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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol.  n.8 Olavarría ene./dic. 2007

 

Aproximación a la producción lítica en sociedades tardías. El caso de Molinos I, valle Calchaquí Central (Salta)

Marina Sprovieri y Lidia Baldini

Marina Sprovieri. CONICET. Museo de La Plata, División Arqueología. Paseo del Bosque s/n°, 1900, La Plata, Argentina. Email: marusprovieri@yahoo.com.ar
Lidia Baldini. CONICET, UNLP. Museo de La Plata, División Arqueología. Paseo del Bosque s/n°, 1900, La Plata, Argentina. E-mail: lbaldini@ciudad.com.ar, lbaldini@fcnym.unlp.edu.ar.

Recibido 27 de Junio 2006. Aceptado 23 de Abril 2007

RESUMEN

El estudio detenido de la producción lítica se encuentra prácticamente ausente con relación a los contextos socioculturales más tardíos del Noroeste argentino. Con la intención de mejorar el conocimiento sobre esta temática, este trabajo aborda la producción lítica a partir del análisis de información y materiales de un asentamiento del Período de Desarrollos Regionales, Molinos I, valle Calchaquí, Salta. En esta instancia se analiza el conjunto de artefactos líticos, procedentes de distintas estructuras de ese sitio, considerando determinación de materias primas, estudios tecno-morfológicos y de procedencias por análisis de activación neutrónica. A partir de ello se plantea que la producción lítica artefactual de las poblaciones tardías del valle Calchaquí fue una producción a nivel doméstico y dirigida a la satisfacción de las necesidades cotidianas.

Palabras clave: Producción lítica; Período de Desarrollos Regionales; Valle Calchaquí.

ABSTRACT

An approach to lithic production in late societies. The case of Molinos I, Middle Calchaquí Valley (Salta province, Argentina). Thorough studies of lithic production from late sociocultural contexts in Northwestern Argentina are virtually absent. In order to improve our knowledge of this subject, information and materials related to lithic production from a Regional Development Period settlement, Molinos I (Calchaquí Valley, Salta Province) are analyzed. In this paper the results of the analysis of the lithic assemblage (which pertained to different structures at the site) are presented, considering raw material determination, technological and morphological studies, as well as provenance through neutron activation analysis. This study suggests that lithic production in late societies of the Calchaquí Valley was at a domestic level and aimed at fulfilling daily needs.

Keywords: Lithic production; Regional Developments Period; Calchaquí Valley.

INTRODUCCIÓN

Sin lugar a dudas, el material lítico ha constituido el foco de los estudios tecnológicos en sociedades cazadoras recolectoras, seguramente por la innegable preeminencia que tienen la producción y uso de herramientas líticas como actividades fundamentales del modo de vida y de subsistencia de estos pueblos. Sin embargo, el estudio de los artefactos líticos, en tanto constituyentes de los sistemas productivos, se halla en parte inexplorado en los contextos socioculturales más tardíos del desarrollo cultural del Noroeste argentino. Más allá de la enumeración de la presencia de determinados tipos de artefactos líticos, su estudio detenido se encuentra casi ausente en los trabajos pormenorizados sobre los sistemas económico-sociales en la región.

Históricamente el tratamiento del material lítico se vinculó principalmente a las problemáticas relacionadas con las sociedades cazadoras-recolectoras, focalizando fundamentalmente en otras tecnologías, como la alfarería o la metalurgia, en el caso de las sociedades agropecuarias. En particular para el Período Formativo el estudio de la tecnología lítica se relacionó fundamentalmente con objetos suntuarios como monolitos o estelas, máscaras, suplicantes y recipientes (fuentes, vasos y platos) y algunos otros elementos como morteros, hachas y martillos (González 1977; Núñez Regueiro 1998). No obstante, en las últimas décadas comienzan a surgir estudios más abarcativos que consideran la totalidad de los componentes de los conjuntos líticos (desechos de talla, núcleos, instrumentos formatizados, etc.) como clave para comprender las estrategias tecnológicas implementadas por las sociedades prehispánicas (Escola 1991, 1993, 1999, 2004; Hocsman 2006; Hocsman et al. 2003; Lazzari 1996; Yacobaccio 1983; entre otros). Estos estudios apuntan a la comprensión de los sistemas de producción lítica a partir, por ejemplo, del análisis de la base regional de recursos, de las cadenas operativas y el estudio de la variabilidad tecnológica y tipológica de los conjuntos. Estos análisis son encarados ya no considerando a los artefactos como reflejos estáticos del tipo de actividades practicadas y su frecuencia, sino destacando el carácter dinámico de los procesos de producción lítica y teniendo en cuenta las variables ambientales, económicas y sociales que influyen en su conformación.

