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Revista Escuela de Historia

versión On-line ISSN 1669-9041

Rev. Esc. Hist. vol.18 no.2 Salta dic. 2019

 

ARTÍCULO ORIGINAL

Esclavitud Africana en el Perú: Precio de los Esclavos 1650 – 1820
(African Slavery in Peru: Slave Price 1650 – 1820)

Víctor Hugo Haro Hidalgo
Pontificia Universidad Católica del Perú, vhharoh@gmail.com

Recibido: setiembre de 2019                                                  
Aceptado: diciembre de 2019


Resumen:

La colonización de América se nutrió fuertemente de mano  de  obra  esclava,   millones   de pobladores africanos fueron trasladados contra su voluntad desde África al nuevo mundo, para ocupar   labores   esencialmente   agrícolas,   pero   que   también   incluyeron   labores   en   otras actividades como la minería, la industria, el comercio y el servicio doméstico.   Fueron un ingrediente esencial para el desarrollo de las colonias, sin su forzosa participación las colonias no hubieran podido desarrollarse.   En el presente artículo, se presenta y revisa el precio de los esclavos en el Perú durante el período colonial tardío, comprendido entre los años de 1650 a 1820. La revisión comprende la evolución del precio de la mano de obra esclava, buscando entender el mercado de fuerza laboral y las implicancias que tuvo la esclavitud. La principal fuente de información son los protocolos notariales existentes en el Archivo General de la Nación, del cual se recogieron una muestra de 1,738 transacciones de compra y venta de esclavos, 221 transacciones corresponden al siglo XVII (1650 a 1699), 1,236 transacciones  l siglo XVIII (1700  a 1799) y 281 transacciones para el siglo XIX (1800 a 1820). No solo se presenta   el   precio   de   la   transacción,   sino  que   también   se   han   considerado   otros   datos sumamente   interesantes   como   el   sexo,   edad   y   casta   de   los   esclavos,   y   el   sexo   de   los compradores y vendedores.

Palabras claves: Comercio; Esclavitud; Perú; Precios; Mano de obra; Virreinato

Abstract: 

The colonization   of   America   was   heavily   nourished   by   slave   labor,   millions   of   African inhabitants   were   transferred   against   their   will  from   Africa   to   the   new   world,  to   occupy essentially agricultural work, but which also included work in other activities such as mining, industry,   commerce   and   domestic   service. They   were   an   essential   ingredient   for the development of the colonies, without their forced participation the colonies could not have developed. In this article, the price of slaves in Peru during the late colonial period, between the years of 1650 to 1820, is presented and reviewed. The review includes the evolution of the price of slave labor, seeking to understand the market labor force and the implications of slavery. The main source of information is the notarial protocols existing in the General Archive of   the   Nation,   from   which   a   sample   of   1,738   slave   purchase   and   sale   transactions   was collected, 221 transactions correspond to the 17th century (1650 to 1699), 1,236 transactions to t he century XVIII (1700 to 1799) and 281 transactions for the XIX century (1800 to 1820).Not only is the price of the transaction presented, but other highly interesting data such as the sex,   age  and   caste   of   the   slaves,   and   the   sex   of   the  buyers   and   sellers  have   also   been considered.

Keywords: Commerce; Slavery; Perú; Price; Labor; Viceroyalty

Los inicios de la esclavitud africana en el Perú

La esclavitud en el Perú inicio de manera muy discreta durante el Siglo XVI. Los primeros esclavos arribaron con la primera expedición conquistadora liderada por Francisco Pizarro1, y desde esa fecha su número fue incrementando de manera progresivo en el Virreinato del Perú; a mediados del siglo XVII ya pasaban los 40,0002 , de los cuales unos 20,000 se encontraban en la ciudad de Lima3.

A diferencia de otras colonias españolas, la esclavitud en el Perú no fue una esclavitud con énfasis en el trabajo en el campo y plantaciones, sino que fue principalmente urbana. Otra particularidad fue la cristianización de los esclavos, a los que incluso se puso un mayar énfasis que a la cristianización de los indios. La cristianización de los esclavos, les permitió ganar algunos derechos, como el matrimonio, la convivencia, y el aprendizaje de algunos oficios.4

Un hecho importante que contribuyo al incremento del volumen de esclavos en el Perú, se dio a finales del siglo XVI, época en que se constituye el eje Lima – Huancavelica – Potosí,  que se consolidó durante el siglo XVII. Lima y sus alrededores producían con su mano esclava africana los alimentos e insumos consumidos por los asentamientos de Huancavelica donde se extraía azogue5  y mercurio, ambos fundamentales para la extracción de la plata en Potosí y sus minas aledañas. Esta simbiosis que se desarrolló entre las tres ciudades, determino el modelo de producción futuro de Perú, en el que la mano de obra indígena se encargaba del trabajo minero por su cercanía relativa a las minas, y la mano de obra esclava africana que se encargaba de la agricultura y la ganadería en la costa, así como para trabajos y servicios urbanos: panaderías6 , herrerías y talleres en general7

El desarrollo de la minería, que se constituyó en la principal actividad económica del Virreinato del Perú, hizo necesario el desarrollo de las ciudades, dado que facilitaban los bienes de producción; el desarrollo de la economía minera hizo fundamental contar con fuentes constantes de producción de alimentos, las que inicialmente se desarrollaron en la costa y posteriormente en la sierra, dando aparición a la “hacienda”;  lugar en la que los esclavos africanos tuvieron un rol sumamente importante para su desarrollo, constituyéndose en la principal alternativa de trabajo constante, fundamental para las labores agrícolas8, especialmente en las haciendas de la costa9. Tenemos también, que en las haciendas serranas los esclavos africanos estuvieron presentes y fueron parte activa de los modos de producción10 , pero no en un número tan dominante como en las haciendas costeras.

En la escala social de ese momento histórico, la corona española hizo todos los esfuerzos para que se constituyeran tres estratos sociales distintos, y en lo posible que no se mezclaran entre sí: en la cumbre de esta pirámide social se ubicaban los españoles, tanto peninsulares como criollos11; en el siguiente estrato se ubicaban los pueblos indígenas y en la base, el nivel socialmente más bajo, lo debían ocupar los africanos, tanto esclavos como libertos. Sin embargo en la práctica, los africanos tuvieron en muchos casos mejor aceptación social que los indígenas12, e incluso abrazaron las costumbres españolas con mayor facilidad, en especial el cristianismo13.  

El tráfico de esclavos africanos en el Perú

El inicio del tráfico de esclavos durante mediados del Siglo XVI en el Perú, fue inicialmente previsto como algo temporal14, se esperaba que el indígena fuera la mano de obra dominante en el desarrollo del Virreinato del Perú; sin embargo, ante el vertiginoso descenso de la población indígena15, en especial en la costa; dio paso a que la corona española, muy a su pesar por la pérdida de plata que implicaba el tráfico de esclavos, permitiera el incremento progresivo del tráfico de esclavos africanos hacia sus colonias, incluido el Virreinato del Perú. Desde el inicio la corona trato de regular el tráfico de esclavos, no solo como fuente de ingresos fiscales16, sino además porque quería limitar el flujo de plata hacia los tratantes de esclavos. Persistía en esos momentos la idea de que a mayor acumulación de metales mayor era la riqueza de una nación17, por lo que darle plata a sus primos portugueses era algo que los españoles aceptaban de muy mala gana, situación que demuestra lo importante de contar con mano de obra para los colonias, necesidad que incluso vencía ese freno tan arraigado entre las naciones de la época de ceder sus preciosos metales.

