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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.17  supl.1 Olavarría mayo 2016

 

ARTÍCULOS

Primeras etapas de elaboración cerámica en Los Tres Cerros 1 (Victoria, Entre Ríos). Caracterización mediante petrografía de pastas

 

Violeta Di Prado

Violeta Di Prado. Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina. Paseo del Bosque s/n (CP 1900), La Plata, Buenos Aires, Argentina. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). E-mail: violetadiprado@hotmail.com

Recibido 25 de junio 2014.
Aceptado 5 de julio 2015


RESUMEN

A pesar de la abundancia y la diversidad que caracterizan al registro cerámico prehispánico del Delta Superior del río Paraná, son escasos los estudios detallados del proceso de elaboración de alfarería. En este trabajo se presentan los primeros resultados de la petrografía de pastas de vasijas recuperadas en posición estratigráfica en el sitio Los Tres Cerros 1 (sector entrerriano del Delta Superior del Paraná) ocupado entre ca. 1030 y 560 años AP. Se identificó la selección de materias primas con inclusiones no plásticas de composición similar (i.e., cuarzo monocristalino, feldespatos, micas y minerales opacos) en los primeros momentos de la producción. En la etapa de preparación de las mezclas arcillosas se observaron algunas diferencias, referidas, sobre todo, al grado de amasado y al agregado de cantidades variables de tiesto molido. La decisión de agregar tiesto molido fue identificada en piezas con diferente morfología: cuencos, vasija levemente restringida y una posible campana. Esta práctica estaría condicionada tanto por factores técnicos como simbólicos, y en Los Tres Cerros 1 persistió durante al menos 500 años. Desde una perspectiva macrorregional, también ha sido registrada en cerámicas de sitios ubicados en otros sectores del Nordeste y en diferentes áreas de la Pampa Húmeda.

Palabras clave: Alfarería; Petrografía; Elecciones tecnológicas; Holoceno tardío final.

ABSTRACT

First steps of ceramic manufacturing process in los tres cerros 1 (Victoria, Entre Rios). Petrographic characterization.

Despite of the characteristic abundance and diversity of the pre-Hispanic ceramic record from the Upper Delta of Parana River, there are few detailed studies of the pottery production process. This paper presents the first results of petrography of vessels recovered from the Los Tres Cerros 1 stratigraphic site (located in the Upper Delta of Paraná River, Entre Ríos Province), occupied between ca. 1030 and 560 years BP. During the first production step, clayey raw material with inclusions of similar composition (i.e., monocrystalline quartz, feldspars, micas and opaque minerals) were selected. During the clay preparation stage, some differences were found, mostly in reference to the degree of kneading and the addition of variable amounts of grog. The decision of adding grog was identified in vessels with different morphology: bowls, slightly restricted vessel and a possible "campana". This practice could be conditioned by technical as well as symbolic constraints, and lasted in Los Tres Cerros 1 for at least 500 years. From a macroregional perspective, grog addition it has been recorded on ceramics from sites located at different areas of Northeast Region and Humid Pampas.

Keywords: Pottery; Petrography; Technological choices; Final Late Holocene.


 

INTRODUCCIÓN

Los estudios sobre la cerámica prehispánica del Delta Superior del río Paraná han sido discontinuos y se han centrado en aspectos morfológicos y estilísticos (Ambrosetti 1893; Gaspary 1950). Recientemente, se han comenzado a abordar en profundidad las prácticas de producción y uso de la alfarería, mediante la realización de análisis tecnomorfológicos sistemáticos (Di Prado y Turnes 2008; Di Prado y Castro 2014) y la aplicación de técnicas arqueométricas (Capdepont y Bonomo 2010-2011; Bonomo et al. 2012; Letieri et al. 2012; Di Prado 2013a; Ottalagano 2013). Desde fines de la década de 2000, la autora de este trabajo está estudiando la cerámica de sitios del Delta Superior del Paraná desde la perspectiva teórico-metodológica del estilo tecnológico (Stark 1999, 2003; Gosselain 2000). Para identificar las elecciones técnicas realizadas por los ceramistas en las diferentes etapas del proceso de elaboración se han empleado diversas estrategias analíticas (e.g., remontajes, difracción de rayos X, análisis termogravimétrico y térmico diferencial) (Di Prado 2013a; Di Prado y Castro 2014). Hasta el momento, los estudios más exhaustivos se han efectuado sobre la alfarería procedente del sitio arqueológico Los Tres Cerros 1 (LTC1), ubicado en el departamento Victoria, Entre Ríos (Figura 1) (Di Prado 2013a; Di Prado y Castro 2014).


