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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.17 no.3 Olavarría dic. 2016

 

RESEÑAS DE LIBROS

Reseñas de libros

 

Zooarqueología aplicada: ¿por qué y para qué?

Reseña del libro Applied zooarchaeology, five case studies de Steve Wolverton, Lisa Nagaoka y Torben C. Rick. Eliot Werner Publications, Nueva York. 130 pp., ISBN-13: 978-0989824965

De Clara Otaola

Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (IMHICIHU-CONICET). Saavedra 15, 5to. piso (C1082ACA), Ciudad Autónoma de Buenos Aires. E-mail: claraotaola@conicet.gov.ar

Wolverton, Nagaoka y Rick han publicado un libro que debería ser incluido en los programas de cualquier seminario o materia en que se aborden temas de zooarqueología y tafonomía. En esta obra, los autores presentan casos de estudio de manera didáctica, donde se explican y discuten las implicancias que los resultados de los estudios zooarqueológicos han tenido sobre las decisiones de manejo de fauna silvestre, en un lenguaje llano pero agudo a la vez. Los capítulos vienen acompañados además de preguntas-guía que pueden ser utilizadas para orientar el debate en clase. Applied zooarchaeology, five case studies es ideal para introducir a estudiantes e investigadores en el creciente campo de la zooarqueología aplicada. Esto se logra con claridad y sencillez mediante el desarrollo de conceptos cruciales para el correcto desempeño de dicha disciplina y de la arqueología en general.

La zooarqueología tiene una misión
Si algo queda claro después de leer esta obra es que los zooarqueólogos tenemos una "misión": fomentar una disciplina que sea capaz de involucrarnos en el desarrollo de políticas conservacionistas y de manejo. Los casos elegidos por los autores sirven para introducir no solamente aspectos teóricos y prácticos de la zooarqueología aplicada y la tafonomía, sino también para poner sobre la mesa debates en los que los zooarqueólogos deberían cobrar mayor protagonismo. Ya no podemos considerar a esta disciplina como una actividad deslindada de responsabilidades en la que sólo nos ocupemos de investigar acerca de las relaciones entre los hombres y los animales en el pasado. Este libro despierta en el lector un estado de conciencia sobre la importancia de adquirir un rol activo en los dilemas que presenta la preservación de las especies y los ecosistemas. Un aspecto muy valioso es que los autores no sólo transmiten este mensaje, sino que además nos brindan generosamente una serie de herramientas para llevar a cabo esa tarea. Puede observarse, a partir de su lectura, el efecto positivo en la manera de ejercer y de transmitir la zooarqueología que poseen Wolverton, Nagaoka y Rick, en la que es posible reconocer toda una escuela cuyos cimientos se erigen a partir de trabajos de R. Lyman y D. Grayson, donde el paradigma es aumentar el peso de la evidencia ("The weight of evidence") por medio del uso de múltiples líneas de análisis. A lo largo de los capítulos, los autores apelan permanentemente a la siguiente pregunta: ¿qué es lo que hace que la zooarqueología sea una disciplina única y beneficiosa para el desarrollo de planes de manejo y conservación? El desafío no está en encontrar la respuesta, la cual se hace evidente en cada párrafo, sino en que entendamos por qué es importante que desarrollemos una disciplina con datos, perspectivas y criterios que puedan expresarse en el mismo lenguaje que el que utilizan aquellos que se dedican a la conservación y manejo de la biodiversidad.
Ante planes de reintroducción, relocalización o de conservación de especies, surgen preguntas clave como ¿de dónde debe provenir la población a ser reintroducida? ¿Qué espacios/ecosistemas ocupaba esa especie en el pasado? ¿De qué manera la distribución pasada, su morfología y genética puede ayudarnos a entender el potencial para la translocación y reintroducción? Pues bien, este libro demuestra claramente que, por medio del entrecruzamiento de información osteométrica, genética e isotópica de muestras arqueológicas, la zooarqueología aplicada puede ayudar a resolver estos interrogantes. Este desafío es presentado mediante el desarrollo de casos en los que la información de la zooarquelogía aplicada fue primeramente ignorada, desestimada o considerada muy ambigua como para ser incluida por parte de los biólogos conservacionistas. Como ejemplo, en el Capítulo 2 se muestra el caso del intento fallido de reintroducción de nutrias marinas (Enhydra lutris) en la costa de Oregon, al noroeste de Estados Unidos. En esa oportunidad, la información brindada por los zooarqueólogos no fue atendida y, como resultado, el plan de reintroducción de esta especie fracasó. Afortunadamente, en similares situaciones más recientes ocurrió exactamente lo contrario. En Nueva Zelanda, la información zooarqueológica ayudó a resolver interrogantes sobre los ecosistemas habitables y posibles para la relocalización del ave Takahe (Porphyrio hochstetteri), hecho que contribuyó al incremento en el número de especíemenes de este taxón en la isla (Capítulo 5).

