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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.15 no.2 Olavarría dic. 2014

 

ARTÍCULOS

Contexto paleoambiental durante el Pleistoceno tardío/ Holoceno tardío de la Localidad Arqueológica Lobería I (borde oriental de las sierras de Tandilia, Buenos Aires, Argentina): el aporte de los indicadores biosilíceos

 

María de los Milagros Colobig

María de los Milagros Colobig. Laboratorio de Paleobotánica. Centro de Investigaciones Científicas y de Transferencia de Tecnología a la Producción (CICyTTP- CONICET). Dr. Materi y España s/n (E3105BWA), Diamante, Entre Ríos, Argentina.
E-mail: mcolobig@cicyttp.org.ar

Recibido 20 de noviembre 2012.
Aceptado 21 de mayo 2013


RESUMEN

En este trabajo se presentan los resultados del análisis de microfósiles biosilíceos de secuencias sedimentarias de la Localidad Arqueológica Lobería I, Sierras de Tandilia oriental (Buenos Aires, Argentina). Se analizaron tres perfiles, dos de los cuales se ubican en el interior de un reparo rocoso (sitio 1 de la localidad arqueológica) y el restante representa un sitio a cielo abierto, en la margen del Arroyo Las Flores, en la zona interserrana, sin evidencias de influencia antrópica. Los indicadores biosilíceos permitieron estimar que hacia la transición Pleistoceno-Holoceno se establecieron condiciones climáticas más frías y áridas que fueron cambiando hacia condiciones más cálidas y húmedas durante el Holoceno temprano por condiciones más cálidas y húmedas en general, con picos intercalados de aridez y humedad. Se establecieron diferencias entre los dos perfiles muestreados en el sitio arqueológico y el perfil del sitio a cielo abierto, aunque este último presentó ciertas semejanzas con el perfil más expuesto a condiciones medioambientales del sitio arqueológico. Los registros biosilíceos relevados en los perfiles posibilitaron estimar variaciones microambientales particulares del reparo y microrregionales, y tendencias generales que se encuadran en los modelos regionales. Estos indican mayor aridez y climas más fríos durante los inicios del Holoceno, y condiciones más cálidas y húmedas pero con oscilaciones de las condiciones de humedad, principalmente hacia el Holoceno medio.

Palabras clave: Paleoambiente; Sierras de Tandilia; Pleistoceno tardío; Holoceno; Microfósiles biosilíceos.

ABSTRACT

Paleoenvironmental context during the late pleistocene / late holocene in lobería i archaeological locality (eastern Tandilia range, Buenos aires, Argentina): the contribution of biociliceous indicators. In this paper, the results of the analysis of biosiliceous microfossils in the sedimentary sequences of Lobería I archaeological site, Eastern Tandilia range (Buenos Aires, Argentina), are presented. Three profiles were analyzed, two of which are located inside a rockshelter (site 1 of Lobería I) and the third from an open air site on the banks of the Las Flores stream in a mountain valley, with no evidence of anthropic influence. Biosiliceous indicators enabled an interpretation that the Pleistocene-Holocene transition included cold, dry weather, which was progressively replaced towards the Holocene by warm and humid conditions, interspersed with peaks of aridity and humidity. The two sampled profiles were differentiated at different points of the archaeological site and the profile was taken from the open air site, although the latter presented some similarities because of a more exposed site profile. Biosiliceous records enabled micro-regional variations and individual microenvironments in the rockshelter to be estimated, as well as general trends that fit within regional paleoenvironmental models. Such models indicate increased aridity and a colder climate during the early Holocene, and warmer and wetter conditions , although with fluctuations in humidity, towards the middle Holocene.

Keywords: Paleoenvironement; Tandilia range; Late Pleistocene; Holocene; Siliceous microforssils.


 