No es hasta años recientes que este interés se vuelca definitivamente hacia el estudio de los sistemas económicos de las sociedades agrícolas consolidadas de los últimos siglos prehispánicos (Álvarez 2004; Ávalos 2003; Ávalos y Chaparro 2004; Chaparro 2002; Carrasco 2004; Elías et al. 2001; Ledesma 2003; Uribe y Carrasco 1999, Vázquez 1995). Estos estudios constituyen importantes avances en el conocimiento de las características y la composición de los conjuntos de artefactos líticos, la disponibilidad regional de materias primas y la localización y particularidades de las etapas de abastecimiento, manufactura, uso y descarte.

Desde esta perspectiva y dentro del objetivo general de estudiar los procesos económicos y sociopolíticos propios de las sociedades tardías del valle Calchaquí central, en la Provincia de Salta (Baldini 2003; Baldini et al. 2004), en esta instancia se analiza información y materiales de Molinos I, a fin de comenzar a abordar la producción lítica con el mismo nivel de atención que con otras producciones (cerámica, metal, agricultura, etc.). Se inició esta investigación con un estudio de las características morfológicas y tecnológicas de conjuntos de artefactos líticos, la determinación de tipos de materias primas y, en algunos casos, aproximaciones a sus fuentes de procedencia, y finalmente los contextos de hallazgo de estos materiales.

A modo de hipótesis de trabajo, se considera que la producción lítica artefactual1 de las sociedades calchaquíes tardías se caracterizó por ser una producción a nivel doméstico y dirigida a la satisfacción de las necesidades cotidianas.

La región de estudio y los recursos líticos

El valle Calchaquí es una fosa tectónica que se extiende de norte a sur por 200 km de longitud en el centro-oeste de la provincia de Salta. En su recorrido presenta una altura sobre el nivel del mar que varía entre 3500 m en las nacientes del valle y 1700 m en las zonas más bajas y meridionales, a la altura de Cafayate. En este trayecto, comunica el alto relieve puneño occidental y noroccidental con las zonas bajas más húmedas y cordones montañosos de menor altura que se emplazan al este y sudeste (Hongn s/f; Ruiz Huidobro 1960; Tarragó y De Lorenzi 1976; Valencia et al. 1970; Vilela 1956).

El colector principal es el río Calchaquí, que originándose en los deshielos del Nevado de Acay, corre hacia el sur hasta su confluencia en Cafayate con el río Santa María, de sentido inverso. El valle del río Calchaquí es estrecho y presenta forma de V en su comienzo al norte de La Poma donde posee una amplitud variable entre 1 y 1,5 km de ancho hasta aproximadamente San Carlos. A partir de allí comienza a ensancharse alcanzando su máximo de 10 km a la altura de Cafayate, a 1680 msnm.

A lo largo de ambas márgenes del valle se suceden cuencas tributarias. En el tramo central, entre Payogasta y Angastaco (Figura 1), de mayor amplitud y con depósitos recientes más extensos que el septentrional, el flanco oriental del valle Calchaquí presenta una larga pendiente desde el pie montañoso con numerosos cursos temporarios, a excepción del río Tin Tin, de escaso caudal. En el lado occidental, por la mayor disponibilidad de agua, las cuencas se caracterizan por cursos permanentes.


Figura 1. Mapa del sector central del valle Calchaquí con la ubicación de Molinos I.

La cuenca de Molinos, en cuya parte terminal se encuentra el sitio Molinos I, es la de mayor envergadura del valle Calchaquí central, tanto por sus dimensiones como por su caudal acuífero permanente que produce una franja de suelos fértiles en un paisaje escarpado y árido (Hongn s/f; Valencia et al. 1970: 117). Desde otro punto de vista, esta cuenca es una vía de comunicación entre diferentes ámbitos, hacia la puna de Salta y Catamarca hacia occidente, y hacia el este, se abre a las comunicaciones norte-sur de los valles Calchaquíes y a sus pasos al oriente2.

