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Revista Escuela de Historia

versión On-line ISSN 1669-9041

Rev. Esc. Hist. vol.9 no.1 Salta ene./jun. 2010

 

ARTICULO ORIGINAL

La construcción histórica de una sociedad otrora fronteriza. Cruces con la macro- historiografía

(The historical construction of a society once frontier. Crosses with the macro - historiography)

María Rosa Carbonari
Departamento de Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto, Ruta N° 36-Km 601, Río Cuarto, Córdoba, 5804, mcarbonari@hum.unrc.edu.ar


Resumen:

Desde una perspectiva tradicional, el discurso histórico ha tenido la función social de construir una identidad colectiva uniforme. Para ello se ha valido de una narrativa centrada en el pasado útil a quienes resultaron los dirigentes. En ese sentido, la tarea del historiador fue mantener la continuidad de la tradición de ese esfuerzo hasta la victoria. En esa línea argumentativa se honró a los sujetos cuyas acciones devinieron posteriormente en triunfo. Por ello, la construcción de la memoria fundacional fue también soporte de una identidad social que, transmitida de generación en generación, posibilitaría la empatía con dicha tradición. En la región del Río Cuarto, escenario conflictivo de formas disímiles de organización social (XVII a XIX), al concluir la lucha por la apropiación del espacio, fue gestando una historia que describía "la dura batalla entre la Civilización y el Desierto". Esa historia, funcional a la fuerza vencedora, tomó como registro y modelo sus propios antepasados. En esa construcción estuvieron primero los propios actores y luego los memorialistas del pasado (eclesiásticos, militares, periodistas, políticos, literatos) los que dieron sustento a ese discurso del pasado. En este trabajo se pretende mostrar que, a pesar de los cambios historiográficos que se plantean en la actualidad, los mismos no alcanzan a poner en crisis la versión histórica legitimada de la otrora sociedad fronteriza.

Palabras Clave: Historiografía; Región; Frontera; Río Cuarto

Abstract:

From a traditional perspective, the historical discourse has had the social function to build a collective uniform identity. For that, it has used of a narrative centered in a past useful to those who represented the leaders. In this sense, the task of the historian was to keep the continuity of effort's tradition until the victory. In this argumentative line, they have honored to the subjects which actions developed later into victory. That's why the construction of the foundational memory was also a support for a social identity that, transmitted from generation to generation, would make possible the empathy with such tradition. In the Río Cuarto region, conflictive scenario of dissimilar ways of social organization (from XVII to XIX), when it was concluding the fight for the appropriation of the space, it was preparing a history that would described "the hard battle between the Civilization and the Desert". This history, functional to the victorious forces, took as register and model to his proper ancestors. In this construction, there were first the actors themselves and then the "memorialistas" of the past (ecclesiastics, militaries, journalists, politicians, writers) those who gave support to this discourse of the past. In this work, we try to show that despite of the actual historiographics changes, these are not enough to lead into a crisis to the legitimated historical version of this once borderline society.

Keywords: Historiography; Region; Border; Río Cuarto


Introducción

Se considera que la forma más pertinente de "pensar" y "hacer" la Historia es precisamente desde el espacio que habitamos. En ese sentido, la Historia local y regional, relegada por mucho tiempo al simple anecdotario cronológico  -considerada la nota de "color" o de "calor" local-, es una de las vías de entrada más directas para conocer, comprender y analizar los procesos históricos globales, así como reconocer las particularidades locales. Sin embargo, en la denominada Historia Argentina, en la búsqueda de la construcción del "sentir nacional" se dejaba en el anonimato los diferentes espacios sociales de su interior, fundamentalmente cuando lo nacional y político se imponía en un territorio heterogéneo en búsqueda de inventar una identidad común. Primero fue la matriz historicista del modelo civilizador que construía la historia de la capital que se irradiaba en las localidades del interior como "La" Historia Nacional. Posteriormente, el enfoque económico-social priorizó comprender lo nacional a través de procesos macros. Entonces se estudió la Historia Nacional "hacia fuera", vinculándola a los procesos de mundialización. Por ejemplo, explicar la Revolución de Mayo en conexión con la "doble revolución" (Industrial y Francesa) y la "conquista del desierto" con la economía agro-exportadora. Así, lo local quedaba sumergido dentro de los procesos de transformaciones y lo particular era insignificante en relación a comprender el funcionamiento y transformaciones del capitalismo.

En ese sentido, se considera que hacer Historia Regional del Río Cuarto no significa abandonar la macro-política ni la macro-economía, sino mirarlas desde adentro, conectando lo local con lo global. En ese andar, revisar la historia construida en la localidad y su región, posibilita también dejar de ser anecdotario, ejemplos de la totalidad, apéndice dentro de la historia macro y mostrar la interconexión de marcos de referencia y problemáticas comunes. La construcción histórica de Río Cuarto, tiene su particularidad: haber sido espacio de frontera. El enfoque que se pretende dar cuando se estudia la región, entonces, es tratar de explicar a partir de varios enlaces y porque no tensiones entre lo nacional, provincial y local, entre lo considerado "civilizado" y "no civilizado" y entre las formas de diferenciación económica y social surgidas desde el arribo del español en este espacio geográfico y reforzadas en la economía de libre mercado de fines del siglo XIX. En función de dominar el espacio americano, se repartieron tierras y habitantes del lugar. Ello se dio más en la región serrana, porque grupos indios de la llanura lo impidieron marcando el inicio de una resistencia fronteriza que se prolongó por más de tres siglos. La "solución final" identificada con la denominada "conquista del desierto", implicaba  la incorporación de la región al mercado capitalista. Y la historia construida en ese lugar fue la historia del conquistador del espacio.

Así, en la región del Río Cuarto, escenario conflictivo de formas disímiles de organización social (XVII a XIX), la historia que se narró giró "la dura batalla entre la Civilización y el Desierto". Esa historia, funcional a una de las fuerzas en pugna, tomó como registro sus propios antepasados. En esa construcción estuvieron primero los propios actores y luego los memorialistas (eclesiásticos, militares, periodistas, políticos, literatos) que dieron sustento a ese discurso del pasado.

En este trabajo se pretende mostrar que, a pesar de los cambios historiográficos que se plantean en la actualidad, los mismos no alcanzan a poner en crisis la versión histórica legitimada de la otrora sociedad fronteriza.

Una breve reseña histórica de la región del Río Cuarto

Como en otros espacios del continente, la historia de la región del Río Cuarto es clasificada temporalmente manteniendo el esquema de periodización tradicional de la Historia Argentina a partir de conceptos clave como "descubrimiento", "conquista", "colonización", "independencia" y "organización nacional". 

