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Cuadernos de antropología social

On-line version ISSN 1850-275X

Cuad. antropol. soc.  no.16 Buenos Aires Aug./Dec. 2002

 

Subjetividades indígenas impuestas y desafiantes en el discurso televisivo

Ana Ramos*

* Lic. en Cs. Antroplógicas UBA - Instituto de Etnolingüística, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. E-Mail: aramos@sudnet.com.ar.

Fecha de entrega: marzo de 2002; Fecha de aceptación: noviembre de 2002.

Resumen

Rebelión del Arauco y Otra Justicia, Otra Cultura son informes de investigación periodística. Ambas narrativas —tomadas del discurso televisivo— construyen un "otro indígena" como premisa de un argumento más amplio. El primero pertenece a un programa chileno en el que el indígena es un ejemplo de violencia ejercida contra el "sistema". El segundo corresponde a un informativo argentino en el que la construcción del conflicto intra e interétnico ilustra la inoperancia del "estado".
El propósito de este trabajo consiste en analizar las estrategias simbólicas utilizadas por la instancia enunciativa del programa televisivo y aquellas que emergen de los eventos citados; y a través de los ejemplos seleccionados mostrar el modo en que estas estrategias pueden ser utilizadas en el discurso televisivo para confirmar o desafiar estereotipos en torno a la construcción conjunta del ser indígena y el ser nacional.

Palabras claves: Mapuches; Estado-nación; Hegemonía; Contra-hegemonía; Aboriginalidad

Abstract

"Arauco´s rebellion" and "Other justice, other culture" are press investigation reports. Both narratives —from television discourse— construct an "indigenous other" like premises of a broader argument. The first one belongs to a Chilean programme in which the indigenous actions are shown like examples of violence against "the system". The second one is from an Argentine news programme in which the construction of an intra and inter-ethnic conflict illustrates the inoperation of the State.
The intention of this article is to analyse the symbolic strategies used by the enunciative instances of television programmes, and those that emerge from the cited events; and through the selected examples to show the way in which these strategies may be used in the television discourse to confirm or challenge stereotypes that surround the simultaneous construction of the indigenous being and the national being.

Key words: Mapuches; Nation-state; Hegemony; Counter-hegemony; Aboriginality

1. Introducción

El presente trabajo es una aproximación a la problemática de la construcción del discurso televisivo y las estrategias simbólicas utilizadas para mantener o desafiar las relaciones de poder. Con este fin, comparamos dos programas periodísticos de investigación en los que la construcción simbólica de Nación y "otros internos" (Briones 1998) se torna polémica: puntodoc/2 (Canal Azul Televisión, Argentina) e Informe Especial (Televisión Nacional de Chile)1.

Trabajos recientes sobre comunicación masiva (Bruhn Jensen 1994, Lull 1994) han subrayado el error de considerar a la televisión como reproductora de una única lectura o como trama cuyos significados son semánticamente homogéneos. La televisión en su papel de medio cultural presenta una multiplicidad de significados y no un punto de vista monolítico dominante. Sin embargo, esta idea de la televisión como "foro cultural" (Newcomb y Hirsch 1987) no implica que todas las voces y discursos tengan igual oportunidad de ser representados.

En el marco de esta desigualdad de representación y legitimidad, el objetivo específico del trabajo consiste en identificar, a partir de un análisis de casos, las estrategias utilizadas por distintos sujetos sociales para crear, presuponer o subvertir tanto los estereotipos hegemónicos sobre el "ser indígena" como las matrices nacionales de diversidad que los definen. En el discurso televisivo— entendiendo el discurso como una práctica social (Fairclough 1992)— convergen distintos puntos de vista y orientaciones políticas cuyas capacidades diferenciales para fijar sentidos son el resultado de la desigualdad social. El discurso constituye, entonces, un eficaz espacio para el estudio de las relaciones y posiciones sociales —tanto discursivas como estructurales— de los distintos grupos que intentan acentuar sus "palabras" de manera que expresen su experiencia y sus aspiraciones políticas (Grüner 1998). En esta dirección, adscribimos a la definición de hegemonía desarrollada por R. Williams (1977) en tanto incorpora la necesidad de relacionar esta capacidad diferencial para fijar sentidos con el "proceso social total" de producción de significados, la desigualdad social y las relaciones de poder.

