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Cuadernos de antropología social

versión On-line ISSN 1850-275X

Cuad. antropol. soc.  no.37 Buenos Aires jul. 2013

 

ARTÍCULO

La Virgen de Luján: fuente sagrada de legitimación de los héroes de la Guerra de Malvinas

Laura Marina Panizo*

* Doctora de la UBA con mención en antropología social. CONICET/IDAES-UNSAM. Correo electrónico: laura.m.panizo@gmail.com.

Fecha de recepción: julio de 2012. Fecha de aprobación: diciembre de 2012.

 


Resumen

La pérdida de un ser querido en una guerra, al igual que en las pérdidas extraordinarias en general, produce una ruptura en las formas habituales de enfrentar la muerte. En este artículo veremos la forma en que integrantes de la organización Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur se adaptaron a estos cambios, reelaborando creativamente los modelos convencionales para entenderla a través de un marco de interpretación de las pérdidas, en donde la Virgen de Luján, fuente sagrada de legitimación de los muertos y los deudos, deviene para los familiares en el instrumento a través del cual se produce la comunión de todos los argentinos, tanto vivos como muertos, y se refuerza la identidad nacional.

Palabras clave: Guerra de Malvinas; Familiares de caídos; Marco Interpretativo; Virgen de Luján; Muerte

 

The Virgin of Luján: sacred source of legitimation of the heroes of the Malvinas War

Abstract

The loss of a loved one in war, as in the extraordinary losses in general, produces a break in the usual ways of facing death. In this article we will see how relatives of fallen in the Malvinas War were adapted to these changes in a creative way, reformulating conventional models to understand them, through a framework of interpretation of losses where the Virgin of Luján, sacred source of legitimation of the dead and the bereaved, becomes the instrument through which occurs the communion of all Argentineans, both living and dead, and strengthening the national identity.

Key words: Malvinas War; Families of fallen; Interpretative Framework; Virgen de Luján; Death

 

A Virgem de Luján: fonte sagrada de legitimação dos heróis da Guerra das Malvinas

Resumo

A perda de um ente querido numa guerra, como nas perdas extraordinárias em geral, produz uma ruptura nas formas usuais de encarar a morte. Neste artigo vamos ver como parentes mortos na Guerra das Malvinas foram se adaptando a estas mudanças, reelaborando de forma criativa os modelos convencionais para compreendê-la, através de um quadro de interpretação de das perdas em que a Virgem de Luján, fonte sagrada de legitimação dos mortos e enlutados, torna-se o instrumento através do qual ocorre a comunhão de todos os argentinos, tanto vivos como mortos, e fortalecimento da identidade nacional.

Palavras-chave: Guerra das Malvinas; Famílias de parentes de mortos; Quadro Interpretativo; Virgem de Luján; Morte


 

Introducción

El 2 de abril de 1982, el gobierno dictatorial argentino, autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional", decide recuperar las Islas Malvinas, lo que condujo a un conflicto bélico entre la Argentina y Gran Bretaña que culminó el 14 de junio del mismo año con la rendición de las Fuerzas Armadas Argentinas, dejando un costo de 649 muertos pertenecientes a estas Fuerzas.1 De las 469 víctimas, 237 están sepultadas en el cementerio de Darwin, Isla Soledad, 230 en tumbas individuales, y dos en fosas comunes. De las 230 tumbas, 123 poseen lápidas con la leyenda "Soldado sólo conocido por Dios". No yacen en el cementerio los 323 muertos víctimas del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano,2 varios caídos que se hundieron en otros buques, un número de pilotos derribados y algunos que fueron enterrados en la Argentina continental.3

La Guerra de Malvinas se dio en el contexto de un gobierno dictatorial que tomó el poder en 1976 -y que fue responsable de la violación sistemática de los Derechos Humanos-, cuya estrategia represiva tuvo como característica fundamental la detención de miles de personas en centros clandestinos. Allí se sometía a los prisioneros a torturantes interrogatorios, que concluían mayoritariamente con el asesinato y su desaparición física.4 En este sentido, después de la derrota en la Guerra de Malvinas, en el marco de un silencio generalizado acerca de ésta, impulsado principalmente por ese mismo gobierno, la sociedad identificó tanto a la guerra como a las Islas con la dictadura militar, produciendo una reacción anti-Malvinas en la posguerra (Guber, 2001:113). De esta manera, se entendió al Estado argentino no solo como responsable de la tortura y muerte de miles de desaparecidos, sino también de la muerte de los jóvenes soldados caídos; al igual que en los primeros, sobre estos no se brindó información acerca de su paradero ni su forma de muerte.5

A pesar de la casi nula información brindada desde el Estado a los familiares de los caídos, a diferencia de lo actuado con los desaparecidos, el gobierno declaró oficialmente muertos a los desaparecidos en la guerra a pocos meses de su finalización (Lorenz, 2006:119).6 Así, la administración de las muertes por el Estado Terrorista fue, en relación con las víctimas de la represión, la negativa y el ocultamiento de lo sucedido con los desaparecidos, legitimando en un principio a la desaparición como una categoría que hace referencia tanto a la vida como a la muerte.

En materia de desaparecidos, en la Argentina se conformaron diferentes organizaciones de Derechos Humanos con "formulaciones y demandas anti represivas" (Jelin, 2003:5) durante la dictadura y con reclamos de verdad y justicia durante y después de ésta. De las organizaciones de Derechos Humanos que nuclean a familiares de desaparecidos están Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Asociación Madres de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) y HERMANOS (Hermanos de Desaparecidos por la Verdad y Justicia). Dentro de los intereses básicos de estos grupos, la narrativa humanitaria y el concepto de víctima inocente fueron dominantes en el discurso de denuncia. Así, el fondo común de estos grupos fue, en un principio, la búsqueda de las personas y la denuncia de las desapariciones.

Aunque los diferentes actores interpretaron lo sucedido y dieron forma a los reclamos de diversas maneras, los principios de verdad y justicia nuclean a todos estos organismos. En este sentido, la característica de los organismos de derechos humanos en general, es que dan un apoyo militante al actual gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, y al de su esposo recientemente fallecido, por el lugar central proporcionado a su lucha en la política de Estado.