La Historia del Río Cuarto, como otras regiones del continente también tiene su origen legendario. Las supuestas noticias de una ciudad dorada a partir de la Expedición de Francisco de Cesar (1529) inauguran la leyenda de la "ciudad de los césares". Sin embargo, para los españoles que se obsesionaban por la búsqueda del oro, su  "descubrimiento" (1573) fue  significativo por estar en el camino de Chile  y por el reparto de "mercedes" y "encomiendas" con que,   posterior a su "conquista", se premió a los conquistadores y sus descendientes que la heredaron. De allí partía a inicios del siglo XVII una expedición hacia el sur en la expectativa de poder llegar a la famosa "ciudad de los césares".  Fueron los comentarios del retorno de este recorrido, y siendo un fracaso la misma, los que darían origen a la "Trapalanda" -desilusión y desengaño- en la región. Así, dominada la población originaria de la sierra, y sin poder controlar la del llano, la región del Río Cuarto pasó a  constituir el confín del Imperio español en América.

Luego de la "conquista" de la población india de la sierra, aunque con registros de resistencia local, se iniciaba la "colonización española" y los nuevos propietarios, los herederos del fundador de Córdoba, ponían las tierras serranas a producir en articulación con la economía colonial peruana. A fines del siglo XVIII, por reestructuración del Imperio español, los aires modernizantes del Reformismo Borbónico llevaron a constituir una frontera interior -defensiva y colonizadora- con un acordonamiento en su borde territorial dominado. Con ello se pretendía poblar el espacio y controlar el camino que iba de Buenos Aires  a Chile. Allí se instalan dos villas de frontera: la Villa de la Concepción del Río Cuarto y la de La Carlota (1797).

Ese borde jurisdiccional comenzaba, a partir de entonces, a adquirir importancia estratégica. Ni la "Revolución de Mayo" ni la "Independencia", a pesar de que la Villa participó con levas y contribuciones, tuvieron tanta significatividad en la región como las denominadas "guerras  civiles" del interior en épocas de "desarticulación regional". La región se transformaba en un escenario de lucha y disputas entre los herederos de los españoles -los hispanocriollos-, en sus fracciones entre unitarios y federales por el control hegemónico, y los habitantes de la llanura -los pampas araucanizados-. Tanto unitarios como federales buscaron involucrar a las naciones indias en sus luchas internas por el nuevo dominio político, dejando así la cuestión fronteriza suspendida o mantenida a través de tratados y regalías interesadas. También las parcialidades indias y sus rivalidades internas les llevarían a alianzas provisorias y precarias, en tiempos de inestabilidad, con algunas de las fracciones de los criollos, participando en ofensivas desde el otro lado de la frontera. Ello implicaría peticiones y derechos por parte indígena dada su participación en las luchas "civiles" y  en los negocios que se establecían en la frontera.

Hacia mediados del siglo XIX con la conformación del Estado Federal (1852) y  la República Liberal (1862), los criollos constituyeron los resortes para la incorporación de las tierras al proceso productivo. En la región, primero fue el corrimiento fronterizo (1869), luego la expansión del capitalismo agrario. Así arribaría el ferrocarril (1873) y  "Concepción del Río Cuarto" abandonaba su rango de Villa para transformarse en Ciudad (1875). La historia de Río Cuarto entra en lo que denomináramos una década decisiva en los resortes de la Organización Nacional. Desde esta localidad se conduce la denominada "conquista al desierto" (1879) y conquista a una "nación", la nación india,  cuya historia parecía disolverse. Así,  la llanura adquiere valor económico para la denominada expansión agropecuaria y el nuevo "colonizador" se constituye en el trabajador de las pampas, dándose apariencias de una conformación etnico-social identitaria bajo la dominación "blanca".

Con la "conquista del desierto" se cierra el ciclo de la conquista de América en la región, de una historia construida a partir de la voz de los vencedores. Es decir,  finaliza la etapa de lucha por el dominio sobre estas tierras con la victoria de militares criollos, continuadores de la "conquista" inicial de los conquistadores españoles que arribaron a América en el siglo XVI. 

¿Cómo se construyó la Historia de la Región del Río Cuarto?

La Historia del Río Cuarto se inaugura insistiendo en la obra civilizadora de la reducción de los indios a partir de la "evangelización". Se justificaba así su imposición cultural. Posteriormente dando, continuidad a la tradición occidental, pero cambiando el eje explicativo, se instala el discurso de fatalismo y del determinismo histórico demostrado por la superioridad técnica de un grupo sobre otro. La obra civilizadora entraría, entonces, en la etapa de modernización y superación del atraso.

En ese sentido, la inicial preocupación académica para historiar la región partió del propósito de mostrar el papel civilizatorio de la evangelización. Juan Bautista Fassi,1 -a través de la Revista El Heraldo de Reducción- iniciaba  lo que podríamos llamar la historiografía "riocuartense".2 

Desde la localidad de Reducción, a 8 leguas de Río Cuarto, se dedicó a escribir la Historia Eclesiástica de la Diócesis de Río Cuarto. El Heraldo de Reducción, "órgano del Santuario del Señor de la Buena Muerte" -como se lo denominaba-,  fue una publicación anual entre los años 1925 a 1950. Los trabajos más consultados por su enfoque histórico continúan siendo El antiguo Curato del Río Cuarto (1935), La merced de los Cabrera y las tierras de Reducción (1946) y Camino Real de Buenos Aires a Mendoza y Reino de Chile (1947).

Fassi (1933) relata la iniciación de las misiones jesuíticas para reducir la población "bárbara" y "cristianizar a los indios pampas, "correspondiendo a los hijos de Loyola el honor de haber figurado en primera fila en tan gloriosa empresa". El establecimiento de la Misión de Indios Pampas en el paraje del Espinillo (hoy Reducción), en el año 1691, estaba destinado "por el ilustre descendiente del Fundador de Córdoba" para Pueblo de Indios Pampas, y  desempeñaría "un rol importante en la civilización de estas regiones"(1933: 15). 

 "Aquí cual faro de luz en medio del desierto, se yergue la Cruz redentora y numerosas tribus se aprestan a rendirle pleito homenaje (...) Es cierto que la misión no se sostuvo por mucho tiempo, debido a que la horda de "Tierra Adentro" -siempre sedienta de sangre y de botín-, arremete contra sus neófitos y todo lo asola. El propio Cacique Bravo, que formaba parte de la misión, cae acribillado en la lucha y con la muerte del Cacique principal expira la misión pero no por eso la reducción del Espinillo, deja de formar una página brillante en la historia de la civilización argentina" (Fassi, 1933: 15).

Un referente muy significativo del padre Juan Bautista Fassi era el misionero jesuita y cronista oficial de la Compañía de Jesús, el padre Pedro Lozano.3 Por otra parte, Fassi mantenía vínculos directos con el mundo eclesiástico cordobés, también interesado en construir una historia católica cordobesa, entre los que cabe mencionar a monseñor Pablo Cabrera (1857-1936), en Tiempos y campos Heroicos, Tesoros del Pasado y el padre Pedro Grenón (1878-1957). Este último, a pedido del propio Fassi, le había recopilado documentos inéditos para la Historia de Reducción publicados con el nombre de Los Pampas y la frontera sur (1924).

