SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número3El Hombre Fósil de MiramarLa construcción de estereotipos en base a inmigrantes "legales" e "ilegales" en Argentina índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Intersecciones en antropología

versão On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol.  n.3 Olavarría jan./dez. 2002

 

Arqueolocos en Antropocity: una mirada sobre la reconstrucción del microcentro porteño en el espacio histórico

Marcelo N. Weissel

Marcelo N. Weissel. Banco de Galicia. Jerónimo Salguero 2659 5C (1425) Buenos Aires. weisselmarcelo@hotmail.com

RESUMEN

En este trabajo problematizamos la reconstrucción de las prácticas sociales y las textualidades locales que serán comprometidas por la creación de un nuevo espacio urbano que producirá la valorización diferencial del recurso cultural en el todopoderoso microcentro de Buenos Aires. En ese lugar se construirá la nueva torre Galicia, y allí se exhibirán los resultados de un proyecto de arqueología de rescate. Por este motivo nos interesa reconocer en el pasado y en el presente, la construcción social donde se insertará la producción arqueológica. Hoy, más allá de las interpretaciones hegemónicas, existen mensajes claros, la ausencia de pasado temprano, el protagonismo europeo, y el dominio económico financiero. Sin embargo, hay textualidades conexas del uso del espacio que no coinciden. Las representaciones de la historia se han mezclado por proximidad. Así se deslindan puntos que quedan poco claros como el lugar de la mendicidad y la religión, la articulación de las esferas de decisión con las esferas de consumo, la seguridad y la intercomunicación, y la construcción de espacios de acceso público. Sin embargo, hay un uso específico que define la localidad del centro como el escenario de reproducción de la categoría de ciudadanos que cultivan obligaciones para con el mercado.

ABSTRACT

In this paper we question the reconstruction of the social practices and local textualities that will be compromised by the creation of a new urban space that will produce the differential valuation of cultural resources in the ‘almighty' downtown of Buenos Aires. The new Banco Galicia Tower will be constructed in this area, related to which an exhibition of the main results of an archaeological rescue program will be displayed. For this reason, it interests us to recognize in the past and present the social constructions where archaeological production will be placed. Today, beyond hegemonic interpretations, there are clear messages, such as the absence of evidence of a truthful, early urban past, the central role of Europe, and the financial and economic domain. Nevertheless, there are related textualities concerned with the use of space that do not coincide. Historic representations have become mixed up through proximity. In this way, we identify obscure points, like the place of mendacity and religion, the articulation of the spheres of decision and consumption, security and inter-communication, and the construction of spaces open to the public. Nonetheless, there is a specific use that defines the locality of downtown as the scene of the reproduction of a certain category of citizens, namely, those who pay their duties to the market.

INTRODUCCIÓN

Dios está en todas partes,
pero atiende en el microcentro.
Chisme popular de la city porteña.

     Hoy como ayer no es sólo el capitalismo el que nos acompaña a todos lados. Las relaciones interpersonales siguen siendo primordiales y es en ellas donde se hace sentir la diferencia social, las posibilidades de acceso a bienes y recursos, a privilegios y oportunidades.

     Considerando que el rol del antropólogo es sorprenderse frente a lo evidente, este trabajo reflexiona acerca de la construcción de un espacio histórico, más específicamente de un espacio arqueológico, junto a una nueva torre de oficinas en el área central y fundacional de la ciudad de Buenos Aires. El título del trabajo busca explorar la parte viva de la arqueología. En este sentido, las experiencias sociales recabadas durante el gerenciamiento del proyecto "Arqueología de rescate obra Nuevo Banco Galicia" entre agosto de 2000 y abril de 2001, nos sirvieron para observar al patrimonio cultural como práctica social. De hecho, son muchas las prácticas sociales que se conjugan en los espacios organizados puertas adentro y afuera de los edificios de la zona. De esta manera, queremos reconocer cómo es concebido el lugar desde lo local (Escobar 2000; Lacarrieu 1993 y 1997; Massey 2000; Weissel 2000).

     Tanto las significaciones del patrimonio cultural como la construcción de un espacio nuevo, implican la historicidad de la base social donde el proceso de construcción de los usos del espacio se forman. En esta construcción escénica se expresa la calidad de vida del contexto, e intervienen los procesos de mercado (Arantes 2000). De esta forma, creamos un término: Antropocity, por la perspectiva doblemente antropológica (social y arqueológica) que apuntamos hacia "la city". Esta idea o punto de partida se usará para la reflexión enfocada hacia los procesos sociohistóricos que conformaron el microcentro.

     Asumiendo que la producción de identidad es uno de los pilares fundamentales de la hegemonía discursiva del sistema imperante, se discuten las textualidades intervinientes en la construcción histórica y en el uso actual del espacio céntrico con especial énfasis en la intersección de dos arterias: Reconquista y Teniente General Juan Domingo Perón. El análisis de las textualidades se realizó a través de la interpretación de información cualitativa, situación que permitió observar la significación de la relación pasado/presente como un campo de análisis de la práctica arqueológica. Por consiguiente, se propone sentar las bases para discutir el rol de la producción arqueológica junto a la creación de un nuevo espacio de exhibición urbana: la nueva sede central del Banco Galicia.