Así como se conformaron organizaciones de derechos humanos, terminada la guerra de Malvinas se crearon diferentes organizaciones no gubernamentales, tanto de civiles como de ex soldados, como espacios de ayuda mutua entre quienes compartieron la experiencia de guerra o, en palabras de Rosana Guber: "fundados en la reivindicación de la causa territorial de soberanía sobre las Malvinas e Islas del Atlántico Sur, en la propia asistencia al escenario bélico y en la memoria del conflicto y de sus muertos" (2004:15). A pesar de que algunos familiares colaboran o participan actualmente de las organizaciones de ex soldados u otras referidas a la Guerra, la única comisión oficial que agrupa a familiares desde la posguerra hasta nuestros días es Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur. A diferencia de los organismos recientemente mencionados, Familiares de Malvinas se constituye como única institución que nuclea específicamente a familiares y no lo hace sobre la base de reclamos y protestas al Estado nacional, sino con los propósitos de honrar públicamente a sus seres queridos muertos en la Guerra, de reafirmar los derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, y de promulgar actividades que, entre otras cosas, reafirmen, en sus palabras, el "concepto de argentinidad" y "afiancen los valores culturales, espirituales y sociales que caracterizan al pueblo argentino". Durante la presidencia de Héctor Cisneros, han tenido una actitud crítica frente a los mencionados gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, durante el último año, con la presidencia de Delmira de Cao, los familiares han reconocido en varias oportunidades el compromiso asumido por la actual mandataria en lo relativo a la Causa Malvinas. Así también, y como veremos a continuación, a diferencia de las organizaciones de derechos humanos, el lugar que ocupa la religión católica en las prácticas rituales de la mayoría de los familiares de Malvinas es fundamental. En este sentido, en el presente trabajo veremos de qué manera los familiares que pertenecen a esta organización se enfrentaron y enfrentan a la problemática de la muerte y dan sentido a las pérdidas a través de un marco interpretativo, en donde la Virgen de Luján se presenta como su símbolo de identidad principal.

 

La muerte enmarcada

La muerte en la guerra produjo un quiebre, una ruptura en las formas habituales de enfrentarla, por lo que los familiares tuvieron que adaptarse a estos cambios para sobrellevar las pérdidas extraordinarias, reelaborando creativamente los modelos convencionales para entenderla. De esta manera, nuestros interlocutores construyeron un marco simbólico de interpretación para entender las experiencias sufridas tomando símbolos de la historia nacional, tanto reciente como lejana. Hablaré de marco simbólico de interpretación, o marco interpretativo, para referirme al modelo de interpretación del grupo que, a través de un selección de símbolos y una ideología particular,7 orienta la forma en que los familiares deben darle sentido a la muerte en el contexto de la guerra.

El concepto de marco, que fue legitimado en el ámbito de las ciencias sociales por Erving Goffman (1974), hace referencia, según el autor, a los principios de entendimiento que organizan la experiencia cotidiana del individuo y orientan la acción. Son, en este sentido, un conjunto de orientaciones mentales que permiten interpretar hechos sociales significativos. Varios autores adoptaron los aportes de Goffman en los estudios de los movimientos sociales para designar esquemas de interpretación definiéndose por su función orientadora y organizadora de la experiencia (Carozzi, 1998:21). En este sentido, ha sido utilizado por varios investigadores que trabajan con movimientos religiosos para referirse a "la reproducción de situaciones sistemáticamente transformadas", que modifican los esquemas de entendimiento previos (Carozzi,1998).

Por otro lado, fue el sociólogo Maurice Halbwachs (2005), de la escuela Durkhemiana, quien introdujo, en el campo de los estudios sobre memoria, la idea de marcos sociales para hablar de la memoria colectiva, y plantea una interrelación entre memoria individual y memoria colectiva al proponer la idea de que el grupo y la sociedad son las condiciones, los marcos sociales de la memoria. A la noción de memoria colectiva se suma la de "corriente de pensamiento", que nos relaciona con un grupo determinado, por lo que ambas aparecen enmarcando a los grupos de referencia. En este punto, Halbwachs resalta la importancia de los intereses del presente y las condiciones sociales que hacen posible la conciencia de cada uno. Desde la sociología, también Michael Pollak (citado en Catela, 2006) retoma las cuestiones planteadas por Halbwachs y aporta elementos para introducir la carga conflictiva en las visiones acerca de cómo recordar el pasado en el presente. Dentro de este marco, Pollak ha dedicado buena parte de sus estudios a las experiencias humanas frente a situaciones límite y memoria, tomando como eje dos tipos de situaciones divergentes: por un lado, el genocidio nazi y, por el otro, la epidemia del sida. Sus trabajos han servido como modelo para estudiar las memorias en el Cono Sur, marcadas por procesos de violencia política y represión estatal en el marco de dictaduras militares. El autor plantea una estrecha relación entre memoria y sentimiento de identidad, al entender a la memoria como una operación colectiva que intenta definir y reforzar sentimientos de pertenencia y fronteras sociales. Cada forma de interpretar el pasado y el presente por un grupo social, puede ser entendida, en términos de este autor, como un proceso de construcción de una memoria colectiva, la memoria política del grupo que, a través de un trabajo de encuadramiento y mantenimiento, dan a cada miembro el sentimiento de unidad, coherencia y continuidad. De esta manera, la memoria se torna en un elemento constituyente de identidad. Dentro de este marco, Elizabeth Jelin señala que el individuo, para fijar parámetros de identidad, selecciona ciertos hitos que lo ponen en relación con otros y constituyen los marcos sociales para encuadrar las memorias (Jelin, 2002:25). También la autora nos llama la atención sobre el hecho de que estas interpretaciones y memorias del pasado reciente aparecen en un escenario de luchas políticas acerca del sentido, no sólo de lo ocurrido, sino también de la memoria misma. De esta manera, el espacio de la memoria deviene en un espacio de lucha política que puede ser entendida en términos de las luchas de la "memoria contra memoria" (Jelin, 2002:6).

Todos estos trabajos resultaron muy ilustrativos para pensar la forma en que los familiares significan la muerte de acuerdo con la forma en que le dan sentido al pasado y se identifican dentro de un grupo. Sumándonos a estos estudios, aquí hablaremos de marcos simbólicos de interpretación, ya que se pondrá énfasis en que la manera en que los familiares entienden el pasado y el presente, como modo de interpretación de la realidad, forma parte de un contexto cultural general en donde "los modos de recordar" se articulan con procesos de apropiación y reelaboración de símbolos y metáforas históricamente construidas. Así, las "memorias", acciones políticas, rituales sociales, rituales mortuorios, prácticas públicas y domésticas, se alimentan recíprocamente y están representadas en símbolos a través de los cuales los familiares actúan y se movilizan.

En esta muerte enmarcada en procesos históricos y modelos simbólicos particulares, el grupo, en tanto comunidad de pares que pasaron por experiencias similares, cumple un rol fundamental en cuanto le da a sus miembros herramientas para enfrentar las pérdidas, suministrando también un fuerte sentimiento de identidad e integración social.8 Al igual que los llamados grupos de autoayuda o ayuda mutua, en los cuales los individuos se apoyan entre sí para sobrellevar sus experiencias estresantes o traumáticas acontecidas por una problemática en común, como el caso de enfermedades, adicciones, estigmatización social, etc., los familiares de Malvinas se sienten, dentro de su institución, comprendidos por personas que atravesaron la experiencia de la muerte de un ser querido en la guerra. Pero a diferencia de los grupos de autoayuda, en Familiares de Malvinas, la memoria y la ideología del grupo aparecen como componentes esenciales, en tanto la temática referida a la guerra es reelaborada según ciertos parámetros de identidad grupal que obedecen a los proyectos específicos del grupo. Así, la integración del individuo al grupo ha permitido un proceso de homogeneización que hace a la identidad grupal, neutraliza las diferencias personales y permite una narrativa y un entendimiento común sobre la muerte en la guerra.