Para atender la demanda, cada vez más creciente de esclavos, la corona española acudió a los portugueses, brindándoles los denominados “asientos de negros”18 , que no eran otra cosa que licencias para poder traficar esclavos a sus colonias. Los españoles recurrieron a los portugueses, dado que en ese momento histórico (mediados del siglo XVI) eran la potencia dominante en el tráfico de esclavos19, no solo por el acceso a África, territorio que les fue concedido por Bula Papal, sino especialmente por las relaciones comerciales que ya habían establecido muchos años atrás con los pueblos sedentarios de las costas africanas occidentales. Durante prácticamente dos siglos (XVI y XVII) los portugueses dominaron el mercado atlántico de tráfico de esclavos africanos. Pero el cruce del atlántico a  las posesiones españolas en el Caribe de América, solo significaba la mitad del viaje, la otra mitad del viaje se iniciaba desde el Caribe, en puertos como Cartagena y Maracaibo, hasta el Virreinato del Perú, trayecto que implicaba cruzar el istmo de Panamá, y posteriormente el transporte en barco hacia las ciudades de la costa del Virreinato del Perú, en especial Lima, vía el puerto del Callao. Este trayecto, también fue inicialmente dominado por los portugueses, quienes se establecieron en un número significativo en las colonias españolas del Caribe, ramificando sus conexiones que llegaban incluso hasta la misma ciudad de Lima20.

Destino de los esclavos africanos: Ciudades y Campo

La demanda inicial de mano de obra esclava, por parte de los colonos españoles, no se dio para plantaciones y haciendas, sino que se destinó a las ciudades, para servidumbre21 , construcción, talleres22  y panaderías23 , ante la dramática caída de la población indígena, que ya no podía cubrir esas tareas. El negro pasó a ser la mano de obra dominante en las ciudades y haciendas de la costa, mientras que los indígenas lo fueron en la sierra, y en especial en las minas. A pesar de que los indígenas, eran súbditos de la corona española, y aun en su condición de ciudadanos de segunda, fueron inicialmente duramente explotados por los conquistadores y luego por los colonos españoles, hasta casi su desaparición; sin embargo, gracias a defensores como Bartolomé de las Casas, lograron la imposición de leyes para su protección. Sin embargo las fuerzas económicas pudieron más que las humanitarias, por lo que siguieron siendo empleados para labores de trabajos forzados, especialmente de extracción minera24.

Los esclavos “bozales”, eran los esclavos que llegaban directamente de África a América25; no conocían ni el idioma ni las costumbres españolas; curiosamente esa falta de conocimiento de las costumbres españolas los hacia a la vista de sus amos como más dóciles y moldeables, características por la que los compradores estaban dispuestos a pagar un precio más elevado. Usualmente se les destinaba al trabajo en áreas rurales, en especial a los varones, dado que no contaban con la preparación previa en un oficio, se aprovechaba su fuerza bruta para atender los trabajos en plantaciones y haciendas, las cuales tenían cada vez una mayor producción de alimentos y productos como el agua ardiente, cerveza y vino, con gran demanda en las cada vez más pobladas zonas mineras del Virreinato del Perú.

El Virreinato del Perú, para la Corona española, era por excelencia minero26, y le asignaba el valor del mismo a su volumen de producción de oro y plata. Para impulsar y sostener la producción minera, se impulsa la producción agrícola y ganadera, comienzan a crecer las plantaciones y haciendas para atender la demanda de bienes y productos de las zonas mineras. Es en estas haciendas y plantaciones, donde a falta de la mano de obra indígena se impone la mano de obra del esclavo africano como la principal alternativa para la producción27. Se completa la relación simbiótica con las ciudades, que sirven de nexo entre las zonas mineras y las zonas rurales, sirviendo de centro de comercio para el intercambio y venta de los productos de ambas zonas, suministrando además las herramientas necesarias para la producción tanto en las zonas mineras como en el campo.

El comercio de Esclavos en el Virreinato del Rio de la Plata

Revisemos brevemente, y a modo de comparación, cómo se di el comercio de esclavos en el Virreinato de Rio de la Plata, que a sus inicios la ciudad y puerto de Buenos Aires, como Gobernación dependía administrativamente del Virreinato del Perú, implicando en la práctica que no tuviera instituciones como la Real Audiencia, el Tribunal de Cuentas e incluso la Aduana, dependiendo de las que se encontraban en Lima, limitándose significativamente su comercio formal con los demás territorios de ultramar. Todo esto cambio con la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, que le da independencia administrativa, dejando de depender de Lima y pasando a crearse todas esas instituciones en la ciudad de Buenos Aires, cuyo puerto, junto con el de Montevideo quedan formalmente habilitados para todo comercio de ultramar, liberalizándose el tráfico, ejercido tanto por españoles como por extranjeros.

En esos momentos, cuando Buenos Aires era un una gobernación, Holanda aposto fuertemente por la inversión en plantaciones azucareras y el tráfico de esclavos, desplazando en el siglo XVIII a Portugal como principal potencia esclavista. Su modelo económico se basaba en las plantaciones, que demandaba un intenso uso de la mano de obra, al no poder satisfacerla con mano de obra libre, el gobierno holandés incentivo a compañías de particulares para obtener esa mano de obra directamente del litoral africano, y poder cubrir la demanda de mano de obra de sus crecientes plantaciones.

Durante el Siglo XVIII sería la producción de caña de azúcar, con el modelo de las plantaciones, con fuerte presencia en las islas del caribe la que impulsaría el tráfico de mano de obra esclava, si bien el desarrollo de nuevas tecnologías, mejoraría la competitividad, a priori no disminuirá la demanda por mano de obra esclava, con es el caso de Cuba, que durante el siglo XVIII llegaría a ser el principal productor mundial de azúcar, y que a pesar de un desarrollo tecnológico significativo aplicado a su producción, seria además el territorio del Caribe con mayor cantidad de mano de obra esclava, como lo señala Herbert S. Klein.28

Como ya hemos mencionado, el desarrollo de la minería en el nuevo mundo implico tanto directa como indirectamente el desarrollo de otras actividades como la agricultura, la ganadería y posteriormente la industria. Las grandes explotaciones mineras se encontraban en las posesiones españolas, principalmente en el Virreinato de Nueva España (México) y en el Virreinato del Perú, a las que el profesor Klein señala como el punto de partida para la llegada de la mano obra esclava africana a América.  Estas explotaciones mineas no solo fueron cada vez mayores mercados para diversos productos, sino que además, y lo más importante, permitieron la abundancia de capital, el cual permitió la inversión en las plantaciones, tanto las azucareras, como las algodoneras, que fueron el detonante para la importación masiva de mano de obra esclava: “…bien provistos de metales preciosos y con una balanza comercial positiva con Europa, los españoles de América podían permitirse el lujo de experimentar con la importación de esclavos africanos…” Herbert S. Klein - "La Esclavitud Africana" (pág. 27). La abundancia de capital, al menos inicial, de los españoles, contrasta con la de los otros europeos, que tuvieron que emplear mano de obra de trabajadores pobres: “…los europeos septentrionales no contaron con excedentes de capital para pagar la importación de esclavos: A diferencia de los ibéricos del siglo XVI echaron mano de un caudal abundante de trabajadores europeos pobres, en especial durante la crisis económica del siglo XVII…”.29

La demanda de mano de obra esclava fue atendida inicialmente por los portuguesas, quien incluso antes del descubrimiento de los territorios de América, ya habían explorado el litoral de África, y establecido enclaves de los que extraerían la mano de obra esclava africana tan solicitada en las posesiones españolas de América. Se repite la experiencia de los españoles, cuando Portugal descubre e inicia la explotación de oro en Minas Gerais, que traería un rápido desarrollo de actividad agrícola, la ganadería y la colonización de regiones enteras, como también lo señala Herbert S. Klein.

Tenemos entonces que la minería seria el detonante inicial para la importación de mano de obra esclava en América, esa minería inicialmente estaba en posesiones españolas, los españoles recurrieron a sus primos portugueses para satisfacer esa demanda de mano de obra. Los portugueses atendieron esa demanda con sus enclaves en África, que eran anteriores al descubrimiento de América. Las actividades mineras a su vez generaron demanda de alimentos y productos terminados, por lo que se desarrolló actividades agrícolas, ganadería y manufactura cerca de las explotaciones mineras para satisfacer esa demanda, lo que a su vez demando mayor mano de obra, incrementando los incentivos de Portugal para seguir satisfaciendo esa demanda española.