OBJETIVOS

     El objetivo general es contribuir al reconocimiento de las prácticas sociales y las textualidades locales que serán comprometidas por la creación de un nuevo espacio urbano que producirá la valorización diferencial del recurso cultural (Molinari et al. 2000). En este sentido, este trabajo pretende servir a mediano plazo a la creación de un espacio de discusión interdisciplinario útil a la generación de un guión y diseño museográfico antropológicamente amplio.

     El objetivo particular es reconocer en el pasado y en el presente, la constelación de actores y relaciones sociales que se encuentran e interrelacionan en un locus particular, a fin de observar textualidades específicas intervinientes en el uso del espacio.

CONCEPTOS TEÓRICOS

     Consideramos que la construcción del habitat humano involucra la construcción de nichos ambientales que se heredan y que condicionan a quienes los heredan. Este hecho fue destacado por la construcción epistemológica anglosajona moderna (ver para un ejemplo, Berry 1975; para una discusión fundamental, Mignolo 2001). En esa situación, las relaciones de las generaciones de humanos con los nichos urbanos se basan en contextos positivos y empíricos de exterioridad (Althabe 2000). Sin obras de salubridad urbana, promovidas por movimientos intelectuales higienistas históricos, no se habrían desarrollado, condiciones básicas de densificación de población humana en la ciudad.

     Como las formas urbanas contienen las relaciones humanas, las transformaciones que se juegan en el espacio pueden o no afectar al relacionamiento social. No hay relaciones humanas sin un ámbito físico, pero lo que sí puede suceder es que un ámbito físico no traiga ni cree de por sí relaciones humanas. Son los actores los que contribuyen a la formación de su uso. Lo social no es un modelo o molde de costura rígido, tanto como que su historicidad no se basa en una única puesta en escena (Althabe 2000). El mundo urbano despliega relaciones sociales a través de interlocutores de significaciones, miembros de un territorio de relacionamiento colectivo en el marco de producción de identidades y jerarquías. Precisamente el dominio y difusión de las identidades como representaciones de la realidad, o textualidades, son el meollo de los sistemas hegemónicos postcoloniales (Bhabha 2000). Este punto es destacado por el norteamericano Mark Leone (1995) para el análisis arqueológico del individuo en el mundo capitalista.

     Nos situamos entonces en un cruce de caminos: actores y construcción de usos espaciales. De alguna manera la obra de construcción de un nuevo edificio de oficinas, es un movimiento de repoblamiento, es la producción de un nuevo ritmo migratorio de cambio de escalas y paisajes. ¿Qué se exalta?, ¿Qué es lo que se restaura o se conserva?

     Basándonos en el razonamiento de Althabe (1999, 2000) y Arantes (2000) desarrollamos la siguiente base conceptual. Los individuos que constituyen el uso social de un lugar son diferentes a un medio físico urbano. Las ciudades contemporáneas sufren de la creación del individuo como un hombre-pasaje, son percibidas como estaciones, lugares de trabajo o lugares de residencia sin compromiso con el vecino, donde una gran cantidad de tiempo es invertida en el traslado y la contemplación. Esta modalidad de poblamiento y uso concibe al espacio urbano como una obra de arte y un espectáculo. Allí la figura central es el turista urbano. No se trata del lugar a ser vivido sino sólo de su imagen. Nos encontramos entonces con una población de paso (pensemos cuántas personas viven y cuántas personas entran y salen diariamente del microcentro porteño), una población que se mueve en el campo de las indefiniciones.

     En el pasaje no existe una relación de pertenencia para con el lugar, se trata más bien de una predisposición para el lugar del espectáculo, donde los límites del estás o no estás se fijan con relación al espectáculo como glamourización de la cultura del equipamiento. Esta relación con el espectáculo es individual, bloqueando la red con los otros. Aspecto que se suma a que el turista tiene sus lazos a otro lado. De esta forma, las marcas fundadoras de la ciudad se presentan como un caos aparente, las marcas externas de las edificaciones actuales no coinciden con el uso original, implicando el cambio de códigos sociales. Esta estructuración del espacio urbano no es obvia, hay una historia que puede entenderse. Sin la comprensión de esta dinámica, el individuo no percibe, por ejemplo, la cualidad histórica de los cambios en la asignación de recursos en el modo de vida urbano. En consecuencia el hombre es privado de ser hombre público, es privado de ser ciudadano que se encuentra y decide sobre el espacio público.

     De esta manera, la forma engendra su propia referencia. El estás o no estás participando del espectáculo se traduce en inclusión o exclusión del mercado. La creación de nuevos espacios "públicos" protegidos de automóviles conlleva el peligro de la producción de lo urbano como un mero decorado. Esto genera la exposición de mercancías enraizadas en la pérdida de singularidad de los objetos. Entonces, en la construcción de espacios de trabajo y exhibición se crea un adentro y un afuera, donde el exterior (ciudad) es anexado por el interior. El exterior se convierte en una obra automatizada, la exterioridad como obra de arte. De esta manera, la consecuencia de lo urbano como lugar de pasaje y solicitación de espectáculo es la disociación del habitante con el medio urbano. En conclusión, los sitios de la ciudad son espacios liminares es decir espacios sin compromiso, donde se falsea lo público para el mercado.

