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Intersecciones en antropología

On-line version ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.13 no.1 Olavarría Jan./July 2012

 

ARTÍCULO

Primera aproximación a la manufactura cerámica en la localidad arqueológica de Río Herrana (cuenca sur de la laguna de Pozuelos, puna de Jujuy)

 

María Josefina Pérez Pieroni

María Josefina Pérez Pieroni. Instituto de Arqueología y Museo. Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES). Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Universidad Nacional de Tucumán. San Martín 1545, San Miguel de Tucumán. E-mail: josefinaperezp@gmail.com

Recibido 12 de enero 2010
Aceptado 12 de julio 2011

 


RESUMEN

Se presentan los primeros resultados del análisis macroscópico y submacroscópico de materiales cerámicos procedentes de cuatro recintos excavados completamente y de recolecciones superficiales en sus inmediaciones, en la localidad arqueológica de Río Herrana, sur de Pozuelos, puna de Jujuy. Estos han sido datados en el período Tardío. Los materiales cerámicos han sido analizados desde una perspectiva tecnológica, considerando atributos macroscópicos relacionados con la secuencia de manufactura y atributos submacroscópicos de las pastas. Se pudo identificar la presencia de formas abiertas y cerradas, modeladas mayormente por rollos, sobre las que se aplicó una diversidad de acabados de superficie. Las pastas fueron clasificadas en siete grupos preliminares. Los materiales analizados son comparables con la cerámica descrita para el Tardío en otras áreas de la puna jujena, como Casabindo y Yavi. Este trabajo representa un primer aporte al estudio de este tipo de materiales para un área poco conocida arqueológicamente, y una contribución a comprender la manufactura cerámica en la puna, área para la que hay muy pocos trabajos desde una perspectiva tecnológica, a pesar de la relevancia que tienen estos estudios en el resto del NOA.

Palabras clave: Cerámica; Manufactura; Tardío; Puna de Jujuy.

ABSTRACT

An initial approach to ceramic manufacture at Río Herrana archaeological sites, south Pozuelos basin, Puna of Jujuy.This paper summarizes the first results of macroscopic and submacroscopic analyses of ceramic materials of four completely excavated structures and surface collection in their immediate vicinity from Río Herrana, puna of Jujuy. Radiocarbon dates place these contexts in the Late Period. The ceramic materials were analyzed from a technological perspective, taking into account macroscopic attributes related to manufacture sequence and other attributes of the pastes. It was possible to identify open and closed morphologies, coiling technique, and a diversity of surface finishes. Pastes were classified into seven preliminary groups. The analyzed materials are similar to the pottery described in other areas of the puna of Jujuy, such as Casabindo and Yavi. This article represents an initial contribution both to the study of this kind of material in an area archaeologically little known and to the understanding of ceramic manufacture in the puna, for which there are few technological studies in spite of the relevance they have in the rest of Northwest Argentina.

Keywords: Ceramics; Manufacture; Late period; Jujuy puna..


 

