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Revista Escuela de Historia

versión On-line ISSN 1669-9041

Rev. Esc. Hist. vol.9 no.1 Salta ene./jun. 2010

 

ARTICULO ORIGINAL

El barón de Mauá: entre el diseño del personaje y la construcción del mito

(The baron of Mauá: between the design of the hero and the construction of the myth)

Nicolás Arenas Deleón
Facultad de Humanidades, Universidad de Montevideo, Prudencio de Pena 2440, Montevideo, Uruguay, 11600, nicotab@gmail.com


Resumen:

En este artículo nos proponemos recorrer los derroteros que la historiografía "mauasiana" persigue entre 1925 y 1944 en el Brasil. El itinerario nos llevará a través del estudio de tres autores -Alberto de Faria, Edgar de Castro Rebelo y Lídia Besouchet-, que representan el impulso pionero en relación a la construcción de la historiografía respecto del banquero riograndense. Allí se configuran los principales lineamientos de dicha historiografía -que va prefigurando el bagaje histórico con el que carga el personaje- a través de miradas heterogéneas; a la vez que se observa la profesionalización del discurso histórico. Dicho estudio permite determinar, al mismo tiempo, la evolución del género biográfico en el espacio rioplatense, señalando el matiz que cada historiografía nacional confiere a Mauá.

Palabras clave: Historiografía; Biografía; Espacio Rioplatense; Barón de Mauá

Abstract:

In this article we propose to cover the courses that the historiography "mauasiana" pursues between 1925 and 1944 in the Brazil. The itinerary will carry us through the study of three authors -Alberto de Faria, Edgar de Castro Rebelo and Lídia Besouchet-, that represent the pioneering impulse in relation to the construction of the historiography respect of the "riograndense" banker. Right there it form the main outlines of the mentioned historiography - that prefigures the historical baggage of the character - through heterogeneous positions; while it observes the professionalization of the historical discourse. Such study allows to determine, at the same time, the evolution of the biographical gender in the "rioplatense" region, indicating the nuance that every national historiography confers to Mauá.

Keywords: Historiography; Biography; Rioplatense region; Baron of Mauá


Introducción

Al comenzar este artículo debemos señalar algunas líneas de acción que guiaron nuestro trabajo de pesquisa, en relación a nuestro objetivo primordial: determinar el lugar que le cabe a Mauá dentro del discurso historiográfico brasileño, en la primera mitad del siglo XX, como primer paso a una investigación que pretende conocer el rol asignado al banquero riograndense por la historiografía rioplatense. Nos moviliza la convicción de que la labor histórica, en estos tiempos, exige la realización de estudios que superen las fronteras geográficas y apuesten a contener marcos regionales de análisis. La carencia de dichos estudios ha sumido a los trabajos históricos e historiográficos en una especificidad tal, que el campo de análisis se hace cada vez más estrecho y se anula la perspectiva histórico-temporal. Es por ello que nuestras historiografías debieran permitirse salir de sí para conocer los contextos que las circundan. Dicha labor representa la posibilidad de dialogar con las historiografías colindantes y descubrir los derroteros que ellas transitan. La necesidad de escribir historias integradoras ilustra un proceso que intenta romper con el paradigma decimonónico de las historias nacionales enclaustradas y torremarfilistas. Se trata, en todo caso, de apelar a la formación de una historia común, a la construcción de mitos regionales en los que todos nos hallemos identificados, haciendo que lo/el prójimo se convierta en próximo.

Atendemos también al hecho de que, en el proceso de construcción de las naciones rioplatenses, cada personaje adquiere una significación histórica diferente y un lugar especial en el discurso, dependiendo de la nacionalidad y los intereses del narrador. Se le otorga trascendencia a diversas facetas de los protagonistas, se valoran o se ocultan sucesos, para dar continuidad a una línea discursiva que intenta el afianzamiento de un Estado respecto a los demás. El historiador, como sujeto constructor de legado histórico, conforma el bagaje con el que carga cada uno de los personajes que componen las historias nacionales. La configuración de símbolos fundantes surgida a partir de los años treinta del siglo XIX, se constituye en leit motiv de la mayor parte de las construcciones históricas decimonónicas, proceso que nace de la necesidad de paradigmas que den sustento a las nóveles naciones y a los gobiernos que las lideran.

En cuanto a la tarea acometida, el escaso conocimiento respecto de muchos de los autores abordados nos obligó a un estudio profundo de los textos y su contexto. Nuestra investigación nos enfrentó a una denominada "historiografía científica", que como señaláramos no hace más que supeditarse a temas nacionales, sin percatarse de la importancia de comenzar a construir una historiografía de alcances regionales. Por ello hemos elegido como personaje a Irineo Evangelista de Sousa (Mauá),1 pues, a nuestro modo de ver, representa uno de los pocos y aislados intentos de unión regional, en un siglo donde pensarse de ese modo era mucho más difícil. Mauá a través de su iniciativa empresarial -la Banca- generó elementos unificadores en espacios de gran aislacionismo.

           

 El mundo intelectual brasileño de comienzos del siglo XXLos cincuenta años posteriores a la muerte de Mauá están teñidos de un largo silencio que no llama la atención, sobre todo si tenemos en cuenta que en esos años se procesa el final de la monarquía y el nacimiento de la república en el Brasil. Época de grandes cambios, en ella se hace imperiosa la necesidad de crear un nuevo panteón de héroes y de paradigmas fundantes, como negación del período anterior y estrategia para diferenciarse. Los gobernantes que abren el siglo tienen la responsabilidad y el interés -dentro del proceso de construcción de la Nación- de establecer pautas morales y normas de convivencia a ser imitadas por la sociedad en su conjunto. La constitución de esta nueva "carta de marear" exige que se echen al olvido algunos personajes que configuran la historia, mientras que otros que permanecían hasta el momento en un segundo plano del discurso histórico adquieren mayor relevancia.

           

En ese escenario se observa que los rápidos cambios en la vida política no son tan vertiginosos en la mentalidad de los brasileños. No obstante, la apertura del siglo registra la publicación de un conjunto de obras que se convierten en canon: los estudios pioneros de Capistrano de Abreu a través de sus Caminhos antigos e o povoamento do Brasil (1899) y la obra de Affonso Celso titulada Porque me ufano do meu pais. Ambos forman parte de la generación novecientista brasileña o generación de la República Velha.2 Todos ellos apuestan a un conocimiento por el brasileño de sí mismo para conocer a su pueblo; estrategia que nace de la percepción del extravío ante lo intempestivo de los cambios. El trabajo de este grupo es parte de un proceso que se abre en América Latina tras la publicación de Ariel (1900), del filósofo y político uruguayo José Enrique Rodó; obra que llama a nuestra América a deslindarse de influencias extranjeras para comenzar a generar su propia conciencia como pueblo libre. La generación del novecientos, tanto en la América española como en el Brasil, se siente intérprete de ese mensaje e intenta transmitirlo a sus contemporáneos. El llamado a las generaciones jóvenes latinoamericanas para generar pensamiento propio y original es recurrente en muchas obras que acompañan el cambio de siglo.