    Esta es la mayor divisoria de aguas de la diferencia social del presente que se refleja en las condiciones económicas básicas de la existencia, y por supuesto, en las jerarquías de oficios, turnos de trabajo, calidad de los almuerzos, antigüedad en un puesto, poder de decisión, etc. Aún así, el turista urbano es un practicante emblemático, porque si bien el "turista no cuenta", es central en la concepción del uso del espacio, porque los habitantes se refieren a él. Así descripta, esta situación concibe la existencia de una autoridad de cultura, la que dice que, en nombre de la supremacía cultural, enuncia el momento de la diferenciación social. Lo interesante es que de esta manera, la autoridad se sitúa en el lugar de lo cuestionado, en el concepto y momento mismo de enunciación (Bhabha 2000). El discurso hegemónico crea así su propio espacio de conflicto y discusión.

Sin un espacio para la teoría caeríamos en "los peligros" del enfoque

    El investigador hindú, Hommi Bhabha (2000), especializado en observar cómo el compromiso con la teoría es un compromiso político, se refiere a la forma en que los discursos imperializantes en ciencias sociales pueden reflejar simplemente las divisiones geopolíticas y sus esferas de influencia. En sus palabras: "¿Serán los intereses de la teoría "occidental" necesariamente coadyuvantes del papel hegemónico de Occidente como bloque de poder? No pasará el lenguaje de la teoría de más de una estratagema de élite occidental culturalmente privilegiada para producir un discurso del Otro que refuerza su propia ecuación de conocimiento-poder?" (Bhabha 2000: 13, la traducción es mía). Para Bhabha (2000) hay que reconocer la fuerza de lo establecido como si fuera un escrito. Su textualidad, su metaforicidad y su discurso retórico son la matriz productiva que define lo "social" y que lo torna como objetivo de y para la acción. Para Bhabha (2000) en la construcción de teoría se mezclan dos componentes fundamentales que surgen del análisis de la historia escrita de las sociedades post coloniales. Estos son: la traducción y la negociación.

     El primer componente es la traducción como lenguaje crítico, ni lo uno ni lo otro, el centro de la cuestión es señalar que la historia está aconteciendo y que somos actores de la misma. A través de la concepción del tiempo de acción y de la comprensión política, se hace posible aceptar y regular la estructura diferencial del momento de intervención crítica, sin apresurarse a producir una unidad de antagonismo o contradicción social. Su contribución radica en observar el énfasis de cómo la representación de lo político se vuelve realidad. Es decir, que los elementos de la realidad forman parte de un discurso que puede ser traducido. El segundo componente es la negociación. En una temporalidad discursiva sin historia teolológica o trascendente, el acto de teoría es un proceso de articulación y negociación de instancias contradictorias y antagónicas que abren lugares y objetivos híbridos de lucha y destruyen las polaridades negativas entre el saber y sus objetos, y entre la teoría y la razón práctico-política.

    En este plano, el proceso de interacción y diferenciación es el trabajo de la hegemonía. La hegemonía como modelo de organización, sin opción, que desenlaza guerras de identificaciones y representaciones, apropiándose de los medios de traducción y negociación que pudieran construir teorías alternativas. Sin embargo, como ya apuntáramos, la propia autoridad de cultura es la que, en nombre de la supremacía cultural, enuncia el momento de diferenciación. Y es este concepto y momento de enunciación, el que sitúa a la autoridad en el lugar de lo cuestionado.

Interrelación social en el plano teórico metodológico

     Planteado el escenario del discurso hegemónico, la divisoria de aguas en la diferencia social y el cruce de caminos entre el individuo y una obra de construcción de usos espaciales, esbozaremos una crítica a manera de modelo teórico de cómo se expresa en la práctica este planteo.

     Definida en términos de su composición, la interacción social comprende relaciones y prácticas por medio de las cuales los grupos sociales se construyen como sujetos colectivos (Briones 1998). A su vez, la interrelación o interracción social se puede aplicar a toda comunicación entre partes cuya meta es la circulación de imágenes espaciales amplias de una sociedad (Lazzari 1999: 136). En síntesis, el razonamiento es el que sigue. El discurso hegemónico conduce representaciones sobre la historia urbana que condiciona la interacción social a través de relaciones y prácticas de individuos y o grupos, creando diferenciación social expresada en la accesibilidad a los espacios del mercado.

     La interrelación de representaciones o de textualidades implica la revisión de cada uno de los actores. Bensa (1996) diría que lo importante se da en lo que los hombres pueden vivir cotidianamente. Pero, dado que este objetivo es de gran escala, sólo lo planteamos. Todos estos componentes micro que interactúan con las dimensiones mayores, forman parte de la interpretación hegemónica (texto) de lo sucedido y de lo establecido en el tiempo (Bhabha 2000). "Se a diversidade é uma categoría da ética, estética ou etnología comparativas, a diferenca cultural é um processo de significacao através do qual afirmacoes da cultura ou sobre a cultura diferenciam, discriminam e autorizam a producao de campos de forca, referencia, aplicabilidade e capacidade" (Bhabha 2000: 25). La lucha por la hegemonía por parte de grupos sociales que se construyen como sujetos colectivos puede ser revisada y encontrada en la historia argentina contemporánea. Dado que un análisis completo escapa a este trabajo, plantearemos aspectos destacados referentes al origen de la city bancaria de la ciudad de Buenos Aires y trataremos de comparar la lógica en el dominio de las textualidades, como construcciones del uso del espacio del pasado, con representaciones de actores sociales actuales del uso y transformación del espacio urbano en estudio.