INTRODUCCIÓN

En el ano 2005 comenzamos nuestras investigaciones arqueológicas en la cuenca sur de la laguna de Pozuelos, en el marco de los proyectos CONICET y FONCyT, dirigidos por el Dr. C. I. Angiorama. El objetivo básico del proyecto era identificar los diversos modos de uso del espacio durante la época prehispánica y colonial y sus transformaciones a lo largo del tiempo. Ello se debía a que la zona de interés se localiza entre áreas que han estado vinculadas en el tránsito prehispánico y a que existen referencias a este sector como parte de circuitos de integración regional. A lo anterior se sumaba la presencia de ricos recursos minerales (Angiorama et al. 2007) y el hecho de que esta porción de la puna jujena permanecía como un área muy poco conocida arqueológicamente. El único sitio mencionado en la literatura, desde principios de siglo XX, es el pukará de Rinconada (Alfaro 1969; Ambrosetti 1902; Boman 1908; Ruiz 1996; Suetta y Alfaro 1979). Los trabajos de campo realizados incluyen prospecciones arqueológicas extensivas e intensivas que permitieron registrar más de 300 sitios, con las que pudimos esbozar un primer panorama de la arqueología del área de estudio (Angiorama 2009). Posteriormente, se excavaron algunas estructuras seleccionadas sobre la base de sus diferencias arquitectónicas y su distribución en diversos sectores del área. El procesamiento y estudio de los materiales recuperados tanto en estos contextos excavados como en recolección superficial, a los que se suman unos 20 fechados radiocarbónicos, las características constructivas de las estructuras y las representaciones rupestres registradas nos permitieron asignar una cronología tentativa a varios de los sitios trabajados e identificar algunas de las actividades allí desarrolladas (Angiorama 2010). En relación con los materiales cerámicos, para áreas vecinas de la puna jujena, la cerámica ha sido clasificada en diferentes "tradiciones" o "culturas". Krapovickas (1984) caracterizó la cerámica de la "cultura Casabindo" considerando sus formas diagnósticas y decoración; mientras que, a partir de los materiales del sitio Agua Caliente de Rachaite, Ottonello (1973) definió varios tipos cerámicos teniendo en cuenta atributos de la decoración y algunos de las pastas. Albeck (2001) denomina a estos materiales "estilo Casabindo" y amplía la caracterización. De manera semejante, la alfarería Yavi se definió a partir de los hallazgos en el sitio Yavi Chico y materiales similares de áreas vecinas, teniendo en cuenta los atributos decorativos y rasgos conspicuos de las pastas, de las que se distinguieron varios tipos (Krapovickas 1975; Krapovickas et al. 1989). Asimismo, se caracterizó a las pastas de esta cerámica como compactas, de color ante, anaranjado o rojo claro, con inclusiones de gránulos blancos: lutitas areniscosas de la Formación Acoyte según Krapovickas et al. (1989) o pelitas alteradas a muscovita-sericita-cuarzo de la Formación Acoyte; en los análisis de Cremonte et al. (2007). Raffino et al. (1986) denominan a la alfarería Yavi como "Complejo Chicha", para el momento inkaico. Posteriormente, Ávila (2008, 2009) analizó aspectos estilísticos de materiales "estilo Yavi" de la quebrada de Humahuaca y de la puna. Es de destacar que la gran mayoría de los trabajos citados no se plantearon problemáticas sobre la producción alfarera ni sobre qué la produjo, para quién o bajo qué condiciones. Más bien, la mayoría de los análisis intentan clasificar la variabilidad cerámica a partir de criterios estilísticos, principalmente vinculados a los acabados de superficie y decoración, sin abordar otros atributos de la secuencia de manufactura. A pesar de ello, en el resto del noroeste argentino, las temáticas relacionadas con la producción de alfarería han cobrado una gran relevancia en las últimas décadas (Baldini y Balbarrey 2004; Cremonte 1991, 1994, 2001; De La Fuente et al. 2005; López 2007; Palamarczuk y Palamarczuk 2007; Ratto et al. 2004, 2007; Solá 2007; Wynveldt 2008; Zagorodny 1995, 1996). En estos trabajos se han abordado distintas problemáticas, como por ejemplo la procedencia de bienes, la interacción regional e interregional, la caracterización de los modos de hacer y la identidad étnica (Balesta y Williams 2007). Ello hace relevante que se realicen estudios de este tipo en el área punena, que permitan discutir no sólo la cronología y la circulación de bienes en relación con los atributos decorativos de los materiales, sino también las similitudes y diferencias entre las secuencias de producción cerámica y la interacción entre grupos a través del intercambio de piezas, de personas o de conocimientos sobre producción, empleando otros atributos, como los que proveen los análisis de la secuencia de manufactura y los de pasta. En este trabajo presentamos los resultados de los primeros estudios realizados sobre material cerámico hallado mediante excavaciones sistemáticas en cuatro recintos domésticos excavados completamente en la localidad arqueológica de Río Herrana, del sur de Pozuelos, y de recolecciones superficiales en sus inmediaciones. Los objetivos que guiaron el análisis fueron los de identificar las técnicas empleadas en la manufactura cerámica y las formas construidas con ellas; realizar una primera clasificación submacroscópica de las pastas; reconocer las posibles variaciones a nivel cronológico y comparar los materiales analizados con los de áreas vecinas.

