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Intersecciones en antropología

On-line version ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.13 no.1 Olavarría Jan./July 2012

 

ARTÍCULO

Arqueología en el Parque Nacional El Palmar (Entre Ríos, Argentina): disponibilidad y explotación de materias primas líticas

 

Juan Carlos Castro

Juan Carlos Castro. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Departamento Científico de Arqueología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Paseo del Bosque s/n (1900). Departamento de Antropología, Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas "Prof. Antonio Serrano". E-mail: castro_museoserrano@yahoo.com.ar

Recibido 19 de mayo 2011
Aceptado 2 de julio 2011

 


RESUMEN

Este trabajo presenta los resultados de las investigaciones arqueológicas realizadas en el Parque Nacional El Palmar, Colón (provincia de Entre Ríos). Se debe destacar que, en la zona comprendida por estos estudios, hasta el momento no se habían realizado trabajos arqueológicos sistemáticos. Como resultado se detectaron siete sitios y trece hallazgos arqueológicos aislados, todos en posición superficial. Los conjuntos se componen de materiales líticos; cinco de ellos presentan alfarería, mientras que en ninguno se registraron restos arqueofaunísticos. Se sintetizan los resultados del análisis de los materiales recolectados con el fin de lograr una primera caracterización de la tecnología prehispánica. Se discute la funcionalidad de los sitios y se propone un esquema preliminar de ocupación del espacio. Se postula que los sitios corresponden a campamentos de actividades múltiples y talleres del Holoceno tardío. Estos restos evidencian la ocupación humana de albardones, playas y médanos, además de la explotación predominante de guijarros fluviales silíceos.

Palabras clave: Sociedades prehispánicas; Río Uruguay; Tecnología lítica.

ABSTRACT

Archaeology in el Palmar National Park: availability and exploitation of lithic raw materials.This paper presents the results of intensive surveys conducted in El Palmar National Park, Colón, Entre Ríos province. No prior systematic archaeological work had been done in the area covered by the research. As a result of the surveys, seven sites and thirteen isolated archaeological finds, all in a superficial position, were detected. All of the assemblages are composed of lithic materials; five included pottery, while none registered archaeofaunal remains. This article summarizes the results of the analysis of the materials collected in order to produce an initial characterization of the technology. The functionality of the sites is discussed, as well as a preliminary outline of spatial occupation in the study area. It is proposed that the sites correspond to late Holocene multi-activity camps and workshops. The remains are evidence of the human occupation of levees, beaches and dunes, as well as the predominant exploitation of siliceous river gravel.

Keywords: Pre-Hispanic societies; Uruguay River; Lithic technology.


 

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se enmarca dentro del proyecto "Investigaciones arqueológicas en la cuenca media e inferior del río Uruguay (provincia de Entre Ríos)". En el marco de dichas investigaciones se ha comenzado a generar nueva información arqueológica para un área del nordeste argentino donde los estudios realizados desde fines del siglo XIX han sido escasos y, en general, poco sistemáticos. El objetivo general del proyecto es evaluar los principales patrones adaptativos prehispánicos, tanto en el sector costero del río Uruguay y sus principales afluentes, como así también en las llanuras interiores de la provincia. En el largo plazo, se busca abordar la trayectoria histórica de las poblaciones indígenas desde el Pleistoceno final hasta el siglo XVI y sus relaciones con los grupos humanos que habitaron sectores vecinos (Delta del Paraná, región pampeana y llanuras de Uruguay). Dentro de los límites del Parque Nacional El Palmar, hasta el comienzo del proyecto mencionado, sólo se habían realizado estudios sistemáticos sobre las construcciones histórico-coloniales que constituyen la antigua Calera Barquín (Cansanello 1999, 2000; Fernández 1979a,1980; Molinari y Cansanello 1992; Paradela 2002; Paradela y Molinari 2001). Por otro lado, el estudio de la ocupación humana prehispánica en la zona sólo ha sido abordado por medio de referencias a hallazgos de materiales arqueológicos en una serie de informes internos del Parque (Administración de Parques Nacionales-Parque Nacional El Palmar [APN-PNEP] 1998, 2002, 2008; Molinari y Cansanello 1992). En particular, se menciona el relevamiento y/o recolección de materiales en cinco zonas o sitios, denominados La Huella, Monigotes 1 o Palmera Sola, Monigotes 2, Puerto Francia y Puerto Algarrobos1. En este estudio se presentan los primeros resultados de las prospecciones intensivas y sondeos estratigráficos realizados durante 2009 y 2010. Con el fin de lograr una primera caracterización de la tecnología prehispánica del área, se sintetizan los resultados del análisis de los materiales arqueológicos cerámicos y líticos recuperados, y se pone especial énfasis en el estudio de estos últimos. Para ello se evalúan las potenciales fuentes de aprovisionamiento de rocas, así como su disponibilidad, distribución y abundancia. En este sentido, y con base en la información disponible, se realiza una caracterización de las formaciones y geoformas geológicas de la zona.

EL PARQUE NACIONAL EL PALMAR Y EL RÍO URUGUAY

El Parque Nacional El Palmar (en adelante, PNEP) se encuentra 51 km al norte de la ciudad de Colón, abarca una superficie de 8500 ha, entre los paralelos 31o49´37,47´´ y 31o55´43,45´´ LS, y ocupa una franja de aproximadamente 14 km de ancho al este del río Uruguay (Figura 1). Este río constituye el segundo río argentino en tamano después del Paraná. Sus nacientes se ubican en Serra do Mar y Serra Geral (Brasil), tiene una longitud total de 1600 km y una cuenca de aproximadamente 365.000 km2. En términos fitogeográficos, el parque pertenece a la Provincia Pampeana (Dominio Chaqueno). El tipo de vegetación dominante es la estepa o pseudoestepa de gramíneas. Hay también otros tipos de vegetación, como matorrales, pajonales, juncales, estepas halófilas, estepas sammófilas sobre dunas. Se encuentran, además, los característicos palmares de Butia Yatay, que en la actualidad constituyen la representación más austral de este tipo de comunidad en Sudamérica (Zuccol et al. 2005). A esta combinación florística se suma la penetración hacia el sur de elementos de la Provincia Paranaense (Dominio Amazónico) como las selvas riberenas que se extienden formando angostas galerías a lo largo de los ríos Paraná y Uruguay, y penetrando en todos los arroyos principales de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe (Cabrera 1976; Cabrera y Willink 1980). Zoogeográficamente, el área de estudio se encuentra dentro del Dominio Subtropical (subregión Guyano-Brasilena) y corresponde al distrito Mesopotámico (Ringuelet 1961). Hay que destacar que la importancia del río Uruguay y la mayoría de sus grandes afluentes no está dada sólo por sus dimensiones, sino también por su riqueza íctica (Demonte y Arias 2005), a lo que se agrega la biodiversidad de aves, mamíferos, reptiles e invertebrados que concentran estos cursos de agua y la región en general (Cabrera y Willink 1980).

Figura 1. Ubicación de los sitios arqueológicos y hallazgos aislados en el Parque Nacional El Palmar.

