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Intersecciones en antropología

On-line version ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.12 no.1 Olavarría Jan./July 2011

 

ARTÍCULO

Abastecimiento y producción lítica en el sitio Valle Hermoso 1 (Malargüe, Mendoza)

 

Gustavo Federico Bonnat

Gustavo Federico Bonnat. Departamento de Antropología. Museo de Historia Natural de San Rafael. Parque Mariano Moreno s/n, San Rafael, Mendoza (5600). E-mail: fbonnat@hotmail.com

Recibido19 de abril 2010
Aceptado 10 de julio 2010.

 


RESUMEN

En el presente texto se darán a conocer los resultados obtenidos del análisis del registro lítico del sitio Valle Hermoso 1 (Malargüe, provincia de Mendoza). El objetivo general de este trabajo es, desde una perspectiva organizacional de la tecnología, estudiar las estrategias de abastecimiento y producción lítica desarrolladas en el sitio por grupos cazadores-recolectores que habitaron el área de Valle Hermoso durante los últimos 2000 años. Los resultados obtenidos en el análisis del conjunto lítico del sitio señalan la existencia de diferencias respecto de la explotación y aprovechamiento de los recursos líticos disponibles en el área, siendo la obsidiana la roca utilizada para la confección de instrumentos formatizados.

Palabras clave: Tecnología lítica; Obsidiana; Ambientes de altura; Holoceno tardío; Mendoza.

ABSTRACT

Lithic procurement and production in Valle Hermoso 1 Site, Malargüe, Mendoza. This paper presents the results of an analysis of lithic material from the Valle Hermoso 1 site, Malargüe, Mendoza. The primary objective of this paper is to evaluate the lithic procurement and production strategies of the last 2000 years in Valle Hermoso from the perspective of technological organization. The results indicate variation in the intensity of exploitation of different raw materials, with obsidian being used most often in the production of stone tools.

Keywords: Lithic technology; Obsidian; High altitude environments; Late Holocene; Mendoza.


 

INTRODUCCIÓN

Los estudios referidos a la tecnología lítica han avanzado considerablemente en los últimos años en la provincia de Mendoza (Bonnat 2009; Campos et al. 2006; Cortegoso 2004, 2006; Pérez Winter 2008). En ellos se busca comprender cómo se adaptaron las poblaciones humanas a los distintos ambientes que presenta la región y cuáles fueron los cambios ocurridos en la tecnología lítica a lo largo del Holoceno.
El análisis de la tecnología lítica del sitio Valle Hermoso 1 que aquí se presenta se enmarca dentro del proyecto regional "Impacto Humano en el Sur de Mendoza durante el Holoceno Tardío: Cambios en las Estrategias del Uso de los Recursos", dirigido por el Dr. Gustavo Neme. El objetivo de este trabajo consiste en poder determinar diferencias en el uso de las distintas rocas utilizadas para la manufactura de artefactos, evaluar las estrategias de aprovisionamiento y utilización de éstas, y detectar las actividades líticas llevadas a cabo en el sitio. Estudios previos en áreas vecinas (Neme 2007; Pérez Winter 2008) señalan un proceso de intensificación que habría implicado cambios en la organización tecnológica (sensu Nelson 1991). Enmarcado en esa perspectiva, el presente análisis apunta a mejorar la información del registro lítico en zonas de altura para los últimos 2000 años AP en el sur de la provincia.

ANTECEDENTES

La información arqueológica generada en los últimos años (Gil 2006; Gil et al. 2005; Neme 2007, 2009; Neme y Gil 2008; Neme et al. 2005) señala que las poblaciones humanas que ocuparon la región durante el Holoceno tardío (principalmente los últimos 2000 años AP) evidencian un crecimiento demográfico, una ampliación de las bases de subsistencia que incluye la incorporación de cultivos, acompañada por la disminución relativa del guanaco, un énfasis en el incremento de productos de molienda, una mayor utilización de la obsidiana y la aparición de poblados con estructuras por encima de los 3000 msnm (Neme 2007). Estos cambios han sido explicados por un proceso de intensificación regional, disparado por un desbalance entre la población y los recursos del área, el cual habría ocasionado la necesidad de una mayor reocupación de los espacios, un incremento en el procesamiento de los recursos vegetales, una reducción de la movilidad y un cambio en las estrategias de producción lítica, entre otros factores (Cortegoso 2004, 2006; Neme 2007, 2009; Neme y Gil 2008).
Las investigaciones arqueológicas en el sitio.Las investigaciones arqueológicas en el sitio Valle Hermoso 1 se han iniciado recientemente (Bonnat 2009; Sugrañes 2009). El registro arqueológico del sitio evidencia una alta frecuencia de artefactos líticos de obsidiana y de tiestos cerámicos que han sido recientemente estudiados. Tomando como base el estudio del registro cerámico, Sugrañes (2009) plantea que las vasijas habrían sido fabricadas en los lugares más bajos, para luego ser transportadas a localizaciones de mayor altura. Esto se debería a que las condiciones ambientales, climáticas, la disponibilidad de recursos y la ocupación del área habrían dificultado la producción de cerámica. A su vez, los tiempos posibles de ocupación del lugar son cortos en relación con los tiempos necesarios para la fabricación de cerámica, y el recurso leña, necesario para la cocción de piezas, es escaso (Sugrañes 2009).