También entre los primeros escritos sobre la región se cuenta con Apuntes Históricos del descubrimiento y población de Río Cuarto y de su antiguo y vasto departamento (1926). Obra póstuma del fray Quírico Porreca4 perteneciente a la Orden Franciscana, quien se había desempeñado en el Convento de San Francisco de la ciudad de Río Cuarto. Esta fue una publicación oficial del Gobierno de Córdoba considerándola de  "valor histórico y utilidad de los datos que contiene", por lo que se mandó a imprimir "quinientos ejemplares para ser repartidas entre las bibliotecas y establecimiento de enseñanza y reparticiones públicas".5 En esta obra hay ausencia de registro de las documentaciones consultadas, aunque también hace referencia al padre Pedro Lozano6 para la etapa inicial de la Historia de Río Cuarto.7

Desde el ámbito laico o vinculado con la Historia Oficial, el Prof. Alfredo Vitulo, colaborador del Instituto de Investigaciones Históricas, fue considerado por Emilio Ravignani8 como quien más competencia tenía para historiar los orígenes y desarrollo de la actual progresista ciudad cordobesa9(Ravignani, 1947:5). Por sus vínculos institucionales, la Academia Nacional de Historia, dirigida entonces por Ricardo Levene, publicó en el año 1947 Las Actas Capitulares de la Villa de Concepción del Río Cuarto correspondiente a los años 1798 y 1812. En la advertencia del libro Emilio Ravignani  sostenía:

"Las actas de este volumen tienen importancia no solo para la historia local de Río Cuarto, sino también la tienen porque muestran como se estructura una villa, resultado del progreso de la población rural que busca un centro urbano de ANCLAJE en el desierto, a fines del período de la colonia" (Ravignani, 1947: 6).

En la introducción de Las Actas..., Vitulo aclaraba:

"Iniciamos aquí  un estudio de una zona reducida de nuestra país... con un examen correlativo de documentos... que poseen un cierto valor comparativo con relación a la historia nacional, comprobatorios de la existencia de un pueblo fronterizo, que desempeñó papel importante en su época" (1947:11).

Apreciaciones del autor que lo vinculan a la perspectiva política de la historiografía nacional.  Con anterioridad Vitulo había escrito algunos fascículos, uno sobre el Marqués de Sobremonte (1942),10 en el que trataba de reconstruir su biografía separando el Sobre Monte gobernador intendente de Córdoba, fundador de la Villa, del Sobre Monte virrey del Río de la Plata, con lo cual valorizaba su acción como gobernador. También cuenta con la publicación de un pequeño compendio que reúne varios temas como Camino de Cuyo y del reino de Chile, la frontera sur de Córdoba, orígenes de la enseñanza y de la escuela en Río Cuarto (1939).11

Pero fue la Reseña Histórica de Río Cuarto, publicada por el Instituto Agrario Argentino (1947),12 la que sería la primera historia de la localidad de Río Cuarto. Esta es una historia construida bajo un enfoque netamente urbano, cronológico y de bies político unitario. Abarca desde la llegada de los españoles hasta fines del siglo XIX. Compuesta por dos partes, en la  presentación de la primera parte sostiene Vitulo:

"Río Cuarto tiene un pasado casi desconocido, y varios son los sucesos de la Historia Nacional que con el se relacionan, que abarcan desde los orígenes de esta población y ocupan la trayectoria de diversos de sus capítulos como para fijar su historia en este libro" (1947: Tapa Primera Parte).

En el prefacio de la segunda parte agrega:

"En la primera parte de la Historia de Río Cuarto, sigue en su desarrollo el panorama sintético de sucesos desde épocas remotas para concatenarse en mucho de su contenido con la historia nacional  -algunos de trascendencia_ esta segunda parte se desenvuelve en un ambiente más concéntrico, extendida en la plataforma que parte, en cierto modo, de la periferia al centro". (1947: Prefacio segunda parte).

Más tarde, la preocupación de una historia política lo lleva a escribir El coronel Francisco Reinafe. Un capítulo de la Historia de Río Cuarto  (1960)  y  Río Cuarto y el Federalismo (1961). Estos textos fueron publicados por Talleres Gráficos "Savino", imprenta correspondiente al entonces periódico local "La Calle".  En general, los escritos de Vitulo prácticamente no tienen referencia documental ni citas de dónde extrae los datos.

 

Otra obra significativa para la región, pero que sólo se corresponde a la etapa anterior a la fundación de la ciudad, fue la escrita por el teniente coronel Aníbal Montes,13 Historia Antigua de Río Cuarto (1953). En la misma se mostraba cómo la historia de "Río Cuarto" en sus orígenes se confunde con la historia de la "merced" de los descendientes de Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de la ciudad de Córdoba. En ese marco, la historia de la región fue entendida dentro del proceso de ocupación legal a través de la merced de tierras (1953:29).14

 

El texto de Montes fue publicado por la Universidad Nacional de Córdoba (1953),  y fue  presentado por la denominada Junta Regional de Historia Argentina de Río Cuarto en el mismo año 1953. En la solapa del Libro, este organismo explicitaba que con ese nombre quedaba "constituida en la ciudad de Río Cuarto (Córdoba), una asociación cultural" cuyos fines  eran "Realizar, coordinar, promover, y estimular estudios de investigación, interpretación, exposición y crítica histórica, conducentes al esclarecimiento y divulgación de la historia argentina, especialmente de la región Sur de Córdoba". El Teniente Coronel era  miembro de dicha institución.15

 

Continúan siendo sus referentes el padre Lozano y monseñor Pablo Cabrera (1953:13), aunque se agregan documentos extraídos del Archivo Histórico Provincial de Córdoba. Su visión romántica idealista queda explícita al concluir su libro cuando sostiene que "queda con esto cerrada la historia antigua de este heroico y progresista pueblo de la Concepción del Río Cuarto, que tantos hombres útiles y excelentes ciudadanos ha dado al país" (1953: 53).

Si Fassi y Quirico Porreca representaban la vertiente católica y divulgaban la importancia de la evangelización por estas tierras, Vitulo y  Montes serían la corriente historicista que resaltaba  la proeza de la conquista y ocupación militar en la región. Vitulo decía: "Río Cuarto, en su condición primero de pueblo fronterizo -centinela avanzado que apunta hitos de civilización- tiene su pasado heroico, turbulento y agitado, y que en su afán de subsistencia, pugna siempre por mantener su existencia de entidad social a trueque de su propia vida" (1947: Prefacio).