Geología y geomorfología del Parque Nacional El Palmar

Para completar la caracterización ambiental de la región y en función de los materiales analizados en este trabajo, se esboza una síntesis geológica y geomorfológica del área. Las formaciones geológicas que se manifiestan en el PNEP son las siguientes:

- Formación Guichón: se registra en ambas márgenes del río Uruguay y fue denominada Areniscas de Guichón (Lambert 1939) o Formación Guichón (Acenolaza 2007; Bossi 1966; SEGEMAR 1995), y también Formación Puerto Yeruá (De Alba y Serra 1959; Tófalo 1986). Está formada por areniscas conglomerádicas hasta pelitas de color variable (naranja rojizo, pardo rojizo a rojo y rojo negruzco). Estas rocas presentan un proceso de calcretización que ha originado distintos tipos de calcretas: nodulares, macizas, laminares y brechosas (Tófalo 1986; Tófalo y Pazos 2002). Las macizas y laminares presentan rellenos silíceos y de calcita. En algunos casos, se da un proceso de silicificación que transforma calcretas en silcretas, a través de una sucesión de fases silíceas que originan "calcretas o areniscas silcretizadas", con colores que van desde el blanco al rojo oscuro; y en otros, conforman estructuras silíceas traslúcidas (calcedonias). Este tipo de calcedonias es similar en cuanto a composición mineralógica a las presentes en otras formaciones del área, de las que sólo se diferencian por su origen. Estas rocas son el resultado de procesos epigénicos de generación de la sílice amorfa que forma láminas, venillas o nódulos que rellenan las cavidades macro y microscópicas de esta formación (J. C. Bertolini, comunicación personal 2010; INTA 2002; Tófalo y Pazos 2002). En la literatura arqueológica han sido denominadas "calizas silicificadas de la Formación Puerto Yeruá", "calizas bioclásticas silicificadas" o "fangolita silicificada" y descriptas como similares a las rocas de la Formación Mercedes y de la Formación Queguay (Calizas del Queguay) de la República Oriental del Uruguay (en adelante, ROU). Se ha discutido sobre su origen y procedencia, ya que presentan buena calidad para la talla y han sido utilizadas en la manufactura de artefactos líticos recuperados en contextos arqueológicos de la región (Bonomo y Blasi 2011; Loponte et al. 2009, entre otros). En este trabajo, siguiendo a Tófalo (1986: 73), quien sostiene que las "?calizas del Queguay?, tienen exactamente las mismas características estructurales, texturales y mineralógicas que las que presentan las sedimentitas argentinas de naturaleza calcárea que abundan en la Formación Puerto Yeruá", este tipo de rocas serán denominadas calizas silicificadas. Esta formación tiene una antigüedad que corresponde al Cretácico superior.

En la ROU, sobre la Formación Guichón se dispone en discordancia la Formación Mercedes, constituida en la base por conglomerados y areniscas de color rosado con intercalaciones de carbonatos (calcretas), en parte silicificados (Acenolaza 2007: 68). Hacia arriba sigue una secuencia uniforme de arenas finas a medias de colores rosados a amarillentos con intercalaciones de calizas de hasta 15 m de espesor. Cabe destacar que en el PNEP hay niveles calcretizados por sobre la Formación Guichón que aún no están claramente identificados como equivalentes a la Formación Mercedes. La transición Cretácico-Terciario en Uruguay está dada por la Formación Queguay. Para poder profundizar la discusión sobre algunos aspectos vinculados al origen y procedencia de este tipo de rocas en la región, dada su presencia en contextos arqueológicos, es necesario ampliar el conocimiento sobre las rocas de las formaciones mencionadas (Guichón, Mercedes y Queguay). En este sentido, se han llevado a cabo importantes avances (ver Bonomo y Blasi 2011).

- Formación Salto Chico: considerada como equivalente a la Formación Ituzaingó, que se extiende por el borde occidental de la provincia de Entre Ríos (INTA 2002). Consiste en una secuencia arenosa de colores blanquecinos, amarillos y rojizos que generalmente se encuentra suelta y, en algunos casos, puede presentarse parcialmente silicificada o con cemento ferruginoso, lo cual origina areniscas cuarzosas silicificadas. En su base presenta niveles conglomerádicos o gravosos con clastos (rodados) de cuarzo, ópalo, calcedonia, arenisca y, en menor medida, basaltos y xilópalos. Como senala Acenolaza (2007: 87) "Estos [rodados] son los rellenos de las oquedades del basalto de Serra Geral que han sido liberados por la erosión y transportados por un importante sistema fluvial". Se extiende desde el norte de Paso de los Libres (Corrientes) hasta la zona de Concepción del Uruguay (Entre Ríos) y Salto (ROU). Presenta una edad que abarca desde el Mioplioceno medio y superior hasta el Pleistoceno inferior y se sobrepone mediante discordancia erosiva a las formaciones Fray Bentos y Guichón (Figura 2).

Figura 2. Formaciones geológicas de importancia para este estudio presentes en el PNEP. Tomado y modificado del mapa geológico de Entre Ríos del SEGEMAR (1995).

A partir de los estudios geológicos realizados sobre el Cuaternario en el río Uruguay, han surgido variadas y numerosas posturas sobre el origen e identificación de sus formaciones y geoformas (ver discusión en Acenolaza 2007; INTA 2002). En este trabajo se utilizan las designaciones dadas por INTA (2002), ya que éstas se refieren a los depósitos fluviales y a las geoformas originadas por ellos, de acuerdo con su orden de depositación: Depósitos o Terrazas del río Uruguay I, II y III, respectivamente.

- Terraza I (Pleistoceno superior): se corresponde con la denominada Unidad E y en parte F por Frenguelli (1939), terrazas del Río Uruguay de Cordini (1949), Formación Salto de Bossi (1966), Formación Ubajay de Gentili y Rimoldi (1979) o Formación El Palmar de Iriondo (1980). Este depósito forma una faja de 4 a 15 km de ancho, y conforma una terraza alta de unos 25 m de altura, por fuera del valle actual en ambas márgenes del río. Está compuesto por arenas fluviales que incluyen bancos de rodados y gravas (en su mayor parte, de calcedonia, ópalo y cuarzo) (Iriondo y Kröhling 2007). Esta formación puede estar recubierta por otros depósitos más modernos, o expuesta en superficie. Los rodados presentan diámetros entre 2 y 10 cm, excepcionalmente mayores; su tamano disminuye paulatinamente de norte a sur, mientras que aumenta correlativamente la redondez (Iriondo y Kröhling 2007). Afloran en proximidades de las costas del río Uruguay y en los valles de los principales afluentes. El límite sur de estas psefitas se encuentra en las inmediaciones de Gualeguaychú (Gentili y Rimoldi 1979). El origen de esta terraza se vincula estrechamente con el incremento relativo del nivel del mar ocurrido durante el final del Pleistoceno superior, entre 35.000 y 26.000 anos AP (Guida y González 1984). - Terraza II (Holoceno medio): equivale a la Unidad G de Frenguelli (1939) o Formación Concordia de Iriondo y Kröhling (2009). Está conformada por depósitos fluvioeólicos, integrados por un loess antiguo retransportado y limos arenosos pardos y grises recientes con tosquilla, levemente calcretizados cuando están cerca de las formaciones Guichón o Fray Bentos. Estos depósitos forman la terraza más baja y se desarrollan en ambas márgenes del río, donde las crecientes ordinarias los cortan en forma de barrancas verticales de 5 a 7 metros de altura (Frenguelli 1927). Se manifiesta desde Brasil hasta Concepción del Uruguay y esta íntimamente ligada a un incremento relativo del nivel del mar durante el Holoceno (8600-5700 anos AP). Una observación pertinente para este estudio es que el material de esta terraza es apto para la confección de cerámicas rojas, en general, y artesanal (Bertolini 2001). - Terraza III (Holoceno tardío y actual): es un depósito fluvial del río Uruguay que se encuentra en parte deflacionado por vientos del sudeste; constituye la denominada Unidad H de Frenguelli (1927, 1939). Esta terraza se extiende en la margen derecha del río desde Concordia hasta Gualeguaychú; cubre el paisaje y presenta un ancho variable entre 29 y 45 km, aunque al sur de Colón se adelgaza considerablemente. Se trata de una carpeta discontinua de arena cuarzosa fina de color gris, que alcanza hasta 1 m de espesor, con algunos campos de dunas.