Estos precursores del panegírico nacionalista abren el proceso de oficialización del discurso en el Brasil, tanto en los círculos académicos, como a través de la construcción de una conciencia popular o "memoria colectiva". Dicho proceso se acelera con una conciencia de post-guerra (luego de 1918) que descubre a la historia anterior demasiado apegada a modelos y esquemas europeos, que no condicen con el acontecer y las necesidades del Brasil. Parten a la búsqueda de una historia real, no falsificada, que evidencie el verdadero sustrato de los hechos. Se da cabida a la historia reciente como objeto de estudio y se apuesta a una "flagelação histórica"3 que desentrañe la esencia del pasado. El entusiasmo por la educación es creciente y archivos, bibliotecas, museos y principales medios de divulgación de la historia pasan a estar monopolizados por este nuevo grupo de historiadores.

Sergio Buarque de Holanda, erudito historiador brasileño, sostuvo que la producción historiográfica local estaba plagada de anclajes en las realizaciones europeas y que dichas ideas tenían tanto arraigo en los historiadores que, en ocasiones -las más de ellas- le hacían colocarlas por encima de su responsabilidad de contar los hechos. La producción biográfica no escapa a estos "vicios", mucho más cuando su escritura significaba "uma distorção da história geral de um periodo para adaptá-la as necesidades do estudo do caráter e da personalidade biografiada".4 La construcción de vidas personales superaba a las obras de historia política, y procesos enteros se explicaron a partir de grandes personajes, figuras excluyentes que se convertían en realizadores y conductores de la historia del país. Este tipo de historia era considerada "pouco esclarecedora das despostas positivas" de la mentalidad brasileña que identificaba un período histórico con una clase y hasta con una persona determinada.5 Así estas obras se convertirán en una forma de escritura literaria o proto-histórica, al mismo tiempo que un campo fértil para la aplicación de las nuevas herramientas metodológicas adquiridas.

Alberto de Faria: el germen de la primera polémica histórico-metodológica acerca de Mauá

El centenario del nacimiento del emperador Pedro II en 1925, dio paso a la producción de numerosas obras de carácter nacionalista, entre ellas la biografía titulada Mauá - Irineu Evangelista de Sousa, Barão e Visconde de Mauá. 1813 - 1889,6 del legista brasileño Alberto de Faria (1865 - 1931), que inaugura lo que el historiador Wilson Martins ha dado en llamar "historiografía mauasiana".7 Dicho concepto encierra dentro de sí a un conjunto de obras publicadas a partir de 1926 -esencialmente avocadas al tratamiento del género biográfico- que tienen como objeto central de estudio la obra y figura del banquero brasileño. Si bien el examen que sobre dicho concepto hace Martins se circunscribe al análisis de la polémica entre Faria y Edgar de Castro Rebelo dentro del desarrollo de una historia de las ideas en el Brasil, él lo descubre extensivo a toda la producción posterior. Para Martins, la obra de Faria se encuentra dentro de lo que denomina "fase apologética". Según el autor, esta se extiende entre 1926 y 1932 y es sucedida por la "fase polémica", que se desarrolla a partir de la publicación del libro de Edgar de Castro Rebelo. El concepto utilizado responde a lo que biógrafos posteriores -con especial atención en los juicios vertidos por Lidia Besouchet- concluyen ante la lectura del libro de Faria: que se trata de una obra escrita por un hombre de letras que no cultiva la labor histórica, y por ello adquiere ribetes apologéticos, tornándose en una especie de hagiografía.

El biógrafo Faria aborda su labor con una misión primaria: indagar las razones por las cuales durante treinta años, sucedidos a la muerte del banquero, no se ha escrito una obra histórica o literaria al respecto. Pero el libro no resulta en una crítica para toda la producción anterior que omitió referencias al tema, sino que apuesta a edificar un discurso que sirva para reivindicar la labor de Mauá y construir una vida ejemplar a ser imitada por las generaciones. La obra de Faria es un llamado a los jóvenes de su país, a los cuales insta a conocer la labor de Mauá y a caer en admiración de un realizador que fue "virtuoso na fortuna, heroico na adversidade".8 La imagen que se proyecta de Mauá como creador de un Banco, que ordenó la economía del Brasil y la región, y de un estadista que logró trascender a su país y ser a la vez diplomático del Segundo Imperio; intenta impregnar del "espíritu mauasiano" a toda una generación literaria que considera referente para las masas crédulas: Azevedo Amaral, Virgilio de Sá Pereira, Laudelino Freire, Hélio Lobo, Lindolfo Collor, Tristão de Athayde, V. Licinio Cardoso y Paulo Prado. Es un libro que posee una finalidad: apelar a la acción de esta joven generación a fin de marcar nuevos rumbos en el Brasil; y el modo de llamar la atención de dicha generación lo encuentra utilizando como epígrafe palabras de cada uno de ellos, quienes en diferentes oportunidades han hecho referencia a la figura del empresario brasileño.9

Desde el comienzo pretende demostrar la diferencia radical que se establece entre la actividad pública y la vida privada del personaje; dicotomía profunda con la que intenta enaltecer aún más la figura de Mauá. En pos de este cometido realiza afirmaciones tales como que "o esquecimiento de Mauá era de causar maior pasmo, quando, em todos os angulos deste paiz, havia em obras de gozo público, o attestado, palpitante de sua passagem, em cada patrimônio municipal ou estadoal a conta do debito de um estatua merecida - 'uma en cada Estado do Brasil' como escriveu Aluizio Azevedo"; para más tarde agregar que sus "filhos e netos, aos quaes feria o espinho cruel da injustiça da sorte e da ingratidão nacional, tragando resignados e silenciosos um dôr que não reagia; os propios livros commerciais, os seus e os de emprezas que creou, já não se sabia por onde andavam".10 A esta conclusión arriba luego del análisis de numerosas fuentes: copiosos archivos personales que obtuvo de familiares y amigos del banquero; documentos oficiales fruto de la búsqueda en archivos públicos del Brasil -amén de que acusa a círculos poderosos de ocultar información-; sustanciosas entrevistas con algunos actores que convivieron con el empresario; bibliografía tanto local como extranjera -suministrada por amigos epistolares-, y variada prensa de época, las que hacen de esta obra una "reconstrucción" y "resurrección" -como él mismo la denominaba- de la vida finisecular, y una cantera de la cual extraer material para futuros trabajos científicos.11 El se halla conciente de ello y afirma que "alguem escrevera, outra obra entorno da personalidade de Mauá; eu apenas podia fazer e fiz um guia consciencioso [...] Posso regosijar-me pelo que está obteido. Julgo-me mais feliz pelo que espero que outros virão fazer depois de mim".12 Asimismo hace una convocatoria al patriotismo de los brasileños; los insta a colaborar con documentos y testimonios que puedan esclarecer algunos puntos que hayan quedado inconclusos en su obra. Estos procedimientos permitirían a historiadores posteriores una labor más acabada y profunda.13

