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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.16  supl.1 Olavarría oct. 2015

 

ARTÍCULOS

Caracterización de las materias primas líticas de Chorrillo Miraflores y su distribución arqueológica en el extremo meridional de Fuego-Patagonia

 

Karen Borrazzo, Flavia Morello, Luis Alberto Borrero, Massimo D'Orazio, María Clara Etchichury, Mauricio Massone y Hernán De Angelis

Karen Borrazzo. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (CONICET-IMHICIHU). Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (FFyL-UBA). Saavedra 15, 5to. piso (C1083ACA), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: kborrazzo@yahoo.com.ar
Flavia Morello. Universidad de Magallanes. Centro de Estudios del Hombre Austral del Instituto de la Patagonia. Avda. Bulnes 01890 (6200000), Punta Arenas, Chile. E-mail: flavia.morello@umag.cl
Luis Alberto Borrero. CONICET-IMHICIHU. FFyL, UBA. Saavedra 15, piso 5 (C1083ACA), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: laborrero2003@yahoo.com
Massimo D'Orazio. Dipartimento di Scienze della Terra, Università di Pisa. Via Santa Maria 53 (56126), Pisa, Italia. E-mail: dorazio@dst.unipi.it
María Clara Etchichury. Laboratorio de Petrografía, Departamento de Ciencias Geológicas, Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia". Avda. Ángel Gallardo 470 (C1405DJR), Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Mauricio Massone. Universidad de Magallanes, Centro de Estudios del Hombre Austral del Instituto de la Patagonia. Avda. Bulnes 01890 (6200000), Punta Arenas. Museo de Historia Natural de Concepción (DIBAM), Maipú 2359, Concepción, Chile. E-mail: mauricio.massone@gmail.com
Hernán De Angelis. CONICET. Centro Austral de Investigaciones Científicas, Departamento de Antropología. B. Houssay 200 (9410), Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. E-mail: hernandeangelis@yahoo.com.ar

Recibido 5 de diciembre 2014.
Aceptado 11 de junio 2015


RESUMEN

El hallazgo de una fuente primaria de dos materias primas líticas (toba riolítica y toba silicificada) en el valle del Chorrillo Miraflores (Tierra del Fuego, Chile) ha promovido el desarrollo de investigaciones conjuntas entre equipos multidisciplinarios internacionales. Se ha explorado sistemáticamente la fuente, caracterizado su composición petrográfica y geoquímica, y se han identificado los dos tipos de roca en conjuntos artefactuales de la isla Grande de Tierra del Fuego. Proyectos recientes han revelado su presencia en otras colecciones arqueológicas de Patagonia meridional, lo cual amplía las perspectivas de discusión de aspectos tecnológicos, de interacción cultural, circulación y uso de esas materias primas. Este trabajo sintetiza los resultados alcanzados en estas tareas: en él se incluye información que muestra que tanto la toba riolítica como la silicificada poseen una amplia distribución en la isla Grande, ya que alcanzan la costa meridional e incluso el exterior de la isla. Las dataciones indirectas circunscriben su uso a los últimos tres mil años. Por otra parte, los datos geoquímicos obtenidos de muestras naturales y arqueológicas exhiben pequeñas variaciones que sugieren que, si bien la señal geoquímica de estas rocas es generalmente homogénea, tres subgrupos geoquímicos pueden ser diferenciados.

Palabras clave: Materias primas líticas; Fuente del Chorrillo Miraflores; Análisis geoquímico; Tecnología lítica; Tierra del Fuego.

ABSTRACT

Characterization of chorrillo miraflores lithic raw materials and their archaeological distribution in southern fuego-patagonia.

The discovery of a primary source of two lithic raw materials (ryolithic tuff and silicified tuff) in Chorrillo Miraflores Valley (Tierra del Fuego province, Chile) promoted the development of joint multidisciplinary research between archaeological teams working in the North of the Grande Island. This research program included the systematic survey of the Miraflores source, petrographic and geochemical characterization of the two available rock types and their identification in several archaeological sites of Tierra del Fuego. Recent projects have revealed their presence in other extant archaeological lithic collections of southern Patagonia, enhancing the role of Miraflores rocks in discussions on technological, cultural interaction, circulation and use issues by southernmost Patagonia hunter-gatherers. This paper summarizes the contribution of this research program. First, Miraflores ryolithic tuff and silicified tuff are widely distributed within Grande Island archaeological record and they are also represented at sites outside the island. Secondly, indirect available dates indicate that Miraflores rocks were used by human populations during the last 3000 yr. Finally, ICP-MS analyses of natural and archaeological samples show that, although Miraflores geochemical signal is relatively homogeneous, slight variations allow the identification of three geochemical subgroups.

Keywords: Lithic raw materials; Chorrillo Miraflores source; Geochemical analyses; Lithic technology; Tierra del Fuego.


