SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número8Una primera aproximación a los motivos serpentiformes de la iconografía Aguada del NOAÁmbitos domésticos y de producción artesanal en el Noroeste Argentino prehispánico índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol.  n.8 Olavarría ene./dic. 2007

 

Coexistencia de diseños tecno-estilísticos en el Período Tardío Preincaico: el caso del entierro en urna del bebé de La Troya (Tinogasta, Catamarca, Argentina)

Norma Ratto, Anabel Feely y Mara Basile

Norma Ratto. Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti (FFyL-UBA) y Escuela de Arqueología (UNCa). Moreno 350, (1091) Ciudad Autónoma Buenos Aires. E-mail: nratto@filo.uba.ar, nratto@ciudad.com.ar
Anabel Feely. CONICET, Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti (FFyL-UBA.). E-mail: anabel.feely@gmail.com
Mara Basile. CONICET, Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti (FFyL-UBA). E-mail: mara_basile@yahoo.com.ar

Recibido 30 de Junio 2005. Aceptado 10 de marzo 2006

RESUMEN

Se presentan las características formales y tecno-estilísticas del continente y contenido de un entierro de párvulo en urna recuperado al sur del río La Troya en el Bolsón de Fiambalá (Departamento de Tinogasta, Catamarca). Se comparan las piezas del continente y el acompañamiento con las recuperadas en entierros similares extra- regionales, como así también de adultos en cistas procedentes de la región de estudio. Se discute la significación de la práctica mortuoria cuyos objetos cerámicos marcan la coexistencia de estilos decorativos propios de culturas diferentes del Período Tardío o de Desarrollos Regionales de la provincia de Catamarca.

Palabras clave: Entierro en urna; Período Tardío; Análisis cerámico.

ABSTRACT

Techno-stylistic designs coexistence in Preincaic Late Period: the case of urn burial of the Infant of La Troya (Tinogasta, Catamarca province, Argentina). This paper presents the morphological and techno-stylistic characteristics of both the container and the contents of an urn burial of an infant recovered south of La Troya River in the Bolsón de Fiambalá (Department of Tinogasta, Catamarca Province). The vessels that constitute the container and offerings are compared with those recovered in similar extra-regional burials and others that come from funerary contexts of adults in cistas (cists) located within the study area. The paper discusses the signification of the mortuary practice, the ceramic objects of which signal the coexistence of decorative styles characteristic of different cultures of the Late Period or of the Regional Development Period in Catamarca Province.

Keywords: Urn Burial; Late Period; Ceramic Analysis.

INTRODUCCIÓN

Se considera que las prácticas sociales desarrolladas en los ritos mortuorios funcionan como un mecanismo de transmisión de información para mantener vigentes una serie de conceptos que permiten controlar la experiencia y tomar una posición acerca de la dinámica de las relaciones sociales y de poder (Barcelo 1984). Las diferencias y oposiciones en el ámbito de la muerte no se comprenden sino se tiene en cuenta como contrapartida el ámbito de la vida donde se generan las prácticas mortuorias. La significación de la muerte surge de la construcción social de la realidad en la que distintos grupos sociales compiten, negocian y/o acuerdan para privilegiar sus intereses, imponer sus sistemas simbólicos y/o reforzar la cohesión social (Barley 2000; Bourdieu 1988). Se sostiene que parte de la materialidad de las prácticas mortuorias está representada por los diseños tecno-estilísticos que un grupo selecciona y expresa en su cerámica constituyendo una de las vías para la construcción y manifestación de su identidad (Gordillo 1998; Hodder 1980; Kusch y Valko 1999; entre otros). Así, las implicancias sociales de las prácticas funerarias se analizan desde el quehacer arqueológico a través del estudio de la cultura material y su relación contextual

El objetivo de este trabajo es presentar las características formales y tecno-estilísticas del continente y contenido de un entierro de párvulo en urna, al que se llamó bebé de La Troya1 donde conviven dos estilos decorativos de momentos pre-incaicos, como son los casos Belén y Sanagasta, y no cuenta con registro de antecedentes similares para el Noroeste Argentino. Para compensar las limitaciones que impone un único caso de estudio con diseños decorativos compartidos, se comparó las características morfo-dimensionales y estilísticas de las piezas cerámicas del contexto mortuorio del bebé de La Troya con otro de procedencia extra-regional representado por las piezas de la colección del Cementerio de Párvulos de La Rioja (Boman 1927), ya que constituye el único caso conocido para momentos tardíos y presenta exclusivamente diseños decorativos Sanagasta. Asimismo, para mostrar como piezas similares en forma y decoración aparecen depositadas en ámbitos funerarios regionales diferentes es que se comparó el acompañamiento del bebé de La Troya con el de los entierros de adultos en cistas de la Finca Justo Pereyra en el Bolsón de Fiambalá (Ratto 2005b) conformado por piezas cerámicas con diseños decorativos únicamente Belén.

Sobre la base de lo planteado cabe hacer una aclaración. No se sabe cuál es el alcance sociocultural de las unidades analíticas Belén y Sanagasta para el Noroeste Argentino. Al respecto, Quiroga (2003) realizó un análisis exhaustivo en torno a la construcción histórica de la categoría Belén, mientras que un abordaje similar está pendiente para el caso de Sanagasta. Sin embargo, se cree que ambos estilos decorativos representan formas diferentes de expresar valores y creencias por parte de la gente que los plasmó y los reprodujo. De esta manera, este trabajo constituye un disparador para repensar cuáles fueron las situaciones socio-históricas que condujeron a materializar en la muerte dos formas diferentes de percibir e interpretar el mundo que quedaron plasmadas en la iconografía de las piezas cerámicas que conforman el contexto funerario bajo análisis.

A lo largo del trabajo se propone relacionar las prácticas mortuorias con los estilos decorativos, presentar las diferentes modalidades de entierro conocidas para el Período Tardío en la región de estudio y describir las condiciones de hallazgo e intervención del entierro del bebé de La Troya. Se analizan las características morfo-tecno-estilísticas de las piezas cerámicas del continente y del contenido comparándolos con los casos seleccionados de alcance regional y extra-regional, para finalmente discutir el alcance de este nuevo hallazgo para la comprensión e interpretación de las historias locales.

PRÁCTICAS MORTUORIAS Y ESTILOS TECNO-DECORATIVOS

La Arqueología de la Muerte surge como una propuesta teórica metodológica para estudiar las prácticas funerarias. Sostiene que la disposición del cuerpo y del ajuar y/o acompañamiento dentro de la tumba expresan aspectos básicos de la realidad social y de sus principios simbólicos. Sus enunciados teóricos como el de la teoría del rol, del símbolo y del referente proceden de la antropología, mientras que los conceptos de identidad y persona social son tomados de la sociología (Lull y Picasso 1989). De esta manera, la variabilidad mortuoria se interpretó desde la arqueología como un reflejo de la organización social y de su grado de complejidad. En la práctica funeraria se materializan los roles sociales que un individuo desarrolló durante su vida y que la comunidad elige expresar en el momento de su muerte (Alekshin 1983; Binford 1972; Chapman 1977; O'Shea 1984; Saxe 1970; Tainter 1978; entre otros). Los estudios generados desde la arqueología simbólica y contextual británica buscaron diferenciarse de esta postura, criticándola por: (i) sostener un modelo extremadamente rígido para plantear la relación entre individuos y grupos; (ii) considerar los roles sociales como dados, e (iii) ignorar la forma en que estos son negociados en la práctica (Shanks y Tilley 1982). Sostienen que los rituales mortuorios constituyen prácticas sociales particulares seleccionadas por los actores en directa relación con sus creencias específicas. No pueden ser considerados como reflejos pasivos de la organización social sino que son el resultado de elecciones y estrategias particulares que incluso pueden tender a idealizar, invertir o enmascarar las relaciones sociales vigentes (Hodder 1980).

