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Ciencia del suelo

versión On-line ISSN 1850-2067

Cienc. suelo vol.27 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ago./dic. 2009

 

TRABAJOS

Riesgo de anegamiento: estimaciones para la Cuenca Baja del Río Salado

Pablo Mauricio Vázquez1; Fabián Néstor Cabria2; María Del Carmen Rojas1 & Mirta Beatriz Calandroni2

1. INTA, EEA Cuenca del Salado. Av. Belgrano 416 (7203), Rauch, Buenos Aires, Argentina.
2. Facultad de Ciencias Agrarias (UNMdP) CC 276 (7620), Balcarce, Buenos Aires, Argentina. pmvazquez@correo.inta.gov.ar

Recibido: 21-11-08
Aceptado: 28-09-09

RESUMEN
Está documentado que de 1986 al 2001 se incrementó en un 69% el área cultivada en sectores de la Pampa Deprimida, y que el avance agrícola se realizó sobre tierras que cíclicamente fueron afectadas por excesos de agua (anegamiento o inundación). Con el propósito de auxiliar la planificación y el ordenamiento de actividades agropecuarias en tierras de la Pampa Deprimida, nos propusimos generar información que denote el riesgo de anegamiento o inundación. Para alcanzar este objetivo se calculó la recurrencia de las precipitaciones en 20 estaciones meteorológicas y se vinculó con la frecuencia de anegamiento en los píxeles que surgió del análisis de una serie temporal de imágenes satelitales. Los resultados indican que se han registrado eventos extremos de precipitación acumulada en todas las estaciones del año y que los anegamientos acontecidos en otoño e invierno fueron más prolongados que los ocurridos en períodos primaveroestivales. Si bien el otoño e invierno son estaciones donde las áreas permanecieron anegadas por períodos de tiempo similar, la mayor recurrencia de los eventos en abril y mayo determinaron que el otoño fuese la estación crítica. Problemas severos de anegamiento comenzarían cuando las precipitaciones exceden 150-200 mm. En la serie temporal analizada, acumulaciones de precipitación de esa magnitud se vincularon con superficies anegadas que equivalen al 68,76% de la región (5.844.709 ha). El patrón de anegamiento permitió observar que estructuras antrópicas contribuyeron hasta el 2,11% del anegamiento regional, siendo los principales impedimentos para el movimiento del agua bordos en los canales 12, 11 y 9, la ruta provincial 29 (entre la localidad de Ayacucho y su cruce con el camino a Casalins) y la línea férrea de Metrovías (ex FF.CC. Roca). Mediante técnicas de percepción remota se determinó que en la campaña 2003-2004, un 22,8% del área destinada a la producción de cultivos (173.571 ha) eran sitios donde la recurrencia de anegamiento fue >40%, y que el 7,98% de la superficie destinada a verdeos (51.504 ha) se realizaron en sitios riesgosos.

Palabras clave. Anegamiento; Recurrencia; Cuenca Baja del Río Salado

Flooding risk in the Salado River Basin

ABSTRACT
It is well documented that the lower basin of the Salado River has been always exposed to frequent floods. Nevertheless, from 1986 to 2001 the cultivated surface of the Flooding Pampas increased by 69%, being this agricultural expansion mostly over lands that have been periodically affected by floods. A flooding risk analysis was carried out in order to assist with the planning and disposition of farming activities in the Flooding Pampas. For this purpose, the recurrence of precipitations was calculated over 20 meteorological stations, and linked to a by-pixel flooding frequency layer resultant from an analysis of a time-series of satellite images. Results denote that extreme events of accumulated precipitation have been registered in all seasons, being autumn and winter flooding events more prolonged than the spring and summer ones. Even though autumn and winter had similar flooding durabilities, autumn turned out to be the critical season as a result of a higher frequency of flooding events in April and May. Severe flooding could occur when precipitations exceed 150-200 mm, as precipitation accumulations of these magnitudes were related to flooded areas equivalent to 68.76% of the region (5,844,709 ha). Anthropic structures contributed to as much as 2.11% of the regional flooding, as shown by the flooding pattern of the region, being channels 12, 11 and 9, as well as the provincial highway No. 9 and the train rail from Metrovías the main impediments for the water flow. For the 2003-2004 period, we deter-mined through remote sensing techniques that 22.8% of the surface with crop production (173,571 ha) corresponded to areas with a flooding recurrence higher than 40%, whereas only 7.98% of the surface with sown pastures (51,504 ha) corresponded to risky areas.