 

INTRODUCCIÓN

La fuente de materias primas identificada en el valle del Chorrillo Miraflores, Isla Grande de Tierra del Fuego (Chile, Figura 1A), ha adquirido una amplia relevancia en la arqueología fueguina desde su descubrimiento por parte de A. Prieto y colaboradores (2004). Esta fuente presenta dos litologías que fueron identificadas como toba riolítica (en adelante, toba) y toba silicificada (Borrazzo et al. 2010). Su singularidad macroscópica, petrográfica y geoquímica, su disponibilidad restringida en la región y su amplia distribución arqueológica -que incluye espacios fuera de la isla- posicionan a estas rocas como marcadores adecuados para discusiones de movilidad, circulación e interacción entre las poblaciones fueguinas terrestres y canoeras (Massone 2009; Borrazzo et al. 2010, 2013; Borrazzo 2012; Morello et al. 2012). La cronología más temprana para el uso de estas rocas es ca. 3000 años AP (Morello et al. 2012), o posiblemente anterior, si se considera la lasca del locus 1 del sitio Offing 2, que fue asignada a la capa inferior. Dicho sitio ha sido datado entre 4200 y 2700 años AP (Legoupil et al. 2011a y b). Hasta el momento, estas rocas han sido registradas en conjuntos líticos localizados en varios sitios de la isla Grande ubicados entre 40 y 220 km de distancia de la fuente (Borrazzo et al. 2010, 2013; Morello et al. 2012; De Angelis 2012a y b; Figura 1). Recientemente se ha constatado su presencia en contextos arqueológicos fuera de Tierra del Fuego. Este es el caso del locus 1 del sitio Offing 2 en la isla Offing, pequeño islote localizado unos 2 km al este de isla Dawson (Legoupil et al. 2011a y b; Langlais 2013), isla Magdalena (Labarca et al. 2014) y Bahía Laredo, sobre la margen norte del estrecho de Magallanes en el continente1 (J. Charlin, comunicación personal 2013). La cronología disponible para la capa inferior del sitio Offing 2 es de 3700 y 4200 años AP (Legoupil et al. 2011b). En el caso de isla Magdalena, los contextos con toba Miraflores estarían comprendidos entre el segundo y el cuarto milenio AP (Labarca et al. 2014). Las ocupaciones de Bahía Laredo, por su parte, han sido fechadas en 1570 años AP (Prieto 1988).


Figura 1
. A: Localización de la fuente de Chorrillo Miraflores, los paleocordones de Ea. Florentina y sitios arqueológicos donde se identificaron artefactos de toba y/o toba silicificada. Los círculos indican la procedencia de las colecciones relevadas que no registraron piezas en estas materias primas.
Referencias: 1) Bahía Laredo; 2) Bahía Gente Grande; 3) Punta Baxa; 4) Punta Catalina; 5) Laguna Patria; 6) Desembocadura río Cullen; 7) Río Cullen 2; 8) Las Mandíbulas 1, 2, 9 y 10, Laguna Noroeste de Filaret, Laguna Filaret, Pozo 126 y Estancias Dos Marías y Florentina; 9) Cerro Sin Nombre; 10) Cabeza de León; 11) Chorrillos; 12) San Pablo 4; 13) Bahía Valentín sitio 11; 14) Kami 1; 15) Lago Blanco; 16) Estancia Yartou; 17) Isla Offing; 18) Tres Arroyos; 19) Boquerones; 20) Porvenir; 21) Laguna Vergara; 22) Localidades Marazzi y Bahía Inútil; 23) Isla Magdalena.

De este modo, las materias primas del Chorrillo Miraflores se suman a las diferentes variedades de obsidiana que habrían circulado en distintos momentos del Holoceno medio y tardío entre la zona continental de Patagonia y distintas islas del archipiélago fueguino y patagónico occidental, incluyendo obsidiana verde del mar de Otway/isla Riesco y obsidiana negra de Pampa del Asador con la presencia de dos subtipos (Stern y Prieto 1991; Morello et al. 2001, 2004, 2012; Stern 2008, entre otros). En este marco, el presente trabajo ofrece una síntesis de la información disponible y expande el estudio de las materias primas Miraflores respecto de tres aspectos fundamentales: 1) describe la fuente del Chorrillo Miraflores con base en la prospección y el muestreo sistemático realizados; 2) caracteriza las materias primas Miraflores, utilizando la información petrográfica y geoquímica obtenida a partir de nuevos análisis (N = 37); y 3) actualiza los datos sobre su distribución arqueológica con base en la información producida por relevamientos de colecciones líticas alojadas en repositorios de Argentina y de Chile.