En este trabajo se considera que las prácticas mortuorias constituyen un sistema de comunicación para asegurar, reforzar, resistir y/o transformar la continuidad del orden social. En este contexto entran en juego las concepciones y creencias que tiene la sociedad respecto de la muerte y la continuidad de la vida. De esta manera, la forma que adopten el ritual, la disposición de los restos y las distintas clases de elementos depositados como acompañamiento es el resultado de una elección concreta que realiza la comunidad. Dicha elección está orientada a la construcción de un mensaje dirigido por y para los vivos donde se materializan las creencias y conceptos de la propia mortalidad, de las relaciones de poder existentes y de la historia particular de una sociedad en un espacio-tiempo determinado, entre otras.

En concordancia con lo expuesto puede decirse que los diseños tecno-estilísticos que un grupo imprime sobre los objetos que elige depositar junto a sus muertos están directamente vinculados con la forma en que la comunidad percibe e interpreta el mundo que lo rodea y el rol que cumple dentro de aquel. De esta forma, las temáticas y representaciones estilísticas involucran una significación cultural particular que se materializa a través de un conjunto de acciones socialmente condicionadas (Gordillo 1998; Gordillo y Kusch 1987; Kusch 1991; Kush y Baffi 1997; Kusch y Valko 1999; Levine 1957; Sempé 1993; Sempé y García 2005; Sempé y Baldini 2002, Velandia Jagua 2003; entre otros). En consecuencia, un conjunto de expresiones plásticas puede funcionar como una vía de acceso a las formas en que se han dado ciertas relaciones dentro y entre los grupos prehispánicos.

DIVERSIDAD DE MODALIDADES DE ENTIERRO EN EL VALLE DE CHASCHUIL Y ABAUCÁN PARA EL PERÍODO TARDÍO

Diferentes modalidades de entierro fueron registradas en la región del NOA comprendida por las provincias de Salta, Catamarca y La Rioja para el Período Tardío o de Desarrollos Regionales. Dentro del repertorio se encontraron entierros de párvulos o niños en urnas decoradas o en otras grandes toscas sin decoración, a veces con presencia de hollín en la superficie externa, depositadas dentro de cistas o directamente en tierra. Generalmente contienen un individuo acompañado de ofrendas compuestas por pequeñas piezas de alfarería, collares con cuentas de piedra o hueso, restos vegetales como cáscaras y/o semillas de calabaza, granos de frutas, restos de ceniza y/o carbón (Ambrosetti 1907; Baldini y Baffi 2002, 2003, 2004; Boman 1927; Debenedetti 1908; Schreiter 1919, 1936; entre otros).

Para los fines de este trabajo se destacan especialmente los cementerios de párvulos del norte de La Rioja como Talacán, Hualco y San Blas de Los Sauces intervenidos por Boman en 1914 y publicados por Greslebin en 1927. Boman (1927) indica que se trata de cementerios en donde se presentan exclusivamente párvulos en urnas que pueden ser de dos clases: (i) decoradas de estilo Sanagasta, y (ii) toscas con restos de hollín en superficie. Una modalidad similar pero que conlleva el entierro de adultos en grandes urnas fue registrada por Berberián (1969) para el área de Andalgalá (Catamarca).

El entierro de adultos en cistas formadas por cámaras circulares de piedra de aproximadamente 3 m de diámetro y con techo en falsa bóveda es otra de las modalidades registradas. Generalmente contienen un número variable de individuos acompañados o no por ofrendas compuestas por objetos de cerámica, metal, madera y hueso (Ambrosetti 1907; Baldini y Baffi 2004; Debenedetti 1908; Schreiter 1919, 1936; entre otros). Otra forma consiste en niños o adultos sepultados directamente en tierra con o sin la presencia de acompañamiento (Ambrosetti 1907; Debenedetti 1908; Raffino 1984; Schereiter 1919). Por último, Schreiter (1919) menciona la presencia excepcional en el valle Calchaquí de sepulturas de adultos y párvulos en urnas depositados en grutas naturales.

Esta diversidad de modalidades de enterratorios también está en parte representada en la ocupación tardía preincaica de los valles mesotérmicos de Chaschuil y Abaucán localizados en pisos altitudinales entre 1400 a 2500 msnm en el Departamento Tinogasta (Catamarca). Desgraciadamente gran parte de esta información proviene de: (i) trabajos asistemáticos realizados por religiosos en cementerios prehispánicos como El Horno, Istataco y Nacimientos (Dreidemie 1951, 1953) y Huanchin (Gómez 1953) cuyos materiales actualmente son parte de las colecciones del Museo Jesuítico de Jesús María (Córdoba) e IncaHuasi (La Rioja), respectivamente, o (ii) lugares donde el contexto fue alterado antes de la intervención de arqueólogos como los casos de los enterratorios directamente en tierra en el paraje Lorohuasi (Pérez de Micou 1998; Ratto y De La Fuente 1997; Renard 1998); el entierro en oquedad de Medanitos (Nazar 2002), y los de cistas de la Finca Justo Pereyra (Ratto 2005b).

La información existente para tiempos tardíos permite plantear la existencia de entierros directamente en tierra, en cistas y en oquedades para los valles mesotérmicos de Chaschuil y Abaucán. El acompañamiento de estos entierros está formado mayormente por piezas cerámicas con decoración propia del estilo Belén; frutos y semillas, principalmente de maíz, calabaza, zapallo; mangos de artefactos decorados; piezas de metal, de cestería, de textil, y líticas, entre otros, no encontrándose esta diversidad en forma conjunta en todos los casos. Hasta el momento no se habían registrado y/o documentado entierros de párvulo en urnas para momentos tardíos preincaicos aunque sí para el Formativo (Sempé 1983). Antes de presentar las características contextuales del entierro del bebé de La Troya se dan a conocer algunas características de los entierros en cistas de la Finca Justo Pereyra registrados en las proximidades de la localidad de Palo Blanco (Departamento de Tinogasta, Catamarca).

Los entierros en cistas de la Finca Justo Pereyra

A comienzos del año 2002 el Sr. Mario Quintar de la localidad de Palo Blanco excavó en forma asistemática tres tumbas localizadas en un predio emplazado en la periferia este del pueblo mencionado. De la excavación recuperó 30 piezas cerámicas que conformaban el ajuar o acompañamiento funerario, las que actualmente se encuentran en el depósito del Museo Comunal de Palo Blanco (en construcción). Al área de emplazamiento de estas cistas se le daba un uso actual como finca agrícola por lo que luego de la excavación asistemática las tumbas se taparon y cubrieron nuevamente con el material removido. Con posterioridad a este suceso, denunciado por el mencionado poblador a las autoridades de la Dirección de Antropología de la Provincia de Catamarca a mediados del año 2003, la primera autora y su equipo realizaron intervenciones en una de las tumbas dirigidas a su re-excavación para proceder al registro de datos sobre la tecnología constructiva de las cámaras funerarias y para la recuperación de los esqueletos depositados para su estudio según las técnicas y métodos de la antropología biológica. Las tumbas consisten en estructuras de forma circular construidas con material pétreo de distinta naturaleza, ya que para la conformación de la cámara se utilizaron rocas fluviales, mientras que para el techo lajas de fuente desconocida. Únicamente fue reexcavada la cista N° 12. Ésta presenta un diámetro externo de aproximadamente 250 cm, con un ancho y alto del muro que oscila entre 30 y 40 cm, e infiriéndose la existencia de techo en falsa bóveda sobre la base de los restos de anclaje presentes en algunas de las rocas que conforman la cámara y la recuperación de piedras lajas de 0,20 cm de ancho por 0,98 cm de largo.