La particular geomorfología de la región y sus formaciones resultantes aportaron una diversidad de rocas de importancia para el aprovechamiento por las sociedades prehispánicas. Las cadenas de cerros de ambas márgenes del valle están conformadas por un basamento de materiales precámbricos en el que se diferencian varias unidades de acuerdo con sus características litológicas. Una de ellas es la Formación Puncoviscana, cuyos principales afloramientos se encuentran en el cerro Tin Tin en la margen oriental del valle Calchaquí y desde Molinos hacia el norte en la margen occidental. Se compone por una intercalación de pelitas, grauvacas y areniscas, y agrupaciones menores que representarían facies de lavas ácidas (dacíticas y quizás riolíticas) que afloran en la margen occidental del valle de las Cuevas, al oeste de Cachi. Asimismo, la Formación La Paya aflora principalmente en el sector de las cumbres de Brealito y de Molinos hacia el sur, en los cerros Overo, Rumio, Condorhuasi y Cuevas. En este último sector la Formación está compuesta por una amplia variedad de tipos litológicos, entre ellos filitas, metacuarcitas, esquistos y migmatitas (Hongn s/f; Tarragó y De Lorenzi 1976).

La cubierta sedimentaria está constituida por elementos cretácico-terciarios del Grupo Salta dentro del cual se distingue el Subgrupo Pirgua que se manifiesta en la región de Molinos - Brealito, en el valle de las Cuevas y en ambos lados del valle Calchaquí. Los afloramientos del valle de las Cuevas están compuestos por conglomerados de matriz gruesa y mediana y areniscas con tonalidades rojas. Los clastos son de metamorfitas de muy bajo y bajo grados, venas de cuarzo, granitos y volcanitas ácidas. Por su parte, en el flanco oriental del cerro Tin Tin el Subgrupo consiste de areniscas y conglomerados con clastos de metamorfitas, cuarcitas y cuarzo, mientras que en las inmediaciones de este último cerro y en el Cerro Negro se manifiestan intercalaciones de basaltos alcalinos. Por último, durante el Cuaternario, se produjo la depositación de sedimentos de pie de monte y conos de deyección que se desarrollan en las depresiones de la región (Hongn s/f).

Más allá de los datos provistos por la información sobre la geología regional, en prospecciones realizadas en función de examinar los tipos de rocas presentes en el cerro Overo, sobre el que se asienta Molinos I, se hallaron en forma dispersa algunos nódulos de rocas grisáceas y rojizas, en principio ortocuarcitas y limonitas cuarzosas, las materias primas con que se confeccionaron la mayoría de los artefactos recuperados del sitio.

Además, en la región se dan posibilidades de acarreo de materias primas por los cursos fluviales, como los ríos Calchaquí y Molinos, que podrían constituir fuentes secundarias de aprovisionamiento de recursos líticos. Esta posibilidad fue explorada a través de prospecciones por el río Molinos, desde su inicio hasta la confluencia en el Calchaquí y por un sector del río Calchaquí aledaño a aquélla confluencia. En ambos lechos se registraron los mismos materiales que en el Cerro Overo.

LA MUESTRA EN ESTUDIO

El material lítico en estudio procede del sitio SSalMol 16 - Molinos I, ubicado en el sector central del valle Calchaquí, a 500 m al sur de la localidad homónima, sobre el pie de monte del Cerro Overo e inmediatamente adyacente a la zona de fondo de valle del río Molinos (Figura 1). Es un área residencial compuesta por más de 100 recintos aglutinados, que posee la posición relativa en la topografía, el tipo arquitectónico general y la técnica constructiva común en los asentamientos conglomerados del Período de Desarrollos Regionales. Los recintos, de muros de piedra y planta subrectangular y/o subcuadrangular, y salvo excepciones sin vano de ingreso, son básicamente, de dos rangos de tamaño (5 a 10 x 10 a 20 m y 12 a 20 x 19 a 24 m) y se disponen en conjuntos heterogéneos de estructuras de tamaño similar. Sólo una pequeña proporción integra unidades compuestas por dos o tres recintos adosados, casos en los que el mayor puede presentar un vano de ingreso, y hay una única estructura de tamaño mayor que el resto. Al interior del asentamiento, sin límites demarcados, la circulación se da a través de los espacios libres de estructuras (Figura 2).


Figura 2. Plano de un sector de Molinos I, con la localización de las estructuras de las que proviene el material de estudio.