INTRODUCCIÓN

La escasez de restos vegetales preservados en los contextos arqueológicos de la región pampeana argentina dificulta la aplicación de varios de los análisis con que cuentan los estudios arqueobotánicos para el conocimiento de los recursos botánicos existentes. Por un lado, las comunidades naturales, específicamente en la denominada Pampa húmeda, se han reducido a los enclaves montañosos de las sierras por la intensa actividad agrícola desde comienzos del siglo veinte (Burkart 1975). Por el otro, las condiciones medioambientales de la región, con niveles considerables de humedad, son poco propicias para la preservación del material arqueológico vegetal.
En los últimos años se han realizado estudios de polen, almidones y fitolitos en la región (Babot 2007; Grill et al. 2007; Quattrocchio, et al. 2008; Osterrieth et al. 2008; De Porras et al. 2009, entre otros). Estos últimos son los microfósiles que se han encontrado en mayor abundancia y aportan información local tanto paleoambiental como sobre el uso de las plantas. Por su naturaleza mineral, los fitolitos son altamente resistentes y, en consecuencia, aptos para el estudio de vegetales en los sedimentos arqueológicos de estos contextos. Su baja tasa de deterioro permite su identificación aun cuando las plantas hayan sido manipuladas por los grupos humanos (Zurro 2006). Su gran resistencia también les permite perdurar largo tiempo en distintos tipos de depósitos, en secuencias del Cuaternario (Piperno y Jones 2003; Capdepont et al. 2005; Piperno et al. 2007), del Mioceno (Stromberg 2004), del Eoceno (Zucol et al. 2010) y hasta del Paleoceno (Brea et al. 2008), lo cual resulta de gran importancia y aporta una evidencia concreta para los estudios paleoambientales que contextualizan ocupaciones humanas tempranas.
La aplicación de los análisis de fitolitos en las sierras de Tandilia, desde hace más de diez años, ha proporcionado una base de información calificada tanto para la interpretación paleoambiental, como de las evidencias de intervención antrópica (Osterrieth et al. 2000; Zucol et al. 2002, 2007, 2008, 2012; Colobig y Zucol 2008; Colobig et al. 2009 a y b; Colobig 2011, 2012). El objetivo de este trabajo es presentar los resultados del análisis de microfósiles biosilíceos en sedimentos del área de influencia del sitio arqueológico Lobería I (sitio 1) y margen del arroyo Las Flores, que se realizaron con el fin de establecer condiciones paleoambientales comparables entre ambos contextos. La comparación intersitios a escala regional permite plantear nuevos interrogantes sobre las condiciones paleoambientales de los espacios habitacionales y su contexto.
En la región pampeana, estos estudios adquieren gran potencial para indagar la distribución de microambientes, por lo cual se ha buscado también vincular esta información con las estimaciones realizadas para la región mediante diferentes proxys (Osterrieth et al. 2000, 2008; Babot 2007; Grill et al. 2007; Quattrocchio, et al. 2008; De Porras et al. 2009).

EL ÁREA DE ESTUDIO

La localidad arqueológica Lobería I (37° 58' 18, 11'' Lat. S, 58° 29' 35, 94'' Long. O) está constituida por un conjunto de sitios ubicados en el sector nororiental de un cerrito conformado por grandes bloques de ortocuarcitas de la Formación Balcarce (Figura 1). Está ubicada en las Sierras de Tandilia oriental, en el sector sur de la sierra La Larga (partido de Lobería). El sitio 1 de la localidad Lobería I es una cueva de 24 m2 aproximadamente, con una matriz sedimentaria de 2,10 m de profundidad (Colobig y Zucol 2008; Mazzanti et al. 2010), en la cual se registraron ocupaciones humanas desde el Holoceno temprano hasta el Holoceno tardío.


Figura 1.
Mapa de ubicación de la región y de los perfiles estudiados.

El Arroyo Las Flores se encuentra situado a aproximadamente 400 m, en dirección NE de la localidad arqueológica Lobería I y, al igual que gran parte de los elementos fluviales del sector oriental de Tandilia, se demarca de acuerdo con las características propias del paisaje local, que corresponde a un relieve de lomadas bajas, que son características del sistema de Tandilia en esta región. Estratigráficamente está integrado por depósitos loésicos originados por los ciclos eólicos del Pleistoceno tardío y Holoceno, depósito de origen volcaniclástico (Teruggi 1957) que proviene de la región andina, ubicada al oeste y sudoeste del área (aproximadamente 1000 km). Estos depósitos eólicos han sido denominados, en regiones aledañas, Médano Invasor (Tapia 1937), formación Las Ánimas (Rabassa 1973), formación La Postrera (Fidalgo y Tonni 1981), aloformaciones Médano Invasor y E1 (Martínez 2001).

Perfil arroyo Las Flores
En el perfil del arroyo Las Flores se definieron unidades estratigráficas informales sobre la base de sus características de textura, color, forma, tipo de límites, estructuras sedimentarias, grado de compactación y rasgos pedológicos (Figura 2).


Figura 2.
Características sedimentológicas, unidades sedimentológicas (Us) y horizontes pedológicos considerados y ubicación de las muestras obtenidas en los tres perfiles estudiados.