El estudio antropométrico realizado por Mariana Segura arrojó como resultado que contenía tres individuos adultos, un hombre y dos mujeres, acompañados por cuatro urnas, cinco pucos y un fragmento de mango decorado de material óseo. No se detectaron patologías graves en ninguno de los cuerpos analizados a excepción de cierto grado de osteofitosis en las vértebras lumbares que permitió determinar que se trataba de individuos de más de 30 años.

Por sus características tecno-estilísticas el material cerámico presente en las cistas es asignable a Belén (Figura 1). El acompañamiento de la cista N° 1 estaba constituido por cuatro vasijas compuestas de bordes evertidos y bases continuas cóncavo-convexas. Todas ellas presentan dos asas en cinta lateral horizontales colocadas por debajo del diámetro máximo de la pieza. Completan el conjunto dos pucos compuestos de bordes evertidos y dos pucos simples. Todas las piezas presentan decoración en la superficie externa y/o interna. En el caso de las vasijas el espacio plástico total se encuentra segmentado en tres campos horizontales formal y decorativamente diferenciados por el trazado de una línea divisoria de color negro y espesor variable. En cuanto al repertorio iconográfico se destacan los ajedrezados, los triángulos, los trazos sinuosos, los quirquinchos y la dualidad de animales fantásticos en el interior de los pucos característicos del material Belén. Junto a estos elementos aparece representado el rostro de una lechuza o búho siempre ocupando una posición central en el campo decorativo principal (Basile 2005). Un hecho interesante lo constituye uno de los pucos compuestos (FJP1/5) cuyas características formales y estilísticas lo asemejan notoriamente a otro que formaba parte del acompañamiento del entierro que se analiza en este trabajo: el bebé de La Troya (ver más adelante).


Figura 1. Parte del conjunto cerámico que conforma el acompañamiento de la cista N° 1 de los entierros de la Finca Justo Pereyra.

EL ENTIERRO EN URNA DEL BEBÉ DE LA TROYA

El hallazgo e intervención se realizó en el marco de un estudio de impacto arqueológico en la etapa construcción de una obra vial. El sitio se localiza en el sector este de la Ruta Nacional 60 justo en el límite entre el área afectada por el aporte lateral y el terreno no modificado. Las coordenadas geográficas registradas en el lugar son 27° 54´ 42,5¨ LS y 67° 39´ 54,3¨ LO y la altitud 1395 msnm. El área es un barreal localizado 3 km al sur del sitio Batungasta donde se habían detectado una gran cantidad de huaqueos durante los relevamientos preventivos realizados (Ratto 2005a).

En superficie sólo se observaba la parte superior de la vasija V22/1 colocada en posición invertida, casi totalmente colmatada por el sedimento, cuya base estaba fracturada permitiendo visualizar en su interior la existencia de la vasija V22/2 (Figura 2). Inmediatamente se procedió a plantear y ejecutar una excavación arqueológica para rescatar el conjunto. Se determinó que la vasija V22/1, la cual cumplía la función de tapa de urna, consistía en un puco muy grande campanuliforme con asas en cinta horizontal laterales que presentaba profundas fisuras en un hemisector (Figura 3).


Figura 2. Forma y dimensiones de las piezas cerámicas que conforman el enterratorio del bebé de La Troya.


Figura 3. Vista general de perfil y planta del entierro del bebé de La Troya.

Las condiciones meteorológicas imperantes, fuerte viento Zonda, determinaron que la vasija V22/2 se trasladara al laboratorio arqueológico construido en el obrador de la empresa Vialmani para proceder a su intervención. En el momento de su extracción se determinó que la base estaba fracturada procediéndose a colocar protectores plásticos para evitar la caída del sedimento y de los materiales existentes en su interior. La visión inicial del interior de la urna-contenedor V22/ 2 fue la presencia de sedimento eólico (arena) sobre el que apoyaba la pequeña vasija V22/3, tipo urnita Belén, en posición inclinada casi horizontal. Con el avance del trabajo comenzó a esbozarse el contorno del borde de dos nuevas piezas cerámicas de menor tamaño, los pucos V22/4 y V22/5, de semillas de vegetales, y de parte de una calota craneana (Figuras 2 y 3), completándose los hallazgos con el registro de fragmentos de cestería, cuentas de valvas, el esqueleto completo del párvulo, y un nuevo puco (V22/6) que servía de tapa a la pieza V22/3 (Ratto 2005a). Como resultado de la intervención arqueológica realizada tanto en terreno como en el gabinete puede decirse que:

a) El sedimento que colmató la vasija V22/1 (tapa de urna) se presentaba en estado menos compacto que aquel donde se depositó la urna V22/2. En este último caso el sedimento tuvo que ser excavado con piqueta y apoyo de pico dado su dureza y compactación. Uno y otro tipo de sedimento estaban delimitados por el nivel donde apoyaba el puco-tapa V22/1 (Figura 2), observándose la evidencia de acción de agua representada a través de la disposición horizontal de láminas centimétricas de arcilla intercaladas por otras milimétricas de arena. Desde este nivel hasta el punto terminal de la vasija V22/ 2 se registró una altura de 12 cm; mientras que desde el mismo punto hasta la superficie actual del terreno se registraron 74 cm (Figura 3). La notoria diferencia en la compactación de los sedimentos areno-arcillosos presentes por arriba y por debajo de las láminas centimétricas de arcilla, permite plantear que ese nivel correspondía a la ¨superficie activa ¨ o "superficie en uso" en el momento del entierro, por lo que se infiere que la tapa de la urna V22/ 1 fue colmatada por agentes naturales encontrándose expuesta y a la vista de la gente en el momento del desarrollo de la práctica mortuoria3. Sobre este punto se volverá más adelante.
b) El espesor de la capa de arena suelta con gravilla en el interior de la urna V22/2 era de aproximadamente unos 25 cm. Este sedimento cubrió a los elementos del acompañamiento: la pequeña vasija V22/3 y los pucos V22/4 y V22/5. Los restos de las semillas se encontraron asociados al primero de los pucos y también distribuidos en el área adyacente a la calota craneana del párvulo, la que se encontraba próxima a la boca de la urnita. Este hecho tuvo especial relevancia dado que con el avance de los trabajos se identificó otro puco (V22/6) que estaba puesto como tapa-cóncava de la vasija V22/3, o sea, era donde estaban depositadas las semillas antes que ambas piezas perdieran su posición original por procesos de formación que afectaron al conjunto.
c) Por debajo del estrato arenoso con gravilla comenzaba otro compuesto por láminas de arcillas milimétricas y centimétricas intercaladas por sedimento arenoso presentando un espesor que oscilaba entre 4 a 7 cm. Estas láminas y los carbonatos adheridos al interior de las paredes de la urna V22/2 indican que el conjunto funerario estuvo sometido a la acción del agua. Dicha acción también está documentada por: (i) las laminillas de arcilla existentes en el interior de los pucos V22/4 y V22/5, y (ii) la presencia de una película arcillosa, a modo de un baño natural, en la superficie externa de las piezas que conformaban el acompañamiento. Dentro de este estrato se recuperó un fragmento cerámico que correspondía a la base del puco-tapa V22/1, fragmentos de cestería y cuentas de valva (ver más adelante).
d) Por debajo del estrato con láminas de arcilla intercaladas con arena apareció una matriz arenosa, fina, sin gravilla, y muy friable que contenía el esqueleto del párvulo y donde apoyaban las piezas V22/4 y V22/5. Esta capa presentaba una potencia de 10 a 12 cm interrumpida por la fractura de la base de la urna-contenedor V22/2, cuyos fragmentos no se recuperaron durante la intervención realizada. Dicha rotura y la presencia de arena permitieron que el agua que ingresó al conjunto drenara, hecho que queda constatado por el excelente estado de preservación de los huesos del párvulo. Éste estaba colocado en posición flexuada con la cabeza orientada al norte y el cuerpo al sur, mientras que las asas de la tapa-puco y de la urna-contenedor se orientaban en dirección este-oeste.

