SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número8Narrar las prácticas del pasado: El potencial narrativo de la estratigrafía arqueológica como representativa de prácticas socialesAproximación a la producción lítica en sociedades tardías: El caso de Molinos I, valle Calchaquí Central (Salta) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol.  n.8 Olavarría ene./dic. 2007

 

Soria 2. Apuntes sobre un sitio Formativo en el valle de Yocavil (Catamarca, Argentina)

Valeria Palamarczuk, Romina Spano, Florencia Weber, Daniel Magnífico, Soledad López y Mariano Manasiewicz

Valeria Palamarczuk. Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Panamá 7530, Martín Coronado, Buenos Aires, Argentina. E-mail: valepala@yahoo.com.ar
Romina Spano. Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: rs_223@hotmail.com

Florencia Weber. Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: floweb@hotmail.com

Daniel Magnífico. Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: indianajones@argentina.com
Soledad López. Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: sole26ar@hotmail.com
Mariano Manasiewicz. Museo Etnográfico J. B. Ambrosetti, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: marmanas@ciudad.com.ar

Recibido 30 de Junio 2005. Aceptado 10 de Julio 2006

RESUMEN

En este trabajo se presenta información preliminar sobre el sitio arqueológico Soria 2 de la localidad de Andalhuala Banda, correspondiente al Período Temprano en el sur del valle de Yocavil, provincia de Catamarca, Argentina. Un fechado marca un momento de la ocupación inicial del sitio en 1940 + 80 años radiocarbónicos AP, dato particularmente interesante por tratarse de uno de los pocos contextos de carácter doméstico conocidos hasta el momento para los inicios del primer milenio en el sur de Yocavil que han podido ser fechados. La excavación permitió reconocer dos recintos cuyos trazados eran parcialmente visibles en superficie. Dentro de estos se definió un piso de gran espesor con abundante material cerámico, lítico y faunístico, que presentaba diversos rasgos como un fogón, varios agujeros de poste y un pozo de basura -que contenía, entre otros muchos materiales, los restos de un hornillo de pipa cerámica-. Se hallaron también dos entierros primarios de neonatos en ollas de tipo doméstico y el entierro secundario de un párvulo, presentando ajuar. Este aporte junto con futuros trabajos en la zona permitirá bosquejar aspectos de la vida cotidiana de las sociedades agropastoriles tempranas en la región que permanecen esquivos al conocimiento actual.

Palabras clave: Período Temprano o Formativo; Valle de Santa María o Yocavil; Sociedades agropastoriles.

ABSTRACT

Soria 2. Notes on a formative site in the yocavil valley (Catamarca Province, Argentina). This report presents preliminary information on the Early Period archaeological site of Soria 2 in the locality of Andalhuala Banda in the south of Yocavil Valley (Catamarca Province, Argentina). A radiocarbon date of 1940 ± 80 radiocarbon years BP marks one moment of the initial site occupation. This information is particularly revealing as it represents one of the few successfully dated domestic-use contexts that dates to the beginning of the first millennium in the south of Yocavil. Through excavation it was possible to identify two occupation units that were only partially detectable on the surface due to poor visibility. A thick and rich stratum was defined within these two structures that revealed a wide range of archaeological material, such as pottery, lithics and faunal remains. The stratum also included several features: a hearth, several post holes, and one refuse pit that contained, among other discarded items, pieces from a ceramic pipe furnace. In addition, two primary burials of newborns within domestic (type) vessels and a secondary child burial were found in association with funeral goods. This paper will undoubtedly provide a better understanding of daily life among the early agro-pastoralist societies in this region, knowledge of whom remains elusive.

Keywords: Early or Formative Period; Santa María or Yocavil valley; Agro-Pastoralist societies.

INTRODUCCIÓN

En este trabajo se presenta información preliminar sobre Soria 2, un sitio Formativo1 recientemente localizado en el sur del valle de Yocavil2. El fechado absoluto obtenido a partir de los carbones de un fogón es uno de los más tempranos, vinculado a un contexto primario de carácter doméstico, conocidos hasta el momento para el valle. El texto que se presenta a continuación es de corte eminentemente descriptivo y paradójicamente en ello radica su principal interés, ya que aporta información para un momento de la historia regional muy poco conocido que podrá enriquecer los planteos acerca de las tempranas aldeas agropastoriles del valle.

CONOCIENDO EL SITIO SORIA 2

El sitio Soria 2 se encuentra en el sector oriental del valle de Santa María o Yocavil, al pie de las sierras del Aconquija. El poblado actual más próximo es Andalhuala3, mientras que el referente arqueológico más conocido en las cercanías es la famosa Loma Rica de Shiquimil, un centro poblado del Período Tardío que se encuentra a una distancia un poco menor a los 3 km hacia el noroeste.

El sitio se emplaza en uno de los relictos de mesetas labradas sobre sedimentos terciarios ubicados entre la cadena principal del Aconquija y el río Santa María (Ruíz Huidobro 1972). Sus coordenadas son 26° 51' 36,1" S y 66° 02' 08,9" O y su cota de 2234 m snm. La meseta tiene una mediana pendiente de este a oeste y fue formada por la erosión del río Zampay y del río Yapes. A partir del aerofotograma se estimó su extensión aproximada en 250 ha (Figura 1).


Figura 1. Calco de la zona de Andalhuala, realizado a partir de aerofotografía. En el centro se representa la meseta de Andalhuala: (1) Sitio Soria 2; (2) Loma Rica de Shiquimil; (3) Loma Alta; (4) Andalhuala Banda; (5) Andalhuala del Alto.

En la superficie de la meseta se han observado numerosos vestigios arquitectónicos compuestos principalmente por líneas irregulares de piedras que definen amplias superficies aterrazadas, con una orientación predominantemente norte sur. Estos aterrazados se encuentran despejados de piedras, razón por la que se destacan netamente. Como contrapartida se observan zonas con acumulaciones de piedras en conjuntos extendidos y poco elevados que debieron conformarse a partir de la limpieza de las áreas que se ven actualmente despejadas. En varios sectores se aprecian estructuras monticulares circulares de diverso diámetro y elevación. Las mencionadas características del terreno, así como la vecindad con ríos de aguas permanentes, hacen pensar que se trata de una zona que pudo utilizarse extensivamente en el pasado para la producción agrícola. Su aptitud se manifiesta en el uso actual del sector sur de la meseta para tales fines, manejando las aguas del río Zampay para el regadío.