La secuencia aflorante en las márgenes del arroyo presenta depósitos eólicos parcialmente afectados por pedogénesis, típicos del Pleistoceno tardío-Holoceno (Martínez 2001). Se diferencian dos unidades estratigráficas informales, que pueden describirse de piso a techo como:
Unidad 2 (53 cm de espesor, muestras 1473-1474): corresponde al material parental del suelo actual. Son sedimentos eólicos, asignables a la aloformación Médano Invasor (Martínez 2001). Según Martínez, esta aloformación abarca el lapso aproximado de 13.000- 8500 años AP. El paleoclima corresponde a las condiciones áridas a semiáridas, vinculadas al Pleistoceno tardío y al Holoceno temprano.
Unidad 1 (83 cm de espesor, muestras 1475-1479): corresponde al suelo actual (argiudol típico), con buen desarrollo del horizonte iluvial. Podría correlacionarse tentativamente con la aloformación E1, de edad holocena (Martínez 2001; Colobig et al. 2009b).

Lobería I. Sitio 1
En cuanto a la matriz sedimentaria del sitio, posee un relleno proveniente de aportes exógenos y movimientos internos, con bloques de ortocuarcita desprendidos de las paredes y techo, que se encuentran principalmente dispuestos en el sector medio-norte del reparo. Por otra parte, en el área inmediatamente externa se presentan bloques de ortocuarcita de mayor tamaño que pueden haber conformado antiguamente la continuación del techo del abrigo. Estos bloques, una vez desprendidos, han reparado el sector N del recinto, lo cual, sumado a la ubicación de este, permite suponer a priori condiciones microambientales diferenciales.
En estudios geológicos previos se identificaron siete unidades aloestratigráficas (US) (Figura 2) correlacionables en dos sondeos, a excepción de la US3, de origen estrictamente antrópico, que corresponde a una acumulación de material clástico con abundantes fragmentos óseos, que se acuña hacia el sector S del reparo. Sedimentológicamente la secuencia es grano-decreciente, lo que indica una disminución de la energía del ambiente desde el Pleistoceno tardío al Holoceno tardío, los cuales se describen en forma más detallada en Mazzanti et al. (2010).

MATERIALES Y MÉTODO

En el sitio se relevaron los contextos arqueológicos superpuestos y se completó la columna cronoestratigráfica sumando diez fechados radiocarbónicos procesados por medio de AMS en la Universidad de Arizona (USA) (Mazzanti et al. 2010). Se seleccionaron dos perfiles dentro de las cuadrículas del sitio, y se totalizaron 21 muestras. La numeración 1534-1545 corresponde al Perfil 1 (P1), y la 1629-1639, al Perfil 2 (P2) del repositorio mencionado. Estas fueron obtenidas de acuerdo con las características de las unidades sedimentarias y/o con la importancia del nivel arqueológico, con una equidistancia promedio de 10 cm. En la margen del arroyo Las Flores se muestreó un perfil representativo de 1,36 m de potencia en forma equidistante cada 20 cm, de acuerdo con los parámetros sedimentológicos del perfil, totalizando 7 muestras que de base a techo se corresponden con la numeración 1473- 1479 del repositorio de muestras del Laboratorio de procesamiento de material sedimentario (CICYTTP-Diamante).
Las muestras fueron procesadas según el protocolo descripto en Zucol et al. (2010), que consiste en la eliminación de sales solubles y de carbonatos, la desagregación de los componentes clásticos y la posterior eliminación de materia orgánica, barnices y/o cementos del material remanente o "muestra limpia".
Luego se realizó una separación granulométrica en la cual la fracción gruesa y muy gruesa (mayor de 250 μm de diámetro) se obtuvo por tamizado; mientras que la fracción fina obtenida por el tamizado previo (menor a 53 μm de diámetro) se subdividió en una fracción fina y otra muy fina (5- 53 μm y menor a 5 μm de diámetro, respectivamente) por sifonado. La separación densimétrica de la fracción 5- 250 μm se realizó utilizando solución acuosa de politungstato de sodio (ajustado a una dens. 2,345) como líquido pesado, separando la porción de material liviano y pesado de cada fracción (5- 53 μm y 53- 250 μm). El material resultante se montó para su observación microscópica, tanto en medio líquido para observación tridimensional de los cuerpos, como en preparados permanentes con bálsamo de Canadá para recuentos y archivo de colección.
El recuento total realizado por muestra fue de 400 fitolitos, número que resultó superior a la muestra mínima representativa en los casos estudiados. Para las observaciones y recuentos se utilizó un microscopio óptico Nikon Eclipse E 200, mientras que las microfotografías fueron tomadas con una cámara Nikon Coolpix S4 acoplada a este microscopio.
En cada muestra se realizó la determinación y cuantificación de fitolitos. Para la descripción de la variabilidad se utilizó una clasificación ad-hoc de morfotipos fitolíticos definidos sobre la base de los descriptores y clasificaciones morfológicas previas, siguiendo el ICPNWG (2005) y las pautas clasificatorias de Twiss et al. (1969), Bertoldi de Pomar (1971), Twiss (1992), Kondo et al. (1994), Zucol et al. (2010) y Patterer et al. (2011), autores que además se tuvieron en cuenta para establecer las asociaciones botánicas de los morfotipos diagnósticos. A partir de los recuentos se obtuvieron las abundancias relativas de los morfotipos por muestra, y se conformó una matriz básica de datos por perfil, con el fin de analizarlos comparativamente. Para realizar los diagramas fitolíticos se utilizó el paquete de software POLPAL, Numerical Analysis program (Walanus y Nalepka 1999a, 1999b, 2002; Nalepka y Walanus 2003), que grafica las abundancias de los morfotipos en cada uno de los niveles de los perfiles. Se consideraron en cada una de las muestras los microfósiles silíceos no fitolíticos, y se discriminó la presencia de diatomeas, espículas de espongiarios, estomatocistes de crysostomatáceas y radiolarios. Con la finalidad de enmarcar los estudios fitolíticos, y debido a la complejidad taxonómica, los microrrestos no fitolíticos se contabilizaron a nivel de grupos, mientras que los detalles de algunos de ellos se obtuvieron a partir de trabajos de especialistas (Jannou 2007; Hassan 2012).
Para el análisis paleoambiental se utilizaron los índices de humedad y temperatura, de acuerdo con Twiss (1992), a saber:

