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Revista Escuela de Historia

versión On-line ISSN 1669-9041

Rev. Esc. Hist. vol.8 no.2 Salta jul./dic. 2009

 

ARTICULO ORIGINAL

Apuntes sobre experiencias locales ¿una mirada extracéntrica sobre el prt-erp?

(Notes about local experiences. A extracentric loking about the prt-erp?)

 

Leandro Inchauspea
a - Centro de Estudios Avanzados, Universidad Nacional de Córdoba

 


Resumen:

El trabajo revisa aportes que los estudios regionales han realizado para la lectura de la historia política argentina, prestando atención a las especificidades de los casos provinciales y locales para matizar las interpretaciones generales. En particular, se pregunta respecto a la posibilidad de realizar una mirada extracéntrica -concepto acuñado por Macor y Tcach para los estudios del peronismo en el Interior del país- sobre la construcción política del Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Analiza trabajos de corte regional vinculados a la organización armada señalada, en Rosario, Bahía Blanca y Mar del Plata, en clave comparativa con notas identitarias de la experiencia perretiana cordobesa.
A partir de la respuesta provisoria al interrogante planteado, se abren nuevas preguntas que pueden contribuir a mantener extremada-mente sensible la mirada a las señales que pueda darnos el contexto en que los procesos se desenvolvieron.

Palabras clave: Estudios regionales; Interpretaciones extracéntricas; PRT-ERP

Abstract:

The work checks contributions that the regional studies have realized for the reading of the political Argentine history, paying attention to the specificities of the provincial and local cases to tint the general interpretations. Especially, he wonders with regard to the possibility of realizing a look extracéntrica - concept coined by Macor and Tcach for the studies of the Peronism inside the country -on the political construction of the Revolutionary Party of the Workers- Revolutionary Army of the People (PRT-ERP). He analyzes works of regional court linked to the armed notable organization, in Rosario, Bahía Blanca and Mar del Plata, in comparative key with notes identitarias of the experience of the Party in Córdoba.
From the provisional response to the raised question, there are opened new questions that can help to keep the look extremely sensitive to the signs that there could give us the context in which the processes were developed.

Keywords: Regional studies; Interpretations extracéntricas; PRT-ERP


 

Introducción

La producción académica de los últimos años ha desarrollado un profuso campo de estudios regionales que ha complejizado nuestra mirada sobre los procesos políticos en su desarrollo histórico. Las especificidades locales han comenzado a adquirir, de esta forma, un espacio mayor al anteriormente ocupado, frente a los relatos sobre los procesos "nacionales".
En tal sentido, las investigaciones sobre los orígenes del peronismo han sido centrales, al señalar las particularidades que este polifacético movimiento adquirió en la también heterogénea geografía política argentina. Nos referimos puntualmente a los trabajos compilados por Darío Macor y César Tcach, donde se analizan las diversas familias de interpretaciones del fenómeno peronista. Clasificadas por los autores como: ortodoxas, vinculadas a la clásica formulación de Gino Germani en torno a las masas en estado de disponibilidad y el papel de los migrantes internos en la génesis de este movimiento político; heterodoxas, planteadas inicialmente por Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, enfatizando el papel de la vieja clase obrera y la racionalidad del acercamiento a Perón; y extracéntricas, concepto que sintetiza el aporte de las investigaciones allí presentadas.1 Interesan a nuestro argumento, particularmente, estas interpretaciones que, a diferencia de las anteriores, no tienen como principal unidad de análisis a Buenos Aires.2 Se preguntan los autores cómo es posible explicar la realidad del peronismo en espacios que, hacia la década de 1940, no se habían industrializado, siendo por tanto irrelevante la distinción entre nueva y vieja clase obrera; espacios que, por lo demás, constituían la inmensa mayoría de las provincias argentinas. Los estudios incluidos en la obra a la que hacemos referencia -sobre las experiencias peronistas en Córdoba, Santa Fe, Jujuy, Salta, Tucumán, Mendoza, Río Negro, Neuquén y Santa Cruz- al decir de los autores, abrieron nuevas alternativas para las interpretaciones sobre el movimiento creado por Juan Domingo Perón. Con ello, agregamos, contribuyeron a visibilizar aspectos antes oscurecidos de la escena política argentina.

En la misma línea, recientemente, Alicia Servetto y Javier Moyano han coordinado una serie de monografías en la Revista Estudios digital del Centro de Estudios Avanzados - UNC que arrojan luz sobre variados procesos políticos en espacios provinciales y sistematizan reflexiones teóricas sobre los alcances y posibilidades de las perspectivas regionales. De esta forma, en su artículo "Algunas claves para la investigación de la historia política en los espacios locales y regionales" sostienen que:

"Las investigaciones sobre política regional han sido pertinentes para analizar, en diferentes marcos nacionales y en diversos procesos temporales, inercias y transformaciones ante cambios contextuales ocurridos en una escala más amplia. El análisis regional también ha proporcionado herramientas para corroborar, confrontar o matizar interpretaciones generales".3

Es decir que, vistos a escala local, los procesos que la historiografía consagra como "pauta" nacional pueden adquirir características, especificidades o temporalidades propias. La necesidad de realizar tales análisis responde también a otra de las afirmaciones más caras a las miradas que, parafraseando a Macor y Tcach, podríamos llamar extracéntricas de la historia política argentina:

"Al igual que en otros países latinoamericanos, en las grandes síntesis historiográficas sobre la política argentina en el siglo XX predominaron visiones generales, principalmente tributarias de estudios sobre la dinámica política de las grandes ciudades -en especial de Buenos Aires- o bien sobre las disputas ocurridas y los compromisos establecidos en el nivel del gobierno federal".4

Esto es, lo "nacional", muchas veces, está asociado a la forma en que se desarrollan los procesos políticos en Buenos Aires, desde donde se lo generaliza, o normativiza dándole el alcance señalado. Desde la posición que estamos revisando, por el contrario, se considera como uno de los objetivos y aportes de esta perspectiva la posibilidad de:

"... rescatar estudios regionales con el fin de contribuir a interpretaciones de las historias políticas nacionales con una mayor presencia de la especificidad de los casos provinciales y locales".5

Allí se encuentra, a nuestro entender, la contribución principal de estos estudios: dar cuenta de especificidades provinciales y regionales, no para ilustrar con rasgos exóticos las visiones generales, sino para visibilizar la multiplicidad de sentidos que adquieren los procesos políticos en la amplia geografía nacional. 