Las representaciones que se generan en este marco de interpretación responden a representaciones, valores y prácticas estructuradas a escala nacional. Muchas de estas configuraciones culturales, como la categoría de héroe, o los distintivos nacionales, devienen en herramientas culturales que expresan y dramatizan una diversidad de significados a través de los cuales los familiares entienden, no sólo la relación con sus parientes muertos, sino también con la historia cultural.

Entonces, los marcos simbólicos del grupo son repertorios simbólicos que orientan las prácticas y significaciones de los familiares para responder a la problemática de la muerte de acuerdo con los intereses de los grupos. Es a través de estos modelos que los familiares simbolizan un tipo de relación específica con sus seres queridos, y se identifican entre sí como miembros de un grupo social determinado. En este sentido, el análisis de los rituales mortuorios o de las prácticas que hacen referencia a la muerte nos permite entender la forma en que los familiares simbolizan las experiencias límite vividas. Estas prácticas, entonces, son entendidas no sólo como instancias de despedida, separación e integración de los sujetos sociales (tanto vivos como muertos), sino como medios expresivos de comunicación y reflexividad que dan cuenta del marco social a través del cual los individuos les dan sentido al pasado y al presente y se identifican dentro de un grupo.

 

Familiares de Caídos en la Guerra de Malvinas e Islas del Atlántico Sur

Familiares de Caídos en la Guerra de Malvinas e Islas del Atlántico Sur se constituye como comisión en el año 1982 con el objeto de generar espacios sociales en los que se pueda honrar públicamente a sus seres queridos. Para ello, entendieron apropiado separar radicalmente a la Guerra de lo acontecido en la dictadura con respecto a la violación de derechos humanos. De esta manera, haciendo referencia a la mitología heroica nacional oficial, puso énfasis en la "argentinidad" como concepto que engloba a una nación unificada por los valores, creencias y prácticas religiosas católicas, que ellos entienden como tradicionales y características del pueblo argentino. Quien jugó un rol significativo en la construcción de sentido que se le dio a la muerte en la guerra, fue el presidente de la comisión durante 27 años consecutivos, Héctor Cisneros, hermano del caído Mario "el Perro" Cisneros, un militar de profesión.9 Así, resalta de la narrativa de Cisneros la apelación a la Patria, al deber ciudadano, al juramento a la bandera, al sacrificio y a la religión católica como vía adecuada para entender e interpretar las muertes:

Es un clásico nuestro las misas y estamos convencidos de que estamos en la senda del buen camino, nos aferramos a Dios, a la Virgen, a la memoria, al honor, a la dignidad, a la hombría de bien, al compromiso... para nosotros tiene un significado sumamente importante porque es un acto de fe, nosotros lo hacemos desde hace muchísimos años, todos los días los recordamos, todos los días es que ponemos nuestros granito de arena, haciendo cosas para que lo que ellos escribieron con la sangre no lo borremos con el codo los argentinos... Yo cada vez que voy para allí paso y entro a la catedral, le agradezco a la Virgen, a Dios esto de poder... este... sin odio, sin rencores, porque nosotros no tenemos odio contra los británicos... voy y rezo, rezo algunas oraciones por nuestros muertos (Héctor Cisneros, 25/ 05/ 09).

De esta manera, Familiares de Malvinas,10 para fomentar la glorificación a los caídos por parte de la sociedad en general, presenta a sus seres queridos muertos en la Guerra como héroes patrióticos, a través de un proceso de nacionalización de las muertes y de la Causa Malvinas.

Dentro del entramado simbólico de la historia argentina, de aquellos símbolos asociados a la unificación de la diversidad cultural como los patrios, los religiosos, y las figuras de los próceres, los familiares de Malvinas reivindican el compromiso con la bandera, se reapropian de la imagen de la Virgen de Luján, e identifican a sus familiares con los héroes nacionales consagrados por la historia oficial. Así también, frente a las representaciones asociadas a la historia reciente, donde la victimización y la denuncia de violación a los derechos humanos está asociada a la desaparición de personas, la elaboración de sentido de la muerte de los caídos en la guerra, enmarcada también en el contexto de la última dictadura militar, no fue sustentada en la denuncia social, sino recurriendo a la idea de la unidad nacional. De esta manera, enfatizando en la figura del héroe y no de la víctima, intentan abstraer la guerra del Terrorismo de Estado y proponen incluir a los caídos en la guerra en el panteón de referencia de los grandes ciudadanos nacionales.

Con la idea de que los caídos dejaron su sangre en un territorio de todos, por una causa nacional, los Familiares utilizan una metáfora orgánica para entender a la nación como una comunidad moral, que va más allá de sus gobernantes. Esta asociación simbólica cuerpo-nación, presente en las representaciones de todos los familiares, legitima la incorporación de los caídos en Malvinas al linaje de los ciudadanos ilustres nacionales (Guber, 2001; Lorenz, 2006). Dado, entonces, que sus seres queridos dieron su vida por la Patria y fueron consagrados a la vez por el Estado argentino como héroes nacionales a través de la ley Nacional 24.950,11 uno de los objetivos principales e iniciales de Familiares de Malvinas fue preservar la memoria de los caídos en tanto héroes nacionales y promover una actitud social de honra pública, como ha sucedido con muertos ilustres que los antecedieron.12

La categoría de héroe remite, en estos casos, a vidas trágicamente interrumpidas por una causa nacional y que, por lo tanto, son consideradas merecedoras de un peculiar reconocimiento social. Como señala Santiago Álvarez, las muertes violentas, cuando son consideradas altruistas, pueden elevar a la persona a la categoría de héroe (Álvarez, 2001:31). En este caso, el acto heroico implica para los familiares el sacrificio por la patria y un ideal de valores que van unidos a la responsabilidad, obligación moral que se asocia, entre otras cosas, con la idea de cumplir con la palabra dada (Pitt-Rivers, 1979:31). De esta manera, muchos familiares rescatan el hecho de que los caídos hayan cumplido con la palabra dada al jurar la bandera en el Servicio Militar.

