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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol.  n.9 Olavarría ene./dic. 2008

 

El registro arqueobotánico en el sitio Arroyo Malo 3, alto valle del Atuel, Mendoza, Argentina

Carina Llano

Carina Llano. FONCyT. Departamento de Antropología. Museo de Historia Natural de San Rafael. Parque Mariano Moreno s/n San Rafael (5600). E-mail:carinallano@arqueologiamendoza.com

Recibido 25 de Marzo 2008
Aceptado 22 de Mayo 2008

RESUMEN

El presente trabajo expone el análisis de los macrorrestos recuperados mediante la técnica de flotación en el sitio arqueológico Arroyo Malo 3 (AMA-3). Sus propósitos son: evaluar los procesos de formación del registro arqueobotánico, explorar el rol de los recursos vegetales y su importancia en la subsistencia de las poblaciones humanas del Holoceno tardío en las áreas de altura, y poner a prueba el modelo de intensificación propuesto para la región. De los 342 especímenes identificados taxonómicamente, se reconocieron 5 familias: Chenopodiaceae, Anacardiaceae, Cactaceae, Asteraceae y Cyperaceae.

Palabras clave: Macrorrestos vegetales; Plantas silvestres; Arqueobotánica; Holoceno; Mendoza.

ABSTRACT

The Archaeobotanical Record Of The Arroyo Malo-3 Site, Atuel Highland Valley, Mendoza, Argentina. This work presents the analysis of the plant remains obtained from the archaeological site of Arroyo Malo 3 (AMA-3) by means of sediment flotation. The purpose is to evaluate the formation process of the archaeobotanical record, explore the role of vegetable resources and their importance to the subsistence of late Holocene human populations in highland areas, and hence contribute to testing the intensification pattern proposed for the region. Of the 342 specimens identified, 5 families were recognized: Chenopodiaceae, Anacardiaceae, Cactaceae, Asteraceae and Cyperaceae.

Keywords: Plant remains; Wild plants; Archaeobotany; Holocene; Mendoza.

INTRODUCCIÓN

 El registro arqueológico es, en parte, la consecuencia material de las conductas humanas y de los agentes depositacionales y postdepositacionales naturales. En ese sentido los restos vegetales, específicamente los macrorrestos registrados en sitios arqueológicos, pueden ser consecuencia conjunta de la acción de agentes humanos y no humanos. Una perspectiva paleoecológica permite abordar esteregistro intentando dar sentido a los restos de plantas en el marco de las estrategias humanas, de lascondiciones ambientales y de los factores tafonómicos (Dincauze 2000). El presente trabajo explora losprocesos de formación del registro arqueobatánico con el objetivo de dilucidar el rol de los recursos vegetales en las culturas prehistóricas, en relación con su ambiente. Para ello se da a conocer la lista sistemática de los macrorrestos recuperados en el sitio arqueológico Arroyo Malo 3 (AMA-3), localizado en el alto valle del río Atuel, en las proximidades de la laguna El Sosneado (34º 51' 20" S, 69º 53' 15" O) aunos 2000 msnm (Figura 1).

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Figura 1. Localización del sitio arqueológico AMA-3.

 Este sitio fue excavado desde mediados de la década de 1990 hasta el año 2000 y su secuenciatemporal ha permitido avanzar en la comprensión de los procesos de exploración, colonización y ocupación efectiva de los ambientes de altura (Diéguez y Neme 2003; Neme 2002, 2007; Neme et al. 2002). Pese a estos trabajos, hasta el momento se carecía de información sobre los restos de plantas registrados en dicho alero, así como de otros sitios de la región.

 La muestra de macrorrestos aquí estudiados proviene de la excavación realizada en enero de 2000, la cual fue obtenida por medio de la técnica de flotación manual. Ésta permite recuperar muestras de diferentes tamaños, logrando un registro más completo y la realización de un análisis cuantitativo de los mismos. La importancia de esta técnica radica en la posibilidad de sistematizar y cuantificar la recuperación de los restos vegetales con fines comparativos, tanto intra como intersitio (Pearsall 1989: 19 y 107). Los resultados obtenidos permitirán abordar, por un lado, los procesos tafonómicos intervinientes en la formación del registro y, por otro, discutir la hipótesis acerca de la importancia creciente que habría tenido la recolección de plantas silvestres en la subsistencia de las poblaciones humanas en las áreas de altura del sur mendocino (Neme 2007).