Los morfotipos que no se consideraron para el cálculo de los índices se ubicaron en N (y se encuentran descriptos en Patterer et al. 2011). Las características ambientales se estimaron de acuerdo con los valores de los índices de temperatura (IT) y humedad (IH) (modificado de Del Puerto et al. 2006, Tabla 1), obtenidos a partir de los porcentuales relativos de fitolitos pooides (F): pooides (Ro01, Ro02) y los festucoides (Sc01 y Sc02); panicoides (P): Ch01, Ch02, Ha01, Ha02, Ha03, Ha07, Ha08, Ha09, Ha10, Ha11 y chloridoides (C): Sm01, Sm02 y Sm03. Para la implementación de los análisis estadísticos multivariados se utilizó el programa PAST (Paleontological Statistics; Hammer et al. 2001, 2007), y particularmente el análisis de componentes principales (PCA), usado para establecer, según cada componente, los aportes a la variabilidad de los diferentes morfotipos en las similitudes de las asociaciones fitolíticas de las muestras.

Tabla 1. Índices de Temperatura y humedad.

* Características ambientales estimadas de acuerdo con los valores de los índices de temperatura (IT) y humedad (IH) (modificado de del Puerto et al. 2006), obtenidos a partir de los porcentuales relativos de fitolitos pooides (F): pooides (Ro01, Ro02) y los festucoides (Sc01 y Sc02); panicoides (P): Ch01, Ch02, Ha01, Ha02, Ha03, Ha07, Ha08, Ha09, Ha10, Ha11 y chloridoides (C): Sm01, Sm02 y Sm03.

RESULTADOS

Distribución de microfósiles en los perfiles
En términos generales, las secuencias estratigráficas del sitio arqueológico presentaron una marcada abundancia de microfósiles silíceos en todas sus muestras. Las asociaciones se caracterizaron por poseer restos fitolíticos principalmente de origen graminoide – prismáticos (Figura 3, 29-31), conos truncados (Figura 3, 13-17); aguzados (Figura 3, 25-28) en asociación con diatomeas (Figura 3, 45), estomatocistes de crysostomatáceas, espículas de esponja y radiolarios.


Figura 3.
Elementos biosilíceos, fitolitos no diagnósticos y diagnósticos (con sus afinidades botánicas) observados en los perfiles estudiados. Escala: 20μm.