Lo que resalta de la categoría nativa de héroe nacional es el acto sacrificial. Podemos interpretar de las narrativas de los familiares, específicamente en los casos en los que las madres remarcan su resistencia a que sus hijos fueran a la guerra, que la decisión y voluntad de sus hijos hace que los caídos en Malvinas sean al mismo tiempo víctimas y personas sacrificiales, ya que ellas mismas son quienes ofrecen su vida en consagración a la patria. Si bien son los mismos familiares que se refieren a la experiencia de los héroes como un acto sacrificial, podemos retomar los aportes de Henri Hubert y Marcel Mauss acerca de la naturaleza del sacrificio. Según los autores, el objeto sacrificado pasa del dominio común al religioso, ya que es consagrado, y se modifica el estado de la persona que lo cumple o de alguno de los objetos en los que se interesa (1946:77). De esta manera, estamos hablando tanto de lo que los autores llaman sacrificios personales, como sacrificios objetivos. En el primer caso, el sacrificio concierne directamente a la persona sacrificante; en el segundo, el efecto principal del rito, recae sobre la cosa que se tiene por objeto a modificar. En el caso de los héroes de Familiares de Malvinas, los llamaré sacrificios voluntarios, ya que, como habíamos señalado, es la misma persona sacrificante la que se ofrece como víctima.

Este sentido que se le da a la muerte como un caso especial de sacrificio es característico de los miembros de la comisión, lo que los diferencia de otros familiares que no pertenecen a ella, quienes, si bien señalan la necesidad del reconocimiento social de la muerte en la guerra, no le dan sentido a través de la idea de sacrificio por la Patria.

Lo que resulta de nuestra investigación es que, más allá de los objetivos de honrar públicamente a los muertos, los familiares buscaron desde sus inicios establecer una relación específica con sus seres queridos, como observaremos a continuación.

 

La Virgen de Luján

Familiares de Malvinas presentan un símbolo de fuerte identidad nacional, la Virgen de Luján, para consagrar a los caídos en Malvinas como héroes nacionales. La figura de esta Virgen, que fue recibida por la comisión en el año 2002 como una donación del Episcopado de Mercedes (provincia de Buenos Aires), fue elegida por la Iglesia como uno de los pilares de la cristianización del Estado, y nombrada en octubre de 1930 como patrona de la Argentina. Patrona también del ejército, es identificada con el catolicismo tradicional, los símbolos patrios y la identidad nacional. La historia del culto a la virgen por parte del ejército argentino se remonta a las manifestaciones del general San Martín, y del general Manuel Belgrano (Martín, 2000). Así también, miembros del Servicio Religioso Castrense de las distintas Fuerzas Armadas argentinas han promovido el culto a esta Virgen desde su constitución hasta nuestros días (Martín, 2000; Obregón, 2007, Lozada, 2012). En este sentido, es relevante remarcar que una imagen de la Virgen de Luján tuvo una participación especial en la Guerra de Malvinas, ya que el 8 de mayo, día de la "Festividad de Nuestra Señora", se realizó una misa a cargo del capellán Vicente Martínez Torrens para celebrar a la Virgen, junto al RI Mec 25 (Regimiento de Infantería que participó de la recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril del 1982). A continuación de la misa, realizaron una peregrinación a lo largo de las líneas de defensa con la imagen de la Virgen al frente de la procesión (Martínez Torrens, 2007:114-115). Así también, el 11 de junio de 1982, en plena guerra de las Malvinas, el papa Juan Pablo II visitó la Argentina y oró ante la Virgen de Luján, en la Basílica de Luján, para celebrar por la paz lograda en el conflicto bélico entre la Argentina y Gran Bretaña, confiándole a ella el futuro de los pueblos (Obregón, 2007).13

De esta manera, Familiares de Malvinas utiliza un icono de identidad nacional católica, de fuerte devoción popular debido a los milagros atribuidos a su imagen desde su llegada a la Argentina, que tuvo una particular participación en la Guerra,14 para recuperar el capital simbólico de los héroes, desdibujado por la acción deslegitimadora del Estado y la sociedad.

Además de haber participado en la mayoría de las actividades desarrolladas por la Comisión, la imagen de la Virgen recorrió casi todas las provincias del país en las peregrinaciones realizadas. En las peregrinaciones participaban miembros de la Comisión de Familiares, y el objeto principal fue llevar a diferentes partes del territorio argentino el recuerdo de la guerra a través de la Virgen, para que ésta recibiera ruegos y ofrendas de todos los argentinos antes del 10 de octubre del año 2009, día en que fue llevada el cementerio de Darwin, junto al Monumento a los Caídos emplazado en Isla Soledad.

En este sentido, argentinos de todas las provincias dejaron ofrendas a la Virgen antes de su partida a las Islas, pidiendo entre otras cosas, que cuidara de los héroes:

Es impresionante las peticiones, todas las cosas que hay. Pero no solamente de Buenos Aires. De todas partes, desde La Quiaca hasta los hielos continentales. Es darle algo tuyo a la Virgen a cambio de que te haga ese favor, que esté allá con ellos, que los cuide, que los quiera (Delmira de Cao, 03/09/09).

Yo la acompañé a la Virgen, 70.000 Km. La acompañé porque ella en cada pueblo que fue, fue a ver a un hijo de ella, a un veterano muerto. Y que si va a Malvinas, que cuide a los chicos que están allá (Paula Cardoso, 03/06/2009).

La manifestación, tanto simbólica como material, de ofrendas y plegarias de los devotos hacia la Virgen tenía, como se observa, varios objetivos simultáneos. Por un lado, la devoción a ella fue entendida como la devoción a los muertos, dado que a través de ella sus ofrendas se ofrecían a los muertos:

A través de la Virgen, se lleva, no sólo las plegarias y las bendiciones de toda la gente para nuestros heroísmo, también, llevar recuerdos, rosarios, alianzas, anillos, cartas, por cajas, cajas y cajas. Hubo gente que dejó sus alianzas (María Fernanda, 09/10/09).

De esta manera, la Virgen, que encarna el cuerpo simbólico de la nación, lleva consigo el recuerdo de la guerra y de sus héroes a los diferentes pueblos argentinos. Por otro lado, esta devoción fue entendida como una forma de recompensa a cambio del cuidado espiritual que en las Islas ejercería sobre los héroes. Así también, llevaría a argentinos de diversas áreas geográficas a la morada de los muertos, a través de sus ofrendas y plegarias. Por último, con la idea de la Virgen como madre protectora, las madres de Malvinas extienden sus lazos y cuidados maternales que fueron interrumpidos por la guerra y obstaculizados también en la muerte, por la ausencia o lejanía de los cuerpos:

Es la madre que no puedo ser yo, ni pueden ser tantas madres que dejaron sus hijos. Es la madre que los va a custodiar y los va a acaparar y va a estar con ellos ahí, espiritualmente. Esa es la misión de la Virgen. Y lleva el mensaje y el reconocimiento de todo el pueblo argentino (Delmira de Cao, 03/09/09).