ANTECEDENTES DEL SITIO AMA-3

 El sitio AMA-3 es un alero de andesita incluido en la formación cerro Guanaquero (Volkheimer 1978) que se ubica sobre el valle cordillerano del río Atuel, próximo a la desembocadura del Arroyo Malo (Figura 1). El alero tiene 13 m de longitud por 7,5 m de profundidad y una orientación este-oeste (Figura 2). Durante los veranos de 1995, 1996 y 2000 se llevaron a cabo excavaciones en el lugar, las cuales cubrieron una superficie total de 6 m2 divididos en dos cuadrículas (A-1 y B-1), se alcanzó una profundidad máxima de 2 m, divididos en 40 niveles artificiales de 5 cm cada uno. Las excavaciones aportaron material cultural a lo largo de toda la secuencia: instrumentos y desechos de talla líticos, restosóseos y macrorrestos vegetales.

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Figura 2. Reparo AMA-3.

 El sitio AMA-3 presenta atractivos potenciales para las ocupaciones humanas: posee un rápido y seguro acceso al agua (el Arroyo Malo se encuentra a unos 500 m del reparo), una abundante disponibilidad de leña, una amplia visión del valle medio del Atuel, así como un buen abrigo de los vientos predominantes del oeste. Su ubicación entre dos pisos ecológicos bien diferenciados -e l piedemonte andino, aguas abajo, y la alta cordillera de los Andes, aguas arriba- le habrían permitido a los grupos de cazadores-recolectores un rápido acceso a diferentes tipos de recursos.

 Desde el punto de vista fitogeográfico, el área de estudio se emplaza en un ecotono entre la provinciaPatagónica y la provincia Altoandina. La vegetación patagónica está representada por la comunidad decaméfitas donde predominan grandes áreas de Mulinum sp., especies de Festuca y Stipa (Böcher et al.1972; Cabrera 1976). La vegetación andina está representada por la comunidad de nanofanerófitas endonde predominan Adesmia pinnifolia, A. schneidenii, A. obovata, que son reemplazados en las partes más altas por pastizales, en los que se destacan Poa holciformis que cubre la mayor parte del sector andino, y los de Stipa chrisophylla o S. vaginata. La comunidad de pulvinadas está representada por Junelia uniflora, Oxalis compacta, Azorella lycopodioides (Roig et al. 2000).

 Para conocer la antigüedad de las ocupaciones humanas se dataron un total de 11 muestras decarbón. Las mismas indicaron la ocupación del alero durante todo el Holoceno, lo que permitió monitorearlos posibles cambios en el registro arqueológico a lo largo del tiempo (Neme 2007). En general, los fechados muestran una coherencia interna dentro de las cuadrículas A-1 y B-1, pese a que existen algunos fechados invertidos que han sido interpretados como producto de procesos postdepositacionales, vinculados a la actividad de animales fosoriales y a procesos de depositación diferenciales dentro del reparo (Diéguez y Neme 2003). Sobre la base de los fechados obtenidos, y como una forma de ordenar la información, se subdividió la secuencia en cuatro unidades: conjunto 4: 8900-7600 años AP; conjunto 3: 7600-5000 años AP; conjunto 2: 5000-2200 años AP y conjunto 1: 2200-100 años AP (Tabla 1).