Las posesiones portuguesas en América se situaron principalmente en la parte del sur de América en el atlántico, geográficamente frente a sus enclaves en el litoral africano, dándoles aún mayores facilidades y ventajas competitivas frente a otras potencias para atender la demanda de mano de obra española. La corona española puso condiciones bastante restrictivas para la llegada de esta mano de obra extranjera a sus territorios en América, la idiosincrasia del momento condiciono a que no solo la mano de obra recién llegada sea bautizada en el catolicismo sino que además los que la proveían profesaran la fe católica, sin embargo ante la creciente demanda de sus colonias por mano de obra tuvieron que relajar significativamente estas restricciones, en la práctica la economía primo sobre la fe.

Si bien la mano de obra esclava que arribaba al Virreinato del Perú tenía exclusividad con los comerciantes de Cartagena por decreto real, esta exclusividad fue paulatinamente vulnerada conforme se desarrollaban los puertos de Asunción, Buenos Aires y Santiago de Chile.

La cercanía de Buenos Aires a las posesiones portuguesas y su ubicación estratégica en el atlántico, le permitió ser uno de los principales puertos de ingreso de mano de obra esclava al virreinato del Perú, sin embargo durante el siglo XVII el comercio formal de ultramar, incluido el de mano de obra esclava fue proscrito por la corona española, que además fue fuertemente presionada por las comerciantes de Cartagena para que tome las medidas necesarias para hacer respetar su monopolio de tráfico de esclavos con el virreinato del Perú. Sin embargo nuevamente la económica primo sobre lo demás, incluyo la ley del Rey, la ubicación privilegiada de Buenos Aires, no solo como un puerto en el Atlántico, sino además por su relativo fácil acceso a las explotaciones mineras de Potosí (con las mayores explotaciones mineras de plata de la región), con el puerto formalmente cerrado al comercio con ultramar, empezó un ingenioso y significativo contrabando de mano de obra eslava durante el siglo XVII, como lo señalan las investigaciones de la profesora Elena Studer en su libro la “La  trata”30. Esta mano de obra esclava provenía inicialmente de los excedentes de las posesiones portuguesas en Brasil, que veían en Buenos Aires el puerto de ingreso para llevar esa mano de obra esclava al tan cotizado mercado de Potosí, donde podían vender esa mano de obra no solo a precios significativos, sino además pagadera en plata. Posteriormente con una mayor demanda de esclavos para esa región arribaban directamente desde los enclaves portugueses en Guinea y Cabo Verde.

El desarrollo significativo de la agricultura y en especial de la ganadería, con una industria de cueros cada vez mayor, en especial en Córdoba, como lo señala Carlos Assadourian en 196631, finalmente generó que las cada vez mayores presiones de los cabildos del Río de la Plata lograran que se liberalizara el comercio en el puerto de Buenos Aires, y que posteriormente se creara el Virreinato del Rio de la Plata en 1776, dándole la tan esperada independencia administrativa del Virreinato del Perú, a partir de ese momento el comercio de esclavos volvió a la formalización, lo que no evito que continuara el contrabando de otros productos. Sin embargo, hasta que la libertad de comercio llego al Rio de la Plata, transcurrió más de un siglo, en el cual el tráfico de esclavos que ingresaba por el puerto de Buenos Aires, primero en manos de los portugueses, paso luego a mano de los holandeses, luego a los Franceses (con el cambio dinástico en España a los Borbones) para finalmente será prioritariamente de los Ingleses como resultado posterior a la guerra de sucesión en España, estos acontecimientos solo significaron quien proveía la mano de obra esclava, la cual siguió en constante crecimiento.

Como hemos señalado la economía fue el factor primordial, el tan apetecible mercado de Potosí, no solo para los traficantes de esclavos sino en especial para los contrabandistas32, las diferencias significativas de precios de la mano de obra esclava de los comerciantes de Río de la Plata con los de Cartagena, fue el factor decisivo para la decadencia de estos últimos en favor de los primeros. Los estudios del profesor Carlos Assadourian, nos presentan precios realmente contundentes, con una media durante el Siglo XVII de 226,85 pesos para los esclavos varones de 19 años y de 245,12 pesos para las esclavas de 18 años, precio que eran prácticamente la mitad de los que ofertaban los comerciantes de Cartagena.
Es importante mencionar que si bien el tráfico de esclavos en los puertos de Asunción, Rio de la Plata y Santiago de Chile, iniciaron en el Siglo XVII para satisfacer la demanda de esclavos en los territorios mineros del interior, en especial Potosí, posteriormente y en especial durante el Siglo XVIII ese comercio se destinó mayoritariamente a satisfacer la demanda de mano de obra de actividades agrícolas y en especial ganaderas, que se desarrollaron gracias al crecimiento de la actividad minera. 

Perfil de los esclavos africanos en el Perú

Para realizar el análisis del precio de los esclavos, elaboramos los perfiles de sexo, edad y casta de los esclavos africanos comercializados en el Virreinato del Perú en el periodo de 1650 a 1820; que nos servirá como un primer acercamiento antes de abordar de lleno el precio de los esclavos. Las cifras que mostramos a continuación se basan íntegramente, en un análisis empírico de la información registrada en 1,738 Cartas de Venta de esclavos, que fueron registradas en los protocolos notariales de escribanos de Lima en el periodo 1650 a 1820, que se encuentra en el Archivo General de la Nación, y que comentamos a continuación.

El Sexo de los esclavos africanos

Encontramos que el 52.93% son esclavos de sexo masculino, y el restante 47.07% de sexo femenino. Separando esta información por siglo tenemos lo siguiente:

Cuadro 1: Sexo de los esclavos de la muestra

Siglo XVII:

•           Esclavos                                 -          131 (59.28%)

•           Esclavas                                 -          090 (40.72%)

221 (100.00%)

Siglo XVIII:

•           Esclavos                                 -          0655 (52.99%)

•           Esclavas                                 -          0581 (47.01%)

1236 (100.00%)

Siglo XIX:

•           Esclavos                                 -          134 (47.69%)

•           Esclavas                                 -          147 (52.31%)

                                                                        281 (100.00%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Podemos observar que la proporción por sexo estaba bastante equilibrada, con cierta tendencia a favor de las eslavas de sexo masculino.

El sexo de los vendedores de esclavos africanos

Obtenemos datos muy  interesante si esta misma variable de sexo la aplicamos a los vendedores de esclavos; tenemos que el 51% de los vendedores son de sexo femenino (891), y el 49% de sexo masculino (847). Separando esta información por siglo tenemos lo siguiente:

Cuadro 2: Sexo de los vendedores de la muestra

Siglo XVII:

•           Vendedores                            -       163 (73.76%)

•           Vendedoras                            -       058 (26.24%)

221 (100.00%)

Siglo XVIII:

•           Vendedores                            -      0556 (44.98%)

•           Vendedoras                            -      0680 (55.02%)

                                                                     1236 (100.00%)

Siglo XIX:

•           Vendedores                            -       128 (45.55%)

•           Vendedoras                            -       153 (54.45%)

                                                                      281 (100.00%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Encontramos que las mujeres tuvieron una significativa participación como vendedoras de esclavos, participación que va incrementando de un siglo a otro. Como una posible explicación al incremento de la presencia de mujeres en la venta de esclavos, podemos especular que se trata en muchos casos de religiosas y viudas, que progresivamente vendían esclavos de su dote o de la herencia del esposo para afrontar sus gastos de subsistencia.