ÁREA DE ESTUDIO Y SITIO ARQUEOLÓGICO

Valle Hermoso (VH1)

El área de valle Hermoso se ubica en la cuenca superior del río Grande (departamento de Malargüe), al sur de la provincia. El valle se extiende aproximadamente a través de 18 km en dirección noreste a suroeste, mientras que en sentido trasversal no supera los 6 km. Se encuentra en una altitud media que ronda los 2200 msnm, y limita al oeste y al este por altos cordones montañosos que alcanzan los 3000 msnm (Capitanelli 2005), al norte con la cuenca del río Atuel y al sur con la naciente del río Grande (Figura 1).
Siguiendo el enfoque morfoclimático propuesto por Abraham (2000), el área de estudio se enmarcaría en la zona de "montañas andinas", caracterizada por alturas superiores a los 2000 msnm, ausencia de veranos térmicos (temperaturas medias mayores a los 20ºC) e incluso de estaciones intermedias, como primavera y otoño (temperaturas medias diarias de 10º y 20ºC). El régimen de precipitaciones en la cordillera es de tipo mediterráneo, con concentraciones en forma de nieve durante el invierno (Abraham 2000). Desde el punto de vista geológico, el área de Valle Hermoso forma parte de la Cordillera de los Andes, la que provee diversidad de rocas adecuadas para la talla, entre las cuales se pueden encontrar andesitas, tobas, basaltos, obsidianas y riolitas (Volkheimer 1978).La información paleoclimática que se posee para los últimos milenios del Holoceno en la región (D'Antoni 1983; De Francesco y Diéguez 2006, Espizúa 1998, 2003, 2005; Gil et. al. 2005; Guerci 2007; Markgraf 1983; Stingl y Garlef 1985; Zárate 2002) indica que, para el periodo que va de los 5000 años AP a los 3000 años AP, se habría dado un empobrecimiento de la vegetación andina y una mayor cantidad de agua en el cauce del río Atuel, lo que sugiere un posible incremento en las precipitaciones, principalmente invernales, que habrían ocasionado bajas temperaturas en la región (Markgraf 1983). Estas condiciones climáticas se mantienen hasta los ca. 3000 años AP, momento para el que se ha propuesto el establecimiento de las condiciones climáticas modernas (D'Antoni 1983; Espizúa 1993; Markgraf 1983; Neme et al. 1998; Zárate 2002), caracterizadas por precipitaciones veraniegas en las tierras bajas y temperaturas más favorables en las tierras altas (Markgraf 1983).
Sobre la base del registro glaciológico, Espizúa (2003, 2005) señala que los glaciares de la región andina del sur de Mendoza fluctuaron durante el transcurso del Holoceno. En la cuenca superior del río Grande existen evidencias de tres avances glaciares en los valles del Peñón y el Azufre (aproximadamente a 30 km del sitio VH1). Según la autora, el primer avance neoglaciar ocurrió entre ca. 5700-4400 años AP, el segundo entre 2500-2200 años AP, y el tercero, correspondiente al de la Pequeña Edad de Hielo, finalizó hace 400 años AP (ca. 1435-1660 cal AD años) (Espizúa 2003, 2005).

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Figura 1. Ubicación geográfica del sitio arqueológico Valle Hermoso 1.

Sitio arqueológico

El sitio Valle Hermoso 1 (VH1) se encuentra ubicado a los 35°08'01,81 LS y a los 70°11'50,56 LO (Figura 1). Es un sitio a cielo abierto, emplazado a 2288 msnm, donde las frecuentes nevadas ocurridas durante los meses de otoño-invierno dan como resultado un ambiente disponible de forma estacional para la ocupación humana, principalmente durante los meses de verano. Sumado a esto, las bajas temperaturas que se registran en el área y la pobre productividad del suelo llevaron a considerar a dicha área como marginal (Neme 2007; Neme y Gil 2008). Se realizaron transectas mediante las cuales se determinaron el ancho (este-oeste de 50 m), el largo (norte-sur de 100 m) y la superficie (1500 m2) del sitio. A partir de la prospección inicial se seleccionó, para excavar, un sector que poseía una alta concentración de material cerámico y lítico. La excavación consistió en una cuadrícula (unidad A-1) de 4 m2 que, a su vez, fue dividida en cuatro sectores de 1 m2 (NO, NE, SO y SE). Se siguieron niveles artificiales de 5 cm, de los cuales se contabilizaron ocho en total. Entre los materiales arqueológicos se incluyen productos de talla lítica, tiestos cerámicos, elementos de molienda, restos de carbón, fragmentos óseos faunísticos y pigmento mineral (Tabla 1).
Con respecto a la cronología, se cuenta con dos dataciones radiocarbónicas, ambas correspondientes al Holoceno tardío. Una de ellas proviene del nivel 2 y arrojó una edad de 1410 ± 60 años AP (LP-1471); mientras que la otra, del nivel 4, dio una edad de 1950 ± 50 años AP (LP-1472). Sobre la base de estos fechados y la distribución de los materiales en estratigrafía se diferenciaron dos conjuntos, uno de los cuales involucra los niveles 0 a 3; y el otro, del 4 al 7.