Ante la lectura de la obra se descubre ese movimiento serpenteante que el autor establece entre lo que llamamos "la vida de Mauá" y la "obra de Mauá". También existe un cierto serpenteo entre la historia del personaje y la historia del Brasil. En la lectura sucesiva de los capítulos, en ocasiones perdemos de vista la figura del banquero brasileño, y el libro se convierte en la narración de la historia político-económica del Segundo Imperio. Muchas veces deja de ser biografía para ser historia; hecho que puede entenderse en la necesidad de generar un contexto para el texto; "telón de fondo" que permita explicar mejor el acaecer de los sucesos.

Desde el punto de vista historiográfico, la investigación de Alberto de Faria significó un estudio pionero respecto al tema. La repercusión de su obra se circunscribió especialmente a los círculos intelectuales del Brasil de fines de los años 20. Tanto es así que podemos leer, dentro de la misma obra, muchos de los cometarios que en dicha época circulaban en los medios de prensa y la producción bibliográfica que se desarrollaba. Azevedo Amaral, haciendo hincapié en un aspecto de la obra de Alberto de Faria, sostiene que en el entramado, el llamado que realiza a las generaciones jóvenes, como mecanismo para conocer la figura de Mauá, inaugura una forma eficaz para el desarrollo de lo que llama "cultura cívica nacional"; es decir, herramientas para generar en las nuevas generaciones un verdadero patriotismo y valores cívicos que poco a poco van circulando. Para Azevedo Amaral, "conocer a Mauá es conocer al Brasil".14 La tarea de descubrirlo está en desenmascarar los fundamentos de la civilización brasileña y las raíces de una nacionalidad brasileña. En ese proceso de descubrimiento la figura de Mauá puede convertirse en centro de atracción de las hostilidades o de veneración cultural de las generaciones venideras. Lo importante, para Acevedo Amaral, es generar el dinamismo, el estímulo crítico que permita a los jóvenes crear un pensamiento brasileño.15

Para Virgilio de Sá Pereira, el Brasil necesitaba un compendio de trabajo crítico, una biografía de Mauá, "e' a de um caixeiro que nós vamos tirar de traz do balcão para a scena aberta da gloria; é a de um negociante fallido que vamos deprecar na ignominia de sua bancarrota para que nos rehabilite a nós, seus juizes, com a sua sentença que é o perdão".16  Este mismo autor sostiene la necesidad de deslindar los prejuicios en torno a la figura del banquero, de modo de poder articular un juicio autorizado a través de una investigación rigurosa. El conocimiento nos otorga la potestad de emitir un juicio válido acerca de las actitudes del banquero y una apreciación cabal de las mismas. Laudelino Freire retoma las ideas de Sá Pereira y sostiene, asimismo, el carácter ineludible de construir su biografía, por la fecundidad de su labor, por el desconocimiento y el olvido que existe entre contemporáneos, y por su utilidad concreta como herramienta de conocimiento.

He aquí un punto en el que debemos detenernos. Todas y cada una de las valoraciones que encontramos acerca de la obra de Alberto de Faria están contenidas dentro de su propio libro, no obstante deberíamos creer en la pluralidad de voces que se esconde detrás de la obra. Para algunos, esto es así, y el libro refleja todo el pensamiento de la época acerca de la repercusión y la calidad del libro. Otros, por su parte, sostienen que lo que está contenido en el libro es la palabra de una generación que se descubre como intérprete y a la vez transmisora del discurso de Faria, ante lo que ellos determinan como la pasividad y el desinterés de sus contemporáneos; pero que en realidad se trata de un libro que no refleja el sentir colectivo.

En cuanto a sus referentes en el género biográfico, el autor se sitúa claramente como afiliado al modo de narrar de James Boswell17 (1740 - 1795), y en él encuentra la excusa para no ser calumniado como falto de estudio o de sinceridad. Pero a su vez localiza en el escritor escocés un defecto que le separa: la "doença de admiración de la que Macaulay ya advertía a los historiadores".18 Y en cierta medida aunque posee un tono hermético y el carácter de crónica en muchos de sus pasajes, peca de lo que desea eludir, al generarse un diálogo cómplice entre narrador y biografiado; instantes donde quien escribe le otorga voz al personaje y lo hace hablar para afirmar y dar mayor autoridad a sus palabras; lo enaltece y prodiga loas interminables que discurren por varias páginas sucesivas. Para el autor todos los procesos que involucran a Mauá tienen un carácter extraordinario, y la ignorancia de la que muchos lo acusan explica en mayor grado ese carácter que lo eleva por encima de sus pares. Sin embargo, Faria no reniega de su afecto hacia el biografiado; es conciente de que su estudio no apunta hacia una total objetividad, sino a avivar el culto al personaje. El no cree construir una apoteosis, porque a ésta ya la ha dejado Mauá impresa con su vasta tarea y se trasluce en testimonios de sus contemporáneos.       

Su base para concebir el nacimiento de ese "hombre-época" se explica en la idea lanzada por Alphonse de Lamartine en 1856, a propósito de la carencia de espíritus elevados en el contexto mundial, exceptuando escasas naciones, entre las que se señalaba al Brasil. El autor francés percibía al país norteño como terreno fértil para el surgimiento de naturalezas que lograran trascender las luchas intestinas que consumían a las repúblicas americanas. Según Faria, no es imposible que las imágenes de Mauá y Pedro II estuvieran en la mente de Lamartine al lanzar estos juicios; e intuye que en los numerosos viajes de Mauá a Europa éste podría haber trabado amistad con el escritor francés. A esta explicación acompaña pinceladas de un determinismo que basa la generación de grandes hombres en una "Naturaleza" que conspira para que este hecho pueda consumarse. En Mauá existe una convicción mesiánica -según Faria- del rol que le cabía en la sociedad de su tiempo. Era un hombre que estaba preparado, como había manejado Thomas Carlyle tiempo atrás, para ser un transformador. Al igual que el escritor inglés, para él existen una clase de hombres que están por encima del resto, que logran ejercer su influencia por sobre sus subalternos. Para Faria se combinan en la medida justa la Gracia Divina, la Naturaleza, y la misma capacidad innata del hombre para aceptar el desafío. Mauá es un 'prototipo', es la clase de persona a imitar y el modelo del hombre brasileño de finales del siglo XIX. Así afirmará que "quando surge, porém, das profundezas do desconhecido, uma pedra preciosa singularmente facetada, é preciso indagar que mão de homem ahi trabalhou. Num espirito tão admiravelmente formado como o de Mauá, parece impossivel que a inspiração de uma philosophia, as theorias de uma escola, ou o fanatismo de uma seita, não tenham collaborado, introduzindo de um jacto as conquistas da intelligencia de muitas gerações".19 Así lo denomina "super-hombre", "iluminado", "predestinado a grandes cosas" y hombre al que "le estaba destinada una tarea universal".20 Además, a las capacidades innatas de Mauá se suman un fervoroso candor religioso y un idealismo filosófico, que lo convierten en un "apóstolo do progresso".21  