Los discursos hegemónicos de Nación —del mismo modo que las rutinas del estado— se construyen y legitiman a partir de prácticas de inclusión y de exclusión de sus "otros internos". En consecuencia, las ideologías dominantes del estado-nación negocian permanentemente las paradojas de homogeneidad y heterogeneidad a través de diferentes modos de incorporación política de sujetos "etnizados" (B. Williams 1993) y de diversas formas de representación y apropiación de sus productos y prácticas culturales (Hall 1986). En los dos informes periodísticos, la instancia enunciativa2 que posee el "control interaccional" (Fairclough 1992) sobre los otros discursos, incorpora estos marcos interpretativos hegemónicos para interpelar a los individuos desde ciertas construcciones fijas y estereotipadas de sujeto. Sin embargo, los mecanismos simbólicos de exclusión, que deslindan e imponen, provocan al mismo tiempo contra efectos no neutralizables (Habermas 1994) y, en este sentido, las identidades hegemónicas imputadas a los grupos sociales pueden ser muy distintas a las mismas identidades experimentadas subjetivamente (Comaroff, J. y J. Comaroff 1992). Los grupos subordinados confrontan permanentemente las formaciones discursivas nacionales, ya sea para reasumirlas, para discutir su universalidad ampliando el campo de su aplicación (Laclau 1996), o para subvertir la hegemonía a partir del procedimiento de identificación con las clases excluidas del sistema (Zizek 1998).

Con el propósito de identificar, en los programas de televisión, estas posiciones discursivas en pugna, enmarcamos el trabajo en los estudios que buscan relacionar las estrategias simbólicas utilizadas en el discurso televisivo con las relaciones de poder en el nivel de la Nación (Thompson 1998). Nos proponemos, por un lado, analizar las "formas simbólicas ideológicas" (Thompson op.cit.) utilizadas para reafirmar las matrices nacionales de diversidad en las cuales cobra sentido el escenario temporal y espacial que define la inclusión / exclusión del indígena (Cf. Apartado 2). Por otro lado, analizar las estrategias utilizadas por los discursos subalternos para "impugnar las alteridades impuestas" (Golluscio et.al. 2000) a través de la creación de posiciones sociales —marginales e intersticiales— desafiantes (Cf. Apartado 3).

2. Subjetividades impuestas

2.1. Matrices de diversidad: "la Nación"

La matriz de diversidad —y su trama argumental de inclusiones y exclusiones— es construida desde el marco interpretativo más abarcador del programa. Estas orientaciones generales, asumidas por los discursos dominantes de ambos informes, definen y evalúan la "otredad" en los sucesivos documentos, construyen los hechos desde cierta versión sobre el conflicto y sancionan, de este modo, marcos de lecturas para interpretar las intervenciones de los "otros". En el programa Informe Especial (Chile), la forma simbólica ideológica preponderante para definir los límites de la "comunidad nacional" consiste en la creación y la evaluación axiológica de tres espacios diferenciados: el centro, definido por la norma y los esquemas valorativos o modelos sobre el "deber ser", los márgenes en los que se inscriben los sujetos que la matriz hegemónica incorpora como "otros internos", y el afuera en el que son desplazados los sujetos cuyo accionar se califica como "inaceptable". La instancia enunciativa que da coherencia a la totalidad del programa se posiciona en la norma; en este caso, la ideología democrática liberal en conjunción con una actitud multiculturalista es la que oficia el rol de legitimar y autorizar sus discursos. El tinte multiculturalista ubica a la instancia enunciativa dominante en una posición global vacía (Urban 1992), desde donde se impone y celebra la coexistencia híbrida de mundos culturalmente diversos, y en este mismo gesto, se oculta la problemática opuesta: "la presencia masiva del capitalismo como sistema mundial universal." (Zizek 1998:176). Por un lado, la ideología democrática liberal es presupuesta y reafirmada tanto en el discurso de los periodistas como por los funcionarios del gobierno3 cuyas voces son citadas como referente (P.e.: la actualización del campo semántico de la democracia a través del léxico—"ciudadanos", "cumplir la ley", "sociedad organizada", "diálogo", "demandas legítimas", "protesta social", "manifestación social", "huelga", en oposición a "movilización con violencia" o "exceso de represión"— o a través de premisas —"... que la gente salga a tirar piedra y encapuchada, y a cometer actos de vandalismo, eso es un delito. La democracia no es un delito, son cosas distintas" ). Por otra parte, la actitud multiculturalista se manifiesta en la yuxtaposición estratégica entre el soporte textual y la administración de la visibilidad (Thompson op.cit.). En este sentido, el género del video clip , en el que emergen intercaladas las voces representativas de posturas contrarias e imágenes con connotaciones diversas, subraya icónicamente el marco pluralista en el que aparentemente se inscribe la trama central del programa. En confrontación con esta definición del "nosotros nacional" van emergiendo los otros lugares y sus sujetos. La forma simbólica de la "diferenciación" —énfasis en las características de los "otros" que los desunen del "nosotros"— establece grados diversos de inclusión-exclusión; así, las secuencias narrativas de los diferentes informes relatan la "conversión" de algún joven, es decir, algún tipo de pasaje del "afuera" hacia el "adentro", de la "auto-exclusión" hacia la pertenencia a la Nación4. En este contexto discursivo, no todos los sujetos y no todas las prácticas pueden ser reapropiadas por el sistema: "los estudiantes universitarios encapuchados" encarnan el grupo de los "otros excluidos" por excelencia. Si bien en este informe la instancia enunciativa dominante del programa y los discursos de los encapuchados confrontan abiertamente, las intervenciones de estos últimos adquieren los rasgos negativos ("violentan a la comunidad nacional" o "generan episodios de discordia") que les confiere el argumento general del programa. La figura de la "auto-exclusión" que define el desempeño de los "encapuchados" es confirmada por las formas ideológicas de "naturalización". En esta dirección, las diferencias sociales con los "otros excluidos" del sistema se basan en criterios irreversibles como el carácter "patológico" e "inherentemente delictivo" de ciertos sujetos, y en consecuencia, el conflicto social —resultado de estos grupos— es visto como una anomalía o desviación de la naturaleza y como confirmación de un "orden" que funciona más allá de los "problemas" (Pe. "estos delincuentes que andan apedreando cosas no tienen nada que ver con el crédito universitario", "... materia de psiquiatras o policías...", "... confundir la juventud en Chile con los encapuchados..." ) . Diferenciaciones y naturalizaciones constituyen formas ideológicas efectivas en tanto logran con éxito enmascarar la historia de subordinación y la naturaleza dialéctica constitutivas de las representaciones sobre el "otro". Entre estos extremos de inclusión y exclusión, la construcción del "otro mapuche" se torna ambigua; éste es definido como un "otro" que cruza constantemente los límites entre dos subjetividades disímiles: el "otro interno cultural" y el "otro externo radicalizado".