Perfil 1 (P1)
Como resultado del análisis cuantitativo de las asociaciones en las muestras basales (1545-1543) de este perfil (Tabla 2, Figura 4-1) se observó que los elementos graminoides no diagnósticos como los aguzados, los cilíndricos (Figura 3, 32), los de forma de abanico, los prismáticos y los poliédricos en general se incrementan. Lo mismo ocurre con los elementos diagnósticos como las formas en sillas de montar, los globulares (Figura 3, 11-12), los de forma de conos truncados y los redondeados. La sección media del perfil está caracterizada por fluctuaciones de todos los elementos en general, con un pico de la mayoría de los morfotipos en la muestra 1540 (ca. 3100 años AP, inicios del Holoceno tardío), en la cual todos los elementos observados en el diagrama se incrementan, excepto los bacilares y los elongados, que son escasos a lo largo del toda la secuencia. Los fitolitos afines a gramíneas panicoides (bilobados) (Figura 3, 1-3) presentan un aumento en su abundancia en las muestras que se corresponden con el Holoceno medio (1540-1542, Tabla 2); y en la muestra 1534 figuran en el tope de la secuencia. Una tendencia similar se presenta en los elementos irregulares (de afinidad ciperoides), registrados entre las muestras 1542-1540 y en la muestra 1535. Los elementos en forma de sillas de montar (chloridoides) tienen su abundancia máxima en la muestra 1540 y otro incremento en la muestra más superficial de la secuencia (Figura 3, 8). Se manifiesta una complementariedad entre la preponderancia de morfotipos de afinidad panicoide en la zona intermedia y un reemplazo de esta preponderancia hacia los sectores subyacente y suprayacente por elementos de afinidad pooide-festucoide (Figura 3, 20, 18).

Tabla 2. Recuentos de microfósiles biosilíceos por muestra analizada del perfil 1.

* Pooides (F): pooides (Ro01, Ro02) y festucoides (Sc01 y Sc02); Panicoides (P): Ch01, Ch02, Ha01, Ha02, Ha03, Ha07, Ha08, Ha09, Ha10, Ha11 y Chloridoides (C): Sm01, Sm02 y Sm03.


Figura 4.
Diagrama con la distribución de los principales microfósiles fitolíticos y no fitolíticos (en recuentos −negro− exageración mediante un factor 5 −gris−) en los Perfiles 1, 2 y A.

En cuanto a los elementos no fitolíticos, las mayores abundancias se observan en la sección mediasuperior del perfil. Los mayores números de diatomeas (Figura 3, 43) y estomatocistes (Figura 3, 38) se registran en momentos contemporáneos, durante el Holoceno tardío, mientras que las espículas están ausentes en concordancia con la mayor abundancia de diatomeas. Los radiolarios (Figura 3, 46- 47) son elementos de origen antrópico, lo cual fue analizado en Colobig (2011, 2012).

Perfil 2 (P2)
De acuerdo con las cuantificaciones de este perfil (Tabla 3, Figura 4- 2), las formas no diagnósticas, aguzadas, bacilares, en abanico (Figura 3, 35- 37) y poliédricas (Figura 3, 33-34) decrecen principalmente en la sección inferior; mientras que a partir de la muestra 1631 crecen los morfotipos en abundancia y variabilidad. En cuanto a las formas diagnósticas, las muestras basal y superficial (1629 y 1639) presentan incrementos en el grupo de elementos festoneados (festucoide), con un aumento en el nivel fechado en el inicio de Holoceno tardío (muestra 1631). Durante este período se observa un descenso en el grupo de los fitolitos de tipo festoneados y redondeados (pooide-festucoide) (Figura 3, 19, 21), a la vez que aumentan los morfotipos bilobados -asignables a panicoides- (1633 y 1636 tienen las mayores abundancias; Figura 3, 6-7). Mientras que las formas en sillas de montar (chloridoides) (Figura 3, 9) se registran con un marcado aumento hacia el Holoceno temprano y se ausentan en el nivel con el mayor número de diatomeas. En el Holoceno temprano también se registran las mayores abundancias de elementos bilobados –afines a dicotiledóneas- (Figura 3, 23-24). Los estomatocistes (Figura 3, 39) acompañan el incremento de las formas en sillas de montar (chloridoides) en las muestras 1631 y 1638-1639 (Figura 3, 10). El pico en el aumento de diatomeas (Figura 3, 44) además se corresponde con la ausencia de estomatocistes, a la vez que las espículas son casi constantes a lo largo de todo el perfil.

Tabla 3. Recuentos de microrrestos biosilíceos por muestra analizada del perfil 2.

Existe una complementariedad entre el predominio de morfotipos bilobados -de afinidad panicoide- (Figura 3, 6- 7) y un reemplazo de esta preponderancia hacia los sectores subyacentes por elementos redondeados (Figura 3, 22) y festoneados -de afinidad pooide festucoide- y en forma de sillas de montar –chloridoide-.