HISTORIA Y COMPOSICIÓN DEL ENTORNO

Memoria de las textualidades pasadas

     Para rastrear en los discursos sobre el lugar, proponemos mirar atrás en la construcción del poder para el desarrollo del reconocimiento de la ciudad y de sus habitantes. Teniendo en cuenta que la actual ciudad de Buenos Aires refleja o muestra sólo la mitad de su edad en su exterioridad edilicia, se presentan como antecedentes los desarrollos iniciales. Estas marcas fundadoras si bien prácticamente se han borrado, son el antecedente ineludible de la creación del centro a través del diseño de la cuadrícula española según las leyes de Indias. En función de esto destacamos ese substrato histórico olvidado y superpuesto por procesos sociales de mayor magnitud. Estos últimos pueden dividirse en dos grandes procesos tecnoeconómicos que imponen el desarrollo de una sociedad moderna en Buenos Aires:

1 A partir de finales de siglo XVIII que impulsa el comienzo de corrientes migratorias poblacionales y comerciales;

2 A partir de finales de siglo XIX hasta la década de 1930, por medio del cual el lugar adopta un nuevo origen y exterioridad.

Antecedentes iniciales, la ciudad olvidada:

    Si adoptamos una perspectiva de pájaro, volando a través del tiempo en la historia del surgimiento y desarrollo de la ciudad veremos que nuestras cuatro esquinas, son un lugar central desde el inicio del asentamiento. En la fundación de Juan de Garay, las cuatro esquinas integran cuatro manzanas cuyos solares fueron repartidos entre sus colaboradores más próximos, entre los que figuran organizaciones religiosas (Brunet 1973). También se otorgan mercedes y encomiendas de indios. Entre los siglos XVI y XVIII, Buenos Aires se fue apoyando en torno al centro de aquel entonces, ubicado en el actual San Telmo a orillas de la desembocadura norte del fondeadero del Riachuelo (De Paula 1983).

     Esta situación o localización del centro del poblado se extiende hasta fines de siglo XVIII en que el Riachuelo se va cegando y el proyecto de puerto pasa a ubicarse frente al Convento de La Merced. Con la construcción cercana de un muelle a principios de siglo XIX y la presión de una nueva clase social burguesa (Guevara 1999; Sebreli 1985; Schávelzon 1999; Weissel et al. 1998; Weissel et al. 2001), el centro comienza a moverse hacia el norte de la plaza mayor.

    A partir del siglo XIX, observamos el encendido de procesos socioeconómicos en gran escala. Las instituciones de control del comercio y mundo financiero se establecerán desde entonces en el sector de la ciudad que conocemos hoy como la city. El Real Consulado de Buenos Aires, será la base para la creación del primer banco y de la primera bolsa mercantil. En 50 años, la zona se puebla de instituciones bancarias y financieras (al menos 12). Las cuatro esquinas mencionadas son en este lapso uno de los ámbitos más importantes en la sociabilidad de la clase alta porteña (Garrigós 1964; Battolla 1908/2000; Sánchez 1953). Casamientos y ritos familiares en La Merced, obras teatrales en el Teatro Argentino, tertulias, paseos por la alameda y baños en el río (Myers 1999). Posteriormente, los mejores hoteles de la ciudad y la construcción de las sedes de emprendimientos comerciales exitosos, proponen un escenario social de una élite mirando hacia Europa.

     Según la antropóloga Elizabeth Jelin, en la élite, la unidad básica de parentesco implica la formación de una ideología familiar asentada sobre la responsabilidad en lo económico y en la solidaridad entre las diversas ramas de la familia. La solidaridad de base patriarcal y jerárquica se expresa y reproduce por medio de varios rituales que convocan a todos los miembros del linaje. Las relaciones de intercambio son las que dirigen en la práctica el reconocimiento social de los vínculos de parentesco, produciendo el mapa cognitivo que define el reconocimiento del sistema que articula la importancia de las relaciones (Jelin 1998: 73-80).

    De esta manera, pensamos que el ascenso de los integrantes de una nueva clase burguesa no sólo serán los protagonistas de la historia escrita tradicional, sino que las relaciones sociales de su entorno organizarán los estilos de vida y los usos del espacio textual. Según Sebreli (1985) y Guevara (1999) la lógica en el dominio de las textualidades en el pasado fue una cuestión de amistades y alianzas familiares, a manera de clanes que ubican a sus integrantes en lugares claves para influir sobre la organización social. Este momento se ubicaría entre fines de siglo XVIII y mediados de siglo XIX. A la par se desarrolla un ámbito de prosperidad mercantil impactado por una cantidad importante de inmigrantes británicos, que sirven a la lógica local con un mensaje global, estar a la moda (Weissel et al. 2001).

     La continuidad de las instituciones lleva al crecimiento y la personalización de las jerarquías, en un proceso de individuación cada vez más marcado, junto a la desaparición de la sociedad "de antaño". El proceso de urbanización de los siglos XIX y XX implicó la disgregación de las relaciones primarias de vecindad reemplazadas por relaciones secundarias mediadas por la sociedad. El control social informal pierde peso, haciendo falta el control explícito y formal, de forma tal que se incrementan los códigos convencionales sin legitimidad de la tradición y el parentesco.

     A nuestro entender, entre finales de los siglos XVIII y XIX, se instala una imagen de inmovilidad o fijación de las diferencias sociales, las que de alguna manera se continúan hasta nuestros días. Desde la conformación de la clase terrateniente la "aristocracia con olor a bosta de vaca" de Sarmiento, (citado en Sebreli 1985:208) hasta la división en categorías de migrantes (son inmigrantes los que viajen con pasajes de 2ª clase). El mapa cognitivo que permitió esta situación es el que define el reconocimiento del sistema de parentesco construido sobre la experiencia fáctica de hechos y sentimientos.