Dispersas a lo largo de esta amplia extensión se pudieron identificar diversas estructuras simples o bien compuestas (conformadas por más de una estructura), como recintos circulares o cuadrangulares, con muros simples o dobles de piedra. Otra clase recurrente de estructura en piedra son pequeños círculos definidos por líneas simples, posibles lugares funerarios. En la cumbre de algunas grandes rocas, que se destacan en el paisaje por su magnitud, se hallaron horadados pequeños morteros circulares.

En general, la visibilidad de la arquitectura superficial se ve disminuida por la vegetación presente (churquis, jarillas, retamas, espinillos, montenegros, cardones, etc.) dada la escasa altura de la mayoría de las construcciones. Por otra parte, muchas estructuras se encuentran parcialmente cubiertas por sedimentos, por lo que sus formas quedan desdibujadas y se dificulta su comprensión.

Abundan sobre el terreno los artefactos líticos y los fragmentos cerámicos correspondientes a diversos estilos que dan cuenta de una prolongada y continua ocupación del área al menos desde el Período Temprano y hasta la actualidad. La complejidad arqueológica de este sector de Yocavil plantea grandes desafíos para las investigaciones futuras siendo este trabajo un aporte preliminar al conocimiento de dicha complejidad.

El primer acercamiento al estudio del sitio Soria 2 se realizó en el mes de abril del año 2002. En esa ocasión se decidió prospectar la meseta de Andalhuala para complementar un estudio previo de aerofotografías. Con el objetivo de indagar las estructuras agrícolas descriptas se planificó una intervención subsuperficial. La elección del sector para realizar un sondeo exploratorio se fundamentó en la presencia de un ángulo conformado por dos líneas de piedras en un área aterrazada de trazado irregular. Esta primera excavación permitió definir diversas estructuras, por ejemplo, líneas de muro que no se apreciaban en la superficie actual del terreno, un fogón y un piso con abundante material cultural. Entre los materiales vinculados a este piso predominaba la cerámica, la que por sus atributos estilísticos podía asignarse al Período Temprano o Formativo.

La riqueza de este contexto motivó la ampliación del área de excavación inicial de acuerdo con un procedimiento de excavación estratigráfico en área extendida (Harris 1991). En sucesivas campañas realizadas entre 2002 y 2005 se llevó a cabo la apertura de una superficie de 36 m2 (Figura 2).


Figura 2.
Croquis de la superficie actual del sector de Soria 2 donde se realizó la excavación. Las curvas de nivel están expresadas en metros. Las cuadrículas muestran el área excavada hasta abril de 2005.

EL CONOCIMIENTO DEL PERÍODO TEMPRANO EN EL VALLE DE YOCAVIL

El estudio del registro arqueológico de las sociedades agropastoriles tempranas en el valle de Yocavil se ha visto enriquecido en los últimos años por el trabajo de Cristina Scattolin y su equipo de investigación, quien ha integrado nueva información con el conocimiento previo (e.g., Arocena y Carnevalli 1960; Arocena et al. 1960; Bruch 1911; Bugliani y Pereyra Domingorena 1999; Cigliano 1959-1960; Cigliano, Carnevali, Carrara y Renard 1960; Cigliano, De Gasperi y Petruzzi 1960; Cortés 2005; Fraga 1999; Núñez Regueiro y Tartusi 1993; Pellissero y Difrieri 1981; Scattolin 2000, 2003; Scattolin et al. 2001; Tarragó y Scattolin 1999; Tarragó et al. 1988) haciendo visibles a las sociedades "pre-santamarianas" (sensu Scattolin 2000) dentro de la narrativa arqueológica para una historia del valle y del NOA en general. Sin embargo, aún existen demasiados puntos en sombras para el conocimiento de las sociedades pretardías del valle. Entre los motivos analizados por esta autora para encontrar una explicación a tal vacío de información se mencionan la intensa explotación del valle por parte de saqueadores profesionales, la ausencia de colecciones de museos con una mínima información contextual aceptable y la falta de investigación sistemática sobre el período en el área, carencias que suelen suplirse extrapolando la información y las categorías crono-tipológicas elaboradas para otras regiones del NOA al valle de Yocavil. Una de las consecuencias del desinterés sobre los momentos pretardíos en la zona es la falta de contextos arqueológicos conocidos con material en situación primaria y fechados radiocarbónicos, realidad que contrasta con el gran volumen de información con que se cuenta para el Período Tardío.

En un estudio de síntesis, Tarragó y Scattolin (1999) repasan los antecedentes de investigación arqueológica en el valle de Yocavil. De una lista con 35 sitios y unidades con ocupaciones de los Períodos Temprano y Medio en el valle de Yocavil sólo 11 pertenecen a sitios con recintos o unidades habitacionales exploradas mediante excavaciones realizadas durante la década del 60 (Tarragó y Scattolin 1999: 153). Los resultados de muchos de estos trabajos nunca fueron publicados de manera completa y encuentran su primera difusión en el mencionado artículo, de manera que se cuenta con breves descripciones sin apoyo gráfico. Afortunadamente, desde la publicación de ese resumen, se pueden agregar a la lista de investigaciones en sitios agroalfareros tempranos4 a los trabajos de C. Scattolin en Morro de las Espinillas, El Bañado y Lampacito (Scattolin 2001; Scattolin et al. 2001, 2005), de V. Williams en la zona de Tolombón (Williams 2003) y de J. Nastri en el interior de la Sierra del Cajón, en los sitios El Carmen 2, Pichanal 2 y Morro del Fraile 1 (Nastri et al. 2004). Del conjunto de sitios comprendido en estas nuevas investigaciones los asentamientos de Morro de las Espinillas y Morro del Fraile 1 cuentan con arquitectura doméstica. De acuerdo con los fechados radiocarbónicos realizados en estos sitios puede decirse que ambos representan momentos finales del Período Medio.

Dentro del panorama del conocimiento arqueológico del valle de Yocavil los avances de las investigaciones en Soria 2 adquieren una particular relevancia al contribuir con datos novedosos para un lapso muy poco conocido de la historia regional, como lo es el comienzo del primer milenio5.