METODOLOGÍA

Para llevar a cabo la prospección se tomó en cuenta la topografía del área. La costa del PNEP sobre el río Uruguay presenta, básicamente, dos topografías diferentes. Una zona baja, formada por playas de arenas y rodados, que se extiende desde el arroyo Ubajay por el norte hasta la Calera Barquín, y una zona alta, de grandes barrancas, desde dicha Calera hasta la desembocadura del arroyo El Palmar, al sur. El tramo que va desde este último curso de agua hasta el arroyo Sumaca presenta una costa baja. Los arroyos que desembocan en el río Uruguay presentan una combinación de costas bajas y barrancas. Considerando estos rasgos geomórficos se implementan dos técnicas de prospección, pedestre y fluvial; mientras que en algunos cursos de agua se emplearon ambas estrategias combinadas. La primera consistió en seguir la línea de costa (del río Uruguay y arroyos tributarios), abarcando un máximo de 40 m de ancho hacia la llanura contigua, en los casos en que la topografía y la vegetación lo permitieron. La segunda estuvo dirigida hacia geoformas elevadas, playas, médanos, montículos de cantos rodados y de arena y afloramientos rocosos. Para el análisis de los materiales líticos se siguieron los lineamientos propuestos por Andrefsky (1998), Aschero (1975, 1983), Aschero y Hocsman (2004), Bonomo (2004) y Hermo (2008). En cuanto a los materiales cerámicos, se siguieron las propuestas de Orton et al. (1997), Primera Convención Nacional de Antropología (1966), Rice (1987), Rye (1981), entre otros. En varios puntos de la cuenca del río Uruguay no se pueden establecer claramente los límites entre la Formación Salto Chico y los componentes de la Terraza I, ya que ambas unidades tienen un origen fluvial y granulometría similar. Las acumulaciones de cantos rodados de ambos depósitos, en general, cubren y conforman las costas bajas y las terrazas tanto del río Uruguay como de los arroyos de la zona (Figura 3). Dadas estas características geomorfológicas, el trabajo sobre el terreno presenta un problema de visibilidad de restos arqueológicos. Además, debe mencionarse la abundancia de restos vegetales en descomposición que cubren el suelo, en algunos casos casi en su totalidad. Sin duda, esto afecta directamente el número de artefactos que integran cada uno de los conjuntos recolectados y, por lo tanto, su definición y/o inclusión dentro de la categoría "sitio arqueológico", "concentración" o "hallazgo aislado" tal cual proponen Borrero et al. (1992). En consecuencia, se estableció el límite arbitrario de 20 unidades como mínimo, dentro de un círculo de 20 m de diámetro, para hablar de "sitio arqueológico". Una cantidad menor se considera como "hallazgos aislados". No establecemos diferencias entre "concentración" o "hallazgo aislado" en el sentido de Borrero et al. (1992).

Figura 3. Depósito de rodados típico sobre la costa del río Uruguay.

RESULTADOS

Durante las prospecciones realizadas en 2009 y 2010 se relevaron siete sitios arqueológicos y 13 hallazgos aislados2; en todos los casos los conjuntos fueron recolectados en posición superficial. Los sitios arqueológicos son los siguientes: Palmera Sola (PS), Arroyo Ubajay (AU), Arroyo Los Loros 1 y 2 (ALL), Arroyo El Palmar 1 y 2 (AEP), Puerto Algarrobos (PA). Los hallazgos aislados se identifican con una sigla que hace referencia a la zona donde fueron recolectados y son: EM (El Meandro), LM2, LM3 (Los Monigotes), PB (Playa Bonita), ALL3 (Arroyo Los Loros), MAEP (Mirador Arroyo El Palmar), PR (Puente Roto), AEP3, AEP4, AEP5, AEP6, AEP7 y AEP8 (Arroyo El Palmar) (Figura 1). Los sitios Palmera Sola, Arroyo Ubajay y Arroyo El Palmar 1, así como los hallazgos AEP4 y AEP7 son los únicos que presentan alfarería. En todos los casos se recuperaron materiales líticos, mientras que en ninguno se obtuvieron restos arqueofaunísticos, lo que probablemente se deba a la posición superficial de los sitios, que no favoreció su preservación. A continuación, se describen la ubicación y los materiales hallados en los sitios y hallazgos aislados del PNEP.

Palmera Sola: se corresponde con el sitio previamente denominado Monigotes 1 (Molinari y Cansanello 1992) o Palmera Sola (APN-PNEP 2002). Se ubica en la margen izquierda del arroyo Ubajay, a 1,3 km de su desembocadura, sobre una extensa zona de médanos móviles con escasa vegetación. Los médanos se disponen sobre la terraza alta del arroyo, a una altura aproximada de 20 m sobre el nivel de las aguas. En 1991 y 1992, personal del PNEP recuperó de este lugar nueve instrumentos, 187 desechos de talla, dos núcleos y 19 tiestos de cerámica lisa. Durante nuestras prospecciones se recolectaron tres instrumentos, 149 desechos de talla de variadas materias primas y un núcleo de cuarzo.

Arroyo Ubajay: se encuentra sobre la margen derecha del arroyo Ubajay, a 1 km de su desembocadura. Es una extensa superficie llana de 100 x 70 m, paralela al arroyo, rodeada de vegetación xerófila. Se encuentran abundantes rodados en la playa que baja hacia la costa. Se recolectaron cuatro instrumentos, 30 desechos de talla, 14 núcleos y nueve tiestos de cerámica lisa. Arroyo Los Loros 1: ubicado en la margen izquierda del arroyo homónimo, a 0,9 km de su desembocadura. Se ubica sobre un afloramiento de la Formación Guichón, sobre el cual también se encuentran cantos rodados y arena. Está rodeado por el bosque en galería. Presenta una superficie aproximada de 10 x 7 m. De allí se recolectaron dos instrumentos, 12 desechos de talla y ocho núcleos3.

Arroyo Los Loros 2: localizado en la margen derecha del arroyo homónimo, a 1,2 km de su desembocadura. Se dispone sobre la costa en un montículo que baja hacia el arroyo, conformado por el afloramiento de la Formación Guichón y cantos rodados. Está a 25 m de distancia del agua y rodeado de bosque en galería, lo que a su vez genera un problema de visibilidad arqueológica. Se recuperaron cuatro instrumentos, 13 desechos de talla y ocho núcleos3.

Arroyo El Palmar 1: había sido identificado por guardaparques anteriormente al desarrollo de estas prospecciones (se lo menciona como zona de Puerto Francia, APN-PNEP 2008). El sitio se encuentra sobre un albardón de arena, en un recodo del arroyo El Palmar, a 1,2 km de su desembocadura, sobre la margen derecha. Todo el material se colectó sobre la parte más alta del albardón. Se realizaron tres sondeos estratigráficos con resultados negativos. La vegetación circundante se corresponde con el bosque en galería. El personal del PNEP ha recuperado en este sitio 18 tiestos cerámicos lisos, de los cuales sólo cuatro no han podido ser analizados hasta el momento4; lo mismo ocurre con una "piedra de boleadora" que, según un informe (APN-PNEP 2008) y nuestra observación sobre fotografías, corresponde al Tipo B, Clase f de González (1953). Durante nuestras tareas de campo se recuperaron un instrumento, siete lascas de diversas materias primas, un núcleo de ágata y 28 tiestos de cerámica lisa.

Arroyo El Palmar 2: situado sobre la margen derecha del arroyo El Palmar, a 1,4 km aguas arriba de Arroyo El Palmar 1. El material se recuperó sobre la barranca, en una gran acumulación de arena y cantos rodados, y también en la playa que baja hacia el arroyo. El conjunto se compone de un instrumento, siete desechos de talla y 12 núcleos. El entorno está dominado por especies vegetales del bosque en galería.

Puerto Algarrobos: se encuentra sobre la margen derecha del arroyo El Palmar, a 0,8 km aguas arriba del sitio Arroyo El Palmar 1. Se dispone sobre un gran afloramiento de cantos rodados que se distribuye desde la parte más alta hasta la barranca del arroyo. La vegetación que lo rodea corresponde al monte de espinal. Allí se recuperaron tres instrumentos, 12 desechos de talla y nueve núcleos. Este lugar es mencionado en un informe del PNEP en el que se hace referencia a un "raspador lítico de sílice" (Molinari y Cansanello 1992: 13), hallado previamente por un guardaparque y que aún no ha sido estudiado. La mayoría de los hallazgos aislados se componen de desechos de talla (n= 40), mientras que algunos presentan instrumentos (n= 6) y núcleos (n= 8). En algunos casos, los conjuntos se encontraban cercanos a algunos sitios, como en los casos de LM2 y LM3, ubicados en la misma zona de médanos que Palmera Sola, aproximadamente a 0,35 km al este del último sitio, en el primer caso (LM2), y a 0,5 km al noreste en el segundo (LM3). No está claro que alguno de estos dos conjuntos se corresponda con el denominado Monigotes 2 por Molinari y Cansanello (1992). Cabe destacar que se analizó una "bola de boleadora" confeccionada sobre arenisca procedente de la zona de La Portada del PNEP, pero sin procedencia exacta. Si bien se halla fracturada, es probable que sea del Tipo B, Clase f de González (1953), ya que presenta un polo prominente por donde pasa el surco ecuatorial. Además, en la Sala de Interpretación del PNEP fue registrado un núcleo de xilópalo de grandes dimensiones (25 x 24 x 13,7 cm), con un peso de 6,220 kg. Según los datos obtenidos, dicho núcleo proviene de un camino lindero al límite sur del PNEP. En algunos informes internos (APN-PNEP 1998, 2002) se menciona un sitio llamado La Huella. De la revisión de dicha información se desprende que allí se recolectó "una punta de flecha de color rojizo de unos 5 x 2 cm" (APN-PNEP 1998: 1) junto con otros artefactos líticos. Dicha punta no ha podido ser analizada, sino sólo observada en fotografías. Morfológicamente, puede describirse como una punta de proyectil pedunculada con limbo triangular alargado (isósceles), pedúnculo diferenciado y base recta. Este sitio se ubica a 5,20 km del río Uruguay, sobre la margen izquierda del arroyo El Palmar. Se prospectó la zona mencionada, pero no se halló evidencia de un sitio arqueológico. Probablemente, La Huella se corresponda con hallazgos aislados, al igual que los registrados por nosotros en puntos cercanos y sobre la misma ribera del arroyo (PR, AEP3, AEP4).

LA MUESTRA ARQUEOLÓGICA

A continuación se describen los principales atributos del conjunto arqueológico total, integrando el material recuperado a partir de nuestras tareas de campo con el obtenido por el personal del PNEP. Los restos de alfarería suman un total de 73 tiestos: 72 lisos y uno decorado; 61 fragmentos corresponden al cuerpo de las vasijas y 12 son bordes (11 lisos y uno decorado inciso). La mayoría de la muestra se encuentra muy desgastada y erosionada, producto de la acción fluvial y/o eólica. Por esto, no se determinó el motivo del labio decorado. Se analizó una muestra de 64, ya que no se consideraron los fragmentos menores a 2 cm (n= 9). Se pudo determinar:

- Técnica de elaboración: se determinó enrollamiento en tres tiestos. - Cocción: predomina ampliamente la oxidante incompleta (n= 58). - Tratamiento de superficie externa: 12 alisados. - Tratamiento de superficie interna: 16 alisados y dos pulidos. - Forma: se determinaron tres formas no restringidas de paredes poco divergentes (escudillas) y un sólo caso de forma restringida con paredes invertidas (olla). - Bordes: cinco evertidos, cuatro rectos y tres invertidos. - Antiplástico: se identificaron arena, tiesto, minerales de hierro, conchas de molusco y espículas de esponjas.

Las Tablas Tabla 1 y Tabla 2 muestran la estructura del conjunto lítico total en relación con las distintas Clases tipológicas por sitios y hallazgos aislados. En ambos existe un predominio de los desechos de talla (n= 457) por sobre los núcleos (n= 62) y los instrumentos (n= 33). Cabe destacar, dentro del conjunto de desechos, la presencia de 13 lascas con rastros complementarios sobre los filos naturales, 11 son de Palmera Sola, una de Arroyo El Palmar 2 y la restante de PB. En la Tabla Tabla 3 se presentan los instrumentos (n= 33) y se determina su procedencia, materia prima, grupo tipológico, forma-base y tamano. De ellos, 24 están confeccionados sobre lascas, cuatro sobre núcleos, cuatro sobre rodados y uno sobre una forma-base indiferenciada (Figura 4). Fueron elaborados mediante talla, retalla, retoques y microrretoque marginal, y se determinó, además, retoque por presión. En el sitio Palmera Sola se destaca la presencia de bifaces, raspadores y raedera (Figura 4A, B, D, E y F). En Arroyo Los Loros 2 hay un instrumento compuesto [ALL2 (2010)-RS-1], conformado por una muesca en bisel abrupto y un filo sumario con microrretoque marginal (Figura 4G). Los percutores fueron modificados por uso, el de AEP1 [AEP1 (2009)-RS-9] es de ápice y está fracturado transversalmente, por lo que sólo se observaron rastros de utilización (picados, astillados y machacaduras) en uno de los polos del eje mayor (Figura 4K). Aparentemente, la fractura se posiciona a la mitad, por lo que probablemente la forma-base original sea un rodado tamano guijón. La longitud del fragmento es de 41,1 mm. El percutor de AEP7 [AEP7 (2010)-RS-1] es de ápice y borde, tiene los dos polos del eje mayor y un borde lateral alterados, y su longitud es de 66,6 mm (Figura 4L). En el sector opuesto al borde con rastros de utilización, presenta múltiples hoyuelos y machacaduras, posiblemente vinculados con su uso intenso. Si bien no fueron consideradas en la Tabla 3 las dos "bolas de boleadora" de La Portada y Arroyo El Palmar 1, debe tenerse en cuenta la presencia en la zona de instrumentos elaborados por picado, abrasión y/o pulido. En cuanto al estado de fragmentación de la muestra de desechos de talla (Tabla 4), se observa un predominio de lascas fracturadas (n= 280; 61,3%) sobre lascas enteras (n= 112; 24,5%). Los restantes desechos son no clasificables (n= 35; 7,7%) e indiferenciados (n= 30; 6,5%). Dentro de las primeras hay un predominio de lascas fracturadas sin talón (n= 153; 33,5%) sobre las que tienen talón (n= 127; 27,8%). Dentro de los desechos de talla, excluyendo aquellos cuyo estado de fragmentación es indiferenciado, se registran varios tipos de lascas (n= 427) (tabla 5).

Predominan las internas (n= 259; 60,6%) sobre las externas (n= 149; 34,9%); el resto son indiferenciadas (n= 19; 4,5%). A su vez, entre las lascas internas predominan las angulares (n=197; 46,1%), seguidas por las de arista (n= 45; 10,5%), planas (n= 10; 2,4%), de adelgazamiento bifacial (n= 5; 1,2%), reactivación directa (n= 1; 0,2 %) y bipolar (n= 1; 0,2 %). En cuanto a las lascas externas, se observa un predominio de las secundarias (n= 77; 18,1%) sobre las primarias (n= 55; 12,9%) y, en número inferior, están presentes lascas con dorso natural (n= 16; 3,7%) y bipolar (n= 1; 0,2 %). En cuanto a las lascas bipolares, vemos que una es interna (angular, AU) y otra externa (primaria, EM), grupo 3 y 1 respectivamente en la clasificación de Bonomo (2004: 161). Los tamanos (Tabla 6) sólo se calcularon para lascas enteras (n= 112). Son superiores en número las lascas medianas (n= 67; 59,8%) sobre las pequenas (n= 35; 31,2%) y, por último, las grandes (n= 10; 9%). En la Tabla 7 se muestra la representatividad de las materias primas en relación con las Clases tipológicas consideradas. Se observa que casi el 50% corresponde a calcedonia, seguido por el sílex y, en tercer lugar, por las calizas silicificadas. Es claro el predominio de rocas silíceas (89,7%) sobre las areniscas (9,7%). Esto es acorde, en gran medida, con la disponibilidad de materiales rocosos en el PNEP, donde, debido a la litología de las formaciones Salto Chico y la Terraza I del río Uruguay, los materiales silíceos son los más abundantes. Estos se encuentran conformando bancos de rodados que habrían funcionado como fuentes de materias primas líticas; en la actualidad, las más lejanas a los sitios arqueológicos no se ubican a más de 500 m (PS) y, en algunos casos, los conjuntos arqueológicos se encuentran sobre los mismos bancos de rodados (PA, ALL1, ALL2 y ALL3). Se recuperaron 63 núcleos, entre los cuales se observa un predominio de rocas silíceas (Tabla 7).

Las formas-base corresponden a rodados subesféricos (n= 14) y facetados (n= 13), nódulos o fragmentos de vetas de sílice (n= 10), bloques (n= 4), indiferenciados (n= 7), y el resto (n= 15) se distribuye entre guijarros de morfologías variadas. El remanente de corteza es superior al 50% en 39 de los núcleos, y es menor en los restantes (n= 24). Se registraron tres núcleos bipolares con ambos polos y caras modificadas, que corresponden al sitio Arroyo Ubajay (n= 2) y al hallazgo aislado EM (n= 1). Con el objetivo de profundizar el conocimiento sobre la explotación de las materias primas más abundantes en la zona bajo estudio ?los rodados fluviales de rocas silíceas y areniscas? se analizó el conjunto de lascas con remanentes de corteza. Una vez identificadas aquellas lascas que proceden de rodados fluviales, se considera que su longitud máxima nos brinda información sobre la medida mínima que tuvo que tener el nódulo del cual derivan (sean lascas enteras o fracturadas). Tomando esta medida mínima, se puede lograr un acercamiento a los tamanos de rodados recurrentemente utilizados para la talla. En este caso, sólo se trabajó con el conjunto lítico de Palmera Sola, por constituir la mayor muestra recuperada en un lugar discreto o sitio.

La Tabla 8 describe, por un lado, el origen de extracción de las lascas, discriminando por materia prima, tipo de lascas y frecuencias de sus formas-base, y muestra, además, un promedio obtenido de las longitudes máximas en mm de las lascas consideradas. A partir de este promedio se infiere, según la clasificación de rocas clásticas de Teruggi (1982), el tamano probable o mínimo del rodado. Las lascas corticales (n= 93) y las internas con remanente de corteza (n= 31) para el sitio Palmera Sola suman un total de 124. De éstas, sólo se consideran aquellas cuya forma-base se pudo determinar (n= 76), de las cuales 72 son de materia prima silícea y cuatro son de areniscas. La mayoría de las formas-base de estas lascas corresponden a rodados subesféricos silíceos cuyo promedio de longitud mínima es de 17,6 mm y que, por otro lado, tendrían longitudes mayores a 43,4 mm. Es válido entonces, en este caso, postular que las formas-base de las lascas son, en general, rodados fluviales que entran en la categoría de guijarro (16,0-64,0 mm) de Teruggi (1982). En síntesis, vemos que en Palmera Sola habría predominado la explotación de guijarros silíceos (subesféricos y facetados). Este dato resulta válido en este caso particular, ya que para dicho sitio sólo contamos con tres núcleos y, a pesar de su baja frecuencia en relación con el número de desechos de talla (n= 336), se pudo lograr una aproximación hacia la forma y el tamano original de la mayoría de las rocas explotadas. Profundizando el acercamiento al conjunto lítico de este sitio, se observa que, dentro de los desechos de talla, hay predominio de lascas internas (n= 212) sobre las corticales (n= 93); las primeras incluyen cinco lascas de adelgazamiento bifacial y, dentro de las segundas, 67 provienen de rodados. Hay predominio de lascas de tamano mediano, pocos núcleos (n= 3), 12 instrumentos unifaciales y bifaciales, y 11 lascas con rastros complementarios sobre los filos. Los talones se distribuyen en facetados (n= 54), lisos (n= 49), corticales (n= 32), filiformes (n= 24), puntiformes (n= 5), diedros (n= 5) y fracturados (n= 5). No se observa una diferencia porcentual significativa entre los talones facetados y lisos, ambos tipos nos podrían hablar de un descortezamiento inicial de los rodados mediante el uso de percusión directa (Nami 1991). Los talones corticales también serían indicadores de este tipo de actividad. Por su parte, los talones filiformes y puntiformes podrían estar asociados a la técnica de talla por presión (técnica registrada en dos de los instrumentos de este sitio). Dentro de los talones lisos no se observan diferencias significativas entre los tipos de bulbos, ya que se registran 25 difusos, 23 pronunciados y uno indiferenciado. La presencia de labio fue registrada en 41 lascas con bulbos difusos (n= 18) y pronunciados (n= 23). Esta distribución podría vincularse con la utilización de percutores duros y blandos en proporciones similares, auque no está claro que siempre haya una relación directa entre el tipo de bulbo y el percutor utilizado (ver discusión en Bonomo 2004: 300).

Tabla 1. Muestra de la Quebrada de Humahuaca.

Tabla 2. Clases tipológicas y hallazgos aislados.

Tabla 3. Instrumentos del Parque Nacional El Palmar.


Figura 4. Instrumentos del Parque Nacional El Palmar.

Tabla 4. Estado de fragmentación de la muestra de desechos de talla.

Tabla 5. Tipos de lascas por conjuntos líticos.

Tabla 6. tamanos de la muestra de desechos de talla.

Tabla 8. Lascas con corteza del sitio Palmera Sola.

TENDENCIAS

Todos los conjuntos arqueológicos se vinculan estrechamente a cursos de agua, pero se observa que los sitios están ubicados en zonas más cercanas al río Uruguay, a una distancia máxima de 2 km en línea recta a la costa (AEP2), mientras que la mayoría de los hallazgos aislados se ubican más hacia la llanura central (Figura 1). En todos, es clara la superioridad numérica de los materiales líticos sobre los cerámicos. Es importante destacar que el gran número de artefactos recuperados en el sitio Palmera Sola influyó en gran medida en las tendencias generales observadas. Los datos referentes al sitio nos permiten discutir aspectos relacionados con la funcionalidad, la distribución del registro arqueológico y la ocupación del espacio Palmera Sola se vincula espacialmente con dos hallazgos aislados (LM2 y LM3), probablemente como parte de un sitio, y el emplazamiento topográfico de estos tres conjuntos presenta una particularidad en relación con los restantes. Se sitúan en una zona muy elevada, sobre las barrancas altas de arroyo Ubajay. Desde allí se puede observar gran parte del PNEP, por lo que, sin duda, estos fueron lugares estratégicos, no sólo por estar protegidos del aumento del nivel de las aguas del arroyo y del río Uruguay, sino también en relación con el dominio visual del entorno sobre determinados recursos y otros grupos humanos, como sostienen Molinari y Cansanello (1992: 14).

Las características topográficas del sitio, más las propiedades del conjunto arqueológico allí recuperado ?caracterizado por una alta densidad artefactual y heterogeneidad de materias primas?, sumado a su cercanía a cursos de agua importantes (Arroyo Ubajay y río Uruguay) ?que permiten un acceso inmediato a diferentes recursos, incluyendo los depósitos de rodados silicios que fueron explotados (Tabla 8)? nos permitirían definir a Palmera Sola como un sitio de actividades múltiples. No obstante, por tratarse de un sitio superficial sobre un médano, podría darse el caso de que fuera un palimpsesto, es decir, que no responda a una sola ocupación, sino a varias, con distintas funciones a lo largo del tiempo. Allí se realizó la reducción primaria de rodados, obtención de lascas, manufactura de instrumentos y su descarte, y probablemente también el mantenimiento de ellos. Está presente una tecnología de manufactura unifacial y bifacial, así como todas las etapas del proceso de producción lítica (Ericson 1984). La alfarería nos muestra actividades relacionadas con la subsistencia, vinculada seguramente con el procesamiento y consumo de alimentos. Aunque el número de artefactos líticos y tiestos cerámicos recuperados es mucho menor, esta caracterización puede ser válida también para los sitios Arroyo Ubajay y Arroyo El Palmar 1, ambos con más del 60% de desechos. Los restantes sitios (ALL1, ALL2, AEP2 y PA) presentan artefactos líticos, pero no alfarería. En ALL1, ALL2 y PA, el conjunto lítico se compone de más del 50% de desechos, más del 30% de núcleos y una baja proporción de instrumentos (Tabla 1).

En el caso de AEP2, se invierten las proporciones; predominan los núcleos ?con un 60%? sobre los desechos ?con un 35%?; el 5% restante corresponde a los instrumentos. Las características en conjunto de cada unos de estos sitios nos permitirían considerarlos como sitios taller, donde se llevaron a cabo tareas vinculadas a la obtención de formas-base y reducción primaria de rodados silicios, los cuales no eran reducidos totalmente, ya que la mayoría conserva una alta proporción de corteza. Considerando el tamano de los desechos de talla, se plantea que la ausencia y escasez de lascas de tamano muy pequeno (n= 8, 7,1%) y pequeno (n= 27, 24,1%) en la mayoría de los conjuntos (véase Tabla 6) respondería, en primer lugar, al problema de visibilidad ya mencionado, que pudo haber sesgado las frecuencias de los artefactos más chicos. En relación con esto, vemos que el 91,4% de la muestra de lascas pequenas (ocho muy pequenas y 24 pequenas) corresponde a Palmera Sola y que, además, éstas constituyen el 44,4% de las lascas enteras del sitio. En este caso, además de plantear que PS está afectado por la visibilidad, se considera que la mayor representación de lascas pequenas en este sitio, en relación con los demás, se debe a la alta densidad artefactual que presenta, con un 95,8% de desechos. También recordemos que PS es un sitio muy elevado topográficamente, y puede que no haya sufrido el incremento del nivel de las aguas como algunos de los otros sitios (AU, ALL2, AEP1 y PA) donde el agua pudo haber sido un factor más que incidiera en la representación de artefactos pequenos. En cuanto a los hallazgos aislados, a excepción de LM2 y LM3 ?indudablemente relacionados con Palmera Sola?, los demás están compuestos en total por 32 desechos de talla, y entre ellos predominan las lascas externas (n= 18), seis núcleos y cinco instrumentos informales.

Sólo dos presentan cerámica (AEP4, AEP7), y en uno se determinó técnica de talla bipolar (EM). Si bien la muestra es pequena, los conjuntos en general se relacionan con actividades de reducción primaria de rocas. Se plantean así dos posibilidades: que los materiales respondan a estrategias expeditivas o que sean el resultado de procesos posdepositacionales que han alterado sitios de mayores dimensiones, con lo cual se modificó la distribución de los materiales. La primera posibilidad coincide con lo planteado por Iriarte (1995) para la misma zona (margen uruguaya), quien destaca la presencia de conjuntos líticos expeditivos en parte como consecuencia de la abundancia de materias primas. Esta postura también se ve fortalecida por el hecho de que los instrumentos que integran los hallazgos aislados (excepto LM2 y LM3) son cuatro piezas con retoque sumario y un percutor, artefactos cuya manufactura no estandarizada requiere un bajo gasto de tiempo y energía. La segunda opción podría considerarse la de menor probabilidad, ya que si bien la remoción fluvial debido a las crecidas del nivel de las aguas es uno de los agentes de transporte y redepositación más importantes de la zona, los materiales se recuperaron en topografías elevadas, adonde no suelen llegar las fluctuaciones regulares de los arroyos. Asimismo, sobre este último punto y sobre la representación de artefactos pequenos, restaría hacer una evaluación más detallada sobre los procesos posdepositacionales en el área. En cuanto a las materias primas explotadas, es claro el predominio de rocas silíceas (Tabla 7).

El análisis de las formas-base, tanto de núcleos como de lascas, nos muestra que la mayoría se corresponde con rodados fluviales del tamano de guijarros. En relación con el sitio Palmera Sola, del cual contamos con tres núcleos, el análisis de lascas corticales e internas con corteza permitió determinar que la mayoría de los artefactos proviene de la reducción de guijarros silicios (Tabla 8). Los porcentajes de reserva de corteza tanto en lascas como en núcleos muestran una explotación predominante de depósitos secundarios de rodados de la Formación Salto Chico y de la Terraza I del río Uruguay.

También se registró la presencia de 64 artefactos provenientes de la Formación Guichón, que probablemente deriven de la extracción directa de los afloramientos o de fragmentos desprendidos y erosionados por acción fluvial. Cualesquiera que fuera la forma de obtención, la Formación Guichón es considerada, en este estudio, una fuente primaria (Nami 1992: 42). Entre los grupos tipológicos recuperados se encuentran bifaces, raederas, raspadores, muescas, percutores, puntas de proyectil, piezas con retoque sumario, denticulados con retoque sumario, instrumentos compuestos y "bolas de boleadora". Estas últimas corresponden al grupo de los artefactos elaborados por picado y/o abrasión, cuya morfología (Tipo B, Clase f de González 1953) es acorde con otras cuya dispersión geográfica abarca Uruguay, Río Grande do Sul y Santa Catarina (Brasil), Chaco y la Mesopotamia Argentina (González 1953). Algunos de estos instrumentos (e.g., bifaces, raederas, raspadores, puntas de proyectil y "bolas de boleadora") (véase discusión en Escola 2004) pueden ser considerados, en el sentido de Andrefsky (1994), artefactos formales, en contraposición a los conjuntos probablemente informales que componen parte de los hallazgos aislados y tal vez de los sitios (e.g., muescas, piezas con retoque sumario, denticulados con retoque sumario e instrumentos compuestos). Los primeros habrían estado asociados a estrategias conservadas y los segundos a expeditivas; resultado de estas últimas también podrían ser, junto con los artefactos informales, las trece lascas con rastros complementarios sobre los filos naturales.

La primera de estas estrategias no respondería, en este caso y como suele sostenerse (Andrefsky 1994; Bamforth 1986; entre otros), a la disponibilidad y maximización de materias primas, sino tal vez a la eficacia funcional de los instrumentos, a la inversión de tiempo en su manufactura u otras causas no económicas e invisibles en el registro (para una discusión más amplia, ver Escola 2004; Hermo 2008). De acuerdo con los contextos arqueológicos, no se considera que ambas estrategias fuesen mutuamente excluyentes, sino que en los sitios se habrían confeccionado tanto instrumentos conservados como expeditivos, y que los hallazgos aislados responderían a estrategias expeditivas de carácter puntual. Esto queda planteado a modo de hipótesis, dado que para establecer claramente las conductas que han generado estos conjuntos es necesario que se amplíe la muestra de sitios de la costa del río Uruguay. La muestra de alfarería en muy pequena y se encuentra muy erosionada como para esbozar alguna conclusión. Cabe destacar la presencia de espículas de esponjas como antiplástico, situación ya mencionada para la zona por Serrano (1933). Su baja frecuencia en relación con otros sitios de la costa del río Uruguay, río Paraná o del Complejo Deltaico del río Paraná (ver Bonomo et al. 2009, 2010; Castro 2009; Lafón 1971; Rodríguez y Ceruti 1999; Serrano 1931, 1932, entre otros) es un aspecto a tener en cuenta, con el objetivo de determinar si esto responde a las actividades de coleccionistas o aficionados (ver Lafón 1971), procesos posdepositacionales o simplemente a su escasa presencia en la zona. Otro punto importante es la ausencia total de evidencia de alfarería policroma o corrugada generalmente atribuida a los guaraníes, cuya presencia es mencionada en otros sitios de la región (Isla del Medio, Isla de los Lobos, Isla Juanicó, Isla Rica, Cerro de Boari 3, El Arbolito; Isla del Pillo, Pajas Blancas, etc.) por algunos autores (Badano 1940; Castro 2009; Cigliano et al. 1971). No hay hasta el momento artefactos de hueso, al contrario de la variedad que se registra en la zona de Salto Grande, Paraná medio, Uruguay inferior y el Complejo Deltaico (Bonomo et al. 2009; Buc 2009; Rodríguez 1992, entre otros), y esta ausencia puede ser explicada por la posición superficial de los conjuntos arqueológicos, lo que no ha permitido la conservación de restos orgánicos.

Tabla 7.. Materias primas por clases tipológicas.

CONSIDERACIONES FINALES

A partir del desarrollo de estas investigaciones se comenzó a generar información arqueológica original sobre la ocupación prehispánica del río Uruguay medio e inferior y, en este caso particular, sobre la distribución del registro arqueológico y la explotación de recursos líticos en la zona del PNEP. Este estudio integró la información procedente del análisis de dos conjuntos arqueológicos, los materiales recuperados en nuestras tareas de campo y la colección de la APN. El estudio se complementó con un intensivo análisis bibliográfico sobre aspectos geológico-geomorfológicos de la región y la consulta con especialistas en esta temática, lo que resultó fundamental para realizar tanto las clasificaciones de las rocas como las interpretaciones aquí desarrolladas. Los sitios fueron identificados como campamentos donde se desarrollaron actividades múltiples (PS, AU y AEP1) y actividades especializadas de tipo taller (ALL1, ALL2, AEP2 y PA). El conjunto de los hallazgos aislados, entre los que predominan los subproductos de la manufactura (desechos de talla), también sugieren actividades de reducción lítica. Considerando el conjunto lítico total, se puede observar que están presentes todas las etapas del proceso de producción lítica, desde el aprovisionamiento hasta el descarte. A partir de los variados tipos de lascas y de talones, se identifican actividades tanto de reducción primaria como de formatización de artefactos líticos, incluyendo trabajo bifacial y retoque a presión, además de instrumentos elaborados mediante picado, abrasión y/o pulido. La técnica de talla predominante es la percusión directa a mano alzada y presión. Se registró la técnica de talla bipolar en escasos artefactos, pero si consideramos que en los contextos arqueológicos que presentan conjuntos líticos manufacturados sobre rodados es común la utilización de esta técnica (Bonomo y Prates 2009), vemos que, en este caso, su presencia no es significativa. Aquí, la talla bipolar no correspondería al aprovechamiento de materias primas escasas y de buena calidad o a una estrategia puramente ocasional (Curtoni 1996), dada la abundancia de buenos recursos líticos en la zona y que tres de estos ítems integran el conjunto arqueológico de un sitio considerado como un campamento de actividades múltiples (AU). De la misma manera, esto fue registrado para la zona de Salto Grande (Argentina) y algunos sitios de la ROU (ver Cigliano et al. 1971; Rodríguez 1992; Tobella y Figueiro 2002; Vega Fatiganti y Andrade 2002). Al igual que para la zona de Salto Grande (Nami 1992), se verifica la explotación de fuentes de aprovisionamiento primarias y secundarias, siendo ampliamente superior la explotación de las últimas por su calidad. En síntesis, teniendo en claro la importancia de las fuentes secundarias de rodados silicios, podemos decir que varias cuestiones vinculadas a su explotación podrían en parte explicarse por la alta disponibilidad, distribución y abundancia de estos depósitos.