Figura 1
. Ubicación y vista de los sectores excavados del sitio Los Tres Cerros 1.

LTC1 consiste en un montículo elevado intencionalmente, de 57,5 m en su eje menor, 66,6 m en su eje mayor, 2,1 m de altura con respecto a la planicie circundante y un volumen de sedimentos de 1703 m3. Fue ocupado entre ca. 1030 y 560 años AP de forma semipermanente por grupos cazadores, recolectores, pescadores y horticultores, y su registro fue asignado a la entidad arqueológica Goya-Malabrigo (Politis y Bonomo 2012; Castiñeira et al. 2013). En la primera temporada de trabajo de campo, realizada en 2009, se excavaron 10 m2 en la cima de LTC1 (Figura 1) y se hallaron evidencias de actividades residenciales (Politis et al. 2011; Bastourre 2014). En cuanto a la cerámica, se han analizado más de 14.000 piezas (e.g., tiestos, apéndices zoomorfos, "campanas", cuentas de collar, masas de arcilla), recuperadas en seis de las 10 cuadrículas excavadas en la cima de LTC1 y, con mayor profundidad, más de 3000 provenientes de toda la secuencia estratigráfica de la cuadrícula 1 (Figura 1). En este trabajo se presenta el análisis petrográfico de pastas de algunas de las 49 vasijas identificadas en esta cuadrícula, cuyas historias de vida fueron caracterizadas en Di Prado y Castro (2014). Con base en los resultados aquí presentados, se busca avanzar en la caracterización de las primeras etapas del proceso de elaboración de la alfarería de LTC1.

MATERIALES Y MÉTODOS

Como fue señalado, hasta el momento se analizaron sistemáticamente los restos cerámicos recuperados en los niveles 1 al 371 de la cuadrícula 1 (n = 3291). Esta muestra comprende 2709 fragmentos de cuerpo (82,32%), 450 bordes (13,67%), 18 posibles bases (0,55%), cuatro asas (0,12%), seis apéndices recortados y macizos (0,18%) y 32 masas de arcilla (0,97%). Los restantes 72 tiestos (2,19%) no pudieron incluirse en ninguna categoría debido a su pequeño tamaño. De los 3185 tiestos correspondientes a diferentes sectores de vasijas, solamente 1378 fueron agrupados en cuatro familias de fragmentos, con base en la similitud de diversos atributos (e.g., color, espesor, tratamiento de superficie). La conformación de familias se realizó con el propósito de facilitar los remontajes, asociar a una vasija tiestos que no remontan y estimar el número mínimo de vasijas (NMV = 49) a partir de bordes y perfiles parcialmente reconstruidos (véanse las características tecnomorfológicas del conjunto en Di Prado y Castro 2014: 264-266).
Las muestras para confeccionar 10 láminas delgadas se seleccionaron con los objetivos específicos de: a) caracterizar las pastas de vasijas recuperadas en distintos sectores de la secuencia
estratigráfica de LTC1; y b) explorar si los ceramistas tomaron diferentes decisiones tecnológicas durante la elección y el procesamiento de materias primas para elaborar las piezas. Entre los tiestos elegidos, ocho pertenecen o fueron asociados (de acuerdo con el criterio de familia de fragmentos) a alguna de las 49 vasijas identificadas. Los dos restantes corresponden a un fragmento de base, que no fue asignado a ninguna pieza particular, y a otro de campana. Este último procede del nivel 22 de la cuadrícula 2, mientras que los demás tiestos se hallaron en distintos niveles de la cuadrícula 1 (Figura 1). Las secciones delgadas se analizaron con un microscopio de polarización Olympus BX60, con aumentos de 40X (vista general), 100X (conteo de puntos) y 200X (vista de detalle)2. Las inclusiones no plásticas se clasificaron en cristaloclastos y tiesto molido (Cremonte y Bugliani 2006-2009). Se registraron la forma (angulosa, redondeada, subangulosa y subredondeada) y la granulometría de acuerdo con la escala Udden-Wentworth (Carver 1971). Para el análisis modal cuantitativo se utilizó un contador de puntos (entre 250 y 400 puntos por corte delgado), que permitió determinar la proporción de matriz, cavidades e inclusiones (Cremonte y Bugliani 2006-2009; Roper et al. 2010).