LA EXCAVACIÓN: RECINTOS Y HALLAZGOS

La excavación en área permitió identificar hasta el momento dos recintos cuyo trazado era sólo parcialmente visible en superficie (Figura 3). Se pudo apreciar que algunas de las líneas de piedras observadas en superficie, conformando aterrazados de carácter probablemente agrícola, constituían estructuras independientes y más modernas que las del espacio construido identificado por debajo, el cual se encontraba casi totalmente tapado por sedimentos al momento en que se construyeron tales alineaciones (Figura 4). Estas líneas superficiales utilizaban en su trazado algunos de los mampuestos de los recintos que permanecieron aflorando sobre el terreno. La acumulación de sedimentos que cubrió los recintos y la posible reutilización posterior del espacio impiden reconocer plenamente la forma y extensión de los espacios construidos inferiores en la medida en que no se avance con los trabajos de excavación en área.


Figura 3. Diseño de la planta del área excavada, mostrando el trazado de los recintos descubiertos. La línea A-B muestra el sentido del perfil ilustrado en la Figura 4.


Figura 4. Perfil A-B que disecta en sentido norte-sur al muro sur del recinto 2. Nótese la ubicación estratigráfica, superior e independiente, de una línea de piedras superficial en relación al recinto inferior. Obsérvese también la importancia del estrato que corresponde al piso del recinto

Hasta el momento se descubrieron dos recintos adosados a los que se denomina recinto 1 y recinto 2. Estas construcciones están conformadas a partir de líneas de muro de piedra que pueden ser simples (muro sur y probablemente muro norte del recinto 1) o bien dobles (muro este del recinto 1 y muros oeste y sur del recinto 2). Las piedras de los muros son de aristas redondeadas, de tamaño uniforme y seleccionado (las más grandes alcanzan dimensiones de hasta 70 cm de ancho y 50 cm de alto), con una cara plana dispuesta hacia el lado interior de los recintos, lo que le confiere a las construcciones una apariencia muy prolija. El ancho de los muros dobles es de 60 cm aproximadamente y en su interior están rellenos con sedimento fino. Estos muros poseían originalmente una sola hilada de mampuestos de piedra y se encuentran actualmente en un excelente estado de conservación dado que no se observaron derrumbes ni corrimientos de las piedras. Es probable que sobre estas líneas de piedra los muros se continuaran hacia arriba con adobes o bien con tapia o con algún tipo de construcción en madera, lamentablemente hasta el momento no se posee información inequívoca a favor de ninguna de estas posibilidades en particular6.

Las esquinas de las estructuras son curvas y conforman un ángulo cercano a los 90°. Los muros se alinean en relación a los ejes N-S y E-O.

El denominado recinto 1 es una estructura de al menos 8 m en sentido este-oeste y 8 m en sentido norte-sur. En apariencia estaba abierto hacia el oeste (no se localizó un muro que lo cierre en esa dirección). El muro norte parece estar conformado por una línea simple de piedras, pero esa área aún no se ha excavado, en consecuencia no se han definido plenamente las características de su planta. El muro sur, simple, limita con una cárcava y fue apuntalado con piedras en el lado externo por sus constructores para evitar el lavado del perfil.

La parte superior del piso de ocupación fue hallada a una profundidad variable entre 20 y 40 cm por debajo de la superficie actual del terreno, la que presenta una pendiente hacia el oeste. Fueron varios los criterios que permitieron definir aquí al piso, entre ellos se cuentan la aparición de manchas carbonosas y cenicientas, una disminución de la fracción grava y gravilla de la matriz sedimentaria, sectores con sedimento más compactado, un notable aumento de la cantidad, tamaño e integridad de los especimenes óseos con relación al relleno superior, así como también un aumento de la cantidad de fragmentos cerámicos de tamaño grande. Muchos de estos fragmentos ensamblan entre sí, lo que evidencia ruptura in situ. Se notó una tendencia hacia una disposición horizontal de los hallazgos (se encontró inclusive la mitad inferior de una olla apoyada sobre su base) y la presencia de abundantes rasgos (pozo con residuos, agujeros de poste o de estaca, fogón). También disminuyó la variabilidad estilística de la cerámica (no se registraron fragmentos de estilos cronológicamente posteriores como Aguada, Santa María y Loma Rica, los cuales estuvieron presentes en el relleno). El fin del piso se definió un par de centímetros por debajo de la línea de apoyo de las piedras de los muros a partir de la abrupta disminución de la frecuencia de artefactos y ecofactos y de un cambio en el sedimento, que presenta una coloración más homogénea y clara y un aumento en la proporción de la fracción arena.

El estrato así reconocido como piso en el recinto 1 alcanzó una potencia variable de 30 cm. En este piso se identificaron abundantes materiales7. Principalmente fragmentos de cerámicas de las comúnmente denominadas toscas, domésticas o utilitarias con un prolijo alisado en la superficie externa, de pasta gruesa con abundantes hojuelas de mica dorada y cocción oxidante (en su mayoría correspondientes a formas restringidas u ollas). Se encontraron dentro de este grupo ejemplares con bordes elongados evertidos, algunos con labio engrosado redondeado y otros con labio directo. Las bases pueden ser convexo-cóncavas o bien cóncavoconvexas con el centro en forma de un pequeño círculo o "botón" hundido. Muchos de estos fragmentos presentan hollín en sus superficies, lo que demuestra su uso sobre el fuego. Esto puede vincularse con alta probabilidad a la cocción de alimentos. Otros fragmentos, correspondientes a diferentes partes de ollas tecnológicamente similares, se encuentran limpios, sin hollín y podrían ser parte de vasijas utilizadas como contenedores para el almacenaje de agua o alimentos.

El conjunto cerámico está integrado también por piezas pulidas pardo-grisáceas-negruzcas de pasta fina. La forma que predomina es un tipo de puco no restringido, de base cóncavo-convexa con "botón" hundido. Estos pucos pueden tener en la parte externa del borde una banda levemente deprimida (Figura 5a). También pueden tener protuberancias semicirculares pequeñas adheridas a los labios o modelados al pastillaje en forma de animales completos o bien sólo sus cabezas adheridos a los bordes (Figura 5b). Estos aditamentos se presentan por pares que se disponen en lados opuestos de la pieza. Se observaron algunos ejemplares de pucos restringidos y de botellones con cuellos largos y angostos de contorno inflexionado y cuerpo globular con decoración incisa.


Figura 5. Fragmentos cerámicos hallados en Soria 2. a: fragmento de puco gris pulido asociado al Entierro 1; b: fragmento de puco gris pulido con pastillaje modelado con motivo zoomorfo adherido al borde; c: fragmento de cerámica estilo Vaquerías; d: olla de tipo ordinaria de forma globular asociada al Entierro 1.