MATERIALES Y MÉTODOS

Relevamiento de la fuente
En marzo de 2011 se llevó a cabo una prospección de los cerros que rodean el valle del Chorrillo Miraflores. Esta tarea fue realizada de modo conjunto por investigadores del Centro de Estudios del Hombre Austral (Universidad de Magallanes, Chile) y del Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (CONICET, Argentina). Los trabajos de campo se centraron en el relevamiento, geoposicionamiento y muestreo sistemático de todos los afloramientos y/o sectores del terreno donde estuviera disponible naturalmente alguna de las dos litologías (Figura 2).


Figura 2.
A) Ubicación de las 12 subfuentes identificadas y muestreadas en el Chorrillo Miraflores. B) Detalle de la distribución de subfuentes (F1 a 11). C-D) Valle del Chorrillo Miraflores y vista de mantos de regolito rojizo en los cerros. E) Detalle del regolito. F) Bloque de toba silicificada en F2. G) Afloramiento de arenita.

Análisis petrográficos y geoquímicos
El protocolo de análisis definido para el estudio de las materias primas Miraflores incluye la descripción e identificación petrográfica a partir de cortes delgados e inspección de secciones pulidas (utilizando microscopio petrográfico y SEM, respectivamente) (Borrazzo et al. 2010). Los cortes delgados fueron estudiados con microscopio petrográfico en el Laboratorio de Petrografía del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" (Buenos Aires) y en el Dipartimento di Scienze della Terra, Universidad de Pisa (Italia). En este último laboratorio, todas las secciones delgadas y las secciones pulidas de las muestras de mano fueron examinadas con SEM-EDAX. Actualmente se cuenta con 45 muestras analizadas geoquímicamente, 37 de las cuales se agregan en este trabajo a las ya publicadas (Borrazzo et al. 2010). La mayoría de ellas (N = 44) fueron analizadas por Activation Laboratories (Actlabs, Canadá) utilizando el paquete 4lithoresearch (www.actlabs. com), que aplica ICP-AES (elementos mayoritarios) e ICP-MS (elementos trazas). Adicionalmente, una muestra fue analizada con XRF en el Dipartimento di Scienze della Terra, Universidad de Pisa. De ellas, 17 son muestras naturales (seis tobas riolíticas, ocho tobas silicificadas, una toba alterada, una arenita y un fragmento posiblemente de lava; Tabla 12). Las tobas riolíticas fueron recolectadas en el Chorrillo Miraflores (N = 4), y en los paleocordones (depósitos de rodados) ubicados en la estancia Florentina3 (N = 2). Las muestras naturales de toba silicificada proceden del Chorrillo Miraflores, única fuente conocida hasta el momento para esta roca. La toba alterada, la arenita y la posible lava se recolectaron en el Chorrillo Miraflores. Las muestras arqueológicas (N = 28) proceden de Bahía Laredo (en el continente), isla Magdalena y los siguientes sitios/localidades de la isla Grande de Tierra del Fuego: Punta Baxa 7, Bahía Gente Grande, Boquerón, Marazzi, Desembocadura Río Cullen (DRC), Río Cullen 2 (RC2), Pozo 126 (P126), Cañadón Piedra, Laguna al Noroeste de Filaret (NOF), Laguna Filaret (LF), Las Mandíbulas 9 y 10 (LM9, LM10), San Genaro 4 (SG4), San Pablo 4 (SP4), Kami 1 y Estancia Yartou (Tabla 1).

Tabla 1. Elementos mayoritarios (en % en peso) y traza (en ppm).

Referencia. LOI : loss on ignition (pérdida durante la ignición); LITOL: litología; TS: toba silicificada; T: toba; Arqueo: arqueológica.

Relevamiento de colecciones artefactuales
Con el objetivo de obtener nuevas muestras para análisis geoquímicos y avanzar en la estimación del aporte de las materias primas Miraflores a la tecnología lítica fueguina y su distribución arqueológica, nuestra investigación incluyó el relevamiento sistemático de colecciones artefactuales preexistentes con procedencia conocida que resultaron de las investigaciones desarrolladas por diferentes equipos arqueológicos y, en menor medida, derivadas de actividades de amateurs. A estos efectos, se revisaron los conjuntos líticos alojados en varios repositorios. En Chile, se estudiaron las colecciones del Centro de Estudios del Hombre Austral (Punta Arenas). En la Argentina, se relevaron las colecciones del Museo Etnográfico "Juan B. Ambrosetti" (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires), el CONICET-IMHICIHU (Buenos Aires), Museo Municipal de Río Grande "Virginia Choquintel" y Misión La Candelaria (Río Grande), y el Museo del Fin del Mundo (Ushuaia). Asimismo, se relevaron parcialmente las colecciones líticas procedentes de la región del Canal Beagle alojadas en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADICCONICET, Ushuaia). La muestra total revisada en los repositorios mencionados asciende a 95.124 piezas, las que proceden principalmente de 1) estepa al norte de la sierra Carmen Sylva (N = 20.105); 2) costa atlántica entre Punta María y Cabo San Pablo (N = 7284); 3) costa norte de península Mitre (N = 12.073); 4) costa este y sur de península Mitre (N = 4687), Isla de los Estados (Bahía Crossley, N = 331); 5) Canal Beagle (N = 49.187). A ellas se suman conjuntos recuperados en el centro de la isla y costa occidental al sur de bahía Inútil (N = 1457) y otras muestras fueguinas sin datos de procedencia específicos (N = 270) (Figura 1).