Zooarqueología aplicada fuera de nuestra disciplina
El libro también remarca en varias oportunidades que parte del desafío de la zooarqueología aplicada es convencer a otras disciplinas de que nuestros datos y análisis pueden ser tan robustos y valederos como los de otras ciencias consideradas más "duras" que la arqueología. Ante preguntas tales como ¿cómo sabemos que los conjuntos de un sitio son representativos de una comunidad biológica del pasado? ¿Cómo sabemos que los restos que encontramos allí no son producto del transporte llevado a cabo por las personas que ocuparon el sitio (Cultural filter)?, los autores señalan que es fundamental garantizar la calidad de dichos datos y dar muestras claras de eso con la publicación completa del manejo que hemos realizado de ellos. En este sentido, los zooarqueólogos corremos con una ventaja, porque los problemas acerca de la calidad y cantidad de los datos son constantes en nuestro trabajo cotidiano, y es por esto que hemos desarrollado herramientas para lidiar con ellos. En tal sentido, Wolverton y colaboradores resaltan el aspecto crucial del trabajo tafonómico, porque sirve para demostrar a quienes no están acostumbrados a trabajar con evidencias arqueológicas que las muestras con las que trabajamos, a pesar de estar promediadas por el paso del tiempo, pueden ser representativas de las comunidades biológicas del pasado.
Además de las herramientas para el desarrollo de la zooarqueología aplicada, en la obra se enfatiza sobre un aspecto muy interesante, que se desprende de las experiencias vividas por los autores: cómo mejorar la comunicación y el trabajo interdisciplinario con biólogos, ecólogos y conservacionistas. Es poco factible que los conservacionistas que vayan a utilizar la información zoooarqueológica se interesen o profundicen sus lecturas sobre cómo nosotros resolvemos estos problemas, por lo que los autores recomiendan utilizar herramientas y temas que sean conocidos por ellos, como los análisis denominados species area curves, nestedness analyses y el estudio de ecología isotópica del área en la que nos encontremos trabajando. Generalmente considerada una ciencia "blanda", la arqueología debe redoblar esfuerzos para que nuestros datos sean considerados válidos, interesantes y legibles por biólogos, ecólogos y conservacionistas. "We must dress Taphonmy in their language" es una buena metáfora que utilizan Wolverton, Nagaoka y Rick para recomendar una estrategia comunicativa que puede ayudarnos a estrechar puentes entre la arqueología y la biología de la conservación. Considero que Applied Zooarchaeology, five case studies nos viene muy bien a quienes conformamos la comunidad zooarqueológica argentina.
Este trabajo brinda algunas pautas para que encontremos de qué manera nuestras voces puedan ser oídas eficazmente en ámbitos de toma de decisiones. Si bien la zooarqueologia lleva varios años de creciente desarrollo en nuestro país, podríamos decir que la zooarqueología aplicada aún está en sus comienzos, con trabajos que involucran fauna marina y terrestre a lo largo de todas las regiones de la República Argentina. Finalmente, si tuviesen que mencionar libros que hayan dejado una marca en su formación y que estén hoy dentro de sus preferidos, probablemente coincidan conmigo en anotar en su lista obras tales como Bones, Ancient men and Modern Myth (Binford 1981), Quantitative zooarchaeology (Grayson 1984) y Vertebrate Taphonomy (Lyman 1994), entre algunos otros. Estoy segura de que después de leer Applied Zooarchaeology, five case studies, ustedes también van a sumarlo entre sus favoritos.