RESULTADOS

Las pastas presentan porcentajes variables de matriz, que oscilan entre 57% y 73% (Tabla 1). La matriz presenta birrefringencia en seis cortes, mientras que en los restantes cuatro exhibe sectores birrefringentes en contacto con porciones opacas. Las matrices opacas evidencian la utilización de arcillas ricas en materia orgánica (Stoops 2003, en Roper et al. 2010: 139-140) o en óxidos de hierro. En las muestras estudiadas, los sectores opacos podrían deberse a la cocción diferencial, que no habría llegado a consumir toda la materia orgánica (Figura 2a), o al agregado de óxidos de hierro (el tiesto que se observa en la Figura 2b presenta una capa de pigmento). En relación con las cavidades, las pastas presentan porcentajes que varían entre 2% y 18% (Figura 2b, c): cinco muestras poseen abundancia escasa3, y las restantes cinco exhiben abundancia media (Tabla 1). Los tamaños son variables, y en la mayoría de las pastas son pequeñas (0,25-0,5 mm) y medianas (0,5-2 mm). Solamente en un corte (LTC1.C1.Ni25.G5) se observaron cavidades con una leve orientación paralela al labio (Tabla 2). La escasez de poros y oquedades indica un buen trabajo de amasado durante la preparación de las materias primas arcillosas (Pereyra Domingorena 2012: 407). El fragmento de la Figura 2b presenta estratigráfica de LTC1; y b) explorar si los ceramistas tomaron diferentes decisiones tecnológicas durante la elección y el procesamiento de materias primas para elaborar las piezas. Entre los tiestos elegidos, ocho pertenecen o fueron asociados (de acuerdo con el criterio de familia de fragmentos) a alguna de las 49 vasijas identificadas. Los dos restantes corresponden a un fragmento de base, que no fue asignado a ninguna pieza particular, y a otro de campana. Este último procede del nivel 22 de la cuadrícula 2, mientras que los demás tiestos se hallaron en distintos niveles de la cuadrícula 1 (Figura 1). Las secciones delgadas se analizaron con un microscopio de polarización Olympus BX60, con aumentos de 40X (vista general), 100X (conteo de puntos) y 200X (vista de detalle)2. Las inclusiones no plásticas se clasificaron en cristaloclastos y tiesto molido (Cremonte y Bugliani 2006-2009). Se registraron la forma (angulosa, redondeada, subangulosa y subredondeada) y la granulometría de acuerdo con la escala Udden-Wentworth (Carver 1971). Para el análisis modal cuantitativo se utilizó un contador de puntos (entre 250 y 400 puntos por corte delgado), que permitió determinar la proporción de matriz, cavidades e inclusiones (Cremonte y Bugliani 2006-2009; Roper et al. 2010).

Tabla 1. Porcentaje de inclusiones, matriz y cavidades. Cuad. = cuadrícula; Qm. = cuarzo monocristalino; F = feldespatos; M = moscovita; Op. = opacos.

Tabla 2. Características de inclusiones no plásticas y cavidades. Cuad. = cuadrícula; Het./Hom. gr. = heterogeneidad/homogeneidad granulométrica; red. = redondeada; subred. = subredondeada; subang. = subangulosa; ang. = angulosa. *Se observó una leve orientación paralela al largo del corte. **No se observó orientación de las inclusiones en ninguna muestra.