RESULTADOS

Caracterización de la fuente
El valle del Chorrillo Miraflores corre en sentido SE-NO y se emplaza sobre el extremo meridional de la Formación Palomares, de edad pliocénica (Prieto et al. 2004; Herrero y Quijada 2007). Durante la prospección se reconocieron 12 sectores en los que ambas rocas estaban disponibles. La toba fue registrada bajo la forma de nódulos, bloques y/o afloramientos. En cambio, hasta el momento y de acuerdo con las prospecciones superficiales, la toba silicificada sólo ha sido observada bajo la forma de nódulos angulosos o bloques. La mayoría de los loci (subfuentes) registrados (n = 11) se localizan en un recorrido lineal de 2 km, sobre las laderas de los cerros ubicados al norte del valle. El locus 12 dista unos 4,3 km al SW (Figura 2). La concentración de subfuentes en el valle es visible desde varios kilómetros de distancia puesto que la desintegración de la toba genera mantos escasamente vegetados que cubren las laderas de los cerros. Esto resulta en "manchas rojas", que en oportunidades superan el centenar de metros cuadrados, localizadas en las proximidades de las cumbres (Figura 2).
Es importante destacar que no se cuenta con registros de cerros con esta característica en otros sectores del norte de Tierra del Fuego; sólo se han observado otros casos dispersos en áreas vecinas al valle del Chorrillo Miraflores, pero su extensión es más reducida. Posiblemente hayan sido estos mismos cerros los que llamaron la atención de Serrano Montaner durante sus exploraciones ([1879] 2002). Hemos encontrado varias menciones en su diario de viaje que pueden referir a afloramientos similares en el río del Oro (Figura 1):

Entre las noticias que me comunicaron los exploradores del día 1 de enero, enviados a reconocer el camino hacia adelante (E), me hablaron de un río tan grande como el de Punta Arenas que corría hacia el N por el centro de un lindo valle y que en algunos cerros del lado oriental se veían manchones perfectamente rojos; estos mismos exploradores habían encontrado en su camino un grupo de nueve indígenas indios e indias, los mismos que la vez pasada huyeron dejando a orillas del fuego su comida ya lista y que consistía en catorce cururos chamuscados en el rescoldo. Abandonaron además algunos canastitos, una bolsita con tierra fina muy colorada que usan para pintarse y algunas piedras minerales […] (Serrano Montaner [1879] 2002: 191).

Esto último podría sugerir el uso efectivo de la toba como pigmento, como ya fuera propuesto por Prieto et al. (2004). Luego, Serrano Montaner agrega:

El día 13 hice un viaje para reconocer las tierras coloradas de las que me habían hablado. Al llegar a ellas noté que los cerros, formados como todos los que hasta ahora había visto en esta comarca, por terrenos de acarreo, se hallaban cubiertos de rodados de productos volcánicos como lava, y principalmente de una tierra muy liviana calcinada, que es la que comunica el aspecto colorado. La capa de rodados volcánicos es muy superficial. (Serrano Montaner [1879] 2002: 191).

Más adelante en el diario, una descripción podría corresponder al valle del Chorrillo Miraflores:

Se hallaba cubierto de vegetación y regado por un pequeño hilo de agua. Noté en él varios cerros con manchas rojizas de origen volcánico de la misma formación que encontramos en el río Oro. A las 4 PM nos alojamos al pie de un montículo prominente situado en el mismo cañadón, cerca de un pequeño manantial [nuestras observaciones de campo son concordantes con la existencia de un pequeño manantial en el locus Miraflores 1 (Prieto et al. 2004), al pie de uno de los cerros del valle]. Inmediato a nuestras carpas, hallé bajo la tierra vegetal y los terrenos de acarreo de que se encuentra cubierto el subsuelo del cerro, un manto rojizo de escorias y lavas. Hasta ahora había creído que las escorias encontradas en estos cerros eran llevadas allí por la acción de los aluviones, junto con las demás piedras de todas clases de que está cubierta la isla, pero el descubrimiento de esta capa de lavas que sale a la vista, y que tiene como un metro de espesor, dilatándose quien sabe hasta dónde y hasta qué profundidad, me hace pensar en la existencia de algún antiguo volcán situado no muy lejos. Examiné, al efecto, las alturas inmediatas, pero en ninguna he hallado nada que acuse la existencia de tal volcán. No obstante, todos los cerros están cubiertos de ese terreno de acarreo, que es muy delgado en las alturas. En el mismo cerro a que he aludido encontré como a 50 m más arriba, una capa de arenisca algo blanquecina, al parecer de origen también volcánico. Mas para dilucidar esta importante cuestión, se requieren hombres especiales y preparados previamente en los estudios geológicos (Serrano Montaner [1879] 2002: 213).