REFERENCIAS CITADAS

1. Binford, L. R. 1981 Bones: ancient men and modern myths. Academic Press, Londres.

2. Grayson, D. K. 1984 Quantitative Zooarchaeology. Topics in the Analysis of Archaeological Faunas: Studies in Archaeological Science. Academic Press, Orlando.

3. Lyman, R. L. 1994 Vertebrate taphonomy. Cambridge University Press, Cambridge.

 

Tecnología lítica en Chile Central durante el Pleistoceno terminal: cadenas operativas y ritmos de interacción social

Reseña del libro Los primeros andinos. Tecnología lítica de los habitantes de Chile trece mil años atrás, de César Méndez, Fondo Editorial, Pontificia Universidad Católica del Perú, 252 pp. ISBN: 9786123171452

De Gustavo Martínez.

Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (INCUAPA-CONICET). Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Avenida del Valle 5737 (B7400JWI), Olavarría, Buenos Aires, Argentina. E-mail: gmartine@soc.unicen.edu.ar

El libro de César Méndez es un gran aporte a los estudios de tecnología lítica de los habitantes tempranos de Chile central. Su contribución, además, excede los límites de lo tecnológico, puesto que brinda un excelente panorama sobre otras características del poblamiento temprano de la región. El autor realiza una discusión inicial sobre el estado del arte de los modelos que explican el poblamiento temprano en Norte y Sudamérica, destacando algunos problemas clave referidos a la tecnología lítica. Presenta una exhaustiva revisión de sitios tempranos chilenos, entre los cuales se encuentran los que serán objeto de estudio, donde se describen aspectos cronológicos, las asociaciones contextuales, su integridad y confiabilidad, así como la intensidad de la señal humana en ellos. A esto se suma una completa revisión del escenario paleoambiental del área de estudio, donde se describe el marco ecológico con el que interactuaron los primeros pobladores. Estos aspectos son retomados y discutidos a lo largo del libro sobre la base de los análisis líticos realizados en los sitios de Quebrada Santa Julia, Taguatagua 1 y 2, Valiente, Quereo 1 y 2 y Las Monedas.
Las aproximaciones teóricas y metodológicas en las cuales se basa el trabajo están exhaustivamente tratadas y el lector encontrará en esos capítulos una importante riqueza y versatilidad que atraviesa distintas aproximaciones a la tecnología lítica: organización tecnológica, escuela francesa y enfoques evolutivos. Lejos de caer en un eclecticismo poco productivo, el autor combina escalas de análisis, definiciones, conceptos y vías analíticas de manera útil y criteriosa. Temas ligados al aprovisionamiento y calidad de rocas, lugares de procedencia, aspectos tecnotipológicos y morfofuncionales, técnicas de talla y el análisis de cadenas operativas se articulan a lo largo de los capítulos. Sobre la base del trabajo de Gamble (1999), Méndez considera a las cadenas operativas como "ritmos de interacción social en tanto no solo refieren a elementos tan tangibles como la talla lítica, sino que reseñan a la construcción del tiempo y espacio de los seres humanos" (p. 64). Así, el autor le otorga al trabajo una importante dimensión social que va más allá de las meras secuencias de reducción o cúmulos de gestos de los individuos. La información generada sobre las cadenas operativas permitió abordar lo que Méndez llama "ritmos de producción lítica". Así, como ejemplo, para el sitio Santa Julia se observa la integración de dos ritmos: "Los recursos de fuentes distantes acusaron diferenciación temporal en las etapas de abastecimiento, producción, uso y descarte, mientras que en las rocas localmente disponibles este desacoplamiento espacio-temporal no ocurrió y todo aconteció a nivel de la localidad" (p. 199). Esta forma de abordaje
