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Intersecciones en antropología

versión On-line ISSN 1850-373X

Intersecciones antropol. vol.18 no.3 Olavarría dic. 2017

 

ARTÍCULOS

Paleodietas en cazadores-recolectores del canal Beagle durante el Holoceno tardío

 

Sayuri Kochi

Instituto de Geocronología y Geología Isotópica (INGEIS). Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Universidad de Buenos Aires (UBA). Pabellón INGEIS, Ciudad Universitaria s/n (C1428EHA), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: sayuri@ingeis.uba.ar

Recibido 06 de mayo 2017.
Aceptado 18 de septiembre 2017


RESUMEN

Las dietas de los cazadores-recolectores costeros en Patagonia suelen caracterizarse como predominantemente terrestres, marinas o mixtas. Esta clasificación puede no ser suficiente para describir la flexibilidad de sus estrategias de aprovisionamiento. Particularmente en el canal Beagle (provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina), se dispone de diversas especies marinas que difieren en cuanto a su costo de obtención y procesamiento, así como respecto de su hábitat. Este trabajo utiliza las variaciones naturales de d13C y d 15N en el ambiente local, para realizar reconstrucciones paleodietarias más detalladas sobre 15 individuos fechados entre 1500 AP y momentos poscontacto. A su vez, se emplean modelos de mezcla basados en estadística bayesiana para estimar cuantitativamente el consumo de múltiples recursos combinados. Los resultados indican dietas predominantemente marinas, con un aporte regular de aves pelágicas, como los albatros. En cuanto a los recursos terrestres, se confirma el carácter complementario de los guanacos en la mayoría de los individuos. Finalmente, se halla una contribución pequeña de vegetales, la cual era mencionada en fuentes etnográficas pero era difícil de observar mediante estudios arqueobotánicos.

Palabras clave: Dieta; Subsistencia; Ecología isotópica; Tierra del Fuego; Modelos de mezcla bayesianos.

ABSTRACT

Paleodiets of hunter-gatherers from the Beagle channel during the late holocene

The diets of coastal hunter-gatherers in Patagonia are usually characterized as terrestrial, marine or mixed. This classification may not be enough to describe the flexibility of their procurement strategies. Particularly in the Beagle Channel (Tierra del Fuego province, Argentina) there are diverse marine species which differ in their procurement and processing costs, as well as habitat. This study uses natural variations of 13C/12C and 15N/14N isotopes in the local environment to conduct detailed paleodietary reconstructions of 15 individuals dated from 1500 BP to post-contact times. Bayesian mixing models are employed to estimate quantitatively the consumption of combined multiple resources. Results indicate mainly marine diets, with a regular input of pelagic seabirds such as albatrosses. With regard to terrestrial prey, the complementary character of guanacos in most individuals’ diets is confirmed. Finally, a small quantity of plants was found. The latter are mentioned by ethnographic sources but have been difficult to observe through archaeobotanical analyses.

Keywords: Diet; Subsistence; Isotopic ecology; Tierra del Fuego; Bayesian mixing models.


 

INTRODUCCIÓN

Los habitantes del canal Beagle (Figura 1) practicaban estrategias orientadas al consumo de recursos litorales desde los 6400 AP, y se especializaban en la captura de pinnípedos en las primeras fases (Orquera y Piana 1999, 2009). Pero estas pautas no se mantuvieron en un equilibrio estático, ya que los estudios zooarqueológicos en el sector central del canal detectaron una diversificación de la dieta y mayor inversión de trabajo en la pesca hacia los últimos 1500 años (Zangrando 2009a y b). Para este período, hay elevada representación de peces litorales con bajos rendimientos individuales, así como mayor abundancia de peces y aves pelágicas en el registro. De la presencia de estas especies se infiere la ampliación del rango de aprovisionamiento hacia sectores más alejados de la costa (Tivoli y Zangrando 2011; Tivoli 2012).