Es importante remarcar, en este aspecto, que la idea de la Virgen como mediadora e instrumento de comunión entre los argentinos se entiende desde la perspectiva de los familiares aquí tenidos en cuenta. En este sentido, quisiera resaltar que no todos los familiares de caídos, ni todos los argentinos, reconocen de la Virgen esta función, y que tampoco es considerada en este artículo como ícono religioso de identidad nacional.

Al igual que las peregrinaciones analizadas por Turner (1975), tanto quienes peregrinan junto a la Virgen (los familiares) como los pueblos visitados participan, en tanto "argentinos", de la experiencia de la communitas,16 cuyo sentimiento de comunión se produce en la manifestación divina que se experimenta en el desplazamiento espacial. Así también, los sujetos rituales habitan una experiencia transformadora por su conexión con el orden sagrado (Turner:197). Pero, a la inversa de las peregrinaciones católicas habituales, en las que personas se dirigen a un centro sagrado, en estas peregrinaciones el punto de llegada no es el santuario, sino los diferentes pueblos, por cuanto es la Virgen, el centro de la devoción, la peregrina. Lo que circula así es el poder del centro (la Basílica de Luján) representando la esencia de la argentinidad. En esta inversión de las características del ritual, donde el símbolo del centro sagrado es el medio para un fin, la experiencia de la peregrinación recae no sólo sobre los pueblos, sino sobre los familiares y la Virgen, recolectora y distribuidora de argentinidad. Así, territorializan Malvinas dentro de la Argentina continental, a la vez que se nutre a la Virgen de la diversidad geográfica y cultural, para territorializar a las Islas perdidas con la Argentina continental. En este doble proceso de territorialización, se fortalecen las identidades nacionales de los familiares, los pueblos, los héroes y las Islas.

Por otro lado, en esta experiencia transformadora del ritual, los deudos recuperan el poder simbólico heredado de sus hijos, que ha sido oscurecido por la desmalvinización vivida después de la guerra, entendida por ellos como la desnacionalización, el silencio y la ignorancia social acerca de la Guerra de Malvinas. Así, con la imagen de la Virgen recorriendo las provincias, los deudos se ubican espacial y socialmente alrededor de un símbolo sagrado por excelencia para expresar su reclamo de reconocimiento social, tanto a ellos como a sus héroes. Entonces, con la figura de la Virgen refuerzan el carácter sagrado de sus héroes/muertos por la patria, enmarcando sus experiencias, en palabras de Guber, dentro de los "hechos nacionales honorables" (2004:95).

Por ello, en este proceso de resignificación simbólica llevado a cabo por la peregrinación, se les rinden honores a los muertos a través de la Virgen, con las ofrendas y la práctica de la devoción, y se refuerza la identidad nacional.

La Virgen de Lujan ha jugado también un rol fundamental en las misas en honor a los caídos en la guerra, que se realiza todos los 2 de abril en la Catedral Metropolitana. A dichas ceremonias,17 en donde los obispos que las presiden resaltan el deber que tiene la sociedad de honrar a los caídos por la patria y reivindican a los combatientes que volvieron, concurren tanto familiares como ex combatientes, militares, amigos de los familiares, y un público general. Antes de ser iniciada la misa, un veterano que colabora con Familiares de Malvinas lee algunas palabras conmemorativas y la imagen de la Virgen de Luján es trasladada cerca del altar por otros veteranos de guerra. Una vez terminada la misa, los familiares, haciendo una marcha mortuoria, llevan ofrendas florales a la Virgen y a los caídos (649 pimpollos de rosas rojas que los representan):

Es maravillosa, la misa es maravillosa la que hacemos en la catedral los 2 de abril. Es el único acto que hacemos, que se lleva una corona tremenda de flores con los que las ofrendamos en el altar que para nosotros son los 649 (Delmira de Cao, 03/09/09).

Desde el año 2002, en el que Familiares de Malvinas recibió a la Virgen, hasta el 2009, año en que fue situada en el cementerio de Darwin, durante todas las misas de los 2 de abril los obispos bendijeron su imagen, la que ha cumplido un rol fundamental durante todas las ceremonias, ubicada al pie del altar. Esto nos permite observar a la figura de la Virgen como símbolo dominante, ya que, al igual que en las peregrinaciones, a su alrededor se ejercen las prácticas, y a través de ella se atiende tanto al muerto como a los deudos que son acompañados por otros participantes del ritual. De esta manera, al finalizar la celebración los familiares lloran, se emocionan, se saludan entre sí, con amigos y presentes, tal como sucede en los rituales mortuorios, donde los deudos y los muertos son el centro de atención. Se dramatiza, entonces, el dolor de la pérdida del ser amado. En este sentido, antes de la inauguración oficial del cementerio de Darwin, que se realizó recién en octubre de 2009, las ceremonias del 2 de abril en la Catedral, con la Virgen presente, funcionaban como reactualizaciones anuales del velatorio y de las misas fúnebres previas a los entierros, en donde se acompaña el pasaje de los sujetos rituales de la vida hacia la muerte. De esta manera, la Virgen en la misa mediaba entre los familiares y los muertos. Recién en el 2009, una vez perpetuada la Virgen y consagrados los muertos, en tanto héroes nacionales, a través del ritual de inauguración del monumento, podemos afirmar que la misa, con la ausencia de la Virgen, se transformó en un ritual de rememoración que sólo tiene la función de ligar al deudo con la memoria del muerto.

Como había señalado, la imagen de La Virgen de Luján, perpetuada en el cementerio de Darwin, Isla Soledad, jugó un rol fundamental en la inauguración del cenotafio, acontecimiento promovido por Familiares de Malvinas durante 25 años, y finalmente llevado al cementerio en el año 2004, financiado por el Estado y gestionado, junto con la comisión, por Cancillería Argentina. Así, uno de los logros más importantes que se atribuye la Comisión fue la construcción del monumento -una donación del empresario Eduardo Eurnekian-, cuyo objetivo principal fue generar un lugar simbólico donde ofrendar a los muertos en el lugar donde ellos dejaron la vida y sus cuerpos. La construcción del Monumento en Darwin se presenta como un hecho inédito en la historia de enfrentamientos bélicos, en tanto pertenece al país derrotado, pero es administrado por el vencedor. De esta manera, a través de un monumento argentino y la presencia de los muertos, conviven en un mismo territorio dos formas distintas de legitimación y ejercicio de la soberanía: la argentina y la británica. Mientras en la segunda la ocupación busca reactualizar la victoria de las fuerzas británicas, la primera es entendida como simbólica y espiritual. Así, se refieren los familiares con respecto al cementerio como "la única presencia permanente de los argentinos en nuestras islas durante la postguerra".18

El proyecto del viaje para la inauguración del monumento empieza a planificarse ni bien se termina su construcción, en abril de 2004. Luego de varias negociaciones con la embajada británica, se acordó que se iba a realizar a través de un refuerzo del vuelo regular que se realiza los sábados a las Islas.19 Se organizaron entonces dos viajes, el 3 y el 10 de octubre del 2009.