dio lugar a los diferentes "proyectos tecnológicos" propuestos por el autor. Por medio de la definición de los paisajes líticos, Méndez construyó una base regional de recursos. Este punto es de suma importancia, y uno de los mayores aportes de este trabajo, ya que el autor caracterizó fuentes de aprovisionamiento de tres sectores diferentes del Centro de Chile: Los Vilos-Pichidangui, Caimanes Tilama y Taguatagua-estero Zamorano. En cada paisaje lítico, la diversidad, calidad, abundancia y distribución de las rocas es diferente. La construcción de esta base de recursos líticos no es una tarea menor cuando se trata de entender las organizaciones tecnológicas en un contexto de exploración (sensu Borrero 1994-1995) de una región. De hecho, este conocimiento permitió al autor proponer estrategias en diferentes escalas de análisis relacionadas con los modos de aprovisionamiento y con las variaciones espacio-temporales en la forma de adquisición de los recursos durante la ocupación inicial de la región. En el primer caso, la definición de esta base de recursos líticos le posibilitó proponer -sobre la base de algunos sitios (e.g., Quebrada Santa Julia y Taguatagua 1)- estrategias de aprovisionamiento insertas en otras actividades (embedded procurement, sensu Binford 1979) y también el planteo de visitas dirigidas (quizás partidas logísticas) con el propósito de obtener rocas específicas (e.g., cristal de cuarzo) en ciertos sectores del paisaje (e.g., en canteras de Caimanes-Tilama), sobre esta base, y de modo hipotético, se propone que "para las ocupaciones anteriores a los 12.700 años cal AP dominó la estrategia inserta con eventuales desplazamientos más dirigidos. Por otro lado, ante un mayor conocimiento del espacio posterior a los 12.000 años cal. AP, los desplazamientos dirigidos hacia recursos líticos ‘clave’ parecen haberse transformado en una alternativa más frecuente" (p. 197, el énfasis es mío).
Las limitaciones en la integridad de algunos contextos y la naturaleza de las muestras son una constante preocupación por parte del autor, quien no sólo las hace explicitas, sino que además realiza un esfuerzo adicional para lidiar con estos aspectos. A pesar de las condiciones de recuperación y de las muestras de los sitios Taguatagua 1 y 2, es destacable el trabajo de Méndez en la generación de información a partir de estos conjuntos. Los análisis líticos apoyan funcionalidades diferentes para ambos sitios y diferentes cadenas operativas, a pesar de encontrarse en la misma localidad. Esta información es muy relevante e informa sobre variabilidad intersitio entre lugares muy cercanos en términos espaciales. La puesta en valor de estos sitios investigados hace ya varias décadas es otro punto muy meritorio del libro de Méndez. Esta aproximación permitió integrar y comparar sitios con diferentes localizaciones en Chile central, logrando un escenario más idóneo para entender el poblamiento inicial.
El conocimiento generado desde los conjuntos líticos, integrado a otras líneas de análisis y evidencias permitió, por un lado, lograr una mejor comprensión sobre la funcionalidad de sitios, los sistemas de asentamiento y la movilidad y, por el otro, vincular dinámicas poblacionales a escenarios de exploración y colonización. En este sentido, el libro de César Méndez es un gran aporte, ya que trasciende los límites de los aspectos tecnológicos y ofrece un completo panorama sobre las sociedades de cazadores-recolectores tempranos de Chile Central.