El sexo de los compradores de esclavos africanos

En el caso del sexo de los compradores, hemos encontrado que el 44% son de sexo femenino (768) y el 56% de sexo masculino (970). Aquí encontramos también evidencia de una presencia importante de las mujeres en las transacciones comerciales de compra y venta de esclavos. Separando esta información por siglo tenemos lo siguiente:

Cuadro 3: Sexo de los compradores de la muestra

Siglo XVII:

•           Compradores                          -       175 (79.19%)

•           Compradoras                          -       046 (20.81%)

                                                                       221 (100.00%)

Siglo XVIII:

•           Compradores                          -       0678 (54.85%)

•           Compradoras                          -       0558 (45.15%)

                                                                      1236 (100.00%)

Siglo XIX:

•           Compradores                          -       117 (41.64%)

•           Compradoras                          -       164 (58.36%)

                                                                       281 (100.00%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

La cifra relativamente alta del número de compradoras, podría explicarse en la compra de esclavos como una inversión y generadora de renta, dado que era común en la época colonial, en especial en la ciudad de Lima, el comprar esclavos para luego alquilarlos, generándose así una renta diaria para sus propietarios, práctica común entre las mujeres viudas, que mediante esta práctica obtenían un ingreso para su subsistencia.

La edad de los esclavos africanos

De las 1,738 cartas de venta, en el 50.4% tenían consignada la edad del esclavo. Esos 876 casos en los que consignaron la edad, los hemos distribuido en los siguientes rangos de edades:

Cuadro 4: Edad de los esclavos de la muestra

•         Menor a un año                 -       031 esclavos (3.5%)

•         De un año a 17 años         -     223 esclavos (25.5%)

•         De 18 años a 40 años       -    553 esclavos (63.1%)

•         Mayores de cuarenta años -   069 esclavos (7.9%)

                                                              876 esclavos (100.0%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Tenemos 862 cartas de venta en las que no consignaron la edad de los esclavos, a fin de poder aprovechar esa información integrándola a nuestro análisis, y guiándonos del precio de venta promedio de los rangos de edad ya definidos, procedemos a distribuir esos 862 casos en los 4 rangos de edades descritos anteriormente. Realizando el mencionado ajuste tenemos esta nueva distribución:

Cuadro 5: Edad de los esclavos de la muestra (datos ajustados)

•         Menor a un año                 -         0062 esclavos (3.6%)

•         De un año a 17 años         -        0402 esclavos (23.1%)

•         De 18 años a 40 años       -       1201 esclavos (69.1%)

•         Mayores de cuarenta años -      0073 esclavos (4.2%)

                                                                1738 esclavos (100%)


Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Comparando los datos en los que si se contaba con la información de la edad, con los datos ajustados, tenemos que a nivel porcentual no hay una variación significativa, dándonos la tranquilidad de que no se está sesgando la información. Separando esta información por siglo tenemos lo siguiente:

Cuadro 6: Detalle edad de los esclavos de la muestra (datos ajustados)

Siglo XVII:

•         Menor a un año                           -      003 esclavos (1.4%)

•         De un año a 17 años                -       035 esclavos (15.8%)

•         De 18 años a 40 años              -      166 esclavos (75.1%)

•         Mayores de cuarenta años       -     017 esclavos (7.7%)

                                                                      221 esclavos (100.0%)

Siglo XVIII:

•         Menor a un año                           -      0047 esclavos (3.8%)

•         De un año a 17 años                  -     0275 esclavos (22.2%)

•         De 18 años a 40 años                  -   0859 esclavos (69.5%)

•         Mayores de cuarenta años           -   0055 esclavos (4.4%)

                                                                      1236 esclavos (100.0%)

Siglo XIX:

•         Menor a un año                           -      012 esclavos (4.3%)

•         De un año a 17 años                   -     092 esclavos (32.7%)

•         De 18 años a 40 años                  -    176 esclavos (62.6%)

•         Mayores de cuarenta años           -    001 esclavos (0.4%)

                                                                         281 esclavos (100.0%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Tenemos que la mayoría de esclavos comercializados tenía una edad entre 18 y 40 años (69.1%), seguidos de los esclavos con una edad en el rango de uno a 17 años (23.1%), en tercer lugar los esclavos con una edad en el rango de mayores de cuarenta años (4.2%) y finalmente los esclavos con una edad en el rango de menor a un año (3.6%). Es importante mencionar que los esclavos de este último rango (“menor a un año”), rara vez se vendían solos, en las cartas de venta que hemos analizado, casi siempre se vendían con la madre, y ocasionalmente en lugar de la madre, con el padre o un hermano mayor.

Revisando los casos de mayor edad de los esclavos al momento de venderlos, encontramos que la edad máxima corresponde a la venta del esclavo Antonio Lucume de 90 años de edad, que en junio de 1758, lo venden por “nada”, es decir cero (0) pesos corrientes, dada su avanzada edad; le sigue el caso de la esclava María de casta Lucume, de 70 años de edad, que en diciembre de 1682, la venden por 25 pesos corrientes; a este último le sigue el caso del esclavo Bernardo Congo, de 65 años de edad, que en junio de 1758, es vendido por el valor de 50 pesos corrientes. Podemos especular que la vida laboral de los esclavos terminaba a los 50 años, revisando la información empírica solo encontramos 24 casos de ventas de esclavos con edad mayores a 50 años, es decir solo el 1.38% del total de esclavos tenía más de 50 años al momento de su venta, cuatro son del siglo XVII y veinte en el siglo XVIII, y ninguno registrado en el siglo XIX. Posterior a los 50 años, se agotaba su capacidad de trabajo, y el precio de venta que se podía obtener era muy bajo, como se aprecia en los casos antes mencionados.

Analizando la información, encontramos que tanto en los siglos XVII, XVIII y XIX, el primer lugar, como los más vendidos, lo ocupan los esclavos que estaban en el rango de edad de 18 a 40 años (XVII – 75.1%, XVIII – 69.5%  y XIX – 62.6%), sin embargo, como se aprecia, su participación va disminuyendo en cada siglo, lo cual se puede explicar por el crecimiento poblacional de los esclavos, aumentando cada año la población infantil de esclavos, lo cual también se ve reflejado en los datos analizados, dado que los esclavos comercializados con rango de edad menor a un año pasan de ser el 1.4% en el Siglo XVII, a 3.8% en el Siglo XVIII y 4.3% en el siglo XIX.

El crecimiento progresivo, siglo a siglo, de la población de esclavos, de edades menores a 18 años, reflejaría que fue incrementando el crecimiento vegetativo de los esclavos, que no tenían malas condiciones de vida, al menos no peores que las que se daban en esa época, así mismo como lo menciona el profesor Frederick P. Bowser; hay registros que demuestran que el gobierno virreinal favorecía, e incluso fomentaba, el matrimonio y la vida familiar entre los esclavos, lo que contribuía a ese crecimiento vegetativo, que se hace sobre todo notorio en el siglo XIX, dado que durante el siglo XVII tenemos que la población de esclavos menores a 18 años representa el 17.2% del total de esclavos de nuestra muestra, pasando en el siglo XVIII a 26.1% del total de esclavos de nuestra muestra, y llegando a 37.0% en el siglo XIX.