El programa puntodoc/2 (Argentina) comienza con una expresión metacomunicativa que evalúa la totalidad de los documentos: " llegamos nosotros contándole todas las desgracias que tiene la Argentina". La identidad argentina es recreada, en este programa, a través de la repetición de historias compartidas. Una historia sobre ciudadanos comunes que padecen las políticas de los gobiernos en distintos tiempos y espacios, condensada en ciertos hitos: los años de la dictadura militar, la guerra de las Malvinas, y la falta de políticas sociales, la corrupción y las fuerzas represoras del Estado durante la democracia. Este informe también utiliza el recurso de la multiplicidad de voces y de imágenes en el armado de la trama textual como expresión de la retórica multiculturalista, del pluralismo y de la objetividad periodística, y es éste, nuevamente, el telón de fondo sobre el que la instancia enunciativa del programa se posiciona y construye los argumentos. A diferencia del programa chileno —que basa el argumento general del programa en la suposición de un sistema que "funciona" más allá de "los problemas"— aquí la tesis orienta su argumento hacia una conclusión contraria: una crítica del sistema y, específicamente, de su reducido campo de aplicación. En este sentido, los "otros" ya no son los "auto-excluidos" sino aquellos que el sistema no abarca o excluye, tanto por principios ideológicos como por inoperancia. En primer lugar, cada uno de los documentos comienza con una declaración aseverativa cuya función consiste en incluir los eventos narrados en el tiempo y el espacio compartido de la Nación, al hacer explícitas las asociaciones ya acuñadas en una "tradición nacional": "Gesell es si se quiere, por antonomasia, el balneario hippie de la Argentina", "Malvinas es una herida abierta", "Los mapuches fueron la etnia más castigada del siglo pasado". La instancia enunciativa se autoriza a sí misma a través de la conformación de un "nosotros" —inclusivo de los destinatarios— resultante de puntos de vista compartidos sobre el pasado y la geografía nacional. Segundo, el estilo particular del programa —fundado en los recursos de la contradicción y la ironía5 — es el índice principal en la creación de marcos para interpretar los eventos narrados en cada documento, como muestras que confirman la corrupción e ineficacia del sistema político y de gobierno. El documento sobre los mapuches, por ejemplo, instaura la contradicción con el propósito de efectuar una crítica al sistema judicial. Las pilas de papeles acumulados, en desorden, sobre el escritorio, que operan como imágenes de fondo del primer plano del fiscal, y el discurso tecnicista del mismo se oponen a las imágenes siguientes del Nor Feleal (Tribunal Mapuche), en el que las partes involucradas se encuentran sentadas alrededor de una mesa esperando compartir un asado criollo. Finalmente, los periodistas sintetizan los documentos tratados a través de críticas explícitas dirigidas hacia los organismos del gobierno6. En el documento sobre los mapuches, por ejemplo, las voces en off de los periodistas afirman: "... el estado está casi ausente ..." y mientras continúan enumerando las ausencias (escuelas, hospitales, asistentes sociales, policía) las imágenes las confirman (fogón dentro de una casa, mujer cargando agua del arroyo con un balde).