REFERENCIAS CITADAS

Binford, L. 1979 Organization and Formation Processes: Looking at Curated Technologies. Journal of Anthropological Research 35 (3): 255‑273.

Borrero, L. 1994-1995 Arqueología de la Patagonia. Palimpsesto 4: 9-69.

Gamble, C. 1999 The Paleolithic Societies of Europe. Cambridge Society Press, Cambridge.

 

Una bestia para Belerofonte…

Reseña del libro Horse Nations: The Worldwide Impact of the Horse on Indigenous Societies Post-1492, de Peter Mitchell, Oxford University Press, 444 pp. ISBN: 9780198703839.

De Amalia Nuevo Delaunay

Universidad Alberto Hurtado, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología. Almirante Barroso 10, Santiago, Chile. E-mail: andelaunay@uahurtado.cl

Si bien existe un abundante cuerpo bibliográfico sobre la adopción del caballo por grupos indígenas luego de su (re)introducción pos 1492, los trabajos compilatorios comparativos entre los distintos estudios son escasos. El libro de Peter Mitchell Horse Nations: The Worldwide Impact of the Horse on Indigenous Societies Post-1492 es una de estas obras. El trabajo de Mitchell, editado por Oxford University Press, tiene por objetivo analizar y comparar la relación y el impacto del caballo -Equus caballus- con y sobre grupos indígenas luego de 1492. La evidencia que utiliza es múltiple, en varios sentidos. Por un lado, reúne y analiza los diferentes trabajos a escala mundial en torno al caballo en ciertos grupos indígenas. Por otro lado, aborda las principales líneas de evidencia analizadas, entre las que se incluyen la histórica, la etnográfica y la arqueológica. Además, los trabajos revisados provienen de una rica variedad de idiomas, entre los que se cuentan el inglés, el español, el portugués, el francés, el italiano y el afrikáans. Si bien debido a la cantidad de datos existentes el objetivo es titánico, el trabajo de Mitchell tiene objetivos derivados claros, planteados desde un primer momento, en cuanto a qué temas se enfatizarán y analizarán a lo largo del libro, considerando en todos los casos al caballo como un marcador temporal ante quem - post quem. Así, las variables analizadas a lo largo de los distintos casos particulares incluyen subsistencia, uso del espacio, organización social, organización política, sistemas de creencia, vida ritual y variables ecológicas. Las preguntas transversales son ¿cómo/ de qué forma/ en qué medida se vieron modificados aspectos relacionados con las variables mencionadas, a partir de la (re)introducción del caballo en las llamadas horse nations? Esta pregunta nos lleva a un aspecto clave del trabajo de Mitchell… ¿Cuáles son las horse nations? (si bien una traducción viable podría ser la de "pueblos ecuestres", considero que no es totalmente literal, por lo que prefiero conservar este concepto en su idioma original). Mitchell las define como aquellas sociedades indígenas que, impactadas por la interacción con grupos europeos desde 1492, interactuaron, sin embargo, bajo sus "propios términos", según consigna el autor, al menos durante un periodo de tiempo. Destaca así la agencia de los pueblos indígenas en el modo en que incorporaron el caballo, siendo la ubicación en relación a la esfera de "pleno" control europeo (entendida en términos geográficos, pero también políticos y simbólicos; en todo caso interrelacionados), una variable crítica. El impacto de la introducción del caballo pos 1492 en las horse nations se analiza a lo largo de diez capítulos. En el capítulo 1, Introducing Horse Nations, Mitchell hace una introducción general de los fundamentos y objetivos de su estudio, y una justificación y síntesis de los diferentes capítulos que lo componen. Así, expone la importancia de estos animales en relación con la transformación de antiguos modos de vida, y la variedad de alcances de esa transformación. También introduce algunos conceptos clave, ya sea por su presencia reiterada a lo largo del escrito, como el referido horse nations, o por su ausencia, como el término "contacto". En este último caso, Mitchell explica su preferencia por no usar este término, pues refiere sólo a un momento puntual o corto y porque -explícita o implícitamente- daría cuenta de un aislamiento previo de los grupos indígenas, lo cual no sería correcto. En ese caso, al igual que lo que sucede con el concepto de "fronteras", el autor prefiere el uso de términos que enfaticen el dinamismo y la laxitud por sobre el estancamiento y la rigidez; poniendo el énfasis en los procesos, el intercambio y la interacción. Otro aspecto contemplado en este capítulo inicial es la justificación del objeto de estudio… ¿Por qué focalizar sobre el caballo? Al respecto, Mitchell refiere a ciertas características de esta introducción europea, que no necesariamente están presentes en conjunto en el resto de las introducciones, como armas, ganado, vegetales, etc.: su "autorreproducción" y su "agencia". Según el autor, la primera de estas características le da al caballo la particularidad de ser un recurso democrático, aunque más no lo sea hasta cierto punto (como se verá en algunos casos puntuales). Por otro lado, la agencia del caballo se relaciona con que su introducción conlleva necesariamente la modificación de ciertos patrones (como la movilidad y el asentamiento) que necesaria y obligadamente deben adecuarse a las necesidades biológicas del animal, a la vez que el caballo mismo modifica su entorno ecológico.