Perfil Arroyo Las Flores (PA)
En términos generales la secuencia analizada contiene material fitolítico en todas sus muestras, junto con una considerable presencia de espículas de espongiarios y una menor abundancia de diatomeas y estomatocistes de crysostomatáceas (Tabla 4, Figura 4 A). Por otra parte, es muy importante la cantidad de vidrio volcánico a lo largo de todo el perfil. Los elementos no diagnósticos (aguzados, en abanicos, prismáticos y poliédricos) en general aumentan hacia la base del perfil.

Tabla 4. Recuentos de microrrestos biosilíceos por muestra analizada del perfil A.

La Unidad 1 (muestras 1475- 1479) presenta niveles considerables de elementos bilobados (panicoides) con un pico en la muestra 1478, que disminuyen hacia la base; y la presencia de elementos en forma de silla de montar (chloridoides) aumenta en las muestras 1475 y 1476. La Unidad 2 (muestras 1473 y 1474) contiene bajos niveles de elementos bilobados -panicoides- (Figura 3, 4) y en forma de sillas de montar – chloridoides, con una notable ausencia de elementos pooide-festucoides en toda la secuencia. Las espículas (Figura 3, 41- 42) experimentan un aumento hacia la base de la secuencia (transición Pleistoceno-Holoceno), mientras que los estomatocistes (Figura 3, 40) se incrementan hacia el tope (Holoceno). La tendencia observada es de un aumento de los panicoides (Figura 3, 5) hacia el tope de los chloridoides en las muestras inferiores de la Unidad 1.

Análisis de componentes principales
Según el análisis de componentes principales (Figura 5), considerando la totalidad de los morfotipos relevados, se separan claramente los perfiles del sitio, por un lado, del perfil del arroyo, por el otro. En este análisis se consideran los componentes 1 y 2, ya que acumulan el 73,02% de la variabilidad total, aportado por las formas prismáticas el 5,38% (lisos pequeños); las aguzadas, el 2,04%; y en menor porcentaje, otros morfotipos que se mencionan por su valor diagnóstico, los bilobados (3,79%, específicamente los polilobados) y los conos truncados elongados 0,27%). La muestra 1540, del perfil 1, se diferencia particularmente del perfil en su conjunto porque presenta los mayores porcentajes de elementos cilíndricos (vasos de conducción), en abanico y poliédricos (células buliformes) y prismáticos (células largas de gramíneas), junto con formas bilobadas (panicoides) y en silla de montar (chloridoides).


Figura 5.
Análisis de componentes principales de los perfiles estudiados (que acumulan variabilidad) CP1 y 2 Perfil A: +; Perfil 1: I; Perfil 2: -.

En el perfil 2, las muestras que mayor separación presentan del resto son las basales (1629 y 1630). El perfil A, claramente diferenciado de los anteriores, presenta menor variabilidad en cuanto a los morfotipos presentes. La muestra 1473 es la que mayor diferencia expresa, caracterizada por morfotipos aguzados, en abanico, poliédricos, prismáticos y bilobados con emergencia central (stipoides) cuyo incremento es notable en esta muestra. En correlación, disminuyen los bilobados (panicoides) y están ausentes las sillas de montar (chloridoides).

Índices de humedad (IH) y temperatura (IT)
La diferencia entre los perfiles del sitio (P1 y P2) y el perfil del arroyo (PA) se manifiesta además en los índices de humedad y temperatura (Tabla 5). En las muestras del PA correspondientes al Holoceno temprano y medio el clima es muy cálido (de acuerdo con el valor de los índices de temperatura (IT) tomado con modificaciones de Del Puerto et al. 2006) y húmedo, mientras que para los perfiles del sitio (P1 y P2), los valores representan clima templado hacia frío, con valores de humedad más bajos que en el perfil del arroyo, para el mismo período. La muestra del P1 que mayor diferencia presenta en cuanto a su variabilidad es la 1540, mientras que la del P2 es la basal (1629). La primera indica, según los índices analizados, un clima muy cálido y muy húmedo, en tanto que la segunda representa valores que indican un clima menos extremo, templado y húmedo. De las muestras provenientes del PA, la 1474 es la más próxima al conjunto de P1 y P2, y registra indicadores de clima muy cálido y muy húmedo. Los índices de humedad (Figura 6, Tabla 5) del P1 marcan una tendencia general a un ambiente muy húmedo, con valores que no superan los 10,52. El máximo nivel se registra en la muestra 1544 (10,52), y el mínimo, en la muestra 1536 (1,75).

Tabla 5. Índices de temperatura y humedad de los perfiles estudiados.


Figura 6.
Niveles en los índices de Temperatura y Humedad en los perfiles estudiados.