Un historiador de significativa importancia para la Historia de Río Cuarto es Carlos Mayol Laferrere. En el año 1973, en la localidad de Huanchilla, departamento Juárez Celman, al sur de Córdoba, creaba el Instituto de Estudios Históricos bajo su dirección. Esta Institución contó con una publicación denominada Boletín del Instituto de Estudios Históricos Lorenzo Suárez de Figueroa,16 entre los años 1975 a 1998, alcanzando a publicar siete números. Los trabajos más significativos en este Boletín se refieren a estudios genealógicos de los primeros pobladores de la región, la construcción de la frontera del río Cuarto (1977) y la del río Quinto (1978/79).17 

El primer trabajo que Mayol Laferrere dedica a Río Cuarto es sobre el coronel Lorenzo Suárez de Figueroa, "el descubridor" del río Cuarto" (1973). Con el mismo, el autor inicia la labor de divulgación histórica de "un acontecimiento trascendental del pasado riocuartense, hito y génesis de un período vital", "Un hombre y una epopeya" que el tiempo "no han logrado desdibujar el espíritu del conquistador español, ni olvidar la épica jornada del puñado de soldados que lo acompañaron", afirmará Mayol Laferrere (1973: s/p).18

En esta investigación, el autor primero hace una semblanza biográfica genealógica del Descubridor y luego aborda las noticias históricas del Descubrimiento  de octubre de 1573. Para ello recurre a la limitada documentación existente que aprovecha de forma exhaustiva.19

 A partir de los años 80, Carlos Mayol Laferrere,20 como director del Archivo Histórico de la Municipalidad de Río Cuarto,  aporta significativamente a través de sus investigaciones empíricas al estudio de la localidad y de la región. Algunos de sus estudios abordan aspectos económicos del siglo XVIII, como la colonización de la región (1981)  y la localización de la Villa (1986). La mayoría de sus publicaciones se difunden en diferentes medios periodísticos de la localidad, como el desaparecido diario "La Calle" y el actual diario "Puntal".21 También cuenta con publicaciones en la Revista Quarto Río de la Junta Municipal de Historia de Río Cuarto y en la Revista de la Junta Provincial de Historia de Córdoba.

Pero fue Barrionuevo Imposti22 quien consiguió compilar datos documentales y bibliográficos existentes hasta la década de 1880, en lo que se refiere a la historia local y regional. Publica, entonces,  una obra de tres tomos que aparecen en 1986 y en 1988. Bajo una perspectiva cronológica y política, y tratando de aprovechar en ese marco la mayor cantidad de documentación localizada respecto a la historia de la localidad y de la región, su obra pasó a ser una referencia básica para los historiadores locales, fundamentalmente por su sustento erudito y sus continuas citas de referencia,  lo que posibilita retomar las fuentes documentales que el autor ha trabajado.23

Asimismo, para 1986 -año del bicentenario de la fundación de la ciudad- la Dirección del diario local "Puntal" publicaba en fascículos coleccionables Perfil histórico de la ciudad. En la presentación, la Dirección plantea la ausencia de una obra "que permita a los riocuartenses, con estilo simple y ameno conocer... la realidad de su génesis, el mensaje de su pasado, la razón de su idiosincrasia". Precisamente, con los 34 fascículos se buscaba llenar ese vacío. Esta publicación estuvo bajo la dirección del periodista historiador Manuel Cubría.24 A inicios de los años 1990, Mayol Laferrere publicó una breve reseña de la Historia de Río Cuarto referida al siglo XX25 en el mismo periódico.

En síntesis, se podría decir que, en general, estas construcciones consideran a los propios actores, los que dejaron los primeros registros desde Probanzas de Servicios de los conquistadores a los informes de gobernadores. Luego, los memorialistas del pasado (eclesiásticos, militares, periodistas, políticos, literatos) son evocados y su legitimidad se refuerza en un discurso fundante: "descubrimiento", "conquista", "acción evangelizadora", "heroica villa del desierto", "conquista al desierto", "pujante ciudad de progreso".

Este discurso se manifiesta fuertemente enlazado a las versiones historiográficas nacionales, tanto en lo que se refiere a la construcción de una periodización acorde a la nacional26, como en la perspectiva del camino de la civilización.

La impronta fronteriza y la perspectiva sociológica

La renovación historiográfica de los años 60 en Argentina, que tenía como modelo a la Escuela de los Annales, planteó hacer la historia tratando de superar una narración cronológica política demasiado atada al Estado Nación, por una explicación económica social.  Sin embargo, para la historia de la localidad continuó siendo fuerte la continuidad de una línea referente a una historia identitaria27 de una tradición que se podría considerar como la historia de los vencedores.

Una de las primeras miradas en lo económico social para el estudio de Río Cuarto fue desde la Sociología, a partir de la obra de José Luis de Imaz.28 Este autor inicia su análisis sobre la estructura de la población en el siglo XX con un capítulo dedicado a sus antecedentes históricos. Si bien la preocupación del sociólogo no era histórica, la narración que él mismo construye sobre el pasado de Río Cuarto, así como sus referencias bibliográficas, muestran  una historia de Río Cuarto ya solidificada. Con los datos históricos disponibles y bajo la perspectiva de una sociología funcionalista, el autor se aventura a proponer el reconocimiento de las particularidades de una sociedad fronteriza.

En su escrito sostiene que la vida en la localidad de Río Cuarto desde sus comienzos debió ser muy precaria y con escasos medios para combatir a los indios (1965: 20), por lo que plantea: 

"... podemos sostener sin peligro de error; la sociedad de Río Cuarto nació en un signo igualitario. Pero con la igualdad del nivel bajo, al ras del suelo. Degradado por la necesidad, el peninsular estaba a la par de los mancebos de la tierra. Y en  los momentos riesgosos -que eran los más- los hallaban juntos codo con codo defendiendo lo único preciado que tenían: la vida" (De Imaz, 1965: 22).

La sociedad de frontera nacida bajo un signo igualitario se sustentaba también -en la argumentación de José Luís de Imaz- en las categorías que clasifica el surgimiento de ciudades argentinas teniendo en cuenta: a) las fundadas por los conquistadores; b) las que comenzaron siendo fortín contra los indios; y c) las que desde fines del siglo XIX se poblaron con inmigrantes o fueron el resultado del esfuerzo colonizador.29

Para De Imaz, las primeras se sustentaron en el abolengo y la continuidad de la tradición, las segundas fueron refugio de desamparados donde ni los escudos ni los títulos de nobleza poseían "valor social"; y las terceras nacieron en torno al arado y al estímulo hacia el futuro modernizador (De Imaz, 1965: 27). Esta triple clasificación se corresponde también a otros tantos criterios de valor social sobre qué es lo que goza de mayor respeto, más prestigio o un consenso social favorable: "cuna", "coraje" o "triunfo económico". En Río Cuarto fue el "coraje" el valor social más reputado. "Porque era una ciudad sin hombres de abolengo, porque era un pueblo sin empresarios económicos, rindió al valor heroico una pleitesía como pocas tal vez entre las ciudades argentinas" (De Imaz, 1965: 28).

Esta situación cambiaría a partir de la década de 1870 -prosigue el autor-, por cuanto desaparecía el fortín y se daba comienzo a un período de seguridad. Se suprimía la Comandancia de Armas y surgía la sociedad política en la Villa. El culto al coraje era sustituido, entonces, por el de los negocios seguros. El militar Antonino Baigorria dejaba de ser el epónimo de la ciudad y la nueva figura era Ambrosio Olmos, comerciante próspero que, al comprar las tierras fiscales que salían en subasta pública, se transformaba en el primer gran propietario de todo el sur cordobés (De Imaz, 1965: 31-32).