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Tabla 1. Unidades temporales de AMA-3 usadas para el estudio

 La información arqueológica disponible sobre AMA-3 muestra una serie de cambios a lo largo deltiempo que se ven reflejados principalmente en el registro lítico y en el óseo. En el primero de los casos,se ve un incremento en el uso de materias primas no locales (obsidiana) junto al desarrollo de una tecnología más expeditiva (Neme 2002). El ingreso de materia prima de lugares distantes fue interpretado como un mayor acceso a este tipo de recurso a través de una ampliación de los sistemas de intercambio a nivel regional (Neme 2002, 2007). Por otra parte, los materiales arqueofaunísticos también mostraroncambios importantes que, al igual que el registro lítico, se estaría intensificando a partir de los últimos 2000 años AP. Las tendencias observadas en la explotación faunística indican que, hacia el Holoceno tardío, habría una reducción en las cantidades relativas de camélidos capturados y un aumento en las proporciones de animales de menor tamaño (Neme 2002). El análisis del conjunto de evidencias recuperadas muestra, en general, una continua pero baja frecuencia de uso del reparo con un rango de tareas limitado, evidenciado en una baja diversidad artefactual (Neme 2007). Entre estas tareas parecen destacarse la talla y el mantenimiento de instrumentos, así como el consumo de vertebrados. El componente más tardío, aunque con menor densidad de materiales, registra un rango de actividades mayor que incluye, no sólo las antes mencionadas, sino también la incorporación al registro de morteros y molinos. El alto grado de fractura de los huesos, especialmente de los camélidos, muestra un aprovechamiento intensivo de los mismos probablemente relacionado con la extracción de médula.

 Todos estos cambios evidenciados en el registro arqueológico llevaron a Neme (2002, 2007) a postular la presencia de un proceso de intensificación regional, que sugiere un aumento en la amplitud de dieta para los últimos 2000 años AP. Esto habría implicado el consumo de recursos más costosos, como animales pequeños, y una mayor diversidad de vegetales, que conllevan un mayor costo de procesamiento y, por lo tanto, una disminución en la eficiencia forager (Broughton 1994).

MATERIALES Y MÉTODOS

 La técnica de recuperación de material arqueobotánico utilizada fue la flotación con máquinamanual: por cada nivel artificial de 5 cm se tomó un balde de 5 litros de sedimento para ser sometido a la flotación. La flotación de cada muestra de sedimento se realizó utilizando un balde de 20 litros cuyo fondohabía sido reemplazado por una malla metálica de 1 mm, introduciendo el mismo en el arroyo para lavarlos sedimentos, de esta manera se logró la obtención de una fracción liviana (FL), conformada por el material flotante colectado con un colador, y una fracción pesada (FP), conformada por el material que quedó en la malla metálica del contenedor de agua. El sedimento restante decanta en el fondo del recipiente (Pearsall 1989; Renfrew et al. 1976; Watson 1976). Ambas fracciones fueron secadas al aire libre, luego se colocaron en bolsas herméticas y se rotularon manteniendo las referencias de su respectiva procedencia dentro de la excavación.

 El análisis de laboratorio comenzó con la separación del material de la FL, a través del cernido en tamices de 2 mm y 0,4 mm. La separación en dos partes de la muestra de flotación ayuda al momentode la observación en la lupa, evitando tener que reenfocar por cada fracción de material analizada. Cadafracción fue examinada individualmente, separando a ojo desnudo el material mayor a 2 mm, mientras que la fracción menor a 2 mm se examinó íntegramente bajo microscopio estereoscópico (SMZ800). El aumento del objetivo es de 1x y el del ocular de 10x.

 La identificación de los macrorrestos se realizó de acuerdo con los caracteres morfológicos externos(Buxó 1997). Los caracteres cualitativos evaluados en la topografía externa de las semillas fueron: color, forma, tamaño, ornamentación de la cubierta, posición del hilo (Esau 1993), además, se tuvo en cuenta la presencia/ausencia de otras piezas florales y restos de fruto. Cuantitativamente se tuvieron en cuenta los siguientes caracteres biométricos: largo, ancho y grosor. Otro parámetro que se tuvo en cuenta es el índice de forma, que se expresa en largo sobre ancho. Este índice refleja el grado de longitud o de ancho de la semilla.