LOS CONTEXTOS DE HALLAZGO DE LA CERÁMICA ESTUDIADA

Los materiales analizados en este trabajo proceden de cuatro estructuras excavadas en tres sitios de la localidad arqueológica de Río Herrana, en el marco de los proyectos mencionados anteriormente. Se han detectado un total de 52 sitios para esta localidad mediante prospección, consistentes mayormente en recintos, andenes de cultivo y paneles de arte rupestre. En trabajos de campo posteriores, se excavaron completamente las cuatro estructuras, denominadas Río Herrana 2 - Estructura 1 (RH2-1), Río Herrana 10 - Estructura 1 (RH10-1), Río Herrana 19 - Estructura 1 (RH19-1) y Río Herrana 19 - Estructura 7 (RH19-7). La localización de dichas estructuras se muestra en la Figura 1 . También se incluyen en el análisis fragmentos de recolección superficial en las inmediaciones de las estructuras excavadas. Estos sitios se encuentran localizados muy próximos al pukará de Rinconada, y han sido interpretados como contextos domésticos relacionados con estructuras agrícolas, constituyendo el paisaje rural de este poblado de grandes dimensiones (Angiorama 2010). El sitio Río Herrana 2 consiste en una única estructura aislada, circular, construida con piedras prismáticas. La excavación completa del recinto permitió diferenciar un único nivel de ocupación, con materiales escasos, consistentes tanto en fragmentos cerámicos como en materiales óseos, líticos y espículas de carbón, que se emplearon para su datación radiocarbónica. Además, se detectaron dos rasgos de combustión. Ambos se localizan también en el nivel de ocupación. Sobre la base del fechado radiocarbónico, se plantea que este recinto fue ocupado en el siglo XV (Angiorama 2010). El sitio Río Herrana 10 ocupa una amplia superficie y está integrado por recintos de formas diversas. También se detectaron algunos montículos de rocas, tanto en zonas sin construcciones como dentro de recintos grandes, encima de bloques de mayor tamano o debajo de estos. La estructura 1 consiste en un recinto rectangular construido con rocas planas dispuestas horizontalmente, algunas apoyadas sobre rocas grandes. Otras rocas planas alargadas fueron colocadas verticalmente en los accesos del recinto, a manera de jambas. Fue construido en momentos prehispánicos tardíos, y remodelado posteriormente en época colonial temprana, luego de un período de abandono. La cerámica estudiada aquí es la del nivel más temprano, ya que la de la segunda ocupación fue abordada en un trabajo previo (Angiorama y Pérez Pieroni 2009). Tomando como base los fechados radiocarbónicos, se plantea que esta ocupación tuvo lugar entre los siglos XIV y XV (Angiorama 2010). El sitio Río Herrana 19 es un conjunto de al menos ocho estructuras de forma circular, muros alargados de contención y otros a manera de andenes, alineaciones de piedra y lajas de gran tamano paradas. Todo el conjunto ocupa un área extensa y se ve afectado hacia el suroeste por una gran cárcava. La estructura 1 es circular, construida con lajas dispuestas en posición vertical. Su excavación completa permitió identificar una única ocupación, con fragmentos cerámicos, incluyendo un fragmento grande correspondiente a una escudilla, materiales líticos (lascas), óseos y espículas de carbón. No se pudo datar la ocupación de este recinto, por falta de materiales. La estructura 7 también es circular, pero en este caso los muros se construyeron con rocas prismáticas, las cuales estaban muy derrumbadas, lo que dificultó la identificación de los muros. Se definieron dos episodios de ocupación diferentes, el último de los cuales presenta un tabique de división interno y varios rasgos, algunos de combustión difusos, otros con cubetas bien formatizadas y pozos. El primer episodio también presenta numerosos rasgos de combustión, pero sin el tabique interno (Angiorama 2010). Los materiales recuperados son abundantes, e incluyen fragmentos cerámicos, materiales líticos, restos óseos, minerales y carbón, con el que se realizaron fechados radiocarbónicos para ambas ocupaciones. La primera habría tenido lugar en el siglo XIII; y la segunda, en el siglo XIV (Angiorama 2010).

Figura 1. Localización de los sitios descriptos. En el mapa de Jujuy, el círculo indica la ubicación de la imagen satelital.

METODOLOGÍA

Desde una perspectiva tecnológica de la manufactura cerámica, tomamos a la cadena operativa de producción como base para el análisis. Ésta puede ser definida como la secuencia de formas de acción sobre la materia, conectadas entre sí (Lemmonnier 1992, 2004), y provee herramientas para identificar elementos importantes de la tecnología alfarera que permiten aproximarnos al comportamiento de los alfareros en el pasado (Cremonte 2001; Gosselain 1999; Rye 1981; Sanhueza 2000). En primer lugar, se desplegaron todos los fragmentos correspondientes a cada una de las estructuras y se procedió a remontar los materiales hasta donde fuera posible, con el objetivo de tratar de identificar las piezas originales (Zagorodny 1996). Además, se agruparon los fragmentos que no remontaban pero tenían a simple vista pastas y características superficiales muy semejantes, y se consideró que podían pertenecer a la misma pieza. Estos fueron denominados grupos de fragmentos, y cada uno representa una pieza hipotética1. Estos grupos luego se sostuvieron o se reformularon teniendo en cuenta las observaciones subsiguientes. A continuación, se registraron los atributos de los grupos de fragmentos, así como también de los fragmentos no agrupados y de sus pastas, tanto macroscópicamente como con ayuda de una lupa binocular. Las observaciones macroscópicas se realizaron tanto a ojo desnudo como con ayuda de una lupa de mano (15x). Para el registro de atributos macroscópicos se disenaron tres planillas; en la primera se consignan aquellos atributos generales del grupo de fragmentos; la segunda abarca las características morfológicas de cada fragmento del grupo, tales como las de los bordes, asas y bases; y la tercera se disenó para los fragmentos no agrupados. Los atributos contemplados en la etapa macroscópica son aquellos vinculados a la secuencia de manufactura, tales como: la técnica de levantado (si podía determinarse); la morfología, siguiendo el sistema clasificatorio de Balfet et al. (1992); marcas de herramientas en las superficies (Rye 1981); acabado de la superficie externa e interna; las técnicas de decoración; los motivos de decoración; el color de la superficie externa e interna (en notación de la Munsell Chart of Soil Colours). También se consideraron los atributos morfológicos de la porción de la pieza representada por el fragmento (de bordes, bases y asas). Para la etapa de observación con lupa binocular, a fin de realizar una primera clasificación de las pastas, se seleccionaron entre un 35 y un 50% de los fragmentos analizados en la etapa macroscópica, de acuerdo con criterios cualitativos. Para cada grupo de fragmentos determinado en la etapa anterior se seleccionaron, en primer lugar, los fragmentos que no remontaban, a fin de conocer sus pastas y confirmar o modificar estos agrupamientos. También se seleccionaron aquellos que representaban diversas porciones morfológicas de la vasija (tales como bases, bordes, cuerpo), para abarcar las posibles variaciones entre áreas (Zagorodny 1996). Finalmente, con el objetivo de comparar y tener una visión más amplia del comportamiento de las pastas a nivel intrasitio, se incluyeron todos los fragmentos no agrupados. Posteriormente, sobre una fractura fresca y con ayuda de una lupa binocular Wesco de 6,5 a 45 X de aumento, se realizaron diferentes observaciones consignadas en una planilla disenada para tal fin, tomando como base los criterios propuestos por Orton et al. (1997), Rye (1981) y Zagorodny (1996). Las identificaciones de los minerales y fragmentos de rocas se realizaron hasta el nivel que permitió el uso de una técnica submacroscópica, la lupa binocular, que en muchos casos es general (ígnea, sedimentaria, y otras categorías generales). Se tuvieron en cuenta las propiedades físicas de minerales y rocas, como el color, dureza, brillo, entre otras (Klein y Hurlbut 1998)2.

RESULTADOS

La muestra total consiste en 1073 fragmentos recuperados en excavación y en recolección superficial en las inmediaciones de las estructuras excavadas. De este total, 120 fragmentos proceden de la excavación de RH 2-1 y 183 de recolección superficial de sus alrededores. Otros 45 son de la excavación de la primera ocupación de RH 10-1, mientras que 55 son de recolección superficial. Asimismo, 78 provienen de RH 19-1, de los cuales 42 son de excavación y los 36 restantes de recolección superficial. Finalmente, 572 proceden de las dos ocupaciones de RH 19-7, y 20 de recolección superficial. Del total de fragmentos mencionados anteriormente, sólo 431 (40%) pudieron incluirse en grupos de fragmentos. Otros 150 (14%) no pudieron agruparse y fueron analizados como fragmentos no agrupados. Si bien la muestra parece pequena, se debe tener en cuenta que esta cantidad procede de cuatro estructuras excavadas completamente y de recolecciones superficiales en las inmediaciones de éstas. Para RH 2-1 se pudieron armar ocho grupos de fragmentos, dos de ellos recipientes abiertos con el interior reducido y pulido y otros dos, también abiertos, de superficies alisadas. Un quinto grupo habría pertenecido a una pieza cerrada subglobular, y presenta su superficie externa con engobe rojo (10R 5/8), motivos de franjas negras (N 2,5/) y círculos blancos (marrón muy pálido, 10YR 7/3). Para los tres restantes no se pudo determinar la morfología. En la Tabla 1 se detallan algunos atributos de estos grupos. Con los fragmentos de la primera ocupación de RH 10-1 se conformaron cinco grupos. Uno correspondería a un recipiente abierto con el interior reducido y pulido, mientras que otro también habría pertenecido a una morfología abierta, con ambas superficies pintadas en rojo (10R 5/6) y la interna pulida. Un tercer grupo correspondería a una forma cerrada de perfil continuo, y para los dos restantes no se pudo determinar la morfología. Los estados de algunos atributos analizados se volcaron en la Tabla 2. En RH 19-1, los fragmentos recuperados permitieron reconstruir cinco grupos, uno de ellos pertenecientes a una escudilla con la superficie externa pintada de rojo (10R 4/6) y la interna reducida y pulida. Un segundo grupo habría pertenecido a otra morfología abierta, mientras que para los restantes no se pudo determinar (Tabla 3). Finalmente, en RH 19-7 se pudieron conformar 25 grupos de fragmentos. Entre ellos, uno correspondería a una pieza cerrada, con ambas superficies engobadas y pulidas parcialmente y pintura desleída (10R 4/3), que se percibe por una oscuridad un poco mayor en el engobe (10R 4/4), en motivos comparables a lo que en la literatura se conoce como "estilo Yavi" (Ávila 2008; Krapovickas 1975). Otros dos grupos de morfología indeterminada, con engobe rojo (10R 4/4, 4/3) en la superficie externa, también son comparables a materiales Yavi. Los fragmentos de un grupo habrían pertenecido a una pieza cerrada con engobe rojo (10R 5/4), motivos de franjas negras (N 2,5/) y círculos blancos (5YR 8/1). Otros tres, pertenecientes a recipientes abiertos, presentan pintura roja (10R 4/4, 4/6, 5/6) en la superficie externa. Nueve más también pertenecerían a recipientes abiertos, pero estos con la superficie externa alisada y la interna de color negro o gris oscuro y pulida (N 2.5/, 3/, 4/); mientras que otro presenta las mismas características, pero con el interior sin pulir. En último lugar, otro grupo correspondería a piezas cerradas de superficies alisadas. En la Tabla 4 se muestran los estados de algunos de los atributos empleados en su caracterización. En cuanto a los fragmentos no agrupados, para algunos de ellos (especialmente los bordes), se pudo reconocer la morfología de la pieza a la que habrían pertenecido. Para RH 2-1, sólo dos fragmentos habrían correspondido a piezas cerradas. En RH 10-1, dos fragmentos habrían pertenecido a recipientes abiertos, mientras que un tercero, a uno cerrado. En RH 19-1, también hay dos que pudieron pertenecer a piezas cerradas. Finalmente, en RH 19-7, seis habrían pertenecido a escudillas o pucos con el interior pulido y reducido; tres, a otros recipientes abiertos; y uno, a un recipiente cerrado. En la Figura 2 se pueden observar las morfologías que se pudieron reconstruir para cada una de las estructuras (contabilizando grupos de fragmentos y fragmentos no agrupados en conjunto) y en total, mientras que las Figura 3 y Figura 4 muestran algunos perfiles reconstruidos parcialmente. En el modelado de las piezas cerámicas, por una parte, se pudo identificar la superposición de rollos de arcilla en algunos fragmentos. En la Tabla 5 se muestran las dimensiones de los fragmentos con evidencias de modelado y los atributos que permitieron identificarlas. Se observaron variaciones de espesor verticales en las paredes, y algunos fragmentos de pasta compacta exhiben fracturas horizontales y verticales (las facetas cúbicas, según Rye [1981], son posibles evidencias de esta técnica de modelado). También se observó una distribución irregular de las inclusiones en la mayoría de las fracturas frescas y, en algunos casos, inclusiones con orientación horizontal regular parcial en las superficies, que pueden vincularse a esta técnica de modelado (Rye 1981). En otro caso se observó una mala unión de rollos. La unión de rollos se observó en 10 grupos de fragmentos y en nueve fragmentos no agrupados. También se pudo reconocer el modelado por presión y/o estiramiento de las paredes con los dedos (pinching/drawing), a través de variaciones de espesor horizontales y marcas dactilares en dos grupos de fragmentos y en un fragmento individual (todos de RH 19-7). Si bien las evidencias del modelado se presentan en una porción pequena de la muestra, hay que recordar que los procedimientos para llevarlo a cabo son difíciles de observar, ya que son enmascarados u obliterados por las operaciones subsiguientes (Rye 1981). Por otro lado, se registraron atributos relacionados con la morfología de bordes, asas y bases. En total, la muestra tenía 83 fragmentos de bordes, cuyas morfologías se volcaron en la Figura 5. Hay una diversidad amplia de morfologías, pero predominan los bordes redondeados, especialmente los evertidos, también los verticales; y en segundo lugar los planos y evertidos, y los engrosados y evertidos. Respecto de las asas, sólo había 20 fragmentos en la muestra, y ninguna de ellas completa. Su morfología (considerando la sección y el tipo de inserción) se puede observar en la Figura 5. Se observa una diversidad de morfologías, con pocos especímenes para cada tipo. Predominan las subcirculares, de inserción remachada o indeterminada, y las subplanas, remachadas o indeterminadas. Para la mayoría no se pudo establecer la posición en la pieza, y para las que sí, mayormente están colocadas de modo horizontal. En último lugar, analizamos 24 fragmentos de bases, cuyas morfologías se detallan en la Figura 5. Se observa que predominan mayormente las bases plano cóncavas, con uniones al cuerpo directas o angulares. Los fragmentos decorados son escasos en general, en el total de la muestra (13 grupos de fragmentos y 78 fragmentos individuales). Muchos de ellos presentan aplicación de pintura o engobe rojo (10R 4/4, 4/6, 5/6) en toda la superficie (nueve grupos de fragmentos y 71 fragmentos individuales). Otros exhiben pintura negra (N 2.5/) sobre el color de fondo (pintado, engobado o el color de la pasta) con motivos de franjas (un grupo de fragmentos y siete fragmentos individuales); mientras que un grupo de fragmentos de RH 19-7 presenta motivos en pintura que originalmente habría sido negra, pero se percibe apenas más oscura que el engobe (10R 4/3) sobre engobe rojo (10R 4/4), relacionable con los motivos de la cerámica estilo Yavi (Ávila 2008, 2009). Finalmente, dos grupos presentan pintura negra (N 2.5/) y blanca (5YR 8/1, 10YR 7/3) sobre rojo (10R 5/8, 5/4), en motivos de franjas negras y lunares blancos, correspondientes a piezas cerradas subglobulares, que pueden relacionarse con la cerámica denominada estilo Casabindo o Agua Caliente (Albeck 2001; Krapovickas 1984; Ottonello 1973).

Tabla 1. Grupos de fragmentos de RH 2-1.

Tabla 2. Grupos de fragmentos de RH 10-1.

Tabla 3. Grupos de fragmentos de RH 19-1.

Tabla 4. Grupos de fragmentos de RH 19-7.

Figura 2. Morfologías por sitio para grupos de fragmentos y fragmentos individuales.

Figura 3. Reconstrucciones morfológicas de RH 2-1, RH 10-1, RH 19-1.

Figura 4. Reconstrucciones morfológicas de RH 19-7.

Tabla 5. Atributos relacionados con el modelado.

Figura 5. Morfologías de fragmentos de bordes, asas y bases. Ref: red: redondeado, evert: evertido, vert: vertical, pla: plano, bis: biselado, had: hacia adentro, engros: engrosado; rem: remachada, adh: adherida, subcirc: subcircular.

Caracterización submacroscópica de las pastas

En el análisis con lupa binocular, se analizó una submuestra de 261 fragmentos, seleccionada de acuerdo con los criterios expuestos en la metodología. Se separó la muestra analizada en siete grupos de pastas, tomando como base la identificación de las inclusiones presentes y de atributos tales como la textura, la regularidad de la fractura y la densidad, orientación, granulometría y selección de las inclusiones. Estos grupos son de carácter preliminar, teniendo en cuenta las limitaciones de la lupa binocular, y requieren ser profundizados con análisis microscópicos. A continuación, se describen brevemente los grupos de pastas identificados:

Grupo de pastas 1: está conformado por 17 fragmentos (6,5% del total). Su aspecto es no compacto y su textura es predominantemente laminar. Las inclusiones son densas a muy densas (20 a 30%), con orientación regular parcial (de las micas) a irregular y selección pobre a equilibrada. Además, son angulosas a subangulosas y constan de mica muy abundante (que es lo que caracteriza al grupo) y cuarzo traslúcido. También puede haber cuarzo-feldespato3, fragmentos de rocas sedimentarias rojas, blancas, marrones y grises y feldespatos alterados. Los fragmentos incluidos en este grupo de pastas son mayormente alisados, procedentes de formas tanto abiertas como cerradas.

Grupo de pastas 2: comprende 28 fragmentos (10,7%). Son fragmentos de textura porosa, con inclusiones densas (20%), orientación irregular a regular parcial (de las micas), selección pobre a equilibrada. Son predominantemente subangulares a subredondeadas y consisten en mica abundante, que es lo que caracteriza al grupo, pero no tan abundante como en las pastas del grupo 1, ni con su textura laminar. Igualmente, se presentan cuarzos traslúcidos y fragmentos de rocas sedimentarias rojas y blancas y, en menor medida, fragmentos de rocas sedimentarias grises y marrones y feldespatos alterados. Estas pastas se presentan en piezas abiertas o de morfología indeterminada, de superficies alisadas, o pintadas, engobadas y/o pulidas.

Grupo de pastas 3: comprende 22 fragmentos (8,4%). Su aspecto es compacto, y la textura, porosa. Las inclusiones son de poco densas (10 a 20%) a densas (20%), con orientación irregular y selección de equilibrada a pobre. Asimismo, de manera predominante, son subangulares a subredondeadas. Las más características son unas inclusiones de color blanco a rosado claro, que son fragmentos de rocas sedimentarias muy finas. También se encuentra cuarzo traslúcido, fragmentos de rocas sedimentarias rojas y marrones. Estos fragmentos fueron clasificados, en su mayoría, de acuerdo con las observaciones macroscópicas, como alfarería muy semejante a lo descripto como "estilo Yavi" (Krapovickas 1975; Krapovickas et al. 1989). Cabe recordar que Cremonte et al. (2007) identificaron estas inclusiones blancas, para materiales de otras áreas, como pelitas alteradas a muscovita-sericita-cuarzo de la Formación Acoyte, a través de su observación en microscopio petrográfico. Todos estos fragmentos presentan sus superficies engobadas y pulidas o pintadas.

Grupo de pastas 4: comprende 37 fragmentos (14,2%). Son de textura porosa, con cavidades pequenas y, en pocos casos, algunas grandes. Las inclusiones son muy densas, mayormente con orientación irregular, y se presentan algunos casos de orientación regular parcial. Su selección es pobre a equilibrada y son de subangulares a subredondeadas. El cuarzo traslúcido es muy abundante, que es lo que caracteriza al grupo. También están presentes las micas, el cuarzo-feldespato, y son frecuentes los fragmentos de rocas sedimentarias grises, blancas, rojas y marrones y algunos feldespatos alterados. Estas pastas se presentan fundamentalmente en formas abiertas con exterior alisado e interior negro pulido, pero también en fragmentos alisados sin pintar de formas indeterminadas, cerradas o abiertas y en dos fragmentos con pintura negra sobre roja.

Grupo de pastas 5: comprende 10 fragmentos (3,8%). Su aspecto es compacto, y la textura, porosa. Las inclusiones son poco densas (5 a 10%), que es lo que caracteriza al grupo, con orientación irregular y selección buena o equilibrada. Además, son angulosas a subredondeadas e incluyen cuarzo traslúcido, fragmentos de rocas sedimentarias rojas, blancas y grises. Los fragmentos con estas pastas proceden de formas abiertas o indeterminadas interior negro pulido y de formas indeterminadas con superficies pulidas y engobadas.

Grupo de pastas 6: es el grupo más común, y está constituido por 140 fragmentos (53,6%). Su textura es porosa. Las inclusiones son densas (20%) a muy densas (20 a 30%), con orientación irregular a regular parcial. Su selección es de pobre a muy pobre y son angulosas a subredondeadas. Consisten en cuarzo traslúcido, mica, algunos feldespatos alterados, sedimentarias rojas, blancas, marrones y grises. Estas pastas se caracterizan por la litología diversa descrita, sin que predomine alguna específica. Se presentan en muy diversas piezas, tanto en formas abiertas como cerradas, predominantemente alisadas sin pintar, como así también en fragmentos pintados o engobados y en formas abiertas de interior negro pulido.

Grupo de pastas 7: está constituido por siete fragmentos (2,7%) de RH 10-1. Su textura es porosa, con cavidades pequenas. Las inclusiones son densas (20%), con orientación irregular y selección predominantemente pobre. Son subangulosas a redondeadas (los cuarzos son las inclusiones con mayor grado de redondez), e incluyen cuarzo traslúcido, cuarzo-feldespato y sedimentarias rojas, grises y marrones. Se separaron en un grupo por la total ausencia de micas, que se encuentran presentes en los grupos anteriores, aunque la litología en general es similar a la del grupo 6. Los fragmentos corresponden todos a formas abiertas o indeterminadas, con sus superficies alisadas. La Tabla 6 muestra una síntesis de la caracterización de los grupos de pastas, con los atributos más relevantes para la clasificación y las mineralogías identificadas a nivel submacroscópico, mientras que en la Tabla 7 se muestran las cantidades de fragmentos para cada grupo por sitio y en total. En la Figura 6 se pueden observar imágenes de las fracturas frescas de los grupos 1, 3, 4, 5, 6 y 7.

Tabla 6. Mineralogía de los grupos de pastas a nivel submacroscópico.

Tabla 7. Cantidades de fragmentos para cada grupo de pasta, por sitio y en total.

Figura 6. Fracturas frescas de los grupos de pastas 1, 3, 4, 5, 6 y 7, respectivamente. Ref: 1: mica, 2: cuarzo, 3: litoclastos sedimentarios, 4: feldespatos.

LOS MATERIALES CERÁMICOS DE RÍO HERRANA EN EL CONTEXTO DE LA PUNA JUJENA Y ZONAS VECINAS

Como mencionamos antes, en la puna jujena los estudios tecnológicos de materiales cerámicos son muy escasos y la cerámica ha sido analizada fundamentalmente desde aspectos estilísticos. Sin embargo, a partir de la información existente podemos buscar algunas similitudes con los materiales de Río Herrana. En Santa Ana de Abralaite, Agua Caliente de Rachaite, Tabladitas, Pueblo Viejo de Potrero, Ojo de Agua, Calaverioj, Queta y el pukará de Rinconada aparecen fragmentos pintados con círculos blancos y líneas negras (Albeck y Ruiz 1997; Krapovickas et al. 1979; Ottonello 1973), comparables con los fragmentos de Río Herrana. Como ya fue senalado, se los ha denominado cerámica "estilo Casabindo", para la que han sido descritas unas vasijas subglobulares, con cuellos cortos, subcilíndricos, que pueden estar decoradas en la mitad superior del cuerpo, delimitadas por dos líneas horizontales, una a la altura de las asas y la otra en la unión del cuerpo con el cuello. Dentro del campo se delimitaron triángulos con trazos negros de manera irregular. En algunas piezas estos triángulos aparecen solos, mientras que en otras pueden aparecer círculos blancos dentro de los triángulos (Albeck y Ruiz 1997). En estos sitios también son frecuentes las escudillas con el interior negro alisado o pulido y el exterior rojizo alisado (Albeck y Ruiz 1997), comparables a los fragmentos de Río Herrana, de los que muchos pertenecen a formas abiertas, seguramente a este tipo de escudillas. Para el sitio de Agua Caliente, estos recipientes presentan distintos tipos de pasta, al igual que en Río Herrana (grupos de pastas 1, 4, 5 y 6). Sin embargo, en Agua Caliente pueden presentar asas (Ottonello 1973), que no han sido observadas por nosotros; pero los pucos interior negro aparecen en áreas distantes, incluyendo la quebrada de Humahuaca (Nielsen 1997), con morfologías variables, y aquí hemos visto que con pastas distintas, por lo que quizás se ejecutaron con diferentes secuencias tecnológicas. Cabe recordar que en la literatura, la zona ocupada por los sitios de Río Herrana, además del área de Pan de Azúcar, del pukará de Rinconada y todo el sudoeste de la laguna de Pozuelos en general ha sido considerada como parte del "área de influencia Casabindo". Nuestra primera caracterización de las pastas y los grupos conformados no estarían indicando, en esta etapa del análisis, diferencias marcadas entre las pastas de la cerámica decorada, comparable a la descrita dentro del "estilo Casabindo", y los materiales no decorados de Río Herrana. Se identificaron pastas de los grupos 2 y 6 entre los fragmentos con esta decoración, que están también ampliamente representados entre los otros materiales no decorados. En cambio, en los trabajos citados anteriormente (Albeck y Ruiz 1997; Krapovickas 1984, entre otros), los materiales "estilo Yavi" o comparables a los de la quebrada de Humahuaca han sido interpretados como elementos introducidos por intercambio o contactos de otro tipo entre las áreas. Aquí, la baja frecuencia de estos fragmentos Yavi en las estructuras analizadas, sumada a las diferencias entre las secuencias tecnológicas (grupo de pasta 3, sólo representado por estos fragmentos, más compacta, diferentes acabados de superficie) con el resto de los materiales, nos lleva a apoyar esta hipótesis de que los materiales Yavi fueron introducidos y no producidos localmente. Pero todos los materiales decorados son poco frecuentes, tanto los relacionables con el "estilo Casabindo" como los relacionables con el "estilo Yavi".