Figura 1.
Ubicación del área de estudio y de los restos humanos que cuentan con coordenadas geográficas de procedencia. Sitios: 1-Ushuaia; 2-Mischiuen III; 3-Shamakush Entierro; 4-Paiashuaia; 5-Lauta 2; 6-Acatushún; 7-Ea. Harberton; 8-Imiwaia Entierro 1.

No obstante, los cazadores-recolectores marítimos suelen cambiar frecuentemente sus patrones de asentamiento y los nichos ecológicos a explotar para balancear las demandas de la población y la disponibilidad de recursos (Yesner 1980). La variación en la composición de los conjuntos zooarqueológicos –por ejemplo, en las especies predominantes– indica que dentro de una adaptación orientada hacia los recursos costeros, las poblaciones prehistóricas manejaban estrategias de subsistencia flexibles ante diferentes escenarios de obtención de las presas y sus respectivos costos (Schiavini 1993). Es complejo estimar la importancia de los diferentes recursos en la dieta y, en el caso de la fauna pequeña –las aves, los peces y los moluscos–, se plantea tanto un rol complementario limitado a reducir el riesgo (Orquera 1999; Piana et al. 2007; Orquera y Piana 2009), como un rol central sobre el cual se basó el proceso de intensificación en la subsistencia (Zangrando 2009a). Asimismo, se ha propuesto una expansión de los rangos de forrajeo hacia ámbitos pelágicos en el Holoceno tardío (Tivoli y Zangrando 2011). No obstante, según la localidad y la estructura de los recursos también se efectúa el aprovechamiento de presas desde las costas, pero no necesariamente en el mar, aguas adentro (Zangrando et al. 2014b). ¿Con qué frecuencia se habrían practicado estas diferentes opciones de obtención y consumo de los recursos?
Mientras que la composición de los conjuntos zooarqueológicos puede reflejar la disponibilidad local o estacional de ciertas especies, así como actividades específicas de obtención de presas con comportamiento gregario (Tivoli 2012), los análisis de isótopos estables sobre restos humanos informan sobre un aspecto más específico de la subsistencia: la dieta promedio de un individuo durante sus últimos años de vida y las proporciones relativas de los recursos asimilados (Schwarcz y Schoeninger 1991; Barberena et al. 2004). En general, las relaciones isotópicas del carbono indican la vía fotosintética de las plantas que están en la base de la red alimenticia (DeNiro y Epstein 1978). Las del nitrógeno reflejan la posición trófica de un organismo en dicha red (Post 2002). Ambos elementos se utilizan para estimar la ingesta de proteínas de origen marino y terrestre (Schoeninger y DeNiro 1984). Sin embargo, para hacer reconstrucciones paleodietarias precisas es fundamental contar con los valores isotópicos locales de los alimentos consumidos (Schwarcz 1991). Las especies animales y vegetales presentan una gran variación isotópica intra e interespecífica, incluso en un mismo hábitat. Hasta el momento, se efectuaron mediciones de d13C y d15N en colágeno y d13C en apatita de 13 individuos fechados entre los 1500 años AP y momentos poscontacto; aunque no todos cuentan con valores isotópicos en ambos marcadores ni en las dos fracciones óseas (Yesner et al. 1991; Guichón et al. 2001; Tessone et al. 2003; Panarello et al. 2006). Se concuerda en la caracterización general de las dietas como predominantemente marítimas, pero estas interpretaciones paleodietarias se hicieron sin un marco de referencia isotópico. A partir de análisis isotópicos sobre muestras zooarqueológicas y modernas del canal Beagle, se hallaron diferencias significativas en d13C entre diversos organismos marinos, como mejillones, peces litorales y fauna de ambientes pelágicos (Kochi et al. 2016). Dicho fenómeno se atribuye a variaciones en la distribución del 13C/12C en función de la distancia a la línea de costa (Clementz y Koch 2001; Michener y Kaufman 2007; Casey y Post 2011). En cuanto al d15N, los mejillones son los organismos más empobrecidos, tal como se esperaba por su posición trófica. La distribución de los isótopos del 15N/14N es más gradual en el resto de los taxones, pero aves pelágicas como los albatros presentan los valores más enriquecidos. En este caso, valores elevados de d15N en restos humanos no se asociarían únicamente con el consumo de mamíferos marinos de alto rendimiento como los pinnípedos, sino también con aves marinas con niveles tróficos similares (Britton et al. 2013). Por último, en los guanacos se detectó el consumo de plantas empobrecidas en 13C y especialmente en 15N, lo cual se asocie probablemente a las particularidades del ciclo del nitrógeno en los bosques patagónicos (Fernández y Tessone 2014; Tessone et al. 2014). Con esta información sobre la distribución natural de los isótopos del carbono y el nitrógeno, es posible describir con mayor detalle la composición de la dieta de los cazadores-recolectores marítimos. Las categorías de dietas marinas, mixtas y terrestres son sumamente útiles para identificar tendencias modales y variaciones individuales (Barberena 2004); pero no son suficientes para explicar los patrones paleodietarios al interior de un área como el canal Beagle, donde se dispone de diversas especies marinas que difieren respecto de su costo de obtención, procesamiento y consumo (Orquera y Piana 1999; Zangrando 2009a).
Es necesario identificar la ingesta de clases más específicas de presas en la dieta y cuantificar su proporción, aunque sea de manera relativa. En este punto, hay otro problema metodológico: con sólo dos marcadores isotópicos, los modelos de mezcla lineal simple no pueden calcular el consumo de más de tres recursos en diferentes combinaciones (Phillips 2012). Como solución a este inconveniente, actualmente se dispone de modelos de mezcla basados en estadística bayesiana. Estos presentan una gran ventaja: trabajan con sistemas indeterminados, es decir, los que tienen más recursos potencialmente consumidos que marcadores isotópicos disponibles (Parnell et al. 2010, 2013; Hopkins y Ferguson 2012; Phillips et al. 2014; Bernal et al. 2016). Otra característica es la posibilidad de ingresar datos acerca del contenido de los alimentos en términos de los macronutrientes, como las proteínas y las grasas. Esta información es relevante para los omnívoros, como los humanos, que ingieren carnes y vegetales con diferentes aportes nutricionales (Phillips y Koch 2002). Por último, no generan una solución única, sino que informan sobre distribuciones de probabilidades o el porcentaje más probable de consumo de un alimento. Por las propiedades mencionadas, los modelos de mezcla bayesianos son herramientas idóneas para generar interpretaciones paleodietarias más realistas y de mayor complejidad. A continuación, a partir de los análisis de d13C y d15N sobre los restos óseos de 15 individuos recuperados en el canal Beagle, se realizan reconstrucciones paleodietarias con una ecología isotópica local y modelos de mezcla basados en estadística bayesiana. Proponemos identificar qué recursos formaban parte regular de la dieta de los habitantes prehistóricos – aquellos que se consumían constantemente, tanto en bajas como en grandes cantidades– y relacionar esta información con la frecuencia en que se practicaban diferentes estrategias de aprovisionamiento durante los últimos años de vida de un individuo.