En cuanto a los índices de temperatura del P1, el pico máximo se encuentra en la muestra 1544 (7921 ± 44 años AP) superando valores de 40, lo cual marca un clima templado. Los niveles más bajos, por su parte, se ubican en las muestras de la sección media (muestras 1539-1542; alrededor de 3117 ± 35 años AP), entre 10,41 y 11,88, lo que indica un clima muy cálido. En el P2, la tendencia es diferente. En la muestra 1638 se observa un aumento en el índice de humedad de 23,52, lo que indica un ambiente húmedo (676 ± 41 años AP). Este incremento se produce también en la muestra 1630, con un valor de 25,58, propio de un clima semiárido. En lo que respecta al índice de temperatura, el nivel máximo se ubica en la muestra 1638 (676 ± 41años AP), con 46,87, lo cual implica un clima templado a frío. También se registran incrementos en las muestras 1629 (9787 ± 81 años AP) y 1631 (3104 ± 46 años AP), con valores próximos a 30, y esto marca un clima templado (Figura 6, Tabla 5).
El perfil exterior al sitio (PA) es muy particular, ya que debido a la ausencia de elementos pooidefestucoide, no se calcularon índices de temperatura. En cuanto a los niveles de humedad, no superan valores de 15, lo cual implica un registro entre húmedo y muy húmedo, en la sección media-inferior de la Unidad 1 y en la base de la Unidad 2; luego de un período muy húmedo, retorna a los niveles previos (Figura 6, Tabla 5).

DISCUSIÓN

Recientemente se han realizado estudios interdisciplinarios en la región, que incluyen varios proxy -específicamente diatomeas, fitolitos y polen- con el objeto de obtener información paleoambiental. Dichos estudios han indicado que un cambio significativo aconteció entre el Pleistoceno tardío y los inicios del Holoceno (Babot 2007; De Porras et al. 2009; Musaubach et al. 2010; Colobig 2011; Zucol et al. 2012).
En el registro fitolítico, en el área interserrana (Gutiérrez et al. 2011), alrededor de los 8000-9000 años AP –Holoceno temprano–, la presencia de fitolitos articulados, asociados con elementos originados en células buliformes, sugieren una alternancia de condiciones ambientales posiblemente vinculadas con cambios en la disponibilidad de agua. La abundancia de elementos panicoides y chloridoides sugiere, en un período de condiciones cálidas, momentos de alta disponibilidad de agua alternados con períodos secos. Las diatomeas reflejan asimismo este acontecimiento en la alternancia de H. subtilis, propia de aguas profundas y con menor nivel de salinidad, y Nitzschia vítrea G. Norman y Navicula peregrina (Ehrenberg), que sobreviven en aguas estancadas poco profundas, y que toleran un rango amplio de salinidad (2-9 ppm) (Gutiérrez et al. 2011).
Según otros registros (polen, vertebrados, sedimentología), se considera que para finales del Pleistoceno las condiciones resultaron áridas y frías (Prado et al. 1987; Bonadonna et al. 1995; Tonni et al. 1999), las cuales habrían continuado hacia los inicios del Holoceno, según algunos autores (Tonni et al. 1999; Goin 2001), o se habrían alternado con ciclos húmedos, según otros (Páez y Prieto 1993; Zárate et al. 1998). En los casos estudiados a partir de los análisis de fitolitos, y centrando la discusión en la comparación entre el P1 y el PA (ya que el P2 responde a condiciones microambientales particulares), se registraron condiciones de alternancia de períodos de aridez y humedad. El P1 estudiado, en lo que respecta al Holoceno temprano, se asemeja en los índices de humedad al PA, debido a que está más expuesto a los agentes externos en el peñón rocoso.
Con respecto a la variabilidad fitolítica, el P1 presenta en la base, al igual que el PA, un aumento de los morfotipos de origen graminoide, con una disminución en ambos perfiles de elementos panicoides. Estos elementos aportan evidencias sobre la preponderancia de un clima árido y frío durante el Holoceno temprano. Durante el Holoceno medio (7500-3000 AP) se habrían registrado condiciones cálidas y húmedas (Iriondo y García 1993; Bonadonna et al. 1995), y más frías y áridas en torno a los 5000-4500 AP. La tendencia para el Holoceno medio, de acuerdo con el análisis de fitolitos en los perfiles estudiados, es de condiciones muy húmedas a húmedas con una propensión a un clima más cálido en los P1 y PA. El aumento de los elementos panicoides y de las diatomeas en el tramo medio de ambos perfiles apoya esta evidencia. Hacia los 3000 AP se sucede una fase semiárida (Iriondo y García 1993; Prieto 1996), con momentos cálidos (Goin 2001) y húmedos (Quattrocchio et al. 1998), según otros autores. De acuerdo con el registro fitolítico analizado, durante el Holoceno tardío se manifestaron condiciones muy húmedas en los perfiles P1 y PA. En cuanto a la temperatura del ambiente, los registros para este período indican valores correspondientes a un clima templado frío hacia el interior del sitio y muy cálido en el perfil de la margen del arroyo. En la composición fitolítica de este tramo de las secuencias la diferencia se observa en la presencia de elementos pooides y stipoides, principalmente en P1.
Todo esto permite inferir, sobre la base de los perfiles analizados, que se desarrollaron microambientes con variaciones entre sí en muy corta distancia. Existieron verdaderos mosaicos en los cuales las condiciones paleoambientales eran extremadamente diferentes. Hacia el interior del sitio se observaron diferencias entre el perfil con mayor nivel de antropización (analizado en profundidad en Colobig 2012) y el más reparado. A su vez, el perfil más expuesto a las condiciones externas por estar menos reparado en el sitio es más similar al perfil externo situado en la margen del arroyo.
Estos análisis indicarían una cierta correspondencia microrregional entre el tipo de vegetación presente en el sitio de la sierra y el de la zona interserrana. Aunque cabe tener en cuenta las variaciones geográficas de los sitios, y las características microrregionales del paisaje serrano frente al de "tierras bajas" vinculado en su formación a agentes fluviales y/o lacustres.