Algunos pucos presentan en su parte interior una particular técnica de decoración geométrica grabada post-cocción. Se registró el uso de pintura roja postcocción sobre la superficie externa de una pequeña escudilla pulida. El pulido de la mayoría de estas piezas es irregular, es decir, que se observan las líneas de pulimento. Entre el conjunto resalta un fragmento de escudilla pintada estilo Vaquerías (Figura 5c). Se hallaron también dos grumos de arcilla cruda de diferentes colores preparada con antiplástico grueso similar al que se observa en las ollas.

Por su parte, el material lítico tallado está conformado mayoritariamente por lascas de material volcánico, luego se observa una minoría de artefactos compuesta por lascas de cuarcita grisácea con bandas rojizas, algunas pequeñas lajas planas con señales de uso en sus lados y pequeñas lascas de obsidiana8. Los instrumentos más llamativos son dos pequeñas puntas de flecha de obsidiana traslúcida (Figura 6). El material pulido incluye alisadores y una mano de moler.


Figura 6. Puntas de flecha de obsidiana del recinto 1.

Un curioso artefacto realizado en asta de cérvido se suma a los objetos hallados en el piso. Posee una cara aplanada en el ápice y dos orificios que se conectan entre sí a través de su oquedad interior. La funcionalidad de este utensilio aún no es clara (Figura 7).


Figura 7. Artefacto de asa de cérvido A: superficie aplanada del ápice; B y C: orificios interconectados a través de la oquedad interior.

Entre los rasgos detectados se menciona una alineación de pequeños agujeros de poste que se disponía siguiendo la línea del muro sur en el sudoeste del recinto, en un sector donde éste hace un recodo hacia el sur. Estos agujeros son los restos de alguna estructura perecible que podía estar cerrando el recodo del muro. En la zona sureste del recinto 1 y adosado al muro sur se localizó un fogón plano delimitado por un semicírculo de piedras medianas, tiznadas y termoalteradas, de 90 x 65 cm, con abundante carbón y sedimento cargado de hollín. En torno al fogón se descubrieron abundantes fragmentos cerámicos de vasijas de tipo ordinario, tiznadas y también de cerámicas pulidas de pasta fina rotas in situ. Una muestra de carbones obtenida de la zona del fogón y de sus inmediaciones arrojó un fechado de 1940 + 80 años radiocarbónicos AP (LP-1541), es decir, 103 cal AC - 310 cal DC (2 sigma con el programa CALIB 2.0 [ Stuiver y Reimer 1993])9. Esta edad radiocarbónica ofrece un hito o marca temporal para el uso del fogón dentro del recinto y también para los materiales vinculados a este rasgo, los cuales se encuentran funcionalmente asociados al mismo. Si bien este único dato no permite establecer el lapso de ocupación o uso de este espacio, confirma la tendencia cronológica inferida sobre la base de la evidencia cerámica del uso de la estructura en el Período Temprano o Formativo regional10.

A una distancia de aproximadamente un metro al noreste del fogón se descubrió un pozo que cortaba parte del depósito correspondiente al piso y que estaba colmatado de sedimentos y desechos. El pozo probablemente recibió materiales producto de la limpieza del fogón, ya que estaba relleno con sedimento muy carbonoso y abundantes espículas de carbón. El material allí depositado incluye fragmentos cerámicos, artefactos líticos, huesos de fauna y semillas quemadas. Dentro del pozo, un hallazgo llamativo es un gran fragmento de pipa, de forma troncocónica modelada en cerámica negra pulida, que fue recuperado en la cumbre del relleno del pozo. El hornillo posee abundantes residuos de hollín adheridos en su interior como resultado de su uso para fumar.

Este tipo de pipas cerámicas son consideradas diagnósticas de momentos tempranos del desarrollo agroalfarero en el Noroeste Argentino (Dougherty 1972). En la bibliografía especializada se ha generalizado la asunción de que se trata de artefactos utilizados en situaciones de ritual para fumar, entre otras plantas, el cebil o vilca, vegetal procedente de las yungas (Pérez Gollán y Gordillo 1994).

A fin de determinar la clase de planta consumida en esta pipa fueron realizados análisis de cromatografía gaseosa acoplada con espectrometría de masa sobre los residuos carbonizados en su interior11. Los alcaloides identificados en estos residuos resultaron compatibles con el cebil, lo que permite aplicar, para este caso en particular, una generalización que hasta el momento no contaba con evidencia directa: el consumo de cebil en esta clase de pipas (Rosso y Spano 2007).

Por último, se menciona la presencia de un entierro secundario de un niño en la esquina sureste y de un párvulo dispuesto en situación primaria en el interior de una olla doméstica en el sector suroeste del recinto.

La excavación en un pequeño sector por fuera del recinto 1 hacia el este mostró resultados interesantes. En este espacio exterior no se distinguió un piso y se encontraron muy pocos materiales culturales lo que contrasta notablemente con lo observado intramuros.

Colindante con el cuadrante noreste del recinto 1 se descubrió una segunda línea curva de piedras, que conforma un ángulo de 90°. Se trata de un sector de muro doble que se encontraba completamente tapado de sedimentos y define la esquina sudoeste del recinto 2. Hasta el momento sólo se ha excavado esta esquina del recinto, el cual parece estar conformado por cuatro paredes de muros dobles, su forma es cuadrangular y sus dimensiones aproximadas de 6 m en sentido norte-sur por 6 m en sentido este-oeste. En este espacio se identificó también un piso a una profundidad variable, entre los 35 a 45 cm, con relación a la superficie actual. El estrato definido como piso posee también en esta estructura un espesor considerable, que puede variar entre los 15 y los 30 cm. De este estrato se recuperaron abundantes materiales cerámicos, líticos y óseos similares a los descriptos para el piso del recinto 1. Un análisis de la sucesión estratigráfica de los muros permitió determinar que el recinto 2 se construyó con anterioridad al recinto 1, puesto que los muros de este último se apoyan sobre los del primero.

En la esquina excavada, al interior del recinto, se localizó el entierro de un párvulo dentro de una olla doméstica con ajuar asociado.

LOS ENTIERROS

Si bien la búsqueda de contextos funerarios no estaba definida como uno de los objetivos de la investigación, fueron localizados un total de tres entierros en el interior de los recintos. Las estructuras funerarias presentes en Soria 2 muestran características no descriptas hasta el momento (Cortés 2005). El estudio de los restos óseos humanos y de los elementos de ajuar se encuentra en curso, no obstante se pueden dar a conocer algunas particularidades de estas tumbas.