Tabla 1. Materiales registrados el sitio Valle Hermoso 1.

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ASPECTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS

Por "producción de artefactos líticos" se entienden las modificaciones que sufren las diferentes rocas a lo largo del sistema de manufactura de utensilios líticos (Ericson 1984). Se trata de un proceso dinámico, que ocurre en diferentes lugares del paisaje y en forma diacrónica, pero que se inicia en las fuentes de aprovisionamiento y termina con el descarte de las piezas (Bamforth 1986; Collins 1989-1990; Ericson 1984; Schiffer 1972). Tomando como base la literatura arqueológica, los artefactos a lo largo del sistema de producción pasan por diferentes etapas, las cuales presentan ciertas particularidades que pueden ser relativamente asociadas con determinados artefactos. De esta manera, las tendencias observadas en el análisis de los conjuntos líticos (materias primas, núcleos, productos de talla e instrumentos) proveen el dato empírico que permite entender la producción de artefactos y las eventuales estrategias y/o planes tecnológicos que guiaron este comportamiento productivo. Dentro del enfoque de la organización de la tecnología lítica, definido como "[...] el estudio de la selección e integración de estrategias para hacer, usar, transportar y descartar instrumentos y los materiales necesarios para su manufactura y mantenimiento" (Nelson 1991: 57, traducción propia), se pueden reconocer estrategias tecnológicas que pueden guiar el comportamiento humano al momento de confeccionar herramientas líticas. En cuanto a los tipos de estrategias, se reconocen, principalmente, tres: la conservada, la expeditiva y la oportunística (Binford, 1979; Nelson 1991), ninguna de las cuales es mutuamente excluyente (Kuhn 1995) y deben ser tratadas como un continuum (Nelson 1991). En este sentido, constituyen planes que facilitan el uso del ambiente por parte de los seres humanos. Estas estrategias responden a distintas condiciones y pueden ser ejecutadas de diferentes maneras, y la forma de los artefactos (diseño) y la composición del conjunto son consecuencias de las distintas formas de implementarlas (Nelson 1991).
Metodológicamente, el conjunto artefactual fue analizado mediante observaciones macroscópicas y con la ayuda de una lupa binocular de 40x, tanto para la identificación de los atributos de los artefactos como para la determinación de las materias primas. Para el estudio tecnomorfológico de los artefactos formatizados y de los núcleos, se siguieron algunos de los lineamientos propuestos por Aschero (1975, 1983) y Aschero y Hocsman (2004). Entre las variables utilizadas se hallan: materia prima, tamaños, estado de los artefactos (enteros o fragmentados), grupos y subgrupos tipológicos, formas base, serie técnica, situación de los lascados, cantidad de filos en las piezas y presencia de filos complementarios.
Por otra parte, para el análisis tecnomorfológico de los productos de talla, se siguieron algunos de los lineamientos y códigos propuestos por Bellelli et al. (1985-1987). Las categorías establecidas en esta propuesta metodológica permiten determinar las actividades tecnológicas llevadas a cabo en el sitio (e.g., tipo de lascas, tamaños, presencia de corteza, etc.), evaluar la integridad de los contextos (e.g., estados de fragmentación de los materiales), discutir la movilidad y las eventuales estrategias tecnológicas empleadas por los grupos humanos (e.g., materias primas locales y no locales), y permiten inferir técnicas de talla utilizadas en el proceso de reducción (e.g., tipo de bulbo, terminaciones, presencia o ausencia de curvatura, etcétera).

RESULTADOS

El conjunto artefactual analizado está integrado por 2266 artefactos, de los cuales 5 corresponden a núcleos (0,2%), 2236 a productos de talla (98,7%), y 25 a instrumentos (1,1%), procedentes de los sectores NO, NE y SO (Tabla 2). En cuanto a la distribución vertical del conjunto lítico, se puede apreciar que en los niveles 0, 1, 2 y 3 se concentran los mayores porcentajes de productos de talla, instrumentos y núcleos (Tabla 3).

Tabla 2. Composición del conjunto lítico.

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Tabla 3. Frecuencias absolutas y relativas del conjunto lítico por niveles.