De modo general, hemos observado que los nódulos y bloques de toba silicificada se localizan en los sectores más bajos de los cerros, mientras que las tobas riolíticas se presentan en las cumbres o sectores cercanos a ellas como mantos de detritos o como afloramientos (Figura 2). Allí también hemos verificado la existencia de afloramientos de aspecto similar a la toba que han sido identificadas como arenitas a partir de la inspección microscópica de cortes delgados y secciones pulidas con SEM (Figura 2). Se registró la presencia de cobertura liquénica en nódulos y bloques de toba silicificada. Entre ellos, se destaca la presencia de Rhizocarpon subgénero Rhizocarpon, líquenes utilizados mundialmente para estudios liquenométricos y cuya tasa de crecimiento para la estepa fuego-patagónica ha sido estimada entre 0,125 y 0,061 mm por año (Borrero et al. 2011a; Garibotti et al. 2011). Las futuras investigaciones en la fuente prevén la aplicación de estos estudios a fin de obtener cronologías mínimas de su explotación que serán integradas a la antigüedad del uso de estas materias primas hasta hoy conocida indirectamente a partir de fechados radiocarbónicos de los contextos arqueológicos. Los sectores que presentaron materias primas (subfuentes) poseen dimensiones que oscilan entre 5000 y 60.000 m2. Estas superficies deben considerarse mínimas, pues refieren a los espacios donde la concentración de nódulos es alta y su obstrusividad se ve aumentada por la escasa cobertura vegetal. Fuera de estas áreas, la disponibilidad de rocas disminuye, pero la presencia de nódulos continúa, aunque estos exhiben un menor tamaño. En el fondo del valle, relleno por sedimentos aluviales finos y densamente vegetado, se registraron al menos cuatro loci arqueológicos, entre ellos el sitio Miraflores 1 (Prieto et al. 2004). El registro de material lítico se limita a zonas deflacionadas e incluye núcleos, desechos de talla y escasos instrumentos formatizados (e.g., raedera).

Caracterización petrográfica y geoquímica de las rocas Miraflores
Petrografía
A ojo desnudo, las muestras estudiadas tienen una apariencia variable entre dos extremos: una serie de muestras -que van del rojo ladrillo al naranja- son masivas, levemente porosas y homogéneas; en el otro extremo, una serie de muestras de color gris claro están constituidas por un material de aspecto vítreo que exhibe fractura concóidea. En oportunidades, el gris mate presenta porciones de color rojo-castaño. Bajo el miscroscopio, las muestras rojizas exhiben muchos atributos texturales y mineralógicos indicativos de su origen volcánico (toba). Así, la mayoría de ellas están constituidas por una mezcla de esquirlas de vidrio alteradas, fragmentos pumíceos y cristales fragmentados de plagioclasa, biotita alterada, cuarzo y escasas hornblendas (Figura 3). Algunas muestras de toba tienen textura isorientada, marcado alineamiento de cristales de biotita, y pueden haber sido originadas por resedimentación de material piroclástico. Otras poseen evidencias de compactación, como lo testifica la deformación de láminas de biotita. Las muestras de material vítreo color gris (toba silicificada) están constituidas mayormente por un material isótropo incoloro en el cual aparecen pequeños cristales euhedrales de zeolitas aún por determinar y cristales de plagioclasa fragmentados. Generalmente el material isótropo presenta vesículas subesféricas microscópicas.


Figura 3.
A-E) Ejemplos arqueológicos de toba y toba silicificada Miraflores: A) Bahía Inútil 7; B) Porvenir Norte 17; C) Cerro León 1; D) Laguna Vergara; E) Río Cullen 2. F) rodado de toba recolectado en los paleocordones de Ea. Florentina. G) Imagen (SEM-SE) que muestra pequeñas astillas de vidrio y fragmentos pumíceos en la toba. H) Microfotografía que muestra la matriz isótropa de la toba silicifiada que contiene vesículas redondeadas y cristales fragmentados de plagioclasa. I) Imagen (SEM-BSE) de la toba silicificada que muestra pequeños cristales euhedrales de zeolita en una matriz isótropa homogénea. J) Composición química (elementos mayoritarios) de las muestras analizadas [diagrama triangular SiO2 - (MgO + Fe2O + CaO) × 10 - (Na2O + K2O) × 10]. K) Concentración de tierras raras (La a Lu) normalizadas por el Cóndrito Cl.