Key words. Flooding; Recurrence; Salado River Basin.

INTRODUCCIÓN

La Pampa Deprimida es una extensa llanura limitada al norte por la Pampa Ondulada, al sur por el sistema de Tandilla, al oeste por la Pampa Arenosa y al este por el océano Atlántico. Abarca en gran parte la cuenca media y baja del río Salado, todos los sistemas hidrográficos de sus tributarios y el sistema del río Sanborombón. Es el área de concentración de los escurrimientos superficiales y subsuperficiales de un área de 10 millones de hectáreas. La región que más frecuentemente se anega es la depresión del río Salado cuya superficie puede estimarse en 6,5 millones de hectáreas (Barbagallo, 1983). Los antecedentes históricos demuestran que esta región soporta inundaciones cuya recurrencia fue, hasta la década del 60', de trece años aproximadamente (1884, 1900, 1915, 1919, 1930). Según Posadas (1934) en este ciclo las inundaciones siempre estuvieron precedidas por un año muy húmedo. Al inicio de la década del sesenta comenzó un ciclo seco, el cual fue retrocediendo progresivamente durante los 20 años subsiguientes. A partir de 1980 se registraron nuevamente inundaciones (1980, 1985, 1993, 2001). En este último período se observó un incremento en la recurrencia de los eventos extremos, uno cada seis años, el doble que en el período 1884-1960.

Desde la gran inundación de 1884 diversos estudios examinaron los eventos extraordinarios de anegamiento que acontecieron en la Pampa Deprimida. Dos corrientes con puntos de vista diferentes intentaron resolver el problema. Nystromer, Waldorp y Mercau, entre otros, (Posadas, 1934) y más recientemente en el Plan Maestro Integral, Cuenca del río Salado, propusieron obras de evacuación para los excedentes hídricos. Básicamente este tipo de soluciones asume que las grandes inundaciones son producto de los aportes de agua que escurren desde las zonas altas de la depresión del Salado (cuencas de los arroyos Vallimanca y Las Flores y los excedentes hídricos provenientes de las tierras altas del sistema de Tandilla que incluyen a la zona de derrames). Con el proyecto Nystromer se resuelve la construcción de los canales Nº 1, 2, 5, 7, 9, 11, 15 y 16. A pesar de la magnitud de las obras los acontecimientos históricos han demostrado que los canales no eliminaron los anegamientos e inundaciones de alcance regional.

Existió otra corriente de propuestas para mitigar las inundaciones cuyo primer representante fue Florentino Ameghino (1884). Lejos de pensar en eliminar los excedentes proponen realizar obras de retención de las aguas en sitios naturalmente existentes, incrementando, de este modo, la capacidad de almacenamiento. Es bajo esta línea de pensamiento que Barbagallo (1960) desarrolló un sistema de conservación de excedentes hídricos basado en el trabajo de cuencas de tercer orden de no más de 50.000 ha que a su vez subdividió en distritos agrohidrológicos de hasta 10.000 ha, donde se realizaría el ordenamiento de las aguas a nivel predial. Este sistema se desarrolló sobre la base del conocimiento de la dinámica hidrológica de la región. El patrón hidrológico de la depresión del Salado está bien definido en el espacio y en el tiempo, pero los eventos de anegamiento no encuentran respuesta cuando se utilizan los conceptos clásicos de la hidrología de superficie (transmisión de un volumen en el tiempo). Esto es debido a que el área es una zona muy extensa y plana en la cual se encuentran diseminadas lagunas, cubetas, cañadas y depresiones de escasa energía morfo-genética. Estasáreas cóncavas y ligeramente deprimidas no conforman una red de drenaje definida, y los excesos de agua provenientes de las precipitaciones tienden a concentrarse en superficie. El patrón hidrológico en ambientes con estas características puede modelarse teniendo en cuenta los procesos de entrada (precipitación) y salida: evapotranspiración, escurrimiento superficial, retención superficial (lagunas, cubetas, cañadas, depresiones, etc.), percolación a la napa y almacenamiento en el suelo.

Según distintos autores la capacidad de retención superficial o amortiguación sería de 100 a 300 mm, aunque este dato es estimativo y nunca fue evaluado (Sala, 1983). También es importante destacar que más del setenta por ciento de las grandes inundaciones se han observado cuando los eventos pluviométricos extraordinarios ocurrieron en otoño e invierno, y que la duración media del período anegado fue de cinco meses. El resto de las inundaciones ocurrieron durante primaveras, pero la demanda evapotranspirativa determinó que la duración media descendiese a tres meses o menos (Posadas, 1934, Barbagallo, 1983).