Ahora bien, dentro del campo específico en que se sitúan nuestras preocupaciones, el proceso de extensión del recurso a la violencia política con fines revolucionarios durante los años '60 y los '70, se han señalado circunstancias similares. Abordando la temática, la revista Lucha Armada en la Argentina es uno de los emprendimientos editoriales más completos de los últimos años que, a lo largo de once números publicados, difundió monografías, testimonios, entrevistas y reproducciones documentales de gran importancia. Para sus editores,

"La dimensión nacional del desarrollo de la lucha armada se encuentra por completo desestimada y subsumida a la actividad guerrillera en unas pocas provincias o ciudades (Buenos Aires, Córdoba, Tucumán, Rosario y La Plata, para el caso) desconociéndose casi por completo el desarrollo de la guerrilla en el resto del país. Esta notable carencia impide incorporar al análisis no solo el aporte e influencia que pudieron tener las diferentes guerrillas en el desarrollo de las luchas locales y regionales, sino también sus características y especificidades propias, diferentes de los grandes centros urbanos".6

El párrafo que citamos señala la oscuridad en que se encontrarían las experiencias, guerrilleras en este caso, situadas al margen de los grandes centros urbanos, impidiendo acercarse a sus especificidades regionales. A pesar de ello, cabe señalar que para la experiencia de Córdoba, sólo se cuenta con los trabajos de Gordillo y Brennan para el movimiento sindical y la cultura política; y de Servetto sobre el sistema de partidos, sin que exista dentro del campo historiográfico ningún registro sobre la militancia armada.7

Además, una dificultad similar ha sido también señalada por Bufano y Rot en relación con la importancia asignada a las distintas experiencias armadas: "... sólo se conocen con algún tipo de precisión las dos que alcanzaron mayor protagonismo- PRT-ERP y Montoneros - quedando el resto condenadas a la marginalidad".8 De esta manera, experiencias como las de Fuerzas Armadas Revolucionarias - FAR, Organización Comunista Poder Obrero - OCPO, Movimiento Revolucionario Argentino - MRA, Fuerzas Armadas de Liberación - FAL (todas con desarrollo en Córdoba), Grupo Obrero Revolucionario - GOR, Ejército de Liberación Nacional - ELN, Comandos Populares de Liberación - CPL, ERP-22 de Agosto, entre otras, han recibido mucho menor, o directamente nula atención.

Entonces, ¿es posible plantearse la pertinencia de la mirada regional sobre el fenómeno de la violencia política?, ¿pueden identificarse interpretaciones extracéntricas en estos estudios?, ¿aportan al enriquecimiento de nuestra mirada sobre algunas experiencias de las organizaciones armadas? Para aproximarnos a una posible respuesta a los interrogantes en cuestión, nos acercaremos a tres lecturas sobre la experiencia perretiana en contextos regionales, desde una clave comparativa con nuestros trabajos sobre el desarrollo de la organización en el ámbito cordobés. Intentaremos, finalmente, elaborar algunos apuntes o notas que deben entenderse con la provisionalidad que éstos implican, sobre las posibilidades de esta mirada cuyas potencialidades, insistimos, recién estamos explorando.

Las experiencias en Rosario, Bahía Blanca, Mar del Plata

En este apartado, como hemos señalado, nos acercaremos a tres experiencias con las cuales pueden trazarse líneas comparativas con nuestros trabajos, intentando avanzar en los posibles aportes y especificidades de la mirada local. Comenzamos repasando la ponencia Los comandos armados en los orígenes de la guerrilla marxista en Rosario de Laura Pasquali,9 sobre los grupos armados que operaron en el cordón industrial del Gran Rosario entre 1968 y 1972 sin tener relación de dependencia con organizaciones político-militares nacionales, particularmente el denominado Comando "Che Guevara" (subrayado en el original). Aparece aquí una primera especificidad de la experiencia; se trata de comandos que realizaron sus operaciones sin relacionarse con lo que la autora denomina organizaciones nacionales. Continúa Pasquali:

"Nos interesa especialmente demostrar que la realidad de los comandos ha sido mucho mas compleja de lo que se supuso hasta ahora, y por eso se intenta rescatarlos y diferenciarlos de los relatos que los ha subsumido en la historia de las grandes organizaciones armadas revolucionarias".10

En el caso en cuestión una serie de elementos, algunos señalados por la autora, son los que contribuyen a invisibilizar  la experiencia; por una parte, la misma denominación fue frecuentemente usada por los diversos grupos pertenecientes al ERP11; de hecho uno de los comandos más activos de la organización en la ciudad mediterránea llevaba justamente la denominación Che Guevara. Por otra parte, Rosario y, probablemente, una de las acciones que Pasquali atribuye a estos comandos autónomos han sido siempre considerados cuna de la organización y, siendo esto también señalado por la autora, porque parte de sus integrantes terminaron integrándose a la guerrilla perretiana. La perspectiva molecular que la autora propone para analizar la experiencia de los comandos nos posiciona ante una posible línea de investigación por demás interesante. En sus palabras, "la existencia de pequeños grupos previos (o coetáneos) [a las grandes organizaciones 'nacionales'] implicaría una capilaridad en la sociedad argentina del guerrillerismo que debería ser profundizado".12 Esta "diversidad en los orígenes y el derrotero de los militantes de este período" también re-quiere ser tenida en cuenta. Además, a pesar de sus similitudes, los caminos del Comando Che Guevara y los del PRT-ERP no fueron necesariamente convergentes. En tal sentido, sostiene Laura Pasquali que "el desenlace de ese proceso implicó caminos diferenciados que condujeron o bien a su desaparición, a su desarticulación pero también a la integración en esas organizaciones [refiriéndose al ERP]".13

En este punto, estableciendo alguna comparación con la experiencia del PRT-ERP en Córdoba, nos interesa destacar que la de los comandos Che Guevara referida por la autora se encuentra en relación con las similitudes entre los escenarios provinciales en que se desarrollan estas acciones armadas. Al respecto, Pasquali hace referencia a

"un espacio muy particular: la zona norte del cordón industrial del Gran Rosario. Hacia mediados de la década del '60 el estímulo industrializador dio a la ciudad y la zona un carácter productivo particular cuya característica más relevante fue la alta densidad industrial y una importante concentración de obreros".14

Agregando el carácter reciente de la industrialización y una particular geografía urbana que facilita el contacto y la continuidad de las acciones con el estudiantado universitario, la descripción bien podría corresponder a la de la Córdoba de los años '60/'70. Si bien en nuestros relevamientos de la prensa gráfica ni en las actuales entrevistas exploratorias que estamos realizando se han detectado acciones de comandos con similar autonomía, si hay referencias a operaciones menores -incautación de armas y otros elementos, desarmes a policías- realizadas antes de la creación formal del ERP, en julio de 1970.15 Sin embargo, al menos en el actual nivel de desarrollo de nuestra investigación, no parece haberse registrado en el caso de Córdoba la existencia de comandos armados de actuación autónoma en relación al PRT, a excepción, claro está, de los pertenecientes a otras organizaciones guerrilleras.16

En definitiva, el trabajo de Laura Pasquali sobre el Comando Che Guevara en Rosario nos permite vislumbrar nuevas perspectivas sobre el fenómeno guerrillero, que la mirada exclusiva sobre las grandes organizaciones, de cierta manera, obtura.