Si bien no está explícito, para De Imaz la Villa  era, en la ocupación de la frontera a partir de la fundación de un fortín, como un "puesto de avanzada en la civilización". De ese modo la expansión de la frontera se posibilitaba a través de pioneros militares, soldados, fortineros  y ocupantes de cuartel. Pero la estabilidad y los negocios darían lugar a otro momento. Ese movimiento es el que ayuda a explicar, por otro lado, cierta personalidad de su pueblo y su devenir a través de las épocas: por eso el pionero militar, ejemplificado por Antonino Baigorria,30 cedía paso al pionero económico: Ambrosio Olmos.31 

Aunque el autor, no lo haga explícito, es posible suponer que participa de un movimiento innovador de las Ciencias Sociales. Dentro de esa renovación general uno de los aportes más significativo para los estudios regionales de frontera fue la utilización del planteo de lo que se denominó la tesis turneriana.

Federic Turner (1893)32 había sostenido la necesidad de comprender la historia de su país (Estados Unidos) en función de la expansión de la frontera y de la utilización de espacios libres33.  En esa perspectiva, a diferencia de Europa, Estados Unidos se presentaba como un país joven. País de inmigrantes que acuñaban la imagen de la frontier (frontera) rural en el oeste como también la de las grandes ciudades34. Ello permite legitimar la visión del avance de las formas capitalistas de producción sobre otras formas de organización del territorio preexistentes.

Esta historia debía estar asociada a las nuevas disciplinas, ante todo a la economía y a la sociología, porque éstas ofrecían conocimientos y modelos de explicación. Dentro de ese planteo,  los países "jóvenes" eran comprendidos como una sociedad sin conflictos, dado que las grandes diferencias sociales habían quedado niveladas al amparo de una expansiva economía de mercado capitalista. Así, el carácter altamente racionalizado de la moderna sociedad capitalista se correspondía con una concepción racionalizada de ciencia. En la investigación histórica y sociológica se introducían de modo creciente los métodos cuantitativos, por lo que las cifras reforzarían el carácter científico de la investigación.35

Entre los referentes históriográficos de De Imaz se encuentran Alfredo Vitulo, el escritor Joaquín Bustamante36 y el periodista Rodolfo Centeno.37 Y si bien su preocupación no era tanto el pasado sino el presente de la ciudad a mediados del siglo XX, su consulta dio posteriormente legitimidad académica a otros trabajos que sugirieron la existencia de una sociedad de frontera de tipo igualitaria.

La Renovación Historiográfica en la localidad

En el terreno específicamente histórico se localizan en la década de los ochenta del siglo XX, los trabajos de Adriana Fourcade38 (1986, 1991). La investigadora utiliza registros parroquiales que le permiten iniciar un camino para conocer la estructura y dinámica de la población en la Villa de la Concepción y en el espacio denominado Curato de Río Cuarto. Privilegia, entonces, el abordaje cuantitativo, el interés por el estudio de la población o las cuestiones económicas sobre el crecimiento de la población de la villa-fortín. Lo que se planteaba, en esa instancia, a decir de Fourcade, era definir un modelo de frontera elaborado después de varios años de investigaciones (1991:9).

Estos trabajos refuerzan la noción de expansión fronteriza, de ocupación de tierras y de poblamiento, y subyace la comprensión de que la sociedad presenta tintes igualitarios. Fourcade, por ejemplo, quien estudió la estructura de la población de la Villa de la Concepción a través de los censos de 1813, 1822 y 1840, considera que el análisis realizado "muestra una sociedad inestable cuyos miembros están igualados en la pobreza, en la precariedad de su economía y en los peligros que debía afrontar" (1991: 36).

Posteriormente, Susana Gutiérrez (1993),39 estudia la ocupación del espacio del sur de Córdoba y propone el abandono de una cronología política, presentando un modelo explicativo a partir de una periodización que tiene en cuenta el proceso de ocupación del espacio. La misma, en palabras de la autora, se inicia precariamente tanto por parte de los indígenas nómades como por parte de los españoles instalados allí -solos interesados en defender la zona productiva del noroeste- y se completa con "el desplazamiento de las poblaciones indígenas en función del modelo agroexportador instaurado en el país a fines del siglo XIX".40

Gutiérrez, distingue cinco etapas de ocupación del sur cordobés: ocupación precolombina, colonización española, organización de la frontera sur, desarticulación regional y expansión agropecuaria. Comenta cada una de éstas y ofrece una síntesis explicativa bajo una perspectiva económica. La autora utiliza primero una categoría clásica fundante de la Historia Americana, como "Pre-colombina", cuando menciona los pueblos originarios antes de la llegada de los

españoles a la región. Así, refuerza la idea de que se debe vincular lo regional a los marcos preestablecidos. Le siguen dos períodos, "Colonización Española" y "Organización de la Frontera Sur", ordenadores desde una orientación política pero con explicaciones más bien económicas. Las dos últimas categorías: "Desarticulación regional" y "Expansión agropecuaria" se vinculan a la  ocupación de las tierras dentro del sistema productivo capitalista.  Referencias teóricas a cuestiones de historia regional, como las de Eric van Young, Cardoso y Brignoli, Rocatagliata, Febvre y Vilar; referencias a historiadores económicos, como Cortes Conde y Garavaglia, son los aportes más significativos en el sugerente planteo de Gutiérrez.  

También a fines del siglo XX se continuó en el estudio de la población de la región a través de los registros civiles,  explorando sus relaciones tanto con el espacio geográfico con las actividades productivas aunque fundamentalmente a la primera mitad del siglo XIX.41 Paradójicamente, se lo hizo en un contexto donde se abandonan los estudios seriados y en la preocupación de rescatar los sujetos de la historia. Sin embargo, este cambio de enfoque de lo político a lo económico solamente significó una ampliación en el horizonte de explicación de lo político a lo económico social y demográfico. Temas como la expansión agropecuaria, mercado de tierras, colonización agraria, inmigración, vinculados al fin de una etapa "de atraso", para incorporar estas tierras a la civilización del arado, son recurrentes en la historiografía regional versada en el último período.

La crisis del paradigma científico de las últimas décadas de siglo XX   arrastró a los historiadores a revisar sus postulados y a generar nuevas miradas. Se anunciaron "retornos", se denunciaron rupturas respecto de la tradición científica, se cuestionaron los nuevos abordajes, pero también se plantearon necesidades en torno a la ampliación de los focos de estudio para superar algunas de las limitaciones de las vertientes estructuralistas de enfoque económico-social. Con ese marco, en la historiografía contemporánea se fue introduciendo junto a las coordenadas estructurales y universales sus opuestos. Nos referimos a las dicotomías general/particular, macro/micro, estructura/sujeto, poder/resistencia, global/regional-local, normas/casos, centros/márgenes, entre otros.

Dentro de este complejo cambio de los procesos macrohistóricos a los universos microhistóricos, de la historia de los grupos establecidos y centrales a la historia de las minorías y de pequeños grupos marginales, los historiadores de espacios regionales fueron obteniendo un reconocimiento académico y profesional antes minimizado.42

El cambio de perspectiva, entre otras cosas, posibilita reestablecer vinculaciones entre lo global/regional y la relación entre estructura/sujeto, lo que permite pensar lo macro y lo micro de forma concomitante. Pero en general, y a pesar de los cambios historiográficos que se plantean en la actualidad, los mismos no alcanzan a poner en crisis la versión histórica legitimada de la otrora sociedad fronteriza. Para la comunidad local, la línea política continúa siendo reforzada con los enfoques económicos

En esta perspectiva, la lucha por el control de la tierra entre el Estado y las naciones indias es minimizada. No se discute la legitimidad del Estado en la apropiación de la tierra, sino que se menciona la legislación agraria constituida por el propio Estado. Por tanto, la  población india es un "obstáculo" para el desplazamiento fronterizo y la constitución de un  mercado de tierras disponibles para la consolidación de la Argentina moderna en la pampa húmeda.