De este modo, uno y otro programa construyen el eje argumentativo que recorre la totalidad de los informes. En el primer caso, la pertenencia a la Nación está definida en términos axiológicos y, en consecuencia, el "otro excluido" refiere a un sujeto "amoral", responsable de sus acciones negativas, que se "auto-excluye" del orden establecido. En el segundo caso, la identidad nacional es recreada a través de perspectivas y experiencias —históricas / geográficas— compartidas y, en este sentido, el discurso dominante del programa comparte con los "otros marginales" el punto de vista del subordinado, confrontando el sistema político que los excluye. De todos modos, ambas instancias se inscriben en un discurso democrático y pluralista y operan con ciertos estereotipos sobre "el ser aborigen". A partir de este marco general, nos detendremos específicamente en el documento sobre los mapuches ( La Rebelión del Arauco , en Chile, y Mapuche.doc: Otra Justicia, Otra Cultura , en Argentina). Los problemas que motivan los informes son, en el primer programa, las movilizaciones, tomas de tierras e incendios llevados a cabo por los mapuche, en el segundo, una comunidad mapuche de Neuquen peticiona por un tribunal propio para juzgar a sus miembros, y no acepta la sentencia de la justicia ordinaria.

2.2 La construcción de alteridad: "los mapuches"

La trama, en Rebelión del Arauco , divide la historia de vida relatada por el representante mapuche a la periodista en dos momentos diferenciados: a) sus experiencias antes de la militancia: sufrimiento de las injusticias, negación de su propia cultura, revelación y conversión; b) La historia de la militancia: conciencia de las injusticias y de la discriminación, valorización de su cultura y su historia, y "métodos de lucha inadecuados". Las concesiones retóricas del informe acompañan el discurso mapuche cuando se mantiene dentro de los límites del "deber ser": la revalorización de su cultura —legitimada por el discurso multicultural— y la denuncia de las injusticias desde un "yo" víctima de la discriminación y de la pobreza. Al contrario, los métodos utilizados en la persecución de estas "demandas legítimas" —tomas de tierras, incendios de fundos— son los que son considerados "no democráticos", y por lo tanto, "ilegítimos". La narración en el informe argentino, Otra Justicia, Otra Cultura toma el formato de las presentaciones de un caso legal. El conflicto entre dos jóvenes y el modo en que ambos acuerdan en solucionarlo, se torna ejemplo argumentativo de la postura perteneciente a los mapuches —representados por sus organizaciones— a favor de un tribunal propio. La posición opuesta está actuada por el gobierno —representada por el fiscal y el gobernador— que legitima sus discursos evocando la constitución nacional7.

2.2.1 ¿Otros internos o externos?

Las instancias enunciativas de ambos programas presuponen las matrices de diversidad hegemónicas al representar las prácticas sociales —incluyendo las discursivas— de los grupos mapuches. El "otro" es incluido en el sistema nacional como un sujeto "cultural" o "folklórico", y no lo es —o lo es en menor grado— como sujeto "político" o "ideológico".

En Informe Especial el primer apelativo con el que se califica a los "otros" es " mapuches radicalizados ". Sin serlo por sí misma, esta expresión terminará funcionando como un oximoron8, cuya paradoja está representada por los significados sociales que suponen la equivalencia entre "etnicidad" y "cultura" ("mapuche"), y las connotaciones contrarias subyacentes en los usos "ideológicos o políticos" que puede adquirir dicha etnicidad cuando es llevada al extremo ("radicalizada"). La trama argumental construye permanentemente estos dos polos de significado como opuestos. Así, por ejemplo, la periodista señala esta disyuntiva en la misma persona : "jóvenes dirigentes como Pedro Cayuqueo que pertenecen a una generación de mapuches que están construyendo una nueva identidad, que revaloriza sus tradiciones y su cultura, que se enorgullece de su historia, (momento en que cambian las imágenes) y que está convencida de que todas las formas de lucha son válidas para recuperar aquellas tierras que según ellos declaran les fueron arrebatadas a sus antepasados ". Las imágenes que se oponen son: el juego mapuche de la chueca , el baile del purrún y las tamboreras versus las peleas con carabineros, el bosque incendiado y una mujer mapuche con un palo en la mano, entre otras escenas. La instancia enunciativa del programa chileno concuerda con el enunciador mapuche cuando éste inscribe su argumento en un marco de interpretación culturalista (Kahn 1989). Por el contrario, imágenes y preguntas retóricas se yuxtaponen para refutar el discurso "ideológico" del representante mapuche (Periodista: "¿ Tu crees que es legítima esa respuesta en un estado de derecho donde existe una democracia ?", "Pero incendiar una casa porque tú entras a un fundo...pero, ¿tú legitimas el exceso?", "¿Por qué hay comunidades que no están dispuestas a priorizar el diálogo respecto a otras reacciones ?"). En síntesis, la trama argumental opone permanentemente estas dos subjetividades, del mismo modo que enfrenta las demandas "culturalistas" con los métodos "ideológicos" utilizados.

