IN MEMORIAM

Adib Domingos Jatene
(Brasileño, n. Xapuri en 1929; m. San Pablo, 2014)

“Nada resiste ao trabalho quando é serio e feito com dedicação em beneficio do doente.”
Euclides de Jesús Zerbini

A mediados de la década de los noventa del siglo XX, San Pablo era una metrópolitan populosa que su centro y los aledaños implicaban una población semejante a la de la República Argentina. En ese anochecer de primavera los tres argentinos corríamos presurosos salteando autopistas y avenidas atestadas de vehículos para llegar a tiempo a una cirugía de trasplante cardíaco al cual habíamos sido convocados por estar trabajando en ese tiempo en el INCOR (Instituto del Corazón). Nos sorprendimos al ver que quien comandaba la cirugía era el cardiocirujano de fama internacional, en ese entonces ministro de Salud del Estado de San Pablo, Adib Jatene. Cuando finalizó la intervención y a pesar de ser largamente pasada la medianoche solicitó unas vituallas y se quedó largo rato conversando con nosotros sobre nuestro país y la especialidad. Esta pequeña introducción tiene la intención de resaltar que el enorme caudal creativo de este precursor de técnicas en cirugía cardíaca estaba sustentado en una voluntad continua y coherente. De porte alto y corpulento, tez aceituna, de raíces libanesas, estaba destinado a estudiar ingeniería pero viró su profesión a último momento. Ostentaba una concentración total en el acto quirúrgico, únicamente abandonada para sumergir sus grandes manos enguantadas a intervalos frecuentes en un recipiente que soportaba un trípode ubicado a sus espaldas. Discípulo del maestro de la cirugía cardíaca latinoamericana Euclides de Jesús Zerbini, intervino con él en la primera cirugía de estenosis mitral a corazón batiente (1951).

Llegó a ser director del INCOR luego de una amplia trayectoria en nosocomios generales, lo que remeda la expresión en nuestro medio de Ricardo Finochietto, convencido de que “a los hospitales del centro se llega desde los periféricos”. En esa noche, nos decía “nosotros nos vimos forzados a desarrollar nuestros oxigenadores, válvulas y suturas porque la importación es sumamente cara para nuestro país”. Adib Jatene fue un entusiasta de la bioingeniería hasta el punto de contribuir en la fabricación de las máquinas de circulación extracorpórea. A instancia de Euclides de Jesús Zerbini ingresó al INCOR para el desarrollo de ellas en la misma institución, ya que las importadas tenían dificultades para la reparación, contando en este emprendimiento con la colaboración de Domingos Braile, otro destacado cardiocirujano, después instalado en Rio Preto. Uno de mis compañeros, cuando volvíamos caminando por la noche de San Pablo, comentaba que la calidad de esos emprendimientos no era comparable a la de los de Estados Unidos o Europa. El tiempo aunado al esfuerzo del Instituto permitió en lapso breve un desarrollo notable en esos rubros logrando exportarlos a gran parte del mundo. También recuerdo que esa noche, mágica para nuestra juventud, expresaba Adib con nostalgia que su padre, cuyo oficio era de seringueiro (cauchero), había muerto de fiebre amarilla cuando él contaba apenas dos años. No me extrañó la confesión, el hombre con compañías infrecuentes percibe que puede abrirse a la memoria de los sentimientos sin pudor.

Innovador en cirugías cardíacas de gran predicamento internacional (switch arterial para la transposición de los grandes vasos, reconstrucción geométrica ventricular), fue director del INCOR, ministro de Salud del Estado de San Pablo y luego de Brasil en dos ocasiones. A los 85 años fallece en San Pablo el 14 de noviembre de 2014. Poseedor de enorme paciencia y fácil accesibilidad, seguirá dejando en todos los que lo frecuentaron esa expresión vívida e inteligente que ostenta el hombre que nunca cesó de cumplir con su tarea. También en esa noche nos fomentó el convencimiento de que solo una educación ética protege a la sociedad y que el individuo, en una comunidad sin ella, acentúa la mala fe de la conciencia a la que aludía Jean Paul Sartre cuando alertaba del peligro de “ser lo que no [se] es y no ser lo que [se] es”.

Jorge C. Trainini^MTSAC