Geoquímica
En términos de los elementos mayoritarios y minoritarios, las muestras consideradas (n = 45) exhiben una moderada variabilidad (Tabla 1). Con base en la distribución de los elementos traza (REE, ver debajo), dichas muestras han sido divididas en tres grupos geoquímicos. Cuando los análisis son recalculados al 100wt% (concentración porcentual en peso) libre del LOI (loss on ignition)4, la mayoría de ellas caen dentro del espectro de las dacitas y riolitas del diagrama de TAS (total de álcalis vs. sílice) y tienen bajo a moderado contenido de álcalis (Na2O + K2O = 3.2 - 7.1 wt%)5. La mayoría de las muestras tiene una composición de elementos mayoritarios muy simple: la suma de los cuatro componentes (SiO2 - Al2O3 - Na2O - K2O) generalmente
supera el 90wt%. La tasa de Na2O/K2O wt% es altamente variable (0,33 - 3,8), como es esperable en rocas con diferentes grados de alteración. En el diagrama triangular (Figura 3J), las muestras estudiadas exhiben una tendencia en la que aquellas pertenecientes al grupo 3 se ubican en el extremo siálico, y las del grupo 2, en el extremo fémico. La distribución de los elementos minoritarios y traza en las muestras es típica de rocas volcánicas calcoalcalinas de márgenes orogénicos (e.g., los Andes). Así, los altos contenidos de elementos incompatibles Th, U, Pb, Rb y Zr son indicativos de magmas diferenciados, mientras que la relativa disminución de Nb, Ta y Ti y el pico positivo de Pb en los diagramas normalizados por el manto primitivo (no presentados) sugieren un origen de magmas de una fuente de subducción o modificación del manto. Con base en la distribución de elementos traza (REE), las muestras analizadas pueden subdividirse en tres grupos geoquímicos (Figura 3K). Una serie de 17 muestras (grupo 1, riolitas y dacitas) posee patrones extremadamente similares de elementos traza caracterizados por REE "livianos" fraccionados (LaN/SmN = 5,2 - 7,6) y REE "pesados" sin fraccionar (DyN/LuN = 0,78 - 1,18) asociados con bajas concentraciones de REE "pesados" (e.g., Yb = 1,03-1,37 ppm). En el otro extremo, una serie de 13 muestras (grupo 2, dacitas), entre las que predominan las tobas (11/13), se caracterizan por muchos menos REE "livianos" fraccionados (LaN/SmN = 2,4 - 3,6) y REE "pesados" sin fraccionar (DyN/LuN = 0,99 - 1,21), asociados a mayores concentraciones de REE "pesados" (e.g., Yb = 2,48 - 4,77 ppm). La distribución de las restantes 12 muestras (grupo 3, riolitas), todas tobas silicificadas, es intermedia entre los dos tipos extremos, pero más parecidas a las muestras del grupo 2. Todas las muestras se caracterizan por anomalías negativas de Eu (Eu/Eu* = 0,5 - 0,83). Aparentemente, no hay correlación entre la extensión de la anomalía de Eu y la distribución de otros REE. Si bien las muestras pertenecientes a los grupos 2 y 3 exhiben mayor variabilidad geoquímica que lo registrado en el grupo 1, todas ellas muestran claras señales de "consanguinidad", lo que sugiere un origen común.

Distribución arqueológica de las materias primas Miraflores
El relevamiento de las colecciones preexistentes (N = 95.124 piezas) permitió realizar nuevas identificaciones de las materias primas Miraflores en contextos arqueológicos que se suman a aquellas ya reportadas por Prieto et al. (2004); Borrazzo et al. (2010); Borrazzo (2012); De Angelis (2012a y b); Morello et al. (2012) y Labarca et al. (2014). La frecuencia de ambas materias primas es extremadamente baja en los conjuntos artefactuales relevados, siendo la toba la menos representada (N = 65, 0,07% de la muestra vs. N = 178, 0,2% de la muestra en el caso de la toba silicificada). Las colecciones que entregaron esos artefactos proceden de: Porvenir (sitio PN17 [Morello et al. 2009, 2012]), Punta Catalina (Massone y Torres 2004), Marazzi (sitios 3, 22, 31 y 32 [Massone et al. 2003]), Bahía Inútil 7 (BI-7 [Massone et al. 2003]), Cabeza de León (Borrero 1979), lagunas de Estancias Dos Marías y Florentina (La15 y La17 [Massone et al. 1993]), Estancia Yartou, San Pablo 4 (Borrero 1985) y Bahía Laredo (costa norte del estrecho de Magallanes [Prieto 1988]). Respecto de la toba silicificada, ha sido identificada en Boquerón (sitios 3 y 5 [Massone et al. 1998]), Bahía Gente Grande, Marazzi (sitios 3 y 22 [Massone et al. 2003]) y sitios 299, Bloque del Almuerzo, Bloque Partido, BIS 244 y sitio F1 pozo 3 (Torres et al. 2007, 2008), Laguna Vergara y Porvenir (PN17 [Morello et al. 2009, 2012]), Punta Baxa, Estancia Yartou y Bahía Valentín sitio 11 (Vidal 1988; Zangrando et al. 2012) (Figuras 1 y 3). La utilización de la toba hasta el momento se restringe a la manufactura de alisadores (e.g., Bahía Laredo, Punta Baxa, San Pablo 4, Figura 1). En el caso de la toba silicificada, alcanza sus mayores frecuencias absolutas y/o relativas en las colecciones de Bahía Inútil (33 de 5360 artefactos), Laguna Vergara (9 de 31 artefactos), Laguna Noroeste de Filaret (NOF, 93 de 331 artefactos) y Kami I (4366 de 4646 artefactos). Sin embargo, dadas las variaciones en los tamaños de las muestras y las procedencias (superficie vs. estratigrafía), es necesario evaluar dichos aportes con cautela. Esta roca ha sido empleada más frecuentemente en la manufactura de (micro) raspadores. En efecto, este ha sido el uso registrado en los conjuntos más distantes de la fuente, como Kami I, sobre la margen sur del lago Fagnano (De Angelis 2012) o el sitio 11 de Bahía Valentín, en el extremo oriental de la costa sur de la isla (Figura 1).