Figura 2
. Fotomicrografías y vistas macroscópicas de muestra con sectores opacos y birrefringentes (a), y muestras con proporción mínima (b) y máxima (c) de cavidades.

En cuanto a la proporción de inclusiones no plásticas, nueve pastas presentan abundancia relativa densa (>20%) (Tabla 1); y la restante (Figura 2c), abundancia media (10-20%). La mineralogía es similar en todos los cortes: los cristaloclastos están representados mayoritariamente por cuarzo monocristalino y minerales opacos (óxidos de hierro) y, en menor medida, por feldespatos (principalmente potásicos y en menor proporción plagioclasas) y mica (moscovita). También se registró tiesto molido en todas las pastas en porcentajes variables (Tabla 1) y partículas biosilíceas en cantidades inferiores al 1%. En cinco pastas predominan las inclusiones de cuarzo monocristalino, con porcentajes de 11% y 21% (la predominancia es marcada en relación con los otros tipos de inclusiones, con diferencias que varían entre 6% y 17%) (Figura 3a). En cuatro cortes, los porcentajes de tiesto molido y cuarzo monocristalino son semejantes; la diferencia entre ambos no supera el 3% (Figura 3b). Por último, en una muestra se registró un 10% de minerales opacos, seguidos por cuarzo monocristalino (6%) y tiesto molido (6%). No se identificaron litoclastos (Tabla 1). En general, los cristaloclastos poseen formas subredondeadas a angulosas y tamaños correspondientes a limo grueso-arena muy fina (Tabla 2). Por su parte, los tiestos molidos son subangulosos a angulosos y exhiben heterogeneidad granulométrica, con tamaños comprendidos entre arena fina y sábulo. Los rangos de tamaño predominantes se encuentran entre arena fina y mediana; aquellos tiestos molidos con tamaños iguales o superiores a arena gruesa están poco representados (Figura 4). Poseen diferentes colores que varían entre castaño rojizo (2.5YR 4/4, 5YR 4/3), rojo tenue (2.5YR 4/2, 10R 5/4) y rojo oscuro (7.5R 3/4) (Munsell Soil Color Charts 1994).


Figura 3
. Fotomicrografías y vistas macroscópicas de muestra con predominio de cuarzo monocristalino (a) y muestra con porcentajes semejantes de cuarzo monocristalino y tiesto molido (b).


Figura 4
. Fotomicrografías y vistas macroscópicas de muestras con inclusiones de tiesto molido.

Estas variaciones cromáticas serían el resultado de la interrelación entre la composición de las materias primas empleadas para elaborar las piezas reutilizadas como desgrasante y las condiciones de cocción y recocción a las que fueron sometidas (Zuluaga et al. 2011: 445). En una de las pastas se registraron tiestos molidos, que presentan a su vez, antiplástico de tiesto molido (Figura 4b).