La casta de los esclavos africanos 

Respecto a la variable de la casta, debemos primero diferenciar al grupo de esclavos nacidos en dominios españoles del otro grupo de esclavos que se denominaban “Bozales”, que son esclavos nacidos en África, son este último grupo lo que se clasifican en castas; de las 1,738 cartas de venta que componen la información estadística, tenemos que en 582 casos (33.49%) no consignaron la casta, en los otros 1,156 casos (66.51%) sí consignaron la información de la casta:

Cuadro 7: Origen de esclavos de la muestra

        No es esclavo bozal         -      0683  (59.08%)

        Sí es esclavo bozal           -      0473  (40.92%)

                                                               1156  (100.0%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

A fin de poder aprovechar esos 582 casos en los que no consignaron la información de la casta, procederemos a reasignarlos a uno de los dos grupos antes mencionados, tomando en cuenta el precio y la edad de los esclavos, dado que los bozales tenían en casi todos los casos un precio mayor a los no bozales, así mismo era rara la importación de esclavos bozales de edades muy tempranas. Luego de realizada la reasignación, tenemos esta nueva distribución:

Cuadro 8: Origen de esclavos de la muestra (datos ajustados)

        No es esclavo bozal          -       1006 (57.88%)

        Sí es esclavo bozal           -       0732 (42.12%)

                                                                1738 (100.00%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Comparando los datos en los que si se contaba con la información de la casta, con los datos ajustados, tenemos que a nivel porcentual no hay una variación significativa, dándonos la tranquilidad de que no se está sesgando la información. Si estos datos ajustados de casta los distribuimos por siglo, tenemos lo siguiente:

Cuadro 9: Detalle origen de esclavos de la muestra (datos ajustados)

Siglo XVII:

•         No es esclavo bozal          -         101  (45.70%)

•         Sí es esclavo bozal           -         120  (54.30%)

                                                                 221  (100.00%)

Siglo XVIII:

•         No es esclavo bozal         -         0713  (57.69%)

•         Sí es esclavo bozal           -         0523  (42.31%)

                                                                1236  (100.00%)

Siglo XIX:

•         No es esclavo bozal         -         192  (68.33%)

•         Sí es esclavo bozal           -         089  (31.67%)

                                                                 281  (100.00%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

De esta esta información, podemos inferir que si bien la mayoría de esclavos (57.88%) no eran bozales, es una situación que se fue dando progresivamente, dado que en el Siglo XVII la mayoría de esclavos tranzados si eran de origen bozal (54.30%), pero conforme la población de esclavos va incrementando, la población de esclavos no bozales empieza a ser la dominante en las transacciones de ventas de esclavos, en el siglo XVIII representan el 57.69% y en el XIX son el 68.33%. Estas últimas cifras, revelarían y apoyarían nuestras afirmaciones sobre el aumento vegetativo de la población esclava del Virreinato del Perú, en especial en el siglo XIX, no solo para legislación que alentaba los matrimonios y vida familiar entre esclavos, sino además por que las condiciones de vida de los esclavo no eran tan distintas de las clases menos favorecidas del Virreinato del Perú, lo que permitió su crecimiento.

Esclavos no bozales

Los esclavos no bozales, que en la data de nuestra serie son un total 1,006 esclavos, para facilitar su estudio se han distribuido en los siguientes grupos:

Cuadro 10: Origen de esclavos no bozales de la muestra (datos ajustados)

        Esclavos Criollos     -     0682  (67,79%)

        Esclavos Mulatos    -      0177  (17,59%)

        Esclavos Zambos    -     0147  (14,61%)

                                                     1006  (100,00%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Los esclavos criollos son los esclavos de padre y madre africanos, y nacidos en las posesiones españolas , los mulatos y zambos son también nacidos en posesiones españolas pero de origen mestizo; en el caso de los mulatos son de madre esclava africana y padre español, y en el caso de los zambos de madre esclava africana y padre indígena. Existían muchas otras clasificaciones más, dependiendo directamente del grado de mestizaje, pero con fines de simplificación no son parte del presente trabajo y solo se agruparan a los esclavos no bozales en esos tres grupos ya definidos. Si estos datos de los esclavos no bozales los distribuimos por siglo, tenemos lo siguiente:

Cuadro 11: Detalle origen de esclavos no bozales de la muestra (datos ajustados)

Siglo XVII:

•         Esclavos Criollos     -       077  (76,24%)

•         Esclavos Mulatos    -        019  (18,81%)

•         Esclavos Zambos    -       005  (04,95%)

                                                     101  (100,00%)

Siglo XVIII:

•         Esclavos Criollos     -       493  (69,14%)

•         Esclavos Mulatos    -        121  (16,97%)

•         Esclavos Zambos    -       099  (13,88%)

                                                      713  (100,00%)

Siglo XIX:

•         Esclavos Criollos     -       112  (58,33%)

•         Esclavos Mulatos    -        037  (19,27%)

•         Esclavos Zambos    -       043  (22,40%)

                                                      192  (100,0%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

En base a esta información podemos inferir, que en el periodo estudiado,  los esclavos Criollos (de padre y madre africano) son el número dominante en las transacciones comerciales de ventas de esclavos no bozales, representando el 67.79%, sin embargo van perdiendo participación siglo a siglo, si bien son el 76.24% en el Siglo XVII, pasan a ser el 69.14% en el Siglo XVIII y el 58.33% en el siglo XIX. Los esclavos zambos son los que comienzan a ganar una mayor participación en la venta de esclavos, son el 4.95% en el siglo XVII, pasan a ser el 13.88% en el siglo XVIII y el 22.40% en el XIX. Esto último se podría explicar por el crecimiento en general de la población mestiza, proceso al que los esclavos africanos no fueron ajenos, sino una parte activa del mismo.

Esclavos bozales

En nuestra muestra los esclavos bozales son 732, de una gran variedad de castas, solo en nuestra muestra aparecen un total de 31 diversas castas, sin embargo tenemos que las más populares son las siguientes:

Cuadro 12: Origen de esclavos bozales de la muestra (datos ajustados)

•         Esclavos de casta congo             –      151  (20.63%)

•         Esclavos de casta caravali         –       054  (07.38%)

•         Esclavos de casta mina              –       052  (07.10%)

•         Esclavos de casta terranova       –      033  (04.51%)

                                                                           290  (39.62%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

En esas cuatro castas tenemos prácticamente el 40% de los esclavos bozales de la muestra, a priori es notable que la casta más popular en el Virreinato del Perú fue la casta congo, dado que en la muestra tiene una participación de un poco más del 20%, cifra que apoya las afirmaciones de Frederick Bowser  y Erick Williams , quienes señalaban que una de las principales zonas de extracción de los esclavistas portugueses, que fueron los principales abastecedores de esclavos para el Virreinato del Perú, era la zona de la cuenca del bajo Congó. Si esta información la distribuimos por siglo, tenemos lo siguiente:

Cuadro 13: Detalle origen de esclavos bozales de la muestra (datos ajustados)

Siglo XVII:

•         Esclavos de casta congo             –       27  (22.50%)

•         Esclavos de casta caravali          –      09  (07.50%)

•         Esclavos de casta mina               –     10  (08.33%)

•         Esclavos de casta terranova        –     13  (10.83%)

                                                                           59  (49.17%)

Siglo XVIII:

•         Esclavos de casta congo             –      122  (23.33%)

•         Esclavos de casta caravali           –      045  (08.60%)

•         Esclavos de casta mina               –       042  (08.03%)

•         Esclavos de casta terranova        –      020  (03.82%)

                                                                           229  (43.79%)

Siglo XIX:

•         Esclavos de casta congo             –       02  (2.25%)

•         Esclavos de casta caravali           –       00  (0.00%)

•         Esclavos de casta mina               –        00  (0.00%)

•         Esclavos de casta terranova        –       00  (0.00%)

                                                                            02  (2.25%)

Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Basados en estos datos podemos inferir, que los esclavos bozales de casta congo fueron la casta predominante en las transacciones de venta y compra de esclavos en el Virreinato del Perú, en especial en los siglos XVII y XVIII, y en el caso del siglo XIX si bien aún están presentes en las transacciones de compra y venta de esclavos, su número cae notoriamente, muy probablemente por las restricciones al tráfico de esclavos que inicio Inglaterra y la cada vez menor presencia portuguesa en la zona.