La información precedente denota que el anegamiento de tierras en la Pampa Deprimida con posterioridad a eventos pluviométricos extremos es una problemática aún no resuelta. Sin embargo, está documentado que de 1986 al 2001 se incrementó en un 69% el área cultivada en sectores de la Pampa Deprimida y que el avance agrícola se realizó sobre tierras que cíclicamente fueron afectadas por anegamientos e inundaciones (Cañibano et al., 2003). Este escenario determina que se torne relevante disponer de información que permita discernir cual es el riesgo de anegamiento de las superficies. Bajo este marco conceptual y con el propósito de suministrar información que auxilie durante la planificación y el ordenamiento de las actividades en tierras de la Pampa Deprimida, nos propusimos: (i) determinar la recurrencia de anegamiento en sitios de la cuenca baja del río Salado, (ii) evaluar el movimiento expansivo del agua durante los anegamientos y (iii) valorar el riesgo en que se incurre al realizar cultivos en sitios anegables.

MATERIALES Y MÉTODOS

Caracterización y ubicación del área de estudio La depresión del río Salado es una unidad fisiográfica que se formó por relleno de una gran fosa tectónica que atraviesa a la provincia de Buenos Aires. Hidrológicamente constituye una llanura pues su relieve es plano y de baja pendiente. Según Tricart (1973) y Sala (1980) la región presenta pendientes que no superan el 1 por mil e incluso, en amplios sectores, está en el orden de 0,5 por mil. Esta escasa inclinación del terreno determina que el escurrimiento superficial del agua en toda la región sea casi nulo. Como agravante encontramos cubetas de deflación diseminadas en las extensas áreas con pendientes mínimas, lomadas longitudinales de escasa altura y transversales a la pendiente regional y cordones conchiles cercanos a la costa. Otro factor que contribuye con el riesgo de anegamiento de amplios sectores es que predominan suelos hidrohalomórficos, Natracuoles y Natracualfes con horizontes Bt arcillosos, sódicos y cercanos a la superficie cuya capacidad de infiltrar agua, cuando saturados, es escasa a nula (INTA, 1977; Provincia de Buenos Aires - Consejo Federal de Inversiones, 1981; Miaczynski, 1995). El área de estudio, 8,5 millones de hectáreas, representa el 20% de la superficie total de la provincia de Buenos Aires. Está comprendida entre los paralelos 35º00' y 37º37' de latitud sur y los meridianos 56º52' y 60º38' de longitud oeste. Limita al norte con la Pampa Ondulada, al sur con los arroyos Tandileofú, Chelforó y el canal 2, al oeste con el arroyo Vallimanca y al este con el océano Atlántico. El área abarca 29 partidos, total o parcialmente, si se incluyen los partidos de Tandil, Mar Chiquita, General Lavalle, General Madariaga, Olavarría, Bolivar, 25 de Mayo, Roque Pérez, Monte y General Paz (Fig. 1).


Figura 1. Ubicación del Área de estudio y partidos que la integran.
Figure 1. Study area and counties.

La teledetección ha probado ser una herramienta poderosa al momento de evaluar áreas afectadas por catástrofes. El mapeo deáreas anegadas es un ejercicio multidisciplinario. Involucra estudios geomorfológicos y climáticos a los que se integra información derivada de sensores remotos, muchas veces más sensibles que la información de base disponible (Hudson & Colditz, 2003). La información utilizada para dar respuesta a los objetivos de este trabajo puede agruparse en climática y remota. La información climática, precipitaciones diarias de 20 localidades, se utilizó para calcular las frecuencias de precipitaciones acumuladas en períodos de 30, 60 y 120 días. Las precipitaciones diarias fueron datos proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