Consideraciones finales

En los materiales tradicionales a disposición para el estudio de la región del Río Cuarto se podrían identificar una línea hispanista y católica, una de orientación erudita,  una vertiente federal y otra línea unitaria y liberal. La renovación historiográfica vino luego acompañada por los estudios económicos sociales articulados al enfoque de la modernización. Expansión agropecuaria fue sinónimo de expansión fronteriza y temas como inmigración, colonización, poblamiento fueron los prioritarios desde un abordaje científico- social.

En tal perspectiva, la historia de la región del Río Cuarto fue construida como la historia de la civilización sobre los infieles, y luego sobre los indios bárbaros. Como un avance de frontera temporal y espacial.  De esta manera, la historia de la región pareciera que no tiene nada que añadir a la Historia de la Argentina. Su historia también es la historia de vencedores. El avance sobre la frontera del otro tiene un carácter civilizador: El colono accede a las tierras libres, comprándolas en el "mercado de tierras" resultado de la expansión de la frontera y la transferencia de tierras del dominio público al privado.

La conflictividad étnica-social inicial dada por la apropiación de la tierra por parte de los españoles (XVI) sigue presentándose como el "descubrimiento" y "conquista" de la región. Al siglo XVIII  se lo reconoce como una avanzada de la población hispanocriolla, con la fundación de la Villa y el poblamiento de la región. Y al fin del siglo XIX se lo relata con la "expansión agropecuaria" que cierra el ciclo de dominación del espacio de la región sur de Córdoba

Pese a que en el siglo XIX, la región del Río Cuarto sostenía una problemática de arrastre estructural (la lucha por el dominio del espacio -malones, invasiones, entradas-). En ese transcurrir, se establecen varias alianzas de los locales con las distintas fracciones en conflicto por construir la hegemonía nacional. Esa historia conflictiva y compleja, la del Río Cuarto, no aparece en la historiografía construida.

La región y, desde ese momento, la flamante Ciudad de Río Cuarto, ingresan en la modernidad con la ideología del progreso y su historia se construye a partir de ese punto: un imaginario que suspende el pasado y coloca a la sociedad en vista al futuro, al avance, al "siempre adelante...".

Así, cuando para los riocuartenses,  la frontera espacial fue superada e incorporada para la civilización, se construyó una frontera mental sin límites en la teleología del progreso indefinido. El pasado conflictivo fue vedado, renegado, apartado de la historia; sólo venerado en función de las luces del progreso que debe desprenderse del mismo como centellas que iluminan el camino hacia el futuro. Porque el progreso arrasa al pasado y construye la civilidad.

Por tanto, la lucha por el dominio del espacio y el dominio definitivo del mismo, fundamentalmente después de la denominada "conquista del desierto", posibilitó construir un discurso histórico mostrando el avance de la civilización en la que el "indio salvaje" era un obstáculo a ser superado. Y así se construyó una historia de una "Villa heroica del Desierto".

Puede decirse, entonces, que la historia inventó su pasado; no a través de una identidad territorial fronteriza, sino en este caso a través de una identidad universal, la de la civilización occidental.  En tal sentido, el discurso histórico construido para la identidad de este espacio fronterizo fue elaborando una narrativa del pasado útil a una de las fuerzas en conflicto. Los historiadores, memorialistas del pasado local, construyeron una historia que posibilite mantener la continuidad de la tradición desde el acto inaugural de la lucha por el dominio del espacio: "descubrimiento del río Cuarto", hasta la victoriosa "conquista del desierto". En esa línea argumentativa se honró a los sujetos cuyas acciones devinieron posteriormente en triunfo. Por ello, la construcción de la memoria fundacional fue también fundamento de una identidad social que transmitida de generación en generación posibilita la empatía que se espera.

Revisar la historia local y regional construida, evidenciar los vínculos políticos, parentales e intereses económicos, puede contribuir a poner en crisis esos relatos si muestran las implicancias de la conflictiva lucha por la apropiación del espacio. Por cuanto ello, es también poner en crisis la versión de la historiografía occidental legitimada.

Citas y Notas:

1. Juan Bautista Fassi (1878-1951) había nacido en San Agustín (Santa Fe) en 1878. Inició estudios eclesiásticos en Buenos Aires en 1895 y finalizó en el Seminario de Córdoba en 1905. En 1906 fue párroco en Canals (Córdoba) y dos años después de La Carlota, que incluía los departamentos de Juárez Celman y Roque Sáenz Peña. A partir de 1932 fue párroco de Reducción. Allí organizó los archivos parroquiales de la Diócesis de Río Cuarto hasta 1945. Fue identificado por el Pbro.  Ignacio Costa como un autodidacta, porque pretendía escribir la historia de Reducción y había revisado los archivos eclesiásticos y civiles tanto de Río Cuarto, Córdoba y la Nación, así como el Archivo de Indias.

2. Entre los principales artículos sobre Historia publicados por Fassi en el Heraldo de Reducción se destacan: Reducción y su santuario. Año IX Nº 9 (1933), El antiguo Curato de Río Cuarto y la Nueva Diócesis. Año IX. Nº 11 (1935), La merced de los Cabrera y las tierras de Reducción. Año 22 Nº. 22 (1946), El Camino real de Buenos Aires a Mendoza y Reino de Chile, Nº 23. Año 23 Nº. 23 (1947).

3. El padre Pedro Lozano, de origen madrileño, arribó a América en 1714 con destino a las misiones jesuíticas del Paraguay. Estudió en el Colegio Máximo de Córdoba. Se desempeñó en el cargo de cronista oficial de la Orden de la Provincia del Paraguay. Lozano residió en Córdoba y en la hacienda de Santa Catalina, pero viajó dentro de las provincias; se supone que regresó a Europa antes de la Expulsión (1767). Escribió Historia de la Compañía de Jesús de la Provincia de Paraguay, Imprenta en Madrid en 1755, Historia de la Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán, editada en Buenos Aires en 1874 [Primer manuscrito  aprox. 1736]; siendo una obra muy consultada por historiadores. Ver: Pedro Lozano, Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán. Imprenta popular. (Bs. As: Imprenta Popular, 1873).

4. Quirico Porreca, Apuntes Históricos del descubrimiento y población de Río Cuarto y de su antiguo y vasto departamento (obra póstuma). Publicación oficial (Córdoba: Talleres Gráficos de la Penitenciaría, 1926).

5. Decreto Nro 15.824 - Serie A del Departamento de Gobierno. Córdoba 7 de enero de 1927. Firmado por Cárcano e Hipólito Montagné.