La identificación de la especie de molusco utilizada para la manufactura de las cuentas fue infructuosa debido al tamaño muy pequeño de los elementos4. La disposición in situ de un número elevado de cuentas como si estuvieran enhebradas permite inferir que formaban parte de un collar. Por su parte, la pieza cestera se manufacturó con la técnica en espiral cerrado de puntada simple5 de amplia difusión en el Noreste Argentino (Pérez de Micou 2001), su estado fragmentario no permitió determinar si contenía algún elemento como ofrenda. Esto si pudo determinarse en los casos de los pucos V22/4 y muy probablemente V22/6 la que consistía en gran cantidad de semillas de Cucurbita ficifolia6, cuyo nombre vulgar es cayote. Hoy día se lo sigue utilizando en la cocina popular del Noroeste Argentino para la elaboración de comida en el Día de Todos los Santos y los Fieles Difuntos.

Del análisis del esqueleto surge que se trata de un infante, probablemente de sexo masculino, cuya edad de muerte fue de 18 ± 6 meses7. Las observaciones realizadas por la Dra. Inés Baffi determinaron que el cráneo presenta deformación artificial de tipo tabular erecta y señales de hiperostosis porótica activa al momento de la muerte. Esta patología se asocia a la anemia resultante de la deficiencia de hierro por: (i) dietas deficientes en ese mineral; (ii) respuestas a infecciones, y/o (iii) la acción de parásitos hematófagos en el tracto digestivo que disminuyen la cantidad de sangre en el cuerpo (Costa et al. 2000, 2004). Independientemente del agente que causa la hiperostosis, la patología es una respuesta fisiológica del cuerpo a algún tipo de estrés ambiental. I. Baffi considera que podría ser compatible con la edad del infante, ya que se encontraría en un momento de incorporación a las pautas alimentarias adultas, que según se sabe por datos etnográficos, consistirían en papillas de maíz. El consumo de maíz produce durante su digestión sustancias denominadas fitatos, las cuales inhiben la absorción de hierro en el intestino. El consumo conjunto de carnes y maíz, especialmente si se cocinan juntos, hace que se reduzca la calidad de la proteína consumida (I. Baffi comunicación personal, 2005).

Finalmente, la datación por AMS sobre un fragmento de cestería arrojó una fecha de 603 ± 37 AP (AA- 62809) que calibrada ubica al entierro entre el 1300- 1400 o el 1304-1332 de la era con la aplicación de dos (95,4%) o un sigma (68,3%), respectivamente.

CARACTERÍSTICAS MORFO-TECNOESTILÍSTICAS DEL CONTEXTO CERÁMICO FUNERARIO

Características morfo-dimensionales del conjunto cerámico: el bebé de La Troya en el contexto extra-regional

La urna-contenedor (V22/2) y la tapa (V22/1) que componen este entierro se caracterizan por su gran tamaño; mientras que las piezas del acompañamiento son pequeñas, y con cierto grado de estandarización en sus dimensiones (Tabla 1). Al tratarse de un único caso y no contar con antecedentes dentro del área de estudio es imposible comparar las dimensiones y formas del conjunto cerámico con otros provenientes de la región del Chaschuil-Abaucán para momentos tardío -preincas. Por ello es que los conjuntos cerámicos procedentes de los cementerios de párvulos en urna intervenidos por Boman (1927) en la provincia de La Rioja pueden utilizarse a modo de muestra comparativa a pesar de su procedencia extra-regional y por las razones expuestas al inicio del trabajo. La muestra está compuesta por 49 piezas recuperadas en 31 enterratorios procedentes de los Cementerios de San Blas de Los Sauces (38:49), Hualco (8:49); Talacan (2:49) y Los Mazas (1:49), constituyendo este último caso un enterratorio aislado. El conjunto total está compuesto por piezas que cumplen diferentes funciones dentro de los contextos funerarios: urnas-contenedor (31:49), tapas (11:49), y acompañamientos (7:49).

Tabla 1. Dimensiones y características generales del conjunto cerámico del entierro del Bebé de La Troya

En el caso de las urnas-contenedor se registran piezas con y sin decoración, en las primeras predomina el estilo Sanagasta (20:31); mientras que las segundas son de tipo tosco, con atributos como la presencia de hollín que denotan su procedencia de contextos domésticos (11:31). Las urnas-contenedor decoradas son de forma subglobular inflexionada, al igual que la de La Troya, con bases cóncavo-convexas; mientras que las ollas que se utilizaron como continentes son predominantemente globulares u ovaloides de base redondeada o subcónica. Tanto las urnas-contenedor decoradas como aquellas sin decoración difieren en sus atributos dimensionales únicamente en la variable diámetro máximo del cuerpo; mientras que la altura y el diámetro de la boca presentan valores similares. Las dimensiones de la urna-contenedor del bebé de La Troya superan ostensiblemente los valores registrados para los 31 casos estudiados por Boman (1927), especialmente en los atributos altura, diámetro de la boca y diámetro máximo de la pieza (Tablas 1 y 2a).

Tabla 2a. Comparación de atributos métricos de las urnas-contenedoras de los cementerios intervenidos por Boman (1927) en La Rioja y el caso del bebé de La Troya.

En el caso de las tapas de los continentes se registra la presencia de pucos (6:11), urnas (2:11), ollas (2:11) e indeterminado por rotura (1:11). Presentan decoración de estilo Sanagasta con excepción de los últimos tres casos y de un puco. En estos predominan las formas simples restringidas de base cóncavo-convexa. Es interesante que las piezas con forma de urna y las ollas que fueron utilizadas como tapas guarden las mismas características morfo-dimensionales que aquellas que cumplieron la función de urnas-contenedor. Nuevamente se evidencia el uso de utensilios del contexto doméstico en el funerario aunque en menor proporción que en el caso de las urnas-contenedor8.

Por su parte, la tapa del entierro del bebé de La Troya presenta dimensiones que superan ampliamente la media del conjunto revelado por Bomas (1927) (tablas 1 y 2b).

Tabla 2b. Comparación de atributos métricos de las tapas-pucos de los cementerios intervenidos por Boman (1927) en La Rioja y el caso del bebé de La Troya.

El sobredimensionamiento de la urna (v22/2) y la tapa (v22/1) del entierro del bebé de La Troya se visualiza claramente en la figura 4a donde se relacionan el diámetro y la altura máxima para los 42 casos medidos9.


Figura 4a. Relación entre el diámetro y la altura máxima de las urnas-contenedores y sus tapas procedentes de los cementerios intervenidos por Boman (1927) en La Rioja y las del bebé de La Troya.

Las piezas cerámicas que acompañaron a los párvulos de La Rioja son escasas en relación con la cantidad de entierros intervenidos por Boman (1927), ya que sólo se registraron en siete de los 31 casos reportados. Aquellas están compuestas por pucos (3:7), vasos (3:79 y una urnita (1:7) 10. Solamente en cuatro enterratorios (4:31) se registraron acompañamientos consistentes en fragmentos de calabazas, cestería y semillas de quinua. Por otra parte, el conjunto cerámico que acompaña al bebé de La Troya está compuesto por pucos (3:4) y una urnita (1:4) los que presentan una marcada regularidad en sus tamaños (tabla 2c), siendo aún más notoria si se comparan los pucos de uno con respecto a los otros (figura 4b).


Tabla 2c. Comparación de atributos métricos de las piezas del acompañamiento de los entierros de párvulos en urna de los cementerios intervenidos por Boman (1927) en La Rioja y el caso del bebé de La Troya


Figura 4b. Relación entre el diámetro y la altura máxima de las piezas que forman el acompañamiento en los cementerios intervenidos por Boman (1927) en La Rioja y las del bebé de La Troya.

