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Revista Escuela de Historia

versão On-line ISSN 1669-9041

Rev. Esc. Hist. vol.9 no.1 Salta jan./jun. 2010

 

ARTICULO ORIGINAL

Los que escribieron la Historia de Catamarca. El Boletín de la Junta de Estudios Históricos, 1941-1943

(Those that wrote the History of Catamarca. The Bulletin of the Committee of Historical Studies, 1941-1943)

María del Valle Barrionuevo
Departamento de Historia, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional del Catamarca, Belgrano 300, San Fernando del Valle de Catamarca, 4700, valle_barrionuevo@hotmail.com


Resumen:

 El presente artículo tiene como propósito recuperar las imágenes que los historiadores han gestado acerca del desarrollo de la Historia de Catamarca y reconstruir el recorrido de los proyectos intelectuales para abordar la interpretación del pasado.
La muestra considerada abarca la producción historiográfica de la Junta de Estudios Históricos, a través de los Boletines publicados entre los años 1941 y 1943, que contribuyó a consolidar la línea de tradición histórica en la provincia. La perspectiva teórico-metodológica seguida se sustenta en el análisis de la organización textual, estableciendo la relación entre los diferentes modos de escritura de los textos históricos y los problemas y representaciones de cada enfoque.

Palabras Clave: Historiografía; Intelectuales; Provincias; Catamarca

Abstract:

The intention of the present article is to recover the images that the historians have generated about the development of the History of Catamarca and to reconstruct the itinerary of the intellectual projects to approach the interpretation of the past.
The sample taken in consideration includes the historiographic production of the committe of Historical Studies, through the Bulletins published between the years 1941 and 1943, which contributed to consolidate the line of historical tradition in the province.
The theoretical -methodological perspective followed is sustained in the analysis of the textual organization, establishing the relation between the different manners of writing of the historical texts and the problems and representations of every approach.

Keywords: Historiography; Intellectual; Provinces; Catamarca


Introducción

Este artículo tiene el propósito de recuperar las imágenes que los historiadores e intelectuales han gestado acerca del pasado histórico de la provincia de Catamarca a partir de la primera publicación del Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca (1941-1943).

El objetivo disparador de este trabajo es la preocupación de quienes participaron en las publicaciones del Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca con el fin de recuperar el pasado cercano o lejano, lo que impulsó a las distintas generaciones a la fase escrituraria desde la cual se declara la intención historiadora de representar el pasado tal como se produjo, ya sea indagando archivos o utilizando métodos que posibilitaran aprehender el pasado.

En especial, interesa estudiar el oficio del historiador que se desarrolla a partir de una serie de pasos que llevan a la investigación, tal como la Heurística, la que posibilita a todo investigador encontrar la respuesta al por qué de lo que lo lanzó a la búsqueda de su pesquisa; la Hermenéutica, que rescata no sólo los argumentos de un sujeto sino también fragmentos del paradigma o visión del mundo, y la Historiografía, entendida como "investigación y escritura de la historia ",1 es decir como "la representación presente de las cosas ausentes del pasado. Entonces, umbral del lenguaje que el conocimiento histórico ya franqueó".2

La producción historiográfica de Catamarca incluida en el Boletín es abundante, por lo cual es necesario hacer un recorte temático teniendo en cuenta aquellas producciones que responden al proceso de fundación de la cuidad, a la biografía como género literario para destacar la vida de los grandes hombres que representaron los ideales políticos y, a las entidades socio-culturales. En cualquier caso, la tendencia historiográfica y metodológica responde a un modelo erudito y empírico que mantiene una relación cercana con el documento.

El corpus está integrado por doce trabajos publicados en el Boletín de La Junta de Estudios Históricos de Catamarca correspondiente a los años 1941, 1942 y 1943. Es necesario precisar que estas publicaciones fueron las primeras realizada por la Junta, durante el gobierno de los interventores federales Rodolfo Martínes Pitaco (1940-1941), Gustavo Martínes Zuviría (1941-1942) y del gobernador constitucional Ernesto M. Andrada (1942-1943), a pesar de que su creación data del año 1936.

En nuestro país, las prácticas de la historiografía basadas en la investigación profesional de los estudios históricos se inician a partir del siglo XIX sobre la base de la tradición histórica literaria y la erudición documental. La celebración del Centenario de la Revolución de Mayo marcó un hito en el proceso de la profesionalización del oficio del historiador despertando un movimiento cultural preocupado por recuperar los orígenes históricos y afianzar así el espíritu de nacionalidad.