La instancia enunciativa de puntodoc/2 construye al mapuche sólo como un "otro cultural": el sujeto étnico es definido por criterios geográficos, raciales y folklóricos. Estos últimos intervienen en las explicaciones esencializadoras y tradicionalizantes de sus prácticas, e incluso de sus conflictos: "los mapuches de hoy visten como gauchos y pelean como gauchos, por eso, Fermín y Juan pelearon en el año dos mil tal como se peleaba en el siglo XIX" . La tesis argumental del documento concluye valorizando positivamente la diferencia cultural (entendida en los mismos términos que en el discurso oficial). La "glorificación selectiva" (Brow 1991, Alonso 1994) de ciertos carismas de "indianidad" —como la "armonía", la "sabiduría", la "tradición", la "paz"— es utilizada por el discurso televisivo para seducir a una audiencia nacional y, al mismo tiempo, confirmar y celebrar ciertas subjetividades como positivas, legítimas y, en consecuencia, incluidas en las matrices hegemónicas de la diversidad nacional. El documento termina con el discurso del cacique en mapudungun (lengua mapuche), con algunos fragmentos de los discursos de militantes mapuches sobre la armonía de la justicia en su cultura y la forma de transmisión oral de la sabiduría tradicional, y con las imágenes de un asado compartido (periodista: " Todos comemos, entonces, en pan, sin plato y en paz ¿Hubiera pasado lo mismo entre vecinos peleados en otro lugar del país ?").

2.2.2. Tiempos y espacios indígenas

El programa periodístico chileno crea marco temporal y espacial desde el título del informe: La Rebelión del Arauco . Este título actualiza la narrativa de la conquista identificando a los indígenas con un pasado épico (Alonso 1994). De acuerdo con el planteo de Filinich (1998), la noción de espacio presupone la proyección de una cierta discontinuidad. En este caso la territorialización del Arauco evoca la oposición aquí versus allí imperante a fines del siglo XIX. El Arauco como "patria de los araucanos", el Arauco de la resistencia al invasor —al estado español—, el Arauco "salvaje" que devino símbolo fundacional de Nación es la construcción espacial del allí (distanciado temporalmente del aquí ). La lejanía también es construida por los rasgos míticos y tradicionales que adquiere este espacio, atributos de origen y de naturaleza: "... en el medio de un paraíso terrenal ...". Sin embargo, la particularidad de las imágenes temporales y espaciales en el programa chileno consiste en los matices negativos que va adquiriendo la noción de "rebelión del Arauco" en el contexto presente. El estado es ahora el estado chileno democrático y éste se define como el límite de lo tolerable. Por lo tanto, la rebelión contra el estado no es legítima. El allí deja de ser fundamento o símbolo de origen, para constituirse en espacio político. El "otro mapuche" no pertenece únicamente al tiempo mítico de los orígenes nacionales sino que irrumpe en el tiempo histórico de los acontecimientos presentes con su propia agentividad. Es la irrupción en la historia la que se torna peligrosa para el orden establecido.

La temporalización en el informe argentino tiende casi sin ambigüedades hacia el tiempo mítico. El "otro" es reificado a partir de la utilización de la estrategia simbólica de "eternalización" (Thompson op.cit.), es decir, se priva al "otro aborigen" de su carácter de actores históricos al ser retratados como permanentes, invariables y siempre recurrentes. Las tradiciones (modo de vestirse, de pelear, de comer...) y las instituciones (el tribunal mapuche, el cacicazgo, la lengua...) parecen extenderse indefinidamente hacia el pasado perdiendo toda huella de su origen. El cambio de la palabra "años" por "siglos" y el discurso explícito sobre la inmutabilidad subrayan la distancia temporal que se construye a lo largo de todo el documento: "gente que vive como en el siglo XIX en el siglo XX", "Fermín y Juan pelearon en el año dos mil tal como se peleaba en el siglo XIX", "la pelea entre estas dos familias mapuches, los López y los Maripan lleva medio siglo". En consecuencia, el conflicto —la pelea entre los jóvenes y la apelación a un tribunal mapuche— consiste en un encuentro de temporalidades diferentes que entran en tensión y no en una irrupción del "otro mítico" en el tiempo histórico. Los mapuches eternalizados y reificados son los que se encuentran con el tiempo histórico de la Nación. Distancia temporal que, por otra parte, se encuentra implicada en el título mismo de este documento: Otra Justicia, Otra Cultura . Es el mantenimiento de esta oposición en toda la trama argumentativa la que permite oponer las nociones de "armonía", "paz", "equilibrio" —en tanto "el deber ser" de la justicia— a las nociones de arbitrariedad y burocracia —subyacentes en imágenes y discursos pertenecientes al gobierno— con el propósito de crear un punto de vista crítico con respecto a la justicia estatal. La apropiación del "discurso etnográfico" también crea distancia temporal espacializada (Fabian 1983, Clifford 1997). La idea del "viaje"9 es sugerida cuando los periodistas anuncian: " En el próximo bloque entramos al mundo de los mapuches "; luego es representada a través de las imágenes (superposición de la ruta y el mapa de la Argentina, y sobre ellos, el recorrido rápido de la cámara hasta llegar a un plano detalle de la localidad de Zapala). El uso simbólico de la música también implicita la diferencia temporo-espacial: sonido de tambores, timbales y relámpagos reiterados. En este caso, y en comparación con el programa chileno, la noción de espacio presupone otro tipo de oposición: englobante versus englobado . Es decir, los espacios se constituyen por una relación de inclusión, un espacio global que contiene otros recortes espaciales específicos. El desplazamiento de la cámara a través del mapa de Argentina y el texto (" viven dispersos en la precordillera de los Andes, en la Patagonia Argentina" ) construyen este espacio englobado y distante.