Uno de los trabajos analizados que más ilustra en el sentido de los aportes de las miradas regionales es el de María Julia Giménez sobre Bahía Blanca,17con objetivos convergentes a los que estamos revisando, esto es:

"la formación del PRT en la ciudad y la inserción que el mismo logró en distintos ámbitos. Con la intención de incursionar en sus lógicas locales, se tratará de valorar las singularidades políticas, organizacionales, sociales, etc. vinculadas a las características propias de la historia de la sociedad bahiense de finales de los años 60 y 70, intentando valorar cómo se traducen procesos de alcance nacional en la escala bahiense".18

En ese acercamiento, refiriendo a la formación de la organización en la ciudad del sur bonaerense, aparece un interesante cruce con la experiencia cordobesa, que tuvo importancia en la génesis de aquella regional en la etapa posterior a la ruptura con el grupo de Nahuel Moreno.19

"... un acto asambleario en la Universidad Nacional del Sur que tuvo como invitado a un militante de origen bahiense, radicado en Córdoba, ligado al PRT desde su militancia universitaria en la Facultad de Medicina de esa cuidad. En esa oportunidad, este militante contó su experiencia durante las jornadas del Cordobazo, despertando el interés y la conciencia de muchos universitarios, que desde entonces comenzaron a buscar nuevas formas de participación política".20

      La presencia perretiana cordobesa en Bahía Blanca no se reduce a este primer contacto; el que sería grupo inicial de militantes del PRT en la ciudad sureña continuó sus relaciones con la regional Córdoba:

"... la vinculación del pequeño grupo universitario y el Partido Revolucionario de los Trabajadores, tuvo lugar durante los últimos meses de 1970, cuando estudiantes bahienses participaron en forma independiente en un Congreso de la FUA que se realizó en Córdoba. Allí realizaron contactos con militantes del PRT y consiguieron documentación partidaria para analizar y discutir, con la intención de dar lugar a la formación del partido en el ámbito local".21

      Contamos en el trabajo con el relato realizado por un militante cordobés entrevistado por la autora, quien da detalles de las modalidades de los contactos, las citas con dirigentes y la especie de "aprendizaje" de los estudiantes bahienses con los militantes cordobeses, que les permite luego regresar a su ciudad para cumplir allí un rol refundador:

"... uno de esos compañeros que yo no recuerdo para nada el nombre, porque nunca supe su nombre, vino a Córdoba; nosotros lo llevamos a nuestra casa operativa, en un barrio obrero de Córdoba, no, así se llama Barrio Obrero, cerca de Villa Sadai [Sic, probablemente Villa Azalais] y él estuvo, yo le presenté a Santucho que estaba en la casa, este (...) Habíamos hecho una cita, el vino, estuvo unos días con nosotros en Córdoba, vio como trabajábamos, eso sí, volvió a militar y supe tiempo después que refundan la regional del PRT Bahía Blanca".22

      Es decir que Córdoba aparece muy vinculada a la conformación del PRT-ERP en Bahía Blanca, incluso transmitiendo experiencias que ayudan a la formación de la regional. A partir de lo planteado, podemos suponer que ese lugar simbólico no sólo se vinculaba con el nivel de desarrollo de la organización en la ciudad mediterránea; la referencia al Cordobazo parece ser central. Incluso, la impronta cordobesa se manifestó en la regional bahiense en sus niveles jerárquicos, ya que tuvo como su primer responsable nacional al Gringo Menna, dirigente con prolongada militancia en la ciudad mediterránea.23

      Más allá de éste, la trayectoria del PRT-ERP en Bahía Blanca muestra una creciente inserción del grupo inicial de estudiantes universitarios en ámbitos obreros -en ferroviarios, de la carne, lácteos, construcción y textiles- desarrollo barrial, universitario y militar -acciones de propaganda armada diversas del ERP.24 Esa construcción, fuertemente asentada en la proletarización de los militantes de extracción estudiantil, se realizaba en un marco que es caracterizado por María Julia Giménez de la siguiente manera:

"... ciudad fuertemente custodiada por las fuerzas represivas (como es el V Cuerpo del Ejército que tiene sede en la cuidad o la Base Naval Puerto Belgrano ubicada a 20 Km. de la ciudad en Punta Alta); que posee como principal medio de comunicación al diario La Nueva Provincia, histórico batallador contra todos aquellos sectores que no respetasen el "orden occidental y cristiano"; y donde la estrechez de los espacios de trabajo y la reducida dimensión de la localidad dificultaban la clandestinidad y el "tabicamiento" de las células y los militantes".25

      Tanto los problemas para la acción armada, vinculadas a la dimensión del ámbito de militancia en una organización clandestina y compartimentada -volveremos sobre este punto con mayor detalle-, como la fuerte presencia represiva pueden señalarse también para el caso de Córdoba. Al respecto, analizando las formas de la implantación del Terrorismo de Estado, Solis ha reseñado la presencia de unidades de las Fuerzas Armadas:

"... por ser sede del Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, existían aquí numerosas unidades militares (...) Brigada de Infantería Aerotransportada IV, Destacamento de Inteligencia 141, Regimiento Aerotransportado 2, Regimiento de Infantería Aerotransportada 13, Batallón de Comunicaciones Comando 141, Grupo de Artillería 141 y Regimiento de de Infantería Aerotransportada 4".26

      Todo ello sumaría a las dificultades para la acción de los militantes y acortaría el período en que podían actuar secretamente en sus ámbitos, tras lo cual, una vez identificados, solían ser enviados a militar a otras regionales, como medida para recuperar el anonimato necesario.27 El trabajo concluye señalando que, en parte vinculado a estas características del PRT-ERP en Bahía Blanca, así como al incremento de la acción militar, hacia fines del 74 y principios del 75 tuvo lugar la desarticulación de la regional local, completada totalmente por la dictadura militar iniciada en marzo de 1976.28

En clave comparativa, además de lo ya señalado, cabe consignar las diferencias entre el origen casi exclusivamente universitario del núcleo originario de la regional bahiense de la organización, frente a un algo más heterogéneo grupo cordobés, con una incidencia temprana en sectores obrero fabriles, lo cual puede ser vinculado al trabajo político previo realizado por los grupos morenistas a mediados de la década de 1960.29