Fue responsabilidad de Familiares ultimar los detalles logísticos, tanto en el continente como en las Islas, para poder recibir el volumen de gente que estaba previsto. Algunos familiares viajaron por varias provincias, con personal de Cascos Blancos, para contactarse con ex combatientes y hacer la convocatoria a los familiares de los caídos de cada lugar. En las Islas, otros familiares se ocuparon de que el cementerio estuviese en condiciones para recibirlos. Como el tiempo de permanencia allí iba a ser muy breve, viajaron un día antes del primer viaje para que, entre otras cosas, cada tumba tuviera su flor. De esta manera colocaron las 649 flores en el cementerio entre las 320 cruces y la cruz mayor.

Como parte de las actividades organizadas por la comisión, ocupó un lugar privilegiado trabajar sobre la imagen física de la Virgen, figura que ocuparía un lugar central en el cementerio junto con los muertos: "Estuvimos hermoseando la Virgen... y ahí, le enchufaron el sol... nadie se dio cuenta, tiene un sol pintado, todo con cositos blancos y doradito" (Nilda, 28/10/09).

Antes de viajar a las Islas, ambos contingentes se concentraron desde todas las provincias en el hotel Bauen de Capital Federal. Durante el primer viaje, mientras el primer grupo estaba en las Islas, otros familiares realizaron una procesión a Luján con la Virgen, y luego, el día anterior al segundo viaje, marcharon con ella desde el hotel hasta la Catedral, para despedirla. Los familiares debían viajar en micro hasta Río Gallegos, para allí tomar el avión. Una vez en las Islas, otro transporte los llevó al cementerio, en donde la Comisión se encargó de arreglar detalles, ayudar en la organización de la ceremonia y atender a los presentes. Pero, si bien fueron los argentinos quienes se encargaron de la preparación del cementerio y la organización del evento, los ingleses, por su parte, prepararon carpas con comida y bebida para atender a los deudos, en tanto anfitriones del ritual.20 Esta esfera del ritual expresa nuevamente la coexistencia de dos tipos de soberanías, la argentina y la británica, resaltando el Reino Unido, través de su atención, su autoridad sobre el territorio. Así, se evidencia una práctica de reafirmación de la soberanía y legitimación de la autoridad. Los muertos devienen en muertos políticos, los cuerpos en símbolos patrios, los deudos y los anfitriones en agentes en pugna, y el ritual, que condensa múltiples significados según los participantes, ocurre como un ritual mortuorio y político a la vez, donde no sólo se afirman públicamente las posiciones sociales de los deudos y los difuntos, sino también las pretensiones políticas de estos últimos, y la legitimación de dominio de los anfitriones.21

Volviendo a la celebración del ritual, antes de que los sacerdotes oficiaran las misas, los familiares tuvieron su tiempo individual de privacidad para encontrar la cruz de su familiar, o su nombre en el cenotafio. En la ceremonia del segundo viaje, que tenía el objetivo de situar a la Virgen en el cementerio, la misa ofrecida por un sacerdote católico se llevó a cabo mientras los familiares se acercaban a saludar, despedir y ofrendar a la Virgen y a los muertos, dejando sus pertenencias en una urna transparente:

Mirá que cuando entró la Virgen, se levantaron de sus sillas, fueron a acompañar a la Virgen, cantaron, la acompañaron hasta el altar, todos hicieron todo, participaron del oficio religioso, se fueron a despedir de la Virgen, se fueron a despedir sus muertos, todo con una paz y una serenidad que... (Nilda, 28/10/09).

Y venía la Virgencita, traían la Virgencita en una camioneta. Ahí, se amontonó toda la gente y llegó al lugar, tenía un pedestal. Ahí, dieron la misa, la gente, te podés imaginar, lloraba, todo el mundo lloraba, todos. Fue muy emocionante. Yo tenía unos aros de oro y, mirá, fue tal la emoción. Yo, agarré mis aritos, tenía en la cartera un sobrecito y los tiré ahí, y, después, tiraban flores... en ese momento me hubiese sacado el corazón y lo hubiese puesto ahí. Fue un momento muy emocionante, muy intenso. Es una cosa que, yo, dije: "dejé mis aritos en el cofre del cementerio de allá de Darwin". Porque ahí estaba ofrendando a mi hijo (Lita, 31/05/10).

Además de este último contacto con la Virgen, la visita al cementerio implicó para los familiares la posibilidad de estar en contacto con la tierra por la cual pelearon sus parientes y rendirles homenaje en el lugar donde quedaron los cuerpos.

Van Gennep (2008), haciendo referencia a los procesos sociales por los cuales un individuo pasa cuando atraviesa un cambio de estatus o posición social, propone el modelo de los ritos de paso, los cuales divide en fases de separación, de transición y de agregación. En tanto ritual mortuorio, la inauguración oficial del cementerio y la entronización de la Virgen actuaron para muchos familiares como la fase de agregación del ritual mortuorio, el cierre del proceso ritual a través del cual los deudos se separan definitivamente de sus muertos, los muertos se agregan como muertos en el mundo de los muertos y los vivos se reinsertan como deudos en la sociedad. Retomando a van Gennep sobre los ritos de paso, Pierre Bourdieu propone denominar a este tipo de ritos, ritos de consagración o legitimación, enfatizando en la separación que se produce entre quienes participan del ritual, y aquellos que nunca lo harán. La función esencial del rito, afirma el autor, es "instituir una diferencia duradera entre aquellos a los que atañe el rito y a los que no les atañe" (1992:113). Al hablar de rito en tanto consagración, ya que efectúa "solemnemente (...) de manera lícita y extraordinaria, una transgresión de los límites constitutivos del orden social", refiere el autor, lo importante no es dirigir la atención sobre el ritual de paso, sino sobre la línea que divide. Es sugerente pensar estos términos para volver a reflexionar sobre la posición tomada por muchos familiares de no querer exhumar e identificar ni traer a la Argentina continental los restos de los caídos que yacen en Darwin.22 Entre los fundamentos de los familiares, el que prevalece es aquel que sostiene que los caídos están haciendo patria: "Están ahí, están ahí, y lucharon por eso. ¿Entendés? Entonces tienen que quedar ahí haciendo patria. Porque son banderas argentinas que reclaman en nuestro reconocimiento" (Delmira de Cao, 03/09/09).

