectorias familiares de uno y otro grupo, que se reconstruye a partir de la encuesta, muestra la transmisión generacional de las condiciones de vida. Mientras que el grupo que accedió a planes de vivienda estatales proviene de familias de recursos medios, con inserciones laborales no precarias y en sectores económicos de peso (según el momento en cada caso, por ejemplo, padres que fueron empleados de correos, ferrocarriles, jerárquicos o especializados en empresas mineras, Altos Hornos Zapla, o empleados públicos y policías), el grupo que ocupa los barrios de autoconstrucción y los asentamientos con tenencia aún precaria muestran presencia mayoritaria de progenitores originarios de Quebrada y Puna, y en algunos casos inmigrantes bolivianos, cuyos padres fueron obreros en algunas de las minas existentes durante la infancia de los encuestados, empleados estacionales de los ingenios azucareros y peones rurales, o criadores de ganado para autoconsumo.

Por otro lado, se indica que Alto Comedero muestra dos tipos de población. Los migrantes de áreas andinas, de bajos recursos e historias de pobreza, que ven al barrio como leve progreso en sus historias personales pero que sienten que todavía tienen muchas necesidades no cubiertas, y las jóvenes generaciones de la ciudad, que han logrado el acceso a una vivienda de plan estatal o sindical como única posibilidad y que desearían vivir en algún barrio de la ciudad más valorado socialmente.

La situación que describe el libro a partir de la sistematización de estas encuestas vinculan los tres "hilos argumentales" propuestos por las autoras, aunque no se mencionen explícitamente en el análisis.

Entre muchos resultados relevantes, la encuesta indica que el equipamiento del hogar -y su incidencia en la reproducción-  sigue la tendencia del NOA, con hogares menos equipados que los del conjunto nacional y mucho menos equipados que los de Buenos Aires. Un dato que abona la hipótesis de procesos de estructuración/desestructuración espacial que indica Manzanal como rasgo y consecuencia de las políticas neoliberales de la década menemista en Argentina. El análisis del equipamiento del hogar, por su parte, ilumina las formas de reproducción de la vida entre los sectores populares jujeños de manera especialmente relevante para los estudios de género.   

En el capítulo "Alto Comedero en la voz de sus habitantes", las entrevistas a hombres y mujeres que pueblan el barrio muestran también una amplia gama de situaciones, en las que se destacan diversas interpretaciones sobre la  cotidianeidad de este espacio y su relación con la vida diaria en la ciudad; las preocupaciones por la seguridad; las percepciones generalizadas -y nunca "románticas" - sobre el medio ambiente y el conocimiento de las organizaciones sociales de base y su relación con diferentes experiencias anteriores, del propio barrio o de otras áreas de la ciudad. 

Resulta importante, además, la traducción del artículo de Fournier que se incluye en el anexo. La elección de publicarla revela la generosidad de las autoras, que traducen y publican un texto importante sobre el tema, volviéndolo accesible a más lectores y lectoras. Por otro lado, invitan a profundizar el diálogo intenso que con él establecieron en el cuerpo del libro.

Las conclusiones que podemos reconstruir a partir de los hilos argumentales propuestos por las autoras a lo largo del libro ofrecen aristas de importancia para un urbanismo comparativo. Así, en cuanto al eje central del Estado, resulta notable la contraposición entre la minuciosidad y organización del plan de urbanización previsto para el barrio y el descuido y la desorganización imperante al llevarlo a cabo. En cuanto al eje de la homogeneidad/heterogeneidad, tanto la encuesta de hogares como las entrevistas en profundidad y la hábil recopilación de material realizadas muestran que la diversidad de destinos en Alto Comedero se unifica en el común abandono de políticas sociales urbanas. Y en lo relativo a la consideración del espacio como vía para comprender otras dimensiones de lo social, la vívida imagen de "implosión de pobres" que proveen las autoras indica claramente los procesos de estructuración/desestructuración espacial que señalara Manzanal (1999) como característica del neoliberalismo en la región del NOA.

Los tres hilos se entretejen en un párrafo de las conclusiones: "Alto Comedero se ha convertido en los últimos veinte años de "modernidad excluyente" en un enclave de nuevos pobres (o sectores medios empobrecidos) con manchones de pobres estructurales. Este enclave de pobreza en la ciudad es "organizado" por el propio Estado (a través del IVUJ y otros planes sociales destinados a la construcción de viviendas para los más pobres), con el orden político interviniendo de manera permanente desde le propio origen del barrio. Por eso Alto Comedero sólo se entiende si se lo mira en relación con el resto de la ciudad y se considera, a su vez, el contexto amplio (económico, político, social) en el cual nace y se desarrolla" (p. 151).

"Construcción social de la ciudad" resulta un libro de referencia ineludible para comprender la actualidad de Jujuy y sus relaciones con el pasado, pero también brinda la posibilidad de pensar críticamente algunas alternativas para el futuro. 

Bibliografía:

1. GARCÍA MORITÁN, M.: Campo Verde. Un proyecto urbano basado en la auto organización. Un sueño hecho realidad. San Salvador de Jujuy: UNJu / Municipalidad de San Salvador de Jujuy, 1997.         [ Links ]

2. JEREZ, O.: De evacuados a asentados. Una etnografía de la periferia urbana. San Salvador de Jujuy: EDIUNJu, 1999.         [ Links ]        [ Links ]

4. RABEY, M, y O. JEREZ (ed.): Procesos de urbanización en la Argentina: La mirada Antropológica, San Salvador de Jujuy, UNJu, 1999.         [ Links ]

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