6. Por nota (1) reconoce una actividad anterior respecto a los estudios históricos sobre el Departamento de Río Cuarto hechos por parte del Dr. Eloy Avila.

7. El fray Quirico Porreca, de nacionalidad italiana, pertenecía a la Orden franciscana que se había instalado en la villa a mediados del siglo XIX. Fue cura párroco del Departamento y contemporáneo a la acción de los franciscanos en la frontera sur. Ver Barrionuevo Imposti, Historia de Río Cuarto. Constitucionalismo y liberalismo nacional.  (Cba: Carlos Firpo, 1988) Tomo III, p. 215.

8. Emilio Ravignani forma parte de un proceso de profesionalización de la Historia que se producía en Buenos Aires desde fines del siglo XIX, con la preocupación metodológica que pretenden dar status científico al historiador con una serie de reglas y procedimientos que apuntaban al tratamiento del documento. Ver: Pablo Buchbinder, Emilio Ravignani: La historia, la nación y las provincias en Fernando Devoto, La historiográfica argentina en el siglo XX (I) (Bs. As.: Centro Editor de América Latina, 1993) p. 80.

9. En Emilio Ravignani, Advertencia. En Actas Capitulares de la Villa de la Concepción del Río Cuarto. (Bs. As.: Academia Nacional de la Historia, 1947) pp. 5-10.

10. Alfredo Vitulo, El Marques de Sobremonte. Homenaje a total beneficio de un proyectado monumento en Río Cuarto (Río cuarto, Talleres El Nivel, 1942).

11. Alfredo Vitulo, Camino de Cuyo y del Reino de Chile. La frontera sur de Córdoba. Orígenes de la Enseñanza y de la escuela en Río Cuarto (Río Cuarto, Talleres Gráficos Savino, 1939). 

12. Alfredo Vitulo, Reseña General, Histórica, Geográfica y económica del Departamento de Río Cuarto. (Río cuarto, Imprenta Mercur, 1947), Tomo I. En la Introducción del libro se explicita: El instituto Agrario Argentino, continuando en su tarea de reseñar rincones privilegiados del suelo Patrio, eligió para que sea materia de un tomo de su publicación "Reseñas Argentinas", el estudio de los valores que encierran el departamento de Río Cuarto de la Provincia de Córdoba. Dada la trascendencia de ese lugar y ante la feliz circunstancia de que un hijo de la misma, haya escrito su historia, el Instituto desdobló su número de "reseñas" en dos tomos, solicitándole al Señor Alfredo C. Vitulo que completara su estudio a efectos de dedicarle uno (Instituto Agrario Argentino, 1947: 29).

13. Aníbal Montes (1886-1959) era ingeniero y se había incorporado al Ejército como teniente coronel. Tenía interés por la arqueología y la historia.

14. Ver A. Montes, Historia Antigua de la ciudad de Río Cuarto. Revista de la Universidad Nacional de Córdoba,  Año XL, Nº 3, 1953.

15. La Junta de la que formaba parte el teniente coronel Aníbal Montes se desintegraría y, a  inicios de 1966, resurgiría con el nombre de Junta de Historia de Río Cuarto.

16. Con el nombre de Lorenzo Suárez de Figueroa, se homenajeaba así al considerado "descubridor" del cuarto río en octubre de 1573, fecha en que llegaban los primeros españoles que reconocieron la región, luego de la fundación de Córdoba.

17. Carlos Mayol Laferrere, Dir. Boletín del Instituto Lorenzo Suárez de Figueroa, Nro 1, 1975; Nro 2, 1976, Nro 3-4, 1978/1879, Nro. 5, 1880; Nro 6, 1981; Nro 7, 1998.

18. Ver Carlos Mayol Laferrere. Lorenzo Suárez de Figueroa y el descubrimiento del Río Cuarto. Instituto Lorenzo Suárez de Figueroa, 1973.

19. No incluye la obra del padre Lozano. Ello porque considera que la misma fue escrita dos siglos después del descubrimiento del río Cuarto, pero además argumenta que el jesuita desvirtuó los documentos referentes a la región y los interpretó caprichosamente. Lo que ha inducido a otros historiadores a caer en el mismo error.

20. Actualmente continúa en el cargo de director del Archivo Histórico de la Municipalidad de Río Cuarto quien se ha encargado de ordenarlo. Fue miembro de la Junta Municipal de Historia de Río Cuarto, de la cual renunció y actualmente es miembro de número de la Junta Provincial de Historia de Córdoba.

21. Desde el año 1999 constituyó la "Fundación Mayol Laferrere" y cuenta con una página web para su consulta http//www.ranqueles.com/historia_regional/fundación_mayol_laferrere.html.

22. Víctor Barrionuevo Imposti (1917-2006) era egresado de Escuela Normal en Buenos Aires (1935), siendo profesor de letras posteriormente. Arribó a Río Cuarto en 1949 como docente del Colegio Nacional y posteriormente pasó a ocupar el Rectorado de la Escuela de Comercio. Expulsado "por peronista" en 1955, se afincaría posteriormente en Buenos Aires. Ver Omar Isaguirre, Víctor Barrionuevo Imposti como parte de la Historia de Río Cuarto en El Corredor Mediterráneo. Río cuarto, Cba. Año V. N° CXCIII. Río, 2006: 3.

23. Barrionuevo Imposti si bien cuenta con varios artículos publicados en la Revista Trapalanda, su trabajo básico de consulta obligada son los tres tomos de Historia de Río Cuarto cuya preocupación es el recorte político vinculado a la historia política nacional: el tomo I se subtitula, En la época Hispánica y en la Independencia (1986) el Tomo II, El autonomismo cordobés y el rosismo (1988) y el Tomo III, Constitucionalismo y liberalismo nacional (1988).  

24. Manuel Cubría, Perfil histórico de la ciudad (Cba.: Editorial Perfil Puntal, 1986). También es de su autoría un breve texto didáctico Río Cuarto. Resumen histórico de la ciudad y de su región de edición privada, contando en 1991 con una cuarta edición.

25. Como complemento se podría agregar que a partir de 1996 comenzaba la publicación de Quarto Río, Revista de la Junta Municipal de Historia de Río Cuarto, contando con artículos específicos sobre temas referentes a la historia de la región. Asimismo, surgían en el ámbito universitario, Cronía, Revista de la Facultad de Ciencias Humanas (1997) y Memoria Latinoamericana (1998), Revista del Centro de Investigaciones Históricas. Estas publicaciones anuales contienen trabajos referentes a historia regional, pero abordando cuestiones puntuales. 

26. Aunque mostrando particularidades o acomodaciones temporales, generalmente se respeta la clasificación clásica de Descubrimiento, Conquista, Colonización, Independencia, Organización nacional.

27. En cada etapa hay un sujeto de acción: es el fundador, el conquistador, el "heraldo", el militar, el pionero, el colono, es decir sujetos de acción que encarnaron la civilización. 

28. José Luis de Imaz, Estructura Social de una ciudad argentina. Cuaderno de sociología 1-2. Universidad Nacional de la Plata, 1965. 