     Es en estos sentidos que creemos que las instituciones familiares actuaron creando imágenes de identidad y de diferencia. La Paris de Sudamérica albergó entonces a una hegemonía triunfante en muchos planos de la organización social. Consecuentemente, el dominio de su figuración en todos los medios de difusión actuó negativamente sobre la preservación del registro de otras textualidades.

     De esta forma, los procesos de creación y uso de rótulos sobre la diferencia se organizaron jerárquicamente. A grandes rasgos, la trayectoria de identidades de la burguesía portuaria se divide a fines de siglo XIX en estamentos, la alta sociedad ultraeuropea; y la sociedad por debajo, la corriente migrante europea que debía teñir los rastros culturales autóctonos por medio de su sangre europea y piel blanca. Su reproducción abrirá las puertas al surgimiento de una generación masiva de argentinos hijos de inmigrantes que gestan las bases para una clase media.

     Las mentalidades del final de este proceso son producto de la ideología general del progreso, positivismo, y evolucionismo que caracterizan a la modernidad. Aún así, tuvo efectos dispares, le sirvió más a una parte de la sociedad que a la otra. Hubo un dominio permanente de la textualidad, lo que a su vez repercutió continuamente sobre la organización social, como en el caso de los componentes de procesos de construcción de grupos por adscripción o usos diacríticos de imágenes (Briones 1998).

Textualidades actuales

     "Si usted se quiere encontrar con Dios en la Argentina, tiene que ir al microcentro. Ahí se toman decisiones muy importantes. A veces acertadamente, muchas equivocadamente" (Integrante del Directorio del Banco Central de la República Argentina).

     El centro es, por definición, una zona "pesada", un lugar en donde, como dice nuestro interlocutor, se toman decisiones -económicas y políticas- que rigen el destino de la representación política del país. Es también un lugar donde se hacen sentir los desaciertos, como lugar hacia donde confluyen las demostraciones de protesta. Estas características que integran la cotidianeidad no son las más fácilmente identificables. Las demostraciones, debido a que cumplen ciclos de visibilidad y son renovadas por otras nuevas manifestaciones de grupos de personas que se ven damnificadas por situaciones concretas durante un lapso de tiempo. Los grupos de personas que toman las decisiones importantes no se reconocen en el ritmo común del movimiento diario. O bien llegan y se van en autos con vidrios oscuros, o bien no se los reconoce en el caminar, camuflados en el follaje de trajes y corbatas. De esta forma estas dos textualidades son importantes y están presentes.

     Pero veamos qué otros intereses hay en juego. Como zona de oficinas y servicios, en el centro se encuentran las representaciones jerárquicas de la mayoría de las empresas grandes radicadas en el país, sean de capitales nacionales como extranjeros. No hay actividad productiva industrial y tampoco hay residencia estable numéricamente importante.

     Por otra parte, la city bancaria es una zona de alta seguridad. Allí empieza y termina el circuito del dinero, el bendito cash flow, desde el bautismo hasta la fragmentación en papel picado. Al Banco Central llega el dinero que es repartido al pormenor bancario. Camiones blindados preparados como para una guerra legal transportan su correspondiente carga. Taxis, mensajeros (motoqueros), cadetes, secretarias, repartidores gastronómicos y peatones en general vestidos elegantemente componen el público usual del lugar durante las horas de trabajo en el correr de la semana. Otro ejército es el personal de servicio y mantenimiento de edificios. Horarios y lugares se reparten jerárquicamente. Basta pararse a la hora de entrada al trabajo, a la salida del subte, para observar el orden y la puntualidad de ingreso al trabajo. Hay una niebla de obligaciones que tiñe los ritmos de sus habitantes.

     La seguridad es también un elemento visible en otras instituciones que no son financieras. Este es el caso de la Iglesia de La Merced. En la esquina noreste del cruce de Perón y Reconquista. Allí se aprecia el atrio rodeado de una poderosa reja cuyo origen podría ser rastreado en fuentes escritas como un proceso compartido por otras parroquias (Pablo Willemsen, comunicación personal, 2001). Durante la semana, en los horarios en que la reja se encuentra abierta, se localizan allí varios mendigos. Generalmente mujeres con niños y un señor con muletas que cumple estrictos horarios de presencia, sea en verano o en invierno, bajo el sol o la lluvia.

     En términos generales, el lugar observado puede ser descripto como la intersección de dos calles de alto tránsito peatonal. La intersección de Reconquista y Perón comprende a cuatro manzanas. Estas naturales manzanas resulta que concentran poderes económicos. Si uno observa la distribución catastral de las propiedades podrá ver que tienen muy pocos edificios, como pocas otras en toda la ciudad. Sobre Reconquista, vereda oriental está el Banco Hipotecario y el Banco Francés; en la occidental el Banco de Boston, un consorcio y el lugar para la nueva torre para el Banco Galicia. Cruzando Perón hacia el norte, la casa matriz del Banco Galicia, Banco Central, Milano confitería, un kiosco, un bar, un locutorio, y otro bar en la esquina; en frente La Merced, el convento, un consorcio, otro banco.