El tercer trabajo que vamos a reseñar sucintamente es el de Juan Carra30, que centra su mirada en la construcción de la organización en una ciudad que no era estratégica, al decir del autor. Ciertas coincidencias con la experiencia de Bahía Blanca aparecen inmediatamente: la existencia de una primera etapa del PRT unitario de las fracciones de Moreno y de Santucho y la "refundación" tras la ruptura. También es coincidente el origen "universitario" del grupo inicial, con algunos trabajadores del sector de la sanidad y de la industria del pescado, en este caso.31 Una diferencia que puede resultar de importancia se refiere a las relaciones entre las diferentes regionales. En contraste con la ciudad sureña, cuyos vínculos cordobeses fueron inicialmente muy fuertes, la regional marplatense tuvo dependencia directa de Buenos Aires. Luego de las detenciones producidas tras el fallido secuestro del empresario italiano de Fiat Oberdán Sallustro, llevado adelante por esos contactos, la regional pasó a depender de Bahía Blanca, situación que continúa luego de la liberación de los presos políticos en 1973 y hasta 1975, al menos,32 Cabe aquí realizar una digresión vinculada a ciertos matices organizativos y temporales: en las etapas iniciales de las acciones del ERP la centralidad de la regional Buenos Aires parece ser menor a la que cobraría en una etapa posterior. Esto explicaría la inicial dependencia de Bahía Blanca en relación con Córdoba y no con Buenos Aires, hasta el momento en que la regional sureña tiene un desarrollo propio que le permite incluso asumir la dirección del grupo marplatense. En similar sentido puede entenderse la presencia cotidiana en Córdoba de importantes referentes de la dirección partidaria nacional -el propio Mario Roberto Santucho, cuya segunda detención en esos años se produjo en una casa operativa cordobesa33. Queda por determinar en qué momento y asociado a qué razones se modificó tal situación para llegar a la centralidad de Buenos Aires, visible ya claramente hacia 1973.

      Sin embargo, las relaciones entre las regionales no son sólo lo que podríamos llamar "verticales", de dependencia, sino también "horizontales", de intercambio. Entre ellas podemos mencionar la llegada de militantes provenientes del sur bonaerense a Mar del Plata, también vinculado a la movilidad geográfica de militantes por haber sido identificados en su región de origen, que parece haber sido importante.34 También con el PRT-ERP de Córdoba existieron relaciones de intercambio. Al explicar los nombres de los comandos marplatenses, "José Luis Castrogiovanni" y "Ramiro Leguizamón", militante cordobés víctima de la represión policial, señala Carra: "La elección de este nombre como símbolo se la atribuyen a que 'una de las compañeras nuestras era cordobesa, tenía a sus hermanos que también eran del ERP y lo conocían'" [a Ramiro Leguizamón].35 Otro de los rasgos que nos interesa correlacionar con la experiencia cordobesa refiere a la tendencia por la cual el nivel de actividad militar se sobredimensiona.36 Uno de los entrevistados por Juan Carra sostiene, al respecto, que "... el grado de inserción que teníamos era pequeño; no se correspondían la cantidad de acciones militares con el trabajo [político] que hacíamos".37 Párrafos después, interpretando a un entrevistado distinto, el autor se refiere a acciones militares insuficientemente analizadas respecto a su impacto en la masa y el rédito político que le otorgaría a la organización.38 Como veremos, lo que nosotros caracterizamos también como voluntarismo no alude exactamente a lo mismo, aunque los puntos de coincidencia son importantes.

Notas de identidad del PRT-ERP en Córdoba

Con el objetivo de delinear algunos contornos identitarios del PRT-ERP a nivel local, insistiendo nuevamente en lo inicial de su definición, desde los cuales intentar alguna comparación y reflexionar sobre los posibles aportes de la mirada regional, analizaremos sucintamente algunos aspectos de las prácticas político-militares de la organización, poniendo en diálogo fuentes de la prensa gráfica -principalmente La Voz del Interior y Los Principios- y testimonios de importantes referentes de la regional Córdoba, memorias de Alejandro Ferreyra y entrevista a Humberto Tumini.39

Una serie de tópicos pueden caracterizar la experiencia perretiana cordobesa, en el actual nivel de nuestro conocimiento sobre el tema. No pretendemos que constituyan exclusivamente aspectos identitarios locales, ausentes en la organización a nivel nacional o en otras expresiones regionales; por otra parte, en la actual etapa de la investigación hemos situado la mirada en la etapa 1970-1973, sin abordar aún el período peronista. Simplemente señalamos la importancia que, a nuestro criterio, tienen en la construcción del PRT-ERP en Córdoba. Nos referimos, en primer lugar, a la desproporción entre la dimensión política y militar de la organización y el nivel de exposición que obtiene en la prensa gráfica y, eventualmente, por tanto es necesario continuar indagando al respecto, en influencia en los vastos sectores políticamente activados de la Córdoba setentista. Con una organización reciente en su formación -se registra en la prensa partidaria la existencia de una regional cordobesa del PRT desde 1965- y de escasa envergadura numérica, obtenía una repercusión pública y, posiblemente, una influencia política sobredimensionadas.

En relación con este último aspecto, los niveles de adhesión que las actividades de la organización obtenían en los sectores populares en general y, en particular, entre la importante franja por entonces activada políticamente, resulta aún más complejo de determinar que la repercusión mediática. Sin embargo, a partir de las fuentes que relevamos, consideramos que esos niveles de adhesión serán, en esta primera etapa, elevados. Entendemos que parte de esa popularidad se ligaba a ciertas características que los militantes de la organización pretendían dar a sus prácticas de ejercicio de la violencia, tratando de mostrarse medidos, prudentes, hasta caballerosos cuando llevaban adelante sus acciones militares. No sólo los registros testimoniales dan cuenta de ello; más significativo aún porque de seguro no operaba allí una necesidad autojustificatoria como la que podría atribuirse a los protagonistas, también fue recogido por la prensa gráfica. En tensión con esto, puede señalarse también la presencia de rasgos militaristas o voluntaristas, en el sentido de promover acciones militares aún cuando pusieran en peligro a los integrantes y recursos de la organización. Este reflejaría la impronta de la militarización de la política, que potenciaba los efectos de este tipo de acciones y su eficacia en términos de referencia pública.40

Finalmente, también estamos intentando avanzar, al menos problematizándonos, en algunos aspectos vinculados a las características cuantitativas de la organización y sobre las particulares dimensiones sociales del espacio cordobés de la época y sus posibilidades o limitaciones para albergar una militancia clandestina. Por cuanto los objetivos de este trabajo son comparativos, nos explayaremos en aquellos aspectos con los que puedan trazarse paralelismos con los trabajos analizados.41 Por lo tanto, sólo ampliaremos estos dos últimos aspectos; las dificultades para la militancia clandestina en estos particulares espacios y los rasgos de militarismo o voluntarismo.