Entierro 1

Se encuentra ubicado en el recinto 1, se trata de una tumba compuesta por una línea simple de bloques de piedra cerrando la esquina sureste del recinto, conformando de esta manera una suerte de compartimiento de planta triangular. Debajo de una de las piedras de dicha línea fue hallado parte del cráneo de un niño con su base apoyada en el suelo y mirando al sudoeste. Por encima del cráneo había un gran fragmento de puco gris pulido con base cóncavo convexa con "botón" (Figura 5a) conteniendo otro fragmento de cráneo. En el interior del compartimiento estaba dispuesta la mitad de una olla de tipo ordinario globular, de superficie alisada y pasta gruesa con mica (Figura 5d), cubriendo los mal conservados restos óseos del infante, los cuales yacían en forma desordenada y desarticulada (no se halló la mayor parte del esqueleto). Se piensa que se trata de un entierro secundario por la posición y ubicación separada de la cabeza con respecto al cuerpo y porque el contexto se encontró íntegro, sin evidencias de perturbaciones que pudieran explicar la disposición de los huesos. Otros elementos pertenecientes al enterratorio incluyeron además un artefacto lítico de piedra volcánica, una placa de armadillo y huesos fragmentados de camélido.

Entierro 2

Se encuentra ubicado en el ángulo sudoeste del recinto 2, en un espacio conformado entre el muro del recinto y una corta línea de piedras adosadas al mismo. Por debajo de esta línea de piedras, y siguiendo la misma orientación, se encontró una larga vara de madera muy deteriorada, pero con un corte neto en uno de los extremos. En el sector así delimitado se encontró una olla de tipo ordinario de pasta gruesa con mica dorada, de forma globular, con un pequeño borde evertido, boca muy estrecha, con una única asa horizontal ubicada en la parte superior del cuerpo y una amplia base chata de contorno ligeramente convexo- cóncavo asentada en el piso, sin tapa. La olla contenía el esqueleto entero y articulado de un neonato, cuya cabeza se orientaba en dirección sudoeste, mientras que las extremidades inferiores se disponían hacia el noreste. Esta vasija estaba fragmentada pero mantenía su forma por estar los pedazos ensamblados, gracias a lo cual se pudo notar que la olla estaba rota en grandes pedazos al momento de su entierro y que había sido atada con algún tipo de soga o tiento luego de disponer el cuerpo del infante en su interior. Estas ataduras no se conservaron pero dejaron marcas netas sobre la superficie exterior de la vasija.

El ajuar dispuesto dentro de la vasija incluyó un "espejo" de mica, fragmentos de cerámica, un chorizo de arcilla, una cuenta de collar, huesos de fauna, un artefacto tallado en hueso, varios bolos de material orgánico indeterminado y algunos trozos de carbón. La olla se hallaba rodeada, en su exterior y a una altura media, de piezas dentales de camélido. En esta zona se halló además, un segundo "espejo" de mica y una placa de armadillo.

El sedimento que contenía el entierro se encontraba notablemente perturbado por la acción de roedores, lo cual dificultó la observación de la estratificación de estos depósitos. A pesar de ello, pudo notarse que la parte inferior de la olla fue calzada en un pozo por fuera del cual se dispusieron diferentes elementos de ajuar como los dientes y la mica. La parte superior de la olla, que sobresalía fuera del pozo, se cubrió con la línea de piedras simple adosada al muro del recinto y con tierra.

Entierro 3

Se trata de un entierro en olla sin los rasgos arquitectónicos presentes en los dos entierros anteriores, localizado en el sector suroeste del recinto 1. Consiste en una olla de tipo ordinario alisado de forma ovoide, base convexo cóncava y pasta gruesa con mica dorada, sin tapa. La boca de la olla estaba rota y no se hallaron los fragmentos correspondientes al cuello y borde. Posee una única asa horizontal, de doble inserción con remache, ubicada en la parte superior del cuerpo. En su interior contenía los restos completos de un neonato con su cabeza en dirección sur y la cara mirando al este. El cuerpo estaba apoyado sobre su costado derecho, acomodado siguiendo la curvatura de la olla de manera que la pierna izquierda también se orientaba al sur, mientras que la derecha se encontraba flexionada hacia el pecho. En el interior de la olla se encontraron además huesos de fauna, un diente de camélido, bolos de material orgánico indeterminado, trozos de carbón y fragmentos de cerámica. Se trata de un entierro realizado con posterioridad al uso y colmatación con sedimentos del recinto, puesto que la parte superior de la olla se encuentra algunos centímetros por encima del estrato del piso.

La ubicación estratigráfica de las inhumaciones muestra que éstas se habrían realizado con posterioridad al abandono de los recintos. Resulta llamativa la afinidad tecnológica (forma de las bases y asas, tipo de pasta, acabado de superficies) entre las ollas y pucos empleados para enterrar a los niños y las cerámicas encontradas en los pisos de ambos recintos. Esto permite pensar al menos en dos posibilidades: o bien transcurrió poco tiempo entre el fin del uso de los recintos, su sedimentación y la realización de los entierros, o bien se trata de la presencia de prácticas tecnológicas que perduraron en el tiempo. Lógicamente, ambas posibilidades no se excluyen mutuamente. Aún no se han realizado fechados radiocarbónicos sobre las muestras óseas de estos entierros, datos que son fundamentales para dilucidar este interrogante.

COMENTARIOS FINALES

El inicio de las tareas de campo en el sitio Soria 2 brinda la posibilidad de comenzar a conocer un área arqueológicamente compleja. Las excavaciones permitieron descubrir dos recintos y una superficie de piso antigua a la que se superpone una re-estructuración posterior del sector posiblemente para fines agrícolas. Las características de baja obstrusividad de la evidencia edilicia más antigua estudiada ponen en alerta acerca de las dificultades para la detección de este tipo de estructuras, cuya arquitectura en piedra era originalmente baja y actualmente aparece cubierta por sedimentos y construcciones posteriores. De hecho, el descubrimiento de los recintos formativos en el sitio Soria 2 fue de alguna manera fortuito, ya que, si bien su hallazgo se encuadró en un proceso de investigación arqueológica, el objetivo estaba originalmente orientado hacia el conocimiento de lo que constituiría el espacio agrícola superior.