MUESTRAS

Ecología isotópica
Se utilizan datos de d13Cy d15N sobre colágeno, los cuales fueron publicados en trabajos previos (Orquera y Piana 1996; Zangrando et al. 2014a, 2016; Kochi et al. 2016). Las muestras faunísticas provienen de conjuntos arqueológicos del Holoceno tardío, de colecciones generadas a partir de excavaciones en el canal Beagle (Orquera y Piana 1999; Zangrando 2010). Los taxones de ambientes litorales y pelágicos incluidos en el presente análisis son: lobo marino de dos pelos (Arctocephalus australis), pez sierra (Thyrsites atun), merluza austral (Merluccius sp.), merluza de cola (Macruronus magellanicus), doradito (Paranotothenia magellanica), lorcho (Patagonotothen sp.), pingüinos magallánicos (Spheniscus magellanicus), albatros de la familia Diomedeidae (Thalassarche sp.) y cormoranes (Phalacrocorax sp.). Del ambiente terrestre, se analizan guanacos (Lama guanicoe). Las muestras provienen de la localidad Heshkaia, en el sector oriental de Moat. Para el análisis isotópico de músculos de mejillones (Mytilus edulis), se utilizaron 15 ejemplares modernos obtenidos en el canal Beagle (Kochi et al. 2016). Del valle de Moat se tomó un ejemplar de cada una de cinco especies diferentes de plantas: Deschampsia sp., Trisetum spicatum –ambas, reconocidas comúnmente como pastos–, Gunnera magellanica, helecho (Blechnum penna-marina) y Azorella sp. Una muestra de Carex sp. y otra de Misodendrum punctalatum provienen de la bahía Cambaceres Interior. Finalmente, se incluye una medición de d13C sobre calafate (Berberis buxifolia) publicada por Cordero et al. (2003). Estos datos se presentan en la Tabla 1.