     En el último tiempo la zona fue motivo de varias transformaciones, el Banco Central desafectó la playa de estacionamiento a nivel y comenzó la construcción de una nueva sede, la parroquia de La Merced empezó "a lavarse la cara", la zona adquirió nuevas y anchas aceras de pórfido chubutense. Y Puerto Madero desarrollado durante los últimos 10 años comenzó a ser un nuevo foco de residencia y negocios, como fin de una estrategia consciente de creación de lugar para el mercado internacional.

     En este marco de transformaciones urbanas el Banco Galicia demuele un edificio para la construcción de su nueva sede. El conjunto demolido se componía del antiguo Banco Español del Río de la Plata, construido en 1903 y de un edificio de oficinas de mediados de siglo XX. El viejo edificio era uno de los exponentes de la arquitectura bancaria de influencia europea, un palacio del dinero y de la ideología modernista del progreso de principios de siglo XX. Realmente era el salón de dinero más amplio y antiguo de la ciudad (el Banco Nación es más grande pero más joven). Esta actividad produjo varias críticas por diferentes medios y gestiones en el ámbito gubernamental; autorizando finalmente la preservación de una parte de la fachada.

    La situación producida, posibilitó la generación del proyecto de arqueología; es decir, que el comitente de obra se hiciera cargo del rescate de depósitos culturales aún más tempranos que el Banco Español.

     Pero a su vez esta situación generó interrogantes que se encuentran en la médula relacional de este trabajo. ¿Hasta qué punto los directivos y quienes toman las decisiones son los que mandan en la construcción del espacio público? ¿Cómo se conjugan, en todo caso, sus decisiones con el uso que le da la gente? ¿Prima la lógica del mercado, homogeneizando sensaciones por beneficio? ¿Los representantes del mercado global, los que toman las decisiones son todopoderosos?¿La creación de nuevos lugares para el mercado globalizado, la multiplicación de sistemas de circulación de bienes, refieren necesariamente a signos disociados de áreas de actividad local?

     De esta manera se gesta una parafernalia indetenible que, si se extremara, podría ser la narrativa de una secretaria: "¿El jefe ya se globalizó hoy?".

     Así las preguntas continúan, debido a que, inclusive en el sistema de explotación en el que vivimos, algo siempre se da a cambio. La decisión del Banco Galicia, la generación de puntos de vistas internos a la decisión, son aspectos que no fueron abordados. ¿Cómo juega entonces en este terreno la mayoría numérica de la población del microcentro, la clase media acomodada en puestos administrativos?

     Llegado este punto de la presentación queremos sintetizar el planteo modelando las representaciones del uso del espacio a escala del microcentro y a escala de las cuatro esquinas como se ilustra en la Tabla 1. No se diferencia con exactitud el cambio de escalas debido a lo exploratorio del planteo en el terreno conceptual-teórico del trabajo.


Tabla 1. Memoria y textualidades del microcentro de Buenos Aires

Actualidad

   -Situación de centralidad, peso y consagración de instituciones públicas y privadas del mundo económico.

  -Visibilidad implícita del poder económico social de los actores relacionados al mercado.

  -Visibilidad explícita ocasional de denuncias (demostraciones de estafados, gremiales bancarios, otros).

  -Visibilidad explícita permanente de mendicidad en el atrio de La Merced.

  -Presencia de sistema de flujo de valores y seguridad.

  -Visibilidad explícita de identidades gráfico institucionales (Banco Galicia, Banco Francés, etc.) .

  -Escalas jerárquicas de organización social.

   Hay usos actuales que se distinguen con nitidez como prácticas físicas: el desplazamiento, el encuentro, el entretenimiento, la alimentación, el trabajo (diferentes funciones), la práctica religiosa, las obligaciones civiles (pago impuestos y servicios); amén de otras incumbencias ya esbozadas (la administración de recursos, el mantenimiento edilicio, el transporte de caudales, el clearing bancario, la mensajería, los taxis).

     Si siguiendo los planteos teóricos, los sitios de la ciudad son espacios liminares, donde se falsea lo público para el mercado, entre realidades ambivalentes e identidades fluidas. ¿Se está dando esta situación en nuestro caso? Deberíamos recalificar los paisajes de poder y configurar la constelación de naturalizaciones estratégicas diferentes de identidades.

Notas al margen

    Estas notas continúan el planteo desarrollado a manera de registros de campo.

"Yabran" heritage

     Los repartidores de Oca. Llegan a las 14 hs, todos juntos con sus camionetas y bolsas plásticas y se adueñan de la calle; son más pesados que la policía. De hecho, eso fue lo que ocurrió, patotearon a dos de civil que iban nada menos que en un Falcon. El vehículo se detuvo y se arrojaron intercambios verbales mutuos. Eso sí, los "ratis" no bajaron del auto.

Buenos Aires down the town, up the cliff.

     Mendigos en la Merced, frente a casa matriz de Banco Galicia. Pregunto a un mendigo: "¿puedo sacar una foto?", pensando que romper la ignorancia del transeúnte común, me permitiría entablar una comunicación. "¡Ni por el billete más grande! Yo pido (acá en La Merced), pero eso (en referencia a sacarle una foto) se explota. No."

     Me quedé pensando. Jugando con el rol de la iglesia, un oficio en la puerta. Es éste el espacio para eso, (además de las dos entradas de la catedral, en alguna parte de Florida, en los túneles del subte, etc.). ¿En qué marco; desde dónde se puede; en el futuro se podrá? El mendigo invocó una imagen del comercio de la pobreza en el centro del dinero y poder de la Argentina.