De manera provisional se interpreta al espacio comprendido por los recintos y sus inmediaciones como un sitio habitacional en el que pueden identificarse algunas de las actividades y costumbres mantenidas por sus antiguos moradores. En gran medida esta posibilidad está favorecida por el hábito de descarte de materiales en el interior de las unidades, que contrasta con la "limpieza" observada en el pequeño sector extramuros excavado hasta el momento. No se conoce aún si también existieron basureros al exterior de los recintos, pero es evidente que estos no se barrían regularmente, quedando en consecuencia esparcidos en el interior muchos de los vestigios de las tareas que allí se llevaron a cabo. El pozo o estructura para el descarte, cavado intramuros, fue colmatado con diversos desperdicios y sedimentos carbonosos, es por esto que se piensa que se acostumbraba limpiar o despejar el fogón.

El área del fogón, sumado a la abundancia de ollas ordinarias tiznadas y de restos óseos fragmentados (muchos astillados y quemados) permiten pensar en la cocción y consumo de alimentos en este espacio. También son abundantes las lascas de diversos tamaños y materiales que dan cuenta de actividades de talla en el lugar para obtención de filos o confección de instrumentos. La presencia de los grumos de arcilla preparada con antiplástico grueso evidencia que se manipularon ítems vinculados con las etapas iniciales de la producción de cerámica utilitaria.

Esta variedad de actividades fue desarrollada en espacios construidos acotados que se hallaban vinculados entre sí por su contigüidad. Ambos recintos parecen conformar una unidad compuesta, integrada por un mínimo de dos recintos, que debió constituir una casa o unidad residencial doméstica. Esta última entendida en forma global como unidad económica, de co-residencia y muy posiblemente también de parentesco, que está integrada a y que funciona a través de estructuras sociales, políticas e ideológicas mayores (Stanish 1992: 34-41). Este autor repasa los criterios que se han empleado para la distinción de unidades domésticas arqueológicas entre los que cuentan fundamentalmente la identificación de correlatos materiales de actividades domésticas como fogones, almacenaje, áreas de descanso, etc., que deben constatarse de manera reiterada en diferentes unidades. La clave para su distinción está dada por la posibilidad de aislar similares patrones artefactuales y de arquitectura entre diferentes estructuras.

Se ha identificado en los recintos de Soria 2 una batería de actividades que admiten imaginarlos como parte de un espacio doméstico. Sin embargo, a la par de la intensificación del trabajo en el propio sitio será necesaria aún la investigación de otros conjuntos similares en la zona para establecer comparaciones y evaluar si la manera en que se presenta aquí la evidencia constituye un patrón o bien demuestra características excepcionales.

El gran espesor observado en el piso puede obedecer a una conjunción de factores. Ya se mencionó el hábito de no barrer los pisos a lo que se puede agregar un posible uso de este espacio dilatado en el tiempo (hipótesis que deberá evaluarse mediante fecha dos radiocarbónicos). El grosor del piso puede ser también un indicador para la arquitectura. Una continuada erosión de paredes o techumbre con barro pudo aportar parte importante de su matriz y permite conjeturar el empleo de ese material en la parte de la construcción que no se ha conservado.

En relación a la cronología se ha visto que el fechado radiocarbónico resulta concordante con la antigüedad esperada para la cerámica hallada en el piso y considerada diagnóstica para el lapso temporal representado; se hace referencia concretamente al fragmento Vaquerías (Korstanje 1998), a la abundante cerámica gris-negro pulida, mencionada por Cigliano (1959-1960) y Cigliano, Carnevali, Carrara y Renard (1960) como la cerámica diagnóstica más temprana en el sur de Yocavil y a la pipa de cerámica negra pulida. Una modalidad "novedosa" observada en la cerámica negra pulida, la constituye la práctica de la decoración geométrica grabada con línea fina post-cocción en el interior de algunos pucos negro pulido.

Se observaron particularidades de la cerámica pulida que la asemejan con la cerámica de estilo Candelaria, tradición vigente entre los años 0 y alrededor del 1000 DC para el área de Selvas Occidentales. Dichas afinidades se dan en cuanto a aspectos formales (bases cóncavo-convexa con botón hundido en el centro, a modo de la base de las calabazas), el tipo de cocción (reductora, la cual deviene en un color de las piezas que varía entre pardo negruzco, gris oscuro y negro), el tratamiento de la superficie (pulido en línea y bruñido) y la decoración exterior (incisiones gruesas, modelados al pastillaje aplicados a las paredes de las piezas o a sus bordes para figura, rasgos zoomorfos, cejas punteadas, ojos en grano de café, etc.) (Heredia 1974). Sobre la base del estudio de piezas enteras en colecciones de museos ha sido apuntada la comunión entre el universo iconográfico plasmado en la cerámica de las poblaciones locales tempranas del centro y norte de Yocavil y sur del valle Calchaquí y las de Tafí del Valle, valle del Cajón y Selvas Occidentales. Para el sur de Yocavil son muy pocas las piezas cerámicas presentes en estas colecciones, por lo que no se puede decir mucho al respecto (Scattolin 2003: 65). La muestra del piso antiguo de Soria 2 muestra cómo una población de comienzos del primer milenio en el sur de Yocavil parece acompañar esta tendencia.

Se ha comentado el hallazgo de cerámica de diferentes estilos como Aguada, Santa María y Loma Rica, etc. en los estratos correspondientes al relleno de los recintos. Esto no significa que los recintos hayan sido reocupados como unidades habitacionales en tiempos tardíos, por el contrario, no hay evidencia de pisos de ocupación tardíos en el interior de los mismos. Indican, sin embargo, el continuado uso de la meseta por parte de las sociedades agroalfareras y su presencia en el relleno obedece al arrastre y deposición de materiales por agentes erosivos.

La comprobación del consumo de alucinógenos en un contexto doméstico lleva a reflexionar sobre las modalidades de su empleo en ese ámbito. A partir del conocimiento brindado por el registro etnográfico y etnohistórico se ha postulado que el consumo de sustancias psicoactivas en las poblaciones prehispánicas del NOA acontecía en situaciones de ritual (Pérez Gollán y Gordillo 1994). Las grandes dimensiones de las pipas invitan también a pensar en algún tipo de modalidad colectiva del uso de alucinógenos u otras sustancias para fumar. La evidencia brindada por el análisis de la pipa hallada en este sitio instala la discusión sobre la ocurrencia del consumo de alucinógenos en espacios domésticos, en el marco de eventos vinculados con la ritualidad. Se plantea que dichas situaciones no necesariamente debieron desplegarse en contextos espaciales públicos (plazas, montículos, etc.), con una superficie lo suficientemente amplia como para permitir la concurrencia de muchas personas (e.g., Gordillo 1995), sino que también pudieron realizarse a modo de rituales íntimos en contextos domésticos familiares, acotados espacialmente.