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Materias primas

A partir del análisis de las rocas presentes en el sitio, y con la colaboración de los geólogos Horacio Villalba (Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría -FACSO- Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires -UNCPBA-) y Sergio Diéguez (Museo de Historia Natural de San Rafael), se identificaron nueve materias primas líticas utilizadas en el sitio, a las que se le suma una categoría que agrupa las rocas indeterminadas. Los resultados evidencian un uso diferencial de éstas, siendo la roca más representada la obsidiana (79,9%), seguida por la toba (9,4%) y por el grupo de rocas indeterminadas (3,9%). Al comparar el porcentaje de materias primas mayormente representadas en el sitio con su ubicación en los distintos niveles arqueológicos (Tabla 4), se observa que la obsidiana se presenta en bajas frecuencias en los dos niveles inferiores, posteriormente aumenta su frecuencia en los niveles 2, 3, 4 y 5, hasta presentarse con mayor intensidad en los dos niveles superiores. En el caso de la toba, ésta se presenta en mayores porcentajes en los niveles que van del 2 al 6, mientras que el basalto se mantiene constante en todos los niveles, con excepción del 7, donde aparece con mayor intensidad (Figura 2).

Tabla 4. Frecuencias absolutas y relativas de materias primas en relación con su disponibilidad y ubicación en el sitio arqueológico.

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Figura 2. Frecuencia de las principales materias primas expresadas por niveles arqueológicos.

Núcleos

En el conjunto artefactual se identificaron un total de cinco núcleos, los cuales se presentan enteros y mayormente representados en los niveles 1 y 2 (n= 4), mientras que sólo se registró un ejemplar en el nivel 4. La materia prima más representada en los núcleos es la obsidiana (60%), seguida por la toba (40%). Las tendencias tecnológicas generales que se observan en el análisis de los núcleos de obsidiana muestran que los tamaños predominantes son el pequeño y el mediano pequeño. Las piezas están agotadas y sin corteza, lo que, sumado a la baja frecuencia de lascas externas de esta materia prima, podría indicar que los núcleos ingresaron al sitio sin corteza. Sin embargo, en la cantera de Las Cargas la materia prima se presenta bajo la forma de grandes bloques (véase Bonnat 2009), por lo que sería esperable su reducción a formas que permitiesen un mayor grado de transporte, en cuyo caso el descortezamiento pudo haberse producido en el lugar de aprovisionamiento. De esta manera, la ausencia de corteza no estaría necesariamente relacionada con un estado avanzado de reducción de las piezas, sino que sería consecuencia de las posibilidades de explotación que presenta este tipo de roca.
Se destaca que los núcleos han sido tallados a partir de una sola plataforma de percusión apoyando las piezas en una superficie dura, dando por resultado negativos de extracciones unidireccionales (Figura 3). Sin embargo, existe un núcleo de obsidiana (VH1.A1.2364) que ha sido explotado mediante la técnica bipolar. Por otra parte, los dos núcleos confeccionados sobre toba son de tamaño muy grande y aún son potencialmente explotables. Uno de ellos (VH1.A1.1192) no posee remanentes de corteza y presenta negativos de lascados multidireccionales; mientas que el otro ejemplar (VH1.A1.1454) presenta negativos de extracciones de lascas aisladas y corteza casi en su totalidad. Se pueden observar dos estrategias de explotación de núcleos: por un lado, percusión unipolar en los de mayor tamaño y, por otra parte, talla con apoyo en los de menor tamaño. Como se mencionó, un sólo ejemplar posee evidencias de explotación bipolar, por lo que se considera que este gesto técnico de desbaste de la pieza apuntaría a un mayor aprovechamiento y maximización de un recurso de muy buena calidad para la manufactura de artefactos.

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Figura 3. Foto y esquema diacrítico de núcleo piramidal.