CIERRE 4 ESQUINAS EN LA "WALL STREET" PORTEÑA

     Existen mensajes claros, la ausencia de pasado temprano, el protagonismo europeo y el dominio económico financiero. Sin embargo, hay usos del espacio que como textualidades conexas no coinciden. El transcurso del tiempo hizo que hoy exista proximidad física, pero su uso social se ha resignificado. Las edificaciones ya no son más parte de un circuito ritual entre la misa, el café y el teatro de la gente que habitaba o interactuaba en el barrio de Catedral al norte, o barrio de La Merced. Las representaciones de la historia se han mezclado por proximidad. Así se deslindan puntos que quedan poco claros como el lugar de la mendicidad y la religión, la articulación de las esferas de decisión con las esferas de consumo y la intercomunicación y construcción de mensajes, para los cuales se debería preparar una agenda de estudio.

     Por otra parte, el protagonismo numérico en el uso del espacio adquiere dos escalas de visibilidad: la institucional (organismos financieros, etc.) y la individual (integrantes de la masa de trabajadores administrativos que colman la vía pública a la hora del almuerzo y las rush hours). En este plano de análisis lo local se define por su uso. Hay un uso específico que define la localidad del centro, que no es sólo pasaje (para ir al trabajo y estar en el trabajo). Se trataría de un escenario de reproducción de obligaciones. Un espacio de una categoría de ciudadanos, aquellos que cultivan obligaciones para con el mercado (en su extrema figura: mantenimiento de tarjeta de crédito, obra social, cuenta bancaria, etc.). De esta forma, el uso del espacio es acorde a las obligaciones como a las pocas horas de distención.

     Lo local sigue expresándose como un entorno estirado por los desplazamientos diarios, un escenario de acción práctica, de la construcción o más bien afirmación de valores y posiciones en una ciudad política no del todo consciente. Digamos que como nos hace pensar Bhabha (2000) en la intercomunicación y construcción de mensajes es donde se expresan las escalas mayores en los actores sociales. Pero aún cuando el territorio es un medio simbólico que crea un cuadro de intercambio general, no basta para hacer evidente la presencia de discursos alternativos que puedan "competir" con los ofrecimientos del mercado. La construcción de legitimidad, o la justificación del uso social de la diferencia está bajo el cuidado de cada uno, como un rol individual. La relación con la textualidad histórica se envuelve dentro de las creencias simbólicas (Wright 2000). Infiero que la utilidad de la historia se insertará en este contexto. En esta forma espacial podemos pensar en la existencia de un sistema, de límites y roles fijos, en el interior del burgo principal de la antropocity.

     Las líneas que precedieron fueron desarrolladas antes de la crisis de diciembre de 2001. Fueron pensadas como base para formular preguntas sobre el trabajo arqueológico en el distrito bancario de la ciudad. Esta situación no fue solitaria, durante un tiempo, nuestro accionar fue paralelo a otros proyectos (Schávelzon 2000) que reflejan la situación del conocimiento y la gestión del patrimonio cultural.

Agradecimientos

     En primer lugar quiero agradecer el inestimable apoyo del Banco de Galicia por su interés en descubrir el pasado arqueológico de Buenos Aires. Con especial atención agradezco al Cdor. Omar Hugo Tittarelli, Ing. Eduardo Abad, Ing. Ricardo Roy, Ing. Jorge Fascetti e Ing. Santos Messina. A su vez, agradezco el apoyo de la dirección de obra, Arquitecto Mario Roberto Alvarez hijo y Arquitecto Héctor Taboada. A la dirección de las empresas contratistas, de la demolición Arquitecta Mónica Mancini de la empresa Vacca Construcciones; y de la excavación profunda, Jefe de Obras Ricardo Brantua de la empresa Dycasa. Al Dr. Daniel Schávelzon y a Horacio Paradela por el acceso a sus trabajos inéditos.

     Quiero agradecer a la Dra. Amalia Sanguinetti de Bórmida por su apoyo e interés. Agradezco a quienes leyeron versiones preliminares del presente trabajo, Lic. Marcelo Álvarez, Dra. Mónica Lacarrieu, Arquitecta Alicia Novick, Lic. Patricia Dip, Lic. Fernando Fischman y Arquitecto Pablo Willemsen. Agradezco también a quienes fueron la fuerza de trabajo del proyecto de arqueología.

     Por último, quiero agradecer al Director del Museo de la Ciudad, Arquitecto José María Peña por facilitar las dependencias de su organismo para el procesamiento de la colección arqueológica generada por este proyecto de rescate.

REFERENCIAS CITADAS

Althabe, G. 1999 Hacia una antropología del presente. En Antropología del presente, editado por G. Althabe y F. Schuster. pp. 11-21. Edicial, Buenos Aires.        [ Links ]

Althabe, G.2000 Aproximaciones antropológicas a lo urbano. Centro Franco Argentino de Altos Estudios de la Universidad de Buenos Aires. Seminario Transdisciplinario. MS.        [ Links ]

Arantes, A. A. 2000 Los nuevos paisajes urbanos y la producción del patrimonio. Foro La Gestión Cultural Hoy. Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. Secretaría de Cultura de la Nación. Seminario de Postgrado. MS.        [ Links ]

Battolla, O. [1908]2000 La sociedad de antaño. Buenos Aires, Emecé.        [ Links ]

Bensa, A. 1996 De la micro-histoire vers une anthropologie critique. En Jeux déchelles. La micro-analyse á léxperince, editado por J. Revel, Pp. 33-71. Gallimard, Paris.        [ Links ]