La información derivada de las imágenes satelitales, frecuencia de anegamiento, se obtuvo procesando imágenes LANDSAT TM5 y ETM7 suministradas por la CONAE (Tabla 1). La serie temporal de imágenes presenta escenas para cada estación del año que se relaciona con lluvias extraordinarias y eventos húmedos, secos y promedio. Las imágenes fueron corregidas geométricamente a partir de un mosaico pancromático Landsat ETM7 de 14,25 m de resolución espacial y error en X e Y de un píxel. El método utilizado fue el de rotación, traslación, reescalado y se aplicó el algoritmo del vecino más próximo para reasignar el valor radiométrico en los píxeles (Idrisi Andes, 2006). La proyección utilizada fue Gauss Krüger faja 5 (datum Campo Inchauspe). La clasificación de agua se realizó aplicando el método del árbol, el cual discrimina clases mediante pasos sucesivos tal cual lo haría un sistema experto. Con este método se logra disminuir el desvió estándar de las clases debido a que no se incluye información innecesaria. Esta cualidad lo diferencia de los métodos de clasificación supervisada (Skidmore, 1989; Chuvieco, 2000). Las bandas utilizadas fueron el IRM (banda 5), IRL (banda 7) y el NDVI. La elección obedeció a las experiencias previas realizadas en la zona (Vázquez et al., 2008). Las bandas 3, 4, 5 y 7 fueron corregidas radiométricamente según los algoritmos sugeridos por la NASA. Debido a la escasa información disponible para la región, la corrección atmosférica de las imágenes se realizó aplicando el método de Chávez (1996). La utilización del módulo ATMOSC del software IDRISI ANDES (2006) utiliza el método de sustracción del cuerpo oscuro y suma un procedimiento que estima los efectos de absorción de los gases atmosféricos y el efecto Rayleigh a partir del coseno del ángulo zenital solar. Finalmente con los resultados de las clasificaciones transformados en información binaria que discrimina sitios anegados de «no anegados», se construyeron 29 mosaicos parciales, uno para cada fecha de la serie temporal.

Tabla 1. Escenas facilitadas por la CONAE (60 Imágenes Landsat TM5- ETM7).
Table 1. Scenes provides by the CONAE (60 Lansat TM5-ETM7).

Frecuencia y recurrencia de anegamiento

La frecuencia de anegamiento de un sitio en una serie temporal de imágenes satelitales se obtiene al dividir el número de veces que un píxel clasifica como anegado por la cantidad de fechas que, en la serie temporal, aparece dicho píxel. Si bien este procedimiento es rápido y sencillo no evalúa al riesgo de anegamiento en función de la frecuencia de los eventos causantes. Considerando que en el área que nos incumbe el anegamiento de un sitio depende de las precipitaciones precedentes (Posadas, 1934; Barbagallo, 1960; Sala, 1983), un modo de evaluar el riesgo de anegamiento se obtendría relacionando la frecuencia de anegamiento y la recurrencia de las precipitaciones que lo causaron. Sobre la base de este concepto se decidió estimar las recurrencias para el evento «anegamiento» en función de las frecuencias de precipitaciones que se acumularon en 20 estaciones meteorológicas. El período analizado comprende los acontecimientos pluviométricos desde 1980 a 2004 que se registraron en las localidades de Ayacucho, Azul, Balcarce, Bolívar, Castelli, Dolores, Gral. Alvear, Gral. Belgrano, Gral. Guido, Gral. Madariaga, Las Flores, Lezama, Maipú, Mar del Plata, Olavarría, Rauch, Saladillo, Tandil, Tapalqué, y Punta Indio. Para ello se consideraron períodos de 30, 60 y 120 días consecutivos y se calcularon las frecuencia de las precipitaciones acumuladas desde 0 a 960 mm en intervalos de a 30 mm. Los períodos no constituyeron conjuntos excluyentes de datos, se los desplazó de a un día generándose un cálculo similar al de media móvil. Luego se calculó la recurrencia acumulada comenzando desde el evento de mayor precipitación (tormentas extraordinarias) hasta los períodos con registros nulos (donde se sumaría el 100 por ciento de las recurrencias). Caracterizadas las recurrencias de precipitación para períodos de 30, 60 y 120 días en cada estación meteorológica, la historia pluviométrica se obtiene integrando las recurrencias a 30, 60 y 120 días. La ecuación utilizada fue:

donde: rec.30, rec.60, rec.120: Recurrencias de precipitaciones acumuladas a 30, 60 y 120 días. α , β y γ : Factor de ponderación de las recurrencias.