"Córdoba era un lugar espinoso para moverse". Militancia clandestina en espacios reducidos

Uno de los elementos plausibles de las notas identitarias que estamos elaborando para ser pensadas en clave comparativa se refieren a las implicancias asociadas a las dimensiones reducidas de la Córdoba de los setenta, tanto espacialmente como en cuanto a su población, en particular la franja activada políticamente, y las necesidades de una militancia clandestina, que requería mantener en secreto la identidad personal y la actividad militante. Al respecto, cuando relata las circunstancias de su detención y las razones por las cuales no fue víctima de los apremios ilegales que ya por entonces aplicaba la policía cordobesa a los detenidos políticos, comenta Humberto Tumini: 

"... no nos hacen recagar porque ahí se dio una feliz coincidencia: la casa donde vivían mis viejos se la alquilaban a un tipo, que era hermano del jefe de policía en ese momento. Y este tipo vivía en Rosario, entonces mis viejos tenían la relación de alquiler de la casa con el jefe de policía que vivía a dos cuadras de casa".42

Es sintomático que la casa paterna del militante guerrillero, donde se encontraba en el momento de su detención, sea justamente propiedad del hermano del jefe de la policía quien, a juzgar por el relato tenía trato con los padres del combatiente. ¿Cuántos de estos particulares cruces entre militantes de izquierda armada y personas ligadas a las fuerzas represivas existieron? Difícil de considerar cabalmente. Sin embargo, hay otra anécdota que nos parece importante mencionar, relatada por Alejandro Ferreyra en su libro de memorias, que parece ligarse a su alejamiento de la ciudad y su traslado operativo a otro frente:

"Subió al ómnibus en calle Caseros (...) con su pequeña hija de un año en brazos; no tenía donde dejarla y la llevaba con él cada vez que debía moverse (...) Su situación era delicada, era intensamente buscado (...) por la brigada de investigaciones, especialistas en la represión de las organizaciones guerrilleras. Torturadores y asesinos profesionales (...) La ciudad de Córdoba era un lugar espinoso para moverse. Relativamente pequeña (...) era muy difícil pasar desapercibido y no encontrarse con conocidos (...) Al llegar a Maipú, el ómnibus paró y subió un hombre con un sobre de cuerina negro (...) reconoció la forma de la pistola en el sobre negro (...) lo reconoció, era Juncos, uno de los torturadores más crueles de investigaciones (...) cuando estaba a dos metros, miró hacia el fondo y se encontró con los ojos de Lucas que lo miraba fijamente (...) Lo reconoció (...) Vio la mano empuñando la pistola (...) Lucas miró el sobre negro (...) como diciéndole 'no tenés oportunidad', e inmediatamente le señalo la puerta con los ojos, para indicarle al torturador que se bajara (...) No dejaron de mirarse. El ómnibus paró, Juncos saltó (...) corriendo hacia la plaza San Martín, a cuyo frente se encontraba la brigada de investigaciones. Lucas lo vio alejarse y se bajó en la parada siguiente".43

En este cinematográfico encuentro de guerrillero - con su hija en brazos - y torturador en el reducido espacio de un colectivo se resume lo que nos planteamos ¿Cómo ser clandestino en una ciudad dónde todos podían encontrarse, dónde todo convergía al centro, donde siempre hay un puente para cruzar y que podía ser cortado por la policía? Difícil militancia clandestina, donde perseguidor y perseguido podían encontrarse a pocos metros. Estas características, en nuestra opinión, deben haber marcado las formas de militancia, como hemos señalado, al menos reduciendo el tiempo en que un guerrillero identificado podía circular con relativa seguridad. Las coincidencias con la experiencia de Bahía Blanca y Mar del Plata, más allá de las anécdotas referidas, se sitúan en torno a la reducida dimensión social, geográfica, de los espacios de activación política. Esto, reiteramos, probablemente acortaba los tiempos de militancia clandestina, por el nivel de exposición en el que se encontraban los militantes y promovía la movilidad geográfica entre las regionales, para recuperar la clandestinidad. Probablemente las prácticas militantes clandestinas adquirieron diferentes matices en ámbitos que por sus dimensiones quizás facilitarían el mantenimiento de la clandestinidad. Queda este aspecto para ser dilucidado en el curso de la investigación.

"Hacíamos realmente desastres". El voluntarismo

Definimos los rasgos voluntaristas o militaristas como aquellos que, en el afán de promover acciones militares ponían particularmente en peligro a los militantes y recursos de la organización, o reflejaban criterios poco cuidados en cuanto a la logística de una operación. Nos estamos refiriendo a dejar librado a la pericia de los militantes ciertos detalles centrales para la seguridad de una operación militar. Creemos que este tipo de actitudes reflejaría la impronta de la militarización de la política, minimizando la ponderación de los costos humanos y materiales de la actividad militar. Los pormenores de una acción de "recuperación" de armas, relatados por Tumini, reflejan lo que queremos referir:

"... algunas veces hacíamos realmente desastres (...) una vez teníamos el dato de un suboficial que tenía una ametralladora y una pistola en la casa (...) Entonces le caímos en la casa, (...) habíamos ido tres, uno se retiraba a pie y los otros dos habíamos ido en una Vespa vieja que no... es decir, este era uno de los barrios altos de la ciudad, entonces teníamos planificada la fuga en bajada porque la moto no subía (...) cuando habíamos hecho tres, cuatro cuadras en la moto entraron a pasar patrulleros para todos lados y nosotros íbamos para abajo, que no podíamos ir para arriba ni para otro lado en la moto. Y bueno, de esas hacíamos a cada rato".44

La retirada del lugar de la operación, realizada en una moto que sólo funcionaba en bajada, dejaba sin duda fuertemente expuestos a los militantes implicados y libradas a su capacidad, y hasta a su suerte, su integridad física ante la eventualidad de una intervención policial. Sin embargo, se desprende del relato que estas situaciones no impedían la operatividad del ERP y se presentaban a cada rato, al decir de Tumini.

Otro ejemplo que puede señalarse se vincula a la concentración. A la luz de ciertos datos numéricos a los que nos hemos acercado,45 es posible afirmar que existían casos de una sola operación en la cual se ponía en juego una gran proporción de la militancia armada, sino la totalidad. Obviamente, ello significaba poner en peligro casi la totalidad de la estructura militar. Así puede ser analizada la acción sobre el Regimiento 141 de Comunicaciones, copada el 18 de febrero de 1973,46 que aparentemente ocupó a la totalidad de los por entonces miembros de la Compañía Decididos de Córdoba. Tenemos, además, dos relatos aludiendo a otro hecho; un fallido intento de toma del edificio del Correo Central, en pleno corazón de la ciudad. Tumini, por ejemplo, recuerda que:

"Cada tanto hacíamos operaciones donde se concentraba todo el esfuerzo regional. Eran operaciones grandecitas, participaban 20, 25 compañeros, que para esa época eran operaciones grandes. Y en una, por ejemplo, tomamos el Correo Central. El Correo en el centro de la ciudad de Córdoba, Colón y Gral. Paz". 47

Como podía esperarse considerando la localización y la importancia del lugar, la operación fue detectada por las fuerzas policiales. En el relato de Alejandro Ferreyra, aparece una sugerente mención a las causas posibles de esta operación que, prácticamente, ponía en juego a la totalidad de los militantes armados del ERP:

