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Revista argentina de cardiología

versión On-line ISSN 1850-3748

Rev. argent. cardiol. vol.82 no.6 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2014

 

IN MEMORIAM

Dr. Pablo A. Chiale

Con profundo dolor por la temprana desaparición de Pablo A. Chiale, quisiera compartir con la comunidad cardiológica argentina mi admiración por el médico ejemplar, el científico destacado y el maestro sobresaliente.

Sus aportes originales a la electrocardiología y a la cardiología permanecerán como homenaje a su claridad intelectual, a su espíritu crítico, a su entusiasmo y a su perseverancia instintiva e infatigable. Graduado en 1970 con diploma de honor en la Universidad de Buenos Aires, inició su formación con Mauricio B. Rosenbaum, creador de la prestigiosa Escuela de Electrocardiografía de nuestro país y admirada a nivel internacional.

Con su bagaje intelectual y vocación docente, Pablo educó con una concepción integradora, permitiendo el desarrollo pleno de las aptitudes y la energía intelectual de sus discípulos, convencido de que la tarea de un maestro es una de las más importantes responsabilidades sociales. Así modeló a profesionales, consolidados por su pertenencia a una escuela que los contuvo y les permitió trascender.

Desarrolló toda su carrera médica en la División Cardiología del Hospital Ramos Mejía, su segunda casa, donde fue Jefe de la Unidad Internación y Codirector del Centro de Arritmias Cardíacas del Gobierno de la CABA. Durante mis 25 años como jefe de esa División, Pablo fue siempre un colaborador incondicional.

Como científico infatigable, Pablo accedió al grado de Investigador Principal de la Carrera de Investigador del Ministerio de Salud de la CABA. En la docencia universitaria, alcanzó el rango de Director de la Cátedra de Cardiología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica Argentina. Fue Director Asociado de la Revista Argentina de Cardiología y Director de la Revista Electrofisiología y Arritmias editada por la SADEC.

Su vasta producción científica incluyó la autoría de más de 170 publicaciones en revistas de difusión internacional de alto impacto sobre temas vinculados con la etiopatogenia de las miocardiopatías y sus arritmias y estudios sobre la fisiopatología y tratamiento del amplio espectro de los trastornos del ritmo. Editó cuatro libros y uno aún en prensa. Realizó innumerables intervenciones como conferencista y relator en simposios y congresos nacionales e internacionales.

Fue galardonado con el Premio Bunge & Born y recibió, entre otros, el Premio al Mejor Trabajo de Investigación instituido por la Sociedad Argentina de Cardiología en nueve ocasiones.

Una faceta remarcable de Pablo fue su amor por la música en sus diferentes géneros. Su violín deleitó y emocionó hasta las lágrimas a todos los que tuvieron la suerte de escucharlo. Su refinada sensibilidad siempre exaltó la belleza del espíritu, el arte, la cultura y la virtud. Sus amigos de la música supieron valorar sus dotes artísticas, que fueron plasmadas en los CD “Todo Corazón” y “Marcapaseando”, verdaderas joyas para los melómanos.

Sentía por su familia, a la que adoraba y contenía, la misma pasión que por la medicina. Su esposa Marta y sus hijos M. Cecilia, Pablo, Claudio y Marcelo tuvieron la fortuna de tener un jefe de familia ejemplar y dedicado. También amaba intensamente a su país y vivía con dolor los problemas sociales y culturales de la Argentina.

Un rasgo característico de Pablo fue el entusiasmo y la pasión que lo guiaban en cada día de trabajo. Ya jubilado, y mientras sus fuerzas se lo permitieron, concurrió al hospital para mantener viva “la llama” que iluminaba la escuela a la que él supo darle continuidad.

Toda la vida de Pablo sintetiza su grandeza y los más puros quilates de su espíritu, unidos a su carácter indomable. Esperaba la muerte que se acercaba lenta, firme e inexorablemente. Pero Pablo era de los que podían contemplarla sin temor, con altivez e hidalguía y salir a su encuentro y desairarla con la irritante indiferencia de su labor cotidiana. Para él, la muerte pareció ser un mero accidente y una circunstancia más de modo que, cuando ella acudió en su búsqueda, lo encontró junto a su familia y a sus discípulos.

Nadie duda de que con su ausencia la cardiología pierde una figura relevante. Sus discípulos, al maestro infatigable. Sus pacientes, al médico que supo aunar su saber científico con una actitud de comprensión ante el sufrimiento. Sin embargo, como los verdaderos maestros y grandes seres humanos, Pablo trascenderá el tiempo y el espacio físico y estará siempre junto a nosotros.

Dr. Marcelo ElizariMTSAC

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