El modo de hacer vasijas: características tecnológicas del contexto cerámico del bebé de La Troya

Las seis piezas procedentes del entierro del bebé de La Troya han sido cosidas en atmósfera oxidante. En aquellas que conforman el acompañamiento no fue posible determinar las técnicas de formación primaria y secundaria ya que las mismas han sido obligadas por el tratamiento de la superficie.

La decoración pintada se realizo en negro sobre fondo rojo pulido tanto como en el interior y exterior; la pieza v22/3 presenta además, decoración modelada al pastillaje representado el rostro de dos lechuzas ubicadas a ambos lados de la pieza.

La urna-contenedor (v22/2) ha sido construida mediante la técnica de rodetes, los cuales han sido posteriormente alisados. En esta pieza, la decoración se presenta solamente en el exterior y consiste en motivos pintados en negro sobre fondo natural de la pasta.

La tapa-puco (v22/1) se encuentra decorada con pintura negra  sobre fondo natural tanto como en el exterior como en el interior. Ésta ha sido construida mediante la misma técnica pero no ha sido sometida a tratamiento posterior pudiendo visualizarse en el exterior de la vasija los anchos de los rodetes, aproximadamente 5 cm, que conforman un contorno de textura ondulante. En relación con las características tecnológicas de las pastas, desafortunadamente sólo se cuenta con muestras de referencia de las piezas v22/1 y v22/2 ya que estas se encontraban fracturadas en el momento del descubrimiento. Esto hace imposible realizar un análisis comparativo entre las vasijas que están representando diferentes estilos iconográficos y que podrían representar o no diferentes estilos tecnológicos (sensu Stark 1999).

Las dos muestras recuperadas presentan características generales de las pastas del Período Tardío del Valle de Abaucán (Feely 2003) pero con algunas diferencias. Cabe destacar que las observaciones se realizaron sobre fragmentos de la base de las piezas por lo que se descarta que las diferencias registradas puedan deberse al sector de la pieza analizada. A saber:

a) La V22/01 (tapa) presenta porosidad y compacidad media, con un porcentaje de antiplástico del 40% y distribución de tamaño bimodal (fino y grueso). Las inclusiones más representadas corresponden a fragmentos de roca cuyo tamaño es grueso y en menor proporción los carbonatos de tamaño fino. El cuarzo y la biotita se presentan en escasa proporción y son predominantemente de tamaño fino. El tiesto molido que también es escaso es de tamaño grueso.

b) La V22/02 (urna-contenedor) presenta porosidad y compacidad media con un porcentaje de antiplástico del 35% de tamaño grueso y muy grueso. Las inclusiones mayoritarias están representadas por tiesto molido y/o inclusiones arcillosas de tamaño muy grueso. Los carbonatos están menos representados que en el caso anterior pero son de tamaño grueso; la proporción de fragmentos de roca disminuye notablemente, correspondiendo también a tamaño grueso. El cuarzo está escasamente representado aunque es de mayor tamaño (grueso) y la pasta no presenta biotita.

Por su parte, el acompañamiento de las 30 piezas de los entierros de la Finca Justo Pereyra presenta cocción oxidante pero sólo en los cinco casos de vasijas fracturadas fue posible remitir a las características de sus pastas. Estas son similares entre sí, siendo compactas, ligeramente porosas con porcentajes de antiplásticos que oscilan entre el 15 al 20% de tamaño muy fino y fino, predominando el cuarzo y los fragmentos de roca y en menor proporción la mica y los feldespatos. Desafortunadamente, el análisis tecnológico comparativo no pudo completarse con las 49 piezas de los entierros de párvulos de La Rioja por no disponer de muestra para corte fresco.

Lo reducido de la muestra utilizada para el análisis de pasta (7:85) restringe la posibilidad de plantear generalizaciones tecnológicas entre los conjuntos analizados pero a modo preliminar se observan diferencias tecnológicas quizás relacionadas con el tamaño de las piezas sin descartar a priori estilos tecnológicos diferentes.

El mensaje visual: características estilísticas del conjunto cerámico del entierro del bebé de La Troya

En este punto se detiene frente al último nivel de análisis del contexto cerámico del bebé de La Troya. Hasta el momento se han presentado sus características morfo- dimensionales y tecnológicas, ahora se pasará a definir la forma en que se organizaron los diseños en el espacio plástico total conformado por cada una de las piezas que lo componen.

La urna-contenedor se encuentra decorada exclusivamente en su superficie externa. Los motivos representados son reticulados, trazos ondulados, triángulos dentados y volutas simples entrelazadas, pero estos diseños no aparecen en forma aislada sino conformando registros delimitados que se extienden desde la base hasta el cuello de la pieza. El espacio plástico se encuentra segmentado en 8 franjas verticales de amplitud variable claramente distinguibles a través del trazado de líneas negras continuas. Dentro de cada uno de estos paneles se encontró una serie homogénea de motivos decorativos organizados en función de distintos esqueletos rítmicos: repetición, reflexión y alternación (Sempé y García 2005). Tanto el repertorio temático como la estructuración de estos campos decorativos permiten asignar a esta pieza dentro del estilo Sanagasta definido por Serrano (1953, 1958), presentando características muy similares a las que se observan en la urna-contenedor del entierro de la localidad de Los Mazas intervenido por Boman (1927) en La Rioja (Figura 5).


Figura 5. Despliegue del diseño de la urna-contenedor del Bebé de La Troya (V22/2) y su relación con la del entierro de Los Mazas (Boman 1927).

La decoración externa e interna de la tapa-puco V22/1 se encuentra muy desvaída lo que dificulta la tarea de identificación completa de los motivos representados. A pesar de ello fue posible reconstruir la estructura de la composición y la vinculación de los diseños a repertorios conocidos, mediante una minuciosa observación apoyada por registro fotográfico. De esta manera, se detectó que los motivos de la superficie externa y su estructuración vertical eran coincidentes con los que usualmente son vinculados al estilo decorativo Sanagasta (Bennett et al. 1948; Boman 1927; Bregante 1926; Serrano 1953, 1958), mientras que la dualidad de animales fantásticos plasmados en el interior remite estructural y decorativamente al estilo Belén (Bennett et al. 1948; Bregante 1926; Serrano 1953, 1958) (Figura 6).


Figura 6. Despliegue de los diseños exterior e interior de la tapa puco del bebé de La Troya (V22/1).

La coexistencia de estilos representados en la tapa-puco no se refleja en el conjunto cerámico que conforma el acompañamiento del párvulo, ya que presenta una serie de características decorativas que permiten asignar a estas piezas al estilo Belén. Sin embargo, no se descarta alguna reminiscencia santamariana representada por los trazos producto del salpicado de pintura presentes en el interior de los pucos V22/4 (Figura 7) y V22/5 (Figura 8) (Bruch 1911); mientras que el puco V22/6 es típicamente Belén (Figura 9). Por su parte, la vasija V22/3 presenta una estructuración del espacio plástico diferente de aquella representada en el continente (urna contenedor y tapa). En este caso la segmentación de los campos decorativos es horizontal y se logra a través de la impresión de trazos continuos de color negro (Figura 10). Puede decirse que en el repertorio temático del conjunto que forman las cuatro vasijas del acompañamiento aparecen las líneas onduladas, los triángulos en traslación lateral, la dualidad de animales fantásticos, los escalonados y las lechuzas, todos elementos característicos del estilo Belén. Una de estas piezas llama especialmente la atención: el puco compuesto V22/4. Éste presenta características morfológicas y decorativas notoriamente similares a las del puco FJP1/5 (Figura 11) recuperado en el sitio Finca Justo Pereyra localizado a unos 70 km lineales del entierro de La Troya (ver más arriba). Lo interesante es que ambos pucos fueron depositados por "los vivos" en contextos mortuorios totalmente diferentes en función de (i) el tipo de entierro; (ii) la cantidad de cuerpos depositados; (iii) la edad de los difuntos; y (iv) la asociación de estilos decorativos.