En las primeras décadas del siglo XX, un grupo de historiadores intelectuales se congregó en la llamada Nueva Escuela Histórica 1916, (NEH), denominada así por Juan A, García e integrada, entre otros, por Diego Molinari, Ricardo Levene, Luis M. Torres, Emilio Ravignani y Rómulo de Carbia. Como es conocido, la NEH constituye una corriente de investigación centrada en el análisis socio-económico del proceso histórico nacional. Su actividad exploradora fue desarrollada en dos lugares: en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, bajo la dirección de Emilio Ravignani, y la Junta de Historia y Numismática Americana (JHNA), la que más adelante será la Academia Nacional de la Historia dirigida por Ricardo Levene. En ellas, las actividades académicas eran combinadas con los espacios institucionales.

La Nueva Escuela Histórica surge tras una generación Historiográfica que ha enfatizado el problema en la identidad nacional y la necesidad de una historia para resolverlo. Fernando Devoto3 sostiene que dicha institución encontraría un espacio para fundir en alguno de sus intérpretes -Ricardo Levene ante todo y Emilio Ravignani secundariamente- los imperativos de la pedagogía cívica con los de una disciplina cuya cientificidad específica derivaba ahora de las reglas del método. Por ello se destaca el oficio del historiador, lo que da lugar al nacimiento de "una historia profesional y de la corporación de historiadores".4

En el Instituto de Investigaciones Históricas primó "el enfoque de la historia argentina integral propuesto por Clemente Frigeiro, confiando cada tema a un especialista".5 Los temas son abordados en un marco cronológico más amplio, incorporando la etapa de la conquista y la colonización y vinculando así la Argentina con América y España.

Los problemas de investigación fueron abordados desde las diferentes disciplinas y de diversas tendencias políticas. Las producciones se divulgaron a través del Boletín del Instituto. Por su parte, el movimiento académico desarrollado por la Junta de Investigaciones Históricas se proyectó a las provincias impulsando la creación del sistema de Juntas en la convicción de que "mediante las filiaciones se expanden las redes institucionales a escala nacional".6

Con la creación de Juntas provinciales se amplía el campo de investigación desarrollando el quehacer histórico y, a la vez, abriendo los repositorios documentales de las provincias para interpretar el pasado y dar lugar a una concepción diferente surgida desde el interior del país.

En Catamarca, la Junta de Estudios Históricos fue creada el 15 de mayo de 1936 por impulso de jóvenes de diferentes campos de formación profesional cuyo objetivo era jerarquizar el ambiente cultural7 de la provincia. Estos realizaron la labor historiográfica sin tener una formación específica; eran investigadores vocacionales, abogados, sacerdotes, profesores, maestros. El acta fundacional fue firmada en la casa de Fray Mamerto Esquiú, en el departamento del mismo nombre. Entre sus miembros fundadores figuraban Alfonso de La Vega, Cornelio Sánchez Oviedo y los que fueron incorporándose a lo largo de la vida institucional, como el Pbro. Ramón Rosa Olmos, Fray Salvador Narváez, Armando Ramón Bazán, Pedro Ignacio Galarza, Federico Emiliano Pais, Ramón Bonaterra, Gerardo Pérez Fuentes, Angel Segura, Juan B. Alanís Ocampo y Omar Barrionuevo. Estos últimos integrantes, correspondientes a la década del 60, exploraron otras problemáticas dejando el modelo hegemónico, e introduciéndose en nuevos abordajes disciplinares que permitieron un conocimiento más integral del pasado provincial.

Uno de los objetivos de la Junta fue conformar un centro de cultura para recuperar el pasado y despertar la conciencia histórica de los catamarqueños. El medio para la difusión fue la creación de un órgano de publicidad en donde se reflejara la vida y la actividad del Instituto. Así, aparece el primer Boletín en 1941. Su publicación fue regularmente durante seis años en forma semestral o anual. Con el correr de los años y ante la falta de una actualización del subsidio para la divulgación de el Boletín, la entrega de los números fue interrumpida en varias ocasiones; su aparición se hizo esporádica 1 número en 1955, 1 número en 1959 y 1 número en 1971 para el período 1960-1968.8

En las líneas de investigación adoptada se planteó una lectura historiográfica interesada en desentrañar las perspectivas teóricas-metodológicas de los corpus seleccionados anteriormente citados. En primer lugar, se abordará el análisis de las publicaciones relacionadas con las fundaciones de la ciudad de San Fernando Valle de Catamarca en sus distintos sitios a cargo del ingeniero Cornelio Sánchez Oviedo.9 En este caso el autor utiliza las fuentes del Archivo de Indias para reconstruir la vida y trayectoria de los actores que participaron en la fundación de la Tercera Londres de Belén en el año 1607. Aquí su relato se caracteriza por seleccionar los datos biográficos sólo de los generales y capitanes que protagonizaron la gesta de fundación. En algunos casos los datos son parciales, es decir, desde una mirada parcial de la investigación, modelo que no escapa a la línea historiográfica del período analizado. Esta se ocupa de españoles y soldados quienes luego de la fundación obtuvieron tierras y encomiendas por sus méritos.