Productos de talla

Con respecto a los productos de talla, se analizó un total 2236 elementos. La materia prima más representada es la obsidiana (80,1%), seguida por la toba (9,3%), las rocas indeterminadas (3,9%) y el basalto (3,1%) (Tabla 5). Para tener una primera aproximación sobre las características generales del conjunto lítico y explorar si existe una correlación entre los núcleos recuperados en el sitio y los productos de talla, se clasificó a estos últimos teniendo en cuenta su estado. En este sentido, se observa que el conjunto artefactual está compuesto principalmente por lascas fracturadas sin talón (n= 673), seguidas por lascas fracturadas que poseen talón (n= 663), productos no clasificables (n= 570) y, en menor proporción, lascas enteras (n= 330). Se aprecia que en los productos de talla clasificables (n= 1666) hay un predominio de las lascas fracturadas sobre las enteras que alcanza el 80% del conjunto lítico. El alto grado de fragmentación de la muestra puede estar vinculado tanto al tipo de producción lítica (Johnson 1979; Prentiss y Romanski 1989), como a procesos posdepositacionales, entre los que se incluyeel pisoteo que pudo haber sufrido el material después de su descarte, así como también variables de tipo ambiental como el viento y la amplitud térmica, entre otros. De estas lascas fracturadas, el 50,6% corresponden a obsidiana, son pequeñas, poco espesas, relacionadas con las últimas etapas de manufactura y mantenimiento de artefactos. Si se considera el incremento en la tasa de depositación de materiales y la frecuencia de productos de talla en los niveles correspondientes a los últimos 2000 años AP, se aprecia que es en este periodo en que aparece más representada la obsidiana y se registra una mayor recurrencia en los asentamientos por parte de la poblaciones humanas (Neme 2007; Neme y Gil 2008). No obstante, cabe mencionar que en diferentes trabajos, además, se menciona que una mayor fragmentación de los artefactos en otros contextos también puede deberse al tipo de percusión utilizada por los seres humanos en el pasado (Hayden 1989), y/o a distintos agentes climáticos a los que están expuestos los materiales (nieve, viento, amplitud térmica entre el día y la noche, entre otros).
Al clasificar los desechos de talla lítica en relación con la presencia y ausencia de corteza en sus caras dorsales (Tabla 5), se observa un amplio predominio de las lascas internas (96,1%) con respecto a las externas (3,8%). La baja presencia de estas últimas en algunas materias primas (e.g., sílice y obsidiana) podría evidenciar un previo descortezamiento de alguna de las rocas antes de que ingresaran al sitio. En el caso de la andesita, la toba y el basalto, los desechos externos tienden a incrementarse, aunque en ninguno de los casos superan a las lascas internas, lo cual puede deberse a que estas rocas se encuentran cercanas al sitio y/o a las diferencias en la cantidad de corteza que presenta cada roca. Dentro de los tipos de lascas identificados, se observa un predominio de las de aristas (33,1%), seguida por las angulares (24%), planas (20,3%) (Tabla 5). Además, se destaca que, en el conjunto, las lascas de reactivación se encuentran sólo en obsidiana (Tabla 6).Con respecto a los talones identificados en las lascas enteras y fracturadas con talón (n= 993), se observa un predominio del tipo liso (49,3%) y filiforme (32,4%) (Tabla 5). Si bien el tipo de talón que predomina es el liso, se pueden apreciar algunas diferencias dentro de cada materia prima. Con respecto a la obsidiana, se ubican en segundo lugar de representación los filiformes (39,6%), en tanto que los talones corticales representan sólo el 0,4%. Además, es la única roca que presenta talones facetados (a excepción de un ejemplar de sílice) y puntiformes. Estos dos últimos tipos de talones, junto con los filiformes, se corresponden con las lascas de reactivación, lo cual evidencia que pertenecen a las últimas etapas de formatización y mantenimiento de filos de artefactos. En el caso de las demás rocas, como toba, andesita, basalto, cuarcita y riolita, se observa que los talones corticales son los que les siguen a los lisos.

Finalmente, se tomó el tamaño de las piezas siguiendo los lineamientos propuestos por Bagolini (1968) y modificados por Aschero (1975). Se observa un predominio de lascas muy pequeñas (75,6%), seguidas por las pequeñas (15%) (Tabla 5). Al comparar esta variable con las materias primas, se destaca que las categorías más grandes (mediano grande, grande y muy grande) están representadas por las rocas que se encuentran más próximas al sitio, como son los casos de la toba y la andesita (Tabla 7). Por el contrario, se destacan los tamaños muy pequeños en el sílice (87,5%), la obsidiana (86,7%) y el basalto (60,5%), lo que podría evidenciar el predominio de las etapas finales de confección y/o mantenimiento de los artefactos formatizados (Tabla 7).

Tabla 5. Frecuencias absolutas y relativas de las variables analizadas en los productos de talla.

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Tabla 6.Frecuencias absolutas y relativas de los talones en relación con la materia prima.

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Tabla 7. Frecuencias absolutas y relativas de los tamaños de los desechos clasificables en relación con las materias primas.