Entre los recintos de menores dimensiones se excavaron dos en forma completa, el recinto N° 11-2, simple, y el N° 80, que integra una unidad de tres recintos alineados, con un vano de acceso en el central. Excavaciones parciales se efectuaron en el recinto N° 59, que constituiría una unidad con otro de tamaño semejante, y los recintos N° 1 y N° 2 que integrarían una unidad de dos recintos de tamaño desigual. Excavaciones efectuadas en espacios monticulares situados entre recintos revelaron eventos de descarte superpuestos3.

De acuerdo con la información obtenida los recintos de menor tamaño corresponderían a unidades de vivienda simples, con pisos a bajo nivel, en algunos casos con pisos preparados con una capa de arcilla, y techo a dos aguas o en galería sobre unos de los lados mayores (Baldini y Golfieri 2004). En los pisos de todas estas estructuras se hallaron similares evidencias de actividades domésticas y de producción, aunque sin constituir concentraciones significativas.

El espacio denominado recinto 11-1 no es un recinto propiamente dicho sino un espacio monticular conformado por sucesivos eventos de descarte de desechos que se superpusieron a un tercio de la planta del recinto 11-24. Esos eventos incluyen capas de cenizas y carbón de dimensiones y espesor variable, con distintos tipos de restos cerámicos, líticos, óseos, etc. y, en un caso indicios relacionados con la producción de metales.

La Estratigrafía 5 corresponde a un sondeo efectuado en un área entre recintos en la que un perfil expuesto presenta restos de maíz carbonizado. Se distinguió una capa de sedimentos superficiales arenosos y pedregosos superpuesto a otro compacto sobre el que yacían fragmentos cerámicos, restos óseos y carbones, superpuesto a su vez a la capa de maíces carbonizados.

El sitio cuenta con fechados radiocarbónicos que sitúan su ocupación entre 870 ± 90 y 1160 ± 100 AP en vinculación con sociedades que producían una alfarería diferente de la santamariana, común en sitios de los momentos más avanzados del Período (Baldini 1992a, 1992b, 1996-1997; Baldini y Balbarrey 2004).

TRATAMIENTO DE LA MUESTRA

El tratamiento de la muestra incluyó 3 instancias:

1) El estudio macroscópico del conjunto lítico según los criterios tecno-morfológicos propuestos por Aschero (1975, 1983).

En esta instancia de análisis se considera como punto de partida el modelo de flujo o cadena operativa desarrollado por Schiffer (1972) en el que se contemplan las diferentes etapas involucradas en la producción lítica: aprovisionamiento, manufactura, uso y descarte. Dentro de este proceso productivo, se considera que la manufactura involucra, a su vez, otra serie de etapas que constituyen la secuencia de reducción lítica. Estos pasos abarcan desde la adquisición de la materia prima, la preparación y reducción inicial del núcleo, el tallado primario, el tallado secundario y la formatización, y la conservación/modificación (Collins 1975).

En la mayoría de los casos, y en este en particular, los conjuntos líticos comprenden una variedad de materias primas con diferentes características y disponibilidad regional. En este sentido resulta significativo puntualizar en el sistema de producción lítica de cada material, entendido como el conjunto total de actividades y localizaciones involucradas en la utilización de una fuente específica de materia prima lítica (Ericson 1984).

A partir de este marco metodológico general se desarrolló el análisis tecno-morfológico del conjunto lítico de Molinos I. En primer lugar se identificaron las distintas categorías de artefactos líticos presentes: núcleos, desechos de talla e instrumentos. En todos los casos se registró tipo de materia prima y medidas cuantitativas (alto, ancho y espesor) y se consideraron las dimensiones relativas según el gráfico para determinación de tamaño de Aschero (1975, 1983). Además, se analizaron una serie de variables cualitativas específicas para cada categoría de artefacto: para núcleos se consideró designación morfológica y presencia de corteza, para desechos de talla características de bulbo y talón, presencia de filo natural y de rastros complementarios. Para instrumentos se consideró tipo de instrumento y presencia de rastros complementarios y se analizaron detalladamente las puntas de proyectil y los instrumentos con filo formatizado. En las primeras se consideraron las variables: subgrupo tipológico, forma del limbo, forma de la base del limbo y forma y dirección de los lascados; mientras que entre los segundos cantidad de filos y presencia, serie técnica, situación, forma y dirección de los lascados.