Resulta muy interesante la presencia de entierros de niños en el seno del que fuera un espacio doméstico; ésta parece ser una práctica extendida en diversas comunidades agroalfareras tempranas del NOA. En Yocavil se observó en el caso de El Bañado (Pellisero y Difrieri 1981). El entierro de estos niños en un locus doméstico con posterioridad a su uso como tal y su posible abandono no es casual. Manifiesta la perduración de la percepción de este espacio como un lugar socialmente significativo. A través de los rituales funerarios pudieron renovarse los vínculos del grupo con este lugar, a la vez que se ubicaba a la nueva vida trunca en el seno de un lugar vinculado a la propia historia, estableciendo relaciones de identificación y continuidad con espacios familiares o ancestrales. La presencia de ajuar en entierros de neonatos, pero fundamentalmente también la elección de este espacio para la inhumación nos muestra la importancia que se concedía a los niños como personas indispensables para la reproducción social del grupo.

El panorama aquí brindado dista de estar completo; el área excavada deberá ampliarse y los materiales ser analizados para comprender mejor el uso de estos espacios. Las tareas de laboratorio en curso y los próximos trabajos de campo permitirán, en un futuro no muy lejano, seguir distintas líneas de investigación y profundizar por ende en una variedad de problemáticas tales como el sistema de asentamiento, la organización del espacio doméstico, las relaciones entre espacio doméstico y ritualidad, los vínculos entre los antiguos habitantes del valle con las poblaciones de otras regiones del NOA, etc. Las perspectivas que se erigen son por lo planteado promisorias; es tarea laboriosa y apasionante ir abriendo cada una de estas puertas.

NOTAS

1 En este trabajo se emplearán indistintamente los términos "Formativo" y "Período Temprano" para hacer referencia a un momento cronológico en la historia de las poblaciones vallistas, más que a un estadío evolutivo en particular.

2 El presente trabajo ofrece información preliminar sobre un extenso sitio cuyo proceso de excavación no se ha dado por finalizado. Los abundantes materiales recuperados hasta el momento se encuentran en proceso de análisis, motivo por el cual las descripciones aquí vertidas encuentran un lógico límite. A pesar de ello nos parece importante dar a conocer algunas generalidades sobre este asentamiento en la seguridad de que futuras contribuciones permitirán ampliar, detallar y rectificar la información que aquí se proporciona. En ese sentido queremos destacar que se están realizando estudios de la tecnología cerámica, restos óseos humanos y faunísticos, análisis del espacio doméstico y análisis arquitectónico de la meseta de Andalhuala en el marco de variados proyectos de tesis de licenciatura.

3 En la moderna localidad de Andalhuala se distinguen actualmente cuatro sectores: Andalhuala del Bajo, Andalhuala del Alto, Andalhuala del Centro y Andalhuala Banda. En este último sector se emplaza el sitio arqueológico aludido.

4 Entendido de manera amplia como momentos anteriores al 1000 de la era.

5 Para el valle de Yocavil se conoce un fechado contemporáneo obtenido en el sitio Pichanal 2, un alero con arte rupestre ubicado en la Sierra del Cajón. Un análisis sobre carbones de un área de combustión proporcionó un fechado de 1990 ± 80 años radiocarbónicos AP (LP 1315), es decir, 182 cal AC - 224 cal DC, fecha calibrada con dos sigmas de probabilidad (Nastri et al. 2004).

6 Resulta difícil avanzar en el análisis arquitectónico y del uso del espacio de este sector hasta tanto no se amplíe el área de excavación de manera de permitir observar las formas, tamaño, accesos, vinculaciones, etc. de cada recinto.

7 La abrumadora cantidad de hallazgos está siendo procesada actualmente. Hasta el momento se contabilizó una cantidad superior a los 9.000 fragmentos cerámicos y 2.300 artefactos líticos. Aproximadamente un tercio de esta cantidad pertenece al grueso estrato definido como piso en ambos recintos.

8 Está en curso el análisis por activación neutrónica de lascas de obsidiana para determinar las probables fuentes de origen.

9 Se fechó una muestra de pequeños trozos de carbones vegetales cuya especie o especies vegetales de origen no fueron determinadas. Se procuró seleccionar, del conjunto de carbones disponibles, los fragmentos de las ramitas más pequeñas. No obstante, para lograr el peso mínimo necesario, debieron además incorporarse espículas que no conservaban partes de la corteza exterior y por lo tanto no se puede ponderar las posibles distorsiones ocasionadas por la longevidad de los especimenes quemados en el fogón.

10 Este fechado ayuda a ubicar en el tiempo el uso de los recintos, las líneas de terraza sobreimpuestas a los mismos fueron construidas con posterioridad a la interrupción del uso de los mismos seguida por la sedimentación que los colmató, razón por la que, de su antigüedad, sólo puede decirse por ahora que es posterior a la de los recintos.

11 Análisis realizados en el Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA por la Dra. Marta Maier.

Agradecimientos

Este artículo pudo realizarse gracias al trabajo de mucha gente, quienes participan de los trabajos de campo y gabinete; Carlos R. Belotti, Alina Álvarez Larrain, Solange Grimoldi, Juan Pablo Carbonelli, Sonia Lanzelotti, Jennifer Baigorria, Walter Guerra, Marina Marchegiani, Lucila Stern Gelman, Jimena Ponce de León, Geraldine Gluzman, Julieta Jaime, Raúl Condorí, Javier Mozo y Luis González. A todos ellos nuestro agradecimiento.

A Myriam Tarragó por su apoyo, consejos y confianza. Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a la familia Soria, en especial a Jonathan, Lily y Guillermo, quienes nos abrieron desinteresadamente las puertas de su hogar haciéndonos sentir en Andalhuala como en nuestras casas.