Siguiendo con la línea temática se analiza la investigación relacionada con la Celebración del 259 Aniversario de la Fundación de Catamarca,10 sobre tres discursos pronunciados por representantes de distintos organismos de la Provincia y de la Junta de Estudios Históricos. Estos discursos se caracterizan por su coincidencia en: destacar la obra de conquista y colonización de los españoles y su misión de fundar ciudades; descripciones del medio geográfico; muy solapadamente se advierte referencia a los indios ante la llegada de los conquistadores y la necesidad de despertar el sentimiento para conmemorar la fecha de la fundación de la ciudad.

Sobresale en las sucesivas entregas del Boletín la labor del ingeniero Cornelio Sánchez Oviedo por hacer de la historia una disciplina científica, preocupado en la búsqueda de la verdad histórica a través del análisis de las fuentes. Por ejemplo, en el estudio realizado sobre Los derechos de Catamarca a la Puna de Atacama,11 recurre a la más diversas documentaciones sobre la época colonial, utilizando las fuentes que daban cuenta de los límites de la jurisdicción y la concesión de la Merced de Antofagasta de la Sierra, y llega a demostrar que el departamento del Oeste catamarqueño en litigio con la gobernación de Salta perteneció desde ese período a la jurisdicción de Londres de Catamarca.

El género biográfico histórico fue también uno de los más utilizados dentro de los estudios históricos; respondía a la historiografía dominante, preocupada por los textos, los documentos, los acontecimientos y, a la vez, por las vicisitudes de los grandes hombres de la historia. Dicho género recupera y resalta el rol fundamental de las vidas de los grandes personajes que tuvieron protagonismo en la historia local. Así, en el período analizado se advierte una importante cantidad de trabajos de esta índole, referidos a personalidades que se destacaron en la actividad política-militar y en la vida religiosa de nuestra provincia. Siguiendo esta línea de análisis de los trabajos se puede destacar el que Mons. Pedro M. Oviedo publica sobre la vida del General Don Octaviano Navarro,12 en el que resaltasu desempeño en la carrera militar, lo que le permitió llegar por sus propios méritos al grado de general de la Nación y posterior desempeño en la Provincia como gobernador, desarrollando una labor progresista a pesar de los pocos recursos con que contaba la misma.

Por su parte, el ingeniero Sánchez Oviedo recupera la vida y el derrotero del Coronel Gregorio José González,13 El autor rescata las acciones de este heroico luchador que resistió con el ejército catamarqueño a las huestes rosistas. Para reafirmar la profundidad del gran concepto sobre la personalidad de González, agrega y enfatiza: "el alcance y trascendencia de su acción personal en el periodo rico en turbulencias, anormalidades y claudicaciones".14

En otra investigación, y siguiendo con la línea de análisis de recuperar las figuras ilustres, Sánchez Oviedo15 (1942) cimentó el árbol genealógico de quien fuera presidente de la República, Dr. Nicolás Avellaneda, para demostrar a través de los documentos de la época de la conquista y de la colonia su vínculo con familias catamarqueñas.

Otro enunciador de la historia catamarqueña hace referencia a personalidades de otros ámbitos provinciales e internacionales, como por ejemplo el trabajo de Dr. Modesto N. Robles (1943) sobre El Deán Dr. Gregorio Funes y el General Simón Bolívar. Repercusión de la Política Bolivariana en el Plata,16 en el que manifiesta cómo el Deán Funes controlaba los hilos políticos de la provincia de Córdoba por su reconocido espíritu revolucionario, su influencia con el clero y su vinculación con los hombres más destacados de la vida política. Asimismo, se refiere a Simón Bolívar al analizar su vida y acciones militares hasta convertirse en el Libertador de América.

En la indagación el autor trata de resaltar el vínculo entre ambas figuras a través de las cartas en las cuales queda al descubierto la admiración y reconocimiento del Deán Funes a Bolívar.