La asignación funcional de los instrumentos se basó en amplias categorías sugeridas por su morfología, en tanto esta determina, al menos en parte, las tareas en las que puede desempeñarse un artefacto5.

2) La identificación de materias primas incluyó dos instancias, una selección macroscópica de las variedades aparentes y una determinación geológica macro y microscópica (lupa binocular) efectuada por M. Manassero (CONICET - UNLP).

En el caso de la obsidiana, M. Glascock (University of Missouri) efectuó análisis por activación neutrónica (AAN) con el fin de obtener información sobre sus procedencias (Burger y Asaro 1979; Glascock 1998; Griffin et al. 1969).

3) Se vincularon los materiales a sus contextos de hallazgo en función de una evaluación preliminar de la presencia de posibles contextos de producción y/o uso.

Análisis tecno-morfológico y determinación de materias primas

Como se señaló con anterioridad, el tratamiento de la muestra involucró, en primera instancia, su división en diferentes categorías generales de artefactos: núcleos, desechos de talla, e instrumentos para posteriormente proceder al análisis tecno-morfológico según las variables de análisis específicas para cada categoría. La muestra se compone de un total de 263 piezas, en su gran mayoría de variedades de ortocuarcitas muy finas y limolitas cuarzosas6 presentes en algunas formaciones geológicas de la región. Estas son rocas sedimentarias, compuestas por granos de cuarzo muy finos y muy bien cementados entre sí, de buena dureza y textura homogénea que no presenta planos preferenciales, rasgos que permiten una adecuada fractura y obtención de filos. Estas características sugieren que tales rocas fueron producto de una selección por parte de los grupos humanos7. Mucho menos abundantes son las piezas de obsidiana, granito y basalto, algunas piezas de basalto son de una variedad aparentemente proveniente de la zona de Antofagasta de la Sierra (Baldini 2003). En cantidades minoritarias se presenta el sílice (limolita silícea) y la pumicita (Figura 3 y Tabla 1).


Figura 3. Cantidad de artefactos por materia prima.

Tabla 1. Tipo de materias primas y categorías de artefactos.

En un análisis más específico, el conjunto de desechos es el de mayor abundancia alcanzando un total de 213 elementos, entre los que se pudieron distinguir microlascas (12,2%), lascas (39,9%) y otros desechos indiferenciados. Las primeras se presentan principalmente en variedades de ortocuarcitas y limolitas cuarzosas. Dos de estas microlascas (en obsidiana) mostraron características de delgadez, curvatura y presencia de labio, lo que sugiere que podrían tratarse de productos de adelgazamiento bifacial, aunque no hay en el conjunto otros indicios de esta actividad.

Las lascas, por su parte, se vinculan tanto con las primeras etapas de la reducción del núcleo, entre ellas lascas primarias, secundarias y con dorso natural (todas conservan restos de la corteza de la roca), como con lascas internas producto de momentos más avanzados del procedimiento extractivo (lascas angulares, de arista, planas). El 77,6% de ellas se registraron dentro del rango de tamaño mediano-pequeño y se caracterizaron por presentar bulbos simples y talones lisos. Se observó también que el 57,6% de las lascas presentan filos naturales factibles de utilización, los cuales pueden resultar sumamente cortantes, y entre ellos, el 16% presentan rastros complementarios sugiriendo la posible utilización de dichos filos en algunas tareas.

Dentro del conjunto lítico de Molinos I se identificaron 23 núcleos (Figura 4.1), la mayoría en variedades de ortocuarcitas y limolitas cuarzosas, a excepción de 3 casos en obsidiana. Son en general de forma irregular, con múltiples plataformas de percusión y presentan sólo lascados aislados (69%). En su mayoría conservan restos de corteza (87%) y tienden a ser de tamaños grandes (alcanzan medidas de 20,3 x 14 x 11 cm). Los núcleos de obsidiana son de menor tamaño, alcanzando como máximo 3,6 x 2,8 x 1,7 cm, y no presentan restos de corteza o sólo en una parte muy pequeña de su superficie.


Figura 4. 1 Núcleos; 2 Puntas de proyectil; 3 y 4 Instrumentos de corte.