Tabla 1. Valores de d13C y d15N de los recursos faunísticos y vegetales en el canal Beagle.

Nota: datos tomados de: a) Kochi et al. (2016); b) Zangrando et al. (2014a); c) Zangrando et al. (2016); d) Cordero et al. (2003).

Muestras humanas
La muestra está integrada por 15 individuos con valores de d13Capa, d13Ccol y d15N (Tabla 2). De estos, 13 son adultos: cinco son de sexo masculino; cuatro son femeninos; y otros cuatro individuos, indeterminados o sin datos. Los dos subadultos son de sexo indeterminado. Para los detalles sobre los datos isotópicos, su contexto de hallazgo o procedencia en el caso de las colecciones, remitimos a las publicaciones originales (Yesner et al. 1991; Guichón et al. 2001; Tessone 2003; Tessone et al. 2003; Panarello et al. 2006; Piana et al. 2006; Suby et al. 2011).

Tabla 2. Valores de d13Capa, d13Ccol y d15N sobre restos óseos humanos del canal Beagle.

MÉTODOS

Las reconstrucciones paleodietarias se realizaron con el programa FRUITS (Food Reconstruction Using Isotopic Transferred Signals), el cual aplica los principios de estadística bayesiana a los modelos de mezcla de isótopos estables (Fernandes et al. 2015). Con una interfaz sencilla, tiene la capacidad de incluir la variabilidad en los valores isotópicos de un tipo de recurso, así como incertezas en los factores de discriminación y en las mediciones isotópicas, entre otros. Entonces, el primer paso consiste en determinar los parámetros básicos de los modelos:
1) Dependiente del factor de discriminación
Las ecuaciones que describen la relación entre la composición isotópica de las fracciones óseas y los macronutrientes de la dieta son las siguientes (Fernandes 2016):

2) Dependiente de las concentraciones
Este parámetro se refiere a la cantidad relativa de proteínas y lípidos en los músculos de los animales, expresada como peso seco normalizado para cada alimento (Fernandes et al. 2015). Las concentraciones se calculan a partir de tablas nutricionales y mediante las fórmulas indicadas por Nakamura et al. (1982) y Morrison et al. (2000). Los datos ingresados se presentan en la Tabla 3.

Tabla 3. Concentraciones de macronutrientes en cada recurso, expresadas en peso normalizado (wt%).

Nota: datos nutricionales tomados de: a) USDA (2015); b) Keene (1985); c) Orquera (1999).