Entre los resultados se pueden mencionar, por ejemplo, que sean las formas-base predominantes y la materia prima más utilizada; que la mayoría de los núcleos no se encuentren agotados, sino con pocos lascados, y que no haya preparación de plataformas ni de frentes de extracción; escasos indicadores directos de talla bipolar (Curtoni 1996); los conjuntos probablemente expeditivos y la ausencia de formas estandarizadas (Bamforth 1986), ya que abastecerse no habría demandado un gran gasto de energía dentro del PNEP, por lo que, ante la necesidad de utilizar un artefacto, no habría habido inconvenientes para confeccionarlo en el momento con rocas de las inmediaciones, sin que esto implicara grandes desplazamientos. Consideraciones similares para sitios de la margen izquierda del río Uruguay (ROU) son planteadas por Iriarte (1995) y Vega Fatiganti y Andrade (2002). Todo indica que no se puede hablar de una estrategia de maximización de recursos líticos a partir de los conjuntos estudiados (para un caso similar ver Bonomo 2004). El instrumental lítico también refleja actividades relacionadas directamente con la subsistencia, como es el caso de la caza (punta de proyectil y las "bolas de boleadora"). A pesar de no haber recuperado restos arqueofaunísticos, en sitios ubicados en la zona de Salto Grande se registró la presencia de cérvidos, carpinchos, coipos, nandúes, armados, bagres bogas, surubíes, reptiles y moluscos (Rodríguez 2001-2002: 136).

En cuanto a la recolección (vegetales, moluscos, etc.), dadas las características ecológicas y la gran diversidad de especies que concentra la región, es probable que haya sido una práctica recurrente. En relación con esto, cabe senalar que los palmares Butia yatay ?que dan nombre al Parque Nacional? concentran numerosas especies florísticas y faunísticas. Su fruto es un recurso alimenticio de alto valor nutricional, que en época de madurez (como en la actualidad) atrajo tanto a animales como a seres humanos. La importancia de las palmeras en la economía de los pueblos aborígenes de la región ha sido destacada por Fernández (1979b), quien plantea que, en momentos históricos, éstas tuvieron distinta relevancia y que su explotación sufrió distintos grados de intensidad. Para finalizar, podemos decir que en el PNEP se destaca la ocupación de geoformas estrechamente vinculadas al ambiente fluvial (albardones y playas) y eólico (médanos), así como la utilización de recursos líticos locales. El análisis tecnomorfológico confirmó la explotación predominante de guijarros fluviales silíceos, en los que se observa una cierta selección de tamanos. Estos tienen una alta disponibilidad en la zona, tal vez por esta razón, como lo evidencian los núcleos, cada uno de ellos no era trabajado hasta su agotamiento, y presentan entonces una escasa reducción al momento de ser descartados. Estos depósitos se disponen en forma constante sobre la costa del río Uruguay y en ambas márgenes de los arroyos del PNEP, por lo que fueron una fuente de aprovisionamiento secundaria de acceso inmediato. No se cuenta hasta el momento con dataciones absolutas, pero los contextos arqueológicos con alfarería más cercanos al PNEP que han sido datados se encuentran en la zona de Salto Grande y se ubican cronológicamente ca. 3000 anos AP (ver Cigliano et al. 1971; Politis et al. 2001; Rodríguez y Rodríguez 1985). Dada la presencia de alfarería en los algunos contextos arqueológicos del PNEP, podemos proponer que corresponden al Holoceno tardío.

Agradecimientos

Al personal del Parque Nacional El Palmar, Aristóbulo Maranta y especialmente a los guardaparques Marina Panziera, Juan Salvador Yone y Eusebio Vidal, por la buena predisposición y la colaboración durante las tareas de campo. A Luis Capelletti e Ignacio Correa, por la constante participación en el proyecto; a Enrique Terranova, por la ayuda con el análisis de los materiales. A Lorena Ferraro y Roberto Molinari, de APN, por el apoyo y aporte bibliográfico. A las siguientes personas que colaboraron con aportes bibliográficos, análisis del material, lectura crítica del manuscrito y valiosas sugerencias: Mariano Bonomo, Luciano Prates, Darío Hermo, Juan Carlos Bertolini, Gustavo Politis, Mariana Brea, Violeta Di Prado, Carlos Ceruti y Ana Fernández. Agradezco la traducción del resumen a Florencia Gordón, la confección del mapa a Diego Gobbo y la corrección de estilo a Milena Sesar. Por último, deseo agradecer a los evaluadores; ambos, sin duda, contribuyeron a mejorar este trabajo.

NOTAS

1.- Estos nombres que figuran en los informes del Parque no coinciden plenamente con los utilizados en este trabajo. Véase apartado Resultados.

2.-No se detalla la ubicación geográfica precisa de los hallazgos, respetando lo establecido el Anexo III del Reglamento? para la Conservación del Patrimonio Cultural en Jurisdicción de la APN y la autorización a partir de la cual se realizaron estas investigaciones.

3. - Los sitios ALL1 y ALL2 presentan un conjunto de materiales acerca de los cuales, por el momento, no está claro si son productos de la talla o de agentes naturales. Estos probables desechos y núcleos proceden de la Formación Guichón y se caracterizan por presentar superficies en las que no se diferencian los atributos propios de la talla, pero resulta dudoso que su origen responda a la acción de agentes naturales, ya que todos los materiales son de la misma formación y exhiben, en el caso de los núcleos, las vetas de calcedonias en su parte central. Aparentemente, se llevó a cabo un descortezamiento de los bloques, buscando la materia prima de mejor calidad del interior. Por otro lado, estos probables núcleos se asemejan a aquellos núcleos efectivamente identificados como tales. ALL1 presenta 14 probables desechos de talla y 12 probables núcleos. ALL2 presenta 28 probables desechos y 50 probables núcleos. Estos materiales no son incorporados a las tablas.

4.- Estos materiales son mencionados en informes internos de la APN, pero aún no fueron encontrados y se desconoce su ubicación actual.

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