Para la clasificación de los instrumentos se emplearon categorías de funcionalidad abarcativas establecidas de acuerdo con la morfología del artefacto. El conjunto de instrumentos de Molinos I no es particularmente numeroso con respecto al conjunto lítico total (27/263= 10,2%). Entre ellos se destacan en frecuencia las manos de molienda y los instrumentos con superficies alisadas. Se registraron también instrumentos de corte, puntas de proyectil, percutores y un elemento de punta aguzada fracturado aparentemente para perforar (Figura 5, Tabla 2). Esta primera aproximación a los conjuntos de instrumentos no permitió obtener más detalles sobre la manera en que operaron los instrumentos o sobre qué tipo de superficies, para lo cual, como ya se expresó, se debería recurrir a análisis más específicos.


Figura 5. Tipos de instrumentos y representación en la muestra.

Tabla 2. Tipo de materias primas y tipos de instrumentos.

Específicamente, el grupo tipológico de las puntas de proyectil está representado por 2 ejemplares (Figura 4.2). Se trata de pequeñas puntas triangulares con pedúnculo diferenciado y aletas entrantes, que no superan los 2,5 cm de longitud, confeccionadas en basalto y obsidiana.

Entre los instrumentos también se destacan aquellos denominados instrumentos con filo formatizado (8 instrumentos), dentro de los que se incluyen instrumentos de corte y de perforado (Figura 4.3 y 4.4). Si bien el conjunto presentó algunos ejemplares con filos dobles y múltiples, son preponderantes los filos simples (62,5%) y en su totalidad no compuestos. La serie técnica se corresponde con retalla y retoque marginales y parcialmente extendidos, y en la mayoría de los casos (87,5%), los lascados se registran en sólo una de las caras de la pieza (unifacial directo e inverso). Finalmente, resulta interesante destacar la presencia sobre los filos activos de rastros complementarios que corresponden a microlascados o melladuras, astilladuras y aristas machacadas, rasgos que podrían estar vinculados a la utilización de los instrumentos.

En síntesis, tomando en conjunto la totalidad de información obtenida a partir del análisis del material lítico se puede señalar que en el asentamiento de Molinos I se encuentran presentes desde las etapas iniciales de la secuencia de reducción como la extracción de lascas a partir de un núcleo hasta la formatización de instrumentos, registrándose también tareas de manufactura, uso y descarte de instrumentos.

En general se trata de una manufactura lítica de poca inversión de trabajo y energía sugerido, entre otros, por los siguientes elementos:
• Abundancia de desechos indiferenciados.
• Numerosas lascas con filos naturales que exhiben rastros complementarios.
• Escasa evidencia de formatización de instrumentos.
•Presencia reducida de instrumentos formatizados en relación al conjunto lítico total.
• Predominio de instrumentos con filos simples, no compuestos y unifaciales.
• Núcleos con múltiples plataformas y formas irregulares sugiriendo que no se buscaba la obtención de formas base regulares.

Además, en la muestra de Molinos I se advierte un aprovechamiento y tratamiento diferencial de las materias primas. Los materiales alóctonos como la obsidiana (ver infra) y, al menos en parte, el basalto, exhiben una intención de aprovechamiento al máximo. Esto fue sugerido por la presencia de núcleos pequeños o agotados, por la escasez de lascas y desechos y su utilización exclusiva para pequeños instrumentos y puntas de proyectil. Por otro lado, las ortocuarcitas y limolitas cuarzosas no mostraron ser objeto de aprovechamiento exhaustivo debido a la abundancia de lascas y desechos y la presencia de núcleos grandes con lascados aislados, todos ellos aún factibles de ser utilizados. Como ya se mencionó, en prospecciones realizadas por el cerro Overo, donde se asienta Molinos I, y a lo largo del curso del río Molinos se han hallado nódulos de estas variedades de cuarcitas, lo cual sugiere su disponibilidad local.

Los contextos de hallazgo del material

Los hallazgos de material lítico se discriminaron por cada unidad de procedencia y se relacionaron con sus contextos de asociación, procedimiento que permitiría relevar la existencia de indicios relacionados a diferencias en el acceso y distribución al interior del sitio. Sobre la base de la segregación de materiales líticos por unidad excavada (Tabla 3) no se observaron diferencias significativas entre el material lítico registrado en cada una de ellas ya se trate de recintos habitación (R 11- 2 y R 1), de patios (R 2) o de áreas ubicadas entre los recintos con distintos eventos descarte y otras actividades superpuestos (R 11-1 y Estratigrafía 5).

Tabla 3. Segregación del material lítico y sus asociaciones contextuales por unidad excavada.