DISCUSIÓN

Los estudios petrográficos y geoquímicos realizados permiten sostener que los atributos macroscópicos de las materias primas Miraflores son diagnósticos para su identificación y, de allí, que su clasificación a ojo desnudo es confiable. Esta característica resulta particularmente útil para su estudio arqueológico, dado que reduce las limitaciones impuestas por el frecuente pequeño tamaño de los artefactos de toba silicificada (<1 g), que impide la realización de estudios geoquímicos y/o petrográficos. Los análisis geoquímicos han mostrado que la toba y la toba silicificada están relacionadas genéticamente y que, en el caso de la primera, los nódulos disponibles en los paleocordones de la Transgresión marina del Holoceno Medio son indistinguibles geoquímicamente de la toba del Chorrillo Miraflores, lo que sugiere que los rodados serían una redepositación desde la fuente primaria (Borrazzo et al. 2010; Tabla 1). Por otra parte, los datos disponibles han permitido diferenciar tres subgrupos geoquímicos (hasta el momento, tres representados entre las tobas silicificadas y dos entre las tobas), todos ellos registrados en la fuente de Miraflores y las muestras arqueológicas. Por el momento sólo se ha verificado la presencia de uno de estos subgrupos geoquímicos en los paleocordones, pero dado que sólo dos nódulos procedentes de esa fuente han sido estudiados geoquímicamente, no se descarta que esta homogeneidad sea producto del pequeño tamaño de la muestra analizada. Cabe destacar que dado que estos depósitos de tormenta son producto de la Transgresión marina, esta fuente secundaria de toba sólo habría comenzado a estar disponible para su explotación con posterioridad al Holoceno Medio.
Con respecto a su distribución arqueológica, los datos disponibles muestran que ambas materias primas han sido transportadas fuera de la isla Grande (por presencia en los conjuntos artefactuales de isla Offing, isla Magdalena y Bahía Laredo), implicando poblaciones canoeras en su traslado (Figura 1). Asimismo, a la presencia de artefactos de toba silicificada en la margen sur del lago Fagnano (sitio Kami I [De Angelis 2012a y b]), lago Blanco (Morello et al. 2012), Estancia Yartou, San Pablo 4 y capas J e I del sitio 11 en Bahía Valentín (a 321 km de la fuente) indica una amplia distribución de estas materias primas en la Isla. En todos los casos, las nuevas identificaciones corresponden a conjuntos arqueológicos del Holoceno tardío, lo cual continúa con la tendencia temporal ya señalada (Morello et al. 2012). Desde la perspectiva tecnológica, los artefactos arqueológicos identificados en las muestras relevadas sugieren la aplicación de estrategias de explotación y uso para ambas materias primas similares en escala macrorregional. La toba ha sido utilizada en la manufactura de alisadores de astiles, único instrumento identificado en esta materia prima hasta el momento, tanto en contextos cercanos como alejados de las fuentes conocidas de esta roca. Para el caso de la toba silicificada, se ha registrado el predominio de la talla bipolar y su uso en la manufactura de (micro) raspadores. Esta tendencia se ha verificado en sitios cercanos (e.g., Laguna Noroeste de Filaret) y alejados de la fuente (Kami 1, Bahía Valentín). Resulta particularmente destacable la homogeneidad en los tamaños (X = 20 mm), estado (entero) y ángulos de descarte (X = 80°) de los raspadores de toba silicificada, lo que sugiere la existencia de pautas globales compartidas (no circunstanciales) a nivel macrorregional. En cuanto al uso de las materias primas Miraflores, los análisis funcionales de base microscópica permitieron establecer que los raspadores de toba silicificada del sitio Kami 1 han sido utilizados en el trabajo de cuero (De Angelis 2012a y b). Adicionalmente, estudios experimentales orientados a evaluar el desempeño funcional de la toba silicificada para el trabajo sobre cuero a fin de explorar los factores involucrados en su selección indicaron que los filos en esa roca ofrecen mayor durabilidad y resistencia al embotamiento con respecto a otras materias primas tales como calcedonia y riolita, utilizadas frecuentemente en la manufactura de este tipo de instrumentos en Tierra del Fuego (De Angelis 2012a y b, 2014).
Los datos obtenidos de la exploración arqueológica de la fuente del Chorrillo Miraflores sugieren que la disponibilidad de la toba sería mayor (en cantidad y tamaño de los nódulos) con respecto a la de la toba silicificada, cuyos nódulos exhiben predominantemente tamaños menores, calidad para la talla heterogénea (sólo porciones pequeñas de algunos nódulos son de calidad muy buena a excelente) y se presentan con frecuencias relativamente más bajas en las distintas subfuentes. Sin embargo, estas tendencias generales necesitan ser evaluadas sistemáticamente por medio de estudios cuantitativos diseñados para tales fines. Por el momento, las características métricas de la mayoría de los artefactos arqueológicos de toba silicificada, entre los que predominan las piezas pequeñas (X = 21,23 mm), y la técnica de talla bipolar son consistentes con la explotación de nódulos de reducidas dimensiones.