CONCLUSIONES

Los marcadores utilizados en el presente trabajo para definir condiciones paleoambientales en las sierras y la zona interserrana bonaerense han demostrado poseer una alta sensibilidad a los cambios microambientales, tanto espacial como temporalmente. En el interior del reparo rocoso, los perfiles tuvieron características similares, pero pudieron identificarse eventos puntuales (período de encharcamiento en el perfil más interno de la cueva) que apoyan la idea de la gran resolución de los microfósiles para definir cambios localizados en tiempo y espacio. Tanto los análisis de los fitolitos como de los microfósiles no fitolíticos permitieron delinear tendencias en los niveles de humedad y temperatura desde la transición Pleistoceno-Holoceno hasta el Holoceno tardío, a la vez que posibilitaron comparar un perfil de un sitio a cielo abierto con dos perfiles situados en el interior de un reparo rocoso.
Para los momentos más tempranos de la secuencia, se registraron períodos de aridez y humedad alternativamente, lo cual se manifestó en los índices determinados para este trabajo sobre la base de los fitolitos y en los elementos no fitolíticos como las diatomeas y las espículas de espongiarios. Durante el Holoceno temprano, en los perfiles P1 y PA se registran condiciones húmedas. En contraposición, el perfil P2 indica condiciones secas y al mismo tiempo es el que se ubica hacia el interior del reparo rocoso.
Hacia el Holoceno medio, la tendencia es de menor humedad y de mayor temperatura en el perfil más reparado y condiciones muy húmedas a húmedas en los P1 y PA. En tanto que el Holoceno tardío desde su inicio se caracterizó por altos niveles de humedad en los perfiles P1 y PA y con muy escasa disponibilidad hídrica, aunque con marcada fluctuación en el P2, posiblemente vinculado a la acción antrópica y su emplazamiento dentro del reparo (Colobig 2012). Estos contrastes también se presentan en la temperatura, templada-fría en el interior del reparo y muy cálida en el área interserrana. Estos datos en general concuerdan con las estimaciones a nivel regional, aunque son sensibles a eventos particulares y localizados que dan cuenta de situaciones específicas en contextos muy acotados.
El registro microfósil ha permitido individualizar cambios paleoambientales locales que contribuyen a especificar la información obtenida mediante otros proxys, y demuestra ser un registro de alta resolución tanto para la identificación de procesos naturales como antrópicos.

Agradecimientos

A mis directores, Alejandro F. Zucol y Diana L. Mazzanti, por sus lecturas críticas y sus aportes. A los revisores por sus valiosas contribuciones. Este trabajo fue financiado mediante los proyectos: "Análisis arqueológico e histórico de la organización territorial indígena en La Pampa. Vísperas de la conquista y período colonial". Acreditación y financiamiento: Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) - Agencia de Promoción Científica y Técnica (ANPCyT), subsidio PICTO 2004 Código 4-552. "Arqueología de las ocupaciones humanas de la transición Pleistoceno- Holoceno en las Sierras de Tandilia oriental". Acreditación y financiamiento: Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) - Agencia de Promoción Científica y Técnica (ANPCyT), subsidio PICTO 2008. Código de Proyecto 1390.

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