En el cuadro que se muestra a continuación se detallan las castas de los esclavos bozales encontrados en la muestra:

Cuadro 14: Detalle castas de esclavos bozales de la muestra

El precio de los esclavos africanos

En base a las 1,738 cartas de venta obtenidas para la elaboración de la serie de precios para el rango de años desde 1650 a 1820, nos da priori un precio promedio de 377 pesos por esclavo. Si este cálculo lo separamos por siglo obtenemos la siguiente serie de precios:

Cuadro 15: Precio medio de esclavos de la muestra

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Precio medio de los esclavos (*)

616

349

315

377

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales


Gráfico 1: Serie de precios de esclavos de la muestra
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Podemos apreciar como el precio de los esclavos ha disminuido siglo a siglo, inicialmente tenemos un precio promedio de 616 pesos en el siglo XVII, que luego pasa a 349 pesos durante el siglo XVIII y termina en 315 pesos en el siglo XIX, este último precio se acerca astante al precio de 300 pesos33  que fue con el que se indemnizó en 1854 a los dueños de esclavos cuando el entonces Presidente Ramón Castilla abolió  definitivamente la esclavitud en el Perú.

En base a las variables que anteriormente definimos y detallamos, como las de sexo, edad y casta, tenemos la siguiente información de precios promedios considerando cada una de esas variables, separando por sexo y distribuyéndolo por siglo, tenemos

Cuadro 16: Precio medio de esclavos de la muestra por sexo:

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Esclavos de sexo femenino

596

354

315

374

Esclavos de sexo masculino

629

344

314

380

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales


Gráfico 2: Serie de precios de esclavos de la muestra por sexo
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

El mayor precio promedio de esclavos en el Siglo XVII, respecto a los siglos XVIII y XIX, podemos especular que se podría haber dado por una escases en la “Oferta de esclavos”, ese mayor precio no podría haber sido por el lado de la “Demanda de esclavos”, dado que el siglo XVII fue una época de recesión34.

En base a la información del cuadro anterior, en el que se muestra el precio promedio de los esclavos separado por sexo, podemos apreciar cómo el precio promedio de los esclavos de sexo masculino es superior al de los esclavos de sexo femenino, sin embargo esta diferencia solo es notoria en el Siglo XVII, dado que durante los siglos XVIII y XIX se acorta e incluso se revierte. La explicación de que inicialmente el precio de los esclavos de sexo masculino sea mayor al de los esclavos de sexo femenino, sobre todo en el Siglo XVII, podemos especular que se da debido a que los esclavos de sexo masculino tenían más aplicaciones laborales que sus pares de sexo femenino, dado que inicialmente las esclavas se empleaban principalmente como mano de obra doméstica, sin embargo en el siglo XVIII y en especial en el XIX comienzan a tener una variedad mayor de aplicaciones laborales, sobre todo productivas y comerciales, como la fabricación de alimentos y el comercio de esos productos, que tuvieron una especial demanda en los siglos XVIII y XIX.

Si adicionalmente al sexo, adicionamos la variable edad, en los rangos que anteriormente ya habíamos definido, y lo distribuimos por siglo, tenemos:

Cuadro 17: Precio medio esclavos de sexo femenino

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Menor a un año

100

88

50

85

De un año a 17 años

481

263

213

260

De 18 años a 40 años

661

404

381

432

Mayores de cuarenta años

295

231

250

258

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Cuadro 18: Precio medio esclavos de sexo masculino

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Menor a un año

135

79

77

82

De un año a 17 años

489

246

212

270

De 18 años a 40 años

691

400

390

443

Mayores de cuarenta años

449

206

-

241

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Al separar la información del precio promedio de los esclavos y esclavas por rango de edades, tenemos que la diferencia de precio por sexo se acentúa más en el Siglo XVII y en el XIX, en especial para el rango de edad “de 18 a 40 años”, ese rango corresponde a la de mayor productividad de los esclavos, por eso no debe sorprender que tengan el precio promedio más alto. Por ello todos los cuadros que se mostraran y analizaran a continuación serán siempre tomando el rango de edad de 18 a 40 años.

Si adicionalmente a las variables de sexo y edad, sumamos la variable de castas, concentrándonos en el rango de edad “de 18 a 40 años”, que además de ser el de mayor productividad, es además en el que contamos con mayor información (69% de la muestra), justamente por ser los que más se comercializaban en el rango estudiado, y distribuimos esa información por siglo, tenemos:

Cuadro 19: Precio medio esclavos de sexo femenino. De 18 años a 40 años

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

No es esclavo bozal

629

363

342

393

Si es esclavo bozal

694

440

431

469

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales


Gráfico 3: Serie de precios de esclavos sexo femenino de 18 años a 40 años
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

Cuadro 20: Precio medio esclavos de sexo masculino De 18 años a 40 años

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

No es esclavo bozal

568

369

342

387

Si es esclavo bozal

752

433

430

494

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales 


Gráfico 4: Serie de precios de esclavos sexo masculino de 18 años a 40 años
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales

En lo que respecta a los casos con precios extremos, el de mayor precio que encontramos fue el del esclavo Antonio de casta Arara, de 21 años de edad, y que en abril de 1668 fue vendido por 1,000 pesos corriente.35 Le sigue un caso de fecha cercana, de agosto de 1667, en el que se registra que Don Juan de Padilla, vecino de Lima, le vende a Don Miguel Núñez, un lote de 11 esclavos bozales, por los cuales recibe un pago de 10,800 pesos corrientes, lo que nos da un precio promedio por cada esclavo de 982 pesos corrientes.36 Un tercer caso, también cercano a la fecha de los dos anteriores, es el de la esclava Ana de casta Caravali, de 24 años de edad, que  en febrero de 1667 es vendida por 920 pesos corrientes37. Otro caso más es el de la esclava Lucia de casta Terranova, de 18 años de edad, que en enero de 1692 es vendida por la suma de 900 pesos corrientes.38 Notamos que el 100% de los casos extremos, con los precios más elevados que encontramos en la muestra, son todos esclavos bozales, tanto de sexo masculino como de sexo femenino, con un rango de edad entre 18 años y 40 años. En base a lo anterior y a modo de ejercicio, si tomamos los precios de venta de esclavos no bozales de fechas cercanas a las de los casos extremos que hemos mencionado, y en ese rango de edad de 18 a 40 años, encontramos el caso de la esclava Josepha Simona, criolla, de 20 años de edad, que en julio de 1668 fue vendida por el precio de 800 pesos corrientes39. Le sigue el caso de Juan Criollo de 30 años, que también en 1668 pero en el mes de junio, es vendido por el precio de 700 pesos corrientes.40 Un tercer caso extremo de esclavos no bozales, es el de Andrés de Rivera, esclavo criollo de 40 años, que en septiembre de 1667 es vendido por el precio de 650 pesos corriente41 ; finalmente tenemos el caso de Dominga Criolla de 22 años, que en diciembre de 1669 es vendida por el precio de 650 pesos corrientes.42 En las cartas de ventas de estos casos mencionados, no hay mención a un oficio o una característica que nos permita entender por qué su precio tan elevado respecto a otros esclavos, salvo que los esclavos bozales tienen un notorio precio mayor que los esclavos criollos; sin embargo podemos especular que adicionalmente a un motivo de restricciones en la oferta, se debió probablemente a la capacidad productiva de estos esclavos, que es muy probable hayan sido destinados a labores productivas en talleres o fábricas, más que a labores domésticas.