CONCLUSIONES

En este trabajo hemos sintetizado y expandido el estado actual de los estudios multidisciplinarios sobre la fuente del Chorrillo Miraflores y sus materias primas líticas. La información disponible señala que si bien estas han sido utilizadas en baja frecuencia, su distribución ha sido muy amplia. En este sentido, el patrón distribucional observado se ajusta a lo esperado en el marco de un sistema de visitas (Borrero et al. 2008, 2011b), es decir, gente que se visita sin necesariamente tener ningún fin de intercambio. Como resultado de estas visitas pueden quedar depositados materiales fuera de su rango habitual, sin que ellos hayan participado de actividades de intercambio. Este aspecto sobre la distribución de las materias primas Miraflores se plantea a modo de hipótesis, que deberá ser evaluada en trabajos futuros que integren otros antecedentes así como también la variabilidad cronológica y contextual. En conjunto, la información obtenida enfatiza el rol y potencial de las materias primas Miraflores como marcadores espaciales en el estudio arqueológico del extremo austral de Sudamérica.

Agradecimientos

A J. Alberti y M. V. Fernández por invitarnos a participar de este volumen. A D. Legoupil y M. Langlais por el dato inédito de la toba silicificada en el sitio Offing 2; a J. Charlin por el dato inédito del artefacto de toba en las colecciones de B. Laredo y a J. Torres por la información sobre la presencia de toba silicificada en L. Vergara. A P. Cárdenas por la identificación de la toba silicificada del sitio Offing 2 y su colaboración en el relevamiento del Chorrillo Miraflores. A A. Prieto por facilitar las muestras de B. Laredo e I. Magdalena. Las siguientes personas hicieron posible la revisión de colecciones líticas de Tierra del Fuego: G. Ameri, P. Cárdenas, J. L. Lanata, L. A. Orquera, I. Ozán, E. Piana, A. Prieto, N. Ratto, M. San Román, L. Sosa, M. Vázquez, M. Weissel y equipo, y A. F. Zangrando. A los evaluadores, por ayudarnos a mejorar este trabajo con sus preguntas, críticas y sugerencias. Esta investigación contó con el apoyo económico del CONICET (PIP- 11220110100262, dirigido por LAB), la ANPCyT (PICT2011-2317, dirigido por KB) y FONDECyT (#1140939, dirigido por FM).

NOTAS

1  Se trata de un alisador de toba.

2  Por razones de espacio, la Tabla 1 presenta la selección de los datos geoquímicos más importantes (aquellos utilizados en los diagramas de la Figura 3). Los datos completos pueden ser solicitados por e-mail a KB.

3  Corresponde a depósitos de rodados de bermas asociadas al máximo de la transgresión marina del Holoceno medio. Los restos de cetáceo recuperados en estos depósitos regresivos han sido fechados en 4780 ± 80 años AP (Favier Dubois y Borrero 2005).

4 Los elementos mayoritarios son normalizados de este modo antes de graficarlos en el diagrama de clasificación TAS a fin de minimizar los efectos derivados de la meteorización y/o alteración que usualmente incorpora agua a la roca, lo que modifica la posición de la muestra en el diagrama hacia valores más bajos de SiO2 y (Na2O + K2O).

5 Esto es así a excepción de las muestras 3 y 9 (Tabla 1), cuya composición las ubica en el campo de las andesitas.

6 La muestra de toba silicificada del sitio Kami I está compuesta por 401 piezas menores a 2 cm y 35 mayores a 2 cm. De los artefactos mayores a 2 cm, 24 son raspadores (De Angelis 2012a y b).

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