DISCUSIÓN

Selección y aprovisionamiento de materias primas
En la mayoría de las pastas de LTC1 las inclusiones minerales poseen tamaños comprendidos entre limo medio y arena fina (se relevaron escasos granos de cuarzo de tamaño arena media o mayor). Las formas son subredondeadas a angulosas, y la composición incluye cuarzo, feldespatos, moscovita y opacos. En términos generales, la mineralogía de los cristaloclastos coincide con la identificada en las muestras correspondientes a los depósitos sedimentarios naturales superficiales y subsuperficiales de la localidad arqueológica Los Tres Cerros (Politis et al. 2011; Castiñeira et al. 2013). Más precisamente, los clastos de tamaño grava y arena de las unidades inferiores del montículo de LTC1 (sistema de depositación natural) están compuestos por cuarzo, feldespatos y mica (unidad I) y cuarzo y mica (unidad II) (Castiñeira et al. 2013: 44). A su vez, estos sedimentos son semejantes a los que se encuentran en la planicie circundante al sitio, de acuerdo
con los tipos de argilominerales representados (Politis et al. 2011: 78). En este momento de la investigación no es posible comparar los tipos de arcillas presentes en estos sedimentos y en las pastas, porque todavía no se identificó la composición de la matriz arcillosa de las cerámicas. En una escala espacial más amplia, la fracción gruesa de los sedimentos aluviales que componen el lecho de diferentes sectores de la cuenca del río Paraná también está compuesta por granos de tamaño limo y arena fina, con una selección pobre a moderada (Manassero et al. 2008). La composición incluye cuarzo y, en menor proporción, calcedonia y feldespatos, siendo raros los minerales opacos (Manassero et al. 2008: 127-128). Con base en lo discutido en el párrafo anterior, se propone que los cristaloclastos de las pastas de LTC1 estarían incluidos naturalmente en las materias primas. Pero la caracterización mineralógica y textural provista por el análisis petrográfico no permite inferir la procedencia precisa de las arcillas empleadas. Para abordar este problema es necesario realizar ensayos experimentales y aplicar técnicas arqueométricas (e.g., difracción de rayos X; fluorescencia de rayos X) que posibiliten identificar los argilominerales y los elementos químicos que componen tanto las pastas como los afloramientos potencialmente explotados (Neff et al. 1988; Cremonte y Bugliani 2006-2009).
Si bien no se identificaron las fuentes de abastecimiento, la semejanza composicional identificada entre las inclusiones de todas las pastas permite proponer dos alternativas en relación con las decisiones tomadas durante la etapa de selección. Los ceramistas se habrían aprovisionado en los mismos afloramientos en sucesivos eventos de manufactura a lo largo del tiempo y/o habrían explotado distintos afloramientos con cierta homogeneidad composicional, durante las ocupaciones semipermanentes de LTC1. Con todo, la actividad de fabricar alfarería se llevó a cabo en el sitio. Además de la gran cantidad de restos cerámicos, se hallaron materiales que estuvieron involucrados en el proceso de producción, como por ejemplo 12 masas de arcilla con huellas de manipulación antrópica. Una de ellas exhibe improntas de uñas y huellas digitales y correspondería a un desecho de manufactura. Incluso algunos tiestos podrían haber participado en el proceso de elaboración, tanto durante el alisado4 (véanse casos y discusión en López Varela et al. 2001: 186-187), como en la decoración de las superficies cerámicas (Ottalagano 2010). Por último, la capa de pigmento rojo relevada en el Layer III del sistema de depositación antrópico de LTC1 (Politis et al. 2011: 78) podría haber sido utilizada como colorante en las coberturas de algunos tiestos. Para contrastar esta hipótesis, se están estudiando muestras de pigmento rojo procedentes de la capa mencionada y de las coberturas de las piezas, mediante difracción de rayos X y microscopía electrónica de barridoespectrometría de energía dispersiva.
Además de las materias primas, otros recursos necesarios para manufacturar cerámica están disponibles en las inmediaciones de LTC1. En relación con los combustibles potenciales para la cocción, en el ambiente deltaico la madera no es un recurso crítico (Brea et al. 2013: 355). A partir del análisis de los macrorrestos vegetales carbonizados recuperados en la cima de LTC1, se identificaron carbones correspondientes mayoritariamente a espinillo y algarrobo. Estas especies arbóreas poseen poder calórico alto y duradero y son muy adecuadas como combustible (Brea et al. 2013: 356).
En suma, las evidencias discutidas en este apartado apoyan la producción de alfarería in situ en LTC1. Sobre la base de la similitud composicional entre las inclusiones de las pastas y de los granos de tamaño arena de los sedimentos disponibles en las inmediaciones del sitio, se plantea la posibilidad de que los ceramistas de LTC1 se hayan abastecido de materias primas localmente. En este sentido, información transcultural relevada entre grupos de distintas regiones indica que la mayoría de ellos recolecta las materias primas en lugares situados a una distancia inferior a 3 km (Gosselain y Livingstone Smith 2005: 35) o a 7 km (Arnold 2005: 16) del lugar en donde residen o elaboran la cerámica.