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Instrumentos

En el conjunto lítico se recuperaron un total de 25 piezas, tanto enteras como fracturadas. Se identificaron 14 artefactos formatizados por talla, todos confeccionados sobre obsidiana. Además, se identificaron dos lascas con retoque sumario y dos lascas de filos naturales con rastros complementarios, una de obsidiana y otra de toba. Los grupos tipológicos representados incluyen manos (n= 5) y fragmentos de molinos (n= 2), fragmentos no diferenciados de artefactos formatizados (n= 4), puntas de proyectil (n= 3), instrumentos compuestos (n= 3), artefactos de formatización sumaria (n= 2), filos naturales con rastros complementarios (n= 2), cuchillo de filo retocado (n= 1), muescas retocadas y de lascado simple (n= 1), raclette (n= 1) y raederas (n= 1).
En los artefactos formatizados, la clase técnica (sensu Aschero y Hocsman 2004) más representada es la reducción unifacial con el 85,7% (n= 12) y, en menor porcentaje, la reducción bifacial, con el 14,3% (n= 2). Se hallaron tres puntas de proyectil triangulares conlimbo rectilíneo, dos de ellas fracturadas, y todas confeccionadas sobre obsidiana. El alto grado de transformación de las piezas no permitió identificar la forma base sobre las que fueron manufacturadas. La punta de proyectil que se encuentra entera es de tamaño mediano pequeño y presenta adelgazamiento bifacial con retoque extendido (Figura 4). Las otras dos puntas corresponden a piezas apedunculadas. Una de las puntas es de tamaño pequeño y fue confeccionada por reducción bifacial; mientras que la otra pieza corresponde a cinco fragmentos remontados de una punta de tamaño mediano pequeño con reducción bifacial.
Se identificaron tres instrumentos compuestos de filos simples, con lascados unifaciales directos y con microrretoque marginal corto. Uno de ellos está confeccionado sobre una lasca angular y presenta un raspador de filo frontal, astillado y activo, y una muesca de filo lateral. Otro de estos instrumentos compuestos está formatizado sobre una lasca fracturada no diferenciada y presenta, en un extremo, un filo en cuchillo, y en el otro, un retoque sumario. Por último, el tercero está confeccionado sobre una lasca fracturada no diferenciada y está formado por un raspador frontal en su cara dorsal y por una raclette en la ventral. Cabe mencionar que el filo del raspador se encuentra embotado, en tanto que el de la raclette está activo.
El resto de los instrumentos corresponde a: 1) una raclette, con forma base no diferenciada, de tamaño pequeño y filo simple unifacial directo; 2) un fragmento de cuchillo de forma base no determinada, con microrretoque marginal bifacial y filo activo; 3) una muesca confeccionada sobre una lasca angular, con filo doble en posición lateral; 4) una raedera chica de forma base no diferenciada, con filo doble, marginal corto, siendo la situación de los lascados unifacial directa; y 5) cuatro fragmentos de artefactos formatizados no diferenciados. Por último, se identificaron seis manos de molino, todas fracturadas, confeccionadas sobre toba ignimbrítica, provenientes de los niveles 0 y 1, y un fragmento de molino confeccionado sobre arenisca y recuperado en el nivel 1.

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Figura 4. Foto y esquema diacrítico de punta de proyectil entera.

PRODUCCIÓN DE ARTEFACTOS LÍTICOS EN EL SITIO VH1

El análisis tecnomorfológico permitió determinar que todas las etapas de la secuencia de producción lítica están presentes en el sitio. Sin embargo, no todas están representadas con la misma intensidad ni en todas las materias primas. Las variables analizadas en el conjunto artefactual sugieren algunas tendencias en cuanto a la explotación y la trayectoria de reducción de las diferentes rocas presentes en el sitio VH1. Disponibilidad de los recursos y aprovisionamiento de materias primas
La calidad y cantidad de materia prima disponible para la manufactura de artefactos líticos constituyen dos variables que condicionan las estrategias tecnológicas empleadas para su obtención, reducción, traslado, manufactura, reactivación, reciclado y descarte. Para poder entender las estrategias de abastecimiento y producción lítica es necesario conocer la disponibilidad y accesibilidad de las rocas en el paisaje (Franco 2004). De este modo, comprender la estructura de recursos líticos de un área y establecer la localización de las potenciales fuentes de materias primas (canteras) constituye una primera instancia en la reconstrucción de los sistemas de producción lítica (Ericson 1984) y, a su vez, el primer paso en el estudio de la organización tecnológica (Escola 1999; Franco 2002, 2004).
De esta forma, se confeccionó una base de recursos líticos orientada a determinar la posible ubicación en el espacio de las rocas que se recuperaron en el registro arqueológico (véase Bonnat 2009). Debido a cuestiones de espacio, no se profundizará acerca de cómo se elaboró la base de recursos líticos, y sólo se mencionará que fueron evaluados la ubicación, la calidad de las rocas y el tipo de afloramiento (primario o secundario) en el que se encontraban. Esto permitió delinear qué tipos de roca se encontraban dentro del rango considerado local (aquellas rocas que se encuentran dentro del valle), y cuáles dentro del no local (las rocas ubicadas por fuera del valle), así como también las propiedades de éstas para la talla (Tabla 8). Sobre esta base, se determinó que en el rango local hay una alta variabilidad de rocas (andesitas, tobas, basaltos, riolitas, entre otras) que han sido utilizadas para la manufactura de utensilios.
Al observar las frecuencias de las materias primas en relación con sudisponibilidad local o no local (Figura 5) se aprecia, para las rocas locales, una mayor frecuencia de éstas en los niveles inferiores con respecto a los superiores. Por otra parte, en las no locales (obsidiana), su frecuencia aumenta en los momentos más tardíos de la ocupación del sitio con respecto a los niveles inferiores. De todas formas, esta tendencia también es observada en otras materias primas locales, como es el caso de la toba ignimbrítica y la arenisca, ambos recursos relacionados con artefactos de molienda. No obstante, aún resta seguir avanzando en la caracterización de la estructura de los recursos líticos del área, dado que para algunos de los tipos de rocas (e.g., arenisca silicificada, cuarcita y sílice) no se ha podido localizar su procedencia (Bonnat 2009).
Es importante señalar que el sitio se encuentra a unos 20 km en línea recta de la cantera de obsidiana de Las Cargas, principal fuente de recursos líticos con la que se produjeron la mayoría de los artefactos. Debido al carácter accidentado que presenta la topografía en las zonas montañosas y a las limitaciones que proveen estos ambientes a la adaptación humana (Aldenderfer 1998; Frisancho 1991; Morán 1982), en este trabajo se tiene en cuenta que estos factores habrían influenciado sobre la movilidad y la accesibilidad por parte de los grupos a este recurso; por lo tanto, se ha considerado la obsidiana de esta cantera comoun recurso no local (Bonnat 2009). Los estudios químicos realizados tanto en obsidianas provenientes de allí como de lascas recuperadas en VH1 muestran similitudes en los valores geoquímicos. Estos permiten asumir que dicha cantera es el lugar de origen de las obsidianas recuperadas en el sitio (Giesso et al. 2010).