En breve, a partir de estrategias simbólicas variadas, ambos programas de televisión, en sus documentos especiales sobre los mapuches, presuponen los estereotipos multiculturalistas hegemónicos sobre el "ser indígena" aunque con propósitos distintos o, como veremos a continuación, con consecuencias políticas dispares. La posición social culturalista deviene políticamente correcta en ambos países: en la Rebelión del Arauco autoriza la jerarquización de espacios "legítimos" e "ilegítimos" de acción; en Otra Justicia, Otra Cultura permite oponer alternativas "legítimas" al sistema político actual.

3. Subjetividades desafiantes

Hasta aquí hemos centrado el trabajo en el uso de diferentes "formas simbólicas ideológicas" para crear una posición coherente y dominante de enunciación. Si bien la orientación política de los dos programas difiere notablemente, la coherencia de las tramas —en las definiciones simultáneas de un "nosotros nacional" y de sus matrices de diversidad— coincide en presuponer estereotipos esencializadores y estigmatizantes del "otro indígena". Sin embargo, como James Lull (1994) ha planteado, de la trama principal pueden emerger las voces que la desafían. Desplazamos el foco, entonces, de la "unidad" y "coherencia" de sentido —fin del discurso ideológico— a las orientaciones divergentes y, en ocasiones, desafiantes que introduce el "discurso ajeno" —referido o citado (Voloshinov 1993)— de los mapuches.

3.1. En los bordes: el discurso desafiante en Informe Especial

El discurso del enunciador mapuche —representante de la Coordinadora del Arauco— recurre a ciertas estrategias discursivas para re-orientar la lectura dominante del programa, dar otros sentidos a los acontecimientos y subvertir, así, los estereotipos hegemónicos de legitimación y autenticidad aborigen. Este enunciador encuentra en el uso frecuente del recurso dialógico de la negación (Ducrot 1994), un modo eficaz de destituir el universo intelectual que operaba como telón de fondo entre los interlocutores —y que desplegaba las representaciones hegemónicas como evidentes y compartidas. Muchas de las negaciones realizadas por el enunciador mapuche implican precisamente los presupuestos del diálogo que está siendo escenificado en la pantalla. El dirigente indígena discute la construcción del mapuche como mimesis del pasado —planteada en el título: La Rebelión del Arauco —así como también pone en tela de juicio la noción de democracia utilizada como criterio para evaluar su desempeño:

"Cayuqueo: "Yo no creo que sea la guerra de Arauco la que queremos reavivar, yo creo que queremos reavivar nuestra solidaridad así como pueblo"
"Periodista: ¿Tu crees que es legítima esa respuesta en un estado de derecho donde existe una democracia?. Cayuqueo: Si habría democracia en Chile no estaríamos como estamos, entonces nosotros decimos, lo que hay en Chile es una dictadura encubierta..."

La lectura diferencial de Cayuqueo sobre los hechos también se basa en el recurso de los sacra (Turner 1967). Estos últimos constituyen núcleos fundamentales en la construcción de una posición marginal, y su aspecto principal es la creación de "desproporción" allí donde imperaba el "orden" y la "tradición". Estos cambios expresivos y simbólicos sobre la doxa —exageraciones, modificación de las proporciones, puesta en evidencia de distinciones y límites de "realidad"— construyen significado en un nivel de abstracción propicio para la reflexión. Los significantes —icónicos y textuales—, que la instancia enunciativa del programa señala como anomalías para justificar la exclusión de los grupos "violentos", son resignificados en el discurso mapuche. El representante de la Coordinadora Arauco-Malleco propone a la audiencia —la sociedad— otra lectura de los mismos significantes: interpretar "los costos extremos" y la "violencia" de los medios utilizados como recursos para "tomar conciencia" y llamar a la reflexión sobre las injusticias que sufre su pueblo.

"Bueno, nosotros sabemos que esto va a costar mucho, va a costar casa, va a costar represión, va a costar gente que quizás va a morir en la pelea (...) Nosotros sabemos que la violencia puede generar más violencia, ahora nosotros lo que esperamos... la esperanza está en que la sociedad chilena, la sociedad en general, tome conciencia de lo que está ocurriendo con nuestro pueblo".

