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Intersecciones en antropología

On-line version ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.13 no.1 Olavarría Jan./July 2012

 

ARTÍCULO

Análisis arqueofaunístico del sitio 5 de la localidad Tapera Moreira (departamento de Lihué Calel, provincia de La Pampa)

 

María Laura Bastourre y Giovanna Salazar Siciliano

María Laura Bastourre. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Paseo del Bosque s/no, La Plata, Buenos Aires, Argentina. E-mail: laurabastourre@yahoo.com.ar

Giovanna Salazar Siciliano. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Museo Etnográfico "J. B. Ambrosetti". Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Moreno 350, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina. E-mail: giovannats@gmail.com

Recibido 26 de mayo 2011
Aceptado 15 de agosto 2011

 


RESUMEN

En este artículo se presentan los resultados del análisis arqueofaunístico del Sitio 5 de la localidad arqueológica Tapera Moreira. Se analiza la incidencia de los agentes naturales y culturales que participaron en la formación del conjunto faunístico para discutir su historia tafonómica. A su vez, se comparan algunos de los patrones observados con lo previamente estudiado para el componente superior del Sitio 1 de la misma localidad. La especie más abundante en el sitio y la única con evidencias claras de procesamiento es Lama guanicoe. El rol del resto de los taxones no es discernible con la evidencia disponible. Contrariamente a lo esperado para un sitio de actividades múltiples, y en contraste con el Sitio 1, las partes esqueletarias de guanaco más representadas corresponden a las de menor rinde económico. Se evalúan distintos factores que podrían dar cuenta de este perfil anatómico. Las evidencias aquí presentadas constituyen información novedosa sobre un área con escasos restos arqueofaunísticos. Por lo tanto, contribuyen a la comprensión del modo en que fueron adquiridos y procesados los recursos faunísticos en el área del Curacó y de los procesos naturales y culturales que intervienen en la formación de los sitios arqueológicos del área de estudio.

Palabras clave: Zooarqueología; Cazadores-recolectores; Holoceno tardío; Pampa Occidental.

ABSTRACT

Archaeofaunal analysis of sitio 5, Tapera Moreira locality, department of Lihué Calel, La Pampa province.This article presents the results of the zooarchaeological analysis of the assemblage recovered at Sitio 5, Tapera Moreira locality. The intervention of natural and cultural agents in the formation of the faunal assemblage is analyzed in order to discuss its taphonomic history. In addition, some of the patterns observed are compared with those previously studied from the upper component of Sitio 1 in the same locality. The most abundant species at the site and the only taxon which shows clear evidence of anthropic processing is Lama guanicoe. Based on the available evidence it is not possible to draw conclusions about the role of other taxa in the economy of Pampean hunters. Contrary to both what was expected for a multiple activity site and to what was found at Sitio 1, the skeletal parts of guanaco that are most abundant at Sitio 5 correspond to those which are less valuable in economic terms. Several factors that could explain this skeletal profile are explored. The information presented here constitutes novel evidence from an area where there are scarce zooarchaeological findings. Hence, this paper improves understanding of both the acquisition and processing of faunal resources in the area of Curacó basin and the natural and cultural agents prevalent in the formation of this archaeological site within the study area.

Keywords: Zooarchaeology; Hunter-gatherers; Late Holocene; Western Pampa.


 

INTRODUCCIÓN

La localidad arqueológica Tapera Moreira se encuentra ubicada en el centro-sur de la provincia de La Pampa, a unos 70 km al sudeste de Puelches, sobre la margen derecha del río Curacó. Esta localidad ha sido interpretada como un asentamiento estratégico recurrentemente utilizado por los grupos humanos debido a su distancia mínima con respecto a recursos críticos, especialmente el agua. La distribución de las fuentes de agua es fundamental para la organización de la subsistencia y movilidad en un ambiente semiárido como el de la cuenca del Curacó (Berón 1994). Durante las tareas de campo dirigidas por M. Berón entre los anos 1986 y 1995 se identificaron y estudiaron un total de cinco sitios. Dos de ellos han sido caracterizados como sitios de actividades múltiples: el Sitio 1 y el Sitio 5 (STM1 y STM5 respectivamente). Ambos presentaron materiales faunísticos en posición estratigráfica, situación poco frecuente en contextos arqueológicos de Pampa occidental. STM1 presenta la secuencia estratigráfica más extensa del área del Curacó, de manera que constituye un marco de referencia cronológico para la región. En dicha secuencia se delimitaron tres componentes sobre la base de indicadores cronológicos y culturales que se ubican temporalmente entre el Holoceno medio y el Holoceno tardío final. STM5 está ubicado en un bosque de chanares muy desarrollado, que limita hacia el S-SO con una terraza y hacia el NO con un profundo canadón (Figura 1). Durante los anos 1991 y 1994 fueron excavados 11 m2, de donde se recuperaron, además de los restos faunísticos, abundantes tiestos cerámicos, artefactos líticos y adornos. La alfarería presenta tanto características locales (cerámica lisa, incisa y acanalada) como extrarregionales (cerámica de transición Vergel-Valdivia). El conjunto lítico está formado por puntas de proyectil apedunculadas muy pequenas, raspadores de módulo corto-ancho, escasos núcleos agotados, instrumentos con retoque sumario, lascas de adelgazamiento bifacial, abundantes microlascas y lascas (Berón 1999). Las materias primas predominantes son el sílice y el basalto, provenientes de rodados del Manto Tehuelche (Berón 2004). Estas rocas, de buena disponibilidad y calidad para la talla, han sido categorizadas de acuerdo con la modalidad de uso de los recursos líticos como prioritarias tanto regional como localmente (Berón 2006). En STM5 se realizaron tres dataciones radiocarbónicas, dos de las cuales arrojaron cifras de alrededor de 740 anos AP, en tanto que la tercera se desvía de las demás (véase Tabla 1), posiblemente debido a problemas en la muestra fechada. Esta cronología es coincidente con la del componente superior de STM1. El Sitio 5 posiblemente represente un único evento ocupacional, dada la baja densidad de los restos arqueológicos distribuidos verticalmente en pocos niveles de modo continuo, sumado al solapamiento de las dataciones radiocarbónicas (Berón 2004). En este trabajo se exponen los resultados del análisis taxonómico, anatómico y tafonómico de los materiales faunísticos procedentes de STM5 y se comparan algunos de los patrones observados con lo previamente estudiado para el componente superior de STM1 (Berón 2004; Salemme y Berón 2004). La muestra aquí analizada constituye uno de los escasos conjuntos faunísticos de procedencia estratigráfica de Pampa occidental. Por lo tanto, contribuye al conocimiento del modo en que fueron explotados los recursos faunísticos en el área del Curacó y de los procesos tafonómicos que actúan en el área de estudio. De este modo, aporta elementos para la más amplia discusión sobre los patrones de subsistencia y movilidad de los cazadores-recolectores pampeanos.

Figura 1. Plano de la localidad Tapera Moreira y ubicación de los sitios 1 a 5. Tomado y modificado de Berón (2004).

Tabla 1. Edades radiocarbónicas convencionales y calibradas correspondientes a STM5 y Componente Superior de STM1. Datos tomados de Berón (2004).

MATERIALES Y MÉTODOS

El total de los materiales faunísticos recuperados en STM5 (n= 2315) incluye 1888 especímenes óseos y 427 fragmentos de cáscaras de huevo. El análisis cuantitativo y tafonómico se efectuó sobre 903 de los especímenes óseos, que incluyen el total de los restos recuperados en planta y por medio del cribado de los sedimentos, exceptuando aquellos fragmentos indeterminados menores a 2 cm (n= 985). Estos últimos no fueron considerados en el análisis tafonómico debido a la dificultad para la identificación de ciertas variables y a la posibilidad de introducir sesgos en la evaluación cuantitativa del conjunto. Cabe aclarar que muchos de estos restos menores parecen corresponder a fragmentos desprendidos de elementos con grados elevados de meteorización. Las medidas de abundancia taxonómica consideradas fueron el NISP y el NMI (Lyman 1994a; Mengoni Gonalons 1988). Para esta última medida se tuvo en cuenta el estadio de fusión y la lateralidad de los elementos analizados. La representación anatómica del guanaco fue calculada a través del NME, el MAU y el MAU% (Binford 1978; Klein y Cruz-Uribe 1984; Lyman 1994a). El cálculo del MNE fue realizado siguiendo a Mengoni Gonalons (1999) y los huesos largos fueron segmentados en porciones para su cómputo. La frecuencia de partes esqueletarias (expresada como MAU%) obtenidas para guanaco fue correlacionada a través del coeficiente de correlación por rangos de Spearman, con distintos marcos de referencia: con el Índice de Densidad Mineral Ósea para camélidos (DMO) (Elkin 1995), con el Índice de Utilidad de Carne (IC) (Borrero 1990), con el Índice de Utilidad General Modificado (MGUI) (Lyman 1994b) y con el Índice de Secado de Carne (ISC) (De Nigris y Mengoni Gonalons 2005). El estudio de las variables tafonómicas fue efectuado por medio del examen macroscópico y con lupa binocular de la superficie cortical de los huesos. Se tuvieron en cuenta la presencia/ausencia de marcas de raíces (Montalvo 2002), roedores y carnívoros, la tinción por manganeso, la depositación de carbonato y los hoyos de disolución (Gutiérrez 2004, 2006; Gutiérrez y Kaufmann 2007). A su vez, se determinaron los grados de meteorización (Behrensmeyer 1978), de abrasión sedimentaria y de alteración térmica (Buikstra y Swegle 1989; Mengoni Gonalons 1999), y se analizaron las marcas de origen antrópico y los patrones de fractura. Para esta última variable se tuvieron en cuenta la forma y estado del borde de factura y sus atributos asociados (escotaduras semilunares y negativos de impacto) mientras que en el caso de las huellas de corte se analizó su distribución, orientación y frecuencia con el objeto de distinguir entre marcas de cuereo, desarticulación y descarne (Fisher 1995; Lyman 1994b; Mengoni Gonalons 1999).

RESULTADOS Diversidad taxonómica

Debido a la elevada fragmentación del conjunto faunístico, el 56,8% (n= 1074) de los especímenes óseos no pudo ser identificado taxonómicamente. Más del 90% de estos fragmentos óseos poseen un tamano menor a los 2 cm y, como se mencionó, fueron excluidos del análisis cuantitativo y tafonómico. En la Tabla 2 se observan los valores de NISP y NMI calculados para los restos identificados al menos al nivel de clase (n= 814). Sobresale la cantidad de especímenes óseos asignados a mamíferos indeterminados y, en segundo lugar, a dasipódidos. En el primer caso, muchos de los restos fueron clasificados como fragmentos de huesos largos de mamíferos grandes, algunos de los cuales podrían corresponder a Lama guanicoe, aunque carecen de rasgos diagnósticos que permitan una asignación taxonómica más precisa. En cuanto a los armadillos, los elevados valores de NISP no indicarían una mayor abundancia de este grupo, ya que sus restos corresponden casi exclusivamente a placas dérmicas (n= 265). Los elementos del endoesqueleto más frecuentes son los de las extremidades y vértebras. La especie más abundante en el sitio es Lama guanicoe, que presenta el mayor número de elementos del endoesqueleto (NME= 72). Para este taxón se calculó un NMI de cuatro, a partir del elemento más representado en la muestra, el astrágalo. De acuerdo con el estado de fusión de los huesos (Kent 1982), se pudo determinar la presencia de, al menos, un individuo juvenil de esta especie en el conjunto arqueofaunístico. La representación de partes anatómicas del guanaco será discutida más adelante. El otro artiodáctilo presente en el sitio es Ozotoceros bezoarticus, del cual sólo se recuperaron tres elementos, correspondientes a las extremidades. Los roedores están representados por un porcentaje importante de especímenes. Se han recuperado cávidos y sigmodontinos indeterminados, en tanto que otros restos pudieron ser identificados a nivel de género o especie: tucu-tucu (Ctenomys sp.), vizcacha (Lagostomus sp.), cuis chico (Microcavia australis), mara patagónica (Dolichotis patagonum) y cricétidos del género Calomys. Los especímenes de roedores determinados al menos al nivel de familia corresponden fundamentalmente a fragmentos del cráneo y hemimandíbulas. Los carnívoros están representados en el conjunto por muy pocos elementos de las extremidades, que corresponden a una diversidad de especies. Entre los félidos se han identificado restos de puma (Puma concolor) y gato montés (Leopardus geoffroyi). Además, se ha podido determinar la presencia de zorrino (Conepatus sp.) y zorro colorado (Lycalopex culpaeus). Se debe aclarar que el calcáneo asignado a zorro colorado es anatómicamente indistinguible del de Dusicyon avus. Por este motivo, no se puede descartar que corresponda a esta última especie, aunque los fechados del sitio son tardíos con respecto a la cronología que se maneja para la extinción de este zorro. Por otra parte, se ha registrado la presencia de un total de 427 fragmentos de cáscaras de huevo y una ulna, correspondientes a Rhea sp. Por último, entre los reptiles se han recuperado dos vértebras de escamados, una de las cuales pudo ser identificada como perteneciente a Tupinambis sp.

Tabla 2. Valores de NISP y NMI para los taxa representados en STM5.

Representación anatómica del guanaco

Se calcularon las medidas de abundancia anatómica (NME, MAU y MAU%) para el guanaco que, como se mencionó, es la especie más representada en el sitio (Tabla 3). El MAU% más elevado de la muestra corresponde al astrágalo (NME= 6). Los elementos pertenecientes al esqueleto apendicular que le siguen en orden de abundancia son la falange 2 y, en menores porcentajes, la falange 1, el cuboide y la diáfisis del húmero. El fémur y las extremidades medias e inferiores, tanto del cuarto trasero como del delantero, son poco frecuentes, mientras que la pelvis y la escápula están ausentes del conjunto. El esqueleto axial, por su parte, está representado fundamentalmente por el atlas, seguido del sacro, el axis y el resto de las vértebras cervicales en menor proporción. Las costillas y las vértebras torácicas, lumbares y caudales están representadas en bajos porcentajes, mientras que el cráneo, la mandíbula y las esternebras están ausentes. Como se observa en la Figura 2, al agrupar los elementos del esqueleto por regiones anatómicas (De Nigris y Catá 2005; Stiner 1994), se aprecia una predominancia del basipodio y el acropodio (es decir, tarsianos, carpianos y falanges) seguida de las extremidades superiores. A su vez, se destaca la ausencia de elementos óseos de las cinturas y de la cabeza, aunque sí se han registrado algunos dientes sueltos. Con el objetivo de evaluar en qué medida el perfil esqueletario del guanaco puede estar condicionado por la preservación diferencial mediada por la densidad y/o por decisiones humanas basadas en el rendimiento económico de las partes anatómicas, la frecuencia de partes esqueletarias de esta especie fue correlacionada, como se mencionó previamente, con distintos marcos de referencia. Como se observa en la Tabla 4, ninguno de los valores del coeficiente de correlación resultó significativo. En el caso del Índice de Carne, se obtuvo un valor negativo pero no significativo. Sin embargo, el gráfico de dispersión de la Figura 3 permite apreciar que los elementos de bajo rendimiento son los más representados, en tanto que los elementos de mayor rinde cárnico presentan bajos valores de MAU%.

Figura 2. Valores de MAU% y regiones anatómicas para Lama guanicoe.

Figura 3. Correlación entre MAU% y IC% (Borrero 1990).

Tabla 3. Valores de NMI, NME, MAU y MAU% calculados para las partes esqueletarias de guanaco representadas en STM5.

Tabla 4. Resultados de las correlaciones establecidas entre el MAU% de guanaco y distintos marcos de referencia.

Modificaciones antrópicas

Aspectos tafonómicos

Con el objetivo de comenzar a discutir la historia tafonómica del sitio, se evaluó la incidencia de los distintos procesos naturales y culturales que contribuyeron a la formación del conjunto faunístico. En primer lugar, se evaluó el grado de meteorización, analizado sobre 171 especímenes óseos, que incluyen aquellos restos asignados al menos a nivel de orden, excluyendo a los mamíferos pequenos. Como se aprecia en la Figura 4, hay una baja proporción de huesos sin meteorizar (n= 4; 2,3%). Entre los huesos meteorizados, predominan las etapas iniciales de meteorización: estadios 1 (n= 83; 48,5%) y 2 (n= 50; 29,2%). Los estadios 3 y 4 están menos representados (n= 14; 8,2%), aunque su presencia indica que parte de los restos estuvieron expuestos por un tiempo prolongado antes de su sepultamiento. No se observan especímenes con grados de meteorización correspondientes al estadio 5, en tanto que hay un 3,5% de restos cuya meteorización no pudo determinarse debido a que sus superficies estaban intensamente grabadas por raíces. En el caso particular del guanaco, se observa que elementos con la misma densidad mineral ósea y pertenecientes a las mismas clases de edad presentan grados diversos de meteorización. Por lo tanto, dicha heterogeneidad puede relacionarse, al menos en algunos casos, con la existencia de un componente atricional en la formación del conjunto óseo, más allá de las propiedades intrínsecas de los elementos. Las raíces son el agente tafonómico de mayor incidencia, dado que afectan al 79% de la muestra (n= 475). Siguiendo a Montalvo (2002), fueron detectados dos tipos de marcas de raíces. Por un lado, se observaron marcas dendríticas, superficiales y pequenas (Sphenoichnia) que indicarían el desarrollo de una cubierta herbácea en el suelo donde los huesos fueron depositados y luego enterrados. Por otro lado, se detectaron marcas mayores, con contornos muy irregulares y mostrando un alto grado de corrosión (Corrosichnia), que pueden ser interpretadas como resultado de la actividad de raíces en tiempos recientes. Esta idea se ve reforzada por la detección de restos de raíces entre las fracturas y agrietamientos de los materiales faunísticos. Es necesario destacar que este tipo de rasgos limitan la visualización de marcas de distinto origen, lo cual, sumado a los efectos de la meteorización, podría explicar la baja representación de marcas producidas por otros agentes naturales y por actividades antrópicas. A su vez, las raíces habrían contribuido al agrietamiento y fragmentación de los restos óseos, y posiblemente también al desplazamiento de estos. Solo un 1,3% (n= 8) de los especímenes óseos presentan marcas producidas por la acción de roedores. Sin embargo, en el sitio se recuperaron numerosos restos de mamíferos cavadores y también se detectaron cuevas durante los trabajos de campo (para evaluar estos indicadores se tuvo en cuenta la propuesta metodológica de Berón y Scarafoni 1993). Por lo tanto, es posible que la actividad de estos pequenos mamíferos haya desplazado vertical y horizontalmente parte de los materiales. A pesar de que varios taxones de carnívoros se encuentran representados en el sitio, es destacable la escasa incidencia de surcos, hoyuelos, depresiones y otras marcas asociadas a su actividad sobre la superficie de los huesos. Sólo se detectaron tres casos con este tipo de rasgos (0,5%). Un 3,3% (n= 20) de los especímenes óseos presenta manchas de manganeso, en tanto que sólo en un 0,5% (n= 3) se detectó depositación de carbonato de calcio. Por otra parte, tan sólo dos especímenes (0,3%) presentan hoyos de disolución química, en tanto que no se han registrado casos de abrasión sedimentaria. Otra de las variables analizadas fue la fragmentación. La mayoría de los restos óseos se encuentran fragmentados (n= 560; 89,9%) y las fracturas se produjeron principalmente en estado seco (n=523; 93,4%). El 6,1% de los huesos fueron fracturados en estado fresco; de estos, un húmero, una tibia y un metapodio corresponden a guanaco, y la mayoría, a huesos largos de mamíferos. En la Tabla 5 pueden apreciarse las formas primarias de las fracturas frescas, entre las cuales predomina el tipo helicoidal. Este tipo de fracturas se encuentra asociado, en algunos casos, a escotaduras semilunares, lascas adheridas y marcas por contragolpe, que evidencian acción antrópica (Figura 5 a y b). Otras modificaciones normalmente relacionadas con la acción antrópica son la termoalteración y las huellas de corte. Un 30% (n= 257) de los especímenes analizados muestra diversos grados de alteración térmica, siendo la carbonización el grado más frecuente (17%, n= 148). Un 10% (n= 87) de los restos se hallan quemados, y sólo un 3% (n= 22) está ligeramente calcinado. Los restos termoalterados que han sido identificados corresponden a guanaco, cérvido, carnívoros, roedores, dasipódidos y mamíferos indeterminados. Además, más del 52% de los fragmentos de cáscaras de huevos de rheidos fueron afectados por la acción del fuego. También es importante destacar que, al menos en un caso, la termoalteración habría ocurrido cuando el hueso ya se encontraba en estado seco. Así, en una diáfisis de fémur de guanaco se detectó que la cara interna presenta una coloración negra, en tanto que el periostio no está termoalterado, lo cual puede asociarse con este tipo de modificación (Buikstra y Swegle 1989). Por último, se registró la presencia de marcas de corte en 9 especímenes, 4 correspondientes a huesos de mamíferos indeterminados y el resto a diferentes elementos asignados a guanaco: apófisis de vértebras cervicales, costilla, tibia y ectocuneiforme (Figura 5 c, d y e). De acuerdo con su ubicación, algunas de ellas pueden estar asociadas a actividades de desarticulación de las carcasas, mientras que otras podrían vincularse al descarne.

Figura 4.Distribución relativa de los estadios de meteorización (n= 171).

Figura 5.Modificaciones de origen antrópico sobre restos óseos asignados a guanaco. Fracturas helicoidales sobre huesos largos (a), lascados sobre diáfisis de tibia (b) y marcas de corte sobre apófisis de vértebra cervical (c), tibia (d) y ectocuneiforme (e).

Tabla 5. Cantidad de especímenes óseos con distintos tipos de fracturas frescas.

DISCUSIÓN

Con el objetivo de discutir la diversidad taxonómica y anatómica a nivel local, los valores de NISP% para los diferentes taxones y los patrones de abundancia de partes esqueletarias de guanaco de STM5 son comparados con los datos previamente obtenidos (Berón 2004; Salemme y Berón 2004) para el componente superior de STM1, cuya cronología es concordante con la del sitio aquí presentado. Estos sitios se encuentran separados por unos 500 metros y, como ya se mencionó, ambos han sido caracterizados como sitios de actividades múltiples. Como se aprecia en la Figura 6, los taxones presentes en STM1 y STM5 son similares, pero existen diferencias en cuanto a su representación relativa. En ambos sitios, el principal recurso aprovechado ha sido el guanaco, aunque su frecuencia relativa es superior en STM5. El otro artiodáctilo presente en los conjuntos, el venado de las pampas, alcanza la mitad de la frecuencia del guanaco en STM1, mientras que en STM5 sólo está representado por unos pocos especímenes. Berón (2004) y Salemme y Berón (2004) plantearon para el Sitio 1 una tendencia hacia el incremento en la representación de este cérvido, relacionada con una intensificación en el uso de los recursos hacia el Holoceno tardío final. Sin embargo, este incremento no se ve reflejado en STM5. Esto plantea la necesidad de detectar y estudiar una mayor gama de sitios con materiales arqueofaunísticos en la región, con el fin de contrastar la propuesta de intensificación planteada para Pampa occidental. Alternativamente, las discrepancias registradas podrían reflejar diferencias a nivel de la localidad; posiblemente en las actividades desarrolladas en ambos sitios (por ejemplo, sitios de actividades específicas vs. múltiples). Otras diferencias en cuanto a la diversidad taxonómica son la mayor representación de restos óseos de aves y dasipódidos en el STM1 y la mayor frecuencia de roedores en el STM5. Como se senaló, roedores y dasipódidos actuaron como agentes perturbadores del registro arqueológico en STM5, y su presencia podría ser intrusiva. Sin embargo, no se descarta su utilización por parte de los grupos del pasado. En este sentido, es de destacar que un 22% de los restos correspondientes a estos taxones presenta algún grado de alteración térmica, aunque no hay evidencias directas de explotación antrópica, como marcas de corte. Por otra parte, el consumo de dasipódidos está documentado en otros sitios de la región pampeana (Bonomo et al. 2008, entre otros). Escamados, cánidos y félidos están escasamente representados en ambos conjuntos, y su vinculación cultural con el contexto no es clara. Restos de lagarto han sido registrados en varios sitios de la Pampa húmeda, y se ha planteado su utilización como recurso económico a partir de evidencias de procesamiento (Quintana y Mazzanti 2001; Quintana et al. 2003). Si bien los restos de reptiles hallados en Tapera Moreira carecen de evidencias antrópicas, su explotación no puede ser descartada a priori. En cuanto a los carnívoros, es destacable la presencia en STM5 de varios taxones con evidencias de termoalteración (Puma concolor, Lycalopex culpaeus y Conepatus sp.), aunque no es posible aún discernir si ésta se produjo por causas naturales o antrópicas, ya sea en forma intencional o accidental. Será interesante evaluar en un futuro el rol de los carnívoros para los cazadores pampeanos, a la luz de las fuentes etnohistóricas y la evidencia arqueológica registrada en otros sitios de la región (Acosta y Loponte 2010; Bonomo 2006; Prates 2009; Prates et al. 2010). En la Figura 7 se comparan los valores de MAU% para las partes esqueletarias de guanaco presentes en ambos sitios. Para efectuar esta comparación, las partes anatómicas que componen la carcasa fueron agrupadas en distintas categorías de acuerdo con el producto primario que predomina en cada una de ellas (De Nigris y Catá 2005): a) huesos ricos en carne solamente -vértebras, costillas y cinturas-; b) huesos con abundante carne y médula -húmero y fémur-; c) huesos con poca carne y médula -radioulna y tibia-; d) huesos con moderadas proporciones de médula solamente -metapodios-; e) huesos con bajas proporciones de ambos tipos de recurso -tarsianos, carpianos, falanges, atlas y axis-. Una categoría adicional correspondería al cráneo (f), con órganos ricos en grasa. Puede observarse que en STM5 los valores de MAU% más elevados corresponden a los elementos con baja utilidad económica, como astrágalo y falanges (categoría e), lo cual es coherente con la tendencia negativa de la relación entre el MAU% y el IC% que se observa en el gráfico de dispersión de la Figura 4. En contraste, en STM1, si bien esta categoría está bien representada, predominan los elementos con un alto contenido de carne, como la escápula, y aquellos con un alto contenido de carne y médula, como el fémur. Varios factores podrían explicar estas diferencias en la representación de partes anatómicas de guanaco. Por un lado, teniendo en cuenta la utilidad económica de las partes representadas, la funcionalidad del sitio podría ser reevaluada. De este modo, el perfil anatómico del guanaco en STM5 es coherente con una estrategia negativa propia de sitios de matanza y procesamiento primario (Sivertsen 1980). Por otra parte, varios factores, además del rendimiento de carne, pueden condicionar la abundancia de partes esqueletarias. Entre ellos, puede mencionarse la distribución intragrupal de alimentos y las técnicas culinarias. Otro factor que podría explicar la elevada cantidad de elementos del autopodio es el ingreso al sitio de cueros conjuntamente con estos elementos anatómicos. La actividad de procesamiento de los cueros se podría relacionar con la presencia en STM5 de instrumentos líticos como raspadores y con la presencia de pigmentos, que está evidenciada en un fragmento de hueso largo con restos de pintura. Por otra parte, los procesos tafonómicos actuando selectivamente sobre el conjunto óseo influyen en las posibilidades de supervivencia de los diversos elementos. En este sentido, creemos importante considerar, como senala Borrero (2007), el rol del enterramiento selectivo de partes anatómicas pequenas y compactas, como elementos del tarso, carpo y falanges, muy abundantes en STM5.

Figura 6. Comparación de los valores de NISP% para los grupos taxonómicos representados en STM5 y STM1.

Figura 7. Comparación de los valores de MAU% para los elementos correspondientes a Lama guanicoe en STM5 y STM1. Los elementos fueron ordenados de izquierda a derecha de acuerdo con su utilidad económica.

CONSIDERACIONES FINALES

Durante la ocupación de STM5 se produjo el ingreso de restos de distintos animales, principalmente de guanaco. El registro de marcas de corte, fracturas helicoidales y huesos con alteración térmica indica su procesamiento y consumo en el sitio. El resto de los taxones, presentes en menor proporción, no muestra evidencias tan claras de aprovechamiento mas allá de la termoalteración, y su rol económico deberá ser evaluado en el futuro. Múltiples procesos tafonómicos han incidido en la formación del conjunto arqueofaunístico. A partir de los estadios de meteorización de los restos óseos se infiere que los materiales estuvieron expuestos en la superficie del terreno por un tiempo variable. Posiblemente, los huesos pequenos y compactos -como tarsianos, carpianos y falanges, muy abundantes en el sitio- tuvieron mejores chances de entierro y, por lo tanto, de preservación. Por otra parte, la existencia de diversos estadios de meteorización sobre un mismo tipo de elemento alerta sobre la posibilidad de una historia tafonómica compleja con varios ciclos de exposición y entierro de los materiales. En este sentido, sería interesante profundizar el estudio sobre la dinámica de este tipo de ambiente donde se advierte, en determinados sectores, el impacto de cárcavas y otros rasgos de erosión fluvial cuyo efecto puede implicar la remoción y redepositación de las concentraciones arqueológicas (Calmels 1996). La escasa presencia de indicadores comúnmente asociados a la acción hídrica (Gutiérrez y Kaufmann 2007), como las manchas de manganeso y los hoyos de disolución química, y la ausencia de abrasión sedimentaria indican que este tipo de procesos no habrían tenido un efecto importante sobre el conjunto óseo. Las evidencias en relación con la actividad de carnívoros son muy escasas. Aunque los cánidos estaban presentes en el ambiente en el momento de la ocupación del sitio, se considera que su impacto sobre el conjunto óseo no habría sido significativo. Una vez enterrados, posiblemente a lo largo de toda la historia tafonómica del conjunto, los restos fueron alterados por la acción química y mecánica de las raíces, ya sea porque éstas grabaron los restos óseos o porque contribuyeron a su agrietamiento y separación. Las raíces explican en parte el alto grado de fragmentación del conjunto, que ya se encontraba debilitado por la meteorización subaérea. Esto, a su vez, da cuenta de la gran cantidad de restos que no han podido ser identificados anatómica y taxonómicamente. La acción antrópica puede ser otro proceso responsable del alto grado de fragmentación del conjunto, y en este sentido es necesario considerar no sólo la fragmentación de los huesos largos dirigida a la obtención de médula ósea, sino también la fragmentación vinculada a la cocción, ya sea intencional (como la reducción de los elementos para ser hervidos) como no intencional, por la exposición al fuego (Berón 2004). Por otra parte, los cambios en las condiciones de los sedimentos pudieron provocar la depositación de carbonato de calcio sobre la superficie de algunos de los huesos. Los mamíferos cavadores también jugaron un rol importante en la conformación final del conjunto, y provocaron no sólo modificaciones visibles sobre los huesos, sino también desplazamientos verticales y horizontales de los materiales. Si bien las variables tafonómicas estudiadas evidencian la acción de distintos procesos destructivos que habrían actuado sobre el conjunto faunístico, la ausencia de una correlación significativa entre la representación de partes esqueletarias de guanaco y los valores de DMO indican que la destrucción diferencial mediada por la densidad no da cuenta de la conformación del perfil anatómico de esta especie. Por otra parte, la correlación efectuada entre la frecuencia relativa de partes y diversos índices de utilidad económica resultó no significativa, lo que sugiere que el perfil anatómico del guanaco en el sitio no estaría condicionado únicamente a decisiones de transporte basadas en el rendimiento cárnico. A pesar de este resultado estadístico, ha sido posible observar que, contrariamente a lo esperable en un sitio de actividades múltiples, y a diferencia de lo que ocurre en el Sitio 1 de la misma localidad, las partes con menor rendimiento son las más representadas. Este perfil es coherente, como se mencionó, con una estrategia negativa propia de un sitio de matanza y procesamiento primario. Sin embargo, la existencia de restos óseos dispersos, altamente fragmentados y desarticulados, las evidencias de procesamiento y consumo sobre los huesos y la asociación contextual concuerdan con la caracterización funcional de STM5 como sitio de actividades múltiples previamente propuesta sobre la base de la evidencia cerámica y lítica (Berón 2004). Esto sugiere que en futuros estudios será necesario considerar una multiplicidad de factores naturales (como el entierro selectivo) y culturales, además del rendimiento económico, que pudieran haber condicionado este perfil anatómico. Los datos aquí presentados constituyen información novedosa sobre un área con escasas evidencias arqueofaunísticas. Por lo tanto, aportan nuevos elementos para la discusión sobre la explotación de la fauna en la región durante la última parte del Holoceno y constituyen un primer acercamiento a los agentes y procesos que intervienen en la formación de los sitios arqueológicos del área de estudio.

Agradecimientos

A Mónica Berón, por ofrecernos estudiar el material arqueofaunístico de STM5. A los especialistas que han colaborado en la determinación de algunos especímenes óseos: Francisco Prevosti, Germán Moreira, Claudia Tambussi, Jorge Williams, Itatí Olivares y personal de la División de Mastozoología (MLP). Las tareas de laboratorio fueron subsidiadas con los proyectos PICT 26312 y PIP 112, ambos dirigidos por Mónica Berón.

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