Diversos autores han discutido aspectos vinculados principalmente a la estrategia conservada, y han planteado modelos relacionados con la manera en que los grupos humanos obtenían las materias primas líticas (Andrefsky 1994, 1998; Bamforth 1986; Binford 1979; Gould y Saggers 1985; Kelly 1988; Torrence 1983, 1989; entre otros). Por su parte, estos modelos han tenido por objetivo poder identificar cómo se pueden reconocer estas estrategias de abastecimiento en el registro arqueológico. En términos generales, el aprovisionamiento de recursos líticos puede llevarse a cabo tanto de forma directa como indirecta (por medio de redes de intercambio). A su vez, el aprovisionamiento directo puede implicar el traslado de una parte del grupo hasta la cantera con el único fin de obtener rocas, o bien durante la realización de otras actividades (Bamforth 1986; Binford 1979; Gould y Saggers 1985). Ambas estrategias implican diferencias considerables en cuanto a los costos del aprovisionamiento y una previa planificación de la estrategia de obtención de los recursos.

En Valle Hermoso 1, la obsidiana (pese a ser un recurso no local) es la roca más abundante del sitio y la única utilizada para la confección y reactivación de instrumentos formatizados por talla. Su frecuencia aumenta para los últimos momentos de la ocupación, por lo que se considera que, para este periodo temporal, los grupos cazadores-recolectores habrían tenido un conocimiento detallado de la geografía de la región, y por lo tanto, también de las canteras de materias primas, particularmente las de obsidiana. En cuanto a la forma en que los recursos pudieron ser obtenidos en el sitio VH1, se propone un aprovisionamiento directo, ya sea mediante partidas logísticas en busca de este recurso o en los movimientos anuales que debieron realizar los grupos humanos al ingresar al área durante los meses en que se encontraba habitable. De esta forma, los costos y el tiempo invertido en el procuramiento de esta roca serán altos o bajos dependiendo de estas dos formas en las que pudo ser obtenida. Por otra parte, esta propuesta de aprovisionamiento también se vería sustentada conel estudio del registro cerámico realizado por Sugrañes (2009), según el cual la autora plantea una movilidad estacional de las poblaciones humanas que implicaba que las vasijas habrían sido fabricadas en los lugares más bajos para luego ser transportadas a localizaciones de mayor altura. Esto se habría debido a que las condiciones ambientales, climáticas, disponibilidad de recursos y ocupación del área habrían hecho dificultosa la producción de cerámica. Por otra parte, y si bien los estudios geoquímicos realizados en el sitio no son abundantes (n= 4), llama la atención que todas las lascas analizadas provinieran de la misma cantera (Las Cargas). En este sentido, si el recurso se hubiese obtenido por medio de redes de intercambio, sería esperable que estuviesen representadas rocas de distintas canteras. En cuanto al aprovisionamiento incluido (sensu Binford 1979), se descarta su incidencia sobre la obtención de la obsidiana, debido a que se considera improbable que las actividades de subsistencia que se podían llevar a cabo en las inmediaciones del sitio se hubieran realizado también en un lugar lejano y de difícil acceso como es la cantera Las Cargas.
Con respecto al resto de las rocas utilizadas, debido a que afloran en las inmediaciones del sitio, sin necesidad de salir del valle para obtenerlas, se considera que, posiblemente, su abastecimiento haya estado incluido en la realización de diferentes actividades de subsistencia.

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Figura 5. Frecuencia de materias primas locales y no locales por niveles arqueológicos.

Tabla 8. Características de los afloramientos identificados en el área.