Finalmente, el enunciador mapuche —del mismo modo que los enunciadores de otros discursos ajenos— recurre a la intertextualidad como recurso para crear una matriz de diversidad alternativa en la cual la excepción pase a ser la norma del sistema (Zizek 1998). Los discursos dominantes de Nación suelen privilegiar las identidades locales y los movimientos sociales altamente localizados y regionalizados. En este sentido, la presentación del argumento a través de distintos documentos opera tanto diversificando los reclamos y las movilizaciones como valorando negativamente el único eje común que establece entre ellos: "la violencia". Sin embargo, esta fragmentación es desafiada tanto en el nivel textual como icónico por los grupos entrevistados. Cayuqueo, por ejemplo, señala las semejanzas en el accionar de los distintos movimientos: " el recurso de la toma (...) es válido ya sea para nuestra gente de las comunidades, es válido para los estudiantes de la ciudad, es válido para los pobladores de Santiago, es válido para todos los sectores que ven que por la vía institucional, por la vía del estado, (...) es una farsa o una mentira para mantenerlos tranquilos". Los protagonistas de los otros documentos del informe también desafían las diferencias creando un discurso común. El grupo de rock "Los Miserables" señala su identificación con la organización mapuche tanto en el texto de las entrevistas como en la bandera mapuche que se ve colgada detrás del escenario cuando la cámara enfoca el recital. También los "Garra Blanca", hinchada del Colo Colo cuyo logotipo es el rostro de un indígena, tenían colgadas en su local las banderas de la organización mapuche.

3.2 En los intersticios: el discurso desafiante en puntodoc/2

En el programa argentino, las voces indígenas recurren a la presuposición estratégica de los puntos de vista hegemónicos y estigmatizantes sobre su propia identidad10. Por un lado, la apropiación de los estereotipos hegemónicos sobre el "ser indígena" —como un ser esencial, tradicional, reproductor de cultura— y la posterior radicalización de esta postura, permite a los enunciadores mapuches subvertir los mismos discursos hegemónicos desde sus contradicciones internas. Por otro lado, al presuponer un universo establecido de sentidos, la emergencia de subjetividades puede simultáneamente adquirir fuerza política y ocultar su carácter amenazante.

En Otra Justicia, Otra Cultura los enunciadores mapuches definen el "ser aborigen" con matices y énfasis distintos al programa anterior, puesto que las relaciones de intertextualidad refieren, principalmente, a los textos "tradicionales" creando, de este modo, unidad comunitaria con "los propios del pasado" (Briones 1988). Este modo de autorización discursiva coincide con las interpelaciones dominantes de una identidad indígena fija y sin fisuras con su propio pasado y, en cierto grado, sus posicionamientos en la diferencia responden legítimamente a los reclamos multiculturalistas vigentes (P.e. "la justicia estatal por naturaleza es una justicia racista, es una justicia que responde a una concepción masificadora de la cultura, y se resiste a la diversidad cultural" ). Sin embargo, los sentidos de pertenencia con base en los tiempos de "antes" también construyen comunidades más amplias; éstas trascienden los límites nacionales y cuestionan la universalidad del sistema político y económico liberal acentuando su contingencia y arbitrariedad. El énfasis en la preexistencia y la puesta en primer plano de las relaciones de subordinación y represión que impusieron los diferentes estados nacionales desde principios de la colonización re-orienta los sentidos del discurso hegemónico multiculturalista en otras direcciones: "Eso es... lo que han escuchado ustedes, esa es la forma en que nosotros trasmitimos sabiduría, que fue hace miles de años usurpado y hoy vivimos la consecuencia de la dominación...", "Según decían los viejos así, ahora por causa de plata vamos a andar contrariando entre nosotros, decían (lonko)".

En este caso en particular, la minimización de las fisuras intertextuales con respecto a los "textos antiguos" —y su concordancia con los discursos dominantes— permite a los enunciadores re-definir la noción de "cultura" y re-significar su inclusión en la comunidad nacional. La presuposición de los acentos "folklóricos" deviene en creación de nuevos y opuestos singnificados: desde la cultura mapuche los enunciadores demandan su autonomía legal y denuncian la imposición de la justicia estatal.

Palabras finales

El nacionalismo oficial y las rutinas del estado, al redefinir permanentemente las matrices de diversidad nacional, tanto recrean y confirman semejanzas imaginarias compartidas, como describen, explican y se apropian de las diferencias; es decir, la "unidad nacional" adquiere un mayor poder de representación a través de la incorporación —organizada jerárquicamente— o la exclusión de las diferencias. Los programas periodísticos de investigación forman parte de este complejo entramado de rutinas y, en consecuencia, son una fuente importante de confirmación y resignificación de los sentidos oficiales. Nos interesó, específicamente en este trabajo, ver el modo en que distintas construcciones de sujetos en el discurso de y sobre los indígenas disputan sus sentidos de pertenencia y las matrices de diversidad hegemónicas en el marco restringido de un programa de televisión.