Asimismo, son ejemplos de la predilección por el análisis del género biográfico por parte del Boletín los interesantes estudios sobre los hombres del clero local. El prebístero Ramón Rosa Olmos,17 con especial inclinación hacia la investigación, se ocupa de esta temática en el artículo Pbro. Don Victoriano Tolosa (1817-1892). Nació Victoriano Tolosa en localidad de Piedra Blanca, estudió en el Convento de San Francisco y se ordenó de sacerdote en Chile. Al regresar a Catamarca empezó con su misión apostólica, tarea que se consolidó cuando fue nombrado rector del Colegio Seminario Patriótico Federal de Nuestra Sra. de la Merced. El Pbro. Tolosa tuvo una agitada participación política, en momentos en que la Provincia atravesaba una crisis institucional.

 Corría el año 1866, siendo gobernador de la provincia don Víctor Maubecín, fue destituido del poder por el caudillo de Santa María, Melitón Córdoba.

El gobernador destituido se refugió en Santiago del Estero y desde allí solicitó al Gobierno nacional la intervención a su Provincia. La designación recayó en la figura de del senador por Jujuy Don Plácido Sánchez de Bustamante, quien al llegar a la provincia designó como gobernador interino al Pbro. Tolosa, (1867) e inmediatamente se propuso pacificar la provincia y volver a establecer el gobierno constitucional; su intención duró muy poco tiempo, pues la Legislatura desconoció su designación como interventor. La situación interna de la provincia se mantenía en permanente inestabilidad y, los hechos lo demuestran, cuando el pueblo de la capital a través de un plebiscito designa gobernador interino a don Moisés Omill, quien inmediatamente repuso "al Pbro. Tolosa en el gobierno garantizando su estabilidad".18

 El panorama político se empaña con la noticia de la intervención del caudillo santiagueño Antonio Taboada; la reacción del interventor "fue defender con las armas el honor de la provincia",19 pero, por su envestidura de clérigo, decidió delegar el mando en Omill.

 A pocos días de la llegada de Taboada recibe el Gobierno de la Provincia la comunicación que el caudillo santiagueño venía como interventor, por lo que Tolosa reasumió nuevamente el Gobierno. La reacción de caudillo, fue tomar prisionero a Tolosa que después de la protesta del parlamento nacional fue liberado y elegido diputado nacional por el período 1868-1872.

Por lo dicho, queda demostrado que el Pbro. Tolosa fue un sacerdote con compromiso tanto con la Iglesia como con la Patria.

 De esta manera se observa cómo el clero catamarqueño sobresalió en el desempeño de distintas manifestaciones como ser en el parlamento, periodismo, ciencia y en todas las inquietudes de la cultura y política catamarqueña, reconociendo por otro lado que su trayectoria trascendió la frontera de la provincia.

Un continuador más del análisis de las figuras clericales fue el padre Luís Córdoba,20 quien puso de relieve la personalidad del Franciscano Bernardino Orellana, y su devoción en la propagación del culto por la Virgen del Valle, estudio éste que culminó con la coronación de la Protectora del Valle Central en 1891.

Con respecto a las entidades socio-culturales, son relevantes los trabajos producidos por dos sacerdotes pertenecientes a la Orden de los Franciscanos, distinguiéndose figuras ilustres por su virtud y patriotismo. Los rasgos característicos de la temática se orientan hacia la misión evangelizadora y educativa de la citada Orden y se sustentaban en crónicas y biografías, utilizándose los datos y los hechos de los documentos.

El Pbro. Antonio S. C. Córdoba,21 por ejemplo, investigó sobre El Convento y Escuela de San Francisco, abordándolo desde la instauración de esta Orden en la región de Catamarca del Tucumán. Su primer asentamiento se efectuó en 1607 en la ciudad llamada San Juan Bautista de la Ribera, y luego continúa acompañando a la ciudad en los sucesivos traslados hasta su fundación definitiva en San Fernando del Valle. Reconoce a la escuela de San Francisco como hito de la conquista espiritual en los momentos cruciales de la colonia, impartiendo valores espirituales a través de la educación. En cuanto al quehacer del Pbro. Fray Mamerto Leiva,22 se destacan sus estudios sobre los aportes realizados por los franciscanos durante la causa por la Independencia argentina, en la que se distinguieron junto a figuras civiles y militares. También indaga sobre su tarea educativa, que contribuyó a alimentar el sentimiento de independencia, a través del accionar en la Universidad de Córdoba, Conventos y en el periodismo. Al tranquilizarse los espíritus de lucha fue necesario el equilibrio de hombres virtuosos, con autoridad moral que orientaran a unificar criterios conducentes a una vida constitucional, y es donde aparece la célebre figura de Fray Mamerto Esquiú, identificado como el orador de la Constitución.