Agrupación de recursos y variantes
Aunque los modelos de mezcla bayesianos manejan sistemas indeterminados, cuanto más aumentan los recursos a estimar en la dieta, peores son los resultados. Difusas o inconsistentes, incluso pueden aparecer distribuciones bimodales de probabilidades (Hopkins y Ferguson 2012). Por lo tanto, se trata de mantener al mínimo la cantidad de fuentes (sources) a ingresar en el programa. En este trabajo se sigue un criterio a priori para agrupar los taxones en cuatro grupos (Phillips et al. 2005). Se promedian los recursos similares en su composición isotópica. Los recursos terrestres se separan en dos grupos, ya que los vegetales presentan valores empobrecidos de d13C y d15N en comparación con los guanacos (Figura 2). Se plantea que su consumo es isotópicamente visible, aunque en bajas proporciones. Por otra parte, se espera estimar el consumo de los albatros aparte del resto de los animales marinos. Es la única ave marina que tiene una distribución distintiva en los valores de d15N, y puede ser interpretada como un caso de obtención de recursos en el ambiente pelágico. El cuarto grupo de "otros recursos marinos" abarca a presas heterogéneas: pinnípedos, cormoranes, pingüinos, peces sierra, merluzas de cola, merluzas australes y mejillones. Estos últimos aparecen como casos atípicos empobrecidos en 15N (Figura 2). Pero no se los ingresa como otro recurso, ya que un modelo con cinco fuentes y tres proxies resulta en distribuciones sumamente difusas.


Figura 2.
Comparación de las distribuciones de d13Cmúsculo y d15Nmúsculo entre los distintos agrupamientos de recursos. Factores de discriminación indicados por Fernandes (2016).

El último punto a tener en cuenta es la sensibilidad de estos modelos a diferencias en los factores de discriminación (Bond y Diamond 2011). Esta es una de las variables más difíciles de determinar en las investigaciones de isótopos estables (Wolf et al. 2009). En este trabajo se utilizan los factores de colágeno a músculo para la fauna sugeridos por Fernandes (2016), los que consideramos coherentes con los estudios experimentales y de campo realizados hasta el momento. De colágeno a lípidos se aplican factores diferentes según el recurso, considerando que la fauna presenta un contenido variable de grasa en el cuerpo.

En el caso de las plantas modernas, se aplican otros factores de discriminación (Fernandes et al. 2015), para ajustar los valores isotópicos con las fracciones de macronutrientes que contienen.

Los valores ingresados son los que se presentan en la Tabla 4. Factores alternativos de discriminación para músculo (Newsome et al. 2004) –que difieren hasta un 2‰ de los aquí presentados– no modifican los componentes predominantes y complementarios en la dieta. En términos cuantitativos, la diferencia entre los porcentajes promedio estimados no supera el 20% (Kochi 2016).

Tabla 4. Valores de d13C y d15N promedio con un desvío estándar (dsv.st) para guanacos, plantas, albatros y otros recursos marinos.

RESULTADOS

A continuación, se muestran dos formas de representaciones gráficas generadas por el programa para cada uno de los individuos. En la Figura 3A se presenta la distribución de probabilidades de consumo para dos individuos, seleccionados como ejemplo. En la Figura 3B se grafican las distribuciones de los porcentajes de consumo en forma de diagrama de caja. El componente principal de la dieta para el individuo de Lauta 2 son las presas agrupadas como "otros recursos marinos", mientras que para el de isla Hoste es el guanaco. Ambos complementan sus dietas con albatros y plantas. Pero en el caso del adulto de isla Hoste, la distribución de las probabilidades para la ingesta de vegetales es mucho más difusa y asimétrica. Por este motivo, los porcentajes no deben ser tomados como cifras absolutas, sino como proporciones relativas. La distribución de los porcentajes de consumo para todos los individuos se expone en la Tabla 5. Entre los percentiles se define un intervalo de confianza del 95%. La propagación de las incertezas asociadas a las mediciones, así como la variabilidad isotópica interna de cada grupo de recursos generan dispersión en los resultados. No obstante, para el intervalo de confianza, la categoría "otros recursos marinos" se mantiene como el recurso principal, seguida por los guanacos. Se puede afirmar que los albatros y las plantas también integraban la dieta de los individuos en forma constante, pero en bajas proporciones. Aun en los extremos de la distribución –correspondiente al percentil 2,5%–, el consumo de plantas supera el 1% en cinco de los 15 individuos analizados. En el caso de los albatros, el porcentaje es un poco menor.

 


Figura 3.
Distribución de probabilidades de consumo (A) y de porcentaje de dieta (B). Individuos del sitio Isla Hoste (superior) y Lauta 2 (inferior).