En base a esta información, es notorio que los esclavos bozales de sexo masculino tenían un precio promedio muy superior a sus pares que no eran bozales; diferencia que es especialmente notoria en el Siglo XVII, y que se va atenuando durante los siglos XVIII y XIX, principalmente por la gradual menor presencia de esclavos bozales en esos siglos ante el incremento de las restricciones para el tráfico de esclavos. Así mismo, la diferencia de precios es más notoria entre los esclavos de sexo masculino, dado que se dedicaban principalmente a fines productivos, actividades en las que se obtenía una mayor remuneración, y soportarían mejor la adquisición de esclavo de mayor precio. Tanto a nivel general, como revisando los casos extremos, tenemos que los precios más elevado se pagaron siempre por esclavos bozales, una posible explicación a ese mayor precio de los esclavos bozales frente a los esclavos criollos, está en las mismas cartas de venta, dados que en muchas de ellas encontramos que los vendedores se refieren a los esclavos criollos como borrachos, cimarrones, jugadores, mentirosos y enfermizos, lo cual contrasta con las características que usualmente colocaban para los esclavos bozales, que solían ser: sin bautizar, costal de huesos y alma en boca. Vemos que en el caso de los criollos las características que colocan en las cartas de venta hacen referencia a su carácter sedicioso y disipado, probablemente queriendo evitar reclamos futuros por parte de los compradores; mientras que en el caso de los esclavos bozales, las características que colocan en las cartas de venta aluden más a la condición física, la cual era usualmente de signos de desnutrición por el largo viaje desde África hasta los territorios del Virreinato del Perú. Podemos especular que en esas características que se mencionan para ambos grupos (bozales y no bozales) está la explicación al mayor precio de los esclavos varones bozales frente a sus pares no bozales, dado que se les consideraba más dóciles y moldeables, en su condición de recién llegados ni siquiera conocían el idioma, pero en lugar de ser eso una desventaja, por el contrario esas características creaban la percepción de ser más hacendosos y productivos, frente a los esclavos criollos, que por haber nacido en los territorios virreinales, no solo dominaban el idioma español, sino además las costumbre españolas, conocimiento que los hacia más proclives a conocer y reclamar sus derechos, creando la percepción de ser menos dóciles y productivos que los esclavos bozales.

Continuamos desagregando esta información, manteniendo la separación de sexo y el rango de edad mencionado, al detalle de casta y distribuido por siglo, tenemos:

Cuadro 21: Precio medio esclavos no bozales de sexo femenino De 18 a 40 años

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Criollo

639

354

338

394

Mulato

562

380

334

385

Zambo

650

379

367

396

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales  
       

Cuadro 22: Precio medio esclavos bozales de sexo femenino De 18 a 40 años

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Congo

662

438

-

463

Caravali

737

432

-

528

Mina

700

403

-

457

Terranova

717

441

-

500

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú 
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales 

Cuadro 23: Precio medio esclavos no bozales de sexo masculino De 18 a 40 años

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Criollo

609

371

354

401

Mulato

392

366

322

362

Zambo

-

361

333

355

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales    
               

Cuadro 24: Precio medio esclavos bozales de sexo masculino De 18 a 40 años

Precio medio de los esclavos (*)

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Prom

Congo

694

419

400

468

Caravali

475

457

-

458

Mina

754

392

-

520

Terranova

716

387

-

584

(*)Precio expresado en pesos corrientes (de 8 reales) del Virreinato del Perú
Elaboración propia / Fuente: Archivo General de la Nación - Protocolos notariales 
        

En base a esa información, tenemos que en el grupo de los esclavos no bozales de 18 a 40 años, los criollos de sexo masculino son los que tuvieron el precio promedio más elevado (401 pesos), seguido por los zambos de sexo femenino (396), mientras que los de menor valor en ese grupo de esclavos no bozales fueron los zambos de sexo masculino (355 pesos).   

En el caso de los esclavos bozales, también del grupo de 18 a 40 años, los de sexo masculino de casta terranova tiene un precio promedio significativamente más elevado (584 pesos), seguido por las esclavas de casta caravali (528 pesos), mientras que los de menor valor en ese grupo de esclavos bozales fueron los de sexo femenino de casta mina (457 pesos), aun así estos últimos con un precio superior que los más costosos del grupo de los no bozales. Sobre la casta terranova, podemos mencionar que su origen es de África occidental, y llegaron al virreinato del Perú, de la mano de los esclavistas portugueses, iniciando su viaje al nuevo mundo en la isla São Tomé , uno de los principales puertos esclavistas portugueses en el territorio africano; la casta terranova, gana su nombre de los nuevos territorios (Terra nova o Tierra nueva) que van explorando los portugueses, en el África occidental, desde su enclave en São Tomé43, como lo menciona José Ramón Jouve Martín44, el cual también se basa en las investigaciones del profesor Frederick P. Bowser. Debemos agregar, que las diferencias de precio entre los bozales de una casta u otra, que se pueden apreciar en la serie de precio que hemos construido, si eran un valor real y tangible que se tomaba en cuenta al fijar el precio de los esclavos, dado que se asociaba una casta a un valor u oficio, como por ejemplo lo menciona el profesor Frederick P. Bowser, refiriéndose a los esclavos de la región de Guinea45, a los que en la época colonial, se consideraba especialmente hábiles en el trabajo en metales, no necesariamente todos los miembros de una población o casta tendrían la habilidad que se les atribuía, pero definitivamente ese factor jugaba en las expectativas al momento de fijar los precios. La casta Terranova (Terra nova o tierra nueva), que mencionamos anteriormente, que aparece con un precio significativamente alto en nuestra muestra, pertenecía a la costa oriental de Guinea, lo que terminaría de explicar lo elevado de los precios de los esclavos de casta Terranova frente a los esclavos de otras castas.

Se encontró que los precios de esclavos en Perú son más elevados que los de otros países; por una parte por mayores costos que se incurrían en el transporte, que además sumaria mayores costo de alimentación de los esclavos en ese trayecto más largo46 ; y por otro lado una mayor carga tributaria para los comerciantes de esclavos, respecto a otras posesiones coloniales, dado que si bien existía un contrabando de esclavos, el número que ingresaba de manera irregular era relativamente bajo47  en comparación a otras posesiones coloniales de España.   

Para concluir, queremos hacer referencia a un caso anecdótico que encontramos en los protocolos notariales mencionados, y que ilustra el elevado valor relativo que tenía un esclavo durante la época del Perú colonial; es el caso de la esclava Martina, esclava criolla de 12 años de edad, propiedad de Emiliana Navarro, que en enero de 1733, se la vende al Párroco Francisco Izquierdo Roldan, valorizada en 350 pesos, la vendedora recibió del Párroco nada menos que una casa y 47 pesos al contado48, este ejemplo no solo ilustra claramente el alto valor económico que poseía un esclavo, sino además lo preciado que podía llegar a ser un esclavo para los colonos españoles.

Fuentes

Archivo General de la Nación (AGN) – Protocolos Notariales:
Para el Siglo XVII: 1650 a 1699:
1.         Antonio de Barros, Protocolo Notarial Sig. XVII Nro 184, 1649 – 1655
2.         Antonio de Barros, Protocolo Notarial Sig. XVII Nro 185, 1653 – 1675
3.         Joseph Palomino, Protocolo Notarial Sig. XVII Nro 1419, 1668 – 1702
4.         Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Sig. XVII Nro 412, 1666 – 1684
5.         Lorenzo de Contero, Protocolo Notarial Sig. XVII Nro 372, 1689 – 1698
6.         Lorenzo de Herrera, Protocolo Notarial Sig. XVII Nro 922, 1676 – 1690
Para el Siglo XVIII: 1700 a 1799:
1.         Francisco Cayetano Arredondo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 59, 1715 – 1723
2.         Francisco Cayetano Arredondo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 61, 1722 – 1727
3.         Francisco Cayetano Arredondo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 59, 1727 – 1730
4.         José de Arenas y Medina, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 56, 1701 – 1715
5.         Joseph de Agüero, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 1, 1730 – 1733
6.         Joseph de Agüero, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 2, 1734 – 1735
7.         Joseph de Agüero, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 4, 1736 – 1751
8.         Joseph de Agüero, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 4, 1748 – 1760
9.         Orencio de Azcarrunz, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 82, 1761 – 1764
10.       Orencio de Azcarrunz, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 83, 1764 – 1768
11.       Orencio de Azcarrunz, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 84, 1769 – 1771
12.       Pedro Joseph de Angulo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 52,  1791 – 1793
13.       Pedro Joseph de Angulo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 53,  1792 – 1794
14.       Pedro Joseph de Angulo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 54,  1795
15.       Pedro Joseph de Angulo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 55,  1796 – 1799
16.       Teodoro Ayllon Salazar, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 93, 1773 – 1780
17.       Teodoro Ayllon Salazar, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 94, 1780 – 1783
18.       Teodoro Ayllon Salazar, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 95, 1784 – 1789
Para el Siglo XIX: 1800 a 1820:
1.         José Bancos y García, Protocolo Notarial Sig. XIX Nro 85, 1803 – 1826
2.         Miguel Antonio de Arana, Protocolo Notarial Sig. XIX Nro 74, 1805 – 1815
3.         Pedro de Angulo, Protocolo Notarial Sig. XVIII Nro 73, 1800 – 1805

Notas:

1. Germán Peralta Rivera, Los mecanismos del comercio negrero (Kuntur Editores, 1989), p. 16.

2. Julissa Gutiérrez Riva, “Esclavitud y mano de obra en la costa norte del virreinato peruano, 1700-1814”. En Aldana Rivera et al (Edits.), Historia económica regional: el Norte. (Lima: Instituto de Estudios Peruanos),  pág. 324.