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Reducción de núcleos y producciónde formas base

En el sitio se observa una producción de artefactos orientada hacia la manufactura de instrumentos sobre obsidiana. Los núcleos de este material se encuentran agotados, son de tamaños pequeños y presentan extracciones unidireccionales. El análisis de estos y de los tipos de talón de las lascas indica que la superficie de explotación corresponde a una plataforma lisa en la mayoría de los núcleos. La técnica utilizada es la percusión directa dura y blanda. Sólo un núcleo ha sido explotado mediante la técnica bipolar. Se observa que los últimos negativos de lascados de los núcleos se corresponden con el ancho y el largo de las lascas enteras, lo que evidencia que estas lascas son producto de los núcleos y que las actividades fueron realizadas en el lugar (Figura 6). También se registran productos de talla de mayor tamaño que los últimos negativos de lascados en los núcleos, los que podrían estar vinculados a un estadio inicial de explotación de estos últimos. Asimismo, la presencia de lascas que son más pequeñas en comparación a negativos de las últimas extracciones de los núcleos estaría relacionada a las etapas finales de formatización y mantenimiento de filos de los instrumentos.

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Figura 6. Características de los afloramientos identificados en el área.

Instrumentos formatizadosy mantenimiento de filos

En términos generales, la obsidiana presenta una alta frecuencia de lascas internas, acompañada por tamaños muy pequeños y pequeños. Si bien en todas las rocas predominan los talones lisos, la obsidiana es la única roca que presenta talones filiformes, facetados y puntiformes, lo que indicaría que las actividades de talla estuvieron vinculadas principalmente a la confección de instrumentos. El predominio de talones lisos permite apreciar que la técnica de talla más utilizada habría sido la percusión directa. No obstante, la evidencia de talla por presión está reflejada en la presencia de talones filiformes y puntiformes (Nami 1991), posiblemente asociada a las últimas etapas de formatización y/o a la reactivación, mantenimiento y reavivamiento de los filos formatizados. De este modo, es posible observar que las actividades de regularización y mantenimiento de filos líticos estuvieron orientadas hacia las materias primas de muy buena calidad para la talla, las cuales habrían ingresado al sitio en forma de núcleos, aunque no se descarta su ingreso en forma de preformas o instrumentos terminados.
En los instrumentos se observa un predominio de los tamaños pequeños. La serie técnica mayormente representada es la marginal, y sólo las puntas de proyectil fueron confeccionadas mediante un retoque extendido. El tipo de los lascados que predomina en los artefactos es el unifacial y, en el caso de las puntas de proyectil, la reducción es bifacial. La escasa evidencia de lascas de adelgazamiento bifacial y el tamaño de los núcleos y de las lascas internas permiten sostener que es probable que las puntas de proyectil hubieran ingresado al sitio una vez ya confeccionadas. De todos modos, no se descarta la posibilidad de que los núcleos pudieran producir formas base para estos tipos de puntas.

CONSIDERACIONES FINALES

En el presente trabajo no sólo se observó una variedad de materias primas explotadas (n= 10) en el sitio Valle Hermoso 1, sino también un uso diferencial de los recursos locales y no locales, evidenciado en los núcleos, productos de talla e instrumentos. Se emplearon principalmente las rocas no locales (e.g., obsidiana) para la producción de instrumentos formatizados por talla. Las actividades de regularización y mantenimiento de filos se realizaron sobre esta roca de muy buena calidad para la talla, la cual habría ingresado al sitio en forma de núcleos, aunque no se descarta su ingreso como preformas o como instrumentos terminados. La alta fragmentación de los productos de talla, los tamaños muy pequeños, el agotamiento de los núcleos y la presencia de artefactos compuestos, reactivados y embotados sobre lascas de tamaños pequeños evidenciarían una mayor optimización de este recurso. De todas maneras, es necesario profundizar en los estudios relacionados con la fractura de las piezas para poder determinar las causas y los posibles agentes que las ocasionaron. Por otra parte, los recursos locales que presentan una amplia disposición en las cercanías del sitio habrían sido utilizados para la confección de instrumentos manufacturados por abrasión, picado y/o pulido (e.g., toba ignimbrítica), y para obtención de lascas y posiblemente un posterior uso de los filos naturales (e.g., toba). Con respecto a las demás rocas (andesita, basalto, cuarcita, riolita, sílice), se cuenta sólo con bajas frecuencias de productos de talla, por lo que es difícil hacer inferencias mayores.
Estos datos, sumados a las características ambientales y al resto de las evidencias arqueológicas presentes en el sitio (tiestos de cerámica, restos arqueofaunísticos), permiten caracterizarlo como un campamento base estacional de actividades diversas, en donde la producción de lascas de obsidiana y toba in situ (presencia de núcleos, productos de talla e instrumentos) permitió producir formas-base para la confección de instrumentos a partir del retoque de sus filos. También se constató que otras pudieron haber sido utilizadas a partir del filo natural.

Agradecimientos

Mis agradecimientos a Adolfo Gil, Paula Barros y Gustavo Neme por su constante apoyo y sugerencias para este trabajo. A Manuel Carrera, María Clara Álvarez, Valeria Cortegoso y a los evaluadores por la lectura, comentarios y sugerencias que mejoraron este manuscrito. Lo expresado en este artículo es exclusiva responsabilidad del autor.

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