Mauá es observado por el autor como un articulador del Imperio; posición que comparte con dos personajes que supieron estar a la altura del banquero: el emperador Pedro II y el duque de Caxias. Según Faria, cada uno de ellos cumplió con su "função histórica"22 respondiendo al llamado y asumiendo el papel al que la Historia les enfrentó. Pero es Mauá -al decir del autor- el único olvidado a la vera del camino en la construcción de la unidad nacional. Los historiadores lo aplazan hacia un espacio secundario, dando cabida a personalidades menos trascendentes; y es objeto de Faria reivindicar su imagen, situándolo en el lugar merecido por su actividad. Según el autor, este "involuntario" olvido se debe a que Mauá "não foi só o braço realizador, foi o precursor, foi a idéa, foi o executor no momento opportuno e foi, em repetidas vezes, até o capital que faz as obras".23 Así, en defensa de sus argumentos, critica lo timorato de la afirmación del historiador Tobias Monteiro al sostener: "Mauá teria sido o creador de um Imperio"; cuando en realidad debió decir: "Mauá foi um dos fundadores do Imperio".24 Pero este desconocimiento también lo hace extensivo a muchos de los contemporáneos del industrial, quienes no supieron justipreciar la figura magnánima del banquero.25        

La prematura desaparición física de Faria, el 29 de noviembre de 1931, nos privó de una producción más fecunda. No obstante su obra desató una dura polémica entre Edgar de Castro Rebelo por una parte -quien publica su obra en 1932- y Cláudio Ganns y su hijo Octávio de Faria por otra.26

Edgar de Castro Rebelo: Una respuesta desde el marxismo

           

La obra escrita por Alberto de Faria, sumada a una conferencia realizada por el autor antedicho el 23 de octubre de 1925 y publicada en el Jornal do Commercio,27 se convierten en leit motiv que impulsan a Edgar de Castro Rebelo a 'restaurar la verdad'. Así en 1932 sale a la luz Mauá - Restaurando a verdade.28 Dicha obra fue publicada de forma parcial en la Revista "Cultura" de Río de Janeiro en diciembre de 1929. Los últimos ocho capítulos permanecieron inéditos hasta 1932, debido a la intervención policial que desembocó en el cierre y clausura de la publicación dirigida por Francisco Managbeira. Así nace la obra de Castro Rebelo como contestataria a la que él llama hegemonía de la obra de Faria, cultivada por espíritus poco críticos que apuestan al monopolio de la producción histórica. Sale a quebrar la monotonía de un coro de "bosbaques"29 para disuadir al biógrafo de cumplir con su promesa de mantener la defensa de la verdad histórica.30  Se ubica desde una posición intermedia entre lo que considera los dos 'tipos de historiadores' a los que se debe repudiar: los historiadores patrióticos, quienes pergeñan una forma de narrar la historia que escapa a los hechos para afirmar una idea o concepto forjador de la "patria"; y los denigradores sistemáticos, que al igual que sus contrarios desfiguran la verdad histórica en provecho propio.     

           

Para Edgar de Castro Rebelo, las causas que llevaran a Alberto de Faria al abordaje de Mauá como sujeto y objeto histórico le parecen una "explicação pueril", y el desarrollo de la obra hace pequeño el lugar de Mauá en la historia brasileña. Para el autor, la obra que lo antecede es intencionalmente política, una apología incondicional al individualismo, que pertenece a "um dos peores géneros de historia, a historia encomiástica".31 Es en este punto que podríamos coincidir con Castro Rebelo sino fuera por el carácter destructivo de su obra, que intenta en muchos de sus pasajes oponerse radicalmente a la obra de su predecesor. Para Castro Rebelo, no habría que atacar a la obra si esta se sustentara en bases sólidas de explicación, de carácter científico, hecho que no acontece durante todo el trabajo.

Mientras que para Faria existe una predestinación en el financista para las tareas de gobierno y sus labores comienzan luego de 1850, cuando acude a asistir la plaza sitiada de Montevideo, para Castro Rebelo la posición de Mauá dentro de la política imperial resulta de la relación natural que existe entre un Estado capitalista y un financista. Este segundo polo de la relación está íntimamente ligado a la figura de Mauá. La inversión del riograndense no implica un desprendimiento, dada la inmensa riqueza que poseía. Era un simple negocio donde colocaba "as sobras"32 y todo aquello que hubo de conseguir, a lo largo de su vida, resultó de sus vínculos personales y del aprovechamiento de los mismos para obtener una buena ubicación, gracias a lo cual lograba salir bien parado en todos los avatares vividos por el Imperio brasileño. A partir de explicar el desprendimiento que Mauá hace de su dinero -en Castro Rebelo un tema recurrente- Faria tergiversa los hechos, cambia las palabras, no respeta ni siquiera los testimonios a los cuales hace referencia. El ejemplo que prueba esta tergiversación puede hallarse en los vínculos que Faria establece entre Saint Simon y Mauá. Castro Rebelo sostiene que no habría existido ninguna relación entre un banquero esencialmente liberal y uno de los precursores del socialismo moderno. Los economistas predilectos de Mauá habrían sido en su juventud John Stuart Mill y Jean Baptiste Say; datos que le suministra la Exposição aos credores e ao público. Sostiene Castro Rebelo, que si no fuese por la celebración del centenario de la muerte de Saint Simon no hubiese pasado por la cabeza de Faria establecer el más mínimo vínculo entre los dos personajes. 