La determinación taxonómica fue realizada por comparación con la colección de referencia del Departamento de Botánica del Museo de Historia Natural de San Rafael (MHNSR), del Instituto de Botánica Darwinion (IBODA), del Laboratorio de Etnobotánica Aplicada (LEBA) y del CRICYT. Se utilizó material bibliográfico de referencia de la flora local (Ruiz Leal 1972), textos sobre caracteres diagnósticos (Esau 1993), manuales de malezas (Bianco et al. 2000; Martin y Barkley 1973) y se consultaron recursos de Internet (http//www.darwinion.com.ar, http//www.mobot.org).

Los trabajos de campo incluyeron, en el 2005, la realización de un sondeo (SPV-1) en las proximidadesdel sitio de ocupación AMA-3 hacia el noroeste. El objetivo del mismo fue controlar la forma en que lasplantas locales se dispersan naturalmente en el paisaje (sin intervención humana), aislando así variables para controlar el impacto de la actividad antrópica en el sitio (Minnis 1981).

 Para el sondeo (SPV-1) la metodología utilizada fue la excavación de un pozo de 40x40 cm, de donde se extrajeron 5 niveles artificiales de 10 cm cada uno, llegando a una profundidad de 64 cm donde sepresentó una capa de rodados. Las muestras fueron tratadas siguiendo la misma metodología anteriormente explicada.

Para la presentación y cuantificación de los restos (Jones 1991; Miller 1988; Popper y Hastorf 1988) se emplearon cantidades absolutas, ubicuidad, diversidad de taxones y densidad. Se utilizó el índice de diversidad de Shannon-Weaver con el objeto de caracterizar cuantitativamente la abundancia relativa, teniendo en cuenta la rareza o la dominancia de las especies nombradas. Se estimó la tasa temporal de depositación de los restos vegetales en intervalos de 10 años. Esta medida permite controlar la variable temporal que podría estar afectando la interpretación en las diferencias encontradas en la densidad de losconjuntos.

RESULTADOS

 En el siguiente apartado se presentan los resultados del análisis de los macrorrestos hallados en el sitio arqueológico AMA-3 (unidad B-1) y los hallados en el SPV-1.

 El volumen total de material flotado del sitio fueron 145 litros provenientes de 29 niveles artificiales. En la muestra mencionada, se recuperaron 342 macrorrestos de los cuales se determinaron taxonómicamente el 90,9% (n= 310) de los restos y el 9,09% han quedado indeterminados. La muestra se encontró en estado de preservación seco, a excepción de un endocarpo de Schinus polygamus que se encontró en estado carbonizado.

 Se reconocieron 5 familias: Chenopodiaceae, Anacardiaceae, Cactaceae, Asteraceae y Cyperaceae(Figura 3). La familia Chenopodiaceae incluye a Chenopodium ambrosioides, Chenopodium multifidum, Chenopodium papulosum. La familia Anacardiaceae incluye a Schinus polygamus, y la familia Cactaceae incluye a Maihuenia sp. y Austrocactus aff. patagonicus (Tabla 2). El conjunto 4 tiene restos que no pudieron ser identificados taxonómicamente.

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Figura 3. Macrorrestos hallados en el sitio arqueológico AMA-3: (a) Austrocactus aff. patagonicus; (b) Maihuenia sp.; (c) Chenopodium ambrosioides; (d) Chenopodium papulosum; (e) Chenopodium multifidum.

Tabla 2. Frecuencia de los restos del sitio AMA-3.
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 En la secuencia del sitio AMA-3 la familia más representada es Chenopodiaceae. Dentro del géneroChenopodium se encontraron las siguientes especies: Ch. ambrosioides, Ch. multifidum, Ch. papulosum. Otra familia representada en el sitio es la familia Cactaceae. Dentro de esta familia se encontró el género Maihuenia sp. y Austrocactus aff. patagonicus. La familia Anacardiaceae también está presente en el sitio de estudio, representada por la especie Schinus polygamus (Tabla 3).

Tabla 3. Frecuencia de los restos por conjunto de AMA-3.
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Por último, en relación al SPV-1 (Sondeo de control), se recuperaron 904 macrorrestos, de los cuales se determinaron taxonómicamente 93,81% (n= 892), mientras que el 6,19% no ha sido determinado. Cabe aclarar que los macrorrestos «indeterminados» en SPV-1 son análogos a los «indeterminados» deAMA-3. Se reconocieron 3 familias: Chenopodiaceae, Ephedraceae y Anacardiaceae (Tabla 4). La familia Chenopodiaceae incluye a Chenopodium ambrosioides y Ch. multifidum. La familia Ephedraceae incluye a Ephedra sp. La familia Anacardiaceae incluye a Schinus polygamus.

Tabla 4. Frecuencia de los restos por nivel del sondeo SPV-1.
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Tendencia cuantitativa

 Para el manejo estadístico de los datos se calculó la densidad, ubicuidad y diversidad de los restos recuperados (Buxó 1997; Jones 1991; Popper y Hastorf 1988). El análisis de densidad mostró que la mayor cantidad de macrorrestos por litro se encuentra en el conjunto 1 (Tabla 5), con una diferencia significativamente mayor a los restantes conjuntos que, entre ellos, presentan valores similares.

Tabla 5. Densidad de los restos arqueológicos por conjunto de AMA-3.
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En el sitio, y en cada conjunto, la especie que presenta los valores más altos de densidad esChenopodium papulosum seguida por los restantes macrorrestos pertenecientes a la familiaChenopodiaceae y, finalmente, Cactaceae y Anacardiaceae. Al estimar la tasa temporal dedepositación de los restos vegetales por cada 10 añosse nota que refleja la misma tendencia, con valoressignificativamente mayores en el conjunto1 respecto a los restantes (Figura 4).

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Figura 4. Densidad temporal de restos vegetales (Nº de semillas por tasa temporal de 10 años).

 Los resultados de los análisis de ubicuidad muestran que la especie más ubicua, representada en los conjuntos 1, 2 y 3, es Chenopodium papulosum. Esta mayor ubicuidad se manifiesta en los tres conjuntospero es aún mayor en el conjunto 1. Las otras Chenopodiaceae tienen valores similares y en algunos casos mayores a las Anacardiaceae y Cactaceae.

Los resultados de diversidad permiten observar que los valores más altos de diversidad se hallan en el conjunto 1 (0,62), el cual corresponde al lapso temporal de 2200-100 AP. El segundo conjunto, comprendido entre 2200 y 5000 años AP sigue con un valor de 0,59. El tercer conjunto, que abarca de 5000 a 7600 años AP, tiene el valor más bajo con 0,22. Finalmente, el conjunto 4, comprendido entre7600 a 8900 años AP, arroja un valor de 0. El resultado del análisis de la correlación expresado en los diferentes conjuntos de AMA-3 muestra un alto valor negativo entre la diversidad y el tiempo, así, en los conjuntos más tempranos, la diversidad de material botánico disminuye (Figura 5).

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Figura 5. Análisis de correlación en los diferentes conjuntos de AMA-3.

 El análisis de densidad del SPV-1 mostró que la especie que presenta los valores más altos de densidad es Chenopodium multifidum en los 4 primeros niveles, siguiendo Ch. ambrosioides (Tabla 6). Ch. multifidum y Ch. ambrosioides son las especies más ubicuas, seguidas por las indeterminadas. Las restantes presentan el mismo valor de ubicuidad (Tabla 7).

Tabla 6. Densidad de los macrorrestos por nivel de SPV-1.
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Tabla 7. Ubicuidad de los macrorrestos por nivel de SPV-1.
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TAFONOMÍA

 Un punto central en la interpretación del registro arqueobotánico es el origen de los macrorrestos, es decir la formación del registro arqueobotánico, aceptando que no sólo la conducta humana es la causantede los registros. Los diversos procesos tafonómicos, la preservación diferencial, la cantidad de semillas que produce una planta, entre otros, son variables a tener en cuenta al momento de cuantificar e interpretar el registro arqueobotánico (Buxó 1997; Keepax 1977; Minnis 1981). Las condiciones de preservación de esta evidencia dependen tanto de la matriz como de las propiedades de la semilla (Ford 1979). En este sentido, bajo condiciones favorables de conservación, (factores ambientales como el frío, la acidez y la aridez favorecen la preservación de material no carbonizado), resulta útil examinar todos losmacrorrestos (Miksicek 1987); es decir, considerar también todas las partes vegetales que puedan integrar el registro arqueológico. El problema de qué plantas utilizaban las poblaciones de cazadores-recolectores, cuánto y con qué frecuencia no parece fácil de responder desde los macrorrestos recuperados ya que, si bien se cuenta con información etnohistórica y actual acerca de estos temas, el salto entre la evidencia material y la explicación no es fácil de efectuar (Pérez de Micou 1999).

 Los resultados del análisis de correlación entre diversidad y tiempo sugieren la acción de factores naturales postdepositacionales sobre la muestra estudiada. Es decir, que esta tendencia es coherente con la preservación diferencial de los macrorrestos mediadas por el paso del tiempo. Esta tendencia, que se observa en el sitio arqueológico, se repite en el sondeo de prueba con una alta frecuencia de macrorrestos en los primeros 2 niveles y una rápida disminución hacia los niveles más profundos. Esto debilita las inferencias que se pueden hacer del registro como producto de la actividad humana. El buengrado de preservación de los materiales recuperados en los niveles intermedios sugiere la posibilidad de un proceso de migración desde los niveles más superficiales. Esto podría indicar que los procesos de acumulación de macrorrestos tengan más que ver con procesos de depositación natural que antrópicos. Por último, a excepción de un macrorresto (Schinus polygamus) la totalidad del material recuperado no presenta estado de termoalteración, lo que dificulta aun más su asignación como producto de la actividad antrópica.

 En resumen, si bien la presencia de semillas carbonizadas es uno de los principales indicadores de actividad/consumo humano, en las últimas décadas, numerosos investigadores utilizan la totalidad de losmacrorrestos recuperados, incluso aquellos que no están carbonizados. Los trabajos de Lopinot y Brussell (1982), Barlow y Metcalfe (1996), Wohlgemuth (1996), Minnis (1989), Coltrain y Leavitt (2002), entre otros, muestran la utilidad de considerar todos los restos para comprender la totalidad de las tareas y los diferentes tipos de uso y/o procesamiento al que fueron sometidas las plantas. De esta forma, se evita caer en el problema de sesgar el registro botánico.

DISCUSIÓN

 Desde el punto de vista de la paleoecología humana, el registro arqueológico puede ser entendido como una amplia variedad de respuestas adaptativas regionales de sistemas abiertos, reflejadas en la tecnología, en los patrones de asentamiento, subsistencia, en la organización social, la ideología y el uso de los recursos naturales (Jochim 1981). Dentro del registro arqueológico los restos vegetales son una herramienta útil para comprender aspectos de la subsistencia, la movilidad humana y las condiciones paleoambientales, entre otros (Ford 1979; Pearsall 1989; Popper y Hastorf 1988).

 El registro arqueobotánico encontrado en el sitio arqueológico AMA-3, muestra una serie de plantasautóctonas, que actualmente se encuentran en el área. Las especies que presentan el mayor valor de densidad corresponden al género Chenopodium, las cuales han sido estudiadas fitoquímicamente, revelando la presencia de principios tóxicos (saponinas y nitritos) cuyo grado de toxicidad no ha sido aún demostrado experimentalmente con pruebas biológicas (Ragonese y Milano 1984). Existe información proveniente de registros etnohistóricos de la Patagonia que evidencia la utilización de especies de esta misma familia como recurso alimenticio para las poblaciones prehispánicas y actuales (Ladio 2002) las cuales tratan estas plantas previamente antes de consumirlas, atendiendo a la mencionada toxicidad (Betancourt et al. 1999; Rapoport et al. 1998).

 El trabajo de Hunziker y Planchuelo (1971), llevado a cabo en la Gruta del Indio, menciona el hallazgo de semillas de Chenopodium quinoa, que es un pseudocereal comestible, junto con semillas de Ch.hircinum y Amaranthus caudatus, entre otras. Estas plantas no presentan diferencias morfológicassustanciales por lo que pueden haber sido cosechadas para ser consumidas indistintamente (Hunziker yPlanchuelo 1971). Esta asociación fortalece la posibilidad de que las Chenopodiaceae registradas enel sitio hayan estado asociadas a actividad humana. Otra investigación realizada en la localidad Chiripa,Bolivia por Bruno y Whitehead (2003) sobre el surgimiento de la agricultura, identificó semillas delcomplejo cultivos/hierbas adventicias de la quinoa. Los autores manifiestan que los cultivos y las hierbascrecían juntas y ambas eran cosechadas para su consumo (Bruno y Whitehead 2003).

 Si bien los diferentes indicadores sugieren una fuerte ingerencia de los procesos tafonómicos en la formación del registro arqueobotánico, los aspectos relacionados con la diversidad de especies merecen una consideración en torno a su posible origen antrópico. Las diferencias taxonómicas encontradas entre el SPV-1 y la excavación del alero podrían mostrar la intervención de las poblaciones humanas. El género Chenopodium es el más frecuente tanto en el sondeo como en el sitio arqueológico. Sin embargo, mientras que Ch. multifidum es el taxón más abundante en el sondeo seguido por Ch. ambrosioides, en el sitio el más abundante y de mayor ubicuidad es Ch. papulosum seguido por Ch. ambrosioides. Ch. papulosum es la única especie de Chenopodium que no está presente en el sondeo. Esta especie es la que genéticamente está emparentada con Chenopodium quinoa y Ch. hircinum (Mujica y Jacobsen 2005), por lo que puede suponerse su manipulación por el hombre desde tiempos más tempranos.

 La presencia de Chenopodium papulosum, Maihuenia sp. y Austrocactus aff. patagonicus en el sitio arqueológico no puede ser explicada por el tamaño de la muestra o problemas de preservación, dado que en el sondeo es 5 veces mayor el número de semillas y en este lugar no se encuentran presentes.Schinus polygamus es otra de las plantas que registra consumo etnográfico (Gade 1975; Hernández 2002), y su presencia en el sitio arqueológico debe ser reevaluada para entender qué rol tuvo en lasubsistencia de las poblaciones prehispánicas. Lo expuesto sugiere que al menos una parte del registrode macrorrestos del sitio AMA-3 ha sido depositado como producto de la actividad humana.

 Sobre la base de las expectativas de la Teoría de Forrajeamiento Óptimo (Bettinger 1991; Winterhalder y Smith 1992), específicamente del Modelo de Amplitud de Dieta, Neme (2002, 2007) postula la existencia de un modelo de intensificación, en el cual se propone un mayor consumo de plantas silvestres como producto de un aumento en la amplitud de la dieta hacia fines del Holoceno tardío (Neme 2002, 2007). Se podría esperar un cambio en el rol de las plantas ca. 2000 años AP como consecuencia del mencionado proceso de intensificación en las poblaciones de la región. Esta importancia creciente del rol de las plantas en la dieta humana se manifestará arqueológicamente como un aumento en la diversidad taxonómica de los macrorrestos botánicos. En ese sentido y asumiendo que los restos de plantas son vestigios comestibles que reflejan en algún grado la importancia de éstas en la dieta, es notorio que el conjunto 1, que abarca los últimos 2200 años, tenga una mayor densidad temporal y diversidad de restos que los grupos temporalmente previos, donde Chenopodium papulosum sería la especie más importante. Sin embargo, hay dos aspectos que deben resaltarse: primero, no hay dato firme sobre el uso de Ch. papulosum; y segundo, los restos no presentan vestigios de uso (no están carbonizados ni fragmentados). El registro arqueológico del sitio muestra importantes cambios para el momento en que e l registro de vegetales se hace más importante y que en alguna medida se relacionan con el registro arqueobotánico. En este sentido, un estudio que correlaciona la proporción de manos de moler y molinos a través del tiempo, tanto en Arroyo Malo 3 como en el resto de los sitios estudiados de la región, muestra un significativo aumento en los conjuntos más tardíos (Neme 2007). Estos resultados sugieren un aumento en el equipamiento destinado al procesamiento de materiales, además de los cambios en el resto de la tecnología lítica y en los taxa de animales consumidos (Neme 2002).

 Finalmente se podría argumentar que la edad más reciente del conjunto 1 ha favorecido la preservación diferencial aunque esta última línea queda debilitada al no notarse una disminución constante en la densidad temporal (Figura 4). Estas diferencias son significativamente distintas a los conjuntos previos pero se requieren más controles para formular un modelo que explique la formación de este registro arqueobotánico.

CONCLUSIÓN

 Este trabajo ha abordado diferentes temas relacionados con el registro de macrorrestos vegetalesdel sitio Arroyo Malo-3. Estos incluyeron la formación del depósito y el rol que tuvo la explotación de losrecursos vegetales en las estrategias humanas.

 Los resultados del análisis de los restos vegetales muestran que en su mayoría provienen del conjunto1, o sea de los últimos 2200 años AP registrándose la presencia de plantas autóctonas que pueden serencontradas en los alrededores del sitio. Algunos datos etnográficos muestran su potencial uso como recursos de subsistencia y/o medicinales (Gade 1975; Hernández 2002; Ladio 2002).

Las observaciones tafonómicas, así como la comparación con el sondeo de prueba estarían indicando que al menos una parte importante del registro pudo haber sido incorporado por agentes naturales ajenos a la actividad humana y éste habría estado afectado por procesos de preservación diferencial mediados por la antigüedad de los depósitos.

 Por otra parte, la alta frecuencia de Chenopodium papulosum, caracterizada como una de las especies de chenopodiáceas silvestres con mayor manejo humano (Mujica y Jacobsen 2005), así como la presencia de dos tipos de cactáceas, y de Schinus polygamus podrían haber ingresado como producto de la actividad humana.

 Este trabajo propuso discutir la hipótesis que planteaba un proceso de intensificación ocurrido alrededor de 2000 años AP. En este sentido, los resultados del registro arqueobotánico no contradicenla propuesta del mencionado proceso de intensificación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los restos de material orgánico son altamente degradables por lo que se puede sugerir que el registro vegetal de los conjuntos inferiores está subrepresentado. En este sentido, la tendencia observada podría sugerirun significativo impacto de los procesos tafonómicos.

 En cuanto al uso del recurso vegetal silvestre en la subsistencia, debe ser revalorizado en las investigaciones arqueológicas que pretendan dar cuenta de la economía basada en la recolección. Para ello se propone continuar el análisis de diferentes sitios arqueológicos para ayudar a comprender las estrategias de subsistencia en relación al valor calórico y alimenticio de los vegetales consideradoscomplementarios en la dieta. Además, son necesario estudios fenológicos, que ayuden a comprenderaspectos no sólo de la subsistencia, sino también de la disponibilidad de los recursos. En este sentido será importante poder cuantificar la productividad de las plantas de la región, como una forma de controlar las variaciones en la densidad de las distintas semillas que son incorporadas en forma natural al registro. La «lluvia» natural de semillas es sin duda, un punto sobre el que será necesario avanzar en trabajos futuros. Por otra parte el análisis de nuevos sitios de la región permitirán no sólo evaluar con más fuerza los modelos propuestos, sino también mejorar nuestro conocimiento de los procesos tafonómicos que afectan al registro arqueobotánico a nivel regional.

Agradecimientos

 Agradezco a Gustavo Neme, Adolfo Gil y Aldo Calzolari quienes colaboraron con sugerencias y comentarios para mejorar el trabajo; a Alicia Hernández, María Lelia Pochettino, María Fernanda Rodríguez y Roberto Kiesling quienes colaboraron con la determinación taxonómica. Agradezco también el aporte dado por los evaluadores del manuscrito cuyas sugerencias mejoraron la calidad del mismo. Este trabajo se realizó en el marco de proyectos subsidiados por Fundación Antorchas y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

REFERENCIAS CITADAS

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