En el capítulo 2, Ancestors, se describe brevemente la historia evolutiva del caballo moderno, las fluctuaciones en la relación Homo-caballo a lo largo del tiempo, su expansión desde Eurasia, sus requerimientos ecológicos y biológicos en relación con su cautiverio y las características de su domesticación. En el capítulo 3, A Prodigal Return, el análisis se enfoca específicamente en la relación ser humanocaballo en América durante el poblamiento temprano; su importancia en la subsistencia, las posibles causas de su extinción y su posterior reintroducción, casi 11 mil años después. Para ello, Mitchell lleva a cabo una exhaustiva revisión bibliográfica de los datos arqueológicos presentes para toda América, en la que se destaca la inclusión de fuentes de difícil obtención, aun en sus países de origen. Los siguientes tres capítulos analizan las horse nations de Norteamérica, donde este animal jugó un papel fundamental en actividades de comercio y raid. Dentro de las distintas áreas geográficas analizadas en el libro, Norteamérica es la que se desarrolla más ampliamente por ser la que cuenta con la mayor cantidad de datos. En el capítulo 4, North America I: The Southwest and the Southern Plains, se presenta y analiza la evidencia de los grupos Pueblo, Apache, Navajo, Comanches y Choctaw, principalmente. Así, se enfatiza el papel de las planicies en la mantención de los caballos (y su competencia con los bisontes), siempre contemplando y enfatizando las particularidades de cada grupo, sean jinetes, pastores o cazadores. En el capítulo 5, North America II: The Central and Northern Plains, se analiza al caballo en relación con los patrones de transporte, asentamiento, caza, comercio, política y actividades bélicas, entre los grupos nómades ecuestres (Blackfeet, Cheyenne, Lakota) y agricultores (Arikara, Hidatsa, Mandan) de las planicies centrales y norte. Aquí, además de analizar cada uno de estos dos grandes grupos, presenta también las relaciones entre ambos. En los casos expuestos, destaca la información generada a través del arte rupestre de la zona, como medio informativo de la percepción del caballo por estas sociedades. Finalmente, el capítulo 6, North America III: West of the Rockies, se enfoca en la evidencia del área correspondiente a California, la Gran Cuenca, la meseta del Columbia y el noroeste Pacífico. En esta zona, además de analizar las variables mencionadas, destaca el hecho de que, a pesar de que el caballo estuvo disponible para su incorporación, algunos grupos optaron por no adoptarlo.
Fuera de Norteamérica, el análisis se orienta hacia Sudamérica en los dos capítulos siguientes. En el capítulo 7, South America I: Caribbean Deserts and Tropical Savannahs, la evidencia corresponde a Colombia, Venezuela y el Gran Chaco, donde se destaca esta última zona por la variedad de respuestas en relación con la introducción del caballo, en ocasiones relacionadas con la diversidad de especies introducidas (incluyendo vacunos, ovinos y caprinos) y su subsecuente manejo. El capítulo 8, South America II: The Southern Cone, se centra en las llanuras pampeanas del centro de la Argentina y del Uruguay, las estepas patagónicas y la zona central de Chile, para contemplar las particularidades de cada zona, pero a la vez superando la cordillera de los Andes como eje divisor y enfatizando en las redes de intercambio, las economías transregionales y otros ganados incorporados. Last but not least, en el capítulo 9, The Old World: Southern Africa and Australasia, se presenta la evidencia proveniente de África, Australia y Nueva Zelanda. Para el caso africano, destaca el registro de pinturas rupestres, que da cuenta de la importancia de este animal introducido como vehículo para la obtención y defensa de bienes de prestigio. Australia constituye un caso particular, donde no se evidencia la presencia de horse nations similares a aquellas de América y África. Por último, se presenta la escasa evidencia disponible para la introducción del caballo en Nueva Zelanda a partir de 1814. Finalmente, en el capítulo 10, Putting horse nations in Context, se discuten las semejanzas y diferencias entre los ejemplos de los cuatro continentes, retomando las variables presentadas al principio del libro.
Quisiera terminar esta breve reseña con una respuesta a la consigna que Mitchell le plantea a cada lector en la introducción. Allí, el autor invita al lector a juzgar, al final del libro, si por el hecho de focalizarse en el caballo, él cae en reduccionismos o exclusiones de otras variables influyentes en la relación entre los grupos indígenas y europeos. Según el proverbio que él mismo rescata -"The proof of the pudding is in its eating"-, debo decir que this pudding tastes delicious indeed!

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