Según el polemista, la tarea constante de enaltecimiento de Mauá, a partir de todos los hechos que se relatan en el libro, no hace otra cosa que acabar en el efecto contrario al buscado por Faria. Para Castro Rebelo, el ansia de Faria de enaltecer al personaje lo ciega en el estudio científico del biografiado. Faria no hace otra cosa que una afirmación constante de carácter sobrenatural, donde "passa do romantico ao maravilhoso"33 de manera constante. El hondo dramatismo que da a cada uno de sus relatos, el uso recurrente de términos como "batalha", "refrega", "vencedor" y "vencido", "batalha en campo aberto", "de perto descuberto"; que no son otra cosa que caracteres de una discusión parlamentaria, ciertas desavenencias con el Emperador, etc.; redundan en una disminución de credibilidad del discurso. A este respecto, Castro Rebelo afirma en el capítulo X de su obra que "tem-se a impressão de que o biographo procura por todos os meios impedir que alguem lhe dispute o primado nos dominios da phantasia. Para que não falte uma pedra ao pedestal do héroi nem o mais grosseiro dos anachronismos o embaraça".34 Más que educar a los jóvenes de la época en las virtudes del banquero, los seduce y no descubre la verdadera esencia de la obra, que se expresa en los intereses de una clase en un momento determinado. Porque para Castro Rebelo no existe, por delante de la capacidad personal, otra cosa sino el interés material en cada uno de sus actos. Mauá como financiero en ningún momento deja de fijar su atención en los posibles réditos que cada una de las acciones que lleva a cabo pueden generarle. Sería idílico pensar en ese carácter extraordinario sin tener en cuenta la verdadera esencia de la actividad comercial. Es sugerente leer los últimos párrafos de la obra de Castro Rebelo. Según este autor, la biografía de Mauá podría enmarcarse dentro de la historia económica del Brasil, y sólo ésta podría explicarla. El no niega que Mauá haya sido el precursor de un tipo social, de una burguesía comercial finisecular, y un vehículo apto en la concreción de los proyectos del Imperio. No obstante, no le adjudica el carácter supra-racional de Faria; por el contrario, en su obra sostiene que él no pretende hacer una biografía de Mauá, sino que simplemente recurre a responder a lo que considera una falsificación de la historia. Para él, la biografía de Mauá está por hacerse.35

Para Wilson Martins,36 estudioso de la polémica que mantuvieran Alberto de Faria y Edgar de Castro Rebelo, la cuestión del dinero fue una temática que se instaló desde fines del siglo XIX en el debate del Brasil. Y sin dudas, en esa cuestión del dinero, la figura de Mauá era un punto de referencia ineludible a la hora de hablar de las fluctuaciones y comportamiento del mercado brasileño y su economía. La obra de Faria - según Martins- se constituyó en una especie de mitología en torno al banquero, y la de Castro Rebelo, que en teoría permitía restaurar la verdad, se convirtió en un libro discutidísimo y discutible, pues se posicionaba más contra Alberto de Faria que contra Mauá.37 Lo paradójico es que ambos tenían razón en el conjunto de los hechos, pero no tanto en los pormenores a la hora de contarlos. Comparte Martins con Castro Rebelo que la intención de Faria de considerar a Mauá un "herói legendário" y "missionário combatente", disminuía sus verdaderos méritos. Pero quizá Castro Rebelo no utilizó las mejores herramientas en el discurso para contrarrestar la obra de su predecesor. Se afilia también a Castro Rebelo en la afirmación de que todas las actividades de Mauá estaban sustentadas por el interés comercial de la usura y del rédito. Así concluye Martins que "ambos falharam, por conseqüência, na visão objetiva de Mauá, na isenção científica com que o deviam ter estudado; mas, para dizê-lo desde logo, a atitude de Alberto de Faria me parece, com todos seus enganos, mais, impregnada de nobreza que a de Castro Rebelo com todos seus acertos".38 El primero contaba con las carencias de la formación metodológica poco versada, mientras que Castro Rebelo, cegó su perspectiva para aniquilar a su predecesor y su obra se convirtió en una afirmación empecinada de sus convicciones políticas. Martins nos introduce en la idea de que Faria desde su lirismo construyó escuela, amén de que en 1931- 32, luego de la publicación de ambas obras, todo estaba por hacerse, confirmando la afirmación realizada por Castro Rebelo. La obra de Castro Rebelo revela una elevación de la doctrina marxista que lo lleva a adscribir todas las acciones del banquero a mezquinos intereses personales. La obra de Alberto de Faria era "pueril"; la de Castro Rebelo "extravagante".39

Lidia Besouchet. Construcción histórica desde el exilio                                                                               

Con la publicación de Mauá y su época (1940) y O pensamento vivo de Mauá (1944), de la historiadora riograndense Lidia Besouchet,40 comienza en el Brasil la "producción de corte científico" respecto a la figura de Mauá. Nos referimos a "producción científica" en el sentido del nacimiento de los primeros trabajos eruditos y rigurosos, en cuanto al análisis heurístico y hermenéutico de las fuentes, realizado por individuos dedicados a la labor histórica propiamente dicha.

Ambas obras son escritas desde el exilio, puesto que luego de vivir los avatares y la convulsión de la revolución de 1935 en Río de Janeiro y San Pablo, junto a su esposo, el periodista Newton Fleitas, Besouchet decide confinarse primero en Montevideo (1937) y luego en Buenos Aires durante diez años. Por tanto la producción de dicha historiadora se conoce primero en lengua extranjera y fuera del contexto que la vio nacer, y del que es oriundo el personaje de que trata. Este hecho circunstancial permite que la figura de Mauá sea descubierta en la región, en una época de crecimiento de la polémica en relación a su influencia y a los alcances de su accionar.

En cuanto a la finalidad de la primera de las obras mencionadas, Mauá y su época,41 resulta en resucitar los restos de la polémica entre Alberto de Faria y Edgar de Castro Rebelo, no restringiéndose a ella, sino colaborando para la construcción de una nueva "historia mauasiana". Intenta abrir un ciclo, que si bien reconoce a ambos escritores como pioneros en los estudios respecto del banquero brasileño, intuye que deben ser superados para edificar una historia más fidedigna. El contacto con los archivos inéditos de las familias uruguayas Caviglia y Terra en Montevideo, la afirma en su convicción de que aún existen "huecos" que llenar en la narración histórica en relación a Mauá; inquietud que sabe compartir con el lector en sus obras.