Tabla 5. Distribución de porcentajes de consumo por individuo para los cuatro grupos de recursos (guanacos, plantas, albatros y otros recursos marinos).

Las barras en la Figura 4 indican el consumo promedio de cada fuente por individuo. Los topes de las líneas negras indican una desviación estándar. La proporción media de guanacos en la dieta total es de 17,2%, exceptuando los de I. Hoste (45,1% ± 18,4%) y Navarino (56% ± 24,4%). El mínimo observado es de 10,4% en el subadulto de Mischiuen III. El grupo denominado "otros recursos marinos" abarca a los pinnípedos, pingüinos, cormoranes, todos los peces y los mejillones. Resulta coherente que todos estos taxones agrupados comprendan aproximadamente entre el 70% y el 30% de la dieta; el valor mínimo corresponde a la adulta de Acatushún fechada para momentos históricos. En cuanto a los recursos complementarios, un caso interesante es el de la ingesta de albatros, ya que puede ser identificado por separado del resto de los taxones de ambientes marinos. El porcentaje promedio para el conjunto de los individuos es de 12,8%; siendo el mínimo 5,4% ± 3,9% (I. Navarino); y el máximo, 18,7% ± 13,6% (Ushuaia). Las plantas contribuyen a la dieta en una cantidad similar, la media es 17,2%. El menor consumo registrado es de 9% ± 6,1% (Mischiuen III); y el máximo, 28,5% ± 21,8% (I. Navarino).


Figura 4.
Consumo promedio de recursos marinos, guanacos, albatros y pla ntas con un desvío estándar.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