Preparación de la mezcla arcillosa
La presencia de tiesto molido indica que los ceramistas tomaron la decisión de agregar un tipo de material como antiplástico y que previamente debieron realizar una serie de gestos técnicos, tales como machacar y/o moler las piezas cerámicas. La heterogeneidad de tamaños de las inclusiones de tiesto molido, más pronunciada en algunas pastas que en otras, podría deberse a la interacción entre diversas posibilidades: la utilización o no de tamices, la dureza diferencial de los fragmentos reutilizados, el tiempo dedicado a la acción de machacar o moler y la naturaleza de los componentes del equipo de molienda (A. Matarrese, comunicación personal 2013). En LTC1 los artefactos líticos que podrían haber sido utilizados en la molienda son escasos, fueron fabricados sobre materias primas disponibles a distancias mayores a 50 km y se encuentran en proceso de análisis (E. Apolinaire, comunicación personal 2015).
Asimismo, la identificación de inclusiones de tiesto molido con antiplástico de chamote permite derivar algunas inferencias. Por un lado, tanto las piezas reutilizadas como desgrasante como las vasijas atemperadas con ellos fueron elaboradas de acuerdo con las mismas elecciones técnicas (al menos en las primeras etapas del proceso de manufactura). Por otro lado, este modo de preparar la arcilla habría sido transmitido de artesano a artesano y/o de generación en generación, si se considera que en LTC1 se elaboró alfarería durante ocupaciones semipermanentes a lo largo de ca. 500 años. Esta elección tecnológica se configuró en un determinado contexto social y estaría relacionada con la intención de mejorar las cualidades de las pastas, tanto desde el punto de vista técnico como simbólico (Gosselain y Livingstone Smith 2005: 41). En relación con posibles mejoras tecnológicas, el tiesto molido disminuye la plasticidad de la mezcla arcillosa y es estable durante la etapa de cocción, debido a que ya fue sometido a la acción del calor (Rye 1981: 33). En cuanto a los factores vinculados con el ámbito de las creencias, estudios transculturales proponen que muchos ceramistas contemporáneos reciclan fragmentos cerámicos arqueológicos en antiplástico, como un modo de vincular las nuevas vasijas con las antiguas. En un caso particular del África subsahariana, Smith (1989 en Gosselain 1998: 101) propone que los tiestos preservan el vínculo entre el/la ceramista y la familia por un lado, y entre ellos con la tierra, por el otro.