Como característica distintiva encontramos que este trabajo42 utiliza a Mauá como pretexto para explicar el desarrollo económico del Brasil decimonónico; es la excusa para señalar caracteres de un proceso mucho más amplio. Es por ello que no considera exagerada la afirmación de Edgar de Castro Rebelo de que "escribir la historia de Mauá es escribir la historia económica del Imperio".43 Así, la obra se convierte en una reivindicación de Mauá como un hombre fuera de época, un individuo que intentó imponer cambios científico-tecnológicos para los que los brasileños no se hallaban preparados. El anacronismo que se establece entre el "tiempo de Mauá" y "el tiempo del Brasil" lo convierten en un personaje que debe medir sus fuerzas frente a las de un medio atrasado en relación a sus impulsos modernizadores. No obstante ella misma lo establece, su idea no resulta en ver a Mauá como "un héroe de la estrechez del ambiente" o "un santo del progreso", pues ello resultaría en sustraerlo "al juzgamiento verdadero de los valores sociales en él representados".44 El carácter heroico que le otorgara Alberto de Faria -según lo sostiene Besouchet- lo sobrevalora y no profundiza en la relación natural hombre-medio, que es la que explica de forma real la trascendencia de Mauá y permite discernir de modo científico ese antagonismo temporal. Para Besouchet, ese medio además de resultar atrasado está presionado de forma constante por elementos extranjeros que lo limitan. Es claro que refiere a la influencia inglesa que se traslada desde Portugal al Brasil para perpetuarse. Ese dominio no permite el desarrollo y posterior afianzamiento de una "burguesía brasileña", grupo del cual forma parte Mauá. Sin embargo, considera que el banquero es el único individuo que con sus capitales logra enfrentar al poder inglés. Vemos en la autora una tendencia a considerar la apropiación de un hombre como héroe por parte de un pueblo que necesita de símbolos, y no de un personaje que se encumbra por causas que trascienden a la razón. Por todo esto es que intenta dibujar primero el contexto en el que se mueve el personaje. Hace hincapié en que dicha tarea es ineludible, pues no se debe llegar a confundir -como lo habrían hecho sus predecesores- el mundo brasileño con el de otras sociedades con mayor grado de desarrollo. Afirma que muchos autores importan estructuras europeas sin reparar en las características distintivas del contexto brasileño. Esto redunda en afirmaciones forzadas y conclusiones erróneas, y en la construcción de historias irreales y poco afianzadas en la realidad del país.

Este trabajo intenta además estudiar a Mauá como comerciante, industrial, financista y político -tarea que retomará en O pensamento vivo de Mauá- y el modo en que estas cuatro facetas van mezclándose en este individuo singular. Mauá es punto de partida, simiente para el proceso modernizador republicano, herramienta para un futuro progreso. Pero contrario a lo que sucede con muchos personajes históricos que con el tiempo pierden trascendencia, Mauá aún "medio siglo después de su muerte, [se observa] como la más expresiva y más fuerte figura que dio Brasil en el terreno de las realizaciones prácticas, como el máximo exponente de la era industrial brasileña".45 Esto reformaría el concepto de Faria cuando descubría el olvido a que se había expuesto al banquero. Quizá Besouchet y sus continuadores recogieron la posta dejada por Faria y Castro Rebelo, que llamaban a las jóvenes generaciones a interesarse por Mauá. No obstante, Besouchet, años más tarde, afirmaría en contrario: "meso hoje, Mauá e enaltecido, humilhado e negado, porem permanece desconhecido".46

           

Pero la labor investigadora de la autora no cesó, sino que cuatro años más tarde publicó O pensamento vivo de Mauá.47 Dicho libro formó parte de un proyecto que intentaba estudiar a aquellos hombres que habían dejado huella en el mundo moderno, a través de historiadores que se hallaren afines a la investigación del personaje en cuestión.48 Para la autora, no obstante, la figura de Mauá no podría compararse con la de los demás individuos estudiados por la colección, pues sus actividades no se circunscribían al "pensamiento puro" y a las ideas, sino que incluían la acción. Como característica distintiva de esta segunda obra podemos señalar una profundización en la temática del proceso evolutivo entre el Brasil "capitalista-comercial" y el Brasil "industrial". La autora establece que el Primer Reinado (Pedro I) resultó de gran atraso, pues las deudas eran tan abultadas -primero con Portugal y luego con Inglaterra- que no se podía apostar a un crecimiento sostenido. Las necesidades cotidianas no permitían un desarrollo del Brasil a más largo plazo. El país solventado por el trabajo esclavo, se convertía en una herramienta de supervivencia, jamás de desarrollo. Pero nadie se atrevía siquiera a pensar en un régimen distinto. Es con la Regencia y las propuestas del Padre Feijó cuando comienza a ponerse en cuestión el régimen esclavista y de dependencia económica. Feijó encarama tras de sí a un grupo con el que intenta modificar las estructuras nacionales, y resultan en bastión al que regresará la generación de Mauá, la generación del Segundo Reinado. Será la Regencia el fundamento del impulso modernizador; el Segundo Reinado la concreción de ese impulso. En este intento el banquero comprometería todo su capital y ello lo llevaría a la quiebra.

           

Otro tema interesante que ya había comenzado a esbozar en Mauá y su época, y que ahora retoma, es el carácter americano de Mauá, su proyección más allá de fronteras. Ese carácter lo lleva a establecer industrias y empresas en el Uruguay y la Argentina; y a convertirse en una herramienta del Imperio. Esta cuestión lleva a Lídia Besouchet a considerar trascendente la publicación de la correspondencia de Mauá con diversos personajes relevantes en la política platense. Así publicó en dos tomos la Correspondencia política de Mauá no Rio da Prata: 1850 - 1885. El primero dedicado a la correspondencia con figuras uruguayas; y el otro a las comunicaciones mantenidas con líderes argentinos. Serán las fuentes que utilice Besouchet años antes para la confección de Mauá y su época. Para Besouchet, esta obra nos enfrenta a un banquero inmiscuido de modo frecuente en los avatares rioplatenses. Un hombre sin partidismos y que sigue a aquellos gobernantes y políticos que considera útiles para la práctica de su actividad.

En esta obra también descubrirá cierta predestinación de Irineo Evangelista de Sousa -fruto de su entorno- hacia las tareas comerciales. Así sostendrá que "Irineu Evangelista, de pais quase anônimos; sua infância sem instrução; sua juventude presa aos balcoes de uma loja e mais tarde encaminhada para uma cultura inglesa - quase abstracta para o ambiente nacional -, para compreendernos que Mauá jamais poderia surgir no panorama brasileiro como político astuto; um dirigente eleitoral, ou grande orador parlamentar"; afirmación similar a la de Alberto de Faria y tan criticada por Castro Rebelo respecto a la humildad de su origen y a lo sobrenatural de los objetivos alcanzados.  Más adelante agrega, en idéntico sentido, que "sua infancia e a educação rudimentar, incompleta, prática e estrangeira, determinam a direção central de sua vida: comércio, comércio, comércio".49 Así su autodidactismo, en todos los rubros, coadyuvó para su originalidad; autodidactismo que puede reflejarse en el léxico utilizado en su correspondencia. Como observa, es un hombre real, un hombre que "erra, erra, erra fantástica e fragorosamente" y eso lo hace humano. Le quita todo aquel halo sobrenatural impuesto por Faria, y no entiende como "podia desconhecer tanto o ambiente en que atuava".50 Ve en cada carta errores de apreciación, fruto de un carácter soñador y utópico; carácter que no cambia en esos treinta años que abarca el intercambio epistolar. En él, Mauá es "tosco em expressões, movendose ás vezes com uma ingenuidade de menino, mas ativo, empreendedor, no meio das acesas lutas do ambiente platino e nacional".51 Nos descubre un Mauá de poca preparación teórica, atado a la cultura liberal inglesa y francesa, que sucumbió ante hombres más letrados en las polémicas parlamentarias y en la prensa; pero que a diferencia de sus contrincantes transformaba su discurso en acción. El desconocimiento del entorno, una carencia de puntos de referencia y un exceso de individualismo, que lo llevan a la ruina, son resaltados por la autora. Así "caiu vencido ao cabo de longos anos de luta, depois de ter em vão tentado contruir um edificio sólido sobre as areias movediças do ambiente da época".52