29. Esta clasificación fue propuesta por Amílcar Razori quien identifica las ciudades argentinas según su surgimiento e impronta a su devenir histórico. Citado por De Imaz (1967: 226-27).

30. Antonino Baigorria (1833) de procedencia de San Luis, sobrino de Manuel Baigorria. En 1853 ingresó en el Ejército al Regimiento 7mo.  de Caballería de línea. Nombrado sargento mayor en 1861, participó en la Batalla de Pavón al lado del general Mitre. Ascendido a comandante general de los Departamentos del Sur de la Provincia en 1864.  Fue designado teniente coronel en 1868 y marchó, a las órdenes del coronel Lucio V. Mansilla, en el corrimiento fronterizo del río Cuarto al río Quinto. Pasó a retiro militar en 1895. En el año 1866 se había casado con Rita Argüello, descendiente de familias con abolengo en la región (Sosa, 2006).

31. Ambrosio Olmos  (1839-1906), de hispanocriolla prosapia del norte cordobés (Maldonado, 1981), se había establecido en el extremo sur de la sierras cordobesas, en Achiras, en 1861, con una barraca de frutos del país. En 1867 se trasladó a la Villa de la Concepción continuando con el  negocio de barraca, anexando el de tiendas, almacén y ramos generales, convirtiéndose en uno de los comerciantes más importante de Río Cuarto. Fue uno de los primeros en la región en invertir el capital comercial acumulado en la compra de tierras. Estableció importantes relaciones con estancieros de la región como  Wenceslao Tejerina y Alejandro Roca, y con jóvenes oficiales en unidades militares como Lucio V. Mansilla, Eduardo Racedo y  Julio Argentino  Roca, enrolándose en la misma corriente ideológica  del autonomismo nacional, lo que lo llevaría a formar parte de la sociedad liberal y actuar en política: presidió en 1879 el Comité Autonomista de la capital cordobesa que proclamara candidato presidencial al general Roca, siendo posteriormente gobernador de Córdoba (1886-1889). En Mayol Laferrere, (2006) Amobrosio Olmos, gobernador. En el centenario de su fallecimiento (1906-2006) En XXI Encuentro de los Pueblos del Sur de Córdoba.  

32. Federik Jackson Turner, El significado de la frontera en la historia americana en Hebe Clementi, F.J. Turner. (Bs. As.: CEAL,  1968) 44-75. 

33. Así no sólo aportó una nueva dimensión al concepto de frontera, sino también una nueva visión de la Historia. A través de esa perspectiva, la Historia comenzó siendo pura frontera para, paulatinamente, pasar de ser sede, asentamiento y ciudad precaria -a la fuerza  de intento y de afirmación de la idea de persistir y de extenderse- a ser una región, un país difuso -a medias independiente- y finalmente un país constituido.

34. Esta connotación de la ciudad de avanzada, también puede estar presente en otras localidades fronterizas hispanoamericanas y en el imaginario social. El poeta Pablo Neruda, por ejemplo, cuando recuerda su ciudad natal, la describe como "una ciudad pionera, de esas ciudades sin pasado" (Neruda, [1974] 2005: 14) y agrega  "la frontera tenía ese sello maravilloso de Far West sin prejuicios (...) Éramos iguales entre los Aracenas y los Ramirez y los Reyes" (Neruda, [1974] 2005: 20). 

35. Ver Georg Iggers, La Ciencia Histórica en el siglo XX. Tendencias Actuales (Barcelona, Idea Universitaria: 1998) p. 45.

36. Entre las producciones de Joaquín Bustamante son fundamentales Nace un Imperio de 1961 (sin editorial), reproducido posteriormente en el año 1986 en "Edición homenaje al bicentenario de la ciudad de Río Cuarto por Jockey Club Río Cuarto" y Liga Argentina de Jockey Clubs. Alguien vigila en el Imperio (1970) y Del Álbum de la abuela (1974). Estos dos últimos, publicados bajo el seudónimo de Chañilao, fueron reunidos posteriormente en  "Estampas Imperiales" publicado también en 1986 en Río Cuarto por Impresiones Blanco y Barchiesi.

37. Rodolfo Centeno  identificado como "escritor popular" (Decreto Municipal 6.221/67) publicó bajo el título de Evocaciones Históricas Riocuartenses (Río Cuarto, Imprenta Macia, 1967),  una recopilación de hechos, datos, reseñas, episodios y anécdotas de índole histórica referidos a la localidad en base a artículos periodísticos del diario local "El Pueblo". Algunos de estos artículos fueron utilizado por de Imaz.

38. La investigación de Adriana Fourcade (1986) Las fluctuaciones poblacionales de la Villa de la Concepción del Río Cuarto en relación con el momento histórico del país (Inédito) fue el Primer Trabajo Final de la Carrera de Licenciatura en Historia en la Universidad Nacional de Río Cuarto (carrera creada en 1980) que se plantea una investigación en histórica regional. Posteriormente publica Una Villa de Frontera. Estudio de la población de la Villa de la Concepción del Río Cuarto, 1800 - 1850 (Río Cuarto,Ed. Icala, 1991).

39. Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y miembro de la Junta Municipal de Historia de Río Cuarto. La autora cuenta posteriormente con varios trabajos sobre la población de la región, pero el realizado en 1993, aparece como más significativo por su esfuerzo en el planteo de síntesis superadora de la historiografía local regional.

40. Susana Gutiérrez, Ocupación y conformación espacial del sur de Córdoba en Cuadernos de Historia, Nº 25, Junta Provincial de Historia de Córdoba. Córdoba, 1993, p. 8.

41. Para el período de fines del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX, a  partir de los censos de 1778 y de 1813, se cuenta con los siguientes trabajos: Carbonari, María Rosa. Población y Espacio en el Río Cuarto. Fines del Siglo XVIII. Revista Cronia. Facultad de Ciencias Humanas. UNRC (1998) Año 2 Nro. 2, pp. 170 a 185; La Población de la Región del Río Cuarto en el contexto del Reformismo Borbónico y la emancipación hispanoamericana. Quarto Rio Revista de la Junta Municipal de Historia Nro 5. Río Cuarto  (2002) pp. 9-27  y en Co-autoría con José Alberto Cocilovo (2004). La población de 1778 en la región del Río Cuarto (Córdoba, Argentina). Río Cuarto. Fundación de la Universidad Nacional de Río Cuarto.   Respecto al registro censal de 1822 con el trabajo de Gozzarino, María Eugenia: La población del Río Cuarto en 1822. Inédito. Departamento de Historia. 2002. Y para el Censo de 1840, el artículo de Miskovski, Silvina. Estructura de la población de la región del Río Cuarto a mediados del siglo XIX.  Quarto Rio Revista de la Junta Municipal de Historia Nro 8.

42. Ver, por ejemplo, la Historia de una cautiva en La frontera de la región del Río Cuarto. Obertura para una discusión desde la Historia Cultural. En V Encuentro del Corredor de las ideas. Cultura política y Democracia en America Latina. Humanismos, perspectivas y praxis alternativas en la encrucijada. Universidad Nacional de Río Cuarto. 2002, pp. 542-551.

 

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