"Mauro, el responsable político de la regional Córdoba, presionaba mucho a los equipos de combatientes (...) para que realizaran de manera constante distintas actividades armadas. Pretendía una presencia cotidiana del ERP y no escuchaba razones acerca de las debilidades y fragilidades que producía un ritmo tan intenso (...) manifestación de voluntarismo que sobrexponía a los compañeros (...) reconocía los argumentos, pero expresaba que era fundamental para el trabajo fabril y para el resto del país; que él había asumido compromisos en la dirección nacional de un accionar militar cotidiano (...) Una mañana, un equipo se dirigió al correo central para hacer una expropiación (...) cuando se dispusieron a entrar, el teléfono de una de casilla de guardia comenzó a sonar (...) Suban al auto, rápido, es la policía".48

Venimos sosteniendo que el intenso accionar militar era vital para la presencia política del PRT-ERP en el trabajo fabril, como lo señalan los testimonios. Ahora bien, la afirmación respecto a la necesidad de operar para el resto del país, los compromisos del responsable de la regional respecto a la dirección nacional, ¿podemos suponer que la actividad militar en Córdoba tenía repercusiones más allá de la regional? ¿Se ligaba a la referencia de la organización a nivel nacional? Quizás sea posible pensarlo, teniendo en cuenta la centralidad de Córdoba en el imaginario radicalizado, a partir del Cordobazo. De cualquier manera, no puede considerarse errónea la perspectiva de Mauro al ordenar la operación mencionada. El intento de copamiento, realizado el 16 de enero de 1972, aun fracasado, impactaba fuertemente en los diarios; Los Principios se refería a que:

"... sólo 24 horas de descanso se dieron los integrantes del denominado Ejército Revolucionario del Pueblo para volver a realizar otra acción 'comando' (...) un fallido intento de copar nada menos que las dependencias del Correo Central en uno de los neurálgicos puntos de la ciudad".49

Las constantes referencias en la prensa a las actividades militares, incluso cuando comenzó el silenciamiento a la referencia identitaria50, da cuenta para nosotros tanto de la efectividad de este tipo de accionar como de las presiones en el sentido de mantenerlas elevadas, aun a coste de la integridad de sus integrantes y las limitaciones operativas.

Las similitudes con las experiencias de la militancia perretiana en Mar del Plata, entonces, se sitúan en el plano de la sobredimensionada importancia asignada a los aspectos militares en relación al desarrollo político. Si bien en nuestros testimonios no se alude a insuficiencia del trabajo político, es notable cómo la importancia asignada al accionar militar llevaba a minimizar los riesgos personales de los militantes o a poner en juego la totalidad de la estructura de la organización en una acción.

Palabras finales

Volviendo a alertar sobre la provisionalidad con que deben leerse estos apuntes, sostenemos que los trabajos reseñados aportan elementos para comenzar a pensar en la posibilidad de una mirada extracéntrica sobre la experiencia del PRT-ERP. De tal forma, el acercamiento de Laura Pasquali al Comando Che Guevara en Rosario nos alerta sobre la necesidad de no invisibilizar otras experiencias guerrilleras por el peso de las "grandes organizaciones nacionales", a veces oscurecidas desde miradas totalizantes.

Por su parte, María Julia Gimenez pone en evidencia en su análisis sobre el PRT-ERP en Bahía Blanca los vínculos que denominamos "horizontales" o "verticales" entre las diversas regionales perretianas, así como las dificultades que para la militancia clandestina planteaban los espacios reducidos, que posiblemente redundaba en la movilidad geográfica de los militantes, en busca de recuperar las condiciones de anonimato imprescindibles para operar militarmente.

Con la lectura de Juan Carra sobre la construcción partidaria en Mar del Plata, a más de volver a marcar los vínculos entre las regionales y la movilidad geográfica de los militantes, posiblemente uno de los canales de tales vínculos, nos posiciona sobre el interesante debate de la militarización de la organización.

Finalmente, repensar nuestros trabajos a la luz de los aportes de experiencias con las cuales pueden trazarse líneas coincidentes, nos ayuda a problematizar nuestra mirada, a dar mayor densidad a nuestras afirmaciones y abrir nuevos interrogantes ¿Es posible traducir la escasa dimensión de estos ámbitos de militancia en los cruces cara a cara entre guerrilleros y represores, que eventualmente compartían espacios cotidianos? ¿Puede vincularse esto con la movilidad geográfica de los miembros del ERP? En cuanto al militarismo, ¿es posible asimilarlo a un voluntarismo por el cual la acción militar minimizaba los costos por los efectos mediáticos que generaba en una prensa atenta a dar cuenta de hechos guerreros? ¿Se maximizaba esa situación en una regional como la cordobesa, que eventualmente debía sostener una imagen de combatividad elevada?

Quizás estos interrogantes sean la única, aunque no por eso poco importante, conclusión a la que podamos llegar en esta instancia: la necesidad de mantener extremadamente sensible la lente de nuestra mirada a las señales que pueda darnos el contexto en que los procesos se desenvolvieron.

Notas:

1 - Darío Macor y César Tcach, "El enigma peronista", en MACOR, Darío y TCACH, César (Editores) La invención del peronismo en el interior del país (Santa Fe, UNL, 2003), 9-20.

2 - Op. Cit., 21.

3 - Alicia SERVETTO y Javier MOYANO"Algunas claves para la investigación de la historia política en los espacios locales y regionales" en Actores y prácticas políticas en los espacios locales y regionales. Problemas y perspectivas, Revista Estudios digital [En Línea] Nº II (20/08/2009), CEA-UNC,  disponible en: http://www.revistaestudios.unc.edu.ar/articulos02/articulos/servettomoyano.php (acceso 20 de agosto de 2009)

4 - Op. Cit.

5 - Op. Cit.

6 - Sergio BUFANO y Gabriel ROT "Las reglas de juego" en Lucha Armada en la Argentina, Año 1, N° 1, Bs. As., Diciembre 2004/Enero/Febrero 2005, pp. 1-2.

7 - James Brennan, El Cordobazo. Las guerras obreras en Córdoba, 1955-1976 (Bs.As., Sudame-ricana, 1996). Mónica Gordillo, Córdoba en los '60. La experiencia del sindicalismo combativo (Córdoba, UNC, 1996) y Actores, prácticas, discursos en la Córdoba combativa. Una aproximación a la cultura política de los '70 (Córdoba, Ferreyra Editor, 2001). Alicia Servetto, De la Córdoba combativa a la Córdoba militarizada (Córdoba, Ferreyra Editor, 1998). Numerosas investigaciones, algunas de ellas todavía en curso, que permanece inéditas, abordan otros aspectos del período, aunque sin modificar totalmente la ausencia de estudios sobre las organizaciones armadas.

8 - Sergio BUFANO y Gabriel ROT, Op. Cit.

9 - Laura Pasquali, Los comandos armados en los orígenes de la guerrilla marxista en Rosario, IX Jornadas Inter Escuelas/Departamentos de Historia, Escuela de Historia, Facultad de Filoso-fía y Humanidades, UNC, Córdoba, 24, al 26 de septiembre de 2003, CD-Room ISBN 950-33-0400-8.

10 - Op. Cit.