Una vez calculada la recurrencia para cada fecha en las 20 estaciones meteorológicas se establecieron las áreas de influencia de los registros. El procedimiento utilizado fue el de los polígonos de Thiessen. Esta metodología es muy simple, presenta robustez al momento de estimar datos faltantes de precipitación en áreas con paisajes poco desarrollados (Tabios & Salas, 1985) y es adecuada en las situaciones donde son escasos los puntos a interpolar (Teegavarapu & Chandramoulia, 2005). Tomando los límites de los polígonos definidos se vincularon las imágenes binarias a los valores de recurrencia, obteniéndose una colección de imágenes con valores en los píxeles que estiman la recurrencia del anegamiento en cada fecha disponible. Mediante el procedimiento MIN del módulo MAP ALGEBRA AND LOGIC MODELER disponible en el software IDRISI ANDES Ed. (2006), se extrajo para cada ijésimo píxel el mínimo valor de recurrencia a partir del cual se lo identificó como anegado. Con este procedimiento se identificó, para cada píxel, el umbral pluviométrico y la estación en la cual el riesgo de anegamiento sería el mayor; información que al ser integrada en una imagen permite visualizar el patrón de expansión y la recurrencia de las áreas anegadas. El procedimiento utilizado para estimar recurrencia de anegamiento se esquematizó en la Figura 2.


Figura 2. Procedimiento para determinar recurrencia de anegamiento por píxel.
Figure 2. Procedures to determine the by pixel flooding recurrence.

Riesgo de anegamiento en sitios cultivados Para alcanzar este objetivo se utilizaron clasificaciones realizadas por Vázquez et al. (2003), seleccionándose mediante la aplicación del método del árbol las superficies de los principales usos del suelo a distintos nivel de recurrencia de anegamiento.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El mapa de la Figura 3 permite apreciar el patrón de expansión de las áreas anegables en la cuenca baja del río Salado. Las vistas de la Figura 4 se presentan con el fin de facilitar la visualización e interpretación del patrón de anegamiento en función de la recurrencia de las precipitaciones acumuladas en 30 días (Tabla 2).


Figura 3. Patrón del anegamiento para la cuenca baja del río Salado fundado en frecuencias de áreas anegadas y recurrencia de precipitaciones acumuladas.
Figure 3. Flooding patterns for the lower watershed of the Salado River, based on the frequency of flooded areas and the accumulated precipitation recurrence.


Figura 4. Detalles del patrón de anegamiento. (a) Frecuencia de anegamientos. (b) Áreas de expansión.
Figure 4. Flooding pattern details. (a) Flooding frequency. (b) Expansion areas.

Tabla 2. Caracterización de las precipitaciones para el área de estudio.
Table 2. Precipitation characterization for the study area.

Cuatro áreas de expansión fueron identificadas gracias a la información que proporciona el patrón de anegamiento elaborado. En las Figuras 3 y 4 puede observarse como cuerpos de agua y lagunas son áreas donde la recurrencia de anegamiento fue superior al 80% (Tabla 2), y que es a partir de que las precipitaciones acumuladas superaron 60 mm que áreas circundantes a los cuerpos de agua comienzan a visualizarse como sitios anegados. No obstante mientras las precipitaciones acumuladas en 30 días consecutivos no superen 72 mm, es altamente probable que la superficie cubierta con agua sea inferior al 6,1% (Tabla 2). Cuando los registros pluviométricos acumulados en 30 días consecutivos superaron 72 mm, la cantidad de hectáreas anegadas por cada mm de agua que se acumula aumentó progresivamente, tendencia que se interrumpió a partir de 154 mm (Fig. 5).


Figura 5. Evolución del área anegada en función de las precipitaciones acumuladas.
Figure 5. Evolution of the flooded area in terms of the accumulated precipitations.