Figura 7. Despliegue de los diseños exterior e interior del puco V22/4 que forma parte del acompañamiento del bebé de La Troya.


Figura 8. Despliegue de los diseños exterior e interior del puco V22/5 que forma parte del acompañamiento del bebé de La Troya.


Figura 9. Despliegue de los diseños exterior e interior del puco V22/6 que forma parte del acompañamiento del bebé de La Troya.


Figura 10. Despliegue del diseño exterior de la urnita V22/3 que forma parte del acompañamiento del bebé de La Troya.


Figura 11. Despliegue de los diseños exterior e interior del puco FJP1/5 procedente de la cista N° 1 de la Finca Justo Pereyra. Presenta conformación morfo-decorativa similar a la pieza V22/4 del entierro del bebé de La Troya (ver Figura 7).

En resumen, los estilos decorativos plasmados por "los vivos" en la cerámica que acompaña al párvulo luego de su muerte remiten a distintas "culturas" donde conviven lo "Sanagasta" y lo "Belén" en forma exclusiva y/o combinada. La coexistencia de estilos decorativos se torna aún más fascinante si se toman en cuenta las distribuciones espaciales materializadas en el continente y el acompañamiento, ya que, mientras que los componentes Sanagasta se manifiestan en el "exterior", aquellos que corresponden al Belén lo hacen en el "interior". Este contraste se expresa a diferentes escalas: (a) por un lado, al nivel del contexto de la práctica mortuoria donde piezas cerámicas con estilos decorativos únicos, Belén o Sanagasta, se depositan como parte de un mismo entierro, y (b) por el otro, al nivel del objeto donde en una misma pieza (tapa-puco) está representada la coexistencia de estilos decorativos, uno visible (Sanagasta) y el otro oculto (Belén).

CONCLUSIONES

El continente y el acompañamiento del bebé de La Troya presentan características únicas para los registros conocidos del Noroeste Argentino. Su particularidad radica no sólo en sus características formales sino principalmente en su contexto de recuperación. Cabe recordar que este entierro está emplazado en un área duramente expoliada por las actividades vandálicas de huaqueros siendo quizás el único "sobreviviente" que pudo ser rescatado a través de técnicas de excavación arqueológicas para dar a conocer la conjunción de dos estilos decorativos de poblaciones locales en momentos preincaicos. Esta situación amerita recordar la importancia preventiva, mitigadora y correctiva de los estudios de impacto arqueológico (ver nota 1).

El tamaño de las piezas que conforman el continente supera ampliamente la media registrada para los casos de los cementerios de párvulos de La Rioja, si bien guardan similitud morfológica y estilística con aquellos. De igual manera, la cantidad y la diversidad de los objetos del acompañamiento no guardan relación con aquellos casos registrados por Boman (1927), como así tampoco con los comentados previamente que proceden del valle Calchaquí, tanto por el número de clases presentes (cerámica, cestería, semillas y collar de valvas) como por la uniformidad en las dimensiones de las vasijas, especialmente los pucos.

La corta edad del niño al momento de su muerte más las características que presentan los componentes del enterratorio, tanto por su tamaño como por la diversidad de objetos, permitirían plantear la existencia de un status adscrito, es decir, involuntario o heredado (Baldini y Baffi 2002, 2003, 2004). Sin embargo, no se cree aún que se deba caminar en esa dirección, ya que se considera que las afirmaciones referidas a cuestiones de jerarquía o a las diferencias sociales entre sexos y/o edades sólo pueden sustentarse sobre: (i) el análisis estadístico de un número considerable de enterramientos, y (ii) el estudio del contexto arqueológico global (doméstico, residencial, tecnológico, productivo, entre otros). El comportamiento de las sociedades en el campo de lo funerario es tan complejo que las propuestas mecanicistas simplifican una realidad mucho más rica y variable, la que en parte es producto de las consecuencias que la esfera simbólica ejerce sobre tal comportamiento.

Lo reducido de la muestra sujeta a análisis tecnológicos no permite realizar comparaciones interconjuntos. Sin embargo, un aspecto interesante de este enterratorio está relacionado con la preparación de gruesos rodetes para el armado de la tapa-puco, la ausencia de tratamiento de su superficie externa y la presencia de asas laterales.

Se considera a modo de hipótesis que la conformación del contorno de textura ondulante constituye una expresión plástica intencional, a modo de un mensaje visual, relacionada con el hecho de que la tapa quedó expuesta en la superficie y a la vista de la gente con posterioridad al momento del entierro funcionando como un marcador espacial y/o simbólico cuya significación se escapa del alcance de nuestra interpretación, en gran parte debido a la singularidad del caso. Asimismo, otro hecho destacable de la tapapuco es su iconografía mixta donde los motivos y recursos compositivos característicos de lo Belén están ocultos por haberse plasmado en su superficie inter- na; mientras que aquellos propios de lo Sanagasta fueron impresos en la externa. Por lo tanto, en este entierro no sólo se da la conjunción contextual de piezas con estilos decorativos diferentes sino que también una de ellas, la tapa-puco, funcionó como soporte de ambos estilos.

Por otro lado, la presencia de objetos similares por sus características formales y estilísticas que constituyeron parte del acompañamiento en contextos funerarios diferentes por el tipo de entierro (cista y urna), la edad de los muertos, y la cantidad de cuerpos depositados (uno o múltiples) están alertando nuevamente sobre la complejidad de estas prácticas. La existencia de objetos con diseños morfo-estilísticos similares depositados en la cista múltiple de adultos de la Finca Justo Pereyra y en la urna del bebé de La Troya están indicando que las comunidades que depositaron sus muertos en ambos contextos perciben e interpretan el mundo en forma afín (Figuras 7 y 11). El alcance y la proyección de esta inferencia es importante, dado que en el primer caso el contexto mortuorio iconográfico es exclusivamente Belén, mientras que en el segundo es mixto: Belén y Sanagasta.

No es casual que dos estilos decorativos se encuentren amalgamados en un contexto funerario, ya que el estilo constituye un medio activo de comunicación no verbal a través del cual los individuos y los grupos definen sus relaciones y negocian su identidad. En el caso que nos ocupa esta coexistencia puede estar indicando alianzas entre pueblos, intercambio de mujeres, cambios de residencia, matrimonios, movimientos comerciales articulados a través de caravanas, entre otros. Estas diferentes estrategias sociales son producto de decisiones y elecciones de individuos y grupos que se dan dentro de procesos socio-históricos específicos que aún no se pueden definir totalmente para el valle de Abaucán sencillamente porque falta caracterizar a las poblaciones locales de esta región del Noroeste Argentino al momento de la ocupación incaica (Ratto et al. 2004). Dado que el contexto funerario se adscribe temporalmente a un momento tardío preincaico (1300-1400 años Cal) puede sostenerse que la conjunción de estilos decorativos no es necesariamente producto del movimiento de pueblos que viene dado de la mano del Inca (Sempé 1973) o que su entrada e influencia en la región ya se evidenciaba desde esos tiempos. Estas cuestiones sólo serán contestadas con más trabajo e investigación regional.

La coexistencia de piezas cerámicas en un mismo entierro que presentan expresiones plásticas diferentes y remiten a distintos contextos crono-culturales no es un hecho novedoso para el valle de Abaucán. Al respecto, Dreidemie (1951, 1953) cuando describe el contexto cerámico de algunas de las tumbas del cementerio de Istataco dice que presentan "... piezas ... de las culturas Belén en su mayor parte y también Barreal y Angualasto. Lo interesante es la convivencia de las tres culturas" (Dreidemie 1951: 44). Sin embargo, esta observación ha sido desestimada por ser producto de intervenciones asistemáticas donde no se conservó su registro y documentación. Este hecho reviste una importante limitación para la Arqueología, ya que imposibilita la reconstrucción de los contextos funerarios. Sin embargo, una cosa es no poder rearmar un contexto, en gran parte por las deficiencias de una intervención realizada fuera de los marcos institucionales y académicos propios de la década de 1940; mientras que otra muy distinta es negar la veracidad de esa observación. Al respecto, se considera que la importancia del comentario del cura jesuita radica justamente en la ausencia de carga teórica, ya que proviene de un momento de la disciplina donde aún no se habían construido los esquemas de periodización para el Noroeste Argentino. Este hecho es importante y alerta sobre el estudio de las colecciones de vasijas cerámicas depositadas en los museos, especialmente en aquellos casos en que no se cuenta con un registro exhaustivo del contexto de descubrimiento y recuperación, ya que piezas con estilos decorativos diferentes no necesariamente pertenecieron a contextos distintos.