Berry, B. L. 1975 Consecuencias humanas de la urbanización. Ediciones Pirámide, Madrid.        [ Links ]

Bhabha, H. 2000 O compromisso com a teoria. En O espaco da diferenca, Editado por A. Arantes, pp. 10-29. Papirus, Campinas.        [ Links ]

Briones, C. 1998 La alteridad del cuarto mundo. Una deconstrucción antropológica de la diferencia. Ediciones del Sol, Buenos Aires.        [ Links ]

Brunet, J. 1973 Los Mercedarios en la Argentina. Edición del autor. Imprenta Sellares, Buenos Aires.        [ Links ]

De Paula, A. S. J. 1983 La zona bancaria de Buenos Aires y su arquitectura (1822-1880). En Banco de la Nación Argentina. Acción, presencia y testimonio en la constitución del país. Tomo II: 3-22. Archivo y Museo Históricos del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Buenos Aires.        [ Links ]

Escobar, A. 2000 El lugar de la naturaleza y la naturaleza del lugar: ¿globalización o postdesarrollo?. En La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas, editado por E. Langer, pp. 113-144. UNESCO - CLACSO, Buenos Aires.        [ Links ]

Garrigós, Z. 1964 Memorias de mi lejana infancia. El barrio de la Merced en 1880. San Pedro S.A., Buenos Aires.        [ Links ]

Guevara, C. 1999 Poder, ideología y situación urbana. Ponencia presentada a las XVI Jornadas de Historia. La Historia y los fines de siglo. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. MS.        [ Links ]

Jelin, E. 1998 Pan y afectos. La transformación de las familias. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.        [ Links ]

Lacarrieu, M. 1993 Buceando la ciudad con lente antropológico. Trabajo presentado a las X Jornadas de Historia de la Ciudad de Buenos Aires, pp. 227-238. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Educación y Cultura, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.        [ Links ]

Lacarrieu, M. 1997 Lo "Porteño", lo "Barrial" y lo Idéntico. Revista Electrónica Noticias en Antropología y Arqueología 14 (2). Especial Identidad. Buenos Aires.www.naya.org.ar        [ Links ]

Lazzari, M. 1999 Distancia, espacio y negociaciones tensas: el intercambio de objetos en arqueología. En Sed Non Satiata. Teoría Social en la Arqueología Latinoamericana Contemporánea, editado por A. Zarankin y F. Acuto, pp. 117- 152. Ediciones del Tridente, Buenos Aires.        [ Links ]

Leone, M. 1995 A Historical Archaeology of Capitalism. American Anthropologist 97: 251-268.        [ Links ]

Massey, D. 2000 Um sentido global do lugar. En O espaco da diferenca, editado por A. Arantes, pp. 175-185. Papirus, Campinas.        [ Links ]

Mignolo, W. 2001 Introducción. En Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo, compilado por W. Mignolo, pp. 9-54. Ediciones del Signo, Buenos Aires.        [ Links ]

Molinari, R., L. Ferraro, H. Paradela, A. Castaño 2000 Odisea del manejo: Conservación del patrimonio arqueológico y perspectiva holística. Trabajo inédito del Programa de Manejo de Recursos Culturales. Dirección de Conservación y Manejo. Administración de Parques Nacionales. MS.        [ Links ]

Myers, J. 1999 Una revolución en las costumbres: las nuevas formas de sociabilidad de la elite porteña, 1800-1860. En Historia de la vida privada en la Argentina, editado por F. Devoto y M. Madero, pp. 110-145. Tomo 1. Aguilar Taurus S.A., Buenos Aires.        [ Links ]

Sánchez, M. 1953 Recuerdos del Buenos Aires Virreinal. Editorial Ene, Buenos Aires.        [ Links ]

Schávelzon, D.1999 Arqueología de Buenos Aires. Emecé, Buenos Aires.        [ Links ]

Schávelzon, D. 2000 Arqueología y gestión en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: los Hitos de la Memoria (1996-2000). En Actas del Primer Congreso Nacional de Arqueología Histórica, Mendoza, Noviembre 2000. En prensa.        [ Links ]

Sebreli, J. J. 1985 La saga de los Anchorena. Editorial Sudamericana, Buenos Aires.        [ Links ]

Weissel, M. 2000 Teoría arqueológica, ciudadanía y práctica profesional en la ciudad de Buenos Aires. Trabajo presentado en la Segunda Reunión Internacional de Teoría Arqueológica en América del Sur. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires. MS.        [ Links ]

Weissel, M., V. Dellino, D. Elkin y A. Argueso 1998 Informe inédito de las tareas arqueológicas realizadas en el dique 3 de Puerto Madero, obra South Convention Center. Trabajo inédito presentado al Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires y al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. MS.        [ Links ]

Weissel, M., A. Zarankin, H. Paradela, M. Cardillo, M. Bianchi Villelli, M. Morales, S. Guillermo y M. Gómez 2001 Arqueología de rescate en el Banco Central de la República Argentina. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Consejo Nacional de Ciencia y Técnica, Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires. Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Secretaría de Cultura. Subsecretaría de Industrias Culturales. Dirección General de Publicaciones. Buenos Aires.        [ Links ]

Wright, P. 2000 Los símbolos de la historia. Actas del Tercer Congreso Argentino de Americanistas, pp. 385-393. Buenos Aires 1999.        [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons