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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. v.10 n.2 Olavarría jul./dic. 2009

 

ARTÍCULOS

Frontera/s y memoria/s. "Los pioneros" coyhaiquinos y trevelinenses

Brígida Baeza

Brígida Baeza. CONICET, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, UNPSJB. Ruta Nacional Nº 1, km 4, (9000) Comodoro Rivadavia, Chubut. E-mail: brigida_baeza@hotmail.com

Recibido 20 de Agosto 2008.
Aceptado
17 de Noviembre 2008

RESUMEN  En el presente artículo se propone el análisis de las características que adquirió y adquiere la construcción de las identidades culturales en torno a la idea de memoria/s, en las localidades de Coyhaique (Chile) y Trevelin (Argentina) pertenecientes a la frontera chileno-argentina en Patagonia Central. Luego de delimitada formalmente la frontera entre Chile y Argentina hacia principios de siglo XX, los representantes de las agencias estatales emprendieron la tarea de chilenizar y argentinizar las poblaciones fronterizas caracterizadas por su heterogeneidad y ausencia de representantes "nacionales". En este artículo se analiza el modo en que se "resolvió" el dilema de a qué grupos considerar como portadores y representantes de la nacionalidad en Coyhaique y Trevelin. A través del análisis de las celebraciones de los aniversarios, se analizan los cambios y continuidades en relación a la construcción de la memoria colectiva en torno a los fundadores/"pioneros" y de qué modo interactúan éstos con el resto de los grupos sociales y de las agencias estatales de las respectivas localidades. El artículo aporta elementos para el análisis de la dinámica que adquieren actualmente los procesos identitarios en Patagonia Central desde una perspectiva comparada incluyendo los lados chileno y argentino de la frontera.

Palabras clave: Fronteras; Identidades; Memoria/s; Aniversarios.

ABSTRACT  BORDER/S AND MEMOR(Y)/IES: THE COYHAIQUIE AND TREVELIN "PIONEERS". This article analyzes the past and present characteristics of the construction of cultural identities related to the idea of memory in the communities of Coyhaique, Chile, and Trevelin, Argentina, located in the Chilean-Argentinian border in Central Patagonia. Once the border between Chile and Argentina was formally delimited at the beginning of the twentieth century, the State´s agents began the task of nationalizing border populations, characterized by their heterogeneity and the absence of "national" representatives. This paper examines how the dilemma regarding the defi nition of which groups should be considered carriers and representatives of nationality in Coyhaique and Trevelin was "solved". Changes and continuities related to collective memory construction about founders/"pioneers" and the way in which they interact with other social groups and the state agency of each community are studied through the analysis of anniversary celebrations. The article provides elements for the analysis of the current dynamic of identity processes in Central Patagonia from a comparative perspective that includes the Chilean and the Argentinean sides of the border.

Keywords: Borders; Identities; Memories; Anniversaries.

INTRODUCCIÓN

 En el presente artículo buscamos explicar el proceso de construcción de la/s memoria/s colectiva/s en las localidades de Trevelin1 y Coyhaique2 desde una perspectiva comparada. Los pasos fronterizos mencionados constituyen los dos pasos más importantes en circulación en Patagonia Central (Figura 1). Si bien existe una multiplicidad de vías para analizar la construcción de la/s memoria/s colectiva/s, optaremos por profundizar el análisis de las fiestas aniversario, en las que se recuerdan los momentos fundacionales3 de las localidades mencionadas. Dado que es una oportunidad en que todos/as los/as coyhaiquinos/as y trevelinenses participan activamente o bien brindando su opinión acerca de los eventos que se desarrollan en la comunidad.4

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Figura 1. Ubicación de los pasos fronterizos Futaleufú y Coyhaique (Chile-Argentina).

 En el caso argentino, hacia 1885 el Coronel Luis Jorge Fontana exploró e incorporó formalmente a la Gobernación del Territorio Nacional del Chubut la zona cordillerana donde actualmente se encuentran ubicadas las localidades de Trevelin y Río Mayo. En el caso chileno, en 1874 la Ley de Colonización de la Araucanía, inicia el asentamiento de empresas ganaderas en la zona de Aysén, sin embargo, la presencia estatal se desarrolló desde fi nes de 1920 con la fundación oficial de Coyhaique y Futaleufú. Siendo el Coronel Luis Marchant el equivalente a Fontana en Chile, ambos héroes fundadores dejaron sus "huellas" en la toponimia del territorio y en la elección de fechas y nombres de las localidades que incorporaban a sus respectivos Estados.

 Las fundaciones de las localidades situadas a uno y otro lado de la frontera, sólo marcaron el inicio de un largo proceso de fronterización, por el cual las poblaciones ubicadas a uno y otro lado de la frontera llegaron a ser fronterizas. Pensar la frontera como una construcción social permite contemplar tanto las políticas de los gobiernos centrales desarrolladas por parte de los agentes de estatalización y nacionalización, como las diversas prácticas de las poblaciones locales.

El contexto fronterizo de Futaleufú y Coyhaique nos advierte sobre las dificultades que tuvieron los Estados chileno y argentino para infundir patriotismo a sus habitantes. Este hecho se encuentra vinculado a las características del poblamiento, en primer término, muchos de estos colonos habían sido "corridos" de la zona central de Chile (Novella y Finkelstein 1998: 85-86) y luego instalados en Argentina, eran expulsados por las autoridades argentinas, y por último buscaban reinstalarse del lado chileno de la frontera. Estos colonos que decidían regresar a Chile, aprovecharon la coyuntura favorable para la colonización en Aysén y Futaleufú, que buscaba repatriar a sus connacionales. Sin embargo, por la estadía en Argentina se habían argentinizado, lo cual representó un dilema para el Estado chileno, ya que consideró que estos pobladores a pesar de ser chilenos o hijos de chilenos, eran "casi" argentinos. De manera similar del lado argentino, las autoridades territorianas consideraron que la argentinidad en la cordillera se hallaba en peligro por la alta presencia de chilenos que chilenizaban las costumbres argentinas. Es por ello que, diferenciar las poblaciones de uno y otro lado implicó el esfuerzo nacionalizador por parte de ambos Estados para hacer coincidir la frontera política y la frontera cultural e identitaria. Durante el período 1880-1955, la Gobernación del Territorio Nacional del Chubut emprendió la tarea nacionalizadora. Y en el caso chileno el proyecto nacionalizador fue proyectado desde la provincia de Aysén creada en 1928. El patriotismo se infundió desde diversos ámbitos, entre los que destacan el educativo y el militar, éste último no sólo a través de la presencia de las fuerzas armadas sino también del servicio militar obligatorio.

 En este sentido, el examen de las conmemoraciones nos permite reflexionar acerca de la continuidad temporal que presentan, pues en y a través de ellas el pasado se vuelve a instruir, a formalizar a la luz de los valores del presente y funciona paralelamente como garante del porvenir deseado. Tal como indica Raynaud (1994: 106) las conmemoraciones ocupan un lugar central en el universo político contemporáneo, por ende es posible encontrar en estas prácticas no sólo adhesiones y consenso, sino también tensiones y conflictos. Por este motivo, resulta interesante detenernos en la construcción de las conmemoraciones y sus productores. Sin embargo, un planteo que surge a partir de la comparación de las dos localidades fronterizas gira en torno al análisis de qué grupos son definidos como los portadores y asumen ser representantes de la chilenidad y de la argentinidad en su territorio. Brindar una serie de respuestas a este dilema constituye un aporte al análisis de los procesos identitarios actuales en la frontera de Patagonia central.

Básicamente adopté un tipo de metodología cualitativa proveniente de la antropología histórica. Combiné el trabajo propio de la etnografía con el perteneciente a la investigación archivística de los historiadores. Siguiendo la propuesta de Abercombrie (1998) que abordó "…la combinación de la observación participante y de la investigación archivística con el fin de explorar en el contexto andino la relación entre memoria e historia, yuxtaponiendo la documentación etnográfica, histórica y de la "memoria social", los recuerdos, las reconstrucciones y las conmemoraciones del pasado…" (Abercombrie 1998: 14). De este modo, es posible recuperar la centralidad del trabajo de campo destinado a captar todas las prácticas relevantes orientadas a reconstruir la memoria y subjetividad de los actores sociales (Guber 1991). Se intentó rescatar y comprender las diversas perspectivas de los actores, durante seis años de trabajo de campo. En febrero de 2001 inicié las primeras observaciones, a modo de conocer y establecer la forma en que se abordaría el ingreso a los informantes claves en primer término. Paralelamente conformé una agenda de las principales celebraciones del pueblo de Trevelin -por ser la primer comunidad que comencé a analizar-, tanto las oficiales como las pertenecientes a otros grupos sociales como galeses y chilenos. Desde los viajes iniciales privilegié la observación participante en diversas actividades que permitían el ingreso a numerosos grupos, asociaciones, redes de amigos, etc. Esto permitió acumular una serie de registros diversos, dado que por un lado se rescató "lo no documentado" como gestos, códigos de comunicación, posturas; y por otro lado, no se desecharon las oportunidades de realizar entrevistas semi-estructuradas y en profundidad.

FRONTERA/S, MEMORIA/S Y PROCESOS IDENTITARIOS EN TREVELIN

En el caso particular de Trevelin al surgir de la comunión de intereses entre el gobierno del Territorio Nacional del Chubut y el grupo de galeses asentados en el Valle del río Chubut (1885), la construcción de la/s memoria/s adquiere un carácter de tensión y competencia entre estos dos grupos que intentan hegemonizar la materialización de lo que consideran trascendental al momento de recordar la historia de la comunidad trevelinense.

Debemos considerar que el proceso de memorialización adquirió características inusitadas para los propios protagonistas del fenómeno, dado que desde las políticas culturales locales y provinciales actualmente se plantea una revalorización exacerbada de la presencia galesa y del Coronel Fontana en el paso fronterizo de Futaleufú. No obstante, esta unión que hoy se encuentra naturalizada entre lo galés y el accionar de los agentes estatales encargados de efectivizar el lugar de enunciación del Estado -sobre todo provincial-, tuvo a lo largo de su conformación un carácter conflictivo, también reflejado en la forma que adquirió la construcción de la memoria oficial.

Los rasgos de esta fusión son posibles de ver, en diferentes aspectos tales como la toponimia del lugar. Como vimos, las "conquistas" galesas se pueden ver aún cristalizadas en el nombre del pueblo Trevelin (pueblo del molino en galés), en una serie de nombres de calles que reivindican a los fundadores galeses de la Colonia 16 de octubre, en el Museo municipal John Daniel Evans. Pero también se encuentra la presencia estatal plasmada en la denominación de la Avenida principal de la localidad denominada San Martín en honor al héroe nacional, la Plaza central que lleva el nombre del Coronel Fontana, así como también el club de fútbol del pueblo y el salón cultural que congrega a la localidad para los eventos socioculturales.

Desde la década del ´90 esta tendencia se profundizó, caracterizándose por el interés en la historia local y la instalación de Museos privados, como Nant Fach, Museo Cartref Taif (Hogar del abuelo), Museo Celta, casa cultural Nain Maggie. Además de publicaciones de bibliografía vinculada con la presencia galesa en el Valle 16 de Octubre entre las que podemos mencionar el libro John Daniel Evans, El Molinero, por parte de su nieta Clery Evans. La investigación sobre Molinos Harineros de Mervyn Evans, y las de John Thomas Murray, por parte de su nieto Jorge Wilson Thomas. Tal como en la etapa fundacional, perteneciente a la época del ex Territorio Nacional del Chubut, se despliega toda la exaltación y búsqueda de héroes locales que contribuyan a la formación de un imaginario social ligado a la tradición galesa en el Valle 16 de Octubre.

En este sentido, el examen de las conmemoraciones nos permite reflexionar acerca de la continuidad temporal que presentan, pues en y a través de ellas el pasado se vuelve a instruir, a formalizar a la luz de los valores del presente y funciona paralelamente como garante del porvenir deseado. Tal como indica Raynaud (1994: 106) las conmemoraciones ocupan un lugar central en el universo político contemporáneo, por ende es posible encontrar en estas prácticas no sólo adhesiones y consenso, sino también tensiones y conflictos. Por este motivo, resulta interesante detenernos en la construcción de las conmemoraciones y sus productores. Sin embargo, un planteo que surge a partir de la comparación de las dos localidades fronterizas gira en torno al análisis de qué grupos son defi nidos como los portadores y asumen ser representantes de la chilenidad y de la argentinidad en su territorio. Brindar una serie de respuestas a este dilema constituye un aporte al análisis de los procesos identitarios actuales en la frontera de Patagonia central.

Aunque de hecho algunas figuras se encuentran alejadas de los rasgos que debe tener un héroe, si las mismas no existen se "inventan", tal como sucede con los héroes nacionales. En el caso de John Thomas Murray (Uranga 2005), sus descendientes tratan de convertir los defectos que se remarcaron en el pasado en virtudes actuales. Así, por ejemplo la temprana obtención de la ciudadanía argentina condenada por sus contemporáneos galeses es catalogada hoy como muestra de argentinidad.

En segundo lugar, la instalación de monumentos cuya función es excitar por emoción una memoria viva, recuerdan diariamente a los trevelinenses el lugar que ocupa la colonización galesa y la llegada del Coronel Jorge Luis Fontana al Valle 16 de Octubre. En tercer lugar, el nombre del Coronel Fontana fue impuesto por las elites nacionalistas representada en los funcionarios estatales y sectores criollos de argentinos, en varios espacios como la plaza pública que de 1935 a 1950 (aproximadamente) se denominó Thomas Holdich, en honor al árbitro inglés del Plebiscito de 1902. El denominado Plebiscito de 1902 refiere a la supuesta decisión del grupo de galeses de la Colonia 16 de Octubre de querer pertenecer al Estado argentino, en vez de al chileno. En torno a este hecho se construyó la historia regional que catapulta a los galeses como representantes de la argentinidad en la frontera con Chile. La designación como árbitro del diferendo limítrofe recayó en Sir Thomas Holdich. El principal punto en el que no existía acuerdo entre Chile y Argentina era el siguiente:

"10. El Gobierno Argentino sostenía que la línea que debía tenerse en vista tenía que ser esencialmente una frontera orográfica, determinada por las más altas cumbres de la Cordillera de los Andes; en tanto que el Gobierno chileno sostenía que la definición contenida en el tratado y protocolo solo podría hacerse efectiva por una línea hidrográfica que formara la división de las aguas entre los Océanos Atlántico y Pacífico, dejando para la Argentina las cuencas de todos los ríos que se derraman en el primero dentro de la línea de costa argentina y para Chile las cuencas de todos los ríos que se derraman en el Pacífico dentro de la línea de costa chilena...". (Memorias del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Tomo 1902-1903. Archivo General de la Nación, p. 111).

Actualmente no se discute el papel preponderante de Fontana; sin embargo, entre los héroes provenientes de la comunidad galesa se exalta la figura de John Daniel Evans. De todos modos cada familia reivindica por diversos motivos la existencia de un conjunto mayor de hombres ilustres.

En cuarto lugar, de igual manera, los edificios históricos que componen el Patrimonio cultural de la localidad están asociados a emprendimientos de la colonia galesa. Los nombres de las calles recuerdan a inmigrantes galeses: Robert Williams, Colonos Galeses, Beatriz Williams, John Daniel Evans, El Malacara, 16 de Octubre, etc. Luego se repiten denominaciones asociadas a la tradición liberal/nacionalista argentina: Soberanía nacional, Avenida 25 de Mayo, Avenida San Martín, Independencia argentina.

Otra de las particularidades de los galeses - trevelinenses es su apego por el bagaje de tradiciones gauchescas. Actualmente predomina la reivindicación de la fi gura emblemática del gaucho (promocionado desde el Estado Provincial desde los ´60). Los gauchos- galeses son en su mayor parte propietarios de establecimientos ganaderos, en contacto permanente con trabajadores rurales, conocedores de tradiciones gauchescas. Esta relación no es armónica ya que existe una asociación -no oficializada- compuesta por personas que trabajan en los campos y estancias de la zona y que consideran que los representantes de la Agrupación gaucha "no conocen nada de lo que es verdaderamente gaucho". Esta competencia por la atribución de significados generalmente se pone de manifiesto en los desfiles de la fiesta aniversario de la localidad el 25 de noviembre.

Los gauchos galeses consideran que el gusto por las tradiciones gauchas proviene de la fuerte relación con los indios tehuelches desde su llegada a las costas de Chubut. Esto representa una construcción mítica, que permite a los galeses mostrar una buena relación con este grupo étnico. Sin embargo, los tehuelches tampoco conocían el significado de lo gauchesco. Los gauchos galeses agradecen las enseñanzas de los indios tehuelches para sobrevivir en la meseta patagónica, representada simbólicamente en el intercambio de plumas recolectadas por los indios por bara (pan) galés. Los tehuelches han sido asociados a las representaciones del ser argentino (Ramos y Delrio 2005), por oposición a los mapuches-chilenos. Este imaginario, actualmente se reproduce en las representaciones que poseen los galeses propietarios de campos en zonas aledañas a una comunidad mapuche, grupos que son vistos como vagos, carentes del sentido de progreso, poco afectos a lograr conocimientos nuevos. Para algunos galeses se debe a las "cruzas" -empleando una metáfora campera- pues donde hay matrimonios de mapuches con gente del litoral argentino, el tema es distinto: son más trabajadores y obedientes. La asociación entre mapuche = indio extranjero y tehuelche = indio argentino, ha sido una imagen explotada y reproducida desde la campaña militar de Roca en 1879 a la Patagonia y difundida a través de los manuales escolares de la provincia del Chubut.

El 25 de Noviembre: aaa!! Fiesta en Trevelin5

Esta comunión de elementos de las dos tradiciones mencionadas también se refl eja en el carácter ritual que adquieren las conmemoraciones ligadas a la gesta galesa-estatal, tal como ocurre con el rito de conmemoración del 25 de Noviembre. En dicha fecha se recuerda el año 1885, cuando arriban Fontana y sus Rifleros al valle que denominaron Dieciséis de Octubre. También el 16 de Octubre, fecha ligada al momento de creación de la Colonia por parte del Ministerio del Interior de la Nación, además de indicar el lugar donde años más tarde se ubicó el pueblo de Trevelin y nombre con el que se designó en primer término el Departamento de la zona noroeste del Territorio del Chubut. Todos los años el día 25 de Noviembre lostrevelinenses se ven comprometidos en muestras artísticas y ferias de colectividades, entre otras actividades. Sin embargo, el acto central comienza el día 24 de noviembre con el izamiento del Pabellón Nacional por parte de los "Rifleros de Fontana" en la zona desde donde el Coronel Fontana avistó el Valle 16 de Octubre por primera vez. Quienes representan a los Rifleros y Fontana tratan de experimentar lo que sintieron los protagonistas en 1885, vestidos con los trajes típicos y durmiendo una noche a la intemperie. La mayoría de la población no conoce la realización de esta última actividad, porque es una parte restringida del rito: se debe ser hombre y tener algún tipo de vinculación con la historia de los rifleros.

La presencia sí es masiva en el acto que se realiza en la Avenida San Martín y la plaza Coronel Fontana.6 El 25 de Noviembre puede ser considerado como el rito celebratorio más importante en la vida de los trevelinenses, nos permite ver las tensiones presentes en los límites de los grupos sociales que componen la localidad de Trevelin, dado que cumple con la característica básica de los ritos sociales: tan importante como integrar a quienes comparten el rito es separar a los que se rechaza. Actualmente, a pesar de ser la fecha de celebración del aniversario del día de fundación del pueblo, básicamente se realiza una revalorización del pasado indicando su vinculación directa con la llegada de los colonos galeses al Valle 16 de Octubre. Este rito tuvo su origen en el proceso de revalorización de las tradiciones galesas que comenzó hacia fines de la década del ´60 por parte del Estado provincial, sumado a que los descendientes de los "primeros galeses" dieron inicio al reencuentro con el pasado de sus ancestros en el Valle 16 de Octubre.

El 25 de Noviembre funciona como un rito de celebración que se enmarca en un conjunto de actividades que se desarrollan a nivel local durante todo el mes de noviembre. En primer lugar, a pesar de ser la fecha de celebración del aniversario del día de fundación del pueblo, básicamente se realiza una revalorización del pasado indicando su vinculación directa con la llegada de los colonos galeses al Valle 16 de Octubre. Así por ejemplo, en el desarrollo del acto del 25 de Noviembre de 2001, la apertura se realizó "en honor a nuestros antepasados que una vez zarparon de Liverpool".7 No se mencionó la presencia de comunidades tehuelches y mapuches ubicadas en la zona desde décadas anteriores a fi nes del siglo XIX, ni a la población chilena que se registra en el valle 16 de octubre hacia 1914.8 Tampoco se hallaban presentes la bandera chilena, ni la mapuche -los dos grupos numéricamente mayoritarios- entre las banderas de ceremonia que se habían izado. Sólo se entonaron el himno nacional argentino y el galés. Ambos generaron un momento de com/unión, lo que típicamente se asocia a que los himnos, junto con las banderas y los escudos, representan el conjunto de prácticas rituales que por su carácter compulsivo, producen respeto instantáneo y lealtad (Hobsbawm y Ranger 2002: 8).

Otro momento trascendental fue la lectura de los discursos alusivos, a cargo de representantes de la colectividad galesa y de funcionarios provinciales y municipales. El intendente -como figura central del pueblo- realizó un balance en tres sentidos,

• retrospectivo del pasado de la localidad: reivindicando la labor galesa y, en particular, la de John Thomas Murray;

• del presente: la entrega de títulos de propiedad en la aldea Los Cipreses,

• prospectiva, pues realizó una amplia referencia a los dos grandes proyectos para el año 2002: la celebración del Centenario del Plebiscito de 1902 y la publicación de dos libros, uno referido al mencionado acontecimiento y otro sobre la historia de Trevelin.

El acto formal finalizó con un desfile cívico-militar de más de una hora de duración, iniciado por los "Rifleros de Fontana". También se destacó la presencia militar, pero por sobre ésta las agrupaciones gauchas locales y el pasaje de representantes de grupos indígenas. Es interesante señalar que días previos al 25 de Noviembre toda la comunidad se vio incluida en un debate acerca de la inserción o no del grupo de "indios", dado que parte de la comunidad sentía que era una forma de revalorizarlos.9 No obstante, la Dirección de Cultura se oponía a incluirlos en el desfile por estar alejada de la realidad de la población indígena del lugar. Finalmente por presiones de distintos actores se autorizó el desfile. En el caso de la colectividad chilena no participó del desfile, exclusión que contrastaba con la presencia de todo el resto de las colectividades de inmigrantes extranjeros de las localidades de Trevelin y Esquel.

Como parte de los festejos del 25 de Noviembre, la Agrupación Gaucha de la localidad organizó un Festival de Doma, donde el público que se concentró básicamente pertenece a los barrios alejados del centro del pueblo, como Aldea escolar, Aldea Los Cipreses, Alborada. Esta imagen contrasta con quienes asisten al Concierto de Coros, ya que a diferencia del tono gauchesco de la primera celebración, en ésta última predomina la formalidad. Este evento se desarrolla por la noche en el Salón Central, donde es posible escuchar charlas en galés entre los presentes, además de cánticos con sentido religioso y referidos a la vida campesina de los galeses. El concierto finaliza con la entonación del himno nacional galés.

La celebración del 25 de Noviembre fue impulsada en una primera instancia en el cincuentenario de la llegada de Fontana al Valle 16 de Octubre por tres integrantes del grupo de Rifleros. Elaboraron una reseña histórica e instalaron el busto del Coronel Fontana en la plaza, como medio de recordar y evocar cotidianamente la memoria de la localidad. Los organizadores remarcan el hecho del carácter vecinal del acto. A través del tiempo, el 25 de Noviembre logró imponerse ante el festejo del 16 de Octubre, transformándose en un ámbito donde las autoridades locales y representantes del ex-Territorio Nacional del Chubut expresaban sus ideales nacionalistas, revalorizando fuertemente el papel del Estado nacional en la Colonia 16 de Octubre.

Hacia la década del ´60 -luego de la provincialización del Territorio Nacional del Chubut- la "gesta galesa" fue adoptada como símbolo de las identificaciones a nivel provincial, por lo cual todo lo asociado a la misma fue elevado a la altura de las celebraciones vinculadas a la nación, tales como el 25 de mayo o el 9 de julio. En este sentido, en el acto del 25 de Noviembre se resaltaron los rasgos de similitud con el avance de la frontera norteamericana. Así, a la idea de "Marcha hacia el oeste" se le incorporó la de "Destino manifiesto", dado que Fontana es presentado como el "hombre que debía cumplir el destino de Roca como conquistador del Desierto".10

En los discursos conmemorativos de 1969 se hizo referencia a Trevelin como una "población todavía típicamente galesa en muchos aspectos", trazándose un paralelismo entre la "marcha hacia el oeste estadounidense" y el camino de los colonos galeses con Fontana hacia el oeste cordillerano de Chubut.11 También hacia la década de 1960 el hijo de John Daniel Evans comenzó a organizar el Desfile de Rifleros: "tratando de que cada riflero fuese pariente del que personificaba... Tal como manifestó una entrevistada, se dedicaban todo el año a preparar a los personajes, buscando siempre parentescos: cada uno representaba PERFECTAMENTE A LOS RIFLEROS" (Dafne Roberts, comunicación personal, 21 de abril de 2001).

Actualmente los medios de comunicación regionales12 resaltan otros aspectos de la celebración, tales como la entrega de premios a pobladores, la participación de las agrupaciones gauchas, de delegaciones de colectividades de inmigrantes, el palco de autoridades, todo esto diferente a las imágenes de las fotografías de la década del ´60 donde se enfocaba la majestuosidad del desfile militar. Cuando una mujer descendiente de galeses hacía alusión al grado de importancia que le atribuye a las distintas celebraciones que pertenecen al calendario festivo de Trevelin, explicaba: "El 25 de noviembre ¡Ah! FIESTA, absolutamente fiesta, a todos. Por que es el día del pueblo, es el día en que Fontana llega al valle! 1885, y dice: "¡qué valle encantador!". El 25 de noviembre Fontana llega por Sierra Colorada a este valle. Por eso lo recordamos como el día del pueblo". (Dafne Roberts, comunicación personal, 21 de abril de 2001). La cita de la mujer galesa-trevelinense, refleja una imagen internalizada desde niña, pues estas frases han sido repetidas todos los 25 de Noviembre por los funcionarios que tienen a cargo la celebración.

La fuerte vinculación entre la representación de Trevelin a través de la historia oficial ligada a la presencia de la colonización galesa está presente en todas las manifestaciones culturales de establecidos y outsiders. El himno a Trevelin que identifica al pueblo frente a los otros vecinos, da muestra de esto.13 Al igual que el himno local, el escudo (de 1958) que representa a Trevelin sintetiza simbólicamente la trayectoria galesa en el Valle 16 de Octubre: el dragón rojo, la actividad agrícola-ganadera y los recursos naturales. Este proceso de invención simbólica se realiza también por oposición a quienes intentan ingresar a la comunidad trevelinense, los cuales no son precisamente chilenos sino argentinos que provienen "del norte" (fundamentalmente de la provincia de Buenos Aires) y que, sin embargo, llegan a sentirse extranjeros en su propio país, ya que han encontrado patriotas que sí saben reconocer un modo de ser argentinos/trevelinenses.

En Trevelin se presentan situaciones de identificaciones enfrentadas y polarizadas por parte de "los establecidos" y "los outsiders", al decir de Elias y Scotson (2000). Los primeros sienten la amenaza e invasión de los segundos. Podemos trazar rasgos de similitud con la planteada por estos autores acerca de la comunidad de Winston Parva, donde analizan la división existente hacia su interior, entre un grupo establecido desde larga data y un grupo de nuevos residentes, estos últimos tratados por los primeros como "outsiders".

Los establecidos/patriotas, se autodefinen a sí mismos como humanamente superiores a los outsiders/extranjeros. Las interacciones entre unos y otros se reducen al mínimo, generando un complejo proceso de formación grupal que no responde al hecho de ocupar distintas posiciones en la estructura social, sino a poseer visiones diferentes acerca de lo que implica constituir el grupo de "familias antiguas" o de "recién llegadas". Al igual que en Trevelin, en Winston Parva las diferencias no son vistas fácilmente, pues actualmente no hay distinción de nacionalidad y tampoco de nivel educativo en algunos casos (Elias y Scotson 2000: 19-50).

"Los de afuera" atentan, sobre todo, contra el estilo de vida de los "establecidos", que buscan aún mayor cohesión interna, ocupando los cargos en comisiones y diversas organizaciones de la localidad. En Trevelin, los "establecidos" observan que "los extranjeros de hoy son los que vienen de Buenos Aires, ellos se ayudan, en tres meses ya consiguen trabajo y se juntan entre ellos, ni te saludan y acá es diferente..." (José González, comunicación personal, 20 de noviembre de 2001). Algo que el "patriota" en cierta medida admira y a la vez rechaza es que los "outsiders" sean capaces de emprender proyectos que, en realidad, los incluyen de alguna manera también a ellos. Tal el caso de los dos libros de historia que se publicaron en el 2002 (Fiori y De Vera 2002) desde la Dirección de Cultura municipal, por parte de dos "extranjeros".14

A diferencia de Winston Parva, en Trevelin no se da una distribución espacial de los "outsiders"; tampoco la estigmatización conduce a la delincuencia ni a la violencia. Los "de afuera" viven en su mayoría en el centro del pueblo. Por el contrario, se da un proceso más complejo que remite a matrices históricas anteriores a la llegada de los "nuevos extranjeros". Los actuales actos de violencia que son objeto de preocupación por parte de los grupos dominantes de Trevelin15 se concentran en los barrios: Aldea escolar, Aldea Los Cipreses, barrio VIALCO y, principalmente, La Tablada.

Es a partir de la división entre el centro del pueblo y los barrios que se produce una frontera, reconocida y percibida sobre todo por quienes deben cruzarla. Tal como expresó un joven de la zona de transición entre "los dos mundos", señalando el camino que conduce a la Aldea escolar: "esa ruta divide / de acá para allá es una cosa y de acá para allá es otra (vive la gente bien) y los de allá no pasan para acá / como los Marques / los Ríos..." (José González, comunicación personal, 20 de noviembre de 2001).

FRONTERA/S, MEMORIA/S Y PROCESOS IDENTITARIOS EN COYHAIQUE

En el caso de Coyhaique la construcción de la/s memoria/s adquiere un carácter aparentemente inclusivo de todos los coyhaiquinos alrededor de la patrimonialización de los bienes culturales pertenecientes a la tradición de los pioneros. Sin embargo, veremos que no todos los coyhaiquinos pertenecen o se sienten parte de la corriente colonizadora del oriente (por el lado oriental de la frontera con Argentina). Básicamente quienes asumen la reparación de la memoria histórica coyhaiquina, reivindican las figuras de las distintas generaciones de colonos que habían sido corridos de la zona central de Chile entre fines del siglo XIX y principios del XX. Instalados luego en Argentina, fueron expulsados por las autoridades, por lo que por último buscaron reinstalarse del lado chileno de la frontera. Los pobladores deambulaban de un lado al otro de la frontera hasta que conseguían instalarse temporariamente en algún lugar. Estos grupos de chilenos indeseables, iniciaron la diáspora por el territorio patagónico desde fines del siglo XIX cuando en la zona Central de Chile se inició el proceso de apropiación de tierras que hasta el momento se encontraban en manos de comunidades campesinas e indígenas. Proceso que benefició a los propietarios de grandes extensiones de tierras.16 Sin embargo, tampoco era sencillo poder obtener tierras en la zona de Coyhaique (denominado Baquedano hasta 1939), ya que quienes pretendían asentarse en la frontera debían ser trabajadores de la "Sociedad Industrial y Comercial de Aisén" (en adelante S.I.A.), o bien solicitar permiso a la empresa, el cual en general era denegado.

Descendientes de estos "chilenos indeseables" son los que generan una serie de cambios a nivel del conjunto de elementos representantivos de la memoria coyhaiquina. Proponemos el análisis del modo en que los gestores culturales coyhaiquinos construyen el patrimonio cultural de la ciudad, entendiéndolo como una construcción social, donde se atribuyen a determinados bienes o capacidades una serie de valoraciones a través del cual se reconstruye, selecciona, recontextualiza e interpreta el pasado (Mantecón 1998).

En el caso coyhaiquino existe una clara apuesta a los bienes culturales cuya filiación se entronca con el pasado de los "chilenos argentinizados" que residieron del lado argentino de la frontera hacia principios de siglo XX. Enumeraremos de modo sintético la multiplicidad de artefactos culturales17 que se vinculan al proceso de construcción del patrimonio coyhaiquino:

• Los libros del folklorista coyhaiquino Leonel Galindo (1992, 2001, 2004). Estas obras básicamente reivindican la imagen y prácticas gauchescas que adquirieron los chilenos argentinizados en el transcurso de su estadía del lado argentino de la frontera, hacia principios de siglo XX.

• La plaza "El Ovejero", que representa la tradición de producción ganadera aysenina y que constituye en sí misma un museo al aire libre por los carruajes y máquinas ligadas a la historia de la explotación lanar. El monumento central está representado por un conjunto de ovejas y carneros y el pastor-gaucho que junto a su pilchero conduce el rebaño.

• El monumento al mate que simboliza la acción de ofrecer un mate, representado por una mano extendida que sale de la tierra e invita a beber un mate.18

• Las salas museográficas: Museo de Villa Ortega "Colonos de nuestra tierra"; Museo de Coyhaique "Museo regional de la Patagonia Central"; Museo El Blanco "el mate"; Museo de Balmaceda "de los pioneros" y el Museo de Valle Simpson en proceso de creación.

• El Seminario "Un Encuentro con Nuestra Historia", organizado por la Sociedad de Historia y Geografía de Aisén y que se realiza en noviembre de cada año desde el 2004. Este seminario funciona como espacio de encuentro de un grupo de investigadores que debaten acerca de distintas temáticas entre las que se destacan los aspectos folclóricos e históricos patagónicos.

• Edición del CD. "Pioneros de Pampas Bravas. La epopeya del Valle Simpson", de la Agrupación Coral Tierra Viva. Obra que resalta a través de relatos en versos, la gesta pionera de los primeros ocupantes de las tierras de Aysén, chilenos provenientes de la Patagonia Argentina, "eternos peregrinos de una pampa preñada de nostalgias".19

Frente al modelo nacionalista chileno, los coyhaiquino- ayseninos adoptaron y reivindican actualmente el conjunto de artefactos culturales representativo del modelo nacionalista argentino.20 En este sentido, nos es útil remitirnos al esquema de dinámica cultural que establece Williams (1997)21 y que nos permite entender de qué modo un componente residual como lo es la cultura gauchesca opera de dos modos distintos. Del lado argentino es representativo de los propietarios de unidades productivas o bien de los trabajadores del campo como elemento marginal.22 En cambio del lado chileno, opera como un elemento cultural residual en principio por oposición a la cultura dominante de la tradición nacionalista chilena, pero que actualmente pasó a constituirse en parte de la cultura dominante aysenina. Sin embargo, el proceso no se agota en los componentes dominantes y residuales, sino que existen aquellos elementos emergentes que pujan por obtener un espacio dentro de la cultura aysenina, tales como lo chilote, mapuche y culturas ligadas al consumo de jóvenes globalizados.

Como símbolo de la presencia de la tradición gaucha en Coyhaique se destaca la figura del mate, como un elemento aglutinante y que sintetiza los lazos comunitarios. Está presente no sólo en el monumento que se erigió en su honor sino también en los museos que reivindican su presencia en Aysén. Por otra parte, los museos adquieren una presencia significativa porque se los construye de modos diversos, tal como el museo viviente que se organiza de forma regular en el transcurso de los festejos por el aniversario en un colegio de Coyhaique.23

La cadena de museos donde se reivindica la presencia de los pioneros en el campo aysenino, posee una misión estética y de entretenimiento para quien la visita. Pero, al mismo tiempo, se presenta como reflejo de representaciones consensuadas, "mensajes políticamente correctos", al decir de Morales Moreno (2002). El museo "…funda una triple articulación de la escritura historiográfica, la memoria oral y los signos icónicos" (Morales Moreno 2002: 110). En el caso coyhaiquino, los textos de Galindo (1992, 2001, 2004) representan las prácticas escriturarias que brindan soporte teórico y de investigación al folclore aysenino y al rescate de la memoria oral de los pioneros. Así mismo, el mate y demás artefactos culturales representan la manifestación cabal de la iconoclasia gaucha.

Sin embargo, debemos tener en cuenta el contexto en que se dan este tipo de reivindicaciones. Tal como nos invita a reflexionar García Canclini (1989: 203) acerca del rescate y conservación de tradiciones supuestamente inalteradas, debemos incorporar el análisis de las transformaciones que se operan a raíz de la intervención de los elementos provenientes de la modernidad. En el caso coyhaiquino, básicamente la afluencia del turismo nacional y extranjero conduce a los coyhaiquinos al rescate de lo auténtico que los diferencia del resto del territorio chileno. Y sin duda, lo que otrora fuera visto como un elemento nocivo y de ausencia de chilenidad, actualmente contribuye a presentar el modo de ser chileno en el territorio patagónico. Entonces, no sólo museos e historias que rescatan el pasado de los pioneros adquieren relevancia, sino también aumentan los estudios de musicología aysenina vinculada a lo tradicional del folclore local.24 Este fenómeno está asociado a que el estudio del folclor queda vinculado a los avances de la conciencia regional, como opuesta a la centralización del Estado (Ortiz 1985: 53).25

En torno al legado de los pioneros chilenos argentinizados, se construye la memoria aysenina, caracterizada por una selección de recuerdos que se opone a la tradición de los padres fundadores de la nación chilena y a otros grupos sociales que pugnan por salir del olvido. Ricoeur (1994: 282) señala que "Se trata de la repetición de los orígenes... este recuerdo permanente de los padres fundadores y de los hechos fundadores de un grupo es, pues, una estructura ideológica que puede funcionar positivamente como una estructura integradora." En el caso coyhaiquino, esa estructura, si bien es exitosa frente al modelo nacionalista chileno, no logra, como modelo de integración y asimilación de los grupos locales incorporar "todas las voces".

La cadena de museos donde se reivindica la presencia de los pioneros en el campo aysenino, posee una misión estética y de entretenimiento para quien la visita. Pero, al mismo tiempo, se presenta como reflejo de representaciones consensuadas, "mensajes políticamente correctos", al decir de Morales Moreno (2002). El museo "…funda una triple articulación de la escritura historiográfica, la memoria oral y los signos icónicos" (Morales Moreno 2002: 110). En el caso coyhaiquino, los textos de Galindo (1992, 2001, 2004) representan las prácticas escriturarias que brindan soporte teórico y de investigación al folclore aysenino y al rescate de la memoria oral de los pioneros. Así mismo, el mate y demás artefactos culturales representan la manifestación cabal de la iconoclasia gaucha.

Sin embargo, debemos tener en cuenta el contexto en que se dan este tipo de reivindicaciones. Tal como nos invita a reflexionar García Canclini (1989: 203) acerca del rescate y conservación de tradiciones supuestamente inalteradas, debemos incorporar el análisis de las transformaciones que se operan a raíz de la intervención de los elementos provenientes de la modernidad. En el caso coyhaiquino, básicamente la afl uencia del turismo nacional y extranjero conduce a los coyhaiquinos al rescate de lo auténtico que los diferencia del resto del territorio chileno. Y sin duda, lo que otrora fuera visto como un elemento nocivo y de ausencia de chilenidad, actualmente contribuye a presentar el modo de ser chileno en el territorio patagónico. Entonces, no sólo museos e historias que rescatan el pasado de los pioneros adquieren relevancia, sino también aumentan los estudios de musicología aysenina vinculada a lo tradicional del folclore local.24 Este fenómeno está asociado a que el estudio del folclor queda vinculado a los avances de la conciencia regional, como opuesta a la centralización del Estado (Ortiz 1985: 53).25

En torno al legado de los pioneros chilenos argentinizados, se construye la memoria aysenina, caracterizada por una selección de recuerdos que se opone a la tradición de los padres fundadores de la nación chilena y a otros grupos sociales que pugnan por salir del olvido. Ricoeur (1994: 282) señala que "Se trata de la repetición de los orígenes... este recuerdo permanente de los padres fundadores y de los hechos fundadores de un grupo es, pues, una estructura ideológica que puede funcionar positivamente como una estructura integradora." En el caso coyhaiquino, esa estructura, si bien es exitosa frente al modelo nacionalista chileno, no logra, como modelo de integración y asimilación de los grupos locales incorporar "todas las voces".

Los coyhaiquinos se encuentran en presencia de la conformación de un nuevo mito fundacional, el de los pioneros. Pero tal como indica Laclau (2000: 79) los mitos sociales "...son en tal sentido esencialmente incompletos: su contenido se reconstituye y desplaza constantemente". El mito fundacional está abierto a nuevas reinterpretaciones y visiones que intentan mostrar la presencia de grupos sociales -que siempre estuvieron: como los chilotes o los mapuches o bien los del norte- pero que aún claman por hacerse oír mediante el discurso histórico-político de historiadores que indiquen "una nueva verdad".

La celebración del 12 de Octubre: cueca y mate en Coyhaique

Del lado chileno de la frontera, nuevamente estamos en presencia de la centralidad que adquiere la celebración de la fecha de fundación de la localidad. Para ilustrar este aspecto citaremos una síntesis del rito aniversario de la localidad de Coyhaique del año 2003.26 El día 12 de octubre se reunieron los coyhaiquinos al pie del monumento al padre de la Patria chilena, Bernardo O'Higgins, en la Plaza de Armas de la ciudad para conmemorar un nuevo aniversario de la localidad. Sin embargo, el acto desarrollado en esa plaza sostuvo el relato oficial de la fundación. Dicha versión se refiere a la corriente colonizadora proveniente del norte, con la S.I.A. a principios de siglo XX que debía cumplir con el fomento de asentamientos poblacionales. De este modo surgió el pueblo de Baquedano, fundación oficializada por el Intendente de Aysén Coronel Luis Marchant González, el 12 de Octubre de 1929. Este rito funciona como marcador de identidad por su capacidad de estructuración de la memoria (Dosse 2004: 227), dado que sus distintas partes están orientadas a generar una adhesión al mito fundacional. Siguiendo la línea de análisis de Van Gennep (1986) acerca de la estructura ternaria que propone para el análisis de los rituales,27 en la primera fase que se inicia alrededor de las 11 h, podemos observar a los coyhaiquinos caminar o viajar apurados desde distintos puntos de la ciudad hasta la Plaza de Armas. Tal como en las prácticas rituales formales, todos van vestidos de etiqueta. En el palco ofi cial se ubicaron las autoridades civiles y militares y los invitados especiales de otras ciudades. En un segundo palco, los funcionarios de segunda línea, las reinas de belleza de la región y las familias reconocidas de la ciudad, comerciantes y dueños de fundos. En cambio, la gente común se ubicó -separada por la calle- en frente y a ambos lados de los palcos de autoridades.

Alrededor de las 11:45 h, los coyhaiquinos que asistieron a la celebración ingresaron a una segunda fase a partir de que un carabinero comenzó a dirigir el acto. Ordenó en primer término la entrega de ofrendas fl orales al monumento de Bernardo O'Higgins, el izamiento del pabellón nacional y por último la entonación del Himno chileno. Ante la canción patria se pudo ver un momento prácticamente sacro de fervor y com/unión. La atención del público bajó en el momento en que el Alcalde Sandoval pronunció un largo discurso de veinte minutos, agradeciendo profundamente la presencia de descendientes de uno los administradores de la S.I.A. En el discurso fue posible establecer las relaciones temporales que todo aniversario posee: del pasado se recuperó el mito fundacional de 1929, aunque se mencionaron las múltiples dimensiones "de nuestra historia", relativizándose la idea acerca de los grupos que llegaron primero. En este sentido, mencionó las distintas corrientes migratorias: "...los que vinieron del mar, los hijos de Chiloé en suma los chilenos venidos desde todos los rincones del país, los inmigrantes extranjeros venidos..." (Nota de trabajo de campo, 12 de octubre de 2003, Coyhaique). El tiempo presente ocupó un lugar destacado, dado que está marcado por la necesidad de nuevos liderazgos y la reelaboración de nuevas maneras de encarar las actividades sociales, cívicas, económicas y políticas.

Nuevamente el público concentrado escuchó al locutor anunciar el ingreso del grupo de "Los centauros", presentado como: "...los que llegaron primero... y trajeron a la Patagonia las tradiciones del campo... y junto a ellos la cueca, nuestra danza nacional" (Nota de trabajo de campo, 12 de octubre de 2003, Coyhaique). Este grupo interpretó una práctica ritual del folclore tradicional chileno: el esquinazo. Este rito consiste en que un grupo de hombres a caballo entregan una bebida denominada chicha en un cuerno de animal a las autoridades presentes, y luego el grupo folclórico baila un pie de cueca (un fragmento de cueca). Las autoridades felicitaron al grupo por la entrega de chicha y por la demostración de danza. El esquinazo es exclusivo de los grandes acontecimientos como el 18 de septiembre.

La tercera fase comenzó cuando el locutor anunció el inicio del desfile. Es la de mayor duración (dos horas aproximadamente), y la única por la cual todos los coyhaiquinos -al menos en algún momento de sus vidas- han transitado. El desfile fue iniciado por los militares del Regimiento Reforzado y todas las fuerzas militares, exponiendo sus armas y vehículos de guerra. Luego los grupos folclóricos locales de Clubes de huasos (hombre de campo chileno, dueño de fundos), y en absoluto orden representantes de diversas instituciones públicas y civiles, alumnos de colegios, jardines de infantes, etc., todos imitando la manera de desfile militar. A partir del pasaje de los últimos grupos del desfile, el público comienza a desconcentrarse, y hablando sobre distintas partes del acto se dirige a sus hogares, para reincorporarse a su rutina diaria o bien participar en el segundo rito de celebración del aniversario de la ciudad.

Así como existen en Coyhaique instituciones y grupos sociales que resguardan la memoria ofi cial, otro grupo se encarga de difundir y reproducir prácticas culturales vinculadas a una memoria alternativa. Esta posición es evidente en la celebración de "La Gran Mateada", que se celebra todos los 12 de Octubre. Para los organizadores, hay que reparar la condición de segregación que vivieron los grupos, que a pesar de ser chilenos, no respondían al parámetro de migración deseada por el gobierno chileno. Por lo tanto los coyhaiquinos deben realizar un reconocimiento de las tradiciones y costumbres que los emparentan con los grupos chilotes y principalmente con los argentinos por tener un pasado común. Para Leonel Galindo: "... la fuerte identidad de sincretismo de costumbres que se da... no responde para nada con los estereotipos nacionales chilenos..." (Leonel Galindo, comunicación personal, 13 de octubre de 2003). Del conjunto de elementos que reconoce Galindo como parte del sincretismo presente en Coyhaique, opta por aquellos provenientes de la cultura gaucha argentina. Por lo tanto conmemoran el aniversario de Coyhaique desde la versión que sostiene una línea de filiación con las tradiciones gauchas que conocieron los chilenos argentinizados en su estadía en el lado argentino de la frontera. El lugar que congrega al público es la Plaza del Ovejero, donde se erige para cada 12 de octubre un monumento gigante al mate, el espacio de la plaza brinda la posibilidad de congregar a gran parte de los asistentes alrededor del escenario, y de círculos donde se organizan mateadas.

El rito celebratorio es denominado como "Gran Mateada". Se inicia de manera espontánea, al compás de la llegada del público que se agolpa en el palco para ver a los artistas locales y argentinos que amenizan tocando chamamés, rancheras, pasos dobles. Como en todo ritual de mascarada (Leach 1971: 209), existe el jolgorio, risas, diversión y sobre todo la incorporación de la máscara.28 La mayor parte de quienes participaron estaban disfrazados de gauchos y paisanas. La elección de esta vestimenta que substituye a la urbana que se utiliza cotidianamente se debe a que la "Gran Mateada" es en honor a los que llegaron primero. Los fundadores -para el grupo argentinizado- están representados por las familias "clánicas" que llegaron primero: los Solís, Cadagan, Forses, entre otros.

La segunda fase se inicia con el desarrollo de los concursos y cuando el locutor anuncia el concurso de mates. Muchos de los presentes alcanzan sus mates para ser examinados por el tribunal, que tiene a su cargo la elección del mejor. Posteriormente, luego de algunos números artísticos, se anuncia el inicio de la parte más esperada de la fiesta: el desfile de los carros alegóricos, que representan escenas típicas de la vida rural argentina.

A diferencia del primer rito de carácter protocolar, quienes participan en el rito de mascarada, vivencian una mayor inclusión, aún sin participar en la organización y definición del rito. En una ciudad donde los marcos nacionales se impusieron en forma dictatorial, como el mismo Marchant reconocía, esos marcos nunca lograron aglutinar una conciencia colectiva fuerte. Sí están logrando mayor éxito aquellas identificaciones -presentes en el pasado- que especifican y definen a los coyhaiquinos frente a los vecinos de otras localidades. En este sentido, en el caso de Coyhaique nos encontramos con la celebración de una memoria bricolada, al decir de Bastide (1970: 100), que presenta los sincretismos y resignificaciones de diversas tradiciones entre componentes de diversos orígenes.

Sin embargo, el olvido es inherente a la construcción de la memoria. En el caso de Coyhaique algunos grupos se silencian advirtiendo que sólo conforman restos y piezas arqueológicas, como es el caso de los tehuelches. Pero, actualmente se afirma que en los tiempos históricos aún tenían el espacio fronterizo como zona de alternancia en sus incursiones por la cordillera.

En cambio, existen otras voces que claman por ser escuchadas, tal como es el caso de aquellos sectores de la comunidad que se identifican con la cultura mapuche y manifiestan: "...crecimos escuchando acerca de "los que llegaron primero", sus rutas, sus costumbres adquiridas en Argentina, su ingenio para burlar los cercados de la S.I.A. Pero al mirar nuestros apellidos mapuches y comprobar que nuestros abuelitos... no estaban en esas páginas de honor, tratamos de averiguar primero y explicar después..." (Millaldeo Avilés 2001: 2).

Este proceso de reconocimiento es arduo y lento para quienes asumen su mapuchidad en Coyhaique. Aysén es la única Región del país que, de acuerdo a los datos censales carece de población indígena significativa, por lo que no es incluida dentro de los planes socio-culturales orientados a atender a estas poblaciones de Chile.29 Esto es posible de ser interpretado a través del análisis de las dificultades de reconocerse como mapuches o chilotes. La asunción de la morenidad, tal como denomina un escritor coyhaiquino, -a la representación de los grupos que el resto de los grupos sociales realizan de mapuches y/o chilotes-, no representa un camino sencillo para quienes se encuentran en los cruces existentes entre lo mapuche y lo chilote,30 dos grupos altamente estigmatizados tanto del lado chileno de la frontera como del argentino.

Sin embargo, ambos grupos se encuentran en el inicio de un proceso de individuación que es conducido por artistas31 y académicos locales,32 que revelan que las marcas de alteridad coyhaiquina también denotan olvidos, subordinaciones y estigmatizaciones. Este proceso de individuación está orientado al reconocimiento y filiación con el pasado chilote y/o mapuche, en el cual se inscriben elementos de la tradición folklórica, socio-histórica y de idiosincrasias particulares diferenciadas a la tradición nacional chilena o de los patriotas coyhaiquinos.

Pero además de las reivindicaciones de los grupos sociales mencionados, encontramos otras opiniones, tales como las de los actores sociales provenientes del Partido Comunista chileno que califican las actividades de la Plaza El Ovejero del 12 de octubre comode "circo" y entretenimiento para el pueblo. O bien aquellos jóvenes que no se sienten representados en la revalorización de la cultura gauchesca por estar identificados en cambio, por la cultura global. Luego de la celebración de la semana del pionero en febrero de 2007, un joven escribió una nota que publicó en los medios de prensa locales y en su blog de Internet: "…se celebró la semana del pionero, que muchos confunden con la semana del gaucho. Varios fueron los actos y muchos los reconocimientos…La cosa es que además de la celebración, la cual respeto mucho, me he dado cuenta que en cada pueblo de la región no hay festejo sin Chamamé, y es casi una herejía no reconocer a sus pioneros. La literatura, escritos, proyectos, columnas, libros y actividades culturales, están plagadas de eso, pero del nuevo Coyhaique... nada. Pareciera ser que nadie quiere escribir del pionero (o gaucho) que vestido de bombachas y alpargatas hace llamadas por celular… existe otro Coyhaique, un Coyhaique que poco a poco se integra al mundo y a Chile…ya no preguntamos por el teléfono, la pregunta es otra "teni meil"; hay una juventud conectada a cables y dispositivos de almacenamiento masivo; sus visión y conocimiento del mundo pasan por un módem conectado sus cerebros y sus tímpanos los tienen casi ionizados con los fonos del "mp3" (Publicado por "Cote Albornoz" en: http:// macondoaustral.blogspot.com 02/20/2007).

Las opiniones del joven coyhaiquino revelan una preocupación que actualmente se acrecienta en Coyhaique y en toda la región de Aysén. Se refiere, en su mayor parte, a la existencia de una distancia considerable entre las representaciones de los adultos que buscan anclar sus experiencias en el pasado nacional y -por sobre todo regional- y los adolescentes y jóvenes que ligan sus prácticas a las experiencias de los jóvenes globales.33 Si bien las distancias generacionales son propias del desarrollo humano, en Aysén se produce un contraste importante entre la idiosincrasia de los adultos que se socializaron en plena dictadura militar y la de los jóvenes actuales que poseen menor rigidez y estereotipos tradicionales.

CONCLUSIONES

En los casos aquí analizados el proceso de construcción de memoria/s adquiere formas particularizadas de acuerdo a quienes son los grupos sociales que actualmente son considerados portadores de la nación en Trevelin o Coyhaique. Las celebraciones de las fundaciones de estas localidades constituyen un elemento central para el análisis sobre los grupos sociales y hechos que pasan a constituir el conjunto de elementos que se deben recordar, así como también de aquellos que se intentan minimizar o bien silenciar.

En el caso de los galeses del Valle 16 Octubre, el actual proceso de memorialización no sólo los catapulta como héroes locales, sino que también adquieren carácter provincial y nacional por la mítica decisión del 30 de abril de 1902. Los galeses de 1902 en la medida en que debían definirse argentinos o chilenos, optaron por mostrar sus simpatías por el Estado que ofreció solucionar el problema de la propiedad de las tierras.

En Coyhaique los descendientes de los pioneros que llegaron primero, son quienes asumen la construcción de la memoria coyhaiquina. Sin embargo, en el recuerdo quedan fuera quienes no pertenecen al grupo de chilenos argentinizados y que actualmente comienzan a clamar un lugar en la memoria colectiva local. Los patriotas coyhaiquinos son descendientes de aquellos grupos de migrantes chilenos vistos como indeseables, por parte de los agentes estatales, por lo cual decidían reingresar al territorio chileno.

En ocasiones aquellos olvidos que figuran en la memoria histórica, por una serie de cambios a nivel social e institucional, pasan luego a constituirse en los recuerdos predominantes. Esto nos muestra de qué manera se desarrolla una dialéctica de la memoria. De allí las dificultades que presenta su análisis. Sin embargo, es posible establecer ciertas rupturas y disensos de acuerdo a los grupos que tienen a su cargo la construcción del proyecto de rememoración.

A pesar de los esfuerzos estatales en el caso patagónico chileno-argentino, los elementos provenientes del modelo nacional se desarrollaron de manera diferente a cómo se desplegaron en el centro de cada uno de los Estados mencionados. Por el contrario, la periferia adoptó y adapta aquellos elementos que lograron captar a las poblaciones fronterizas. Sin embargo, la urgencia por generar chilenidad y argentinidad -a partir de mediados del siglo XX- comenzó a convivir con otro proyecto destinado a imprimir a las poblaciones locales de patriotismo comarcal. De esta forma inventar coyhaiquinos y trevelinenses pasó a constituirse en el objetivo primordial por parte de los Estados provinciales y municipales. Entonces, el vecino de la ciudad contigua sirve para generar un NOSOTROS diferente de los OTROS. La oposición se fortalece en relación a los vecinos de la ciudad aledaña, a los de la región inmediata.

Al generar identidades de marcos locales también, se produce el fortalecimiento del proyecto de fronteras no sólo estatales en términos nacionales, sino también provinciales y municipales. Los soldados de la frontera que se proyectaron en la etapa fundacional, ahora sí están presentes. Pero además, ofician como elementos marcadores de fronteras internas en cada espacio fronterizo. En este sentido, los pioneros del caso chileno son quienes indican lo que significa ser chileno en Coyhaique. Del mismo modo en que los patriotas galeses lo hacen del lado argentino de la frontera.

Los pioneros coyhaiquinos -más numerosos- dan muestras de un proceso consolidado que recibe las críticas de diversos sectores de la sociedad coyhaiquina. Del mismo modo, los patriotas galeses por pertenecer a un grupo migratorio de amplia legitimación a nivel provincial, poseen la connivencia oficial para la realización de todo tipo de emprendimientos vinculados a resaltar la gesta galesa en el Valle 16 de Octubre. La presencia estatal en Trevelin es sinónimo de persistencia y presencia galesa. A la hegemonía de este discurso memorialístico son escasas las voces que claman por un lugar en la memoria colectiva trevelinense, quizás los "aldeanos" logren imponer su visión con las reivindicaciones de la tradición chilota, o bien los mapuches de Lago Rosario. En cambio, los patriotas del paso Coyhaique responden a una composición heterogénea y sin la magia galesa, lo cual permite la exposición permanente de disensos y pareceres frente a la coexistencia central de las tradiciones nacionales y de los patriotas coyhaiquinos, son los jóvenes, los chilotes, los mapuches, entre otros que claman su espacio en el conjunto de la memoria coyhaiquina.

Agradecimientos

 El presente artículo recupera parte de lo abordado en uno de los capítulos de mi tesis doctoral denominada "El proceso de fronterización en Patagonia Central. Chilenos, argentinizados y argentinos, chilenizados en los pasos fronterizos de Futaleufú y Coyhaique, (1885-2007)". 2008. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Por lo cual agradezco a mis directores Alejandro Grimson y Claudia Briones por contribuir al análisis de la problemática que aquí presento.

NOTAS

1.- La localidad de Trevelin se encuentra ubicada al noroeste de la Provincia del Chubut. De acuerdo a los datos arrojados por el Censo Nacional de Población del año 2001 Trevelin poseía 6.395 habitantes ubicados en el ejido urbano y los barrios Los Cipreses, Aldea Escolar, y Lago Rosario, alejados entre 20 y 40 km del pueblo. Fuente: INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001. Trevelin surgió a raíz de la conformación de la Colonia 16 de Octubre como parte de la incorporación del espacio cordillerano por parte del Territorio Nacional del Chubut, gobernado en aquel entonces por el Coronel Jorge Luis Fontana.

2.- Coyhaique está ubicada en el sureste de la Región de Aysén. Coyhaique es una Comuna y a la vez es capital de la Provincia de Coyhaique y posee 50.041 habitantes. Fuente: INEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) 2002.

3.- Alrededor de las fundaciones se construye un mito del "tiempo de origen", en torno al cual se despliega un relato no carente de ficcionalidad no porque sea falso sino porque es imposible volver al pasado para comprobarlo. Lévi-Strauss (1977) plantea que la sustancia del mito se encuentra en la historia relatada, que si bien refiere a acontecimientos pasados, forma también una estructura permanente, donde "dialogan" pasado, presente y futuro.

4.- Debemos considerar la centralidad que adquieren las prácticas rituales en localidades relativamente pequeñas, donde al decir de Hallbwachs (1952: 68) sus habitantes "no dejan de observarse" por lo tanto, es un recuerdo resignificado en común.

5.- La expresión "Aaa!! Fiesta en Trevelin" fue la forma en que una entrevistada definió el 25 de noviembre. Entrevista realizada a Dafne Roberts, mayo de 2001, Trevelin.

6.- El 25 de noviembre de 2006, en el marco de los festejos del último aniversario de la llegada de Fontana al Valle 16 de Octubre, se dio a conocer un DVD donde se muestran los detalles y características que tuvo la travesía de la representación iniciada el 1 de noviembre de 2005 desde Rawson, capital del Chubut. En el video que representa turísticamente a Trevelin se muestra a los 22 hombres que hicieron a caballo el mismo recorrido que hiciera el Coronel Fontana y sus Rifl eros. Ver ampliación en: http://www.trevelin.org/eventos. htm (29 de octubre de 2007).

7.- Nota de trabajo de campo, Trevelin, 25 de noviembre de 2001.

8.- Hacia 1914 ya se hallaban instalados otros grupos de inmigrantes, que en algunos casos como los españoles (3,74%) superaban el número de ingleses (galeses, 1,50% del total de población) y junto con italianos, "turcos otomanos", uruguayos, suizos, alemanes y otras nacionalidades representaban el 8,43% del total de la población. El grupo de chilenos era el mayoritario entre los inmigrantes/extranjeros (30%), Censo Nacional de Población de 1914.

9.- Actualmente el grupo indígena de Lago Rosario no participa del desfi le a raíz de un incidente donde se molestaron por una grotesca representación de grupos indígenas de la colonia, por parte de jóvenes trevelinenses. Citado en el Plan estratégico de Trevelin, p. 43.

10.- "Celebróse el aniversario de la Expedición Fontana" (Diario Esquel, 27 de noviembre de 1962, p. 2).

11.- "La marcha hacia el oeste" (Diario Esquel, 28 de noviembre de 1962, pp. 10-12).

12.- "Conmemoran el 116º Aniversario de la llegada de Fontana y los Rifleros" (Diario El Chubut, 26 de noviembre de 2001, pp. 2-5).

13.- Entre las estrofas de "Mi pueblo del molino", destacan las siguientes: "…Hoy añoro tu belleza, de tu colonia galesa, privilegiado jardín, donde el Chubut, se engalana, cada naciente mañana. …cuando Septiembre al sol se estira, el galés canta a Dios lo hace testigo, de su sueño estival de la cosecha". Música de Félix Baliente y Letra de Irma Osorio, la autora de la canción vivió durante un breve período de tiempo en Trevelin, sin embargo, la apropiación de la historia galesa en consonancia con la historia de Trevelin es muy fuerte.

14.- Uno de los autores, el Lic. Jorge Fiori, era Secretario de Cultura municipal y actualmente ocupa el cargo de Secretario de Cultura provincial. Fiori forma parte del grupo de trevelinenses "VYQ" que actualmente gobierna Chubut junto al gobernador Mario Das Neves. En momentos en que inicié mi trabajo de campo en Trevelin en el 2001, la mayor parte del justicialismo local catapultaba a Das Neves como "la figura" a gobernador.

15.- "TREVELIN Inquietud por falta de seguridad", (Diario El Oeste, 14 de Marzo de 2002, p. 3).

16.- El proceso de reparto de la tierra pública en Chile, sumado a la presión de las grandes propiedades agrarias (fundos), provocó la migración del campesinado y de los grupos indígenas (Novella y Finkelstein 1998: 85-86), entre otros.

17.- Radley (1990 en Middleton y Edwards 1992: 65, 68) explica que "Hay objetos creados especialmente para ayudarnos a recordar. Esto lo consiguen gracias a su forma y localización, así como mediante el texto que suelen llevar…la gente crea objetos e instala artefactos para que algo sea recordado o conmemorado en el futuro…".

18.- "Construyen Monumento al Mate… lo que han denominado Hito al Mate, obra del conocido artista de las artes plásticas de la región, Seguismundo Sade Barría. «Más que un monumento creemos que esto es un hito museográfico de relevancia desde el punto de vista cultural…señala el alcalde David Sandoval". 8 de marzo de 2004. Diario Aysen, Coyhaique. Ver reseña del mate: http://www.coyhaique.cl/el_mate.php

19.- En solapa del CD "Pioneros de Pampas Bravas. La Epopeya del Valle Simpson". Arturo Barros Medina. Agrupación Coral Tierra Viva. Grabado en Estudio Casa de la Cultura, Municipalidad de Coyhaique, Lillo Nº 23, Coyhaique, Aysén, Chile.

20.- Terán (2000: 355) explica que: "La invención de esa alma nativa alcanzará por fi n un momento definitorio con la entronización del gaucho como prototipo de la nacionalidad, y será en las célebres conferencias del teatro Odeón, en 1913, donde Leopoldo Lugones (1874-1938) cristalizará un módulo de larga duración en la definición de la nacionalidad. El Martín Fierro es considerado allí como el poema nacional fundante de una épica argentina…". Alejandro Cattaruzza analiza el proceso de construcción del público lector de los poemas del Martín Fierro entre sectores populares, incluso analfabetos, "…la apelación a un pasado gaucho fue, desde fines del siglo XIX y hasta la década abierta en 1930, una herramienta de integración y cohesión alternativa a la que el Estado proponía a los grupos populares…". Fue recién a fi nes de 1930 cuando se dio la canonización estatal del Martín Fierro y la figura del gaucho (Cattaruzza y Eujanian 2003: 262).

21.- Para Williams (1997: 147) "Lo que realmente debe decirse, como modo de definir los elementos importantes, o lo residual y lo emergente, y como modo de comprender el carácter de lo dominante, es que ningún modo de producción y por lo tanto ningún orden social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante verdaderamente incluye o agota toda la práctica humana, toda la energía humana y toda la intención humana".

22.- Actualmente en Patagonia -también en Capital Federal- comienza a darse un fenómeno que Oliven (1999: 104) analizó para la cultura gaúcha de los estados del sur de Brasil: "Aunque siempre hubiese consumo de productos culturales gaúchos, éste era bien menor y estaba concentrado en el campo o en las camadas populares suburbanas y urbanas de origen rural. La novedad está constituida por los jóvenes de las ciudades, en buena parte de clase media, que hace poco toman mate, visten bombachas y gustan de música regional, hábitos que perdieron el estigma de vulgares".

23.- "Colegio Mater Dei Creó Museo Viviente con la intención de rescatar las tradiciones y la cultura de la región y especialmente recordar a los que "llegaron primero", alumnos de sexto año del Colegio Mater Dei de Coyhaique montaron el denominado Museo Viviente". (Diario Aysén, 9 de octubre de 2004.

24.- Por ejemplo para Ortiz Barría (2004: 13) la "ranchera aysenina", cuyo origen está en la ranchera criolla o rioplatense que derivaba de la mazurca, considera que "…en un futuro no muy lejano, pueda ser incorporada en Diccionarios y Enciclopedias, escritos o páginas webs la acepción Ranchera: Danza tradicional de la región de Aysén Chile".

25.- Para García Canclini (1989) el folclor aparece como un intento melancólico para apartar lo popular de la reorganización masiva y fijarlo en formas artesanales de producción y comunicación. Este autor destaca la Carta de Folclor Americano (1970) con sus puntos básicos: "El folclor está constituido por un conjunto de bienes y formas culturales tradicionales, principalmente de carácter oral y local, siempre inalterables. Los cambios son atribuidos a agentes externos, por lo cual se recomienda aleccionar a los funcionarios y los especialistas para que "no desvirtúen el folclor" y "sepan cuáles son las tradiciones que no hay ninguna razón para cambiar"; el folclor, entendido de esta manera, constituye lo esencial de la identidad y el patrimonio cultural de cada país; y el progreso y los medios modernos de comunicación, al acelerar el "proceso final de desaparición del folclor", desintegran el patrimonio y hacen "perder su identidad" a los pueblos americanos…". (García Canclini 1989: 198-199).

26.- Si bien la celebración del 12 de octubre data de varias décadas atrás, fue a partir de los ´80 cuando se comenzó a asociar fuertemente la fundación de Coyhaique con la presencia de los pioneros en la zona. El cronista regional Araya Uribe escribió: "En tanto, a nuestro regreso en Coyhaique, la ciudad ya mostraba un claro sabor a fiesta, faltando una semana para que la ciudad cumpla sus jóvenes 57 años de fundación. Artesanos, cantantes, instituciones gremiales, deportistas, servicios públicos y otra organizaciones... encuentros de fútbol, básquetbol, atletismo, elección de Reina, acción social, etc. Igualmente se inauguró la Exposición de antigüedades en la Casa de la Cultura, en donde se concentraron alrededor de un millar de objetos utilitarios, de uso corriente entre los pioneros, que van desde los utensilios de cocina, aperos de jinetes, maquinaria menor y mayor de uso en el pasado, vestuario, objetos musicales como acordeones, guitarras, "vitrolas" de cuerda, mobiliario antiguo, etc. destacando varios juegos de "chapeados" argentinos, de plata e incrustaciones de oro de alto valor, cuchillos hechos en la zona y otros objetos de valor"… Rotary Club Coyhaique invitó a una serie de personalidades y antiguos pobladores, donde se destacó la presencia del Alcalde de la comuna, abogado Pablo Errázuriz Montes, ante quienes la institución rindió un homenaje a los fundadores de Coyhaique...". "Ambiente de fiesta". Diario Crónica, Comodoro Rivadavia, lunes 27 de Octubre de 1986. "Desde Coyhaique" por Baldo Araya. Otro hito fue la creación del museo local que reúne la historia regional, básicamente abocado a la presencia estatal y de los pioneros, "Recientemente el intendente regional Rodrigo Sánchez Casillas anunció la creación del Museo Regional. Este quedará instalado en el edificio del Voluntariado (ex Mercado Municipal), una construcción reciente y moderna, distante sólo tres cuadras de la Plaza de Armas...". "Experiencia valiosa". Diario Crónica, martes 30 de septiembre de 1986, "Desde Coyhaique. Por Baldo Araya".

27.- Dado que quien/es se introduce/n en el rito aniversario siente/n transportarse y separarse del mundo ordinario, más tarde pasa/n a una situación liminar, y por último de reincorporación al mundo cotidiano nuevamente.

28.- Si bien no en su totalidad, pero sí en algunos aspectos la Gran Mateada posee ciertas semejanzas con los carnavales, dado que al igual que en este caso: "El carnaval es una manera con que un grupo o colectivo social entiende y recrea simbólicamente una duplicidad y separación de mundos para vivir dimensiones de la realidad al abrigo de las coerciones, desigualdades e injusticias que cree contrarias a la experiencia de una comunidad humana local y universal" (César 2005: 33). Aunque las coerciones, desigualdades e injusticias en el caso de la Gran Mateada no pertenecen al presente sino al pasado de persecuciones a los chilenos argentinizados.

29.- Entrevista a María Chiguay de la comunidad Rakiduantúm, 18 de octubre de 2005, Coyhaique, Chile.

30.- José Mansilla Contreras: "La morenidad en que andamos, II" Diario El Divisadero, 29 de noviembre de 2005. Coyhaique. Chile.

31.- El director de videos documentales Marcos Monsalve es uno de los artistas que mayor énfasis coloca en la denuncia de actos de discriminación y olvido. Ver: "Chilotes en Patagonia". Zapucay Producciones, octubre de 2003, Coyhaique.

32.- Un ejemplo es el escritor coyhaiquino José Mansilla Contreras, quien es uno de los representantes de la reivindicación del papel de los migrantes chilotes en la Patagonia argentina-chilena. Entre sus obras se destacan: "Chilotes/as en la Patagonia", 2004, inédito; "Identidades Culturales en Aisén", En: Cuadernos de Historia y Cultura de Aisén, Nº 3 y 4, Editorial Universidad de Los Lagos, Coyhaique, 1998; "Vertientes de Oralidad en la Patagonia"; En: Revista de Historia Oral, Nº 2, Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Caleta Olivia, Argentina, 1998.

33.- En el extremo de esta tendencia se encuentra el tema de mayor preocupación que lo constituyen los problemas de jóvenes ayseninos que manifiestan sus descontento mediante la violencia. Una periodista de la capital nacional narró lo siguiente: "El alcalde demuestra suficiencia hasta que le preguntamos por uno de los temas más peliagudos. Uno relacionado con el río, las muertes y los grafitis: las pandillas urbanas que caracterizan a Puerto Aisén. "el mismo alcalde fue fotografi ado con una pistola sobre la mesa, anunciando a la prensa que acabaría con "los raperos". Después de eso, lo apodaron "el sheriff". "No puede ser que se les dé tanta importancia", dice ahora. Y es que esos grupos de jóvenes que rayan las paredes, piden monedas en las esquinas y se amenazan unos a otros, han estigmatizado la ciudad. …en Coihaique, donde también hay pandillas aunque no se ven en el centro, sino en las poblaciones cerro arriba". "Rivalidades y paralelismos. En la región más despoblada de Chile. Coyhaique y Puerto Aisén: cómo ser ciudad en la Patagonia" (Diario El Mercurio, 11 de marzo de 2007, pág. 22).

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