Para que el sacrifico desde su punto de vista no sea inútil, ya que la guerra se perdió, es fundamental que el intercambio contractual que supone la idea de sacrificio sea obtener cierta soberanía de las Islas a través de los cuerpos que yacen en el cementerio. A partir de la guerra, las Islas comenzaron a ocupar un lugar primordial en la cartografía simbólica de los familiares. La transformación de éstas en una geografía sagrada se observa en el lenguaje metafórico de los familiares, que ubica a la Virgen, al cuerpo de los héroes, y a la tierra por la que pelearon dentro del mismo campo semántico. Así, mediante la idea de sacrificio voluntario, y la metáfora orgánica que asocia al cuerpo y la "sangre derramada" con la tierra, los muertos se entienden como metonimia de la tierra. Esta operación simbólica hace que los familiares entiendan a los muertos como si fuesen recursos nacionales para producir soberanía.

En este sentido, la inauguración oficial del monumento podría comprenderse como el cierre de un ritual sacrificial, en donde el objeto sacrificado sufriría una especie de consagración oficial, como héroes sagrados y protectores de la patria. Así también, es importante resaltar que, desde que han ingresado a la Comisión, muchos de los familiares dedicaron su vida a reivindicar la lucha de sus hijos por la recuperación del territorio nacional. Por ello, sacrifican a sus muertos, al renunciar a la posesión del cuerpo (así como los héroes han sacrificado su vida), para lograr ejercer soberanía sobre el territorio. Se establece así una relación específica entre el muerto y la tierra en disputa, que genera, como señalé anteriormente, una transformación ontológica tanto de los cuerpos como del territorio. De ahí que la Comisión entregara a cada familiar en las Islas bolsitas con tierra del lugar para que la llevasen consigo de regreso. De la misma manera, muchos ex combatientes y familiares llevaron imágenes de la Virgen de Luján en miniatura para cubrirlas y mezclarlas con la tierra sagrada de los muertos.

Entonces, la metáfora de Delmira de los cuerpos como "banderas argentinas que reclaman en nuestro reconocimiento" es significativa, ya que aquellos se convierten en símbolos en los cuales se condensan los proyectos de soberanía de los familiares, que entienden a sus muertos no como muertos comunes, sino como héroes nacionales que, en palabras nativas, "pasaron a la historia grande" y, en tanto tales, "deben seguir montando guardia por la Argentina". El último estadio del ritual de paso en lo que respecta a los rituales mortuorios, la integración de los muertos en su mundo, y la de la reintegración de los vivos en el suyo, a través de una separación definitiva entre los participantes del ritual (muertos y familiares), se da en este caso en términos de sacralizados y no sacralizados. En efecto, el muerto no pasa al mundo de los muertos "comunes", sino al mundo de los "muertos héroes", como lo hicieran otros próceres argentinos. Sin embargo, lo que diferencia a los caídos de los otros héroes es la ubicación espacial de sus cuerpos, ya que ella representa metafóricamente la soberanía argentina sobre las Islas. De esta manera puede producirse la separación definitiva entre los deudos y los muertos, integrando a estos últimos en un espacio geográfico simbólicamente denso, para ser consagrados como muertos especiales, con la intermediación sagrada del símbolo católico de argentinidad por excelencia. Asimismo, el efecto del rito actúa también sobre la tierra, ya que, como se señaló antes, queda, a través de los ciudadanos muertos y la Virgen, doblemente argentinizada.

Entonces, en esta separación tan radical entre los vivos, que nunca pasarán por este tipo de ritual de paso, y los muertos, que se consagran, a través del rito, en héroes y protectores de la Patria, la ubicación espacial de los cuerpos y de la Virgen es fundamental. El cementerio delimita lo profano de lo sagrado, a la vez que unifica, como hemos observado, a las Islas con el resto del territorio argentino a través de los muertos y la Virgen. En palabras de Bourdieu, el efecto más importante del rito, en este caso la culminación de un rito sacrificial, es que consagra la diferencia, instituyendo al mismo tiempo al héroe en tanto ser patriótico y sagrado, y al resto de los mortales, que "no son susceptibles a este tipo de legitimación ritual" (1992:115).

Entonces, el poder simbólico que ejercen los cuerpos en el cementerio de Darwin no es sólo en el nivel de soberanía sobre el territorio en disputa, sino, también, a través de la consagración de los sujetos rituales como seres predestinados a luchar y morir para tal fin. Así, los familiares de Malvinas construyen su identidad nacional a través de los héroes, las Islas, y la Virgen de Luján.

La inauguración del monumento en Darwin, con la presencia de la Virgen de Luján como madre protectora de la Patria y de los muertos, no solo cumplió un papel significativo al posibilitar la transformación existencial de los sujetos rituales, sino que también materializó la forma en que los familiares, a través de sus familiares muertos, construyen sus representaciones de pertenencia nacional.

 

Síntesis

En este artículo observamos de qué manera los familiares dan sentido a las pérdidas en tanto acontecimiento de importancia nacional. En este sentido, entienden a la muerte en la guerra como un ejercicio ciudadano de soberanía nacional que incluye los valores ejemplares de altruismo, responsabilidad social y sacrificio voluntario. Por otro lado, vimos cómo, mediante la metáfora orgánica de la tierra de Malvinas regada por la sangre de los muertos, los familiares simbolizan la relación de ellos con sus muertos y de éstos con las Islas y la nación. Así también, la figura de la Virgen de Luján, fuente sagrada de legitimación de los muertos y los deudos, deviene en el instrumento a través del cual se produce, para los familiares, la comunión de todos los argentinos, tanto vivos como muertos, y se refuerza la identidad nacional. Así, sobrellevan las pérdidas a través de un proceso de nacionalización de las muertes, que permite que los cuerpos muertos ejerzan una clase de soberanía simbólica sobre las islas, una conquista territorial a pesar de la derrota.

 

Notas

1 En este trabajo nos referiremos a este hecho como la Guerra de Malvinas, ya que los familiares suelen referirse a éste en tanto tal. No obstante, el nombre oficial que se suele utilizar en Cancillería Argentina es "Conflicto del Atlántico Sur", ya que la palabra "guerra" tiene connotaciones muy específicas en el derecho internacional, incluyendo requisitos y consecuencias. Por otro lado, las acciones bélicas no solo tuvieron lugar en las Islas Malvinas, sino también en las Georgias del Sur, Sandwich del Sur, y en los espacios marítimos circundantes (datos ofrecidos por Guillermo R. Rossi, ministro plenipotenciario, Dirección de Malvinas y Atlántico Sur, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto).

2 El 2 de mayo de 1982 se produjo el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano por el ataque del submarino nuclear británico HMS Conqueror, que provocó la muerte de 323 hombres (Bonzo, 1992). El hundimiento causó una fuerte polémica por parte de la sociedad argentina, al haberse producido el ataque fuera del área de exclusión establecida por el gobierno británico alrededor de las islas. Para profundizar acerca de la forma en que tanto los miembros en actividad, retirados o dados de baja de la fuerza naval le dieron sentido a este episodio, consultar Guber, 2008.