11 - También eran frecuentes las referencias a hechos de la guerra por la independencia - Decididos de Córdoba, por una unidad del ejército independentista, para la compañía local del ERP - a las recientes insurrecciones urbanas - 29 de mayo - y a los nombres de militantes muertos por la represión - Lescano - Polti - Taborda - Ramiro Leguizamón.

12 - Laura Pasquali, Op. Cit.

13 - Op. Cit.

14 - Op. Cit.

15 - Luego de un desarme del ERP, en el comunicado posterior difundido por el diario Los Principios - en adelante LP - se hace referencia a "las anteriores recuperaciones de armas realizadas por nuestro Comando (...) del Banco del Interior y Buenos Aires (...) del agente de facción en el sindicato Ferroviario (...) del agente de guardia en el Hospital de Higiene Social de San Vicente (...) del (...) Hospital Militar (...) diversas armas de la armería del Abasto" que, aún sin fecha precisa, parecen haber sido desarrolladas antes de la creación formal de la fuerza guerrillera. LP, Córdoba, 29-10-1970, p. 1. En sentido similar, las entrevistas exploratorias que estamos realizando señalan la existencia de operaciones previas a la creación formal de la fuerza guerrillera que habrían realizado los militantes cordobeses, bajo igual denominación que en Rosario. Sin embargo, se trata de un aspecto aún por profundizar.

16 -Como ya hemos señalado, en el período 1970-1973 la prensa gráfica cordobesa registra la actuación de las organizaciones Montoneros, FAR, FAL y MRA. Con posterioridad a esta etapa, también desarrollarán acciones armadas las Brigadas Rojas pertenecientes a la OCPO.

17 - Maria Julia Giménez, Perros bahienses. Militancia y trayectoria del PRT en la ciudad de Bahía Blanca (1965-1976), XI° Jornadas Inter Escuelas/Departamentos de Historia, Tucumán, 19 al 21 de septiembre de 2007. Publicación en CD-ROOM, ISBN 978-950-554-7.

18 - Op. Cit., 1.

19 - El primer PRT fue resultado de la confluencia de Política Obrera, agrupación trotskista orientada por Moreno y el FRIP de los hermanos Santucho. Las diferencias en torno a las formas de lucha harán eclosión hacia 1968, dando lugar a la señalada ruptura.

20 - María Julia Gimenez, Op. Cit., 4.

21 - Op. Cit., 7.

22 - Op. Cit., 7.

23 - Op. Cit., 7. Además de numerosos relatos testimoniales que dan cuenta de la militancia de Domingo Mena en Córdoba, hemos documentado su detención en un barrio de la periferia obrera de la ciudad, La Voz del Interior (en adelante, LVI), Córdoba, 13/01/1971, p. 16. La tradición partidaria, incluso, lo señala como orador en el acto del cuarto aniversario del Cordobazo, compartiendo tribuna con Agustín Tosco, el Presidente de Cuba Osvaldo Dorticós y las recién  asumidas autoridades provinciales, vinculadas a la izquierda peronista, aunque no hemos podido reunir elementos que los comprueben fehacientemente. Sobre el acto en cuestión, LVI, Córdoba, 30/05/1973, pp. 9 y 15 y Estrella Roja, N° 21, junio de 1973, pp. 11 y 12.

24 - María Julia Gimenez, Op. Cit., 8-10.

25 - Op. Cit. 10. Cabe señalar que Córdoba también podía ser caracterizada como fuertemente custodiada por las fuerzas represivas. Analizando las formas de la implantación del Terrorismo de Estado, Carol Solis señala en "Combatividad y represión en Córdoba, la instauración de la dictadura militar", en EAAF, Olmo, Darío (comp.) Cementerio de San Vicente. Informe 2003. Córdoba, Ferreyra Editor, 2006, 73-89, que "por ser sede del Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, existían aquí numerosas unidades militares (...) Brigada de Infantería Aerotransportada IV, Destacamento de Inteligencia 141, Regimiento Aerotransportado 2, Regimiento de Infantería Aerotransportada 13, Batallón de Comunicaciones Comando 141, Grupo de Artillería 141 y Regimiento de de Infantería Aerotransportada 4".

26 - "Combatividad y represión en Córdoba, la instauración de la dictadura militar", en EAAF, Olmo, Darío (comp.) Cementerio de San Vicente. Informe 2003. (Córdoba: Ferreyra Editor, 2006) 73-89.

27 - María Julia Gimenez, Op. Cit., 18-19.

28 - Op. Cit., 19-20.

29 - Si bien no lo hemos podido establecer con precisión, en parte por el recorte temporal que realizamos, podemos señalar la presencia del partido en Córdoba al menos desde 1965, no siendo descartable que se formara sobre la base de militantes de la fracción trotsquista morenista Palabra Obrera, que junto al FRIP de los hermanos Santucho - con desarrollo en Santiago del Estero y Tucumán - confluiría en el primer PRT. Aquella organización practicaba por entonces el entrismo en los ámbitos obreros de la izquierda peronista, habitualmente fuerte en algunos sectores de la industria automotriz local y brindaría una primera base proletaria a la organización.

30 - Juan Carra, "A Vencer o Morir en Mar del Plata", en Lucha Armada en la Argentina, Año 4, N° 11, Bs. As., 2008, pp. 42-61.

31 - Op. Cit., 42-43.

32 - Op. Cit, 44-45 y 49.

33 - Hemos relevado tal detención, junto a Gorriarán Merlo y cuadros cordobeses, en LP, Córdoba, 03/09/1971, pp. 1 y 6.

34 - Op. Cit, 49-50.

35 - Op. Cit, 51-52.

36 - En este punto, existen distintos niveles analíticos. Por una parte, hay un extendido consenso sobre la militarización de la política argentina entre, al menos, 1955 y 1983. Más discusiones ha generado la supuesta militarización específicamente de las organizaciones armadas como el PRT-ERP, que suele situarse a partir de la asunción del gobierno peronista. Al respecto, Vera Carnovale ha alertado en "Política Armada: el problema de la militarización en el PRT-ERP" (Lucha Armada en la Argentina, Año 4, N° 11, Bs. As., 2008, 6-29)respecto a lo discutible de tal afirmación, en tanto la organización se definía en términos de guerra revolucionaria desde 1968, a cuya luz debe leerse su creciente actividad militar. Nosotros empleamos el término en un sentido más restringido, refiriéndonos a la preeminencia de las acciones militares por sobre las consideraciones políticas. Pero entendemos que ello respondía a la eficacia mediática que las acciones militares implicaban, hecho, claro está, vinculado a la militarización de la política. Desarrollamos este punto en nuestro trabajo "Decididos de Córdoba. La aparición pública del PRT-ERP en Córdoba (1970 - 1973). Una aproximación a partir de la prensa gráfica" en Historia Regional, Instituto Superior del Profesorado N° 3, Año XXI, N° 26, Villa Constitución, 2008, 37-60.

37 - Juan Carra, Op. Cit., 46.