A modo de conclusión

En aquellos autores que escribieron la historia de Catamarca como integrantes de la Junta de Estudios Históricos en los primeros años de la publicación del Boletín, se advierte que sus indagaciones fueron realizadas sobre la base de la concepción positivista de abordar críticamente el documento escrito incorporando actas capitulares y, en algunos casos, documentos provenientes del Archivo de Indias, con una mínima intervención interpretativa.

El abanico temático estuvo referido a las figuras sobresalientes en la vida política y en el ámbito eclesiástico; carecían de la perspectiva metodológica para analizar los procesos económicos y sociales, propuestas que se concretan con la incorporación de las nuevas generaciones de investigadores influenciados por las problemáticas de disciplinas tales como la lingüística, la arqueología, el folclore, la vida social, permitiendo así una producción más integral.

Notas:

1. Jerzy Topolsky, Metodología de la Historia (Madrid: Cátedra, 1985).

2. Paul Ricoeur. La Memoria, La Historia, El Olvido (Bs. As.: Fondo de Cultura Económica, 2004).

3. Fernando Devoto et al.; Estudios de historiografía argentina (II).(Bs. As.: Biblos, 1999), p. 34.

4. Diana Quattrocchi-Woisson, Historia y contrahistoria en La Argentina 1916-1930, en Cuaderno de Historia Regional, Nº 9, Buenos Aires, Universidad Nacional del Luján, 1987.

5. Nora Pagano y Miguel A. Galante, "La Nueva Escuela Histórica: Una Aproximación Institucional del Centenario a la Década del 90" en La historiografía argentina en el siglo XX. (Bs. As: Centro Editor de América Latina, 1993).

6. Beatríz Moreyra. La Escritura de la Historia. Una mirada sobre las prácticas y los discursos de los Historiadores de Córdoba. (Córdoba: Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos S. A. Segreti, 2002).

7. Armando Raúl Bazán. Cincuentenario de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca (1936-1986). Crónica del Medio siglo (Folleto).

8. Armando Raúl Bazán, Op. Cit.

9. C. Sánchez Oviedo. "Los Fundadores de la ciudad de Londres de Catamarca", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, III; 1-2 (Catamarca, 1943): 61-71.

10. Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año II, Nº 1,(Catamarca, 1942): 9-16.

11. C. Sánchez Oviedo, "Los Derechos de Catamarca a la Puna de Atacama, su jurisdicción desde 1558 a la cédula Real de 1679. Creación de la Provincia", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año II, Nº 1 (Catamarca, 1942): 17, 33.

12. Pedro M. Oviedo, "General Don Octaviano Navarro (Apuntes Biográficos)", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año II, Nº 1 (Catamarca, 1941): 17-18.

13. C. Sánchez Oviedo. "Coronel Gregorio José González", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año II, Nº 1 (Catamarca, 1941): 19-32.

14. C. Sánchez Oviedo, Op. Cit., p.19.

15. C. Sánchez Oviedo, "Ascendencia catamarqueña del presidente Avellaneda", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año II, Nº 2 (Catamarca, 1942): 36-52.

16. M. Santillán Robles. "El Deán Dr. Gregorio Funes y el General Simón Bolívar. Repercusión de la Política Bolivariana en el Plata", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año III, Nº 1-2 (Catamarca, 1943): 21-50.

17. R. Olmos, "Pbro. Don Victoriano Tolosa",Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca (Catamarca, 1941): 40-46. Del mismo autor: "El Pbro. Dr .Nicolás de Herrera", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Hanoi, Nº 2 (Catamarca, 1942): 51-54; "El Pbro. Pedro Alejandrino Zenteno, constituyente por Catamarca al Congreso de Santa Fe", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año III, Nº 1-2 (Catamarca: 1943): 9-16; "Pbro. Pedro Martín Oviedo, Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año II, N º1, (Catamarca, 1942):34- 41.

18. R. Olmos. Op. Cit, p.38.

19. Ibidem, p. 39.

20. L. Córdoba, "El M.R.P. Fray Bernardino Orellana, Apostol y Patricio", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año III, Nº 1-2 (Catamarca, 1943): 51-59.

21. Antonio S. C. Córdoba, "Convento y Escuela de San Francisco", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año I, Nº1 (Catamarca, 1941): 33-40.

22. Mamerto Leiva, "El aporte de los Franciscanos a la causa de la independencia Argentina", Boletín de la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, Año II ,Nº1 (Catamarca, 1942): 43-54.

 

Bibliografía:

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6. Ricoeur, Paul. La Memoria, la Historia, el Olvido. Bs. As.: Fondo de Cultura Económica, 2000.         [ Links ]

7. Topolsky, Jerzy. Metodología de la Historia. Madrid: Cátedra, 1985.         [ Links ]

 

 

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