3. Frederick P. Bowser y Stella Mastrangelo, El esclavo africano en el Perú colonial (1524-1650), vol. 4 (Siglo Veintiuno, 1977).

4. Carlos Contreras y Marcos Cueto, Historia del Perú contemporáneo: desde las luchas por la independencia hasta el presente, vol. 27 (Instituto de Estudios Peruanos, 2007), p. 34.

5. Carlos Contreras y Marcos Cueto, Historia del Perú contemporáneo: desde las luchas por la independencia hasta el presente, vol. 27 (Instituto de Estudios Peruanos, 2007), p. 85.

6. Carlos Contreras y Marcos Cueto, Historia del Perú contemporáneo: desde las luchas por la independencia hasta el presente, vol. 27 (Instituto de Estudios Peruanos, 2007), p. 34.

7. Frederick P. Bowser y Stella Mastrangelo, El esclavo africano en el Perú colonial (1524-1650), vol. 4 (Siglo Veintiuno, 1977).

8. ( Julissa Gutiérrez Riva, “Esclavitud y mano de obra en la costa norte del virreinato peruano, 1700-1814”. En Aldana Rivera et al (Edits.), Historia económica regional: el Norte. (Lima: Instituto de Estudios Peruanos), pág. 323.

9. Nicholas P. Cushner, Lords of the land: sugar, wine, and Jesuit estates of coastal Peru, 1600-1767 (SUNY Press, 1980).

10. Pablo Macera, Trabajos de historia, vol. 4 (Instituto Nacional de Cultura Lima, 1977).

11. Se denominaba españoles criollos a los hijos de españoles nacidos en las posesiones coloniales de América.

12. (F. P. BOWSER 1977)

13. José Antonio del Busto Duthurburu, «Breve historia de los negros del Perú», en Lima: Fondo Editorial del Congreso, 2001.

14. Klarén, Peter F. Nación y sociedad en la historia del Perú. Vol. 36. Instituto de Estudios peruanos, 2004.

15. Julissa Gutiérrez Riva, “Esclavitud y mano de obra en la costa norte del virreinato peruano, 1700-1814”. En Aldana Rivera et al (Edits.), Historia económica regional: el Norte. (Lima: Instituto de Estudios Peruanos), pág. 321.

16. (F. P. BOWSER 1977)

17. Esa doctrina económica de riqueza, basada en la acumulación de metales preciosos,  se denominaba como bullonismo o bullionimo.

18. Germán Peralta Rivera, Los mecanismos del comercio negrero (Kuntur Editores, 1989), p.43.

19. Germán Peralta Rivera, Los mecanismos del comercio negrero (Kuntur Editores, 1989), p. 16.

20. (F. P. BOWSER 1977)

21. Julissa Gutiérrez Riva, “Esclavitud y mano de obra en la costa norte del virreinato peruano, 1700-1814”. En Aldana Rivera et al (Edits.), Historia económica regional: el Norte. (Lima: Instituto de Estudios Peruanos), pág. 325.

22. Se emplearon sobre todo en talleres de herrería, curtiembre, fábricas de vidrios, entre otros.

23. Carlos Contreras y Marcos Cueto, Historia del Perú contemporáneo: desde las luchas por la independencia hasta el presente, vol. 27 (Instituto de Estudios Peruanos, 2007), pág. 34.

24. (F. P. BOWSER 1977)

25. Tardieu, Jean Pierre. El negro en el Cusco. Los caminos de la alienación en la segunda mitad del siglo XVII. Lima: Instituto Riva-Agüero - Banco Central de Reserva del Perú, 1998, 196 p.», Histórica 22, n.o 2 (5 de marzo de 1998): 343-46,p. 25.

26. John Fisher, El Perú borbónico, 1750-1824 (Lima, 2000).

27. Klarén, Peter F. Nación y sociedad en la historia del Perú. Vol. 36. Instituto de Estudios peruanos, 2004, pág. 116.

28. Herbert S. Klein y Graciela Sánchez Albornoz, La esclavitud africana en América Latina y el Caribe (Alianza Editorial Madrid, 1986), pág. 68.

29. Herbert S. Klein y Graciela Sánchez Albornoz, La esclavitud africana en América Latina y el Caribe (Alianza Editorial Madrid, 1986), pág. 28.

30. Elena FS Studer, La trata de negros en el Río de la Plata durante el siglo XVIII (Universidad, 1958).

31. Carlos Sempat Assadourian, «El tráfico de esclavos en Córdoba de Angola a Potosí (siglos XVI-XVII)», Cuadernos de historia 36 (1966).

32. Elena FS Studer, La trata de negros en el Río de la Plata durante el siglo XVIII (Universidad, 1958), pág. 198..

33. Humberto Rodríguez Pastor, Negritud: afroperuanos, resistencia y existencia (Centro de Desarrollo Étnico, 2008).

34. Kenneth J. Andrien, Crisis y decadencia: el virreinato del Perú en el siglo XVII (Instituto de Estudios Peruanos (IEP), 2011).

35. Escribano Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Nº412 F. 63, Archivo General de la Nación.

36. Escribano Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Nº412 F. 38, Archivo General de la Nación.

37. Escribano Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Nº412 F. 27, Archivo General de la Nación.

38. Escribano Lorenzo de Contero, Protocolo Notarial Nº372 F. 10, Archivo General de la Nación.

39. Escribano Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Nº412 F. 78, Archivo General de la Nación.

40. Escribano Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Nº412 F. 70, Archivo General de la Nación.

41. Escribano Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Nº412 F. 61, Archivo General de la Nación.

42. Escribano Juan Francisco de Cuellar, Protocolo Notarial Nº412 F. 61, Archivo General de la Nación.

43. Actualmente la isla de São Tomé forma parte de la República Democrática de São Tomé e Príncipe. http://www.mnec.gov.st/index.php/o-pais

44. ...Los esclavos recién llegados tendieron a dividirse de acuerdo a "naciones" que replicaban en la medida de lo posible las filiaciones lingüísticas y culturales que se daban en el continente africano. En ese sentido, los grupos más estables y con mayor presencia en la ciudad fueron los Bran, los Biafra, los Jolofo y los Mandinga, entre aquellos procedentes de Senegambia y Guinea Bissau; los terranova y Zape, entre los originarios de otras partes de África occidental; y los Congo y Angolas, de los que venían de África central y del sur. En el Siglo XVII se vio cada una de estas "naciones" como poseedora de rasgos específicos que acrecentaban o disminuían su valor en el mercado de esclavo y los europeos atribuían a sus miembros diferentes habilidades físicas e intelectuales...pag.43-44. Esclavos de la Ciudad Letrada: Esclavitud, escritura, y colonialismo en Lima (1650 - 1700), José Ramon Jouve Martín, IEP, 2005

45. (F. P. BOWSER 1977), pag. 180.

46. (F. P. BOWSER 1977)

47. (F. P. BOWSER 1977)

48. Escribano Francisco Cayetano Arredondo, Protocolo Notarial Fº64 pág. 368, AGN.

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