Amén de estas variadas obras producidas por la escritora nacida en Porto Alegre, quienes escribieron en los años sucesivos dejaron de lado sus trabajos y el de Cláudio Ganns, y dieron un paso atrás al fijar la atención sobre las coincidencias y disidencias entre Alberto de Faria y Edgar de Castro Rebelo.53

 

Citas y Notas:

1. Irineo Evangelista de Sousa (1813 - 1889) cajero, comerciante, banquero y financista; fue un gran referente de la política del Brasil durante el reinado de Pedro II (1831 - 1889). Con establecimientos bancarios en Argentina y Uruguay se convirtió en personaje influyente respecto de muchos gobiernos, tanto por su apoyo económico como por su influencia política. Se le adjudica un rol determinante en la campaña de Caseros (que condujo a la derrota de Juan Manuel de Rosas) y en la Guerra del Paraguay. Fue importante figura en su país debido a la construcción del astillero Ponta da Areia y la realización de innumerables obras públicas. La crisis de 1874 lo determinó en quiebra y fue el comienzo de su caída en desgracia, tanto en su país como en la región. Hasta el día de hoy es considerado por la historiografía brasileña como una de las figuras más importantes en el proceso de construcción nacional.

2. Es destacable también la tarea de Euclides da Cunha (Os Sertões, 1902); Manoel Bonfim (A America Latina, 1905); y la labor acometida desde la Academia Brasileira de Letras y el Instituto Histórico y Geográfico Brasileiro. A ellos se suman Francisco José de Oliveira Viana, Manuel Oliveira Lima, Gilberto Freire y João Pandiá Calógeras entre los más representativos. 

3. Clodomir Viana Moog, Bandeirantes e pioneiros (São Paulo, Editora Globo, 1954).         [ Links ]

4. Sergio Buarque de Holanda, "O pensamento histórico no Brasil" en José Honório Rodrígues, Teoria da História do Brasil. Introdução Metodológica (4ta. Edic, São Paulo, Companhia Editora Nacional, 1978), 34-206.         [ Links ]

5. Así "se conhece o Brasil Reino pelo livro de Oliveira Lima sobre D. João VI, o brasil do Primeiro Reinado pela vida de D. Pedro I, e a Regencia pelas biografías de Bernardo Pereira de Vasconcelos, Diogo Antônio Feijó, Evaristo da Veiga y José Bonifacio, de Otávio Tarquínio de Sousa, o Segundo Reinado pelo D. Pedro II de Héitor Lira, a vida de Visconde do Uruguay de José António Soares de Souza, a vida de Nabuco de Araújo, de Joaquim Nabuco, e a vida de Justiniano José da Rocha, de Elmano Cardim; a República pela vida de Benjamín Constant, de Miguel Lemos, as biografías de Rui Barbosa, a de Joaquim Nabuco por Carolina Nabuco e Luis Viana, a de Afrânio de Melo Franco por Afonso Arinos de Melo Franco, a de Antônio Prado por Nazareth Prado, a de Deodoro da Fonseca por Raimundo Magalhaes Jr., a de Alberto Torres por Barbosa Lima Sobrinho e a de Eduardo Prado por Cándido Motta Filho". Sergio Buarque de Holanda, Op. cit. p. 210. 

6. Alberto de Faría, Mauá - Irineu Evangelista de Sousa, Barão e Visconde de Mauá, 1813-1889 (São Paulo, Paulo Pongetti & Cía, 1926), 604 pp.         [ Links ]

7. Wilson Martins, História da inteligência brasileira (São Paulo: Cultrix, 1978), vol. III 1855 - 1877, vol. IV 1877 - 1896; y vol. VI 1915 - 1933.         [ Links ]

8. Alberto de Faría. Op.  cit. Las palabras citadas están contenidas en la dedicatoria de la obra.

9. Azevedo Amaral (Capítulo IV), Sá Pereira (Capítulo XXVIII), Laudelino Freire (Capítulo XXX), Hélio Lobo (Capítulo XX), Lindolfo Collor (Capítulos XVII y XXVI), Tristão de Athayde (Capítulo II), V. Licinio Cardoso (Capítulo III).

10. Alberto de Faría. Op. Cit.,  p. 11.   

11. No deslinda como fuentes de importancia a la Exposição aos credores e ao público y O meio circulante do Brasil, piezas centrales de análisis, pues revelan la voz del protagonista, la reivindicación de un hombre en desgracia; y aclara que llegó a sus manos uno de los pocos ejemplares existentes, pues el desconocimiento acerca de dichas obras era casi absoluto entre sus coetáneos. La negligencia que se produce, debido a la carencia de estudios que refieran al tema, resulta tan peligrosa que lo impulsa a afirmar que si esta situación no se revirtiera en pocos años, la figura de Mauá caería en un profundo "olvido". Tanto que sostiene que su muerte "no fue la de un héroe, sino la de un monje". Y en esa tarea de rememoración, en pos de reavivar la figura de Mauá, solicita en 1923, al presidente Arthur Bernandes (1922 - 1926), el nombre del barón y vizconde para la estación ferroviaria "Praia Formosa", punto de confluencia de las vías construidas por el banquero a finales del siglo XIX.

12. Alberto de Faria. Op. cit., p. 16.

13. Ibídem,p. 18.

14. Ibidem., p. 96.

15. Ibidem., pp. 93-95.

16. Ibidem, pp. 88-89.

17. James Boswell, escritor escocés, se erigió como el gran biógrafo de quien fuera su amigo el también escritor Samuel Johnson. Abogado de profesión -al igual que Faria- estudia en Glasgow, Edimburgo y Utrecht. Entre sus obras de mayor conocimiento están el Informe de Córcega (1768); Diario de Viaje a las Hébridas (1785); y Vida de Samuel Johnson (1791). A través de su vínculo con Johnson entra a formar parte de un grupo literario en donde hallaban cabida Edmund Burke, el actor David Garrick, el pintor Joshua Reynolds y el escritor Oliver Goldsmith. 