3 En el caso del Crucero ARA General Belgrano, también hubo cuerpos recuperados que fueron devueltos a las familias y están en cementerios particulares.

4 Para profundizar sobre la problemática de la muerte en el caso de los desaparecidos, ver Catela (2001) y Panizo (2011).

5 Uno de estos padres, el de un piloto caído en la Guerra, Miguel Ángel Jiménez, fue quien impulsó en 1982 la constitución de la Comisión Nacional de Padres y Familiares de Combatientes Desaparecidos en Malvinas, la cual reclamaba al Estado información acerca del destino de sus hijos (Guber, 2004:51; Lorenz, 2006:127). Aunque la iniciativa de esta Comisión es destacada por la literatura académica relativa a la Guerra de Malvinas, no se conocen datos que den cuenta de su existencia después de los primeros años de su constitución.

6 El mayor número de desaparecidos en acción correspondía a las víctimas del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano (Guber, 2004:51).

7 El símbolo es entendido, según las propuestas de Clifford Geertz, como cualquier "objeto, acto, hecho, cualidad o relación" que sirve para vehiculizar ideas y significarlas (1997:92). A la vez, considero que éstos condensan múltiples significados por lo que pueden neutralizar ideas ambiguas y contradictorias (Turner, 1997). De la misma manera tomo los aportes de Geertz para entender a la ideología como una fuente simbólica de significación, que surge como respuesta a estados de tensión para "dar sentido a situaciones sociales incomprensibles" (1997:192).

8 Michael Pollak (2006) y Elizabeth Jelin (2002) trabajan la importancia de la integración de individuos que han vivido experiencias traumáticas en comunidades de iguales, donde se refuerzan los sentimientos de identidad, continuidad y unidad.

9 Héctor Cisneros renuncia a su cargo en marzo del 2010, luego de que el matutino Crítica de la Argentina publicara una nota en la que se dio a conocer que su nombre figuraba en el listado de los miembros del Batallón 601, el organismo de Inteligencia del Ejército durante la dictadura. Allí se lo acusaba de haberse desempeñado como analista de información de esa central de espionaje durante el Proceso.

10 De aquí en más, para referirme al organismo Familiares de Caídos en la Guerra de Malvinas e Islas del Atlántico sur, diré Familiares de Malvinas.

11 La ley N° 24.950, promulgada el 3 de abril de 1998, declara Héroes Nacionales a los combatientes argentinos fallecidos en defensa de la soberanía nacional sobre las islas del Atlántico Sur, en el conflicto de 1982.

12 Para profundizar sobre la actitud social de honrar a los muertos ilustres argentinos, consultar Sandra Gayol (2010).

13 A pesar de que la Virgen de Luján haya tenido una importante participación en la Guerra de Malvinas, no es entendida por los familiares como un icono de guerra ya que ellos no entienden ni justifican la Guerra de Malvinas. En este sentido, como se desarrollará a continuación, entienden a la Virgen de Luján como un símbolo nacional, que los ha acompañado a ellos y a sus familiares caídos, y cuida de sus muertos. Así, se presenta también como un símbolo a través del cual los familiares encuentran una forma particular de comunicarse con sus seres queridos.

14 Para profundizar sobre la Virgen de Luján como símbolo de identidad nacional católica, y profundizar sobre su culto, ver Eloísa Martín (2000) y Patricia Fogelman (2003).

15 Este proceso mediador entre lo sagrado y lo profano y entre los vivos y los muertos a través de los santos es particular tanto de la religión católica oficial como de la popular.

16 Turner entiende a la comunitas como un vínculo generalizado, el cual está sin estructurar o rudimentariamente estructurado dado que no hay nombres, roles ni categorías que marquen diferencias sociales, que ocurre durante el período liminal antes desarrollado (1998:103).

17 Las descripciones de las misas son una síntesis del trabajo de campo durante cuatro años consecutivos.

18 Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, en http://www.noretornable.com.ar/v2/dossier/carta.html (24 de abril de 2012)

19 Los vuelos a las Islas desde la Argentina no se pueden hacer en aerolíneas nacionales, por lo que se debe volar desde una empresa chilena. Desde la última Declaración Conjunta suscripta entre los representantes de la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña, del 14 de julio de 1999, estos vuelos civiles salen desde Punta Arenas a las Islas Malvinas, haciendo escala en Río Gallegos.

20 En las ceremonias del 3 y 10 de octubre estuvieron presentes autoridades británicas civiles y militares.

21 Dentro de este marco de soberanía en disputa puede entenderse lo ocurrido recientemente en el cementerio de Darwin, en donde fue atacada la imagen de la Virgen de Luján. Dicho acto, cuya autoria hasta hoy se desconoce, es entendido por parte de la Comisión de Familiares como un acto profanador cometido contra el monumento a los caídos, que se enmarca en una secuencia de actos de hostilidad por parte de algunos sectores británicos (en http://www.heroesdemalvinas.org.ar/museodeheroes/). Como este acontecimiento sucedió un año después de que yo terminara con la investigación sobre la experiencia de familiares de caídos en Malvinas, no es analizado en este trabajo. Sin embargo, creo que no debe dejar de ser mencionado y tenido en cuenta para futuras investigaciones. Por otro lado, quisiera remarcar que en la literatura académica sobre la Guerra de Malvinas desde la experiencia británica no encontré trabajos que hicieran referencia a la experiencia de los familiares británicos y su forma de enfrentar la muerte de sus seres queridos en la guerra. Seria interesante, en este sentido, un análisis comparativo entre las experiencias de familiares de ambas partes del conflicto, teniendo en cuenta que varios artículos periodísticos hacen referencia al uso de "poppies" (amapolas) como símbolo de la memoria, a la construcción de cenotafios, y otras prácticas rituales que tienen la función de honrar a los muertos. (Ver: http://www.orihuelacostarbl.com/Falklands%20War%20memorial%20unveiled%20at%20National%20Arboretum.html,http://www.metro.co.uk/news/78862-thatcher-honours-falklands-war-dead, http://www.bbc.co.uk/newsround/15492752.)

22 La posibilidad de exhumar los cuerpos para futuras identificaciones es un tópico que, según algunos interlocutores, surge como iniciativa de los ingleses, quienes tuvieron varias intenciones de "repatriar" los cuerpos a la Argentina continental. Más allá de estas iniciativas inglesas, muchos ex combatientes y familiares que no pertenecen al organismo Familiares solicitan las exhumaciones para reconocer la identidad de los muertos. Miembros de Familiares interpretan esta intención como parte de una política de los ingleses de querer sacarlos de Malvinas, es decir, liberar de cuerpos argentinos esa tierra en disputa, y se niegan rotundamente a las exhumaciones e identificaciones. Para profundizar sobre este tema, ver Panizo, 2011:194-202.

 

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