CONSIDERACIONES FINALES

La integración de la información provista por la petrografía de pastas con otras líneas de evidencia (e.g., desechos de manufactura, disponibilidad de recursos para la manufactura) permitió inferir que las piezas aquí analizadas se habrían fabricado en LTC1. Los ceramistas seleccionaron materias primas con inclusiones no plásticas de composición similar, cuyo abastecimiento se habría realizado localmente en relación con el sitio. Se observaron algunas diferencias en la etapa de preparación de las mezclas arcillosas, referidas sobre todo al grado de amasado y al agregado de cantidades variables de tiesto molido. Esta práctica fue registrada en piezas procedentes de distintos niveles, con diferente morfología (cuencos, vasija con una leve restricción y una posible campana), con distintos tratamientos de superficie (alisado, pulido y adición de pigmento) y con presencia o ausencia de alteraciones por uso (hollín, esquirlas en los labios) (Di Prado y Castro 2014: 267-269). La adición de este tipo de antiplástico estaría condicionada tanto por factores técnicos como simbólicos y en LTC1 persistió durante al menos 500 años.
Desde un enfoque comparativo, ciertas características de las pastas cerámicas de LTC1 coinciden con las descriptas para alfarería procedente de otros sitios del Delta Superior e Inferior del Paraná  (Capdepont y Bonomo 2010-2011; Letieri et al. 20125; Ottalagano 2013). Estos autores han presentado pastas con inclusiones de tiesto molido, cristaloclastos (cuarzo, minerales opacos, feldespatos) y partículas biosilíceas6. Ottalagano y Pérez (2013) hallaron semejanzas en la naturaleza, el tamaño y la frecuencia de las inclusiones no plásticas en cerámicas del Delta Superior e Inferior del río Paraná. Por su parte, Capdepont y Bonomo (2010-2011: 141-142) determinaron la utilización de arcillas de ambientes fluviales para manufacturar alfarería en el delta y el agregado de tiesto molido en todas las muestras del Delta Superior y sólo en algunas del Delta Inferior. Si bien las petrografías descriptas por los autores mencionados presentan algunas diferencias con las aquí analizadas, debido a los objetivos de este trabajo se hizo hincapié en los atributos compartidos. Asimismo, la adición de tiesto molido ha sido ampliamente reconocida en piezas procedentes de sitios ubicados en el Paraná medio (Caggiano 1984; Rodríguez 2001; Ceruti 2003). Se ha registrado en formas cerámicas incluidas en las tres "entidades arqueológicas" definidas para el sur del Nordeste (i.e., Cancha de Luisa, Goya-Malabrigo, tradición guaraní) (Caggiano 1984; Ceruti 2003; Loponte 2008; Capdepont y Bonomo 2010-2011; Ottalagano y Pérez 2013). Desde una perspectiva macrorregional, se ha identificado en alfarería de distintas áreas de la Pampa Húmeda (González 2005; Loponte 2008; Di Prado 2013b; Pérez Meroni et al. 2013). De modo que esta decisión tecnológica atravesó los límites de las entidades arqueológicas definidas para el Nordeste y habría circulado a través de un extenso territorio. Dicha circulación sería independiente de otras elecciones técnicas efectuadas durante la elaboración de cerámica en el área, relacionadas por ejemplo con determinados tratamientos de superficie (e.g., corrugado) y técnicas constructivas (e.g., modelado).

Agradecimientos

Quiero agradecer a Diego Gobbo por su ayuda con el mapa y a Alejandra Matarrese por su asesoramiento sobre los equipos de molienda. A los directores del proyecto de arqueología del Delta Superior del río Paraná, Gustavo Politis y Mariano Bonomo, por brindarme la posibilidad de analizar el registro cerámico de LTC1. A Gustavo Politis, a Carola Castiñeira y a los evaluadores anónimos, cuyas sugerencias mejoraron sustancialmente la primera versión de este trabajo. El análisis petrográfico de pastas fue subsidiado por el proyecto "Un abordaje arqueológico regional de las poblaciones prehispánicas del sudeste de la región pampeana y del Delta Superior del río Paraná", PIP CONICET 1282, dirigido por Gustavo Politis.

NOTAS

1 Las 10 cuadrículas de la cima de LTC1 se excavaron hasta una profundidad aproximada de 2 m (representativa de toda la secuencia estratigráfica), mediante niveles artificiales de 5 cm y siguiendo la pendiente de 5° del montículo (Politis et al. 2011).

2 Las láminas delgadas fueron interpretadas por el Lic. Martín Morosi, del Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica (CETMIC).

3 Escala de abundancia de cavidades e inclusiones tomada de Cremonte y Bugliani (2006-2009: 243): escasa (inferior a 10%), media (10-20%) y densa (>20%).

4. En LTC1 se registraron tiestos de forma triangular, con bordes de fractura relativamente regulares, pero sin rastros de formatización claros, semejantes a las herramientas de alfarero presentadas en el trabajo de López Varela et al. (2001).

5 El sitio Fuerte Sancti Spiritus se encuentra en la provincia de Santa Fe, adyacente al Delta Superior del río Paraná (Letieri et al. 2012), y la mayor parte de la alfarería hallada en el sitio presenta características compatibles con la asignada a la entidad arqueológica Goya-Malabrigo.

6 Letieri et al. (2012) describen pastas que poseen inclusiones no plásticas de fragmentos líticos, aunque en baja proporción. La diferencia más marcada entre los conjuntos cerámicos está dada por la presencia de tiesto molido en las pastas del Fuerte Sancti Spiritus y su ausencia en las pastas de la cercana localidad arqueológica Timbúes

REFERENCIAS CITADAS

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