Considerando el patrón hidrológico y la geomorfología de la Pampa Deprimida (Barbagallo, 1983; Tricart, 1973; Frenguelli, 1956) el primer punto de inflexión en la trayectoria de la curva de anegamiento podría interpretarse como el umbral que denotaría que, saturada la capacidad de almacenaje de los cuerpos de agua, excesos se derraman anegando áreas vecinas. En esta segunda área de expansión son anegados sectores planos del paisaje con pendientes mínimas. En estas áreas, donde los excesos de agua no logran ser conducidos hacia redes de drenaje definidas, es donde se distribuyen Natracuoles y Natracualfes que se caracterizan por ser muy sódicos desde el horizonte superficial (INTA, 1977). Bajo aquellos sucesos pluviométricos se observó que la superficie anegada podría superar el 40% del total de la región (Tabla 2), y que estructuras naturales y antrópicas (dunas, cordones medanosos longitudinales, rutas y vías férreas) dificultan el escurrimiento del agua. Las estructuras antrópicas contribuyeron a anegar el 2,11% de la superficie, alrededor de 170.000 ha (Tabla 3). Los principales impedimentos fueron bordos en los canales 12, 11 y 9, la ruta provincial 29 (entre la localidad de Ayacucho y su cruce con el camino a Casalins) y la línea férrea de Metrovías, ex FF.CC. Roca (Tabla 3). Una tercera y cuarta área de expansión para los excesos de agua se vincularon a sitios donde las recurrencias fueron inferiores al 30% (Tabla 2). Cuando las precipitaciones acumuladas en 30 días consecutivos superaron 132 mm, la magnitud de la tasa de anegamiento sería intermedia con respeto a los casos descriptos anteriormente (Fig. 5). Este segundo punto de inflexión se relacionaría al hecho que, a diferencia que en la segunda área de expansión, los suelos y las pendientes componen condiciones que favorecen la eliminación de excesos de agua de la superficie. Son áreas donde las pendientes logran conducir el agua superficialmente por y hacia redes de drenaje locales mejor definidas y las propiedades de los suelos favorecen la infiltración y el almacenamiento del agua. Es en esta área de expansión y en la siguiente donde se distribuyen los suelos aptos para la agricultura. La cuarta área de expansión que se diferenció en el patrón de anegamiento (Figs. 3 y 4) se corresponde con los sectores donde el anegamiento fue nulo aún cuando las precipitaciones fueron extremas (inundaciones de 1980, 1985, 1993 y 2002).

Tabla 3. Superficie anegada atribuible a obras de infraestructura (recurrencia e» 60%).
Table 3. Flooded surface attributable to infrastructure (recurrence e» 60%).

El análisis de los datos pluviométricos precisó que se han registrado eventos extremos de precipitación acumulada en todas las estaciones del año. Sin embargo los anegamientos acontecidos en otoño e invierno fueron más prolongados que los ocurridos en períodos primaveroestivales. A modo de ejemplo, 200 mm de lluvia acumulada entre diciembre de 2005 y enero de 2006 anegaron 1.200.000 ha durante una semana, pero que los anegamiento producidos por similares precipitaciones que se acumularon entre abril y mayo de 2002 perduraron por 5 meses. El otoño e invierno fueron estaciones donde lasáreas permanecieron anegadas por períodos de tiempo similar, sin embargo la recurrencia media de eventos pluviométricos que afectan más del 50% de la superficie fue mayor en otoño (Tabla 4). A pesar de la recurrencia y duración de los anegamientos ocurridos en otoño e invierno, desde 1986 al 2001 se incrementó en un 69% las superficies destinadas a la producción de cultivos, lo cual ocurrió sobre sitios marginales (Cañibano et al., 2003). Pudo precisarse que en el 11,69% de la superficie de la región (760.369 ha) se realizó agricultura y que el 22,8% eran sitios donde la recurrencia de anegamiento fue ≥40%. Esta situación difiere de lo que aconteció con las actividades asociadas a la ganadería. Sólo el 7,98% del total de la superficie afectada a verdeos (51.504 ha) fueron áreas donde la recurrencia de anegamiento fue ≥40% y no se observaron firmas espectrales de pasturas en sitios donde la recurrencia de anegamiento fue ≥40% (Tabla 5).

Tabla 4. Recurrencia media de eventos pluviométricos que afectan más del 50% de la superficie. (serie 1980-2004 de 20 estaciones meteorológicas).
Table 4. Average recurrence of pluviometric events affecting more than the 50% of the surface (1980-2004 series from 20 meteorological stations).

Tabla 5. Distribución del uso de las tierras en función de recurrencias de anegamiento.
Table 5. Land use distribution in terms of the flooding recurrence.

CONCLUSIONES

Sobre la base de la información que suministró la metodología de trabajo pudo reconocerse el patrón que adquiere, en la cuenca baja del río Salado, la expansión de áreas anegadas. Al distinguir el riesgo de anegamiento en formas del paisaje y controlar incertidumbres, la información que proporciona el patrón de expansión de áreas anegadas puede ser útil al planificar ordenamientos territoriales. La duración y recurrencia de los anegamientos condujeron a reconocer al período otoño-invernal más riesgoso que el primavero -estival. En el 6% del territorio serían muy frecuentes los anegamientos (recurrencia > al 70%) y cabe esperar hasta un 25% de sitios anegados cuando 100 mm de precipitaciones se acumulan en 30 días consecutivos. Los problemas severos comienzan luego de períodos de 30 días consecutivos donde se acumulan 150 a 200 mm de precipitaciones, pues es esperable que por un período de 2 a 3 meses permanezca anegada una superficie equivalente al 68% del territorio.

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