REFERENCIAS CITADAS

1. Arocena, M. L. y B. Carnevali 1960 Andalhuala. En Investigaciones Arqueológicas en el Valle de Santa María, Publicación 4, pp. 53-63. Instituto de Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional del Litoral, Rosario.        [ Links ]

2. Arocena, M. L., G. De Gasperi y S. Petruzzi 1960 Caspinchango. En Investigaciones Arqueológicas en el Valle de Santa María, Publicación 4, pp. 81- 109. Instituto de Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional del Litoral, Rosario.        [ Links ]

3. Bruch, C. 1911 Exploraciones arqueológicas en las provincias de Tucumán y Catamarca. Revista del Museo de La Plata tomo XIX, 2ª Serie: 1-209.        [ Links ]

4. Bugliani, M. F. y L. Pereyra Domingorena 2001 Conjuntos cerámicos del sitio formativo de "Bañado Viejo" (Tucumán). Actas del XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, volumen 2, pp. 347-358. Córdoba.        [ Links ]

5. Cigliano, E. M. 1959-1960 Nuevos aportes sobre las primeras culturas alfarero-agrícolas del valle de Santa María. Acta Praehistórica III-IV: 150-152.        [ Links ]

6. Cigliano, E. M., B. Carnevali, M. T. Carrara y S. Renard 1960 Molino del Puesto. En Investigaciones Arqueológicas en el Valle de Santa María, Publicación 4, pp. 111-119. Instituto de Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional del Litoral, Rosario.        [ Links ]

7. Cigliano, E. M., G. De Gasperi y S. Petruzzi 1960 Pajanguillo. En Investigaciones Arqueológicas en el Valle de Santa María, Publicación 4, pp. 43-51. Instituto de Antropología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional del Litoral, Rosario.        [ Links ]

8. Cortés, L. I. 2005 Contextos Funerarios del Período Formativo: aportes desde una comparación entre los valles y las yungas. Tesis de Licenciatura inédita. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.        [ Links ]

9. Dougherty, B. 1972 Las pipas de fumar arqueológicas de la Provincia de Jujuy. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología VI: 83-89.        [ Links ]

10. Fraga, C. 1999 Cerámica: un Estudio Morfológico Funcional en el Valle de Santa María. Tesis de Licenciatura inédita. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.        [ Links ]

11. Gordillo, I. 1995 Arquitectura y Religión en Ambato: Organización socio-espacial del ceremonialismo. Publicaciones Arqueología 47: 55-109.        [ Links ]

12. Harris, E. C. 1991 Principios de estratigrafía arqueológica. Editorial Crítica, Barcelona.        [ Links ]

13. Heredia, O. R. 1974 Investigaciones arqueológicas en el sector meridional de las Selvas Occidentales. Revista del Instituto de Antropología V: 73-132.        [ Links ]

14. Korstanje, M. A. 1998 Desempolvando antigüedades: consideraciones sobre el repertorio cerámico Vaquerías. Mundo de Antes 1: 69-120.        [ Links ]

15. Nastri, J., G. Pratolongo, A. Reynoso y A. M. Vargas 2004 Arqueología de la Sierra del Cajón: poblados, corrales y pinturas. Trabajo presentado en el XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Río Cuarto. MS.        [ Links ]

16. Núñez Regueiro, V. A. y M. R. A. Tartusi 1993 Orígenes de la Ocupación Prehispánica del Sitio StucTav 5 (El Pichao), Provincia de Tucumán. Publicaciones del Instituto de Arqueología de Tucumán 2: 19-30.        [ Links ]

17. Pellisero, N. y H. A. Difrieri 1981 Quilmes. Gobierno de la Provincia de Tucumán, Tucumán.        [ Links ]

18. Pérez Gollán, J. A. e I. Gordillo 1994 Vilca/Uturuncu. Hacia una arqueología del uso de alucinógenos en las sociedades prehispánicas de los Andes del Sur. Cuicuilco 1 (1): 99-140. México.        [ Links ]

19. Rosso, C. y R. Spano 2007 Humos del vecino: Evidencias del uso de alucinógenos en pipas halladas en dos sitios tempranos de los Valles Calchaquíes. Arqueología 13. En prensa.        [ Links ]

20. Ruiz Huidobro, O. J. 1972 Descripción geológica de la hoja 11e, Santa María. Ministerio de Industria y Minería, Subsecretaría de Minería, Servicio Nacional Minero Geológico, Boletín N° 134, Buenos Aires.        [ Links ]

21. Scattolin, M. C. 2000 Santa María durante el Primer Milenio A. D. ¿Tierra Baldía? Årstryck 1995-1998: 63-83. Etnografiska Museet i Göteborg.        [ Links ]

22. Scattolin, M. C. 2001 Organización residencial y arquitectura en el Aconquija durante el primer milenio A. D. Actas del XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Tomo 1, pp. 439-449, Córdoba.        [ Links ]

23. Scattolin, M. C. 2003 Los ancestros de Calchaquí: una visión de la colección Zavaleta. Cuadernos 20: 51-79.        [ Links ]

24. Scattolin, C., F. Bugliani, A. Izeta, M. Lázari, L. Pereyra Domingorena y L. Martínez 2001 Conjuntos materiales en dimensión temporal. El sitio Formativo "Bañado Viejo" (Valle de Santa María, Tucumán). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXVI: 167-192.        [ Links ]

25. Scattolin, M. C., M. F. Bugliani, L. Pereyra Domingorena y L. I. Cortés 2005 La señora de los anillos, entre otras tumbas presantamarianas de Yocavil. Intersecciones en Antropología 6: 29-41.        [ Links ]

26. Stanish, C. 1992 Ancient andean political economy. University of Texas Press, Austin.        [ Links ]

27. Tarragó, M. N. y C. Scattolin 1999 La Problemática del Período Formativo en el Valle de Santa María. Actas del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Tomo I, pp. 142-153. La Plata.        [ Links ]

28. Tarragó, M. N., S. E. Caviglia, M. M. Peralta Sanhuesa y J. Sosa 1988 Los Grupos Cerámicos del Poblado de Loma Rica de Shiquimil, Catamarca Argentina. Trabajo presentado al IX Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Buenos Aires. MS.        [ Links ]

29. Stuiver, M. y P. J. Reimer 1993 Radiocarbon 35 (1): 215-230.        [ Links ]

30. Williams, V. 2003 Nuevos datos sobre la prehistoria local en la quebrada de Tolombón. Pcia. de Salta. Argentina. En Local, regional, global: Prehistoria, protohistoria e historia en los valles Calchaquíes, editado por P. Cornell y P. Stenborg, pp. 165-210. Anales Nueva Época 6, Göteborg.        [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons