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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.13 no.2 Olavarría dic. 2012

 

ARTÍCULO

Las Brusquillas 1 (partido de San Cayetano, provincia de Buenos Aires): un nuevo sitio del Holoceno tardío del área Interserrana de la región pampeana

Agustina Massigoge

Agustina Massigoge. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA), Departamento de Arqueología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Avda. del Valle 5737 (B7400JWI), Olavarría, Argentina. E-mail: amassigo@soc.unicen.edu.ar

Recibido 4 de agosto 2011

Aceptado 27 de octubre 2011

 


RESUMEN

Durante el Holoceno tardío, en la región pampeana aumenta de modo significativo el número de sitios arqueológicos con respecto a momentos previos. No obstante, son escasos aquellos ubicados cronológicamente en los inicios de este periodo (entre 3500 y 2500 años AP). En este contexto, cobra especial relevancia para la arqueología regional el sitio en posición estratigráfica Las Brusquillas 1 (LB1), localizado en el área Interserrana bonaerense, con un fechado radiocarbónico de ca. 3300 años AP para las ocupaciones tempranas. En este trabajo se presentan los resultados del análisis tecnomorfológico de los artefactos líticos y del análisis taxonómico y anatómico de los restos faunísticos correspondientes a esas ocupaciones. Los objetivos son discutir las estrategias tecnológicas y de subsistencia y contribuir a la definición de la funcionalidad de LB1 en momentos tempranos del Holoceno tardío. Las evidencias senalan que los cazadores-recolectores emplearon mayoritariamente ortocuarcita para la manufactura de instrumentos unifaciales y que el principal recurso explotado fue el guanaco (Lama guanicoe), en coincidencia con los hallazgos producidos en otros sitios del área Interserrana con cronología similar. Por último, la información obtenida sugiere que LB1 representa un campamento residencial.

Palabras clave: Cazadores-recolectores; Área Interserrana; Holoceno tardío; Análisis lítico; Análisis faunístico.

ABSTRACT

Las Brusquillas 1, San Cayetano county, Buenos Aires province: a new late Holocene site in the Interserrana area of the pampas region. The frequency of Late Holocene archaeological sites from the Pampas region is higher when compared with previous periods. However, the sites corresponding to the early Late Holocene are scarce. In this context, the site of Las Brusquillas 1, located in the Interserrana area and dated to ca. 3.300 years BP, becomes especially relevant for regional archaeology. The results from the technological and morphological analysis of the lithic material and the taxonomic and anatomical study of the faunal remains are presented in this paper. The objectives are to discuss the technology and subsistence of the hunter-gatherer groups that occupied the site and to contribute to the explanation of its function. The results from Las Brusquillas 1 show that quartzite was the preferred raw material for the manufacturing of unifacial tools, and that the main animal resource exploited was guanaco (Lama guanicoe), in concurrence with archaeological evidences from other sites of similar chronology located in the Interserrana area. In relation to functionality, the evidence indicates that LB1 represents a residential camp.

Keywords: Hunter-gatherers; Interserrana area; Late Holocene; Lithic analysis; Faunal analysis


 

INTRODUCCIÓN

El sitio Las Brusquillas 1 (LB1) integra la localidad arqueológica homónima, emplazada sobre la margen derecha del arroyo Cristiano Chico, en el partido de San Cayetano, provincia de Buenos Aires, Argentina (Figura 1). Hasta el presente, en esta localidad, además de LB1, se han detectado otros tres conjuntos arqueológicos en posición estratigráfica (LB2, LB3 y LB4), así como materiales en superficie dentro del lote donde se ubican estos sitios. Esta localidad fue identificada durante trabajos de prospección realizados en el marco de las investigaciones que se llevan a cabo desde el ano 2004 en una microrregión del sector centro-meridional del área Interserrana, que incluye gran parte del partido de San Cayetano y porciones adyacentes de los partidos vecinos (Massigoge 2007, 2009). El área Interserrana comprende la llanura que se extiende entre los cordones serranos de Ventania y Tandilia, la costa atlántica y la depresión de Carhué, dentro de la subregión Pampa Húmeda (Politis 1986). En esta área, el paisaje es el de una planicie con leves ondulaciones, dominada por morfologías eólicas y con cuencas fluviales de desarrollo incipiente (Zárate y Rabassa 2005). Las rocas aptas para la talla son escasas; su distribución se restringe al litoral atlántico, donde se presentan en forma de cantos rodados de pequenas dimensiones, y a sectores acotados del interior, en forma de afloramientos rocosos pequenos de toba silicificada y metacuarcita (Bonomo 2005; Flegenheimer y Bayón 2002; Madrid y Salemme 1991). No obstante, en las sierras de Ventania y Tandilia, la oferta de recursos líticos es importante y variada, principalmente en el segundo cordón (Flegenheimer y Bayón 2002). En este artículo se presentan los resultados del análisis de los materiales líticos y faunísticos obtenidos en las excavaciones de LB1, y se profundiza en la discusión de los hallazgos correspondientes a las ocupaciones más tempranas del sitio, que han sido datadas en ca. 3300 años AP. Los objetivos son discutir las estrategias tecnológicas y de subsistencia implementadas por los ocupantes de LB1 en momentos iniciales del Holoceno tardío y contribuir a la definición de la funcionalidad durante estas ocupaciones. Por cuestiones de espacio, no se incluyen los resultados del estudio tafonómico y de los procesos de formación, los cuales fueron presentados y discutidos en detalle en Massigoge (2009). El Holoceno tardío (3500-500 años AP) de la región pampeana se caracteriza por un incremento considerable en la cantidad de sitios arqueológicos con respecto a momentos previos, así como por la ocupación de todas las áreas que la componen (Politis y Madrid 2001). No obstante, es reducido el número de contextos con ocupaciones asignadas a los momentos iniciales de este periodo (los primeros 1000 años), por lo cual, una parte importante de lo que se conoce en la actualidad del Holoceno tardío corresponde a los últimos 2500 años. Los investigadores han propuesto que las estrategias de subsistencia para el Holoceno tardío fueron diversas, dependiendo del área que se considere (González 2005; Loponte y Acosta 2004; Martínez y Gutiérrez 2004; Politis y Barros 2006; Quintana y Mazzanti 2001). En términos generales, a nivel regional, se plantea un aumento del número de especies faunísticas explotadas, el aprovechamiento de taxones pequenos, el procesamiento más intensivo de algunos recursos y, posiblemente, el consumo de vegetales (Martínez y Gutiérrez 2004). No obstante, con respecto al área Interserrana, los investigadores destacan que el registro faunístico no manifiesta diferencias en comparación con el del Holoceno medio. En este sentido, se ha propuesto que la principal presa fue el guanaco (Lama guanicoe), mientras que especies menores, como el venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus), los armadillos (Dasipodidae), el nandú (Rhea americana) y la vizcacha (Lagostomus maximus) complementaron la subsistencia (Martínez y Gutiérrez 2004; Politis y Madrid 2001; Salemme 1987). En cuanto a la tecnología lítica, los investigadores han planteado a nivel regional el empleo de una mayor diversidad de materias primas, aunque la cuarcita de grano fino continuó siendo la más utilizada (Bayón et al. 2006). También han propuesto la producción de una mayor variabilidad instrumental y la utilización de diversas técnicas de manufactura de artefactos (Politis y Madrid 2001).

Figura 1. A: Localización del área de estudio dentro de la región pampeana; B: Localización de la localidad arqueológica Las Brusquillas dentro del área de estudio (sector sombreado).

CARÁCTERÍSTICAS GENERALES DEL SITIO

El sitio LB1 se ubica a los 38o 16´ 21" S y 59o 47´ 35" O, sobre una lomada que presenta una pendiente muy leve hacia el valle del arroyo Cristiano Chico, y se encuentra a una distancia aproximada de 200 m de este cauce. Estudios geoarqueológicos y paleoambientales emprendidos recientemente en la localidad, conjuntamente con los Dres. P. Steffan y C. Favier Dubois, indican la presencia durante el Holoceno tardío de un cuerpo de agua somero en el lugar que actualmente ocupa el valle del arroyo. De acuerdo con una serie de perforaciones con barreno, se pudo detectar que el sitio LB1 se encontraba a unos 50 m de distancia de las márgenes de este cuerpo de agua. En el ano 2006, se excavaron 14 cuadrículas de 1 x 1 m, siguiendo niveles artificiales de 5 cm de espesor (excepto los dos primeros niveles, que fueron de 15 cm y 10 cm, respectivamente). El nivel 0 se ubicó a unos 25 cm aproximadamente sobre la superficie del terreno. La totalidad del sedimento extraído se tamizó, mayormente en seco, con una malla de 3 mm de abertura. Durante estos trabajos, se recuperó un total de 1176 artefactos líticos, 5143 restos faunísticos, 10 fragmentos de alfarería, 5 fragmentos de pigmentos minerales, 20 ecofactos líticos, 49 fragmentos de gress y un botón. La secuencia estratigráfica de LB1 corresponde a un depósito de sedimentos eólicos asignado a la Formación La Postrera (sensu Fidalgo et al. 1973), con un horizonte A de suelo desarrollado en la parte superior, muy alterado por el trabajo agrícola en los primeros 30-40 cm. En la mayoría de las cuadrículas se observa en la parte basal, aproximadamente a los 95 cm de profundidad desde el nivel 0, un nivel concrecionado por carbonato de calcio, posiblemente formado por la precipitación de este elemento vehiculizado por las aguas freáticas. Las evidencias arqueológicas presentaban una amplia dispersión vertical a lo largo de la secuencia sedimentaria. A pesar de la distribución continua de los hallazgos y de la ausencia de discordancias sedimentarias, el conjunto se segregó con propósitos analíticos en dos unidades arqueológicas, denominadas Niveles Superiores (NS) y Niveles Inferiores1 (NI), sobre la base de las diferencias en las clases de materiales recuperados en la porción superior e inferior del depósito. En la unidad NS se incluyeron los materiales registrados en el suelo actual, esto es, aquellas evidencias recuperadas en los niveles que se extienden desde la superficie del terreno hasta ca. 60 cm de profundidad desde el nivel 0, siendo variable entre cuadrículas. Dentro de esta unidad se registra la presencia de materiales claramente posthispánicos (fragmentos de gress y botón) junto con tiestos cerámicos, pigmentos minerales, artefactos líticos y abundantes fragmentos óseos (la mayoría de estos últimos se encuentran carbonizados y calcinados y, por su espesor, parecen corresponder a un mamífero grande, del tamano de una vaca o caballo doméstico). Los estudios de los procesos de formación del sitio indican que esta unidad es el resultado de la mezcla, principalmente por la acción del arado, roedores y la vegetación, de evidencias resultantes de ocupaciones prehispánicas ?las cuales se manifiestan más claramente en la unidad subyacente? así como posteriores al contacto hispano-indígena (Massigoge 2009). Por otra parte, en la unidad NI, se incluyeron los materiales recuperados en los niveles que se extienden desde ca. 60 cm de profundidad (desde el nivel 0) hasta el nivel de carbonato. Esta unidad se caracteriza por la presencia de artefactos líticos, restos faunísticos (principalmente de guanaco) y fragmentos de pigmentos. Un fechado C14 sobre un diente de guanaco2 recuperado en la porción inferior del depósito dio una edad de 3334 ? 43 años AP (AA-81453; ?13C= -19,00?) y permite ubicar las ocupaciones representadas en esta unidad en los momentos iniciales del Holoceno tardío. Además de los hallazgos procedentes de las unidades mencionadas, se recobraron materiales dentro de cuevas rellenas (lítico n= 61; fauna n= 354; gress n= 1) y en un rasgo que ha sido interpretado como un pozo de desechos donde se descartaron huesos completos de vaca (lítico n= 5; fauna n= 47, en su mayoría Bos taurus). Los materiales procedentes de estos contextos no fueron incorporados en los resultados que se presentan a continuación, excepto en aquellos casos en que su inclusión se hace explícita.

RESULTADOS DEL ANÁLISIS LÍTICO

El análisis tecnomorfológico de los materiales líticos se realizó siguiendo la propuesta tipológica de Aschero (1975, 1983) para los instrumentos y núcleos, y los lineamientos presentados en el programa "Delco" (Bellelli et al. 1985-1987), para el estudio de los desechos, con algunas modificaciones introducidas por Martínez et al. (1997-1998).

Categorías artefactuales y materias primas

En LB1 se recuperó un total de 1110 artefactos líticos, de los cuales, 506 (45,6%) corresponden a NS y 604 (54,4%) a NI. En ambas unidades se observa un claro predominio de los desechos de talla por sobre los instrumentos y núcleos (Tabla 1). En cuanto a las materias primas, se han registrado diferentes clases de rocas, de las cuales, en ambos conjuntos, domina la ortocuarcita del Grupo Sierras Bayas ?GSB? (Tabla 1). Por otra parte, en NS se han recuperado 13 ecofactos consistentes en pequenos rodados o fragmentos líticos de distintas rocas (arenisca, cuarcita, esquisto, etc.), mientras que en NI se identificaron seis ecofactos de características similares a los anteriores y uno de mayores dimensiones, de arenisca y forma aplanada. Este último se asemeja a algunos artefactos modificados por uso hallados en otros sitios pampeanos que han sido interpretados como sobadores (Bonomo 2005). No obstante, el elemento recuperado en LB1 presenta ambas superficies meteorizadas y no se ha podido determinar si presenta rastros de utilización.

Tabla 1.Categorías generales de artefactos líticos y materias primas en LB1.

Instrumentos

En LB1 se recuperaron 34 artefactos formatizados (Tabla 1). Aquellos de la unidad NS (n= 13) fueron manufacturados principalmente sobre ortocuarcita del GSB y, secundariamente, sobre ftanita, aunque también se utilizó dolomía silicificada y una roca silícea no identificada (Tabla 1). Por su parte, los artefactos formatizados de la unidad NI (n= 21) también fueron confeccionados mayoritariamente sobre ortocuarcita del GSB y, en menor frecuencia, sobre ftanita, y se registró asimismo un instrumento sobre dolomía silicificada (Tabla 1). El conjunto de instrumentos de la unidad NS está integrado por cinco raspadores, tres raederas, un cuchillo de filo retocado y cuatro fragmentos no diferenciados de artefactos formatizados (Tabla 2; Figura 2). Entre los instrumentos enteros y fracturados no significativamente3 (Tabla 3) se observa: 1) mayor frecuencia de instrumentos que presentan más de un filo ?dobles y múltiples? en comparación con aquellos de filos simples; 2) predominio de instrumentos pequenos; 3) mayor representación del módulo de longitud anchura mediano normal; 4) mayor frecuencia de los módulos anchura espesor espeso y muy espeso; 5) utilización de lascas internas como formas-base, en su mayoría de tipo angular; 6) formatización y regularización de los filos mediante lascados en situación unifacial directa en la totalidad de las piezas; 7) alta representación del retoque marginal en la serie técnica. Por otra parte, la muestra de instrumentos de la unidad NI está compuesta por cinco raederas, dos raspadores, un filo bisel asimétrico, una muesca retocada, tres instrumentos compuestos y nueve fragmentos no diferenciados de artefactos formatizados (Tabla 2; Figura 2). Considerando sólo los instrumentos enteros o fracturados de modo no significativo ((Tabla 3) se observa: 1) predominio de instrumentos con más de un filo -dobles y compuestos?; 2) mayor frecuencia de instrumentos de tamaños pequenos y medianos; 3) diversidad de módulos de longitud anchura; 4) mayor representación de los módulos anchura espesor espeso y muy espeso; 5) empleo de lascas internas como formas-base, principalmente de tipo indiferenciado y angular; 6) lascados de formatización y regularización mayormente en situación unifacial directa; 7) predominio dentro de la serie técnica del retoque marginal.

Figura 2. Artefactos formalizados recuperados en LB1. Niveles Superiores: a: FCS.LB1.5231; b: FCS.LB1.5172; c: FCS.LB1.6255; d: FCS.LB1.5342, FCS.LB1.5177, FCS.LB1.5245 (de izquierda a derecha). Niveles Inferiores: e: FCS.LB1.5163; f: FCS.LB1.5241; g: FCS.LB1.5150, FCS.LB1.5671, FCS.LB1.5337 (de izquierda a derecha).

Tabla 2. Grupos tipológicos representados en LB1.

Tabla 3. Atributos tecnomorfológicos de los instrumentos de LB1.

Núcleos

En LB1 se recuperó un total de cinco núcleos. Los dos núcleos procedentes de la unidad NS fueron reducidos de modo bipolar y se encuentran agotados; uno de ellos, de tamano mediano-pequeno, fue elaborado sobre un rodado costero de xilópalo, mientras que el otro, de tamano mediano-grande, fue manufacturado sobre ortocuarcita del GSB. Por otra parte, los tres núcleos de la unidad NI son de ortocuarcita del GSB. Dos fueron reducidos mediante la técnica bipolar y se encuentran agotados, mientras que el restante es de tipo piramidal irregular y de tamano mediano-grande.

Desechos de talla

El total de desechos de talla recuperados en LB1 asciende a 1071. No obstante, la muestra analizada está compuesta por 416 piezas (38,8% del total), correspondientes a la totalidad de los desechos recuperados en planta y una muestra de aquellos procedentes del cernido de sedimentos de cuatro cuadrículas. Como consecuencia de lo anterior, se considera que la representación de los desechos más pequenos se encuentra subestimada en el presente análisis. En cuanto a los desechos de talla provenientes de la unidad NS (n= 182), la mayoría corresponden a ortocuarcita del GSB (90,7%) y los restantes a ftanita (4,4%), cuarcita (4,4%) y chert silíceo (0,5%). En este conjunto es muy bajo el porcentaje de corteza (1,1%), que se registra en dos desechos de cuarcita. Predominan las lascas enteras (28,6%), seguidas por las lascas fracturadas con talón (20,3%), los desechos indiferenciados (18,7%), las lascas fracturadas sin talón (17%) y los desechos no clasificables (15,4%). Entre las lascas enteras de la unidad NS, se observa que las más frecuentes son las angulares (71,2%), seguidas por las planas (17,3%) y las de arista (7,7%); asimismo, se registra una lasca de reactivación directa y una de dorso natural (1,9% cada una). Cabe destacar además el registro, entre las lascas fracturadas con talón, de dos lascas bipolares sobre ortocuarcita del GSB. En cuanto al tamano de las lascas enteras, dominan las muy pequenas y pequenas (57,7% y 34,6%, respectivamente). Los módulos de longitud anchura más representados son el corto-ancho (44,2%) y el mediano-normal (32,7%), mientras que el módulo de anchura espesor más frecuente es el poco espeso (57,7%). Finalmente, entre las lascas enteras y fracturadas con talón (n= 89), los talones lisos son los más abundantes (51,7%), seguidos por los filiformes (16,7%) y los puntiformes (12,4%). En cuanto a los desechos de talla de la unidad NI (n= 234), la mayoría corresponden a ortocuarcita del GSB (91%) y los restantes a diversas materias primas, entre las que se incluye ftanita (3%), toba silicificada (2,1%), cuarcita indeterminada (1,3%), dolomía silicificada y cuarzo (0,4%, cada una); asimismo, cuatro desechos son de rocas no determinadas (1,7%), aunque uno de ellos corresponde a un rodado costero. El porcentaje de corteza es bajo (1,3%), y se registra en un desecho de ortocuarcita del GSB, uno de cuarzo y uno sobre rodado costero. En el conjunto de los desechos de la unidad NI, las lascas enteras, las fracturadas con talón y las fracturadas sin talón aparecen representadas en porcentajes similares (25,6%; 23,1%; 25,6%, en ese orden); en porcentajes menores se registran los desechos indiferenciados (14,5%) y los no clasificables (11,1%). Entre las lascas enteras, dominan ampliamente las angulares (81,7%), seguidas por las planas (10%), las de arista y las secundarias (3,3%, cada una) y, por último, las de reactivación directa (1,7%). La mayoría de las lascas enteras son muy pequenas (51,7%) y pequenas (33,3%). En cuanto a los módulos de longitud anchura, los más representados son el corto-ancho (40%) y el mediano-normal (35%), mientras que el módulo de anchura espesor predominante es el poco espeso (61,7%). Por último, entre las lascas enteras y fracturadas con talón (n= 114), dominan los talones de tipo liso (51%), seguidos por los puntiformes (15%) y los filiformes (13%).

RESULTADOS DEL ANÁLISIS FAUNÍSTICO

El análisis faunístico involucró la cuantificación de la abundancia taxonómica y anatómica, así como la determinación de las clases etarias. Para calcular la abundancia taxonómica, se emplearon el NISP y el MNI (Lyman 1994; Mengoni Gonalons 1999). En la estimación del MNI, se consideró la lateralidad y el estado de fusión de las epífisis. Por otra parte, para la cuantificación anatómica del taxón más abundante en la muestra (Lama guanicoe), se calcularon el MNE, el MAU y el MAU% (Lyman 1994; Mengoni Gonalons 1999). El MNE fue estimado por comparación manual de los especímenes (entre los que se incluían fragmentos de diáfisis), teniendo en cuenta los criterios de fusión y lateralidad; además, de modo complementario, se intentó efectuar remontajes. La representación anatómica de guanaco fue evaluada en relación con diferentes índices propuestos para camélidos sudamericanos (Borrero 1990; Elkin 1995; Mengoni Gonalons 1996). Por último, la identificación de las clases de edad representadas en la muestra de guanaco se realizó considerando el estado de fusión de las epífisis y la secuencia de erupción, reemplazo y desgaste dentario, siguiendo los criterios propuestos por Kaufmann (2009).

Representación taxonómica

En LB1 se recuperó un total de 4742 especímenes faunísticos, incluyendo material óseo, dentario y fragmentos de cáscara de huevo. Gran parte de estos materiales corresponden a la unidad NS (73,2%) y los restantes a la unidad NI (26,8%). Debido a la alta fragmentación que presentan los materiales faunísticos, sólo un 4,6% de los especímenes de NS y un 26% de NI ha podido ser asignado a alguna categoría taxonómica. Un aspecto importante que contribuyó a la alta fragmentación de los restos, particularmente de aquellos de la unidad NS, es la alteración térmica. En este sentido, es importante mencionar que el 71,9% de los especímenes de la unidad NS y el 11,4% de la unidad NI se encuentran quemados (principalmente carbonizados y calcinados), y corresponden en su mayoría a fragmentos de hueso compacto menores a 2 cm. Los estudios de los procesos de formación del sitio han permitido determinar que la gran abundancia de restos faunísticos termoalterados en NS es el resultado del descarte intencional de huesos en fogones y/o de su uso como combustible durante las ocupaciones posconquista representadas en esta unidad. Asimismo, estos estudios indican que los restos quemados recuperados en la unidad NI (en una frecuencia significativamente menor que en NS) también corresponderían a las ocupaciones posconquista y se habrían mezclado con las evidencias más tempranas como consecuencia de la movilización vertical de materiales provocada por la acción del arado y la bioturbación (Massigoge 2009). Como se muestra en la Tabla 4, en la unidad NS se determinó la presencia de, al menos, cinco taxones a nivel de familia o inferior: Lama guanicoe (guanaco), Chaetophractus villosus (peludo), Lagostomus maximus (vizcacha), Ctenomyinae (tuco tuco) y Rheidae. Por otra parte, en la unidad NI se identificaron por lo menos seis taxones a estos niveles: Lama guanicoe, Ozotoceros bezoarticus (venado de las pampas), Chaetophractus villosus, Lagostomus maximus, Rhea americana (nandú) y Ctenomyinae. Comparando ambas unidades se observa que, en términos generales, está presente el mismo repertorio faunístico, con la excepción del registro exclusivo de venado de las pampas y nandú en NI. Asimismo, en esta última unidad, el guanaco aparece representado en una frecuencia significativamente mayor. La especie más abundante en LB1 es el guanaco. Debido a que esta especie es la única representante de su género en la región pampeana durante el Holoceno tardío, los restos identificados como Lama sp. fueron asignados a ella. Considerando la baja frecuencia de guanaco en los NS, así como los resultados del análisis tafonómico, se determinó que los especímenes de esta especie de los NS, al igual que aquellos recuperados en cuevas y en el pozo de desechos, se depositaron conjuntamente con los de la unidad NI (Massigoge 2009). Por consiguiente, para el cálculo del MNI y el análisis de la representación anatómica de este taxón se consideraron conjuntamente los especímenes asignados a Lama guanicoe y Lama sp. de estas distintas unidades (NISP= 162). El MNI de guanaco en el sitio es de cinco, estimado sobre la base del astrágalo, la epífisis distal del húmero y la diáfisis y epífisis distal de la tibia (Tabla 5). Por otra parte, el MNI de venado de las pampas y nandú es de uno en ambos casos. La presencia de huellas de corte (10,7%), marcas de raspado (1,3%) y fracturas de carácter intencional (41,7%; este último porcentaje se calculó considerando sólo huesos largos y falange proximal) entre los especímenes de guanaco, así como de una fractura antrópica en un espécimen de nandú, permiten proponer el procesamiento y consumo humano de estas dos especies en LB1. Asimismo, uno de los restos de venado de las pampas (fragmento distal de metapodio) corresponde a un instrumento óseo, por lo cual el ingreso de esta especie al sitio también se atribuye a la acción humana. Con respecto a los armadillos y roedores, distintas evidencias permiten plantear que se incorporaron el sitio por causas naturales, entre ellas la ausencia de marcas de procesamiento humano sobre restos óseos de estos animales y la presencia de cuevas en el depósito sedimentario (Massigoge 2009).

Tabla 4. Representación taxonómica en LB1.

Tabla 5. Representación anatómica de Lama guanicoe en LB1.

Representación anatómica de guanaco

La recomposición de los especímenes asignados a guanaco permitió estimar un número mínimo de 81 elementos óseos (considerando el elemento completo), así como un total de 15 piezas dentarias. Se encuentran presentes elementos correspondientes a las distintas regiones que componen una carcasa; no obstante, el esqueleto apendicular (MNE= 64; 79%) está claramente mejor representado que el axial (MNE= 17; 21%; no se incluye el material dentario). Las unidades anatómicas más abundantes son el cráneo, el húmero, la tibia, el astrágalo y el calcáneo (Tabla 5; Figura 3). Con el objetivo de evaluar si el patrón anatómico de guanaco podría estar condicionado por la preservación diferencial mediada por la densidad ósea, se comparó la frecuencia de partes (MAU%) con el índice de densidad mineral ósea (DMO) propuesto por Elkin (1995: Tabla 2). Considerando las importantes diferencias identificadas en la densidad ósea entre individuos inmaduros y maduros en distintos estudios experimentales (e.g., Gutiérrez et al. 2010; Symmons 2005), se recalculó el MAU% previamente a su correlación con la DMO, excluyendo los especímenes no fusionados. El total de pares correlacionados fue de 30, ya que los metapodios fueron considerados en conjunto, utilizándose en la correlación los valores de densidad del metacarpo, dado que son mayores que los del metatarso. La correlación entre MAU% y DMO resultó positiva y significativa (rs= 0,53; p= 0,003; Figura 3), lo cual sugiere que el perfil anatómico de guanaco puede estar condicionado por la acción de procesos destructivos mediados por esta propiedad. Esta proposición es apoyada por los resultados del análisis tafonómico, los cuales indican que los restos de guanaco fueron afectados por la meteorización, el deterioro químico y la acción de raíces, roedores y carnívoros (Massigoge 2009). El perfil anatómico de guanaco también fue correlacionado con los índices de utilidad de carne (MUI%; Borrero 1990) y médula (MI; Mengoni Gonalons 1996). Considerando el resultado obtenido en la correlación entre el perfil de partes y la densidad, así como la información tafonómica, se siguió la propuesta de Marean y Cleghorn (2003) de utilizar en la correlación entre MAU% y MUI% sólo los elementos de alta supervivencia (i.e., cráneo, mandíbula y huesos largos). Los huesos largos fueron considerados como unidad, y a cada uno de ellos le fue asignado el mayor MAU% estimado para sus tres segmentos (proximal, diáfisis y distal). Esta correlación arrojó un resultado positivo y significativo (rs= 0,73; p= 0,045; 8 pares correlacionados;Figura 3), lo cual sugiere que la frecuencia en que se registran estas distintas unidades anatómicas puede vincularse con la utilidad cárnica que ofrecen. Por último, la correlación entre la representación de los huesos largos y el índice de médula resultó positiva; no obstante, el resultado no fue significativo en términos estadísticos (rs= 0,779; p= 0,068; 6 pares correlacionados; Figura 3). Los resultados obtenidos en relación con estos dos últimos índices sugieren que el aprovechamiento diferencial de los elementos en función de la oferta variable de ambos productos es uno de los aspectos a considerar al interpretar el perfil de partes de guanaco en LB1.

Figura 3. Representación anatómica de guanaco en LB1. A: Esqueleto de guanaco que muestra la representación de los distintos elementos anatómicos en términos del MAU% (a los huesos largos les fue asignado el MAU% más alto calculado para sus tres porciones); B: Correlación entre MAU% y DMO de camélidos (Elkin 1995); C: Correlación entre el MAU% de los elementos de alta supervivencia y MUI % de guanaco (Borrero 1990); D: Correlación entre MAU% y MI de camélidos (Mengoni Gonalons 1996).

Representación de clases de edad en la muestra de guanaco

El análisis del estado de fusión de los elementos óseos permitió inferir la presencia de, al menos, dos guanacos inmaduros (Tabla 5). Además, la presencia de una diáfisis y una epífisis proximales de radio no fusionadas sugiere que al menos uno de los individuos inmaduros tendría una edad menor a seis meses al morir (nonato o recién nacido). Asimismo, cabe mencionar el registro de otros elementos no fusionados, incluyendo la diáfisis proximal de un húmero, la diáfisis distal de un fémur y su correspondiente epífisis, así como la cabeza de este mismo elemento. Si bien todas estas porciones son de fusión tardía y sólo permiten inferir que el/los individuos representados sería/n menor/es a 30 meses, sus tamanos resultan similares a los correspondientes a un esqueleto de guanaco nonato o cría de la colección comparativa del INCUAPA (FACSO, UNCPBA). Estos elementos no fusionados, así como el radio no fusionado antes mencionado, podrían haber pertenecido a un mismo individuo de muy temprana edad. Por otra parte, el estudio del material dentario realizado por el Dr. C. Kaufmann permitió determinar la presencia de 15 dientes de guanaco, 12 de los cuales corresponden a la maxila (cuatro series integradas por dos dientes cada una y cuatro piezas aisladas) y dos a la mandíbula (dos molares derechos aislados). La pieza restante es un canino, posiblemente de un individuo macho adulto, que podría ser tanto superior como inferior. Una de las series maxilares está integrada por dos molares izquierdos, otra, por el Pd3 y el Pd4 derechos, y las dos restantes, por dos molares derechos. Las piezas aisladas son un Pd4 derecho, un molar derecho, un M3 izquierdo y un posible M1 derecho (este último corresponde a la pieza datada por radiocarbono). Teniendo en cuenta la lateralidad y el estado de desgaste del material dentario, se estimó un número mínimo de dos individuos adultos y dos juveniles/subadultos.

DISCUSIÓN

Como ha sido arriba mencionado, en el sitio LB1 se han recuperado materiales arqueológicos resultantes tanto de ocupaciones asignadas a los momentos iniciales del Holoceno tardío así como posteriores al contacto hispano-indígena. Este trabajo se focaliza en las ocupaciones más tempranas, por lo cual, las evidencias posthispánicas no son discutidas en los párrafos siguientes.

Tendencias en la tecnología lítica

La homogeneidad observada entre los conjuntos líticos de la unidades NS y NI en la representación de clases artefactuales, materias primas y atributos tecnomorfológicos sugiere que podrían tener un origen común, idea que es apoyada por los resultados del estudio de los procesos de formación del sitio. Estos estudios llevaron a plantear que la depositación del conjunto lítico, o gran parte de éste, se produjo durante las ocupaciones prehispánicas representadas en la unidad NI (Massigoge 2009). Como consecuencia, las tendencias en la tecnología lítica discutidas en los párrafos siguientes se derivan de la consideración de la muestra lítica global. En el conjunto lítico de LB1 dominan ampliamente los desechos de talla (96,5%), aunque también se observan instrumentos (3%) y unos pocos núcleos (0,5%). Este conjunto incluye diversas materias primas, las cuales debieron ser transportadas distancias considerables, ya que el área de estudio carece de rocas aptas para la confección de instrumentos. Domina ampliamente la ortocuarcita del GSB (ca. 92%), cuyo abastecimiento pudo haberse realizado en los afloramientos identificados en torno a las localidades de Barker y La Numancia, en el sector centro-sur del sistema serrano de Tandilia (Colombo 2011; Flegenheimer y Bayón 2002), a una distancia mínima de ca. 80 km en línea recta hacia el nor-noreste del sitio. La selección preferencial de esta roca coincide con lo observado en la gran mayoría de los conjuntos arqueológicos del área Interserrana del Pleistoceno final/Holoceno. El énfasis en su elección obedece a diversos motivos, incluyendo su abundancia, su forma de presentación en los afloramientos y su mejor calidad para la talla en comparación con las otras rocas disponibles en la subregión Pampa Húmeda (Bayón et al. 1999). Asimismo, Leipus y Mansur (2007) plantean que la selección de esta roca estaría determinada también por sus propiedades funcionales, ya que permite obtener filos más resistentes y estables, apropiados para el desempeno de una gran diversidad de usos. La ftanita es la segunda roca en importancia (ca. 5%) y su aprovisionamiento pudo haber sido realizado conjuntamente con el de ortocuarcita del GSB en el sector centro-sur de Tandilia. Otra roca registrada en el sitio en muy bajo porcentaje (ca. 0,4%) que también podría proceder de este sector es la dolomía silicificada (Colombo 2011; Flegenheimer y Bayón 2002). No obstante, no se puede descartar que ambas materias primas hayan sido obtenidas en el sector occidental de Tandilia, específicamente en las Sierras Bayas de Olavarría, donde se ha identificado un complejo de canteras y talleres de ftanita y dolomía silificificada (Barros y Messineo 2006), a aproximadamente 150 km hacia el nor-noroeste del sitio. Asimismo, en LB1 se observa un desecho de cuarzo, el cual también podría provenir del mencionado sistema serrano, donde integra el basamento ígneo-metamórfico (Dalla Salda et al. 2005). Otra materia prima presente es la toba silicificada (0,5%), registrada sólo entre los desechos de talla. La fuente potencial más cercana de esta roca es un conjunto de afloramientos menores del sistema serrano de Ventania, que se localiza en los alrededores de la ciudad de A. Gonzáles Cháves en el área Interserrana (Madrid y Salemme 1991), a unos 26 km hacia el noroeste del sitio. Los ocupantes del sitio también utilizaron como fuente de aprovisionamiento los depósitos de rodados del litoral atlántico, localizado a ca. 57 km al sur del sitio. El porcentaje de artefactos sobre rodado costero se encuentra próximo al 0,3%, que coincide con las proporciones muy bajas de esta clase de materia prima registradas en otros sitios pampeanos ubicados a distancias mayores a 35 km de la costa atlántica (Bonomo 2005). Otras materias primas presentes en el sitio en porcentajes aún más bajos son la riolita y el chert silíceo (ca. 0,1%). Algunas de las fuentes potenciales de aprovisionamiento de estas rocas se encuentran a gran distancia, al oeste del sitio. En el sistema serrano de Ventania, se han localizado canteras de riolita en las Sierras de Curamalal, a más de 150 km de LB1 (Oliva y Moirano 1997). No obstante, considerado la mayor cercanía a la costa atlántica, así como la gran abundancia de esta roca entre los rodados costeros (Bonomo 2005), se considera más probable que la riolita presente en un desecho provenga de este sector. Por otra parte, una fuente de aprovisionamiento potencial de chert silíceo lo constituye la Meseta del Fresco, en la subregión Pampa Seca, a más de 500 km de distancia del sitio, en donde se han identificado canteras y talleres de esta roca (Berón 2006). Las materias primas habrían ingresado en general como núcleos, instrumentos, formas-base y, posiblemente, como preformas. En este sentido, se plantea que las actividades de descortezamiento y preparación de los núcleos se efectuaron antes de su arribo al sitio, con la excepción del núcleo sobre rodado, el cual pudo haber ingresado sin previa manufactura. En coincidencia con estas ideas, se observa que los núcleos de ortocuarcita del GSB son muy pequenos y se encuentran en un avanzado estado de reducción. Otro aspecto destacado de estos núcleos es la alta frecuencia de reducción bipolar. El empleo de esta técnica también se verifica entre algunos desechos de esta materia prima. Se considera que la utilización de la técnica bipolar se relaciona con un aprovechamiento intensivo de esta roca en el sitio, en gran parte como consecuencia de la gran distancia hacia las fuentes de aprovisionamiento. El amplio predominio en el conjunto de desechos muy pequenos y pequenos y de módulo poco espeso muestra un mayor énfasis en la realización de actividades vinculadas con la formatización de instrumentos y regularización y mantenimiento de sus filos. No obstante, la presencia de algunos núcleos así como de desechos cuyo tamano se corresponde con el de los instrumentos sugiere que las actividades de talla en LB1 involucraron también la obtención de formas-base para la confección de instrumentos, así como la producción de lascas que pudieron utilizarse sin formatización previa. Como ya se mencionó, hay indicadores en el sitio de talla mediante la técnica bipolar. No obstante, la gran abundancia de talones lisos entre los desechos indica primordialmente el empleo de la percusión directa a mano alzada, y el registro importante de talones filiformes y puntiformes sugiere también la utilización de la talla por presión. Los instrumentos fueron confeccionados mayoritariamente sobre ortocuarcita del GSB y, en forma secundaria, sobre ftanita, dolomía silicificada y una roca silícea no determinada que podría provenir de un rodado costero. Sobre ortocuarcita se confeccionaron raederas, artefactos compuestos, un cuchillo de filo retocado, una muesca retocada y un raspador. La ftanita fue empleada mayormente para la confección de raspadores; la dolomía, para la manufactura de un artefacto compuesto y un raspador; y la roca silícea, para un raspador. Los instrumentos corresponden en su totalidad a artefactos de filo manufacturados en su mayoría mediante lascados unifaciales directos por retoque marginal. Como formas-base se seleccionaron preferentemente lascas internas de tipo angular, de tamaños pequeno y mediano, módulos de longitud-anchura diversos y módulos de anchura-espesor espeso y muy espeso. Predominan los instrumentos con filos dobles, múltiples o compuestos por sobre los de filo simple, lo que evidencia un gran aprovechamiento de los bordes de las lascas. Se considera que este aspecto también podría vincularse con una estrategia de maximización del recurso lítico. Los resultados del estudio funcional de base microscópica de los instrumentos4 llevado a cabo por la Lic. N. Pal indicaron que estos se emplearon en diversas actividades, incluyendo el corte de materiales duros no determinados, el raspado de pieles y materiales blandos de origen animal, el desbaste de madera, el corte y perforado de pieles, el corte de materiales blandos de origen animal y el raspado de hueso. Este estudio reveló que las raederas y los artefactos compuestos fueron instrumentos multifuncionales empleados para la ejecución de diversas tareas, mientras que los raspadores fueron utilizados principalmente para el trabajo de las pieles (Massigoge y Pal 2011). Estas autoras sostuvieron que la presencia de instrumentos multifuncionales podría estar vinculada con la implementación de una estrategia que prioriza la versatilidad (sensu Nelson 1991) en el diseno de los conjuntos instrumentales (cfr. Leipus y Mansur 2007). Los disenos versátiles permiten contar con un amplio rango de opciones de uso con un inventario artefactual limitado y, en consecuencia, son particularmente ventajosos para grupos con alta movilidad residencial en un ambiente carente de materias primas (Nelson 1991 y referencias allí citadas). Resumiendo lo dicho en párrafos previos, el conjunto lítico de LB1 da cuenta de una gran parte de las actividades de la secuencia de manufactura de artefactos. No obstante, las tareas vinculadas a la formatización final y manutención de instrumentos se encuentran mejor representadas. En general, las materias primas habrían ingresado al sitio en un avanzado estado de reducción y fueron intensamente explotadas haciendo uso, en algunos casos, de la talla bipolar.

Aprovechamiento de los recursos faunísticos

El análisis faunístico indica que, durante las ocupaciones prehispánicas representadas en LB1, los cazadores-recolectores aprovecharon tres recursos animales: guanaco, nandú y venado de las pampas. La escasez de restos de estas dos últimas especies indica que fueron recursos complementarios. En cuanto al nandú, el único espécimen registrado es un fragmento de diáfisis con fractura fresca de carácter antrópico, que sugiere el aprovechamiento de carne y médula ósea. Por otra parte, si bien no hay indicios de la explotación del venado de las pampas como recurso alimenticio, se observa el empleo de un hueso para la confección de un instrumento. Claramente, el guanaco fue el principal recurso explotado. El número de especímenes de este camélido supera ampliamente al de las restantes especies y permite estimar el ingreso al sitio de, al menos, cinco individuos. Se ha podido determinar la presencia de dos guanacos adultos, dos juveniles/subadultos y un nonato/recién nacido. El registro de este último individuo sugiere que el sitio fue ocupado entre mediados de la primavera y fines del verano, en coincidencia con la época de parición del guanaco en la actualidad (Larrieu et al. 1979); no obstante, esto no implica que no pueda haber sido ocupado también durante otras estaciones. El bajo número de carcasas obtenidas sugiere que el conjunto de guanaco puede ser el resultado de eventos de caza en pequena escala, mientras que la presencia de un individuo nonato o recién nacido permite proponer que los cazadores predaron sobre grupos familiares. El registro de huellas de corte y raspado en la muestra de guanaco es relativamente alto e indica la realización de actividades de descarne y, posiblemente, desarticulación. Asimismo, la abundancia de fracturas frescas de origen antrópico sugiere el consumo de la médula ósea. Con respecto al patrón anatómico de guanaco, se registra una gran variedad de elementos correspondientes a las distintas regiones que componen una carcasa. Esta gran diversidad anatómica sugiere que los guanacos pudieron haber sido transportados completos o casi completos hacia el sitio. Esta modalidad de transporte coincide con lo observado en estudios etnoarqueológicos, que muestran que en general las carcasas de animales con peso similar a guanaco son transportadas enteras o prácticamente enteras (Monahan 1998 y referencias allí citadas). Si bien la diversidad anatómica es alta, la frecuencia de elementos apendiculares es considerablemente mayor que la de los axiales, dado que predominan ampliamente los huesos largos. La correlación positiva y significativa observada entre la representación anatómica y el índice de densidad mineral ósea permite plantear que este patrón es resultado en parte de la preservación diferencial. A pesar de este sesgo tafonómico en el perfil anatómico de guanaco, se considera que es posible evaluar las estrategias de aprovechamiento analizando la representación diferencial de los elementos de alta supervivencia (Marean y Cleghorn 2003). En este caso, la correlación realizada entre la representación anatómica y el índice de utilidad (Borrero 1990) arrojó un resultado positivo y significativo, lo cual sugiere que la abundancia en que se presentan estos elementos podría estar vinculada a la utilidad cárnica que ofrecen. Por otra parte, la correlación entre la representación de los huesos largos con el índice de médula (Mengoni Gonalons 1996) resultó positiva aunque no significativa. En conjunto, estos resultados sugieren que la explotación diferencial de las distintas porciones de las carcasas de guanaco en función de la oferta variable de ambos productos nutricionales da cuenta en parte de las frecuencias de los elementos esqueletarios en el sitio, entre los que predominan aquellos con alto contenido de carne y médula (i.e., fémur) y aquellos con oferta moderada de carne pero alto volumen medular (i.e., húmero y tibia). Por lo antes dicho, se sostiene que la desigual representación de elementos de guanaco en LB1 es el resultado combinado de distintos comportamientos culturales y procesos naturales que actuaron sobre las carcasas. Entre los primeros, se plantea un mayor énfasis en el transporte hacia el campamento de elementos con mayor contenido de carne y/o médula, aunque esta estrategia no se habría implementado de modo sistemático con todas las carcasas. La baja frecuencia de elementos de las extremidades distales puede ser consecuencia de su abandono en el sitio de matanza y/o procesamiento primario, aunque no se descarta que puedan haber ingresado al campamento y luego ser transportados fuera de éste junto con los cueros a los cuales pueden haber permanecido adheridos. Otro comportamiento que pudo haber condicionado el patrón anatómico de guanaco es el empleo de huesos largos como instrumentos (particularmente metapodios, los cuales se registran en muy baja frecuencia). Por otra parte, la baja representación de elementos axiales poscraneales, tales como vértebras y costillas, parece ser resultado de su destrucción posdepositacional, aunque no se puede descartar totalmente que hayan sido transportadas fuera del campamento como parte de una estrategia de consumo diferido. El repertorio de taxones explotados en LB1, aunque algo más limitado, así como la importancia relativa de cada taxón, coinciden en términos generales con lo observado en gran parte de los sitios del área Interserrana con cronologías similares (e.g., Nutria Mansa 1, Paso Otero 3 y Zanjón Seco 2; Bonomo 2005; Martínez 2006; Politis et al. 2004). Estas evidencias apoyan la propuesta de Gutiérrez y Martínez (2004) de una estrategia económica especializada en la explotación del guanaco hacia fines del Holoceno medio y principios del Holoceno tardío en el área Interserrana. No obstante, el registro faunístico de LB1 no se ajusta completamente al patrón de explotación faunística propuesto por los mencionados investigadores, ya que no se han identificado acumulaciones discretas de huesos de guanaco que indiquen un tratamiento sistemático de las carcasas, así como tampoco evidencias que sugieran organizaciones comunales de caza.

Funcionalidad del sitio

Las evidencias hasta aquí discutidas indican que los cazadores-recolectores que ocuparon LB1 en momentos iniciales del Holoceno tardío realizaron distintas tareas, incluyendo el procesamiento y consumo de guanaco y nandú y la talla de material lítico. Las evidencias faunísticas muestran que los cazadores ingresaron al sitio gran diversidad de partes esqueletarias de guanaco, aunque los resultados del estudio tafonómico senalan que el conjunto recuperado corresponde sólo a una parte del conjunto originalmente transportado hacia este espacio por los humanos (Massigoge 2009). El estudio del conjunto lítico indica el desarrollo de distintas actividades vinculadas a la producción de artefactos, entre ellas, la reducción de núcleos para la obtención de formas-base o filos naturales, la formatización de instrumentos y la regularización y el mantenimiento de sus filos. La variedad de instrumentos recuperados sugiere su empleo en diversas actividades, gran parte de las cuales habrían estado vinculadas al procesamiento de los recursos animales. Teniendo en cuenta el abundante registro de huellas de corte sobre restos óseos de guanaco, Massigoge y Pal (2011) plantearon que algunos de los instrumentos con rastros correspondientes al corte de materiales duros y al raspado sobre hueso pudieron haber sido utilizados durante las actividades de desarticulación y descarne de las carcasas. Por otra parte, la abundancia de raspadores, así como los resultados del estudio funcional indican el desarrollo en el sitio de actividades de raspado, entre las cuales se ha postulado la preparación de los cueros de guanaco (Massigoge y Pal 2011). En relación con esto último, cabe destacar el hallazgo de un posible sobador, la presencia de distintos fragmentos líticos que pudieron haber sido agregados como partículas abrasivas durante las tareas de sobado y, por último, la presencia de rocas colorantes, ítems que en su conjunto podrían estar vinculados al procesamiento de pieles (Mansur et al. 2009; Massigoge 2009). Asimismo, el análisis de rastros de uso reveló que se llevó a cabo el procesamiento intensivo de pieles en estado fresco y seco, incluyendo la realización de actividades de raspado, corte y perforación y que, en algunos casos, se recurrió al empleo de abrasivos. Finalmente, este análisis puso en evidencia que algunos de los instrumentos líticos de LB1 se emplearon para el trabajo sobre madera, lo que sugiere que en este sitio se pudo haber llevado a cabo la manufactura y/o el mantenimiento de artefactos sobre esta materia prima (Massigoge y Pal 2011). La caracterización más detallada de las actividades realizadas en LB1 lograda al articular los resultados del estudio del material faunístico y del análisis lítico tecnomorfológico y funcional permitió avanzar en la definición de la funcionalidad de este sitio. Massigoge y Pal (2011) plantearon que el procesamiento intensivo de pieles, algunas de ellas secas, así como la manufactura de artefactos de madera sugieren que la unidad NI de LB1 sería el producto de ocupaciones de carácter residencial. Sin embargo, LB1 presenta una menor diversidad artefactual y faunística con respecto a otros sitios del área Interserrana con cronologías similares que han sido caracterizados como campamentos residenciales donde se llevaron a cabo múltiples actividades (e.g., Nutria Mansa 1, Paso Otero 3 y Zanjón Seco 2). Teniendo en cuenta esta diferencia, así como los resultados del análisis de las distintas evidencias recuperadas, Massigoge y Pal (2011) postularon que este sitio podría corresponder a ocupaciones de carácter residencial durante las cuales una de las actividades centrales fue el procesamiento de pieles de guanacos. Por otra parte, hay algunos indicadores que, tomados en conjunto, permiten proponer que la/s ocupaciones del sitio por grupos cazadores-recolectores habrían sido de corta duración y poco redundantes, entre ellos: baja densidad de materiales arqueológicos, baja diversidad taxonómica, reducido número de carcasas explotadas, ausencia de artefactos que "equipan sitios" o núcleos de grandes dimensiones y ausencia de evidencias de diferenciación interna del espacio (e.g., pilas óseas y pozos de desechos). La menor intensidad de uso de este espacio puede explicar en parte, más allá de las diferencias en las actividades realizadas, las discrepancias entre LB1 y los otros sitios arriba mencionados correspondientes a los momentos iniciales del Holoceno tardío. Finalmente, se considera que, al menos parte de las ocupaciones del Holoceno tardío representadas en LB1 ocurrieron durante la primavera y/o el verano, como lo indica la presencia de un individuo nonato/recién nacido de guanaco (Larrieu et al. 1979). No obstante, la discusión sobre la funcionalidad y estacionalidad del sitio permanece abierta y las hipótesis arriba planteadas deben ser evaluadas en mayor profundidad mediante la ampliación del área excavada y el análisis de nuevas líneas de evidencias.