18. Alberto de Faría. Op. cit., p. 18. La traducción española de "doença" es enfermedad o achaque.

19. Alberto de Faria. Op. cit., p. 106.

20. Ibidem, p. 107.

21. Ibidem, p. 108.

22. Ibidem, p. 19.

23. Ibidem, p. 43.

24. Ibidem, p. 47.

25. Acusa a Pedro II como uno de los grandes responsables de esta actitud de desidia. Si bien las cuestiones internacionales generaron el quiebre en las relaciones entre Mauá y el Emperador, Faria sostiene que Pedro II olvidó rápidamente toda la colaboración que había recibido de Mauá tanto en la resolución de los conflictos internos como así también regionales. Haberse convertido en el "peligro brasileño" por sus vinculaciones con el partido conservador y su relación con Andrés Lamas lo hicieron caer en desgracia. También las pérdidas que le ocasionó la Guerra del Paraguay, a la que su carácter férreo y conciliador -además de sus intereses comerciales- se oponía, sumaron a la debacle definitiva luego de la crisis de 1874.

26. Tras la publicación de Mauá - Restaurando a verdade por Castro Rebelo en 1932, como obra en respuesta a la escrita por Faria, una furibunda respuesta del hijo de éste no tardó en publicarse en el Jornal do Commércio. Castro Rebelo recoge el guante y responde en el mismo periódico al publicar una nota titulada "Mauá e a verdade histórica" (11 de diciembre de 1932). Diez años más tarde se reaviva la polémica con el prologuista de la Autobiografía de Mauá el Sr. Cláudio Ganns. Este último autor, quien no esconde su admiración hacia Faria, realiza numerosas críticas a Castro Rebelo en su Prólogo y las repite en un artículo titulado "A propósito da 'Autobiografía' do Visconde de Mauá" en la Revista do Brasil (número 51, septiembre 1942). Entre ambas expresiones se produce la réplica de Castro Rebelo en la misma revista con un artículo titulado "Mauá, de novo Mauá" (números 46-49, abril-julio 1942).

27. La alocución a la que referimos es la realizada en la Liga de Defensa Nacional y publicada en el Jornal do Commércio el 23 de octubre de 1925 bajo el título de "O Visconde de Mauá". Los datos de la segunda conferencia no se han determinado pues no se ha dado con el documento que testifique su título y contenido.

28. Edgar de Castro Rebelo, Mauá. Restaurando a verdade (Rio de Janeiro: Universo, 1932), 202 pp.         [ Links ]

29. No tiene una exacta traducción al español, pero se entiende como "fracasados".

30. Edgar de Castro Rebelo. Op. cit., p. 7.

31. Ibidem, p. 11.

32. Ibidem, p. 16.

33. Ibidem, p. 32.

34. Ibidem, pp. 63-64.

35. Ibidem, p. 202.

36. Wilson Martins, História da inteligência brasileira III, 1855 - 187 (São Paulo: Editora Cultrix, 1977), 554 pp.         [ Links ] Del mismo autor História da inteligência brasileira VI, 1915 - 1933 (São Paulo: Editora Cultrix, 1978), 596 pp.         [ Links ]

37. Wilson Martins. História da inteligência brasileira III (1855 - 1877), p. 206.

38. Ibidem, p. 208.

39. Wilson Martins. História da inteligência brasileira VI. (1915 - 1933), p. 512.

40. Lidia Besouchet nace en Porto Alegre y cursa sus primeros estudios en Minas Gerais y Vitoria. Dentro de las obras de Lidia Besouchet podemos distinguir la profusa construcción de ensayos y romances. Entre los primeros citamos: Mauá y su época; Buenos Aires, América Económica, 1940; Correspondência política de Mauá no Rio do Prata; São Paulo, Editora Nacional, 1944; O pensamento vivo de Mauá; São Paulo, Livraria Martins Editora, 1944; Rio Branco e o Segundo Reinado; Rio de Janeiro, 1944; José María da Silva Paranhos; Buenos Aires, 1944; O Barão do Rio Branco e as relações entre o Brasil e a Argentina; Rio de Janeiro, 1949; y Exilio e morte do imperador D. Pedro II; Rio de Janeiro, 1975. Los romances más difundidos fueron: Condição de Mulher; Buenos Aires, 1945; Ipê; Rio de Janeiro, 1948; y Caribé; Rio de Janeiro, 1983.

41. Lidia Besouchet, Mauá y su época (Buenos Aires: América Económica, 1940).         [ Links ]

42. Respecto de la estructura formal del libro, encontramos que se divide en tres partes con características peculiares y distintivas: Primera parte: Titulada "El medio social, económico y político", se permite sacar una fotografía al Brasil del siglo XIX atendiendo principalmente a las relaciones del Imperio con Inglaterra. En sus capítulos recorre un proceso que se extiende desde el arribo de la Familia Real portuguesa al Brasil, hasta el final del Segundo Imperio y el comienzo de la República Velha.
Segunda parte: Comienza a circunscribir la narración a la vida y actividades de Mauá. A través de diez capítulos se intenta discurrir en torno a sus realizaciones dentro de lo que la autora denomina como etapa de "capitalismo comercial". Enfrenta a un hombre y a un siglo en una narración repleta de datos útiles y referencias precisas de personas y lugares.    
Tercera parte: Demuestra cómo a través de una revolución tecnológica se produce el  pasaje en el Brasil de un "capitalismo comercial" a un "capitalismo industrial" atendiendo a las dificultades que dicho cambio acarrea. Descubre a un Brasil de ritmos lentos en el que Mauá es figura trascendente.

43. Lidia Besouchet. Mauá y su época, p. 226.

44. Ibidem, p. 12.

45. Ibidem, p. 232.

46. Lídia Besouchet, O pensamento vivo de Mauá (São Paulo: Livraria Martins Editora, Biblioteca do pensamento vivo, 1944)  p. 23.         [ Links ]

47. Cfr. Lídia Besouchet. O pensamento vivo de Mauá.

48. La publicación fue lanzada en quince países en forma simultánea: Argentina, Brasil, Bulgaria, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Noruega, Polonia, Rumania, Suecia y Yugoslavia.

49. Lidia Besouchet,  Mauá en el Río de la Plata. Correspondencia política: 1850 - 1885, p. 5.

50. Lidia Besouchet, Op. cit, p. 5.

51. Ibidem, p. 7.

52. Ibidem, p. 9.

53. Wilson Martins, História da inteligência brasileira III, 1855 - 1877 (São Paulo: Editora Cultrix, 1977) p. 206 y ss.         [ Links ]

 

  

  

 

 

 

 

 

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