El análisis recorrió posicionamientos discursivos diferentes: las instancias enunciativas de los programas periodísticos que crean una trama narrativa argumentativa sobre la Nación y sus alteridades constitutivas; el posicionamiento discursivo de los funcionarios del gobierno cuyas voces son citadas en los programas —como referente de autoridad, en Chile, y como una versión más, en Argentina—; y la tercer posición discursiva representada por las voces aborígenes que proponen lecturas divergentes de la trama argumentativa central de los programas. Formas simbólicas que confirman las ideologías dominantes —metáforas espaciales y temporales, naturalizaciones, diferenciación, folklorización— o que impugnan las alteridades impuestas —negaciones polémicas, intertextualidad y presuposición estratégicas— sancionan respectivamente la unidad y sus contradicciones. La televisión entendida como un foro donde ciertos significados pueden tornarse contradictorios constituye un importante corpus de estudio para el análisis de la interacción entre las formaciones discursivas nacionales y los discursos subalternos. Ciertos enunciadores construyen tramas coherentes al mismo tiempo que otros las deconstruyen.

Notas

1 a) puntodoc/2 : idea: Mario Pergolini, Diego Guebel y Rolando Graña, periodistas: Martín Tognetti, Rolando Graña. Documentos presentados en el programa: "bardo.doc Descontrol en la costa", "mapuche.doc Otra justicia — Otra cultura", "veteranos.doc Cada vez hay más...". Una hora de duración. Febrero del 2000. b) Informe Especial : Periodista: Mirna Shindler (enviada especial). Informes presentados en el programa: "Zona alba" (sobre hinchadas de fútbol), "La Rebelión del Arauco" (sobre las movilizaciones mapuches), "La última tentación" (sobre la drogadicción), "Los miserables" (sobre la música de protesta), "Detrás de las máscaras" (sobre los estudiantes "encapuchados"). Dos horas de duración. Septiembre de 1999.

2 Mirar hacia las cámaras señala la instancia enunciativa —interacción entre enunciador y enunciatario, a la que denominaré, en términos de Bauman (1984),"evento narrativo"— y define a los periodistas y a la audiencia como personas. Por el contrario, el invitado no mira las cámaras, éstas lo toman de lado, en ángulo picado o contrapicado, negándole la posición de persona de la enunciación. El presentador al mirar la cámara se ubica en el rol de conductor de la narración, mientras que el invitado es construido como su objeto de presentación (Silva 1996), es decir, como parte del "evento narrado" (Bauman op.cit.).

3 El cierre del evento narrado, "la última palabra", es una entrevista al secretario de la Nación, José Miguel Insulza —llevada a cabo y en "diálogo directo" con el periodista del estudio.

4 El "joven drogadicto" empieza a trabajar por su familia, el rebelde y disconforme con el sistema encuentra en su banda de rock un modo pacífico de expresión, los miembros de la barra brava orientan sus denuncias sociales hacia la beneficencia y la expresión cultural.

5 Por ejemplo, en la filmación de uno de los operativos policiales realizados en Villa Gesell, la cantidad de "0.7 gramos" de marihuana aparece escrita en la pantalla. En otro operativo —que dura bastante tiempo y en el que se encuentran varios policías y un solo joven— termina la filmación con un plano detalle de un cigarrillo de marihuana en el suelo. De este modo el documento se centra en la desproporción, que después es retomada a través del discurso irónico del periodista: " A propósito me llamó la atención la increíble efectividad que tienen los policías para encontrar narcotraficantes que tienen 0.7 gramos de marihuana en su posesión ".

6 En el documento sobre la policía, los periodistas refieren a los jóvenes Miguel Bru y Sebastián Bordón cuyas muertes se relacionan directamente con el "autoritarismo policial". En el caso de los veteranos de Malvinas se hace mención a las irregularidades en la extensión de certificados y se las asocia con el gobierno menemista en el que serían utilizados como clientelismo político.

7 El fiscal explica que no acepta la indemnización con animales que dispuso el Nor Feleal porque la constitución no puede aceptar comisiones especiales para tratar asuntos penales: " Para ejemplificarlo podríamos decir que en nuestro país que es de algún modo un crisol de razas y que hay muchísimas etnias, y muchísimos grupos con sus características y costumbres. Significaría que cada uno de ellos tendría que tener... o por lo menos podría exigir, el derecho de ser juzgado conforme a las costumbres de su pueblo, es decir, en tal contexto sería negar la existencia del estado, sería negar la existencia de estas leyes que reglamentan este estado y sería ahí en ese caso, ir precisamente en contra de nuestra constitución ."

8 Paradoja explícita que se proyecta como visión crítica o con capacidad para relativizar ciertas características establecidas para las entidades que la conforman.

9 La intensificación de la reportería, es decir, el desplazamiento al lugar de los hechos es el resultado del mito de la ideología televisiva del directo (Silva 1996). Este recurso crea autoridad etnográfica, el periodista (enviado especial) funda esta autoridad en el "estar allí" y de este modo, el "asunto" debe ser leído como "verdad".

10 Todo texto puede simultáneamente minimizar su distancia con respecto a los discursos hegemónicos y, de este modo, devenir verosímil, legítimo y autorizado, o puede maximizar dicha distancia, poniendo en relieve ciertas fisuras intertextuales, con el propósito de resistir los modelos dominantes (Briggs y Bauman 1996).

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