CONCLUSIONES

El sitio Las Brusquillas 1 es el resultado de una compleja historia de formación, que involucra la ocupación de este espacio por grupos humanos en distintos eventos ocurridos tanto en momentos prehispánicos como en tiempos posteriores al contacto hispano-indígena. Este trabajo se ha focalizado en las ocupaciones más tempranas de este sitio representadas fundamentalmente en la unidad inferior (NI). En términos generales, las evidencias recuperadas permiten proponer la ocupación humana de este espacio próximo a un cuerpo de agua en momentos iniciales del Holoceno tardío, en torno al 3300 AP. Los cazadores-recolectores pudieron haber sido atraídos a esta localidad por la disponibilidad de agua y recursos animales asociados. Las ocupaciones representadas en la unidad NI serían de carácter residencial, aunque breves y no muy redundantes. Asimismo, se propone que gran parte de las actividades realizadas habrían estado vinculadas con la explotación del guanaco, el cual constituyó la principal presa seleccionada por los cazadores-recolectores. Teniendo en cuenta el emplazamiento del sitio en las adyacencias de un cuerpo de agua, así como la presencia de elementos de las distintas porciones en que puede segmentarse una carcasa durante el procesamiento primario, se plantea que los guanacos pudieron haber sido cazados en las inmediaciones y transportados hacia el sitio con mínimo procesamiento previo (e.g., evisceración y descarte ocasional de porciones de baja utilidad). Entre las tareas desarrolladas en el sitio vinculadas a la explotación de este recurso, se destaca el consumo de carne y médula ósea, así como el procesamiento intensivo de pieles. Otros recursos animales utilizados por los habitantes del sitio fueron el nandú y el venado de las pampas, aunque se propone que el aprovechamiento de estos recursos fue secundario. Para el procesamiento de sus presas y la realización de otras actividades (trabajo de pieles, madera, etc.), los ocupantes del sitio disponían de un equipo instrumental confeccionado con anticipación. Este equipo incluía diversos tipos de instrumentos fácilmente transportables, algunos disenados para ser empleados en actividades específicas (e.g., raspadores) y otros con disenos versátiles que permitían desarrollar múltiples actividades (e.g., raederas y artefactos compuestos). Formaban parte también del toolkit, formas-base y núcleos preparados, los cuales hacían posible la producción en el sitio de nuevos instrumentos o lascas con filos naturales. En coincidencia con lo anterior, los desechos presentes en el sitio indican la manufactura de instrumentos así como la reactivación de sus filos. La principal roca utilizada fue la ortocuarcita del GSB, la cual debió ser transportada desde largas distancias, ya que los afloramientos más próximos a LB1 se encuentran en el sistema serrano de Tandilia, a unos 80 km del sitio. La gran distancia que separa LB1 de las áreas de abastecimiento de rocas aptas para la talla puede explicar en parte la preparación anticipada del instrumental lítico, así como el empleo de una estrategia de aprovechamiento intensivo de materias primas, la cual se evidencia en la utilización de la técnica bipolar sobre ortocuarcita del GSB y en el gran aprovechamiento de los bordes de las lascas para producir filos.

Agradecimientos

Este trabajo formó parte del proyecto doctoral de la autora llevado a cabo con una beca Doctoral Interna de CONICET y desarrollado en el marco del programa INCUAPA (FACSO, UNCPBA). Fue subsidiado por CONICET (PIP 5816) y ANPCyT (PICT 04-12776). Quiero agradecer a mis directores de Tesis Doctoral, María A. Gutiérrez y Gustavo G. Politis, por todo el apoyo brindado y sus acertadas correcciones. Ellos, así como Laura Miotti, Luis A. Borrero y Adolfo Gil contribuyeron a mejorar el capítulo de tesis que dio origen a esta publicación. Quiero agradecer también a Pablo Messineo y Paula Barros por la lectura crítica de este manuscrito así como por sus valiosas sugerencias. Asimismo, deseo agradecer a la Municipalidad de San Cayetano y, especialmente, a los vecinos Oscar Oldano, Betty Queipo, Jorge Dip y Mario Valentini por el apoyo logístico durante los trabajos de campo. También a Ricardo Belloni, quien tan generosamente nos permitió trabajar dentro de su establecimiento agropecuario. Por último, quiero agradecer a M. Medina y a dos evaluadores anónimos, quienes ayudaron a mejorar considerablemente este trabajo. No obstante, las ideas vertidas en él son de exclusiva responsabilidad de la autora.

NOTAS

1.- Correspondiente a la unidad denominada Componente Inferior en trabajos previos (Massigoge 2009; Massigoge y Pal 2011).

2.- Número de catálogo: FCS.LB1.125; cuadrícula: 103/202; nivel de excavación: 75-80 cm.

3.- Se considera que los instrumentos se encuentran fracturados no significativamente cuando se conserva más del 90% de la pieza original.

4.- El análisis funcional se realizó sobre 25 instrumentos, incluyendo la totalidad de los enteros y aquellos fragmentados que conservan como mínimo un filo de 2 cm de longitud con una morfología rectilínea y levemente convexa.

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