NOTAS

1 Este hallazgo fue realizado en el marco de las medidas preventivas, mitigadoras y correctivas que se llevaron a cabo por encargo de la empresa VIALMANI Construcciones S.A. para evitar la afectación del patrimonio arqueológico por la construcción de dos puentes, uno en el río El Puesto y el otro en el río La Troya, y la repavimentación del tramo de la Ruta Nacional 60 comprendido dentro de ese segmento (Departamento Tinogasta de la Provincia de Catamarca, Argentina) (Ratto 2005a).

2 Se están realizando trabajos interdisciplinarios con el área de geofísica (FCEN-UBA) para aplicar las técnicas y los métodos de la disciplina para detectar nuevas cistas funerarias dentro del predio de la finca. En estos momentos se encuentra en proceso una datación radiocarbónica en la Universidad de Arizona sobre material óseo de un artefacto decorado que formó parte del acompañamiento de la cista N° 1.

3 Los estudios de sedimentos se encuentran en proceso a cargo de la Dra. Rita Tofalo (FCEN-UBA).

4 El Dr. Pablo Penchaszadeh (FCEN-UBA) sólo pudo corroborar que las cuentas eran de valva pero por su pequeño tamaño fue imposible determinar su género y/o especie. Se están realizando estudios de d13C en los laboratorios del INGEIS (CONICET-UBA) para determinar su procedencia marina o continental.

5 C. Pérez de Micou, comunicación personal, febrero 2005.

6 Las semillas fueron identificadas mediante la realización de cortes anatómicos realizados por los Dres. Fernanda Rodríguez y Raúl Pozner del Instituto de Botánica Darwinion (CONICET; San Isidro, provincia de Buenos Aires, Argentina).

7 Los análisis biantropológicos están en proceso a cargo de la Dra. Inés Baffi, el Lic. Leandro Luna y la Sra. Claudia Aranda.

8 Se está analizando la existencia de rastros de uso en piezas recuperadas en contextos funerarios para evaluar su previa utilización en contextos domésticos. Esto apunta de discutir la funcionalidad primaria de los conjuntos cerámicos independientemente de su contexto de recuperación.

9 Dos casos no pudieron medirse por su alto estado de fragmentación.

10 De las siete piezas cerámicas del acompañamiento sólo se cuenta con valores dimensionales de cinco.

Agradecimientos

Nuestro agradecimiento a Inés Baffi, Lidia Baldini, Leandro Luna, Martín Orgaz, Valeria Palamarczuk, Carlota Sempé y Claudia Aranda por la ayuda recibida en diferentes instancias de la preparación de este trabajo. A los empleados de Vialmani Construcciones s.a. José Alderete, Jorge Peralta, Gustavo Bazán y al jefe de obra Ing. Fabián Guevara por el apoyo recibido durante la ejecución de los trabajos de rescate. A uno/a de los/as Evaluadores/as Anónimos/as de este trabajo porque sus comentarios incisivos generaron sentimientos contradictorios que se lograron superar tomando únicamente aquellos que aportaban al trabajo.

REFERENCIAS CITADAS

1. Alekhsin, V. A. 1983 Burial Customs as an Archaeological Source. Current Anthropology 24: 137-149.        [ Links ]

2. Ambrosetti, J. 1907 Exploraciones arqueológicas en la Ciudad Prehistórica de La Paya (Valle Calchaquí, Prov. de Salta). Publicaciones de la Sección Antropológica 3. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.        [ Links ]

3. Baldini, L. y E. I. Baffi 2002 Evidencias y percepciones. Reflexiones acerca de los entierros tardíos en vasijas utilitarias del valle Calchaquí central, Salta. Actas del XIV Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Rosario. En prensa.        [ Links ]

4. Baldini, L. y E. I. Baffi 2003 Niños en vasijas. Entierros Tardíos del valle Calchaquí (Salta). Runa 24: 43-62        [ Links ]

5. Baldini, L. y E. I. Baffi 2004 Análisis del continente y del contenido. Un examen de las tumbas de la paya (valle Calchaquí, Pcia. de Salta). Libro de Resúmenes. XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina, pp. 214. Universidad Nacional de Río Cuarto, Río Cuarto, Córdoba.        [ Links ]

6. Barcelo, J. A. 1984 Elementos para una teoría de la muerte y de los ritos funerarios, Ethnica 20: 79-102.        [ Links ]

7. Barley, N. 2000 Bailando sobre la tumba. Editorial Anagrama, Buenos Aires.        [ Links ]

8. Basile, M. 2005 Iconografía funeraria Belén en el Valle de Abaucán (Dpto. Tinogasta, Catamarca). Aportes para la definición de un estilo decorativo. Tesis de Licenciatura inédita. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.        [ Links ]

9. Bennett, W., E. Bleiler y F. Sommer 1948 Northwest Argentine Archeology. Yale University Press, Londres.        [ Links ]

10. Berberián, E. 1969 Enterratorios de adultos en urnas en el área Valliserrana del Noroeste Argentina. Publicación XXIX del Instituto de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba, pp. 3-71. Córdoba.        [ Links ]

11. Binford, L. 1971 Mortuary Practices: their Study and their Potential. En Approaches to the Social Dimensions of Mortuary Practices, editado por J. A. Brown. pp. 6- 29. Memoirs of the Society for American Archaeology 25 (2), Washington, D.C.        [ Links ]

12. Boman, E. 1927 Estudios Arqueológicos Riojanos. Anales del Museo Nacional de Historia Natural XXXV: 1-79.        [ Links ]

13. Bourdieu, P. 1988 Cosas Dichas. Editorial Gedisa, Buenos Aires.        [ Links ]

14. Bregante, O. 1926 Ensayo de clasificación de la cerámica del Noroeste Argentino. Editorial A. Estrada y Cía, Buenos Aires.        [ Links ]

15. Bruch, C. 1911 Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca. Revista del Museo de La Plata XIX: 1-100.        [ Links ]

16. Chapman, R. 1987 Mortuary practices: society, theory building and archaeology. En Death, Decay and Reconstruction. Approaches to Archaeology and Forensic Science, editado por A. Boddington, A. N. Garland y R. C. Janaway, pp. 198-213. Manchester University Press, Manchester.        [ Links ]

17. Costa, M. A., J. A. Cocilovo y S. Quevedo K. 2000 Patologías óseas, traumas y otros atributos en el grupo Arcaico Demorro de Arica, Norte de Chile. Chungara 32 (1): 79-83.        [ Links ]

18. Costa, M. A., W. Alves Neves y M. Hubbe 2004 Influencia de Tiwanaku en la calidad de vida biológica de la población prehistórica de San Pedro de Atacama. Estudios Atacameños 27: 103-116.        [ Links ]

19. Debenedetti, S. 1908 Excursión arqueológica a las ruinas de Kipón (Valle Calchaquí-Provincia de Salta). Publicaciones de la Sección Antropológica 4. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.        [ Links ]