Los conjuntos líticos de cada una de estas unidades no muestran indicios de diferencias en la distribución de materias primas al interior del sitio, ni en la variedad de artefactos, tampoco sugieren diferencias con relación a las actividades en que pudo emplearse este material en cada una de ellas.

En síntesis, en términos generales todas las unidades presentan evidencias de las diferentes etapas de la secuencia de reducción lítica. Aún cuando el cubrimiento areal es limitado con relación a la totalidad de las estructuras del sitio, y de dimensiones desiguales entre las unidades, no se distinguieron áreas que puedan señalarse como de producción lítica, ya sea tanto en el interior o el exterior de los recintos. En todos los casos los artefactos líticos se encontraron asociados a otros restos que señalan contextos domésticos, en los recintos a fogones y a restos no estructurados de distintas actividades, como lentes de ceniza y carbón, restos vegetales, huesos de camélidos, cerámica, etc. Solamente en uno de los eventos superpuestos en el área monticular denominada R 11-1 se asociaron, además, a un área de producción metalúrgica de la que procede una mano de moler con restos de malaquita.

En suma, el análisis del instrumental lítico y las asociaciones contextuales que se sintetizan en la Tabla 1, permiten sugerir que el conjunto lítico de Molinos I se relaciona fundamentalmente con tareas domésticas y de producción cotidiana (molienda, caza, corte, perforado, percusión). Se puede plantear que en general se trata de una producción lítica destinada a satisfacer las necesidades diarias y desarrolladas a nivel de las unidades domésticas de manera uniforme entre ellas y sin diferencias en cuanto al acceso a materiales líticos9.

Análisis de procedencias de obsidiana por activación neutrónica

La obsidiana es un recurso natural geológicamente escaso y con una localización muy puntal en el terreno. En el NOA se conoce la localización y composición de 10 fuentes de obsidiana (Figura 6) a las que se suman fuentes aún no identificadas (Yacobaccio et al. 2002, 2004). En el pasado, esta materia prima fue objeto de circulación a través de largas distancias y los análisis por activación neutrónica permiten obtener datos sobre la composición química de los yacimientos y de los artefactos líticos. La comparación de estos datos proporciona una identificación efectiva de las fuentes de procedencia de los materiales arqueológicos (Burger y Asaro 1979; Glascock 1998; Griffin et al. 1969).


Figura 6. Localización de las fuentes de obsidiana del NOA y esfera de distribución de obsidiana procedente de Ona (mapa modificado de Yacobaccio et al. 2002).

Hasta el momento el valle Calchaquí central no registraba antecedentes de análisis de procedencia de obsidianas. Para efectuar un primer acercamiento a las fuentes de aprovisionamiento de esta materia prima se seleccionaron 3 muestras de obsidiana de Molinos I (Figura 7) y se efectuaron análisis por activación neutrónica en los laboratorios de Missouri University Research Reactor.


Figura 7. Muestras de obsidiana analizadas por AAN.

La selección de estas piezas implicó, en primer término, la separación de los artefactos de obsidiana del sitio en grupos que se distinguieran por sus características visuales (coloración, transparencia, etc.) para tomar un ejemplar de cada grupo, con la intención de lograr una muestra representativa de la variabilidad dentro del conjunto. En la Tabla 4 se exponen los resultados obtenidos a partir del análisis de activación neutrónica.

Tabla 4. Descripción de las muestras de obsidiana y asignación de sus fuentes de procedencia.

El análisis de las 3 muestras dio como resultado la utilización de dos fuentes de obsidiana del área del Salar de Antofalla, provincia de Catamarca: Ona y Laguna Cavi (Glascock 2002-2006). La presencia de obsidiana de Ona en Molinos I se ajusta sin inconvenientes con el alcance planteado por Yacobaccio et al. (2002, 2004) para la esfera de distribución de dicha fuente. Estos autores postulan que su dispersión tiene un alcance de hasta 340 km y en este rango incluye los sitios de la provincia de Catamarca y los del extremo norte de la provincia de Salta en áreas como el valle de Lerma, quebrada del Toro y valle Calchaquí (ver Figura 6).

