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Revista argentina de cardiología

versión On-line ISSN 1850-3748

Rev. argent. cardiol. v.75 n.6 Buenos Aires nov./dic. 2007

 

Pedro Cossio
El Premio Nobel que no fue

de JORGE C. TRAININI

Editorial Lumen SRL; 2007

En este libro imprescindible, Jorge Trainini traza la epopeya constituyente de la cardiología argentina a través de la figura paradigmática de Pedro Cossio.
Como bien dice el prefacio de Carlos Bertolasi, "Pedro Cossio fue un grande, con las controvertidas facetas propias de todo aquel que "hace" la historia, no la relata." También controvertidos fueron mis sentimientos cuando como médico residente presencié cómo el Dr. Cossio ordenaba al encumbrado hijo de un paciente sacarse las medias para colocarlas en los pies fríos de su padre, que había salido de un edema agudo de pulmón con uno de los primeros respiradores mecánicos a volumen. Emociones ambivalentes, de sorpresa por el reconocimiento inmediato de la autoridad, pero de disconformidad por el manifiesto autoritarismo.
La prosa sugestiva de Trainini nos sumerge en la vida de Pedro Cossio, desde contarnos que su ingreso en 1918 en la Facultad de Medicina de Buenos Aires no se debió a un llamado profundo, sino al hecho fortuito de que era la única carrera en la que no se exigía inglés y francés, materias en las que había sido un eterno aplazado, hasta mostrarlo en su madurez "elegante con un traje castaño a pequeñas rayas más claras. El pantalón calzado bien en la cintura con las botamangas rozando el borde superior de los zapatos marrones. Una corbata a bandas blancas y rojas resaltaba sobre la camisa a tono con el atuendo. La traba, con sus iniciales, ... El saco sin cerrar se columpiaba al compás de los aspavientos brazos. Bien erguido en su metro setenta y cuatro centímetros, caminaba despreocupado..."
Cumplimentó con creces las obligaciones que tiene un médico, fue un excepcional clínico asistencial, un investigador creativo y pionero y un docente incansable.
Su labor asistencial hospitalaria la realizó casi exclusivamente en el antiguo Hospital de Clínicas, demolido en 1974, que ocupaba el lugar de la actual plaza "Bernardo Houssay" del que se conserva la capilla "San Lucas". Allí comenzó como practicante externo, menor interno y mayor externo; siguió como médico agregado de la cátedra de semiología del profesor Gregorio Aráoz Alfaro, luego con su coterráneo Tiburcio Padilla en la cátedra del profesor Bonorino Udaondo, y escaló todas las graduaciones hasta alcanzar a ser en 1952 profesor titular por concurso de la Primera Cátedra de Semiología (Sala IV) y luego, en 1954, Director del Instituto de Semiología Profesor Gregorio Aráoz Alfaro del Hospital de Clínicas, quien había sido su iniciador en el razonamiento semiótico retrospectivo. Quizás la enseñanza más impactante, para un joven residente como yo, era que sus pacientes tenían escrita a máquina una prolija y completa historia clínica que conservaban cuidadosamente, con detalles de sus hallazgos, tratamiento e indicaciones precisas de cómo se debía actuar en cada situación; este libro me informó que así tenía registradas las 44.000 historias clínicas de los pacientes que atendió en medio siglo de médico.
Su afán de conocimiento comienza en 1928 con el primer electrocardiógrafo Boulitte que trajo el Dr. Gregorio Aráoz Alfaro, que como el propio Cossio relata: "me pidió que lo ayudara a hacerlo andar y entonces nos pusimos a trabajar con el ‘gallego' Alfredo, un enfermero de la cátedra de fisiología. Nos divertimos como locos. Y yo me entusiasmé tanto con el aparatito que decidí hacerme cardiólogo."
En 1932, junto con el Dr. Isaac Berconsky, realiza el primer procedimiento de cateterismo cardíaco de América y el tercero en el mundo, luego de Werner Forssmann y de Jiménez Díaz. Incursionando con los nacientes cirujanos cardiovasculares, en 1948 desarrolló y realizó, con el Dr. Isidro Perianes, la valvulotomía tricuspídea percutánea en pacientes con pulmón cardíaco y disnea de reposo, e inmediatamente después la propuesta de la ligadura de la vena cava inferior para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca refractaria.
La auscultación y la fonocardiografía fueron temas que lo apasionaron, presentó trabajos como el desdoblamiento fisiológico de los ruidos cardíacos, el desdoblamiento del segundo ruido en los bloqueos de rama, el soplo sistólico en el hipertiroidismo, los fenómenos acústicos de la estenosis mitral, entre ellos, el retraso del primer ruido, el ruido auricular en la taquicardia paroxística nodal y muchos otros.
La docencia fue parte de su oficio y ejerció lo que preconizaba, "reinterrogar al signo" y "reflexionar sobre el hecho con los indicios." Semiología médica (dos volúmenes, 1955-56) fue un viento fresco para el estudiante de medicina clínica; es el único libro usado que tengo de mi biblioteca de estudiante, porque no podía conseguir el original. Hoy la legendaria Biblioteca de Semiología resulta compendiada en un solo volumen en Semiología médica fisiopatológica de Pedro Cossio, Osvaldo Fustinoni y Pedro Rospide, que en la actualidad ha completado siete ediciones y trece reimpresiones a partir de 1955.
La Revista Argentina de Cardiología se funda en 1934, antes que la sociedad, y el equipo editorial estaba conformado por Antonio Battro, Eduardo Braun Menéndez, Pedro Cossio, Blas Moia y Oscar Orías. La primera comunicación llevaba la firma de Pedro Cossio e Isaac Berconsky, y se titulaba "Insuficiencia cardíaca inaparente", una entidad clínica insospechada para la época.
En 1937 se funda la Sociedad Argentina de Cardiología y encuentra nuevamente en Pedro Cossio, que será uno de los secretarios de la primera comisión directiva, un pilar fundamental en su inicio y desarrollo. En 1950, al establecerse una nueva estructura jerárquica, el Dr. Pedro Cossio es designado como primer presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Esta obra del Dr. Jorge Trainini es más que la biografía de un cardiólogo descollante, es el testimonio de la época de la fundación de la medicina cardiológica argentina, con una constelación inicial de médicos deslumbrantes, que nos permitirá reflexionar sobre nuestra situación actual.

Hernán C. Doval

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