No hace falta insistir en que la fauna marina era el componente predominante en la dieta de los cazadores-recolectores del canal Beagle, como venían señalando los estudios isotópicos previos (Tessone et al. 2003; Barberena 2004; Panarello et al. 2006). Lo que se había propuesto era aportar nuevas interpretaciones más allá de la clasificación dieta marina-terrestre. Se puede afirmar que, en conjunto, los pinnípedos, las aves marinas, los peces y mejillones se consumieron de forma regular y que aportaron entre un tercio como mínimo y más de la mitad de la dieta de un individuo a largo plazo. Dependiendo de la estación del año o de las características fisiográficas de una localidad, comerían porcentajes mayores o menores a los indicados; pero estas variaciones a corto plazo no se registran en el colágeno o en la apatita, cuyas señales isotópicas integran la dieta durante lapsos más extensos. Se necesita explorar otros marcadores isotópicos para refinar la distinción entre los recursos marinos.
Por otra parte, hallamos que, durante el Holoceno tardío, los albatros formaban parte regular de la dieta de los habitantes, aunque en bajas frecuencias. Tivoli (2012) advierte que actualmente los albatros de ceja negra y las pardelas pueden acercarse a las costas, con lo que su presencia en los sitios arqueológicos no siempre implicaría capturas mar adentro. Pero también señala que el aumento de la representación de estos taxones hace 1500 años coincide con momentos de mayor abundancia de los peces sierra en los conjuntos, los que necesariamente implican explotación de ambientes pelágicos. Desde este trabajo podemos añadir que la captura de estas aves no se habría limitado a los episodios en los que eran atraídos a las costas por la presencia de alimento –cardúmenes de peces, varamiento de cetáceos– sino que buena parte de estas presas se habría obtenido habitualmente en conjunto con la pesca aguas adentro. De manera indirecta, los datos isotópicos también apuntan a una inclusión de los ambientes pelágicos en el rango de forrajeo de los cazadores-recolectores durante el Holoceno tardío (Tivoli y Zangrando 2011).
El registro isotópico también muestra que los guanacos no son el componente predominante de las dietas a largo plazo, aunque es muy probable que ningún taxón constituyera un aporte sumamente superior al de los restantes. Por ejemplo, la categoría de "otros recursos marinos" incluye a los lobos marinos de dos pelos, una de las presas de mayor retorno energético en el área (Orquera y Piana 1999). Aun así, este grupo no aporta la totalidad de la dieta. Podría pensarse que la caza por intercepción de uno o pocos guanacos por vez habría sido una práctica regular, no limitada a un patrón estacional. Por otra parte, en el valle de Moat –el sector oriental adyacente al canal Beagle–, los camélidos sí son los más representados en los conjuntos (Zangrando 2010). Si los individuos del canal Beagle aquí analizados habitaron este sector con una estrategia orientada a la explotación de guanacos, no habría sido por períodos muy extensos. Mención aparte merece la ingesta de plantas por parte de los cazadores-recolectores del canal Beagle, en cantidades bajas pero isotópicamente detectables. El mayor porcentaje de consumo se detectó con más precisión en la mujer adulta de Acatushún, fechada en momentos históricos. No resulta inesperado, si "desde que los yámana pueden llegar con facilidad a las granjas intercambian todo tipo de víveres y estimulantes europeos" (Gusinde 1990: 557). El de la isla Hoste y también el de la isla Navarino presentan porcentajes un poco más elevados, en comparación con el resto de los individuos. Desconocemos sus cronologías absolutas, pero es llamativo que dos hombres adultos presenten las ingestas más altas de plantas.
Aunque estos recursos no recibieron mucha atención por parte de los etnógrafos y arqueólogos, estos datos apoyarían el aporte pequeño pero constante a la dieta de los individuos prehistóricos (Berihuete Azorín 2014). Aparte de cuestiones tafonómicas, una causa de la baja representación de los restos arqueobotánicos en los sitios sería el patrón de recolección. Con respecto al pan de indio y las bayas, Gusinde (1990: 537) observa que "no es costumbre recogerlas y llevarlas a la choza; se conforman con comer un puñado de estos hongos en el lugar". Desde una perspectiva
nutricional, la contribución más importante de los vegetales no habría sido en forma de carbohidratos –que se pueden obtener como glucógeno, del hígado de los animales y músculos en general (Milton 2000)–, sino su contenido de vitaminas y minerales (Hockett y Haws 2003; Ochoa y Ladio 2011).
Como conclusión, se señala que una ecología isotópica local y la aplicación de modelos de mezcla bayesianos permitieron identificar mayor diversidad en la dieta de los cazadores-recolectores del canal Beagle. En particular, se halló evidencia indirecta que apoya la obtención regular de recursos en ambientes pelágicos. También encontramos limitaciones en las interpretaciones paleodietarias a través de los isótopos estables, en cuanto a la identificación de presas marinas más específicas. En este punto, los estudios zooarqueológicos son más informativos acerca del consumo de diferentes taxones con rendimientos calóricos variables. Con respecto a las presas terrestres, se plantea que el consumo de guanacos podría estar sobreestimado cuando no se considera a las plantas como otro recurso habitual de la dieta. A futuro, se espera ampliar la muestra de individuos, así como obtener mayor información asociada, para relacionar de mejor manera aspectos de la dieta con categorías sociales como el género y la edad.

Agradecimientos

Estas investigaciones se desarrollaron en el marco del proyecto PICT 2013-1011 (FONCYT), con el apoyo del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) y el INGEIS (CONICET/UBA). Parte de las muestras zooarqueológicas analizadas en este trabajo fueron obtenidas en el Proyecto Arqueológico Canal Beagle, dirigido por los licenciados Luis Orquera y Ernesto Piana. Daniela Alunni, Germán Pinto Vargas, Angélica Tivoli y Martín Vázquez colaboraron en la selección de muestras. La determinación taxonómica de las plantas fue efectuada por la Dra. Rosina Soler (CADIC-CONICET). Estela Ducos y Nazareno Piperissa (INGEIS-UBA/CONICET) realizaron el análisis isotópico de las muestras. Este trabajo forma parte de una tesis de Licenciatura, por lo que mis mayores agradecimientos se dirigen al Dr. A. Francisco Zangrando y al Dr. Augusto Tessone.

REFERENCIAS CITADAS

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