CONCLUSIONES

El objetivo general de este trabajo ha sido realizar una primera aproximación a las secuencias de producción de la alfarería de cuatro estructuras de Río Herrana, orientado en parte por la falta de información para nuestra área de investigación específica y los pocos trabajos sobre tecnología cerámica para la puna jujena, a pesar de que en los últimos anos este tipo de estudios han tenido un impacto significativo en el NOA, como hemos mencionado. Los resultados obtenidos permiten realizar algunas primeras aproximaciones a la secuencia de producción cerámica. Por un lado, se reconoció una variedad de pastas, con una litología relativamente uniforme (rocas sedimentarias de grano fino y minerales como cuarzo y feldespatos), que requieren la realización de análisis petrográficos y de composición química de las pastas y materias primas locales para poder identificar los minerales y litoclastos presentes, compararlos con la geología local y así aportar a la procedencia de estos materiales. Los recipientes identificados fueron manufacturados por rollos, y en menor medida por estiramiento con los dedos (pinching/drawing), sin descartar otras técnicas que no pudieron ser reconocidas. Se produjeron así tanto recipientes abiertos como cerrados. Pudimos ver que hay mayor cantidad de recipientes abiertos en cada estructura, que muestran una gran diversidad morfológica de los bordes, aunque no ocurre lo mismo para las bases. Los primeros pueden tener alguna relación con sus funciones, lo que debería ser abordado a partir de otro tipo de análisis. Esa diversidad también puede tener alguna sensibilidad cronológica que debería ser explorada más profundamente4. Sobre la base de lo analizado para la secuencia de manufactura de los materiales cerámicos, incluyendo la litología de las inclusiones, nos inclinamos por la hipótesis de que la producción de los materiales cerámicos de estos sitios probablemente tuvo lugar a escala doméstica (sensu Van der Leeuw 1984, citado en Sinopoli 1991). Por otro lado, hemos planteado que las estructuras excavadas eran recintos domésticos, basándonos en las características de los recintos y de las evidencias halladas en ellos (rasgos de combustión, restos óseos, materiales líticos y cerámicos, etc.) (Angiorama 2009, 2010). Varios autores han destacado el hecho de que, frecuentemente, la alfarería empleada en contextos domésticos para la preparación y consumo de alimentos era manufacturada en el lugar (Arnold 1993; Rye 1981; Sinopoli 1991), hipótesis que aquí sostenemos para los materiales analizados, exceptuando el caso de los fragmentos Yavi ya discutido. Asimismo, hay que destacar la ausencia de materiales inkaicos en RH 2-1 y en la primera ocupación de RH 10-1, que son del siglo XV de acuerdo con los fechados radiocarbónicos, a pesar de que está muy próximo el pukará de Rinconada, que presenta ocupaciones de este momento (Albeck y Ruiz 1997; Ruiz 1996). Quizá ello se deba a que la presencia imperial se haya restringido al pukará, sin impactar notablemente en la vida de los grupos locales, que continuaron con sus prácticas cotidianas. También pudimos ver que los materiales hallados en las distintas ocupaciones de Río Herrana se relacionan con los materiales descriptos para el período Tardío de otras zonas de la puna de Jujuy. Esas semejanzas se dan mayormente a nivel de acabados de superficie y "decoración", como mencionamos arriba. Creemos que aquí hemos aportado una primera imagen de la variabilidad de materiales cerámicos presentes en una porción del sector sur de la cuenca de la laguna de Pozuelos, que aporta nuevas evidencias a las registradas hasta ahora por el proyecto marco para discutir aspectos relacionados con las características de las poblaciones prehispánicas del área en el período Tardío. Asimismo, lo aquí aportado es relevante para realizar comparaciones a nivel regional y ayudar a comprender mejor la dinámica de los grupos que habitaron el altiplano en tiempos prehispánicos tardíos.

Agradecimientos

Las tareas de campo fueron realizadas en el marco del proyecto CONICET "La Cuenca Sur de Pozuelos (Jujuy) en Tiempos Prehispánicos: Comunidades Locales e Interacción Regional", PIP 6243; y del Proyecto "Comunidades prehispánicas, explotación de recursos y circulación de bienes en la Cuenca Sur de Pozuelos (Jujuy)", PICT 2005 No 38169, de la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica. Este trabajo forma parte de mi tesina de grado, por la que debo agradecer a mi director, Dr. Carlos Angiorama; y a mi codirector, Arql. Mariano Corbalán, por su guía y sugerencias. A la Geol. Marianela de Paul Camacho, quien generosamente colaboró en la identificación de inclusiones minerales. Al Instituto de Arqueología y Museo de la UNT, por permitirme el uso de su instrumental. También quisiera agradecer a los/las dos evaluadores anónimos por sus valiosos comentarios sobre el manuscrito original. Ninguno de ellos es responsable de lo aquí vertido.

NOTAS

1.- Otros autores proponen agrupaciones semejantes a los grupos de fragmentos, como las "Familias de Fragmentos" de Orton et al. (1997) como unidad de análisis.

2.- Para estas tareas se contó con el asesoramiento y asistencia de la Geol. Marianela de Paul Camacho, de la Facultad de Ciencias Naturales e IML.

3. - No se pudo distinguir si son cuarzo o feldespato, porque son inclusiones blanquecinas que con base en las observaciones realizadas, pueden pertenecer a cualquiera de los dos minerales.

4.- Por ejemplo, Nielsen (1997) detectó variaciones morfológicas en los bordes de pucos interior negro de la Quebrada de Humahuaca, que son sensibles a cambios cronológicos. Pero estas morfologías no se relacionan con las aquí descriptas.

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