20. Dreidemie, O. J. 1951 Un notable enterratorio. Mundo Atómico, Año II (4): 40-43.        [ Links ]

21. Dreidemie, O. J. 1953 Arqueología del Valle de Abaucán. Mundo Atómico, Año II (12): 42-52.        [ Links ]

22. Feely, A. 2003 Propiedades del registro y variabilidad tecnomorfológica cerámica: Vía de análisis para acceder a la funcionalidad del sitio arqueológico de Batungasta (Dpto. Tinogasta, Catamarca). Tesis de Licenciatura inédita. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.        [ Links ]

23. Gómez, B. 1953 La expedición al cementerio de Huanchín y Bañados de los Pantanos. Diario Los Principios 3, Córdoba.         [ Links ]

24. Gordillo, I. 1998 Del barro a la figura. Caracterización de la alfarería Aguada de Ambato. En Homenaje a Alberto Rex González: 50 años de aportes al desarrollo y consolidación de la antropología Argentina, pp. 285- 307. FFyL, Fundación Argentina de Antropología, Buenos Aires.        [ Links ]

25. Gordillo, I. y M. F. Kusch 1987 Aguada, por una aproximación iconográfica. Revista de Antropología 3: 40-52.        [ Links ]

26. Hodder, I. 1980 Social structure and cemeteries: a critical appraisal. En Anglo - saxon cemeteries, editado por P. Rahtz, T. Dickinson y L. Watts, pp. 161-169. British Archaeological Reports, International Monograph Series 82, Oxford.        [ Links ]

27. Kusch, M. F. 1991 Forma, diseño y figuración en la cerámica pintada y grabada de la Aguada. En El arte Rupestre en la Arqueología Contemporánea, editado por M. Podestá, M. I. Hernández Llosas y S. Renard de Coquet, pp. 14-24. Salón gráficointegral, Buenos Aires.        [ Links ]

28. Kusch, M. F. e I. Baffi 1997 Sobre formas de entierros y vasijas: un intento de correlación funcional. Actas y Memorias del XI Congreso Nacional de Arqueología Argentina (Cuarta parte). Revista del Museo de Historia Natural de San Rafael (Mendoza), Tomo XVI (1/4): 203-205. San Rafael, Mendoza.        [ Links ]

29. Kusch, M. F. y M. Valko 1999 Los sistemas simbólicos y sus transformaciones. La aguada después de La Aguada. Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Tomo II, pp. 108-115. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, La Plata.        [ Links ]

30. Levine, M. 1957 Prehistoric Art and Ideology. American Anthropologist 59 (6): 949-964.        [ Links ]

31. Lull, V. y M. Picasso 1989 Arqueología de la muerte y estructura social. Archivo Español de Arqueología 62: 5-20.        [ Links ]

32. Nazar, D. C. 2002 Rescate Medanitos. Informe depositado en la Dirección de Antropología de Catamarca, Catamarca. MS.        [ Links ]

33. O'Shea, J. M. 1984 Mortuary Variability. An Archaeological Investigation. Academic Press, Nueva York.        [ Links ]

34. Pérez de Micou, C. 1998 Dos cestas decoradas en el ajuar de la momia #136 de LoroHuasi (Catamarca, Argentina). Informe presentado a la Dirección de Antropología de Catamarca, Catamarca. MS.        [ Links ]

35. Pérez de Micou, C. 2001 Cestería y Cordelería para los Muertos. Chungara 33 (1): 137-144.        [ Links ]

36. Quiroga, L. 2003 Debates entorno a la construcción de un objeto de estudio. Runa 24: 151-171.        [ Links ]

37. Raffino, R. 1984 Excavaciones en El Churcal (Valle Calchaquí, República Argentina). Revista del Museo de La Plata 8, N.S. Antropología 59: 223-263.        [ Links ]

38. Ratto, N. 2005a Informe Final. Estudio de Impacto Arqueológico por la pavimentación de la RN 60 y Construcción de dos puentes -Sector El Puesto/La Troya- (Departamento Tinogasta, Catamarca, Argentina): Etapa Construcción. Preparado para Vialmani Construcciones S.R.L y presentado a la Dirección de Antropología de Catamarca, Catamarca. MS.        [ Links ]

39. Ratto, N. 2005b Informe Final. Métodos Geofísicos y Analíticos Nucleares en Sitios Arqueológicos del Valle De Fiambalá: Los casos de Palo Blanco y Finca Justo Pereyra (Dpto. Tinogasta, Catamarca). Fundación Antorchas. Buenos Aires. MS.        [ Links ]

40. Ratto, N. y G. De la Fuente 1997 Fiambalá una Puerta Abierta al Pasado. Museo del Hombre, Municipalidad de Fiambalá, Catamarca.        [ Links ]

41. Ratto, N., M. Orgaz y R. Plá 2004 La Explotación del Alfar de La Troya en el Tiempo: Casualidad o Memoria (Departamento Tinogasta, Catamarca, Argentina. Chungara 36 (2): 349-361.        [ Links ]

42. Renard, S. 1998 Indumentaria Textil Arqueológica de LoroHuasi, Dpto. Tinogasta, Catamarca. Informe de Investigación presentado a la Dirección de Antropología de Catamarca, Catamarca. MS.        [ Links ]

43. Saxe, A. 1970 Social Dimensions of Mortuary Practices. Arbor University Microfilms, Michigan.        [ Links ]

44. Schreiter, R. 1919 Distintas clases de sepulturas antiguas observadas en los Valles Calchaquíes. Sociedad Científica Alemana, Buenos Aires.        [ Links ]

45. Schreiter, R. 1936 Enterratorios indígenas en las grutas de Villavil, Departamento de Belén, Catamarca. Boletín de la Universidad Nacional de Tucumán. Museo de Historia Natural, pp. 20. Tucumán.         [ Links ]

46. Sempé, M. C. 1973 Últimas etapas del desarrollo cultural indígena (1480 - 1690) en el valle de Abaucán, Tinogasta, Provincia de Catamarca. Revista del Museo de La Plata (NS), Antropología 50 (VIII): 3-46.        [ Links ]

47. Sempé, M. C. 1983 Punta Colorada. Un Sitio Aguada, Dto. Tinogasta Provincia de Catamarca. Revista del Museo de La Plata (NS), Antropología 55 (VIII): 111- 138.        [ Links ]

48. Sempé, M. C. 1993 Principio normativos del estilo de decoración de la Cerámica Ciénaga. Publicaciones Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo 20: 1-17.        [ Links ]

49. Sempé, M. C. y D. García 2005 Relaciones y continuidad estilística de dos grupos cerámicos Sanagasta-San José. Shincal 7. En prensa.        [ Links ]

50. Sempé, M. C. y M. Baldini 2002 Contextos temáticos y ordenamientos funerarios en el cementerio Aguada Orilla Norte. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXVII: 247-268.        [ Links ]

51. Serrano, A. 1953 Consideraciones sobre el arte y la cronología de la región Diaguita. Universidad Nacional del Litoral Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación, Rosario.        [ Links ]

52. Serrano, A. 1958 Manual de cerámica indígena. Editorial Assandri, Córdoba.        [ Links ]

53. Shanks, M. y C. Tilley 1987 Social Theory and Archaeology. Polity Press, Oxford.        [ Links ]

54. Stark, M. 1999 Social Dimensions of Technical Choice in Kalinga Ceramic Traditions. En Material Meaning. Critical Approaches to the Interpretation of Material Culture, editado por E. Chilton, pp. 24-43. The University of Utah Press, Salt Lake City.        [ Links ]

55. Tainter, J. A. 1978 Mortuary practices and the study of prehistoric social systems. Advances in Archaeological Method and Theory 1: 105-141.        [ Links ]

56.Velandia Jagua, C. A. 2003 Análisis Estructuralista de la Iconografía Funeraria en la Cultura Arqueológica de Santa María - Argentina. Icónica Antiquitas 1. www.ut.edu.co/ma/iconica/v1n1/velandia/index.html. (15 marzo 2005).        [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons