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Revista argentina de neurocirugía
versión On-line ISSN 1850-1532
Rev. argent. neurocir. vol.20 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires abr./jun. 2006
BIOGRAFÍA COMENTADA
Doctor carlos silverio vázquez villa: biografía
Jaime J. Rimoldi
División Neurocirugía, Hospital "Bernardino Rivadavia", Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Su familia y su vocación
Nació en Pergamino el 11 de enero de 1930, provenía de una familia de ascendencia española que poseía una sola riqueza: la devoción por la lectura y la educación; su madre María Elena Villa fue maestra y directora de escuela y su padre Silverio Vázquez llegó a Inspector General de Establecimientos Educativos Primarios de la Provincia de Buenos Aires no pudiendo ocupar el puesto de Ministro de Educación para el que había sido designado, por su repentina muerte. Recuerdo su emoción cuando recuperé para él un par de cristales gravados con las iniciales de su padre, que se conservaban intactos en las puertas del pasillo de entrada gracias a los cuidados de la directora de una escuela en Tandil, propiedad que anteriormente perteneciera a su familia y que generosamente fuera donada para albergar ese establecimiento educativo.
Cursó el primario y parte del secundario en su
ciudad natal y a la muerte de su padre se mudó con su
madre a Buenos Aires, dónde finalizó se educación
básica en el Colegio San Carlos del barrio de Caballito.
Se recibió de Médico en la UBA en el año 1955, paralelamente
estudiaba música y guitarra española con
María Luisa Anido, y enriquecía su heredada biblioteca
con títulos clásicos, historia del arte y numerosas obras
sobre la vida del general José de San Martín convirtiéndose
en un experto del tema.
Durante el Servicio Militar entró en contacto por
primera vez con la especialidad en la que después se
destacó, es que estaba prestando servicios en el Hospital
Militar Central y dónde era jefe interino de neurocirugía
R. F. Matera y sumándole el hecho de ser nombrado
practicante en el pabellón 9 del Profesor Enrique
Finochietto del hospital Rawson donde operaba en ese
momento J. C. Christensen resulta obvio el porqué de
su elección.
En el pabellón "Costa Buero"
Ingresó como médico interno convocado por R. F.
Matera en el Instituto de Neurocirugía de la Facultad de
Ciencias Médicas en 1955 y en sus principios estuvo al
lado de su primer maestro L. Amezúa (1918-1976) jefe del
sector IV, formando parte del grupo liderado O. Betti para
el estudio de la epilepsia junto a C. Alberto Ottino. Fue jefe
de la guardia de los días viernes, sus compañeros lo
llamaban "Fefé" y no está claro si el mote era debido a su
maestría para interpretar obras clásicas en la guitarra
española o por la capacidad oratoria reconocida por todos.
De aquellos años surgen los primeros de sus innumerables
trabajos científicos: "Variaciones estéreoanátomo-
radiológicas de las estructuras temporales"1,
"Variaciones estereoelectroencefalográficas de las estructuras
temporales"2 y "Consideraciones sobre la
aparición de áreas epileptiformes consecutivas a la
cirugía de la epilepsia"3,4, como colaborador del autor
principal C. A. Ottino en un interesante trabajo sobre
un tema aún vigente después de 33 años5.
En el "Costa" se formó y volvió a reencontrarse con sus
motivadores R. Matera y J. C. Cristhensen; muy joven fue
uno de los primeros en rendir, en 1960 junto a C. Pardal
y a M. Girado, el primer examen teórico-práctico que
incluía una intervención quirúrgica, convirtiéndose en
miembro del Colegio Argentino de Neurocirujanos, posteriormente
cursa la carrera docente en compañía de E.
Dowling graduándose con una tesis sobre abscesos encefálicos
calificada como sobresaliente-
Cabe señalar que en esta fundamental etapa de su
formación como neurocirujano también cosechó grandes
amigos entre sus colegas, sin duda por su inteligencia,
sinceridad, su constante buen humor y su respeto
siempre presente hacia sus compañeros y pacientes. Poseía una gran destreza quirúrgica y una sólida formación
teórica, constantemente se actualizaba.
A comienzos de los años 70, junto a un grupo de
médicos y principalmente amigos comienza a trabajar
en un pequeño sanatorio ubicado en la calle Rosario, y
posteriormente se traslada a la Av. Rivadavia, allí junto
a los doctores C. A. Ottino y R. Insúa asienta su lugar
de trabajo y progresivamente deja "El Costa" a pesar de
desempeñarse por aquel entonces como Jefe de Clínica
quedando ligado como profesor auxiliar a la Cátedra de
Neurocirugía.
Su principal proyecto
Poseía una enorme capacidad para la organización
y la administración lo que unido a un intelecto superior
y a su habilidad quirúrgica dieron lugar a la creación de
un Servicio de Neurocirugía de vanguardia, acompañado
por la expansión del otrora pequeño sanatorio de la
Avda. Rivadavia, convertido en un enorme edificio de 14
pisos, 2 subsuelos, unido en forma subterránea a otro
más pequeño y moderno de 8 pisos sobre la calle
Rosario: "Institutos Médicos Antártida". Allí comenzó
su obra inconclusa, en parte por circunstancias ajenas
a sus ideas y finalmente por una muerte repentina.
Era el Servicio del "Veve" como respetuosa y cariñosamente
lo llamábamos (habíamos cambiado las consonantes
de su anterior apodo a pesar de que seguía
interpretando la guitarra y su oratoria era magistral), en
alusión a su espíritu jovial y alegre unido a dos iniciales
que su sola mención alcanzaba para individualizarlo.
En 1982 inauguró un quirófano especialmente diseñado
para la actividad Neuroquirúrgica que era intensa.
Por las mañanas comenzó a trabajar O. Betti y su
equipo en el diagnóstico neuroquirúrgico tridimensional,
neurocirugía funcional y radiocirugía; la metodología
empleada requirió la instalación de 3 equipos de Rx
a 4 metros de distancia de una camilla motorizada con
capacidad para sentar a los pacientes y fijar el marco
estereotáctico estrictamente perpendicular a los tubos
emisores, permitiendo una rotación en grados para
lograr el par angiográfico estereoscópico, contaba con
una sala anexa para el generador de Rayos usada
también para albergar el electroencefalógrafo de 36
canales destinado al registro prolongado con electrodos
profundos implantados estereotácticamente en pacientes
cuidadosamente seleccionados por la Dra. S. Kochen,
seriógrafo mecanizado para lograr angiografías
con series rápidas de hasta 16 placas por segundo
sincronizado a una bomba de infusión, sala con reveladora
automática, una pared completa con negatoscopios,
y sala anexa de observación, el quirófano tenía sus
paredes plomadas y estaba ubicado en el 5º piso a
metros de un pasillo que comunicaba directamente con
terapia intensiva pediátrica y con una sala anexa de
terapia intensiva con 4 camas destinadas a los cuidados
neurointensivos, a cargo del J. Masculino; Vázquez
Villa había visitado en varias oportunidades el Servicio
del Profesor A. Lasierra y de F. Murillo trasladando dos
ideas fundamentales: los cuidados neurointensivos y la
neuroanestesiología, ésta última liderada en sus primeros
años por F. Demonty y 3 anestesiólogos más dedicados
a la anestesia en pacientes neuroquirúrgicos que
trabajaban en estrecha colaboración con el equipo de
cuidados postoperatorios, el Servicio contaba además
con un monitor de presión endocraneana extradural
Ladd y el uso del coma barbitúrico y la hiperventilación
no constituían problema alguno. También adquirió un
moderno equipo para realizar potenciales evocados
intraquirúrgicos6.
Las tardes de los lunes, miércoles, viernes y a veces
debido al gran número de cirugías también los martes
y jueves se destinaban a las operaciones tradicionales,
el instrumental era completo, craneótomo eléctrico
Stryker, drill de alta velocidad neumático Campello,
marco de fijación craneana, bipolar y microinstrumental
Aesculap y dos microscopios, el más moderno con
soporte auto balanceado y fuente de luz con fibra óptica
Applied Fiberoptic (Codman), pero lo más importante
fue la elección de sus colaboradores, neurocirujanos
con la mejor formación y habilidad : J. C. Salaberry, C.
García Salas y R. Fernández Pisani. Contaba el Servicio
con neurocirujanos de guardia activa durante las 24
hs., 2 instrumentadoras especializadas E. M. y M.
Delor, servicio de imágenes con TC permanente realizando
en algunos casos TC intraoperatorias a fin de
monitorear la resección de tumores profundos, ya que
el acceso al tomógrafo era sencillo y rápido por un
ascensor interno y la camilla quirúrgica era fácilmente
trasladable, las angiografías se realizaban por cateterismo
aunque sin sustracción digital y en el caso de
algunas malformaciones arteriovenosas complejas se
realizaba estudio mediante cine y en varias oportunidades
angiografías intraoperatorias. Tenía predilección
por la patología vascular en especial la cirugía de las
malformaciones arteriovenosas7.
C. Concheyro, traumatólogo y amigo personal colaboraba
en situaciones que requerían instrumentación de
la columna.
Su personalidad hizo que a pesar de ser un quirófano
para uso exclusivo del Servicio de Neurocirugía, numerosos
neurocirujanos ajenos al Sanatorio Antártida, por
diferentes razones operaran sus pacientes en el "quinto
piso" y no en el "cuarto" dónde se encontraban los
quirófanos generales abriéndoles la puerta con una sola
y amistosa imposición : solicitaba a sus colegas "invitados"
que sus ayudantes fueran " los muchachos, así
aprenden y se pueden comprar un libro más", brindándonos
a muchos la posibilidad de formarnos.
El servicio compraba Neurosurgery, Surgical Neurology
y la edición anual de Clinical Neurosurgery, en su
biblioteca se apilaban los últimos textos de la especialidad
esperando ser trasladados a la casa de quién los
solicitara siempre con un consejo -cuidalo es un buen
libro…-, debo confesar que algunos nunca volvieron a
sus manos y eso le molestaba profundamente.
Los lunes en su despacho nos reuníamos en Ateneo,
se presentaban los casos y se programaban las cirugías
de la próxima semana haciendo énfasis en la técnica
quirúrgica a emplear, y delante de todo el Servicio en voz
alta e impostada preguntaba: - bueno… -¿Quien lo
opera?- dejando sabiamente la respuesta abierta a todo
el grupo, cada uno así expresaba su deseo y razón por
tal o cuál motivo y sin ningún tipo de rivalidades la
armonía y el buen trato imperaban,-¿ es que existe otra
manera...?-.
Semejante estructura funcionaba bien porque permanentemente
la apuntalaba, no había enfermo que no
visitara ni informe a familiares que paciente y respetuosamente
daba, cuando las cosas se ponían mal era el
primero en hablar, habiendo operado o no el caso, y
cuando los pacientes evolucionaban bien delegaba los
informes. Sin duda era el Jefe del Servicio, reglamentariamente
y lo más importante para todos los integrantes
era el "Jefe" moral y espiritual ganándose nuestro
respeto a diario.
Considero útil mencionar para dar una mejor idea
de lo que había logrado que en el año 1985 después de
un año de trabajo consiguió la visita al país como
invitado del Profesor V. Dolenc para la realización de un
curso de Técnica Neuroquirúrgica que incluyó 5 operaciones
realizadas en el Servicio con transmisión por
video en directo, la primera de ellas duró alrededor de
16 horas, al día siguiente a las 8 hs. comenzó la
segunda; Vinko por muchos motivos se sintió como en
su casa. En los últimos años su satisfacción fue mayor
cuando su hijo Carlos Pablo, luego de recibir su instrucción
en Neurología en el Hospital Álvarez, ingresó al
Servicio como concurrente para formarse como neurocirujano.
El 14 de mayo de 1994 falleció prematura e inesperadamente
dejando inconclusa su obra, Sé muy bien
cuánto había trabajado y cuánto más podía aportar a la
Neurocirugía argentina, pero los momentos del comienzo
y el fin de nuestros días no está en nosotros elegirlos.
Días antes de comenzar su enfermedad me comentaba
que iba a viajar a Italia por dos razones: tenía que visitar
dos servicios de neurocirugía porque había muchas
cosas que quería cambiar y el Papa Juan Pablo II le
había concedido una entrevista.
Agradecimientos
En primer lugar quiero agradecer al Profesor O. Betti quien me aportó datos invalorables, ya que son parte de sus vivencias y finalmente al Dr. F. A. Barbone, quien con su prodigiosa memoria me ayudó organizarlos cronológicamente.
1. Vázquez Villa C, Betti O, Basso A, Clusellas J, Ottino C A. Variaciones estéreo-anátomo-radiológicas de las estructuras temporales. Boletín AANC 1968; 4: 42. [ Links ]
2. Vázquez Villa C. Consideraciones sobre la aparición de áreas epileptiformes consecutivas a la cirugía de la epilepsia. Actas III Jornadas Rioplatenses de Neurología y Neurocirugía 1973; 20: 87-9 [ Links ]
3. Vázquez Villa C, Betti O, Basso A, Clucellas J, Ottino C, Mina Morales C. Variaciones estereoelectroencefalográficas de las estructuras temporales. Boletín AANC 1968; 4: 43. [ Links ]
4. Vázquez Villa C, Dickmann G, Basso A, Betti O, Clucelas J, Ottino C. Epilepsia de la convexidad. Estudio estereoelectroencefalográfico (SEBG). Boletín AANC 1969; 6: 25. [ Links ]
5. Vázquez Villa C. Modificaciones tisulares encefálicas producidas por los electrodos de profundidad. Actas del V Congreso de Neurología de la República Argentina, 1973; pp. 6-9. [ Links ]
6. Kochen S, Salaberry JC, Rimoldi J, Ottino C, Vázquez Villa C. Monitoreo con potenciales evocados auditivos de tronco cerebral durante las operaciones de fosa posterior. Boletín AANC 1983; 34. [ Links ]
7. Vázquez Villa C, Salaberry JC, Rimoldi J.Angiomas operados en zonas de alta funcionalidad. Rev Argent Neuroc 1984; 3: 137. [ Links ]