La segunda variedad de obsidiana ha sido mencionada anteriormente como procedente de una fuente de localización desconocida (Baldini et al. 2004; Sprovieri 2005), pero Glascock (2002-2006) informó que corresponde a la fuente Laguna Cavi. Esta ha sido recientemente localizada a 60 km al sudeste de la localidad de Antofagasta de la Sierra, cerca de la Laguna Grande y se corresponde con la identificada como fuente desconocida B en Yacobaccio et al. (2002, 2004) (P. Escola, comunicación personal 2006).

En síntesis, la utilización de variedades de obsidiana de la puna de Catamarca en Molinos I resulta coherente, por una parte, con la esfera de distribución esperada para una de las variedades. Por otra, porque la cuenca de Molinos, en cuya parte distal se encuentra el asentamiento, constituye una vía natural de comunicación entre el valle Calchaquí y la Puna de Salta y Catamarca, donde se ubican ambas fuentes (Hongn s/f) y porque hay indicios que por tal cuenca habrían circulado diversos bienes materiales y simbólicos puneños y de los valles del occidente catamarqueño, desde al menos la época de las primeras sociedades aldeanas hasta la actualidad (Baldini 1996-1997; Baldini et al. 2004; García et al. 2002; Serrano 1963; Tarragó 1984, 1996).

SÍNTESIS Y CONCLUSIONES

Las comunidades que habitaron el valle Calchaquí durante los últimos siglos de ocupación prehispánica desarrollaron una compleja organización social, política y económica dentro de la cual la organización de la producción lítica constituyó sin duda parte de sus intereses. Sin embargo, ésta permanece siendo un campo prácticamente inexplorado.

Es el objetivo de este trabajo comenzar a delinear las características de dicha producción lítica y en ese sentido, aunque preliminarmente, proporcionar elementos para comenzar a señalar algunas de sus características principales:
•Selección de materias primas homogéneas y de buena fractura.
•Obtención de materias primas foráneas que remite siempre a una misma región, la puna catamarqueña.
•Tratamiento diferencial de materias primas locales y foráneas.
•Manufactura lítica de escasa inversión de trabajo y energía en materiales locales.
•Estrecha vinculación de la producción lítica con tareas domésticas y cotidianas.
•Distribución uniforme de materias primas y artefactos líticos entre distintos tipos de estructuras del asentamiento.

En el estado de conocimiento actual y de acuerdo con los datos obtenidos a partir del análisis de esta muestra de material lítico del sitio Molinos I, se puede sostener, al menos hasta la ampliación de esta línea de investigación, que la producción lítica artefactual de las poblaciones tardías del valle Calchaquí fue una producción a ni- vel doméstico y dirigida a la satisfacción de las necesidades cotidianas.

NOTAS

1 Se refiere al conjunto de materiales líticos involucrados en la obtención de instrumentos, por ejemplo desde los núcleos hasta los subproductos de la formatización, sin incluir objetos en piedra como esculturas, recipientes, etc., ausentes en la muestra.

2 Para mayor detalle sobre la región y sus características remitirse a Baldini y De Feo (2000).

3 Solo se detendrá brevemente en las estructuras de las que proceden los materiales en estudio (Tabla 3).

4 En la superficie original el recinto identificado con el número 11 aparentaba ser de mayores dimensiones. Con el avance de las excavaciones en el área se descubrió un recinto propiamente dicho cubierto en parte por una sucesión de eventos de descarte que cubren un área más extensa. Aquel fue identificado como Recinto 11-2, y el área externa a su pared norte como Recinto 11-1, conservándose para este la denominación "recinto" a fin de evitar confusiones con la procedencia de los materiales obtenidos en diversos períodos de excavación.

5 Aún no se realizaron análisis específicos para precisar la manera en que operaron los instrumentos (microdesgaste por ejemplo).

6 En los gráficos se hace referencia a estas materias primas con el nombre general de cuarcitas para facilitar la lectura.

7 M. Manassero, comunicación personal 2004.

8 Información tomada de Baldini 1992a, 1992b, 1998- 2003; Baldini y Balbarrey 2004; Baldini y Golfieri 2004; Fernández Varela et al. 2002.

9 Aunque ciertos instrumentos, como las puntas, podrían relacionarse también con situaciones de conflicto, hasta el momento no se han registrado indicios que sugieran esta posibilidad.

Agradecimientos

Deseamos agradecer al Dr. M. Manasssero, que realizó la determinación de materias primas, al Dr. M. Glascock, quien efectuó los análisis por activación neutrónica y a la Dra. P. Escola que proporcionó información inédita sobre Laguna Cavi.

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