38 - Op. Cit., 47-48.

39 - Alejandro Ferreyra fue un importante cuadro del PRT-ERP, militante de la organización desde antes de la creación de la fuerza guerrillera, al menos desde los años del Cordobazo. Su libro de memorias relata gran parte de las primeras acciones guerrilleras que hemos relevado en la prensa. Humberto Tumini, actualmente activo políticamente en la organización Libres del Sur, si bien se incorporó después, asumió importantes cargos directivos en la regional cordobesa a partir de la amnistía a los presos políticos de mayo de 1973. La entrevista fue realizada por Pablo Pozzi. Los dos casos, por años de militancia y por niveles de responsabilidad dentro del partido, constituyen testimonios importantísimos para acercarse a la experiencia perretista cordobesa en su etapa inicial.

40 - Sin pretender que los dos términos aludan exactamente a lo mismo, consideramos que tanto el voluntarismo como el militarismo son expresiones del éxito mediático que las acciones militares obtenían, lo cual, volvemos a decirlo, está vinculado a la militarización de la política.

41 - Hemos desarrollado en profundidad estas notas identitarias en nuestro trabajo "Decididos de Córdoba". Violencia y política: notas sobre el PRT-ERP en el escenario provincial Post-Cordobazo", I Jornadas Nacionales de Historia de Córdoba, Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades - UNC, 7 y 8 de mayo de 2009.

42 - Pablo Pozzi, Por las sendas argentinas. El PRT- ERP, la guerrilla marxista, Buenos Aires, Imago Mundi, 2004, 45.

43 - Alejandro FERREYRA, Memoria de los vientos. La identidad como construcción, Córdoba, Babel Editora, 2008, 97-98.

44 - Pablo Pozzi, Op. Cit., 37.

45 - Cotejando documentos partidarios y testimonios, calculamos que de un núcleo inicial entorno a 25 integrantes a finales de 1969, resulta posible que el PRT haya llegado a 200-250 militantes a finales de 1973, de los cuales cerca de 40 integraban el ERP. En el momento de mayor desarrollo, posiblemente mediados de 1975, calculamos unos 400-450 militantes del partido, con 70-80 combatientes. Este aspecto está desarrollado en INCHAUSPE, Leandro "Decididos de Córdoba". Violencia y política: notas sobre el PRT-ERP en el escenario provincial Post-Cordobazo", I Jornadas Nacionales de Historia de Córdoba, Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades - UNC, 7 y 8 de mayo de 2009, 9-11.

46 - Sostenía La Voz del Interior que en la operación participaron ""alrededor de treinta hombres, más los otros que cumplieron tareas de apoyo en el exterior" y que además se realizaron "Acciones de Distracción desde el incio de este audaz operativo" en tres distintos puntos de la ciudad (LVI, Córdoba, 19/02/1973, p. 16.).

47 - Pablo Pozzi, Op. Cit., 35.

48 - Alejandro Ferreyra, Op. Cit., 89.

49 - LP, Córdoba, 17/01/72, p. 7.

50 - A partir de agosto de 1972, Los Principios silenció las referencias al ERP. Eufemismos como organización, grupo o agrupación extremista comenzaban a emplearse sin distinguir ya entre diferentes organizaciones. En tal sintonía, las fuerzas policiales adoptaban medidas contrarias a la propaganda armada: "La Jefatura de Policía habría decidido censurar la información sobre hechos extremistas (...) prohibiendo (...) que todo el personal (...) haga saber a los periodistas (...) todo hecho de aquella naturaleza" (LP, Córdoba, 11/09/1972, p. 16). La Voz del Interior también informaba que "el titular de la repartición [policial] Tte. Cnel José Rodolfo Latela Frías (...) habría prohibido a sus subordinados proporcionar a la prensa noticias vinculadas a hechos cometidos por elementos extremistas" (LVI, Córdoba, 09/09/1972, p. 15) aunque este medio nunca realizaría un silenciamiento tan estricto sobre el ERP como su colega.

Bibliografía:

1. BUFANO, Segio y ROT, Gabriel "Las reglas de juego" en Lucha Armada en la Argentina, Año 1, N° 1, Buenos Aires: Diciembre 2004/Enero/Febrero 2005, pp. 1-2.

2. CARNOVALE, Vera, Año 4, N° 11, Buenos. Aires, 2008, pp. 6-29.

3. CARRA, Juan "A vencer o morir en Mar del Plata" en Lucha Armada en la Argentina, Año 4, N° 11, Bs. As., 2008, pp. 42-61.

4. FERREYRA, Alejandro Memoria de los vientos. La identidad como construcción, Córdoba: Babel Editora, 2008.

5. GIMENEZ, Maria Julia Perros bahienses. Militancia y trayectoria del PRT en la ciudad de Bahía Blanca (1965-1976), XI° Jornadas Inter Escuelas/Departamentos de Historia, Tucumán, 19 al 21 de septiembre de 2007. Publicación en CD-ROOM, ISBN 978-950-554-7.

6. INCHAUSPE, Leandro "Decididos de Córdoba". Violencia y política: notas sobre el PRT-ERP en el escenario provincial Post-Cordobazo", I Jornadas Nacionales de Historia de Córdoba, Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades - UNC, 7 y 8 de mayo de 2009.

7. INCHAUSPE, Leandro "Decididos de Córdoba. La aparición pública del PRT-ERP en Córdoba (1970-1973). Una aproximación a partir de la prensa gráfica" en Historia Regional, Instituto Superior del Profesorado N° 3, Año XXI, N° 26, Villa Constitución, 2008,37-60.

8. MACOR, Darío y TCACH, César "El enigma peronista", en MACOR, Darío y TCACH, César (Editores) La invención del peronismo en el interior del país, Santa Fe: UNL, 2003.

9. PASQUALI, Laura Los comandos armados en los orígenes de la guerrilla marxista en Rosario, IX Jornadas Inter Escuelas/Departamentos de Historia, Escuela de Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC, Córdoba, 24, 25 y 26 de septiembre de 2003, CD-Room ISBN 950-33-0400-8.

10. POZZI, Pablo, Por las sendas argentinas. El PRT- ERP, la guerrilla marxista, Buenos Aires: Imago Mundi, 2004.

11. SERVETTO, Alicia y MOYANO,Javier "Algunas claves para la investigación de la historia política en los espacios locales y regionales" en Actores y prácticas políticas en los espacios locales y regionales. Problemas y perspectivas, Revista Estudios digital [En Línea] Nº II (20/08/2009), CEA-UNC,  disponible en: http://www.revistaestudios.unc.edu.ar/articulos02/articulos/servetto-moyano.php (acceso 20 de agosto de 2009).

12. SOLIS, Carol, "Combatividad y represión en Córdoba, la instauración de la dictadura militar", en EAAF, Olmo, Darío (comp.) Cementerio de San Vicente. Informe 2003. Córdoba: Ferreyra Editor, 2006, 73-89.

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